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Universidad de Lima

From the SelectedWorks of Jairo Cieza Mora

Fall April 30, 2015

Error y responsabilidad precontractual.pdf


Jairo Cieza Mora, Universidad de Lima

Available at: https://works.bepress.com/jairo-ciezamora/25/


CONTRATOS Y ACTO JURÍDICO
CIVIL

ANÁLISIS JURÍDICO

El error y un acercamiento
a la responsabilidad precontractual*

Jairo CIEZA MORA**


etnaveler ameT

Según el autor, el resarcimiento por error es una exigencia primordial en la contratación,


pues encaja en la clasificación de la celebración de un contrato inválido por violación de
la buena fe precontractual. Por ello, sostiene que la regulación del resarcimiento en los
diversos textos normativos internacionales, demuestra la necesidad de tenerla en cuenta
al momento de realizar una reforma del Código Civil.

MARCO NORMATIVO basado en un sistema liberal. Por lo tanto el


sistema jurídico tiene la función de tutelar la
• Código Civil: arts. 207 y 1362.
voluntad en el contrato. De esta manera las
afectaciones a la voluntad son tratadas de
I. El error vicio, el error obstativo y el distinta manera. Para iniciar partiremos del
disenso en la doctrina comparada. siguiente comentario de la doctrina italiana:
Una toma de posición con respecto
a la indemnización en caso de anu- Por este aspecto se contemplan los casos
lación por error de ausencia total de voluntad (o volun-
tad del acto), de divergencia entre volun-
El aspecto de la voluntad en el Contrato y la tad y declaración (o falta de voluntad del
relevancia de la autonomía privada en la con- contenido) y, en últimas, los vicios del
tratación es el eje central, desde épocas ante- consentimiento. Con arreglo a un crite-
riores hasta la actualidad, de la contratación, rio lógico-simétrico se contraponen los
para el funcionamiento del sistema jurídico eventos en que la voluntad está ausente

* “Mas ya me ha venido a la memoria donde será bien. Y aún más que bien, escribilla, que es en el librillo de memoria que
fue de Cardenio, y tu tendrás cuidado de hacerla trasladar en papel, de buena letra, en el primer lugar que hallares donde
haya maestro de escuela de muchachos, o sino, cualquiera sacristán te la trasladará; y no se la des a trasladar a ningún escri-
bano, que hacen letra procesada, que no la entenderá Satanás”. Don Quijote, dirigiéndose a Sancho para la escritura de una
carta entendible. (Don Quijote de la Mancha, Miguel de Cervantes Saavedra).
** Abogado. Magíster en Derecho Civil y Comercial. Docente del posgrado y pregrado de Derecho Civil en la Universidad
Nacional Mayor de San Marcos. Docente de Acto Jurídico y Responsabilidad Civil en la Universidad de Lima. Investiga-
dor del Instituto de Investigación Científica (IDIC) de esta casa de estudios. Docente de Derecho Civil y Derecho y Lite-
ratura en la Universidad Jesuita Antonio Ruiz de Montoya. Socio del estudio Capuñay & Cieza Abogados.

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(nulidad absoluta) a aquellos en que la Sobre ambos tipos de error se ha señalado


voluntad apenas se encuentra viciada con acierto que: “La contraposición entre
(anulabilidad); en tanto que con men- error obstativo y error vicio puede regir y
guada coherencia se aceptan y justifican adquirir una consistencia real, solo en la
las soluciones que caso por caso esta- medida en que se admita, como lo hace el
tuye la ley o impone el sentido jurídico resto de la doctrina, que son muy distintas
en contraste con las ofrecidas por el cri- las repercusiones de uno y otro error sobre la
terio voluntarista, acudiendo a los men- voluntad” (Scognamiglio, 1996: 51).
tados principios de la autorresponsabi-
lidad y de la confianza (Scognamiglio, En cuanto al error esencial, que es una de las
1996: 41). características del error vicio se ha señalado
por la doctrina que vengo siguiendo:
El autor que vengo siguiendo es reacio a las
posiciones repetitivas sobre la voluntad y a) El error que recae sobre la naturaleza y
un crítico de la tesis voluntarista y por tanto sobre el objeto del contrato, y así, sobre
señala con respecto al querer interno: “Mas el tipo de contrato (por ejemplo, se con-
sea el caso de insistir ahora en que todos funde una venta con un arrendamiento) y
estos planteamientos y las consiguientes difi- más genéricamente, el error, sobre el con-
cultades y contradicciones de la dogmática tenido o resultado en sus líneas esencia-
les (sin embargo, la expresión “objeto”
se originan en el empeño de tomar a la volun-
se presta a equívoco, y no es la adecuada
tad de los sujetos como el elemento esencial
para imprimirle a esta hipótesis una acep-
del contrato, que con ese carácter habrá de
tación precisa) (Scognamiglio, 1996: 53).
estar presente en toda ocasión. Por tal motivo
y ateniéndose a una perspectiva más realista, Aquí se pone de manifiesto la complejidad y
sostenemos que el querer interno constituye confusión que se deriva del término “objeto
apenas un presupuesto de la actividad nego- del contrato”. Para nuestro ordenamiento
cial, al que corresponde un delicado pro- civil es la creación, regulación, modificación
blema de reglamentación, que a su turno, o extinción de relaciones obligatorias, pero
dada la complejidad de los intereses enfren- para el negocio jurídico puede ser, depen-
tados, no se presta para una solución unitaria diendo de la posición doctrinaria a la que
(o siquiera con tendencia a la uniformidad)” adhiramos, la prestación, el bien, la relación
(Scognamiglio, 1996: 41). jurídica o la situación jurídica.
Trataremos en primer término del error b) El error relativo a una calidad del objeto
vicio y del error obstativo como los dos que se considera determinante. Se trata
grandes tipos de error regulados por nuestro en esta oportunidad de hipótesis que
Código Civil (CC), el primero previsto en los dan a lugar a graves discusiones, puesto
artículos 201 al 207 del CC y el segundo del que es necesario establecer cuáles deben
artículo 208 en adelante1. ser, entre las varias, las calidades que

1 Artículo 201 del CC.- El error es causa de anulación del acto jurídico cuando sea esencial y conocible por la otra parte.
Artículo 207 del CC.- La anulación del acto por error no da lugar a indemnización entre las partes.
Artículo 208 del CC.- Las disposiciones de los artículos 201 a 207 también se aplican, en cuanto sean pertinentes, al caso
en que el error en la declaración se refiera a la naturaleza del acto, al objeto principal de la declaración o la identidad de
la persona cuando la consideración a ella hubiese sido el motivo determinante de la voluntad, así como al caso en que la
declaración hubiese sido trasmitida inexactamente por quien estuvo encargado de hacerlo.

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pueden adquirir un alcance tan decisivo. porque cuando se trata de un error inex-
El citado artículo 1429 (CC italiano) en cusable o garrafal, la víctima no tiene de
su inciso segundo se refiere a este pro- qué quejarse (según la regla de la auto-
pósito a las calidades determinantes del rresponsabilidad) y ordinariamente pre-
consentimiento “según las apreciación valecerá la tutela de los intereses del otro
común o con relación a las circunstan- contratante; y otro, que, por el contra-
cias” (Scognamiglio, 1996: 53). rio, se refiere a la posición de la contra-
parte, para el cual solamente el error
“d) El error puede recaer también sobre la reconocible puede dar pie a la invali-
identidad o sobre la calidad de la persona dez del contrato, en tanto que en todos
destinataria del acto en sentido lato” (Scog- los demás casos, quien incurre en error
namiglio, 1996: 54). Es el llamado error in deberá aportar la consecuencias (Scogna-
personam. Supongamos que contrato a un miglio, 1996: 54, el resaltado es nuestro).
cantante de rock cuyo nombre es Jairo Cieza,
pero me encuentro con que el contratado es Este análisis es importante para compren-
un sencillo docente universitario con aspi- der las consecuencias del error en el negocio
raciones de canto. O busco a un connotado jurídico, que van a depender de la situación
abogado llamado Rómulo León, pero quien jurídica en que se encuentre el sujeto sobre
aparece en la audiencia para hacer uso de la el que pesarán las consecuencias del error
palabra es un ingeniero minero. y quien debe soportarlas. De esta manera
el errans solamente será beneficiado con la
Dentro de los presupuestos para que el nego- anulación del negocio cuando su error sea
cio jurídico se anule es que sea reconocible
disculpable o excusable y no cuando su error
por el destinatario de la declaración emitida
sea infantil u obedezca a culpa inexcusable
por el errans. Sobre la reconocibilidad del
en cuyo caso el negocio debe prevalecer2.
error se ha señalado que:
No sería razonable que el negocio jurídico
Es tiempo de advertir aquí, que para deci- sea anulado por una causa originada en la
dir sobre la relevancia del error se ha de impericia o negligencia del errante y perju-
tener en cuenta, tal como lo sugiere la dicando de esta manera a las expectativas
experiencia jurídica, también otro crite- esperadas y predecibles por el destinatario
rio de discriminación, que se desprende de la declaración. El abogado civilista que
de la exigencia de asegurar una ade- no advirtió la diferencia entre un contrato
cuada protección a la otra parte intere- de arrendamiento y un contrato de uso, no
sada, frente a las graves consecuencias puede pedir la anulación del contrato basado
que acarrea la anulabilidad del contrato, en su error sobre la naturaleza jurídica del
con lo que también absolvemos una contrato, porque es esperable que los dis-
inquietud pendiente. A este propósito se tinga perfectamente, así como es esperable y
pueden configurar en abstracto dos siste- predecible que se haya proyectado a la con-
mas: uno, que se refiere a la posición de certación de un contrato de arrendamiento
quien sufre el error, según el cual, este y no de uso. En este caso, por ejemplo, el
ha de ser excusable en todos los casos, negocio jurídico celebrado prevalecerá y

2 Esta situación no es asumida en nuestro Código Civil, pues no hace diferencia entre error excusable o no excusable por lo
que cualquier error puede ser motivo de anulación del contrato, lo cual no resiste el análisis jurídico por tanto debe existir
una modificación en el sentido descrito.

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se mantendrá y si se anula por vicios de la calidad de las partes. En términos gene-


voluntad del errans negligente o imperito rales se ha de tener presente que la ley
tendrá que indemnizarse al destinatario alude específicamente a aquellos elemen-
cuya expectativa se ha visto frustrada. En tos que pueden resultar del propio con-
el caso del vendedor de una casa que tenía un trato, con el fin de decidir sobre la reco-
gran tesoro en su subsuelo, siendo el vende- nocibilidad (Scognamiglio, 1996: 58).
dor un ingeniero geólogo que no advirtió la
posibilidad de la existencia de bienes de gran Como se puede leer se ha puesto la preponde-
valor en el subsuelo en donde se encontraba rancia en la reconocibilidad sobre la excusa-
construida su vivienda, una vez transferida bilidad. La primera se refiere al destinatario
no tendrá posibilidades de anular el negocio de la declaración (la otra parte para nuestro
jurídico por la pérdida económica operada CC) y la segunda se refiere a la diligencia
contra él. Tendrá que soportar las pérdidas ordinaria que debe tener el errans para justi-
o ganancias que dejó de percibir, porque ficar su caída en error y la justificación para
su actuación no es excusable o disculpa- conseguir su anulación. Sin embargo a efec-
ble y no se puede perjudicar a los terce- tos del presente trabajo considero que ambas
ros con nuestras propias acciones u omi- situaciones son trascendentes para apreciar
siones cuando estábamos en posibilidad los efectos jurídicos producidos en caso de
de advertirlas. anulación y en particular para evaluar
la posibilidad de resarcimiento al errans
Con referencia a la excusabilidad y recono- por no haber sido advertido por “la otra
cibilidad se ha señalado que: parte” de su error y llevar acabo un con-
trato que en realidad no deseaba y la del
Por eso mismo se debe excluir de plano y destinatario de la declaración del errans
contra las incertidumbres de la doctrina y por verse obligado a perder las expecta-
la jurisprudencia, que en nuestro derecho tivas razonables y esperables derivadas
quepa aun atribuir alguna significación de los efectos del contrato y que ahora se
al requisito de excusabilidad. Lo mejor ven frustradas por la anulación del con-
es tratar de precisar el significado de la trato por el error no disculpable o inexcu-
expresión “reconocibilidad”, y con ese sable del errans. Se ha señalado por un sec-
fin, inmediatamente y para ir fijando cri- tor mayoritario de la doctrina nacional, que
terios de orientación, debe descartarse la el destinatario de la declaración no merece
posibilidad de que solo sea “reconocible” ser resarcido porque un presupuesto para la
el error evidente. En efecto, la evidencia anulación es que el error sea conocible por
es el grado máximo de reconocibilidad, este; sin embargo a pesar de haber conocido
y la ley, oportunamente, no exige tanto, el error y ante la falta de diligencia del propio
ya que se satisface con que el error pueda errante para no advertir una situación que era
ser reconocido por una persona de dili- absolutamente verificable por este, considero
gencia normal, teniendo en cuenta al pro- que el destinatario tendrá la posibilidad de
pio tiempo el contenido del contrato, las ser resarcido, como veremos más adelante.
circunstancias o la calidad de los contra-
tantes. A este propósito se ha observado, Es importante recordar que: “La reserva
y la anotación es fundada, que la cali- mental implica una verdadera divergencia,
dad de los sujetos no puede constituir por consciente y voluntaria, entre la manifesta-
sí sola una razón de reconocibilidad del ción y el querer interno del sujeto” (Bigliazzi
error y que mejor ha debido decirse “y” Geri, Breccia, Busnelli y Natoli, 1995: 813,
en vez de “o”, en cuanto la referencia a la el resaltado es nuestro).

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Es interesante para fines del presente artículo y contribuye a determinar la voluntad o es


resaltar lo que señala la doctrina que vengo móvil exclusivo de la determinación de esa
siguiendo en el siguiente sentido: “Pero no voluntad, quitando al sujeto la clarividen-
se puede excluir que la conducta del sujeto cia en el querer” (Messineo, 1954: 434).
que llegó al conocimiento de la intención Asimismo, “el error interviene, en cambio,
efectiva del declarante, pueda, dentro de la como agente o coeficiente de la determina-
circunstancias del caso, justificar, sino una ción de la voluntad: es motivo de la volun-
impugnación del contrato, cuando menos tad”. De otro lado, “el error tiene influen-
un remedio de naturaleza indemnizato- cia cuando sea esencial y reconocible. Por
ria por responsabilidad precontractual” la esencialidad concierne a la materia sobre
(Bigliazzi Geri, Breccia, Busnelli y Natoli, la cual recae el error; la reconocibilidad
1995:814, el resaltado es nuestro)3. se refiere, en cambio, a la posibilidad abs-
tracta de advertir el error ajeno” (Messineo,
Efectivamente si el destinatario de la decla- 1954: 434).
ración advirtió la intención real del errans
que ahora pretende anular el contrato, con- Acerca de los “tipos” especiales de error
sidero que aquel tiene el derecho a exigir contemplados en el Código Civil italiano
una indemnización por la frustración de las tenemos que son:
expectativas o la pérdida de oportunidad de
lograr utilidades con la concertación del con- 1) El error que recae sobre la naturaleza y
trato, el cual se ha visto perjudicado por el sobre el objeto del contrato (error in nego-
actuar del errante. tio); 2) el error que recae sobre la identi-
dad del objeto de la prestación (error in
Sobre el error obstativo y la reserva men- substantia); 3) el error que recae sobre la
tal se ha indicado que: “En conclusión, se cantidad del objeto de la prestación (error
pueden identificar –dejando de lado la simu- in quantitate); artículo 1430; 4) el error
lación– dos verdaderas hipótesis de diver- que recae sobre la identidad de la persona
gencia entre voluntad y declaración: la una (error in persona); 6) el error que recae
consciente y voluntaria (reserva mental), la sobre la calidad de la persona (error in
otra, inconsciente e involuntaria (error obs- qualitate personae) (Bigliazzi Geri, Brec-
tativo)” (Bigliazzi Geri, Breccia, Busnelli y cia, Busnelli y Natoli, 1995: 820).
Natoli, 1995: 815).
Así “que el error, para que sea esencial, debe
Sobre el error-vicio; “se suele decir que el de ser determinante no solo para el sujeto
error es una condición de ignorancia o de contratante, sino también “conforme a la
falso conocimiento de la realidad empírica apreciación común y con relación a las cir-
(error de hecho) o de la realidad jurídica cunstancias” (Bigliazzi Geri, Breccia, Bus-
(error de derecho)” (Bigliazzi Geri, Breccia, nelli y Natoli, 1995: 821). Como se puede
Busnelli y Natoli, 1995: 816). apreciar hasta aquí el error en el motivo y
el error esencial son diferentes, en cuanto
Otro sector de la doctrina italiana señala que: al segundo no solamente tiene que susten-
“El error opera como motivo (y por eso se tarse en la determinación que se apropia
puede llamar error-motivo o error-vicio); de la voluntad del sujeto declarante, sino

3 También se señala que: “Así, pues, en la reserva mental, la manifestación es querida como tal, pero no son queridos sus
efectos. La divergencia es consciente y voluntaria” (Bigliazzi Geri, Breccia, Busnelli y Natoli, 1995:814).

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también debe corresponder a la apreciación el sujeto. Pero no de un error esencial,


general y a las circunstancias concurrentes. dado que el código, por una parte, solo le
Sobre la apreciación general esta se refiere reconoce alcance al error sobre el motivo
a una visión globalizadora de una determi- determinante en las hipótesis menciona-
nada situación jurídica, un sentir colectivo das del testamento y de la donación,
una observación general contextualizada en y por otra parte, no toma en considera-
un ambiente o escenario económico, polí- ción esa figura entre los ‘tipos’ de error
tico, cultural y jurídico, por lo tanto estamos esencial contemplados en el artículo
ante un criterio de análisis objetivo mien- 1429” (Bigliazzi Geri, Breccia, Busnelli
tras que en cuanto a las circunstancias con- y Natoli, 1995: 821)5.
currentes nos encontramos ante situaciones
o coyunturas que se focalizan en el sujeto o Vemos pues que existe una clara delimita-
sujetos integrantes de la relación intersub- ción entre el error esencial y el error sobre
jetiva, por lo que se busca auscultar carac- el motivo. Se considera que la anulación del
teres particulares del negocio en concreto y negocio debe producirse por el error que es
de las declaraciones de voluntad que forman considerado esencial, pero no puede anu-
el consentimiento o la declaración unilateral larse un negocio jurídico cuando se trata de
de voluntad de una manera específica y refe- un mero error sobre el motivo del declarante
rida al mundo del o los sujeto que celebran el que no resulta pues excusable para la malfor-
contrato. Es decir en cuanto a las circunstan- mación de su propia voluntad6.
cias concurrentes nos encontramos ante un
criterio de análisis subjetivo. En cuanto al error de derecho se ha deter-
minado: “ya se mencionó el hecho de que el
Ahora, con respecto al error determinante error –sea un error-vicio o sea un error-obs-
sobre el motivo4 se ha establecido que: tativo– puede consistir en una ignorancia o
en un falso conocimiento o representación
“Tómese, en primer término, el caso del del derecho, esto es, de una o varias normas
contratante que arrendó un apartamento jurídicas” (Bigliazzi Geri, Breccia, Busnelli
creyendo erróneamente haber sido trasla- y Natoli, 1995: 823)7.
dado a otra ciudad por razones de trabajo.
Se trata de un móvil sicológico del obrar Sobre el error de valoración y de previsión
negocial y de un móvil determinante para se ha señalado que: “Los primeros entran

4 “Para darse cuenta de la diferencia entre error determinante y error esencial es oportuno tener presente que la ley no da una
definición del error esencial, sino que se limita (como se acaba de decir) a enunciar una serie de hipótesis –todas relativas
a errores que inciden en el negocio en su conjunto (naturaleza del acto de autonomía) o en sus términos y elementos (iden-
tidad, calidad y cantidad de la prestación; identidad y calidad de la persona)– en las que el error presenta aquella caracte-
rística (art. 1429), especificando en un caso que el error, para que sea esencial, debe ser determinante no solo para el sujeto
contratante, sino también conforme a la apreciación común y con relación a las circunstancias” (Bigliazzi Geri, Breccia,
Busnelli y Natoli, 1995: 821).
5 Sobre la lógica que debe aplicarse a toda situación de planteamiento de error con acierto se señala que: “La formulación
incierta de la ley debe ser integrada por vía lógica con el fin de evitar consecuencias del todo irracionales. En realidad, aun
en el caso del error sobre la identidad y sobre las calidades de la persona, o en el caso del error sobre la cantidad, es nece-
sario remitirse a la ‘apreciación común y a la circunstancias’” (Bigliazzi Geri, Breccia, Busnelli y Natoli, 1995: 821).
6 Se ha señalado que: el error sobre el motivo no es un error esencial. La justificación la coloca la doctrina que vengo
citando que señala: “De manera que la invalidez del negocio debería estar excluida, en principio, solo en el primer caso
(por el carácter, ya conocido, de intrínsecamente ‘no esencial’ que tiene el ‘error sobre el motivo’)” (Bigliazzi Geri, Brec-
cia, Busnelli y Natoli, 1995: 824).
7 Acerca del error sobre las consecuencias legales del acto se señala que: “lo que se exige es solamente que el error sea
tomado en consideración en los casos y en las mismas condiciones en que adquiere relevancia el error de hecho” (Biglia-
zzi Geri, Breccia, Busnelli y Natoli, 1995: 826).

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en la tipología abstracta de los errores esen-


ciales; los segundos, en la tipología, que ya ¿Qué dicen Bigliazzi, Breccia,
conocemos de los errores ‘sobre los moti- Busnelli y Natoli??
vos’, errores no inusitadamente determinan-
tes para el sujeto, pero considerados obje- Si el falso conocimiento de la reali-
tivamente ‘no esenciales’” (Bigliazzi Geri, dad altera el curso normal sociológico
Breccia, Busnelli y Natoli, 1995: 834). que conduce a la plena determinación
Sobre la conocibilidad del error la doc- del sujeto, se dan los presupuestos de
trina que vengo siguiendo señala que: “el un vicio de la voluntad o del consenti-
otro requisito de relevancia del error es la miento (error-vicio).
conocibilidad. El error se considera cono-
cible cuando, con relación al contenido, a
las circunstancias del contrato, a la calidad correspondían a la situación de hecho o
de los contratantes, una persona de diligen- de derecho (Bigliazzi Geri, Breccia, Bus-
cia normal habría podido percatarse de él” nelli y Natoli, 1995: 817).
(Bigliazzi Geri, Breccia, Busnelli y Natoli,
1995: 839)8. En el caso de la relevancia del Con claridad en la separación frente al error
error sobre el motivo en el testamento y en vicio se describe el error obstativo y se hace
la donación se ha indicado con perspicacia: mención a su radical distinción. Así:
“Los requisitos de relevancia del error (esen-
El error a veces no influye en el pro-
cialidad y reconocibilidad), ya conocidos,
ceso formativo de la voluntad negocial,
no se aplican –como hubo de anticiparse– al
sino que recae sobre la manifestación o
testamento y a la donación” (Bigliazzi Geri,
sobre la transmisión. De este error –lla-
Breccia, Busnelli y Natoli, 1995: 842)9.
mado obstativo– se trató anteriormente
Así en la concepción de la doctrina seguida para ilustrar la teoría de la confianza y
en cuanto al error vicio se señala con rigor los casos de divergencia entre la volun-
que: tad y declaración. En verdad el error
que recae exclusivamente sobre la mani-
En especial, si el falso conocimiento de festación –o sobre la transmisión de la
la realidad altera el curso normal socio- manifestación– no entra en los vicios del
lógico que conduce a la plena determina- querer y debería ser examinado separa-
ción del sujeto, se dan los presupuestos damente (Bigliazzi Geri, Breccia, Busne-
de un vicio de la voluntad o del consen- lli y Natoli, 1995: 818)10.
timiento (error-vicio). En esta hipótesis
la manifestación de la voluntad nego- Emilio Betti, al referirse a los casos de dis-
cial es conforme con el designio del crepancia querida y discrepancia no que-
sujeto, pero la voluntad se formó mal, rida entre voluntad y declaración de voluntad
sobre la base de representaciones que no señala con respecto a los vicios del negocio:

8 “Ya se dijo que el requisito de la conocibilidad –aún más que el requisito de la ‘esencialidad’– sirve para tutelar la con-
fianza razonable de la contraparte” (Bigliazzi Geri, Breccia, Busnelli y Natoli, 1995: 839).
9 “Es suficiente que el error sea determinante: no es necesario que sea esencial” (Bigliazzi Geri, Breccia, Busnelli y Natoli,
1995: 842).
10 “A la par del error vicio –también del error obstativo– se dice que es determinante, cuando la parte resultó inducida a esti-
pular el acto por efecto de tal error (y el descubrimiento del error habría inducido al contratante a no celebrar aquel nego-
cio concreto)” (Bigliazzi Geri, Breccia, Busnelli y Natoli, 1995: 819).

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“a) de la “discrepancia entre la declaración de –como en las disposiciones mortis


voluntad que se trataba de declarar”; y, b) del causa–, la distracción hace inválido el
“vicio de la voluntad”. La falta de seriedad, negocio. Por el contrario, donde importe
la reserva mental y la simulación confi- sobre todo el significado objetivo del
gurarían casos de “discrepancia querida acto, precisa aclarar si el declarante tiene
entre declaración y voluntad”; en cambio, el deber o carga de estar atento o, en la
casos de “discrepancia no querida” serían declaración que se hace por intermedia-
el error obstativo y el disenso” (Betti, 2000: rio, de cuidar la exactitud de la trans-
361, el resaltado es nuestro)11. misión. Dado que exista para él –como
existe en general en los negocios inter
Para el sector de la doctrina que vengo vivos– un deber de atención o de vigi-
siguiendo el error en la declaración implica lancia, la distracción o negligencia cons-
“(…) una falsa representación por la cual la tituye un hecho imputable para él, y la
parte atribuye a la declaración o compor- imputabilidad convierte en irrelevante la
tamiento propios un significado distinto al falta de conciencia sobre el significado
que tiene objetivamente. La comprobación del acto” (Betti, 2000: 363).
de este error es, por tanto, un corolario de
la recta interpretación del negocio. Se trata En este caso estamos ante la culpa inexcu-
de un error que priva al autor del acto de la sable del declarante y por lo tanto sí soli-
conciencia del significado objetivo de aquel, cita y obtiene la anulación del negocio, así
provocando una discrepancia entre este y la sea conocible el error para la otra parte,
idea de que él se hace” (Betti, 2000: 362). deberá indemnizar los perjuicios ocasio-
nados por la vulneración a las expecta-
Sobre las causas de error internas y exter- tivas de esta. De igual forma tendrá que
nas al declarante se ha manifestado que: indemnizar por responsabilidad precon-
“Depende de causas externas al declarante tractual si, al darse cuenta de su grave
cuando este se valga de un medio de expre- error se aparta unilateralmente de la con-
sión o de envío para documentar la decla- certación del contrato (ruptura de las tra-
ración o para comunicarla al destinatario tativas precontractuales).
(…), si en el acto de transmisión se produce
una alteración del texto o un cambio en la Sobre la ignorancia se ha indicado que: “La
entrega. Causas de error obstativo internas ignorancia requiere, igualmente, distinta
al declarante pueden ser: a) una distracción consideración en los negocios inter vivos y
o negligencia; b) la ignorancia de verdadero en las disposiciones mortis causa” (Betti,
significado de la declaración; c) una causa de 2000: 363)12. En este caso se puede apli-
equívoco distinta” (Betti, 2000: 363). car el mismo criterio descrito precedente-
mente, pues la ignorancia puede darse por
Sobre la distracción con razón se ha dicho: circunstancias que no son admitidas para
“Ahora bien, allí donde sea decisiva la el declarante. Por ejemplo el abogado que
representación subjetiva del declarante no sabe distinguir entre una compraventa y

11 La crítica al Pandectismo por parte del autor que sigo se expresa así: “La voluntad de la partes no adquiere trascenden-
cia jurídica sino precisamente a través de la declaración (o del comportamiento) y, por tanto, no puede ser colocada en el
mismo plano de esta, ni asumir un valor autónomo, en antítesis con ella. De ello se deriva que no tiene sentido la alterna-
tiva sobre la que los pandectistas solían centrar el problema de la discrepancia provocada por error, es decir, si la “volun-
tad interior” debiese prevalecer sobre la declaración o esta sobre la “voluntad interior” (Betti, 2000: 361).
12 Sobre la “excusabilidad y reconocibilidad deben ser valoradas en relación al contenido, a las circunstancias del negocio
bilateral y a la calidad de las partes” (Betti, 2000: 364).

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una donación o el médico que al comprar los en el negocio bilateral, el que es definido
equipos para instalar su consultorio aduce por Betti así:
desconocimiento de las finalidades de los
mismos. El disenso es una anormalidad que solo
en los negocios bilaterales puede pro-
Sobre el deber de conocimiento se ha seña- ducirse, consistente en un íntimo e inad-
lado que: “El deber de conocimiento varía vertido desacuerdo entre las partes en
según la más o menos estrecha relación que cuanto al sentido en que cada una de ellas
la cosa ignorada tiene con la materia del entiende el contenido del negocio; de-
negocio, y también según la índole del cono- sacuerdo que se halla encubierto por la
cimiento de que se trata (Betti, 2000: 364). aparente (o creída) congruencia exte-
rior de las respectivas declaraciones.
Aspecto a tomar en cuenta para eventua- Conviene recordar a este respecto que
les mecanismos de resarcimiento es que: el negocio bilateral exige el acuerdo de
“Cuanto mayor es el deber de conocimiento entrambas partes sobre el que es su con-
tanto menos excusable es la ignorancia, y tenido preceptivo, y este acuerdo radica
tanto menos es en la otra parte la carga en la identidad del sentido con que tal
de advertir el error determinado por ella” contenido se presenta en la conciencia de
(Betti, 2000: 364, resaltado mío)13. Efectiva- una y otra parte (Betti, 2000: 370).
mente, si un sujeto debe conocer una deter-
minada materia o circunstancia de hecho por Sobre el disenso es importante concordarlo
sus calidades o aptitudes concordadas con la con la llamada reticencia fraudulenta que
actuación de un hombre razonable, el error se describe así:
que lo afecta no es disculpable o es inexcu-
sable y tendrá que indemnizar la pérdida de Cuando luego, el desacuerdo, si bien
las expectativas de la contraparte. Asimismo, encubierto, es advertido por una de las
como se ha advertido, la otra parte no deberá partes, es necesario distinguir: a) Si el de-
ser castigada por conocer de la situación sacuerdo depende de la misma parte que
del error y no haberlo advertido o en todo es consciente de él, en cuanto esta, mien-
caso deberá reducirse el impacto legal de tras se declara conforme, quiere íntima-
este conocimiento, es decir que así haya sido mente cosa diferente, o bien sabe que
conocible la situación errática del declarante, no puede encontrarse de acuerdo por-
si el error tuvo como origen y factor la inex- que conoce la irrealizabilidad de la
cusabilidad del mismo, el destinatario podrá causa del negocio. Entonces el desa-
tener la posibilidad del resarcimiento así sea cuerdo se comprende dentro de la figura
conocible para él esta situación. de la reserva mental y de aquella par-
ticular subespecie suya que es la reticen-
Aspecto relevante para diferenciar del error cia fraudulenta. b) O si el desacuerdo
obstativo y del error dirimente es el disenso depende de un error obstativo de la otra

13 Por ejemplo en el caso del error in nomine se ha señalado que: “Para precisar los límites dentro de los cuales es influyente
el error obstativo sobre la identidad de la cosa o de la persona, conviene agregar que el error en que se incurra en la indica-
ción, descripción o denominación (error in demostratione, error in nomine), no perjudica al negocio cuando la cosa o per-
sona de que se trata se halle inequívocamente determinada mediante otras contraseñas que fueran, que de por sí suficientes
para identificarla” (Betti, 2000: 367). Otro supuesto es el error obstativo sobre la identidad de la declaración, al respecto
se señala que: “Existe error obstativo sobre la identidad de la declaración en su conjunto cuando, hallándose representada
en un documento o comunicada a la otra parte por un mensajero, la declaración emitida sea cambiada y sustituida por una
declaración de diferente contenido” (Betti, 2000: 368).

