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ISSN: 0121-0777
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Universidad Autónoma de Occidente
Colombia
En los distintos niveles del sistema educativo colombiano se discute la calidad de la educa-
ción y la definición de políticas orientadas a poner en práctica estrategias que tiendan a mejorarla.
Ciertamente, la noción de calidad de la educación es compleja, pues en su comprensión entran
diversidad de variables que tienen que ver, entre otros aspectos, con “la naturaleza de la tarea edu-
cativa, la diversidad de actores involucrados y la multiplicidad de factores que la afectan”. Es un
hecho que la educación en nuestro país no ha estado a la altura de las necesidades de su desarrollo
científico, económico, cultural y político. Varios factores han incidido en esa crisis. Basta orientar
la mirada al currículo, los recursos, la evaluación, las prácticas pedagógicas, la organización, las
políticas del Estado, la cualificación de los docentes, el compromiso general de los actores directos
e indirectos del sistema educativo.
En el afán de hacer de la educación un factor catalizador de la sociedad en su conjunto se pre-
cisan metas de calidad, que indiquen lo que se espera que el estudiante logre como resultado del
proceso de escolarización, y la evaluación realizada debe estar en estrecha relación con la situación
deseada. En el proyecto de mejoramiento de la calidad educativa se precisan los estándares básicos
de competencias diseñadas para áreas del conocimiento ligadas al saber y saber hacer, entre otros
elementos que se plantean como parte de lo que es necesario reflexionar para una comprensión del
quehacer educativo. Sólo hemos traído a colación estos dos aspectos, toda vez que el objetivo de
estas reflexiones es el de llamar la atención sobre la necesidad de entender el saber en dos dimen-
siones: Saber qué y saber cómo, esenciales en los procesos de aprendizaje y claves en el diseño
de planes académicos determinantes en el desarrollo del pensamiento.
No sobra señalar que estos aspectos, saber qué y saber cómo, son bien complejos y por tanto
problemáticos; aquí sólo se trata de ponerlos sobre la mesa de discusión y llamar la atención de
los educadores, administradores educativos y estudiantes con respecto a que su clarificación y
diferenciación contribuyen a los procesos de aprendizaje. En no pocas situaciones los investiga-
dores han estado ocupados en la naturaleza y validación de las teorías y poco se han preocupado
lo que significa e implica que en las prácticas específicas de los diferentes tipos de conocimiento
alguien sepa cómo llevar a cabo ciertas actividades.