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Los loriados r¿li(ul(¡/cs

8.5. Análisis de las tensiones tangenciales


l\1.(r,l \k-rrri.'r:1i.. ¡-:,'..jr'. r-r-r clr..r Árc.¡ cr-lrn¡rrirrricla la fibra ncutra
en las secciones fisuradas de la seccicir ijsur;d: ho-roEeneiz¿¡tla.
rcs[-]cc[c-) a

En principio supondrernos que exisl.e una rel¿rción lineal enLre


tensiones y deformaciones, y con ello, el planteamiento es nLly Hemos obtcniclo las fómrr.rlas ya conocidas, operando simple-
semejante al desarrollado anteriormer'rte, sin más que operar con mcntc con Ia jncrc!a honrogcncizada dc la sección fisurada.
la inercia de la sección fisurada y horn<-rgeneizad¿r.
El valor máximo cle la tucrza coftantc rasantc {Rr,) y de las tcn-
siorres liingerrciales rr.. l se ollti(:11c, urta vc:z tnás, clc:sclc la fibra
lreutrir {y = C)), I.rerrnar:.recic'nd() sr.rs valorcs constant(-s ¡ror clcl'la-
¡o cle la rrism.r l-r.1st.1 cic¡r-icle se encLler.tre la armadura de tracción,
donde brusc.lnlenie se .¡nulan por encontrarse la sección fisura-
da ¡ror detx, jct cle dici'r.i f ibr¡ neutra (Fig. 8.ló).

La fuerz¿i rói¿rl cie con'lpresiót'l será, pues:

a:J,'o .l¡r,,r.i,:J \l ' v


'.tllvr.d. !
Nl Nl. (0)
l. l,

consic'lcranclo conlo ill azo

c+¿ c. l, ,.
" \1. tOl - \-- ]VI

7.

t't +áí .
Y fror t¿rilcr. l¿i ir-rerz¡ r¿rs¿trite y la terrsión [:trrgerrcial niílxinla
valon
'

Tnrax
7 z.br0l
(T.
FJx-¡t¿-
Fig 8 l5 Sccción [iSurada con relaci<irr iincal entre:er]siL\nc! \'ciet¡rrrr¿ci¡ttes.

La posiciórr de la tibra rreutra de I¿t secc itit¡ l.r f ijamt-rs igLr.rl.ln- \ sec.iax
rEcrAn6u LAR
do el momento estático dcl área comprinrida ;rl cle la arnlaclur¡l clc
tracción, honrogeneizándola por el factor = Esi F-, Dicho f¿¡ctor
n
\
n es variable en el tiempo cotr la naturaleza clc las ( ¿rgas' dtrtlcl clr.re
depcnde del rriódulo del hormigón E..
é.+++
En sccciones dondc predotrtitietr las cargas rro colrstarltes ttlr Fji:. I lfr .\5ut-'1.:. ilLle '.:c:lc11 l¡¡s ftlerzas r¿ls<llttes v las lettsiortes Iangen-
: lcr :iÉ(: i: ó', rer. : :rrlqu l.it
valor razonable para el factor de horrrogetreiz¿ción ¡-rucclc oscilar ¡lt-rr; CrIr
(- j-r
i

en lorllo a ti, mientras que, si ticnen Llrl c¡r¡rct€rr const¡lrlle ¡rotlria-


\, a paftir clc trt¡rí, ¡roclriatlos aplicar lo expucsto clrl el resun'len
rnos movernos en lorno a l4 (n = l4).
clel a¡rartado ?.
Planteando el equilibrio en la rcbanacla clx ;r ¡l;rttir clc v resulta:

dc= [Y'.dM t(u].u.d,,


Jy l¡
PLAltO
dC = Rv . clx = ry ' btyt .clx = Ilxl ¡1.,r ¡
tr c-úYQó

R.. = t.. . t){Vl - t


rY'clxlf
-.
.. dM +(., _ r/v'- Mc{yl D _ \" \1. {yl l.; S L R,:l clc isostática en una viga fisuracla

dx Y -
l¡ .b{yr ' I.
Los fbrl,rdos re¡icul¡¡¿s

I¡ red de isostáticas en una viga de sección rectarlgular se in-


dica en la Fig. 8.17.
o.gs l¿
En el plano neutro y por dcbaio del mismo' al ser o*= 0
por
nlan-
encontrarse fisurada la sccción, las tensiones pnncipales se
en valor y formanclo Lrn ángulo con la dircctriz
tienen conslantes
de 45".

(tr =fry (comPresión) oil =fx', ltraccion)

Todo lo expuesto hasta el momellto cn este capílulo se ha


ba'
difícilmente
sado en algunos supuestos que, como todos sabemos
sc culnplen en cl hormigón armado en los dornitrios próxirnos al Fig. I l(). Lclui)ibrio con cl diagrarrtir ¡rarábola'rer:tángulo
agotafi]¡cnto cle las secciones, clonde ya no existe lirrea]icl¡rd enlre
tensiones y deformaciotres.
D.lnclo un cone en la zona rectilínea clel diagranra parábola-rec-
En ¡:rimer lugar el factor n : Es/Ec no se nrantierlc corrstante táng.rlo se terlclría qr-te cLrtrrplir:
y, ¡xrr consigriente, la situación clt-' la iibra rlc'utra t¿rrll¡)oco lo sc-
iiu, obtiganaonos, al rnenos, a tencr que efecttrar dos cálculos li- Cl+R'clx:C*dC
mites y extremos o que englobasen las diversas ¡ osiciones
pero como para los estados tensioltales máximos las tensiones de
interrnedias que adoptase la misma.
corn¡;resión en el hormigótr se niantiencn constantes a 0,65 f.¡,
En segunclo lugar, las secciones de hormigórr se fisurarl, pero tenclría quc ber ciC = 0 y, ¡-ror consiguiente, se cJeduciría que:
sólc¡ cuando se supera la capacidad resi$ter'lte a tracciór'l del hor-
rnigón. Su¡roncr que las fisuras en el hormigórt arrancan de la fi-
bra más traccionada y se paral'l al llegar a Ia tibra neulra no deia
R=$=o
dx
de ser una aproximarciórt simplista al problema.
cosa impositrle si existe un cortante y un momcnto variable que,
nccesar¡an'tente, exigirían que dC + 0.
.ü:1}.;[.'$l
',.s. { <:r,;' [)c fonn¿ nlás st¡ti] y t.ratando dc cclger el toro por los cuernos,
.'? r n. -¡1 el profesor A. l)áez trata de explicamos el problema, aunque acep-
i 9... :;
.,1 c'.'(':¿ r...
te que las iisur.rs alca¡lcen la fibra neutra desprcciando la capaci-
'r.i Lo:4,U
á..9?,¿_¡ dad resisLerrte a tracción del hormigón.
;*-if5ols Copiémoslc para no clesvirtuar su forma dc cxponer el tema.

Decimos la verdad cuando afinnalnos que una pieza someti-


Fig. 8. 18. Situacioncs supucstas y rcalcs en las vig.rs fistlradas.
da a flcxión sinr¡rlc rcsistc l;¡ ¡rcción de un rnc)rnento flector M des-
componienclo su efecto en Lln par de fuerzas C = T, la primera de
Cu¡¡nclo los momentos flectores son débiles, puecle.rceptar- cornpresión y la segundii de tracción, de tal modo que si z es el
sc una relación lineal entre tensiones y deformaciones, ¡rero crran- brazo nrccánico de ese par:
do estos esfuerzos aumentan, todos sabetnos clL¡e no es así y
dicha relación se pierde. Los d¡stilltos tliagramas rect-:gidos err l.: M-z.C:z'T
literatura técnica, entre los que destaca el de la parábola-rectán-
gulo, podrá servirnos para analizar las flexiolres, tr)ero no rros sir- Creellos est;ir en lo cierto cuando postulamos el prircipio de
ven para plan[ear los equilibrios c.xpucstos y deducir las fórmulas c1ue, segirn l¿r l\tec¿lnic¿r racional, cl csfuerzo coltáñt€:
que nos permiten obtcncr las tensiones tangenciáles corlo se ha
dM
visto anteriormcntc, u:d*
El profcsor l. Calavera clesr:arta las ¡r<:silrles ¡rre¡srr5ic)rr65 cl(-. es la cleriv¿rcla c{el momento, lc¡ cual equivale a decir que
emplear el diagrama parábola-rectángulo de la sigr.rie.nte n'lanera:
clM = V'dx
740 Lrli lor¡(idt)i rtl¡(ulores

L,o dudoso, lo que, sin ser falso, sólo constittlye rlna verdad a
o")
medias, se produce ct¡ando, partiendo de lvl : z ' C estatrlc--ccrrros
que:
dM=z'clc=V'dx
para expresar el equilibrio de las fuerzas horizont¡¡les:
)'
¿C = Yz .dx = rn,o* .b(Ol.clx = R.clx

y deducir, finalmcntc, que el valor cle l¿i terrsicin coftarttc r,,',.,* a lil
altura de la fibra neutra es: bJ

1_v ..7 rFi \


'max - b(0). 2 l\/ \Ei
?r
m+Jn
Este razonamiento, tantas veces rcpctido cn mullitud de tex- I
i
I
)
tos (de la misma manera que lo hemos repeticJo nosotros), es, sin
embargo, una verdad incompleta: una sertti-verclacl, Falta la otra
mitad. #J"= og.

Al difercnciar la ecuación M = z' C deberíamos, con todü pro-


Fi¡1 8.20. F:s;ra ideaiizada cn la reb.rn.rda de ttna viga.
piedad, haber escrito

dM=z'dC+dz'C Pcro la realidad experimental cs distinta. Queratrl<ls o no, el


hormigón ticne rrna linlitacla capacidad de alargamiento. Rebasa-
en vez de habernos conformado c:on el printer término dc1 segun- do cse límite, rnuv reclLrcido por cierto, el horrnigón se fistlra. El
do miembro. binomio horrni¡iórr-ar:ero crs aparenten'tente continuo porquc las
barr¿rs, al cose-r la fisur;¡, tiliert uno y otro fragmcnto de honnigón
Abstracción hecha de su significado fÍsico, la t:xpresión rrtate-
mática anterior es la conecta. lFig 8.20t.

L¿ continuidad se ha roLo.
= z ' dC presuponc, de un rrlt'¡do inrplíci-
La simplificación dM
to, hacer que el brazo mecánico z sea un factor invari¿¡ble y, por
En las proxintidacles incluso dc una microfisuración, el hormi-
tanto, dz :
0. Al admitir este supucsto, henlc'ls cl¿rdo un salto erl gón ha deiado cle cstar sórnetido a los alargamierrtos impuestos
nuestro razonamiento ace¡>Larrdo corrro válido algo qr.re r.leileríatrtos por l¿r ¿rnna<.irir¿r err tracción. L-os puntos a y b tFig. 8.20). antes muy
expresar con cautela. próximcls, esL.il'l ahora scparados p<.:r la atrchttra a* de una griela,
Aceptamos la hipótesis de que los dos materiales, el hormigórr al ¡rrincipio difícilmente perceptible a simple vista, y que se mide
y el acero, se deforman coniuntarnente sitr soltlción algurra cle con- en décinras cle ntilítlletrcl.
tinuidad y que en uno y en otro las tcnsiottes son proporcionales En csos plintos. la tensión del hormigón es nula. La separación
a las deformaciones experimentadas. cntre los trorcles dc la fisura impide al hornrigón transmitir esfuer-
Es en estas cotrdicioncs cuando el br¿rzo rttecánico es el co-
zos tanto longitudinales conto tangenciales. Todo el csfuerzo de
eficiente que resulta de dividir el rllorncrtto clc' itrercia cle la sec- tracciórr eslá alror¿ ('rtenido por la armadttra. Dada la proxinridad
ción homogeneizada por el momento estátjco cle la zona cle l.rs ['larr.rs ¿ los pr]ntos a y b que los circundan. forzosamente
comprimida. ha dc: haber un deslizamiento relativo entre el acero, que trabaia
a una tensión on. y cl hormigórr, que está ahora a una tensión nula.

'- r\4,(o) Pero, tal vez, la consecuencia más importante de estas consi-
cler¿ciorres es el hecho de que, entre los labios de la grieta, la ar-
El brazo mecánico z es así una propicdad geonrótrica, una dis- madura cstá scparada dcl liormigón, como deserrvainada de su
tancia invariable con el momento flector. Todo cs cicftr¡ con una alc:jamiento prcl'io,
condición: que no se produzcan rlovirnientos relativos cntre el
Si ahora iclenlific¿unos la anchura clcmcntal dx tfig. 8.20) de la re-
hormigón y el acero. Dicho de otro modo: la aclherencia es perfecta
banacla corr esa ¿rnchura an cle la grieta, rcsultará que a uno y otro
en un sólido continuo. Uno y otro matcrial sc defornian conjun-
lado, t¡lntrr en cl punto "a" como en el "b", la tensión de la armadura
tamente.
es la nlisrlr¿r.

l.
L¡s loriados ttttillür¿s

Él corrrinú¡r su clisert¿rciórr suporrietrdo distril:uciones tensio-


Errel estrecho intervalo <ic- la fisur"t l¡r barr'r rto ¡'rttccle físictr-
lralcs err la zorr;3 cornprimicla que requieren una cxperimentacicin
n.lente aument.át ni su alargar¡iento ni su tensititr. Si c-tr urra
suplenrentitria.
sección (a), su tensión es os. en otfa secciótr (b), nlilinréLricamelt-
tc próxima, la tensión seguirá siendo o*. Si a trrr lado cJe la reba- L¿s Nornl¿s vigentes obvian cl problema def¡nido por Páez y sl-
nada el esfirerzo dc tracción desarrollado por la arntadtlra es T, al guen uncr vía <¡ue, si bien proporciona rcsultados prácticos válidos,
otro laclo de la rebanada el esfuerzo cs T Err cste intervalo no ¿rcab¿rr de silr"tarnos erl tlll ptlllto que nos permil"a definir con
dT-dC=0. prex isirin el graclo cle scguricLrcl en el que llos encontrarttos realmen-
[n prefisuración, como elltre f¡suras, al no producirse clcsliza- te frentc al cort¿rrlte.
mientos relativos entre el lrtlrmigón y el accro, el brazo rrlt:cánico
(z) es constante y cl incrernenl.c) dM de- nronrento se cc)rrsigue me- Lo c¡uc p¿rece claro, según las cxperirrtetlLaciones realizadas,
diante un incremento en la tensión clel acercl, es clue su[)oner que- cl cortante es resistido intcgralmente por el
efecto-viga, es cjecir:
dM:z'dC:z'dT
Inversarnente, en una secciólt fisurada, clesertfuncl¿rcla la ar-
madura en su deslizamiento, la tensión del acero es const¿tnte y
N,l =c.z=T.z v=di\4
dx
nulo su incrementc¡ dT entre los bordes dc la gricta. El incrcmcn-
to de momento no pucdc cc)¡r)pensarse más que con un correla- V= d tf ¿t clT'Z+ clz'l-^ dT .Z dT
tivo ¡ncrernento en el brazo mecánico. cix =.dx dx rix dx

dM=T'dz=C.dz su¡>onicndo nula la variación dcl brazo nlecánico, rcsulta un plan-


tca nr icnto corrservador.
Nada se opone a ello.
El (:fccto-viga, conro sc deduce de la fomrulación, exprcsa que
Expcrimentalrnente com proba¡nos cónlo l;r s f isuras a scic-ndcn
hacia la zorra comprinlida ¿r rnedida que aUrnentanros cl rn()rnen- el increrrlc:rrto del morrrerrto fiec:tor de una sección a otra tnuy
to. Si las armaduras están fabricadas con url ¿cero dc nlarc¿clcl tr>róxirni.r se rt:aliz¿l nrecliante un irtcremerrto de la armadura obl_e-
escalón de cedencia, la pieza no se rompe cu,lrrdc.r la arnlacjrrra al-
nido dc las tensioncs de acJhercncia entre cl hornrigón y el acero
canza la tensión máxima 6, : fy. Todavía la r,,iga resiste adicictn¿¡- sin que varíe cl br.rzo rrrecánico, y esto, colt.lo demuestra el pro-
ies increl.entos de ¡lromento con mayores ciefomr¿ciones pero srrl fesor Pácz, sólo es posible err las zonas no fisuradas. Sin enrb;¡r,
go, ésra cs la teoría que aclualmcnte está disporriblc con carácter
incrernento alguno cn el esfuerzo T Err toda esta fase clT = 0 por
general.
inrperativos del diagrarna o, - e del acero. lrt .lrm¿dura, .igotad¡r
cor¡ro está, no incrementa su esftterzo; es l.i picl¿i la que aur¡en_
.lT
ta st¡ braz<> mecánic. reducic.clo hasta el lúrrit. la zona cic: homri- El valor cs la fr-¡erza de adhcrencia que reticne la armadu-
gón comprimido. n'
ra por unidad de longitucJ,
Por reducción al absurclo hemos reclrazacro rrna hi¡xitesis para
aceptar la única hipótesis válida posibre. pero ahora co'prol.rarn.s Cr-r¿ndo se cJcstruyc la adhcrencia en las fisuras, la única
ma_
que las conclusiones dc la hipótesis adnriticia nera de resistir el cortante ya no puede
sc ven rcfrenrladas iustificarse ¡r)crementan-
por la rcalidad experimental. do Ia arnladur¿ rlc tr¿cción, puesto que es imposible, como
denluestra A. Pir--2, ya c{l.rc ésta sc marrtic,ne a tcr)sión censtautc.
tlemos invcrticio los térnlirr's. si en el rerrguaje cle las Matcrríi-
ticas la di[ercncial total es: Si su¡tonenros una fisr¡ra c'ntinua, cl cclrtante entclnces
sólo
puede ser resisticlo vari¡¡ndo el brazo nlecánico.
dM=z.dC+C dz

las leyes de la Naturaleza, por recordar una frase.


v={z
dz
r
c]e Newton, nos
indican que mientras uno de los clos sr.rnranclos es ni.rlo en prefi_
suración, es nulo el otro al filo de la grieta abien¿¡. Lr vig-r ft''lciL)¡r;l col'r'r() si de un arco se tratara, tenicrrclo a la
arrr¿rciura conro el rirante inferior quc irlpicJe c¡ue óste se
abr¿r,
Hasta aquí lo expuesto por cl profesor A. páez. que hcmos re_ rn¿ntcniénclolo ¿r tcrrsión consl-ante.
cogido tal cual él lo expone, para poner cle nlarlificsto la com¡lle_
El efecto-.lrco sLrrninistra una parte inrportantc de la resisten-
iidad del problcma teórico, no aborclado plenanren[c hasta el
presente. cia al esfuerzo cortante tFig. 8 2ll.
l.os foriados reticularcs

I
I (c.t e)

Fig. 8.21. Mecanisnro resistente err 1.rs Vigas pol (] lccto'.lrco tltlanclo l¿r r, rqa st | 'i')I¡ \' 5r' 'r¡rroxittra a la rotur;r

hormi-
convertirsc en ul'l¿t reter<-'rtcia obligada detrtro del mundo del
l-ogicamente,lavercladprobablementeestaráellrjl1üconiunciót] los traba-
dc expre' gÓn etl todas sus !'arrialltes; así como también recibimos
sabia áe ambos mecanismos, iunto a otros más difíciles
sar c inluir: rozamielltos, efectos pasadores de las armaduras' etc" io, ¿e investigación v cnsayos sobre vigas prefabricadas
que'
que pro¡rcrcionan toclos ellos a nuestras estruclllras los resortes pretensaclas cle- A. C. Aparicit:1. J' Calavera y F' l' dcl Pozo' en los
banas que sigtle la analogía de
n".er"rio, para resistir cl corl"af'lte de forma rrrucho nlás hiibil de lc> particrrclo clc un l|oclelo sirnple cle
se introducen las ba-
que sabenros c\¡antificar, siempre y cuaf'ldo no las nraltraten'los c'x- Ritter-Mórscl'r que VCreIl\os a continu¿rción,
plano
cesivamente con nuestros diseños y esfuerzos desnresurados' rras corn¡rlctnlelrtarias qlre sillulüll el efecto-arccl dentro dcl
cle la viga .n ntcclirirrte \rn progranla cle ordenador, se calculan
los
Estando escrito todo lo anterior, ha llegado a f]osotros cl rrragní-
(INTE- esfucrzos en el cordÓn comprimido, arco, estribos y bielas incli-
fico y nuevo libro Progecto g Cálculo de B,lructuras de Hoflrrigdn
que sin lugar a cluclas pasarÍr a rradas r:omprinr icl¿is.
MAC, 1999) del profesor I. Calavera,

'10C Trn
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r
( 1CCO kt',)
l=;U.-i rn

l_
I i,l ) ¿ \8

rF
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L

(A. C. Aparicio, F. l. del Pozo y l. Calavera, Haruigón gi Accro, trc 209, 199¡i).
Los /¡rla¡los r(litular,':

E.ó. Mecanismos para resistir el cortante


(Analogía de la celosía de Ritter-Morsch y
462 kN 92J !\
,l 1-.
regla de cosido)
¿ y''---l--7;--7
^Y/1.-\,/1.r"),./
e'p/:üle'y':ilf'y::É Conro ¡,a lrentos adel.rtrtadc¡ anteriormente, una manera de

L-+f lv
/ @tl /Áti / @l
1 iclealizar cónlo trabai¡r intenraulclltc una viga de horniigón, cuan-
do se ha sr-rperaclo Ia capacidad rcsistente del hormigórl a trac-
ción \¡ se cn(uenLr¿i fisurada, despreciando Ia resistencia al
cortantc cJel lrorrrrigón, la prc:¡xrrciona el modclo conocido como
500 kN
Pvalog¡ía d¡r J¡ C¡/.r-sti¡ cle Rittc:r-Mórsch.

lri€. 8.23. Resultados cit-'l arrálisis estrucl-uri¡l cicl rrlrrde:o ¡nierior Ntifese Se su¡)orrc- que, intentatrlentc, la viga gettera un nrecanismo de
córno casi l.r totalidad dcl cortante es resisLida por lo-' cerc:os. lA C A¡rari- cclosía conslstente en r.rn cordón supcrior cle compresión, fulncla-
cio, F. l. del Pt¡zo y J, Calavera, HormigónlAdero. ni 209 ls98). rlcntalmenle cle hontrigón y eventualmcnte auxiliado por armadu-
ra de corrrpresiórr. un corclón inferior dc tr¿rcciÓn constituido por
la armadur¡ clc flcxiórr, r-rnt¡s L'rielas itrclirradas y articuladas traba-
1 00 Trt janclo ;r conrpresión a travós del hornrigórr del alma y unos rion-
2450 kN fl (10c0 kN)
l--
I I r,.7 kN
V t.?l'rtes quc pucdcrl corrsiclerarse verticales o irrciinados trabaiando
18.7 kN 37.4 kN 56.0 kN
-o.- ^[:l- -ú- a tracciórr, rllre se corrc--s¡lonclcn a los estribos o barras inclinadas
'-l!-
7500 kN de cortante.

"*'r%
_-)-
c+> -2500
-trl- -tr" kN -cl*
kN -2440
-Ll-
6.13 cñ
-2460 kN

lig. 8.24. Resultados del análisis estructur.'rl del ;¡ocle.c, ¿r:.ie:.ü: l.)¿rtct Lrrt
segundo cscalén dc carga, otros 1000 kN, tr¡s haber p,;rs::f'r:;do ios estri-
bos. Nótese cómo el incremento de esfuerzo c()rl¿rtr'.c c5 ¡cs:tlielo frlncla-
ntentalmente, por el mecanismo de los ¡:tttrf.:les á¡rr.i: l;,(]r.r! f :rrr-'r-;¡nisrnL:
arco).1A. C. Aparicio, l:, J. del Pc¡zo y f . Calavera. H.rrnri.lr¡r r .'\,t'r¡. rr:' 20!),
19981.
I-iS 8 15 .Analogfa de la celosía de Rlttcr-Mórsclr

Como puecJe verse cn los resulLados anteriorei., l¡¡ cclosía clc [:st¿i r:l¡ro, ¡rtres. t-l rllccarrisrno c:¡rre pretende la analogía de ce-
Ritter-Mórsch refl e ja espléndida nrerrtc el I I reca n s m o r(rs stL- n tc y i i
losía: rcsistir la flexjón con kls c'orclones lrorizontalcs y el cortante
es el esquen'la protagonista (cfecto-viga) en el comportanliento cle con los nont¿it-ltes i,diagonalcs dcl alma exclusivamente.
hr viga, siempre y cuanclo existan cercos y la viga se encLlenLre le-
jos dc la rotura: estribos sin plastificar. Resulta evjcl]ltÉ qLle p¿tr¿l quc cste ntecanisrno funcione co-
rrectan'lcnte, l¿rs ¿r nrtadr¡ras tra nsversales deben estar adecuad.r-
A medida que las cargas aumentan y los estribos itrn cecJien- nlente ancl¿clas eli .rnltr¿rs cabczas.
do, o en caso de que uo existan, cl nlecanismo arco se corrvierte
cn cl protagonista rcsislerrLe y resrrlta rrna L¡uena sirrrll.rciórr clcl Este n're(;rniErlo rcsult¿-r l¡;¡sl¿¡nte conscrvador por varias razo-
corlante resistido por el hormigón, sierrrpre quc cxist"] suliciente ncs, iustificaclars er¡tc:rirrrertt¿tltnente, como se ha expuesto en el
arrnadura longitudinal de tracción. apartado antcrior fn ¡.lrinrer lugar, porque prescinde totalmente de
la cap;rcicl;rtJ resistcntc ciel horrnigórr a tracción; en segunclo lugar,
El sencillo modelo que los investigadorcs han plarrreado per- porque el corclcln sr.r¡:erior de hormigón no fisLrraclo posee una
mite comprerrder nruy bien cl compoftamiento cle las l,igas cle hor- cierta capilci(l;rcl resistcntc al cortante; en tercer lugar, porque las
migón a cortantc tras la fisuración diagonal al rienrpo clue ¡ternrite bielas cle conrpresieirr no se et'lcuentran ¡lrliculacias; cn cuarto lu-
interpretar muchos ensayos a cortante en los qrtc las vigas que gar, porqlre la c¿beza conr¡:rirnidir no cs dcl todo horizontal sino
delreríarr rompetse a urta dclcrrrrirrada carg;:, ¡lc¡lrz.rn en diciros inclin.rcl.r ¡' ;rbsorLrc pirrle ciel esfuerzo cortante; y, finaln]ente, r'lo
ensayos cargas m¿¡yorcs gracias al esquenra arco, escasantcltte es posiblc inragin.rr rrncr vig¿ en la clue su alma trabaie indepen-
considerado en Ias normativas vigentes. rlientenrr.rntc clel resto olvicl.rnclo el efecto arco cxpucsto anterior-
ntente.
Los forjados ralitulurcs

Fig. 8.2(r. An.-rlogía de Ritter nloditir:..1d¿r

Conscientes dc todo lo expuesto, las rronn¿¡s dc. horrnigón, si Estc ¡rlano está ¿tr¿¡\,esanclo por armacluras inclinaclas un án-
bien aprovechan la analogía de la celosía, introducen factc;res de gulo u de sec ción resistentc A, separadas entre sí paralelamentc
corrección tratando de paliar su conscrvadurismo, aLln(lue sin ru"la d¡slancia s.
abandonar del todo la filosofía conservaclora que t-.nvuelve Lodo
lo relacionado con el análisis del coftante. L¿ rlirección cie las ttielas cJc corlpresión y, por consiguientc,
la dirección de las posibles fisuras dc tracción que pucdan origi-
Teniendo presente la analogía, y recordando lo expucsto ante- narse, forn'an un át)gLllo e con el plano donde acnjan las tensio-
rionrente sobrc cl análisis del cortantc, doncle plarnteárbanros su lles tangen(:ial(ls
estud¡o irrdirectamente a travós dcl equilÍbrio de bloquc: c':orrr¡rri-
mido haciendo intervenir el csfuerzo rasante R, podcnios desarro.. ARVIADOgAS F(Éoc.A s g(eu¡¡s oe conrresío'u
llar la Regla cle Cosido en la que se basa el dinrt-.rrsiorrirrrrienlo ¿t
cortantc de la lt'rstrucción Española dcl Honnigón y otras Normas <'b-- p'
r. ñ--------,C.
del mundo. eoo(r"(cqil. /
x\á*
C - T - TRAcc¡'dN
C - covr?&Gtror{
-.) R - gAsANfá
Fig. 8.28. Rcp,l¿ ck Cosido y equilit_rrio phrnteado.

T cosrr+C (<-¡s0=R:¡.b
T'sen cr : C .sen e

RecmplazancJo C por T en la ecuación primera, resulta

Fig. 8.27. Mecanisnro rcsistente.


_ .scn cr
T.cosí+1 ^--.cose=f.b
scn 0

T.s.ntr f coscr*tnt3)=r
Dicha regla constituye una teoría gencral o moclelo de compor-
o
tamiento de una superficie, en principio plana, someticl¿ ¿ terrsio- |. sen ( cr sen
nes tangenciales cn su plano, situación que se producc elt c¿isos
nruy diversos. T.sen c.(cotang q +cotang 0)= t. b

Las lensioncs tangenciales que actúan en e) plano n]encictna-


La COnclir:iórr f)¿ir¿t (.luc nO haya roturas a [racción eS que se
do constituyen la solicitación quc se conoce conlo esfue:rzo rüsiin-
coloqucrr un¿rs arnraclurás cuya capacidad mecítnica iguale o su-
te y requiere, cuando el hormigón ya no resiste a rraccién, la
pere la lracción T {A" . 6i > T).
existencia de una annadura que atraviese y cosa dicho plano. El
mecanismo dc trabalo que sc genera es el cxpuesto en la analo-
gía de la celosÍa. Ao=A
S

slcrrcft-¡.
Sca pues un plano donde actú¿rn unas tcnsiones tirngenci¿lles
r en un ancho b y en una longitud unidad rledida en clicho pla- A' Área cle .'rce:o cic t¡:l,r cie los ¡rlarros cle arrnaduras separados entrc sÍ
lto. una diilani-ia rsr
A,r, Área clcl accro nor uniclacl cJe longiturl
o.: Resistenci.l cle cálculo clcl acero < 4200 Kp/¡¡¡2 {400 N,lmm2, tllE)
Los lor¡ados rctículares 245

dos ponen de nranifiesto, como ya hemos dicho, valores por de-


r.br< 1'65-sencr.(cotangu+cotango) lll baio de los 45' ¡rara secciottcs dc ca¡rto peqr.reño y pniximo a lc>s
45') cuando los cantos tienen enliclad.
Si para resistir el cortante se colocan banas con distinta incli-
nación, la expresión f ll sc convierte en l2l: En el instante de la fisuración, cuando la tensión principal de
tracción igr-rala la capacidad resistente del hormigón a tracción 6.,,
a. ñ el ángulo 0 puede ot)tenerse del rnoclelo elástico bidimcnsional
r bs)".' .or,.s€no¡'(cotangc¡+cotang0) lzl por la fónnula:
i=l "l
.
y si reemplazamos r por su valor rnáxirno rrnax = cn cl pla- oÉt -ott'(o' +ou)+o*'o'
-.. [,,,, cotang e= oct - oy
no neutro resulta finalmente:
y si or, es decir, si las t.ensiones verticales al eie de la viga resultan
desprcciablcs, c¡uccia firralrtiente :

'o,,'señ o¡'(cotang n¡+cotang 0)


Y=E l' l?l
cotatrg0: l- o*
- oct
siendo,
V Cortante a resistir con las armadt¡r¡s qtre. corncr \ ercr:ios ¡)osterior l.os ensavos efectuados también pusieron de manifiesto algu-
mente, no cs el cortante de diseño total. sino un co(clr"rl€ disminuido, n¿s conclr.rsioncs interesa n[es.
puesto que experimentalmenlc sabcnlos que no ¡loclemos clespreciar la
colaboración del hornrigón a cortantc. L¡ analorqa de la celosía permite obtener una idea suficiente-
ziBrazo mecánico de la sección = 0,9 d mcntc válida rje las terrsiones de compresión cn las bielas de hor-
migón, especi;rlrnente cuando las armaduras de cortante se
encuentran leios cle sr.r ¡rlastificaciórt.
Si quisiéramos conocer las tensiones en las bielas de comprc- Se constata claranrente en las vigas ensayadas que las barras
sión del hormigón, en las ecuaciones de equilibrio inicialmente inclinadas con relación a los eslribos verticales reducen las ten-
planteadas reemplazamos T por C y rcstrlta: siones en sris bielas de contpresión, aunque ésta reducción es
más pcquena que la proporcionada teóricantente mediante la fór-
C. sen e. (cotang 0+cotang c) = 1' 5 mula l4l.

Err las vigas cle alrna mr.ty cstrccha, las tensiones reales medi-
Reenr¡rlazando la compresión por unidad cle longitud cn la ex- das en los estribos y tr;rrras irrclinadas son las que más 5e pare-
presión anterior (C = oc .b'sen 0 ) resulta: cen a las qLle se obtienen con el modelo de Rittcr-Mórsch, aunque
siempre los valorcs experintentales sc mantienen inferiores a los
teóricos.
oc'sen2 0'(cotang 0+cotang cr)= t
Las diferencias entre los rcsultados teóricos y experimentales se
acentúan consider¿rblernente por el lado de la seguridad, a mc'dida
Y reemplazando t por su valor máximo en el plano neutro: que el espcsor de las ¿rlrrras de las vigas aumenta. Por consiguien-
[e, parecc rluy ruzonable, ¿il ciintensionar las armaduras de conante
con el rlodr.lo dc 1a ;rnalogía de Ritter-Mórsch, contar con una cier-
oc .sen2 .(cotang 0+cotang ta cc¡ntribución del hormigón a restar al cortante de diseño, antes
")= ¡rJ ¿
e Vl
de ¿¡plicar la fórrrrrrla l3l
En todo lo cxpuesto, el ángulo o viene fiiado por el proyectis-
Dicha contribución parece evidente que debeía ser mayor en
ta, puesto que él diseña la colocación de las armadllras: estribos,
las vigas planas ¡, en losas. y menor en las vigas muy peraltadas
L¡arras levantadas a 45", ctc. Sin enrbargo, el árrgr-rlo 0 st de¡arro-
del tipo prefabricado.
lla en el mccanismo resistente sin que conozcanros con precisiótt
su valor en todos los casos que pueden presentarse en nucstros Los ensayos y nrodelos más refinados que complementan la
diseños constructivos. analogía con cl efecto-arco, ponen de manifiesto en las bielas de
La elasticidad bidinrensional, si en el ¡rlano neutro sólo cxiste
conr¡rresión tensiones claranrente inferiores a las que proporcio-
na el Modelo de Celosía de Riner-Mórsch, en tomo a un 30%.
un esfuerzo rasante puro, nos dice que 0 = 45n. Ensayos efectua-
246 Los lorjados reliLalares

o, IN/mrn'l

¡9

f, +-- l-+
vx)
dif.r!ñlü
Yolora3 da

250
-- ¡'5I
--_t,
E/

tl
r1_
0,
I
I

v-Q

Fig. 8.29. R<lsr:lt¿¡dos t(x')ri(:()s y cxpcrirTl(:n1;llcs rlc :c:rrriont::, cxiste¡lLe:; en e:;!rlbos 190'r. i¡;,lr :ri' r4)- r ! brel¿is cle compresiór'r (Co,lst/"rii,"c c,r lJ{'fo,l, R. W.¡lther,
5ri ¡/.¿t ).
opl
gq/cr*¡

-400 Puntos de medido Roturo de


Rt*:soo *gf /cr* bielos
comprimidos

Or, (exFerimentol) -_-l


I

AI
I

//
'1 t I

=4
- 100 -l
I

or tco J

(t)
0 r-- >1
0 30 60 on T:
' --- n
2Y

Fig, ti.:J0. Difcrürcia entre los valores teórcos r cxl)crinrenlilles clc las compr(jsionc's tlblici;¡i, e: l ,,gas r1e irorniigórr Sotnetidas ü cor[cltrte. tA. C. Aparicio,
F. I. clel Pozo y l. Calavcra, Horm[gón g Acero. rr' 20e l9qB).

\_
Los /trriado-r re ! k u I tt r*'s 247

8.7. Fórmulas para el dimensionamiento Sin enrrrargo alóiese cr.rarlclr.rier Lemor cie quc sc está caminan-
clo cle [orrr'L.r irrsergrrra accrptando para e un v¿rlor de 4 5", dado quc
práctico de las armaduras de cortante en las precar-rciones adicionales que se acloptan, al margen de otras
los elementos lineales consideraclones físicas sobre el ángulo 0, ncls sitúan ampliamen-
te clel laclo cle la seguriclacl como vcrcmos a continuación.
8.7.1. Referencias básicas previas (EH-91,
NBR7l97, REBAP, ACI-318 y EC-2) L¿ Nonrr¿r est)(iriola en su versión EH-g1, para reducir riesgos
de nlicrofisL¡raciones por esta causa, limita todavía más la e[ica-
. Antes de proceder al dir¡rcnsiotraclc-r cle l.rs .:rnr¡dur¿rs. clcbc- cia tlel horrnlgón c:n un ó07o aF¡roximadamentc, con lo cual se ob-
rnos con'lprobar que no se rompe cl hormigón a corltpresión tra-
tiene fin¿rlnterrte la condición corrterrtplada oficialmcnte en la
misrtta par.l el no a¡ri:rst:rrllieuto de las bielas cle compresión:
balando con sus bielas inclinadas: análisis clc l;r contpresión
oblicua.
0,3'b d f ,1>V¡1 l2l
Partiendo del cortante de servicio, sc procede a su ntayoración
por yr obteniendo el corlante de discño \',r L¡ Norma br.isileña antigtra, NBR 7197, basada cn elCEB, da
la nrisnla tormul¿rcitirl clue'la española, considerando un línlite su-
En principio, supoildremos las seccioncs de c¿tllto consLar'lte perior al v¿ilor 0..J f,,1 < 4,5 MPa (45 Kp/cm2). En su nueva versión
y sin pretensar, obviando los efcctos beneficiosos cltie sc derivati la lromra Brasilcria NB 2000 estüblecc una llLleva formulaciórr:
por ambos mQtivos, tal y como ex¡'londrentos posleriorlrlente en
u nos apü rtados es¡:ecíficos. V¡S0,27'0u'b'd'fc¡
Partiendo de la ecuación l4l del apartado ¿¡nterior: f
sictlclt cl = I -'--,f.-, en MPa)
250

t= = oc 's€rl2 0'{cot ang 0 + cot clng cr) :


Uh P;rra f,'¡ 21 \lPa sc obtierle,

s¡ sustituimos las variables generales por sus r'.llores cle cálcttlo


oficiales: v:j so27 (r- ,*)n n =0,243'b'd.f.¡
"
sin fiiar lhrite superi<)r pero reducicndo ligeramente el valor r¡ue
V¿ =V'Yl podría alc;:nzarsc con la fórrnula, si l;i comparamos con la espa-
t
1,,1, ñola.
oc = =td
^)^
Ic
Li Nornra ¡)orlLlgues;l REI3AP emplea el valor 12 en lugar de
z.=0,9 d 0,3 [.,1, dando ul]as Láblas con los valores de t2 cn función de la
calicJad clcl hornrigón. Sin cmbargo, en los con'lentarios cita que el
con los ángulos tradicionalrncnte empleados en Ja práctica valor cle- Tr es pre(isantente 0,3 fcd.
0:450 y cr:90'r, y suponiendo estribos verticalcs en un ¿ncho
constante del alma igual a b, resultaría qr¡e para que nc) hubiese Aunque se otrsen,a que la formr¡lación es la misma para las
apl;rstamiento de las bielas de hormigón debcri¿i verificarsc que: norrnas citaclas, no sc debe oividar que los coeficientes de mayo-
ración de acciones son algo cliferentes y lar minoración del hormi-
gón tanrbién.
0,45'b'd'f.¿>Vt ltl
Vemos, pucs, qrre l¿¡ Nomra espafrola es conservadora en com-
Téngase prcsente que considerar ángulos más Lxrios para las
paración con las ltornras nrcncionadas, considerando la formula-
bielas de compresión (0 < 45,-,), como parecc ser la tenclcncia ac-
ción l2l y los coeficientes dc seguridad que planteaba antes de
tual, supone penalizar dichas bielas y rcducir su capacidtrd rcsis-
aparecer la nuev'a EHE.
tente teórica por dcbajo de lo establecido cn la exprcsión lll.
Así resultaria que para:

0=40o -+ o,44b.d.Lu > v¿


e=35t' -+ o,42 b.d.[¿ > v,i
e=30o J 0,39 b.d [¿ > V¡ T¿bla 8.1
Los lorlatlos t(liculue|

No entendemos la tendencia extraña y pendular que impera en No obstantc. la valoración de V.u puede ser discutida, como
nuestros legisladores tecnicos, de ir penalizando sistemáticamente veremos posteriormcntc.
todo, cuando cl comportamiento real de las estructuras parece
canlinar en sentido contrario, cncarecicndo e hipotecando la in- E,l :
v.rlor resiclual Vs, Vct - V.,., introducido en la fórmula 3l f

cn lugar dcV dcducido de la analogía de Ritter-Mórsch, parece que


dustria de la construcción innecesariamente.
corrduce a un clinrensionamiento más acorde con los ensayos,
Nosotros creemos que la exprcsión l2l ya queda por el lacJo de aunque existan discre¡lancias en la valoración empírica deV., se-
la seguridad, sin tener que penalizar aún más la capacidacl resis- gírn los diferentes paises y scgtrn los elernentos estructurales que
tenle delhormigón por esta causa, como hace el EC-2. El EC-2 es- sc cstón analizando: vigas, losas macizas, foriados aligerados, etc.
tablece que el cortante de diseño V¿, para evitar rotura por . En li¡ Nortn¿r t>rasileña NBR 7197 se fonnula la expresión'
compresión oblicua, ha de cumplir la exprcsión siguietrte:
V-, = l,l 5.V¡ - Vqu
vn <
l'v'[a'b'o,ed sicrrdo.
Vc',=ftt b d
f. r,:n \lP;rl
siendo v =0,7-ffi #o'5 lfck enMPal tu = Vr.,rtf
rJ.rnclo el r¡'or 0 !5 ..1 y¡ en lc¡s elementos lineales

Para un FLA-25 (fq¡ : 25 MPa) se obtiene por aplicación dircc-


Si obtcnen¡c¡s el valor de ry1 deduciéndolo de la vieia Norma
ta de Io anterior que:
español¿r (EH-9 I t:

vo o d '[a : 0' 2ó ' b'd ' Lcl L


= I (0,'- iJo ) ',' t, =0,1ó' [¡ =0,t0' ic; =0'13' f.r. (enMPa)

lo cual eige necesariamente un aumento dcl canto o cl ¡¡ncho de


la viga si no se cumple, ya quc el problema no puede resolvcrse verllos que resuita Vr : 0,13, un l3olo infcrior al considerado por
con amladuras transversales adicionales. la NBR 7 197, que opcra con la f.¡ en vez dc con la f.¿; y, sin em-
bargo, cl térrnirro I ,I 5 V¿, dado que opera con un valor de
El código americano ACI-3 l8(99) no establece urr límile a la yr = | ,4, cotrclr"lce a un valor prácticamentc idéntico al considera-
compresión oblicua de manera directa, sino que de fomra in<jirecta docnF-sparia: l,l5 l,4V: l,ólV
limita la cuantía de las armaduras de cortante o el esfuerzo resis-
tido por dicha armadt¡ra, Vo, que debcrá ser mertor qtlc: En la nuev¿i Norma brasileña NB 2000 se plantea V.., como:

v. <0,ó7. [ .b.d.0 (t=hNlPa,0=0,85) V.,,:0,ófs¡¿'d'b


- u,..1 l lt'l-'
. Dlmensionado de las armaduras a cortante: Srtlllclo. [..
'l

Superada la fase anterior y en supuesto de c¡ue las tensiones ción ciei ho'-¡irtón.
en la bielas de compresión del hormigón sean aclnlisiblcs, cl di- :
Para un horrrrigón C25 lf.¡ 25 MPa):
mensionamiento de las armaduras de cortantc se deduce de la fór-
mula siguiente:
VcL¡
... 0,21.2i] i ,. =o'77'b'd
o'ó'"'''r,lo''b'd l['u = 0,77 MPa)
=

.serr a¡ -(cotang g)
z = i+.clq¡
Y
-s;
cr¡ +coLnng l3l valor c¡ue, cor-rlo veremos a continuación, c<¡incicle prácticamente
i=l con clvalor t¡ de Ia norma REBAP (0,75 para ttn C25).

