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NOMBRE DEL ALUMNO: JOSÉ DAVID REYES REYES

NOMBRE DEL (A) DOCENTE: MANUEL EDUARDO PARES PRIEGO

CARRERA: ING. QUÍMICA

MATERIA: DESARROLLO SUSTENTABLE

MATRICULA: 20E50130

SEMESTRE: 5TO GRUPO: “A”

TAREA A ENTREGAR: TIPOS DE INSEGURIDAD

CICLO ESCOLAR: AGO-DIC 2022.


Inseguridad social

Durante toda la década pasada de fin de siglo, al igual que en estos años iniciales
de centuria, el tema de la perdida de certezas por un lado y, el aumento de la
sensación de inseguridad, por otro, aparecen como temas de inevitable interés para
el mundo de la academia y para los responsables de la 'cosa' pública. Analíticamente
se han buscado diversos caminos para mostrarnos las condiciones de riesgo que
crecen día con día y a los que se enfrentan enormes sectores poblacionales en todos
los puntos de la geografía terrestre, muchas veces de manera contrastante pero
evidentes de muchas formas. Robert Castel se ha distinguido por buscar formas
novedosas de entender y explicar la situación que prevalece en este terreno, una
primera y gran muestra nos la ofrece en la Metamorfosis de la cuestión social, donde
de manera amplia y rica se dirige a mostrarnos, a través de un recorrido genealógico
vasto, cómo la cuestión social se encuentra en la situación actual de perdida de
certeza y empobrecimiento masivo de aquellos que en el pasado reciente tuvieron
condiciones notables de bienestar y hoy se encuentran "desafiliados" del mismo.

En tiempos más recientes, se ocupa de la tarea de mostrarnos en qué consiste la


inseguridad social, tarea que aborda a través de cinco capítulos en claves
genealógicas al andar el camino a través del que se llegó a alcanzar horizontes de
certidumbre notables, que a la vez engendraron grandes contradicciones, y que hoy
día nos colocan en una condición de incertidumbre por la enorme cantidad de
situaciones de riesgo en las que nos encontramos.

Primero, aborda la construcción de certezas y garantías jurídicas como resultado de


luchas políticas que devinieron en la seguridad civil, donde nombres ilustres de la
filosofía política paulatinamente construyeron y colocaron las estructuras que
permitieron consolidar la forma de Estado de Derecho a partir del absolutismo, para
garantizar seguridad a la población lo que, paulatinamente, se complementa con el
reconocimiento de derechos cívicos y políticos de los ciudadanos. El núcleo de todo
el nuevo entramado institucional es la propiedad privada, que permite sólo a un
sector reducido de individuos demandar garantías de seguridad para sus bienes; lo
que abre la puerta a una demanda interminable de justicia y a la aparición de todo
un entramado jurídico–legal. A la demanda de seguridad en la cotidianeidad de la
vida que da paso a la "omnipresencia de los policías", se suma la demanda de
respeto a la libertad y la autonomía individual. Para Castel esto no es sino una
contradicción derivada por un lado, de la demanda de seguridad absoluta y, por otra,
de autonomía y libertad.

De modo que "la exasperación de la preocupación por la seguridad engendra


necesariamente su propia frustración, que alimenta en sentimiento de inseguridad".

El avance de la incertidumbre no se detiene. Al tiempo que se consolida la demanda


por seguridades jurídicas y policiales se desarrolla la institucionalidad necesaria para
garantizar la cobertura de riesgos donde la capacidad de los individuos es
insuficiente para atenderlos. Para Castel este es un problema no resuelto por el
Estado de Derecho, es un déficit que provoca gran inseguridad social, que requiere
la construcción de instituciones para garantizar a aquellos que no son propietarios
certezas. Se trata del grueso de la población que se ostenta como trabajadora, y que
sólo tienen la propiedad de su fuerza de trabajo.