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CIVIL | CONTRATOS Y ACTO JURÍDICO

parte –error reconocible para aquella que Importante en el análisis de la divergen-


sabe de él–. Y entonces la reconocibili- cia entre la voluntad y la declaración de la
dad del error lo hará influyente como tal, misma es la llamada autorresponsabilidad
ya que impedirá a la otra parte contar con en el uso de la autonomía privada que se
la existencia del negocio (Betti, 2000: describe:
370, el resaltado es nuestro).
“Por la función que le es propio, el nego-
Para la doctrina que vengo siguiendo la dife- cio jurídico es un acto vinculante irrevo-
rencia entre error obstativo y disenso se cable que no consiente arrepentimientos,
resume en: rectificaciones o regresos. La regulación
Circunscrita la figura del disenso solo a de intereses dispuesta con él no respon-
aquel desacuerdo no advertido por nin- dería a la exigencia social de un ajuste de
guna de las dos partes, es evidente que aquellos si, una vez entrada en vigor entre
no pude ser más que el síntoma de un las partes, pudiese siempre ser modifi-
error preceptivo o de una desviación cada o relegada a merced de la ventaja
interpretativa en que ha incurrido una y unilateral o el cambio de criterio de quien
no ha reparado la otra, es decir, un mal- consintió en ella” (Betti, 2000: 378)15.
entendido. Mientras en el error obsta-
tivo, examinado antes es el mismo autor La doctrina que vengo siguiendo en cuanto
quien entiende inexactamente la decla- al error sobre la identidad ha señalado:
ración propia, a la que atribuye un sig- “Y a este propósito ha de señalarse, para la
nificado diferente al que objetivamente precisión de la terminología técnica, que
tiene, en el disenso, en cambio, la parte es impropio hablar de un error-vicio que
entiende mal la declaración destinada a recaiga directamente sobre la identidad de
ella, es decir, la comprende –la percibe la cosa o la persona, como al contrario, no
o la interpreta– con un significado dis- es adecuado hablar de un error obstativo que
tinto al exacto que tiene para su autor y, recaiga, no sobre la identidad, sino sobre
en consecuencia no capta el contenido cualidades esenciales de la cosa o la per-
(Betti, 2000: 371)14. sona” (Betti, 2000: 383)16.

14 Sobre el error de percepción y el disenso se ha señalado: “Para su trascendencia jurídica se requiere que el error de per-
cepción o equivocada interpretación sean hechos excusables por el tenor de la declaración recibida o el modo en que se
transmite. Es decir, que el disenso debe estar justificado por el tenor equívoco o, en general, no determinado, de la declara-
ción, o por otras circunstancias dependientes de la forma de transmisión, de tal suerte, que impidan que el contenido resulte
de pronta compresión para el destinatario” (Betti, 2000: 372).
15 Por ejemplo en el caso del error no reconocible, se dice que: “un error no reconocible no es socialmente un error excusa-
ble a priori (error probabilis) y es, por ello mismo, imputable a quien en él incurre, conforme al criterio de la autorrespon-
sabilidad” (Betti, 2000: 381). Las teorías más resaltantes que resuelven las divergencias entre voluntad y declaración de
voluntad son: a) Voluntarista; b) De la declaración; c) De la autorresponsabilidad; d) De la confianza y e) de la vigencia.
16 Sobre el error en la identidad se ha ampliado el argumento. “Pero si, en cambio, basándose en una errónea información
adquirida, se atribuye a la cosa o persona de que se trata una cualidad o un mérito, dependiente de un hecho relativo en
realidad a otra cosa o persona, entonces el error, si bien vicia la determinación causal, evidentemente no recae ya sobre la
identidad de la cosa o la persona, sino sobre una cualidad o mérito suyo, aunque se ha considerado esencial a aquella cosa
o persona a la que se ha dirigido, de todas formas, la intención práctica del declarante” (Betti, 2000: 383). Asimismo se
dice: “No es ya que el error obstativo pueda versar también sobre cualidades esenciales de la persona o de la cosa, sino es
que el error-vicio, cuando afecta semejantes cualidades, puede, a veces, alcanzar la importancia práctica del error obsta-
tivo sobre la identidad de la persona o de la cosa, pero permaneciendo en realidad como un vicio de la motivación” (Betti,
2000: 384). De esta manera se asimila la importancia del error-vicio a la del error obstativo con los efectos que esta asimi-
lación puede conllevar, es decir la nulidad o la inexistencia que es la correspondiente al error obstativo y al error vicio. En
el caso del error bilateral sobre la identidad se señala que: “Puede presentarse aquí también el error bilateral, es decir, en
el que incurran ambas partes. Cuando por ejemplo, estas han usado dos indicaciones concurrentes, la una material y la otra

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GACETA CIVIL & PROCESAL CIVIL | Nº 22 • ABRIL 2015

Sobre el error en el derecho o sobre la “Es esencial el error denominado de


naturaleza del negocio se ha señalado por hecho, cuando recaiga:
la doctrina que sigo con acierto: “En general,
no obstante, cuando la parte, por ignorancia a) Sobre la naturaleza o sobre el objeto
del Derecho, cree que el negocio, abstrac- del negocio; el primero es aquel
tamente considerado en su tipo, se encuen- que se suele llamar error in negotio
tra disciplinado por aquel de manera distinta y recae sobre la identidad del nego-
a como en realidad lo está, este error suyo, cio; el segundo es el que recae sobre
normalmente, no es tal que pueda suprimir la identidad de la cosa en orden a la
en ella una seria intención práctica (lo único cual el negocio se ha concluido; el
que cuenta), proyectada hacia la función eco- error sobre la naturaleza del negocio
nómico-social típica del negocio. En reali- se puede configurar, también, como
dad, la competencia para estatuir los efectos error sobre la causa del negocio;
jurídicos más adecuados a tal función atañe
b) Sobre la identidad del objeto de la
al orden jurídico y a él solamente” (Betti,
prestación; donde tal expresión com-
2000: 386)17.
parada con aquella a que nos acaba-
Así el error de derecho se da en el supuesto de mos de referir (que menciona el objeto
una incorrecta interpretación de una norma o del negocio) y para diferenciarla de
en una inadecuada significación que se tiene ella, parece que se deba referir a lo
sobre esta, lo que hace que el contrato se cele- que constituirá materia de la obliga-
bre en la creencia que se está concertando un ción, con particular referencia al caso
negocio cuando en realidad se ha concertado en que esté en cuestión, no la dación
otro. De igual manera en el supuesto de los de una res, sino un facere (o un non
negocios jurídicos testamentarios el error de facere); (Messineo, 1954: 434).
derecho puede haber llevado al testador a
tomar una decisión determinada por su inco- c) Sobre una cualidad del objeto de la
rrecta apreciación de la norma. Ahora, debo prestación, la cual según la común
decir que este error tiene que ser excusable apreciación, o en relación a las cir-
teniendo en consideración de las característi- cunstancias, deba considerarse deter-
cas personales del sujeto errante o en función minante de la voluntad del sujeto (que
a las circunstancias de tiempo y de lugar. cometió el error) (art. 1429, n.2) (el
denominado error in substantiam; que
Con respecto a la esencialidad del error es un error sobre cualidades sustan-
autorizada doctrina italiana señala que: ciales; esto es, no solamente el error

intelectual, dando a cada una la misma importancia en orden a la identificación del objeto, y la designación intelectual se
aparta tanto de la indicación material como para impedir que la cosa identificada por medio de esta pueda integrarse en la
categoría que le ha sido asignada por aquella, el error in substantia se resuelve en un error sobre la identidad de la cosa,
cuya identificación se hace imposible” (Betti, 2000: 384). Al respecto sobre el negocio no vinculante se ha indicado: “El
negocio no es vinculante, ni respecto a la cosa que realmente se encuentra porque no se dirigía a ella la común intención
de las partes, ni respecto al objeto distinto al que creían referirse, porque este no ha sido adecuadamente identificado; sal-
vando la responsabilidad de la parte a la que correspondía una específica carga de conocimiento, por tratarse del objeto de
su obligación” (Betti, 2000: 384).
17 Sobre el negocio testamentario y la auscultación interpretativa del magistrado acertadamente se ha señalado que: “la inda-
gación del magistrado sobre la erroneidad de la causa de una disposición de última voluntad debe ser, en el mayor grado
posible, acomodada y circunscrita a la motivación expresada por el testador en el testamento; no puede ni debe consistir
en una búsqueda por motivos internos o de otras causas, que resultasen afines a la expresada por el testador, lo que intro-
duciría el arbitrio en un campo que debe estar informado por criterios de absoluta objetividad (Cas. 10 de enero de 1933,
en Rep. Foro, 1933, voz Testamento, n. 77)” (Betti, 2000: 392).

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CIVIL | CONTRATOS Y ACTO JURÍDICO

sobre la composición material del La doctrina citada también se refiere al error


objeto sino también el error sobre cua- sobre las consecuencias jurídicas del nego-
lidades que hacen asignar, según el cio, señalando que: “el error sobre tales con-
concepto corriente en la práctica, el secuencias, esto es, sobre el hecho de que del
objeto a una categoría más bien que negocio nazcan tales consecuencias mientras
a otra; se trata de los atributos físi- el sujeto creía que no naciesen o que nacie-
cos o económicos que hacen al objeto sen otras diversas, no es relevante, porque
intrínsecamente idóneo para cualquier se trata de materia que está gobernada por la
uso particular, o bien para un destino ley, y no por el poder del declarante, y este,
particular que el declarante, o el des- en hipótesis ha omitido excluir tales conse-
tinatario de la declaración, se promete cuencias” (Messineo, 1954: 437).
darle);
En materia contractual referida al perfeccio-
d) Sobre la identidad de la persona de namiento del contrato autorizada doctrina
la contraparte o sobre las cualida- alemana señala que:
des de ella, siempre que la una o las
otras hayan sido determinantes de la “Cuando alguien erróneamente inter-
voluntad del que cometió el error (art. preta como negativa la aceptación a su
149, n.3); tal figura solo puede con- oferta contractual hecha por el destinata-
currir en los casos que haya sido esti- rio de la oferta, este error es irrelevante.
pulado intuito personae (Messineo, El contrato se perfecciona por la decla-
1954: 435); ración de aceptación y es eficaz e inim-
pugnable, aunque a causa de su error el
e) Es esencial también el error sobre la
oferente parta de que el contrato no se
cantidad (error in quantitate), cuando
ha perfeccionado. En cambio, cuando
haya determinado la voluntad del
la declaración de quien recibió la oferta
sujeto (que sufrió el error), a menos
debe valorarse como negativa conforme
que se trate de un error de cálculo, el
a los principios rectores de la interpreta-
cual, sin embargo debe rectificarse, y
ción, la oferta decae y el contrato no se
practicada la rectificación, el error de
habrá perfeccionado aunque el oferente
cálculo se hace irrelevante (Messineo,
1954: 435). erróneamente haya interpretado la decla-
ración de la otra parte como aceptación”
f) El error sobre el valor “consiste en (Flume, 1998: 499).
atribuir a la cosa un valor diverso
(con frecuencia, inferior) del que la Con respecto al error basado en la declara-
misma tiene efectivamente” (Messi- ción de la otra parte se ha señalado por la
neo, 1954: 436). doctrina alemana que vengo siguiendo que:

Para la doctrina que vengo siguiendo el “Aunque solo el error en relación a la


error de derecho: “Es el error (o ignoran- propia declaración es relevante, es fre-
cia) sobre el alcance, sobre la existencia, o cuente que en el momento de perfeccio-
sobre la permanencia en vigor de normas narse el contrato, dicho error tenga su
jurídicas (comprendido el uso jurídico) y el fundamento en la comprensión errónea
error consistente en la aplicación de la norma de la declaración de otra parte. El error
a una situación que la misma no disciplina, y respecto de la declaración de la otra parte
similares. El mismo es esencial cuando haya conduce entonces, al perfeccionarse el
sido la razón única, o principal, del negocio” contrato, al error respecto de la propia
(Messineo, 1954: 436). declaración cuando esta se limita al mero

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GACETA CIVIL & PROCESAL CIVIL | Nº 22 • ABRIL 2015

asentamiento y con ello toma su conte- ante situaciones de ignorancia o de equivo-


nido de la declaración de la otra parte cación” (Lohmann, 2003: 855, el resaltado
(Flume, 1998: 500)”18. es nuestro).

En este caso el autor se refiere al disenso, Desde una mirada psicológica la doctrina
pues no es que exista una afectación a la que sigo señala que:
voluntad de la parte que yerra, sino que el
malentendido se produce por la incorrecta “El error, en realidad, solo interesa al
apreciación de lo señalado por la otra parte. ámbito del Derecho por sus efectos y
Es decir la voluntad que aparentemente se ha consecuencias, pero el origen del pro-
constituido no es una voluntad concertada, blema es ajeno al Derecho, porque con-
por ende no existe tal formación volitiva y cierne al entendimiento, definiendo a
esto supone la nulidad del negocio jurídico. este como parte del proceso mental del
razonamiento que concluye con una elec-
Sobre la posición de la otra parte que recibe ción y decisión. En este orden de ideas,
la declaración para mantener o conservar el todavía fuera de la esfera jurídica, se con-
contrato con acierto se ha señalado: ceptúa como error todo juicio o valora-
ción que sea diferente del criterio que se
“(…) al derecho de impugnación se acepta como válido en el campo del cono-
opone un contraderecho de la otra parte cimiento sobre el que se ha expresado la
para, mediante declaración sin demora de
elección o decisión, obsérvese que aludo
que el negocio jurídico debe valer en el
a criterio aceptado como válido, lo que es
sentido inicialmente supuesto por quien
distinto de criterio verdadero (Lohmann,
incurrió en error, repeler la impugnación
2003: 855)”19.
con la consecuencia jurídica de que el
negocio jurídico valga desde el princi- Sobre la ignorancia y su asimilación al error
pio tal como valdría si quien recibió la se ha dicho con criterio que: “la ignorancia
declaración la hubiera entendido en el
es distinta del error, pero jurídicamente se
mismo sentido imaginado por quien erró”
asimila a este, porque en uno y otro caso el
(Flume, 1998: 502).
agente celebra un negocio que no concluirá
como cierto, o que celebraría en condicio-
II. El error dirimente en la doctrina nes distintas. La ignorancia o falta de infor-
nacional y la regulación de nues- mación conduce a conocimiento defectuoso
tro Código Civil y por tanto a formarse como un criterio de
las cosas distinto del correcto” (Lohmann,
Autorizada doctrina nacional señala que: “el 2003: 857).
error vicio es, en definitiva, un problema
psicológico de conocimiento defectuoso, Es interesante definir si los presupuestos de
por insuficiencia de información o porque el error establecidos en el artículo 202 de nues-
sujeto no razonó adecuadamente la informa- tro CC son númerus clausus. Sobre el par-
ción con que contaba. A la postre, estamos ticular el autor seguido señala que:

18 Se ha señalado que: “cuando un negocio jurídico se apoya en varias declaraciones de voluntad (como el contrato), la
impugnación se refiere a la declaración de voluntad del que yerra pero afecta al negocio jurídico, que pierde su validez por
la anulación” (Flume, 1998: 501).
19 Así se señala que: “el error solo surge cuando hay confrontación entre él y la verdad; por lo tanto, solamente podemos
hablar de error cuando la proposición niega lo descubierto como válido o verdadero” (Lohmann, 2003: 856).

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CIVIL | CONTRATOS Y ACTO JURÍDICO

A mi entender, es preferible no ceñirse primera de ellas señala: “que el destinatario


a la enumeración taxativa y permitir así de la declaración pudo reconocer o efectiva-
que una jurisprudencia cauta y prudente mente reconoció el error, esencial o no, pero
analice si el error sometido a decisión el negocio fue celebrado. En este supuesto,
judicial puede o no considerarse esen- si el destinatario ofrece subsanar su falta de
cial en la medida de su relevancia. Tales diligencia y seriedad y acomodar sus intere-
serían los casos, en materia de objeto, del ses a los del errante, este no puede negarse y
error sobre el valor de algo (distinto de pretender impugnar el contrato” (Lohmann,
error de cantidad), el que recae sobre la 2003: 878).
existencia del objeto o sobre la identidad
del mismo, y el que recae sobre el nom- Aspecto interesante es la posibilidad de
bre o denominación de algo (distintos, generar posibles perjuicios al receptor de la
por cierto, del error en la declaración) declaración, si no se acepta la rectificación y
(Lohmann, 2003: 859). se pretende continuar irrazonablemente con
la anulación del negocio. Así con criterio se
Sobre el error de cálculo la doctrina nacio- establece que:
nal citada señala con acierto que: “precise-
mos, pues. El error de cálculo es aquel que “Y no puede negarse, porque si bien es
recae sobre números, entidades abstractas cierto que hubo falta en el receptor de la
a partir de la unidad; el cálculo es el con- declaración, el error está en el declarante
junto de operaciones aritméticas abstractas. y una vez subsanado y surgir a la luz la
La cantidad, en cambio, es cosa bien distinta. verdad a la que corresponde correcta
Porque la cantidad a la que el artículo alude voluntad, debe sujetarse a ella. Lo con-
es el conjunto de ciertas partes, independien- trario sería admitir que no contrató con
tes y más o menos homogéneas. Mientras seriedad y lealtad, y permitir en tal caso
que el cálculo es un procedimiento, la canti- la impugnación sería tanto como permi-
dad es una suma de ciertas unidades, o sea, la tir que se simule un error para, por ejem-
cuantía que resulta” (Lohmann, 2003: 873)20. plo, obtener información de la otra parte
y luego intentar la anulación. Este inco-
Sobre la improcedencia de anulabilidad rrecto modo de proceder puede ocasionar
por error rectificado correctamente se a la parte no errante sensibles perjuicios”
señala que: “aunque el error sea esencial y (Lohmann, 2003: 878).
conocible, quien erró no podrá solicitar la
anulación si la otra parte ofrece introducir Coincido con Lohmann en este sentido, pues
las modificaciones necesarias, es decir, cum- el errante estaría actuando de mala fe al no
plirlo de modo satisfactorio para el errante” aceptar la rectificación por parte del receptor
(Lohmann, 2003: 878). de la declaración, con lo cual se actúa irrazo-
nable y arbitrariamente al exigir la anulación.
El autor que vengo siguiendo mantiene dos Aquí se puede apreciar que nunca se tuvo
hipótesis sobre la rectificación del error y la voluntad de celebrar el negocio y sola-
por tanto la no anulación del negocio. La mente se pretendió aparentar la concertación

20 En este sentido se ha dicho que: “según la norma, el simple error de cálculo no es suficiente para instar la anulación. Dos
razones abonan para esta solución. La primera es que el error no es esencial en el sentido que señala el artículo 202, porque
no recae la equivocación sobre cosas o personas, tal como señala el precepto. La segunda es que el error aritmético en que
se ha incurrido (si no hace modificar la voluntad de convenir sobre una cierta cantidad sine qua non), puede rectificarse y
corregirse, sin que por ello quede alterada la representación mental que una o las dos partes se han hecho de la prestación”
(Lohmann, 2003: 873).

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GACETA CIVIL & PROCESAL CIVIL | Nº 22 • ABRIL 2015

del mismo para, después, una vez advertido (Lohmann, 2003: 883). Completamente
el error por parte del receptor y mostrar su de acuerdo con la posición asumida por
voluntad de rectificarlo, pretender anularlo Lohmann, el error obstativo implica un no
(por parte del errante) vulnerando las razona- querer la voluntad declarada, y por tanto
bles expectativas del destinatario de la decla- estamos ante ausencia de voluntad, por lo
ración que actuó de buena fe causándole per- que su ubicación en el escenario de la anula-
juicios. Y no solamente se le causarían daños bilidad es inadecuada, debe estar en el marco
al receptor por una frustración de sus expec- de la nulidad o de la inexistencia.
tativas sino, como dicen Lohmann, pueden
darse una serie de situaciones que lo per- Sobre el error obstativo se ha dicho que:
judiquen, como el conocimiento del “falso “El error obstativo revela que se ha produ-
errante” de secretos de propiedad industrial cido una disconformidad entre lo querido
del receptor que vulneran el derecho de la y lo declarado; es decir, la declaración ha
persona jurídica y le ocasionan daños que venido a obstaculizar, por error, la voluntad
deben ser resarcidos. sanamente querida” (Lohmann, 2003: 883)23.

La segunda hipótesis de Lohmann propone Acertadamente la doctrina nacional que


que: “el error puede ser oculto y ni siquiera vengo siguiendo distingue al error obstativo
ser esencial. Obviamente con mayor razón, con el disenso, señalando que: “el error obs-
no podrá el errante pretender separarse de tativo puede conducir al disenso. Aparte del
sus compromisos, si la parte receptora de su disenso (que en verdad debe conducir a la
declaración se aviene a rectificar el negocio” nulidad, no a anulabilidad), puede el error
(Lohmann, 2003: 878)21. obstativo revestir otras modalidades: equivo-
cación del declarante, verbal o escrita; equi-
Sobre el error en la declaración22 la doctrina
vocación en la transmisión de la declaración
nacional que sigo señala que: “es necesa-
por un tercero; error sobre el significado de
rio distinguir el error vicio, que es aquel que
lo declarado” (Lohmann, 2003: 883).
incide por ignorancia o equivocación en for-
mación de la voluntad, del otro error llamado Sobre la causal de anulabilidad prevista
obstativo u obstáculo, impediente o impro- para el error obstativo se ha señalado acerta-
pio que incide en la declaración de la volun- damente que:
tad. Constituye un error en la declaración o
en la transmisión. El error obstativo, enton- “Lo primero que se impone señalar es
ces, no es un vicio de la voluntad y por tanto que el Código ha decidido que el error en
su ubicación en este lugar es inadecuada” la declaración sea causa de anulabilidad

21 “La propuesta de rectificación puede nacer de una cualquiera de las partes. El problema se suscita si habiendo surgido del
errante la propuesta de rectificación, no recibe respuesta del otro. Creemos que aquí procede una solución similar a la adop-
tada con respecto a la ratificación del negocio celebrado sin poder o con poder insuficiente. Con arreglo a esto, si el errante
se percata de su vicio, puede pedir a la otra parte que se pronuncie sobre la rectificación en los términos que le proponga,
señalando a tal propósito un plazo adecuado para recibir respuesta. Vencido este plazo, o no aceptada la rectificación en la
manera propuesta, podrá solicitarse la anulación si el error es esencial y conocible, y podrá evidenciarse un principio de
voluntad reacia a la rectificación” (Lohmann, 2003: 879).
22 También “se le denomina error impropio porque, en realidad, no está perturbada la formación de la voluntad del agente
declarante” (Lohmann, 2003: 883).
23 “(…) se circunscribe al que se materializa por inadecuada expresión de la volición, pero quedando entendido en principio
(salvo ciertas excepciones, como distracción, olvido, desconocimiento) que la volición es correcta y que ha sido efectiva-
mente querida. La declaración de voluntad es un todo, como ya hemos visto he insistido en otro lugar, pero puede ser vista
desde su lado interno (error vicio) o externo o funcional (obstativo), pues cumple la función de comunicar la intención”
(Lohmann, 2003: 884).

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CIVIL | CONTRATOS Y ACTO JURÍDICO

y no de nulidad. Lo lógico debió ser esto


último, porque en propiedad la declara- ¿Qué dice Escobar?
?
ción se ha desviado del querer y en el
caso de los negocios bilaterales se ha pro-
ducido un acuerdo basado en una declara- La exigencia local de que la otra parte
ción que no corresponde con lo querido. actúe diligentemente es curiosa, pues
Por eso es que este error en la declara- a la parte que se equivoca y genera
ción es un verdadero obstáculo. No hay
todo el problema no se le exige cui-
negocio. No obstante, nuestro legislador
ha hecho pertinente una hipótesis –anu-
dado alguno.
labilidad– que, en rigor, es impertinente
(Lohmann, 2003: 884).
y no a la importancia del mismo en el sujeto
Totalmente de acuerdo, la consecuencia o el declarante” (Lohmann, 2003: 884). La pre-
remedio que se debe aplicar al error obsta- sentación del error obstáculo se expresa
tivo es la nulidad, no la anulabilidad. por la doctrina que vengo siguiendo de la
siguiente forma: “Sabemos ya en qué con-
Sobre la esencialidad del error de declara-
siste el error en la declaración y cómo le son
ción se ha escrito que: “En segundo lugar, el
de aplicación las reglas que norman el error
error en la declaración es siempre esencial, vicio. Conviene ahora que veamos las dis-
ya que la esencialidad en el artículo 202 no tintas formas de presentación del obstáculo:
está referida a la significación del error en el a) equivocación material del declarante;
proceso volitivo, sino a aquello sobre lo que b) equivocación incurrida por un tercero;
recae y que está previsto en una concreta dis- c) error en el significado del medio de indi-
posición legal” (Lohmann, 2003: 884, resal- vidualización expresado en la declaración”
tado mío)24. (Lohmann, 2003: 885).
Sobre la no esencialidad del error en la En cuanto al disenso se ha indicado que:
declaración se ha señalado que: “el error en “se llama disenso el inadvertido desacuerdo
la declaración de que trata el numeral 208 no entre las partes respecto del sentido en que
es esencial en el sentido que a este vocablo le cada una de ellas entiende el contenido del
atribuyen los artículos 201 y 202. No puede negocio. Hay una aparente creída congruen-
serlo porque la nota de esencialidad (con cia exterior de las respectivas declaracio-
la salvedad de error de derecho), la vincula nes, que en realidad son divergentes; no hay
la ley a las cualidades de la persona o del coincidencia intrínseca, aunque sí extrínseca
objeto sobre el que recae el error (art. 202) entre ellas” (Lohmann, 2003: 886)25. Sobre

24 El autor citado señala que: “por lo tanto, debe prescindirse de toda cuestión de esencialidad al hablar del error en la decla-
ración” (Lohmann, 2003: 884). Sobre este aspecto se señala que: “es un problema que atañe a la correcta transmisión de la
no errada intención negocial” (Lohmann, 2003: 884). Asimismo se establece que: “este error en la declaración es un caso
de divergencia entre declaración y voluntad, porque la declaración ha sido infiel a la voluntad” (Lohmann, 2003: 884).
25 Se ha señalado que “disenso deriva de disentir. O sea, sentir de una manera diversa, o pensar de una manera distinta de
cómo piensa otra persona. En suma, que por existencia de pareceres contrarios sobre lo mismo, hay disentimiento en lugar
de asentimiento; discordancia en vez de concordancia” (Lohmann, 2003: 886). Es un “(…) falso acuerdo o falsa coinciden-
cia. Las partes incurren en un desacuerdo que no advierten; creen que hay coincidencia cuando de veras no la hay. Se pro-
duce, digámoslo así, una defectuosa intelección sobre la declaración de voluntad o el contenido de la misma” (Lohmann,
2003: 886). “Es decir, cuando hay disenso no hay genuino consentimiento, sino solo un consentimiento aparente”
(Lohmann, 2003: 886).

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la diferencia del disenso con el error obs- conoce la diferencia entre préstamo de
tativo, se ha señalado que: “es indudable uso (comodato) y de consumo (mutuo) y
que el disenso tiene características propias que procede a la entrega de cierto número
que lo distinguen del error obstativo u obs- de antiguas botellas de licor, creyendo
táculo porque en el error la divergencia está que su amigo las va a exhibir, pero se
entre la voluntad y la declaración, tal como las entrega diciendo que son en mutuo.
en realidad se hizo, y en el disenso la diver- Obviamente ha incurrido en error en la
gencia entre voluntad y declaración está en naturaleza jurídica y podrá solicitar la
que la declaración ha sido percibida errada- anulación” (Lohmann, 2003: 887).
mente por el receptor de la misma, o porque
este (el receptor) incurre a su vez en error En cuanto al error sobre las modalidades
obstativo al aceptar la declaración recibida” del negocio se dice que: “Tal recae cuando,
(Lohmann, 2003: 886)26. No me queda muy por ejemplo, el error sobre modalidades del
claro por qué el autor señala que el disenso negocio, condición, verbigracia, o ciertos
(interpretación equívoca de la declaración de requisitos o elementos. El error sobre una
la otra parte) puede generarse por error obs- modalidad es error obstativo cuando impide
tativo del receptor. El receptor que interpreta al autor de la declaración la realización de su
mal la declaración del emisor no se equivoca intención; excluye la conciencia del signifi-
por un error en su declaración, se equivoca cado del acto” (Lohmann, 2003: 887)27. Con-
por interpretar mal la declaración de la otra sidero que el error en las modalidades del
parte, creyendo comprender lo mismo que negocio: condición, plazo o cargo no sola-
la contraparte cuando en realidad entienden mente se puede presentar como error obs-
una cosa distinta. tativo. Las diferencias entre error en la
naturaleza jurídica y el error en derecho
Sobre el error en la naturaleza del negocio se pueden expresar de la siguiente forma:
“Existe error obstáculo en la naturaleza “En efecto, el segundo es el que recae sobre
del negocio cuando el declarante se equi- normas de Derecho (su existencia, vigen-
voca en la declaración del negocio que cia, interpretación y aplicación), de suerte
quiere celebrar. Es un error respecto de que su alcance es mayor que el error sobre
la designación del tipo o especie nego- la naturaleza del negocio. Este tipo de error
cial abstracta. Por naturaleza, en conse- puede ser, por tanto, de hecho o de Derecho.
cuencia, puede entenderse aquello que Será de hecho cuando, sabiendo la diferen-
hace que un negocio jurídico sea dis- cia entre comprar y arrendar, digo una en vez
tinto de otro en su estructura, compo- de otra; será de Derecho cuando, queriendo
sición y efectos esenciales. Al haberse solamente afianzar (sin carácter solidario)
producido la equivocación se ha dado a las obligaciones de un amigo, digo avalar
la voluntad una identidad negocial dife- porque creo que la fianza y el aval son jurí-
rente. Piénsese por ejemplo en quien no dicamente sinónimos y por tanto estampo

26 Sobre la consecuencia jurídica del disenso se ha señalado que: “pero en el disenso verdaderamente no se ha formado el
negocio, de suerte que debe ser de aplicación la nulidad” (Lohmann, 2003: 886). Sobre la diferencia entre error y disenso
se dice que: “el error consiste en un defecto de voluntad o de declaración propia; en el disenso hay error (vicio u obstativo)
del receptor de la declaración ajena, que hace aparecer una no existente concordancia entre las declaraciones de las partes”
(Lohmann, 2003: 886).
27 Sobre el error en la naturaleza del negocio se indica: “En síntesis, puede afirmarse que el error en la naturaleza del negocio
es aquel que, ampliamente, hace que no coincida el orden de intereses señalado y sus efectos jurídicos, con la declaración
efectuada” (Lohmann, 2003: 887).