En principio, al valor del cortante V¿ lc rest;lmos el coftatrte que Irodclnros ver qLte la contribución del horrnigón a cortante et't
absorbc la sección de hormigón, que denominarerTlos V.u, y crtyo Brasil se encllcntra por encima del valc¡r considcrado en la vieia
valor más frecuentemente considerado viene dado por, EH-g I algo ntás cle un l0o/o.
V.u:fcu'b'd . L¿r Nornl¿ portugl¡esa REBAP plantea utla formulación seme-
sicndo, j¿lnLe coll:

h =O,5rE (en Kp/cm2) segrin la antigua )'1or.mr Es¡rariola EH-91 V,;,.,: V¿ -Vq,,
Vcr.r : Tl 'b'd
[" = 0,1óú.-,t {crr MPa)
Los /br¡rdos rclit.ularcs

El valor práctico de t¡ lo propone la REBAP en esta tabla:

Tabla 8.2

Si [o comparamos con la Norma csparlola, resultan valores


sinrilares o incluso algo mayores, cotllo succdc tonrando Lrn H-250
(c-25). 'l¡rl'¡la 8.3

REBAP: rl (f,,u) = 0,75 MPa


Reton'arrcjo el cálculo cle las armaduras de cortantc según la
I
EH-9I fcv =0, 13. tk =0,13' 25 =0,(r5 lv'lPa EH-91 venros r.1uc:

. Suponiendo que dinetls¡ol'lanlos con cstribos verticales


Verrtos, pues, que la valoración qltc la Norttta poftLl€lliesa rea-
cr :90', r'ac,--I-rtanr-lr-r ¡-rara 0 el valor de 45c', que para el cál-
liza sobre el tórmino V.u esLá por encima qtte el cortsicleraclo por
cLrlo dc las ¿rnn¿dr-rras, contrariamente al efecto que producc
la norma esperñola EH-9 I , al margcn de los peclr-rertos nlaticcs rc-
err l¿is biel.rs clc- conrpresicirr, ahora resulta una hipótesis muy
lalivos al coeficicnte de mayoración y¡ lTf = 1.5 en e] REBAP;
consen'¿rclorii I)Lresto qtre la eficacia de las armadtlras aumen-
Y = I ,6 en la EH-9 l),
t¿ al disnrjnr-¡ir el ángulo 0, y operando con una tcnsión de di-
. El Código ACI-3 l8 amcricano toma para V.,., el nreryor cle los señc¡ en el ¿icero tr,1 : I
fyk/y* 400 MPa para limitar, dc forma
valorcs que se obtengan con las expresiones siguientes, len uni- nruv diccr-it ble , cl alargamicnto de las armaduras, resulta:
dades S.l.), tomadas de I. Calavera:
.1
V.ri -' <0.9 i's n Ar, t¡,¿ l4l
V.u = 0,1 3.J.k . b.cI (idéntica a la española (EH-g1 ) segt¡r in-
SienclLl
terpretación cle Calavera)
l1:\úillcr() ilt: rall;¡s lenrc.f les de los ()slribq)s o núnlero de lr¿rrr¡¡s incli-
nadas exis¡ertes elr cada plano de armaduras
vflud]
v.,,, =[o,tz. f* +ri,s n u dso23. [;,.b.d Ar,: Áre¡l cle' ia sccción cle.rcc.ro cle una rama ve rtical
s: 5{'pardciórr e:-rre estriLlos

(fck en MPa) . Si dinlensic)nantos con armaduras inclinaclas a o, = 45o, ob-


tencnros:
siendo,
p: Cuantía ge(nnétrica de la armadur.r dc lracción
d se exprr:sa en nletk)s vs.¡ <O,e , l.n.An.lv¿ l5l

Sin cmbargo, nosotros crcemos que Calavera hace un transpo- La corr jurrción de estribos verticales y barras inclinadas con-
sición de la fórmula algo conservadora, pudiénclose tomar para ducc a la su¡.rerposición algebraic;r dc las fórrnulas f4ly l5l.
Vct,: 0,145 . b . d baio un control
fr; de eiecución norm¿rl,
Nótcse, obsen'ando i¡is fórmulas l4l y l5l, quc la separación
. El EC-2 adopta para V.u la siguientc ex¡:resión: n'táxirna loneitlrclin¿¡l .rdnri::ible entre cstril.ros y barras inclinadas
ai 45ó ¡rara c¡ue no cxista una posible grieta de cortanl.e sin coscr
V., = h,,t .k.(0,t 2+40. p)+ 0,t 5.o. ]. b. cl por las misnlas, es ar¡lroximad¿rrnente 0,9 d para los prinreros y
0,9 Jl 'ci ¡rara las segrndas.
k = l,ó-d 2l
Para el resto cle nomlas es aplicable la misma formulación con
<t : Tensión dc compresión en el horrrrigón, en el c.tso {lc' ¡riczas conr c¿¡ráctcr general para dctern'linar la armadura de refuerzo frentc al
primidas. cortar.rte,
250 Los foriados reliculares

. Separación de la armadura tranwersal: En la nuer'¿i EHE v el EC-2, las cspccificaciones anteriores se


tlr¿lttliettett ¡' ttt;rliz';lri tle l;r f,rtrur sigttiettte:
Basándosc cn lo anterior, la EH,9 l limitaba la separr.rción cle
estribos verticales a: . Se manticncn los crilerios de separacién y, adernás, éstos y
el diámctro de los estribos cuando éstos confinan armadu-
s< 0'85 d ras con'lprinricJas en los elementos estructuralcs, dcben
y añadía dos limitaciones adicionales de carácter construclivo: cLrnrplir.

s<3b s< 150 rttítrituo


s<30cm I
Ar t 4Q
niáxinto
siendo b el espesor del alma de la pieza.
. [-a sey:.rr.rt:ión errtrc l.]s anllacluras transvcrsales debcrá cum-
Y añadía algunas otras consideraciones tales como:
plir la: crt¡rciiciones siguientes para asegurar un adecuado
r Si existen armaduras de compresión, la scparación nláxima confin¿rnlicntrr rJel homrigón sometido a cornpresión oblicua'
entre los estribos será inferior a l5 veces el diámctro de la
barra comprimicla más delgada y el diílnretro de los nristnos
será mayor o igual a la cuarta parte del diámetro clc la barra s 10,80 d s 300 mnr ,i v,a <
l'V,r
comPrimida mayor.
. Experiencias realizadas en laboratorio
pollen de nranificsto s<0ó0d5300ntnt si f 'V,r .V.a l2.l'vrr
qü to. estribos no aumentan a etectos prácticos la capaci- )
sitnplernente
dad última resistente de las piezas a conipresión,
por lc: que la sS 0 l0 cl < 200 nrnr si V,¿ >
i
'V,,¡
hacen que la mismas rompan más dúctilme¡lte'
¡*,t .ién de colocar estribos a l5 Q c' vigas sólo lNrciirlntente
puede conducir a una perralización excesiva e sict ider
comprimidas
innecesaria cuarldo las armadur¡rs dc conrprcsiirrr sean \':C=\r-\r,,.'-\'¡;¡
las acciones extcriortrs
delgadas. \:¡: Co:-;rt'':e de iii¡eñt¡ ¡'lroclrtciclo Dor
Ia colocación clc cercos o \/,,.¡: \',,rlor r.l* cálcLllct cle l¿ collrpotrentc
de'la ¡u¡¡¿¿ cle pretensatlo
' En todos los casos se prolortgará
clich'r fuerza con su valor
;;úb;t en una igual a medi<': carrto útil más allá del
r""u*i p¡r¿ricJ¿ ¡
¡ 5t(:c:(ir1 ttu'tliu'
"t.'
tonrada
pc::lcier;,cirr
punto en el que deian de scr necesartos par'liel;r a la sccciórr de la rt:-
a 45'- será me- \/\ .'i \'¡
\(r I¡\.ri¡le ¡i irt o cle la cottlpotrenlc
' lá sepal:ación máxima enLre banas levarrtadas l'2d en las s,,.t..,'.;,* e'-i:rr antc¡ de con r)reslol l cot.t.lo de lrac-
sli)ner norr¡¿rlcs' t l

a separarse ri

nor o igual 0 85d' pe;pueden dc trorrligtin' c:tt piezas dtl


llegar
clón. 'qoirre l,rs f:irra: Lc¡nr.lrtucllnalc:s
" no se;r máxirno'
zonas en las quc el csfuerzo cortarrte q¡¡¡ ili-
"''i¡i"lit''
amladr-rr¿l tr¿lr)svers¿il tvigas
'n oblicr'ra en cl
agotamicrrto por conlprcslo
' Todo elenrento lineal debe llevar \'.,1: Es:r-ter:i-r ctj'l¿!i:e rJe

y Pilares). ¿lnii:.
levalrtaclas a 45'r debe lle- práctic'rntentc siernpre V'6 cs igual
l¡ eC:i c¿clóiL collvencional
' Todo elemento lineal con barras la
L:',
capaces de absorber al nrenos
i;;nb"t ¿\-.
var un mínim"
tercera Parte de Vt'.''

ABM¡()uRAOE
CORTANTE
-T_'
'ü1
t-d4 ., -L'-.-
J-
ü4
b^ -¡I
ü4
_ ._t .-_.
j*".,¡-*| t-l .qlE!4q.o."E=
COMPRESION a cortante
b = bo' ancht¡ eficaz' de cálculo
0,5 I cotang 0 -< 2 sr:s
Fig.S.3l.Consicie'r¡i:ionesgt-'ornélricasalcnerprc'sentet:nelcl::'lel¡s:o:r'l:'Jicnloacorlante(FHEI
Los loriarfos r¿liular¿s 25t

. La norma REBAP portugues especifica: "acotaciones", es decir, simplificaciorles que, superpuestas entre
sí. pueden co¡rclucirrros, como de hecho así sucede, a sitttaciorres
en las que el tÉclrico pierde el sentido físico de la realidad y no
s < 0,90 .d S 300 mm si V',1 sf .vu¡
s¿lbe clónoe se cncuenLr¿t, itllnerso en un conjunto de reglas y cri-
terios, r'r'rlrchas veces incompletos y algunas vcces contradictorios,
si vr¡ <
2,
s .vr¡ frecuenren'lentc lcjartos a sLl experiencia coticliana, observando el
s10,50.d<250mm
I V,,1
colTlportarTliertto real tle la estructura que proyecta y construye.

s S 0,30.c1 < 200 mm si V,.1 > { Vr, Cuando l.l nomra EHE habl¿¡ cle estado límite de agotamiento
frcrrtc al cc)rtürrte, en str art. 44, acota cluc se refiere a slq¡¡sntos
line¿rles y a plac;rs o losas qrle trabaian unidireccionalmente. Cuan-
. L¡¡ vieia nomta brasileña establecía cotr carácter gtlneral: clo consulLanros el art. 5ó, relativo a placas y losas, buscarrdo cómo
calcu la r a cortár nte sus elentelttoS trabaiando rnultidireccionalmen-
s < 0,5d < 300 mm te, nos remitc de nLlevo al aft.44, suponicrrdo quc los nervios de
un reticul¿rr, ¡rorejcrrrplo, solr elementos lineales y aislados que tra-
. La nueva lrorma brasilcña NB-2000 indica: baian r-rrricli rcccic.¡rta ltlente.

s < 0,ód I 300 rnrrl si V'a < 0,ó7 Vul r.Cónro cs posiblc qr-re el lcgislador haya permitido la presen-
cia siniultánca c1e la nomta est'lañola de forjados EF-96, con un tra-
s < 0,3d S 200 mm si V'¿ > 0'ó7 V,,1 tamiento tan ¡:rivilegiacio del cortante de sus vigttetas
uniclirecciorralcs. frentc ¿rl tratamicnlo tan cxigente y penalizador
. El código ACI-3 1B establece:
que proplrgrra para sus cstructuras competidoras, como puedert
scr las losas relicularcs? Menos ntal quc la nueva EF-2001 matiza
más las cLlestiones rclativas al corlante, con el obieto de mininli-
s ( 0,50.d I ó00 mm zar las clifercncias resistentes tan abismales que existían entre los
nervios sentiprefabricados y los construidos irt sifu.
s < O,25.cl < 300 nurl si V*, > 0,34 Ll 'b <l Q
Con el ,rfárr que existe ett el ¡rresente dc tralar de normalizarlo
([¡ cn MPa; 0 = 0,85) tocio, comierrz¿ a resultar imp<;sible compatlbilizar la Norma Eu-
ropcil cot-l la Norrla Espaitola, con la Nornla Específica dc tal o
cual terl¿, con l;r Norma de la Colnunidad, con la Nonna Provin-
Existen otras cspecificaciones cotnplemenlarias relativ"rs a djá-
metros mínimos de estribos, separación transversal de estribos y cial, con la Nornra Local y con la Nontla Personal de Control que
superyis.t nllest ro trabaio,
ramas, etc., que no detallamos y que se pucden consLlltar en las
rcspectivas normas. L¡s cliferent:ias clc' criterios sol'l a veces Latr disparat;:das en las
clistintas Nornr¿is ct-lnsult¿tcl¿¡s, quc media Espalra constn¡ida con
viguelüs i,'foriaclos reticttlares debería encontrarsc cn el suelo si
8.7.2. Crlterios y fórmulas propuestas en la fucsen realmentc cierl-as todas las teorÍas que legislan ntlestros
provectos.
nueva Norma EsPañola EHE

La nueva Norma Española EHE(991 presenta cle fornr¡r coniun-


ta el hormigórr anrraclo y pretertsaclo, ¡rlanteando ¡.rara el ¡n¿ilisis
6.7.2.1. Estudio de la compresión oblicua
del cortante cle los elementos lincales y losas c¡r-re tratlaian unicli-
reccionalmente nuevas fórmulas inspiradas en el frrrocódigo 2
bajo el sistema de unidades S.l. (Newtons ¡l Pascalesr y olvidando, Dicho lo ¿lnterior, con el único ánimo de suscitar controversia
prematuramentc a nuestro iuicio, el sisterla lt{KS de loclos cono- creativa -V cscl.trecedora, pasamos a exponcr las nuevas aportacio-
cido (Kp, Kp/cm2, etc.). ncs de la EIiI relati\,¿ls al coftantc.

Es nccesario tener presente, si pretenclemos no pcrcler el poco


Las cornprobaciones relativas al cstado límite dc agotamiento
cspíritu crítico quc pr-reda qr:ecJarnc¡s a los técnicos qr-rc cleleg;r" por esfuerzo cortante ¡:ucdcn llevarse a cabo a partir dcl esfuer-
¡nos los criterios de proyecto cn las Nonttas vigentt--s. que las aco- zo cortante efectir.'o V,,1 datdo por la siguiente expresión:
taciones que realizan las nlismas dc protrlerlas sunlamente
compleios y difíciles de analizar represenlan lo que rcalmen[e sol'l: V,cj :Vd*\*r*Vcd
252. Los [orjados rr-tiull;tr$

donde, K: Coeficiente de reducción de la eficacia del homigón si se


efrcuentra previ¿nte|lte comprimido; dicho cocficiefl[e tiene
V¿:Valor de cálculo del esfuerzo cortallte (mayorado) produci-
urra base cxperirttetrtal y viene dado por:
do por las acciones exteriores.
Vp.1: \hlor de cálculo de la componente de la fucrza del prcten- *=;(,_
údo paralela a la sección de estudio. Cuando el cable del pre- ?T )='
terrsaclo no es recto en la pieza, la fuerza cle ¡:retensado Para piltrres en la edificación se ¡:rrcde tolllar para K el valor uni
tangente al trazado clel mismo debc proyectarse sobre Ia sec- ciad (1. Calaver.rl.
cióñ donde se esté analizando el cortante y superponersc a la
o.,1: TensiÓtt efectil'a en la sección, que toma un valor negati-
acción cortante que produzcan las acciones exteriores'
vó-cn el caso cje quc -'xistan tracciones. (Hetlros cambiado el
V6¿: \Arlor de cálculo de la componente patrirlela a la sección cle criterio cJc sigrrtls dc 1¡r F-t l[, cltrdo que crr la préctica de la edi-
lJiesultante de tensiones nornrales, tanto de colrrpresiórr ficación l:rs com¡:resiones suelen considerarse positivas,
como de tracción, sobre las fibras longtudinalcs de homrigón como de igual nrarre'ra las considera el EC-2):
en piezas de sección variable. Cuando la pieza presellt¡l ull
peitil variable, las resultantes de las tensiol'lcs de compresión cr.,I = ld
¡1c
y tracción que equilibran los momentos se encuentran inclina-
das respecto a las secciones normalmente analizadas y, por
. N¡: Esfuerzo axil cle cálculo, incluido el pretensado, también
tanto, pueden poseer componentes transvcrsales clue se su- con su r'¿rlor cle cálculo.
pcrpongan a las acciones cortalltes tranwers¿¡les de l;ls accio- . {.'.Áre;r rotal de la sección del hormigón.
ncs exteriores.
Simpiificarncltl todo lo expucsto en los elementos horizontales
Centrándonos en los casos habituales de edificaciórr, donde cle hornrigóri ¿irt:raclcl de la edificaciórr, para qtle no haya ago[a-
los elementos son de sección constantc y no existe pretertsado, n'liento en ias bielas cle conrpresión por efecto del cortante V¿, se
V,¿ coincide plenamente con V6 y se mantiene la comprobación tienc qtre cumplir que,
previa dc que V¿ no ha de agotar al hormigón por compresión
oblicua, cs decir:
. Con cstrit¡os verticales: ValV,r : 0,30' b' d' f.¿ (aplica-
ble tambión a los ¡:ilaresl
Vul >Vd=Vrci
. Con trarras inclirt¿rclas l45o):V¿SVu1 : 0,ó0' b' d' f,.l
siendo, . Cuando exietan sinrtlltánearrter'lte barras inclinadas cr : 45o
esfuezo cortante que agota por conr¡lresión
Vu I : \álor clel y estribos o. = 90", la Norma propone operar con url valor
obli.ra el hormigón del alma de la pieza; y vicrte daclo por la medio de cotang u. dado Por:
cxpresión:
) A, .cotang a,
0+cotang a cüiar.rs ,
\,r = K.[u" . b. z s9':n*
l+cotang'e
"Í^

f.g: Resistencia de cálculo en la biela dc compresiÓn del hor- doncle Ar cs el área de la sección por r.rnidad de longitud
migón del alma, dada Por f.6 = 0,ó fcd cle las arm¿¡cluras que forman un ángulo cli con el eie de
l;r pieza. F.xpresándolo nrás cómodamente:
b: Anchura mínima del elemento, es decir, descontando hue-
cos si los hay; viene dado por bn. Si en la sección considerada
5 n¡ 'A'''
la anchura del alma no cs col'lstante, se adoptará p.lra b,,
urla ahllra ./- ... "'a,
cotang cfi
1b = b6) el menor ancho que presellte la seccrÓu en (oiat'lg Cr =
igual a los tres cuartos del c¿rrrto útil contados ¡1 [rijftir cle I¿r ar- n O,r,-
madura de tracción, siguiendo la Fig. 8.31 .
L¿ S¡

z..Brazo mecánico : 0,9 d 6 z* d (1. Calaver¿¡, F-HE) i;ienclo.


nr: \riirrelo de ramas de árca A¡1¡ separad.ls ttna dist.tncia s¡, si-
o: Ángulo de las armaduras con el eie de la pieza; cn ¡riezas lli.lcJcl5 en ull Dlano irlcliuado cr¡

sin armaduras de cortante se adoptará (1


: 90':'
0: Ángulo entre las bielas clc compresiórr de hornrigón y el eic v¿iic-:rcsanrbos que, si bicrr rcsponden conceptualmente
de la pieza (0,5 S cotang 0l
2). Un valor razon¿rble y realista a la realiciacl tecirica, se erlcuentr¿ln por debaio de la reali-
para 0 puedc ser 40(1, que equivale a considerar cl¿cl rcsistentc de [orma conservadora' cspecialmcnte
cotang 0 :
l,2O; o bien continuar coll el tradicional e 450, : cuancl<¡ se formula con estrikros verticalcs. Nos llama es-
con lo que cotang 0 = l.
l.os foria¿los relitulares

pecialmente la atención el salto tan brusco qlre se da en E.7.2.2. Estudio de las piezas que no necesitan armaduras
ia capacidad resistente de las bielas cle conrpresión scgún
de coÉante según la EHE
existan estribos o barras a 45o: óNo parece excesivo?
picza no nece-
Conlo v'enimos rcpitiendo reiteradamente' una
que se gcne-
\éamos ahora una reflexión en la línea expllesta cn la introduc- silará annadr.lras cle cortante, cuando las tracciones
rL.n por sLl c;lrisa en el alma de sus secciones perpendiculares a
ción cje cste apart-ado 8.7 2.
las bielas cle cOrrrpresiól'r, se encuentren por ciertraio de la capaci-
EnlosbonadoresinicialesclelaEHE,siguierrdolafilosofí¿dcl dad resistente del honnigótr para resistirlas'
las
EC-2, el valor de la resistencia aclmisible para el horntigón en
bielas de compresión del alma cJe las vigas frente al cortante' sc Por tanlo, si, cott c¡rráctcr general, se cumple que'
encontraba limitado a valores en tonlo a: V¡¡1 < V,r : Vt-ir (capacidad resislente de la sccción
clc ltornrigón frcnte al cortantc)
(en MPar scgún cl EC -
r.n = - *., t. 2

[o,z ) o bien. en vigas de st:cción constante sin compresiones se cum-


lo cual penalizaba y penaliza considerablcnretrtc tc¡da itldustria
l¿¡ ple qtre,
supuesto' :Vcl<VuZ:Vcu
de los prefabricados de hormigón, puesto que hubiera Vnl
hubiese marrtenido en la EHE' y Supone, si se sigue el
EC.2,
s¡ se
prc'tensadas de pr'tcn- la picz-a, tcóricanretrte, no tlecesita armaduras frente al
cortante'
aumentar el espesor de las almas de las vigas
de forma saivo los mírlirnos que correspondan'
tes en porcentaies que las hace perder conlpetitividad tr)reccl)tivos
considerable.
Cu¿rrclo lo anLerior no suceda, resulLará obligado
disponcr ar-
ül coft¿rntc, y se debe. curnplir entonces que:
Veámoslo: m.lchrras frertte

prefabricadas de Vnl (V,,2 : Vcu * V;u


Considerando un honnigón típico de las vigas
frente al agota-
puentes H-45 y operando con un valor de Y. = l'5' se obtiene' si sicndo \:... la contribilción resistente cle las armacluras
para f.¡, igrral a: pot tracción oblicua dehida al conante
se aplica cl criterio dcl EC-2, una valor nljenro clel alnt.r

de una pie-
El csfuerzo conante que agota en tracción el alma
u =(o z-ht) i:=[o'-*1) f; = I 4.25 MPa
za siti amraclltras viene dado según la nueva EHE
por la fórmula:

algo así como un ?Oo/opor debaio de lo que tradicionalnlente


se
: \1 :lo,2[.r100p.f.¡)l :t+0,1i'o.o] U'ct en MPa
de los prefiibricados' v,.,
't)! .
aplicaba en España en la industria L

Una industria tan importante e introducida en el scctor de


la lo cual parecc que nos quiere decir quc la resistencia del hormigón
construcción y con medios, no podía toler'rr senteiante cambio a cortante sc considere igual a:
puesto que su-
cualitativo y cuantitativo con los lrrazos cruzados,
pondría aumentar los espesores de sus prodllctos' las armaduras [,=0't2'i'rl00p'f.¡)13+0,15'o.¿ enMPa lll
y lo, p.r.rr, así como los medios para su manip:ulación' tan solo
dóndc.
porqrJe algún investigador cles¡>istado, cle rcpente' se había cles-
frt;do creyendo que las bielas frentc al cortante en cl alnla de las :' = I -. i4 :!a:. (j ('rr nrm
vigas podían romperse por compresión, cuando ntlnca antes lo
!d
que
Esre cc.eilc ente rccoge el hccho contfast¡do experimentalnlente de
habían hecho. la rc'sisrenu;a r.le I¿s sccciones lrcnte al cerrtante aurllcrlt¿ al redt¡cirse
(A x Bl pla-
su canlo. Ls clccir. que la secc:ién de honnigón de una viga
Inmediatamente se movilizan estudios y ensayos que' lclgica- n¡. r('s:ste nl.is a c:orlante quc la misnta sección puesta de canto
mente, llegan a la conch.rsión de que si nunca antes se habían
pro-
lll .r Al. ciondc ,\'= B
dt¡cido patologías por conlpresión oblicua eri el alnta cle las vigas cuant i¡ geomi'[rica de la ¿t¡¡naclt:ra áctiva y ¡rasiva' si<:rrt-
¡'r, I'alor,Je l,-r
con el criterio que se venía aplicando {f.¡,: 0,Ó fcc)' lo nteior era ptu qu" t* encuc¡1rre bielr anclacla ir izquiercla y dereclra de la x:cción
delar las cosas más o menos como estaban y, así' todos contentos' en estLlcljn; nunca cleberá tomürse urr valor m¡lyor clue 0,02.
Lr fónnula
B 500 sc
Sin embargo, idéntica filosofía podría aplicarse erl otros muchos
ele- está b¿s.¡da ett c:nsayos con acero B 40O Si se cmplean aceros
país, no lo ha- pr,rc'de mr.rlLIplicar p 1,25 y el límite 0,02 debe rcducirsc a 0'01ó
mentos de nuestras obras, ahorranclo millones al ¡r f)or
económicas fl. C¿Laler¡r.
cemos tal vez por vagancia, o porque las repercusiones posi-
se diluyen como elagua en la arena' o.,¡ : TerlsiÓn aril en la sección cclnsiderada' que considerarenros
tiri, nl y negativa si cs de tracción, de forma contraria
., rlc conrpresiirtt
.'i I¿ f.HE. E;r rlicha rensión debe irlcluirsc el
pretensado con su valor
n¡cdio si c\i:ile, o{:.1 = Nd/A{
Los forjados reliculares

. L¿ evaluación de la resistencia del hormigón a cortante se- Mcrece la pena observar el gráfico cle I. Calavera de
gun la nueva EHE, como puede observarse en su formulación, va la Fig. 8 32 ad¡unta, para ver las difcrcncias tan considerables
íntimamenle ligada a las armaduras de flexión que posca la pieza cn los criterios dc las Normas más sobresalientcs, y el
en la zona donde sc esté analizando el cortante. Resultaía, por tan- carácler tan pesimista que ofrece la EHE, en los rangos
to, que en una viga con armaduras de flexión negativa y positiva baios de cuarrtía tlue habitualmeute se rnanejan cn la edifi-
diferentes, comprobar el cortante con una carga puntual y una so- car:iórr.
brecarga repartida actuando sobre la misma, puede converlirse en L¿ scnsatcz del Código ACI-3 l8 americano, basado en infi-
una tarea considerablemente ardua y pcnosa si no se dispone de nidacl cle ensa!,os, yir concluce a valores suficicntemente con-
un programa de cálculo adecuado. servadorcs y ¡rcertados si los contrastamos con ntlestra
expericncia ¡lersonal, como par¿¡ tener que aceptar sin pro-
.Una sección de hormigón H-25 (250 Kp/cnr2)que no tenga
testar los nucvos planteamicntos de la EHE, que su¡x)nen un
armaduras de flexión, según la EHE implica autonláticamcnl-e cltle paso atrás !¡ Lrn ell('arccimiento innccesaricl tle nuestr¿ls
f.u : 0; lo cual, obviamente, resulta una simpleza, puesto qu(l su- obras. absLrttcción hecha dcl murtdo dc los puentcs, doncle
pondría deiar fuera de sewicio todos los elementos clc hormigón los rangos cle ctrantí¿rs son elevados.
en masa.

.Si opcramos con un neruio dc l2 x 30 cm, donde se ha dis- CoRTANTE EN LOs¡ls stt{ AtilrADURrA DÉ GORTE m
puesto un redondo del Q l2 como armadtrra dc flexión:

rQr2 -+ o= i: -lti'lr=o,oo35

d=27omm -+ E=l+r'P ='* llf =rao

resulta una f.u = 0,46 Mpa = 4,ó Kp/cm2 Con l<-rs vieios

criterios de la nc¡rma EH-91 .

L =o,lo'Jf.a =o,o:MPa=ó,5KPi cm2;


y si aplicamos el código ACI-3 18, obtenemos
rl lii
_jF,-.+
0.. o.t o,a

tu =0,145' n(¡ = o,zzi MPa = 7.25 KP/cm?


Fig. 8,.32. lnfluencia cle Lr ct¡¿ntí¡ tle arnraduras en la resistcncia a cortante
dcl hormigcin
. Si el ncrvio llevase como armaduras de flcxión 2Qló

2QI6 --r ,= i;?i¡=o,or24 É = I'ao . 5i nos centramos en el mundo de la edificación, resulh


mLl)/ pc)co operativo cl criterio adoptado para calcular la
l.-r., así cctrtto el tener <1uc o¡rerar dentro cle urra nrisnra pieza
cntonces el valor de f.u se eleva a,
con valores cle [.u tarr diferentes errtre sí y otras sutilezas
f6y: 0,70 MPa = 7 KP/cm2. difícilmente explicables irrspiradas por el EC-2, cuando se
estab.r .rcostunrbrado a calcular el cortante en las vigue-
. Si aumcntamos las armaduras dc flexión a 2020 t.rs dc un foriado rrnidireccional sirl haccr distinción
alguna sobre la naturaleza de las semiviguelas con la
2Q20 + o=P.:r=o,0le4 € = l,8o
fórmtlla,

It" : 0,1(r tc¿ etr MPa


fqr: 0,81 MPa = 8, I Kp/cm2 sería la resislellcia a cortantc V.,, =2 1,, b d {
a considerar para el honnigón H-25.
It'" =0,5 L¿ enKP/cm2
. Como se adivina fácilmente, la tenclelrcia gcneral estableci-
da consiste en colocar armaduras de la forma t¡tre sea y todo sin patc-rlogí.rs conttcidas quc seirrl atribuibles a esta causa;
resiste más, pero si usled prescinde de colocar ¡¡rtladttr¡¡s a alurque tx)r razones rrierras a la estricta rcsistencia de la sec-
flexión, porque no las necesita, probablenrente tendrá ¡lro- cicin rret.r clel lronrrigórr en las rnismas, conlo hemos pocliclcr
blemas de todo tipo y en todas partes, hasta es ¡rosible que cortr¡:robar ell rlttestros ensayos y explicaremos posterior-
se le rompan las piczas, o al mcnos, eso <Jic-.en l¿ts fÓrnrulas' rnerlt€1.
Los lorjados reliculares

Una vez más, los americanos nos dan una lección príict¡ca o, meior aún, con f..u =0,145'..'f.t en MPa, siguiendo el
operativa, permitiendo calcular cl cortante resistido por el ACI-318, sin asumir riesgos de ningun tipo, dada la conside-
hormigón en los elementos lineales mediante sencillas ex- rable experiencia sin patologías conocidas por esta causa'
presiones, cuya formulaciórr más córnod¿r y simple es: . Y cle ¡rcuerdo a lo arlterior, no será necesario colocar arma-
- cluras de cortante, salvo las mínimas exigidas, cuando se
[v =Q.0,55.. I en KPi cttt2 cumpla que:

o bien, V¿ ( V.u = tv 'b'd


con f.u clado por lll, I2l ó l3l segun el criterio
que cada cual
¡u :q.0,1 74' i. en MPaACI-318 {951 quicra adoPtar.

f., =0. j.r f. en MPa ACI-318 {991 8.7.z.7.Cáculo de las armaduras de cortante según la EIIE

siendo, Una vez que se comprueba que Vr¿ ó V¿ superan la capacidad


f 'c = fck resistenteclel hormigón a cortante en la zona considerada de la
seguridad que trxrr¡ el con¿nte se pieza, se impone colocar las armaduras necesarias que absorban
Q: Coeficiente reductor de
toma con valor 0,85 el diferencial dado Por:

Vsu:V,l-P'V.u
que, incluso, podía aumentarsc hasta un límite máximo de:
\'.,, lierre daclo en esLc caso Por:
''
u-- =[o l0 i {to0 p,f6¡tr +0,11 o,,¡] o a
[v =0.0,93. t en Kp i6¡1]

El criterio es setncjante al manLetrido tradicionalnlente, si no


,

tv =0.0,30. I en NlPa
fuera por 1a prescncia cle un coeficiente p, que hace variar la con'
[ribución cJeJ hormigórr a rcsistir el esfucrzo cortante según se en-
0: 0'85 cuentre traccionado o comprimido y por la i¡rclinación de las
hacietrclo intervenir oLrd fc.¡rltrulaciÓn nrás corn¡;icia hipotétic;:r.; fi:;uras de cortante que pudieran ¡rparecer'

*rzr'p t$:]
Lo más práctico para las situaciones habituales en las piezas
¡, =q.[0,r,. d en Kpi cm2 ACI-3lB (95)
sometidas a flexión y cortante cs considerar F = I y para aquéllas
que se cncuentren totalnlente traccionadas, operar con p : I'

E1 profesor I. Calavera prescinde del parámetro p cuando ana-


," =+ q +rzo'p'!¿3] en rvrna ACI-3rs(ee) liza el agotanriento ¡ltlr tracción del alma a cortante, consideran-
[' do cl honrigón y las armaduras de corte.
Lo anl.erior, transformado a la nomenclatura habitualmentc
Pucs trien, urla vcz deterrninado Vru, las armaduras se calcu'
empleada en España, podía expresarse por:
lan con la tradicional fórmula:

ftv : 0,1 4 f.k en MPa l2l


\1r" = I Aü . f,,,t . z.sen ct.(cotang o + cotang e) lll

fu = 0, 1 3. tl según interpretación de l. Calavera.


dt'lnde
i.
= Lt
-l
En resumen y por todo lo cual, nos penrtitintos reconrenclar f.n z=0.9 d
5 Y.
para los cálculos manuales de las piezas linealcs a cortante
n: \úniero de barras transversales en la sección
seguir operando con el valor de f.t dado por:
A¡,' ,Área cle ur'ra Lr¿rra
s: Separación 6rtire planos de banas
tv=0,1ó' fa =0,13' [k enMPa c¡: lnclinación dc las trarr¡s
l3l 0: lllclirr.rc irries de las biclas c hipotéticas fisuras, conservadoranlente
tv =0,50'.,'ta =0,41' [k en Kp/cm] : |
0 4 5 urr¿ r,'ez cluc se decide colocar armaduras de cortante
256 Los íoriados reticulares

si dimensionamos exclusivamentc con estribos verticales 8.7.2.4. Criterios mínimos generales sobre la separación de
gric- estribos en la EHE
o = 90o y aceptando con un criterio tradiclonalista quc las
la fórmrrla ya
tas de cortante se clesarrollan a 45Ó, obtendríanros
Al tnargetr cltl considerítciones nunléricas sobre los cálculos
a
corrocida clc dimensionarniento: una
cortante en los clerltentos lincales, Norma la EHE est¿blece
scrie cle r:cttlgicjer¡cion e< adiciorra les ¿rlrtóntic:¿r r¡telrte rcvolt ¡cior la-
vsuÉo,e.9.n At,-f,cr l2l iio, ,,r.,*, sin llrgar ¿ ducias serán obietos de anplias discusiones'

45" rest¡lta:
. En prinrer lug;rr se establece una cuantía mínim¿i en estribos,
Y si dimerlsionamos con barras inclinadas ¿r
qtrc viette dacla ¡ror,

V., < 0,9' , 3 n'Ar' '(r l3i


t\*I'adtoo2f.'b
? St-.l.l Cf
que coinciden plcnamente con las habitualnlente etlplead;r>
c-n la
que. iI.lducida a una iorn¡ulación práctica' ec¡uivale
a:
normativa tradicional -

Daclo que en la nucva EHE se oper(i con


urliciadcs 5l' i'ett- \''' rr ,\. t 'i \r-,¡.rt; .11
ti¡lo dtl ttlrid¿rclcs
clrá en Newtons, d y s pueden venir cn cualclrrie-r s
I'errdrir clacia
.* i"f de que sean hotnogéneas, A¡ trecesarianlente
(N/r¡lnr:l' :.:r:::lc'
*n titittt",-t cuaclrados y fy¡ en MPa 0' -- \'ji't:

0 en la forrrrlrlir-
l, \-ri' :; jt ¿ l.i. '¿ ¡r'"s.derado al cortatrte
Un simple comentario a propósito clel árrguio -, \ú^.::q' ite:¿i:, ;s "(]n5',els.lle5 gjtuddas ctr el misnro Pl¿no

ción delcoftante. ie ¿i:¡¡¡ \,


se dcia ai ¡lro¡'ec-
En la nucva filosofía introducida por la EHE por cortan-
tista ia'iesóonsabilidad de establecer en el clinrensionaclo de las . ,\1nlet'it-lt Lll'l tercio cic l¿rs anrraduras necesarias
indicada se dispondr¿i
oürrs l. inclinación de las bielas de conrpresión
{hipotéticas fisLr-
te rl *n tociLl (.¿iso la cuarrtía míninra
cr = 90c'con el
ias cle tracción), con tal de cumplir: en fornla de cslnbos que formen un ángulo
eie cle l¿ r' jga
0,5 lcotang0<2 o fonnar con el eje de la viga
L1i ¿trnl¿tclt;r;is cle cort¿tnte cleben
r-rn áriguio conltlrendidr¡ entrc 45('y 90'r'
63t'>0>27ú
. la colocación de cercos
Ert toclos l,-ls casos se prolongará err
de la pieza' mírs
Ellosehaccasídeacuer<joac¡Ueencie¡.tosL-n5.3).o5'lasfisu- estibos 'lnii lorlginrá igual a medio canto
que oscilan err ronro a los -v
deierr de ser tre-
l.", á" ,oruru se inclinan hacia ángulos utt¿ ¿" l.l -.eccitill en la qLre, teóricanlente'
embargo' Io que rtosotros hetnos po- los cercos o estribos se dis-
35o, lo cual parece cierto' Sin cesarios. En cl caso de apoyos'
y los ensat'os realizados so- los mismos'
clido apreciar observando la realidad pondrár'. lt¿st¿ el lrorcle clc'
qu"lLttn.ltt cl Arteno I-e's c¡r-re la inciirracitirr prcl-
[>re las cliez placas en o (t)Fr arnt,iclttras tlt: conrpre'sióu' para evitar hipotéticos
los 45" -se producett curtn- entre
l" f.t f,t""i " anguiot pór debaio cle
t i"ntu, cie' int'slabilldacl cn las mismas'
Ia scparaciót'l
prácticanlente fucra de :en'icio 1'
do las piezas ," estnl¡os será inferior a'
"ntu"nt"n 'situación qlre' a todas luct--:' al pro-
;¿-i;;. al colapso completo; escasamente' ptresto que no < l5 o
vectista de estructuras le interesa 'q
l";::]t"tro dc las 'rn'¡¿cluras c'mprtmiclas
a las misma:'
puede permitirse el lulo de llegar

Err dichas situaciones' sí tiene


razón dc ser plartrtearsc: 'ingu- y. aclcnrás. se c-unrpiirá lo ya conocido:
que se ahclnarr estribos' p€rro cn
rltl€:s-
fo, por. ü"Utl" de 0, puesto de !
sien(lo
to*o situaciones rcprcsentati!'as '\i.. Z ¿O
tra opinión, no puttl"n '"*ii peligroso' corrfigura el estribo
últimos' puesto que sería A": Área <je l¿ b¿rra qr're
los estados de agotamiento

Establecer el iuego de
quc si las secciones sc encrren:l::-t':
. convenciotral queV"1
V¿' las -
tanto. Acef)tanclo para Ia eclificación concepto
y, por siguiente
bredimensionadas en
hor*igon 1p-"1:.::-l-::tl: linritaciones nr¿s novedosas "u'vienen del
tt'n'niu' interesa elegtr 0 -
45" como an-
o"|ñ' nf i,namie nto del hormí-
;r;;;;;adura de
lo contrario' interesa un ángulcr irrtrodu c i cio : " 0"
"
oanu oA.o. c,o
por cor-
gulo de proyecto; r;;;;";de para las situaciones sorrtclitio o t"'up*ii" oá
licua en las bíelas de compresión
q.," cun.pti'.las siguientes separaciones
4cirr
0 igual a 30" Ó :f" en et dinrensiorrarrlierlto; el'\ lltrestra taltte.. se tenclr¿jrr
erl la edificación'
que habitualmente se io'-o'"'"n'utt *nir" tu, an¡aciuras transversales
de cortante:
excesivamente serio
sencilla opinión' no parece

L
L,os Ioriatlos relitularcs

Si lo que se prctende es ase$rrar que las bielas de compresión


s<0,8d1300mm si Vn
= lu,, sierlprc tengan amladuras tr¿insversalcs que las cnlcen, para que
no puecla des¿rrrollarse una fisura inclinada sin arm¡iduras de co-
siclo, tambiér'r rlebe clecirse de fclrnla clara; y cllo se corrsigue sient-
s<0,ódl300mn si lur, .u,=?ru,,
pre que l.r sc¡'raraciótr cle estribos sc encLlentre contprendida
alrecleclor cle 0 75 clel canto de Ia pieza (s I 0,75 h)'
ss0,3d<200rnm s¡ Uo t 3u-,
Exigir estritros mínitnos a separacioncs por debaio de los
20 cm en la eclificación cuando V.,, supera el valor de V¿' no sÓlo
t onr¡lresióti
sienclo Vu¡ el cortantc de agotamiento cie llo: rt:qci:: ¡ror no ticne iLrstilicación cle tipo algttno sino que rcpresenta un tra-
oblictla
balo v r-rn ck--spilfarro inútil sin bencficio ¡rara nadic'

. Finalmente, con el obleto dc tener conLrolada una hipotéLi-


t:rm-
ca fisuración debicia al coftante, se tendrán que ctlmplir
bién las siguicntes limitacior¡es, partienio de Ios valorcs que 8,7.2,5. Ensayos reallzados a cortante sobre vigas planas
se obtengan de 1,. (750 x 250 mm) en el Dpto. de Ingeniería de la Construc-
cióndelaU.P.deValencia.Análisiseinterpretaciónde
u,,
--:v." l.sen (r resultados
", = [t A.r'd j
cr., \ n¡rrr]

E.7.2.5.1. lntroducción
En edificación, Vr¿ :V¿ y sen ü = scn 90' = I (estribos)' Si bierr los etrsayos fueron realizados en cl Dpto de Ingenie-
ría cle la Constnlcción por los profesores y doctorcs
D' Pedro Ser-
n'At' Sosa' asícomo
l' se convieftc err na, D. JrligLrcl Ángcl Ferniindcz y D' Pedro MigLrel
Con A., - S
la expresión <le
por el invéstigacior D. Osama A' R' Debb, el análisis' la interpreta-
mismos y se
cion 1, tas coriclLrsiones tlue pueden deducirse de los
s'(V,1-3!cul N r'ml
cn a cortlitrt¡ación, es rcsponsabilidad exclusiva del auLor
^- ll' 46 'O "*poil"n Ia de
dci presc'nte tr;rbaio c¡ue, si bien se encuentran en lhea con
quc recoge los rnencionados ensa-
los autorcs err la pr.rblicación
yos, no coincidc Plenanlente.
una etromte vi-
i" en N/mnr2 Separación etrtre':itr:lj¡rs' :Ttt'tl En cl rnundo cle la eclificaciÓrr espairola tierre
gcncia, hasta el punto de haberse convertido en la viga reila de los
de vigas bautizada con el
ion,,¿ot uniciireicionales, una tipología
La viga plana rlo deja de ser nlás
,ro,,''bre gcnérict: cle vigars ¡rlanas.
vulgar y corriente, cuya característica básica es la de
qu" r-tno i'igo
que tiene quc soportar' por lo
Oot"", nilr.n*.uito clcl foriacJo
"t
cual se ef.rcLterltra er|1>c-bic.la cn el espesor del foriado sin nlanifes-
T;¡bla 8.4 L¿¡r de form.r ¿¡crlsada su presencia,

Al tener c-s(laso canto, las vigas planas adquieren su resisten-


que pue-
Todo lo anterior merece unos comentari<'rs mínimos cia aLlmer'ltantlc: sr-t anchttra y cargíndose de unas cuantías
de acc'
den clarificar la comprensión de algunas cle las exigctrcias
tle la
ro ntuv elevadas.
norma EHE.
Cuanclcr una viga platra. que puede poseer un¿¡ base que supere
lustificar una separación míninta de estribos. con la
¿rsevcraciótr armpliamente los i0 c1 ó0 cm, deia cle ser elemento lineal para
del hormigórr solrtetido a errlpr-'zar ¿i comlJoftarse como una losa, 'n
no se encuentra en l¿r ac-
cJe asegurar un adecuado confinamielrto
la compresión oblicua que genera el cort¡¡rrtc., podrá terrer alguna tuaiiclacl resuelto, .v se están analizando con excesiva alegría vigas
vigas esbeltas y en las paredcs (alrnasl vertica- como elem(lrtros lineales cuyo ancho supera el ll]etro' sin siquie-
razón de ser en las
que
les de los caiones cclt¡lares de los puentcs, pero ningurra en el ra tcner prcsente cualitativanlente los esfuerzos tratrsverSales
planos y cl se desarioilan en las nlismas, dando pie a la aparición de
alguna
mundo de la edificación, doncle imperan los foriados
honnigón de las piezas se encuerltra totalrncnte confinado' salvo quc otra ¡ratología por esta causa (fisr-ras longitudinales en la parte
en los elementos de contomo donde deia de estarlo en un
lateral, superior ¡r en el rredio del ancho de las vigas)'

los cxtremos sin entrar cn el análisis específico dc este clemento estructu-


Si lo que se pretendc es zunchar el hormigórr en
acciórr di¡t¿lrlica' lo m¿is fácil ral, sí que nos sLlrge la itrquietucl de plante;irnos cuál será la dis-
de las piezas, por una hipotérica las armaduras de cortantc' básicamente los
innecesanos' ¡rosic:iótr trrnrucrril cle
sería decirlo de forma clara y deiarse de subterfugios
256 Los Ioriados relitulur¿s

plartas' cuando éstas son honnigoncs cjefinidos cn el proyecto de unas estructuras cill-
estribos, que deben disponerse en las vigas las rcsisten-
ser V., '< V¿' claclosanrerrtc arrrri¡cl¿r:, y construidirs. En la rcaliclad,
tien€rn r'¡eccsidad dc los rnismos irl
c:ias te<irici¡: scríitrr algr-r rncnores, a l¿¡ vista dc los v¿llores
clue se
en la que dicha apreciaciórl
Obsérvese que tod¿ls las especificacioncs establecidas nraneiiirr en la práctic.l ctlrriente; pc'ro claclo
y armadur¿rs a cortanle' que cacclellacjodclase¡¡rrridaclenlaintcr¡rretacióncjelosresultaclos,
disposición de los estribos restantcs
hcnros visto cn el apartaclo anterior, trütan (ie rcsolvcr el proble- hcmos o¡llaclo ¡ror nrirrimrz-ar l¿ls cliferencias elrtrc las rcsistent:ias
dcl hormigón
ma del contport;rnricnto longituclinal, pero la ttornra
[HF(99) y la crrtre cl homlig,ón real de lirs probcttrs y de las vigas'
nrayoría cle las normas del munclo obvian la
problemática clel rc- enrpleaclo crr los cálculos tcóricos (f.¡)'
punn ,r"nauorsal dc los cfectos cortantes cu¿llrdo los ¿urchos cle
err las . (.on el obje'.o de garanLizar plenanrelrtc la rotura por (:ortan-
ias vign, superarl claranlentc sll carlto, tal y corno srlc:eclc y
tc en l;rs Vig;:s. ::e clisptlso un¿l ltlefte i¡rtll¿¡citlra de tracciÓrl de
vigas planas.
corrr presitin ¿ clct. i;¿cla nrelltc a l'lcla(la en los extrernos' proporc io-
senlido corllún'
Etr nt¡estros proyectos, guiánclonos por el
cad¿l rrando un c¿rlrttl útil cle 20ó mm.
los 40 crn' du- .t
vez que el ancho de nuestras vigas planas sLlpera Vigirs r'nsaL';rdas: Sección 750 x 250 mm; - 20ó mtn
plicamos lransversaltnente los cslribos' diviclienclo ell tres
partes
Atnt sr-t1)e:iu'r 70 ló; p: 0,91 I ",¿,

la base de las misnlas, tal y como se reflcia en la Fig 8


33'
Arrn i'rlericr 1 O21. p= 2,270

. Colr c--l obit:to i-ie tener corllo reiercrtcia cl r:onrpc'lrtamiento


ser¡e, una
e.xclusivo a LL)r:anLe clcl iiorrligórr cle lars vigas, ctr c¿¡cla
de las vig.rs c¿irecíá con]pletan'tente dc estribos frente al conante,
r:rr l.r abla cle resr.rltados corr cl subínclice cero.
rcpresent;rcios f

. an.ilizar i¿r influencia cle la ciis¡rosrción geométrica de los


P¿rr.r
cstribos en la: \'igas ¡.rlanas' tanto longiludinal como transversal-
n'lente, l¿s cLt,rrrtía: geonétricas cie arm¿rduras dispucstas frente
a los coftantes se dispuso li;rlgitudinalmentc a 170, 127 y 85
mm
cle- scparaclót-l En (tránto al rcparto transversal de las ramas de los

cstribos, iniLjst¡inlente ignorado en la EHE, Código ACI-3llt y


EC-2, sc h¿ re¿liz¿clo nlanten¡endo idónticas cuantías de arnladu-
r:rs, clis¡roniéndose en las vlgas ensayaclas 2, 4, 6 y 8 ramas. Con
el obleto clt: cL;rlplir lo es¡rccificadc¡ ert la EHE, se it¿l lirltit.rdtl l¿
(:alJ¿rcicl¿cl resislertttl de l<¡s ilcc:ros errlpleados a urla
f,..1 = 400 \1I)a pese a que la rtrayoría de los aceros t:rnpleados
Fig. 8.?3. Disposición <lc cstribos rcconrenda':l;r cn i;'i' "ig'is lliarrii:' t-r't'tndt>
B : 40 (:nl. sr,r pc-ral:ii r r,r rl Ill i¿i I tlerr tc k¡s 5 0() lv'lPa.