El entramado institucional construido para dar certidumbre a la sociedad en conjunto,


implica "asociar protecciones y derechos a la condición del propio trabajador", lo que
convierte al trabajador en sujeto de atención vía las instituciones creadas para tal
fin; ahora, dice Castel que se crean propiedades sociales que permiten al trabajador
contar con la certeza de protección, tal como ocurre con los propietarios. La
centralidad en el desarrollo de todos los dispositivos de protección social se
encuentran en la labor social del Estado o Estado Social, lo que le convierte en un
reductor de riesgos. Es importante destacar que no se trata de una sociedad de
iguales, pues la condición de trabajador no es univoca, existen diferencias, no se
trata de un Estado redistributivo de ingresos; en todo caso, dice el autor, se trata de
un Estado protector que reduce los riesgos sociales. El cimiento base para lograr tal
estructura institucional se encuentra en las posibilidades de crecimiento de la
actividad económica y lo que llama el principio de satisfacción diferida de los asuntos
sociales. El planteamiento es que desde el Estado se concibe la posibilidad de actuar
sobre el futuro, que siempre se ve halagüeño (hasta la década de los 70). Los logros
alcanzados son, dice Castel, la creación y pertenencia a formas colectivas de
organización, sin ellas los individuos no propietarios se encuentran sujetos a
enormes riesgos.

La construcción de un Estado Social de Derecho ha significado para todos los que


se encuentran en él enmarcados, enormes posibilidades de futuro, no así para
quienes se encuentran fuera de este entramado institucional. Inclusión para unos y
riesgo para quienes pueden perder la pertenencia a colectivos organizados o no
pertenecen a ellos. Si bien, los logros producidos por esta modalidad institucional
son notables, lo cierto es que el orden contractual resulta desfavorable para quienes
no cuentan con los medios para garantizarse independencia social. En este terreno
la construcción de derechos sociales y el activo desempeño del Estado en el terreno
social representan, dice el autor, "la instancia del colectivo por excelencia".

Sin embargo, los arreglos institucionales que propiciaron la formación de derechos


sociales hasta la década de los setenta, entraron en un proceso de debilitamiento
paulatino, de inicio el del propio Estado; en especial del papel desempeñado como
garante de los derechos sociales en la medida que traslada su protagonismo a las
empresas debido a las exigencias de la competencia en los mercados
internacionales, lo que significa trasladar los costos de la competencia al terreno
social. A las exigencias de la competencia se suma, el debilitamiento–erosión de las
formas de representación colectiva y, por tanto, al aumento de la incertidumbre, en
todos los ámbitos. Esta situación pone en juego las características de cada individuo
para mantener y/o mejorar–empeorar su situación. El resultado es la "imposición de
una movilidad generalizada" que empuja al debilitamiento de los arreglos
institucionales que procuraban certezas a la fuerza laboral. Ahora la situación
conduce a la erosión de formas sociales de protección y al incremento de principios
individuales de actuación y al aumento de la inseguridad. De esta manera el
debilitamiento de la parte del sector mayoritario del arreglo social conduce al
aumento de la capacidad de dominio y conducción de la otra.
En esta condición de indefensión de la gran mayoría de los miembros de la sociedad,
se encuentra el origen de resentimiento y la sensación de injusticia en la que se nutre
la descalificación reciproca. Este es un poderoso factor de incremento de la
inseguridad.

Inseguridad alimentaria

La inseguridad alimentaria es la ingesta insuficiente de alimentos, ya sea de forma


transitoria, aguda, estacional o crónica. Tiene efectos graves para la salud y el
desarrollo de las personas, especialmente en los niños.

El objetivo de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la


Agricultura (FAO) es alcanzar la seguridad alimentaria para todas las personas del
mundo. Esta institución determinó una Escala de Experiencia de Inseguridad
Alimentaria (FIES) que mide los niveles de acceso de las personas u hogares a los
alimentos:

- La inseguridad alimentaria leve, cuando existe duda sobre la capacidad para


obtener los alimentos.

- La inseguridad alimentaria moderada, cuando la calidad de los alimentos y su


variedad se ve afectada y se pueden saltar las comidas.

- La inseguridad alimentaria grave, cuando no se consumen alimentos durante el


día o más tiempo.

TIPOS DE INSEGURIDAD ALIMENTARIA


La ONU estima que si no se toman las medidas necesarias, para el año 2050, más
de 2.000 millones de personas sufrirán de hambre en todo el mundo.
Entre los tipos de inseguridad alimentaria se encuentran:

- Inseguridad alimentaria transitoria


La inseguridad alimentaria transitoria se produce cuando las personas no tienen la
capacidad de satisfacer sus necesidades alimentarias durante un tiempo limitado
debido a un hecho ocurrido como, por ejemplo, un desastre natural.

