Está en la página 1de 28

r

P 3270
Richard Cohen

BLa,ndi,r l,a,espada

Historia de los gladlüdotes, m,osqtleteros, sctrnli,rai,


es{)adachines ) campeon\es oLÍmPicos

}\-adicción de Petric a .4iltón

::. l
&''''v

? '. t
B

' :;

Ediciones Destino Colección image muncliVolumen39


$
(CAPI'NULO i

GÓN{O EMPEZÓ TODO

Lu esgñlita fn-cl dtve lian, nhí estabcl trt co\a. La esgvtmu {na
LelñbleY}e:ylte (}.{tlertida.

R. ExV',\KI'o.X K [:S H o'] "]-.

[)rudi\ {]itc]\: L) lp]\ c [c} il n]i'}, 'ZC){\\\

f l.i]de Ps]op)] [rt((nr]e (]e (tito }t{)]ttble.] te nl)]a t(it r]n \ ip


QITtrlt'íltt
1)0}ello.
Próximo (Oliver Reed}

aconsejando a N'máximo(RussellCrowe)
én G¿czd¿a¿oK 2000

En página anterior
La grt\nautoridad en las primeras armas, Ewart OakeshoLt,spin¿t
Ex librasque Archibald Corble d señá para su famosa b blioEecade esgrima. que las espadas hicieron su aparición entre 1500}' ll 00 t\meesde Cris-
to en la Creta minoica } la Bretaña celta.' Con iitcreíble rapidez.se
coi)vinieron en iilsLrumento del deporte: la representación más ant-
igu¿t cono('ida de un combate de esgrima en sí es un relieve en el
templo cleN'ladiilatHabu. erigido por Ramsés111alrededor del 1 190
a.C.. cerca de Luxor en el Alto Egipto. (A su derecha ha} un alabado
dc un montón de penes a modo de trofeos, cortados de los muertos
enemigosl practica bien. sugiere la secuerlcitt, }' ésta será tu recom-
H pensa.) Claramerlte, los hombres no están batiéndose en duelo: pa-
@

recen lle\ar caretas; acolchadas sobre las orqas y atadas a las pelucas.
} las puntasde sus armas se han cubierto. .\ cada It\(lohayjueccs que
©
sostienen bastoilcs (le malldo cmplumados, } cl tanteo sc lleva en un
@

25
Esta narracióll dc diez mil versos. escrita segtln se dice [)or u]] tal
pedazo clepaf)ir{). tlila itlscl-il)(ióítdeja constaii(ia de ]o que está (di-
ciendo un (ontendicnte: «f.!] guttr(lia } t\diílii-;t lo qttc T li \ \lernsa \rxasaen torno al 500a.C., n)e'ncionacon [íecuencla combatesdc es-
!11a110\a a hace'l-» padas }' técnicas de esgririla} es una cle las priJneras obras en cxami
El mérito poi tlabct (lesattolladoIt\ essi'lIvIa(omo deporte foinl- nar dos aspectos básicos dcl arte del mando de la espada: la feroci
al stt(-le(once(térsele ¿\Nínive. ic} (lc ,\siti2t. Fue además el ptime- dad v ia caballerosidad.
to e!] utilizan iTlaestros(te esglilna píotesionalcs pat;t instl uir }t sus l,os griegos cl'Fiar que el de manejar la espada ilo era lin arte es
tropas : [ os chillas..Japoneses. persas: babilorlios } rom¿\nos practi('aba- Facial. Ulla razón [)ara ello era que las armas que elegían Clan gcrle
d en ocasionesla csgíima coni{) pasan('mpo pero Utilizabanprillci- rtliílente cortas. de (lohle filo } con pt]ñoo guarnición t i] cruz, v est-
palmeilte l¿lsespada\spall\ entren \rsc p;tia el conlt)aLe. l.a Lt'adición ab¿\ll babra(tascle l¿\punta a la empuñadura (para endui-ecer las
hilldtl sostieneque Bltihma enseñaba a slik cltx{)roscjcr(idos lnarc- }lolas.l:básiczutenleclan instrumentospara ha(er talos.Un gueric
it\les ('on ia espn(l;t (Ins st\('erdot(-s ('ran por enron('t's Suel'l'er'os). lr' io la empleaba para el coítlbate cuerpo a cuerpo sólo después dc' tla
en la oían épica lliil(tú, cl l\Ía/ir/óñ/zra/fl.
leemos: ber arrolaclo la Ittnzao si ésta\se tlabía rolo: era cl úlLirrlorecurso-
Los griegos lc con(e(lian una imp{)itancit\ tun(lamenEal a la ins-
ti ucción clc los hombres pala que mailiobraran en íorína(ión. v
Sus espn\d;tsrefttlgeil como ray'os} dcstellkinal alinearse en el c¿\inÍ)o
listado. t)ien po(a a la enseñanza elel combate (-uerpo a cuerpo- Puede re
Valen)sels } [ei{)ces so ] slik a(( íoiir-s. \: í;ípidos \ tigilt's bits mo\inlieiltns. quererseuna desueza especiai para arrojar ]a.jabalina. pero con una
Diestíl\s } ct'rtertts boli las esíí)(;tci is v l)aia(las (lc bits;lljllk\s. cl\ie flatllt'2tn espa(la era imposil)le fallar desde muy cer('a. El historiador y solda-
> fulgtlrai}. do griego.jenofontc se muestra des(leñoso en stl relato de cómo los
persas cntienaball a sus fuerzas. Tal como él lo veía. la destreza e]] el
manejo de las armas de filo le era Lan ntttllral al hotnbrc como el res-
parar:

En cHUnli) a los (ti(hallo\. desde que erl\ una( riatuia los aterraba e'll
(tlarlt{) lí)s vela, v nIttI('¿l af)rr'tl(li (le nadie como laabti\(lc sostent'rlc)s. exc-
epto tal (ohlo digo de la ntttuí¿lle/a mi\mtt... Os 1o ploineto. cí)lr2\t)a
con nti cuchillo ti)cloaquello que podía sin que nadie lo ad\-irtieía. No
sólo lo hacía de fornltt natural, colita (alnlilar }'(olrcr. sino que a mí sc
me ailí¿jaba placcnteio además cle natural.

Pese a tan dis(lltible opinión. es posible encontrar. }'a en el si-


glo v a.C.: referencias en relatos históricos gi'legos a la o/)/o//zí7r/iirz
jliteralmente «Iucha en alnladura»). Los hoplitas eran la illhnrería
superior griega, hombres de importancia que poclíarl costearse una
armadura, al contrario que los de la infhnteíía ligera (//pizas/rzí)
y por
taclores (le cscttdos (.o/)/Olz/f'.s)
. que llevaban hondas }'.jabalinas ligeras.
Las aptitudes técnicas cle los hoplitas llí'Harían a convertirse er] parte
regular del programa de entrenanlien [o ínititar cn Atenas. PINE(}nes-
Egipcioscombatiendo: en aparrercia con sables.con uno de tos antebrazos entabl
pecifica cómo habí2tílde conflgttrarsc sus sesiorlesdc ptá(nca:
liado.De un mural pintado alrededor del 1200 a.C

i: ::11s!#:lli:$
11:11gl
lilii ;i. 27
Inscitttir€:lilas disputas ell armadtlra dc lino('onLr2\ lmo, } dos con u'a
.q.lcontrario que Ins griegos. los romanos admirahan y apreciaban
dos. \ así su(esivamente hasta diez conti a diez. En cucu)LOa qué no ha de la esgrima. El amigo(le Hoi'acto. S}'ba]'\]s,era esgri]nisLa. y Ovidio; er]
pttdecer o ha(ei un hoirlbie > hasta qué l)un ío coll vi\t2\s a {)btetlet It\ \:icto-
su.slastimerasreflexiones (desdesu exilio en las costasdel mar Negro.
liit (pues carlo en la luché\. en que los maesti'os de ese alte han esLrt- inlag[naba a ]os.Jóvenesde Roma pra(Ligando e] manejo de ]a espada.
blt'ci(loqué es.Justo> qué no es.alisto.ha (le succdei en el combtLteen Los combates de gladiadores --un in'ü'ellloromano-- se ieíilontan al
al m2\dula), tiernos cle iecttlrir a personas habiliclosas: que.jlizgaílín por 264 2\.(=.Empezaron como lula floe-ilusaque se añadía o('asional-
nosotros serát} nuesuos tscsores en It\ obra cle la legislación; ellos di- mente a }as celebraciolles funerarias aí-istocráticas: esclavos, o a veces
rlu} (lucen nle'icce salir vice)iiosn en conn)L\tes (te esla (l2\se, \ qué no de- prisiorlcrosde guerra. luchaban en honor de los muertos. Con los
be tiacei o no det)cl t at)Clic heck o. } de rllaneia \entrante (lué regla años: los combates. que podían llegar a trescientos asaltos, se exten-
derctmirla quien ha sido (teííoEado.'
deííaíl a las celebraciones generales. Nada menos quie.Julio César es-
tableció normas especiales para esos.juegos rnnrtífet'ns: los comentó
Los contendientes llevaban escudo: peto casco } espinillelas }' como medio de distra(cien para un pueblo que cn in delTlásse mos
portaban tanto lanza como espada. La competición era esencialmen- tinha descontento(así cnnlo de ganan'see] apoyo político)} hasta ten-
te una prueb¿\de clcstreza,ílexibili(lad }' resistenciafísica, una imita- ía sli propia escuel:t en Compania. a la que ahora se reconoce como
ción toima[ (]e ]a gticira genuina. Mientas que los instru(Lotes pro' la cima del sistemaglacliatorio»
fesionales cn)pezaban a recibir pagas coJlsiderables } a ocupar puestos ¿Puede ulla actividad considerarse deportecu2tndosólo los esp-
destacados, no tlabía maestros de esgrima propiamente di(-hos. tam- ectadores [a vel como ta]) Por supuesto que ]os gladiadores luchab-
poco existe relato alguno de los ejercicios ctcesgrima griegos como el an l)or su vida. pero antiguos grafHti revelan que se les pagaba por
(te F'la\lo \,'Crecio Renato. que escribiera uil ti atado completo sobre el caclítacrttación v que pndít\n convertirse en el equivalente popular
entrenamiento de los legionarios romanos. El arte del manejo de la de las e\trellas (tel rock: irn¿trenes de gladiadoresfamosos adornab-
espada ei] sí ntismo no se valorar)a, pues se creía en general que aque- an lámparas ctea('Cite. frascos>'jllguetes: y sus hazañas eran regis-
llos que sobrcsalíttn en losjuegos dc atletisn)o. en las Olinlpiaclas, }' en [í'acltts por crnnistas contemporáneos. (:rticiales en todo ello eran
todo lo demás se clisLinguiríande mariela natural cn la guerra\.Poi' los /anís//zf,operarios indispensables que ejercían de entrenadores:
tanto el «alte» del combate filmado rara vez se abría\paso hasta los fes- comerciantes de es(-lavas,mat]agers y c]] l)íesatios. Endoa un tiem-
tivales públicos, con !a posible excepción de losjuegos funerarios. po. Compraban. alqtiilaball o coRrI-Ural)an gl2tfliadoi'cs l)ara Ins com
Un medio de preparación se presentó en la forma (lc danzas de bares. rii \})ail el precio de las lo(alidtldes: con(clint)an la publio(lad
guerra, que se representaban con frecttenci¿ten lbstivalesreligiosos y }' emplean)anmúsicos. (;eneralmeníe gozaban de muv mala reputa-
que imitaban los mo\lmieíltos y lasposturas de soldados que arrojaban ción:/an/lsrízsignifl(-aba a su vez «asesino» > «bandido»
primero sus lanzas }' luego recurrían a las espadas- Losjóvcnes espar' Los gladiadores pnclían sei' ngttras foimiclables: la rebelión cle es
danospracticaban esas danzas desde inui temprana edad. Sócrates clavos lidera(la por el famoso glttdiador F.spatt2\(ologia sustentarse
opinaba que aquellos que más honraban a los dioses en lasdanzas eran canita las poderosas feet-zasromanas durante tres años. } nn se trata
los mejores en la batalla. mientras que Platón, en sus /,OP.s,(lucía. asi- de un ejemplo ;tislacto.Clean(in los gladiadores [í'iunfabar] sister)áti-
mismo, que las danzas tenían el \alor de combates. El objetivo era de- camente er] la propia arena, no er:t retroque los padres les transmi-
sarrollar más la agilidad que la fuerza. aunque la normativa griega de tieron la profesión a sus hijos, }' había hasta familias cle gladiadores.
reclutamiento todavía hacía mayor hincapié en el peso }' la talla que en Ocasionalíilente. como un acn) novedoso.hacían su aparición mtljer-
la habilidad gimnástica. Sólo en casosde monomaquia --una tradición es Ittchttdoras --el Museo Británico ('tienta ('on un relieve en pie(Ira
en que los comandantes de ejércitos contrarios se enzarzaban en com- de dns gladiadorescon los pechos desnudos--. aunque fRIesenciien-
bate singular-- ui\ individuo sc batía abierLanlcnte con otro. Lros se (.onsiderabitn espn(t;i('filos exóticos. eqttivalenres a los combat-
es de enanos, v acabarían por prohibilse en e1200d.(:.