.lan-rbiérr, par¿1 \'et l¿ infltlerrcia que [ier-rc frente a los esfucr-


Con el ob¡cto de dar una resptlesta más científic:a al ¡rroblenta
zos colt¿tnte5 clt¿rIrarñtl cle los apoyos en l¿ts vigas plunas, las sc-
planLeado, los profesorcs cie la Universiclad Politécriica de Va]err-
ro- ries R, A ',' C ',rc: ¿rpQy.:¡rorl en tc¡cio su ancho' es decir' cn sus
cia, antes mcncionados, ¡llantearon urt cc-lniunlo cle en5¿vos a
750 trtm (ie tla-'c; lllicntras qtre la serie D, descansaba cn ull an-
tura de l8 vigas Planas.
chr: cic -J[)0 rttlr'r, l]cse a terrer idéntica t¡ase cle 750 ttlrtr.

E.7.2.5.2. Descripción de los ensayos realizados . L¿is (¡r'g¿t.r sL ir¿illsnriLíalr segút.t cl siguicn[e t'SQu€111é:

. Lr.rs enseryos sc rcalizarOn gobre L:n¡ serie cle ,.'i.I;rs t)l¿n¿is. ttl-
cu)/¿r c¿i- Coes gn no-o.
clas ellas de 750 x 250 mm, fabricaclas con LlIl irort'rigcin
liclad ft¡e estinlacl¡¡ por las probetas cilírldricas corresi)orrclicnles

Serie R fc : 29,2 MPa i.' = 27 t\'lPa


Serie A fc = 24,5 MPa [¡r : 22 MPa

Scrie C fc = 25.2 MPa i,-,: 2'i MPa


Serie D fc = 32,ó MPa i,¡ - -30 MPa

El ar.rtctr, en la intcrpretación rle los resltltados,


hii estirrradcl qucl
poclrían qltc-
clichos homiigones colocaclos en lars vigars clrs¿ivaclas
Ju|. a"tolngaáos para las diferentes antas¿rcl¿.r5 por l;r res¡stenci¿l
Fig. 8,3a. E'-i\:iilr:l:;1 '-:¡r'rinliSiÓn cic as cargas a l;rs vigirs reaLiz¿d¿i5 c:')
que ':li
expuesta, pucliénclosc est¿blecer la hi¡rótesis los t:tls¿il't,rs.
caracterísLica
Lns forjados retitular¿s 2J9

. Ia viga D4 tuvo problemas durante los ensayos y sus resultados deben considerarse con reservas.

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l.os forjados retkulares

8.7.2.5.7. Análisis e interpretación de ¡esultados L¿ limitac:Ón c1e clue f,,¿ s€ mantenga por debalo de 400 MPa
resulta un critcrio conscrvador. pudiéndose elevar claralnente a
La fórmula que establece la EHE ¡>ara la cietermin¿ción de la 500 MPa, si l¿¡ fisr.rr¡cjcirr rrc) es ut'l condicionante del proyecto.
resistencia del hormigón a coftante (f.u) cuando las piez.rs no lle--
En cuantcr al tamaño de los apoyos dc las vigas planas, se ob-
van armaduras de tipo alguno frente al mismo {0.12( en vez dc
serva con claridacl cómo cjescierlde el cocficiente de seguridad y
0, 10 E) ha proporcionado un valor mí¡rimo dcl coeficierrte cle se-
cuando en vez cle apoycir l;rs vigas apoyadas con su ancho total,
guridad globaly = 2,14 t>ft .[ = 1,95 l, pesc a oper¿ir corl Lrna
st: reduce el :nínimo a 300 nlm, aunque se superen siempre los
f.u muy por encima de lo habitual coeficientes de segr-rridacl exigidos sin problemas de tipo alguno.
Dado que en la serie de ensayos realizados no se clispclne de
Los autores cie ltts c'nsa¡'os proponen una fórrnula que tiene
resulL¿:doscon cuantías dc armadt¡ras cle tracción diferentcs a las
prcsentes los efe-ctos beneficiosos que sobre el cortante posec la
establecidas (p = 2,2 7o), nada más puecle decirse al respecto
reclucción de l;r se¡:aración transvers¿l errtre las ramas de los es-
Si hubiésemos etnpleado el vieio criterio cle f' - 0 lÓ ,[¿ err tribos y la influenci¡r dci tar¡año dc los apoyos en el mismo.
MPa, para comprobar con los resultados de los ensayos, el coefi-
ciente de seguridad y más baio obtenido, hubiesc sido de 2,98 en
vez del 2,14 de la viga sin estribos con el actual criterio cle la nuc-
va norma EHE(99),
V'.r = V.u + K'P \/-.,r r(= .1,. u=(B)'
sielrclcr,

La fórmula de la EHE proporciona, en nuestra opinión, valores (l: canto útii


: bL,f ).:r !'¿ciLin Ir-r",11;i;di ndI c'r t re estribos I lllm
más aiustados al comportamiento real dc las vigas cuando las
5 I

s.: :;epard(.ii|l i¡.r:s!t'r5.'ll erire ranlas lmnll


cuantías son altas y elevan los valores de f.u por encinra de los que br tam.]lio de. a1.ti::ir':
proporcionaban las antiguas fórmulas de las EH; pero debe panir B: drrcho de .¿ ,.'ig¿

dc unos valores mínimos que podrían vcnir dados por


en MPa (véase Ancxo I), algo mayores que los pro-
Lv = 0,14 fi
porcionados tradicionalmcnte por 0,13 8.7 .2.5.4. Conclusiones prácticas
úct .

Ll eficacia de un único estribo en las vigas planas de bases res- Lc evaluación tradicicln¿rl cle la resistencia dcl hormigón a cor-
petables, como las ensayadas, configurado cotl 2 ramas exclttsi- ó f;r = 0 I 3 en MPa para las piezas litrea-
vamcnte, deia bastante que desear, dado que los coeficierrtes dc
tante i-,. = 0.1ó J[l J[
les tvigas) cletrerÍa scr considerada corno una cota inferior de la
seguridad l obtenidos para las mismas son menores, aunclue gra- rcsisterrcia del homrigÓn a cortante, que podría experimentar un
ciasal comportamiento resistente del hormigón sigucn cunipliendo
ir'lcrenento. pero nunca urra disminución, en función de la cuan-
sobradamente los coeficientes de seguridad esperados. Cabría
tía dc la arrnaclura de tracción, con una fórmula semeiante a la pro-
decir en descargo del resultado antcrior que los estribos ensaya-
puesta por la EHE. Un v¿rlor más aiustado a la rcalidad para f.u
dos longitudinalmente no cumplían la separación rrtítxinla ¡rcrmi-
tida por la norma que, al margen de otras consideraciolles' se podría venir <l;rtltt por 0,14t J[
o rcdondeaclo ¡ror seguridad a
encuentra fiiada en 0,8 d : ló0 mm < 170 mm de los cnsayos. 0,14!6envczcle 0.13J[
Para idéntica separación longitudinal entre estribos, cl coefi- De esta fornra. la resjstencia a cortante que proponemos po-
ciente de seguridad aumenta a medida que el núntero de ramas dría scr conlo nrítrinro el mayor de los siguientcs valores:
que posean también aumente, disminuyéndose la separación
transversal entre las mismas.
Lvr = 0,14 ' [a lerr N'lPa)
Lr" = r", {si f.u, > f.u, )
Aunque sin disponer de información suficientc cn nLlestros
[u = t'", (si f.u, > f.u, )
proyectos, desde siempre hemos estado aplicancio el criterio ya f.u, =o,l2E'lloo'pr'[rl
I

] {enMPa rJ
expuesto, relativo a la separación transversal de las rarnas de los
estribos: dada una viga de B x H si su base B era rnayor que H y
variando l¿¡ misma en furnción de las tcnsioncs de tracción o com-
ésta superaba los 400 mm, disponíamos sicmprc al mcnos dc
presión (¡ue exislan en las zonas que se analiccn, tal y como ex-
4 ramas transversales en la disposición de los estribos; es decir,
poncmos en el apartado 8. I 0.
que la separación nráxima transversal entre ranlas dcbe ser ntetlor
o igual a 350 mm. A la vista de los ensayos realizados con las for- . L¿ separación longitudinal entre estribos estipulada por la
mulaciones oficiales, siempre que se respete el criterio anterior y nornra EHE(99) (s < 0.80 dl parece apropiada o incluso conserva-
la separación transversal entre las ramas no sLlpere el canto úrtil, dora, sin que seá ¡rreciso reducirla por otras consideraciones que
y al menos existan cuatro ramas, podría incretnen[arse ¿r efeclos sólo platiteatt ertc¿rrecinrientos y problemas constn¡ctivos innccc-
de proyecto el conjunto (V., * Vrr) un l0 % mÍnimamente. sarios.
Los loritrdos rrrticuiar¡s

. Parece razonable fiiar una separación transl'ersal entre las ra- El cort¿n¡e de diselio Vd es realmente resistido y equilibrado
mas de los estribos, que no debería super¿r ntrtrc¿ los 35,'40 cm. por las siqr-rierrtes fr.rerzas, refleiadas en la Fig. 8.3ó:
Una separacién entre ramas del orden del canto ú¡til cle la secciórr
proporc¡ona magníficos resultados. \/.: Coñ;rnte resistido por el hormigón contprimido no fisurado

\¡.: Cort. resistido por rozamiento ent.re los labios de la fisura


Los efectos beneficiosos de la separación tr¿rnsr,'ersal de las
ranlás y longitudinal de los estribos p.xlría tenersc'L-n cllcnta. ¿sí \i,i: Cortarrtes resistidos por efecto pasador
como cl cfecto periudicial del tamaño dc lo: apo',os de alguna Reslstencia transvcrs¿¡l de las annaduras)
rnanera, tal y como se ha visto en la erposición \/. .: Co(ant€ ¡:bsorbiclo por tracción ert l¿ts ¿rnrt¿¡dtrras dc coftante

Tambión podría ignorirrse el línlitc de nr¿n:ener lr¿ < 400 lvlPa, C: Resr-rli.rntc cjcl bloqr-¡e cc¡nrprinticlo en la Sección 2 (S-2)
pudióndose eievar hasta la cota de j00 \f P¿ cuanclo l¿ fisuración
no sea un condicionante del proyccto
T: Esfurcrzo rle tr¿rcción en la armadur¿ rJe la Sección I (S-l)

Err el cli;rgrarla vccrtorial de la Fig. 8.3ó, podemos obscrvar que


la tr¿cción 'l c-n la Sección I dc Ia armadura es superior a la com-
8.8. Interacción cortante-flexión (decalaie presión C cn l¿r Sección 2.
de las leyes de esfuerzos)
Cr-rri el ot':ir-'to de sirrr¡:lificar el problerna, todos los textos con-
Estarnos acostumbradOS en Cl dimension¿r¡¡:elt<t dc. lcfS ilITIa- sultadc¡- errglotxrn r.tn un sólo factorV.r., cl cortante resistido por
cluras de flexión, obligados por la lnstrrcción EH-9 I y' ;ilrtlra por l¿ sección cle lrorntigón, allnclue en la realidad sean diversos los
la EHE(99), a decalar un canto las leyes Ce rrcrnlen:o alargando las factore: c¡Lre contribuyan ¡¡ resistirlo:
barras de tracción en cl senlido más desfai'oratrle para tener cn
cuenta el cfccto de la fisuraciótt oblicu¿ dr,-bid¿ ¿l (.onar)le.
\'., = V. * Vp¡ * {rz + Vpg + V,

reciució'rciosc cl csquenra anterior de la Fig ii.3ó, a otro mucho


nrós siniple de ::n¿¡liz¿¡r reflejado cn la Fig. 8.37.

seefdn-l
<- c
lig. 8.?5. Decalaje dc las lcycs de ntonrenio' ,Fr-l-Ql F.l lLt Vc,t
Con todo lo expuesto anteriormente, \'e¿rnrc): lina ex¡rlic.lci<irt \4.'<otn3o<
justificativa de dicho decalale. Supongarnos la pieza fisuracla con 3

I
armadura transversal:
-eT (ocs.om¡.csta en
Vs" Vs.^. cc,htr3x )
¡

F:g 6 ii [-:;:]L:irrr:. si:rrplificado de inter.lcción cortant(:-[lL'xión.

Ai-.l.rncio Lu'l¿ zona de l;r viga y cortando por la biela de com-


prcsión o I¿i inclinacjón clc Ia liipotética fisura e, y tomando mo-
nrer'ttos respccto ciel trunto 0 de las fucrzas existentes en el
csQUel)1ct srrlll¡liiicaclo. sc tiene:

\1,- -T.¡-\1., j .otone0-%u'c:otangü';+


+\1,,., z cc)t¿il'lg e = 0

Fig, 6.3ó. |-quilibrio de flrerzas resjstierrdt¡ cl cot:¿,:-.:e 'l ''; .: r::


Los forjados rctitulaÍes

Reemplazando Vcu = V6 - Veu: Para r-tna secciól¡ dc r¡na viga dc abcisa x donde se calculc a
flexión, debc coloc.rrsc la ar¡naclura que resulte de calcularla des-
s¿ \l.cotans plazando la ley cJe motllentos una longitud igual al canto d en el
r= .[", - vsu).cotans e - cI
senticio más clesf"¡r'orable; cs clecir. en el sentido en cl que crczca
la ley de morlentos llectorcs.
lo que nos indica que a la armacjura longitudinal de flcxión en la (x
Sección l, calculada para el momento de diseño M¿ ' debcmos Nt,1ix r+dM¡ _ .d- _ tvt¿ tx + d)
I

añaclir un término debido al efecto de interacción con cl cort¿nte xrf d;


Tr
z z
expresado Por AT.
Atcrrciótr, 5i e'xisterr carg(rs puntales que producen cambios
bruscos en las le-vcs, al no cumplirse que la derivada del flector sca
t=Ud+¡T
z el cort¿rnte cn clichos puntos, la teoría del decalaie sufre un serio
rcvés etr sr.t plarrtcanrierrto teórico y el dimensionamien[o con el
V'o 'l..otrng decalaie exige corrsicleraciones adicionales que garanticen que a
rr = lv^ - ¿ -! '.orune o
t" )
e
la izquiercla, a l¿ clcrecha y'en dichos puntos singulares, las arma-
cluras r:ubran los esfuerzos de flexión y cortante plenanretrte'
por lo cual, en general, se necesita más arm¿duras que l¡i estric-
Las distancjas qlte a efectos prácticos creemos que deben cu-
tamcnte necesaria por flcxión, pcro solarncnte si la sección se el'l-
brirse con las ¿rrnlaclUras Cle'l cortal'ltc máxinro pueden ser estill]a-
cuentra fisurada o en estado límite último.
clas e¡r clos Veces cl cartlo cic la sección a izquierda y derecha de
Como se desprende cle la fómrula obtenida, cl increlrrcnto cle l<.ls puntos singulares, conro pueden ser aquéllos que rcciban fuer-

tracción en la armadura de tracción es tanto mayor cll¿¡r'lto mcllor tes cargas pr.;ntuales: prlares apeados, etc.
sea la armadura de corte dispuesta y cuanto nlás ortogonal sca, L¿ nucva EllI simplifica el proceso y demanda que las arma-
aumerrtando también cuanto más tendida sea la fisuración clefinicla clLrras longitLrclinaies cle flexión deberán scr capaces de soportar
por el ángulo 0. de tracción rcspecto a la producida por M¡ igual a:
un incrernento
Para hormigón armado, tomando 0 : 45", el increnretrto dc:
tracción en la armadura calculada erl ur'la sección de referelrcia AT =
I

,.V.,¡
.lcotirng o-cotang c[) lll
para un M¿ y Va dados, sería:
No sc c¡lvide .i ,* .,n la cclificación convencion¿¡l' sin pretensado
y con piezas de sccción constante y estribos vertlcales
AT=V¿-b,'+cotangd,l = Vl, col¿tng e =, I !'cotang (l = 0, la ecuación ll I se trans-
Vrci
forma en l2l.
Y si colocamos como armaduras de coftante úrticatlrente estri-
bos a 90tt: -rr= jvo t2l
v-..
¿t=V¿- Esta prc*<cripción sc cumple cle forma autonrática, decalando
i,, la lcv cle lnoutcntc)s flectorcs una magnitud igual a:

La lnstrucción Española EH-91 y la nueva EHE tarnbiérr lo per- I


Dec.rlajc = j'z lcotarlg 0-cotangq¡=0,5d lll
mite, en vez cle aumentar directamerrte la armadura de lracción tal
y como hemos expuesto, prefiere por simplicidad operativa deca- L,a regla clásic¡ cle clcc¡¡l¿rr la ley de momcntos una magnitud
lar la ley de momontos un canto y aurnef'ltar la armadura de flexión igual al canto úLil queda en cualquier caso del lado cle la seguri-
indirectamente para el cortante por cl lado <lt: la seguriclacl' en ge- dad' irrcluso :i c.olocár¿¡rlros b¿rr;:s a 45" deiaría de ser trccesario
neral, ett vez de calcular AT. dichc.r clec.rlaic:, prlesto que se ha deducido prescindierrdo de la
contribtlción cle las annaduras de cortantc colc¡cada'
\bamos por qué lo hace así:
El profesor l. Cal¿rl'era llama la atención sobre la incorrección
cons-
n)u dc cleialar la ley cle flectores en ¡liezas que no tengan sección
T=Md+ar=& *[uo -u;. *uo qtre el enor quc se conlete es pequeño'
ZZ tante, aunc¡ue adnrite
)=
puecle caerse clel lado cle la inseg.rridad en aquellos casos, real-
Como puede verse, se desprecia el efecto benelicioscl de las rncnte ilógiccts, cl'l que la pieza disrninuya dc sección en sentido
armaduras de corte dispueslas, optando por el canrino o¡rerirtivo contrario al qr-re aumerrtan los mot¡rentos flectores; pero cosas
de dccalar la leY de flectores. peores se halr visto, se vcn y se verán cn algunos proyectos es-
salva-
dlL lructurales actuales, clonde inrperan expresiones formales
{Ya .z -'_* dl
H¡., '¿
jcs a costa de lo que sea, con tal de llamar la atención'
.¡.MoJVaJ=!* dx <
-t
z z
L¡s fori¿do¡ r¿ticular¿s

Tomancio Iltonterttos respecto <lel punto A (armadura de trac-


8.9. Esfuerzo cortante en vigas de canto ción) obtencnlcls la ct:tlación:
varlable y en vlgas Pretensadas N1.1 +C'coscrc z+N.1 'e:0
y
Aunque este tipo de vigas sea más propio del nrundo
de los quc¡nos perntite ol'ltcrter dcl sistema de cctlaciones C y T recm-
no por ello cjejan de presentarsc erl plazar en II |, obtenicnclo la ecuación rcsultante l2l'
puentes que de la ctlificación,
peraltaclas, etc'' conlo I)¿ra (lue nrerezc¿r la
suficientes casos vigas
pena plantear su análisis' .--\1',, +Nt e

z cos c/-,-

1=---l- ¡xr +c coscr.l


-+r=
*h [*,
-ltttti"s]
,r,
'-l tt"'t,+N¿eI
c.scnd.ft- V..t=\',1*lIL¿lt
\,--'lr1 ,+N
C. <os o(c.
-(-l'tungar-tangcx'c
l:l
r(
O( R.€c'"re.(t ri3 : los
5i el ¡xil N¡ o, como st¡ele ser lo nornral en las vigas de
T.end¡ ig
lo ios. :t-' Le rrdría
e-di [ic :

\l' - .[ta.g cr, + ta.g crc I


V,., = \',. - rar,g
",
- !n 't¿urg fi(' = Vo Y
\,,,1 = \'ir -,,tJ,lo .[tartg u, +tang a.] t3l
Fig 8.38' Piezas dc'sección !aÍli'Frlc

c¿tso cle las vigas de


La Instrucción Española tiene preserrte e[ Err c:l ntc:nretrto evalu¿tr el aumerrtr: o el decremento de V¿'
clc--
recluciclo V'¿ c<'rt]ro el cor"
r".atOn ui¡iUfe y nos habla del cor[ante téngun,." p,=sentes los scrlLiclos de lc¡s csfuerzos y la geometría
de honrigón y las arnta-
o* clebe absorberse con la sección la fómrtrla re-
ir',pi,ur,o en la Fig. 8 38, ¡lor lo que se ha dedtlcido
""i"
duras tle cortante. su llat'ttc.

Vr6 : V¿ * V.¡ l2l Ert el caso cle las vigas pretcnsacias' se


producen dos efectos
diferentes.
Vrd sería el V,¡ de diseño visto anteriormen[('
. En tlrinrcr lr-rgar, la tensititi principal de tracción
en el alnla se
pretensado' retra-
cle ia contpottente r.eci,,." co¡rslclerablernerlte por cfecto clel
El término Vcd engloba el valc-¡r de cálcr'rlo
al
puJ"u . lu sec.'ün dá las ftlctzas adicitln¿r]es c:on¿rtrte ¡ruro
!i; sárrcit¡se o irn¡ridiérrdosc ¿rsí la fisuración'
reslrlt¿i|re clc ren- en la CI-¿\SE I y CLA-
i,J"c,r, de la proyección sobrc l¿ nrisnra de l¿ En tocl¿¡s l¿¡s clases, pero espccialmentc
tracción' clásico dc tensio-
siones norntales, tanto cle conrpresiórl conlo cle SE ll. puecle efectuarse un análisis elástico
r'tes leólica r-r'lcrlte nluy vá lido'
J.Calaveraseñalaconbuencriterioquecltérnlitlo.'Cortalltc puede re-
qtre la r'¿rri'rción clel can- ' En ses.rndo lugar, el tr¿:zaclo curvo de los cables
reduciclo" no parece muy correcto, dacJo
cluc:ir el ( ort¿lllte considerableulell[e'
;;, ;;gút, .orr''o ,. produzca, pttede recJtrcir o aLrlrrl-r1t¿ir cl esfuer-
por lo qr.re propone el témrino de "coftantc efectivo". te tend ria-
zo coñanLe, Si segr-ii r r rt.rs el 1:letntea rniento cfet:t uado a nteri()rrnen
prclyccción c'le la fuerza clel pretensado sobre la
la Fig 8 38' el cor- r.rros q,-re .rir"rclir la
Tomatrclo, poreietttplo, el caso reflelaclo en trlás-
sección sería: sección cLrmo !lr'1 térnrinr¡
tanteV¡¡ efectivo c¡ue actúa en la
\/r¡ : Vcl 1- V¡.¿ * V¡lrr:rensacJo

Vrd : Vcl * T'sctt q + C'sen üc lll

Vcd : T' s€fl cx1 + C'sen ok

Y Por otra P¿lrte se [iene c]ue:


F n 8 ,i(.1 Efer-Lo cjel ¡:rt:tf ensaclo sobrc cl cortarlte
N¿ * C' cos c{,c-T cos crr = 0
Los lor¡ddos r¿t¡cular$

Situviésemos el caso indicado en la Fig' I 39 {b), tetrdríamos

lil+GWW
que el cortanLe reducido o efectivo scría:

Vrd:Vcl -P'sencr

el ditnensiona-
lo que podría suponer un ahorro importante en
(:uenta qile las fuer-
rnierrto'cle las armaduras de conante' hatlicla
zas de pretensaclo suelen ser considerables' EI axil \ es Lli-;r¿..ie:'ili.. ., ;:::::['.lu ¡"t*' (:ncor]trarsc mavt'rracl.'

\1 i¡rle dtruia l¿ls tct¡sicrrreg cle conrprcsión


Fiü.. 8 40. \1i11i(':':e¡

E.10. Efecto de las comPresiones Y x h' la expresiórr anterior [2] se


P¿ra secciotres rectar'lgulares b
ii.".iot sobre la resistencia del transform¿lría en;
"sa cortante
hormigón fc"

La resistencia del honnigón a cortante


puecle variar cle rln ele- tr, = t) 5 *,,
['
*
J-i: )= [¡ {Kp / cnr2 }

c¡rracterísticas georrré-
nlento cstructural a ott de las
"ni'nciÓn
taly como potrt-:n clc nr;¡rrificst. los de tratlción' puc'den se-
i;i;;;;; los mismos'
o.sean 5i el axil e\i<telrlc en la sc'cc:ión fuesc
ensayos rc'alizados' q;rrirsc clos r'Í;is.
y cs corrsiderar
lo que posee una gfaIl ' L¿ pritlrcr;r' ia más práctica recontenclada' :
Fero, indepencJientenlente de lo anterior, homrigón ¿r cortante $tu 0) y
cle las piezas cs qtre ós- nul¿r 1¡ corltrit¡Lición clcl
importan.i" en ta ,eslsüncia a cortantc
c.mo sucede corr e-l prctensad.' abrodlet los cortalltcs exclusivamente con artnadLlr;rs'
tas se encucnnan .o*pii*idas,
anteriores l2l
o traccionadas.
' L¡ segurrria col'lsiste en aplicar las fórmulas
l\'1., y opcrarrdcl coll Nd cn vcz
Ett el lrrimer caso, tal y cotllo herrtos
clicho,err ct
"lt¡1]l-l'{l-],1- l' 3l. <-.anrbi"rrrtlo el sigrro a
f

reducirse las [racciones prtn- cleN,ccltrloqueseobtieneelv¿rlordef..uqucclebenros


t.t¡ü Jlt" rn efecto beneficioso al
calcular Vtt''
a. ut to*presiones; ett el segunclo caso
strccde asignar al horlttigón a efectos de
Jü.t o"i"r..to generaliza-
iiü r.L^""rio, con ioque tos riesgos clc fisur¿rción
I
t =0: ta lt--" )ro (Kp/cm2,
M..
da aumentan.
del honnigórr err las bielas
No obstante, frente al agotamiento ,r,
son desfavora-
o¡ticr',", comprimiclas' las iompresiones 1;rel'ias (KP/crn2]
ul bol"n." final resulte en gcneral beneficioso sea
[:,. =0.:> ,.n
t ür,
"un,lu.
i"^er las secciones comprimidas frenre al
-t"
cort¿itrte' ['-]tl )=o
ñ;;bi"
del hornrigón a anteriormentc' la nue-
Si accptamos tJe particla quc la resiste.ncia . En el llresetltcl corlro se ha pocliclo vcr
cortante fiu pueda venir dada por fórrnulas
del tipo:
uo N*n* EHE recoge la filosofía
expuesta de los efeclos benefi-
existentes en las
.i.rror' ,, periLrcliciaies clc las compresiones
fcv =0,5' L,r (KP/cm2l EH-91
;".;;t, c;rnaliza las bielas traccionadas y las biclas
uancio
obli-
c:u.ts cont¡rrimiclas
fv =0,1ó' ta =0't¡' l¡ tltear EH-ql lll por una carga o
sección se encuentra colrtprimida
C.u¿rntio Ia
l.¡ lueat Acl-316 u,.r pr*i*ni¿o, no catre cluda
de clue las bielas de corrrprcsión in-
Lu =0,145' las ten-
Itinr¿a se pc:riltcjic"rdas y' por tanto' la Norma reduce
fcv cotr los vielos cri- 'c:rl en las mismas
cuanclo existerl compresiones, la fómrula clc siones cle irgotanricnto t)or compresión oblicua
terios se transforma en l2l: (0,ó fq¡) por un factor K clado Por:

tv =0,r. r.* (r*H, )= [.¿ tK¡rrcrn2) l2l Vul = K '(0, ó' l-.¡ )' b 'ct

sicndo,
Md: nlomerl[o cle cálculo concomitallte
col] Vd .1. l4l
cxis-
M.: momerlto ntínimo que, actttattclo con el axiL cie conrprcsión *=; 9. r
,"Á," y aon.ontitantc con V6' anula las tellsiones dc ctlm¡lresiótt
que trata de tracciottar'
exis-
[,- tal
tentes etl las fibras
Los loriutlos retkulares 265

Lr resistcncia virtual dcl horntigétr a cortante, si prescindirnos


o. = '^tt
N.,
(compresiones positivas) l5l del etecto l:cneficioso de considerar que la sección se encuentra
nc
conrprinricla, ¡.rodría scr:

(supuesto 0 : 45' y estribosverticalcs q - 90Ó)


t,,, =0,13. [r =0,13. 30 =0,71 MPa

Y en cuanto a la contribución dcl lrc.rrtrtigón (V.',1 para rcsistir 5i n,¡ rrecesitanlos estribos y quisiéramos tencr erl cuellta el
el cortantc-, puede versc que mejora clarantente cu¿rnclo la sec:ciórr efecto belreficioso dc las tetrsiones dc compresión, la rcsistencia
se encuentra comprimida, aunque se indique con una fonnulación virtual clel hormlgórt a cortilnle podrÍamos elevarla a:
más compleia y que, siguiendo los criterios traclicionalcs' podría-
mos expresar así:
f,-, =t"1 +0,15'o. =0,71+0, l5'5=1,46
%,, =(Lu ) final'Ai Si neccsitamos colocar unos cstribos ligeros porque fuesen
necesarios, cicbernos operar con fcv3, que vicne dado por:
f.u (final) = ([.u + o,l 5'oc )'P
Lul = Lu2 'F
N¡ lPosjLil'o si e. ax I eE .lc c:otlrprcsión
6.=A: inchrt'endo -¿ .icción rJel preLc:nsadol

cJo.de p se cxpresa en estc caso por P = -ito]:X.l9:


^= 2.cotang e -l si 0.i < cotailg1 e I colarrg e. -',
P
Z'cotang o" - t

cotang 0-2
^P = .otongQ
-z
si cot.rng 0. < co:at:g e < 2
cota.s e(' = l;.c = i* rto = t'ut
0 = 45'1 cotattg 45o=
= t* -> I
cotang e(. .90
lct
R: 2'l--l = I =0,43
m

siendo, " 2.1.65 -l 2,3


Sección res¡stente al cortante : 0:63 < ftu¡ :0'71 y'
A'.: con lo cual f.'¡ = F f.uz o,43'1,46:
l.u: Expresión ya cxpucsta cn u 7 2' beneficioso de las tensio-
;;;;;,.l,('; di i'rte'oluiclarse clel efecto no exis-
ciel cer'"ri-'de g:;"ed':d de la set:- como si
oxd: Tensión normal cle cálculo a nivel n", .1" .o,''',presitirr cxistctttes en Ia piezay operar
de cálculo rnc r;rdo (:l p¡cten- resrlltit poco razonatrle'
ción. obtcnidas a partir de las accioncs tiesen, lo qr.tc'
corl-qide:'¡n'rcrs i'1uc es posjtiv¡
sado; en contra del c:riterio dc la Norma' profesor Calavera en su libro
l
Toclo lc': antcrior lra oblig;rclo al
siesclecompresión,cla<.loqueeselcritericl}l..lbit.rl..:lrtten:cseguidcrc:n a tener que realizar una
Proyectolt Crijcri/rr ¿ic Estnrct¿rias de
Hormigón
la edificación, Y en el EC-2'
serie clc: reflexiones en térnrinos
básicamcnte económicos sobre
corrsidecrda c'n valor
frr.rr: Resistencia media a tracciórr c'lel homrigón coloquial podrían resumirse
é .u'é", ou" traclucidas a un lengraie
absoluto [' nl =o 30'{h2k {MPal ' ió.ul'o,,, r dt :,trattrlaia' y aiápti^os para [) elvalor unidad' consi-
In'
dcranclo ¡irt'e - 0" r:rl ftrdos los casos"'
qlic pl¿rrte¡ la
Algo huele ir poclrido en Ia nueva formulación
cltrc clebe' tt--ner las c6r:l-
El¡r, ielativa a la influencia beneficiosa
pr"ti,rn*= sobre la resisteltcia a cortarlte clcl hornrigón' ct¡anclo
l¿t

pieza necesita armaduras frente al nlÍnimo 8.1 l. Casos especiales de carga


Veámoslo: E.l l.l. Cargas próximas a los apoyos
prt-tensada
Supongamos que hemos proyectado Lllra secciÓn del cortante
compresón a nivel cle su ccnlro de grirvedad Err l;rs vicias nQrlllas EH, y a efectos dcl cálculo
.on ur.lu tensión cle
próxirlras a los apoyOS, se ¡>ermitía nO
tllr seccitlneS
á. o. 5 MP"i. El hormigón es un H-30 y' por t¿tnto' sLt tt¡
vale: cle cliserjo l¿rS
- 'u tener cn ctlcntü las c;rrgas.s¡tuaclas ¿t Lrll callto útil a
partir de la
r c.l'¿ ciP lc¡s tlli:nros lun canto - recr'lbrimicrtLo : d canto útil)'
f1,,, =o,3o'' fll =o'30' 302 = 2 9 \lP¿
266 Los foriados retkulares

estos casos son


teorias hasia airor¿i cxptlcst¿ls Más cficaccs en
zon¿s de cül€a que nÓ ttlten'lellen sielrdo prácticamente irtútiles los es-
zona de carga que no interviené l¿is arm¿tclttras horizorrtales,
pá¡a et análisis be las bielas de contprestón en el dimensionamlentos dP las
quc poclrí;rn oblencrse por el método general de
,z armaduras de cone tribos verticalcs
d im elrsi on nr el'lto.
WIlitII
¡r i

tLtLt¡.uJ,.l, T t
a

8.1 1.2. Cargas suspend¡das


los ele-
Attrrqure h¿bitr-ralnrelrtc' solenros lrallsmitir las cargas a
no
mentos cslrtlctilr¿tles por sll parte supcrior, en c¡ertos ca5os'
muy frecr.rerlte's, ooclcnrcls tr¿nsmitirlas por suspetrsión' es clecir'

colgándoles por la Paile inferior.


Vd2: Cort¿nte de dlseño pa:a dirrensionar las
armaduras de cone
V6 ¡ : Cortante de diseño para ias blelas de cr:tnprestÚn

Fig. 6.41. Secciones de referencia teóricas para c.'llctrl¿r annaclur;rs y biel.rs


de compresión frentc al cortarlte.

Lo anterior equivale, a efectos prácticos, si el cálcLrlo se ha rea-


lizado a eies de apoyos, a dimensionar con los valores obtenidos
en las secciones A-A y B-8, observando la lcy clc corLarrtcs cic la
pieza.

Sin embargo, dichas cargas deben ser tenidas en cuenta en la


flexión, salvo aquéllas que se canalicen clirectanrente al apoyo,
como por eiemplo las comprendidas entre CD (Fig. 8.4 I l.

La nueva EHE y la antigua tan'lbién, establecen cn su litcrátu-


ra que la conlprobación de agotamiento por colrpreslÓn obl¡cr¡a
en el alma de la pieza debe realizarse con el corlantc dc cliseno t¡ue
Fig. E.42. C.rrgas susPendidas.
exista en el borde delapoyo, es decit en las secciones C-C y D-D
con V6¡. L:r cornprobación correspondiente al agotarrtiertto por
tracción en el alma y, por tanto, en el c¡il<:ulo de las arrrlaclr-rras de T¿¡l es el r:aso dc algunas vigas de cubierta corr el canto act¡-

corte debe hacerse en las secciones A-A y B-B con V¿2, sado lracj;r ¿rrriba, sobres¿rliendo de las placas horizontales que
cor)stituyen los foriados; o el caso dc tirantcs quc parten del fon'
Nuestra expericncia personal nos induce a scr mtlv cónserva- clo cle las piczas suspenclienclo determinadas cargas.
dores en este punto y recontettdar que se dinrcnsione el cortantc
a partir del borde del apoyo; es decir, en las secciones C-C y Cuando se somete tina viga a una carga colgada de str parte
D-D con V6¡ en ambos casos, puesto que en dich¿rs zollas ptle- inferior, aplicada a un nivcl tal que quede fuera de la cabeza de
den existir cargas puntualcs de efectos muy peligrosos' corrrpreslótr, los riesgos de provocar un dcsprendimietrto puntual
del horrrtigón clonde clicha carga se sus¡rende son elevados y cle-
Llamamos la atención sobre el l"recho de que todas lats cargas ben clisponcrse las o¡lor"lr r tl;ts a rmaduras trallsversales (armaduras
puntuales que se encrientren cntre A-C y D-B induccl'l lJllos ll'le- cle susperrsiónt coltvenictrtemente ancladas para transferir el es-
canismos dc corle típicos de ménsula cort¿r, invalidando toclas las fuerzo corrcsponclientc a la zona superior de la misma.
L¿s ftrrlados r¿ti¡ulares

5i sorr Pr i'P2 las cargas de servicio por metro lineal (reac-


ciones) qLle transn.ritcn los forjados a la viga a izquierda y dere-
clra, y \/*- eL corlünte qttc debe absor[rerse cotr armaduras, l¿t
expresión que rL-suelve el problema podrí;r ser:

d'n. A¡'
= l\',, +0 e.d. (q *pz ).rrl < 0,9. fv¿

ernplcarrílo ¡rarar elk-r el criterio de la norma española expuesto para


el cálculo cic los estribos vcrtic¡iles.

5j no se clest'a jugar sitlultáne¡inlente con la separación s de


cstribos !, el rlllnlcro de l:rarras n de nlanera coniunta, una vcz ob-
Ass teniclo el árca de lc¡s estribos Ab para Vrr, le añadiulos la carga a
suspcnder .tLln]cnta ndo su sccción :

.s
A tinal --^ T,(q+P2)'1¡
.-- rryd
^ir ^[l rr

.\, , .'it, cjt. esrribo firral


'': \iirerL) t]t l.lt.l.],l-c

: Sel¡.r:¿c:ó:, de ic:s estnbos pleviamente elegida para absorber el cor-


tanie

Fig. E.43 Armaduras típicas de sti;Ll":'sro:l


8.t2. El esfuerzo cortante en placas y
propias clcl losas
Lo antcrior sc traduce en añaclir a las arnr¿dut.rs
ya expuestos' una armadura
cortante calculadas por los métodos
a cor-
aclicional de suspensión dada Por: Cuarrclo estaba vigente laEH'73, el dimensionamiento
se ttacía aplican-
tanLe cle los elenrcnlos que configuran las ¡rlacas
P:Pt*Pz clo las cottsiclcraciones expuestas
para las piezas lineales' pero
podía absorber el hormigón era
considera,,clo clue c'l cortante que
P'Tr e:l clotrlc-; es clecir. :;e operaba con;
Ass =
]rn ' 5g¡1 (r

general que nos perm¡ie climen-


{ = t; {en Kp/cm2 )

A efectos prácticos, la fónnula


,;;;l;; ar.aciuras de suspensión de cargas rrr¡rttrrales
45" :
podría ser'
corllo se
l. = 2' \,. =2'0,5' i.o 1en KP/crn2)
ináilu la Fig. 8.43 (c) con cr
"n \", .: = 2'f,'v 'b'd = du 'u'd
^ - PYi
n'Ab 0,7l.f.,t sierr,lt,r i- = ::

siendo,
! de¡ccl-'a armadLlra trans-
inferior a V,-'-,' sc prescitrdía dc la
izclu'ercl':t
n' ÑJ.t". cle barras cle acero clispuestas 'l Y si V,-¡ et'.r
45n
A1,; Árca dc trna balra rnclinada
versa l.