- Inseguridad alimentaria aguda


La inseguridad alimentaria aguda es cuando la incapacidad de una persona de
consumir alimentos pone su vida o sus medios de manutención en peligro inmediato.

- Inseguridad alimentaria estacional


La inseguridad alimentaria estacional es temporal y a corto plazo. Es la pérdida
repentina de la capacidad de adquirir alimentos para satisfacer los requerimientos
necesarios para vivir.

- Inseguridad alimentaria crónica


La inseguridad alimentaria crónica es a largo plazo o se presenta de forma continúa.
Las personas no tienen la capacidad de satisfacer sus necesidades alimentarias
durante un tiempo prolongado.

CAUSAS DE LA INSEGURIDAD ALIMENTARIA


Todos los seres humanos tenemos derecho a la seguridad alimentaria. Sin embargo,
no se cumple y muchas personas no tienen acceso a los alimentos suficientes para
poder vivir, debido a las causas de la inseguridad alimentaria que mencionaremos
a continuación:

- La escasez de agua
La escasez de agua es una de las principales causas de la inseguridad alimentaria.
Actualmente, muchos países están presentando déficit de agua, y existe una
sobreexplotación de los sistemas acuíferos de los países.
- La degradación de los suelos
Otra causa es la degradación de los suelos debido a la agricultura intensiva que ha
provocado el agotamiento de la fertilidad de las tierras, por lo que cada vez es más
bajo el rendimiento agrícola.

- Contaminación atmosférica
Entre las consecuencias de la contaminación atmosférica está la reducción de la
producción y calidad de los alimentos.

- Cambio climático
El cambio climático está provocando desastres naturales nunca antes vistos y con
mayor frecuencia, que dejan como consecuencia la pérdida de millones de hectáreas
de cultivo.

- Explosión demográfica
Es urgente buscar sistemas alimentarios sostenibles que sean capaces de ir al
mismo ritmo de crecimiento que la población mundial.

Millones de personas, especialmente niños, están sufriendo las consecuencias de la


malnutrición y desnutrición.
Inseguridad Jurídica

¿Qué es la inseguridad jurídica?


Un principio básico de cualquier ordenamiento jurídico es su certeza del Derecho, es
decir, que las normas que imperan en la sociedad ofrezcan seguridad a la
comunidad, además de contemplar todos los derechos y obligaciones de cada una
de ellas, y las consecuencias de su incumplimiento bajo su vigencia.

Todo esto que acabamos de comentar se engloba en el concepto de “seguridad


jurídica”, que debe ser el valor esencial del Derecho y reafirmar la idea de justicia
como eficaz y completa.
En cambio, la inseguridad jurídica corresponde a carecer del carácter eficiente y
completo que debe ofrecer una norma legislativa.

Los jueces son los encargados de ofrecer esos valores jurídicos a la ciudadanía, ya
que, su cargo en el ámbito del Derecho, es quién define y confiere seguridad y
confianza, y no malestar o caos.

¿Por qué es importante la seguridad jurídica?


Hay que tener en cuenta que la seguridad jurídica debe tener un sistema
institucional que garantice su independencia, además de contar con aquellos
recursos necesarios para resolver los conflictos entre varias partes, equitativamente
y en un tiempo razonable.

Además, el sistema institucional debe emitir veredictos lógicos, sensatos y dentro de


las normas básicas de convivencia en una sociedad civilizada. Estos procedimientos
deben ser justos y equitativos.

Los agentes económicos buscan que los mercados sean predecibles, por ello, la
seguridad jurídica es el primer requisito de cualquier empresario requiere a la
hora de invertir en un país.
Si un país no tiene una seguridad jurídica consistente, probablemente los negocios
y la inversión serán descartados.

¿Dónde se regula la seguridad jurídica?


La seguridad jurídica se recoge en la Constitución Española, en el artículo 9.3,
donde queda garantizado el principio de legalidad, la jerarquía normativa, la
publicidad, la irretroactividad de las disposiciones sancionadoras, la seguridad
jurídica, la responsabilidad y la prohibición de la arbitrariedad de los poderes
públicos.

Por tanto, la seguridad jurídica implica la publicidad de las normas y el principio


general de irretroactividad de todas las normas jurídicas.
Ejemplos de inseguridad jurídica
Cuando llevamos a cabo una relación comercial, existen algunas situaciones que
pueden generar inseguridad jurídica frente a las Instituciones, por ejemplo:

• Ámbito tributario: una inspección fiscal puede generar problemas o sanciones,


ya que, existen actualmente demasiados cambios en la regulación y con poca
claridad.

