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Penurias de un paciente renal: “Me tocó

dormir en mi carro mientras abrían el


Atanasio Girardot”
Contreras recibe tratamiento de 4:00 p.m. a 8:00 p.m., hora colombiana

Jonathan Maldonado

Juan Contreras, paciente renal venezolano, lleva dos meses acudiendo a Colombia para
dializarse en un centro de salud de la ciudad de Cúcuta, departamento Norte de Santander.

El viaje lo hace desde San Cristóbal y hasta la frontera tres veces a la semana: martes,
jueves y viernes. Su horario de atención es de 4:00 p.m. a 8:00 p.m., hora colombiana.

Cuando Contreras arriba al puente internacional Atanasio Girardot ya el tramo ha sido


cerrado, pues funciona de 5:00 a.m. a 8:00 p.m., hora colombiana: “En vista de mi caso,
había cuadrado con las autoridades de ambos países para regresar por el tramo sin
problemas, pues es algo humanitario”.

El panorama para el ciudadano había transcurrido sin contratiempos, lo dejaban volver a


Venezuela pese a que el puente ya había cerrado. Sin embargo, el pasado martes 31 de
enero, un capitán de la Policía de Colombia le impidió el paso.

“Le expliqué que contaba con el permiso, le mostré mi informe, la hora en la que salía del
tratamiento de diálisis, y lo que me dijo es que no había paso para nadie”, lamentó
Contreras, pues se trató de una violación a su derecho como paciente. “Es un caso
humanitario”, insistió.

Ese día, tuvo que pasar la noche dentro de su carro. Llegó al puente a las 8:30 p.m. y pudo
cruzar el tramo binacional a las 5:00 a.m. del miércoles 1° de febrero, hora en la que el
vecino país restablece el tránsito de vehículos.

Lo más lamentable, asegura Contreras, es que a las 11:00 p.m. la policía de Colombia le
permitió el ingreso a un vehículo. Luego, a la 1:00 a.m., le abrieron camino a otro; y pese
su queja, no le permitieron hacer lo mismo.

“La cita anterior a la del martes, la del sábado 28 de febrero, no tuve problemas con los
funcionarios colombianos que estaban en el puente. Ellos me abrieron paso sin tanta
explicación. Solo les demostré mi condición de paciente y me dijeron ‘adelante’”, acotó.
Contreras aclaró que la negativa ha sido del lado colombiano, ya que en Venezuela, desde
el principio, se han mostrado muy prestos a permitirle regresar aunque el puente esté
cerrado. Pareciera que del lado de la nación hermana, todo depende del funcionario de
turno.

Y así lo comprobó este jueves, 2 de febrero, cuando asistió a su cita en Colombia; y al


regresar en su carro por el trayecto internacional, la policía movió la valla para que
circulara, pues se trata de un caso humanitario y la hora no puede ser un impedimento.

Canal humanitario

Contreras aclaró que, al igual que él, otros pacientes venezolanos, no solo renales sino
también oncológicos, trazan la misma ruta tres días a la semana, situación que debe llevar a
las autoridades a crear un canal humanitario durante el lapso que el puente dure cerrado (de
noche y madrugada).

Otra de sus propuestas es que el puente internacional Atanasio Girardot, como los demás,
esté abierto 24/7, ya que las emergencias se pueden registrar a cualquier hora y no deberían
darse trabas. “Son casos de vida o muerte”, manifestó con la fe de que el escenario no se va
a repetir.

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