En caso dc que tenganlos


que sr'rspcrtclcr fc-rrj'rdos en la parte ttrillones de for-
problenra c¿lcr'tl;trrclo sr'¡s Con el critt-rio cie la EH-73 sc han construiclo
¡nfer¡o, i.
unn u,go podiíamos resolve:r el
cl (oft¿trlte !' sllspell- i"¿* ¿" ,"il.i las ti¡>ologías inirnagirrables'
sitt que hayamos co-
.rtr¡Uos de tal forula qttc sirvatt para resistir riociclrl i.¡llr.s por aorün," ert las vigueLas atribtlibles al
anleriornlerlte expr-reslo de
dcr las cargas inferiorcs con el ciitcrio
nrenciclllatic-r ( ritcr¡o'
fomla simtlltánea.
2ó8 Los foriados reticulares

L¿ EH-g1 dela las cosas conlo estaban y la lnstrucción del he-


Al aparecer la EH-E2, adaptada alCódigo Modelo, nos encon-
tramos con que el valor de V.,, atribuiblc al hormigón cle los ele - tensado EP93 sirn¡llenlente varía el valor quc se obtiene de
mentos que real c'r virtualmente configuran las ¡llacas y losirs, cra Lu :0.: ,segun existcr o nc¡ ¿¡xil de compresión o tracción' mul-
a/[
el específico de las piezas lineales V.u = f ,' b'ci = 0,5' ,[, t-l'¿ , tiplicando dicho valor ¡;or el factor:
si bien era posible incrententarlo teniendo en cucnta las armadu-
ras longitudinales de dichos elementos por medio dc la lórrnula:
['. il: )"
Vc, =0,5'[u'b'd'('(l+50'P) f ll
ya explicado cn el ;rpartaclo 8. 10, con lo que se obtiene para f.u
siendo, el valor:

[u=0,5'tl (enKP/cm2)
t' = 0'5 tn il: ). [a {en Kp/cm2}
[r*
Lu = 0,1 ó'' fd (en MPa)

E = l,ó-d > I (d en metros)


I
L, =o,ró r.n
Ir*ll)=0,32
ld {enMPa)
A < 0,02 (cr.rantía fieométrica cle las arr¡raciur¿rs lotr¡itr.:dina- criterios quc, cofilo 1tr henros visto, han carlbiado con la nueva
'n = o 'o les ancladas a una distancia igual o nravor que d ett
EHE.
el senticjo de los ntontentos clecrecientes a parLir
dc la sccción en estrrdio)
L,: sorpresa aparcce c:uando la primera lnstrucción Esparrola de
forjados unidjreccionales. EF-88, retoma para las viguetas arma-
Por consiguiente, para prescindir de la armadura transversal en das los criterios de la vieja y espléndida lnstrucción EH-73, inclu-
placas y losas era precept¡vo que el cortante de discño V,1 tenía so sin la linlitación que imponía esta última para considerar el valor
que ser menor que el V., proporcionado por la fórmula ll l. Tam- V.u = 2f¡,' ir ' ci de que la amtadura longitudinal debía scr capaz
bién se exigía que el canto útil de la losa fuese rnelror quc 80 cm, dc absorber en la sección correspondiente un momento flector
unos 85 ó 90 cm de canto real y la separación entre los posibles igual a N'1.1 + V¡ ' cl por efecto de la fisLrración oblicua de cortan-
nervios, en el caso de losas aligcradas, no debía excecler cirrccl ve- tc (Dccalaje).
ces el ancho de los mismos, unos 50 ó 60 cm en los foriados ha-
SegLrn la FF-88, para los forjados podía prcscindirse de la ar-
bituales.
madura transverral, sierttpre y cuando se verificase que:
Las limitaciones anteriores fueron sistemáticamente ignoraclas : 2fcv'b'd
V,l <V.,
por la mayoría dc los proyectis[as y fabricantes de fonados sin que
ocuniera absolutamente nada. sienclc¡,
tr: Alrt:hrl ciei rrenio considcr¡clc:, incluyendo los t.rbiqt¡illc¡s de las pie-
Cuando aparecc la Instrucción EH-88 obscrvamos que se l'llan- z.,rs aligeranies cr conl;rc.to con el hormigón, si éstos gon resistcntcs.
tiene lo expuesto en la EH-82 y, en un alarde dc generosidacl, per-
mite que la separación entre ncrvios sin armaduras transversal lnchrso, prel'ia iustificaciórr expcrimental, podía aumentarse la
pueda incrementarse hasta ocho veces el ancho de los misrnos, rcsistencia a cortante de la sección de hormigÓn de las piezas del
unos 80-95 cm en los casos habituales. Sin comentarios. foriacio hasta el valor doble que proporciona la fórmula Il I elimi-
nando el coeficiente 0 50. Y además, se podía tener en cuenta la
[o cicrto es que la fórmula ll l, recogicla cn la nr¡rtr¡a nrencio- calidad y carrrticl.rcJ del ¿cero cmpleado a través del término p, con-
nada, proporciona valores V.u serrsiblemente irl[criores al valor de siclcrando el factor aclintensional (l + 50p) < 2.
2fcv.b .d.
V.. = E. (l + 50p)' fcv' b'd

siendo,

. -b
r - -A.
.,
b.d 4100
Ísistema MKS)

jYS
o = lh tsistenra srt

Fig. 8.44. Lr:sa aligcrada {piaca, forjaclo, etc )


I
E= 1,6-d > (d err metros)
bs loriados retiulares

jaclo y qr.re un foriad<.1 reticular tampoco cs un foriado, es otra cosa,


En aquellos casos en los que V¿ superaba V..', y se tenían que
y como nes qttctl;rtrtos sin saber lo que es tln foriado, puesto que
colocar armaduras transversales, se tomaba para V.u su valor más
conseruador (es decir, f.u' b ' d) y, por tarlto. el difercnci¡rl
del cor- iro lo defi'rc, y rros dice en sll irrt. 53: "Los forlados de hormiqón ar-
maclo t-t prelerrsurlo sc reqirán por Ia vígente'lnstruccíón
para el progeclo g
con las mistnas era idÓntico al qr'tc se
tante que debía absorberse
pieza convencional, la ejeiución¿ie fori¡¿ios lutidírec':ionales de hormigón armado g pretensado
obtiene de tratar los nervios como una lirieal
EF-SO', rlebiendtt rturtplir' en lo que n0 se lponga a ello' Ios preceptos de xta
lrrstnrcciort F.HE" llubo un tiempo en cl que, esquizofrénicamente'
V'u=Vtl-fcu'b'd ¡lr.l1bas en vigor'
estuvieron

En la norma de foriados unidireccionalcs la


F-F-9Ó' se recuer- Toclo lo rcl¿¡tivo cortante qlle Se cxponí¿l en la EF-9Ó y ert el
¿rl
o Ia vi$¡eta por puesto que se opo-
da que no debe romperse el hormigón del nervio borrador de srl sustitr-tt;¡, la norma EF'2000'
en las atrtiguas' propo- tnisma y' por tanto' un nervio de
lompresiOn oblicua, cosa que se olüdab¿ ná o f. EHE' prer,'alecía sobre la
dos veces más cortantc que un
o"i" el cálculo d" ta tomprobación
de clicha c<¡mpresión utt iotiuao uniclireccional resistc
reticular no
^te.i"t",
oblicua, elvielo critcrio cle la EH-91' a espalclas dc la nueva formu- nlt'o ¿* trn forjaclo reticular' puesto que ull foriado con clla
contradicción
ú.ü" á" r" rnedianre la ya conocida v vieja exprcsión:
EHE *r'r',n torl"lo segrn ta'iHr' erimanifiesta
gs:neralizaclo sobre el concepto de forjados
nrisnra ¡/ corr el criterio
S0,3'f.¿'b'd qrre exi.ste en el mundo cle la edificación'
Va
EF-96 y e:l borrtrdclr los trat.rt¡¿ de fonna diferente'i iPor c¡ué
sc perrnitía
En la nonrra de foriados uniclireccionales iPor c¡'.ró
foriado sea de 4 cm'
delanuevarromraEF-2000,semantetríaelcriteriotJcl¡EF-8f3para y ," p*r,'t''it* clue la cir¡la cic cotnpresiórr de un
rrttcesári¿r clicha ar- de cm?
no Jirr)on., armaclura transvcrsal y cuando cra
que ser 5
V sil"s llanr¿nrc.rs placas éstas ticnen
de matrera se-
;"d;", se rebaiaba la contribución del hornrigótl
de un for-
nteiante a colllo se venía realizando, pucliónciose hacer contribuir r.Por qut< resistía y resiste rllás a corlante un neruio
trtro stt resis- cle un ioriado reticular si le lla-
los hormigones que constit.uíalr el ncrvio. cacl.¡ cQrr ¡aclo rrrridireccion¿1, qLte un rreruio
y'
tencia caiácterística, la prefabricada y la obtenicla ir: sifu firral- mamos placa biclireccional aligeracla?
mente, se limitaba la separacióu entre nervios ¿i 100 cnl' 25 cnl
óPue<le alguiert pcnsar que un forlado uniclireccional de vigas
menos que los permitidos por la EF-88'
plarras y viguetas, <¡LLe nercJie cort[rola realmcnte st¡s resistencias
Toclo lo cxpuesto merecc algrrnrts cornetrtarios, aunclr.lc sólcl y ,r, urrr,,,,l,,rc1s en los taios de las obras -se hace sobre las mis-
quc fnas Lrn acto cle fé cn la bonclad inna[a de los fabricantes-, es es-
sea para poner de manifiesto una vez ntás, el oscttratrtisnro
rodca al cortante. tn¡cluralnrente nleior y reparte meior las cargas que un fodado
reticul¿lr dc idérrtico canto?
Evidentemente, scgún nuestro critcrio, existe utta c<¡ntradic-
quc clan Y esta ndo en vigor la EHE-99, el horrador de Ia nueva norma
ción de gran trascendencia en el tratamiento del cortante
las Normas EH (82, 88, 9l y no digamos la EHE-991 V el tratalnien- cle forlaclos Lrniclireccion¡iles (EF-2000) que
pretendía actualizar y
toqueproporcionalaNormaclcFor|udosUniclirr.cci<lrralesEF-9ó' unifornrizar criterios cntre i¡rrrlras seguía manteniendo cono capal
prefabri-
que coincide a efectos prácticos con el tratantiento c1r.le clab¿l a los clc com¡rrcsiótt trrínjtlta los 4 cnr, 3 cm sobre las viguetas
V.., la tradicional fór-
mismos la vieia Norma EH-73' caclas y proportí.l par;r la del"erminación de
tnLtl¡¡:
las
Al hablar de losas y placas, las vieias norlllas esperirolas
definían textualmente como: elementos superlkiales
plancts, tle sección
Vc,L=2'0,1ó fccl =0'32 t¿'na (enMPa)
normalmente a su plano nnditt
Ilena o aligerada, cargadas
pasaba ligeramen'
for- A alguicn le clebió parecer que el asunto se
Sin lugar a cludas, segúrr la clefinic:ión anterior' todos los a la ¿rctual [F-2oo l ' donde
la misma' t. .tc, iaiayu ¡' s,, moclificÓ ia EF-2000
lados quedan incluidos cn de compresión nlínima en 4 cm
sc sig.ten nlantenienclo las capas
se nlantienc idéntica zonas dc alta sismicldad en donde es
En la actual EHE-99, en su artículo 44'2' salvo que se conslrl¡]iü en
su artícr'llo 5ó pa- tal y como se proponía erl las anteriores'
definición sobre las placas y losas' aunque en pi*..'piiu,, colocar 5 cnr
de hormi-
precisión los términos a los <true dcl recubrimiento
rece que desea acotar con mayor ;.;; ;. altlrrent;j clc 3 a 4 el cspesor
cottslittildas por llattts maüzas gón ,obr" las viguclas -v en cuanto a los aspectos resistentes' se
ded¡ca su atención como: "Esfruc turas
tle honnigón ar' estableccn los sig'rientes critcrios:
oii*:**t cÚn n,?rvios en dos direrciones perpentlicularts'
a los apo'
que no ptseen, en general, vigas para transm.itir
/as carqas
mado, . P.:rir c-r,iL.rr la rotl]ra por cclmpresión oblicua err los neMos
sobre soportes cott v súr capitet" '
;;;;; d;;*;t;, directaménk se h¿r de curtr¡rlir que:
dcfinir el término FORIADOS' f,:¿'b'd
Lo que no hace la Norma EHE es V¿ <0,3
que una placa nraciza no es ttn for-
pi""*
aunque evidentement"
Los foriados rcticulares

. Los nervios configurados con viguetas y semiviguctas preten- servadores, como se empcñan en demostrar los ensayos que se
sadas (sin especificar sus tamaños) puden resistir a conante. realizan, existan o no amraduras transvcrsales.

Err la Nonra irrasileña NBR 7197 y en losas sin armadura trans-


Vcu = 0'32 [¿ 'b'd vers¿rl sometidas a flexión sirnple ños €Ílcorltramos:
siempre que lo avale la firma dc tln técnico cornpetclrte y se
\'t' = V4 f.t.b.dSlMPa
realicen los ensayos de cortante definidos en el apartado 3
delAnexo 5 de dicha norma. siendo
. Para los nervios configurados con v¡guctas o selllivi$letas 0,12'u'k
armadas la resistencia de los mismos a cortante se evalúa etr vo.,[f.|< I NlPa
t-3.d L
la lnitad de la considerada en el caso anterior, es dc-cir, erl:
cl. Ccln:o ti:ii

Vcu = 0' ló ' [¿ 'b'd (en MPal L: Luz cic l.: It e.¡¡
k:1.ó-ci>l
éTan importante es la industria de los prefabricados de foria- q=lt 501rSl5
dos en España como para que siempre consiga ciertas ventajas uk<175
frente a los forlados in silu, simplemente por incorporar a los ner-
vios unas semipiezas que en infirtidad dc ocasii¡nes sólo sirven
que, si lc.r aplic:arlros ¿i los c¿sos más frecuerrtes:
para transportar las armaduras dc flexiÓn positiva?

Cuando en la edificación española los ltormigortes ¡:oscían cl :0, 17rrr L.:5rn r-4=0,9
L
ak: r,5o
unas resistencias características entre l5 y l8 ]vlPa, tal vez pudie-
ran existir razones para iustificar los privilegios de los foriados prc- resulta V¡ = 0 2l \i Por l-anto:
fabricados frente a los construidos in silu. Pero, en la actualidad,
con unas f.¡ de proyecto entre 25 y 30 MPa y corl lir su¡rcrvisión \tu =V+ [ U.cl=0,21. (enMPa)
de los organismos de control -puestos por Lcy- a las Direcciones
[.b.cl
Técnicas de las obras en la construcción de los edificios, esas ra- Recordarrdo que, en elenrentos lineales, la NBR 7197 conside-
zones carccen de sustentación racional y las venta¡as que divul- ra que f,.,. = 0.l5 t[ rf,tnat. nos encoutral]'los tlna relación en-
gan no tienen, en nuestra opinión, razón de ser.
tre t., tlosasr 1.,. = 1.4, es decir, queen una losa seacepta quelas
Nuestra experiencia personal nos dice, tras proycclar y cons- secciones dc hornrrgón resisten del orden de 1,4 veccs más cor-
truir millones de metros cuadrados de fonados unidireccionales y tantc clrle resisten idénticas secciones cn los elementos lineales,
reticulares, por un cúmulo de circunstancias toclas cllas favc¡r¿ibles de ¿rcuerclo cr¡n los critericls españoles expuestos en la EF-96. Si
(piezas aligcrantes dotadas de una cierta resisterrcia quc se incor- bien esto es cier1o, en la nomta brasileña, por otro lado, se impo-
poraban a los mecanisrnos resistentes, anchos reirles y formas ne una condiciórr geonrétrica a las losas nervadas bidireccionales
cle nervios troncopiramidales en los qtre sc nrinusr'¿tloraba su an- a etectos cle c¿ilculo a cortartte, debiendo dimensiottarse como vi-
cho real y eficaz, resistencias baias del hornrigón en los ¡:roycc- gas si la clistancia enlre neryios es mayor que 50 cm y con la for-
tos (fck < l8 MPa), etc.) que el criterio de considcrar una
rnulacióll clc losas si es menor que 50 cm. Sin embargo, nos
rcsistencia a cortante para el hormigón dc V., = 2 f,." b'd en vez
so4rrenden lncom¡lrensiblementc los criterios portugueses.
de %u : f*'b'd podía ser un cr¡terio válido, cuando se dan las
circunstancias mencionadas entre paréntcsis ¡r la calidad En cl c;rsc¡ cie la norma portuguesa REBAP se inclica en las lo-
de los hormigones limitaba el valor f.u prácticamente a I lüPa sas que slrr armadura transversal el hormigón es capaz de rcsistir:
( l0 Kp/cm2).
V.':0,ó'll ó-d) r1 'b ci (enMPa),siendo l,Ó-d2l (denmeLros)
Nunca nos hemos encontrado patc.llogías ¿tribuibles ül corlallte
en los nervios de los foriados unidireccionales 1' cle los retictrl¿¡res, y aun el'l el caso de los¿rs clc poco espesor d : 0,12 rn,
bajo ninguna circunstancia, dimensionárldolos toclos ellos colr los
criterios recogidos en la vieiísima EH-73 y, lógicantentc, [an]poco lc,, = 0,(r' (1,ó-0,12)'rr =0,9rt (enMPa)

extrapolando los mismos con los criterios quc nl¿'tl'ltenía la E'F-9ó:


no5 crlcorttr¿inlos, qLlc resiste¡r menos a cortante que los elemen-
ZCuestión de suerte?
tos lineales, cn rn;lnificst¿l contradiccióu con casi todo el mundo,
Por otra parte, nuestra pcrpleiidad cs corrsiclerable crl¿lrrclo ob-
lleganclo hiist"i 0.ó r¡ lMPa) para lc¡s¿¡s de espesor elevaclo
(> átl cmt' E:s clccir, rtna f.u - 0,4 MP;¡ (4 Kp/crrr2) parir los hor-
seryamos que la tendencia generalizad¿r en la Norrnativ¿t lrltcrna-
nrigotrcs h.rl¡itr-rales. lVóanse los valores dc t¡ en la tabla dcl apar-
ciOnal es la de considerar que el horrnigón resiste a cortal'rte rnuy
poco, incluso por debaio de valores cstablecidc¡s clararlrenle col'l- tado 8.71
Los lori¿dos reticulares

Toclo lo expucsto, ligeramente confuso y poccl cohercnte, nos


Es obvio que esta Norma penaliza la rcsistencia de las losas
a

cortante y olvida la contribución de las arnladuras longitudinales nlotivó a realizar urr plan cJe investigación experinrental, en cola-
frente a dicho fenómeno' sin <¡ue podartnos erttender la razón de boración t:t-rn el lnstitnto]'écnico de la Construcción cle Alicantc
placas reticulares [:aio
{l.T.C.), (:onsisLente erl cnsay¿rr una seric de
dicha actitud. para con-
condiciorlcs pésimas frcrlLe al coftante, que nos sirviera
que hemos ve-
La norma ACI-3 l8 aplica la nlisma fonnulación tanto para ele- firmar, neg.rr o nlatiz¿ir, los criterios sirnplificados
y los cuales hemos
mentos lineales como en losas, admitiendo
las dos fórntulas ya nido aplicanclo cn nuestros proyectos' con
estructuras con for-
mencionadas. constn,¡clo nlillones cle metros cuaclrados de
ninguna patología cono-
otl*lurc's, sin haberse detectado
lineales y losas'
El EC-2 tampoco diferencia entre elenlc'rrtos 'r.fotpor cst¿t caLlsil-
cicla
aplicando la tlisrna forrnulación'
Nuestros e:n Lerios t-ran :

L¿ nueva norma NB-2000 brasileña'


para los'rs sin armadura
oEl cort¿nte en los elementos lincales
que se introduzcan en
transversal considera quc'
los fori;i cJ os retictl larcs, tr¿l nsforrrla ndo su mecanisrno resistente
no debe
V., = 3 ¡f 'tl+:O'p)'(1,ó-dt'oo l['¡ en '\lP'i; oq =0'17) t ¡.tir*cciouat en otro fundamentalrllcnte urlidireccional'
a cortante baio
tener privilegios cje tipo alguno y debe scr analizado
relativas a las
toclas las consicleracionei cxpueslas anteriormente
dc elemen-
Si hay clue rcforzar, se aplica la misnra fonrltll¿rción picz;rs Iinealcs
tos lineales, limitando:
r El c<¡rt.rnte clc los nervios clebe analizarse
a la salida de los
sih235cm igual a 2f.u' tal y como
fy¿ < 435 MPa áb¿icos !/ con un;r resistencia del homrigón
mínimo'
pernritía la EF-9ó, siempre que operemos con su ancho
sihl15cm que de los forjados reticula-
ta < 250 MPa Lllo ¿.tt* ser así, puesto los nervios
res tienen un carácter comcl mínitllo sitnilar
al de los foriados uni-
debiéndose interpolar para casos intermedios su penalización frcnte a los
clireccion¿rles; \¡ no comprcndíamos
a cstos.riltimos la EF-9ó' y en nlenor
frivilcgicrs quc: les otorgaba de ftu' dado
nreclicl¿ la Et'-200 t , opeiarr<Jo colr el valor tradicional
se emplean viguetas arntadas y
fo, tus viejas [H par;r ctrando
S.13. El esfuerzo cortante en los foriados 2 ' f.r, si (istas sc)l'l prctens¿ldas'
reticulares por orro laclo, cLrando el foriacjo se aligera con piezas
de hor-
que encolran los nervios forman un
n,ieO,,, lli iaL:iqt,illos laterales
El estado límite de agotamiento
frente a cortante' desarrolla- que amplifica los anchos
.uilt-,rrro con el hormigórl vc'rtido ln sita
expresa de la nonna EHE-99' ycuandose-emplean lascube-
clo en cl aft.44,segun mánifestación teóricoscje lO cm a l3 ó l4 cm' valor nlíni-
se refiere exclt¡sivamente a elcmentos
lineales sornetidos a esfuer- tas recupL^r¿rbles cl atrcho de los nervios
varía de un
o tr¿rcción) triple en sti parte superior
zos combinados de flexión, cortante y axil lconlpresión ,uá la basc cle l2 ctll a un valor
trabaiando fundamentalmente en
una dirección' "n
iurtrnOo partc cle la capa cle compresión'
V u ptuao, o losas
clcberian quedar que exponerllos para operar con
En realidad, los foriados de tipo unidirecciorral Sin lugar a clLrcjas, las raeones y
un valor real práctico
.rbierto, por dicho artículo sin los
privilegros econónticos que le 2f.;;; ;;; *uv ci"ntrricas, pero tieneny como ya hemos dicho y
norn'las EF y toda- consiclerable porque, ral
.,"*" en lo relativo al cortante las prirnitivas que no se olvide' no co-
la tlortna rcpitiendo reiteraclamente para
""ij"ri,n"nrur
uá"ürtru.n otorgando, aunqtle en rllenor nredida' venirnrls
a esta causa derivadas
forjados reticulares ¡l nocerr)ós patolo-oi:s ¿* i.lrtunt" atribuibles
EiZOO f IV hmbién se'gún <1icho artÍculo'
l<-rs
multidireccio- cle aplicar dicho criterio'
,", Ofu."t Ore apoyadas en pilares aislados trabaian ar- expucsta ampliamen-
,u pl"no, deberían qucdar excluidos del susodicho . No obsl¿nte' la investigación realizada'
"ul-"n," "n criterios anter¡orrnentc
tículo. ,* *n r",n Án"rn, nos obligal matizar los
conservadores:
a*ouat,o. haciéndoios ligeramente más
al 5ó 20 de la EHE-99' re-
aft'
Sin embargo, cuando nos vamos
ttr-¡s clice: "Se comprobttrá el es' .CtutorcsistctrciantínilnacJelhormigónacortante,siempre
ferido a placas y losas sobre apoyos proporcione la
de acuerdo rcn kts indicaciones poár",u.-r. cntpltar el resultado que nos
tado límite de agotamiento frente a cortünte
"lrt-
l¿s rterpios ert su fónnr:ia,
oÁtrn qqí. en particular' deberán ser comprabados
'*,trrgo
A ábaco g los elementos de borde' vigas o :untúos" éErr qué
que-
Lr, = 0, | 4- i.L (MPa) (f.v s I MPa) ll I

clamos?
Los foriutlos relitulares

que poseall
- Cuando se empleen bloques aligerantes perdiclos
una cierta resistencia, tal y como pueden ser los de horrni-
górr, y se opcre con nervios troncopiramidales como los ttrue
áxistán en ios foriaclos reticr.¡lares de casetones recr.rpcrables
consiclerando el ancho mínimo dado por stls bascs' el valor
de f.u puede elevarse sin problemas a I lvlPa para los hormi-
gones usualmente empleados en la edificación'
- En los rcstantes casos, como pueden ser los nen'ios de los
reticulares con bl<¡ques de policstiretro aligerantcs' etc' de-
bemos opcrar con el valor que resulte de ll I sin nrás
Fi{l 13.,1ó. $r-¡¡'rf irr ,lÉ L:¡r:l¡ (lJe afe(tá al cort.rntcl clc los nervios en su ttlrión
con lcrs .ilr¿lr¡:
. L¿ detcrminación precisa del coftantc de diseño ell cada uno
de los nervios que abandona un ábaco, sobre todo si existen car-
gas puntuales, resulta imposible de precisar manualtrtetrte y es q
preciso acudir a programas compleios dc cálculo que permitan o;=K I L .BI+BD)
=f .r.B q L
hacerlo.
El con.rntc q.le ielrerárr resistir los nervios que dircctamente
La aproximación que realizamos a continuación, basacl¿¡ en el
acometen .¡. ¡O¿;,: Sería,
nrétodo de loi pórticos virtuales, lienc- url carácter pedagógico y
de estimación orientativa, y para los casos ordinarios resulta su-
ficiente. Q' 'L
Q. = = l'*'B'R
En aquellos casos de luces elevadas y cargas pLrntuales fuer- 2
tes, como por ejemplo las producidas por un posible tráfico pe-
sado, se requiere un estudio nlás cuidadoso y prcciso. :ie r:clt-r

B: ñrcl',c cle nónir:o i irtual


qA
q..* L:

clc ';¡rt',r
Lr-t¿

C'rq.r ue :l.se:.o :i.)'¿)r P\)r nl:


nr \tin etr cle l-ie:riior tlel ¡rófttco virtual
Fklio trtJtnL K:F.¡cior(r,.1É:ie:.,:(.'-(:Liel'\t.1 losnlontentosextrctllosdel vatttl cuyo
ialor a;:rrorir:.ar-lLr 5e recogc en la l-ig. 8 4ó

tl r to de ncwio¡ &\ . si se tlpera con el entreeie de rrervios nlás cclnlcrcial dc


si-
Qc 0,80 nr o bieir genéricalllellte con un entrceie = e' las fórmulas
guientes ¡rrt)porcionittt valores suficienternente accptables sobre
lr:y cle cc:rlantcs S,ravitaloria qtle 'lfecrd l1Én'los ell LI¡ din!q'l
Fi{¡. ¿1.45.
r1 iL-]s
el corlatlte ¡ consiclcr"tr eti los ntlsmcls:
virtual.

O, .L [) I o lrien, genéricamente On = 0'45'K' t-'Pi c


= 0,3{r. K
el cor-
Observando la Fig' 8.45 y en una primera irproxintación'
pórtico virtual' corrside-
tante de los nervios puede óbtenerse del . Cetlcraltlletlte' las cstructuras con forja<los retict¡lares en las
de su cortante cn la lírrea
rando la placa como una viga y cl valor que pLtecle preocullarnos el cortante dc sus nervios s<'rtt'
sin lugar
de los ábacos. garaies' etc" y é$-
., ct,,io, las ciestinacl.:s a loc¿¡les comerciales'
lo quc perrrrite abordar
por tre:tvio ig'r'tirl a: iui a,l.'i.n tetre:r l¿ts luces muy moclulaclas'
El criterio all'lterior col'lducirÍa ir tln cortal'\te sencilla'
el an¿ilisis cie sLt cortantc de forma rrrrry
oo
o,. = En eslL:ls últirltor casos mencionados'
con luces prácticamenle
" l'l
carga qtre transmitc la placa
icléntic.:as et'ltre los pilarcs Lt Y LZ, la
irrciderr cli- vicne dada por'
por el lado de la inseguridacl' daclo quc los lervios
<1r-tc
a los nlistllos, coTl un error despreci'lble '
i".,ot*nr" en los ábacos se encucrrtran más sobrccargados'

r-- L 2
clccltLcir el cc'rrt'rtrtc de los
+Lr Np = ts'L'Pt
Dc forma tnás aproximacla' poclerrtos
n"Jot ábacos tettienclo preserlte la l'ig 8 4Ó'
qu. abandonan los
i;/r¡lr r,'ri i¡L/f
-)

¡' f i'r':t'¡ l- 5(:ic'iol-l i,:,'1 .r..r. l,,r'.,,1-)i .r<:ai5 5cl h¿lll cle(lllcjclcl cotrscru¿lcior¿il'llcllte,
Si traz¿inlos nlarcos iclc¿¡les paralt'lcrs l)t')l L¿r
I r r l - - --1..--.-.-.
(ri l-LLr'' j()i clLCl .:1. -..-r -rr " a)_ ajtSnUeSIOS a ,//. Ue lcis tl.l( r\ ctLt\clL('t-
cloncle se dcseai conocer el cslilelzo L{-rl'la1:-ll:a L'rl
(Fig.8 47t restar'lclo a N,-, )a carg;j il-lirlnor \ ', iil' tii'-rrclo rror ei nú- ies ¡ los rti.rl'r,--r :i r--,i,: c Ll¡lquicr c¿rusa los ábacos se cliseiiarr o
(.of stlr;',crLi-li l--,i¡..-.r i.:lll;iñc¡, el cortante qLlc afect.l a l<ls nt'n'ios
rr'te:ro clettervios seleccitlrlacloS. rll¡left{'r-o- =' t-'-'t-;':l''t ':ir-'cll:ct'ti-r
I I - ¡i---
rerr.lll¿ cit -,: ..,..:':' :: rr:rl( )l (-lLle t:l qlte prc-r¡ltlrci6,rt¿tn l¿ri; Iurnrllld!
cn los l-ltisnros, stlpclttienclo qLle Cl :ired ltllc:::crr i-r{ ll-r¿¡ 3 citr l'i lilz
L y clel ancho B par.r lbacos Irorn-¿lú; ' *-
t'¡11ñ I :i..-:: :r-.- ','.¡nd(1(), VCarllOS Cl' C()rLtil lle ell lo: lLllchos
tic l),trdr ri..r i: .'ll irilr-r-rtTlLe cJortcle ¡lodet.Ilos Lencr probletttirs
t-rt;is ¡L-rr-tri (,lr.i' i:-, ,¡;': t'cru'ios, al 5upertr)onersc crr
eilos efectos tor-
;Cfi: (la LljT,i l:: : --l--r'-f lá
clr acltrellos
t)Éf rr--tlL-r'.-';.-.,'-i-liil 'l'-ie l;¡ ¿lrnr¿iciur¿l de c()rtal'lte'
'-'j F --.É:: r',¡,1.r-,á, clel¡c ar]icionarse;l la ¿lrrllclchlr;i trans-
t-l
cl cliánle-
rlfLr-:.,1-.:i rr(r: .¡, ior:;iórr para clegir corrLlct¿irllenle
"r:r'iai,
(]t ..i r sep;rr¿tción'
n'-$!'ÁÉ¡o l-l'(:) ltl\ ¿ ¡-r' i- '-
'Fr a/ uoco.

I ;r 5 J, \':-. ..; :;ri'.r'clr'' tlel.¿ilr¿tc'ltri


il-l-:t¿.: (-. .t-.:1:l.-"i: ¿l (-i)rL-¡llLL" r\r

' :'''- 1:i: .lal i,lr- t*al'


Ln .rc1uell,-:< casos Cll Cltlc se¿l ¡rrcci:'- I _,._ :
t¿lrtc i rr lo> t',--tr ios. clcollSci¿tlllos sil '
-- i:.- i;l t-'.
i :,-r:-l:..r lit
clis¡toner barras alsladas inclinaclas ¿ 45r -.; ', =l
'
z p(fr 5U facilidacl colrstnlctiva, frenle ;i l:¡>
r,c', r iol;lr;. ntu\ clifi(ultos()s clc (()loc¿,' .:

\\\ .t'¡lll'.:r¡l;¡.,;r 'li'


aaa :1t l
:: - -
r- -. , l¿ lr, rr t)s corl(,''le coll /. a - i -l :-
Fls: ij.i8 fi: .rn¡,.;L lón ¡:o:iIrle clc' r]rrr'l¿ilr-ir':r:
rúll:11;iIeS
r ,--ll-

L.r-* Figs. 8.48, 8.49 y 8 50 reflei;rr ci: :¡'r: : ¡:er i:i r-


'. ii:rr¡rl;l i¡.>. i.. : : . ':i.r cll it15 ( olllL'lt¿lliOS I ll.' >el)¿fdcióll
lo c1r-rc' lrentos clr,tcrido clccir, y ett ell¿-* ct - i'': ''..r .-:-rl'r-.r 1., r-li:t-rt-,- tltitt ttt.i ,:l¡, .':- l.'.Sl'-'.): Sec:lll Q llO Scall rlt]ce5anos llÜ nla\'Of qLlL'
-.. . :: . -lir c L.'- fr i,.
sic-órt cle l¿i ferralla proycctelcl¿i [)ern]iie ¡-i :a
f;icil I ror nrrgonaci<,r.

I
6

t
g

I q I ,1(r \tn'r.¡s ferr¿lll¿rclo5 it co¡1.rl ILt !r )i


,r,i. !r {'ir ]()1i 1r11.l}io:i ¡l- l.¡r',le
5r,r ri).',ir' |:.: I ic 0 ¡cq.rt:k r
274 Los loriadts r¿titulttrcs

detcnninación del cortante de discño par¿ el ztlllcho dt'bor-


1,3 Pi¡ra r:álculos r;r¡riclos clt- conl¡lrobación. es posiblc deducir un¡i
de puecle obtenerse simplificadanrente a ¡rartir del rrlétoclo c]e los forrrrr,ri¡tión sirrr¡rlc- qllc nOS ¡lt:rnrita calcUlar cl corlallte,- del zurt-
pórticos virtuales analizando el póftico de fachada cho con snficientc a¡lroximaciórr

Iil debe dinlcnsiott;¡rsc cl ¿r.rtrt:ho


punt<,1 clorrcle crec:r¡ros cluc ¿.t Siertc.lo P1 I.i cirrq;r de cál<-rrlo por lllctro cu¿itJratlo y P2 la carga
lirreal r¡it¡iOracl¡t riel c¡r'r¡niietritl que cleSCansa sqilrc el ztttlC[o, l¿t
cortante, igr-ral que a torsión, es clonde abandon'r el áb¿¡co
re.'tcción tr-llal cn LtI rxtrcilt() t)oclría ven¡r dacla Con un error mírti-
cortante y Ia torslón dcl zunctro o viga de irorcle etl t'l inte.
F.l mo Por:
rior del ábaco no pucden scp¿irarsc y arraliz.rrse aislad.rrrletrtc: clel sictrclt¡

comportamicnto global de la ¡llaca cn su zon¿] cle contacrto corl los Pr"\ t_ l l K : I lclr v.lntl:; cctltr.¡lesl
o=*
I

pilarcs. [ rJ K - L l0 lcn vanos c'xlrerllos)


A , furr:l'trl totdl Clel \';tl](j extreltlc)
Tcnierrclo preselrte la Fig- ti.5 l, y una vcz t¡bterrido Q¡ Or
y cltl
análisis clcl pórtico virtual, se cleducen los t.los posr[lli:s c()rT;lIlLes
de diseño. a¿

x [--x Á-
02 ol -
Qa -Q
['-*)
llg li i2 Diilo:; refercrrc'i¡rles
Q¿z -Q
['-*) En Ia seccirin clt- reiercncti.r s - s'dc la l-ig. 13 52 I)¿ra
cl dilrcn-
cliseño vendía daclo por:
sienclo $ el factor dc asignación' el port:ettt;rie cicl
(:Óndr:tc t¡r''al clel sion¿irlier'tt) clcl ¿urrchcl, el cortante cie
pórtico virtual quc cleberá ttsignarst: al zuttclr'l dc t'x:rrtit
)
'[tF.?)
',)

/\
-
.t 1
f =- K
Dicho factor 6 puecie ser el misnlo (ltle cl enlpleado ell
la lt 3

rlistribución cle los momentrts de flcxiórl t-ntre nc--wios y r,ig.r de


*,,1 (P,\
bordc. o,- L+2P1 L)

qr'te los rtlore's ptlr


NOTA; Lcr:; ¿r :,.isis +rl,r¿icj;lle-t realiz¿dcls t o:lfirnr¡ln
tirl:!irl .::i:ll- iiL-r: ;rr f¿¡r-:,,¡t ri strtt No L)bst'llltc \ puesLo
'tlnsLfl''lclolcs
LtLle iij t:ti(:'r:, 'er '.)ri'-;(lrie t.'rrJica Ctl l.r apLiC.rCicirl
SimpliliCada CIC C;l1-
buc'tr cotrt-
irlLt-i n1,llL,¡lis sc l';l o'Jicl(l(-) por no rrl(rclificarlos daclo el
t'¡ li-'lliclo ell estltlcttlras realcs prt¡vcctadas
pctnaniicr-ito 'lu¡ ::ll -slr lc15

rlrr, nr'.;!-rtl ¡!

'l'abla B.ó. Faclor de asigtraciórr t:l de los esluet-


zos glol.rales rcstlltantci del ¡xinrcc'r \ irtll;il
(1e

fachlda al zuncho clc borde l5c$in I Regalaclot

si, como cs fr.ecuente, se adopta cl criteritl de .lrnr¿tr el zurrclro


siniétricamentc, el cortaftte a consider.lr ¡latrit e-l ditncnsic-¡rlanrien' Fie.' 8'5-] (.)|l:;ér,t:t'¡ói:i¡ cl ferrirllista ha rlnidcr las barras inclirracjas a 45.'
dtr
to serí¿¡: i'irli".*f a(.1lta;L('ije .-t. :'e¡,t.rs lrropicitlllclo t¡n altorro t:tt 1os anclajes
lo-. ,.jru,'¡s tle i:ai-¡e".c.c)r¡struiclil suelL.rs y aisladas ¡¿l v
c6¡¡¡o habían
Si y)x, Q,l -Odr Si V<x, C),1 =O,12 sid() pIC)! r( l.'la]¿l 5
Los for¡atlos rrrlitulares

Es ncfasta la perniciosa cclsfi¡mbrc de acribillar los ábacos de


rncdiancrÍa v (.:rquirras corr t:ajanles y shurtts quc, con un ¡núrirnc-¡
cle esfr-rerzo clc diserio, podrían situ¿¡rsc cn pllntos rnenos compro-
n'lctidos p;ir;i el forjacio y las tabiquerías.

Descle que se abanclonó el criterio simplista, sumarnente có-


rnodo. prítctico \,, en nU(::5trá amplia experiencia proyectando y
construyendo losas, suficierrtemente scguro de la vieja y revohr-
cionaria Norrr'ra fs¡rañola EH-73,las siguientes Normas EH plagia-
rrln el Código ACI-318, hasta que en la nueva EHF. sc cambia la
filosofía y se est¿tblece unos nuevos criterios cie análisis basándo-
se en vientos Europeos inspirados en el Model Code CEB-FIP del
90 y el EC-2.

El tratanri(:nto que la lnstrucciórr Es¡rañola EH-9 I , previa a la


EHE clio al 1-lrnzonamiento resulta difícil de entender y mucho más
clifícil cle aplicar: ya que s¿ibiendo que las placas poseen flexiones
multiclirc:ccion¿iles rcclucidas a cfectos prácticos a bidircccionales
Fig. tJ.54. Solución costosa c inadecuada rc:Olqiendo t-l con¿nte L'f I rrervlos sc¡bre los soportes, se c¡lvicla cle formular la inercia combinada (l)
cle_-un loriado reticular y absolutamente iriadn¡isible si ¿rclemás Licnen
que
para los pilirrcs de esquina y medianería exactamerlte igual como
cstribarse los nervios trarlSversales.
lo olvici¡i el ACI-3 tli deiando incompleta su formulación'

Err lo qr-rc sigue sc cles¿rrrolla una formulación completa clel


punzonamiento inspirada err la EH-9 I , y por tanto en cl Código
8.14. El punzonamiento en los foriados ACI-3 16, con t¡nas apclrtaciones originales qrre podrían servir de
referencia ¡r.rra los estudiosos. Tambión se exponen los criterios
redcula¡es según la EH-91 y el código ACI-318 cle la rrueva Norma EllE, y al final se adluntan unas reglas
propias
muy sencillas qL¡c nos permitirán comprobar rápidamente el pun-
8. I 4. l. Consideraciones Generales zonamiento en k¡s casos habituales, sin tener que llevar el orde-
nador e¡r el bolsillo,
Si existe algún aspecto más itttportante que otro cletrtro del
mecanismo resistente de una estructura rcstlelta con forjados de
t¡po reticular o de losas macizas, sin duda es sLr comportamicnto
frente al punzonamiento. 8.1 4.2. Definición de Punzonamiento
L¡s roturas por punzonamiento se preselltau bruscamente y Se rJice que una placa punzona, cuando se produce una rotura
sin prcvio aviso, siencio sus consecuencias gencralmerlLe trágicas. pilar que apoya, de forma tronco-pi-
de la nlisma alrededor del en el
El meior consejo que puede darse al proycctista de estrLlcttlras con pilar reclangular o circular.
rarnidal o tronco-cónica, según el sea
todados tipo losas, es que elijarr carrttls ¡tara las lllisntas que no
necesiten armaduras de punzonamiento en la inmensa mayoría de
pilares, si no cs posible haccrlo cn la totalidad por cconomía.

Nuestra opinión de elegir los cantos de los forjados reticula-


res con el criterio adiunto

I __.
> H (canto de la losar)
t
; i
para cargas ordinarias de edificación, pretende tanrbién dar res-
puesta segura a los riesgos del punzonanriento.

Aumentar el tanraño de los pilares y aleiar cle los mismos los


huecos que exigen los servicios, no sólo abarata las arrnaduras en
las losas, sino que también las empotra mejor disrlinuyenrJo
sus flechas y alcjando considerablemente los pehgros cle punzo,
namiento. lrr- i 55 Rc- ,'.-¡ rlirccta por pL¡nzonamiento trolrco-cónico
Los loriados reticulares

La superficie de rotura arranca sensiblemente del perímetro


. Cálculo cle las tensior'les t¿rngenciales en la superficie críti-
ca de punzonanliento, cjefinidas y evaluadas tcóricamcnte
clonde la losa apoya, y se eleva con una inclinaciórr comprendida
pun- perpendiculares a la losa en su perímetro crítico'
entre 30o y 45", recibiendo el nombre de "superficie crítica de
zonamiento". . Análisis y comparación cle las tensiones tangenciales resul-
tantes con l;¡s tensiones admisibles que puede resistir el
La rotura de punzonamiento, a pesar de sus peculiaridades'
se
honnigón del fo(aclo, y cálculo de la armadura transvemalde
genérico y' por
inscribe en lo expuesto anteriormente con carácter punzonamicnto si fucra l'lecesario para resistir dicho esfuer-
tanto, responcle a las tracciones que se generan ()rlogonalmente
)o .,,r,, seg:rici:rc-1, si el hormigón no se bastase por sí sólo
a las bielas intemas de compresión que sigucn la dirección
de la
para hacerlo
t'superficie crítica" de rotura, dcbido a las tensiones tangenciales
qrá tu generan por las cargas que soporta la losa ' y que tienen
a los pilares por flexión, torsión y cortadura'
quu ,"r-trrntmitidas 8.14.3. Superficie Teórica Crítlca de
Este mismo fenómeno, pero a la inversa' también
se produce Punzonamiento
sobre una su-
por la acción localizada de una carga concentrada
lnclepcnclienternente de la superficie crítica de rotura
'perficie apean pilares sobrc [or- real a
rcducicla, cc¡¡no sucecle cuando se en pla-
de cimentación' puni"tiaal.rlto de las losas, que arrancan casi siempre
losas
iados, en las zapatas y en las caras de pilares para efl-
nos clcsde los borcies clon<je apoyan,
en tonlo a los 40('* 50' los
tendcrnos nteior' cclt't una inclinación
rrna superficie crítica de
cócligos oficialcs lratan cle clefinirnos
teórica' nos pennita efectuar un
punzonamiento, que sierldo
que conduzca a re-
análisis relativamerrtc simple del fcnómeno
sultados Prácticos seg.lros'
el perímetro crí-
l)or eierrrplo' la nlayoría de los códigos sitúan
los pilares igual a la mi'
tico clc pLlnzonanientó a una clistancia de
que meior se aiusta
i"J a"l canto úril clcl foriaclo, puesto que es el
se encontraban las vie-
o tá, ptuno, re¡les de rotura y, entre éstos'
laslnstruccioncs L,H hasta la aparición de la EHE'

El EC-2 sitúa el perímetro crítico a l'5 veces


cl canto útil' es
decir. Lres veces rnás leios t¡ue lo hacen la mayoría de los códigos;
con resistencias al pr'rnzonamiento seme-
sin cmbargo, al operar
hace en los elementos lineales a cortante' con-
?a?a'\iA iantes ;l como lo
cluce a rcsultaclos pirrecidos a los de la EH-91 '

los nue-
Corrlo verenros en un apartado específico completo
y

voscriteriosclelaElJErelativosalpunzonamiento,limitémonos
que el nuevo pe-
dc rnonrento a clecir, sigr'rierrdo al Código Modclo'
de apoyo'
rímetro crítico lo sitúa la Norma a 2d de los bordes
it
LOSA oe ci tr¡'¡rr¡cíórt El tcn'ra tlel ptttrz-onatrric-nto, incltritlo en el contexto
del cortan-
y nlayores cs-
tc, goza t¿mbiéti de un oscurantismo similar' exigc
típi<:os de
Fig. 8.56. Punzonanllentos inversos en cletttentos estrrrc:ruralcs tudios e investigacioncs quc los reali¿ados hasta el momcnto'
la edificación.
El pltrnteantiento cle los Códigos Europeos no deia
de ser una

El estudio del punzonamiento se centra cn los siguientes pequoiio aftimaña, c¡ue pretencle compatibilizar un planteamiento
puntos: uniiario cn l¿ fomrulacici. clcl conante y punzonamiento' a sabien-
clas de que etl t_-ste últinro la concentración y acumulación de las
o Determifiación de la superficie de punzorramiento nl¿is des-
bielas de compresión alrecledor de los soportes producen un cfec-
favorable alrede<lor dc los pilares, dcfirlida simplificadamente
to favorable frenl-e a las tensiones tarrgenciales que tiene quc re-
por su perímetro crítico-
sisLir cl hclrniigón, pucliénclose permitir L¡n incremento en las
. Determinación dc los esfuerzos pésintos que scgÍn las for' rnismas cle fonlra considerable, casi hasta el doble de los valores
mulacionesoficialespuedenproducirpunzonanricntocnla asumidc¡s en los elemclttos lineales con toda la tranquilidad'
losa.
t tts lorjatlos relidar$ 271

En los escasísimos casos de rotura por punzonamiento obser- levantarlos ¡' rcsultan inclinacioncs mayorcs a las qr.re parecen ma-
verdos por nosotros, la superficie crítica teórica que proponí¿rn las nei¡rse teóric¿llre¡rte en el ¡rresente, ot:teniclas de errsayos con pla-
v¡eias Instrucciones EH y proponen otros códigos, seccion¡t orto- c¿rs de cantos rlrry reducidos (< l5 cm).

gonalmente la superficic dc rotura, quedando los ¡rlarrleirrrtierrtos


Los planos de fisuraciones observados por nosotros en obras
del EC-2, Código Modelo y EHE como nreros artificios dc cálcu-
reales se jnici.rn próxinros a los 45" y a medida que se acercan al
los dc espalda total a la realidad física dcl problema.
colapso. str inclinan más.
Menos mal que la EHE lo adviene en sus con'lentarios, adelan-
En dcfinitil'a. Ias superficies crít¡cas de putizonamiento en lo-
tándose a que algún incauto y crédulo lector piense qLle sus cs-
s¿ts (.lueriefine:n rrucstros Códigos, vienen claclas ¡rclr lir superficics
pecificaciones y aseverac¡oncs son artÍculos cle [e v 5e aprcsurc
cle l¡r sccciones ¡raralelas al perítnetro dotrdc se apoyan situadas
a disponer las armaduras dc punzonamiento ¿t dc¡s c¿tnLc¡s clel apo-
a una disl¿inci¿ crítica quc dcfinimos por:
yo sin haberse leído los comentarios, crcycnd<.r c¡ue allí es donde
hacc falta y se produce la rotura a punzonamiento cle las placas.
= 0,5 IEH-gI/ACI/BAEL/DINi REBAP/NB.I /CtC.)
El planteamiento de la EHE ya ha suscitado en el prolífico ¡,
agresivo cítico de todo lo relacionado con las cstructur¿ts de ecii-
ficación José L. de Miguel, catedrático de Estrr.lctrrr¡rs de la
d
" =K, c, - 1,5 (Ec-2)

1i, = 2 ttlódigo modelo y la nueva El 1E.,99)


E.T.S.A.M., el siguiente comentario:
d, (ian:;r r'¡!il tii: l.: los¡L
"En vez de considerar mmo perímetro rítictt el trü:üdl a nrcdio canlo en
derredor del soporte, en la EHE, pasa a estar ¿¡ dds r¿i,110s. Es nr¿iclrisi¡¡ro.
A cambio, baja Ia resistencia unitaria al mismo ftillr que (t ertante A, ade-
[n la Fig. 8.ir8 se esquernatiza una casuística de perímetros crí-
mds, se pide una comprobacíón expresa de las bidtts olilicuas por las que aco- ticos de ¡runzonarttiento que permiten asimilar el concepto y su
mete la carga al soporte. generalización a Ia rlayor partc de los casos que pueden presen-
tarse en l;L práctica colidiana, siguiendo los planteamientos tradi-
It conclusión es muy sencilla. Aún si el soporle rlo tur¡cr¿¡ clintertsio¡ies, cionales cle la ttl-9 | ,

I
g fuera del lamaño de un punto, todas las l<tsa,< /trrirrdos rcttculados, cu-
rlls cantos cumplen flecha, salen airosos de la comprttlittcrtitr tltt puuzonado 5in enrbarglo. c:l ¡rcrímctro crítico no sienrpre es fácil de intuir
en el perímetro crítico, y en cuanto el s\p1rte \1cnga Lut |údt''t úl n1üt0S ontI €l en algunos casos singlllarcs; y nos vemos obligados, como suce-
canto de Ia losa también satisface la condición de compresüin d¿ las bielas. dc en alg.rn,rs casos recogidos en las Figs. 8.58, 8.59 y 8.ó0, a te-
Ninguno necesita precauciones especiales en el tantatitl de sttpttrt( t¡ arnatlu' ner que tantcar cuál cs su trazado pésimo.
ra de punzonado."

lnterprétensc en sus iustos tórminos los conrent¡rios de losé


L. de Miguel. qr.re siempre se desarroll.rn dentro cle un contexto
muy personal, pudicnclo rcsultar peligroso uni.r extriipolación ge-
nérica de los mismos en nlanos inexpertas.