• Ámbito comercial: el problema que conlleva los cobros para autónomos y


pyme son elementos preocupantes, debido a la falta de rigor y a la necesidad
de un mejor régimen sancionador de oficio que rija los incumplimientos de
los pagos.

• Ámbito laboral: ante una inspección laboral o un accidente grave, la empresa


debe demostrar que cumple con toda la normativa de prevención de riesgos
laborales.

• Ámbito financiero: la falta de cultura financiera conlleva penalizaciones en


numerosas pymes que sufren la complejidad de algunos productos o
estipulaciones contractuales.
Estos son solo algunos ejemplos de inseguridad jurídica empresarial en nuestro país.
En la que afecta a los ciudadanos tenemos temas como los desahucios, la ocupación
o protección personal.

¿Qué produce la inseguridad jurídica en las empresas y los ciudadanos? Los


factores fundamentales que han contribuido a la inseguridad jurídica de empresas
y ciudadanos son:

Por un lado, el poder legislativo está dominado por los partidos políticos y un
escenario de lucha constante entre ellos donde prevalecen sus intereses antes que
el de los ciudadanos.

A ello, hay que añadir la presión que los intereses corporativos ejercen en el proceso
de creación de las normas, lo que propia una ley pactada o concertada con las
Instituciones Públicas, sin suficiente garantía de participación de los diferentes
grupos sociales.

Y, por último, el proceso de integración europea ha conllevado a la pérdida de calidad


democrática a favor de la actuación reguladora de los Estados en el ámbito
económico.

En conclusión, la falta de estabilidad de las normas jurídicas va unido a la deficiencia


de las técnicas legislativa, generando un desánimo por parte del ciudadano.

Esperemos que en próximas reformas haya un mayor consenso social y político que
genere una mayor seguridad jurídica a los inversores, a las empresas y a los
ciudadanos, es decir, que el sistema tributario esté dirigido por el principio
constitucional de seguridad jurídica, para ganar la confianza que hemos perdido en
los últimos años.

Por otra parte, la incertidumbre procedente de muchas normas inadecuadas y de los


rezagos del sistema de justicia, constituye un problema que afecta el desarrollo del
país y el sano desenvolvimiento de las relaciones jurídicas entre las personas.
Si bien en los últimos años se han logrado importantes avances en la modernización
del marco jurídico, aún se observan rezagos que imposibilitan la plena seguridad
jurídica. Así, diversas transacciones se realizan al amparo de normas que, por el
transcurso del tiempo, resultan inadecuadas para satisfacer las necesidades
actuales, originando falta de claridad y transparencia en las relaciones jurídicas u
obligando a subsanar tales deficiencias mediante instrumentos privados complejos,
poco accesibles para un gran número de personas y que no ofrecen garantías
suficientes a las partes.

Los problemas en el funcionamiento del sistema de justicia han impedido que la ley
se aplique en todos los casos de manera transparente y oportuna, lo cual muchas
veces posterga el cumplimiento de las obligaciones y de las prestaciones derivadas
de los actos jurídicos, y da ocasión para evadir o aplazar en términos inaceptables
el cumplimiento de deberes legales, con grave perjuicio a las partes.

En el ámbito administrativo existe todavía una regulación excesiva que exige a los
particulares numerosos requisitos y trámites, muchas veces innecesarios. En esta
materia la autoridad también cuenta con amplios márgenes de discrecionalidad para
tomar decisiones que generan incertidumbre e implican retrasos y altos costos para
las actividades productivas. A su vez, la sobrerregulación requiere, para su
aplicación, del funcionamiento de estructuras gubernamentales que generan altos
costos para el Gobierno.

Subsisten también serios resabios de inseguridad en la tenencia de la tierra dentro


de los distintos regímenes de propiedad, tanto en el medio rural como en el urbano.
Entre sus causas destacan la existencia de expedientes de reparto pendientes de
resolver, la falta de procesos adecuados para la regularización de la tenencia de la
tierra, la carencia de certificados de derechos ejidales y títulos de propiedad, y el mal
funcionamiento de los sistemas de registro de derechos agrarios y de propiedad.