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CIVIL | CONTRATOS Y ACTO JURÍDICO

la firma en títulos valores aceptados por el Sobre la afectación de la voluntad en su


amigo” (Lohmann, 2003: 887). proceso de formación la doctrina que vengo
siguiendo señala que:
En cuanto al error en el objeto principal de
la declaración señala que: “La característica común a estos tres
vicios de la voluntad radica en que al
“a) error sobre la materia del negocio. Dicho momento de producirse cada uno de estos
de otra manera, sobre los intereses objeto tres supuestos, la voluntad del sujeto que
de regulación o sobre el propósito eco- fue correctamente declarada, ha sido sin
nómico-social que se persigue; b) error embargo afectada en su proceso de for-
respecto del contenido. O sea el objeto mación por una especial situación que
vendría a ser equivalente a prestación y ha determinado al sujeto manifestar su
desde luego hay que admitir que puede voluntad, de forma tal que de no haber
producirse un error al declarar sobre si se sido por dicha circunstancia, la voluntad
dará, hará o no hará algo; c) error sobre no hubiera sido declarada y, por ende, no
el bien materia de prestación. Así por se hubiera celebrado el negocio jurídico”
ejemplo, si quiero comprar la oficina 3 (Taboada, 2002: 357).
del segundo piso y declaro equivocada-
mente que se trata de la oficina 2 del ter- Taboada define al error, de la siguiente
cer piso; d) error al declarar una cualidad manera: “por su parte en el supuesto del
o cantidad esencial de un bien o bienes”. error, dicha situación especial constituye una
(Lohmann, 2003: 887). falsa representación de la realidad del propio
sujeto que lo ha determinado a declarar su
Con respecto a la inexactitud en la transmi- voluntad, de manera tal que de no haber sido
sión se ha señalado que: “La inexacta trans- por dicho error el sujeto no habría declarado
misión de la declaración por quien estuviera su voluntad” (Taboada, 2002: 357).
encargado de hacerlo también es causa de
error. Indudablemente, se requiere que el Siguiendo a autorizada doctrina italiana
error cometido sea esencial y reconocible” (Stolfi), la doctrina nacional seguida indica:
(Lohmann, 2003: 888)28. Si la inexactitud
en la declaración fue construida de manera “Sobre los vicios de la voluntad, Stolfi
dolosa, en este caso sí procederá la anulación nos dice lo siguiente: para ser válido y
del negocio y la indemnización por los daños producir, por lo tanto, sus efectos el nego-
y perjuicios generados al errante. cio jurídico debe constar no solo de una
voluntad y de una manifestación, sino
Uno de los profesores que más ha trabajado además, de una voluntad libremente emi-
la figura del error es el profesor Lizardo tida. Por consiguiente, si su proceso de
Taboada Córdova. Con el título La teo- formación fue perturbado por alguna
ría general del error del negocio jurídico causa que indujo a la parte a expresar una
y su aplicación dentro del sistema jurídico voluntad diversa de la que habría mani-
peruano desarrolla uno de los trabajos más festado, es dudoso si el acto ha de con-
interesantes sobre el error en nuestro país. siderarse válido o no. Declararlo nulo

28 Sobre la eventual conducta dolosa del transmitente se ha señalado que: “tan solo una cosa por agregar, que tomamos del
artículo 250.2 del Código portugués. Este dispositivo apunta, remitiéndose a otro, que aunque el error no sea esencial,
ni reconocible, siempre es anulable si la inexactitud en la transmisión fue debida a la conducta dolosa del transmitente”
(Lohmann, 2003: 888).

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por la discordancia entre la voluntad y interesado no estime oportuno alegar que


su manifestación podrá quizá satisfacer su voluntad fue viciada por alguna ano-
las exigencias de la lógica, pero en la malía, en cuyo caso puede quedar des-
práctica tiene el inconveniente de afec- truido en virtud del ejercicio de la acción
tar con mucha frecuencia a la seguri- adecuada de nulidad (artículos 122, 624 y
dad de las relaciones jurídicas con grave 1427), la cual concede en los casos y por
daño para los interesados: para el decla- las causas preestablecidas por el legisla-
rante que sufrirá sin duda la ineficacia de dor” (Taboada, 2002: 358).
un negocio que estará dispuesto a man-
tener válido, por ejemplo para no resti- Sobre el disenso y error obstativo se ha
tuir la cosa recibida; para el destinata- señalado que: “(…) Así pues, mientras que
rio que se vería expuesto a soportar el para algunos autores el disenso es igual al
efecto de una causa de invalidez impre- error obstativo, sancionándolo con la nuli-
vista y a menudo imprevisible. Por esto dad o la inexistencia del negocio jurídico,
se tiende a conciliar las exigencias de la para otros ambas figuras son completamente
lógica con las de la práctica, insistiendo distintas, debiendo el error obstativo asimi-
en la solución tradicional de constituir larse en todo caso al error vicio, denomi-
al interesado en árbitro de decidir sobre nado por la doctrina francesa error dirimente,
el destino del negocio; manifiesto de error en el contenido de la declaración de
una voluntad diversa de la verdadera y voluntad por la doctrina alemana, y/o error
por consiguiente, el negocio no puede motivo por algún sector de la doctrina ita-
decirse valido desde luego. Pero al mismo liana” (Taboada, 2002: 359)29.
tiempo no puede considerarse sin más, Sobre el error jurídicamente relevante se
nulo, porque la parte que podría no que- ha señalado que:
rer, sin embargo ha querido: el interesado,
en efecto, no ha incurrido, por ejemplo “Sin embargo, la ley no puede permitir
en el error llamado obstativo que impide que cualquier tipo de error pueda causar
la formación del consentimiento, sino en anulación de un negocio jurídico, no solo
el error vicio, el cual determina la volun- porque por regla general al celebrar un
tad, si bien en manera diversa de la que negocio jurídico el declarante o las par-
se hubiera formado en otro caso. A título tes incurren en una diversidad de errores,
de transacción entre ambos criterios se sino porque de admitir la anulabilidad
dice que el negocio es anulable: por haber por cualquier error se estaría atentando
sido querido surge válidamente y produce contra la seguridad jurídica, ya que serían
los efectos de que es capaz, salvo que el muy pocos los negocios jurídicos que no

29 Sobre las diversas posiciones jurídicas en cuanto al error vicio, al error obstativo y al disenso, se ha señalado: “A su vez,
los autores que consideran que el error obstativo –llamado también error obstáculo por la doctrina francesa, o error en la
declaración por la doctrina alemana e italiana– es diferente al disenso y al error dirimente, no están de acuerdo en si le
corresponde como sanción la nulidad, o en todo caso la anulabilidad, es decir, no existe uniformidad de pareceres en cuanto
a si se le debe asimilar al tratamiento del error dirimente, o si se debe aplicar en todo caso cualquiera de las teorías elabo-
radas para resolver la problemática de la relación entre la voluntad y la declaración, esto es, la teoría de la voluntad, de la
declaración, la de la responsabilidad y/o la de la confianza. Del mismo modo, respecto al error vicio o error dirimente, los
tratadistas no están de acuerdo sobre el concepto del error in substancia, o error sobre la composición material del objeto
del negocio jurídico, que algunos autores confunden con el error sobre las cualidades esenciales, llamado también error
in qualitate. Tampoco existe acuerdo sobre la naturaleza del error que recae sobre las cualidades esenciales del objeto del
negocio jurídico, habiéndose elaborado sobre el particular dos teorías” (Taboada, 2002: 359). “La misma preocupación y
disparidad de opiniones se manifiesta respecto al error sobre las cualidades de la persona con quien se hubiera contratado”
(Taboada, 2002: 359).

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CIVIL | CONTRATOS Y ACTO JURÍDICO

pudieran ser atacados por dicho vicio. declaración, se presenta cuando el sujeto
Por ello, y a fin de limitar los casos de declara una voluntad distinta a su verda-
anulabilidad por error, el Código Civil dera voluntad interna, ya sea porque ha
peruano exige en su artículo 201 que el declarado inconscientemente una volun-
error sea esencial y conocible por la otra tad diferente, por un lapsus linguae o por
parte (Taboada, 2002: 360). un lapsus calami. Así, por ejemplo, si
queriendo comprar un jarrón chino del
Al hablar del error en el contrato (Mes- siglo XVII, el sujeto declara por error
sineo, 1986: 124-125), se ha señalado que: comprar un jarrón chino del siglo XVIII,
“en este sentido, conviene citar a Messineo, habrá un error en la declaración sobre la
quien nos dice lo siguiente: ‘El error en el identidad del objeto del negocio jurídico
contrato consiste en una falsa representación (Taboada, 2002: 362)30.
de la situación contractual; a él se equipara la
ignorancia, es decir, la falta de toda noción Sobre la sanción jurídica del error con
de la situación contractual. El error actúa acierto se señala que: “Es por ello que la doc-
como motivo (y por esto se puede llamar trina en forma unánime sanciona al error diri-
error-motivo, o error-vicio); y como contri- mente con la anulabilidad del negocio jurí-
buye a determinar la voluntad, o es motivo dico, mientras que al error en la declaración
exclusivo, de la determinación de la voluntad con la nulidad y con la inexistencia del nego-
misma. La terminología corriente (cfr. Tam- cio jurídico”. Aquí se aprecia que Taboada,
bién art. 787) que habla del error en el motivo con el mismo criterio que Lohmann opta por
o sobre el motivo es inexacta: no es que se remediar con nulidad el error en la declara-
produzca un error al apreciar el motivo (en ción a diferencia de la actual regulación de
esto podría consistir el error en el motivo o nuestro CC situación que debe variar en las
sobre el motivo), el error interviene, en cam- reformas a introducir en el CC peruano.
bio como coeficiente de la determinación de
la voluntad y como tal se torna motivo rele- Sobre el error impropio o error en la
vante’” (Taboada, 2002: 360-361). declaración se ha señalado que: “El error
que determina una disconformidad entre la
Sobre el error vicio se ha señalado que: voluntad y la declaración fue denominada
“Esta clase de error puede recaer sobre la con poco acierto por Savigny “error impro-
composición material del objeto, sus cuali- pio”; hoy lo calificamos de “error en la decla-
dades esenciales, sobre la cantidad, sobre las ración” o de “error en el negocio” (Taboada,
cualidades esenciales de la otra parte, sobre 2002: 362).
el motivo determinante y sobre la aplicación
de determinadas normas jurídicas a un nego- Sobre la doctrina francesa se establece que:
cio jurídico, según se explicara posterior- “Dicho de otro modo, la doctrina francesa al
mente” (Taboada, 2002: 361). igual que la mayoría de la europea, es perfec-
tamente consciente que ambas clases de error
Sobre el error obstativo con acierto se ha son completamente distintos, pero precisa la
señalado: distinción en que mientras en el error diri-
El segundo de ellos, denominado error mente existe realmente un vicio de la volun-
obstativo, error obstáculo, o error en la tad consistente con la falsa representación de

30 “También existirá un error en la declaración cuando el sujeto declare su voluntad de comprar una casa por 100,000 dólares,
en el entendimiento que se trata de dólares canadienses, habiendo utilizado sin embargo en el texto de aceptación el signo
utilizado para identificar al dólar de los Estados Unidos de América” (Taboada, 2002: 362).

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GACETA CIVIL & PROCESAL CIVIL | Nº 22 • ABRIL 2015

la realidad, en los casos del error que ellos relación con la que exista entre dos cosas
denominan “error de obstáculo” no es que el de genero diverso, como entre una vaca
sujeto haya declarado una voluntad distinta y una casa, por ejemplo. Esta diferen-
de su verdadera voluntad interna, sino que cia puede existir sea cual fuere el género
las partes contratantes no se han entendido, de la determinación de la cosa. Existe
produciéndose un disenso o disentimiento, dicho error si el arrendatario creyó con-
que es lo contrario al consentimiento. Como tratar sobre la extensión de terrenos com-
se podrá apreciar, para la doctrina francesa prendidos dentro de ciertos deslindes y
el error obstativo consiste en un diálogo de el arrendador con relación a una cabida
sordos o en una discrepancia entre las decla- que es muy inferior a la comprendida en
raciones de voluntad de las partes contratan- aquellos deslindes, y en dicho caso es
tes que obstaculiza o impide la formación del nulo el contrato de arrendamiento. En el
consentimiento y por ello mismo la forma- Error Obstáculo, más que un vicio del
ción del contrato. consentimiento, hay una ausencia de con-
sentimiento, pues las voluntades no son
Esta opinión es sustentada también por un coincidentes ya que el acto jurídico o su
gran sector de la doctrina sudamericana, objeto son distintos de cada parte. Por eso
específicamente la chilena. Así, León Hur- Larombire lo denominó Error Obstáculo
tado, citado por Taboada (2002: 363) nos u Obstativo, puesto que impide la for-
dice sobre el Error de hecho en el Código mación misma del consentimiento. Este
lo siguiente: “Nuestro Código dispone en el es el criterio dominante en las doctrinas
artículo 1453 que ‘el Error de hecho vicia francesa y chilena. La sanción sería nuli-
el consentimiento cuando recae sobre una dad absoluta” (Taboada, 2002: 363).
especie de acto o contrato que se ejecuta o
celebra, como si una de las partes enten- Como ya le hemos mencionado anterior-
diese empréstito y la otra donación; o sobre mente al comentar la posición de Lohmann,
la identidad de la cosa específica de que se totalmente de acuerdo con esta posición.
trata, como si el contrato de venta el ven-
dedor entendiese vender cierta cosa deter- Las Diferencias entre disenso y error obs-
minada, y el comprador entendiese comprar tativo son graficadas de la siguiente manera:
otra’” (Taboada, 2002:364).
“Por nuestra parte, creemos que el
Sobre el error obstativo se indica: disenso no puede asimilarse a la figura
del error obstativo, ya que mientras este
“Hay, por consiguiente, Error Obstáculo último consiste en una discrepancia
en dos supuestos: cuando se yerra sobre entre la voluntad declarada y la voluntad
la especie o acto o contrato que se eje- interna, esto es, en una equivocación res-
cuta o celebra y cuando el Error recae pecto a la propia declaración de volun-
sobre la identidad de la cosa específica tad, el disenso se da cuando una de las
de que se trata. En este segundo caso, partes se equivoca respecto a la decla-
el Error se puede producir con especie ración de la otra parte. Es decir, mien-
de un mismo género o de géneros dis- tras que el error obstativo consiste en
tintos: La Ley no distingue. Y como ha error respecto a la propia declaración de
dicho la jurisprudencia, el Error debe voluntad, el disenso consiste en un error
recaer sobre la cosa en sí misma, es decir sobre la declaración de voluntad ajena.
sobre el objeto in ipso corpore, porque Debe señalarse igualmente que en los
la diferencia específica a que se refiere casos de una de ellas con sus respecti-
el artículo 1453 del Código Civil no dice vas voluntades internas, no siendo ambas

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CIVIL | CONTRATOS Y ACTO JURÍDICO

declaraciones de voluntad coincidentes tratado de formar el consentimiento, este


entre sí” (Taboada, 2002: 364-365). no se forma, se dice que hay disenso. Este
disenso puede ser manifiesto, en cuanto las
El Disenso tal como lo comprende autori- partes sean ambas conscientes del mismo, y
zada doctrina italiana señala: en este caso ninguna relación ulterior puede
establecerse entre ellas, ya que saben que ni
“En estos términos se pronuncia Stolfi
siquiera se ha formado el contrato” (Taboada,
cuando nos señala lo siguiente: La pala-
2002: 366).
bra ‘disenso’ o ‘disentimiento’ sirve para
indicar que cada una de las manifesta- El disenso oculto se refiere del siguiente
ciones coincide con el querer interno del modo: “De mayor interés práctico es el caso
respectivo declarante, pero entre ambas del disenso oculto, que mejor se llamaría
no se corresponden entre sí. Esto puede mal entendido. En efecto, dado que el error
acaecer por cualquier causa: por ejemplo, en la declaración hace que una de las par-
porque el interesado tiene conocimien- tes exprese una voluntad que no tiene, bas-
tos rudimentarios de una lengua extran- taría esto para invalidar todo el ulterior pro-
jera hablada por la otra parte o porque ceso formativo del contrato; y sería superfluo
una ha utilizado el lenguaje técnico y la invocar el disenso cuando con solo invocar
otra el vulgar, o porque una enfermedad el error en la declaración que es anterior al
de oídos ha impedido a uno de los suje- disenso se pone en evidencia la falta de for-
tos captar con precisión la propuesta del mación del consentimiento” (Taboada, 2002:
otro, o de la forma parecida. Un alemán, 366)31.
por ejemplo, ha encargado a su agente
concertar la compra (‘Ankauf”) de títulos De manera muy clara la doctrina nacional
y este ha aceptado, pero ha entendido que que sigo señala sobre el dissensus in causa
debe efectuarse una venta (‘Verkauf’); el
abogado ha escrito en el sentido de que- “Si por ejemplo, Ticio ofrece en venta
rer constituir un derecho de uso sobre a Cayo el objeto A y Cayo, enten-
una vivienda, mientras el negociante ha dió mal la oferta, cree que se trata del
creído haberla adquirido en usufructo, objeto B y acepta la oferta, no se ha for-
no sabiendo que para los juristas ambas mado el consentimiento entre las par-
palabras tienen un significado diverso; tes (el caso se califica, también de dis-
el comprador ha ofrecido pagar el precio sensus in causa). Ocurre, por otra parte,
a plazos y el vendedor ha aceptado sin que de la falta de consentimiento, las par-
haber oído las dos últimas palabras, y por tes no tengan conocimiento inmediata-
tanto ha creído que el acuerdo de pago es mente y solo después (por ej. cuando
al contado que es lo normal” (Taboada, hay que cumplir el contrato) se perca-
2002: 365). ten claramente del disenso. Esta hipóte-
sis es de disenso oculto y por tanto, de
Se habla de disenso manifiesto señalando consentimiento aparente. Es determinado
que: “Cuando, aunque las partes hayan por la presencia del error, pero no de un

31 Ejemplo error en la declaración “Si una de las partes habla del predio de Sempronio y también la otra habla del predio
de Sempronio, pero esta última quiere referirse, en cambio al predio de Tusculo, el contrato no se forma realmente (…)”
(Taboada, 2002: 366). Error vicio que deriva en disenso oculto “Pero puede darse otro caso, en el que obra, no un error
en la declaración, sino un error vicio de la voluntad y que igualmente puede desembocar en el disenso oculto” (Taboada,
2002: 366).

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error obstáculo, pues el error no da lugar un ramo de flores en la inteligencia de que se


a divergencia entre voluntad y declara- lo vende y María lo recibe en la inteligencia
ción; el aceptante emite su declaración que es obsequiado. En tanto que existe error
sin errar sobre lo que quería declarar; su in corpore si Ticio cree vender a Cayo el
error consiste tan solo en la falsa aprecia- caballo A, y Cayo entiende comprar el caba-
ción de la declaración de la contraparte llo B” (Taboada, 2002: 367)32.
(proponente), esto es, en considerar con-
forme su propia voluntad lo que en reali- Un análisis del Código alemán y peruano
dad es diferente; por lo tanto, es un error señala: “El código alemán tomo un rumbo
vicio, es decir un error-motivo, esto es distinto. Bajo el concepto genérico de error
una mala interpretación o un mal enten- en la declaración, según explica Enneccerus,
dido” (Taboada, 2002: 367). el BGB comprende el error en el acto de la
declaración, el error en la inexacta transmi-
Con respecto al Error obstativo se ha dicho sión de la declaración, el error en el conte-
que “(…) hay error obstativo cuando las dos nido de la declaración. Pero como lo señala
partes declarantes no coinciden en cuanto a Leon Barandiarán, sin considerar la concep-
los consentimientos que prestan en relación ción francesa del error obstativo, según la
a la identidad del acto (error-in negotio) o la cual se hace el acto inexistente. En nuestra
identidad del objeto (error in corpore).Así codificación el error hace el acto anulable,
error in negotio hay si Pedro entrega a María cuando es esencial” (Taboada, 2002: 369)33.

32 Con respecto al Error obstativo bilateral y unilateral se ha indicado: “El error obstativo es bilateral, porque las dos par-
tes no coinciden en cuanto a la declaración, y cualquiera de ellas puede solicitar la nulidad. Hay tendencia, por lo demás de
llamar error obstativo al que consiste en uno recayendo solo en la declaración. En otro pasaje nos dice también que en el
supuesto error obstativo, él produce la anulación del acto jurídico, y la razón contundente de ello reside en que no hay pro-
piamente consentimiento en cuanto acuerdo de partes, sino disentimiento o desacuerdo, pues una y otra voluntad no coin-
ciden en el objeto mismo del acto (error en el cuerpo), o no coinciden en la naturaleza del negocio (error en el negocio). El
acto es, sobre todo, nulo antes que anulable; pero el código por economía de trabajo trata de este error obstativo como un
caso de anulabilidad del acto, al igual que en el otro caso en que hay propiamente un error que es calificable del causante de
anulabilidad: el llamado error dirimente. Por ello el artículo 1080 (del CC 1936) se refiere a todos estos casos de error con
nombre común error sustancial” (Taboada, 2002: 368).El Error en la declaración (doctrina) señala: “Por otro lado, Fer-
nando Vidal Ramírez expresa (26), que antes de entrar a considerar cada uno de los errores esenciales, hay que detenerse
en el denominado error obstativo u obstáculo, también llamado impediente, que algún sector de la doctrina llama disenti-
miento, y que la moderna doctrina prefiere reconocerlo como error en la declaración. Según Josserrand, este error no solo
vicia sino que destruye el consentimiento. Los Mazeaud lo definen como el error que impide el acuerdo de voluntades, y
por ello prefieren llamarlo impediente, y lo explican en el sentido de que los dos contratantes no se han entendido; cada
uno se ha engañado no sobre lo que quería el otro contratante; el error impediente –dicen– es un “diálogo de sordos”. Por
eso –concluyen– el consentimiento, el acuerdo de las voluntades, en realidad, existe una ausencia de consentimiento, que
lleva consigo la nulidad absoluta del contrato” (Taboada, 2002: 368-369). Con respecto a la Bonaefidei se señala: “Ospina
y Ospina recuerdan que cuando en el Derecho Romano se introdujeron las especies contractuales, denominadas bonaefidei,
porque en la interpretación de ellas prevalecía la ponderación de la voluntad real de los contratantes sobre la forma de la
declaración, ciertos errores como el que versaba sobre la identidad de la persona, o sobre la naturaleza del negocio, o sobre
la identidad de la cosa, se reputaron por regla general, como que impedían la formación del consentimiento” (Taboada,
2002: 369).
33 Error obstativo como un error esencial. Así se señala: “El nuevo Código considera el error obstativo como vicio de la
voluntad y como un error esencial. Sigue así la sistemática del Código italiano” (Taboada, 2002: 369). Asimilación del
error obstativo con el error vicio. La doctrina que vengo siguiendo señala: “Como se podrá observar, el doctor José León
Barandiarán participa de la teoría francesa que considera al error obstativo un supuesto de disenso, por considerar que no
existe consentimiento en los casos en que se presente un error de dicha clase. Por su parte, Fernando Vidal Ramírez se
limita a señalar la existencia de las dos posiciones teóricas, esto es la francesa y la adoptada por los códigos alemán e ita-
liano, en el sentido de asimilar el error obstativo al error vicio, por considerar que en el supuesto del error obstativo la dis-
crepancia está en el que emite su declaración de voluntad interna” (Taboada, 2002: 369-370). Sobre el error impropio se
dice por autorizada doctrina nacional “Distinta resulta la posición de Guillermo Lohman (27), quien nos dice que el error
obstativo, también llamado por algunos error obstáculo o impropio, constituye un error obstáculo o impropio en la decla-
ración de voluntad o en la transmisión de la misma. Se le denomina error impropio porque en realidad no está perturbada
la formación de la voluntad del agente declarante” (Taboada, 2002: 370).

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CIVIL | CONTRATOS Y ACTO JURÍDICO

Cuando el error obstativo comprende negocios bilaterales. Es indudable que el


hipótesis del disenso se ha indicado: disenso tiene características propias que
lo distinguen del error obstativo u obs-
“Conforme veremos ampliamente (ar-
táculo, solo que en el error la divergen-
tículo 208), el error obstativo comprende
cia esta entre la voluntad y la declara-
las hipótesis de disenso, que concurre
ción tal como en realidad se hizo y en
cuando en negocios plurilaterales la parte
el disenso la divergencia entre la volun-
receptora de la declaración entiende otra
tad y la declaración está en la forma que
cosa distinta de la declarada y, creyendo
la declaración ha sido percibida. En un
que coincide con la suya, presta su con-
caso el error está en la declaración pro-
sentimiento. Aparte del disenso, puede
pia; en el disenso hay error por la decla-
el error obstativo revertir otras modali-
ración ajena, que hace aparecer una no
dades: equivocación del declarante, ver-
existente concordancia entre las declara-
bal o escrita; equivocación en la trans-
ciones de las partes. La existencia de un
misión de la declaración por un tercero;
error en la declaración debe determinarse
error sobre el significado de lo decla-
antes de comprobar la existencia de un
rado” (Taboada, 2002: 370).
error-vicio (Taboada, 2002: 371, resal-
Creo que lo correcto es diferenciar el error tado mío).
vicio o dirimente (error en el motivo o for-
La doctrina que vengo siguiendo, en posi-
mación de la voluntad) del error obstativo
ción que comparto, señala que el error obs-
(error en la declaración) del disenso (error
tativo es una causal de ineficiencia distinta
en la interpretación de la declaración de la
al disenso. Así se establece:
otra parte). No estoy de acuerdo con asimi-
lar el error vicio con el obstativo ni este con “(…) Lo que señalamos es que el error
el disenso. obstativo constituye una causal de inefi-
cacia estructural completamente distinta
Se ha señalado que:
al disenso o disentimiento, ya que mien-
“Se llama disenso el inadvertido desa- tras en un caso la nulidad se impone por
cuerdo entre las partes respecto del sen- no existir coincidencia entre las volun-
tido en que cada una de ellas entiende tades declaradas de las partes contratan-
el contenido del negocio. Hay una apa- tes, en el supuesto error obstativo, la anu-
rente o creída congruencia exterior de labilidad se impone a pesar de existir
las respectivas declaraciones, que en coincidencia entre las voluntades decla-
realidad son divergentes; no hay coin- radas, porque una de las declaraciones
cidencia intrínseca aunque si extrínseca de voluntad que conforman el consenti-
entre ellas. El disenso solamente puede miento es defectuosa por haber transmi-
ser error obstativo (en el sentido de que tido una voluntad distinta a la verdade-
opera como él y tiene igual tratamiento), ramente querida por el sujeto” (Taboada,
y presupone, desde luego que se trata de 2002: 377)34.

34 “En otros términos, frente a un caso de error obstativo no es necesario alegar la falta de consentimiento por disenso, bas-
tando confirmar que el contrato no se ha formado porque una de las declaraciones de voluntad que lo conforman ha sido
defectuosamente emitida” (Taboada, 2002: 377). Doctrina según la cual debe prevalecer la voluntad interna. “Debe
señalarse también que según la casi totalidad de la doctrina (con excepción de la italiana), la teoría sobre la discrepancia
entre la voluntad interna y la voluntad declarada a ser aplicada al supuesto del error obstativo es la teoría de la voluntad, de
forma tal que según este gran sector de tratadistas, la declaración de la voluntad y por ende el negocio jurídico en el que se
haya dado un supuesto de error obstativo, deberá considerarse nulo en su conjunto, por cuanto debe prevalecer la voluntad

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GACETA CIVIL & PROCESAL CIVIL | Nº 22 • ABRIL 2015

de voluntad, a la cual la norma jurídica


Comentario relevante
te le atribuye como respuesta los efectos
del autor jurídicos.
5. La voluntad interna, al no ser elemento de
El errante tendrá que soportar las pér-
ningún supuesto de hecho negocial, por
didas o ganancias que dejó de percibir sí misma no produce efectos jurídicos.
porque su actuación no es excusable
o disculpable y no se puede perjudicar 6. El elemento fundamental del contrato
a los terceros con nuestras propias es el conjunto de dos o más declara-
acciones u omisiones cuando estába- ciones de voluntad que se le denomina
‘consentimiento’.
mos en posibilidad de advertirlas.
7. Siendo el consentimiento el conjunto de
dos o más declaraciones de voluntad,
Las conclusiones sobre disenso y error para dar lugar a la producción de efec-
obstativo de acuerdo a la doctrina que vengo tos jurídicos, las mismas deberán ser
siguiendo señalan: coincidentes.