5 6' st*g
sic I E TsR raA
n cut{As ¡r tl r*o
- }l tuñe6nÁhtexro f¡ci. ¡ l'¡Al * hhi¿naFislttc

Fig. 8.57. Planos cle punzonanlietlto cn los¡s ¡e.rlcs v teóricLts.

En cuanto a la inclinación de los planos de rotrrra, no se olvicie


que en cuanl.o la placa tenga un canto de cierta enticlad, ntayor o lig. 8.58. I)erínle:rc)s críticos de punzonantic.to según la EH-91, il_os de l.¡
nueva U lE son scmeiantes, pero situaclos a 2d. cori urros redoncleos com_
igual a los 25 cm, los momcntos existcntes en la misma tienclen a plicaclos opcrá tr v¿r m en tc L
276 Los toriados reticulares

lo, basta imaginar Ia nanera de romperse y desprenderse la placa


I / D \- I dc su apoyo, para quc la fomla geométrica del perímetro suria por
sí sola sin m¿¡yores complicaciones añadidas.

^i.:ñJ"
\.\J) ? Además, las condiciones de borde puedcn originar perímetros
\ _z críticos cornpleios, especialmente cuando se superponen huecos
en sus proxirnidacies que reducen la eficacia rcsistcnte de las sec-
- :, ciones útiles.

+r+ El perímetro crítico clebe reducirse cuando existan huecos en


los ábacos a un¿¡ clist¿¡nci¿¡ inferior a cinco veces el canto (Kz : 5)
según l¿¡ EH - 9l , seis vttt:t-:s {K2 - ó) según el EC-2 y la EHE y diez
-t ¡ ro. veces el c.lnto tKi = I 0l según el ACI-3 18.

Considerar q1-lc un hueco puede afectar al punzonamiento


cuando se encuentra situado a una distancia mayor de 150 cm de
los apoyos nos p¿rece excesivo.
t---
Por todo li: er.puc'sto y a efectos nucstros, consideraremos
el perímetro crítico como un conittnto cJe segmcntos cuyos ex-
PilDttro
/---ti*n¡ó trernos se cncuenlran dcfinidos por sus coordenadas, partiendo
de un sistetr¿ de referencia cartesiano qtre tiene como origen el
centro ciel pilar, resultado final de descontar al mismo aquellas
'.\
,rl zonas inútiles debidas a la presencia dc huecos (véase
I
Fig.8.6ll.
[a longitucJ del perímL'tro crítico útil vendrá dado por la sum¿¡

de todos los segmentos:

Fie. 8.59. Posibles perírnetros críticos (1. Calavera - ACll-l l8) 2+yr 2
P.=E *t -xi -Y¡

y la superficie cútica de punzonamiento será pltes:

K¿= S (tri-al) ,\ = Pc'd


k¿=6 (rcz. wt)
"/ k¿= t0 (nci-att)

L{NÉA x2

'..'@ 6-6ne¡rfos inu"i.ra


D¿r ¡Ecan€rQ,o ce(flco

mrinerqO cRm?o
tr d-j.rt'. g€6nEHr0 I
se6heHtoS oTr'LE5
rRdTrL !€L i
¡EL PrAirr€TRO cRlil'có
tEA.ihErro
(:C\TÉó !

-,
Fig. 8.ó0. Perímetro crítico compleio, pero muy re'll rto content¡rlado en los Y[+) '''
códigos ügentes.
(4,
En general, establecer el perímetro crítico en tomo a un soporte I uixsl yr
(0'5d'
de forma cualquiera, una vez fiiacla su distancia de refcrencia
L5d, 2d), resulta más tln eiercicio de sentido común qtle tellcr
qLle

seguir necesariamente las directrices de tal o cual normativa, cotr l:ig.8.ó1. Segnrei-.'.i.:SLitile5ci!lútiles(lel perírlletrocrÍLiccl¡:orlapresencia
dc huercs.
,riiler., itnpropias que a nada consistente conducen' Par¡¡ hacer-
L¡lS l()r/drf()5 ré,lt(tidr¡S

El centro dc gravedad (xc, yc) de la superficie cítica, ¡.)r.rccle ser


determinado fácilmente con relación a los cjcs clc rcfcrencia situa-
dos en el centro del soporte, con las fónnulas siguicntcs:

X(; =
rf\''';*' Xf -Xt
2
+

P.

y(v'+vr xi -xi
Y<l = Pc

Veremos en los puntos siguientes el ttso que clanros a la infor-


nración obtenida con el plantcamiento re¿li¿¿rclo

8.14.4. Esfuerzos de Cálculo

La deterrninación dc los esfuerzos perintetralcs c¡tre ¡rroducctr


purrzonamiento, no cabe duda que van lig;icios al mótc¡do de aná-
lisis cmpleatJo en la estn¡ctura, e intuitivamcntc podetnos adivin¡rr
que puedcn resultar de una compleiidad extraordinaria sólo nla-
ni¡:ulables mediante ordenador, si no seguitnos tllla 'v'cz nrás una I
Nl
i*,- oo rr".o I,
vía simplificada sancionada por la práctica cotidian¿i, corrlo plle-
de ser la cle pórticos virtu¿rles.
F !-r. 8.()l Escluenras clc Esluc-'rzos t-'n rln r.lirrtel virtual.
Ciñóndonos ¿¡l caso de los foriados losas: retic:trl¿rres, placas
macizas y vigas plarras de anchos muy elevados, los esfucrzos de
T¿lnlbién es evtdcntc, cclrrsiclerando cualquier ntrdo del dintel
flcxión radiales que se generan alredcdor dc los a¡rc>yos pueden
viftu.rl, qur- t-l nronrcnto desequilibrado a izquierda y derecha de
concentrarse únicamerrte en dos planos ortogonalcs sinr¡rlilican-
los nismo¡, er igual ¿i l¿r sr-rma de los nromentos que reciben los
do su análisis.
pilarcs.
Sabemos clue la transfererrcia de nlolrtentos dc la plac;r al pi-
lar no se produce tat'l dircctamcntc como los de tt¡t¡ vi¡1;r clc tltr
f Nuclo Extrenro) Mct =Mc =rr¡f +Hll-'
pórtico co¡tvetlclonal; partc de la transrnisiirrr se efcctúa por
flexión y cl resto, correspondiente a la torsión. lr¿r cle ser tratrsmi- (Nudo Central) M,r = Mr -MD = rvl! +tvtf
tido por excentricidad de tcnsiones tangenciirles en el ¡'lcrínretrcl
de punzonatnietrto. L¿s tensiones tangenciales de torsión se su- Una lraccjón cr cle e-stos montettlos, que será la quc estinre-
perponcn a las específicas que el cortantc origin;r, v la suma dtl alll- nros, se transrnite por torsión procluciendo tensiol'les tangencia-
bas da lugar a la tensión final que no debe sllpcrar la resistencia les. Análoganrente. la carga qllc translllite la placa al pilar y que es
fiiacla para ei hormig,ón a putrzonanricnto. suscel¡ [ il-r]e r le ¡r rotl uc i r pu nzortatt)iento, es :

Por consiguiente, deberemos definir el cortantc: Vd (lue clfecta


(Nudo Extrcmot V,l =VO=Ni -Ns
a todo el peímetro crítico, y los montentos de flexión c.1rre actúatr
en dos dirccciones ortogonales sobre la placa, ¡lara posl"eriortttcnte (Nuclo Ct:ntr¿il) V¿=V*V¡¡=Nt -N,
formular qué fracción de los mismos se transnlitc ¡:or [orsiótr ori-
glnando tensiones tangenciales. sienrlo \ cl ¿rii

Tambión es evidente que cn un nudcr cle una csirtlctur¿i clebe [3icn t:s r"erc]¿rcl clr-re E--l criterio expuesto, por su serrcillez, resltlta
existir equilibrio rle fucrzas y momentc)s. Sj eletrtu¿ttros un corte ligerilrn(-:r'rte cLrnsen'¿lclor. r!acjo que tod¿ls las clürgas que se en-
entre dos plantas dc un pórtico cualquicra, lrodtnros represcntar cltenrrer en el intcrior clel períntetro crÍtico no producen punzo-
las leyes de esfi¡erzos tal y como sc indic:a err l¿ Fl-!, E.ó2 n¿rnrientc-1.
Los forjatlos roti(ular$

Horntiqótt llnicrllac, 19991, rcalizan una aproximación general muy


Por consiguiente, en situaciones dudosas, corlviene ser más l8' cosa que
seria a la formrrl¿ción del prlnzonamicnto según ACI-3
clelicado y riguroso en el cálculo y contar ún¡canlente con el valor
el propio Código ACI rro hace.
dc V,¡ QUe Se origine por las cargas de la placa qLle se efrcucrlLrell
fuera del perÍmetro cítico exclusivatncnte. Vcamc¡s el ¡)roc.eso completo, puesto qtre vietre ignorado sis-
terrrirticarnente Cn los Lratáclos ofiCiales, inclirSo en su formul¿rciórr
L¡ situación clel perímetro en toclos los casos, ¿r efectos cle de-
firrirl, partierrclo cic ¡rilares rectangulares realcs o cuadrados equi-
terminar las cargas, debe situarse a una distancia nurtca nlayor quc valcntcs a los circrll¿res.
un canto útil desde ta cara cle los apoyos, independicntemente de
EI centro clc g'rar'ecl.rci C.C. y el pcríntetro crítico ya ha sido dc-
la situación teórica que se encuentrc a electos de c¡rlcular el pttn-
tcrnljrl¿do a trar,'és cle las siguientes fómtulas:
zonamiento según las distintas Normas. y sietnprc y cuatrdo nc:
existan cargasj putrtualcs en dicho recinto; cs decir, toclas l¡ls car-
gas de punzonamientc: dcbcn considerarse y calcularse a p;trt.ir dc
uÍ'r canto útil de los bordes de apoyo. \¡: = \
>l';' -
(*,-*,)'*(y,-y,)'
Pc

(*r - *, )' * (y, -vi)'


E.14.5. Cálculo de los momentos de inercia )ri -
{';u') ri
comblnados de Ia sección crítica
n- =ll, =f (*r-"i)'*(y,-y,)'
L¿ formulación recogida tanto en cl Código ACI como ert l¿¡s

antiguas EH para determinar las tcnsioncs tangenciales, resulta l.r)s nr<'rrrrenlt-ls cle irrercla combinados dc los clcmcntos planos
compleia, y obliga a efectuar unos cálculos prcvios bastante que configuran ia sr.rperficie crítica situados en la líneas xl y xz
tccliosos. con relaciórr a los eies tx6, !61 vienen dados por:

Uno cle estos cálculos previos consiste en l¿ detertninación de . Corr rel¿ción rrl eje x.;:
las inercias combinadas de la secciór'l crítica con rclación a los
eles principales de inercia dc dicha sección.
x¡__+L o ,"
[[r ]r,
= r X(,,,r ,2,
)- ]'
. Con relación al ejc y'¡,:

I ¡
\/-
.t(r
l
'r'r
tl
.l L: .11_ J
I

t¿
,1 d+, .r [(^ ;-')-,."1'=
_t
- t, j!i !11 !i1

Análogamentr., las jnercias de los elerne¡ltos situados en las lí-


neas !¡ e Vr son:

L,rr+a X ¡ ' Co¡r rclación a1 eie x¡;,

*.r - I', L .cl


] :lt
+
l

,', ct I-i .'. o +yf


=
d el canto útil dc la rrlac¿
[(, 2
)-,. ]'
=lr_!' .1. l
Fig. 8.ó3. Elementos dc referencia conrplcLos para el an.íiisis clc.l ¡rurrzona-
miento según filosofía del Cócligo ACI-3 t¡t.
. Con rel¿ción al ele v;:
F-rr situaciones teóricas ideales y sin tener prL-scntc l;r ¡rosible
prcsencia de huecos, los profesores F lr,torán Cabró, l. Montoya y !'.-, --+ L .' _t
I rr..
sobre todo l. Calavera en su libro Proqecto g Crilculo deEstructuras de [(-1.')-,"1' - rt,rvl \.1 |
Us fo4ados reticulares

Sumando ambas expresiones resulta finelmentc las inercias El ángulo 0, que nos proporciona la situación de los eies princi-
combinadas: pales de inercia, puede ser obtenido mediante la expresión:

ir6 = l16.¡",."r, *1r",r,.,,, t ( 2'lr,-..


'-l' )
e=-.Arctanrl
-[i,.,-i*., I
* lra,r,.r.,
2 )
tlt
iyo = Iyu,*,,*r,

En principio, los ejes elegidos (xc, yc) paralelos a los situados En principio, si ic*y -
o, entonccs e =o{ii:[E ambos siste-
en el centro del soporte, si bien se encuentran etl el centro de gra- mas cle referencia son coincidentcs; y ello sucdderá siempre en los
vedad de la superficie crítica, pueden no ser los principalcs de iner- pilares centrales y de meclianería cuando tro exista reduccién del
cia y es necesario calcular también el producto de inercia
perímetro crítico.
combinado, para poder referenciar los c.ílcr¡los a dichos eles.
En los pilares de esquina los eies principales de inercia no se
mantienen paralelos a las caras del pilar, sino quc se encuentran
v
(xf, Yfl
'""'l?
un
g:${,T;S*.,; [- =
"+ giraclos. Y ¿rclemás, cuando cxista una indcterminación en la deter-

xrl x'
s:
v
i,1";:''.arnie*o lr=Y
minación clel ángulo 0 porque se produzca Que ixc = ¡t6, dicha
indeterminación se resuelve dc la forma siguiente;

i"" =o' errlonccs t ='


c.G.
x'=x-x!', l-'' {l = i;:
rf _ It

.^ u li.r>o+o=45'
"' -
'"*='tt1 ^.. *o
Yt-;
[-t"o-r 1'o";.0-+o=-45o

x
Efectuando un catnbio del sistema dc referencia a los eies,pnn-
f ig. 8.64. Ce¡rtro de gravedad clc los segrnenros ritilcs a fJUllzilllámicnto
rcferenciado a los cjcs xc e Yc;. cipales, tendríarnos:

El producto de inercia dc los segmentos planos clel perímetro u=x'.cclse+y'.scn0 [x'= x - x,,
siendo t ,
crítico con relación a los ejes (xc, yc) es, v=-x'.sen0+y''cose ty =y_yc

i6r, =f x''Y''Li 'd De esta forma, las coordenadas iniciales (x,y) de cualquier pun-
to del perímetro crítico referidas a los ejes iniciales centrados en
el pilar paralelos á sus caras, se transforman referidas a los ejes
principales de inercia de la sección crítica en'

u ={x -xc).cos 0+(y - yc).sen 0


v = -(x - xc ).sen 0 + (y - y6 ).cos 0

y los monrentos de inercia combinados serían:

Fig. 8.ó5. Ejes principales clc inercia


rcferenciados a los ejes x6, y¡;. ju - j*.; .cos2 0 + iuu .sen2 0 - i6*, .sen2 0

i,,. - j,6 .sen2 0 + jr,, .cos2 e + j"*, .sen2 0


Una vez conocidos los valores de los monlentos y producto
de inercias combinados respecto a unos ejes paralelos a los clel
pilar pasando por el centro de gravedad de la superficie crítica de Con Io cual. tcnemos ya la información lrecesaria y perfecta-
punzonamiento, es preciso deterrninar las direcciones de los ejes mentc referenciada ¡xrra poder aplicar la fonrrulación propuesta
principales dc inercia para hacer desapareccr por ACI-3 l8 con suflciente generalidad, y sin Ias limitaciones que
i5,rn.
habitualrnentc poseen otras formulaciones.
Los loriados reliculares

8.14.ó. Determlnación de las tensiones


tangenclales en la secclón crítica de
punzonamiento

El paso siguieltte, previo a la detemrirr¿ción de las tcl'lsiolles


tangenciales, consiste en fiiar la fracción o de los monlentos de
flexión que se transmite por torsión de la placa al pilar, y el lras-
lado de los esfuerzos al centro de gravedad dc la sección crítica,
I

i-r
rcfiriéndolos finalmente a sus eies principales dc inercia, +_
E Morán se pregunta si la fracción o debe multiplicar a los rno-
rnentos transnlil.idos del foriado al pilar:

M* actuando en el Plano OX
M, actuando en el Plano OY

o a esos mismos momentos ya lrasladados al centro de gravedad Fig. 8.ó7. Fr¡rcció' :: ifu .cs llornentos que se trünsÍrlitcn por torsión.
de la secció¡r críüca de punzonamiento (Mxc, N{r6). las diferencias
son notables en los casos de soportes de borde y de esquina. Pa- l,'r verdi¡ci cs c¡.re setrtintos curi<¡sidacl ¡ror saber dc dónde
rece razonable considerar la segunda illterpretacióIl, dad<¡ qL¡e to- procederr las fónir-rlas anterjores, ya que los ntanuales nlás habi-
dos los autores, ACI y EH también, se están refirierrdo sierrt¡lrc a
Lualtlcnte enr¡rleaclos no respondían a nuestro interés.
los ejes de referencia de la secciórl crítica de punzonartietlto, con
lo cual, sólo tendremos en cuenta la fracciólr de los momentos Fles bicn, I)arece ser que el coelicientc detcmlinado ba-
cr fue
que se transmiten <le la placa al soporte por Ia excentricidad del sándose en r-btuciios cxperitttentales efectuados por Hanson N W
cortante como iesponsable de las tensioncs tangenciales adicio- y Harrison 1.Nl. en los laboratorios de investigación y desanollo de
nales motivadas por la torsión.
la Portlancl Cen'tent A:sociation (PCA) en el airo 1968' La mayoría de
los datos en 1os c1r,re sc bas¿rrt, ftleron <¡btc:rridos de pruebas cJe lo-
si¡s cor'] sc)[.)()rtes de sección cr.lacJrada y no parece qtlc exista ma-
yor inforni.rciórr ;il respccto. Así que, asumarnos con resignación
clichas fórmr-rlas ¿ falta de otras para seg.rir adelante, teniendo
prc-

scnte cone referencia quc, según las mismas. en un pilar cuadra-


do interior la fr¿icción del momento que se transmite al pilar por
torsión es del orclen de un 407o.

Mxti = Mx - Vd' xt;


M'r-,=Mu-Vd'Y'-'

Fie. 8.ó6. Traslaclo <le los esfuerzos al C G dc Ia sección c-rític'r'

Siempre que nos hemos planteado de qué pafte del filomento N1,. = u" ' Mru cÓs 0 + ct! ' lvl\c sen 0
total de ia ptaca sc tr¿rnsmite al pilar p.r torsi(rn y qr;é pa.te direc- Nl! = -u'' M¡1, ric-ll0+ ov Nl\r-, 'cos e
tipo: \t
tanlente por flexión, nos hcmos encontrado expresiones clcl

Por torsión: g' M (Exccntricidad dcl cortante) Fig, ti.68, \'lorlrcrrios tortores en la lrlaca, obtenic{os
multilllicanclo los flec-
tores pof (al f¿rcLc)r (1..
Por flexión: tl-c) 'M(l'frtlotúi)

clirecta por cr ' M y la


y sin explicación alguna se exponcrl las fi¡rmulas cle
cr: NOTA: I. Calar er¡ i' ACI-318 expres<ln ia flexión
Lr.rnsrilisión tle to¡ritin por ll-
(tl ' M, cle fonla corltraria a como lo ha-
t-- l- cía la EI l-91 . CQII(eDltl¿lltllentc ar¡lbos crlter¡()s
son los mjsrllos y coll-
0x =l-- . dy' = l- cle la
t*'r' ab l+?5 b; Ail.a,t o icli'nlicos result;rclos' puesto ql¡e sólo dcpenden
cxpresión quc :e lc clé ;r cr'
Ltts lorjados rt(iculares

Con todo lo anterior, las tensiones tangenciales cn tln punto las oblicuas dentro del hormigón. L¿ sección diseñada es ma-
genérico P (u , v) del perímetro cítico, vienen d;idas por la fórmu- nifiest¿rnlentc insuficiente, por lo quc se debería procder de
la generalizada de Di Stasio y Vln Buren. alguna de las formas siguientes:
. Aunrentar la resistenci¿l cJel hormigón. Esta fomla de ac-
tuür e9 nruy poco agradecida, ya qlle ¿¡l estimarse la resis-
rru,v,=X: .\u*Mi,, tcncia cle cortartle en el hormigón por expresiones del tipo
ya r,'istas i., = 0,5'fi en Kp/cm2, ó 0,1ó'r[ en MPa, los
L¿fórmula anterior proporciona unas leyes, qllc en perspect¡- porccntaies dc aumento dn la calidad del hormigón, sc
va, podrían representarse como se esquematiz¿¡ en la Fig. li ó9' traducen en iln aumento menor de la mitad de dicho por-
calculando los valores críticos de las tensiones tangenc:iales en los centaje en l¿ resistencia de f.u.
extrenlos dc la superficic teórica de ptrnzonamiento. . Aur'rlentar el tatnaño del pilar. En este caso también nos
encontranlos cn unas condiciones similarcs al caso ante-
rior, aunque ligerarrrente meioradas.
Planos de tensioncs
. Aumentar el canto de la placa. Esta solución es la que pro-
porciona resultados más brillantes, aunque también resul-
ta la más costosa, Descolgar ábacos o colocar capiteles
c-lásicos, pLlede scr la solución más convenientc y econó-
nric.l. a(.¡¡'l a costa de encarecer los errcofrados.
. Colocar perfiles metálicos cruzados sobre el soporte, em-
trebicjos en el espesor de la placa y pese a las dificr¡ltades
que proporciona su hormigonadcl, puede resultar una so-
lución línrite.
. Cc¡llarines metálicos que ensanchen artificialmcnte el so-
pone

4. Cuando las tensiones tangenciales superen las admisibles


(2 fc\) sin que alcancen el valor peligroso de 3 ' f.u, el pro-
blcnia pucdc rcsolvcrsc colocando armaduras transversales
frente al punzonamiento como solución más razonable y
Fig. 8.ó9. Leyes de tensiones tangenciales en el perímetro crítico. barata.

Conocidas las leyes de tensiones tangenciales en la sección


crítica, se procede a efectuar el análisis de las mismas:

l. Si las tensiones tangenciales se mantienen rror debaio cle


la tensión de punzonamiento aceptada para el hormigón,
f.p = 2 'f.u según la vieia EH-91, la sección se encuentra
en buenas condiciones frente al punzonamicnto, y no es
necesario colocar armaduras transversales frente al mismcl.
\¡a! r FL¡rrzonanriento res¡stido por
ei honrrrgón
2. Si la tensión máima resultante no sLlpera en un 30ol" la ten-
vsr.r. Frt'¿ollíurti-Ér1te rpti*¡i.ió por
sión f.o aceptada y la tensión media se nr¿ntiene t¿jntbién por
l;rl ¡urtt¡Lclur.ts transvtrr'ales
dcbaio de la misma, tanrbién puede adrttitirsc que la secciÓn
se encuentra suficientcmente segura frente al puttzonanricn-
to, y no es necesario colocar armaduras transversales. Esta
consideración, que no se encuentra recogtda en la EH ni en I jg. 8 70. ltn¿onanrjcnto repartido errtre el honnigón y las armaduras dc
corte.
el Código ACI, viene avalada por el profcsor l, C;:lavera y nos
parece muy razonabie.
Nos qued.r por cstablecer cuál es el porccntaie del punzona-
3. Cuando la rrr" resultante supere a 3 ' L',.' pueden existir ¡rro- nliento qUc debemos absorlrcr con armadur¿ls, considerando que
blemas serios, incluso disponicndo armaclur¿s transvcrsales, la mayor parte del rrtisn"lo lo resiste el hormigón. Al encontrarnos
ya que pue.den presentarse roturas por conrpresión cn las bie- en csta situ¿rción, la Norma EH-9 I reducía drásticamente la resis-
Los lorjados rcticulares

tencia a punzonamiento del hormigón de f.,, a fcv directarnente' sitl


dos de scccióIl eqtti\'¿tlentc y aplicar lo ya conocidó aun a riesgo
dc conletcr urt peqrreño error, que plantear de nuevo toda una for-
que pudiéramos considcrar un valor mayor al 0 5 fi err Kp''cnrl
mulación "teóricamente" más ¡:rrecisa, que tenga en cuenta sus
o O,l ó' nffi en MPa. p¿rrticul¿rridades.

_a-=¡-[;
La formulación del volumen l-otal de esfuerzo V.u clr'rc debe
ab-

-\r:;_-j
y salvo que tros plalltce-
sorberse con armaduras es muy simplista,
las
mos operar individualmcnte por caras, conduce a estatlleccr
en cl perfnlerro críl-ico de urra man€-
armadüras c]e punzonanriento
que pueda.
ia uniformemente distribuida, independicntemcnte clc
que otras' *--r¡---+
existir caras que requieran más annaduras
fi{, 8.?2 Fl:,:ci ;¡rl'r.n;lllilnrcrlte eqrrivalentcs 'r E:lcctos rle
el pro-
No queremos entrar en el iuego de scguir complic¿¡Irdo ¡rr¿li¿.r' \: Pr-l-;1:\l-:itr- (r:-:l
de perder teóricamentc rigor' porque tene-
blema, áun a riesgo
para el
;;; ü firme convicción de que el camino práctico
tr¿ttar qr're pueden
Tanrpoco varllos a cr\trar en las singularidades
el expuesto por nosotros siguien- pueda presentarse pt¡n-
il;;";;';nto, no debe laservieia procluciise cn aqueilos casos raros' clondc
do la vía det código ACly EH-g1' que ell ciertos casos de: va-
zorramiento inverstl; t¡¡n sÓlo aclr"erLir'
vanos lrluy cortos' pilares
y sencillos, cuya bondad nos muy largos e-il contilrtlidad con
Existen otros ciltefios máS Simples etc'; cl
avalada por la práctica cotidiana.y
el conrportanrienl-o ;;";;; sotr""e losa:. forlaclos luertenrente posterlsados'
prtede ser tan Fleligroso como el
r;* *.u"nou sobre pilarcs qt'tc:' purrzorranrit::tttt-: ln','er-co existe y
m2 de placas apoyadas puede seraplicada resrrltando
aoir.ato de milloncs dc directo. l-a tecrrÍa gcn*rol **puósia
una nayor sirnplicidad
nese a su escasa brillan[ez teórica' aportal] cle tipo negativo'
del,punzonamiento Err est¿ últi- leyes de tellsiollcs tarlgcrlc¡ales
ffictic-al=n-ii.?r."f" ll á"álisrs en los casos tltenciotrados en
el
desenvolverse los nuevos l:lanteanlictt- Las ann¡iclur¿ts tr'rnst'ersales'
ma lírrea descrita tienden a por punzonatnien-
del mundo' colocar.
y
toi A" EHE otras nornas pá;;; ;".üor, .1u. fuesctr neccsarias
que se
¡" opuesto al habitual' salvo
c<'rn la to inversr: reqtrieren un lrazado
cle alguno's de-cstos criterir¡s' tanto en el punzona-
Hablaremos más adelante y corlstruc- disponga en pLlnos vcnicalcs útiles siempre
diserlo
¡"i." i.,t.".ión de facilitar la operatividad del
Pc'ro arrtes de h¿rcerlo mietrto clirecto cc>tlro int''erso'
ción de las losas tt*"il p"*namiento
"f la conrplelidad hasta alrora apaftado, que Ia comproba-
hablaremos. por ri noiu.á suficiente Finalrrrente clecir, lrara acabar este
con los sopones aparl- termirra en el primer perímetro crítico
l*puur,n, de una particularidad adicional ción a t:urrzonanrie'rto no
salvo qr're el resultatlo de
iutt.¿ot que las normas suelen introdtrcir' situado a 0,5d A* fc:* H"ttl*t it
'poyo'
ciicha contprobación sea satisfactorio'
armaduras en el primer pe-
'. .; CuantJo c:l .rnáiisis obliga a colocar
que comprobar oe'{-
¡: *'i rímetro crítico, no, u*toJobligados a tener
|-'-
primero separaclos entre sí medio
nretros ltonlotéticos con el
I

l;' {{i '0

l:- ,J canto útil.


L o,¡
-L¡
Ij

'¿
g¡1 56c)qrtes aparrtall:rdos
lig' lt.7l. Períntetro senri-eficaz

Cuando tenelnos la losa apoyacla en un


soporte conro el itrcli-
EH limitaban la tensión tangcn- contprobados cualtdo err el pri-
.ua" io Fig. 8.71 , las normas Fig. 8.73. PeríItr(1rros c¡'l:icos tlue deben scr
"Á puntos t-2y 3-4 a f.,, detriónclose poner niEro at neccsario 66¡o¡¡¡ ¿¡¡iaduras cle
punzottamiellto'
.Lii"rirtunt. los
"ntr" cuando diclra ten-
amradura de punzonatnienl'o en dichas zonas
f.u' partir de un canto
sión se sobrepasa, aunque no supere 2 Sin etrrbargo. pare(:e más r¿tzonable qr're' a
vcz de hablar dc punzonamiento comen-
se consicJeran conlo dc la c¿rra clc: apovos, en
En el Eurocódigo, las zonas anteriores no de coftante sin más' a pesar de que
el pcrírnetro crítico' y es cotrro si cenros a consiclerar criterios
resistentes a punzonamiento en
elErrrocclciigc) 2 pl¿intceel perímetrocríticoa
l'5d yla EHEa
la presencia á* unot huecos hubieran reduciclo su erficacia' cntre 0'5d v I '5d
i¡;; l;t tirn',o, siti cleiar claro lo q\re ocurre
hexagonal o circular' (o 2d).
Si estamos en el caso de pilares cle tipo
a pilares cuadra-
nuestra opinión es que más vale trattsfomlarlos
LDs tor¡ddos reticuiar¿s

P.rra cálculos rá¡:idos la cxpresión l2l puede transformarse en


8.15. El punzonamiento segun el
[3 l, consitier.t nclo
qr.te;
Eurocódigo-2

El planteamiento que efectúa el Eurocódigo-2 ciel


pLrnzona- ,rcl -- V' fJ 1).¡ , l3l
n-
micntá es bastante más simple y cómodo cle que el reali-
'rplicar
zaclo por ACI-3 I E y las antiguas nonnas EH csp¿lirolas' puru conilinlor ctLle eli posible dcsarrollar los nrecanismos re-
a I '5 d sistentcs cle cortadur¿r y obtener las resistencias a punzonantien-
Corno ya hemos dicho, EC-2 sitúa el perítnetro crítico
dc los bordcs cle los so¡xrrtes y re.sta al rnismo l.l influencia de los to clefinidas anreriormentc, tlebenlos asegurarnos que la losa
(véase la El esfuerzo cortantc V¿ solrrc los apoyos lertgan unas amtaduras ntínimas de flexión adc-
huecos situados a 6 d Fig. 8.ó01.
peímetro crítico y propol'lc que las ten- cuaclan'rente anclacl¡rs, capaccs de absorber unos mornentos M* y
se calcula a lo largo del
lril, dados por,
siones tangenciales se obtengan mediantc l¿r sencilla fórmula'
'l
,,!d_- Vl'F
Ac
f ll tr¡
üi]= n uo
p es un coeficientc que considera la jnfluencia de los trosibles Siguientlolatablaylttsconsideracionesgeomótricasdefinidas
momentos flectores quc se transmitan de la ¡rlaca al sopclrte des- en la iig. t3.74, si los rnomentos cie cálculo dc la placa' debido
a
comPensadamerite. que los exigidos por EC-2 no es
la c.arga cle st-rvicio, son mayores
: necesarjo re¿tliz¿ r dic:ha cornprobación'
. Pilar de esquina F l,5tl
. Pilar de medianería 0 : 1,40
. Pilar interior 0
: l,lt +#
¡*art

t*
I

f.r
I'
f"k lrd f.d
l)o I,E t) 0. tti
lóo 2,2 ló 0 t.)

200 2,6 20 02ó

3,0 fq 0.30
250

?00 '3,4 30 il rt4


I
(J rY
3 5tl J.7 3i

400 4.1 40 0 4l

450 4.4 4' Ll.44

4.u ,io 0 4,5


)00
el
Tabla 8.7, Tensiones tangenc:iales básic'rs de cált:ulo en
en firnción de su resislcnc: ¿l c(lrilc-
honnigón según el EC-2
terística (Y. :
l,5l en proheta cilínd¡ca

quc no sea necesario coltrcar armaduras de ¡lunzonamien- Sop::i ¡t,: :it b"::: ¡:1=
Para
ci-¡n bord,-- (le lii9a
to, se habrá de cumPlir que: paralel,r-: al ei: i
r¿ lrr¿'k'(1,2+40'p¡¡ lzl
S:pcrte r'l: L'-.¡ r'cie

Para aquellos casos donclc la


arn¿dur¿ de ilc'ricin ¡rositiva st' ¡¡¡ $.-:rrie i¡sa
:l¡--
k = I: ¡: ei=';
cotc' más del 507o ¡raral+ll
t:asos clorrcle rlo sc cor:e dicha '¡rnt'r-
k = l,ó - d ) l: l'ln los reslantcs l.recL]L'ntcs' En esta
los casos tl"lc¡¡s
dura más del 50'Á, que constituyetl
fómrula d se expresa en metros' r'a\ F.\":''r¡r(:s tr4- y Mv Ctr uniottes
\ r \r¡. . rt\"''"1 clttrt'los'ls y soport('S
llll!a / I r\rtrrr" reslsLir tales I¡lomelrtos
cit: :r'rcciórr sontetidos cl (ri:{ii Éxctilllr'to v'on¿'f tuit efic:az ¡rata
p, = p'* < o'01 5 c uatrtía geornétrica cie i¿¡
'¡rnr"rcir'rr¿
r[pi-
--
en las direcciones de arntado
286 Los lor¡ados rr'liculares

.\bamos un ejemplo sencillo con carga centrada, aplicando cri-


terios de la EH-91 y el EC-2 ett un pilar interior de 0,40 x 0,40 trl
' = l'35.1lrr'8 = l,?5'6+1,5'2 +
Y¡o
^l¡ =1,3875
de un forjado reticular de canto 28 cm con luces cle ó x ó m. Ytq = l'5 |

Sea la carga total del foriado por metro cuadrado igual a l'?8,75. 4r4,32=
v., = 393,98
I kN/r¡2. " 1.6

Considerando un coeficientc de mayoración gertérico Yr = | ,ó, r¿


393 98.
=# I 000
= ().34 < 0,ó MPa
la carga total que transmite la placa al pilar vale: Ll5 10"

(o'l¿ -5ó7o de ia tensión admisible'l


N¿ =ó'ó'1,ó'8=4ó0,8kN
\0,ó )
ResLando de N¿ la carga que se encuentra encerrada a un can-
to útil de la cara de los soportes, obtenemos el cortante de dise-
ño más representativo y real: Luego vernos que son rnuy similares en el porcentaie de ten-
sión respecto a la admisible o resistida sin nccesidad de refuezo.

Vd =Nd -8.(0,40+2'd)2 =4r,0,8-8.(0,40+2 .0,25'f = Los cálcuios condr.lccn a unos resultados rnuy similares, ya
que según cl EC-2 las cargas rnayoradas son menores, pero tam-
:46O,8 -6,48:454,?2 kN bién lo son l¿s terrsiene5 ¿drrrisiblcs.

En arnbos (;i$os no cs nccesario colocar armadura de punzo-


L¿ resistencia del hormigón es f.¡ : 25 MPa, lo que supone: namiento y, aunque el resultado práctico sea semeiante, nos pa-
rcce peligroso el c:amino tan aleiado de la rcalidad que propugna
cl EC-2.
EH-9 | -+ Íad = tp = 2. [,u = 2 .0,1 t i:r= 1,3 MPa
EC-2 + f"6 = 2.Tr.1 =2'0,? MPa = 0,ó MPa

(segun el cuadro de rcsistencias fiiado anteriormente)


8.1ó. El punzonamiento según las normas
portuguesa y brasileña
r En la Norma portuguesa REBAP no es preciso refozar a pun-
Sección crítica:
zonamiento si:
EH-91 + A. = P. .d = ¿.(0,+O+0,25).0,25 = 0,ó5 m2 V,,
;gSn'tr
A
,'c
con n=1,ó-d*l
EC-2 -r Ac = 4'(O,aO+O,Z:)'O,Z: = l,l 5 m2
estando d expresado en metros

Y T¡ toma k¡s v¿lr¡res que ya sc han dcfinido en el apartado 6.7;


Tensiones tangenciales:
y no se admitcn cargas superiores a l,ó 'n ' Tt ' ,\.

\a
EH-91 - tu =-A._ 454,32.1 .000 MPa = En el caso de que haya que reforzar a punzonamiento, se co-
locarán armaduras transversales que resistan 3l4Y¿; sin que la fy¿
o,ó5.r0ó
superc los 350 NlPa r3.500 Kp/cm2).
= 0,70 MPa < tu¿ = t,3 MPa
L¿ Norrria REBAP resulta bastante más conservadora que Ia
54% dela tensión ac]misible Norma española.
=
[H ) .Según la Norma brrasileña NBR ól l8 se considera que no es
prcciso rcforz¿r a purrzotramicnto si:
Sioperamos con el EC-2:
(Kp/cm2)
8 "
kN/m'i
Io tN / m2 cargas permanentes +=+
lz tN I r' sobrecargas
lns lorjados relkular¿s 287

rccordándose que se maneian coeficientes de ponderación infe- el planteamicnto clcl código ACI que se venía adoptando en el
riores a los españoles: punzonarliento y (¡ue, en nuestra opinión, rcsulta difícilmente
digerible y po(:o práctico. Por consiguiente, bienvenidos sean
cril-erios nrás sirnples, aunque vengan desnuckls de teorías
T =1,4 Y lc = 1,4
iustificativas que en el fondo no justifican nada por su carácter
No se admiten cargas que produzcan tensiottcs tangenciales surrarrrente engañoso, pese a su aparicncia de rigor y brillantez.
superiores al límite:
Otra cucstión será, si el enrpirismo en el que se basan los
nuevos criteric.rs puecla scr o no un falso espcio obtenido de unas
2!E pocas ex¡leriencias cle laboratorio, leianas del comportamiento real
yc cle las cstructuras que construintos, y quizá una vez nrás, se
ignorerr las exprriertcias auténticameht.e realcs que continuamentc
En aquellos casos cn que sc necesiten armadur¿s dc pttnzo- e-stán obtcnienclo los profcsiorlales que día a día se encargan dc
que la
namiento, éstas deberán resistir el75%de la carga' igtral sostener los cclificios con sencillas formulaciones, que se
portuguesa; y la tensión del acero se limita a 300 MPa' fllUestr¿¡t] eficaces y ecottómicas. lalta en nuestras Normas un
"buztirr clel lector" clorrde se rt:coia la ingentc experiencia de esos
l¿ Norma brasileña conducc a valores ¡rrácticanrente coinci-
9l en cuanto a las terls¡orlcs admisi-
dc-rites con la española EH- ancinimos c¿¡lcLrlistas de eslructuras, que a veces de espaldas a los
blcs se refiere para no reforzar a punzonamientc¡; rlo obstante, criter¡os ofici¡¡les y pese a sus mucllos defectos, han levantado y
arlrr'¡ite tensiones límites por encima dc la misma. hecho posible el parquc de viviendas que posec nuestro país.

. L.a Norma brasileña NB-2000 sigue el planteaniicnto dcl Có-


digo Modelo (MC-90) y no es preciso refor¿¿r a punzc>namiento si:
E.17.2. Superficie crítica de punzonamiento

,n=f <0,,(r.,F) (roo.p rk)


t th MPa) Am¡:aránclose err Lu'l errrpirisnro de laboratoric¡ y totalmente de
espaldas a la rcalidad, la superficie crítica de punzonamiento a
cfcctos exchrsivos de comprobación de si existe o no riesgo de
Si hay momentos, se aplica una fónnula simil¿r a ACI en todos
rotura, se ¡:rlantr-a a una distancia perimetral de las caras de los
los casos anteriores. Si fuese preciso reforzar, la contribución del
soportes igual a 2d.
hormigón se calcula poniendo 0,10 en lugar de 0,13.
Dado que la norma adopta el critcrio, razonable por olra partc,
El valor de fya sc limita ;r 300 MPa' con corrcctores, y a cle redorrclc.rr las est¡uitras del perírnetro crítico tetirico, introduce
250 MPa con estribos. Además, en el borde del pilar se una conrpleiiclad operativa que it efectos prácticos no parece tnuy
comprobará la compresión oblictra, siendo A.- el perúrietro crítico compatiblc con el ntótodo empírico que ella misma proponc'
del pilar por cl cant<.: úrtil:
l---'l' ur
rft
'119, j@
r'ztr\ u,
!d- a {en Ml)al

"k'o'"('-$)
t rdl l\l
8.17. El punzonamiento según la Norma

il
ff,,
EITE
rr+r D

8.17.1. Introducción
;
"'I 'o

La nueva formulación que se propone para el putrzonamiento


-L :l 3
<t

en la normativa española EHE apuesta firmemente por criterios de <0.5c, ó 1'4--l <o.sc.' ó r.sdl
{r---+
I

tipo empír¡co, y abandona bruscarnente los aspectos teóricos cotr


los que se pretendía iustificar lo iniustificable. Nos cstan'ros Fig E 75 t)erínrctro crítico teórico segrin la EHE (Véase como
refiriendo por eienlplo, a la compleia formulaciórr tecirica que exigc rc'lcrenci¡ ia Fig. 8.5.9, Perimetros críticos de puttzotramientol.
Los loriados reticulares

Seda deseable que en futuras verslones adoptase los trazados Ouizás por ello, la versión definitiva de la Norma EHE, optó con
rectos tradicionales cle la EH-91, aunque se cncuentren situados buen criterio por no tneterse en el bosque y dejar quc cacla cual
a 2d de la cara del soportc, y aplicara un coeficierrte recluctor del siga su propio camino crr situtrci<¡nes cemo las rnencionadas.
perímetro crítico en torno a un l57o que es, operativarnentc, a lo
que puede suponer con un carácter suficicntemente aproximado
Li¡ea <ie cortante de la losa 2 con relación
los redondeos propuestos.

En la versión definitiva de la EHE se ha simplificado la Losa 2: d2


formulación del punzonamiento suponiendo quc la placa posee
un espesor constante y único, obviando la posibiliclacl clc que C,!
existan espesores suficientcs en la zona de influerrcia clcl I I Supertlcle
I i.--critica
perímetro crítico, En los borradores de trabaio que sirr'ieron para
la elaboración de la norma, dicha posibilidad sí fue contemplada,
lo cual motiva nuestra apreciación personal sobrc cl tema y que í'-,..-.---- LOSa 2, d2
-
figure a continuación una manera simplc dc tenerla presente cn \ \_
L:n"a de conante de la
_ ___ t
l<>sa 2 con relación
aquellos casos que pueda presentarse. d ld Lükr I

Parecc razonable colltar operativamente con ull catlto


constantc de la losa en su perímetro crítico, t<¡ntarttlo cotnc:
referencia el canto útil medio de los espesores de la placa que
rodeen al soporte por el mencionado perímetro, cttyo t.razado en
estos casos puede admitir bastantes discusiones. Nuestra
interpretación queda recogicJa en la figura 6.7ó a efectos prácticos.

d medio:
(a+2clr +2dr )dr +(b+2dr +2dr )dr +(a+2d:¿ )dr +2dr 'clr+lb+2d¿ )dz +2drclr
- (a+2dr +2dl)+(b+2dr +2dr )+(a+2d2 +2d¡ )+(b+2d¡ +2d1 )

LVX ]

Carrto H1 ldl)
Fig. 8.77. Indefiniciones que aparccen en la propuest.l
del bonaclor cle l¿ ironna.

(b+2d2+ Perínretro
b iríticr¡
El bor¡ador de la Norma en sus comenl,arios nos decía que la
t 2d1 t- 2d¡ rotura real es tronco-cónica y va desde el borde del soporte
atravesando el foriado con una inclinación de 250 a 30o. L¿s
prirneras fisuras aparcccn cntrc cl 5O"/"y eI 70o/ode las cargas de

L. rotura.

Anrbos conlL-ntarios han desaparecido en la versión definitiva,


I Calti-: i l1 :l¡ y, en cuar-rto a l¿ lrrcljnación de los planos de rotura, ya hemos
expresado qLlc cstán más próximos a los 40o * 50 que a los ?0o,
Fie. 8.7ó. Canto tcórico medio a efecios de cálcr:lo.
al menos cuando se inician, inclinándose posteriormente.

El borrador de la Norma decía textualmente: En nuestra crpirtión, un plano dc rotura tan inclinado sólo
puede iustificarse en losas de muy pequeño espesor, cantos en
"El canto útil de Ia losa se considera conslantt e iqual a torno a los l5 crr; err losas dc cantos mayores, la inclinación no
d: (dx + drl 12, donde dr,drson los carrtos ritiles de Ia losa en es LiJn acLrsacla. lo quc nos inclina a pensar que las
dos direcciones perperuliculares" .
extra¡'rolaciones de los resultados del laboratorio a losas reales dc
for¡ados reticulares y losas de cimentación se han realizado con
Dicha redacción podía carecer de sentjdo v no rcspoltder a
r:xcersiva alegría. Nosotros creemos que los ángulos reales se
ninguna realidad física, como se deduce cle la Fig. 8.77. Sin
lnllevel'l en tonto a los 40".
cornenLarios añadidos.