Normas y prácticas inadecuadas e instrumentos ineficaces para dar seguridad en la


tenencia y propiedad de la tierra generan incertidumbre, e impiden la correcta y
oportuna aplicación de la ley y el pleno respeto de los derechos, lo que inhibe la
inversión productiva y eleva sus costos en perjuicio del bienestar de propietarios,
ejidatarios y comuneros.
Inseguridad económica

La expresión inseguridad económica se refiere al ambiente incierto que enfrentan


los trabajadores y los hogares a raíz de los movimientos erráticos de las cantidades
y precios económicos clave, como el empleo, el ingreso y el salario real. Estas
variables cambian, a veces en forma abrupta, de un mes o año al otro y la
incertidumbre que se cierne sobre sus valores futuros constituye la esencia de la
inseguridad económica. En las publicaciones técnicas, esto suele denominarse
incertidumbre o riesgo. Es importante distinguir entre dos tipos de riesgos. Los
riesgos agregados o comunes afectan por igual a todos los actores económicos o a
la mayoría de ellos. Por ejemplo, el riesgo que plantean las fluctuaciones de la
actividad económica mundial es común para todos los países en desarrollo, mientras
que aquel que genera las fluctuaciones de la actividad económica interna es común
para todos los trabajadores y empresas de la economía nacional. En cambio, otros
riesgos son individuales (o, lo que es equivalente, microeconómicos) o
idiosincrásicos: afectan sólo a personas específicas o a grupos de actores
económicos determinados. Por ejemplo, la fluctuación de la demanda del acero en
principio constituye un riesgo específico para la industria del acero y sus
trabajadores; la incertidumbre acerca de los precios mundiales del café es una fuente
de riesgo idiosincrásico para los países exportadores de este producto, pero no para
el resto. La volatilidad —o variabilidad— a su vez, se refiere a la variación de una
magnitud en torno a una tendencia central (generalmente su valor medio o la
mediana), por ejemplo, la variación de los precios del petróleo con respecto a su
promedio histórico. En algunos casos, parte de la variación de determinadas
variables económicas puede ser predecible: por ejemplo, los precios de los
productos agrícolas en general suben antes de la cosecha y bajan después de ella.

En términos estrictos, entonces, la volatilidad y la incertidumbre no son sinónimos


exactos: la primera se refiere a la variación total de una variable, mientras que la
segunda indica sólo la parte impredecible de esa variación. En la práctica, sin
embargo, generalmente van a la par: las variables volátiles también son difíciles de
predecir. Por este motivo, este informe se centra en la medición de la volatilidad
como una aproximación imprecisa de la incertidumbre y la inseguridad. Medición
¿Cómo se debe medir la volatilidad? Idealmente, es necesario tener algún indicador
que resuma la magnitud y frecuencia con la que una variable tiende a desviarse de
su tendencia central. La teoría estadística proporciona varias de estas medidas y en
este informe se usa con mayor frecuencia la desviación estándar que cuantifica la
magnitud en que una variable suele desviarse de su promedio o valor medio. Puesto
que las variables que aquí interesan en muchos casos están expresadas como
porcentajes, su desviación estándar también es un porcentaje. Aunque la desviación
estándar es la medida de dispersión que se usa con mayor frecuencia, de ninguna
manera es la única, puesto que puede haber otras más adecuadas en situaciones
específicas. Por ejemplo, el coeficiente de variación (que se define como la
desviación estándar de una variable divida por su media) podría ser más adecuado
cuando la media y la desviación estándar tienden a desplazarse juntas, algo que por
lo general ocurre con las variables que muestran tendencias ascendentes o
descendientes. Otras medidas “robustas” (como el intervalo intercuartiles) podrían
ser mejores cuando existen desviaciones poco frecuentes y considerables de una
variable con respecto a su valor central. El uso de algunas de estas alternativas en
lugar de la desviación estándar para medir la volatilidad modificaría
cuantitativamente algunos de los resultados empíricos del informe, pero los
mantendría inalterados en términos cualitativos.
Bibliografía

1.- Cassoni, Allen y Labadie (2000) para Uruguay y conversaciones con Jaime Saavedra (Perú).

2.- Arias (1999) para Argentina, Saavedra (1998) para Perú; y Cassoni, Allen y Labadie (1999) para
Uruguay.

3.- Arias y Saavedra en Cunningham y Artecona (2000); Montenegro (1998) para Chile.

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