En conclusión: 8. Si el consentimiento es el conjunto de dos


o más declaraciones de voluntad coinci-
“1. La teoría de la responsabilidad ha sido dentes, el disenso o disentimiento será
elaborada para atenuar los efectos de la la no coincidencia o discrepancia entre
teoría voluntarista, mientras que la teoría voluntades declaradas.
de la confianza nació para remediar los
efectos de la teoría declaracionista. 9. En los casos de disenso las declaraciones
de la voluntad de cada una de las partes
2. La teoría voluntarista en ningún momento contratantes coinciden con sus respecti-
sostiene que la voluntad interna sea ele- vas voluntades internas.
mento del negocio jurídico o del con-
trato, limitándose a señalar que en caso 10. Por su parte, el error obstativo consiste
de discrepancia entre ambas voluntades en una discrepancia inconsciente entre
deberá prevalecer la voluntad interna, la voluntad interna del sujeto y su propia
invalidándose el negocio jurídico. ‘voluntad declarada’.

3. El contrato, como cualquier otro nego- 11. La mayoría de la doctrina considera que
cio jurídico, requiere para su formación, en los casos de error obstativo la teoría
además de sus presupuestos y requisitos, a aplicarse sobre la discrepancia entre
la concurrencia de dos aspectos: la decla- voluntad interna y voluntad declarada es
ración o declaraciones de la voluntad y la la teoría voluntarista.
causa.
12. Sin embargo, un sector de autores,
4. El negocio jurídico como el contrato es siguiendo el ejemplo del Código Civil
siempre un supuesto de hecho, cuyo ele- alemán y el Código Civil italiano, asi-
mento fundamental es la declaración milan la figura del error obstativo al del

interna de la parte contratante que ha incurrido en el error obstativo. Por su parte la doctrina italiana y gran parte de los
tratadistas alemanes, sobre la base de las normas contenidas en sus respectivos códigos civiles, asimilan el error obstativo
al error dirimente, sancionándolo con la anulabilidad del negocio jurídico, sistema que nuestro Código Civil ha adoptado
siguiendo al Código italiano” (Taboada, 2002: 378).

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CIVIL | CONTRATOS Y ACTO JURÍDICO

error dirimente, sancionándolo también ha generado un perjuicio en esta parte o a


con la anulabilidad del acto jurídico” la responsabilidad civil por la vulneración
(Taboada, 2002: 379). a la buena fe por la ruptura injustificada de
las tratativas o las negociaciones y que ha
Esta última es la posición asumida por afectado a alguno de los sujetos que estaban
nuestro Código Civil y considero debe ser seguros de que el contrato se iba a concretar.
revisada. Es decir, la autora francesa nos señala que
la “influencia” debe manifestarse en la res-
Reciente doctrina francesa (Thibierge,
ponsabilidad precontractual y no necesaria-
2010: 399) hace una distinción entre los
mente en la nulidad por los vicios del con-
remedios derivados del error, sean estos los
sentimiento. Claro, es imposible hablar en
de nulidad o responsabilidad civil. Estos
este caso de la nulidad por vicios del consen-
remedios pueden actuar conjuntamente pre-
timiento cuando aún el contrato no ha sido
cisándose que en primer término es necesa-
perfeccionado o concertado y lo que cabe
rio declarar la nulidad por el vicio del con-
utilizar es el remedio de la responsabilidad
sentimiento y luego evaluar la posibilidad de
precontractual.
tutela resarcitoria.
En este sentido se señala que “Haber cono-
Así refiriéndose al error común o mutuo se
cido o debido conocer un hecho determi-
establece:
nante del consentimiento de la otra parte y
“Hay, en la exigencia de un error común no haberlo revelado constituye, en efecto,
para permitir la anulación del contrato, la una culpa precontractual capaz de engen-
preocupación de proteger al contratante drar la responsabilidad del contratante” (Thi-
del errans (el que yerra) contra la decla- bierge, 2010: 399)35.
ración de una nulidad que no ha podido
prever y la preocupación de sancionarlo La autora que vengo siguiendo, haciendo
por su silencio si ha conocido el error de énfasis en la crítica al error común señala:
la otra parte y no ha hecho nada para evi- “En consecuencia, sale a la luz que la exi-
tarlo. Se trata aquí de consideraciones gencia de un error común enfrenta tres críti-
relevantes de la buena fe y de la respon- cas: es ilógica en cuanto no se inscribe en el
sabilidad, laudables en sí mismas, cuya régimen de la nulidad por vicio del consenti-
influencia debería ejercerse en materia miento debido a un error, que no supone nin-
de responsabilidad precontractual y no guna condición relativa a la responsabilidad
en las condiciones de la nulidad” (Thi- de una de las partes, a fortiori (menos) de
bierge, 2010: 399). aquella cuyo consentimiento no esté viciado;
se revela inútil por estar muy a menudo, indi-
Aquí se aprecia una distinta respuesta ante la rectamente contenida en las condiciones rea-
vulneración a la buena fe y a la responsabi- les de la nulidad por error; en fin corre el
lidad llevando la tutela al aspecto de la res- riesgo de ser injusta al permitir rehusar la
ponsabilidad civil precontractual, es decir, anulación de un contrato que llene todas las
al resarcimiento por la vulneración de las condiciones relativas al vicio del consenti-
expectativas del otro contratante por la anu- miento, las únicas exigidas por la ley y nece-
lación llevada a cabo por el errans y que sarias para (lograr) el objetivo de la nulidad.

35 Solamente quiero dejar sentada la atingencia en el sentido de que no se puede hablar aún de contratante cuando se está ante
un supuesto de tratativas o negociaciones precontractuales.

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GACETA CIVIL & PROCESAL CIVIL | Nº 22 • ABRIL 2015

Suprimir la condición de un error común es para el demandante de la nulidad, no


evitar la confusión entre nulidad y responsa- podrán condicionar la anulación del con-
bilidad, donde (en esta última) esa condición trato por error a riesgo de desconocer a
constituye una de sus múltiples manifesta- especificidad de esta causal de nulidad;
ciones, y es permitir que la nulidad juegue su en efecto, ella, por definición, no implica
papel de restablecimiento de la legalidad sin sino la existencia del vicio del error en la
estorbarla con consideraciones de responsa- persona de la víctima y no la existencia
bilidad. Ciertamente, esas consideraciones de un desequilibrio, semejante a la lesión,
no son nada despreciables. Pero es una vez en la economía del contrato. Desde un
que la exigencias de restablecimiento de la punto de vista psicológico, esas circuns-
legalidad se hayan satisfecho por la decla- tancias no ejercen ninguna influencia
ración de la nulidad cuando podrá contem- sobre el consentimiento de la víctima”
plarse la eventual responsabilidad del con- (Thibierge, 2010: 409).
tratante de la víctima del error o la del errans
(el que yerra) mismo. El papel de la respon- En este sentido se señala: “ Así, la prueba de
sabilidad precontractual que no consiste cier- un perjuicio resultante de la celebración del
tamente en ser obstáculo a la nulidad puede, contrato anulado, inútil para lograr la nuli-
sin embargo, servirle de acompañante” (Thi- dad por dolo, es necesaria, sin embargo, para
bierge, 2010: 401)36. Esta crítica sustentada el reconocimiento de daños y perjuicios en el
en los tres aspectos mencionados sustenta marco de la responsabilidad precontractual”
la idea de abdicar del llamado error común (Thibierge, 2010: 424).
que impide la anulación del negocio y con-
centrarnos en el análisis de la buena fe y de III. El contrato, el análisis económico
la responsabilidad precontractual. Insisto en del Derecho y los vicios de la
que no se puede invocar la nulidad de las tra- voluntad
tativas o negociaciones porque aún no se ha
formado un vínculo contractual por lo que Toca ahora evaluar los vicios de la voluntad
debe orientarse la posición jurídica a la reu- desde una mirada economicista en donde la
nión de los presupuestos de la responsabili- influencia de la economía en el Derecho nos
dad in contrahendo. da una perspectiva distinta a la vista hasta
ahora desde una mirada dogmática o doc-
Según la doctrina que vengo siguiendo y con
trinal. La economía (y en particular la dis-
la cual concuerdo en este aspecto el per-
ciplina del análisis económico del Dere-
juicio no es una condición para la anula-
cho desde los primeros trabajos de Ronald
ción del acto por vicio del consentimiento
Coase) han influido decisivamente en la
debido a un error. Así se señala:
manera de ver el derecho no solamente en el
“Pero esas circunstancias, que hacen del campo de los contratos, de la propiedad o de
contrato un acto ventajoso o desventajoso la responsabilidad civil sino en las áreas más

36 Asimismo se señala que: “Si es así es innegable que el error inexcusable engendra una responsabilidad precontractual, es
en esta materia donde debe producir efecto, dando derecho a la indemnización al contratante víctima del error que hubiera
sufrido un perjuicio por el hecho de la celebración de un contrato anulado por error, o paralizando el derecho a daños y per-
juicios de la víctima, y no en el plano de las condiciones de la nulidad. En efecto, como en todas la nulidades, la nulidad
por error tiene como fin restablecer la legalidad transgredida, aquí por la existencia de un vicio del consentimiento sufrido
por la víctima, en la sola medida de la transgresión; este vicio debe corresponder a las condiciones legales del artículo 1109
del Código Civil, tal como ha sido precisado por la jurisprudencia, es decir que él debe recaer sobre una calidad sustancial
y haber sido determinante de la celebración del contrato. Ahora bien: tales condiciones se cumplen, sin que haya lugar a
añadir otras que atañan a la responsabilidad civil, es decir incluso cuando ese vicio proviene de una culpa consistente en la
obligación de informarse” (Thibierge, 2010: 403).

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CIVIL | CONTRATOS Y ACTO JURÍDICO

impensadas del Derecho como por ejemplo comerciales, su valor en el mundo de los
el derecho de las personas. Ya en la década contratos. Una información bien tutelada, en
de los años setenta en los Estados Unidos manos de sujetos que la valoran es más efi-
esta disciplina fue ganando adeptos ante la ciente que una información que está bajo el
falta de respuesta de un derecho clásico que dominio de sujetos que desconocen su valía
para los juristas economicistas no ofrecía y por lo tanto no le dará el uso más eficiente y
respuestas o las que ofrecía eran “ineficien- más adecuado para el desenvolvimiento con-
tes”. De esta manera, el análisis económico tractual. Una información cuyo uso sea efi-
del Derecho durante estas décadas de plena ciente y que esté en manos de quien le dé un
efervescencia y desarrollo en la realidad jurí- mejor uso generará una asignación eficiente
dica ha influenciado decisivamente. Los tra- de recursos hablando en términos paretianos,
bajos de juristas que se adhirieron a la visión y en la transacción que es una dentro de una
economicista de las instituciones jurídicas vorágine de transacciones se verán beneficia-
han tenido un desarrollo e influencias verti- dos todos los sujetos que participan en esta,
ginosas pues la seriedad de los enfoques, la incluyendo a los propios mercados.
instrumentalización de la economía y su ver-
sión eficientista han sido de referencia obli- En el caso de los vicios de la voluntad, en
gatoria no solamente para los estudiosos del especial en el caso del error, se está hablando
Análisis Económico del Derecho (AED) sino de información que es ocultada, o transmi-
también para los juristas que han transitado tida de manera inexacta, o que ha llevado a
fundamentalmente por el análisis dogmático tomar una decisión equivocada. El error que
o institucional del Derecho. Juristas como vicia el consentimiento se basa en informa-
Guido Alpa, Massimo Bianca, Massimo ción mal procesada o en desconocimiento
Franzoni, entre otros han seguido utilizando inexcusable por parte del errante o en una
el método dogmático pero con un profundo falta de advertencia por parte del otro sujeto
conocimiento del AED y su repercusión jurí- de la relación contractual que no avisa al
dica. El AED no es un fin, es un instrumento errante de su error y lo deja que continúe con
que es imposible obviarlo, que es impensa- un contrato que en circunstancias de cono-
ble a estas alturas escabullirse y no tenerlo cimiento de la realidad o de las circunstan-
presente en las investigaciones jurídicas, sea cias no hubiera suscrito. Estas son solamente
que lo apliquemos o no, es necesario tener algunas de las posibilidades que se pueden
presente sus puntos de vista y tener claro plantear con respecto al error en los contra-
que es un instrumento que busca alcanzar el tos pero que evidentemente están vinculadas
mismo fin del Derecho aunque con semán- a la información y su manejo por parte de los
tica eficientista, esto último no exento de sujetos del contrato. Así que estudiar el error
polémica por supuesto. en los contratos, como se hace en el pre-
sente trabajo, es también estudiar la valía y
La influencia y la repercusión del AED la repercusión de la información en las tran-
en los vicios de la voluntad ha sido inne- sacciones comerciales.
gable y sobre todo desde el punto de vista
de un objeto de estudio como “la informa- Otro aspecto importante en cuanto a la infor-
ción” comprendida como un bien, como una mación se da cuando esta información es
mercancía y por tanto con contenido evi- ocultada o se omite su conocimiento para
dentemente patrimonial. El AED estudia la anular el equilibrio contractual y generar
información y su importancia en el escena- beneficios en detrimento de la otra parte y
rio jurídico, su impacto en las transacciones de sus legítimas expectativas. En los casos

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GACETA CIVIL & PROCESAL CIVIL | Nº 22 • ABRIL 2015

en donde el errante de manera inexcusable confianza. Por ejemplo en cuanto al incum-


no advierte que la información que tiene plimiento eficiente del contrato la infor-
es inexacta o está mal procesada y ante la mación es esencial para poder tomar una-
advertencia de que ha caído en error anula el decisión en donde sea eficiente incumplir
contrato generando una pérdida en las expec- un contrato sin perder de vista una asigna-
tativas plausibles de la otra parte hay un per- ción eficiente de recursos y reduciendo los
juicio que el Derecho no puede desatender costos de transacción primarios, secunda-
así ya no exista contrato y estaremos ante rios y terciarios. Un sujeto estará incenti-
un caso de responsabilidad precontractual. vado a incumplir un contrato si es que le es
Del mismo modo en situaciones en donde más barato incumplirlo que cumplirlo. Por
la otra parte distinta al errante no advirtió, a ejemplo, si Gregorio celebra un contrato con
pesar de ser conocible o recognoscible para Emma que en su ejecución no resulta tan
esta el error en que estaba el errante debido beneficioso para él y luego aparece Gabriel
a la información mal apreciada; el contrato y lo induce a incumplir el contrato con
no solamente será anulable sino que se debe Emma indicándole que pagará la penalidad
responder por responsabilidad civil precon- por apartarse del contrato con Emma y le
tractual. Esto se justifica pues la parte que asegura un contrato más beneficioso econó-
no advirtió el error o no transmitió la infor- micamente. Gregorio seguramente se sen-
mación conocible y dejó en una situación de tirá motivado a apartarse del contrato con
equívoco al errante ha actuado vulnerando la Emma y a esta probablemente le convenga
buena fe y generando perjuicio en las expec- que se aparte si cumplirá con pagarle una
tativas del errante y por lo tanto se debe apli- cuantiosa penalidad que reparará los benefi-
car la responsabilidad civil a pesar de que cios que deja de percibir como consecuencia
del apartamiento de Gregorio. De acuerdo
nuestro ordenamiento jurídico la proscribe
a lo señalado por el AED en esta operación
en estos casos.
todos ganan (asignación eficiente de recur-
De esta manera otro aspecto importante en sos). Gana Gregorio que tiene una mejor
donde confluyen los vicios de la voluntad, condición al celebrar contrato con Gabriel,
la anulación por error es la responsabilidad gana Emma que recibe una cuantiosa suma
civil precontractual que también comentare- por penalidad y resarce la pérdida por la no
mos oportunamente. continuación de Gregorio en el contrato y
gana Gabriel que si no lo hiciera no paga-
Sobre el contrato y la mirada del AED pode- ría los costos de Gregorio frente a Emma, es
mos reflexionar sobre los puntos tratados decir actúa racionalmente. Pues bien en este
por Polinsky en su clásico trabajo (Polinsky, caso estamos ante un incumplimiento efi-
1983: 27 y ss) en donde se refiere en un pri- ciente del contrato en donde el manejo de la
mera aplicación a las inmisiones u obs- información por parte de los sujetos intervi-
táculos que se presentan en materia de infor- nientes ha sido fundamental para la toma de
mación (revisar), la conducta estratégica, decisiones eficientes. Claro, esta apreciación
la información imperfecta. Asimismo en es arduamente debatible pues uno parte de la
una segunda aplicación se refiere al incum- premisa que los contratos no se incumplen y
plimiento del contrato, al contrato perfec- que el sujeto que induce al incumplimiento
tamente detallado, al incumplimiento efi- debe ser sancionado. Sin embargo es bueno
ciente, a la confianza eficiente. que se aprecie que el AED trata de establecer
criterios racionales, eficientes y que funcio-
Todos estos tópicos tocados por Polinsky nen en la realidad, teniendo como una de sus
están relacionados con la información y la bases el manejo adecuado de la información.

96
CIVIL | CONTRATOS Y ACTO JURÍDICO

Desde la perspectiva del AED Paolo Gallo37 lo que es relevante es que se generan incen-
refiriéndose al error como vicio de la volun- tivos para que exista una mayor diligencia
tad señala: posible de las partes para evitar caer en el
error y de esta manera no se produzca el daño
“Desde un punto de vista económico a una de las partes sustancialmente.
–anota refiriéndose al error en el valor–,
el error es un costo, o mejor dicho, come- Sobre la responsabilidad civil precontrac-
ter un error tiene un precio. Imaginemos tual autorizada doctrina italiana (Caruso,
el caso de un mayorista de grano que 1993: 109)39 citada por el autor que vengo
vende una partida de maíz ignorando que siguiendo ha señalado: El AEL para explicar
el mismo día un decreto ministerial ha la responsabilidad precontractual:
elevado los impuestos de exportación. En
casos de este tipo, el error sobre la exacta “Puede llamarse responsabilidad precon-
tractual a un complejo de sanciones sumi-
cantidad de tales impuestos ocasiona,
nistradas por el ordenamiento, impuestas
evidentemente, un daño equivalente a la
a quien, en el curso de una negociación
diferencia entre el precio del maíz esti-
haya enfatizado el valor del factor pro-
mado por las partes y el precio de mer-
babilístico (p) en las declaraciones efec-
cado; daño que, siempre que se entienda
tuadas a la contraparte, induciendo a esta
como irrelevante el error sobre la con-
última a realizar inversiones preliminares
gruencia del intercambio, deberá ser asu-
carentes de propósito. La entera temática
mido por el vendedor (GALLO, Paolo.
de la mala fe precontractual puede expli-
‘Erroresul valore, gisutiziacontrattuale e
carse, entonces, en los términos de una
trasferimentiingiustificati di richezzaa-
falsa perspectiva sobre las probabilida-
lla luce dellanalisi económica del diritto’.
des de que la tratativa en curso devenga
En: Quadrimestre. 1992, p. 656 y ss.)”.
un contrato, y en esta definición pueden
Sobre la distribución de los riesgos y la comprenderse, tanto las informaciones
pertinencia de que este recaiga sobre una intrínsecas –es decir, las pertinentes a la
de las partes en el contrato (en este caso naturaleza y a la cualidad del contrato in
en el vendedor) se ha señalado: “Según fieri–, cuanto las informaciones extrín-
Gallo, el problema de la regulación jurí- secas, relativas a los datos externos en
dica de los efectos del error se simplifica condición de influir en el futuro de la tra-
en la búsqueda de un criterio para la dis- tativa (piénsese en la existencia de nego-
tribución de riesgos. Tiene que sopesarse, ciaciones paralelas con terceros)”.
entonces, las razones por las cuales sería
más eficiente, en un supuesto explícito, Un clásico trabajo sobre el error y el deber de
que el riesgo sea de cargo de una de las información en los contratos desde la pers-
partes y no de la otra”38. pectiva del AED es el escrito por Anthony
Kronman (Kronman, 2004: 161-181) quien
Como se ha señalado por parte de Gallo, la señala que hay dos situaciones mediante
regla tradicional es que el daño recae para las cuales se adquiere información y son
quien comete el error. Pero al mismo tiempo importantes para determinar la reserva o la

37 Citado por León (2011: 80 y ss.).


38 Ídem.
39 Ídem.

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GACETA CIVIL & PROCESAL CIVIL | Nº 22 • ABRIL 2015

divulgación de la información. La primera sentido desde un punto de vista econó-


de ellas se refiere a la información adqui- mico. Cuando ambas partes de un con-
rida deliberadamente y la segunda a la adqui- trato incurren en error respecto de un
rida casualmente. Esta distinción efectuada mismo hecho o estado de las cosas, deci-
por Kronman es central pues dependiendo dir cuál de ellos puede haber estado en
de si la información se adquirió deliberada- mejor posición para prevenir el error
mente o casualmente existirá la obligación puede requerir una detallada investiga-
de revelarla a la otra parte o de advertirla ción concerniente al error y el rol (econó-
respectivamente. Considero que esta distin- mico) oposición de cada una de las partes
ción es importante y debe ser tomada en con- involucradas. Sin embargo cuando solo
sideración, sin embargo es un referente que una de las partes ha incurrido en error es
no impide, y no debería hacerlo, analizar razonable sumir que esta está en mejor
caso por caso para ver sus particularidades posición que la otra para prevenir su pro-
que bajo ciertas circunstancias específicas pio error” (Kronman, 2004:164).
podrían desatender la distinción y su conse-
cuencia predeterminadas. Sobre la situación variable de la adver-
tencia del error y la mejor posición para
El artículo de Kronman trata sobre la pre- poder detectarlo ha señalado con certeza lo
vención de los errores para disminuir los siguiente: “En un momento determinado la
costos de transacción y promover conduc- parte que incurre en error está en mejor posi-
tas eficientes asignando eficientemente los ción para prevenir el error (para recopilar
recursos que son escasos.
información). En un momento subsiguiente
Se ha dicho por el autor que vengo siguiendo sin embargo, la otra parte puede estar en
que: “La información es el antídoto del error. mejor posición para prevenirlo debido a su
No obstante que la producción de informa- acceso superior a información relevante que
ción es costosa, un individuo puede estar en pueda revelar el error y por lo tanto permitir
posición de obtener información relevante a su corrección. (…), el principio de eficien-
un menor costo que otro” (Kronman, 2004: cia es mejor asistido por una regla de res-
164). Quien pueda adquirir información a un ponsabilidad compuesta que impone respon-
menor costo, es decir, le sea más fácil con- sabilidad inicial por el error a la parte que
seguir esta información será a quien deba ha incurrido en él, pero se traslada a la otra
signársele el riesgo por una información parte si esta conocía el error o tenía moti-
inexacta. Esto guarda relación con el chea- vos para hacerlo. Este tipo de reglas de res-
pest cost avoider que implica que debe res- ponsabilidad compuesta son conocidas en
ponder por los perjuicios ocasionados quién otras áreas del Derecho: la doctrina de la res-
esté en una mejor posición para prever los ponsabilidad extracontractual de “la última
daños o para quien sea más barato prever los clara oportunidad es un ejemplo” (Kronman,
daños. 2004: 165).

En este sentido, desde una mirada del AED, Como ya hemos señalado desde la posición
es importante la distinción que el autor hace de Kronman la adquisición de la informa-
del error unilateral y el error mutuo que ción se da casualmente o deliberadamente.
hemos visto desde un punto de vista dogmá- Si se obtiene casualmente deberá revelarse la
información, en el segundo caso no se podrá
tico. Se señala:
obligar a revelar tal información. Esto tiene
“Visto de una manera amplia la distin- una explicación simple: Si yo he invertido
ción entre error unilateral y mutuo tiene recursos, esfuerzo, ciencia, conocimiento

98
CIVIL | CONTRATOS Y ACTO JURÍDICO

para lograr una información que me bene- respondida de la misma forma. En algunos
ficie no tengo por qué revelarla. Revelarla casos, las cortes típicamente consideran que
desincentivaría a que otras personas como existe un deber de información y en otros
yo, preocupadas y diligentes busquen obte- no” (Kronman, 2004: 166). Efectivamente,
ner información deliberadamente, pues esta- las cortes no tienen una visión unívoca de la
rían obligadas a compartirla con la otra respuesta a esta pregunta y dependiendo de
parte que no ha invertido nada en la obten- las circunstancias o de la posición jurídica
ción de información relevante. En cambio si de los jueces la pregunta será respondida.
la información la he obtenido casualmente, Por esto es importante conocer, ahondar,
de manera arbitraria sin invertir ni hacer en la doctrina del error no solamente desde
esfuerzo alguno entonces la información que una mirada dogmática sino también desde
obtenga debe ser compartida con mi contra- la posición del AED. Nos parece acertada la
parte porque hacerlo no desincentiva la bús- visión de Kronman en el sentido siguiente:
queda de información y por tanto no genera
conductas ineficientes. (…). Cuando se permite no revelar infor-
mación (o dicho de otro modo, cuando
La palabra “búsqueda deliberada” es un tema los derechos contractuales de la parte con
central para determinar la no obligación de conocimiento son hechos valer pese a su
revelar información. Por ejemplo el autor omisión de revelar un error conocido), el
nos comenta el caso del “Violín Estradiva- conocimiento involucrado es típicamente
rius”. Resulta que un músico se acerca a una el producto de una búsqueda costosa.
casa de instrumentos musicales buscando Una regla que permita no revelar infor-
un violín barato y en el mostrador aprecia mación es la única manera efectiva de
con asombro la presencia de un Estradiva- incentivar la inversión en la producción
rius que es un violín sumamente costoso por de tal conocimiento. Por contraste, en los
su calidad al lado de varios violines ordina- casos en que se requiere revelar informa-
rios. El músico pregunta al vendedor por ese ción, y aquellos en los que se libera al
violín (sin decir que sabe que es un Estradi- oferente que ha incurrido unilateralmente
varius) y ratifica el precio, comprándolo de en error porque la otra parte lo conocía o
inmediato. Posteriormente el vendedor pre- tenía razones para conocerlo, la informa-
tende anular el contrato de venta señalando ción especial con la que cuenta la parte
que fue sorprendido por el comprador y que que conoce el error usualmente no es el
este debió advertir el error que estaba come- resultado de una búsqueda deliberada.
tiendo. La pregunta que se hace el autor es A pesar de que la información de esta
¿Con quién está mejor el violín?, es decir naturaleza también es socialmente útil,
¿Quién le dará un mejor uso? ¿El vendedor el deber de revelar esta información no
que lo colocaba con los violines ordinarios causará una reducción significativa de la
o el músico que lo colocará en una de sus cantidad de esta naturaleza que es actual-
principales vitrinas o lo usará para concier- mente producida. Si uno toma en cuenta
tos importantes? La respuesta es obvia. Sin los costos de las inversiones incurridas
embargo, el autor que vengo siguiendo tam- para la producción deliberada de infor-
bién se pregunta: “(…), ¿es fraudulento que mación, los dos tipos de casos aparente-
la parte con conocimiento no revele la exis- mente divergentes antes descritos pueden
tencia del error y puede la otra parte liberarse ser entendidos (grosso modo) como parte
del contrato arguyendo que se le debía reve- del principio de eficiencia, que exige que
lar información? Esta pregunta no siempre es el riesgo de un error unilateral sea puesta

99
GACETA CIVIL & PROCESAL CIVIL | Nº 22 • ABRIL 2015

en quien lo pueda prevenir de una manera Sobre la consideración la doctrina que vengo
más efectiva” (Kronman, 2004: 166)40. siguiendo ha señalado que: “Es algo que el
receptor entrega al promitente para indu-
Sobre el derecho de propiedad de la infor- cir la promesa” (Cooter y Ulen, 2008: 279).
mación y su importancia se ha señalado que De acuerdo con la teoría de la negociación
“(…) Una forma efectiva de asegurar que la consideración vuelve a la promesa legal-
un individuo se pueda beneficiar mediante mente exigible.
la posesión de información (o de cualquier
otra cosa) es asignándole un derecho de pro- Siguiendo con la teoría económica del con-
piedad sobre la información de la misma trato se dice que: “En general, la eficien-
–un derecho que faculte a invocar la maqui- cia económica requiere el cumplimiento
naria del Estado– a fin de excluir a otros el forzoso de una promesa si el promitente
uso y disfrute de la información. Una manera y el receptor deseaban ese cumplimiento
(raramente percibida) en la que el sistema cuando se hizo la promesa” (Cooter y Ulen,
legal puede establecer derechos de propie- 2008: 284). Efectivamente “el carácter exigi-
dad sobre la información es permitiendo a la ble de las promesas estimula el intercambio y
parte que la posee celebrar –y exigir el cum- la cooperación entre los individuos” (Cooter
plimiento de– contratos cuya información y Ulen, 2008: 285).
le sugiere pueden ser rentables, sin tener el
deber de revelar dicha información a la otra Sobre los propósitos del derecho de los con-
parte. (…)” (Kronman, 2004: 168)41. tratos la doctrina estudiada establece que:
“El primer propósito del derecho de los con-
En el análisis de la teoría económica del con- tratos es el de permitir que los individuos
trato la doctrina más autorizada en AED ha cooperen convirtiendo los juegos de solucio-
señalado que en el lenguaje del derecho, un nes no cooperativas en juegos de soluciones
contrato es justo cundo el valor de la pro- cooperativas”. En el mismo sentido se afirma
mesa es proporcional al valor de la consi- que: “El primer propósito del derecho de los
deración (Cooter y Ulen, 2008: 278). contratos es el de permitir que los individuos

40 Sobre la información adquirida deliberadamente y casualmente se indica:


“(…) Como lo hemos usado en este trabajo, el término “información adquirida deliberadamente” significa información
cuya adquisición implica costos en los que no se hubiera incurrido si no fuera por la probabilidad de que la información
en cuestión realmente será producida. Estos costos incluyen, por supuesto, no solo los costos directos de la búsqueda, sino
también los costos de desarrollar la habilidad inicial (por ejemplo, el costo de asistir a una escuela de negocios). Si el costo
incurrido para obtener información (el costo del boleto del autobús en el segundo ejemplo) hubiera sido incurrido en cual-
quier caso podríamos decir que la información ha sido adquirida casualmente. (…).
Si la información ha sido adquirida deliberadamente (en el sentido definido anteriormente), y se niega a su poseedor los
beneficios de poseerla y usarla, este tendrá un incentivo para reducir (o eliminar por completo) su producción de informa-
ción en el futuro. Esto es en los hechos una mera consecuencia de definir “información adquirida deliberadamente” de la
manera en lo que hemos hecho, desde aquel que adquiere información de esta manera por definición incurre en costos que
hubiera evitado si no fuera por el prospecto de los beneficios que ahora se le deniegan. (…).
Podría decirse que cuando los beneficios de poseer cualquier clase de información disminuyen o incrementan, uno no
podría esperar algún ajuste en el nivel de inversión en la producción de tal información. (…)” (Kronman, 2004: 168).
41 Sobre los costos de transacción por revelar la información adquirida deliberadamente se dice con razón: “(…) Si asumi-
mos que las cortes pueden fácilmente discriminar entre aquellos que han adquirido la información casualmente y aquellos
que la han adquirido de modo deliberado, existen consideraciones económicas plausibles que justifiquen imponer un deber
de revelar información haciendo una evaluación caso por caso (imponiéndolo cuando la información haya sido adquirida
casualmente, negando su imposición cuando la información es el fruto de una búsqueda deliberada). (…). Alguien que ha
adquirido la información de modo deliberado igualmente se encuentra en posición de prevenir el error de la otra parte. Pero
en la determinación del costo en que debe incurrir la parte con información para prevenir el error (revelando la informa-
ción que conoce), debemos incluir que cualquier inversión que aquella haya realizado para adquirir la información en un
primer momento. Esta inversión representará una pérdida para él si la otra parte puede resolver el contrato basándose en
que la parte con información tenía el deber de revelarla” (Kronman, 2004: 169).