2q
:: li':i
l:-lj:'i.
:-:l:li'.l.
:.l:Íli:l.':;
'!i:i..ll!.'.:.:!
;i'::. 'i:l.ll:..l! i;'i'i'Í.:'l

Los corten(lielltes, como ílolnla, Iti( hztbanpor parejas, } t.in lir ®


bitmo (suxzllrzrz rL¿rl1ls) , at2Lviado (oii una voltlnlinosa t(nli(a. sc ei'iria
nornlalniente entre los dos arn)ado con un palo largo. Había valias @

clasesde gladiadores: los wzlrrrl///orbe.\ } 5ar/zrzl¿as


eran ]os que ibaít más ®
ai-inados,con casco, escudo, protección pala la pierna clestacacla:}
espada: al principio un arma coito } ancha, }' más tarde de uno\ no
venta cenLínaetios }' lilas està-echa.Los gladiador-es tracios llevaban
cascos } grebas (T)i'otecciones cle la io(lilja al empeine) } utilizaban
ulla dz\ga.[,os leí.iarí05]uc])ahah (on una rcd ei] una n)ano y lln tri-
dente cn la olla. La }'uxlaposición dc paitcs ain)adós } ilo ai'niaclas
del cuerpo dicEaba el uso (le andas } cream)alas (oncliciones pata un
manejo de la espada tremendanlenEehabilidoso. Los gladio(lotes
zurdos tenían la reputa(ión dc sei patticulamlente temibles. }' el es-
tilo dc la esgrima quedaba stljet0 2\unas reglas precisas pala las Talla-
das categ{)rías gladiaLori \s. (lue sei-ían sorprende'n [einente uniformes
durante el Imperio iomallo des(te )os siglos l al ív."
Todos esosluchadores recibíttn la instru('cien de los /a/zis¿íze.
Los
aprendices de gladia(lol aprendía\nlos movimientosbási('osen grup-
os, utilizando espadas (le macieia lecubiert2\s dct cuero, co]] boto- InfanLei-'aromana entrenando contra ur poste. tal como la representó VValihausen
nes de cueto en las puntas. Unz\vez en la arena, a motin de pieza en 1616
corta inriodttctoiia, podían ofrecer ulla demosttacióiten masa con
espadasde enuenan)iento, no mu} distinta cn realidad(le los com- cuentaron las /?zr/i la esgrima se puso de moda. No han sobrevi\ldo
bates modernos de lucha que se Tell cn la televisión. Entonces daba
documentos que aLestigtien \i Ins visitantes se limirttban i\ observar o si
comienzo el enfientantienro real. « (;Za(Ziízzorel/z ¿/z rzrerla revelé' (orzsz
se les pentlitía empuñar por sí mismos las arm;ts: atmqtte en .Síz¿\-lirorl:
ZÍ,tlm»,
escribió Seneca( «El gladiador se revela a sí mismo sólo cuan-
la novelade Peuonio. ha} lina ít)ujer de p{)siciónsenatoriala quien le
do llega a }a arena.») :'
resultan tan inEcíesantes los gladiadores que acababa entrenando pa
El público romano estabaabsolutamentefaíitiliarizadocon losas-
ra serlo. Lo que sí sabemos es que el mundo antiguo nllnca desarn)lló
pectos técnicos de la parada }' l2\estocada; n)ochos de ellos hat)rían el deporte poí el depoítc: echaban partidas cle damas --un jllego in-
visto el con\bate t)orsí ITlisrnos.fvlicntFas q\te los romanos (lespreciab-
ventado. según la levenda. pala ali\iar el tedio del sitio)de Troya-- }
an la cobardía, ie(ompellsabttn a iln luche\dor valeroso derioLado.
ocasionalmente hasta galantizánctole el inctullo de la llluerte. Hubo de flormasvariadasde dados. El ajedrez. sin embargo. tendría que es-
perar hasta la Edad Media. Es posible que la alta sociedad practicaré
períodos en que el combate sin iilctultocsElivototalmenteprohibido:
}a esgrima: peio eso ílo la convc'reía en deporte. Desde fechas tem-
después de todo, salía caro eí\trenai a los gladiacloics. Las ailtorida-
pranasse hicieron intentos de lcgistar contra los no gladiadores que
des se mostraban [an vigilantes con i'aspectoa la salud }' el tono musc-
ular de sus luchadores (otho lo )acían coi) la autenticidad de los
irnitabana tos gladiadores. Los miembros de la clase alta consider-
combates. Se montaron /ir(/f(escuelas) pnr toda Italiit para entrenar aban censurable competir en las ('ontiendlts cle gladiadores. v hasta
ta[ punto era así que cuando e] emper¿\dor (cómo(]o ( ] ti]-i92 d.(;.)
a h.tturos contendientes. y varios cirLljanos distinguidos se especializ-
aron en el uatamiento (le heridas de espada } vidente. antlnció que aparecería como gladiador atavtadn d(' cónsul. fue asesi-
nado por su séquito dt' stiperiot-esantes de poden hacerlo.
Con el tiempo, citidaclailos libres. patricios }' hasta mtljercs fre

