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MATERIA: AMPARO I.
TEMA: AMPARO I.
LICENCIATURA EN DERECHO
Por ende, la libertad jurídica es toda posibilidad de actuación social del hombre,
reconocida por el orden jurídico estatal, propiamente es un hecho reciente, producto
de constantes y sangrientas luchas. El momento histórico en que surge la libertad
humana, como derecho fundamental del individuo, incorporada a un régimen
normativo a título de garantía contra los excesos del poder público, es muy
complicado de precisar.
Así pues, la Declaración de los Derechos del Hombre, implica el comienzo de una
era en la que el respeto a la libertad del individuo y a sus derivaciones específicas
es el objeto de consagración de la mayor parte de los regímenes constitucionales;
pero al igual, en tiempos pasados, en Inglaterra, a través de una larga e incesante
evolución social, fruto de circunstancias y factores de arraigo en el pueblo inglés, se
fue imponiendo a las autoridades, y en particular al rey, el reconocimiento de la
libertad humana de lo cual es importante razonar.
1. GÉNESIS DEL JUICIO DE AMPARO.
1.1. Grecia.
1.2. Roma.
1.3. España.
Antes de su formación social y política definitiva, vivió una larga etapa de su historia
en periodos de acomodamiento y adaptación entre los diferentes pueblos que
habitaron su territorio, tanto la dominación romana como después del
desmembramiento del imperio romano en el siglo V de la era cristiana. De los
diversos pobladores de España antes de la integración de los distintos reinos que
al andar del tiempo debían constituirla, los más importantes de la historia jurídica
fueron sin duda los visigodos, en ellos surgieron las primeras instituciones de
derecho escrito o codificado que sustituyeron a las viejas costumbres jurídicas,
considerándose a Eurico como el primer legislador del pueblo y de quien se afirma
fue una especie de compilador de antiguos hábitos y usos.
Otro importante estatuto que integraba el derecho escrito español era el Fuero Viejo
de Castilla, el cual, como ordenamiento compilador de diversos fueros y
disposiciones anteriores, fue publicado en 1356, componiéndose de cinco libros.
Ahora bien, uno de los fueros que más significación tiene para la antecedencia
hispánica de algunas de nuestras garantías individuales, es sin duda el llamado
Privilegio General que en el reino de Aragón expidió don Pedro III en el año de 1348,
estatuto que ya consagraba derechos fundamentales en favor del gobernado
oponibles a las arbitrariedades del poder público en lo que concierne a la libertad
personal. Las garantías de seguridad jurídica que dicho fuero general contenía en
beneficio de dicha libertad, se hacían respetar a través de distintos medios
procesales que él mismo instituía y los cuales se conocen con el nombre de
procesos forales, constituyendo algunos de ellos verdaderos antecedentes o
precedentes hispánicos de nuestro juicio de amparo. En abril de 1931 se implanta
el régimen republicano en España mediante la Constitución de ese año, y en la que
además de contenerse un catálogo de garantías individuales, se instituyen medios
para su protección.
Antes de 1247 hubo también fueros de ámbito local o comarcal, los Reyes otorgaron
cartas de población y privilegios a muchas ciudades, villas y aldeas, indicando en
muchos casos con mayor o menor detalle los fueros por los que habían de juzgar y
ser juzgados: normas penales, civiles y procesales, fundamentalmente. Jaime I, ya
rey de Valencia y Mallorca, en Corte general celebrada en Huesca, promulgó en
1247 unos Fueros de Aragón de aplicación territorial en todo el reino (salvo, por el
momento, Teruel). En la compilación de los Fueros de Aragón intervino Vidal de
Canellas, gran jurista, que escribió también el Vidal Mayor (Liber in Excelsis); los
Fueros de Aragón (Huesca, 1947) contiene la totalidad del ordenamiento judiciario,
es decir, las normas de procedimiento y las sustantivas o de fondo que los jueces
han de tener en cuenta al juzgar tanto pleitos civiles como penales.
Con unos orígenes que se remontan incluso antes de la Edad Media, los fueros se
pueden considerar como uno de los primeros sistemas políticos democráticos de
Europa, con una participación de la comunidad en la vida pública difícilmente
comparable a otra en ese momento. Si alguna disposición del señor Vizcaya y Rey
de Casilla infringía el fuero pasaba a aplicarse el denominado Pase Foral por las
Juntas Generales, esto es, “se obedece, pero no se cumple”, así se recogía en el
Fuero Viejo de Vizcaya de 1452 y en el Fuero Nuevo de 1526.
Existen tres diferentes supuestos por los cuales el juez eclesiástico podía hacer
fuerza: Cuando conocía en causas meramente profanas y que, no estaban sujetas
a jurisdicción; *Cuando conociendo de una causa correspondía a sus atribuciones
no observaba en sus trámites el método y forma que prescribían las leyes y los
cánones; Cuando se otorgaban las apelaciones que debían ser admisibles
conforme a derecho (*en estos dos supuestos, reencuentra un verdadero
antecedente hispánico del amparo).