100
CIVIL | CONTRATOS Y ACTO JURÍDICO

cooperen convirtiendo los juegos de solucio-


nes ineficientes en juegos de soluciones efi- Comentario relevante
te
cientes” (Cooter y Ulen, 2008: 288). del autor

Sobre la ausencia de cooperación que con-


Considero que se debe resarcir al
lleva al error se ha graficado el siguiente
caso:
errans por no haber sido advertido por
“la otra parte” de su error (se entiende
“En el segundo ejemplo del principio disculpable) y llevar a cabo un con-
de este capítulo, el comprador creyó trato que en realidad no deseaba.
que estaba comprando un Cadillac relu-
ciente, y el vendedor creía que estaba
vendiendo un Chevrolet abandonado. El
de los contratos es obtener el compromiso
comprador quería que la promesa sea
óptimo de cumplir” (Cooter y Ulen, 2008:
legalmente exigible cuando se hizo, y lo
292). Esto da cuenta de la valía y preponde-
mismo quería el vendedor, pero el ven-
rancia de la información en el derecho de los
dedor y el comprador estaban pensando
contratos, ya que esta tiene un valor patrimo-
en promesas diferentes. Creían de modo
nial importante dependiendo de la compleji-
erróneo que ambos tenían en mente la
dad o no de haberla obtenido.
misma promesa. En realidad, la coopera-
ción entre ellos no podía producir ningún En cuanto a la asunción de los riesgos por
excedente. El caso de Chevy abandonado parte del contratante incumpliente se dice:
ilustra la ausencia de un acuerdo de coo- “En consecuencia, el promitente tiene
peración” (Cooter y Ulen, 2008: 290). incentivos eficientes para cumplir cuando
Sobre la información se ha indicado que: la responsabilidad internaliza los costos
“Una parte importante de la promoción del del incumplimiento” (Cooter y Ulen, 2008:
compromiso y la cooperación entre las partes 294). Esto implica que es imprescindible
es el intercambio de información entre ellas” que se establezcan previamente las sancio-
(Cooter y Ulen, 2008: 290). nes o remedios de responsabilidad civil para
el caso del incumplimiento de las prestacio-
Asimismo: “(…) El segundo propósito del nes por parte del aceptante de la oferta. En
derecho de los contratos es estimular la reve- este caso el promitente estará más protegido
lación eficiente de información dentro de la ante el eventual incumplimiento del acep-
relación contractual” (Cooter y Ulen, 2008: tante pues ante la renuencia a la prestación
292). La revelación eficiente de información del aceptante este deberá resarcir al promi-
es entonces una finalidad del derecho de los tente por los daños generados.
contratos. Aquí se puede apreciar la impor-
tancia de la información como un bien y su Sobre la confianza en los contratos se ha
trascendencia patrimonial en el mundo de señalado: “En general, el promitente invierte
los contratos. Además la información y su en el cumplimiento y el receptor de la pro-
adecuado manejo y titularidad así como la mesa invierte en la confianza. La inversión
inexactitud de la misma en cuanto a la asig- puede asumir la forma de dinero, tiempo,
nación del riesgo es fundamental para enten- esfuerzo u oportunidades sacrificadas” (Coo-
der mejor los vicios de la voluntad desde la ter y Ulen, 2008: 299).
mirada del AED.
Como se puede apreciar no solamente es
Siguiendo con los propósitos del derecho de importante la pérdida de dinero sino tam-
los contratos “el tercer propósito del derecho bién es relevante la pérdida del tiempo, el

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GACETA CIVIL & PROCESAL CIVIL | Nº 22 • ABRIL 2015

desgaste de esfuerzo o la pérdida de expecta- También se señala por la doctrina seguida


tivas, lo que puede inferirse como un caso de que: “El quinto propósito del derecho de los
responsabilidad civil precontractual. contratos es la minimización de los costos
de transacción de la negociación contrac-
Se ha señalado que: “El cuarto propósito del tual mediante la provisión de términos de
derecho de los contratos es asegurar la con- omisión eficientes y regulaciones” (Cooter y
fianza óptima” y los incentivos legales para Ulen, 2008: 311).
la confianza se describen como: “(…) el pago
perfecto de los daños de expectativa es igual En cuanto a la información y la importancia
al pago de daños necesario para restablecer de las patentes se ha indicado que: “La infor-
al receptor de la promesa en la posición que mación se descubre y se transmite mientras
habría disfrutado si la promesa se hubiera que la mayoría de los demás bienes se fabri-
cumplido” (Cooter y Ulen, 2008:304). can y se consumen. Al revés de lo que ocu-
rre con los fabricantes de bienes, los descu-
Sobre la confianza excesiva: “El derecho bridores de información tienen dificultades
angloamericano define la confianza excesiva para apropiarse de su valor, lo que genera la
como algo imprevisible y, en consecuencia, necesidad de las patentes” (Cooter y Ulen,
incompensable” (Cooter y Ulen, 2008: 305). 2008: 407).
Por ejemplo, el caso del telégrafo en que se
confía y se pierde millones por haber com- En cuanto a: “La eficiencia requiere que se
prendido una palabra de manera equívoca una el conocimiento al control de los recur-
debido a un error material de la misma (dice sos al costo menor, incluidos los costos de
vende en lugar de compra) o el caso en que transacción de la transmisión de la informa-
el sobrino se compra una hebilla de diaman- ción y la venta de bienes” (Cooter y Ulen,
tes para su viaje alrededor del mundo en el 2008: 408).
Trópico que había sido prometido por el tío
y después este desiste de su regalo (el viaje). La doctrina del AED que vengo siguiendo
en cuanto al error mutuo y al error unilate-
Sobre las lagunas racionales del contrato y ral señala que:
en particular en cuanto a la Minimización
de los costos de transacción de los contra- “El error mutuo convierte un contrato
tos, se ha señalado que cuando “el Costo de en un intercambio involuntario, lo que
asignación de un riesgo>costo de asignación puede destruir valor. En cambio un con-
de una pérdida x probabilidad de una pér- trato basado en error unilateral, pro-
dida--dejar la laguna” (Cooter y Ulen, 2008: mueve en general la eficiencia recom-
308) y cuando el “Costo de asignación de pensando el descubrimiento y uniendo el
un riesgo<costo de asignación de una pér- conocimiento al contrato. Proponemos el
dida x probabilidad de una pérdida– llenar la principio siguiente para mejorar la distin-
laguna” (Cooter y Ulen, 2008: 308). ción legal que se encuentra detrás de las
doctrinas del error unilateral y del error
En cuanto a la subsanación de los Tri- mutuo: Niéguese el cumplimiento for-
bunales se ha dicho que: “En general, las zoso de los contratos que impliquen
dos partes de un contrato pueden benefi- un intercambio involuntario, y hágase
ciarse cuando los legisladores reemplazan cumplir los contratos que recompen-
los términos de omisión ineficientes por sen el descubrimiento y unan el cono-
términos de omisión eficientes” (Cooter y cimiento al control” (Cooter y Ulen,
Ulen, 2008: 310). 2008: 409).

102
CIVIL | CONTRATOS Y ACTO JURÍDICO

Por ejemplo el auto que es considerado anti- vendedor les ofrece vender su casa que la
guo o como una reliquia dependiendo de describe como una casa muy cómodo y bien
la mirada de cada parte es un caso de error cuidada así que luego de manifestarles las
mutuo. virtudes de la casa ofertada se las vende a
un precio de mercado. Todo iba bien, el con-
Con referencia a la información productiva trato se concertó y la propiedad se transfirió
e información redistributiva se dice que: a la pareja de esposos, hasta que estos se die-
ron cuenta que la casa está infestada de ter-
Los contratos basados en el conoci-
mitas que carcomían y destruían gran parte
miento de información productiva que
de la casa. La pregunta en este caso para el
tiene una de las partes (especialmente
Tribunal es si existía la obligación de infor-
si ese conocimiento se debió a una
mar por parte del vendedor o si esta informa-
inversión activa) deben hacerse cum-
ción puede ser omitida. La respuesta en este
plir, mientras que los contratos basa-
caso es que la información sobre los vicios
dos en el conocimiento de una de las
ocultos del bien (termitas en la casa) debe
partes acerca de la información pura-
ser manifestada por el vendedor que está en
mente redistributiva o de informa-
una mejor posición para soportar el riesgo
ción adquirida de manera fortuita, no
de la información relevante que es de interés
deben hacerse cumplir. Este principio
del comprador y que de haber sido conocida
recompensa la inversión hecha en el des-
antes no se hubiera celebrado el contrato. En
cubrimiento de información productiva,
este caso no es posible no revelar la infor-
y desalienta por otra parte, la inversión en
mación pues hacerlo implica una asignación
el descubrimiento de información redis-
ineficiente de recursos.
tributiva” (Cooter y Ulen, 2008: 413)42.

En el supuesto de la obligación de revelar Sobre la información de seguridad que debe


información se señala que: “Sin embargo, ser revelada se ha dicho que: “Un contrato
por lo general, la ley requiere que las per- separa el conocimiento del control cuando el
sonas informadas revelen información de vendedor oculta una información que el com-
seguridad a las personas desinformadas. Por prador necesita para impedir la destrucción
ejemplo, los fabricantes deben ofrecer infor- del bien o una disminución considerable de
mación de seguridad acerca de sus produc- su valor. Explicamos antes que el derecho de
tos o asumir la responsabilidad cuando ocu- los contratos trata de unir el conocimiento y
rran accidentes. La ley regulatoria impone el control. Por lo tanto, los contratos basados
la mayoría de las obligaciones de revelar en la ausencia de revelación de información
información de seguridad” (Cooter y Ulen, de seguridad minan uno de los propósitos
2008: 413). del derecho de los contratos. Estas conside-
raciones sugieren un cuarto principio econó-
El caso las termitas. Caso Obde vs. Schleme- mico para los casos contractuales que invo-
yer, 56 Wash. 2d 449, 353 P.2d 672 (1960); lucran a la información: Cuando se negocia
es un caso emblemático que siempre se toca un contrato, las partes deben divulgar la
en los salones de clase. Puede ser recreado información de seguridad” (Cooter y Ulen,
así: Una pareja va en busca de casa y un 2008: 415).

42 En el caso de la información mixta (productiva y redistributiva) se debe buscar la exigencia del cumplimiento del contrato
(Cooter y Ulen, 2008: 413).

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GACETA CIVIL & PROCESAL CIVIL | Nº 22 • ABRIL 2015

Para prevenir el fraude y el engaño: los acuerdos de tómalo o déjalo ‘contratos


de adhesión’” (Friedrich Kessler, “Contract
“En Estados Unidos, los Tribunales y of adhesión: Sometroughts Freedom of con-
las legislaturas han ampliado reciente- tract” Columbia Law review, vol 43, 1943,
mente las circunstancias en que un con- p. 629) p. 420.
trato puede ser anulado por ocultamiento
de información. Por ejemplo, los pres- Tema interesante es la llamada, por la doc-
tamistas ahora están legalmente obliga- trina que vengo siguiendo inconsciencia:
dos a divulgar la tasa de interés porcen-
tual anual sobre todos los préstamos por Por ejemplo supongamos que A compró
consumo. En muchos estados los vende- un refrigerador en la tienda de B, hace dos
dores de automóviles usados están ahora años por US$ 800. B le prestó US$ 600 a
obligados a revelar todas las reparaciones A para que hiciera la compra, y A pro-
importantes que se le hayan hecho a sus metió pagar el préstamo en abonos de
automóviles. En la mayoría de los Esta- US$ 10 mensuales durante cinco años.
dos, lo vendedores de casas están obliga- A ha pagado cada mes durante los últi-
dos a revelar los defectos latentes, tales mos dos años y todavía debe US$ 360 del
como la debilidad de los cimientos. Los refrigerador. A decide ahora comprar un
productores de alimentos deben listar los televisor de US$ 500. A no tiene efectivo
ingredientes. Los fabricantes de algunos para dar el enganche. Entonces, B sugiere
aparatos deben notificar a los consumi- una cláusula de adición por la que A
dores el gasto de energía de los apara- ofrece el refrigerador y el televisor como
tos. Al igual que las reglas tradicionales una garantía. Por lo tanto si A dejara de
del derecho común sobre el fraude, estas pagar el televisor, B podría recuperar el
regulaciones tratan de mejorar el inter- televisor y el refrigerador para pagarse
cambio de información en contratos pri- la deuda del televisor” (Cooter y Ulen,
vados. La aplicación de estas regulacio- 2008: 425).
nes puede ser costosa. En consecuencia,
la legislación que procura evitar los abu- Así, “[l]a doctrina de la inconsciencia podría
sos puede terminar costando a los con- proteger a la gente contra su propia ignoran-
sumidores más que el daño que sufren cia, pero por lo demás deja que los indivi-
en ausencia de la regulación” (Cooter y duos tomen sus propias decisiones” (Cooter
Ulen, 2008: 417). y Ulen, 2008: 426).

Esta última aseveración o interrogante es Otro clásico sector de la doctrina del AED
interesante pues se cuestiona la regulación a –Posner en su clásico trabajo “El Análisis
pesar de los desequilibrios contractuales bajo Económico del Derecho”– de manera peda-
una visión de eficiencia ya que la regulación gógica y en un caso muy comentado en
o sobre regulación podría ser más perjudicial nuestro medio, refiriéndose al error mutuo,
(costosa) que el desequilibrio contractual o señala:
las situaciones de inequidad. Habrá que ana-
lizar cada situación en particular para ver el “En el famoso caso de la venta de la vaca
impacto que tiene una regulación o sobre Rose 2ª. De Aberlone, tanto el vendedor
regulación de los contratos que busca evitar como el comprador creían que la vaca
el fraude o el engaño. era estéril, y el precio se fijó con base en
ello. Pero de hecho la vaca estaba pre-
Sobre los contratos de adhesión: “En un ar- ñada y valía casi 10 veces más el pre-
tículo influyente, Friedrich Kessler llamó a cio de venta. El error se descubrió antes

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CIVIL | CONTRATOS Y ACTO JURÍDICO

que la vaca fuese entregada al comprador podría usarse un principio similar para
y el vendedor canceló la venta. El Tri- decidir los casos de error mutuo. Cuando
bunal apoyó la cancelación. Si acepta- una contingencia que afecta al cumpli-
mos la versión de los hechos presentada miento ocurre después de que el contrato
en la opinión mayoritaria, el resultado ha sido firmado (Rose estaba preñada
podría parecer congruente con la eficien- cuando se firmó el contrato), los tribuna-
cia. No había base para suponer que la les tienen menos dificultades para reco-
vaca era más valiosa en manos del com- nocer que el problema consiste en saber
prador que en las del vendedor –dado que cómo asignaron (implícitamente) las par-
su verdadero valor era de un orden de tes el riesgo de un acontecimiento inespe-
magnitud diferente del que habían pen- rado. Al nivel más elemental, si un con-
sado las partes– y el vendedor no había trato establece la entrega de trigo en una
sido descuidado al pensar que la vaca era fecha fija, a $ 3 el kilo, el hecho de que en
estéril; cometió un error razonable, en esa fecha el precio del mercado ascienda
efecto inevitable (a un costo razonable). a $ 6 no servirá para rescindir el contrato;
No obstante, este caso pudo plantearse de las partes intentaban claramente asig-
manera diferente y más fructífera obser- nar el riesgo de los cambios de precios al
vando que hubo una contingencia impre- proveedor. Sin embargo, a veces no está
vista y preguntando cómo habrían asig- clara la asignación de riesgos. Ese es el
nado las partes el riesgo de este evento campo de las doctrinas de la imposibi-
si lo hubiesen previsto. Había prue- lidad, la inviabilidad, la frustración y la
bas de que el precio de venta de Rose fuerza mayor (…) (Posner, 1998: 102)43.
incluía el valor de la vaca si estuviese
preñada, descontado (muy drástica- Es, sin dudas, un factor fundamental la asig-
mente, por supuesto) por la probabili- nación de riesgos sea en el comprador o en
dad de tan deseable circunstancia. Esas el vendedor para conocer cuál de las partes
pruebas sugerían que las partes habían deberá soportar los costos de la resolución
intentado transferir el riesgo de la preñez del contrato o de la ruptura de las tratativas
de la vaca al comprador, cuyo caso era como en el presente caso. Hemos visto que la
claro que el contrato debió haberse cum- vaca, una vez detectada que era fértil, no es
plido. Sin embargo, aun a falta de tales entregada al comprador como se había com-
pruebas hay un argumento para impo- prometido el vendedor, al darse cuenta que el
ner al vendedor el riesgo de que la vaca precio del animal era muy superior si podía
no sea lo que parece. En general, si no en tener descendencia. En este caso el contrato
cada caso particular, el propietario tendrá no llegó a concertarse, pues el vendedor se
acceso, a un costo menor que el del com- dio cuenta de la preñez de Rose y era más
prador, a la información sobre las carac- caro cumplir con el contrato que negarse a
terísticas de su propiedad, de modo que cumplirlo y eventualmente pagar una indem-
podrá evitar errores acerca de tales cir- nización por la pérdida de las expectativas
cunstancias a un precio menor que el de del comprador. El vendedor, haciendo núme-
los compradores potenciales. Es por ello ros, advierte que aun pagando el resarci-
que el vendedor de una casa es respon- miento al comprador la pérdida que tendría
sable ante el comprador por los defec- sería mucho menor a entregarle la vaca y
tos ocultos (a diferencia de los obvios); perder la posibilidad de venta de una vaca

43 POSNER, Richard. Ob. cit., p. 102.

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GACETA CIVIL & PROCESAL CIVIL | Nº 22 • ABRIL 2015

preñada a un tercero. Por lo tanto, el vende- Una declaración de voluntad que ha sido
dor incumple eficientemente un contrato. Sin transmitida incorrectamente por la per-
embargo, el vendedor debe asumir el riesgo sona o institución utilizada para efectuar
de tal incumplimiento y por lo tanto deberá dicha transmisión puede ser impugnada
resarcir al comprador para que este pueda bajo los mismos presupuestos del § 199
satisfacer su pérdida de expectativas legíti- para una declaración de voluntad emitida
mas de tener una vaca así esta sea infértil (ya erróneamente.
que el comprador no esperaba una vaca pre-
§ 122 Deber de resarcir el daño por
ñada sino un objeto de decoración básica-
quien impugna
mente). Coincido con la doctrina que vengo
siguiendo en el sentido de que el vendedor Si una declaración de voluntad es nula
estaba en una mejor posición para advertir la según el § 118 o ha sido impugnada
preñez o probabilidad alta o media de preñez conforme a los § § 119 y 120, y debía
de la vaca, por lo tanto en la asignación de ser emitida frente a otro, el declarante
riesgos es este quien debe asumir los riesgos debe resarcir a este otro el daño sufrido
de la eventual preñez de la vaca y si no cum- o, en otro caso, a un tercero, por confiar
ple con entregarla deberá resarcir al compra- en la validez de su declaración, aunque
dor por responsabilidad civil precontractual. no se debe superar la cuantía del inte-
rés que el otro o el tercero tenían en la
validez de la declaración.
IV. Normas en el Derecho Comparado
sobre el error y su necesaria refe- El deber de resarcir el daño no procede si
rencia en el Derecho Civil peruano el perjudicado conocía la causa de nuli-
dad o de impugnabilidad o la desconocía
1. El BGB alemán por negligencia (debía conocer) (resal-
tado mío).
El BGB alemán, al tratar sobre el error, lo
hace de la siguiente manera: Como se pueda apreciar el CC alemán prevé
“Título 2: Declaración de voluntad la posibilidad del resarcimiento por parte del
errante en favor del destinatario de la decla-
§ 119 Impugnabilidad por error ración o de un tercero si como consecuen-
cia del error en su declaración de voluntad
Quien al emitir una declaración de volun- se han perjudicado las expectativas de cele-
tad estaba incurso en un error respecto de brar el contrato por parte del destinatario de
su contenido o no quería en absoluto rea- la declaración o por parte del tercero y por
lizar una declaración con ese contenido, lo tanto se les habría generado un perjuicio.
puede impugnarla si puede suponerse Este artículo del CC alemán nos lustra de
que, de haber conocido la realidad de los cómo se puede prever el resarcimiento en
hechos y apreciado razonablemente el el caso del error unilateral a diferencia de
caso, no la habría emitido. nuestro Código Civil que lo proscribe. Ya
Por error en el contenido de la declara- más adelante señalaré mi posición para que
ción se entiende también el error en las el resarcimiento se incluya en nuestro orde-
cualidades de la persona o del bien que se namiento legal cuando se haya generado un
consideran relevante en el tráfico. perjuicio tanto al destinatario de la declara-
ción como al propio errante de ser el caso.
§ 120 Impugnabilidad por transmisión El CC alemán también establece que no pro-
incorrecta cede el resarcimiento cuando el destinatario

106
CIVIL | CONTRATOS Y ACTO JURÍDICO

de la declaración conocía o podía conocer apreciación general y en relación con


del error del declarante y a pesar de esto no las circunstancias debe considerarse
lo advierte o comunica al declarante. Este es determinante del consentimiento.
el supuesto de conocibilidad o recognoscibi-
3) Cuando recae sobre la identidad o
lidad del error por parte del declarante. Esto
sobre las cualidades de la persona del
tiene un sentido irrefutable pues si el desti-
otro contratante, siempre que la identi-
natario conocía del error vulnera el princi-
dad o las cualidades hayan sido deter-
pio o cláusula general normativa de la buena
minantes del consentimiento.
fe si no lo comunica y sería injusto que exija
un resarcimiento por una situación que él 4) Cuando, tratándose de error de dere-
mismo pudo evitar. Asimismo el CC ale- cho, ha sido la única razón o la razón
mán regula lo concerniente a la excusabili- principal del contrato.
dad que omite regular nuestro CC al señalar
que no habrá resarcimiento si el destinatario Artículo 1430. Error de cálculo.- El
estaba en la posibilidad de conocer el error y error del cálculo no da lugar a la anu-
no lo conoce por negligencia (inexcusabili- labilidad del contrato, sino solamente a
dad). Es decir se asigna el riesgo en este caso una rectificación, salvo que, al concreti-
al destinatario de la declaración lo cual nos zarse en un error en la cantidad, haya sido
parece correcto. Lo contrario sería incenti- determinante del consentimiento.
var conductas ineficientes en los contratos lo Artículo 1431. Error reconocible.- El
que perjudica el tráfico y el propio equilibrio error se considera reconocible cuando,
contractual. a juzgar del contenido, las circunstan-
cias del contrato, o de las cualidades de
2. El codice italiano los contratantes, una persona de diligen-
cia normal hubiese podido advertirlo (el
El codice italiano de 1942 señala con res-
resaltado es nuestro).
pecto a la materia tratada lo siguiente:
Artículo 1432. Mantenimiento del con-
Artículo 1427. Error, violencia y dolo.- El
trato rectificado.- La parte en error no
contratante cuyo consentimiento hubiere
puede demandar la anulabilidad del con-
sido dado por error, u obtenido con vio-
trato si antes de poder sufrir perjuicio,
lencia, o propiciado mediante dolo, puede
la otra parte ofrece ejecutar el contrato
demandar la anulabilidad del contrato,
de modo conforme al contenido y a las
según las disposiciones siguientes.
modalidades del contrato que la primera
Artículo 1428. Relevancia del error.- El pretendía celebrar.
error es causa de anulabilidad del con-
Artículo 1433. Error en la declaración
trato cuando es esencial y cuando es
o la su transmisión de la misma.- Las
reconocible para el otro contratante
disposiciones de los artículos preceden-
Artículo 1429. Error esencial.- El error tes también se aplican en el caso en que el
es esencial: error recae sobre la declaración, o cuando
la declaración hubiese sido transmitida
1) Cuando recae sobre la naturaleza u de manera inexacta, por parte de la per-
objeto del contrato. sona u entidad que tenía el encargo de
hacerlo.
2) Cuando recae sobre la identidad del
objeto de la prestación, o bien sobre Como se puede apreciar el Códice es la base
una cualidad del mismo, que según la para nuestro Código Civil de 1984 pues su

107
GACETA CIVIL & PROCESAL CIVIL | Nº 22 • ABRIL 2015

regulación ha servido de sustento normativo celebración el error fue de tal importancia


para nuestra regulación. No se regula en el que una persona razonable, en la misma
caso del CC italiano la posibilidad del resar- situación de la persona que cometió el
cimiento en caso del perjuicio generado al error, no habría contratado o lo habría
destinatario de la declaración o al tercero hecho en términos sustancialmente dife-
como sí se hace en el caso del CC alemán. rentes en caso de haber conocido la reali-
dad de las cosas, y:
3. El Código Civil francés
a) la otra parte incurrió en el mismo
El Code Civil de 1804 señala con respecto a error, o lo causó, o lo conoció o lo
la materia tratada lo siguiente: debió haber conocido y dejar a la otra
parte en el error resultaba contrario a
“Artículo 1109. No habrá consentimiento
los criterios comerciales razonables de
válido, si el consentimiento hubiera sido
lealtad negocial; o
dado por error, o si hubiera sido arrancado
con violencia u obtenido mediante dolo. b) en el momento de anular el contrato, la
Artículo 1110. El error solo será causa de otra parte no había actuado aún razo-
nulidad del contrato cuando recaiga sobre nablemente de conformidad con el
la sustancia misma de la cosa que cons- contrato.
tituya su objeto. No será tampoco causa (2) No obstante, una parte no puede anu-
de nulidad, cuando solo recaiga sobre la lar un contrato si:
persona con la cual se tenía intención de
contratar, a menos de que la considera- a) ha incurrido en culpa grave al cometer
ción hacia dicha persona fuera la causa el error; o
principal del contrato”.
b) el error versa sobre una materia en la
Las disposiciones normativas del Code Civil cual la parte equivocada ha asumido
son parecidas a lo que regula nuestro Código el riesgo del error o, tomando en con-
Civil, específicamente lo relacionado al ar- sideración las circunstancias del caso,
tículo 202 sobre la esencialidad del error. dicha parte debe soportar dicho riesgo.
Asimismo, no se encuentra de manera taxa-
Artículo 3.2.6. (Error en la expresión o en
tiva la posibilidad de preveer el resarci-
la transmisión
miento en los supuestos de perjuicio hacia
el destinatario de la declaración o al tercero Un error en la expresión o en la trans-
como sí lo podemos encontrar en el caso del misión de una declaración es imputa-
CC alemán. ble a la persona de quien emanó dicha
declaración.
4. Unidroit
Artículo 3.2.7. (Remedios por incumpli-
“Artículo 3.2.4. (Definición del error). miento)
El error consiste en una concepción equi-
Una parte no puede anular el contrato
vocada sobre los hechos o sobre el dere-
a causa de error si los hechos en los
cho existente al momento en que se cele-
que basa su pretensión le otorgan o le
bró el contrato.
podrían haber otorgado remedios por
Artículo 3.2.5. (Error determinante). incumplimiento.

