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Por Eduardo Lucita | 12/09/2009 | Economía
Fuentes: LA ARENA
Algunas voces excesivamente entusiastas hablan del fin de la crisis mundial. Ciertos gurúes derrochan
optimismo pero los indicadores dicen otra cosa. Hay diferencias en los países centrales por las medidas
a adoptar. Distintos centros internacionales dan cuenta que la crisis mundial ya pasó, que ahora viene
Algunas voces excesivamente entusiastas hablan del fin de la crisis mundial. Ciertos gurúes derrochan
optimismo pero los indicadores dicen otra cosa. Hay diferencias en los países centrales por las medidas a
adoptar.
Distintos centros internacionales dan cuenta que la crisis mundial ya pasó, que ahora viene la
recuperación. Analistas y gurúes locales se hacen eco y agregan de su propia cosecha. Sin embargo una
consumo y el empleo.
Efectivamente el domingo pasado un reconocido analista internacional afirmó en uno de los principales
medios gráficos del país: «Terminó la recesión de la economía mundial en el segundo trimestre de este
año y comenzó una recuperación global arrastrada por los países emergentes». ¿Es tan así? ¿Se puede
Los datos
En las últimas semanas una catarata de datos positivos informan que la economía mundial, medida por el
comportamiento de los principales países, ha detenido su caída y comenzado a salir del pozo en el que
cayera desde mediados del 2007. Así los principales mercados bursátiles del mundo vienen reaccionando
positivamente. Alemania y Francia, las locomotoras de la economía europea, habrían dejado atrás la
recesión, porque sus datos estadísticos muestran un crecimiento del 0,3 por ciento de sus respectivos
PBI, algo similar se estima para Japón. Por su parte China ha retomado el crecimiento por arriba del 7
estadounidense en el segundo trimestre fue solamente de 1,7 por ciento, una disminución del ritmo de
contracción si se la compara con el 5,8 que cayó en el primer trimestre. Por otra parte los precios de
algunas materias primas se han recuperado de la fuerte caída de meses atrás, aunque sin alcanzar
aquellos valores.
Para cierta mirada es como si lo peor se hubiera ya superado, como si todo hubiera regresado a la
normalidad. Los gurúes de la City parecen haber dejado atrás el ataque de pánico que los abrazaba y han
fallas del mercado. Casi mágicamente sus temores han desaparecido de la escena.
Sin embargo…
Este optimismo no parece totalmente fundado, no puede hacer olvidar que el freno en la caída ha sido
posible merced al salvataje financiero que los distintos gobiernos lanzaron al mercado para rescatar a
bancos y empresas, complementados con los paquetes de estímulos fiscales para mantener un mínimo
nivel de demanda. Ahora bien en los EE.UU. los diversos apoyos financieros han hecho trepar el déficit
fiscal a 1,5 billones (millón de milllones) de dólares, lo que representa algo más del 10 por ciento del
PBI, un alto porcentual de ese déficit deberá ser cubierto con fondos provistos por la Reserva Federal,
cuyo balance ya se encontraba complicado por la obligada compra de títulos y acciones para evitar la
quiebra bursátil.
Al mismo tiempo los efectos del rescate bancario siguen siendo inciertos. Quince días atrás la Agencia
Federal de Garantías de Depósitos Bancarios (FDIC, según sus siglas en inglés) dio a conocer un
informe de los bancos que presentan problemas de capitalización y cartera vencida. En el período marzo-
junio de este año la cantidad de bancos con este tipo de problemas creció en 111 instituciones, llegando a
Los programas de estímulo -a diferencia de lo que pasó en Argentina- dieron cierto resultado
alimentando el consumo, pero esto parece ser algo de corto alcance y su impacto comienza a agotarse.
Las encuestas sobre confianza del consumidor arrojan que hay que esperar una reducción importante y
duradera en los niveles de consumo de la sociedad estadounidense, que temerosa por el futuro inmediato
decide ahora ahorrar más que consumir. Es que la tasa de desocupación creciente es una amenaza más
que sensible. Tanto en los EEUU, como en los países de la eurozona, es cercana al 10 por ciento, con un
pico en España superior al 18. La OIT ya señaló que aún cuando la economía comience a recuperarse la
El fin de semana pasado los ministros de Economía de los países que componen el llamado grupo de los
veinte -países desarrollados más emergentes de Asia y América Latina- se reunieron en Londres en una
Dos tendencias se manifestaron allí. Por un lado EE.UU. e Inglaterra que lograron imponer que «se
seguirá con la aplicación de nuestras medidas necesarias de apoyo financiero y políticas fiscales
expansivas, hasta tanto la recuperación esté asegurada» según consta en la declaración final. Por el otro
las potencias centrales europeas encabezadas por Alemania y Francia que buscan controlar y limitar la
actividad especulativa del sistema bancario, preocupadas por los datos de desempleo, el déficit, el
endeudamiento y bajo consumo que sigue registrando la primera economía mundial. Temen un nuevo
colapso bancario en EE.UU. que vuelva a desequilibrar al conjunto de la economía global. No es para
menos, otros cinco bancos de EE.UU. quebraron la semana pasada, elevando a 86 el total de
instituciones financieras que se han hundido en lo que va del año, un aumento sustancial respecto a las
Pero no sólo esto está en debate. Los presidentes deberán decidir también qué estrategias se darán en
cada país para comenzar a desarmar las políticas de estímulo -aumento considerable del gasto público y
bajas en las tasa de interés- cómo reabsorber la enorme cantidad de dinero emitida sin respaldo alguno
(incluso el aumento de los derechos especiales de giro -DEG- del FMI no tiene respaldo. En Londres el
ministro alemán de finanzas no dudó en señalar que revertir las políticas tributarias lanzadas para
combatir la crisis «debería tener lugar lo antes posible para reducir los déficit a un nivel sostenible e
impedir amenazas inflacionarias» y agregó: «estas estrategias de salida deberían ser coordinadas
EE.UU. y el FMI se oponen a la propuesta alemana. Saben que los bajos niveles de consumo actuales y
recesiva aún. Tienen claro que necesitarán de mayores estímulos, pero no acuerdan en cómo manejar a
futuro los déficits fiscales, que crecen en forma más que alarmante, y las inevitables presiones
Así el ansiado fin de la recesión y el deseado inicio de la salida de la crisis tienen bases más que
endebles y en el mejor de los casos están anunciando una recuperación malsana, en el sentido que no
Los principales analistas del mundo han dejado atrás la tesis de la crisis en forma de V, rápida caída y
veloz recuperación, por el contrario los mas optimistas se inclinan por la forma de U, caída, un tiempo
de baja intensidad económica y luego la trepada. Pero también están los que auguran una crisis en forma
de W, caída, débil recuperación y nueva caída para luego retomar el ciclo alcista. Nadie sabe bien donde
está parada hoy la economía global, en opinión de este columnista es muy probable se ingrese en un
período de estancamiento, tipo Japón en los ’90, cuando la economía dejó de caer pero tampoco se
recuperó por varios años. Los costos sociales de esta crisis en forma de L no son menores.