I
los foriados rcticulares

E.17.3. Losas sin armaduras de punzonamiento Fcr = $' Fs¿

No será necesaria armadura de punzonanricnto si: p : Resuira ser'¡n coeficiente que toma el valor l,l5 para el caso de
soporLeb inLeriores, lr¡nra cl valor 1,40 para los soporLcs rJe
nledianería i'el ,,,¿lor 1,50 para soportes de esquina. El factor p tiene
F..,
Tscl ( Td rrcd--- <' en cuen'-a las lcrsioncs tangcncialcs dc torsión quc se cngendran por
5uperl¡cle cnLrca lob lnr)r:rt'iiLL)5 c.ris[errtcs cn ja placa.
F.6: Esfr-rerzo cle ¡runzonanriento de cálculo, que rrorrnalnrerrte
F"¡: Esfuerzo efectivo de punzonamienro de cilc:r¡iil coj¡rcjcli¡á con ia reacción del soporte al menos en una prinrera
aproxin.rción.
t.,¡: Terrsión langcncial n<¡minal de cálcu]ü en r: )erirff ct.rc) crÍticc)
En cl caso de losas ¡'rretensadas, debcrá incluirse la componente
tr6: Tensión máxima resistentc clcl hormigón ¿ efec¡rts rjel
r,,enical qrrr. rr rlc.rive cle ia inclinación dc los cables de pretcnsado
l)rj¡rzonamiento, que coincldc con la resis:ercr.r tiiacla lrara el cort¡nte
de las piezas linealcs
r[). tünq üj.
Tarlbién es ¡:osiblc. descontar de Fr.1 las cargas exteriores que actúen
deniro de r:n pcrittc.tro lr/2 semejante a corno se hace siemprc que se
rrcr=0,12.6,.(too.p'6¡)l'3 tr{Pa lll piante; u!'r crnálisis cleJ punzonamiento clásico, tal y conro sc dice en
los corilcnLdr:os de la norma y en contradicción con lo que en nuestra
siendo, ooinión ref.ej.'r el afiiculaclo cle la misma al hablar cle la reacción del
5c)pc)r[c

d: Canto útil cn mm Es in¡;ortirntc dcstacar cn la norma el siguiente comentario:


p: Cuantía de armadura longitudinal de ia los¿ calcuiada por "Cuatúo drist¿,1 rnorrld,rtos transferidos entre Ia losa g los soporles, parte de
(7sl0s (?s/ri(?r:os s( trü$,nittn plr tr-ns¡lnes tangenciales, dependiendo de Ia
{P, Py ; sicndo p,
Py las cuantías de ¡rmeduras según las
Y gllmelríü d¿l soporle. El nétodo prlpuesto en el articulado conslituue una
direccioncs ortogonales clispuestas en la los¿ sob¡e el saportc cn un
sirrrp/r/rririiiúr p(1r0, dltprnat¡vamente, puede utílizane cualquier proadim¡ento
ancho que comprcnclc al ntismo y tres cantos Íriles a izquicrcla y
que perntita utut nuluación más precisa de tr¿".
derecha del misrno, es decir, las armaduras diso.¡cs[¿s básic¡mente
dentro del ábaco de los foriados reticulares.
Estc¡ ¡rc¡s ¿1bre una puerta para efirplear métodos altemativos,
sobrc todo (:uilndo los momcntos son intportantes y la geometría
cornpleja basados en Ias determinaciones de tensiones
Para los casos más frecuentes de foriados, puecie darse a ( un trrngenciales de acuerdo a los esfuerzos obtenidos con progamas
valor de I ,9 y para losas de cimentación un v¿rlor cie I ,5 si se rJesea de ernparrill:iclo, cliferencias y elementos finitos, que nos permita
hacer comprobaciones rápidas. conocer el estado tensional en puntos relevantes de las zonas de
apoyo.
El valor que resulta de aplicar la fónnLrla lll en las losas
conduce a valores por dcbajo de los que otrtcnclríanros dc aplicar
las viejas y tradicionales fórmulas:

Resumen Práctico
Trd = 2'fv
Cc.rn el obieto cle rro perdernos y encuadrar la propuesta de la
td=2'f.u =2'0, ló'v4; (err lvlt)al
nueva tHE, nruclro más simple y sencilla de aplicar que las
antcriorcs, crr cl contcxto dc nucstra cxposición y rcfirióndonos a
7r,l =2'f." =2'0,5'fi¡ lcn K¡'r'' cnr2)
los casos nornrales de losas sin pretensal el nr¡evo camino a
seguir rer;i,
puesto que las cuantías de arnladuras son b¿jas, v se nlartLiene
idéntica formulación para el cálculo de la resistenci¿¡ a . Deternrirl¿r el perír'netro crítico a 2d con las fonnas geomé-
punzonamicnto, que la empleada para deterrninar la capacidad lmcntc (Vcr a partado 8. I 4 .3. Su pe r-
trica s csta l'llccicla s habitua
rcsistcnte del cortante en las p¡ezas lineales. lkie Tcórir:a Crítica dd Punzonamiento), reduciendo su perímelro
L¡n I 5% p¿lr¡ tener en cuenta los redondeos del nrisrno que
El esfuerzo efectivo F"¡ dc purrzonilnliento cie cálcr-rlo tiene
la nucva EllE irrtroduce en las esqu¡nas con r:l ot:jeto cle
presente las cargas verl,icales, los posibles rr]onterttc)s cll¡e se
trasfieran entre l¿r losa y el soporte. y el posiblt_. efccto cle ulr cl Irroceso c.rperativo.
sinr ¡:l ítir:a r

pretensado que pucJiera exist¡r en la losa, a trav'és de un parámetro . Deducir los hr-rccos situaclos a menos de 6d y calcular el
rnuy simple llamado B. área crític;r: \
Los loriudos retiulares

Calcular el cortante de discño a punzonamiento V(l corllo


habitualmente se hace. (Fo¡ V6) : Vci = l'*: < o,lo.( (roo.p.f.u )"' .4. *
Calcular la resistencia teórica del horrnigón a [)unzor]anliento. n A!' t'l
* 0,s ci.se'rcr.rcotg 0+cotg or.
J
rrd =tp =0,12'6'(100'p'[r)r t,tRo
sicnclo
sienclo,
A¡r, Áre.,r cle rrr:.r i-¡¡i¡¡ cie nr:nzonartriento.

St pu
, Cuantía geométrica longituclinal cle la los.r, quc p.rra orjacJos f
A,,: Área trt:¡ rj.-: ,as ar:lr¿cltr.ts clc punzonanficnto en un pcrírnetro
pucde estimarse en 100 p = 0,35, y para losas de cimenracirin en Cr)ncén:::cO ¿i \irnol.te. coloCada en plarros separacjos entrc sí Una
100 p - 0,25. disu¡nci¿t:r .Ai:-..\-
tt: Ángulr-r n:t. jit:::L.1ri .cs ¡t.anos de arrnaclur..ls Corr el plano <Je la
Itls¿. Sl st: (-,:i.i-'-¿T i,SLriuos o l)Arras VerticAles u= 90,'V si
e = f* (d en mm): Para los casos habituales cle foriacJos pLreclc Se
1@ cctloc.tt', b;r¡'¡ l-rc.i::aclas ct = 45,:,.
tomarsc estimativarilente 0,12 l=0.23 y ¡.)ara losas clc Cirnentación, f,,,¡: RcSi:r-t:.ct; ,:it.
lá.c:ler del .¡cCro de las ;rrrnaduras Ir.l¡sversales,
variando errtrc. 50 y I 00 crn dc cantr:, O, I 2 ( oscil,-:r;i c:rrr:re 0,20 y linrit.¡tlc ii 4lr-l !iP;,
0.t8.
0' r\rrp.L¡ Lr (if, .rt:; i) ar: a: ile r()rUtc-r que recotttcnd¿nlOs COns¡defaf a
4 5r.
l¿ fórmula anterior admitiría una simplificación práctica ri \ljn'ero c:e r:;:1.¿: (it cacla r¡no dc los pl.rnos separ.rdos cntre síuna
aproximada para el caso de forjados conro, clislarcr.-l r,

[p =0,2+.(r.oI" MPa,

o bien, nucstra propuesta de Lp = f,,u = 0,145 Jtl


No será necesario colocar armaduras de punzonanliento si se
verifica que:
ls
t-
F'v., tto (r'¿ < t'a l2d
¡] = ) ---+
isi 2di
1-.i'----+
Vd = Fc,f 2ds
'l---'r"-

-!s(l _- F.v,r
Ac ^
6-
o
o
b
cl
I

t_
o'
I
E
úl o
.f
frd = st
tp 2di
i
-t-
sicndo.
F : l,l: para los soportcs interiores y de borclcs

F = l,4O para los soportes medianeria


F = 1,50 para los soportcs de esquina -i--
Í-
cr d
.o cl
b
l
6- ]_
8.17.4. Losas con armaduras de punzonamiento +
sl't'
z¿l
+- "oL
Cuando sea preciso colocar armaduras cle punzonantien[o,
porque no se cumpla T..l < Trd, en la zona cot.t arnta(lllra dc
punzonamiento se debe satisfacer eue V,1 = Vcu * V.,, retralando . AFMAOURAAOICIONAL AFMAOURA NECESAFIA
PoR cAÉculo
ligeramentc la capacidad resistente del hormigón a la cortadura a
través del factor 0, I0 ( en vez de 0, I 2 (.
Fig. B.7tt Ti¡roioilía v dis¡rosición de armaduras de punzonanriento (EHF.)
Los t'orjados r¿ticularts 291

Aplicando la fórmula con banas inclinad¿s a 45'' nos quedaría 8,17.r. Zona exterior a la armadura de
asr: punzonamiento

\/vtl -- \/vcu+r,273.9.n .Au .f, .. Fucra rle l¡ zclna cubierta por armaduras y dc manera similar a
s
como sc hací¡r irntes, la nueva Norma propone comprobar a una
Y si opcramos con barras verticales: distancia 2d de la ¡rrisrna, siguiendo los ¡rcrímctros marcados por
un,ef en la Fig. 8.78, que no existe punzonamiento si se verifica
que:

Fc:r < o, r 2.8. (r oo.p.tr, )"''4.


+I

dt Fu¡ Nuelo cofi.¿rntc clcctivo, clue en este caso sólo tiene en cuenta
'
+ bs cargas ,.,enicales exleriores y la cornponcntc vertical del Írosible
preterrsado. La áccjón dc los momentos se considera despreciable.

Aj . \'.,.:r., sr:¡x:rlicir': crítica dispuesta .r 2d del último plarro <le


¿¡¡¡r;¡rJrlr¿i i)revis¡o siguiendo el perímetro un."1 indicado cn la [ig. 8.78.

Evidenlenlente, resultará casi siernpre una comprobación


su¡:erflua. t.rl y corno está planteado el análisis. En realidad, lo que
habrá que hacer es comprobar a cortante, lo cual es necesario
realizár sjenrtr)re en toda la losa y, además, con una fórmula que
es t)rítctic¿rnlelrte Ia rr.risma, con una pequeña diferencia en el
término clc cuantía p.

8.17.6. Resistencia máxima. Esfuerzo máximo de


punzonamiento

I I LONGITUD DE Para que no hayrr rolura por comprcsión oblicua del hormigón
f-__t
ANCLA.'E cn strs biel¿rs inclinacJas, sigr-riendo el mccanisrno resistcnte que
Fig. E.79. Dispclsición de arm.:duras cle punzola:liento coio- se clesarrolla, la Norrna propone una última comprobación que
cadas a partir de 0,5d de las caras del soponc seer.jn EHE. debcrá r,'eriticarsc v cumplirse siem¡:re para evitar patologías
peligrosas
Podemos apreciar una reducción de la resistencia clel hormigórr
al punzonamiento cuando se agota su ca¡taciciacl rcsistente y es En toclos los c¿scls el esfuerzo de punzonamiento queda
necesario colocar armaduras, de manera setreiantc a corno sc con- limitaclo ¡:or:
templaba anter¡onnentc en las nonnas. pero en una rl.rgnitud bas-
tantc rnenor.
Vl = Fef < 0,3. f.¿ . uu .d
L¿ reducción qlre se proponc deV.' oscila entre un l0 y un
más razonable que los criterios de las norrnas El-l antcriores,
I 5olo, clclnde rr., es el perírnetro consicjeraclo a efccto cle las
que lo reducían a la nlilad, conr¡lresioncs .[rlicuas, qrrc lto coincide con ninguno de los
perímetros .r nteriomrente nrencionados.
La nueva propuesta sigue sin conternplar la colocación clc un
único plano de armadr.¡ras, lo qtre obliga a efectr-rar cle nr¡evo una Pilar centr¿il Lr., =2.C1 +2.c2
interpretación de la formulación propuesta, si queremos quc ten- Pilar nlecli¿tnero Lr., :- C¡ + 3'd < c.l +2.c2
ga un caráctcr generalista en el caso de optar por Lln único plano Pilar de esrluina uo =3.d<c¡ +c2
de armaduras, como ha sido la costunlbrc extenciicl¿ cn la cons-
Lrucción española en las losas.
292 Los foriados reticulares

t
t-t a) No se admiten cargas tales que conduzcan a valores de
nrayores quc 3 f..r, cn la superficie crítica de punzonarnien-
Lo siluacl¡¡ a 0.5 ci, es decir:

ql
I

1,5d > c2
V,¡ 13.f, , .A.

L" =0,5 .*6 {enKp/cm2)oLu =0,1ó'úc,l (en MPa)

r--i-<?.f
' A _ 'L.
-
^..

bl en fo*prilares de borcle y esquinas no es preciso reforzar a


punzonanriento si

t t''
Fig. 8.80. PerÍmetro uo para las contpresiorres ot¡licu¿s tEHEI
^.
en caso contrario dispóngase annadura transversal cubrien-
:
do V.,'., \','1 - f, ,\,. .
c) En los pilares cenlrales no es preciso reforzar a punzona-
8.18. Una aproxlmación personal y |nierrto si
práctica al punzonamiento
\¿,

El análisis del punzonamiento crecmos finnertrente que dcbe


., 2't,
,'c =
haccrse de una forma mucho más simplc que el tortr.toso catttirtc) t:n caso cotrtrario dispóngase annadura tratrsvcrsal cr,rbrien-
seguido por la vieia lnstrucción EH-9 t y el Código ACI 1l si además
do Vr', = \ii - f,., Ar.
permite un dimensionado seguro y econÓmico, estarcmos
siluados en el dominio ideal al que dcbc aspirar cualquier
Los criteric¡s cle l¡r EH-7-'J se aplicaron (y aplicamos) en miles de
normativa digna y sensata, leios de acadcmicismos óscuralltistas
metros cuarlraclcls constnridos con losas de todas las tipologías
que acaban siendo ignorados por su compleiidad. Bienvenida sea
existentes, sin conocer patologías atribuibles a los mismos.
pues la EHE que, baio ciertos aspectos, parece sumarse etr lo
relativo al punzonamiento a critcrios nrás simples I¡ cómodos dc Cuanclo ¿it)arccc l.r EH-u0 y se complica el análisis, modifica-
utilizar quc los mantenidos artLeriormente, nros perscrnirlnrcntc el criterio relativo a los pilares centralcs trans-
fonllándolo cn:
El código ACI-318 para pilares centrados, pernrite al hormigón
tomar valores admisiblcs para sus tensiones tangetrcialcs desde . Si cl soporte es ccntrado con luces cquilibradas no es pre-
0, l4 ' \16 a 0,28 ' J[l .t
MPa, dependiendo de si los pilares se
ciso reforzar a punzonamiento cuanclo se cumpla que:
encueiriian en los'bordes o centrados, para no reforzar a
punzonamiento.
\ a7.¡.,
Otras normas como la suiza, aceptan par;r el [tornrigóti Ac
tensiones tangenciales casi c<¡itrcidentc con la es¡rañola, percr
cuando las aplica al punzonamiento las incremcnta I ,8 vcces
. Si existcrr luces ligeramcnte distintas (¿- 25"/"1en la placa, el

mediante una formulación muy simple: criterio para no reforzar a punzonamiento sería:

No hay punzonamiento si: '.l < 1.5.L..


Ac
l'ó8 V=Vti .
sl.g.r. Si las luces que rodean al pilar son muy diferentes l> 25"/ol'
Ac
o si la estnlctura se encuelltra somctida a esfuezos horizon-
tarles irrt¡lrrtantes, llo cs necesario armar a punz-onamiento si:
Nuestra vieia lnstrucción EH-73 nos decí¿r cie manera nttty
sencilla:
ü=t'"
f':r l,i.

Esle c rttcrio lo herrtos vellic.lQ ;i l) j (.., r,-1,-)'-.r l t't t-rit' r a't-l ]rLle!Lr¿i:;

c-rbras sin c(-)rio(-er ¡ratolodas.

A l¡ ,,'ist;l cle los ltt,le.'rot t riLtritri li,L-r,r:'iL l


t:n líne¿l cott la filrtsofía ¡trar-ltt-a c:tt(- .eJ ..rr:t.,
ll()) ¡trf\t-'ll()- Sitt tltit'tl() t¡ rlrr-1 ,'t , r

lllLl;tr .i clLiclaf rL )(.) \ rll¿1 al tllnlcllclo' cr.: .

foml¿, .e|, ill,r. i fic,'z \ \egtlr¡. ,it r lrlrrl 'i .i

v rL'.ri: Cti.lltclo el ltctrrrtigcitl .ictLiai \' lt';.;: ', '-


l)rocluc(' lrn (.oniincilr)iento le:'Sjstflrt(. .r,. --
qrie procluce tur itrcrenrcrttttl c.lt-.
r'-¡li(r,l(')q (.()ltal'tas lüolllllL)rt¿ill I=: . - ::
Irrl lr,i l,ritil r((1,;\alarl-ll(rll(ll lairi-- -

Diclra ¡rropr.rcsta cs:

. Sillr.i¡ el ¡-rerírrrelro críticr-r ¿r 0.r : :=. l-r i-,- ,]¡ .il)oi.r rr


-tl
LL)LI( )\ lL)\ Ld\O5.

. ReSt¡rr inf luencia


l¿.¡ rle lo5 lrt;r.,, ..- l.i rl'-[¿itlL-t.,
nren<>r,¡ 5rl.
. ( ol5rtlt.'r;¡r c-onto V(:1 ia c.tt'g;-i t-c:., , : i : r\ r ,:

¡ri l;r r sirr rerlucc icin al.,11rna.


. Nc-r ser.i ne( es¿lri() ¿rrm¿rr ¿r pllt¿,- :'::: 8.19. Importancia de los huecos de
cl,-r cle i ,, - 2 f.r-, cot-lsicJr,:rarl(1. i ,::, ' ', i: ; -,ii -r instalaciones en las proximidades de los
cle t) la ,,, ci 0 ló . J[* rip. pilares en los mecanismos resistentes de
"',
.,, Pil;rr s rl,. n:r.iles ]lices r rrnrllr. l-. , ;
las placas
\. -, V,
Lir r,:rtrt: '-., l::r'ii.,ces clt las proximidarles dc [rs a¡toi'os en
\ '''p -(
A
,. ¡r r tr I l,L' jr. lr.r(_ir fe(ll-lCe I¿l efiC¿rCi¿,¡ clt: llt,. lIa'Caill5llLlS
r':-r- :r ir-- l',.r'',..., ir-r,¡
',.5f1.1¡'¡¿¡S CIC llLlnZofl¿tt'nlenlC) v t.rllltién cie
l'r Pi'¡¡¡' (.rnlr¿rlc! lLrtc: rlc:tr'lt ¡".
l,-... 1 r',:.', :.ir o! entpotr;lnierntr,rs rlistIlrrr-rteI t l¡:.
,al¡,-,1:l ¿r,ai,l' :,, :,:: .r::lll]if ir-afl.
I 11.V,-
___________l.l_ r V, .- r -
___1 t-
A.A - L,:; f- -- r -: ., E::i ,.,:-1,:iclcra c¡Ltc: si los httcccts sl (rr( irrrrlr,r¡ ¿
:irr:iL-: -;= r 1 -;;i-,¡ rsrlr-rcjrse el ¡reriletrO c,ritjc.() siqrierrcl(-) cl
ct Pii.ire: cle Brlrtle (lrf r ,,- ,.-,-,t':-:'i .:.i,: ar.li figrrr.r 8.2.

I'ir)V.¿ t
__________-!:l_
\ .' :
-l
- -'\

r.lt Pilarr-'.c dr Estlr.rina

I r0. V.,
A 't'

c.r:os, (ti¿rn(lo >c(


E:r lctrlos lo:-:1,.
.l'. :', ', :':'(-: ar.l't.l arrlt l.is l¡rirr t-

V' =V.-(r's; t

'1 :r::i ai il¡: r: ¿


I l-L l-, l-LC¡ :-c- .rccl-rt.r t á Ll lla lc):,;l r,lc,rrr-1,-' i.r {j 1l at il¡ ffa ¡
,,, rr,.,.'Lt,,tt]rr,- ( lt . ! I,Li
E-a:'.a:¿1C1.1; I-,CI\ l-;a allllO\illlil-. ¡ U .j :
F HF,
Los lorjados rctitularts

Experimentalmente en las obras hemos podido constatar que Creenlos <¡ue ¡rr"rcdc resr¡ltar sumamente interesar'lte analizar
la presencia de huecos en las proximidades de los pilares bajo la óptic;r cle l¿r lrornra cspañola EHE los ensayos realizados
aumentan las deformaciones de las placas y, pcse a teller óstas los por Ehab F. El-5¿laka,,^,r', \{;rría Ana Polak y Manir H. Soliman sobre
cantos aclecuados para las luces de la obra, se producían clarlos plac;is con hr-iecos frente .rl ptrnzonamiento cn las zonas de bordc
en las tabiquerías, duñ<¡s clue no se preserrtitt)arr y (¡re, por tanto, y puhrlicado en .\Cl Slruclirrnl lt¡urnal, vol. 9ó, rr':' I (1999), con el
no existían en otras zonas de similares características, salvo quc
ob¡eto cle contrasiar lor resultados con las lorrriulaciorres teóricas
no tenían huecos dc instalaciones bordearrdo los apoyos, Nr-rrlca
anteriormente exl)Llcstas cn los apartadc¡s 8.1 7 y 8.18.
hcmos podido apreciar pttnzonarnientos erl los forialdos
reticulares construidos que hayan tenido su origen por la Los cnsai,rs re¡rroducen tlna cstrllctttra cle varios pisos
presencia de huecos cn las uniones, realizados a ¡rosteriori, por
rcsuclta cort r-rrlct ¡llaca nr;rc:iza de I2 cm dc cspcsor errlpotracla
olvidos en los proyectos y durantc la construcción.
en ¡rilarcs de 2i x 25 cnr. qrre poseía los huecos indicados eti la
Fig ti.tJ3.

L¿s arnl¿rcl;,rras de l¿rs losas fuerc¡tr cliseñaclas para unas cargas


xxx sFo
clc servicio cie, t¡rclen cle 7 kN/m2 (3 kN/nr2 peso propio, 2 kN/nl2
I
carg¿ls nrriertas 2 k\ nl2 sobrecarga de usCll, lO CUal CondUCe
a una estinració:r de esfuerzos en servicio sobrc el pilar de
N : 43 kN r,\1 : 12 c) kN x rn, sin mayorar.
sEo
Las cr.r¡rrtL:s mr-dias de annaduras a tracción paralelas y
perpendicul;rrÉ; ;il borclc lil'lre han sido igual a P : 0,0075 y las
aJ. It¡ ¿lrnraduras cle cttrrt¡rrcsión P' : 0,0045.
ü1 É
.I
sr1 SF? L-a posiciÓn d( lci) .rililddurars queda recogida cn la figura 8.84.

Fig. 8.ti3. Losas cnsayadas. (Todos los lr.¡ecos er.'rn


de 150 x 150 mm, salvo cl clc l.'r placa CFL), quc
era clc 250 x 250 mm).
(a) 1 trriPoszzor-{, r 0@ r 2o--.'.tr t o.rrü l-to
rl0
3¡ü¡*ión E¿¡¿olocT- tlil--__l rI'
d.lirc hrrco 63.t6m | *tlmado 190
drd
I
I

*.dd rla3& tl di.r. I MP. I


!! mm lj
32 | 27.5 l
I

0.0 30 I 27.5 i 6
oo _ 28 | zLL) 6
29 I 27.5 I ()
28 I
-zr=L. zt¡--], 27.5 I
i I

s{*
I

Tabla tt.9. Datos sobrc ias pl¿cas cnsal'adas

d bdúr ¡bar
(u) -lF!9us¡¡ r ¡s---f 3q---uso r ssl l-3o
a¡5-od.'rffi;-
'd¡acocc fffiio
Irbm& | t¡dada 160
ñúilñ lmmn Iro
11 s I 9{.4
-
_70 _.1... 23.5 fI

Tabla 8. 10. Arntaduras empicacLrs e: l.¡s ios.¡s g


I

6
:
6

I
Ditn¡oto
.+
I
rm
11 .3
F.s I ,34 Posición clc l¡¡s .rrnraduras clc tracción ¡' cle
ior':'rnlesitin.
Tabla 8.I l. CaracterísLicas cle las artnachtras etttl:lcacJas.
Los foriados retkulares 295

No se dispuso armaduras transversales de tipo alguno frente La formación de las fisuras inclinadas se observó en el borde
a los esfuezos cortantes y las armaduras cortadas por los huecos, libre y en el intcrior de los huecos, iniciándose las misnras al
tal y como es costumbre habitual, se ariadían a izquicrda y 50 % dc 1a carga última cle rolura.
derccha de los mismos como se contempla en la figura 8.84. y cs
costumbre en estos casos. Las fisuras inclinadas generalmente empezaron a consecuen-
cia dc las fisur¿rs de flexión.
Las cargas transmitidas a las losas, carga venical y mofttento,
se han mantenido en una relación constante en los scis cnsayos Las bases dc los conos de punzonamiento han resultado
realizados: similarcs, salvo en aquellas losas que poseían huecos en contacto
con los prlares que han resultado ser menores. Lo antcrior
M significa que el efecto de los huecos que se encuentran separados
Ñ=U'J de los pilares sobre la capacidad y corlrporlarrriento cle las losas
a punzonamicnto ha sido relativamenl"e pequeño.
. Estado l: A velocidad de 2,5 kN¡min se ha aplicado la car-
ga hasta llegar a la situación de servicio. L:¡s deformacioncs vcrticales rnedidas en los soportes frettte
. Estado ll: Manteniendo la carga correspondierlte al peso a las cargas vcrticales aplicadas cn los mismos han sido similares
propio se ha colocado y quitado diez veces la sobrecarga de para todas las losas. Se observó un aumento del l4 al l9 7o en la
uso. nláxima deformación verlical de las placas después de completar
. el décinlo ciclo dcl estado de carga repetitivo.
Estado III: Finalmcnte, se han incrementado las cargas en
escalones de 1,5 kN/ min hasta la rotura.

'iI
Jzsol.-zzo-J L-¡e29--J
elcvation plan

Fig. 8.¡i5. Mecanismo ideado para introducir )as cargas venicales y


momentos en las losas.

S.lg.l.Comportamiento general de las placas


ensayadas

Todas las losas han colapsado a punzonamiento de un modo


sE0
frágil y repentino. V- 110.0 LN
M- 1ó.() tN$
L¿ formación de las primeras fisuras cle flexió¡r en la cara
traccionada de la losa se han iniciado para una carga vertical de Fig. 8.8ó Aspec¡o que presentaban las placas SIrO y SEO cn cl
40 a 48 kN, partiendo de las esquinas interiores de los pilares hacia momento de la rotrrra en sus carastraccionadas.
el borde libre exterior; y a rnedida que aumentaba la carga las
fisuras se extendieron gadualmentc sobre toda la losa.
El corrpoftanliento de las placas con huecos se ha comparado
Para cargas de ó0 a 70 kN, las fisuras alcanzaron los bordes con el conrportanriento de la placa que no tenía huecos y los
libres con inclinación variable en 30o y 45o. rcsultados se resunten en las siguientes conclusiones:
296 Los loriados reticulares

. La placa que tenÍa el hueco en el


latenl del pilar de I 50 x I 50 mnt E.19.2. Análisis de los resultados obtenidos a la
(SEO) ha experimentado en la situación de servicio una dc- luz de la norma española EHE baio el punto de
formación máxima superior del I ó o/". üsta del proyecto
. la placa con el hueco frontal dc I 50 x I 50 (SFO) ha tenido
una deformación que ha superado a la de la tr>lac;r sirr hue- Aceptamos que las unionc:s cle las placas ensayadas forrnarr
cos (xxx) en un I 6 y 72 "/o; baiando cn las proximidades de parte de un¿ eslructura c,onvencional de edificación consl-ruida
la rotura a I I ytrn 25olo. con un control de eiecuciórr nc.¡nnal, emplcándosc un hormigón de
. La placa cuyo hueco frontal era simil¿¡r ¡ll t¿¡m¿¡ño del pilar resistencia característica estir'nada f¡¡ - 27.5 MPa.
(250 x 250 mm)ha tenido una deformación del l43o/oma-
El cortante cle servicio que las placas tienen que transmitir a
yor; disminuyendo en la rotura aun75o/". los ¡:rilares se h;r c¡lcr.rl¡cirl err V : a3 kN y no se ha cJis¡lresto en
. La placa con el hueco de I 50 x 150 rnrrr silu¿idcl ir utra cJis- las losas árm.lcljras de cortante de tipo alguno.
tancia frontal del pilar dc 90 mm ha experiment¿rclo tttra cle-
El nron\er'rto transfcridc¡ entre las losas y soportes la trorma
formación superior aI 6"/".
espanola lo ticne preselll-e iletréricamcntc mediante el factor p, quc
. Y la placa con el hueco de 150 x 150 mm situatlo a la dis- en el caso clLle rr()5 (-x:upa por ser soportes dc borde vale 1,40.
tancia de 180 mm ha tenido tlna deformación su¡>erior con
relación a la placa de referencia (xxx) de tan sólo el 4 %. L¿ resistrncia del hormigÓn a cortarlte con la cuantía de la ar-
:
n¡adura clc tr;¡cciórr clis¡)tlctsta P 0,0075 vale'

En situación de rotura, las difcrencias han sicio tlastantc


200
menores, como ya se ha dicho. B=l+ ci
='*,Eo! = r,0,
Debido a la presencia dc los huecos, la capaciclad de
punzonamiento de las losas disminuyó de un 4 a utt 12 7o, f.,,, =0,12'g lloo'¡r't ¡)l 'r =
excepto en la losa que tenía el hueco dc 250 x 250 mm situado
=0,1 2 2,45't00.0,0075'27,51tt3 =0,E1 MPa
frontalmente, que tuvo una disminución del 28 7o
canto útil cl = 95 nrni
huecos situados frontalmcnte a los soportcs disttrinuyen
L.os
la capacidad de la resistcncia a cortante mucho rnás que si se
encuentran situados en los laterales. Lrrs pc-rímetrcrs c:íLicos para los distintc¡s r¡rodelos de placas sc
decluccn tcnienrlo t)resentc cl dibuio recogido cn la Fig. 8.82. y en
L¿ distancia entre la cara dcl soporte y el hucco iniluye en la la figura adiunta ll tlT
capacidad resistente de las r¡niones, en una prclporción que
podria estimarse de tipo lincal. El hueco situado a d cJe la cara dcl
pilar produjo una reducción del 8 7o y el situado a 2cl, una
reducción del 4,5 "/.. El huec<¡ sil-uado iunto al soporte produio
una redrrcción del l0 7". c"l
t
Los códigos americanos ACI-318-95 y la canadicnse +
2dI
CSA.A23.3-M94 preven valores conservadores de resistcncia err
las unioncs de las losas con pilares, cuando éstas posecn huecos
+ H.o,¡c, ó l,5d
en las proximidades. Los códigos son más conservadores a F.o ,\ lt7 l)eririrctro crÍtico gerrérico segun F-l ll:
medida clue dichos huccos aumentan.
\.\ Ptfi '

tEÍ!i\.-
¡H"¡^ -*'s
097
I 940
917 7t0
sFo 733
t tLr ,48.5 59)
SF] 877 820
qFl 942 8r5

Tabla B.l3 Perinrctrrrs t ríticos de las losas etrsayadas Lctriendo


Tabla Valores dc rotura, valores obtenrrlos cn los e'nsayosy valorcs
8. 12. pieserrLcs los huccos segútr la tllE (a 2d) y los obtenrdos de forn.ra
pi"rrr',*.r"t en los proycctos según el cócligp ACI v st.:gíln el código cana tr¿clicit¡n¿rl (a 0 5 (ll
<liense CSA.
lns loriados reticular¿s 297

L¡ tabla 8.14 recogc la interpretación de los resultaclos que se E.19.3. Conclusiones


obtendríarr aplicando los crÍterios de la EHE y nuestra aproxima-
ción práctica y sencilla al análisis del punzonamicnto {l.R.T.}, par- . La presencia de huecos cn las proximidades de los apoyos
tiendo de los rest¡ltados obtenidos en los cnsayos de las placas
reduce la efjcacia resistente de las placas frente al punzona-
descritas.
n-liento, ¿iunque bastantc menos de lo que cabría deducir
En el análisis se obtiene un coeficiente de seguridad c¡ue es aplicando los critcrios cle los códigos oficiales (EHE, etc.).
comparado con el coeficiente dc seguridad global de proyccto que . l¡s dcformaciones de las placas se incrementan cuando exis,
estimamos en yf .¡E-= 1,95 que creemos interesa especialmen- ten huecos de instalaciones en las proximidades de los pi-
te a los proyectistas. l¿lres
. La reclucción de los perímetros teóricos críticos dc punzo-
Se recuerda que el máximo esfuerzo de ¡;unz<tna¡niento namiento que proponen las normas, debida a la presencia de
aceptado por la EHE se deduce de multiplicar el perímetro crítico huecos a distancias menores que 5d de los apoyos, no re-
situado a 2d por el canto útil y la resistencia del honnigón a coftante fleja el comportamiento real de la placa frente a los cortan-
f.u dividiendo el resultado ¡ror el factclr B c¡r,re tiene ¡.rreserrte los tes y cJetrc scr revisada pucsto que resulta excesivamente
momentos existentcs cn el apoyo (f.o = f.u : 0.81 lvlPal. pcnalizadora, ya quc los huccos se amplían de forma inde-
bida
También se recuerda que el criterio del autor consiste en operar
. Irrs planteamientos dcl cálculo a punzonamiento en las pla-
con el perímetro cítico a 0,5 d y obtener el niáximo esfuerzo de
punzonamiento de forma similar, pero operando corr la f.r, cas recogidos en la totalidad de los códigos vigentes, entre
los cLrales se incluyc Ia norma EHE, son sumamente conser-
tradicional amplificada por 1,5 en vcz de 2 por ser un apoyo
vadorcs. El conservadurismo se amplifica cuando se aplican
extremo P.
las reducciones dc resistenc.ia estahlecidas por la presencia
(f.o: l'5'f.u(ERl) = l'5 0'ó9: I 035 N'fPa de htrccos.
. El clar-rtcamiento simplificado que proponemos para analizar
Hagamos también una aproximación a los ensa)'os realizados, el punzonamiento, recogido y expuesto en el apartado E.18,
pero esta vez operando, no en situación de proyecto, sino sol:rc concluce a rcsultaclos ligcramente conservadores (véase la
los valores realmente obtenidos sin coeficientes dc minoración de columna (7) de la tabla 8.1 5), pero mucho más razonables y
tipo alguno, aplicando el criterio de F R.T. d : 95 mm)
f
ajustados al comporlamiento real de las placas que los pro-
pllestos en la EHE; y cl aiuste, cuando no existen huecos, es
magnÍfico.

Carga de Punzon Punzonam.


fOtura dc diseño de discno YrNd V¡Nd .- Vt
¡-vs
Placa
obtenida (Vr) Vd:Fef vd fr, R't.) tF:Hr-:) il- RT t
IEHT;) (tr.R.'t'.)
KN ILHL) fFcp = 1,5 fcv)
)00( t2?,1 ó0,30 92.4 ?,04 33 3,27>1,9J (t8ó%) 2,17> 1,95 + 18,5%)
SEO I 18,8 50.4 ó9,81 2,3' 70 3.77>L95 f r 93%) 2,72> t,95 + 39,5%)
SFO I 10.9 39.4 ?,81 54 4,50>].95f+l3l%) 2,46> | ,95 126,2%)
(:¡-o 89, I 30,1 5 )8,5 7,95 52 4,'12>1.9>lt 142%) 2,43> | ,95 +24,6%)
SFI n3,3 48.20 80,ó3 2,?J 4l 3,76>1,95 1+93%) 2.25>t.95 + 15.4%)
sF2 tt7,7 ,l.78 84. I
114 40 ?,64> t,95 (+87%) 2.24>1.9r{+15%)

Tabla 8.14. Resultaclcs corr)párarivos entre los ensayos y los valores pror)Lrestos por la EHE y el autor (F.R.T.)

Carga de rotura Fcp rF,R.T)


PL,\CA fc R (C,5 d) Vr/Vu (7)
ob:enrda lr'rr (l,5C,lótFr {F.R.T)
)oo( r. ?7.1 33 940 3't8 o0
SEO é.ó 71,5 710 347 90,8ó 3l
SFO r'no 2t q 733 3ó8 95.3 7
cFo 89, l 33 59' 3't9 77.95 4
SFI 1"3,3 30 820 )\) t42,4
SF2 117.7 2^q 855 107,ó 0

Tabla 8.15. ResultadoE compa:'a::ics entre los realmerte obtenidos de los ensayos y lo que
realrltente sc prcdicc co:-r :-r€s:ros c.teros 1F.R.T.t. opera:do con los \/¡rlores reales de resis-
tencias, sin coeficienles de se{.;-d:d ¿ñ¡didos.
Los [oriados reLkulares

8.20. Determinación y Tipologías de E.20.1 . Armaduras lnclinadas a 45"


Armaduras de Punzonamiento L-as barras inclin.rdas a 45'' bordeando el apoyo son dc muy
fácil puesta cn obra, y ircltrritcn una industrializaciórr cotlstrtlctiva
Si una vez analizado el estado terlsional en la srr¡rerficic crít ica rnuy cómodri inclependicnterllerlre clel tamaño de los sormrles. Etr
de punzonanliento, nos verllos obligados a disponer ar¡ttacluras general, bastará ciis¡tont:r un coniunto de barr¿s dc Ql0 para
transversales para absorber el cortantc V.,, que sobrcpasa al V..,, res<¡lver el problenr;r ert l<ts t:¿sos nonrtales y. solamertte etl casos
tendremos que scleccioltar de las tipologías dc tcnalla dis¡rorrihrle rrtuy especialc-'s de sol>recarg;ts anormales puede ser neccsaricl
para estos casos, aquella solución que estimemos más adectlada
acudir a la sohrcitin mixt¿r de estribos vcrticales y banas inclirtadas
particularizadamente. de rnayor diámctro.
En la Fig. 8.88 exponemos las t"ipologías ntíts frccuentemcnte
enrpleadas para resistir los esfuerzos coftantcs.

# + l,l E h
Longitud total = 0,40

. B..ce3 inctineoas e 4So


I
Frg. 8,E9 Bana ti¡xr dc ¡lunzotlaniiento y csquerna para srr colocación'

Una nr¡rtera serlcilla cle abordar la reprcsentación de las


aml¿rcluras clc ¡rttttzonanliento cn planos, dad¿ la gan cantidad de
o Eglr,t'lg.S VE ¡rrE^¿CÉ ( 2*CHO| C¿e¿'tút) áLlacos qur: ¡;ueden existir en ull¿ estructura, pucde ser mcdiante
clavcs tale: ('()TIro: P, Pl-r. PPP, gr.rfiadas e-n los plarros de re¡>lanteo
clc c¿rcla ¡tlarrt;t. re¡trt--st:ntarrclO gn detertrlirrado nútllero de b¿rfras
inclinaclas prc\,'iarnel'tte fijaclas en un deblle constructivo general Las
c:laves que se clcfinan pucdcrr incorpclr;rrse al ctl¿¡dro de pilares,
claclo que el tamaño cle los nrisrnos varía etl alnlra, hacicndo tambión
variables las corrcliciones de pr"tnzonamicnto de cad¡¡ ¡>larrta'

Con el sistcna expLlesl-o, pr-rede discñarse un tinico tipo de


barra quc sc¡r r'áljcio ¡ltlra toclit la obra, facilit;i¡rdosc la ferralla y el
con[rol clt' eiecLición cle la nrisrna frcnte al ¡lttnzottirtniento'

Los saltos ltnlscos clel número de barras quc ¡ruedcn existir


entre las clavcs P, PI']y PPP, vicnerl fiiados rnás por consideracio-
nes dc cliseiro clue t)or cxigencias de cálculo. El dimensionado de
las amlacluras inclinadas se realiza partiendo del V.u calctllado en
Fig. 8.E8. Tipología de armaduras nlás fre( trentL-merrt t: c'nrpleadas
frente al punzortamiento. cl perírttetro crítico qr.tc: se esté analizando, como diferencia ctltre
el volr¡rrt:rr cle tensic¡nes tangerrciales existentc en el mismo y el
vohlmen cle tcnsiorles c¡uc ¡rttede absorber el ltormigón, tal y conro
Cada uno de los tipos contenidos en la Fig. 8 88 pclsee stts se ha expuesto anteriorlllente.
ventaias y sus inconvenientes, y merece la pena reflexionar sclbre
ellos someramente, mcncionando algunos de los criterios qtlc Vsu = Volunrcn de tensiones tangcnciales-V.t, tll
veníamos aplicando en nuestros proyectos cstructurales, atrtes de
la aparición cle la EHE. De esta fonna pueden analizarse y criticarse sier ¡iL.
los principios presentes a la luz dc los pasados, y obtener una V.t",: I'Lü.rzonamiento resistido ¡ror el horrrrigórr, variable segun el criterio
filosofía propia de proyecLo frente al punz<lnatrtiento. qlle 5q' .rtloll¡e.
l¡s [oriados retirulares

Vrr=n A6'fyrt t4t


Vcu =0,85'k'fr'A.
(Criterio de F.Regalado con el I-{ a 0,5d}
Ouizás sea la última fórmula l4l la que meior refleie el fenómeno
Vcu = o,lo'B'(l oo'P' Lr )'/t ' A. físico (Fig. E.9 l), aceptanclo el desarrollo dc un¡r fisura a 45Q y
(Criterio de la EHE con el PC a 2d) viendo cómo el plano de armaduras la cose ortogonalmente
y un
trabajando a tracción pura. Adoptando, pues, la fórmula l4l
siendo, PC: Perímetro Cítico gra¿" .1" eficacia cle ias armacluras resultantes del 70% según
Ácom¡endan A. Páez y el C.E.B., el dimensionado de las mismas
Tenienclo presente la fórmula general de cortantcs para barras cs inmcdiato aplicanclo la fórmula l5l.
inclinadas deducida anteriormente:

Vt" = 0,9' tá d n'A¡, 'fr¿ t2t


%u =0,7'n'A¡¡'fyci t5l
s

y,dado que en las losas habituales bas[a, en general, colocar un


solo plano de armaduras en el primer peímetro crítico, cabe plan-
tear qué valor debemos dar al término s que rcflcia la separación
cntrc planos de armaduras cuando en la mayoría de los casos que-
da reducido solamente a uno.

t. Montoya dice textualmente en su conocido hbro: "En el caso


de existir un solo plano de banas lwanladas, como valor de s debe tomarse
la proqecrion de las banas sobre el eje de la pieza."