1.4. Inglaterra.
1.5. Francia.
Las corrientes políticas que surgieron en Francia en el siglo XVIII fueron los
Fisiócratas, los Voltaire, los enciclopedistas. El pensador que ejerció mayor
influencia en las tesis jurídico políticas llevadas a la práctica por la Revolución
Francesa, fue Rousseau con su teoría Contrato Social. Al crearse la sociedad civil,
en oposición al estado de naturaleza, se estableció un poder o una autoridad
supremos, cuyo titular fue y es la comunidad, capaz de imponerse a los individuos.
Desde sus orígenes, el habeas corpus ha sido en los Estados Unidos un recurso
(writ) ante la autoridad judicial para preservar la libertad personal contra
aprehensiones o detenciones arbitrarias o no justificadas provenientes de
autoridades administrativas y específicamente políticas. Sin embargo, como afirma
J. A. Grant, su procedencia se ha hecho exclusiva contra actos de los órganos
judiciales mediante los que se afecta la mencionada libertad, inclusive dentro de
procedimientos judiciales. En suma, el habeas corpus se ha convertido virtualmente
en un juicio de amparo en materia penal.
Es un recurso que tiene por objetivo revisar los actos de un órgano judicial inferior
o de un organismo que actúe en forma quasi-judicial, de tal manera que la parte
interesada pueda obtener justicia más rápidamente y que para que se corrijan las
irregularidades y los errores que hubiere en el procedimiento. Se da en favor de
aquel que no reciba pronta y expedita justicia o cuando en el negocio en que sea
interesado no se proceda con imparcialidad. Corresponde al Juicio de Amparo y
Recurso de Casación en la parte que se relaciona con la violación de las leyes de
procedimientos.
Podemos mencionar al igual que entre los aztecas la administración de justicia era
arbitraria, como se afirma, la justicia no se administraba conforme a normas legales
o consuetudinarias pre-establecidas, sino según el criterio del funcionario
respectivo. Tales eran las condiciones que privaban en el régimen azteca, el más
adelantado culturalmente hablando de todos los autóctonos pre-europeos, por
mayoría de razón se debe concluir que en suelo de México, antes de la colonización
española, nunca podremos hallar un precedente de nuestro juicio de amparo, ni
siquiera con una semejanza muy relativa; pues, como cuerpo de leyes, la historia
del derecho patrio empieza con la primera cédula real dictada para el gobierno de
la Indias, es decir, con el advenimiento del derecho colonial (Mendieta y Núñez).
Por otra parte, la Leyes de Castilla tenían también aplicación en la Nueva España
con un carácter supletorio, pues la Recopilación de 1681 dispuso que en todo lo que
no estuviese ordenado en particular para las Indias, se aplicarán la Leyes de
Castilla.
Persiguiendo el objeto de unificar todas las disposiciones que bajo distintas formas
perceptivas se dictaban para los dominios españoles en América, el rey Carlos II,
en 1681 y por sugestión de dicho Consejo, ordenó la conjunción de ellas en un
código que se conoce con el nombre de Recopilación de Leyes de Indias, cuyo
contenido versa sobre múltiples y variadas materias.
Ahora bien, Toribio Esquivel Obregón aduce otras instituciones neo-españolas que
considera como antecedente de nuestro juicio de amparo, se refiere a una especie
que se le denomina incompetencia inconstitucional, mencionando, se daba el caso
con frecuencia de que una persona, que se creía agraviada con una resolución del
virrey, apelaba de ella para ante la Audiencia, por juzgar que aquel se extralimitaba
en el uso de su jurisdicción, y que el hecho era el conocimiento de la justicia…,
suspendiéndose el curso de los autos en tanto que aquel tribunal decidía si el
negocio era de justicia o de gobierno.
Por otra parte, Andrés Lira habla de un amparo colonial, el que, según este autor,
era el sistema por el cual la autoridad máxima de entonces, el virrey, otorgaba
protección a una persona frente a autoridades inferiores y también frente a otras
personas, que si tener ese carácter de autoridad, se hallaban en una situación
ventajosa en las relaciones con el protegido, debido a su posición social y a su poder
real dentro de la sociedad colonial.
Su principal función era organizar políticamente a México y establecer las bases del
funcionamiento de los órganos gubernamentales, fue natural que colocaran en
segundo plano secundario los derechos del hombre, comúnmente llamados
garantías individuales. Solo en preceptos aislados, cuyo contenido dispositivo no
concuerda con el rubro del capítulo en el que están insertados, podemos encontrar
algunos derechos del individuo frente al Estado, que generalmente se refieren a la
materia penal, aunque el artículo 152 encierra una garantía de legalidad.
