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El modernismo se desarrolló a finales del siglo XIX y principios del XX.

Considerado el primer
movimiento literario propio de América y Colombia, porque la literatura latinoamericana se había
caracterizado por imitar las tendencias europeas. Por lo tanto, el modernismo constituye una
primera búsqueda de un estilo latinoamericano propio.

El modernismo surgió en un momento histórico donde las naciones hispanoamericanas estaban


construyendo su identidad. Sin embargo, por el contrario a las otras corrientes estéticas, el estilo
modernista se desligó del enfoque político y social para dedicarse a la creación de
una atmósfera mágica, mitológica, bucólica, amorosa y erótica (es decir, relacionada con la
naturaleza y el campo).

Los escritores modernistas estaban cansados y decepcionados de su realidad por ello el


modernismo se caracteriza por evadir la realidad llevándonos a la intimidad que quitaban la
atención de los problemas sociales y la ponían en los asuntos más personales del ser humano,
también se encuentra una búsqueda por el preciosismo, una tendencia literaria que busca refinar
y embellecer las expresiones y los modernistas se autoconsideran como seres superiores.

En Colombia encontramos que la lirica es el genero literario predominante, y se destaca por las
obras poéticas. Uno de los autores principales es José Asunción Silva, fue autodidacta, sin
embargo, fue un lector ávido y conocedor de la literatura de su época. Esta característica le
permitió convertirse en un innovador en su país y en su época. Nació en Bogotá en 1865 y se
suicidó en 1896 a los 31 años de edad. A pesar de su corta vida y de que muchos de sus
manuscritos se perdieran en un naufragio, sus obras gozan de gran reconocimiento y se le
considera el padre del modernismo en Colombia. Su obra principal es El Libro de Versos, en donde
se encuentra el poema Nocturno III que representa la nostalgia de la muerte:
Una noche
Una noche toda llena de perfumes, de murmullos y de música de alas,
Una noche
A la luna pálida,
En que ardían en la sombra nupcial y húmeda las luciérnagas fantásticas,
Y el chillido
A mi lado, lentamente, contra mí ceñida toda,
De las ranas
Muda y pálida
Sentí frío. Era el frío que tenían en tu alcoba
Como si un presentimiento de amarguras infinitas
Tus mejillas y tus sienes y tus manos adoradas
Hasta el más secreto fondo de tus fibras se agitara,
Entre las blancuras níveas
Por la senda que atraviesa la llanura florecida
De las mortuorias sábanas.
Caminabas,
Era el frío del sepulcro, era el frío de la muerte,
Y la luna llena
Era el frío de la nada.
Por los cielos azulosos, infinitos y profundos esparcía su luz blanca.
Y mi sombra
Y tu sombra
Por los rayos de la luna proyectada
Fina y lánguida,
Iba sola
Y mi sombra
Iba sola
Por los rayos de la luna proyectadas
Iba sola por la estepa solitaria.
Sobre las arenas tristes
Y tu sombra esbelta y ágil;
De la senda se juntaban
Fina y lánguida
Y eran una
Como en esa noche tibia de la muerta primavera,
Y eran una
Como en esa noche llena de perfumes, de murmullos y
Y eran una sola sombra larga!
de música de alas,
Y eran una sola sombra larga!
Se acercó y marchó con ella,
Y eran una sola sombra larga!
Se acercó y marchó con ella,
Esta noche
Se acercó y marchó con ella... ¡Oh las sombras
Solo, el alma
enlazadas!
Llena de las infinitas amarguras y agonías de tu muerte,
¡Oh las sombras que se juntan y se buscan en las noches
Separado de ti misma por la sombra, por el tiempo y la distancia,
de negruras y de lágrimas!...
Por el infinito negro
Donde nuestra voz no alcanza,
Solo y mudo
Por la senda caminaba.
Y se oían los ladridos de los perros a la luna,

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