El criterio de J. Montoya no parece muy razonable, puesto que


Fig, 8.91. Mecanismo justificativo de la fórmula l4l
conduce a valores de V* crecientes con la inclinación de las
barras, contradiciendo la lógica del mecanismo que tratamos de
impedir. [a aplicación de dicho criterio (Fig. 8.90-al, transformaría
Barras 08 Í, I V,u =1,3 n
la fórmula f2len f3l.
1t', u," =l3n
Vru =1,414'n'Au'fl,¿ t3t
B¿ rra s 010 Ja
t v.u =2n
Ibl v," =20n
at Vou =3n
Ba rra s 012 J
lbt vr., =30n
=5,2 n
Ba rr..r s r' . n
a) criterio de I
{l,u,i,,,, =52
=8,2 n a)Vsu cn T
,,.,
Bclffü5
{;lti =82n b) Vs,J en kN

Nola: Exp:esrones válidas para aceros de límite elástico mayor o igual


a 400 lrlPa r4100 Kp,'cn12), n es el número de barras dispuestas en el
bl criterio de E.H s = 0.9 .EC plano

Iig. 8.90. Distancia a partir de la cual pueden clesencade-


narse fisuras sin atravesar con armaduras de cortante. A título l'¡rcranrente indicativo, adjuntamos unos esquemas
predefinidos frente al pr.rnzonamiento construidos con barras del
Al valor s le deberíamos dar aquella distancia que permita el Q l0 recogrdos en la Fig. 8.92 cte la página siguiente.
desarrollo de una grieta sin ser cosida, que es lo que supone a
efectos prácticos un solo plano de armaduras.
Dicho valor c¡uecla reflejado en l¿ Fig. 8.90-b por , acloptanclo
un criterio tradicionalista, y resuitando la fórmula 14j.
l,,os lorjados ret¡culares

Punzonamlento Tlpo P

8010 - lórilóOKN) 5010 - l0Lll00KNi Jó10 8rr80KNl

Punzonamlento Tlpo PP

a i¡, ''-.',-.r", (" t.'r' l¿ r, í.¡ ptitrlit .i


[\-)

r2 0 l0 - 24 t (240 KN) 7Ql0 - l4r(l40KN) ó 0 li) - l? I tl20 KNt

Punzoñanlento T¡po PPP

16010 - 32r(320KN) 9010 ' lStllE0KNr 8o l0 - lÓt{llr0KN)


Fig. E Q4 Ál¡¿cc¡ ccrr¡r¡l :;in artlt.rtltlras dc pr.lr)zon¡micllto

Fig. 8,92. Posibles esqucmas predcfinidos frcnte.al ¡rtttlzon'tmiento' cttatr-


clóel punzonamienLc¡ sólo se icquiere un plano de anlt¿rdtrr¡:;

&rio un punto dc conceptual, si bielr las barras irrclin¿¡clas


visl_a
presentan considerables ventaias frentc al punzon¿lulicnttl dirccto 8.20.2. Barras sueltas verticales
(cargas gravitatorias) frente al punzonarnientc'l invcrso (sisnto'
asieñtos, pretensado ascerldente) son totalnie-nte i núti lc's L¿s b¿lrr¿¡s st¡elt¿ls v('r[icales puedcn ser consideradas como
una variante cle las inclinaclas y cle eficacia rl'lenor, por lo que debe
Baio el punto dc vista constructivo, las harras inclinadas son
erl exlren.l¿]rse nrás Si Cabe SU Colocaciótl elr la obra. especialmelltc
muy cómoclas, pero requieren una gran precirión construc:liva
sucolocaciórrydebcnseratadascon¿llanrbrealnletltlseflsu si sóltt se <lispt¡ne un ¡:lirrro eft cl prirncr perímL.lro crítico. L¿
parte superior para impedir desviaciones y caídas peligrosas pcnalizacjótl clt:l 70'i(' cle su eficacia ¡ros parecc ell este caso
durante la puesta cn obra del honnigón plenanlentc justif icada

obsérveseenlaFig.8.93cómosehanrrrez.cladolasbarras L¡l fórnrul¿r que pocJemos emplear e'tt el caso de colocar


inclitradas en
inclinadas con estribos y banas cle cortante tanrtlién solantenle Ltn ¡)lano de annaduras vcrticales
pucde ser la de banas
gue sc
los nervios para resistir las solici[aciones tal'lgcncialcs irrclinaclas afectándola cle-l seno de 45", dado que cosen las fisuras
(lue tiene que soportar tráficcr
OÁAu..n en un foriaclo reticular dc lornr¿i inclirl.rcla a 450 con utla cficacia mcrlor'
pesado.
Los loriados relicularcs

8.20.3. Zunchos o vigas cruzadas con estribos


Vsu = 0,7 'sen 45o'n Arl [.,i
convencionales sobre Pilares
\u = 0'5'n ' A6 'fvo {Ban;rs vc-r-tic¿¡lcs)
Parte clc la ¿¡rttracltrrir dc nrc'rntaie cle los álracos que suele
couccntr¿irsc sobrc los ¿lpoy()s para resistir los picos de flexión
Lá ventaia de las barras verticales frente a las irrclinadirs' pese
neg¿rti\,,1, ¡tueclen cstrilr¿trse de forma convencjonal, como si de
a tener Llrla resislc-¡lcia me¡lor, es la <Je que sin/en tclllto [)ára el
punzottamiento directo como p¿ir¿ ei irl'erso. rurra r¡iga enrt-rebicla se tratara, haciettclo frcnte al posible
punzonarrriertto con los estribos verticalQs que Ilevan
Un análisis ponnerlorizado de las solicitaciones tarrgenciales incorpor;rcJ;rs, al mismcl tjernpo que ptleden seruir para sostener el
sobre los planos dcl perímetro de punzonanrietrto, ¡rrrecJe conducir plarro sr.r¡rcrior cle l¿rs armadt¡ras negativas.
a concentrar las armaduras de cosido transvcrsal erl unos pllntos
De las trcs fornlas exPiucstas de
específicos y concretos, en vcz de distribtrirlas dc m¿trtera ulriforme
ferrallar a punzonamiento, no cabe la
en dicho perímetro, aunque no sea frect:ente lraccrlo así en la nrenor duda que csta últir¡ra es la ma-
¡rráctica cotidiana. nera rnás eficaz y segura de hacerle
frentc al misnlo, cubriendo no sólo cl
La práctica ordinaria se reducc a deternrinar el volunrcn de
primer perímctro crítico, sino en to-
arn)aduras que cubre Vsu, V a distribuirlas unifornremcllte en Ia dos los que Podrían Prescntarse.
superficie crítica, sin que conozcamos patc'llogías atribujbles a Tarlbién es cierto que resttlta la más
este criterio ciertanlente poco ortdoxo
costosa de las tres en consumo de
acero, y la quc conlleva mayor esfuer-
zo de colocaciórr elr obra, especial-
rnc-nte si la dcnsid¿tcl dc amladtlra cle
los pilares y dc la losa cs els/ada.

Por olra parte, el sistema de vigas


cn:zadas cstribadas tiene sus venta-
jas, como ya sc ha dicho antes, Pues
origina urr plano muY cómodo dc
apoyo tanto Para las armaduras. de
rnontaje del ábaco, como para las ar-
maduras de flexión negativa, impi-
diéndose así quc se doblen Y caigan,
Fie. 8.95. Posiblc representación e.n planos dc' l.rs barr;rs Vericalcs .ríslaci¿rs
produciérrdose reüi brimientos anor-
frente al putrzonamicnto.
r¡altnente elevados etr los nlenciona-
dos ábacos.
En cl caso clc que se opte por barras verticalc-s sin lrás' Finalmente dccir que, Pcse al ¡na-
rccomenclamos utilizar al ¡rtetros dos planos cie arlrracluras
yor consurllo dc ¿lcerc.l quc represen-
verticales como mitimo, adoptando un disetio ti¡ro U.
t¿l esta solución, estimantos que

f ll-l_ru
puede rcsultar la más recornendable
y segura si c¡ueremos adaPtarnos a
lfm,i:i*.:"*ri:* Ios criterios cle la FHE.

Fig. 8.9ó. Barras vcrticales frente al pttrtzrlrr.:ttrietrto. Recome¡tcl¿rrros adop'


L¡ fórniula ¡rara ca)culirr los estribos es la ya conocida
tai mÍnimamcntr: l>) y nlucho meiorc) con se[);jr¿ciol]es cle s < 0,75 tl

Vsu =0,9'*'n'^n'!o
Los lor¡ad,os rcliulares

8.20.4. Otras formas de resistir el


punzonamiento

L;l casa alemana DEFIA y otras. comercializan una especie de


conectadores unidos a una platabanda metálica formando unos
peines que se clisponen radialmente cubriendo la zona crítica
susceptiblc dc sufrir punzonamiento.

Fig. 8.98. Al¡aco corr crLlcet¿l¡j, cle prlrlz()r-r¡rrlir¡r'rIi:) Ér' rrr: fr:,ri;clo rcitctll¡:r
con casetone5 perdidos.

F -- .\ l 11 .i .-...t.-¡d,. rrÉ--É i É,a-.1


¡1,1,--r1,-iñ-

En l;r llq.,3. l01 ¡rotier:ror vcrcn Ltna obr.i real, una cJis¡tosición
mL¡\'ciL-rls.i cle l¡.r:r;i; i'erl ic;¡lcs cn fo:nt¡r cle z, sicuienclcl cl último
es(luenr¿r rlr,'i.,r-. t,i¡ttriogÍ;ts itrciic¿rdas en la Fi¡¡. 8,c38.

Ar.tttr-¡Lie I.1,-) >icj .t:t.t trrjr ii¡¡ llltly fteCue¡Le, ¡l<tdcnto5 CltCOlt-
trarn(l-i i-rit:c air:l-!l) i ¡{(ts .lL- Cclrll¿ts L.rn eler,¿ldas qUC nO lt.ty.l
tltás st¡li.¡c.jór' ,.1.1!-'t\-'t-lr-l C¡,-ie tliseit;ir,r,(:Olo(-¿r ¿llll¿rS llrel.1lic¿rs cle
espesores ¡citcL;¡,cloi c.i f).tccs cle resislrr por :í nrisnras toclL-r el
Fig. 8.c.)9 At¡¿¡co con crucetas cle punzonalnlicnLJ t:t u: ¡¡i¡1.;,1 - 'o-,- . :'' l-rurr¿on.ir:rie:-r:o ¡r'('s{ilt(iia't'iclo de la c,ol¿boración a cr--ttt.¡nte clel
con c¿setones recLlperab]c5. hormigón

El número de ramas para n se tendrá qlre dc-ducir cle la


disposición constructiva que se adopte; por ejen'lplo, observando
la Fig. 8.97 sería ó ramas en los ábacos de rnedianería y csquina
y I ramas en los ábacos centrales.

l-ig B l0l. B¡,:¡r:' .-::,i,-1.'-':.:¡r-rtillLl¡s clt z, tltlt'rs.'¡trlenLe clisl-lr.lt:!t.rs iren:e


al ¡lLtttz,Ltt;t r''tri':.'
l.os lorjados relkular¿s
)^)

l-as alm¿¡s ruetál¡cas corlvienc que ac;:lle,'n c:n su p¿irte interior


en forma cle patines transversales, que srlsperrdan y reterrgall las
bielas inclinadas de compresión que, en estos casos de fuertes
cargas, pueden cncontrarse al borde dc sr'r :igolamicnto.

En la Fig. 8. lO I se aprccian los patincs transv'ersalcs inferio


rcs de las almas. al haberse claborado las nrismas Lr¿rrtienclo de
¡x:rfiles doble T existcntes ert el n¡crcado.

Fig. 8. l02. Almas metálicas clisr:ñadas [)ara rcsi5tir '-odD el Frurrzoll;1rlliento

Dado cl cortante total de punzonanrierrto V¡, el cJirlensiona-


miento de las almas metálicas puede hacerse sencillanrente a tra-
vés dc las cxpresiones:

oe
t-A.n T<
J4
siendo,
A : b . h;Áea de una de las almas metálicas coloc.:clas
n: Número de almas dispuestas radialmerrte

o": Límite elástico del acero (2ó00 Kp/cm2 ó 2ó0 \lt:al

pudiéndose prescindir en estos casos, de la corrtribución resisten-


te dei hormigón a punzonamiento por comodidad y seguridad.
Los forjados reticulares

9. Las vigas (zunchos) en los foriados reticulares


ordenaclor que tL'lrga presente sus especiales corrdicioncs
9.1. Introducclón ci¿rl cle
y circunstancias. Asignesc a la viga las cargas correspondientes de
su zorla cic' influencia corrservadoramente. y calcúlese cotl tlna c5-
En el lenguaie de la construcción cn Espaita, hablar cle vigas
tirnación razonablc- dc monrentcls (como pucdcn scr l<ls que vere-
perimetrales es hablar de los zunchos rlc borde, stendo el último
rnos a contjnu¿ción cle fornra simplificada para los zunchos) y,
término el más frecuen[emente empleado; por ello, cn lo c¡ue si- todo lo más, pucde conlitrse con las armaduras clel ábaco y el ner-
gue, ambas expresiones se usarán de fornla indistinta, ¿rtlnquc
vio aclyacente para ;rliviar las ¿rrrnaduras dc flexión; y pórrgarrse
aclrnit.inros que el tén¡lino "zuncho" no se aiust.r .rl signi[icado del
unas arntaclura¡ r'eslrilro¡ adicionales para la torsió¡t aplicando
verbo <zuncharD, y no rcsulta excesivamente aforturtacjo.
algún tipo de tórnrL¡la serrcilla. como pueden scr las que también
El protagonismo cstructural de los zrlnchos o vigas de b<¡rde se verán nrás adel¿trtc-.
ya ha siclo puesto de manifiesto; no obstante, r'lo cstá de rlt¿is traer
Antes cle enlrar er, los aspectos que tienen que ver con el cál-
a colación, para redundar en su importancia, qlle url porcentaie
culo de los zunchos v vigas cmbebidas, creemos que puede ser
amplio de las patologías que tienen que ver con los forlados reti-
muy ilLlslratlvo pa!'a el conocimiento de estas piezas situarlas fí-
culares y las losas macizas se manifiestan en sus borcles.
sicamente en el contexto que ocupan dentro de los foriados reti-
Los ensayos que se han realizado sotrre pl:rcas, [¿rtrto elr los culares, para corr'rprcnder las diferentcs funciorres resistcntes
laboratorios como a escala rcal, ponerl de rlanificsto que los cla- cncomend¿rcl¿is .¡ l¿s nlÍsmas según se diseñen y sitúen en cl in-
ños y las roturas comienzatl a manifestarse con nlayor intensidad teri<¡r cle las ¡rl.rc.rs v así poderlas calcular mei<;r.
en los bordes de las mismas; por tanto, los zunc]ios perilrctraies
requieren una atención especial y cuidadosa. El hacerlo así, llet'a inrplícito poner dc manifiesto la enorme di-
ficultad y conr¡rlejidad que suponc aciivinar con precisión los es-
En los conrienzos de los forlados losas, los zunchos qrarl aLl- fuerzos clue realrlr'nte solicilarr a estas piczas, y los criterios
ténticas vigas de borde que manifestaban su prcscncia con Lllla nccesariarrrerrte sin"lplificados que rtos vcmos obligados a tel'lcr
geometría claramente acusada baio el canto constante cle la pla- que aplicar para ciinrensiotrarlas en nuestros proyectos cotidia-
ca, es decir, descolgaban baio el foriado con dirrlerrsioncs acorcles
nos, si prelendetlos rcsolverlas sitr el cc¡ncurso del ordenador.
con las luces que puenteaban, pcro geometrías clcl ordett de
30x50 o 30xó0 cm eran frecuentemcnte enrple¿rcl¿s. l;rnrayorí:r cie i¿ls veccs. la introciucción de una viga o zuncho
en cl interlor de un forl¿iclo reticular se realiza con la prctensión de
L¿s dificultades propias de su encofrado, sobre todo con el
que absortra de forma directa y exclusiva los esfuerzos que se dc-
nacimiento de la tecnología de los encofrados modenlos rectlpe-
rivan de unas dctemlirtaclas cargas y situaciones singulares que se
rahles, ha sido la causa fundamental de que pcsc a l;rs irtclttdah¡les
prescntan sientpre cn lirs estructr-tras reales, y que los sitnples ner-
ventaias estructurales que presentan las vigas de cant<.1 frente a las
vios del rctjcul¿ir sott itrcapaces de resolvcr por su pequcñez
vigas planas, comenzaran a desaparecer y sc transformaran en vi-
gas embebidas en los canLos de los forjados y cambiararn su llom- Dado c¡rre estas piezas estructurales se encucntran embebidas
bre de vigas a zulrchos cn el lenguaie dc la consLntcciÓn española cn los espesorcs de los foriados y forman parte físicamente de los
En el presente y en las estructuras dc edificación en España, ábacos y los nen'ios que las cruzan, puede intuirse fácilmente lo
impuestos los foriados planos globalmente más ecottónticos y ilusorio que resulla la pretensión anteriormcnte expuesta de con-
segr.rir realmente que elias por sí solas absorban unas det'ermina-
funcionales, las vigas y zutrchos, piezas ambas embcbidas en los
cspesores de los foriados, pasan totalnlente desapercibidas das cargas cn exch-¡sil'lclad

Tal vez la tendencia creciente a las grandes luct:s, y los cam- lncluso err las :ituacioncs aparenterTrente más sirnples' conro
bios que puedan darse con los conluntos de los volútllcnes edi- puedetr scr los zr"rnchtrs perintetrales que vat'l dc pilar a pilar, la pre-
ficados, posibilita que welvan a las eslructuras de eciificacióti las tensión clc l¿r ril¿rvoría de los códigos oficiales de asignar a los mis-
vigas de canto, cuya presencia actual cs l)tiramente atrecdÓtica' mos la responsabilid.rd de resistir las cargas de ccrranliento
pcrinretralcs, prrescincliendo cle los nervios adyacerltes, en modo
Es tal la ausencia dc vigas de canto cn los bordes dc l¿s es- algun<.r res¡roncle a la rc¿rlidacl física del comportamiento mecáni-
tructuras de edificación, que incluso renunci¿ttlrt)s ¿r sr.r arrálisis co del foriedo.
simplificando la exposición de nuestro tr;rbalo; rec:c'nlcnclatldo
que, si puntualmente por exceso dc hiz y de cargas rcsulttrsc ot¡li- Urra anécclou, r'eal pucde clarificar lo quc tratamos de expresar'
gado materializar una viga dc canto acus¿icla baio r'tna losa nraci-
Acab¿rcl¿ la L-stnl(tura c,le rrn bl<-lc¡Uc de r,rtr colegio, constrtlida
Ia o reticular, se resi¡elva y calcule como si clc utt¿r viga cle torluclcr y
unidireccional se tratara, si no se dispone dc urr prQgran'l¿l espa- con un foriaclo reticular (le cascLones aligerantes de hormigón cle
Los loriadas retkulams

canto 24+3 cm, una pieza prefabricada del cerralll¡cl'lto de la fa- y nccesarja con el obic--to de asegurar la eficacia resislerrte de es'
ctrada de unos l2 kN de peso sc dcsprendió de la gríra que la tas piezas cn cl contexto clel foriado reticular dorlde se encucntren
transportaba dcsde una altura aproximacla cle rrnos I0 n'l y, cll sLl r-rbicaclas, pre:;to c¡ue posecn utta rcsponsabilidad bastatrtc sr'rpe-
caída, impactó contra el zuncho de trorde cluc tr-ní.r ltna lrrz de rior a l¿i cle los rrervios del mismo, aultque sólo sea por cuestio-
unos ó,5 m. I)es oe Ldtltdno.

Dicho impacto, necesariamente. tenía quc h¿iber arruinado cl


zuncho de borde; sin embargo, sólo presentaba daños nruy lige-
ros que permitieron una fácil reconstrucción clel rnisnro: iPor quó?, 9.2. Yigas (zunchos) de borde entre pilares
simplemente porque los nervios adyacentes p¿tralelc)s, qr.re strfrie-
ron tarl)bión fisuraciones, se encarg¿rr()n a trar,ós de los ¡rervios F)er¡n;l fc'rrrra simplc podríamos hacer r.t¡r¿l tr:rintera clasifica-
transversales de sostener al zu¡tcho irn¡ractacJo y transfcrir los es- citin los zLrrrchos de acuerdo a la filosofía de los pórticos vir-
cJc
lucrzos dcl irnpacto hacia el i¡lteric>r de la ¡rlac:a. tualcs, t:r¡n lo <rui:l inr¡llíc:itarlente poclríatttos ver su irnportancia
El análisis cspacial completo de los edificios, actualrlente po-
rclativa, clentro clel esrtruema resistente que tradicionalmcnte se
posee de csta tipología estrllctural.
sible, también pone de manifiesto Ia interrel"tc¡órr tarr esplérrclida
que existe entre todas las piezas que configuran el hiperesttitismo Si el zuncho se encuentra situado dentro de la banda de so-
de las estructuras de edificación frente a Ias acciclnes quc actúan portes quiere decir que srr responsabilidad resistente es elevada,
sobre las mismas y lo imposible que resulta aislar lcs mcc¿nismos darJcr r¡ue rlicha tl;lnci;¡ ;lbsr:rt¡e una 75ó/o del momento total de la
resistentes de unos elementos con relación ;.¡ los ;:tlr,,a<:e:nl.cs. flexión neg.rti','¿r c1lre exi$ta en el pórticr> virtual y un óOol" de la
fli:xión positir,,;r. Cu¿rnclo nos refiranros a este tipo de zunchos lo
Sin embargo, con lo dicho anteriomrente, no pretenclcntos cn
harenros bajo las siglas Zs (zuncho perteneciente a la banda de
modo alguno invalidar el hecho y la filosofía de inl:oducir vigas y
sopoftesl,
zunchos de forma directa, con la misión especÍfica cle resistir unos
detenninados esfuerzos haciendo abstracción de los rest.rntcs ele- Si el zunclrcl 5e et'lcllenlra ubicado lísicamente en las zorlas
clUe se clenonrinan bandas Centralcs, Stl responsabilidad resistcn-
mentos del foriado, siempre que ello se realjce coll un cierto sen-
tido común. te es nrucho nlenor, daclo que los porcentaics de flexión negativa
correspottclienLes "t cstas bandas son del 25"/"y de flexión positi-
En general, dicha filosofía, aún a sabierlclas de clue rcstilt'a con- va el 40% Nos referirc_-rrlos ¿t cstos zUnchos ubicad<¡s crr las ban-
y per-
ceptualmente incorrecta, suele caer dcl laclo cle la scguriclad ¿¿¡s cL'¡t¡¡¿rles con l;ls siglas Zc.
mite a los proyectistas no tener que acudir a métodos dc cálculo
y análisis más prccisos, pero lógicarnente t¿mbiét' nrás tcdiosos CLASIFICACIóN RESISTENTE DE LOS ZUNCHOS
y comple¡os, cúya aplicación en horas de [éctrico cLtalificado casi Zunclrrrs l't¡.ro Zs (ZuncIlos ubicaclos en balrda clc soportcs)
siempre resulta mucho más costosa que los beneficios qtlc po- Zurrrhtls Tir¡o Zc lZunchos ubicados err bandas cenlrales)
drían espcrarse de aplicar dichos métodos rigttrosanrcnle'

Por otra parte, y si bien los rnétodos cle' cálculo tlsp'rci;r)es per-
miten una aproxirnación mejor a los tner:¿trismos resistentes dc las
estructuras y a [a intenelación resisterltc que existc t--ntre los dis-
tintos elemcntos, distribuyendo los esfuerzos clcorde con las rigi-
cicces y la situación de las piezas en el corrtcxto estrtlcl'ural,
también es cierto que toclo lo anterior exige un correcto etrsanrblaie
constructivo del coniunto, y que un fallo en un clcnlento detemri-
nado puede sobrecargar a los restantcs sin que se ellctlentrerl pre-
¡xr rados para dicher circrJrlsta ucia. clesencaclc:rr.l 11dó u 11 colapso
progresivo por efccto dominó.

Elr todo lo relacionado con las vigas 1r zunchos, los resultadcls


que provengan de un cálculo cspaciai autc-rttt¿tliz¿tcio ¡)t)r t)rdena- Fi-.1 a. I i]:asificaciirn clc los zt.rtrclros según su ubicación
cle:':rt¡ dr las ¡-rl¿1;15 b.t jo rrrr pttnto de visLa rcsistcltte,
dor exigen y demandan mucha más atenciÓn que los resultaclos
obtenidos para los nervios. Una revisión completa y'ponnenoriza-
da dc los planos de construcción, por parte del rcsponsable cle la La cl.isitic"tciórr ¡'lrimera establecida no cleia cle ser tlna
estructura, que arralice espccialmente la correcta srtuación cie cli- clasificacjón nrr-r¡' potlrc'dt--ntro de la variedad dc zunchos posiblcs
chas piczas, su ensatnblaic, sus posibiliciade; corrstn-lctitas' y las clentrrl tle los ioriirclos reticlll¿tres, pucsto que pueden scr
vcntajas e inconvcnientes que podrÍan derir'¿rrse cie ¡lrtllongar sus cl seri.rcic-rs i, r olocaclos con in lerlciolra liclades muy difercntes
i

cruces y las zonas de anclale, resulta absoluL¿ntelrte con'.'eniel'ltL-- erlLre sí, tal conro ¡totre clc nraniliesto la l:ig. 9.2.
30ó Los foriados rctiulues

I ig. 9.2 'l ipologi;¡ cle zrlrrchos dcrrLro dc tttr fori':dc> :e"lcr;'"

genéricas estable-
Nunc¿ nos lran g-rstaclo las es¡:ccificaciones
Loszunchosubicadosenlosbor(lcs,entrepilares,sol]los obietivas' puesto que suelen
ciclas al urargen de cuantificaciones
zunchos que lnás sc ven afectados por todo tipo de solicitacio- bizantinas entre los técnicos que
punto dc vista resis- acabar ¡rr.ruocanclo clircusiones
nes y esfuerzos, y los más delicaclos balo el
proyectan y )os LécnicCrS quc COntro[an.
tente.
Un zt¡ncho cie borcle colocado en un voladizo continuo de fa-
Al margcn de los esfuerzos flectores y cort¿rlrles qt¡e solicitan
a los zunchos entre pilares, cotrto sucede ell todos los demírs, en chacla a 2 nl clc la lírre¡r de pilares, y lógicamente pcrteneciente a
este tipo de elemcntos se acentúan dichos esfuerzos por ser el una banda central, apenas posee esfuerzos dignos de considera'
nervio de mayor rigidez del pórtico virtual paralelo a la f:rchada, y ción que iLrstif iquen su razón dc ser y su presencia como tal, bas-
por recibir de forma directa las posibles cargas adicion¡¡les debi- tancJo prtsible¡lrente l¿¡ ¡lresencia de un nervio nrás de la placa sin
nr¿ryores problerrras ¿ñaclidos. Por razones de tradición y dc ruti-
das a los cerramientos.
na constructiva rJe recoger cle fonna cómoda las patillas dobladas
y
cle los negativos, y permitir los anclales de las barandillas demás
Por otra parte, los zunchos de bordc, al encontrarsc en los ex-
como un
tremos de las placas cioncle se cierran los circuit()s cle las t<;rsio- piczas cle las f¿rchaclas, solcmos colocar t-lichos ¿utrchos
y Sin cmbargo' si des-
nes que tienen lugar en las misrnas, acllnlulan urlos csfuerzos val<-:r añacljclo en los borcles de los foriados.
estaios tensionales adicionales que tienen qtle ser considerados aparcciese cl volaclizo y el rnismo zuncho tuviese que colocarse
en el dimensionado de los mismc-rs. entre pilares, l<.rs csfuerzos qire lo solicitan se irrcrementan con-
siderablernente f rente ¿l anterior:
Por todo lo anterior y sin cuantificació¡r ntrmérica de tipo
al-
guno, la norma EHE en los comentarios de su artículo 5ó 2 cxpre- iDebemos colocar los estribos en ambos zunchos a 0'5 d'
ia "En Iu nen¡ios de borde de las plaus aligeradas se díspondrán
cercos co'l criando en cl primcr c¿iso sobra hasta el propio zuncho?
' n0 matlor de'0,5 d' capaces de at¡sorber lss ten'
una separación entre ellos de
i.Es lógico que Llrt zuncho cnt're pilares salvando una luz
siones a esfuenos cortantes que se produzcan" ' que otro que salva
8 metros teng¿ que llevar los mismos estribos
que po'
r:na luz de 4 rlretros al nrirrgen de los esfilerzos propios
sean?
en vez
Si se opta por colocar estribos del Q8 en los zunchos
cle estribos ciel óó, alguna consideración diferente deberá contem-
pese a
plarse en su reparación baio el punto de vista resistente'
que la eficacia áe los estribos sea mayor cuanto más iuntos estén;
sin embargo, la especificación de 0'5 d no tiene en cuenta para
nacla ni el calibrc ni el número cle ramas
que posean los estribos

:tlteri()r de los misrrlos.


l-id 9,'J. Zunclros cle bordes pclillletról( s en ( l
clc-"rrnpatio de viviendas.
Los lirrl¿rfo-i ¡¿rr¡llar¡s 107

El argrmenlo esgrimido por los dcfensores ck-r las nornlativas bl Aclrnr.is, c['l c air¡rclírsclc l;¡s arrrladLlras necesarlcls pf,r;r le-
burocraLizadas quc dice que las cspecificacionc¡ est.rblcciclas en r jst ir l¡r¡ cilrul¡lr cle cerrantierllo que graviterl directamcnte
las rnismas dcben irlterprctarse al pic dc: l¿¡ letra, :r-rt¡re todo' s,tl,¡re Los mismos,
estr¡llos, capa clc compresi<irt, <:Llantías rltítlinl.rs. nl¿tll;-ru cls, c.álcu- Lo ;rntc:ior sr.rfx)rrc, obvi¿ttltetltt:, tclrer clue calctllar el ¡rórtico
los y diseños rt-'glanrentatrios. ulc; \r .lclenl¿i!, ¡rorfi.rnclo r-1rre e:l ha- si:r la:. c;rg.¡s de cerr¡rrlricntos, si tto 5t,: tlc:st-an dr.rplicar los
<:erlo así, sin cx<.epciottes, no supotle un coste arl¿iclicio digno de esllrÉrzn5 deriv¡clos clc dichas cargas ell zt¡n(:hos y lleruios
consideraciórr, sólo result¡r r.rn¡ r.'erdad a nlr'dja;, [)tlesto (]tlL-, 6) r\l nrar.gerr cle l,rs arnraduras arttcriores, adiciorlalmcnte es
como y¿r se ex[)uso t:rr capítulos ¿rIrte:iorcs. l¿ nornr.i Il ll: h¿ c-rr- necesrtrio arriaclir unas arrnadL¡ras latcralcs (lue :,e supone
carec¡do las cstn¡ctrlr¿ls de ioriados rcticr¡larcs ert l()rrro ¿i Lln lO'lb
5iruen para la torsiótt, [)uesto que nada sc clice en las NTE
con relación a la EH-9 I . Sin enrbargo, lo pcn trso {le tocl¿l csla :i- sol)re su r'¡zón de ser cort el criterio re,x:ogido en la Fig. 9.5.
losofía no radica cxclusiv.rttlettte erl lln rrrr-¡bler¡].¡ ec<Lt]cinrico, que
sierrclo tln ¡lro[rl<-'rrr;r irr)[)orl¿lrtte trt¡ lt: e:; t.]ntc). lo rcLtltttt:t'tte ¡let'
vcrso dc csta cultur¿r ya lo exÍ)uso €s¡tlt-inrlidatlr-rrte en L¡rt¿i re' H.70 c:ut H.25/5Oa.
flexión sobrc sLr vida y su <¡bra el genial ingeniero urLtE"tclyo Eladic)
Dieste:

"Ott¡ ,lrrilt t'crdLtd cs 'sc


4tir' €ó6¿./2et¿,
€ ó6¿. /2 et¿. eÉt4l5au. €66a a lzau.
edE l7at¿
It¡¡c c¡llu¡.r ¡i ¡l¿ü¡r'. Lo 4tir' ¡ici-
r'¿'it' -iiit' l:t' ri,'Sr¿¿1,i;'r'|r Ll Pdft ¡l Lll ! a J .{: r-.JLrr..':i.lÉ ror:;rón ¡cjicion¿les.r l¿rs clu(:'st:'r,t)lcx¡r,rcrr ¡tor llcxirirr
r¡ll ¡t!t¡ri'|¡t,i ri.' ,¡¡i.rs rü' a(),rslrtlr- .,:,,. t.;' , ,:r,; il: h¡,ri-lc, :;(-qlllt N I L.-Ll lR (l9EE).

fdr d-i l¿,;.1- .¡iDi.rs/ar!¡ itll-<c1 lt púrd-


1i--¡r¡li','r: ¡l;rt':lrii /rt¡¡¡i¡Li t/ ¿¡l /rt Lrs \Tf [t lR ¿rl considr:rar conlo único parárrrr:tro dccisorio cl
-srlal{1¿iii i¿ lr t ! )(i rar r',i¡ t- l1,r¡ -r,'l t t¿¡ll - c.intc-r ci,: ,¿, f.,,"¡,r sill h.rcer inLeryclltir Clt absolul() ni las cargas ni
do 4Lrt' i,r,i..: l¡-. ¡¡r¡ii¡:os {/¿i t'sliill ias iut es. c!)n([](c
(r Ll-los resultados que, en general, carecen de
lra--¡¿1,ts r¡ia\Jrrltr/cntf/ltf." Itjcjc¿-t. En l.i :-'-r¿rvtlrf¡ rlt.r kls c¿lsos las ¿lrrn¿rrluras rcsultantes de apli,
(E/¿¡¿ll,r Dl,'it¡t carr io. t ritirir:r:: ilc l.rs NTI scln clarantcnte sobreahundantcs. es-
¡ret i..ilrrr,:'r'r:c el l.r ¿ictualiclacl cloncle existc una tenclencia cl¡¡ra a
errr¡rli:;rr (:;ittc)i e]rvadtls ¡tara los forjacJos. Sirr enrbargo, si f)or
cr.ral,-1uier rir(,rr'i,ilcrrci¿r nos venros obligaclos ¿r pr()ycctar forjacios
l, los¿rs ci( r(rr,L,) rrslri( to y lr-rccs ¡ror errcinra de los c:rratro ntetros,
I

los (rjLefjrr-i tle l¡s Nl'F. ttLrecJetr caer clel lacjrt cle l¿¡ inser¡rriclacl.
I-ic¡. 9.4. Ll¡('jiC, [)ie5re.
EI ¡r'.ilrsis ', c.Ílculos de las estructuras con forjacios retic:rla-
res, r'e;rii¡.rri,ts lt¡s¿incJctse err los pórt.i<:os virtualcs, incapaces cle
. IJno cie csos canrirros Lrazac]os a tt,:ne¡ f_rrr,sar'r:r l;ts ¡i]¡5¡¡¡¡1,.s generalizaclas que ¿ic()ntecen global-
]t¡ctl_rósitrl c1e ios zLtncltos
dc borclt: ttst¿í dcfirricl<¡ en las Norr.'..rs Tec.,rlógic.r. \TE_LHR cle lr(-f rte elr l.,> :rec¡nl:;nrL):i rcsislelrt(]s <le l¿rs ¡.rl;rcas, al ril;lr.qen clc
l9ti8 espairol¿ts, que se cn(iuentran err r,:gr¡r !i¡t tent.r. r.trr caráCter lcri rr-rrsii¡r-;¡r'-. .rcli'. idLr¿iiz¿rclas r¡ue ¡rucclen exisrir o no en las
.bligatorio. Dich;ls Norrnas Tecn.lógici;s rr.colrrie'ci.rr-. c1Lre la gco- ¡rie-
zas aisl¿ti¡s, :rLir) srielen i.rlror;rrse no h¿c:iónclolas illtervenir e.n
nlttría dcl los zunchos cunrpla la si¡lLrienttt t;rl_r,.i: "
r:l ecluilibri-r rJr.lconlr-rnro; h.r sicjo la caus.i cie Ia cre¿rción cle nru-
chir! ..lc i¡rq c:.pccilic.rcioner rcglanrentacl¿rs crr ios clócligos oficia,
lcs, rnrt¿, r.i r.'i¡ >r-:it i'li': cfertos qLle J)roclucerr las nl¡sm.rs
.-_-----1
'- __l Lt-r5 ¡1¡¡i'.¡5 rlr:'i ltrc¡fesc-lr L C¿rlavc:r¿¡, bas¡rl.s err el CócJigo
I
,Aal- ji l,Y , ,,lqL,r':.i- ;;poltctcii)r)es .rislarias, corrr.
-l ¡ltteclc. ¡er l.rs clc:
nucstro l.lrr¡ \l.i¡ilr,ii Pniili¿o st'¡bre los fttrjados reticular¿s,
'l'ai¡l¿ 9.1 ljases rccor¡leÍtcl'tclas par.t li¡s ¿;r,, !r) !i ¡,..a (, I (-:i. ¡rerrlitieron
c¿ntt-r clel fori.rrlrt clonde sc.utric¡uen .;(,!:r.l:'.TF-i l-ll 1 lisqr l'rrcler al¡¡rcl¿:r t.r' rr.is o r'r"rcnos rlgor, lir lclrsión en l.s ztrrrc]ros
clr: llorcic i"-r:rc i-)i.,'rrfr5, suplenrcrttanclo krs esfr-¡erzos clerivar.los cie
eli¡ cttlr lr): ¡-rii-.g1¿,.¡r c.lc flexici¡ y cort.¡rLc obteniclos a tr¿rr,és del
En cuanto a las armaduras con las que dotar los zunchos ntélorll sl-r'ltijiic¿icitr cle l,-rs pórticcts viftuales. Tcnclrerrros ocasión
segun las NTE, deben ser las siguientes: frriri ¡ciel¡::'.'i-iÉ '.er l¿rs iorr'rtr-rl¿rcic)l'rcs cle cálculo clue ¡.lr-reclcn apli-
c¡r',<d er el .ir;irsis ¡runrririco cle l¿i torsión en los zunchos de bor-
a) Arr.lladuras de flexiírn conto si el zr.;ltcho iL;rrlc r_.t- nen o lrás -t-
dc la banda dc s<ll.rorle dc-l ¡t<irtico i,jrrLr,r] clc tc:-¡-iij,i ali. \-L)11¡l{,iL r,:r r.lL-rlq¡ r\rrtr() ril¿t ¡rieza aislacla clel rc:Stc-r cle la plaCit
:irrr¡tlifr;,i', :,-', . t.r,:'r.rlcl¡r.,
30E Los loriados reliulares

Zunchos estandarizados enfte pilares (flexión * torsión + coftante)

PESO EN k¡t,rrllY N'ntl C I',I. TOTAL


SERIE {AE. 400 Nt
Zltt-X P-,A P.B P-C P.D fs: l.l5entykN
?ó8 3,88 4,l8 5,48 I r,20
4 0 r0 (? ó) l?,8) (4lr ti) 7| I 109 7ó)

40,10 5,28 5,48 5,78 710 I8,?7


f
t5l 4t t53,7 l'ió.ó41 ra:\.r )ól rl80l
408 .7 r

40.? r0 6.t7 6,36 (r til¡ 7 ,96 22,40


160 17 ) {ó2,3 3 ) \61.27 I / ¡11 r2l9.tr
4 0 r0

4612 812 8,52 8.82 ltl l'r 32,26


+ {8 I .54} (83,50) t 8Cr.44 I t1)!) 18¡ r3ló.151
4O t2
4 S ró I0,00 10,20 I 0,50 i i ,cqL) 39,87
-1-
4 0 r0 {c)8 r {99,qó} i102.()i rl 15.é,4r 1390.73t

4 0-r ró ll.l0 il,28 I l,t8 44,80


4it2 r 108,78r rl 10,54t {l 13.48t t439,04t

40 ró t2,40 12,68 I)C)R 14 28 51.10


+ il2l
8 0 l0 52i \124,26t tl27,20t rl39,a4r t500,78)

4 0, ró | 4,(:4 t4,84 15,1 4 16.44 6Q,93


+ tl43.47 tl45.43t (148,37i rlól (5r)7,1 I
11r
Bü r2 t I

4020
-t-
t7,40 17,ó0 I 7,90 1q,20 73,47
\t70,52t t172.48t tl75,42t (I ¿t8 lór ( 720)
4$ ró
4Q ló ')(I l^ 20,36 20,ó(¡
+ 2 2,00 8ó.00
801ó it97,57\ 1199.53r \202.47 t (2lt ó) {842.81

4ó20 23.7 2 23.92 ')a'.r') 25 52 102,r5


+
80 ró t23) 46) 1234,A2t 1237 ,]ót t250,lt ( l00l ,07)

4 0.20 30,84 31,04 3t ,34 32,64 t34,40


-f
t302,23) (3O4,19t 1107.13) I 3 I (1.¿i7t 11317,12\
8020

X puede ser A, B, C ó D
A-e0óa20cm C -eS óa l0 (li3 Lt va 20cnr
B -e 0 6 a 15 (ll3 L) y a 20 cnr D- e0 8a l0 (1,/3 i.r ya 20cnr

9.2. Tipificación posibL'y cstandarizada dr:r zlmcl'r(ls de br--¡rcle ellue IJiLtres ccrlr arnt¡duras de f]cxicin y t()rsión.
T¿¡blu (l¡s
armaduras intemtedias vercnlos que se erlcuentran sobredimensionadas).
Los foriados retkulares 295

No se dispuso armaduras transversales de tipo alguno frente La formación de las fisuras inclinadas se observó en el borde
a los esfuezos cortantes y las armaduras cortadas por los huecos, libre y en el intcrior de los huecos, iniciándose las misnras al
tal y como es costumbre habitual, se ariadían a izquicrda y 50 % dc 1a carga última cle rolura.
derccha de los mismos como se contempla en la figura 8.84. y cs
costumbre en estos casos. Las fisuras inclinadas generalmente empezaron a consecuen-
cia dc las fisur¿rs de flexión.
Las cargas transmitidas a las losas, carga venical y mofttento,
se han mantenido en una relación constante en los scis cnsayos Las bases dc los conos de punzonamiento han resultado
realizados: similarcs, salvo en aquellas losas que poseían huecos en contacto
con los prlares que han resultado ser menores. Lo antcrior
M significa que el efecto de los huecos que se encuentran separados
Ñ=U'J de los pilares sobre la capacidad y corlrporlarrriento cle las losas
a punzonamicnto ha sido relativamenl"e pequeño.
. Estado l: A velocidad de 2,5 kN¡min se ha aplicado la car-
ga hasta llegar a la situación de servicio. L:¡s deformacioncs vcrticales rnedidas en los soportes frettte
. Estado ll: Manteniendo la carga correspondierlte al peso a las cargas vcrticales aplicadas cn los mismos han sido similares
propio se ha colocado y quitado diez veces la sobrecarga de para todas las losas. Se observó un aumento del l4 al l9 7o en la
uso. nláxima deformación verlical de las placas después de completar
. el décinlo ciclo dcl estado de carga repetitivo.
Estado III: Finalmcnte, se han incrementado las cargas en
escalones de 1,5 kN/ min hasta la rotura.

'iI
Jzsol.-zzo-J L-¡e29--J
elcvation plan

Fig. 8.¡i5. Mecanismo ideado para introducir )as cargas venicales y


momentos en las losas.

S.lg.l.Comportamiento general de las placas


ensayadas

Todas las losas han colapsado a punzonamiento de un modo


sE0
frágil y repentino. V- 110.0 LN
M- 1ó.() tN$
L¿ formación de las primeras fisuras cle flexió¡r en la cara
traccionada de la losa se han iniciado para una carga vertical de Fig. 8.8ó Aspec¡o que presentaban las placas SIrO y SEO cn cl
40 a 48 kN, partiendo de las esquinas interiores de los pilares hacia momento de la rotrrra en sus carastraccionadas.
el borde libre exterior; y a rnedida que aumentaba la carga las
fisuras se extendieron gadualmentc sobre toda la losa.
El corrpoftanliento de las placas con huecos se ha comparado
Para cargas de ó0 a 70 kN, las fisuras alcanzaron los bordes con el conrportanriento de la placa que no tenía huecos y los
libres con inclinación variable en 30o y 45o. rcsultados se resunten en las siguientes conclusiones:
296 Los loriados reticulares

. La placa que tenÍa el hueco en el


latenl del pilar de I 50 x I 50 mnt E.19.2. Análisis de los resultados obtenidos a la
(SEO) ha experimentado en la situación de servicio una dc- luz de la norma española EHE baio el punto de
formación máxima superior del I ó o/". üsta del proyecto
. la placa con el hueco frontal dc I 50 x I 50 (SFO) ha tenido
una deformación que ha superado a la de la tr>lac;r sirr hue- Aceptamos que las unionc:s cle las placas ensayadas forrnarr
cos (xxx) en un I 6 y 72 "/o; baiando cn las proximidades de parte de un¿ eslructura c,onvencional de edificación consl-ruida
la rotura a I I ytrn 25olo. con un control de eiecuciórr nc.¡nnal, emplcándosc un hormigón de
. La placa cuyo hueco frontal era simil¿¡r ¡ll t¿¡m¿¡ño del pilar resistencia característica estir'nada f¡¡ - 27.5 MPa.
(250 x 250 mm)ha tenido una deformación del l43o/oma-
El cortante cle servicio que las placas tienen que transmitir a
yor; disminuyendo en la rotura aun75o/". los ¡:rilares se h;r c¡lcr.rl¡cirl err V : a3 kN y no se ha cJis¡lresto en
. La placa con el hueco de I 50 x 150 rnrrr silu¿idcl ir utra cJis- las losas árm.lcljras de cortante de tipo alguno.
tancia frontal del pilar dc 90 mm ha experiment¿rclo tttra cle-
El nron\er'rto transfcridc¡ entre las losas y soportes la trorma
formación superior aI 6"/".
espanola lo ticne preselll-e iletréricamcntc mediante el factor p, quc
. Y la placa con el hueco de 150 x 150 mm situatlo a la dis- en el caso clLle rr()5 (-x:upa por ser soportes dc borde vale 1,40.
tancia de 180 mm ha tenido tlna deformación su¡>erior con
relación a la placa de referencia (xxx) de tan sólo el 4 %. L¿ resistrncia del hormigÓn a cortarlte con la cuantía de la ar-
:
n¡adura clc tr;¡cciórr clis¡)tlctsta P 0,0075 vale'

En situación de rotura, las difcrencias han sicio tlastantc


200
menores, como ya se ha dicho. B=l+ ci
='*,Eo! = r,0,
Debido a la presencia dc los huecos, la capaciclad de
punzonamiento de las losas disminuyó de un 4 a utt 12 7o, f.,,, =0,12'g lloo'¡r't ¡)l 'r =
excepto en la losa que tenía el hueco dc 250 x 250 mm situado
=0,1 2 2,45't00.0,0075'27,51tt3 =0,E1 MPa
frontalmente, que tuvo una disminución del 28 7o
canto útil cl = 95 nrni
huecos situados frontalmcnte a los soportcs disttrinuyen
L.os
la capacidad de la resistcncia a cortante mucho rnás que si se
encuentran situados en los laterales. Lrrs pc-rímetrcrs c:íLicos para los distintc¡s r¡rodelos de placas sc
decluccn tcnienrlo t)resentc cl dibuio recogido cn la Fig. 8.82. y en
L¿ distancia entre la cara dcl soporte y el hucco iniluye en la la figura adiunta ll tlT
capacidad resistente de las r¡niones, en una prclporción que
podria estimarse de tipo lincal. El hueco situado a d cJe la cara dcl
pilar produjo una reducción del 8 7o y el situado a 2cl, una
reducción del 4,5 "/.. El huec<¡ sil-uado iunto al soporte produio
una redrrcción del l0 7". c"l
t
Los códigos americanos ACI-318-95 y la canadicnse +
2dI
CSA.A23.3-M94 preven valores conservadores de resistcncia err
las unioncs de las losas con pilares, cuando éstas posecn huecos
+ H.o,¡c, ó l,5d
en las proximidades. Los códigos son más conservadores a F.o ,\ lt7 l)eririrctro crÍtico gerrérico segun F-l ll:
medida clue dichos huccos aumentan.
\.\ Ptfi '

tEÍ!i\.-
¡H"¡^ -*'s
097
I 940
917 7t0
sFo 733
t tLr ,48.5 59)
SF] 877 820
qFl 942 8r5

Tabla B.l3 Perinrctrrrs t ríticos de las losas etrsayadas Lctriendo


Tabla Valores dc rotura, valores obtenrrlos cn los e'nsayosy valorcs
8. 12. pieserrLcs los huccos segútr la tllE (a 2d) y los obtenrdos de forn.ra
pi"rrr',*.r"t en los proycctos según el cócligp ACI v st.:gíln el código cana tr¿clicit¡n¿rl (a 0 5 (ll
<liense CSA.
lns loriados reticular¿s 297

L¡ tabla 8.14 recogc la interpretación de los resultaclos que se E.19.3. Conclusiones


obtendríarr aplicando los crÍterios de la EHE y nuestra aproxima-
ción práctica y sencilla al análisis del punzonamicnto {l.R.T.}, par- . La presencia de huecos cn las proximidades de los apoyos
tiendo de los rest¡ltados obtenidos en los cnsayos de las placas
reduce la efjcacia resistente de las placas frente al punzona-
descritas.
n-liento, ¿iunque bastantc menos de lo que cabría deducir
En el análisis se obtiene un coeficiente de seguridad c¡ue es aplicando los critcrios cle los códigos oficiales (EHE, etc.).
comparado con el coeficiente dc seguridad global de proyccto que . l¡s dcformaciones de las placas se incrementan cuando exis,
estimamos en yf .¡E-= 1,95 que creemos interesa especialmen- ten huecos de instalaciones en las proximidades de los pi-
te a los proyectistas. l¿lres
. La reclucción de los perímetros teóricos críticos dc punzo-
Se recuerda que el máximo esfuerzo de ¡;unz<tna¡niento namiento que proponen las normas, debida a la presencia de
aceptado por la EHE se deduce de multiplicar el perímetro crítico huecos a distancias menores que 5d de los apoyos, no re-
situado a 2d por el canto útil y la resistencia del honnigón a coftante fleja el comportamiento real de la placa frente a los cortan-
f.u dividiendo el resultado ¡ror el factclr B c¡r,re tiene ¡.rreserrte los tes y cJetrc scr revisada pucsto que resulta excesivamente
momentos existentcs cn el apoyo (f.o = f.u : 0.81 lvlPal. pcnalizadora, ya quc los huccos se amplían de forma inde-
bida
También se recuerda que el criterio del autor consiste en operar
. Irrs planteamientos dcl cálculo a punzonamiento en las pla-
con el perímetro cítico a 0,5 d y obtener el niáximo esfuerzo de
punzonamiento de forma similar, pero operando corr la f.r, cas recogidos en la totalidad de los códigos vigentes, entre
los cLrales se incluyc Ia norma EHE, son sumamente conser-
tradicional amplificada por 1,5 en vcz de 2 por ser un apoyo
vadorcs. El conservadurismo se amplifica cuando se aplican
extremo P.
las reducciones dc resistenc.ia estahlecidas por la presencia
(f.o: l'5'f.u(ERl) = l'5 0'ó9: I 035 N'fPa de htrccos.
. El clar-rtcamiento simplificado que proponemos para analizar
Hagamos también una aproximación a los ensa)'os realizados, el punzonamiento, recogido y expuesto en el apartado E.18,
pero esta vez operando, no en situación de proyecto, sino sol:rc concluce a rcsultaclos ligcramente conservadores (véase la
los valores realmente obtenidos sin coeficientes dc minoración de columna (7) de la tabla 8.1 5), pero mucho más razonables y
tipo alguno, aplicando el criterio de F R.T. d : 95 mm)
f
ajustados al comporlamiento real de las placas que los pro-
pllestos en la EHE; y cl aiuste, cuando no existen huecos, es
magnÍfico.