(1) Una parte puede anular un contrato Artículo 3.2.16 (Daños y perjuicios)
a causa de error si al momento de su Independientemente de que el contrato

108
CIVIL | CONTRATOS Y ACTO JURÍDICO

sea o no anulado, la parte que conoció b. dicha parte hubiera asumido el riesgo
o debía haber conocido la causa de anu- de error o debiera soportarlo conforme
lación se encuentra obligada a resarcir a a las circunstancias.
la otra los daños y perjuicios causados,
colocándola en la misma situación en que Artículo 4:106: Información incorrecta
se encontraría de no haber celebrado el
Una parte que celebra un contrato basán-
contrato”.
dose en una información incorrecta dada
Los Principios UNIDROIT establecen una por la otra parte, podrá exigir una indem-
regulación descriptiva del error, disponiendo nización por daños y perjuicios conforme
los características y los requisitos que debe a los apartados (2) y (3) del artículo
tener el error para su nulidad. Los principios 4:117, incluso cuando la información no
UNIDROIT expresan que la parte que causa haya provocado error esencial en el sen-
daño deberá resarcir a la otra parte. tido del artículo 4:103, salvo que la parte
que dio la información tuviera motivos
para creer que la información era creer.
5. Código europeo de los contratos
PRINCIPIOS DEL DERECHO EURO- A diferencia del Codice Civile, el Code Civil
PEO DE LOS CONTRATOS y los Principios UNIDROIT, los Principios
del Derecho Europeo de los Contratos esta-
Capítulo 4 blecen la posibilidad del resarcimiento por
Artículo 4:103: Error esencial de hecho o daños y perjuicios referidos a la información
de derecho incorrecta dada de una parte a otra. Si esta
información no genera error esencial, no pro-
(1) Una parte podrá anular un contrato cede el resarcimiento pero si en caso de que
por existir un error de hecho o de derecho la parte que dio la información tuviera moti-
en el momento de su conclusión si: vos para creer que la información era creer.
a. (i) el error se debe a una información
de la otra parte, 6. El Código Civil de Portugal de 1966
Artículo. 245. Declaraciones no serias
(ii) la otra parte sabía o hubiera debido
saber que existía tal error y que la víc- 1. La declaración no seria, hecha en la
tima en dicho error fuera contrario a la expectativa de que la falta de seriedad
buena fe, o no sea desconocida, carece de todo
(iii) la otra parte hubiera cometido el efecto.
mismo error, y 2. Sin embargo, si la declaración hecha
b. la otra parte sabía o hubiera debido en circunstancias que inducen el
saber que la víctima, en caso de cono- declaratorio a aceptar la seriedad, él
cer la verdad, no habría celebrado el tiene derecho a ser indemnizado por el
contrato o solo lo habría hecho en tér- perjuicio sufrido.
minos esencialmente diferentes. Artículo. 246. Falta de conciencia de la
(2) No obstante, la parte no podrá anular declaración o coacción física. La declara-
el contrato cuando: ción no tienen ningún efecto, si el decla-
rante no tiene la conciencia de hacer una
a. atendidas las circunstancias su error declaración negocial o es obligado por la
fuera inexcusable, o fuerza para emitirla, pero, si la falta de

109
GACETA CIVIL & PROCESAL CIVIL | Nº 22 • ABRIL 2015

conciencia de declaración se debió a la Artículo 252. Error sobre los motivos


culpa, el declarante se obliga a indemni-
zar al declaratorio (destinatario). El error que recae en los motivos deter-
minantes de voluntad, pero que no se
Artículo. 247. Error en la declaración refieran a la persona del destinatario ni al
objeto del negocio, solo es causa de anu-
Cuando en virtud de un error, la voluntad lación si las partes han reconocido, por
declarada no corresponde a la voluntad acuerdo, la esencialidad del motivo.
real del autor, la declaración negocial es
anulable, desde que el declaratorio (des- Sin embargo, si cae sobre las circunstan-
tinatario) conocía o no debía ignorar la cias que constituyen la base del negocio,
esencialidad, para el declarante, del ele- es aplicable al error del declarante o dis-
mento sobre el que se centró en el error. puesto sobre la resolución o modificación
del contrato por alteración de las circuns-
Artículo. 248. La validez del negocio. tancias vigentes en el momento en que el
negocio fue concluido.
La anulablidad fundada en el error en la
declaración no precede, si el declaratorio Como se puede apreciar, el C.C de Portugal
aceptar el negocio como el declarante lo regula la indemnización por daños y perjui-
quería. cios en caso de las declaraciones de seriedad
si la declaración se realiza en circunstancias
Artículo 249. Error de cálculo que inducen el declaratorio a aceptar la serie-
El simple error de cálculo o de escritura, dad. Respecto del error no se percibe norma-
revelados en el propio contexto de la tivamente lo mismo.
declaración o a través de las circunstan-
cias en que la declaración es hecha, ape- 7. El Código Civil de Brasil
nas le da el derecho de rectificación de Artículo 138
esta situación.
Son negocios jurídicos anulables las
Artículo 250. Error en la transmisión de declaraciones de voluntad emanadas de
declaración error sustancial (esencial) que pueda ser
percibido por persona de diligencia nor-
La declaración negocial inexactamente mal, de acuerdo a las circunstancias del
transmitida por quien es responsable de negocio.
la transmisión puede ser anulada en los
términos del artículo 247. Artículo 139

Sin embargo, cuando la inexactitud se El error es sustancial (esencial) cuando:


debe al dolo, la declaración es siempre I. Interesa a la naturaleza del negocio, al
anulable. objeto principal de la declaración, o de
las cualidades de la esencia;
Artículo 251. Error sobre la persona o
sobre el objeto del negocio II. Concierne a la identidad o la cuali-
dad de la persona a quien se refiere la
El error que llega a los motivos determi- declaración de voluntad, desde que ha
nantes de voluntad, cuando se refiere a la influido de modo relevante;
persona del destinatario o al objeto del
negocio, torna anulable en virtud del ar- III. Siendo de derecho y no implica
tículo 247. rechazo a la aplicación de la ley, por

110
CIVIL | CONTRATOS Y ACTO JURÍDICO

el único motivo o principal del nego-


cio jurídico. Comentario relevante
te
del autor
Artículo 140
El falso motiva solo vicia la declaración No es razonable que el receptor de
de voluntad cuando expresa como razón la declaración actúe negligente-
determinante mente sin advertir la equivocación
Artículo 141. del errante generando el motivo para
que este celebre el contrato y luego de
La transmisión errónea de voluntad por anulado no se otorgue una indemniza-
medios interpuestos es anulable en los
ción al declarante perjudicado.
mismos casos en cual la declaración es
directa.

Artículo 142. especie de acto o contrato que se eje-


cuta o celebra, como si una de las partes
El error de indicación de persona o de entendiese empréstito y la otra donación;
cosa, a que se refiere la declaración de o sobre la identidad de la cosa específica
voluntad, no viciará el negocio cuando, de que se trata, como si en el contrato
por su contexto y por las circunstancias, de venta el vendedor entendiese vender
se puede identificar la cosa o la persona cierta cosa determinada, y el comprador
considerada.
entendiese comprar otra.
Artículo 143.
Artículo 1511. El error de hecho vicia asi-
El error de cálculo autoriza la rectifica- mismo el consentimiento cuando la sus-
ción de la declaración de voluntad. tancia o calidad esencial del objeto sobre
que versa el acto o contrato, es diversa
Artículo 144 de lo que se cree; como si por alguna de
las partes se supone que el objeto es una
El error no perjudica la validez del nego- barra de plata, y realmente es una masa
cio jurídico cuando la persona, a quien la de algún otro metal semejante. El error
manifestación de voluntad se dirige, se
acerca de otra cualquiera calidad de la
ofrece para ejecutarla en la conformidad
cosa no vicia el consentimiento de los
de la voluntad real del manifestante.
que contratan, sino cuando esa calidad es
El CC de Brasil enumera los requisitos del el principal motivo de una de ellas para
error sustancial regulado en las disposiciones contratar, y este motivo ha sido conocido
normativas. Al igual que en nuestro Código de la otra parte.
Civil, el CC brasileño no dispone el resar-
Artículo 1512. El error acerca de la per-
cimiento por daños y perjuicios en caso de
sona con quien se tiene intención de con-
error.
tratar, no vicia el consentimiento, salvo
que la consideración de esta persona sea
8. El Código Civil de Colombia la causa principal del contrato. Pero en
este caso la persona con quien errada-
Artículo 1509. El error sobre un punto de
mente se ha contratado tendrá derecho a
derecho no vicia el consentimiento.
ser indemnizada de los perjuicios en que
Artículo 1510. El error de hecho vicia de buena fe haya incurrido por la nulidad
el consentimiento cuando recae sobre la del contrato.

111
GACETA CIVIL & PROCESAL CIVIL | Nº 22 • ABRIL 2015

El Código Civil colombiano, a diferencia falta de aquella y la otra parte no ha conocido


de otros códigos latinoamericanos, regula el o no ha podido conocerlo.
resarcimiento por perjuicios en caso de error
acerca de la persona cuando haya sido la causa 10. El Código Civil de España
principal de la celebración del contrato.
Artículo 1265. Será nulo el consenti-
miento prestado por error, violencia, inti-
9. El Código Civil de Venezuela
midación o dolo.
“Artículo 1.147.- El error de derecho pro-
“Artículo 1266. Para que el error invalide
duce la nulidad del contrato solo cuando
el consentimiento, deberá recaer sobre la
ha sido la causa única o principal. sustancia de la cosa que fuere objeto del
Artículo 1.148.- El error de hecho produce contrato, o sobre aquellas condiciones
la anulabilidad del contrato cuando recae de la misma que principalmente hubie-
sobre una cualidad de la cosa o sobre una sen dado motivo a celebrarlo. El error
circunstancia que las partes han conside- sobre la persona solo invalidará el contrato
rado como esenciales, o que deben ser cuando la consideración a ella hubiere
sido la causa principal del mismo. El sim-
consideradas como tales en atención a la
ple error de cuenta solo dará lugar a su
buena fe y a las condiciones bajo las cua-
corrección”.
les ha sido concluido el contrato. Es tam-
bién causa de anulabilidad el error sobre Como se puede apreciar en el CC español,
la identidad o las cualidades de la per- los dos enunciados normativos referidos al
sona con quien se ha contratado, cuando error encuentran su fuente en el Code Civil
esa identidad o esas cualidades han sido puesto que ha ayudado a su formación nor-
la causa única o principal del contrato. mativa. Por tanto, al igual que en el Code
Civil, el CC español tiene bastante seme-
Artículo 1.149.- La parte que invoca janza con la regulación de nuestro Código
su error para solicitar la anulación de Civil; también es necesario advertir que al
un contrato, está obligada a reparar a la igual que en el CC francés, no presenta regu-
otra parte los perjuicios que le ocasione lación sobre el resarcimiento del perjuicio
la invalidez de la convención, si el error hacia el destinatario de la declaración o a un
proviene de su propia falta y la otra parte tercero en casos de error.
no lo ha conocido o no ha podido cono-
cerlo. No procederá la nulidad por error, 11. El Código Civil de 1930 de Puerto Rico
si antes de deducirse la acción o hasta el
acto de la contestación de la demanda, la Artículo 1218. Para que el error invalide
otra parte ofrece ejecutar su prestación el consentimiento, deberá recaer sobre la
subsanando el error sin perjuicios para el sustancia de la cosa que fuere objeto del
otro contratante”. contrato, o sobre aquellas condiciones de
la misma que principalmente hubiesen
El CC venezolano establece de manera enfá- dado motivo a celebrarlo.
tica la regulación del resarcimiento a causa
El error sobre la persona solo invalidará
del error en el artículo 1.149. Esta es la dife-
el contrato cuando la consideración a
rencia con nuestro Código Civil, la dispo-
ella hubiere sido la causa principal del
sición normativa sobre el resarcimiento de
mismo.
daños y perjuicios en el CC venezolano esta-
blece que la parte estará obligada a reparar a El simple error de cuenta solo dará lugar
la otra parte cuando el error proviene de la a su corrección

112
CIVIL | CONTRATOS Y ACTO JURÍDICO

El Código Civil de Puerto Rico de 1930 con- solicitar la nulidad del acto, si la otra
figura los requisitos para que el error sea cau- ofrece ejecutarlo con las modalidades y el
sal de anulación en el único artículo que lo contenido que aquella entendió celebrar.
ampara. Sin ninguna adición ni modificación
a lo establecido por los códigos tradicionales. Artículo 270.- Error en la declaración. Las
disposiciones de los artículos de este Capí-
tulo son aplicables al error en la declara-
12. El Nuevo Código Civil de Argentina
ción de voluntad y en su transmisión.
Artículo 265.- Error de hecho. El error de
hecho esencial vicia la voluntad y causa El error en el nuevo Código Civil argentino
la nulidad del acto. Si el acto es bilateral de 2014 se regula de la misma forma como
o unilateral recepticio, el error debe, ade- en nuestro Código Civil de 1984. Sin nin-
más, ser reconocible por el destinatario gún cambio ni modificación que en el ante-
para causar la nulidad. rior Código Civil. En este sentido, tampoco
encontramos al resarcimiento por daños y
Artículo 266.- Error reconocible. El error
perjuicios en caso de error como vicio de
es reconocible cuando el destinatario de
voluntad.
la declaración lo pudo conocer según la
naturaleza del acto, las circunstancias de
persona, tiempo y lugar. 13. El Código Civil de Uruguay

Artículo 267.- Supuestos de error esen- 1270. La ignorancia de la ley o el error


cial. El error de hecho es esencial cuando de derecho en ningún caso impedirán
recae sobre: los efectos legales del contrato. El error
material de aritmética solo da lugar a su
a. la naturaleza del acto; reparación.
b. un bien o un hecho diverso o de dis-
tinta especie que el que se pretendió 1271. El error de hecho es causa de
designar, o una calidad, extensión o nulidad del contrato: 1º. Cuando recae
suma diversa a la querida; sobre la especie de contrato que se cele-
bra, como si un de las partes entendiese
c. la cualidad sustancial del bien que empréstito y la otra donación. 2º. Cuando
haya sido determinante de la voluntad recae sobre la identidad de la cosa espe-
jurídica según la apreciación común o cífica de que se trata, como si en la venta
las circunstancias del caso; el vendedor entendiere vender cierta cosa
d. los motivos personales relevantes que determinada y el comprador entendiera
hayan sido incorporados expresa o que compra otra. 3º. Cuando la substan-
tácitamente; cia o calidad esencial del objeto sobre
que versa el contrato es distinta de la que
e. la persona con la cual se celebró o a la
se cree, como si por alguna de las partes
cual se refiere el acto si ella fue deter-
se supone que el objeto es una barra de
minante para su celebración.
plata y realmente es una barra de algún
Artículo 268.- Error de cálculo. El error otro metal semejante.
de cálculo no da lugar a la nulidad del
acto, sino solamente a su rectifica- El error acerca de otra cualquiera cali-
ción, excepto que sea determinante del dad de la cosa no vicia el contrato, sino
consentimiento. cuando esa calidad es el principal motivo
de uno de los contrayentes para contratar
Artículo 269.- Subsistencia del acto. y este motivo ha sido conocido de la otra
La parte que incurre en error no puede parte.

113
GACETA CIVIL & PROCESAL CIVIL | Nº 22 • ABRIL 2015

El Código Civil uruguayo no cuenta con una Al igual que el Código Civil de Venezuela, el
normativa desarrollada respecto al error. En Código Civil de Ecuador regula el supuesto
los dos únicos artículos podemos advertir del resarcimiento en los contratos en caso de
que regula los requisitos que el error debe que la persona con quien se celebra el con-
tener para su causal de anulación. trato sea la principal causa de anulación.

14. El Código Civil de Ecuador V. Los vicios de la voluntad y la res-


ponsabilidad precontractual
Artículo 1468.- El error sobre un punto
de derecho no vicia el consentimiento. En un fundamentado trabajo Freddy Esco-
bar Rozas señala con respecto a la Teoría de
Artículo 1469.- El error de hecho vicia
la responsabilidad precontractual:
el consentimiento cuando recae sobre
la especie de acto o contrato que se eje- “La teoría de la responsabilidad pre-con-
cuta o celebra, como si una de las partes tractual nace para tutelar la confianza
entendiese empréstito, y la otra donación; contractual que, por sus propias carac-
o sobre la identidad de la cosa específica terísticas, puede quedar lesionada como
de que se trata, como si, en el contrato consecuencia: i) de la ruptura injustifi-
de venta, el vendedor entendiese vender cada de las tratativas, ii) de la ineficacia
cierta cosa determinada, y el comprador (permanente o temporal) del contrato
entendiese comprar otra. celebrado o iii) de la falta de adecuación
del reglamento contractual a los intereses
Artículo 1470.- El error de hecho vicia de una o ambas partes.
asimismo el consentimiento cuando la
sustancia o calidad esencial del objeto El fundamento de la referida teoría –de
sobre que versa el acto o contrato es trascendencia eminentemente repara-
diversa de lo que se cree; como si por dora– se encuentra en la violación del
alguna de las partes se supone que el deber de buena fe, que en materia contrac-
objeto es una barra de plata, y realmente tual supone la necesidad de actuar leal y
es una masa de algún otro metal seme- diligentemente” (Escobar, 2004: 154).
jante. El error acerca de otra cualquiera
El artículo 1362 del Código Civil esta-
calidad de la cosa no vicia el consenti-
blece que los contratos se deben negociar
miento de los que contratan, sino cuando
(entre otros) según las reglas de la buena fe
esa calidad es el principal motivo de una y común intención de las partes. Esto preci-
de ellas para contratar, y este motivo ha samente tiene que ver con la responsabili-
sido conocido de la otra parte. dad precontractual, aquella que se configura
Artículo 1471.- El error acerca de la per- cuando aún no se ha celebrado el contrato.
Tal como se establece, aún en las negocia-
sona con quien se tiene intención de con-
ciones y antes del perfeccionamiento de un
tratar no vicia el consentimiento, salvo
contrato, las partes deben siempre desenvol-
que la consideración de esta persona sea
verse de buena fe.
la causa principal del contrato. Pero, en
este caso, la persona con quien errada- En esta fase precontractual, existen diver-
mente se ha contratado, tendrá derecho sos deberes por parte de las partes (futuros
a ser indemnizada de los perjuicios que, contratantes). Así, se ha señalado que: “Los
de buena fe, haya padecido por la nulidad deberes precontractuales y, especialmente,
del contrato. los de información, tienen una extraordinaria

114
CIVIL | CONTRATOS Y ACTO JURÍDICO

importancia en el Derecho contractual euro- de documentos se suscriben en un primer


peo y por eso deben ser tomados debida- momento de la negociación. Es normal que
mente en consideración a la de elaborar en estos Term Sheets las partes solo se obli-
el marco común de referencia” (Schulze, guen a dos cosas: Confidencialidad (No
2006: 36). Divulgación) y Acceso a la Información.
Este último aspecto permitirá que las par-
Uno de estos “deberes” es el actuar de buena tes compartan información confidencial que
fe en las tratativas o etapa precontractual. les servirá para ir estructurando el Contrato
Espinoza (2014: 199) cita el caso Hoffman Definitivo.
V. Red Owl en el que “ambas partes estu-
vieron en una larga y extenuante tratativa, Una segunda fase de negociación se puede
en virtud de la cual, Hoffman había hecho dar con la suscripción de un MOU, que sí es
una serie de desembolsos en la confianza de vinculante ya que se disponen algunas cláu-
la estipulación de un contrato de franchai- sulas que deberán estar en el Contrato Defi-
sing, a efectos de abrir un punto de venta nitivo y las partes se pueden comprometer a
de la cadena de supermercados Red Owl. no negociar con terceros por el plazo que se
Ello en función de las afirmaciones del repre- establezca en este documento.
sentante, Lukowtitz, respecto del monto del
capital con el cual contaba Hoffman para la Estos dos documentos permitirán mayor
afiliación. Después de dos años, Red Owl seguridad a las partes, quienes se enfocarán
no suscribió el contrato definitivo, argumen- en conocerse bien, conocer bien el negocio y
tando que encontró un mejor franchisee. no se preocuparán por un actuar doloso por
La Corte Suprema de Winsconsin amparó a parte de la otra parte.
Hoffman aplicando el promissory estoppel”.
Asimismo, respecto a la información que
Tal como ha señalado Schlesinger (2002: se brindará en este proceso de negociación,
104), en condiciones normales, el temor al cada parte la analizará con las herramientas
descrédito podría originar en las partes que con las que cuente, dependiendo del giro del
se respeten los gentlement’s agreement o negocio. Por ejemplo, para compras de pre-
pacto de caballeros; sin embargo, en muchas dios o compra de acciones en una empresa, lo
oportunidades esto no sucede así. recomendable –considerando el valor patri-
monial en “juego”– es efectuar un Due Dili-
Ante estas situaciones, en la práctica comer-
gence o Auditoría Legal. Si es para la com-
cial se han ideado diversos mecanismos para
pra de un predio, se requerirá que se haga un
que las partes actúen de buena fe en la etapa
estudio de títulos y demás documentos nece-
precontractual. Día a día se suscriben miles
de documentos que salvaguarden los intere- sarios. En el caso de la compra de acciones
ses de ambas partes. de una empresa, se requerirá estudiar los
documentos societarios, tributarios, conta-
Los Term Sheet (Hoja de términos) y Memo- bles, contractuales, entre otros de la empresa.
rándum de Entendimiento (MOU, por sus
siglas en inglés) son dos tipos de documen- Es claro que el informe final que el Estudio
tos que se suscriben previo a la celebración Jurídico emita luego de la auditoría legal o
del contrato. Due Diligence atenuará los riesgos de error
en la contratación. La parte que proporcionó
Usualmente, los Term Sheet no son vincu- la información/documentación garantiza que
lantes pero sí establecen cuáles podrían esta información/documentación es veraz,
ser, al menos, las condiciones en las que se cierta y completa a la fecha de corte y se
suscribirá el Contrato Definitivo. Este tipo comprometerá, por ejemplo, a no disponer

115
GACETA CIVIL & PROCESAL CIVIL | Nº 22 • ABRIL 2015

de patrimonio o no celebrar contratos que no nombrar a Rudolph Von Jhering45. “En


puedan cambiar las condiciones del nego- efecto, la partida de nacimiento de la teo-
cio que se pretende celebrar. Este es un claro ría en cuestión se encuentra en el libro que
ejemplo de cómo atenuar los riesgos de error el insigne pensador alemán publicó en 1861
en la etapa precontractual. con el título de “Culpa in contrahendo oder
Sachdensersatz bei nichtigen order nicht zur
Sin embargo, existen muchos casos (la Perfection gelangten Verträgen” (…). “Como
mayoría) en los que no se suscribe ningún siempre, Jhering basó su construcción con el
tipo de documento en la fase precontractual y fin de solucionar un caso real. Se trataba de
esto puede generar que una parte induzca a la un sujeto que, deseando adquirir cien libras
otra en error. En nuestro ordenamiento, ade- de cierta mercadería, recibió cien quintales
más, si una parte erró en esta etapa y luego de la misma, debido a que a la hora de enviar
suscribe el contrato y posteriormente este se el pedido confundió el signo de la libra con el
anula, no existe reparación para la víctima. del quintal”. (…) “Sobre la base de los casos
indicados, Jhering formuló su famosa teoría
Sobre esta inexplicable ausencia de repa- de la culpa in contrahendo, según la cual el
ración por causa de anulación por error contratante que culposamente causa la inva-
se ha señalado: “Sin embargo, a diferencia lidez o la inexistencia del contrato debe res-
de otros códigos civiles, el Código Civil ponder frente al otro, indemnizando el ‘inte-
peruano no solo no contiene norma alguna rés contractual negativo’” (Escobar, 2004:
que regule de manera específica la con- 154-155)46.
secuencia reparadora que ha de derivarse
de la violación del deber en cuestión, sino En el Derecho Comparado, comenzando
que además excluye, de manera inexplica- por el Sistema alemán se señala: “El BGB
ble, dicha consecuencia para el caso de la adoptó sin miramientos la tesis de Jhe-
anulación del contrato por error” (Escobar, ring. En efecto, como quiera que el Dere-
2004: 154)44. cho alemán permitía anular una declaración
(viciada) aun cuando la parte receptora no
Es imposible en los casos de anulación por hubiera advertido el error, tenía sentido pre-
error y de responsabilidad precontractual guntarse por la situación de dicha parte en

44 Anulación del contrato por causa de error “A pesar de que la responsabilidad pre-contractual encierra una problemática
bastante compleja y sumamente interesante, estos apuntes no están destinados a abordar –en términos generales– dicha
problemática, sino solamente una de sus manifestaciones: la relativa a las consecuencias reparadoras que deben derivarse
de la anulación del contrato por causa de error. Las líneas que siguen, entonces, están dedicadas al problema que, en el sis-
tema general de la responsabilidad pre-contractual, ha generado la inclusión de la regla contenida en el artículo 207 del
Código Civil” (Escobar, 2004: 154).
45 En la doctrina autorizada nacional se encuentra el concienzudo trabajo de ESPINOZA (2013: 830-879). En esta obra todo
el capítulo VII está referido a la Responsabilidad Civil Pre Contractual y en una documentada primera parte de este capí-
tulo revisamos un acápite intitulado “Invocando inevitablemente a Jhering”. Este capítulo es también interesante por el
análisis sobre los Due Diligence que se hace para argumentar el apartamiento unilateral de las tratativas precontractuales
y los daños que genera.
46 El autor que vengo siguiendo señala a pié de página: “Como se podrá entender, sin embargo, cualquier desistimiento no
califica como ‘ruptura injustificada de las tratativas’”. Para que un desistimiento sea ilícito y genere responsabilidad, es
necesario que se cumplan dos condiciones. La primera condición supone que el desistimiento se configure después de que,
por el grado de avance en las negociaciones u otras circunstancias, la parte defraudada pueda razonablemente alegar que
confió en la conclusión del contrato (por eso, si la parte compradora decide apartarse de las negociaciones por que los
resultados del due diligence que practicó no son satisfactorios, la parte vendedora no puede válidamente pretender el pago
de una indemnización por ruptura injustificada de las tratativas, ya que en esa etapa del proceso de compra ninguna de las
partes puede alegar confianza razonable en la conclusión de la operación). La segunda condición, por su parte, supone que
el desistimiento se encuentre desprovisto de una justificación” (Escobar, 2004: 154).

116
CIVIL | CONTRATOS Y ACTO JURÍDICO

caso que hubiese confiado en la validez de la Asimismo se indicó con criterio que: “En
referida declaración” (Escobar, 2004: 155). efecto, como el error era causa de anulación
solo cuando la parte receptora actuaba con
Asimismo se señala: “Consciente de que la mala fe (objetiva), el legislador italiano se
anulación de la declaración viciada podía preguntó si el errans podía, además de anular
perjudicar seriamente a la parte receptora, el contrato, exigir el pago de una indemniza-
el legislador alemán decidió tutelarla, aun- ción. (…) La cuestión fue resuelta en sentido
que bajo ciertas condiciones. Así, estable- positivo, de modo tal que el referido legisla-
ció que si la parte receptora había con- dor consagró un segundo sistema de respon-
fiado razonablemente en la validez de la sabilidad pre-contractual, en el cual no era la
declaración del errans, aquella tenía dere- parte receptora sino la parte emisora la que
cho al pago de una indemnización en caso podía exigir el pago de una indemnización”
que este último decidiera ejercer el dere- (Escobar, 2004: 156).
cho de anulación”47. Se ha mencionado que:
Final y acertadamente se dice en cuanto a
“Aun cuando el tratamiento que el legisla-
este sistema normativo:
dor alemán dispensó al error era cuestiona-
ble debido que privilegiaba la teoría de la “Al igual que en el caso anterior, el sis-
responsabilidad en desmedro de la teoría tema de responsabilidad precontractual
de la confianza, lo cierto es que el sistema acogido por el Codice resulta intachable.
de responsabilidad pre-contractual acogido En efecto, dicho sistema resuelve cohe-
por el BGB resulta intachable” (Escobar, rentemente el conflicto de intereses gene-
2004: 155). rado por la falta de conformidad entre lo
exteriorizado y lo querido, pues, al esta-
En cuanto al Sistema italiano “(…) el legis- blecer que el derecho del errans de anular
lador italiano de 1942 introdujo la necesidad el contrato depende de la conocibilidad
de que el error fuera conocible a efectos de (y excusabilidad) del vicio, no permite
que el declarante pudiera anular el contrato” que la parte receptora de la declaración
(Escobar, 2004: 155). (viciada) sufra perjuicios en caso de que
haya actuado de buena fe. Pero por otro
Así con claridad se ha señalado: “En efecto, a lado, no deja en desamparo al errans en
pesar de que el Código Civil de 1865 seguía caso de que la parte receptora de la decla-
el modelo francés, que a semejanza del ale- ración (viciada) actúe de mala fe, ya que,
mán no exigía la conocibilidad del error, el además del remedio de la anulación, le
legislador italiano, influenciado por la teoría concede al primero el remedio de la repa-
de la confianza, decidió introducir el requi- ración. En consecuencia, bajo supuesto
sito de la conocibilidad del error, modifi- alguno el hombre honesto y cuidadoso
cando drásticamente el sistema de los vicios queda desprotegido frente al comporta-
de la voluntad que imperaba en Europa” miento malicioso de la otra parte” (Esco-
(Escobar, 2004: 155). bar, 2004: 156)48.

47 ESCOBAR ROZAS. Ob. cit., p. 155.


48 El proyecto preparado originalmente por la Comisión encargada del Estudio y Revisión del Código Civil de 1936 conte-
nía una disposición según la cual la anulación del acto por error no daba lugar a la indemnización de daños y perjuicios.
Dicho proyecto no especificaba si la exoneración de responsabilidad favorecía a una o a ambas partes. El anteproyecto
sustitutorio preparado por Manuel de la Puente y Susana Zusman contenía la misma disposición. No obstante ello, en la
exposición de motivos de ese anteproyecto, los autores indicados cuidaron de precisar lo siguiente: “El artículo 73, por su
parte, impide la indemnización de daños y perjuicios en el caso de anulación por error. Dado que el Anteproyecto protege
al receptor de la declaración, en base a la teoría de la confianza, el receptor no podría, en caso de que llegara a anular el

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GACETA CIVIL & PROCESAL CIVIL | Nº 22 • ABRIL 2015

En el caso del Derecho Peruano, el Código Esta mutilación a la que se refiere Escobar
Civil de 1936, “[s]iguiendo la línea trazada es inexplicable y solamente puede compren-
por los códigos civiles europeos de la época, derse con una actuación “acomedida” de la
el Código Civil peruano de 1936 permitía comisión revisora que no contenta con no
anular un contrato por error aun cuando el permitir el resarcimiento de la parte emisora
mismo no hubiese sido conocible por la parte de la declaración por la no advertencia de la
receptora de la declaración viciada. parte receptora de tal situación; también cer-
cenó la posibilidad de la pretensión resar-
Sin embargo, a diferencia del BGB, nues-
citoria de la parte receptora de la declara-
tro código anterior no establecía la obliga-
ción cuando el errante haya errado de manera
ción de indemnizar a la parte receptora en
inexcusable causándole perjuicios al frustrar
caso de que la misma hubiese razonable-
sus expectativas de incremento patrimonial.
mente confiando en la validez de la decla-
ración viciada. No obstante ello, la doctrina Si se infringen daños a la parte recep-
nacional aceptaba la posibilidad de que el tora de la declaración acertadamente se ha
receptor de la declaración viciada exigiera el señalado:
pago de una indemnización en caso de que el
errans ejerciera el derecho a anular el acto” “(…) Y decimos que es novedosa solo
(Escobar, 2004: 156)49. porque tradicionalmente se ha conside-
rado que el errans que obtenía la decla-
Con respecto al Código Civil de 1984 se ha ración de nulidad del acto, si infringía
señalado: perjuicios a la contraparte, se los debía
“En efecto, el legislador nacional estable- indemnizar (...) Manuel de la Puente y
ció que la anulación del negocio por error Susana Zusman consideran que si bien
solo procedía si el mismo era esencial, el receptor esta (sic) protegido por la
determinante y conocible (por la parte teoría de la confianza no puede, en caso
destinataria de la declaración). de que llegara a anular el acto jurídico
(sic), intentar acción de daños y perjui-
Inexplicablemente, sin embargo, el legis- cios, pues conoció el error y, por lo tanto,
lador nacional, no contento con mutilar el no confió totalmente en la validez de
modelo italiano, al dejar de lado la regla tal declaración. Explicada y justificada
contenida en el artículo 1338 del Codice, la norma sub examine, nosotros repara-
decidió efectuar un aporte histórico, al mos que la misma solo alcanza a las par-
establecer que la anulación del negocio tes, por lo que ambas podrían responder,
por error no daba lugar a indemnización eventualmente, ante terceros”. (…) “El
entre las partes” (Escobar, 2004: 156)50. segundo de los nombrados afirma que

acto jurídico (sic), intentar acción de daños y perjuicios, pues conoció el error y, por tanto, no confió totalmente en la vali-
dez de tal declaración. El artículo 73 es otra fórmula de lograr el equilibrio de protección para ambas partes” (Proyectos y
Anteproyecto, 1980: 103). Se sabe que fue la Comisión Revisora la que acordó modificar las propuestas previas y estable-
cer que la anulación del acto por error no daba lugar a indemnización entre las partes.
49 Para una visión comparativa de la racionalidad de los sistemas alemán e italiano: Jordano (1988).
50 La fórmula está consagrada en el artículo 1338 del Código Civil italiano de 1942, que establece lo siguiente: “La parte
che, conoscendo o dovendo conoscere l’esistenza di una causa d’invalidita del contratto [1418 ss], non ne ha dato notizia
alla’altra parte e tenuta a risarcire il danno da questa risentito per avere confidato, senza sua colpa, nella validita del con-
tratto [1038]”. [La parte que, conociendo o debiendo conocer la existencia de una causa de invalidez del contrato, no ha
dado noticia a la otra parte tendrá que resarcir el daño por esta sufrido como consecuencia de haber confiado sin su culpa
en la validez del contrato].