31
a la creciente sofisticación rorliana, }' mucho a una (tcrrota lililiíai
[.os g]ac]iac]oics email Rigor entrenados qttc el sol(lado nic:(lio, }'
sus métodos de instrucción se leían inflltíando lentainer)te en cl ciér- que condLljo a una revisión exhattsEiva(te cómo debía arnlaise a los
soldados.
cito, para gran indignación clc los puristas acérrimos: Plinio cl.Joven
(62-1]4 aprox.) clogió a un oficial cle alto rango por abasLecclsede
armas adiestrán(tose en su uso en lugar de dqái-selo 2tun instructor
En el año 378 dos tercios de un ejército romano entero qtledaroil
profesional; uii histol'iztclotbajo Adriano criticó al qérciro poi prac'
ticai con armas cleentrenamiento en Iugar de con espadas leales. destruidos en Adriarlópolis(la actual Edirnc cn la Turquía europea) -
El ¿\cliestranlientomilitar difícilmente suponía lina diversión. \b- F'uc una derry)ta aplastante: el emperador. todos sus ohcittles de alto
rango } unos cuarenta mil horilbres resultaron muertos en et espacio
gecio. que escribiera en el siglo iv d.(-:., describe cólllo «cada reclu- de una tarde. «Ninguna batallaen nuestrahistoria--declaró el his-
ta planeaba una estaca en la tierra, de tal manera que se alzabaseis
toíiadoí coetáneoAn)lana M.arcelino,él mismo oflcittlromano--. li
pies }' que no oscilara. Contra es2testaca practicaba el recluta con su
escudo de mimbre } su tabla cle mztdera,exactamentecomo si lu- excepción de la de CannasÍla grttn victoria dc Aníbal en e1216 a.(.l.l ,
chabacontra iln enemigo leal.. . Se tenía buen cuidadode que c'l rec- supuso ulla denota semcjanLe.»Oakeshott sugiere que después de
luta no ai-iemeticia con tanta precipitación para infligió lina herida Adrianópolis «los \ iejos tiempos de la sttpiemacía de It\sleglotleshab-
íaíl acabado para siclnpíe, }' cl golda(lo de c¿i})allcríacon arniadtira
que se expusiera abiertamente a un conn'aataque desde' cual(luger
luchando coll lanza } espada sobre una buena montura se convertiría
punto».6 Una vez que e} recluta dominaba esas armas susututivas. pa'
durante [os siguientes 1.]00 años en árbitro de ]a guerra».''
saba a las espadas con filo. El acliestranliento formal culnaiilaba en el
combate individu:tl o armrzZl¿rri, un préstamode ll\s escuelas de glad- Varios historiadoreshan sostenido que el simple } revoluci{)nabo
iadores. invento detrás de tan terrible } aplastarle denota [ue e] de] estribo:
En tiempos dc Plinio. 1ossolct t(los ion)anos que luchaban en Espa-
un arEefhcLOhastaese ii\omento desconocido pata los romanos, que
les proporciotiaba a losjlnetes la capacidad de maniobrar con rapi-
l\tt empezaron it acloptal las stet)ci-lotesarmas de hiei ro dc selsene-
dez y de hacel palanca para imprimir mayor fuerza a los golpes, una
migos. De los españoles t\Í)i'et)(lieroil tailll)iéit l ts vet tuyas (le utilizarl-
ventanaformidable. Lo más probable es que el estribo htese lm in-
a punta dc ulllt espada. Ir empczai')il a practicar la estocada. láciro
vento más Lar(líos pero en cualqtlicr caso cl reslllta([o de ]a masacre
pronto describiría cómo las legionesdc ,\grícola desp?tchaíonrápi-
damente a l{)s celtas británicos: con dllsespadas romas y toscas.; l.os fue bien claro: por prirnela vez en la liistotiala esptt(lano tenía leila
celtas de la Galia. íeiton)br2idos c:spt\dt\chilles,seiíai} un 2tsunlobien importancia secundaria respe(to a la It\nza} la picot.
distinto. Enatbolabaíl la espada haciéndola gi!-ai dobiela cabeza ant- Despuésde A(Irianópolis la espada de estocadaperdió [erieno
es dc aíicmetci de at-iibttabajo para píopinal el tajo, un cspe(Lá(u- ante las espadas (lestinact¿tsa golpettr de filo } las picas (le los eneirli-
lo aterrador. Los ionlanos apien(lcrítul ktlfln a recibió el primer gol- gos de Roma de las grandes llanur¿ts. En los siglos siguientes se uniría
a tales arrllas todo un arsenttl más: la danza(pala su liso a caba]]o), cl
pe con el bot-declcl cscuclo. La débil hoja celta (on frecuencia se
cuchillo cle brecha(de hoja ancha sulcEa a un asta nlecliana) , el az.cÓn
doblaba en clos. perinitién(loIC al legionario conuaatacal. «Sosteni-
(una lanza aríojadiza ligera) . el })act)a de guerra, la gttisaíina (priilla
endo la espadiu-actaante sí --escribió de los romanos Dionisio de
[lalicarnaso--: go]pcaban a bitsoponentes cn la ingle. les atiavcsa- del hacht\), la mltza. la dial)arda, el baidichc. la /arzgtfdé'óoezdo«len-
gua de buey» (lanza de hoja larga y ancha), el rilartillo de alinits, cl
ban los costados >'dirigían entonces los golpes al pecho pala llegar a
«hisopo de agua bendita» (eufemismo) para lma maza con púas). el
los óigalos vitales. \ si veízln a alguno que tuviera ptotegiclas esas par'
tes del cuerpo, les cortaban los ten(Iones dc ro(lillas o tobillos para látigo de guerra, la segur o hacha franca (cuyo objetivo ei'a partir la
hacerles caen al suelo rugiendo }' afenaildo [os escudos }' plot]riendo cabezaen clos), la corcesc¿t(elelfrancés «lanzaalacl2t»),cl inaltillo de
guerra, el i\lo?lqerz.s¿í'tri(garrote con púas) , cl ,4/i/s/)¿e.s.s(una temiblt}
gritos que scmdz\ban los aullidos cle bestias salv¿ives.»'La evolución
elelarte del manejo (te la espada. sin en)bt\rgo. le debería bien poco !alza de más de cinco rrtetros de largo) , cl P/aricorz ¿ /'iron ( una porra
de madera de metro }' ITaedio de longitud) , el Pan,zms¿echar ( una espn' guna fuerza rtlaligila puede aprovecharse de sus po(Ieres. /if'ou/u/ges
tablece una distinción crucial entre un soldado {«el sirviente a suel-
da q\te penetraba la cota de malla, de punta sólida } resistentepero
dode un.jefe». uno que íccibe .só/i(/o.s.
es decir. monedas) } un gtterie-
ro. Este último responde a su propia motivación >' Llenesu propio
programa de lo que del)e haccíse }' su propia imagen de la compos-
una; estáahí no sólo para íílaLarsino pata elegia-una fauna adc(Ha-
íueronlosmenosilnportantes- . . .. ' - '.,.
da ctevictoria. [l guerrero se distingue de] asesinoa sueldo poi aque-
Tras }a caída del Imperio ron)ano. la espada aaquii io uii.' n"-:~' llo a lo que no se rebajará.
importancia simbólica }l se la consideró un emblema de poden }' ma- b/Ibso menos en la li\irina época: bandos }' [iovadores empeza-
ron a entonar- el Cízrz¿rzrd¿' /To/dri7z,
el gran poeír)a épico medieval
-=1:,' li :l:==:'=::.='=.:\l=:
:=='«:;:::11'1==:.=1:1=::1i: fran(és, casi un cianotipo del código de esa cultura de la caballería
(dcl Lérnlino francés r/zez/a//erie, «destrezaa caballo»). Relato dra-
portancia se vería s\tbraJ'adapor }a conducta de reyesy etnperadores.
(Carlomagno. por templo, nun(a iba sin una espada; hizo que sus máticode la acción cle icLagtiardia heroí(';tmente condenada al fra-
tres hijos fueran instruidos en su manejo } les dejó séistres mqores caso de tino cle los capitanes (le Carlomagno en ta España de 778,
illcorpora. como /broz¿lLÍ/7.vai'iossiglosde historia. En un momento
Inicialmente. con el copie } el estaño tan escasos.sólo los.jefes c[ásico. cuando Ro]dán ve aproximan\e e] ejéíciLO sarraceno, le (h-
(«chzuer¿ Áde¿». nobles con espacl:\) podían lle\ar espadas. (;on el ce a su amigo Olivier: «,\Laca con [u lanza }' }'o golpearé con Di¿rrztz
tiempo, a los hombres libres } a las [lllÜercs nacidas libres en "edad dczr/e,
la buena espadaque me dio C;arlomagno.Si muero, aquel
que la herede dirá: "Era la espada (le lm \:asallonoble"». Román cn-
de espada» se les (tarta derecho a tales armas. Las tribus teuLonicas.
con stt preferencia por la utilización del lilo, fregaron el avance del cari\a Eocloslos i(lealesy aspiraciones de la época caballeresca } se
manejo de la espada como aima de estocada; peto tan\bién dieron con\ierLc en su emblema para los tiempos venideros, ayudarldo a
sentar las bases para el romántico deseo de plenitud en que ha flo-
=li:=¿.==:::: ::'::=::;"'':::'ll.T=:::.r:i:=::1''=::.1:: recido la CSaFi mn

La espada se hallaba en el coraz(in mismo del código ínedicval


La literatura también representó su papel El poema anglosajón del honor. Se le atribuía lm poder intrínseco } umanol)lozaauLénLi-
/ieozp?zgclesciibeaventuras enLretejidas con el pasado mítico de la Eu- ca; no debía dcsenvaina['sesin motivo. Su punta.jamáspodía tocar e]
ropa germánico. Compuesto en el siglo viii. está anlbientado en el suelo. '\ílLesdc uíl conlbatc el caballero besaba la cruz dc sli espada,
sur de Escandina\la durante las migraciones de un cuarto de milenio que con frecuencia conteníareliquias. (le torma que el gesto caballere-
antes. E.l respeto de Beowulf h2\ciasu espada: Hrzzrz¿írzg,recorre todo sco se (onveitía en acto religioso. Las espadasse asociabancon la
el relato. Resulta crucial que. cuando /]rurz¿¿rz,qes
l)landicla con odlo, inteligencia. al co1lti'arioque lanzas, flechas > hachas, que eran las ar-
mas dei soldado de infaíltería.
no responde a su señor: ha de llLilizarsecon responsabilidad}' nin-
Junto it la literatura de la época, tenía Iugar la lucha íecno]ógi-
ca. Puesto que las primeras armaduras no proporcionaban más que
KEn las leyes de los frttncos l ipitati{)s. una escala [ljabl\e] precie) de cliterentes ar- una protección limitada. dllsdebilidades con(lujeíor} al mayordes-
arrollo cle las armas y, a su vez. a su propia mqora. Las espadas bien

""':"''ll'11111';'illll:l''
I'"l'l'I'l 'T'll'l'" :::i:!::
L'n caballa) (entero). sllnox qttt' no esté ciela) . . . . . . . . . . 6s(lliclí)s
podían utilizarse aún para aplastan, })ero atravesar las zonasimásvuln-
erables de litarmadurade un oponenterequeríanuevasaptitu-
Pt)t tanto. una esplt(lacon \nina costal)aimásíluc'un t)uen cl\b2\llo.posin)letelle-
des. Los armeros respondieron con crea(ior]es aúr] más eficaces:
lo de la escasez de forjadores de espadas.'" discos circulares que se deslizaban er} su lugar }, protegían la axila
potencialmente mortífero. Un caballero de armadura era como un
tanque. prácticamente sin capacidad de oír }' con la visión limita-
da. Aun así, un caballero podía correr: saltar. tcnderse boca abajo o
boca arriba y levantarsesin ayuda. y montar >'desmontar de su ca
ba[[o(sietnpre lln sementa]). Era agotador. pero perfectamente po-
st ble . -''

La espada se utilizaba prirnordialínente para aporrear al opo-


nente. En época tan tardía como el reinado de lsabel l un belicoso
caballero. sirJohn Perros, que tomaba parte en el torneo de su coro-
nación, «golpeó a su aval cuatro veces en la parte clelanLeradel cas-
co con el pomo de la espada», obteniendo con ello más tantos cleesa
clase que cualquier otro contendiente.'' Se e\atabanlas paradas con
[a hoja, y ]os caba]]eros o bien esquivaban ]os goipes o utilizaban sus
escudos para defenderse. Las espadas, que podían pasar con mucho
del kilo y medio, eran pesadas }' se requería tanto fuerza como des-
treza para blandirlas,
Los torneos se introdLljeron en Inglaterra durante el anárquico rei-
nado de Esteban. en ] 135. y continuaron celebrándose hasta fllnales
Hp[ einon Y\rl qll nll(TP tll\rrl ]llíT-lrHP ] ]Kf\ . ]qÍ)Í) ....n.-. ..m.Í.n -i.n
óxv /\rAP u q t4) u r tcót UL iluv (l JL/vL/tCLLlll\jLXL¿)\5LllCllll)l\.ll=

do populares durante los primeros años del reinado de Enrique Vill.


Enrique era un experto contendientedejnstas que gustabade demos-
trar sus aptitudes, y de 1509a 1524 fue el principal rival en cada torneo
inglés de relevancia.
El origen del torneo bien pudo hallarse en el L?/(/tl.$
7}o¿rzf?
roma-
no (Juego de Troya) , un ejerce(-iobélico eje('utado por dos equipos a
cabajjo. El juego renació en Francia y se abrió camino hasta Ingla-
terra y Alemania: donde se lo apodo «cotnbate francés». En 1056 pue-
de hallarse una referencia a la muerte en torneo de sieur Godefrni
de Preuilly, un barón bretón de quien se dice que inventó semqante
deporte, aunque es más probable que sin\plemente establecieraun
conjunto de normas. Ta]es reg]amentaciones ]legaron a ser extrema-
damenteestrictas,y su violación podía poner en peligroel ascenso
del infractor al título de caballero e incjttso costarle la \ida. La mayor
parte del tiempo, sin embargo, los nobles disfrutaban con lo que ha-
cían. Su reputación residía casi por entero en su destreza con las ar-
$:' mas. Inicialmente los torneos fueron grescas sangrientas en ]as que
dos ejércitosen miniatura librabas una batalla.Tomttr parte en ellos
+
se consideraba un honor. incluso aunque muchos hombres morían o
$
quedaban lisiados en esas caóticas refriegas: entre los torneos señala-
T;tics etlcuerltros se conxirticron en impoititnEcs acontecimientos
(los en Italia l)ul)o ulio ci] el (,ollSeo (lc Roma en 1332qttc Lttvocu- socittles. proporcioilando lina necesaria \ ía ctc esc2tpeat R'ívot' iTlaicial
v un me(tio x4talde entrenamiento mititai. «f«lanreníaF)xlvo el espíritu
de [r;tEerni(]ad internaci{)rla] en ]as almas --es(-robe O¿\keshotl--. lo

