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La Ley de Relaciones Colectivas de Trabajo de 1992 estableció que se aplicaba a los trabajadores del sector privado que prestan servicios para empleadores privados, así como a los trabajadores de empresas estatales sujetas al régimen privado, siempre que sus disposiciones no entraran en conflicto con las normas específicas del sector público. Esta ley no era aplicable a la mayoría de los trabajadores del sector público y quedaba subordinada a las normas especiales de este sector.
La Ley de Relaciones Colectivas de Trabajo de 1992 estableció que se aplicaba a los trabajadores del sector privado que prestan servicios para empleadores privados, así como a los trabajadores de empresas estatales sujetas al régimen privado, siempre que sus disposiciones no entraran en conflicto con las normas específicas del sector público. Esta ley no era aplicable a la mayoría de los trabajadores del sector público y quedaba subordinada a las normas especiales de este sector.
La Ley de Relaciones Colectivas de Trabajo de 1992 estableció que se aplicaba a los trabajadores del sector privado que prestan servicios para empleadores privados, así como a los trabajadores de empresas estatales sujetas al régimen privado, siempre que sus disposiciones no entraran en conflicto con las normas específicas del sector público. Esta ley no era aplicable a la mayoría de los trabajadores del sector público y quedaba subordinada a las normas especiales de este sector.
En 1992 se expide el Decreto Ley N° 25593, Ley de Relaciones Colectivas de Trabajo.
Esta norma, aún vigente, estableció
que resultaba de aplicación a los trabajadores sujetos al régimen laboral de la actividad privada que prestan servicios para empleadores privados. Además, estableció que los trabajadores de empresas pertenecientes al ámbito de la Actividad Empresarial del Estado, sujetos al régimen de la actividad privada, quedaban comprendidos en las normas del Decreto Ley en cuanto estas no se opusieran a normas específicas y especiales del Sector Público. En ese sentido, esta norma no resultaba aplicable a la generalidad de trabajadores del Sector Público y, en cualquier caso, sus disposiciones quedaban subordinadas a lo que las normas específicas y especiales de dicho sector establecieran.