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TIAN VANDENDORPE
VÍCTOR GOLDSTEIN
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la gestión de entornos multimedios se utiliza, entre otros, Toolbook y Di- tos, el hipertexto puede desembocar en productos cuya apariencia y organi-
rector o, sobre la web, Java. Se presentaron varias taxinomias de los lengua- zación interna podrán variar considerablemente. De hecho, la tecnología
jes hipertextos, sobre todo por Conklin y Halasz. informática es capaz de dar al texto digitalizado todas las formas imaginables.
Históricamente, el término hipertexto fue creado en 1965 porTed Nelson, En un texto sobre papel, los párrafos o bloques de-información están dis-
que designaba con esto una manera nueva de escribir sobre computadora, en puestos según un orden secuencial, y el lector accede a ellos esencialmente por
la que cada unidad textual podría dar paso a un acceso no secuencial. El texto contigüidad, al tiempo que se ayuda de elementos tabulares más o menos
así creado reproduciría la estructura no lineal de las ideas por oposición al cuantiosos. En un hipertexto, los diversos bloques de información pueden
formato "lineal" del libro, el cine o la palabra. Nelson mismo era deudor del constituir otros tantos islotes distintos y autónomos, accesibles por el lector
artículo profético de Vannevar Bush, quien, en 1945, encaraba un gigantesco en una misma "página" o en páginas separadas. Según la índole del documento
sistema de almacenamiento del saber humano gracias al cual cualquiera po- y los lectores enfocados, el autor de un hipertexto podrá favorecer un acceso
dría interconectar y anotar todos los documentos susceptibles de interesarle. por selección, por asociación, por contigüidad o por estratificación. Estos diver-
Desde antes de la aparición de la computadora personal, Nelson trató de, rea- sos modos pueden existir solos o en diversas combinaciones.
lizar el sueño de Bush mediante un sistema informático que él bautizó Xanadú,
nombre del palacio del emperador mongol Ku Blai Khan, que Coleridge pone 1. Selección. El caso más sencillo de selección es aquel en que el lector escoge
en escena en uno de sus poemas para convertirlo en la figura simbólica de la en una lista o determina por una entrada en el teclado el bloque de informa-
memoria y de sus tesoros acumulados. Supuestamente, el Xanadú de Nelson ción que está interesado en leer. Los diversos bloques de información cons-
debía desembocar en un vasto sistema de librería universal que se comparó tituyen otras tantas unidades distintas entre las cuales no hay ningún enlace
con un McDonald's de la información,1 cuyos clientes se dirigirían a tiendas esencial. El lector es guiado por una necesidad de información muy precisa
franquiciadas para consultar "el universo de los documentos" (docuverse),* efec- que se agota no bien logró satisfacción. Este modelo es típico del catálogo,
tuando micropagos por cada nudo de información al que accederían. A despe- donde toda la organización está construida sobre un principio de expansión,
cho de sus connotaciones mercantiles, el modelo de Nelson ejerció una pro- ya que cada palabra del índice permite una ramificación sobre una descrip-
funda influencia sobre la evolución del hipertexto, y puede considerarse que la ción detallada. El diccionario también funciona según este principio, pero
red de la web es su desenlace en una forma libre. cada uno de sus artículos también puede contener remisiones a otras entra-
El hipertexto permite manipular datos de todo tipo, no solamente de das: sinónimos, antónimos, etcétera. La selección puede incluso efectuarse
lenguaje, como imágenes, sonidos y secuencias de video animadas. También en la lista de páginas que el usuario ya consultó en el interior del documen-
permite modular la interacción del lector con el documento previendo en to, en el curso de una misma sesión de trabajo. Puede hacerse en un índice
los "objetos" presentados en la pantalla diversos tipos de reacciones acordes o en el interior de una representación arborescente donde las diversas rami-
a los movimientos efectuados por el lector con ayuda del mouse. Por ejem- ficaciones son accesibles a distintos niveles de jerarquización. Por último, el
plo, el autor del programa puede estipular que tal palabra cambie de forma modo más frecuente de selección lo ofrecen las "hiperpalabras", denotadas
o color cuando el usuario aproxime el cursor mediante el mouse. Gracias a por un color particular, y sobre las cuales el usuario es invitado a cliquear
esas características, el hipertexto hace entrar al escrito en una forma radical- para explorar el contenido que encubren.
mente nueva de "dialogismo electrónico", según la expresión de Fierre Aplicado a un texto de cierta amplitud, el principio de selección es carac-
Laurette. Más aún que el libro, que es susceptible de adoptar muchos aspec- terístico también del hipertexto ficcional, donde cada página-pantalla com-
prende varios enlaces que apuntan a otras páginas, actualizando así el ideal
borgeano de los "senderos que se bifurcan".
