Está en la página 1de 1

Cual emponzoñada viscaína

te clavaste aquí en mi pecho

En este corazón brioso y obcecado

Corroyendo por entero el alma mía

Una tea que entre sombras me guiaba

Me dejó en la penumbra abandonado

Yací, por el miedo atenazado

Pues su llama extinguiose de la nada

Pero como mi corazón es brioso

Reavivose y me impelió a avanzar

Dando tumbos por un pasillo arcilloso

No obstante, se negó a buscar

Otra fuente que alumbrase el camino

Y le ayudase la meta alcanzar

También podría gustarte