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CIVIL | CONTRATOS Y ACTO JURÍDICO

“[c]omo se pretende proteger al recep- es lógico que la norma bajo comentario


tor de la declaración con base en la teo- no conceda a la parte que yerra la posi-
ría de la confianza, este no puede deman- bilidad de exigir el pago de una indem-
dar daños y perjuicios (sic) pues si se ha nización. Su posición, sin embargo, es
anulado el negocio se debe a que el error harto discutible, por no decir inacep-
fue esencial y conocible. Si es así, el pre- table. En efecto, según este autor, quien
cepto da por entendido que el receptor yerra no tiene derecho a reclamar el pago
de la declaración pudo haberse perca-
de una indemnización debido a que no
tado del vicio y, por tanto, pudo no haber
puede pretender que la otra parte le haga
dado crédito a la declaración. Hubo una
falta de su parte. Por la comisión de esa notar la existencia del vicio. Si se tiene
falta de cuidado, no se le autoriza a recla- en cuenta que el error debe ser conocible
mar daños y perjuicios (sic). No ha de para la otra parte, yo no encuentro razón
ser esta, empero, la única interpretación alguna para que el errans no pueda pre-
válida; también ha de verse de otro lado. tender lo que a Lohmann le parece inad-
Es decir, que quien yerra no puede recla- misible. En efecto, a no ser que la buena
mar del destinatario de la declaración fe objetiva no tenga utilidad ni aplicación
daños y perjuicios (sic) por no haberle en el ámbito de las tratativas, la parte
hecho notar el vicio que era reconocible” receptora no puede dejar de advertir a la
(Escobar, 2004: 157). parte emisora acerca de la existencia del
error (que ha podido advertir). Si dicha
Sobre la causa del error con acierto se ha
dicho: parte, por cualquier circunstancia, nota el
equívoco de la otra y luego consciente-
“Las opiniones transcritas dejan entre- mente guarda silencio, es claro que incu-
ver la causa del error. En efecto, tanto rre en un supuesto grosero de mala fe y el
Vidal como Lohmann aceptan la bondad
Derecho no puede no reaccionar ante tal
de la norma sobre la base de un argu-
hecho” (Escobar, 2004: 157).
mento débil. En efecto, según los auto-
res citados es lógico que se excluya la
Manifiesto mi acuerdo con esta posición
posibilidad de que la parte receptora exija
el pago de una indemnización debido a y señalo nuevamente que el resarcimiento
que la misma pudo conocer la existen- que ha instaurarse en el artículo 207 del
cia del error. Como se podrá entender, sin Código Civil debe ser posible tanto para
embargo, al haber adoptado el modelo el errante si la otra parte no advirtió de
italiano, carece de sentido preocuparse su error como para receptor de la decla-
por la parte receptora de la declaración ración si se generó la frustración de una
viciada. El hecho de establecer el requi- expectativa válida y el error no fue conoci-
sito de la conocibilidad del error genera ble por esta parte.
de manera automática la exclusión de
toda responsabilidad del errans frente a la Sobre el hecho que el receptor queda exo-
parte receptora de la declaración” (Esco- nerado de responsabilidad y el dolo omi-
bar, 2004: 157). sivo se ha señalado:
Sobre la posición que quien yerra no “El artículo 207 del Código Civil, tal
merece indemnización (Lohmann) se ha como está redactado, consagra una fór-
señalado: mula que no encuentra cabida en nin-
“A diferencia de Vidal, que guarda silen- gún sistema coherente, pues permite que
cio al respecto, Lohmann explica por qué el destinatario de la declaración viciada

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GACETA CIVIL & PROCESAL CIVIL | Nº 22 • ABRIL 2015

quede exonerado de responsabilidad aun duda, juega un papel trascendental en el


cuando haya conocido la existencia del ámbito de la responsabilidad por inefi-
error. Puedo aceptar que la regla de exo- cacia contractual. Como ha sido recono-
neración de responsabilidad contenida cido, el deber de informar encuentra su
en el artículo en cuestión se aplique al justificación en la necesidad de corregir
caso en el que ambas partes proceden con la situación de asimetría que usualmente
negligencia (una se equivoca y la otra se presenta en las negociaciones. Por tal
no presta atención). Lo que no puedo razón, en cumplimiento de dicho deber
aceptar, sin embargo, es que la regla de la parte que conoce (o que debiera cono-
marras se aplique al caso en el que una cer) ciertos datos relevantes de la ope-
de las partes procede con negligencia y
ración tiene que hacérselos saber a la
la otra con dolo (conciencia y voluntad
otra, en caso esta última no los conozca
de actuar incorrectamente); lo que ocurre
(o no debiera conocerlos)” (Escobar,
cuando una de las partes se equivoca y la
otra omite voluntariamente hacer notar el 2004: 158)53.
equívoco” (Escobar, 2004: 157)51.
Sobre el interés contractual negativo se ha
El actuar de buena fe implica: “(…) i) el señalado que: “desde que Jhering publicó su
deber de suministrar información; ii) el deber libro sobre la culpa in contrahendo, la respon-
actuar con veracidad; iii) el deber de actuar sabilidad precontractual ha sido empleada
con claridad; iv) el deber de mantener la con- únicamente para reparar la lesión del lla-
fidencialidad; y, (v) el deber de custodiar bie- mado “interés contractual negativo”. Se con-
nes entregados para pruebas o demostracio- sidera que el interés contractual negativo es
nes” (Escobar, 2004: 157)52. aquel que tiene por objeto evitar o eliminar
toda tratativa infructuosa. Por consiguiente,
Con respecto al deber de suministrar
se lesiona dicho interés cuando se inician tra-
información:
tativas sin seriedad, cuando se frustra el éxito
“De todos los deberes indicados, el de de las mismas, etc. Obviamente, la lesión al
suministrar información es el que, sin interés contractual negativo solo es tutelada

51 Sobre la posición de Vidal Ramírez: “Se equivoca Vidal al afirmar que tradicionalmente se hacía responsable al errans por
los perjuicios que infringía a la otra parte al anular su declaración. Como resultará claro, a partir de 1942 no hubo en esta
materia una solución tradicional sino dos. En efecto, en el sistema alemán, el errans respondía frente al destinatario de la
declaración viciada (en caso que decidiera anular la declaración). Pero en el sistema italiano era este último el que respon-
día frente al primero por la invalidez del contrato. En consecuencia, al momento de la elaboración del Código Civil de 1984
no existía una tendencia legislativa generalizada, como lo sugiere el autor citado” (Escobar, 2004:157).
52 Se ha dicho que: “El alcance de la actuación del principio de buena fe depende de la naturaleza del contrato materia de las
tratativas y de las condiciones subjetivas de las partes” (Escobar, 2004: 158).
53 Simetría informativa: “En efecto, nadie puede razonablemente oponerse a la exigencia de que cada parte revele a la otra
aquellas circunstancias que puedan influir en la decisión de esta última de efectuar o no la operación contractual. Pero al
mismo tiempo nadie puede razonablemente oponerse a la protección de aquella información que, adquirida legítimamente,
necesita ser mantenida en reserva para no perder su valor.
En mi opinión, pues, no es posible pretender la creación de una situación de simetría informativa en términos absolutos:
existen hechos que, en función de ciertos principios del ordenamiento (básicamente los que protegen la libertad de empresa
y la propiedad), no tienen por qué ser revelados” (Escobar, 2004: 158). Cuando no hay deber de información: “El que
adquiere, sin embargo, no tiene por qué informar acerca de las razones que lo impulsan a contratar. Tampoco tiene por qué
informar acerca de las cualidades que ha descubierto en el bien, pues resulta legítimo que aproveche aquello que, por su
esfuerzo o fortuna, ha podido conocer” (Escobar, 2004: 158). Sobre el fundamental tema de la información como bien se
puede revisar Bullard (2003).

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CIVIL | CONTRATOS Y ACTO JURÍDICO

cuando la parte lesionante actúa de mala fe” Para la doctrina que vengo siguiendo en el
(Escobar, 2004: 159)54. CC peruano existe una limitación del errans
de liberarse, así se señala que: “A pesar de
El mismo autor, tres años después, y ya que existen razones suficientes para justifi-
desde el Análisis Económico del Derecho (al car la existencia de una regla legal que per-
que considera la ideología más importante de
mita la anulación de todo contrato celebrado
los últimos cien años), refiriéndose a la pers-
con error, sobre la base de una serie de consi-
pectiva económica de la promesa ha seña-
deraciones formales, entre las que sobresale
lado que:
nítidamente la preocupación por la “seguri-
“Desde una perspectiva económica, una dad jurídica”, ciertos ordenamientos, entre
promesa efectuada erróneamente no los que se encuentra el nuestro, limitan nota-
garantiza la existencia de una ‘reasigna- blemente la posibilidad de que el errans se
ción eficiente’ de recursos, en tanto que libere (a través de la acción de anulación)
la falla del promitente impide conside- de la promesa efectuada” (Escobar, 2007:
rar, de manera apriorística, que aquel que 29-30).
valora menos que la otra parte el recurso
que está transfiriendo (o, inversamente, Escobar critica al criterio adoptado por
que valora más que la otra parte el recurso el Código en materia de anulación, indi-
que está adquiriendo). Desde una pers- cando que: “En las líneas que siguen inten-
pectiva moral, por otro lado, una promesa taré demostrar que el criterio adoptado por
efectuada erróneamente no ata de manera el Código Civil para permitir la anulación de
definitiva al promitente, en tanto que todo los contratos celebrados con error es econó-
“compromiso” con los proyectos del pro- micamente ineficiente y moralmente repro-
misario admite excusas cuando la condi- bable. A partir de ello, sugeriré la adop-
ción de fin en sí mismo del primero resulta ción de un criterio alternativo, el cual por lo
en juego” (Escobar, 2007: 28-29)55. demás, no es extraño al derecho comparado”

54 Indemnización de daño emergente y lucro cesante. “Tradicionalmente, se acepta que la parte dañada exija una indem-
nización por los gastos realizados en la etapa de las tratativas, por el tiempo invertido en las negociaciones e incluso por
las oportunidades desaprovechadas. Por consiguiente, en sede de responsabilidad precontractual es indemnizable tanto el
daño emergente como el lucro cesante” (Escobar, 2004: 159). Sobre la ubicación de la Responsabilidad precontractual:
“A pesar de que en algún momento se sostuvo que la responsabilidad precontractual constituía un tertiumgenus , hoy bási-
camente se discute si la misma debe ser asimilada a la responsabilidad contractual o a la responsabilidad extracontractual”
(Escobar, 2004: 159). Sobre la Responsabilidad contractual se ha dicho que: “el argumento empleado por los contractua-
listas es el siguiente: cuando la norma jurídica sujeta el desenvolvimiento de una relación social al imperativo de la buena
fe no hace otra cosa que imponer (a los sujetos que entran en contacto) la obligación de actuar de manera leal y diligente.
Si alguno de los sujetos obra de mala fe, entonces incumple una obligación. Por consiguiente, el dañado tiene la posibi-
lidad de demandar el pago de una indemnización a la luz de las normas que regulan la inejecución de obligaciones (res-
ponsabilidad contractual)” (Escobar, 2004: 159) El Argumento de los excontractualistas es “por su parte, el argumento
empleado por los extracontractualistas es el siguiente: cuando la norma jurídica impone el deber de actuar de buena fe no
hace otra que tutelar de manera específica el genérico interés en no sufrir daño alguno. En consecuencia, si alguno de los
sujetos obra de mala fe, el dañado tiene la posibilidad de demandar el pago de una indemnización a la luz de las normas
que regulan la responsabilidad aquiliana” (Escobar, 2004: 159). La opinión del autor (extracontractualista) es: “A mi
modo de ver, el asunto debe resolverse a favor de la corriente que postula la aplicación de las reglas de responsabilidad
extracontractual. En efecto, como indica Sacco, es verdad que por mandato de la ley los protagonistas de las tratativas se
encuentran vinculados por una relación calificada, que los obliga a proteger sus recíprocos intereses. Pero es verdad tam-
bién que eso es lo que exactamente acontece en tantos otros casos en los que se desarrollan las más variadas actividades y
relaciones” (Escobar, 2004: 159).
55 Así el autor citando doctrina norteamericana: “Desde una perspectiva liberal (welfare economics), la justificación econó-
mica de la promesa descansa en el hecho que aquella provoca la circulación de recursos escasos y, por ende, asegura el uso
alternativo más eficiente de dichos recursos” (Escobar, 2007: 29).

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GACETA CIVIL & PROCESAL CIVIL | Nº 22 • ABRIL 2015

(Escobar, 2007: 30)56. Efectivamente, como “Los modelos institucional y neoinsti-


hemos apreciado en la primera parte de este tucional han demostrado, entre otras
trabajo el Derecho Comprado ha presentado cosas, que los sujetos no siempre tie-
posibilidades desde la óptica del errante o del nen información relevante. Por otro lado,
receptor de la declaración, pero no ha omi- dos ganadores del premio Nobel de Eco-
tido regular que ante un daño producido por nomía, Herbert Simon (1978) y Daniel
la mala fe del receptor o por la negligencia Kahneman (2002); han demostrado que
del declarante se aplicable el resarcimiento los sujetos no actúan racionalmente. El
para las parte de la relación contractual. Esto primero, un pionero en el campo de la
precisamente es lo que no hace nuestro sis- inteligencia artificial, descubrió, mien-
tema actual. tras trataba de instruir a una computadora
a “razonar” acerca de ciertos problemas,
Sobre la teoría de la confianza en el Código que los sujetos muchas veces no tienden
italiano se ha indicado: Este último cuerpo
a maximizar sus beneficios sino simple-
normativo consagró positivamente la deno-
mente a satisfacer, con soluciones imper-
minada “teoría de la confianza”, según la
fectas, sus necesidades. En esta línea,
cual el errans no puede invalidar el contrato
en el mundo convivirían maximizers
cuando la otra parte no tomó conocimiento
con satisficers. El segundo por su parte,
(ni pudo hacerlo) de la existencia del error.
demostró (con la invalorable participa-
En nuestro caso, tal teoría ha sido consa-
ción de Amos Tversky) que las perso-
grada en el artículo 201 del Código Civil”
nas violan sistemáticamente los postula-
(Escobar, 2007: 30).
dos básicos del modelo racional (incluso
Sobre la racionalidad se ha señalado que: “a cuando enfrentan problemas sencillos) y,
pesar de que se trata de un tema controver- lo que es más importante, que la manera
sial, es posible afirmar que la racionalidad de presentar los mismos hechos o pro-
requiere, cuando menos, la presencia de dos blemas influye de manera decisiva en la
factores: juicio completo y juicio transitivo” toma de decisiones (a pesar de que esto
(Escobar, 2007: 30)57. resulta ilógico). Una descripción crí-
tica de los modelos de decisión racional
Sobre los modelos institucional y neoinsti- (self-interestmodel y present-aimmodel),
tucional se ha dicho que: así como una propuesta alternativa a los

56 Sobre las causas de las equivocaciones. Se señala que: “las personas se equivocan por muchas razones. He aquí algunas
de ellas. En primer lugar, las personas cometen errores porque no tienen información relevante disponible. Como quiera
que el acceso a dicha información es generalmente costoso, las personas, dadas sus restricciones dinerarias y tempora-
les, normalmente no invierten lo suficiente para adquirir la información que les permita tomar decisiones racionales y efi-
cientes” (Escobar, 2007: 30). En segundo lugar, las personas cometen errores porque no están preparadas para descifrar la
información relevante disponible o, por lo menos, porque no están preparadas para hacer tal cosa en lapsos relativamente
cortos” (…) “En tercer lugar, las personas cometen errores sistemáticos provocados por “cortocircuitos” de irracionalidad.
Estos cortocircuitos impiden que incluso en operaciones relativamente sencillas las personas opten por las alternativas que
el modelo racional sugiere”, pp. 30-31. Sobre la seguridad jurídica se ha indicado: “Con esto, lo que se está buscando el
limitar el área de acción de error, de permitir que el acto jurídico en la medida de lo posible se mantenga válido y que solo
se declare nulo cuando el error ha sido cognoscible por el otro agente”. Son palabras de Max Arias-Schreiber, uno de los
autores del Código vigente, en cita efectuada por Guillermo Lohmann. Véase: Autores varios. Código Civil comentado.
Tomo I, Gaceta Jurídica, Lima, 2003, p. 868”. p. 30.
57 “A pesar de la existencia de la existencia de un maistream, es necesario reconocer que las nociones y modos de racionali-
dad son diversos (racionalidad por reducción, racionalidad por comparación, racionalidad por agregación, etcétera). Dos
estudios sumamente interesantes sobre la materia se encuentran en: SEN, Amartya. Rationality and Freedom. Cambridge-
London: The Belknap Press of Hardvard University. 2002, p. 10 y ss.; CALVO, Raúl. Uso de Normas Jurídicas y Toma de
Decisiones Barcelona: Gedisa, 2003. p. 43 y ss.” (Escobar, 2007: 31).

122
CIVIL | CONTRATOS Y ACTO JURÍDICO

mismos (adaptiverationality) se encuen- amenaza con dispararle a Y si es que no sus-


tran en: FRANK, Robert. “Departures cribe un contrato económicamente desventa-
from Racional Choice: With and Without joso para este último; imaginemos, además,
Regret”. En: The Law and Economics que ante tal situación, Y decide suscribir el
of irracional Behavior. Francesco Parisi contrato en cuestión y, por tanto, sufrir cier-
y Vernon Smith (Editores). California: tas pérdidas dinerarias” (Escobar, 2007: 32).
Standford University Press, 2005, p. 13 y
ss.” (Escobar, 2007: 31)58. Se ha señalado que: “en efecto, no es posi-
ble entender cómo, en caso de violencia
Sobre la dimensión psicológica y filosófica moral, el agente obra con su voluntad pero
de las equivocaciones se ha señalado que: al mismo tiempo ‘escoge’ (¿opta intencio-
“Los abogados suelen justificar la invali- nalmente o no?) una decisión que no corres-
dez contractual por error, engaño y coacción ponde a una formación libre de su querer.
moral alegando que en todos estos casos la Desde una perspectiva psicológica, la per-
voluntad se encuentra ‘viciada’. Semejante sona actúa voluntariamente o no. Es impo-
visión ha sido incluso adoptada legislativa- sible que una decisión voluntaria no corres-
mente. Para muestra un botón: el Título VIII ponda a una formación libre del querer”
del Libro Segundo del Código Civil tiene el (Escobar, 2007: 32-33).
siguiente encabezado: ‘vicios de la volun-
tad’” (Escobar, 2007: 32). Para que una decisión sea considerada nor-
mal y por tanto válida: “Su decisión es infor-
Así, “desde una perspectiva psicológica y mada, consciente e intencional, de modo que
filosófica, sin embargo, la explicación des- no puede ser considerada anómala desde el
crita es absurda. En efecto, incluso en el punto de vista volitivo” (Escobar, 2007: 33).
caso extremo, el de la coacción moral, no Es interesante la explicación piscológica y
existe una sola razón que sustente la idea de moral de Escobar, corresponde un análisis
que el agente coaccionado padece un ‘vicio’ filosófico al respecto, pero no deja de inquie-
volitivo. Para facilitar la demostración de tarme que se considere que haya una abso-
la validez de esta afirmación, trabajemos luta libertad, sin grises de por medio, cuando
con un ejemplo sencillo: imaginemos que X se toma una decisión bajo violencia física o

58 ESCOBAR ROZAS. Ob. cit., p. 31. Para demostrar que la gente no toma siempre decisiones racionales se ha graficado de
la siguiente manera: “Supongamos que el país está preparándose para combatir la epidemia de una inusual enfermedad,
que según cálculos científicos matará a 600 personas. El gobierno ha propuesto dos programas alternativos para comba-
tir dicha epidemia. Asumamos que el estimado científico de las consecuencias de dichos programas es como sigue: i) si el
programa A es adoptado, 200 personas serán salvadas; y, ii) si el programa B es adoptado, existe 1/3 de probabilidad que
600 personas sean salvadas y 2/3 de probabilidad que nadie se salve. ¿Qué programa escogería usted? Esta fue una pre-
gunta formulada por Amos Tversky y Daniel Kahneman a un grupo estudiantes de Psicología de Stanford y British Colum-
bia. Los estudiantes de estas universidades contestaron de la siguiente manera: el 72% eligió el programa A y el 28% eli-
gió el programa B. La misma pregunta fue formulada a otro grupo de estudiantes de esas universidades, solo que con una
variante. En este caso se les pidió a los estudiantes asumir que el estimado científico de las consecuencias de los progra-
mas preparados por el Estado era el siguiente: iii) si el programa C es adoptado, 400 personas morirían; y, iv) si el pro-
grama D es adoptado, existe 1/3 de probabilidad de que nadie muera y 2/3 de probabilidad de que 600 personas mueran.
¿Cuál fue el resultado? El 22% eligió el programa C y el 78% eligió el programa D. Ahora bien, como se podrá adver-
tir, no existe diferencia alguna entre los programas A y C, ni entre los programas B y D. No obstante ello, las preferen-
cias son contradictorias a los dictados de la racionalidad (el programa A fue preferido por el 72%, mientras que el C por el
22%; a su turno el programa B fue preferido por el 28%, mientras que el D por el 78%). Este experimento ha sido repro-
ducido en diversos cursos dictados en la Facultad de Derecho de la Pontificia Universidad Católica, con similares resulta-
dos. La exposición completa del experimento y la lectura que las respuestas sugieren se encuentran en: TVERSKY, Amos
y KAHNEMAN, Daniel. “The Framing of Decisions and the Psychology of Choice”. En: Science. Volumen CCXI, 1981,
pp. 453-458”. p. 31.

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moral. Si claro, tomo una decisión volun- mental es un sujeto libre que obra volun-
tariamente, pero la pregunta es ¿la hubiera tariamente. El equívoco, como no puede
tomado si no estuviera con el magnum 44 en ser de otra manera, es parte del juego, es
la sien? parte de la experiencia vital de decidir.
Conociendo nuestra limitación cognitiva
Sobre la toma de decisiones bajo presión, y nuestra vulnerabilidad emocional, sería
se ha señalado: “En efecto, en la vida real extraño representar al error como “algo
todas las personas están expuestas a todo tipo que interfiere con nuestra libertad y nues-
de presiones, algunas evitables otras inevita- tra voluntad”. Nos equivocamos precisa-
bles, algunas aceptables otras inaceptables, mente porque somos libres, porque pode-
etcétera” (Escobar, 2007: 33). mos decidir si hacemos esto o aquello (en
función de nuestras propias representa-
Hay una crítica racional a la falta de respon-
ciones o interpretaciones de la realidad),
sabilidad en la toma de decisiones bajo
porque, en suma, es natural que ello ocu-
presión, en el sentido de que: “La idea de no
rra como consecuencia del ejercicio del
asumir responsabilidad alguna (legal, moral
libre albedrío” (Escobar, 2007: 35).
o social) a raíz de las decisiones tomadas por
la necesidad de enfrentar presiones externas La mirada filosófica del autor, sustentada en
es, desde una perspectiva sociológica, irreal” doctrina norteamericana, es interesante aun-
(Escobar, 2007: 34). que no deja de ser eso, una mirada filosó-
Sobre la violencia moral se ha señalado fica, que analizada desde una mirada dife-
que: “Es verdad que la escuela tradicional, rente es cuestionable. Claro, soy libre de
siguiendo el sentido común, dirá que en el matar si al momento de hacerlo tengo una
segundo caso la violencia moral no es causa grave alteración mental. Lo hice libremente
de anulación del contrato debido a que la porque correspondía a las circunstancias del
amenaza no es ilegal. Pero es verdad también momento. En ese caso lo lógico es que vaya
que, por un mínimo de coherencia lógica, a un penal de gente sana y no a un estableci-
dicha escuela no negará la existencia de un miento de gente insana. Soy libre de vender
‘problema volitivo’” (Escobar, 2007: 34). mi casa en un real porque lo necesito para
salvar la vida de mi hijo, correspondió al
Se indica que: estado actual a mi circunstancia, o soy libre
de comprar lo mejores manjares, pero no
“Lo señalado respecto de la coacción puedo hacerlo porque estoy desempleado y
moral es, sin duda, aplicable al caso tengo que conformarme con las sobras de los
del error y del engaño. En efecto, desde demás, claro, lo importante es que soy libre
una perspectiva psicológica y filosófica para afrontar estas decisiones de acuerdo
(17), el errans siempre actúa voluntaria- a la circunstancia que me ha tocado vivir.
mente, en tanto que su comportamiento Es un tema filosófico y por tanto crucial sin
es consecuencia directa de su inten- embargo el criterio adoptado por Escobar es
ción de tomar la mejor opción disponi- altamente controvertible.
ble según su entendimiento o interpre-
tación (18). El hecho que la decisión sea El autor que vengo siguiendo señala que:
tomada en función de una premisa falsa, “Como afirma Holton, la elección constituye
no implica la existencia de anomalía un ‘acto de experiencia’, esto es, un acto en
alguna que afecte la libertad o la volun- el que experimentamos el fenómeno de deci-
tad. El sujeto que forma un estado men- dir qué es lo que vamos a hacer, dadas las cir-
tal X y que actúa conforme a dicho estado cunstancias del caso” (Escobar, 2007: 35).

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CIVIL | CONTRATOS Y ACTO JURÍDICO

Coherentemente con su posición, Escobar de negar la existencia de un problema voli-


sostiene que “lo indicado en las líneas pre- tivo en los casos de error, engaño o coac-
cedentes me anima a concluir que la idea ción moral, no implica que debamos acep-
canónica de que el contrato celebrado con tar la validez de los contratos celebrados en
error debe ser anulado debido a que en tal esas condiciones. Si encontramos buenas
caso el errans sufre un vicio volitivo, es una razones (nivel valorativo) para negar pro-
idea equivocada (por lo que debe ser anu- tección legal a esos contratos, entonces el
lada de nuestra mente)” (Escobar, 2007: 36). sistema legal debe declararlos, en alguna
Pero asimismo sostiene que: “sin perjui- forma, inválidos o ineficaces” (Escobar,
cio de ello, ha de quedar claro que el hecho 2007: 36)59.

