Está en la página 1de 5

Las lágrimas de las cosas

Esta es una época de claroscuros, de terror y hechizos de


esperanza. De recuerdos y regalos. De tristeza y magia
simpática. | Columna de Irene Vallejo.

IRENE VALLEJO, EL PAÍS 12 DIC 2021


Al final de cada año, tu hijo espera una hilera de sorpresas y expectativas aún
inexploradas: una sobredosis de futuro. Aguarda ese momento de promesa que
encierra cada paquete intacto. Saborea la furia de desenvolverlo. Ama a su
manera la ceremonia del papel, el lazo, estrenar, la música y las luces, la llamada
mágica de lo nuevo. En realidad, el niño, curioso, no anhela el objeto sino el
descubrimiento: prefiere el ritual al regalo.
Como la luna, estos días tienen también su cara oculta. El retorno cíclico de las
fiestas y de sus símbolos aterroriza a quienes perdieron a una persona querida. La
inercia de las costumbres nos ata a los ausentes. Nos golpean con sigilosa
violencia los regalos que no les daremos y las celebraciones que viviremos por
primera vez sin ellos. De repente la muerte convierte los objetos cotidianos y
compartidos en filos de cuchillo, y la pena nos roba ciudades, canciones,
itinerarios, cumpleaños, diminutivos. Hay que domesticar, uno por uno, el dolor
de los lugares donde anclamos la memoria, las lágrimas de todas las cosas que
hablan de nosotros cuando aún estábamos juntos. Las Navidades pueden ser
feroces además de felices. Tu hijo no entiende a los adultos, atrapados este
invierno más que nunca en la maraña de los recuerdos, absortos en las ausencias,
presos del pretérito.
Existe en Europa la costumbre ancestral de celebrar las noches más largas —y
más frías— alrededor del fuego. En época pagana los amantes saltaban tomados
de la mano sobre las llamas y bailaban entre las teas. Esas danzas del fuego eran
hechizos solares: con la llegada del invierno, nuestros antepasados temían quedar
cautivos de la oscuridad. Acudían a la magia simpática, que consistía en
representar un acontecimiento para provocarlo. Las hogueras de la tierra imitaban
el gran manantial luminoso del cielo y expresaban el anhelado regreso del sol. En
los alumbrados callejeros y las velas de los hogares, nuestras Navidades
conservan aún las huellas de ese gran conjuro colectivo para llamar a la luz.
También el rito de regalar nace del pensamiento mágico: escenificamos la
abundancia para invocarla. Los romanos veneraban el primer día del año a
Strenia, la diosa latina de la salud. Así nació la costumbre de ofrecer presentes a
los seres queridos, como un rito que vinculaba el “estreno” de los regalos con el
deseo de un dulce porvenir.
El solsticio de invierno entreteje los mejores anhelos con las viejas añoranzas.
Tal vez por eso, Dickens narró en su Canción de Navidad el encuentro del
protagonista con los espectros de su pasado. A lo largo de una noche, lo cercan
las sombras de sus padres, su hermana pequeña, una novia desaparecida, amigos
de quienes se distanció, todos ellos muertos con los que no podrá resolver
malentendidos ni errores. Las páginas de este clásico son una invitación a
ponernos al día con la oscuridad, ya que los muertos no vuelven para asustar o
atormentar, sino para encauzar las vidas de los vivos. Son, en sí mismos, figuras
de un antiguo ritual: el descenso a los infiernos como liturgia sanadora. Todas las
grandes aventuras míticas, desde Gilgamesh, la Odisea, la Eneida o los gemelos
mayas Hunahpú e Ixbalanqué, hasta Indiana Jones o Matrix, relatan un viaje al
inframundo, un duelo y una resurrección del héroe.
Esta es una época de claroscuros, de terror y hechizos de esperanza. De recuerdos
y regalos, de remordimientos y buenos propósitos. De tristeza y de magia
simpática. Los antiguos romanos personificaban esas emociones contradictorias
en el dios Jano, que ha dejado su nombre al mes de enero —janeiro en
portugués, January en inglés—. Jano era el patrón de los portales, los umbrales,
el amanecer, las transiciones y el lenguaje, que es una puerta al entendimiento.
Las estatuas lo representan con dos rostros, uno orientado al frente y el otro hacia
atrás, fundiendo el pasado con el futuro, a los vivos con los muertos que respiran
en nuestra memoria y, así, nos acompañan. Las dos miradas de esta divinidad —
antigua y ambigua— nos recuerdan que un final es siempre el lugar donde algo
empieza.
Lee atentamente el texto “Las lágrimas de las cosas” y responde en estos espacios excepto
para las cuestiones 9 y 10:

1. Resumen. Antes lee, subraya y extrae las ideas fundamentales que va desgranando la
autora. Si no conoces alguna palabra, búscala en el diccionario ( https://dle.rae.es/ ).
Para resumir elimina lo anecdótico.

2. Enuncia el tema:

3. Comprensión. Explica el sentido del título. (Recuerda que debes ir más allá del
significado literal mostrando que entiendes su empleo en el texto. Profundiza).

4. ¿Quién es el emisor real? ¿Por qué?

5. (Emisor modelo) ¿Qué percibimos de la emisora, cómo se muestra en el texto, qué


papel social refleja?
6. Es un texto de opinión y como suele ser frecuente, el emisor se hace presente con
varias marcas. Anota ejemplos de, al menos, estas: (No olvides citar el número de la
línea en que aparecen):

Elementos deícticos:

Uso de la 1ª persona. ¿Con qué sentido? ¿A quién alude?

Rasgos de la función expresiva del lenguaje:

 Sustantivos ponderativos

 Adjetivos calificativos valorativos

 Modalidad oracional dubitativa

 Modalidades oracionales desiderativa, dubitativas, exhortativas…

 Uso de recursos retóricos

¿Se puede encontrar alguna intertextualidad? Di dónde y para qué se usa aquí.
7. ¿Quién es el receptor real? ¿y el receptor modelo? ¿Hay presencia del receptor en el
texto?

8. Reconoce los marcadores textuales e indica qué aportan a la cohesión

9. Comenta la cohesión léxica (de forma redactada -previo análisis y siguiendo la


plantilla-). Entregar en hoja aparte.

10. Texto de opinión crítica sobre: (Mínimo 120 palabras-máximo 180) (Entregar en hoja
aparte).

¿Crees que actualmente el sentido del regalo en Navidad sigue respondiendo al de su


origen ancestral?

(NO contestes de forma directa) Recuerda redactar un texto en el que aportes al menos dos argumentos
con los que razones tu tesis. Utiliza algunos marcadores textuales para señalar la relación entre las ideas).

También podría gustarte