La problemática planteada atenta contra los derechos de las personas

mayores, debido a que esta población regularmente es víctima de discriminación en el

ámbito laboral. Por lo tanto, se vulnera uno de los principales derechos vigentes en la
Convención Interamericana sobre la Protección de los Derechos Humanos de las
Personas Mayores (CIPDHPM), OEA (2015), que tiene que ver con la igualdad y la no
discriminación por razones de edad. De esta forma, en tratados internacionales, se
prohíbe la discriminación por edad en la vejez, considerando los prejuicios y
estereotipos tradicionalmente asociados a las personas mayores (viejismo). Frente a
esta realidad y de acuerdo al enfoque de derechos, se debe garantizar que existan
iniciativas e intervenciones que lleguen a estas personas y puedan entregar soluciones
a sus necesidades (Kornfeld y Caro, 2022).

Sumado a lo anterior, la CIPDHPM, OEA (2015), además, en la subcategoría

de ampliación de contenidos, considera el derecho a trabajo como un derecho
fundamental.

Como sabemos el trabajo trae una serie de beneficios para las personas
mayores, entre los que se encuentran la posibilidad de obtener mayores ingresos e
incentivar su participación social. En gerontología social, tal como señala Escalante
(2022) existe amplia evidencia del impacto de la participación social en la calidad de
vida en esta población etaria, aspecto destacado como derecho en el artículo 8 de la
Convención. Así mismo, fomenta la independencia como expresión de autosuficiencia,
teniendo la oportunidad de trabajar u otras posibilidades de obtener ingresos o poder
participar en la determinación de cuándo y en qué medida dejarán de desempeñar
actividades laborales.

Es en este escenario que surgen programas o intervenciones, que pretenden

facilitar la inserción laboral de personas mayores y disminuir la discriminación
existente. Estos programas, por lo general, se han centrado principalmente en
capacitaciones dirigidas a esta población, como un mecanismo de formación y
potenciación de futuros trabajadores. Esto aumentaría las posibilidades de
contratación ya que la persona puede desarrollar nuevas habilidades y perfeccionar
las que ya tiene. Entre estas iniciativas se pueden nombrar las realizadas por el
Servicio Nacional de Capacitación y Empleo (SENCE), cursos de capacitación en línea
“Adulto Digital” y ciclos de capacitaciones virtuales otorgadas por SENAMA.

Existen programas piloto de contratación y capacitación digital para personas

mayores, en empresas específicas tales como Walmart, Sky, Abastible, entre otros.
 Las iniciativas mencionadas si cumplen con los estándares éticos de la
atención a personas mayores debido a que consideran que este grupo poblacional
puede seguir aprendiendo, adquirir nuevas herramientas para el trabajo y seguir
desempeñándose en el ámbito laboral. Se facilita además cursos adaptados a las
necesidades que ellos presentan, que faciliten el acceso y uso a nuevas tecnologías,
que es una de las principales barreras al momento de encontrar trabajo.

A pesar de lo anterior, los programas de capacitación cubren a un limitado

número de personas, tal como señala la investigación realizada por la Corporación de
Capacitación OTIC (2016), donde del 27% de los individuos que manifiestan necesitar
capacitarse, solo un 8% ha sido capacitado y un 33% tiene disposición a capacitarse.
Lo que evidencia una importante brecha entre quienes desean capacitarse y aquellos
que efectivamente se capacitan. Es así que se identifica el conflicto, de que en virtud
de la creciente demanda de capacitación laboral, tanto por parte de las personas
mayores como de las empresas, se sugiere poder aumentar la cobertura de estos
programas en cuestión, aumento que debe estar relacionado con el aumento creciente
de personas mayores autovalentes y dispuestas a mantenerse activas laboralmente.

Por otro lado, si bien han existido estas iniciativas mencionadas, en el marco
de la promoción de la capacitación laboral de personas mayores, no existe
concretamente un subsidio o política pública orientada específicamente a este
segmento de la población, como sí ocurre con los jóvenes por ejemplo, con el subsidio
al empleo joven.

En temas legislativos, incluso podría legislarse respecto a la inclusión laboral

de personas mayores, tal como se hizo en la Ley 21.015 orientada a personas con
discapacidad, que establece una reserva de empleos del 1% para esta población en
empresas que tengan 100 o más trabajadores.

El aumento de cobertura y de subsidios, no es suficiente por sí mismo, sino que

también se debe reflexionar respecto al tipo de intervención que se está
implementando. Es necesario programas que contemplen capacitación e
intermediación laboral, sumado a apoyo al emprendimiento y por ejemplo considerar
nivelación escolar y el uso de tecnologías. Estas últimas dimensiones mencionadas se
identifican como la principal barrera actual para la inserción laboral de las personas
mayores.

Las personas mayores tienen necesidades crecientes, por lo que se deben

desarrollar más y mejores programas que aseguren el apoyo en el ciclo completo de
inserción laboral: capacitación, práctica laboral y facilitación a la integración al mundo
del trabajo.

Referencias

Corporación de Capacitación (OTIC). (2016). Mercado laboral, adulto mayor y

personas próximas a jubilar en Chile. Recuperado el 22 de agosto de 2022, de
http://www.senama.gob.cl/storage/docs/Mercado-laboral-adulto-mayor-y-personas-
proximas-a-jubilar-en-Chile-2016.pdf

Escalante, P. (2022). Aspectos éticos de la atención a personas mayores.

Diplomado en Gerontología Social Aplicada (pp. 1-38). Pontificia Universidad Católica
de Chile.

Kornfeld, R. y Caro, S. (2022). Envejecimiento: Gerontología y principales

enfoques teóricos. Diplomado en Gerontología Social Aplicada (pp. 1-25). Pontificia
Universidad Católica de Chile.

Organización de los Estados Americanos (OEA). (2015). Convención

Interamericana sobre la Protección de los Derechos Humanos de las Personas
Mayores. Recuperado el 24 de agosto de 2022 de
http://www.oas.org/es/sla/ddi/docs/tratados_multilaterales_interamericanos_a-
70_derechos_humanos_personas_mayores.pdf