59 Finalidad de los contratos. Escobar señala:


Un economista, por su parte, afirmaría que las personas celebran contratos porque estos instrumentos permiten satisfacer
la necesidad de reasignar los recursos escasos a los usos alternativos más eficientes y, por lo tanto, la necesidad de obtener
un estado de bienestar superior (26)”. p. 36. (26) En este sentido: COOTER, Robert. “The Cost of Coase”. En: Journal of
Legal Studies. Volumen XI, 1982, p. 17 y ss. “El contrato, pues, habrá permitido que dos recursos (terreno y dinero), tal
vez asignados fortuitamente, sean reasignados racionalmente a usos alternativos más valiosos, generando de este modo una
mejora general en la sociedad” (Escobar, 2007: 37).
Cuando los contratos celebrados con error no deben ser exigibles. Ejemplo:
“Imaginemos que A es propietario de la casa X y que valora ese recurso en 100. Imaginemos que yo valoro esa casa en 150.
Bajo este supuesto, A estará dispuesto a venderme la casa X a cualquier precio por encima de 100, mientras que yo estaré
dispuesto a comprarla a cualquier precio por debajo de 150. Si celebramos un contrato y cumplimos nuestras obligacio-
nes, ambos (estaremos notoriamente mejor que antes, en tanto que cada uno tendrá en sus manos el recurso que más valora
(A valora más el precio, digamos 110, y yo valoré más la casa X). ¿Por qué valoré la casa X en 150? Básicamente porque
para mí esa casa era ideal para el uso alternativo o el objetivo que tengo en mente: operar un restaurante. Ahora bien, ¿qué
pasa si descubro que no podré usar la casa X para operar un restaurante? Inmediatamente, le asignaré un valor distinto: 75.
Si hubiese sabido de antemano que las normas municipales no permitían operar restaurantes en la zona donde se encuen-
tra ubicada la casa X o, en otras palabras, sino hubiese cometido un error de interpretación de la situación, la transacción
nunca se habría llevado a cabo, pues mientras A hubiese estado dispuesto a vender la referida casa a cualquier precio por
encima de 100, yo solo hubiese estado dispuesto a comprarla a cualquier precio por debajo de 75.
El descubrimiento del error genera el descubrimiento de la pérdida que la transacción me ocasiona (150 - 75 = 75). Cons-
ciente de la situación, obviamente intentaré vender la casa X a algún agente del mercado, para retornar de este modo a la
situación anterior, que era mejor que la que tengo ahora. Sin embargo, existe un problema: el retorno a la referida situación
es, por un lado, incierto (¿quién puede asegurar que lograré reasignar el recurso a 150?); y, por otro lado, costoso (inten-
tar vender una casa es costoso en términos de tiempo y dinero). Se trata, por tanto, de una solución dudosa desde la pers-
pectiva de la eficiencia. Si la opción de emplear el mercado (para retornar a la situación más ventajosa) es poco atractiva,
podemos entonces pensar en otra: la intervención legal (Escobar, 2007: 37-38).
El debate sobre qué remedio contractual es el más óptimo tiene larga data. Afirmando las bondades de la ejecución forzada:
SCHWARTZ, Alan. “The Case for Specific Performance”. En: The Yale Law Journal. Nº 2, Volumen LXXXIX, 1979, pp.
271-306. Sosteniendo la posición contraria: SHAVELL, Steven. “Specific Performance versus Damages for Breach of
Contract: An Economic Analysis”. En: Texas Law Review. Nº 4, Volumen LXXXIV, 2006, pp. 831-876. (29) En este sen-
tido: SHAVELL, Steven. Foundations of Economic Analysis of Law. Cambrigde-London: The Belknap Press of Harvard
University, 2004. p. 330; KRONMAN, Anthony y POSNER, Richard. The Economics of Contract Law. Little, Brown and
Company, Boston-Toronto, 1979. p. 114 (30) En este sentido: TVERSKY, Amos y KAHNEMAN, Daniel. Ob. cit.; p. 456;
POLINSKY, Mitchell. An Introduction to Law and Economics. Aspen Publishers, New York, 2003, p. 57. La tendencia
(natural) de las personas de sentir aversión al riesgo cuando se trata de comprar ganancias y pérdidas, fue notada por Adam
Smith casi 200 años antes que Kahneman y Tversky formularan la teoría prospectiva del comportamiento humano. Véase:
ASHRAF, Nava y otros. “Adam Smith, Behavioral Economist”. En: Journal of Economic Perspectives. Nº 3, Volumen
XIX, 2005, p. 132” (Escobar, 2007: 37-38).
Exceso de precauciones para evitar el error
“La segunda razón tiene que ver con las excesivas precauciones que las personas tomarían para evitar cometer equivoca-
ciones trascendentales en caso que dichas equivocaciones no tuviesen relevancia legal” (Escobar, 2007: 38).
Los costos de transacción elevados
Ahora bien, ¿qué ocurre si el sistema legal establece que el error carece de toda relevancia? Conscientes de que las equi-
vocaciones generan pérdidas, tanto A como yo invertiremos dinero para obtener información acerca de la mayor cantidad
de detalles subjetivamente relevantes de la operación (A tratará de averiguar si tengo patrimonio suficiente, si usualmente
cumplo con pagar mis deudas, etcétera; mientras que yo trataré de averiguar si la casa X está en buenas condiciones, si
no existen vicios ocultos, sino existen terceros con mejores derechos, etcétera). En ese esfuerzo, es probable que ambos

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Análisis desde el punto de vista moral. que hubiese estado en caso de cumplimiento
La doctrina que vengo citando señala que: de la promesa. Bajo esta otra perspectiva,
“Analicemos ahora el asunto desde un punto el contrato celebrado con error no tendría
de vista moral. Bajo distintas consideracio- que ser necesariamente cumplido” (Escobar,
nes (32), es posible sostener que la promesa 2007: 39)60. Desde la mirada de esta “pers-
efectuada voluntariamente debe ser cum- pectiva liberal” se debe dar la posibilidad al
plida, a no ser que exista una causa (inmo- errante que tomó una decisión equivocada y
ralidad o imposibilidad del acto prometido) que lo perjudicaría económica o moralmente
que justifique la ruptura por parte del pro- siempre y cuando indemnice al receptor de la
mitente” (Escobar, 2007: 39). Una perspec- declaración que se ha formado expectativas
tiva conservadora “sostiene que si la pro- con el contrato.
mesa consiste en comprometerse a colaborar
Sobre las promesas y el compromiso con el
con el promisario para que este último logre
promisario se ha señalado que:
alcanzar sus fines, el incumplimiento del pro-
mitente supondría desconocer dichos fines y, “Las promesas limitan, qué duda cabe,
por tanto, actuar en una forma que el promi- nuestras opciones, pues una vez que nos
sario seguramente no compartiría. Por consi- comprometemos a colaborar con el pro-
guiente, no cumplir con lo prometido impli- misario, no podemos simplemente arre-
caría tratar al promisario, no como un fin en pentirnos y a tratar a este último en un
sí mismo, sino como un simple medio, cosa modo incompatible con sus proyectos.
inaceptable a la luz del imperativo categórico La limitación de nuestra libertad nos
kantiano. Bajo esta perspectiva, el contrato coloca, pues, a disposición del promisa-
celebrado con error tendría que ser necesa- rio. Sin embargo, nuestro compromiso
riamente cumplido (a pesar de que genere con el promisario no puede ser absoluto.
un resultado económicamente ineficiente)” Si el cumplimiento de nuestra promesa
(Escobar, 2007: 39). Una perspectiva libe- nos coloca en una situación de peligro, es
ral, “por su parte, sostiene que si bien la pro- claro que no estamos moralmente com-
mesa consiste en comprometerse a colaborar pelidos a honrar nuestra palabra. Si por
con el promisario para que este último logre la circunstancia de peligro decidimos
alcanzar sus fines, el incumplimiento del no cumplir lo prometido, nos tratamos a
promitente no supondría desconocer dichos nosotros mismos como fines y no como
fines, si es que el promisario recibe los recur- objetos. Por otro lado, actuando de esta
sos necesarios para estar en la situación en la manera no tratamos al promisario como

incurramos en costos duplicados (reputación individual, por ejemplo). Asumamos que los costos individuales de tomar
precauciones ascienden a 30. En este escenario, ¿celebraremos el contrato? La respuesta es negativa. En efecto, mientras
A solo estará dispuesto a vender la casa X por cualquier precio por encima de 130, yo solo estaré dispuesto a comprar esa
casa por cualquier precio por debajo de 120. Los costos de transacción habrán frustrado en este caso la realización de una
transacción mutuamente beneficiosa (Escobar, 2007: 38-39).
Reducción de los costos de transacción: “Para reducir los costos en cuestión y de ese modo posibilitar la realización de la
transacción indicada, es preciso crear incentivos que busquen la revelación de la información que resulta relevante para la
generalidad de agentes. Uno de esos incentivos es, qué duda cabe, la negativa legal de otorgar valor a los contratos celebra-
dos con error. En efecto, si los contratos en cuestión carecen de protección legal, entonces las partes interesadas en celebrar
transacciones mutuamente beneficiosas revelarán la información que resulte necesaria para evitar equivocaciones (relevan-
tes) y, consecuentemente, situaciones de desprotección legal de las operaciones deseadas (31)” (Escobar, 2007: 39).
60 “En este sentido: SHAVELL, Steven. Ob. cit., p. 331. (32) Estas consideraciones comprenden desde la tenaz defensa de
la ‘Fórmula de la Humanidad’ (Kant) hasta la idea de incentivar la práctica social de efectuar promesas (Rawls). Véase:
CRASWELL, Richard. “Contract Law, Default Rules, and the Philosophy of Promising”. En: Michigan Law Review.
Nº 88, 1989, p. 489 y ss.” (Escobar, 2007:39).

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CIVIL | CONTRATOS Y ACTO JURÍDICO

objeto, pues este último, compelido por un aspecto vital de la operación; (ii) la equi-
el imperativo categórico, tiene que reco- vocación es la causa de la celebración del
nocer que uno de sus fines es preservar la contrato; y, (iii) pero la otra parte no puede,
vida de los demás. En este sentido, nues- actuando diligentemente, advertir la existen-
tra abstención es compatible con la con- cia del problema, no hay acción de anula-
dición del promisario de fin en sí mismo” ción” (Escobar, 2007: 41)62. Con razón Esco-
(Escobar, 2007: 40). bar sostiene que:

Así, “siguiendo la línea trazada, pienso que “La exigencia local de que la otra parte
actúe diligentemente es curiosa, pues a
el error es una excusa moral válida, más aún
la parte que se equivoca y genera todo
si el promitente compensa al promisario.
el problema no se le exige cuidado
En efecto, a pesar de que el error no supone
alguno. Muchos ordenamientos impo-
la existencia de problema volitivo alguno, es
nen el requisito de la excusabilidad del
claro que aquel genera una pérdida al pro-
error para impedir que la equivocación
mitente” (Escobar, 2007: 40)61. Si esa es la
(por muy esencial y determinante que
mirada para justificar el resarcimiento en el sea) provoque la anulación del contrato
caso de la anulación de los negocios por error cuando el errans ha estado en condicio-
estoy de acuerdo en la conclusión así mues- nes razonables de evitarla. Lamentable-
tre mis dudas en cuanto al método utilizado. mente nuestras normas sobre error omi-
En cuanto a la regulación local se señala ten incluir esta exigencia. Sin embargo,
que: “el Código Civil establece que el error es al amparo del principio de buena fe con-
tractual, consagrado en el artículo 1362
causa de anulación del acto jurídico cuando
del Código Civil, es perfectamente posi-
es esencial, determinante y conocible. El
ble sostener que si el errans pudo evitar
error es esencial cuando recae sobre aspec-
la equivocación a un costo razonable, la
tos de la operación que el legislador con-
acción de anulación deja de estar disponi-
sidera vitales (cualidad del objeto del acto,
ble” (Escobar, 2007: 41).
motivo del acto, etcétera). El error es deter-
minante cuando, según la apreciación gene- Sobre el particular ya hemos apreciado en la
ral, su existencia es la causa que provoca la primera parte de este trabajo que la excusabi-
celebración del acto. Finalmente, el error es lidad es importante para justificar la solicitud
conocible cuando, actuando diligentemente, de anulación del errante y si actuara negli-
la otra parte puede darse cuenta de la exis- gentemente no es justificable la anulación, de
tencia del equívoco” (Escobar, 2007: 40-41). hacerlo tendrá inevitablemente que indemni-
Así, “a la luz de lo dispuesto por el Código zar a la otra parte. Esto no se señala en el CC
en cuestión; si (i) una parte se equivoca sobre dando la impresión (lo cual sería absurdo)

61 La ruptura de la promesa no puede ser inmoral cuando no daña al promisario: “Si la moral compele a socorrer a Y,
aun a costa de la frustración de la transacción deseada y, por ende, del sacrificio de la ganancia esperada, la moral no puede
oponerse a que este último se socorra a sí mismo, más aún cuando ofrece respetar dicha ganancia. Por consiguiente, la rup-
tura de la promesa no puede ser inmoral cuando no daña al promisario”. p. 40.
62 Pigou versus Coase: “Para eliminar este problema, Pigou propuso una fórmula sencilla: ‘internalizar’ los costos margi-
nales sociales (o las externalidades negativas). En términos legales, la propuesta de Pigou consistía en obligar a los agen-
tes privados (i) a pagar una indemnización a los terceros que asumían, sin quererlo, los ‘costos marginales sociales’; o, (ii)
a pagar impuestos especiales al Estado cuando la operación de la herramienta indemnizatoria fuese muy costosa (debido,
por ejemplo, al alto número de víctimas). Sea por la vía indemnizatoria o por la vía impositiva, los agentes privados termi-
narían por internalizar, según Pigou, la totalidad de sus costos de producción y por producir dentro de los niveles de equi-
librio óptimo” (Escobar, 2007: 41).

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que el errante que actúa o toma una decisión notar que dicha norma es inmoral e inefi-
equivocada por sus absoluta responsabilidad ciente. Para una descripción de la funesta
puede anular el contrato sin indemnizar a la historia del artículo 207 del Código Civil de
otra parte, lo que evidentemente contraviene 1984: ESCOBAR, Freddy. “Apuntes sobre la
el principio de la buena fe. responsabilidad por ineficacia contractual”.
En: Themis. Nº 49, 2004, p. 154 y ss.” (ya
Se sigue señalando que: “el Código peruano analizado en el presente trabajo) (Escobar,
contiene una norma sumamente particular, 2007: 41)63.
según la cual ‘la anulación del acto por error
no da lugar a indemnización entre las par- La doctrina que vengo siguiendo señala
tes’. No se necesita mayor reflexión para con criterio que: las reglas de anulación

63 Escobar cita a “Ronald Coase, fundador de la ‘Nueva Economía Institucional’, premio Nobel de Economía (1991) y artí-
fice del surgimiento de la escuela de pensamiento legal más importante de los últimos cien años (el Análisis Económico
del Derecho), vio las cosas desde otra perspectiva” (Escobar, 2007: 42).
Otorgamiento de derechos de prioridad. “Para Coase, el problema del costo social debía solucionarse a través del otor-
gamiento de derechos de propiedad, esto es, de derechos que permitieran excluir y, por tanto, evitar las interferencias recí-
procas. La determinación de quién debía ser el titular de tales derechos dependía, según Coase, de comparar los costos y
beneficios marginales de cada opción” (Escobar, 2007: 42).
Problema del costo social. “¿Cuál es la lección que nos deja la historia del problema del ‘costo (marginal) social’? Para
mí, una bastante obvia: las soluciones legales cambian radicalmente en función de la perspectiva (interpretación) que se
tenga respecto del problema. Pigou creyó que el problema del costo social era causado por un agente y sobre la base de ese
entendimiento (¿erróneo?) confió en un remedio determinado: imposición de obligaciones indemnizatorias y tributarias.
Coase creyó que el problema en cuestión era causado por la interferencia recíproca de los agentes que concurren en el mer-
cado y sobre la base ese entendimiento (¿erróneo?) confió en un remedio totalmente distinto: la asignación de derechos de
propiedad” (Escobar, 2007: 42).
Visión pigouviana sobre la unilateralidad del error. “En el caso del error, las visiones de los civilistas han sido pigou-
vianas. En efecto, las teorías elaboradas para justificar la invalidez o la validez del contrato celebrado con error, descan-
san en la idea de que el problema es ‘unilateral’ (en el sentido de que tiene una sola dimensión). La teoría de la voluntad,
por ejemplo, aboga por la invalidez del contrato bajo el argumento de que el error supone la falta de consentimiento del
errans; mientras que la teoría de la declaración aboga por la validez del contrato bajo el argumento de que el error repre-
senta un problema ‘interno’ del errans y, por tanto, irrelevante de cara al valor ‘seguridad jurídica’. Por su parte, la teoría
de la responsabilidad aboga por la invalidez del contrato bajo el argumento de que el errans debe ser ‘sancionado’ por su
negligencia; mientras que la teoría de la confianza aboga por la validez del contrato bajo el argumento de que la parte ino-
cente debe ser ‘protegida’ por su confianza” (Escobar, 2007: 42).
Crítica a las teorías de la declaración y la voluntad. “Ninguna de estas teorías ha tomado en cuenta que el error genera
daños a las partes y al mercado, ni que ambos daños son irreparables” (Escobar, 2007: 42).
Visión completa sobre el error. “Como se podrá advertir, no hay forma alguna de escapar de la tragedia (económica)
creada por el error. Si nos dejamos guiar por las ideas tradicionales, según las cuales el problema del error es unilateral
(‘falta de voluntad’, ‘seguridad’, ‘culpa’ y ‘confianza’), nuestra visión será limitada y, por tal razón, la solución que pro-
pongamos jamás logrará un estado de bienestar superior. En cambio, si asumimos que el error genera un problema que
al final del día afecta a todos (a las partes y al mercado), nuestra visión será, cuando menos, completa. Con un poco de
esfuerzo y apertura de mente, podremos encontrar una solución más justa” (Escobar, 2007: 42-43).
Rosita Segunda (Caso). “Supongamos que X e Y celebran un contrato de compraventa de una vaca (Rosita Segunda).
X, dedicado al negocio de comercialización de ganado, pensaba que Rosita Segunda era infértil. Por esa razón, deci-
dió venderla a US$ 100 (precio al que normalmente se venden las vacas infértiles de similares características). Y, por su
parte, no tenía idea acerca de la fertilidad o infertilidad de Rosita Segunda. El simplemente quería comprar una vaca con
fines recreativos: tener más animales en su casa de campo. Al momento de entregar a Rosita Segunda los ayudantes de X
se percatan que aquella se encuentra preñada. Ante tal situación, X se arrepiente de haber celebrado el contrato y trata de
encontrar argumentos para no desprenderse de Rosita Segunda, dado que una vaca fértil está valorada por el mercado en
US$ 800. Bajo las reglas del Código Civil peruano, ¿qué podría hacer X? Habida cuenta de que su error (esencial y deter-
minante) no fue ni podía ser conocido por Y, es claro que no tendrá a su disposición la acción de anulación. Ahora bien,
¿es aceptable que X se encuentre obligado a entregar a Rosita Segunda por el precio pactado? El problema que la pre-
gunta planteada encierra se reduce a lo siguiente: ¿debemos permitir que X asuma una pérdida inesperada y que Y obtenga
una ganancia inesperada? Si las partes hubiesen contratado teniendo información completa acerca de las características
de Rosita Segunda, la diferencia entre el valor de mercado y el precio pactado sería legalmente irrelevante, pues para las
partes este último representaría sus preferencias individuales. Como quiera, sin embargo, que la transacción fue realizada
sin que una de las partes estuviese consciente de las características del bien, la pregunta planteada cobra sentido. Si consi-
deramos que por seguridad jurídica o por alguna otra razón el contrato no debe anularse, entonces estaremos permitiendo

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CIVIL | CONTRATOS Y ACTO JURÍDICO

adoptadas por el Código Civil deben ser “a) El errans debe poder anular el contrato
modificadas: “A pesar de que el argumento al margen de si la otra parte se percató
es atractivo, dos cuestionamientos pueden o no del error (o de si pudo hacerlo o no
ser efectuados. Primero, es posible que los actuando diligentemente).
costos de transacción sean significativos, de
modo que la idea de que las partes nego- b) Si la otra parte se percató del error (o si
ciarán y adoptarán un acuerdo mutuamente pudo hacerlo actuando diligentemente),
beneficioso resulte ilusoria. Segundo, es entonces el errans no debe pagar indem-
posible que la otra parte adopte una actitud nización alguna a dicha parte. Por el con-
oportunista y sujete la liberación del errans trario, el errans debe poder exigir a la
a la división de las ‘ganancias’ (esto es, a otra parte el pago de una indemniza-
la división del beneficio que supone redu- ción que lo coloque en la situación que
cir la pérdida). Como quiera que esto último hubiese tenido en caso de no celebración
colocaría a la parte inocente en una situación del contrato (reliance). El fundamento de
más beneficiosa que la que hubiese tenido en esta indemnización ha de ser encontrado
caso de ejecución contractual, no hay razón en la necesidad de generar un incentivo
alguna para legalizar el riesgo del comporta- para que la otra parte evite la pérdida que
miento oportunista. Por lo expuesto, creo fir- genera el error cuando ello sea posible
memente que para evitar los efectos nocivos hacerlo a un costo inferior al beneficio
del error, las reglas de anulación adoptadas esperado (esto es, el monto de la pérdida
por el Código Civil deben ser modificadas” multiplicado por la probabilidad de que
(Escobar, 2007: 46). se produzca el error).
Se propone una regulación más justa en c) Si la otra parte no se percató del error ni
materia de error de la siguiente forma: pudo hacerlo actuando diligentemente,

que Y obtenga algo que nunca buscó: una ganancia de US$ 700. En efecto, racionalmente se puede presumir que, una vez
enterado de la existencia de la diferencia de precios (de mercado) de vacas fértiles e infértiles, Y venderá a Rosita Segunda
(a US$ 800) y, con parte del precio obtenido, comprará una vaca infértil (a US$ 100). Reemplazar a Rosita Segunda gene-
rará para Y una ganancia inesperada de US$ 700. Obviamente, X será quien cubra esa ganancia” (Escobar, 2007: 43-44).
Incumplimiento eficiente. “Como la situación descrita no parece satisfactoria, es más que seguro que X tratará de impe-
dir que la misma finalmente se produzca. ¿Pero qué podría hacer? Ante la imposibilidad de anular el contrato, X venderá
a Rosita Segunda a un tercero de buena fe, procediendo a realizar la entrega respectiva. Ante el incumplimiento doloso,
Y seguramente demandará el pago de una indemnización. ¿A cuánto ascenderá la misma? Probablemente a no más de
US$ 50, asumiendo que esa cantidad representaría el mayor costo de encontrar una vaca que cumpla las funciones mera-
mente ornamentales que Y buscaba en Rosita Segunda” (Escobar, 2007: 44).
Cambiando las reglas de anulación que Y obtenga. “¿Qué tienen en común los casos de Rosita Segunda y Rockingham
County vs. Luten Bridge Co.? A pesar de que tanto X como el Condado de Rockingham decidieron incumplir, es claro que
ambos se equivocaron” (Escobar, 2007: 44).
Incumpliento eficiente “¿Por qué el Condado de Rockingham prefirió incumplir el contrato en lugar de demandar la anu-
lación por error? Probablemente por que hacer esto último hubiese sido más costoso y complicado, cuando no riesgoso (de
hecho, bajo reglas como las nuestras una acción de anulación no habría prosperado debido a que la equivocación no fue
conocible)” (Escobar, 2007: 45).
Limitar la responsabilidad de la parte que incumple. “En los casos analizados, parece claro que las estrategias de X y
del Condado de Rockinghamson correctas debido a que el sistema legal responde positivamente a la idea normativa de
limitar la responsabilidad de la parte que incumple. Tomando en consideración esto último, esto es, que el sistema legal
permite reducir las pérdidas cuando la estrategia elegida es la del incumplimiento uno puede preguntarse por qué no es
posible hacer lo mismo a través de la acción de anulación. Hemos notado que el error siempre genera una pérdida para
el errans y esa pérdida puede ser mayor o menor en función de si el contrato se ejecuta o no se ejecuta. En esta línea, si
garantizamos que la otra parte reciba la ganancia que hubiese obtenido en caso de ejecución, ¿porqué no dejamos que el
errans anule el contrato cuando tal cosa reduzca su pérdida? En mi opinión, no existe argumento económico o moral que
justifique una actitud negativa hacia la posibilidad de que el errans reduzca su pérdida mediante la anulación del contrato”
(Escobar, 2007: 45).

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GACETA CIVIL & PROCESAL CIVIL | Nº 22 • ABRIL 2015

entonces el errans debe pagar una indem- total del interés que tenga en la validez
nización a dicha parte, de modo que esta de la declaración.
última se encuentre en la situación que
hubiese tenido en caso de ejecución del (2) El deber de pagar la indemniza-
contrato (expectancy). ción no será exigible si la parte dañada
conocía la razón de la nulidad o de
d) El errans no debe poder anular el contrato la anulabilidad o si no conoció dicha
cuando su equivocación tenga la condi- razón como consecuencia de su actuar
ción de inexcusable (esto es, cuando haya negligente’” (Escobar, 2007: 48).
podido evitar el error tomando precau-
ciones razonables o, en términos econó- VI. Sobre la necesidad de indemnizar
micos, eficientes). Del mismo modo, el el daño en caso de producirse la
errans no debe poder anular el contrato si anulación por error
los daños que la otra parte sufre no pue-
den ser reparados con dinero” (Escobar, El artículo 207 de nuestro Código Civil
2007: 50). señala:

En cuanto a la la propuesta de modifica- “La anulación del acto por error no da


ción la doctrina que vengo siguiendo señala: lugar a indemnización entre las partes”.
“Probablemente, la propuesta en cuestión
Aparentemente este artículo tendría un sen-
no sea siquiera sopesada por el mainstream
tido lógico, pero considero que no es así,
local. Desde ya anticipo que los defenso-
como lo he explicado al analizar diversas
res del Código Civil dirán que se trata de
posiciones en la doctrina comparada y nacio-
una propuesta que traiciona la cultura jurí-
nal. Claro, el argumento para privar de la
dica peruana (¿?), mientras que los defen- indemnización es que el error para que pro-
sores del método dogmático, algo familia- duzca la anulación del negocio tiene que ser
rizados con el lenguaje de la globalización, esencial y conocible por la otra parte, por
dirán que se trata de un legal transplant. En lo tanto si es necesario este segundo presu-
otro trabajo (56) he explicado cómo el Bür- puesto para la sanción jurídica de anulabi-
gerliches Gesetzbuch (BGB) permite que el lidad no se podría premiar a la parte que no
errans anule su declaración negocial al mar- advirtió el error por dolo o culpa inexcusa-
gen de si la otra parte conoció o pudo cono- ble, digamos, con una indemnización contra
cer la existencia de la equivocación. Para el errans. Tampoco este último podría exigir
poner las cosas más difíciles a los defensores una indemnización pues es él quien originó
del status quo, ofrezco ahora una traducción la divergencia entre su voluntad y la declara-
libre de la Sección 122 del BGB: ción (error vicio) o en todo caso declaró mal
lo bien querido (error obstativo). El CC no
“(1) Si una declaración es nula bajo la distingue si el errans actúo erróneamente por
sección 118 [falta de seriedad], o anu- una causa excusable o inexcusable, situación
lable bajo las secciones 119 [error] y que debe ser adicionada en una nueva regula-
120 [transmisión incorrecta], la per- ción. Esta argumentación (de no indemniza-
sona declarante debe, si la declaración ción como consecuencia de la anulación del
fue hecha a otra persona, pagar una contrato) tiene el respaldo de respetada doc-
indemnización a esta última (…) por trina nacional que señala que: “Como se pre-
los daños que sufra como consecuencia tende proteger al receptor de la declaración
de haber confiado en la validez de la con base en la teoría de la confianza, este
declaración, pero sin exceder el monto no puede demandar daños y perjuicios pues

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CIVIL | CONTRATOS Y ACTO JURÍDICO

si el negocio se ha anulado se debe a que referida a la buena fe” (Neme, 2012:


era esencial y conocible. Si es así, el pre- 203-204).
cepto legal da por entendido que el receptor
de la declaración pudo haberse percatado del Creo que no se puede admitir que para el
vicio y, por tanto, pudo no haber dado cré- caso del dolo o la violencia sí se permita la
dito a la declaración o hecho notar al decla- indemnización entre las partes y para el caso
rante el error en que se encontraba. Hubo de la anulación por error no se permita el
entonces una falta de la parte receptora. Por ejercicio indemnizatorio entre los integran-
la comisión de esta falta de cuidado, no se tes de la relación negocial.
le autoriza a reclamar daños y perjuicios”
Además esto implicaría reconocer en el orde-
(Lohmann, 2003:881).
namiento jurídico el principio de la mala fe,
Sobre la teoría de la confianza una reciente y pues el receptor de la declaración en muchos
autorizada doctrina italiana señala: casos puede abstenerse, por mero ánimo
de lucro o de enriquecimiento indebido,de
“En términos de doctrina, hoy día parece advertir de su error al declarante y como con-
justificado hablar de un “principio de secuencia de tal hecho producirse el daño.
confianza”, que nosotros preferimos tra- Concuerdo con quien señala que esto impli-
tar como regla que emana del principio caría un vaciamiento del contenido del ar-
de la buena fe, en sentido ampliamente tículo 1362 de nuestro Código Civil que
equitativo o de justicia sustancial con- expresa: “Los contratos deben negociarse,
forme al cual el juicio sobre la validez celebrarse y ejecutarse según las reglas de la
del contrato no debe obedecer tanto a una buena fe y común intención de las partes”.
valoración formal sobre la subsistencia o
no de cierto elemento conceptual del tipo Considero que el negocio jurídico celebrado
negocial, cuanto, más bien, a una valora- prevalecerá y se mantendrá en caso de que
ción de buena fe, en sentido amplio, sobre el error sea inexcusable para el declarante
las obligaciones de las partes y sobre el y si se anula por la equivocación grosera
modo en cual cada una ha buscado rea- del errans negligente o imperito tendrá que
lizar sus propios intereses. En el tema indemnizarse al destinatario cuya expecta-
que nos interesa esa protección de la con- tiva se ha visto frustrada. De esta manera
fianza se expresa actualmente en dos sen- el errante tendrá que soportar las pérdidas
tidos: en la prevalencia de las normas de o ganancias que dejó de percibir porqué su
corrección en los juicios de validez del actuación no es excusable o disculpable y no
negocio y en el acogimiento de una teo- se puede perjudicar a los terceros con nues-
ría del negocio fundada sobre el concepto tras propias acciones u omisiones cuando
de autonomía privada. De ahí que la dis- estábamos en posibilidad de advertirlas. De
ciplina de los vicios del consentimiento esta forma se debe indemnizar al destinatario
no debe ser explicada tanto con refe- de la declaración por verse obligado a per-
rencia a la voluntad viciada, sino tam- der las expectativas razonables y esperables
bién y seguramente sobre todo, dentro de derivadas de los efectos del contrato y que
los límites que resultan relevantes para ahora se ven frustradas por el error no discul-
el vicio en consideración de la situación pable o inexcusable del errans.
de quien recibe la declaración viciada,
considerando así elementos que tras- De la misma manera considero que se debe
cienden el lado volitivo, de manera que resarcir al errans por no haber sido advertido
la impugnación fundada en vicios del por “la otra parte” de su error (se entiende
consentimiento debe ser directamente disculpable) y llevar a cabo un contrato que

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en realidad no deseaba. Esta posición es per- interesante e importante en la trascenden-


fectamente lógica desde todo punto de vista cia jurídica que debe ser tratado, como lo
y se basa también en la teoría de la confianza hemos realizado, con mucha seriedad y
antes indicada. No es razonable que el recep- cautela.
tor de la declaración actué negligentemente
sin advertir la equivocación del errante gene- 2. La necesidad y la importancia de tener
rando el motivo para que este celebre el con- una visión económica de las instituciones
trato y luego de anulado no se otorgue una jurídicas y de los vicios de la voluntad, en
indemnización al declarante perjudicado. particular, incidiendo en el análisis de la
información y su importancia.
Autorizada doctrina nacional considera que
3. Es indispensable un análisis compara-
comprende y acepta esta preocupación pero
tivo sobre la regulación del error en Amé-
que para él estamos ante un caso de dolo
rica Latina, en Europa así como en las
omisivo, que puede ser aplicado también,
normas comunitarias y de contratación
entiendo, al caso del error y por tanto los
internacional que regulan los vicios de
daños ocasionados serían indemnizables.
la voluntad para poder justificar desde
(Espinoza, 2012: 480)64.
esta perspectiva la propuesta legislativa
Consideramos pues por las razones expues- de inclusión del resarcimiento por error
tas que el artículo 207 de nuestro Código mutuo y error unilateral. El análisis com-
Civil debe ser modificado y permitirse la parativo nos ayudará a conocer mejor el
indemnización entre las partes. Derecho, a comprender nuestro propio
sistema y a mejorar el Derecho nacional.
Desde la perspectiva del error, la com-
Conclusiones
paración jurídica nos ayudará entender
cómo es el escenario del error, cómo se
1. La necesidad y la importancia de la doc-
encuentra regulado y cómo es entendido,
trina para poder comprender los vicios
esto apoyará a conocer mejor la regula-
de la voluntad justifica el análisis teó-
ción del Derecho peruano y, sobre todo,
rico exigente que debe realizar un acadé-
estudiar las fuentes que valieron de inspi-
mico a una institución con la finalidad de
ración a su establecimiento en el Código
entender el significado y las característi-
Civil peruano.
cas puntuales que tiene en el mundo jurí-
dico. Los vicios de la voluntad son una 4. El resarcimiento por error es una exigen-
patología en la formación del contrato, cia primordial en la contratación. El error
es decir, en el momento de la celebración como parte de los supuestos que generan
del contrato. Esto significa que los vicios responsabilidad pre-contractual encaja
de la voluntad conforman el momento de en la clasificación de la celebración de
invalidez del negocio jurídico, en nuestro un contrato inválido por violación de la
caso, la invalidez contractual. La trascen- buena fe pre-contractual. La regulación
dencia de los vicios de la voluntad en las del resarcimiento en los diversos tex-
controversias diarias hace que el estudio tos normativos internacionales demues-
de ellos sea consciente y riguroso en cada tra la necesidad de tenerla en cuenta al
uno de sus aspectos. El error como parte momento de realizar una reforma del
de los vicios de la voluntad es un tema Código Civil.

64 Sobre el dolo omisivo se recomienda el trabajo de BULLARD (2003). Asimismo se recomienda el ya citado trabajo de
KRONMAN (2004).

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CIVIL | CONTRATOS Y ACTO JURÍDICO

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