cual cra parte esencia\lcnelideal caballeresco.»i ' Una opinión íilás es-
céptica es que preservaban el sabor dc la capt\llcría cristiana ante la
realidad del poderíopolítico. l.a lglesia iíltenró en nlnnel-osasocasion-
es que ílicran prohibidos, perú)ademásde sli valorsocialv inilitai sup-
onían lma signiflczttiva fuente de inga-esos. Un caballero (te éxito pod-
ía llegal\e consigo c'uantiosos trofeos en ai'mas >'cttballos.
En toda Europa: l{)s torneos sc convirtieron en la ocupación trás ab..
sorbenre p¿\ralas clases caballerescas aparte cle la caza } la cetreiía. y de
la gtteira. Si]] duda: cl ct)nsllillo de bcbidt\ } el.jllego Hite tenían lugar en
tabes fbsti\-edades eran Lmo c]c ]os motivos pal'a ]a oposición c]e ]a Igiesia.
pero [ambién ]o cra e] núlllero de muertes. Un conl])ate ell particular,
en 1] 80, atrajo a más de tres mil caballeros arriiados y montados. Enlo-
quecidos por la sed dc sarlgie. galoparon sin piedad sobre los hombres
a pie, cargando salvajemente contra todo aquello que se n o\lt?ía. Los
cuerpos alfonlbrai'on el suelo. F.l comi)aLe en ltn torneo hnalizaba
cuando se daba una señal dc deleners(' o cuando lin caballero, próximo
al (le.lOl:teejl sí.ito. francés de romances (aballt:restos. Ct)iétien clc
a la astlxia en urlll armaduitt t¿ui ti'emcndamcnte abollada que sólo po-
aves ofrece \tna vaida descripción de un tot-neoe]] freí). Ert;dr?,es-
dría quitársela lin heiiero. era inca\pazde perinancceí ei] pie.
crita en torno a] ] 170:
(}radlialrnente. cl nú]nero de participantesen rt\lesei](llenrros se
redLljo a pequeños equipos. Los desafíos foinlalcs a eFlu&i('il «liza»
evolucionaron hztstaexprcsalsc en lenguaje decoroso por p¿true(lc
unos caballeros que actual)an poi propia iniciaEivt\.Esi\sj ucla\ seguían)
siendo condenadas por la lglesia por el elevado íiidi(e de bajas. Eil
.'\lemania se desarrolló lm código està'actocle honor. de manetti que
no podía particlparse sin piesentat ai)tcs prucbt\s de alcen(lencia no-
ble. Cuando un caballero se encontlltba con ouo sc esperaba que se
levantese la visera } revelara su ideilLidad; el saludo militar es un lega-
do de ello. In(luco ho} en día, en la esgrima de competición, está pro-
hibido salir a }a pista con la careta }a puesta o iniciar un :asaltosin sa-
ludar primera al oponente.
Los caballeros Ittchal)ail entre sí o bien á nriflalzfr' («a tiltranza»
por tanto «hasta la ;\l)sotttta ren(loción») obien (} P/rz¿sarzce(por cliveísi-
ón) en tres clasesde encucnu'o: Ittliza ojusta a cat)ello;la gresca ge-

:::lii:lilllBI
li:l'1111
;lll:lllllllil
Felipe 11,ie} de L.spañtt
Filllll'l:.ll
:1111:.lll 8
neral como se ha (descrito }a; }' el combate singular }i pie, (O]] espada.
hacha, h:taha franca o daga. .'\l principio cte cada Iucha con espada.

:}9
Los combatientes más animosos acabaron por sentirse frustrados
con unas.justas tan sólo ocasionales e inErodLljeron el país(/'arme.s.en
el que un caballero anunciaba su intención de ocupar un terreno de-
signado, habitualmente un paso natural de alguna clase. durante
cierto período frente a quienes quisieran atravesarlo. Para el siglo xv
ya se retaba en desafío individual a un caballero er] particular: del erzi
d'armes al duelo no había sino un corto paso-

Durante la segunda mitad del siglo xív casi toda Francia y gran
parte de Italia se enfrentaron a lma muey:aamenaza: los gobernantes
podían requerir un ejército luchador, pero no tenían medios para
dar \m nuevo destino a ese ejército en tiempos de paz. Miles de sol-
dados se quedaban sin trabajo al ütnalde cada guerra, con lo que se
inclinaban al saqueo como forma de vida alternativa. Una sucesión
de papas empezó por dictar indulgencias para aquellos que se opti-
sieran a tales rou/im:s,tal como se les llamól entonces, temiendo que
el bienestar de la comunidad cristiana por entero escu't'ieseenjuego.
organizaron cruzadas en su contra.8 Finalmente optaron por una es-
trategia rnqor, convenciendo a los veteranos dc Iuchar al servicio de
una guerra santa. }' de \lamaral Mediterráneooriental. a Htmgría y a
España para luchar contra e] avance de los musulmanes. Los inicios
de semejanteestrategiase remontan ya a ]a Primera Cruzada (]095-
1099)y en mayor o menor grado continuó hasta !a Octava Cruzada
de 1270a ] 272y ta pérdida de la última fortaleza cristianaen Siria en
1291, utilizando así de manera eficaz a UTIOShombres cuyo único pro-
pósito era el de luchar para obtener ganancias. Estos mercenarios
formaron compañías disciplinadas y bien organizadas con sus pro-
pios tesoreros. secretarios y consejeros. Los roufimstenían mucha ex-
periencia en las artes del manejo de la espada, y de sus filas salieron
muchos de los primeros instructores de esgrima.

#;E] temor papa! era palpable. UTI edicto de 1364ordenó a los mercenarios que
diéól+ieransus compañías: abandonaran las zonas de que se habíala apropiado y re-
:Páfasen:]os daños que habían hecho, todo en e] término de un mes; o sufhrían la ex-
Caüuüióñ,, A clérigos}' laicos se les prohibió unirse a las compañías, faxorecerlaso
emplear a sus miembros; cualquiera que les proporcionada comida sería anatemati-
zado hasta el extremo de que sólo podría eximirles la absolución papal. Un edicto del
áñd :si©iíenteagradó rajes sentencias. Como comenta con agudeza ur} historiador:
cuenta años no habría ul} can\bio correspondiente en las espadas «Todolo que quedó fue la cruzada».':
al'ma que u klizt\sela Í)ól\oía. pue\ era a un tleillÍ){) nl;is f)re('is{)} irás
Para cuando iiegó la guerra (te los Cien .\ñns (] 337-]453) e] t\r eficaz. Los cañones se utiiizabaT]coit eficacia ei] bateé-íasv asedios,
ma preferida entre las de pi'oy'ectiici-ae] arco, } fue ta maestría en esa peio cuando se prohl\ban cn el campo de batalla c{)sectlaban bien
tecnología (además (le unas tácticas francesas suicidas de tan valien-
pocos éxitos: al pi-in(ipla sc los (onsicleíó más una t)ponla Í)csaclaque
tes) to que le (lio l t victoria a los ingleses cn las decisivos batallas cle una amenaza. colmomucho t\rretactosútii(losas que astisrabana los
Grécl' ( 13461 , Poitiers(1356) }' Agh(otttt(14[5) . F] arco medía casi
(aballos. l,a disponibilidad de pistolas >: revólveres hizo t)ic'n po('o
dos lnelros de Intro }' algo !Henos de ocho centímett'os de cii'cttnte-
por alterar la forma militar'de pensar. pues su uso el-araro.
i-cncia. estaba hecho de tejo }' se teqttería una tuerza de quinientos
l.as arm¿tdttrltsHill cilL&rotlde gins{)r. } se miná piá(Lich c{)i lún
quelos !) tla pensarlo. Sc le Emitía su prima: ia ballesta. un in\esto ita- «pt'near» un peto dispaítindole a bocajarlo. [.t\abo]]aduJ'a resti]tante
liano c;Ipaz de perforar una malla desde mu(hos n\eu-os(le distancia.
no sc deparabaa golpesde martillo. sino que sc dejaba v confrec-
.lutltos, la ballesta y el arco significarían el fin de la supienlacía del uencia se embellecía, como prueba de la calidad de la armadura.
soldado a cabaiio.
No ftle base¿lla década de 1450 o después que las armas de fuego
En Agincourl, un cjérciEOinglésclequinientoshombresse en- pasaron a sel' Lina [ueiza en c] c:ttnpo de baLa]]a. ttanscurrirían
contró con unas ftierz.asfrancesas Eles veces mayores }', sin embargo,
otros (illcuenra añ{)s antes de que se urilizttrttndc íll \nc~lltgctlcít\l.
sólo sufrió bajas dc cien soldados de infantería }, trece honabies de ar-
La referencia que h.lce Geoffrey Chaucer en /,rz(r/.íar/f /rl./}í//lrl l\ la
mas. Unos cinco mil franceses n)frieron: dos mil en acción. el resto
vcl-riglrlosavelo('iclacl de lin (disparo. «[an veloz (HUII) proyectil sali(lo
fueron masacradoscomo pt'isionerosen lugar de itltercaml)iadospot
cle (-tltlón,/ cuando el [ttego la pólvora at12wics:\».
po(tría icfbliisc
un t'escote--pese a rendí rse sin condicion\es-- cuando un último ata-
tanto a pistolas > iitle\ como a cañones. Sin embargo. una vez que los
que francés pareció peligt'osamentecercano al éxito. Fue: uno ctelos primeros entraron en juego. el efc( to fu(' ia(local. «Q.tlisieraDios
últimos con)bates inlpoítantes en que las espadas n)ás que las arenas
--escribi(3 B]aisedc MoilL]u( cn ] 523-- que eslaitir it desttfbttttlla(la
aírojadizas o de fuego, tuvieron lln papel p'incipal, el del apoyo fun- lluílca se hubiese {llveil tada.
dameT} [a} a;ios arcos.
E} 25 de febrero de ] 525. Fí'aílcisco { cie }'tanda se eilconiró con
Sin embargo, fue en los confusos campos dc batalla de Créc} que
el emperador(=¿trl{)sV en la «sen\ipcilunlbrl\(le un anl¿\llcccl-
de in
hizo su pain)era aparición significativa una nueva potellcia de guerra: vierno» ante los.jai'dimesclc lin noble cole¿tclc Pitví;\. Sus tropas slif-
ta pólvot-a.Mezclttde azufre. call)ón y ilitraLOde sodio o potasio, el rieron una del-rota coíltulldellte. «tino de {os lllomentos cruciales
explosivo más antiguo que se conoce en el mundo se inventó en
en la historia política --cs('rige Oakeshou-- fue a su vez lln hiro en
(;hiba, pero el ft'aliefranciscalloRoger Bacon (]2]4-1292) fue su }a historia de la armadura. . . La 111asacre
de {a.nobleza,ftarlcesaen esa
más famoso clerensoi-.:R[n ]91 1 un historiador esa-it)ió para variar
batalla solo fue igualada por l¿\ de Agln(Hurt.»i; [,l\ (ttb:t]]('íía bien
del '«salitreinfame de frac Bacon», que, mientras que «ahogaba el
pudo(onseixar su lugar en el afecto n iliuarhasta 1914. pero ili si-
sueno de Don Q.uüote.prodtljo el arte ctela esgrima».'' Con la pól-
quiera las arm¿\guías blanda(las po(lian obre('er proto(cien cn (.outra
vora, «la única excusapara una completaprotección dcl cuerpo se
de las balas. El.juego había terminado.
desvanecio». zXun así, fue una revolución cte })roceso lento. Hasta
Poco a poco, losguerreros desecharon la ¿trmadula}' se [oinaron
principios del siglo xvll. el ar(o continuó siendo superior a cualquier por tanto más vulnerables a Ins espadachines (liesLros.u'Las Lécni('as
:k l)ei siglo lx en adclanLe. los técnicos chinos clesatlollai'on nuevas fantilias eil-
[eií\s de armas basadas en la pól\t)ra: «lanzas de fuego» clttear iqaban ]lami\s. giana- # Los miembros (le las s{)cie(ltirlcs clc'clic:l(las Ito\ e-n día :i lit recio-lclí)n (le la es
íl2ts,bombas lanzadas con (aLapulLas.cohetes chii tian [es } el primer canon ailtenuco.
grim'a inedletal se muesulin apasionados con lcsp('cLr) a su airo ni\c-[ c]e ca]ic]ad. E]
Pero los burócratas gobernarlos chinos. inmutables en sli (íntíiaiizt\ en que el poder
historiador alistra]iano Sreptlen H¿\nd hi} cuado fc (]e c]]n: «E] \j]f) ptt\adn [2{)t) ] ] cm
siempre tendría sus raíces en los -inLiquísiiilos clásicos liteiatios: se maiitu\ ieton tlis-
?e:cé:á;investigar ]as técnicas nledieva]es para e] uso de] es(u({o grande. Et sistc'maque
[antes. pues la mecánica de la guerra quectab2\ por det)Lilocle sus intelcse\. Nadie sin- descubrí se basa en ltt utilizariói) del escuLIo cn IÍítca\ (Ollas cle ata(lrte. first:ianclo ll)s
tió lil tentación de replaíltearse lsunt{)smilitare's.