Los lineamientos generales esenciales del juicio de amparo establecidos por las
Constituciones de 57 y de 17 se encuentran en la obra de Rejón, con la circunstancia
ventajosa, de lo que hacía procedente contra cualquier violación a cualquier
precepto constitucional, traducido en un agravio personal y en los términos
siguientes: Competencia a la Suprema Corte para conocer de todo juicio de amparo
contra actos del gobernador del Estado (Poder Ejecutivo) o leyes de la Legislatura
(Poder Legislativo) que entrañaran una violación al Código Fundamental. A los
jueces de primera instancia los reputaba como órganos de control, pero solo por
actos de autoridades distintas del gobernador y de la legislatura que violaran las
garantías individuales, siendo los superiores jerárquicos de los propios jueces
quienes conocían de los amparos interpuestos contra sus actos por análogas
violaciones constitucionales.
El principio básico sobre el que descansa la procedencia del juicio de amparo en las
Constituciones de 1857 y de 1917, o sea, el relativo a la instancia de la parte
agraviada (gobernado en particular), así como el de la relatividad de las sentencias
que en dicho juicio se dictan, se encuentran no solo consagrados en los preceptos
del proyecto de Ley Fundamental del estado de Yucatán, sino formulados
nítidamente en la exposición de motivos correspondiente.
Ahora bien, el control constitucional ejercido mediante el amparo dentro del sistema
concebido por Rejón en el proyecto de Constitución yucateca de 1840, operaba
sobre dos de los principios que caracterizan a nuestra institución actual, a saber, el
de iniciativa o instancia de la parte agraviada y el de relatividad de las decisiones
respectivas, este control, además, era de carácter jurisdiccional. Por otro lado, el
régimen de los Estados Unidos el control jurisdiccional de la Constitución se ha
ejercido por la vía de excepción o defensiva, en la Ley suprema de Yucatán se
estableció por vía activa, que es en la que se promueve y desarrolla nuestro juicio
de amparo.
Las ideas de Mariano Otero, fueron acogidas en sus perfiles cardinales en el Acta
de Reformas de 1847, se contienen en su célebre voto particular de 5 de abril del
propio año; dicho voto, además de entrañar un valiosísimo documento en la historia
del Derecho Constitucional de nuestro país, encierra muy importantes enseñanzas
en esta rama jurídica, implicando un estudio penetrante de sus diversos aspectos,
que legitima a su autor como uno de los más brillantes juristas mexicanos.
Emanada del Plan de Ayutla, que fue la bandera política del partido liberal en las
Guerras de Reforma, implanta el liberalismo e individualismo puros, como
regímenes de relación entre el Estado y el individuo. Dicha Constitución fue el reflejo
auténtico de las doctrinas imperantes en la época de su promulgación,
principalmente en Francia, para las que el individuo y sus derechos eran primordial,
si no el único, objeto de las instituciones sociales, que siempre debían respetarlos
como elementos superestatales.
León Guzmán, con o sin la conformidad del constituyente, al haber suprimido del
texto definitivo del artículo 102 la injerencia de un jurado en el conocimiento del
amparo, aseguró la supervivencia de esta institución en la vida jurídica de México,
pues de haberse conservado a dicho cuerpo, independientemente de su
composición, dentro de su mecanismo procesal, se habría cometido una grave
aberración que con el tiempo pudo originar el fracaso del citado juicio.
En materia de propiedad privada, nuestra Ley Suprema actual, junto a los derechos
fundamentales del gobernado o garantías individuales, adopta el concepto
correlativo, es decir, el de obligaciones individuales públicas, que tiene la
implicación opuesta a la idea de derechos públicos individuales. La obligación
pública individual, desconocida en la Constitución de 57, con exclusión de las
fiscales y militares, es aquella que el Estado impone al individuo, al sujeto,
constriñéndolo a obrar o a hacer uso de sus bienes en beneficio de la sociedad.
Entonces podemos decir que, en régimen jurídico constituido por la Constitución de
17, opera con notoriedad el sistema de intervencionismo de Estado, alternado con
otros regímenes, como son la libertad-individualista en cuanto a varias de las
garantías individuales, y el nacionalista por lo que respecta al artículo tercero
constitucional.
El Juicio de Amparo hecho indispensable para los proyectos de la vida social que
se ha ido transformando con el tiempo; debido a los requerimientos económicos,
presiones sociales y a los trastornos políticos del país y mediante estas
características en los derechos fundamentales, la ciudadanía hace valer sus
derechos frente al poder el Estado, trazando los límites de actuación de este frente
a particulares y que consisten en el respeto a los derechos del hombre, que a su
vez están constituidos por la facultad de los individuos para disfrutar de la igualdad,
de la libertad, de la propiedad y de la seguridad.
FUENTES DE INVESTIGACIÓN:
R. R. Marcos. (07 de abril del 2007). El juicio de amparo: origen y evolución hasta
la constitución de 1917.
https://archivos.juridicas.unam.mx/www/bjv/libros/9/4317/9.pdf