1Véase Christopher Keep: <web.uvic.ca/-ckeep/hflol57.html>
* Se- tr:it;i cíe un juego de palabras entre los términos del ingés documenty universe. [N. De igual modo, en el campo del ensayo, cabe imaginar que cada bloque
delT.] de texto esté seguido de cierta cantidad de iconos, cada uno de los cuales
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documentos. En un manual que apunte a un público diversificado, habría presenta, indudablemente reside en esta dirección el porvenir más promete
buenas razones para establecer los distintos estratos de informaciones que dor del hipertexto si éste debe superar la fase de la utopía liberadora pa
éste debería contener. El estrato de base, evidentemente, contendrá el hilo convertirse en una herramienta de trabajo.
principal del texto, constituido de informaciones mínimas y un nivel de Por otra parte, esos diversos modos de organización del hipertexto pueden
dificultad medio. En cada página donde la necesidad lo justifique, algunas desembocar en formas de navegación muy diferentes según el grado de opacidad
hiperpalabras permitirían abrir una o dos ventanas complementarias: una o de tabularidad destacado por la presentación de los datos. Un hipertexto lite-
ventana "profana" para el uso de los usuarios que no conocen lo suficiente rario o lúdico puede optar por una navegación opaca y dar al usuario la posibili-
para comprender el propósito principal, una ventana "experta" para aquellos dad de producir acontecimientos sobre la pantalla, pero sin que sepa dónde está
que ya poseen los conocimientos de base y quieren profundizarlo. ni adonde va. No hay entonces "desplazamientos" evidentes, ya que todos los
Al trabajar sobre un dispositivo capaz de jugar sobre la profundidad y no acontecimientos informáticos pueden desarrollarse en un mismo marco aparen-
solamente sobre la superficie de la trama discursiva, el redactor de un hiper- te. Esta forma de hipertexto opaco puede convenir a un relato experimental del
texto tabular debe conceder el mayor cuidado al establecimiento de los dife- úpoAftemoon de Michael Joyce, o a un juego de aventuras como Myst, donde el
rentes estratos y a la distribución de las informaciones entre el nivel de base jugador no tiene ninguna idea de su posición relativa respecto del conjunto de
y los estratos complementarios. Estas opciones variarán según el tipo de los enigmas que debe resolver. Pero, en materia de documento de información,
texto y el público enfocado. Según los casos, los niveles de información la opción más satisfactoria para el lector es aquella que le da una visión clara de la
serán clasificados en función de un eje concreto/abstracto, de una escisión distribución de la información y le permite acceder directamente a cada uno de
entre relato y documentos, o entre texto erudito, datos experimentales y los bloques con pleno control de sus desplazamientos. Al respecto, es significati-
obras de referencia, o incluso entre texto didáctico, ejemplos y ejercicios, vo que hasta algunos juegos recientes, como el Ring, den al jugador la posibili-
etcétera. dad de escoger el episodio que le interesa y mostrar en'todo momento el porcen-
Por regla general, no parece deseable concebir más de tres estratos com- taje del camino recorrido respecto del que le resta recorrer para llegar al término
plementarios en el nivel de base. Una multiplicación de estos engendraría de cada uno de los episodios.
una proliferación de los tipos de remisión, y la lectura pronto se convertiría Si existe un campo donde no es posible dejar al azar el recorrido efectua-
en un rompecabezas. No debe perderse de vista que, en una economía tex- do por el usuario, es realmente el de los aprendizajes. Los programas de
tual preocupada por el lector, lo importante es suministrarle referencias que enseñanza y los manuales descansan precisamente en el principio de que la
le permitan controlar su trabajo de lectura, sobre todo mediante desplaza- adquisición de los conocimientos no siempre puede hacerse en un orden
mientos del mouse sobre la superficie de la pantalla, y prever con certeza el aleatorio, guiado únicamente por las asociaciones libres del sujeto. Las pri-
resultado de su acción. La presencia de un estrato profano o experto vincula- meras realizaciones en enseñanza asistida por computadora (EAC) llevaron
do a una palabra o a una página determinadas, pues, siempre deberá ser este principio al extremo, encerrando al alumno en un camino secuencia!
indicada por los mismos procedimientos: icono o atributo de color. El lector micrograduado donde el acceso a un ejercicio estaba condicionado por el
profano que cliquea sobre un icono esperando encontrar una explicación éxito del precedente. Se esperaba del alumno que aceptara progresar a cie-
adaptada a su nivel se sentiría pronto desalentado si, en vez de lograr satis- gas, sin saber cuántas etapas debería recorrer ni, en ocasiones, qué capacidad
facción, cayera en desarrollos destinados a un experto. Para ser eficaz, la real extraería del recorrido efectuado.
cctura debe descansar en convenciones estables para permitir una concen- Por supuesto, también el hipertexto podría ser utilizado de manera opaca
:ración máxima del lector sobre el contenido. y servir para controlar totalmente el recorrido del usuario, no permitiéndole
Así como lo han hecho los medios impresos, no caben dudas de que el hacer más que las ramificaciones aceptadas por la lógica del programa, alen-
lipertexto estratificado también elaborará sus convenciones y que éstas se tando así las prácticas tradicionales de la EAC. Por nuestra parte, creemos que
ntcgrarán a la cultura de los lectores. A despecho de las dificultades que el liipertexto más bien debería apropiarse de ciertas características de la tec-
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