4R
(=AP{TUL0 2

CON\TRTIRSX EN MAESTRO

H(n en dín et tiro colt tiren se. . . está ctbavtdonündo en japor de


la esW'im.a:pues rbl a)-lede lít espada en cuán cludad no ha)
sólo wtaJ.eslros pára e)tseñnrlo, . . . sin.o qup üdewtús no le }La Jal-
Ludo (luimt la {)tengadiligente .jlaliorablenlenLe pov esc;ñto.) se
hu in l)restede manon (lue lodo homie P da lemlu.

RO(}F:R ASCHAh{,
'/bxo/)/zÍ/rts. 1545

R
Cómo eligede.fendelsplcl geílte Tollna t)arte (IPI rrtráftt'T )irl
( ioTtnl en igual medida (!tLC lct lilo-aluru. la Jnrmrt (LP ilesli) o
l,rl, !rrlslronomt(l .

RICHARD F. BURL'ON
Ihe seTlliTiteTtl
o.llite sluolú, \q\ \

Existe un peregrinaje clásico para todo aquel interesado en la his-


toria cle la esgrima: recorrer los veinticinco kilómetros desde Bruse-
las hasta la pequeña ciudad universitaria católi(a de Lovaina. Yo he
hecho el viaje en dos ocasiones, pasando arre la plaza de Herbert
Hoover para llegar a la plaza Ladeuze, y lma 'b'ezallí recorrer los pa-
sillosimpolutos y con olor a fresco de la biblioteca principal hasta lle-
gar a las tres salas donde se me pertnitió hurgar en la may'or colec-
ción especializadade libros sobre esgrima elel mtmdo.
Esta colección única me permitió rastrcat la llegada elelmaestro
de esgrima } la introducción de unh nueva arma, la espada ropero: en
hacían mal, . .

45
E[ invento deJohanncs (;utenberg, en ]450, de] tipo mó\il infla-
los ckttl(llores }' Lal)Gritas dc f-tropa. qttc con(tuyo a una rexolttcioíl
mó una explosión de libros sobre la «ciencia de la esgrima», desde
Perpignan (que entonces no era parte de Francia) a España, ltalia,
Francia }' Alemania. En la Inglaterra isabelina la tirada media de un
libro semejante era. sorprendentemente, de 1.250 ejemplares, el
ulla serie cte ellos Eiia(loi cs de csgiinlt\. Si tocaba cl tenla (tel ml\nell) equivalentea un importante éxito de ventas de hoy eii día. Hacia
]500 }'a podían encontrarse talleres de impresores en cada centro
de la espanta.Coi'ble estaba interesado e]] él.
mtmicipal importante de Europa. Como ha señalado Elizabeth Eisens-
[eitl, fueron los profesores en particular quienes «se beneficiaron de
la forma en que su carisma persot)alpodía verseaumentado y am-
Flauta principios del siglo xvi tltibo t)leti pocos principios sólidos
sobre cómo se Ittch2\bamejor conla espada. Los maese'os:may'orí- p[ificado por [a pa[abi'a impresa» ' Entre ]5]6 y 1884 se publicaron
nenLe veterai\oselelqército. transnlitÍan Lo(loun batiburrillo de técn- más de quinientas obras sobre esgrima. E} continente estabaconvul-
sionado.3
icas. mezclando la esgrima cn sí, el nlanqo de la daga } rnovlmien-
[os de lucha libre; cualquier cosa que ayudara a sobrevivira sus La nueva ciencia era lo bastante poderosa como para hacer que
}osmás importantes artistas acudieran en su ayuda: en 15] 2 Albrecht
discípulos l.a opinión de Egerton Castle era que «cada massu'oin' :'

Diirer preparó lma serie de 123 aguafuertes que ilustraban llaves }'
derribos de lucha libre y 58 grabados más de combates con espadas.
bierko. en el cuido de una vida ri(a en exÍ)eriencias, que en general
LetlÍ3D éxito eil enc\teneros personales. } que había practi(ad{) hasta\ venablos } dagas. Pero fueron los italianos quienes destacarían coho
teóricos, }' el maestro más ampliamente leído cn el extrae'jero sería
que la facilidad } ]a rapidez a(lquiridas en su clecucióii los tornaba
Achille Marozzo. Haciéndose llam2ir«el gladiador de polonia», pu-
moly'peligrosos para un oponente falto c]e ligar dei)Lírico». Todo eso
blicó su OPmíz/Valiaen ] 536. Marozzo ]ue el primero en establecer un
estaba a punto (le caine)lai.
La obra más antigua existentesobre esglim2\es un manuscrito sistem.tregular. Las paradas como tales no se habían inventado aún;
describe en cambio cómo rechazar un ataque bien con una daga en
ged)aRRo(le finales del siglo xiii. el «l::::»,aculalmcnte en cl \rscnal
la mano no am\ada de espada, con diferentes formas de escudos.
Real de Leeds, que cn treinta } (tos púgil\as nltlestl'zla ulla figura frai-
bien con un paño envol\iendo cl brazo defensor. Aconsejaba a los
lesca(salté'rans) que insuuye a un (liscípulo (on esf)ad2t }' broqucl. (on
brevescomentarios escritosen latín. Apalecetl tain})ién movinllenros maestros que les illsistiei'an a sus discípu]os en quejurasen no duchar
nunca contra su instructor y no transmitir lo que sc les había ense-
de l\tcha=en aquellos tiempos los monjes Grail famosos po' su excel-
encia colmoItichadores. La siguiente entra(la cn la biblioteca cle Gotbl- ñado sin permiso expreso. apela \rapaagotó cittco ediciones en los
cien años siguientes,y algunas de bits ilustracionesaún se plagiaban
':

e está fechada en 1389}' atribuido aJohanilcs l.icchLent\uci. lln fa-


bien entrado el siglo xvIIi.
moso maestro de Nuremberg. El tratado dc Liechtenatter está lleno
Marozzo estabaescribiendo para maestrosde esgrima. peio la de-
$

de consejos sobre hntas, cstocadt\s secretas }' pa'adar poi'. corp:es.a.


alemán. Nails Talhoffer, compiló su Fpf/z¿óttfh
en 1443, regis- mandade iibros sobre c] arte de] manejo de ]a espadaera mucho más
amplia. Según E/ /íóro de/rorresíino,publicado cn Venecia en 1528.
trando las reglas pata }os duelos legales y otros combates singulares.
cualquier hombre de cierta talla debía conocen-todas las formas de
El propio Talhoffer sirvió de modelopara las sesentav cinco ilustrac- g
iones del libro, que mezclanla esgrimacon la lucila }' el.riego de armas. El autor. el grall dandy'y hombre de letras Baltasar de Casti-
glione, observó que el cortesano ideal había de poseer «fuerza, lige-
pies, (on dagas y Barrotes.':
reza y rapidez» además de ser capaz de manejar cu2\lquierclase de
espada «pues aparte del liso que hará de ellas en la guerra... tienen
H'l.a lucila continuaría teniendo uí\ lugar en el combate con espadas hasta t)ien
entrado e! siglo xv [i.
lugar con frectlenciadiscrepanciasenvie un caballeroy otro. a las

47
:t .€#''

Refriega en el mercado: de un grabado de Lucas Cranach. Los espectadores se aso


man a una si'pple valla. Un torneo como ése habe'a resultado inusual a principios de
ÉÉlgóxvi,

primera guardia que un hombre podía adoptar después de desenvai-


nar [a espada. Si se ]e añadían ]as otras tres, ]a secuzzídü,]a /aza } ]a
guür¿a,las guardias dividían eficazmente en cuatro partes el pecho de
un tirador: superior e inferior izquierda. superior e inferior derecha.
Simple, pero eficaz.
Mientras que Agrippa no inventó la estocada en sí, describió una
artemetida extendiendo hacia delante el brazo armado y haciendo
Feü'ocederel pie de atrás. Mediante el estudio de los movimientos de
cabeceode los gallos de pelea, descubrió el «pase» (mover la hoja
desde una línea de ataque, que está bloqueada por la hoja adversaria,
hastauna ]ínea que no esté protegida), Ésa fue posibiemente]a pri-
mera vez que se utilizaba e] movimiento animai como ana]ogía de]
movimiento humano, prueba de que la teoría de la esgrima se halla-
rá cn el Hilointelectualde su tiempo: la obra de Agrippa era consi-
derablemente original. N igual que los teóricos previos, sin embargo,
no cuestionaba la forma en que los tiradores describían círculos uno
íén torno al otro. como boxeadores, ni criticaba que se desplazaran
siendo desconocidn= no podemos sitio espec\liar al respecto
leccionar una es})tlcltt
el doble de larga que su brazo, ]]í] recordatorio
de lado tanto en e} ataque como en la defensa, con lo que se reque-
de que las hoja.sseguían siendo (le muy' distintos tamaños: pní tanto:
rían varios pasos antes de ponerse siquiera al alcance del aima coil- cuando H2\mlel exige eil la escena (lel cluclo «¿Tien\en todos esos floí-
etes [a misma longitud)». no se trata gaílsóio (le lina seña] de su ntt-
turaleza stisÍ)ipazsino (tc una f)segui)ta que cualquier buell tirador
pedi'ízt haber hecho. (giuseppe Motsicato Pallavicini. en /.rz .sf/ifrnla
í//zf.$¿rHfrz
( ] 670), informaba de cómo se practic¿lbadía a día la esgrl
]na }' describe el uso clc espadas con britones protectores, «que. cliarl-
clo se envolvían cn cnel'o, eran má\ o menos del tamaño de una bala
de rnosqttete».(;delalino de esos nine'serascontíibuiría a hacer (le la
esgrima lma actixlcladtuitónoma, separada de ]as exigencias de] cam-
po de batalla,pi-Hebadc que si un nuevo arte tiene la (onfianza stifl-
ciente puede dejar atrás las suposiciones que en lm principio le in-
{un:dieron vida,

