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Título: El verdadero yugo del hijo de Dios

Tema: Llevando el yugo de Jesús


Texto: Mateo 11:28-30
Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros, y
aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas; porque mi yugo
es fácil, y ligera mi carga. Para entender mejor este pasaje veamos su contexto.

Generalmente, esta palabra tiene un sentido negativo, ya que evoca a la esclavitud, a algo pesado que hay que
llevar, ya sea este religioso, familiar o profesional.
Ya el Señor había hablado de que sus oyentes estaban trabajados y cargados, fatigados y sobrecargados. Y él
los había invitado a acercarse a él, para que pudieran hallar descanso, refresco, aliento, y reposo. Vengan a Mí,
todos los que están cansados y cargados, y Yo los haré descansar (Mat 11:28).
Sus oyentes estaban cansados, no solo de los afanes y quehaceres de la vida cotidiana, sino de las pesadas cargas
religiosas y legalistas, que sus líderes (quienes se creían “sabios e inteligentes” v. 25), les imponían.. El Señor
había dicho sobre estos: Porque atan cargas pesadas y difíciles de llevar, y las ponen en hombros de los hombres;
pero ellos ni con su dedo las quieren mover. (Mat 23:4). Esas “cargas pesadas y difíciles de llevar” eran sus
fórmulas para justificarse a sí mismos delante de Dios por medio de sus esfuerzos y obras por cumplir la ley y
sus tradiciones (cp. Lucas 16:15; Gálatas 2:16).

No obstante, ¿Cuál es el “Yugo” del que habló Cristo? Tomen Mi yugo sobre ustedes» (Mat 11:29).
“Su yugo”, tenía que ver con “sus enseñanzas” sobre el Evangelio. Cristo iba a cumplir con las demandas de la
Ley de manera perfecta (Mat. 3:15; Gal. 4:4; 2 Cor. 5:21). Y Su Espíritu Santo iba a capacitar a los creyentes para
obedecer (Rom. 8:2-4).

“Su yugo” eran sus enseñanzas sobre Dios y Su Palabra, el Evangelio y el Nuevo Pacto (Lucas 22:20; Hebreos
8:13), las cuales contrastaban con las enseñanzas de los fariseos, escribas y saduceos. Pero a carga de las
enseñanzas de Cristo, sería ligera y fácil.
1. Él les estaba llamando a que vinieran a Él por medio de la fe (v. 28 vengan a mí)
El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva. Jn 7:38, Isaías 1:18

2. A descansar en Su salvación por su gracia (v. 27), a desechar la intención de salvarse a sí mismos por medio
de sus esfuerzos personales, recursos o capacidades. (He. 4:1–3, 6, 9–11) y a que capacitados por su Espíritu se
comprometieran con Dios en obediencia (1 Juan 5:3).
Entonces: cuando nos sometemos a las enseñanzas de Jesús, la carga entonces será ligera, muy liviana; y por el
contrario si tomas decisiones con respecto a tu que hacer y te alejas de la voluntad de Dios para ti, el yugo será
un yugo muy pesado, el yugo que representa el fracaso, el dolor, la frustración y al final la muerte. Por eso el
Señor insiste: Porque Mi yugo [mi enseñanza] es fácil y ligera es mi carga. (Mat 11:30).
Su carga es fácil porque El mismo, por medio de su Santo Espíritu te ayudará a llevarla (cp. Tito 3:5; 1 Juan 3:24).

Te imaginas unido, conectado a Jesús? En obediencia a él, sujeto a él? Con un corazón puro, sin contiendas, sin
rivalidades, Manso y humilde como nuestro Señor, lo puedes imaginar?
“Por la obra santificadora del Espíritu, para obedecer a Jesucristo y ser rociados con Su sangre: Que la gracia y
la paz les sean multiplicadas a ustedes” (1 Ped. 1:2b). El Señor nos anima a que nos volvamos aprendices
(alumnos) de “sus enseñanzas” y a que seamos mansos y humildes de corazón (i.e. tal como él mismo fue
sumiso con humildad y mansedumbre, a las enseñanzas de su Padre Celestial).

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