(;r:\n parte del procedimiento esencial de la esgrima se hal)ía

B#HWlilll$ili'HTU
asentadopara entonces. El siglo xvi v los inicios del x't'ii ftleron tes-
tigos de que la gente respondiera a la idea renacentistade que el
hombre po(lía mejorar mediante el estudio }' la ávila asimilación de
nuevasformas dc combate.' l bastaN]artin ].Heerorecon)endaría ]a
esgrima (junto a las.lusLasy la lucha) para potenciar la huella salud,
Oakeshott está en lo cleito culta(lo afirma que' «el período desde al-
rededor de 1500hasta irás o meno\ Ifi2o diie e] más imf)ortante para
la espada como aima para todo ser hun)ano: sti uso Itabíit dejado de
ser un privilegio coll finado a la clase (itballeres(a»

Se reconocía que ltalia cra el líder-mundial. Tanto cn Inglaterra


como en Francia la dcsLíezaen el manejo de la espada había sido un
atributocue.stiorlable,> en eljaleo de la Europa elelsiglo xvi se tornó
evidentesólo de forma gradual que la esgrima se había convcrEi(loen
una necesidad. Para media(1{)sdc siglo el vocabulario) cle la esgrima
era italiano, } Francia eia como mucho un discípulo aml)ocioso.
La ltalia renacentista se mostraba á\mamen le receptiva a las i(leas
originalesy sus rnaesLrosse apresuraron a adoptar una nueva arma:
@
la espadarepera. Una espadafina, de doble filo } cnn ulla longitud
rara vez inferior a los ciento veinte centímetros. que se desarrolló en
españa a principios del siglo x\:.[.os españolesdescubrieron que po-
dían andar por ahí con relativaseguridad con esasespadas}: empe-
Figuras que muestran las cuatro guard as descritas por Agrippa. Es posible que el ar- zaron a ]lamarlas es/lrz(/asroPma.s-pues podían elevarsecon el atuendo
tista fuera Miguel Ange .
@
Mientras que los italianos y, siguiendo su ejemplo, los franceses,
inglesesy alemanes, estaban descubriendo que la simplificación lle-
vaba a] progreso. ]os espai:iones decidieron hacer de ]a esgrima un ri-
tual arcano }' elaborado. Podrían haber dominado Europa. pero en
lugar de ello produjeron «el tratado sobre esgrima n\ás eial)orado, }'
seguramente más ridículo, que se haya escritojamás».' Este fue obra
de don Jerónimo de Carranza, un maestro afltncadoal sur de Sevi-
lla, que en 1582publicó el tratado de esgrima más antiguo de su pa-
is (Xue se conoce, e\ Libro que traia de LaJilosojía de tas armas. .j de su des-
treza, .y de Za apes¿ózzly de#bnsáónc:l olía?za. El libro. dedicado a su rey,
Felipe 11,propone una tesis tan abstrusa que resulta casi incom-
prensible.
Carranza explica que creó su sistemaaplicando la educación por
entero de un caballero --matemáticas. ciencia, arte, filosofía y reli-
gión-- al manejo de las armas. Llamó a su sistema «la destreza» en
lugar de «la esgrima» porque expresaba «arte y habilidad al más al-
to nivel».La ciencia, argumentaba,debía aplicarseal manejo de la
espada, y por encima de todo la ciencia de la geometría. Es posible
que se viera influenciado por los pensadores musulmanes que for-
maranparte integralde la herencia española;uno de eiios, el tulle-
cino de nacimiento lbn Khaldun. escribió en 1377que «la geome-
$
tría ilumina el intelecto } prepara correctamente la mente de uno.
Todas sus pruebas son muy claras y metódicas. Apenas si es posible
que intervenga el error en e} razonamiento geométrico, hasta [al
al-maideal para ajustar cuentas-
@'

punto está bien dispuesto y ordenado».*


$

g Al igual que l.eonardo da Vinci había colocado al hombre en


un círculo en su examen de las proporciones humanas en 1509,
Carranza organizó sus doctrinas en torno a un círculo, cuyo radio
g guarda una relación críptica con la longitud de los miembros hu-
g
g
manos y las espadas españolas. En ese círculo «místico» el eje verti-
cal biseca el cuerpo mientras que una cuerda horizontal recorre
losbrazos extendidos. El círculo está a su vez inscrito en cuadrados
© e intersecadopor varias cuerdas que parecen equivalena ciertos
golpes y paradas. Se esperaba del discípulo que imaginara lm
círculo similar alrededor de sí mismo y que avanzara de una inter-
sección a otra guiado por complicados cálculos. Correctamente
presto en práctica, creía Clarranza, semejante proceso garantizaba
8 la victoria. El único comentario de Castle sería «Cómo deben de ha-
+qrse reído los maestros italianos y franceses». Y en efecto lo hicie-

W 53
a oficiai. } siete imásantes de poden con)batir poi ]a distinción dc
ron: \arios ctramat\ttgos ist\felinos hi(jernn (lel «tTlagniflco Garian- maestro.
za» el blanco de sus burlas.
Compctii- por la distinción» era Itt expresión utilizó\dapara las
pi'bebasde ac(eso. que íequerían gt-anesíueizo físico. Se esperaba
del aspirante que sc enfrentan'aa los mitestíosde una cierta.jurisdicc-
ión (ol] al menos seisarmas (distintasen lln cadalsoerigido en la pla-
za del mercado. El examen eia brutal; cltiraba dos o Erescrías} re-
quería por tanto resistenciaademás de dcstieza. Los documentos de
la (=in dc L,ondres muestran que cuando un discípulo se presentaba
pata ser admitido en la cot-poracióil. la multiLuclera taft nulnelosa
que los negocios cercanos cerraban durante la.jornada.
Pese a la popularidad de tales combates. el prestigio de los maes-
H'ossiguió siendo compañ;\bleal de mald)arisías, actores }' otros va-
gabundos. Eil i2tInglaterra dc la Edad Nledia sc había f)tiestofreno
a la práctica de }a esgíiilla. en especial cn las grandes ciltdades,
puestoque con delnasla(lafrecuencia conducía al derramamiento
de sangre. En época tan temprana como el reinado de Eduardo l
(1272-1307) habítt exista(lo una especie de escuelas de esgrima. Etl
1281, }' de nuevo en 1310, se piohil)feron tales estableciinienlos
dentro de Londres «bajo pena (te prisión durante cuarenta días»
Los instructoics eban plebeyos, nunca nol)les, } co]] frecuencia po-
co más que matones a sueldo. que ofiecíku) slik servicios a aquellos
que preferían no luchar por sí tílisiilos. [.n e] continente, a tabes
hÓiñbres;se }es ]!amaba }uc]3;adores iibres o ]a1lceros. Er} el caso de
que !as cortes insistiei'an en la (elebración de un duelo, lln apelan-
te podía contratar a un representante --un «l)útil» cll Inglaterra,
un Jerrai//eür en Francia, un ó/aun en Italia-- o procurad-se instruc-
ción profesional para aumentar sus probabilidades. .\noesde que
@ pasaramucho tiempo los dttclistasexpertos estaban cometiendo to
da clasede crímenes, segurosde que podrian «probar» su inocen-
$

cia simpiemente mediante ]a derrota dc sus acusadores. pues e] de-


recho a exigir eljuicio por combate no se reba(aria formalmente
en Inglaterra hasta ] 819.
En general,sin embargo. lo que se soliciLabaera la instrucción, >a
fuera para la autoprotección o pat'a la mqoi¿t personal. En tiempos
©
d$ 1hrique Vill los plebey'osya scrí;\n (apttces de reunir el dinero ne-
$ésariopara convertirse en maestro de esgrima. Urna vez capacitado.
}$ esperaba una forma de ganarse razoilableíítente la vida. Un coetá-
:!KO aconsqaba a ]osjóvenes ahorrar dos coionl\s (] 20 peniques.l al
y cuarto en la altura de sus gorgueras».'" El equivalente moderno se-
mes para lecciones. una in'ü'ersiónconsiderable en una época en que rían policías en cada esquina con un mandato para cortar el cabello
demasiado largo y confiscar navajas automáticas. Una cosa estaba cla-
ra: la espada ropera debía su popularidad tanto a su capacidad de in-
timidación como a su vaior como accesorio de moda.
Basándose en el muy extendido entusiasmo por la cultura italia-
na en general, las clasesaltas sucumbieron a la nueva locura pot las
roperas, y varios notables maestros italianos acudieron a Inglaterra,
incluidos Vincentio Saviolo, Rocco Bonetti(cuyos discípulos, según
Silver,«llevabansuelas con plomo en el calzado para así dolar de ma-
yor agilidad a sus pies») yJeronimo Rocco (Rocco e/./OI/en) , de quien
se decía que había traducido a Grasso al inglés. Entre todos impartie-
ron leccionesen su país de adopción durante treinta años. «Instruc-
tores de la ofensa», les llamó Silver, quejándose de que esos expertos
extranjerosllegarana recibir hasta cien libras por un curso de lec-
ciones. más de seisveces ]a paga anua] de un capitán de] ejército. Gon
e[ orgu]]o y e] bo]si]]o heridos, un maestro ingiés. Austen Badger, acu-
dió armado de espaday broquel a la casa de Bonetti «y embistió con-
tra él», para decidir sólo en el último instante perdonarle la \ida.'' En
otra ocasión, Saviolo fue invitado por un maestro en Wells a visitar su
escuelade defensa pero rehusó hacerlo de manera tan insultante
que el maestro le aporreó en las orejas y le vació encima unajarra de
cerveza.Tanto Rocco É?/./oué?7z como Saviolo continuaron hablando de
forma despectivade la esgrima inglesa, de modo que Silver y su her-
mano Toby les desafiaron a un cotilbate público sobre el escenario.
Fue la primera vez que se lanzaba lln desafío semejan te. Los italianos,
que no sentían deseos de hacer peligrar su posición, declinaron
© g aceptarlo. En cuanto al desafortunado.Jeronirno Rocco, un inglés lla-
mado Cheese, al verle en un carruaje con su novia y considerando
aquélla «una feliz y clara ocasión para hacerle entablar la lucha» (los
dos hombres llevaban tiempo en desacuerdo) , se acercó al carruaje
obligó al italiano a entablar combate con él y no tardó en atravesarle
&

de una estocadaque le mató en e[ acto.


E combate se;había convertido en una actividad cotidiana: !os
hombres protagonizaban escaramuzas en calles. en teatros. por vía
jinpresa. «Pronto todo aquel que deseameser un buen espadachín ha-
bría de apuntarse a una escuela de esgrima», cuenta Castle, y los aris-
W tócratas se contentarían con recibir clases de maestros plebeyos.
IAdemás del manejo de la espada en sí, las escuelas enseñaban técni-

57
oculttls en los portill.n de las iglesias.'*'' o(laEuropa n''*chísimas esu-

na escuela de esgrima y casa de baños a rededor de 1:16'1

dachín porítigués sc vio cn sellosprobiemas toll ]as autoridades porp-


racticai sus técnicas con un fablicailte cle ctllzk\sqttc pasaba }' cliyo
sombreo-ocortó en dos.'':
Los italianos seguían sien(lo famosos. El año 1498fue testigo elel
nacimientode (;io\anni della Bail(le Nene, el lljjo de un bledici. Giov-
anni se conveltiíía ei] el más desea(ado mercenario de su época c in-
troduciría la emboscadaen el ¿imbiEotnilitai (convirtiéndose a uil
tiempo, en los ('onflnados espacio)s cle la emboscada. en experto es-
padachín) . Apodo(lo (;ízPll¿ario
í¿; uerlZl&ra,
cambió constantemente dc
bando y, tras la muerte de León X, lln pai'iente Nledi(i. se alzó en ar-
mas contra el nuevo papa. El favor pap;\l no draba de [cner su in)-
portancia: Benvenuto Cellini llegaría a ser tan a(Imiiado por sli ma-
ndo de la espadacomo por sus es(llltuias. >'el papa Pttblolll [enclría
que explicar las n)avanzasde «Benito» declarando que «los hombres
únicos en su profesión (Olllo BeilveJlllLO no están stÜetos a las leyes»
Michelangelo C:aravaggio bien podría haber estado de acuerdo; en
1606mató a un hombre en un combate(-oll espadas. }' el Vaticano le
obligó a huir de Roma.
El arma de Caravaggio cra la espn(la Pope:rzt, coíllo lo fuera\part\
tantosantesque é]=fue c] aima que hila]!mente[iacría consigoc]
Etiunfode la estocada sobre el golpe. f.i} sí misha era moiLífera. pc-

a ®
@

59
:'

Ha\ otros ei)cttentros más mortales: .Antonio Tela en duelo a Oc-


taviail en Ar7¿orziíJ
)- (;/í'oPr¿/rrz,
lago twalaa Caspioen lma íeJ'erra en
O/í,/o. Ha>' un juicio poi combate en [?ir¿.7ue \'7. }' en ]a primera esce-
na dc' R¿rar(/o// Sllakespcare describe la histórica acusación de trai-
(iíln heclla poí Henri Bolingbroke, duque de Hereford, en contra
de Thomas NlowbraJ',duque de Norfolk, desafiándolea un coiitbate
público.
El lrás (liamático de los (-oiilbates a espada de Shakespeare. sin
embalgn, se halla en el .'\cto 111,Escena l de /?omf'o
)./[¿/ieracoll el
duelo de Nlercucio con Tibalclo. El verso proporciona una vívida des-
cripción dc tln intercambio con repera }' daga (o quizá capa):
mundo de la esgrima buscaría una nueva inspiracion.
Ari-Cine [e

con su acero penetrante hacia el pecho del bravo Mer(ucla;


éste, con el nlisn)o tuclol. opolle a la contraiga su punta mortífera.
Y coll mai-eialdesdérl; con tma mano aparta
la hía inllerte cle sÍ. } (orl la t)[FH la envÍ¿\
de \ LICItaa Tibaldo, cuya destreza
!á rechaza
(111,1, 173-178 .1

La escena ]e da además a Shakespeare la oportunidad de burlar-


se de la escuela española de lucha con espada sopera. Mercucio ex-
clama coll despíccio ctialldo se dispone a atacar a Tibaldo q\ie su
oponente es «un vi]tano que ]ticha según e] iibro(]e ariEmérica». E]
$

nombre mismo ctcTibatdo es casllalmcílte similar al del bien conoci-


g
do discípulo cle Garranza, Gérard Thibault, quien amos años después
de que Shakespeareesciibieia su obra se afanaría en compilar su
W enorme obra 4(adam?f' r/l, /'és/)r;r'. que. cuando apai'echó por fln er]
1628, en palabras de S}(Ines' Anglo. «echó por tierra todos los docu-
!:

mentossobre el tamaño, la(omplejidacl }' la fiabilidad técnica». Ade-


ñlás, al igual que los manuales (le Carranza, sería prácticamente irl-
5 servible
P¿it;encima de todo se halla ei duelo de Hamlet con Laertes. Aun-
que existeconsiderable literatura que cubre el que se considera el más
famoso combate sabre lin escenario. los críticos }lo están de acuerdo
len lo que se sttpnne tieílc lugar: ¿(Ómo se intercambian de fauna con-
wncente las espadas: Sobreviven pocos relatos de testigos directos de

:ill:.Blll:':'::==:'::=:=:=
}ai representa(iones cle Shakespeare, }' no hay' lma sola explicació11

:;:i:l:lll:l$:1i:l :déningunode sus combates:pero se nos facilitanpistas.

6]
Han)lcl es un timadorexperto} (aunque con anteriotidaclen la
obie adtnitc estar mu} desentreitaclo, un posible desliz por paitc de
Shakespeare) espera gaiial':

s:.ll'lT:il .]].]X.:='..
lll;:[llTlill :::.1:=.::::«":, (V. li. 210-213)

(]APITUL0 3

UNA.)LJSTICL\ UN poco BESTIA

Aualt2.a ton gallardíít. iCj2ueél ) César p\LedcLn


delninlnür el
curso de estcegan gttmra en combatesingulnrl

(:leopatra, en A r?/orz;o ) (.'/eo/}z7/r/z


de \VII.I.I. M Sn.XKF.SF'F.\RL, (IV. IV. 3(}:37)
W

Los hombT:es
bien {)up(leTIrnnsiderar n dwe\\o ulla cln.\e
honorable (Lesíltlslacción. ) sir etnt)aTEo llo es trás Hite linn
.farm(t be((tt7tttto\ao t Pta(}a (l(' (tsPstn(ttr}.
SIR F'KANT:ISBACON.
tall lleno de aprtlnsión } amenaza: (;ízr'fías.} 614

Rr.x : \ztinos,('o1)\eriza(i.
\ xosotios,.Jueces, ret)ecl los o1')s bieil abiertos. La palabra «duelo» viene del latín du.r//o.forma(la a partir de /)I'-
Hahn,l:-i: V2\U)os, selaot.
/¿wm(«conflicto» ) }' atto ( «(los») . Noah Websíei dehnió al duelista co-
Lxii.K l li.S: \'2111}0s, sctlt)i'-
mo {<alguienque lucha en combate singular». Para cl filósofo escocés
Lnc lian .
del siglo xviii David Hume. till ctuelistaera «alguien que sietnpre se
valora a sí mismo bacán(lose en su Goldie. en su sentido(lel honor, ei]
sp fidelidad lr en la ;tenista(l»,conlo que curiosainenLedcjal)a de lad-
o cualquier alusión a la lucha.' Un cstlldio cle 1884 sobró: el duelo.
E¿ c'alnPode harol; opto poi' un «luchador profesional de duelos; lm
admirador y abogado dcl for/e(/ ¿e/lo».lTal \ez lo mqQT sea confor-
111iátse
con una combina(ión de los Lies.
;A diferencia dc los primeros torneos nle(llevalos, las rcfriegas ed-
ge individuosen peleasdc taba-na, o cl combate de claíi que sir Wal-
#$1; Scott describe con [an c{)[lxinccnte deLitlle er] La (/OllfeZ/a (Zr r'fi]/?..

63
tlglH:l11Hlt

Conclusión de un juicio por- combate. En el exterior del recinto están


despar-ramadaslas arrlladur'as de los combatier [es anterior es

il j; i:
; ill ;;; ,

parte; quizá le grial):t l¿\citleiicia dc Huttcn lIlJa colltieilcla malla a


mano Dios se vería a(oíralaclo tcilcliía que ocuf)arse de que se hi-
ciera:justicia. En cualquier caso; su «luicin por conlbt\tc» pronLn se
convertiría en la norina cii todaLuiop;t. Los duelos se utiliz¿tl)anpar-
a decidir hasta los col)flictos ltlttscríptico\ }' ac2\dénlicos.(te foi'ma
que en lote(]o, en ] 085, un (lucio detenltinó si cn la titttrgia rabí.t dc
W utilizarse el rito littino o cl niozátabc lgatló t:l canlpc(3n iT\ozttrabe).
Emergió ur\a clase (le luctlaclort's por poclercs. conocidos colllo
«campeones». Era la sllya lina tl)enla peligra)sa de ganarse la vida,
:píes a un duelista perdedor le cot'tabaíi et })lazo delectlo. Al acllsad-
ó;se.le mantenia ftt('ikt(lc la \ista, coli liilit sog l eil tí)i'ito ¿llcuello; si
.:$t?=campeón per(lía. c-l-aahorcttdo cie inmediato o quema(to hasta la
EH#tlqrte.A medida que se (lifundía el.juicio pol coiilbare. los plebeyos
$q;aeron limitados pol las circunstancias o por la lc} \ Ittcllal a pic }
pintado de rojo; }' así suceso\amenme.

63
Sin embargo, }a práctica seguía haciendo que a la lglesia le rc-
mordiera la conciencia. }' la vacilación iría dando paso gradualmente
a la más absoluta condena. Nuevos concilios --desate el de Limoges
en 994 hasta cl de I'rento en 1563-- pondrían más énfasisaún en
e] aboirecin\iento del duelo por parte de la lglesia, } una serie clepa-
pas elel pun\er Renacimiento --Alejandro 111, Celestino lll,Julio ll--
declararon que excomulgarían a cualquier soberano que lo permi-
tirse. Giegolio X]]t (1582), C]enleilte 'blll (]592), Alejalldro Vll
(1655), BenedictoX]V(] 752), Pío IX(18(}9) 1.León XIII(1891) ha-
rían declaracionessimilares. Ninguna tendida efecto; tal como lo exp-
resó un escritor, el espíritu l)ético se adaptaba al duelo del misrtlo
modo que a los cuerpos de caballosilluertos les salían gusanos. Era
evidente que el duelo le resultaba atractivo a una parte del combie
que no podía refienarse. ni siquiera mediante la amenaza de perder
su alma inmortal
Y semejante amenaza era real. Un famoso «campeón a sueldo»
fue el c/zma/ápr
d',\ndrieux, quien para cuando venía treinta años ha-
bía matado a setenta Ir un hombres. D'Andricux aumentaría su repu-
tación rnediantc la práctica de desarmar regularmente a sus opor\en-
tesy obligarlesa renuitciara Dios ante la puntade su espada>'
prometiéndoles que salvarías la vida. Entonces, una vez oído aquella
forzada blasfemia.}es atravesaba,con la intención, decía, de tener el
placercledespachar cuerpo y alma de una sola vez.:'
Eljuicio por combate continuó practicándose, hasta que en 1386
tendría ]ugat un duelo coll tan atroz resultado que hasta los más in-
condicionales empezaron a perder la fe. Jacques LeGris fue acusado
por su viejo amigoJean Carrouges de violar a lajoven y hermosa es-
1-
.;::'l' .'::: . .'.'-'.' .-.

:k HaF'mucftt\shi\tí)lías ratas dobie duc]os. En ]1372.un caballero francés. Ri


chard Maquer. dio iituerlt' a sli atnigo ,4ubit'} dc blonldidier v le enleiró en el bosque
de Bonds, (elca cle Pttiís. Se di(e que el petin de MonLdidier. lln enoillle galgo lla
;hádo }bróczztx
pieserlció el asesinato v acudió después a casi\de lin amigo de sli duc
; ño llamadoAJdilllers, le lIeN(5a rastras hasta cl sitio del encierro >'arañó la tierra has
ta que el cuerpo [ue descubieiu). etás tarde. siempre que e] perro veía a N]aquei ]c
atacaba con ferocidad: hasta que cl suspicaz Aídilliers elcv(l una petición al rey',quien
a su vezregal\ióque la culpabilidad t) la inocencia dc N'lit(quer
se (decidieraen lin cine
iñ} cón el perro Los deta]]es exa(Los cte] (ombate. cc]c})Tacto cn ]a piaza de ]a catedla]
;8élVdtre Dame, son objeto de disputa. Fueran cilales fuesen las defensas de Maquer.
}+ü!e hablaron: el perro le agarr($elel cuello hasta que blaqttei prorneLió confesar. lo
#M@ hizo debidamen le.
su (tienea > riesgo. [)tirante [a Tcíccrtt Cruzada: Ricardo ] (r. ] ]89-
111)9) se aliá con stl ctiñaclo Ellrique c:l León de Brunswick }' pisoteó
!'.

el estatlclarEe de sli compañero (ruzado [.eopo]dn de Alistri;t. E] emp-


erador aletitán f.ni-ique '$'1ordenó a Ricardo ellfrenMrse a Leopol-
do en combate singular: pero Recaído rehusó hacerlo. a(lucien(lo
que Eni-ique no tenía autoridad sobre él. En el término dc tIRos me-
sesRicardo r[attfragóante la costa dc Aqullea }' acabó er] manos dc
Leopoldo. El emperador ({ecrcLóque. puesyoque Ricas-dono había
satisfecho cl reto, le retuxieran en prisión. Fue liberado sólo después
de haber pagado un ctiantioso rescate}' prestado público homer¿\je.
Este relato no ha en(entrado aún e]('arnino hacia la mitología de Rn-
;biú Hood.
Cuando la gente quería Iuchar pero no tenía causa legal alguna
que detendei. reclirrían al código caballeresco qtt(-, (on dllsreglas
estrictas,tornaba respetableel duelo. Ulla vez que las formalida(les
del duelo entre caballerosse \olvieron irritantes. el «duelo de ho-
nor», las más de las veces privttdo e incluso secreto } celebrado en al
gún lugar apartado. sc (on\irtió en el niño difícil de la caballería an-
dante. Al principio. los «duelos de honor» no eran nada semejante:
eran puras frescas. conocidas como «riñas asesin \s» o «dzzr'//¿ rz//a
g +41ücc/z¿íz».
Los libros (le esgrima adverlían que había hombres que
g
llevabanarena en los bolsillospall\ arrojarla a los íosrlos de sus opo-
nentesy aconsqaban nn eslrccharlc la mano a alguien que va hu-
g biese desenv'amado la espada\, no fuera a utilizarla dc inmediato en
su contra. Pero con el rien)po los duelistas [iittnfadores se ganaron
ciertareputación y la habilidad de vencer ¿\numerosos oponentes se
tónvirtió en marca de hanoi'.
}
Uno de esos ce]ebrados c]ue]istasfue.james Crichton(c.] 56{)-
é.:1583),un escocésde noble cima y (le cuerpo } lnenle [an prodi-
cabo clt' PO(o 8 $Ósos que a los veinte años },a hablaba once lenguas. También sabía
bailar,cantar y tocar «toda ('losede instrun]entos»,según sir Thoiiias
tJTqühart, su primer y mu> probableme1lte po(o flcledigno biógrafo.
Reb'ates
de sli tiemporepresentana Gri(hton colmoun hombre
.$iiÜ¿sta, pese a una mancha rda de nacimiento er] la íllqilla cleíe-
.©á. ,Mostraba apasionado apego haa¿\ justas. conciertos: naipes da-
i$$¿:ytenis, y «tenía tanta inenloíitt que cualquier cosa que oy'era o lc-
j#lj#f%:podía reproducirla sin un error. . . No eran menos notables sus
11#t\MComo esgrimista y corrio jinete». En ]577 partió en un viaje
j$$FIEuropa. En la Univetsida(l de París, sus compañeros estudiantes
W
@

vestuario masculino que se abíochal)a por cielantc, hizo su apari-


ción. La espada sopera. que resliltara lo bastante fácil de llevar en
los días deljubón }' los gregue's(os, no se adaptaba bien a las levitar
de brocado. calzas }' medias de seda. Tan popular en las décadas dc
1640}' 1650. se había \ue]to antiso(-ia] }' en «molestia infernal para
}ós transeúntes»
En [os Países Bajos y ya en ]a décacta de ] 630 la i-opera había en}
pezado a sustitulrse por espadas de cmpui:madurasmás pequeñas }'
hojas más cortas y manqables. Cluando Carlo\ ll }, sus seguidores re
gresaron a Inglaterra tras su largo exilio allí. trajeron consigo esas
«espadasde ciudad». Los ingleses. que se refenan a sus aceros mili-
tares con et apelativo medieval de «espador\es». se burlarorl de esas
nuevas al'miasapodánclolas de «espa(lines». Sin embargo, no tai'(aa-
ron en comprobar que el espadín era iclcalpala practicar la esgíin)a.
eficaz tanto en el ataque como en la defensa. Es más, soslavabala ne-
cesidad de una daga. Cuando la nueva arma se abrió c:toninohasta
Francia. la corte la bautizó como /'¿Péero//rZeo «sopera de transición»
y esos nombres sobrevivirían hasta el flnal del siglo xix

H ®
g

A los maestros[rarlcescs 110]es ]jc\ó mucho tiempo (lasse cuenta


W de que necesitabandesarrollar una nueva escuelade esgrima par.l
W adaptarsea la nueva arma. Hasta mediados del siglo x\ [í habían de-
l
W pendidode los Italianos.t)asta tal punto que la reina Catalina de Me-
W
dicahabía instalado a varios ínacstros italianos en Frtulcia para fo-
;Mentar el deporte. Gozaron c]e tanto éxito que en] 567 su hijo Carlos
8 IX:reconoció oficialmente la A(ademia de Esgrima francesa. Los mo-
$: :barcasposteriores(ontinuaron auspiciando la academia. Luis Xlv le
® :ó orgó a la asociación séisescudos de armas y concedió patentes de
noblezaa seis importante\ maestros. Sólo después de estudiar con Lm
tma€stroreconocido durante al menos seisaños(uno menos que sus
@
cl)ando por el favor leal W
gigi ]670 Luis XIV le ordenó a Moliere, el más destacado drainature.o de ia cór:
tbtlué idearalm d¿/mf¿merlín.
una comediacon nnisicav tlanza.El !esitltacli)fue E/
,;Plf@¿ágev¿¿¿¿hombre,
en la que lln ambi(li)so francés de clase media sc'eshietz¿ten imi-
llFBi\:losque presunutrrlente sall tnejoics nite él. ['ara in\estirpe de ]a i\propiada afec-
gglñ8B!Siga,S:oúlti'ata
a cuatro rilaestros: de música, ciarlza,esgrima v Hllosofía
'URO expone los argumento\ cle la impoltail(ia de sll arte pala pronttriciar dis-
iobre las \lrtudes dc la armonía. la elegancia. la clestrezliverbal\ la lnaesLría
l@Qllálespada

Q
Perché (quien popularizó la contrarrespuesta) en 1676, Wernersson
.\ndré de Liancour en 1686y Le Sieur Labat en ]690. A medida que
el espadín evolucionaba, se desarrolló la técnica moderna de una so-
la mano. }' el brazo posterior, que se había utilizado unas veces petra
parar y otras para aferrar la hoja de un adversario. se utilizaba ahora
primordiajmente para equilibrar.
De todos esos maestros, Liancour sería e] más influyente. Su libro
en cuarto Lf' .Vczi.f¿tp d 'armé?s, ow: / 'exrvrisé? de /'ésPéf? seü//e siguió siendo
la obra clásica sobre defensa durante más de tres cuartos de siglo. .H
contrar-ioque ta mayor parte de grandes instructores, publicó e] libro
o después de haber obtenido la (alegoría de maestro y continuó
impartiendo lecciones durante otros cuarenta años. /,e /Wíz¿.v¿re d'ar:-
mesincluye catorce grabados cn cobre de tiradores que ejeclitan m{)-
vimientos con elas)osados atuendos dc cottesano disptte'stoscontra
algunosde ]os fondos más dramáticos en la literatura de la esgriítla
islascon castillosen lo alto de riscos por aquí. ciudztdcs>'puertos por
allá; en uno, un escuadrón de caballería abandona al galope lm pue-
blo en llamas: en otro, un ejército en pleno asedio hace saltLtrpor los
aires las dek d .dad. Erl ia ii
f

W
Extra'do del inquyente manual de André de rc 1686. Los til;adores ar
lós:movimientos míenEras detrás de ellos se ;d , la ,na aEronadora bal a
@

1:
.

® El instinto (!e stipeivivencia siguió siendo una de la.sprincipales


preocupaciones. Lrrla salvaguarda la CoiistlUiía la altura (le la mano
armada. El mayer cumplido que le hiciera al famoso floretisLaSainr-
Georges su maestro, Texier La Boessi¿re, sería a(crea cle la elevación
de su mano y la consecuencia de que su espada nunca tocase a im
a[rede(]or de ] 750 })izo su primera apa-
lii] trasto bastante pobre, una plancha
una rendía horizontal petra]os ojos que sói-
s caretas inspiraban cierta desazón: poner-
quc uno [ioconfiad)aen que su oponente no fuec-
ual ra>aba en cl insulto. Además, no se consideraba
todo viril tomar semqanEe precau(ión hacia uno rltismo
Esa ambivalencia con respecto a la cai-eLacontinuó durante más
en rapid¿tsticcsión tres maestrosperdieron
) [,a Boessi¿re inai-oclLljo una nueva forma dc
de malla nietáli(-a, y mieílEras que la \leia guardia siguió
nía qttt' esta (le la clestíeza, l¿tnueva careta hizo posi-
como Verstitilidady se convirtió rápida-
nas Conveílcioiles estrictas earantizaban !a
de la fornlali(la(l; algo que no ciela dc sei lina ironía,
la ingle
de 1920
entonces los franceses se estaban ganando la reputa-
nacion más peleorlade Europa. Pero las suel,as con-
fina!mente se:consl(lero t

También podría gustarte