Carga de Punzon Punzonam.


fOtura dc diseño de discno YrNd V¡Nd .- Vt
¡-vs
Placa
obtenida (Vr) Vd:Fef vd fr, R't.) tF:Hr-:) il- RT t
IEHT;) (tr.R.'t'.)
KN ILHL) fFcp = 1,5 fcv)
)00( t2?,1 ó0,30 92.4 ?,04 33 3,27>1,9J (t8ó%) 2,17> 1,95 + 18,5%)
SEO I 18,8 50.4 ó9,81 2,3' 70 3.77>L95 f r 93%) 2,72> t,95 + 39,5%)
SFO I 10.9 39.4 ?,81 54 4,50>].95f+l3l%) 2,46> | ,95 126,2%)
(:¡-o 89, I 30,1 5 )8,5 7,95 52 4,'12>1.9>lt 142%) 2,43> | ,95 +24,6%)
SFI n3,3 48.20 80,ó3 2,?J 4l 3,76>1,95 1+93%) 2.25>t.95 + 15.4%)
sF2 tt7,7 ,l.78 84. I
114 40 ?,64> t,95 (+87%) 2.24>1.9r{+15%)

Tabla 8.14. Resultaclcs corr)párarivos entre los ensayos y los valores pror)Lrestos por la EHE y el autor (F.R.T.)

Carga de rotura Fcp rF,R.T)


PL,\CA fc R (C,5 d) Vr/Vu (7)
ob:enrda lr'rr (l,5C,lótFr {F.R.T)
)oo( r. ?7.1 33 940 3't8 o0
SEO é.ó 71,5 710 347 90,8ó 3l
SFO r'no 2t q 733 3ó8 95.3 7
cFo 89, l 33 59' 3't9 77.95 4
SFI 1"3,3 30 820 )\) t42,4
SF2 117.7 2^q 855 107,ó 0

Tabla 8.15. ResultadoE compa:'a::ics entre los realmerte obtenidos de los ensayos y lo que
realrltente sc prcdicc co:-r :-r€s:ros c.teros 1F.R.T.t. opera:do con los \/¡rlores reales de resis-
tencias, sin coeficienles de se{.;-d:d ¿ñ¡didos.
Los [oriados reLkulares

8.20. Determinación y Tipologías de E.20.1 . Armaduras lnclinadas a 45"


Armaduras de Punzonamiento L-as barras inclin.rdas a 45'' bordeando el apoyo son dc muy
fácil puesta cn obra, y ircltrritcn una industrializaciórr cotlstrtlctiva
Si una vez analizado el estado terlsional en la srr¡rerficic crít ica rnuy cómodri inclependicnterllerlre clel tamaño de los sormrles. Etr
de punzonanliento, nos verllos obligados a disponer ar¡ttacluras general, bastará ciis¡tont:r un coniunto de barr¿s dc Ql0 para
transversales para absorber el cortantc V.,, que sobrcpasa al V..,, res<¡lver el problenr;r ert l<ts t:¿sos nonrtales y. solamertte etl casos
tendremos que scleccioltar de las tipologías dc tcnalla dis¡rorrihrle rrtuy especialc-'s de sol>recarg;ts anormales puede ser neccsaricl
para estos casos, aquella solución que estimemos más adectlada
acudir a la sohrcitin mixt¿r de estribos vcrticales y banas inclirtadas
particularizadamente. de rnayor diámctro.
En la Fig. 8.88 exponemos las t"ipologías ntíts frccuentemcnte
enrpleadas para resistir los esfuerzos coftantcs.

# + l,l E h
Longitud total = 0,40

. B..ce3 inctineoas e 4So


I
Frg. 8,E9 Bana ti¡xr dc ¡lunzotlaniiento y csquerna para srr colocación'

Una nr¡rtera serlcilla cle abordar la reprcsentación de las


aml¿rcluras clc ¡rttttzonanliento cn planos, dad¿ la gan cantidad de
o Eglr,t'lg.S VE ¡rrE^¿CÉ ( 2*CHO| C¿e¿'tút) áLlacos qur: ¡;ueden existir en ull¿ estructura, pucde ser mcdiante
clavcs tale: ('()TIro: P, Pl-r. PPP, gr.rfiadas e-n los plarros de re¡>lanteo
clc c¿rcla ¡tlarrt;t. re¡trt--st:ntarrclO gn detertrlirrado nútllero de b¿rfras
inclinaclas prc\,'iarnel'tte fijaclas en un deblle constructivo general Las
c:laves que se clcfinan pucdcrr incorpclr;rrse al ctl¿¡dro de pilares,
claclo que el tamaño cle los nrisrnos varía etl alnlra, hacicndo tambión
variables las corrcliciones de pr"tnzonamicnto de cad¡¡ ¡>larrta'

Con el sistcna expLlesl-o, pr-rede discñarse un tinico tipo de


barra quc sc¡r r'áljcio ¡ltlra toclit la obra, facilit;i¡rdosc la ferralla y el
con[rol clt' eiecLición cle la nrisrna frcnte al ¡lttnzottirtniento'

Los saltos ltnlscos clel número de barras quc ¡ruedcn existir


entre las clavcs P, PI']y PPP, vicnerl fiiados rnás por consideracio-
nes dc cliseiro clue t)or cxigencias de cálculo. El dimensionado de
las amlacluras inclinadas se realiza partiendo del V.u calctllado en
Fig. 8.E8. Tipología de armaduras nlás fre( trentL-merrt t: c'nrpleadas
frente al punzortamiento. cl perírttetro crítico qr.tc: se esté analizando, como diferencia ctltre
el volr¡rrt:rr cle tensic¡nes tangerrciales existentc en el mismo y el
vohlmen cle tcnsiorles c¡uc ¡rttede absorber el ltormigón, tal y conro
Cada uno de los tipos contenidos en la Fig. 8 88 pclsee stts se ha expuesto anteriorlllente.
ventaias y sus inconvenientes, y merece la pena reflexionar sclbre
ellos someramente, mcncionando algunos de los criterios qtlc Vsu = Volunrcn de tensiones tangcnciales-V.t, tll
veníamos aplicando en nuestros proyectos cstructurales, atrtes de
la aparición cle la EHE. De esta fonna pueden analizarse y criticarse sier ¡iL.
los principios presentes a la luz dc los pasados, y obtener una V.t",: I'Lü.rzonamiento resistido ¡ror el horrrrigórr, variable segun el criterio
filosofía propia de proyecLo frente al punz<lnatrtiento. qlle 5q' .rtloll¡e.
l¡s [oriados retirulares

Vrr=n A6'fyrt t4t


Vcu =0,85'k'fr'A.
(Criterio de F.Regalado con el I-{ a 0,5d}
Ouizás sea la última fórmula l4l la que meior refleie el fenómeno
Vcu = o,lo'B'(l oo'P' Lr )'/t ' A. físico (Fig. E.9 l), aceptanclo el desarrollo dc un¡r fisura a 45Q y
(Criterio de la EHE con el PC a 2d) viendo cómo el plano de armaduras la cose ortogonalmente
y un
trabajando a tracción pura. Adoptando, pues, la fórmula l4l
siendo, PC: Perímetro Cítico gra¿" .1" eficacia cle ias armacluras resultantes del 70% según
Ácom¡endan A. Páez y el C.E.B., el dimensionado de las mismas
Tenienclo presente la fórmula general de cortantcs para barras cs inmcdiato aplicanclo la fórmula l5l.
inclinadas deducida anteriormente:

Vt" = 0,9' tá d n'A¡, 'fr¿ t2t


%u =0,7'n'A¡¡'fyci t5l
s

y,dado que en las losas habituales bas[a, en general, colocar un


solo plano de armaduras en el primer peímetro crítico, cabe plan-
tear qué valor debemos dar al término s que rcflcia la separación
cntrc planos de armaduras cuando en la mayoría de los casos que-
da reducido solamente a uno.

t. Montoya dice textualmente en su conocido hbro: "En el caso


de existir un solo plano de banas lwanladas, como valor de s debe tomarse
la proqecrion de las banas sobre el eje de la pieza."

El criterio de J. Montoya no parece muy razonable, puesto que


Fig, 8.91. Mecanismo justificativo de la fórmula l4l
conduce a valores de V* crecientes con la inclinación de las
barras, contradiciendo la lógica del mecanismo que tratamos de
impedir. [a aplicación de dicho criterio (Fig. 8.90-al, transformaría
Barras 08 Í, I V,u =1,3 n
la fórmula f2len f3l.
1t', u," =l3n
Vru =1,414'n'Au'fl,¿ t3t
B¿ rra s 010 Ja
t v.u =2n
Ibl v," =20n
at Vou =3n
Ba rra s 012 J
lbt vr., =30n
=5,2 n
Ba rr..r s r' . n
a) criterio de I
{l,u,i,,,, =52
=8,2 n a)Vsu cn T
,,.,
Bclffü5
{;lti =82n b) Vs,J en kN

Nola: Exp:esrones válidas para aceros de límite elástico mayor o igual


a 400 lrlPa r4100 Kp,'cn12), n es el número de barras dispuestas en el
bl criterio de E.H s = 0.9 .EC plano

Iig. 8.90. Distancia a partir de la cual pueden clesencade-


narse fisuras sin atravesar con armaduras de cortante. A título l'¡rcranrente indicativo, adjuntamos unos esquemas
predefinidos frente al pr.rnzonamiento construidos con barras del
Al valor s le deberíamos dar aquella distancia que permita el Q l0 recogrdos en la Fig. 8.92 cte la página siguiente.
desarrollo de una grieta sin ser cosida, que es lo que supone a
efectos prácticos un solo plano de armaduras.
Dicho valor c¡uecla reflejado en l¿ Fig. 8.90-b por , acloptanclo
un criterio tradicionalista, y resuitando la fórmula 14j.
l,,os lorjados ret¡culares

Punzonamlento Tlpo P

8010 - lórilóOKN) 5010 - l0Lll00KNi Jó10 8rr80KNl

Punzonamlento Tlpo PP

a i¡, ''-.',-.r", (" t.'r' l¿ r, í.¡ ptitrlit .i


[\-)

r2 0 l0 - 24 t (240 KN) 7Ql0 - l4r(l40KN) ó 0 li) - l? I tl20 KNt

Punzoñanlento T¡po PPP

16010 - 32r(320KN) 9010 ' lStllE0KNr 8o l0 - lÓt{llr0KN)


Fig. E Q4 Ál¡¿cc¡ ccrr¡r¡l :;in artlt.rtltlras dc pr.lr)zon¡micllto

Fig. 8,92. Posibles esqucmas predcfinidos frcnte.al ¡rtttlzon'tmiento' cttatr-


clóel punzonamienLc¡ sólo se icquiere un plano de anlt¿rdtrr¡:;

&rio un punto dc conceptual, si bielr las barras irrclin¿¡clas


visl_a
presentan considerables ventaias frentc al punzon¿lulicnttl dirccto 8.20.2. Barras sueltas verticales
(cargas gravitatorias) frente al punzonarnientc'l invcrso (sisnto'
asieñtos, pretensado ascerldente) son totalnie-nte i núti lc's L¿s b¿lrr¿¡s st¡elt¿ls v('r[icales puedcn ser consideradas como
una variante cle las inclinaclas y cle eficacia rl'lenor, por lo que debe
Baio el punto dc vista constructivo, las harras inclinadas son
erl exlren.l¿]rse nrás Si Cabe SU Colocaciótl elr la obra. especialmelltc
muy cómoclas, pero requieren una gran precirión construc:liva
sucolocaciórrydebcnseratadascon¿llanrbrealnletltlseflsu si sóltt se <lispt¡ne un ¡:lirrro eft cl prirncr perímL.lro crítico. L¿
parte superior para impedir desviaciones y caídas peligrosas pcnalizacjótl clt:l 70'i(' cle su eficacia ¡ros parecc ell este caso
durante la puesta cn obra del honnigón plenanlentc justif icada

obsérveseenlaFig.8.93cómosehanrrrez.cladolasbarras L¡l fórnrul¿r que pocJemos emplear e'tt el caso de colocar


inclitradas en
inclinadas con estribos y banas cle cortante tanrtlién solantenle Ltn ¡)lano de annaduras vcrticales
pucde ser la de banas
gue sc
los nervios para resistir las solici[aciones tal'lgcncialcs irrclinaclas afectándola cle-l seno de 45", dado que cosen las fisuras
(lue tiene que soportar tráficcr
OÁAu..n en un foriaclo reticular dc lornr¿i inclirl.rcla a 450 con utla cficacia mcrlor'
pesado.
Los loriados relicularcs

8.20.3. Zunchos o vigas cruzadas con estribos


Vsu = 0,7 'sen 45o'n Arl [.,i
convencionales sobre Pilares
\u = 0'5'n ' A6 'fvo {Ban;rs vc-r-tic¿¡lcs)
Parte clc la ¿¡rttracltrrir dc nrc'rntaie cle los álracos que suele
couccntr¿irsc sobrc los ¿lpoy()s para resistir los picos de flexión
Lá ventaia de las barras verticales frente a las irrclinadirs' pese
neg¿rti\,,1, ¡tueclen cstrilr¿trse de forma convencjonal, como si de
a tener Llrla resislc-¡lcia me¡lor, es la <Je que sin/en tclllto [)ára el
punzottamiento directo como p¿ir¿ ei irl'erso. rurra r¡iga enrt-rebicla se tratara, haciettclo frcnte al posible
punzonarrriertto con los estribos verticalQs que Ilevan
Un análisis ponnerlorizado de las solicitaciones tarrgenciales incorpor;rcJ;rs, al mismcl tjernpo que ptleden seruir para sostener el
sobre los planos dcl perímetro de punzonanrietrto, ¡rrrecJe conducir plarro sr.r¡rcrior cle l¿rs armadt¡ras negativas.
a concentrar las armaduras de cosido transvcrsal erl unos pllntos
De las trcs fornlas exPiucstas de
específicos y concretos, en vcz de distribtrirlas dc m¿trtera ulriforme
ferrallar a punzonamiento, no cabe la
en dicho perímetro, aunque no sea frect:ente lraccrlo así en la nrenor duda que csta últir¡ra es la ma-
¡rráctica cotidiana. nera rnás eficaz y segura de hacerle
frentc al misnlo, cubriendo no sólo cl
La práctica ordinaria se reducc a deternrinar el volunrcn de
primer perímctro crítico, sino en to-
arn)aduras que cubre Vsu, V a distribuirlas unifornremcllte en Ia dos los que Podrían Prescntarse.
superficie crítica, sin que conozcamos patc'llogías atribujbles a Tarlbién es cierto que resttlta la más
este criterio ciertanlente poco ortdoxo
costosa de las tres en consumo de
acero, y la quc conlleva mayor esfuer-
zo de colocaciórr elr obra, especial-
rnc-nte si la dcnsid¿tcl dc amladtlra cle
los pilares y dc la losa cs els/ada.

Por olra parte, el sistema de vigas


cn:zadas cstribadas tiene sus venta-
jas, como ya sc ha dicho antes, Pues
origina urr plano muY cómodo dc
apoyo tanto Para las armaduras. de
rnontaje del ábaco, como para las ar-
maduras de flexión negativa, impi-
diéndose así quc se doblen Y caigan,
Fie. 8.95. Posiblc representación e.n planos dc' l.rs barr;rs Vericalcs .ríslaci¿rs
produciérrdose reüi brimientos anor-
frente al putrzonamicnto.
r¡altnente elevados etr los nlenciona-
dos ábacos.
En cl caso clc que se opte por barras verticalc-s sin lrás' Finalmente dccir que, Pcse al ¡na-
rccomenclamos utilizar al ¡rtetros dos planos cie arlrracluras
yor consurllo dc ¿lcerc.l quc represen-
verticales como mitimo, adoptando un disetio ti¡ro U.
t¿l esta solución, estimantos que

f ll-l_ru
puede rcsultar la más recornendable
y segura si c¡ueremos adaPtarnos a
lfm,i:i*.:"*ri:* Ios criterios cle la FHE.

Fig. 8.9ó. Barras vcrticales frente al pttrtzrlrr.:ttrietrto. Recome¡tcl¿rrros adop'


L¡ fórniula ¡rara ca)culirr los estribos es la ya conocida
tai mÍnimamcntr: l>) y nlucho meiorc) con se[);jr¿ciol]es cle s < 0,75 tl

Vsu =0,9'*'n'^n'!o
Los lor¡ad,os rcliulares

8.20.4. Otras formas de resistir el


punzonamiento

L;l casa alemana DEFIA y otras. comercializan una especie de


conectadores unidos a una platabanda metálica formando unos
peines que se clisponen radialmente cubriendo la zona crítica
susceptiblc dc sufrir punzonamiento.

Fig. 8.98. Al¡aco corr crLlcet¿l¡j, cle prlrlz()r-r¡rrlir¡r'rIi:) Ér' rrr: fr:,ri;clo rcitctll¡:r
con casetone5 perdidos.

F -- .\ l 11 .i .-...t.-¡d,. rrÉ--É i É,a-.1


¡1,1,--r1,-iñ-

En l;r llq.,3. l01 ¡rotier:ror vcrcn Ltna obr.i real, una cJis¡tosición
mL¡\'ciL-rls.i cle l¡.r:r;i; i'erl ic;¡lcs cn fo:nt¡r cle z, sicuienclcl cl último
es(luenr¿r rlr,'i.,r-. t,i¡ttriogÍ;ts itrciic¿rdas en la Fi¡¡. 8,c38.

Ar.tttr-¡Lie I.1,-) >icj .t:t.t trrjr ii¡¡ llltly fteCue¡Le, ¡l<tdcnto5 CltCOlt-
trarn(l-i i-rit:c air:l-!l) i ¡{(ts .lL- Cclrll¿ts L.rn eler,¿ldas qUC nO lt.ty.l
tltás st¡li.¡c.jór' ,.1.1!-'t\-'t-lr-l C¡,-ie tliseit;ir,r,(:Olo(-¿r ¿llll¿rS llrel.1lic¿rs cle
espesores ¡citcL;¡,cloi c.i f).tccs cle resislrr por :í nrisnras toclL-r el
Fig. 8.c.)9 At¡¿¡co con crucetas cle punzonalnlicnLJ t:t u: ¡¡i¡1.;,1 - 'o-,- . :'' l-rurr¿on.ir:rie:-r:o ¡r'('s{ilt(iia't'iclo de la c,ol¿boración a cr--ttt.¡nte clel
con c¿setones recLlperab]c5. hormigón

El número de ramas para n se tendrá qlre dc-ducir cle la


disposición constructiva que se adopte; por ejen'lplo, observando
la Fig. 8.97 sería ó ramas en los ábacos de rnedianería y csquina
y I ramas en los ábacos centrales.

l-ig B l0l. B¡,:¡r:' .-::,i,-1.'-':.:¡r-rtillLl¡s clt z, tltlt'rs.'¡trlenLe clisl-lr.lt:!t.rs iren:e


al ¡lLtttz,Ltt;t r''tri':.'
l.os lorjados relkular¿s
)^)

l-as alm¿¡s ruetál¡cas corlvienc que ac;:lle,'n c:n su p¿irte interior


en forma cle patines transversales, que srlsperrdan y reterrgall las
bielas inclinadas de compresión que, en estos casos de fuertes
cargas, pueden cncontrarse al borde dc sr'r :igolamicnto.

En la Fig. 8. lO I se aprccian los patincs transv'ersalcs inferio


rcs de las almas. al haberse claborado las nrismas Lr¿rrtienclo de
¡x:rfiles doble T existcntes ert el n¡crcado.

Fig. 8. l02. Almas metálicas clisr:ñadas [)ara rcsi5tir '-odD el Frurrzoll;1rlliento

Dado cl cortante total de punzonanrierrto V¡, el cJirlensiona-


miento de las almas metálicas puede hacerse sencillanrente a tra-
vés dc las cxpresiones:

oe
t-A.n T<
J4
siendo,
A : b . h;Áea de una de las almas metálicas coloc.:clas
n: Número de almas dispuestas radialmerrte

o": Límite elástico del acero (2ó00 Kp/cm2 ó 2ó0 \lt:al

pudiéndose prescindir en estos casos, de la corrtribución resisten-


te dei hormigón a punzonamiento por comodidad y seguridad.
Los forjados reticulares

9. Las vigas (zunchos) en los foriados reticulares


ordenaclor que tL'lrga presente sus especiales corrdicioncs
9.1. Introducclón ci¿rl cle
y circunstancias. Asignesc a la viga las cargas correspondientes de
su zorla cic' influencia corrservadoramente. y calcúlese cotl tlna c5-
En el lenguaie de la construcción cn Espaita, hablar cle vigas
tirnación razonablc- dc monrentcls (como pucdcn scr l<ls que vere-
perimetrales es hablar de los zunchos rlc borde, stendo el último
rnos a contjnu¿ción cle fornra simplificada para los zunchos) y,
término el más frecuen[emente empleado; por ello, cn lo c¡ue si- todo lo más, pucde conlitrse con las armaduras clel ábaco y el ner-
gue, ambas expresiones se usarán de fornla indistinta, ¿rtlnquc
vio aclyacente para ;rliviar las ¿rrrnaduras dc flexión; y pórrgarrse
aclrnit.inros que el tén¡lino "zuncho" no se aiust.r .rl signi[icado del
unas arntaclura¡ r'eslrilro¡ adicionales para la torsió¡t aplicando
verbo <zuncharD, y no rcsulta excesivamente aforturtacjo.
algún tipo de tórnrL¡la serrcilla. como pueden scr las que también
El protagonismo cstructural de los zrlnchos o vigas de b<¡rde se verán nrás adel¿trtc-.
ya ha siclo puesto de manifiesto; no obstante, r'lo cstá de rlt¿is traer
Antes cle enlrar er, los aspectos que tienen que ver con el cál-
a colación, para redundar en su importancia, qlle url porcentaie
culo de los zunchos v vigas cmbebidas, creemos que puede ser
amplio de las patologías que tienen que ver con los forlados reti-
muy ilLlslratlvo pa!'a el conocimiento de estas piezas situarlas fí-
culares y las losas macizas se manifiestan en sus borcles.
sicamente en el contexto que ocupan dentro de los foriados reti-
Los ensayos que se han realizado sotrre pl:rcas, [¿rtrto elr los culares, para corr'rprcnder las diferentcs funciorres resistcntes
laboratorios como a escala rcal, ponerl de rlanificsto que los cla- cncomend¿rcl¿is .¡ l¿s nlÍsmas según se diseñen y sitúen en cl in-
ños y las roturas comienzatl a manifestarse con nlayor intensidad teri<¡r cle las ¡rl.rc.rs v así poderlas calcular mei<;r.
en los bordes de las mismas; por tanto, los zunc]ios perilrctraies
requieren una atención especial y cuidadosa. El hacerlo así, llet'a inrplícito poner dc manifiesto la enorme di-
ficultad y conr¡rlejidad que suponc aciivinar con precisión los es-
En los conrienzos de los forlados losas, los zunchos qrarl aLl- fuerzos clue realrlr'nte solicilarr a estas piczas, y los criterios
ténticas vigas de borde que manifestaban su prcscncia con Lllla nccesariarrrerrte sin"lplificados que rtos vcmos obligados a tel'lcr
geometría claramente acusada baio el canto constante cle la pla- que aplicar para ciinrensiotrarlas en nuestros proyectos cotidia-
ca, es decir, descolgaban baio el foriado con dirrlerrsioncs acorcles
nos, si prelendetlos rcsolverlas sitr el cc¡ncurso del ordenador.
con las luces que puenteaban, pcro geometrías clcl ordett de
30x50 o 30xó0 cm eran frecuentemcnte enrple¿rcl¿s. l;rnrayorí:r cie i¿ls veccs. la introciucción de una viga o zuncho
en cl interlor de un forl¿iclo reticular se realiza con la prctensión de
L¿s dificultades propias de su encofrado, sobre todo con el
que absortra de forma directa y exclusiva los esfuerzos que se dc-
nacimiento de la tecnología de los encofrados modenlos rectlpe-
rivan de unas dctemlirtaclas cargas y situaciones singulares que se
rahles, ha sido la causa fundamental de que pcsc a l;rs irtclttdah¡les
prescntan sientpre cn lirs estructr-tras reales, y que los sitnples ner-
ventaias estructurales que presentan las vigas de cant<.1 frente a las
vios del rctjcul¿ir sott itrcapaces de resolvcr por su pequcñez
vigas planas, comenzaran a desaparecer y sc transformaran en vi-
gas embebidas en los canLos de los forjados y cambiararn su llom- Dado c¡rre estas piezas estructurales se encucntran embebidas
bre de vigas a zulrchos cn el lenguaie dc la consLntcciÓn española cn los espesorcs de los foriados y forman parte físicamente de los
En el presente y en las estructuras dc edificación en España, ábacos y los nen'ios que las cruzan, puede intuirse fácilmente lo
impuestos los foriados planos globalmente más ecottónticos y ilusorio que resulla la pretensión anteriormcnte expuesta de con-
segr.rir realmente que elias por sí solas absorban unas det'ermina-
funcionales, las vigas y zutrchos, piezas ambas embcbidas en los
cspesores de los foriados, pasan totalnlente desapercibidas das cargas cn exch-¡sil'lclad

Tal vez la tendencia creciente a las grandes luct:s, y los cam- lncluso err las :ituacioncs aparenterTrente más sirnples' conro
bios que puedan darse con los conluntos de los volútllcnes edi- puedetr scr los zr"rnchtrs perintetrales que vat'l dc pilar a pilar, la pre-
ficados, posibilita que welvan a las eslructuras de eciificacióti las tensión clc l¿r ril¿rvoría de los códigos oficiales de asignar a los mis-
vigas de canto, cuya presencia actual cs l)tiramente atrecdÓtica' mos la responsabilid.rd de resistir las cargas de ccrranliento
pcrinretralcs, prrescincliendo cle los nervios adyacerltes, en modo
Es tal la ausencia dc vigas de canto cn los bordes dc l¿s es- algun<.r res¡roncle a la rc¿rlidacl física del comportamiento mecáni-
tructuras de edificación, que incluso renunci¿ttlrt)s ¿r sr.r arrálisis co del foriedo.
simplificando la exposición de nuestro tr;rbalo; rec:c'nlcnclatldo
que, si puntualmente por exceso dc hiz y de cargas rcsulttrsc ot¡li- Urra anécclou, r'eal pucde clarificar lo quc tratamos de expresar'
gado materializar una viga dc canto acus¿icla baio r'tna losa nraci-
Acab¿rcl¿ la L-stnl(tura c,le rrn bl<-lc¡Uc de r,rtr colegio, constrtlida
Ia o reticular, se resi¡elva y calcule como si clc utt¿r viga cle torluclcr y
unidireccional se tratara, si no se dispone dc urr prQgran'l¿l espa- con un foriaclo reticular (le cascLones aligerantes de hormigón cle
Los loriadas retkulams

canto 24+3 cm, una pieza prefabricada del cerralll¡cl'lto de la fa- y nccesarja con el obic--to de asegurar la eficacia resislerrte de es'
ctrada de unos l2 kN de peso sc dcsprendió de la gríra que la tas piezas cn cl contexto clel foriado reticular dorlde se encucntren
transportaba dcsde una altura aproximacla cle rrnos I0 n'l y, cll sLl r-rbicaclas, pre:;to c¡ue posecn utta rcsponsabilidad bastatrtc sr'rpe-
caída, impactó contra el zuncho de trorde cluc tr-ní.r ltna lrrz de rior a l¿i cle los rrervios del mismo, aultque sólo sea por cuestio-
unos ó,5 m. I)es oe Ldtltdno.

Dicho impacto, necesariamente. tenía quc h¿iber arruinado cl


zuncho de borde; sin embargo, sólo presentaba daños nruy lige-
ros que permitieron una fácil reconstrucción clel rnisnro: iPor quó?, 9.2. Yigas (zunchos) de borde entre pilares
simplemente porque los nervios adyacentes p¿tralelc)s, qr.re strfrie-
ron tarl)bión fisuraciones, se encarg¿rr()n a trar,ós de los ¡rervios F)er¡n;l fc'rrrra simplc podríamos hacer r.t¡r¿l tr:rintera clasifica-
transversales de sostener al zu¡tcho irn¡ractacJo y transfcrir los es- citin los zLrrrchos de acuerdo a la filosofía de los pórticos vir-
cJc
lucrzos dcl irnpacto hacia el i¡lteric>r de la ¡rlac:a. tualcs, t:r¡n lo <rui:l inr¡llíc:itarlente poclríatttos ver su irnportancia
El análisis cspacial completo de los edificios, actualrlente po-
rclativa, clentro clel esrtruema resistente que tradicionalmcnte se
posee de csta tipología estrllctural.
sible, también pone de manifiesto Ia interrel"tc¡órr tarr esplérrclida
que existe entre todas las piezas que configuran el hiperesttitismo Si el zuncho se encuentra situado dentro de la banda de so-
de las estructuras de edificación frente a Ias acciclnes quc actúan portes quiere decir que srr responsabilidad resistente es elevada,
sobre las mismas y lo imposible que resulta aislar lcs mcc¿nismos darJcr r¡ue rlicha tl;lnci;¡ ;lbsr:rt¡e una 75ó/o del momento total de la
resistentes de unos elementos con relación ;.¡ los ;:tlr,,a<:e:nl.cs. flexión neg.rti','¿r c1lre exi$ta en el pórticr> virtual y un óOol" de la
fli:xión positir,,;r. Cu¿rnclo nos refiranros a este tipo de zunchos lo
Sin embargo, con lo dicho anteriomrente, no pretenclcntos cn
harenros bajo las siglas Zs (zuncho perteneciente a la banda de
modo alguno invalidar el hecho y la filosofía de inl:oducir vigas y
sopoftesl,
zunchos de forma directa, con la misión especÍfica cle resistir unos
detenninados esfuerzos haciendo abstracción de los rest.rntcs ele- Si el zunclrcl 5e et'lcllenlra ubicado lísicamente en las zorlas
clUe se clenonrinan bandas Centralcs, Stl responsabilidad resistcn-
mentos del foriado, siempre que ello se realjce coll un cierto sen-
tido común. te es nrucho nlenor, daclo que los porcentaics de flexión negativa
correspottclienLes "t cstas bandas son del 25"/"y de flexión positi-
En general, dicha filosofía, aún a sabierlclas de clue rcstilt'a con- va el 40% Nos referirc_-rrlos ¿t cstos zUnchos ubicad<¡s crr las ban-
y per-
ceptualmente incorrecta, suele caer dcl laclo cle la scguriclad ¿¿¡s cL'¡t¡¡¿rles con l;ls siglas Zc.
mite a los proyectistas no tener que acudir a métodos dc cálculo
y análisis más prccisos, pero lógicarnente t¿mbiét' nrás tcdiosos CLASIFICACIóN RESISTENTE DE LOS ZUNCHOS
y comple¡os, cúya aplicación en horas de [éctrico cLtalificado casi Zunclrrrs l't¡.ro Zs (ZuncIlos ubicaclos en balrda clc soportcs)
siempre resulta mucho más costosa que los beneficios qtlc po- Zurrrhtls Tir¡o Zc lZunchos ubicados err bandas cenlrales)
drían espcrarse de aplicar dichos métodos rigttrosanrcnle'

Por otra parte, y si bien los rnétodos cle' cálculo tlsp'rci;r)es per-
miten una aproxirnación mejor a los tner:¿trismos resistentes dc las
estructuras y a [a intenelación resisterltc que existc t--ntre los dis-
tintos elemcntos, distribuyendo los esfuerzos clcorde con las rigi-
cicces y la situación de las piezas en el corrtcxto estrtlcl'ural,
también es cierto que toclo lo anterior exige un correcto etrsanrblaie
constructivo del coniunto, y que un fallo en un clcnlento detemri-
nado puede sobrecargar a los restantcs sin que se ellctlentrerl pre-
¡xr rados para dicher circrJrlsta ucia. clesencaclc:rr.l 11dó u 11 colapso
progresivo por efccto dominó.

Elr todo lo relacionado con las vigas 1r zunchos, los resultadcls


que provengan de un cálculo cspaciai autc-rttt¿tliz¿tcio ¡)t)r t)rdena- Fi-.1 a. I i]:asificaciirn clc los zt.rtrclros según su ubicación
cle:':rt¡ dr las ¡-rl¿1;15 b.t jo rrrr pttnto de visLa rcsistcltte,
dor exigen y demandan mucha más atenciÓn que los resultaclos
obtenidos para los nervios. Una revisión completa y'ponnenoriza-
da dc los planos de construcción, por parte del rcsponsable cle la La cl.isitic"tciórr ¡'lrimera establecida no cleia cle ser tlna
estructura, que arralice espccialmente la correcta srtuación cie cli- clasificacjón nrr-r¡' potlrc'dt--ntro de la variedad dc zunchos posiblcs
chas piczas, su ensatnblaic, sus posibiliciade; corrstn-lctitas' y las clentrrl tle los ioriirclos reticlll¿tres, pucsto que pueden scr
vcntajas e inconvcnientes que podrÍan derir'¿rrse cie ¡lrtllongar sus cl seri.rcic-rs i, r olocaclos con in lerlciolra liclades muy difercntes
i

cruces y las zonas de anclale, resulta absoluL¿ntelrte con'.'eniel'ltL-- erlLre sí, tal conro ¡totre clc nraniliesto la l:ig. 9.2.
30ó Los foriados rctiulues

I ig. 9.2 'l ipologi;¡ cle zrlrrchos dcrrLro dc tttr fori':dc> :e"lcr;'"

genéricas estable-
Nunc¿ nos lran g-rstaclo las es¡:ccificaciones
Loszunchosubicadosenlosbor(lcs,entrepilares,sol]los obietivas' puesto que suelen
ciclas al urargen de cuantificaciones
zunchos que lnás sc ven afectados por todo tipo de solicitacio- bizantinas entre los técnicos que
punto dc vista resis- acabar ¡rr.ruocanclo clircusiones
nes y esfuerzos, y los más delicaclos balo el
proyectan y )os LécnicCrS quc COntro[an.
tente.
Un zt¡ncho cie borcle colocado en un voladizo continuo de fa-
Al margcn de los esfuerzos flectores y cort¿rlrles qt¡e solicitan
a los zunchos entre pilares, cotrto sucede ell todos los demírs, en chacla a 2 nl clc la lírre¡r de pilares, y lógicamente pcrteneciente a
este tipo de elemcntos se acentúan dichos esfuerzos por ser el una banda central, apenas posee esfuerzos dignos de considera'
nervio de mayor rigidez del pórtico virtual paralelo a la f:rchada, y ción que iLrstif iquen su razón dc ser y su presencia como tal, bas-
por recibir de forma directa las posibles cargas adicion¡¡les debi- tancJo prtsible¡lrente l¿¡ ¡lresencia de un nervio nrás de la placa sin
nr¿ryores problerrras ¿ñaclidos. Por razones de tradición y dc ruti-
das a los cerramientos.
na constructiva rJe recoger cle fonna cómoda las patillas dobladas
y
cle los negativos, y permitir los anclales de las barandillas demás
Por otra parte, los zunchos de bordc, al encontrarsc en los ex-
como un
tremos de las placas cioncle se cierran los circuit()s cle las t<;rsio- piczas cle las f¿rchaclas, solcmos colocar t-lichos ¿utrchos
y Sin cmbargo' si des-
nes que tienen lugar en las misrnas, acllnlulan urlos csfuerzos val<-:r añacljclo en los borcles de los foriados.
estaios tensionales adicionales que tienen qtle ser considerados aparcciese cl volaclizo y el rnismo zuncho tuviese que colocarse
en el dimensionado de los mismc-rs. entre pilares, l<.rs csfuerzos qire lo solicitan se irrcrementan con-
siderablernente f rente ¿l anterior:
Por todo lo anterior y sin cuantificació¡r ntrmérica de tipo
al-
guno, la norma EHE en los comentarios de su artículo 5ó 2 cxpre- iDebemos colocar los estribos en ambos zunchos a 0'5 d'
ia "En Iu nen¡ios de borde de las plaus aligeradas se díspondrán
cercos co'l criando en cl primcr c¿iso sobra hasta el propio zuncho?
' n0 matlor de'0,5 d' capaces de at¡sorber lss ten'
una separación entre ellos de
i.Es lógico que Llrt zuncho cnt're pilares salvando una luz
siones a esfuenos cortantes que se produzcan" ' que otro que salva
8 metros teng¿ que llevar los mismos estribos
que po'
r:na luz de 4 rlretros al nrirrgen de los esfilerzos propios
sean?
en vez
Si se opta por colocar estribos del Q8 en los zunchos
cle estribos ciel óó, alguna consideración diferente deberá contem-
pese a
plarse en su reparación baio el punto de vista resistente'
que la eficacia áe los estribos sea mayor cuanto más iuntos estén;
sin embargo, la especificación de 0'5 d no tiene en cuenta para
nacla ni el calibrc ni el número cle ramas
que posean los estribos

:tlteri()r de los misrrlos.


l-id 9,'J. Zunclros cle bordes pclillletról( s en ( l
clc-"rrnpatio de viviendas.
Los lirrl¿rfo-i ¡¿rr¡llar¡s 107

El argrmenlo esgrimido por los dcfensores ck-r las nornlativas bl Aclrnr.is, c['l c air¡rclírsclc l;¡s arrrladLlras necesarlcls pf,r;r le-
burocraLizadas quc dice que las cspecificacionc¡ est.rblcciclas en r jst ir l¡r¡ cilrul¡lr cle cerrantierllo que graviterl directamcnte
las rnismas dcben irlterprctarse al pic dc: l¿¡ letra, :r-rt¡re todo' s,tl,¡re Los mismos,
estr¡llos, capa clc compresi<irt, <:Llantías rltítlinl.rs. nl¿tll;-ru cls, c.álcu- Lo ;rntc:ior sr.rfx)rrc, obvi¿ttltetltt:, tclrer clue calctllar el ¡rórtico
los y diseños rt-'glanrentatrios. ulc; \r .lclenl¿i!, ¡rorfi.rnclo r-1rre e:l ha- si:r la:. c;rg.¡s de cerr¡rrlricntos, si tto 5t,: tlc:st-an dr.rplicar los
<:erlo así, sin cx<.epciottes, no supotle un coste arl¿iclicio digno de esllrÉrzn5 deriv¡clos clc dichas cargas ell zt¡n(:hos y lleruios
consideraciórr, sólo result¡r r.rn¡ r.'erdad a nlr'dja;, [)tlesto (]tlL-, 6) r\l nrar.gerr cle l,rs arnraduras arttcriores, adiciorlalmcnte es
como y¿r se ex[)uso t:rr capítulos ¿rIrte:iorcs. l¿ nornr.i Il ll: h¿ c-rr- necesrtrio arriaclir unas arrnadL¡ras latcralcs (lue :,e supone
carec¡do las cstn¡ctrlr¿ls de ioriados rcticr¡larcs ert l()rrro ¿i Lln lO'lb
5iruen para la torsiótt, [)uesto que nada sc clice en las NTE
con relación a la EH-9 I . Sin enrbargo, lo pcn trso {le tocl¿l csla :i- sol)re su r'¡zón de ser cort el criterio re,x:ogido en la Fig. 9.5.
losofía no radica cxclusiv.rttlettte erl lln rrrr-¡bler¡].¡ ec<Lt]cinrico, que
sierrclo tln ¡lro[rl<-'rrr;r irr)[)orl¿lrtte trt¡ lt: e:; t.]ntc). lo rcLtltttt:t'tte ¡let'
vcrso dc csta cultur¿r ya lo exÍ)uso €s¡tlt-inrlidatlr-rrte en L¡rt¿i re' H.70 c:ut H.25/5Oa.
flexión sobrc sLr vida y su <¡bra el genial ingeniero urLtE"tclyo Eladic)
Dieste:

"Ott¡ ,lrrilt t'crdLtd cs 'sc


4tir' €ó6¿./2et¿,
€ ó6¿. /2 et¿. eÉt4l5au. €66a a lzau.
edE l7at¿
It¡¡c c¡llu¡.r ¡i ¡l¿ü¡r'. Lo 4tir' ¡ici-
r'¿'it' -iiit' l:t' ri,'Sr¿¿1,i;'r'|r Ll Pdft ¡l Lll ! a J .{: r-.JLrr..':i.lÉ ror:;rón ¡cjicion¿les.r l¿rs clu(:'st:'r,t)lcx¡r,rcrr ¡tor llcxirirr
r¡ll ¡t!t¡ri'|¡t,i ri.' ,¡¡i.rs rü' a(),rslrtlr- .,:,,. t.;' , ,:r,; il: h¡,ri-lc, :;(-qlllt N I L.-Ll lR (l9EE).

fdr d-i l¿,;.1- .¡iDi.rs/ar!¡ itll-<c1 lt púrd-


1i--¡r¡li','r: ¡l;rt':lrii /rt¡¡¡i¡Li t/ ¿¡l /rt Lrs \Tf [t lR ¿rl considr:rar conlo único parárrrr:tro dccisorio cl
-srlal{1¿iii i¿ lr t ! )(i rar r',i¡ t- l1,r¡ -r,'l t t¿¡ll - c.intc-r ci,: ,¿, f.,,"¡,r sill h.rcer inLeryclltir Clt absolul() ni las cargas ni
do 4Lrt' i,r,i..: l¡-. ¡¡r¡ii¡:os {/¿i t'sliill ias iut es. c!)n([](c
(r Ll-los resultados que, en general, carecen de
lra--¡¿1,ts r¡ia\Jrrltr/cntf/ltf." Itjcjc¿-t. En l.i :-'-r¿rvtlrf¡ rlt.r kls c¿lsos las ¿lrrn¿rrluras rcsultantes de apli,
(E/¿¡¿ll,r Dl,'it¡t carr io. t ritirir:r:: ilc l.rs NTI scln clarantcnte sobreahundantcs. es-
¡ret i..ilrrr,:'r'r:c el l.r ¿ictualiclacl cloncle existc una tenclencia cl¡¡ra a
errr¡rli:;rr (:;ittc)i e]rvadtls ¡tara los forjacJos. Sirr enrbargo, si f)or
cr.ral,-1uier rir(,rr'i,ilcrrci¿r nos venros obligaclos ¿r pr()ycctar forjacios
l, los¿rs ci( r(rr,L,) rrslri( to y lr-rccs ¡ror errcinra de los c:rratro ntetros,
I

los (rjLefjrr-i tle l¡s Nl'F. ttLrecJetr caer clel lacjrt cle l¿¡ inser¡rriclacl.
I-ic¡. 9.4. Ll¡('jiC, [)ie5re.
EI ¡r'.ilrsis ', c.Ílculos de las estructuras con forjacios retic:rla-
res, r'e;rii¡.rri,ts lt¡s¿incJctse err los pórt.i<:os virtualcs, incapaces cle
. IJno cie csos canrirros Lrazac]os a tt,:ne¡ f_rrr,sar'r:r l;ts ¡i]¡5¡¡¡¡1,.s generalizaclas que ¿ic()ntecen global-
]t¡ctl_rósitrl c1e ios zLtncltos
dc borclt: ttst¿í dcfirricl<¡ en las Norr.'..rs Tec.,rlógic.r. \TE_LHR cle lr(-f rte elr l.,> :rec¡nl:;nrL):i rcsislelrt(]s <le l¿rs ¡.rl;rcas, al ril;lr.qen clc
l9ti8 espairol¿ts, que se cn(iuentran err r,:gr¡r !i¡t tent.r. r.trr caráCter lcri rr-rrsii¡r-;¡r'-. .rcli'. idLr¿iiz¿rclas r¡ue ¡rucclen exisrir o no en las
.bligatorio. Dich;ls Norrnas Tecn.lógici;s rr.colrrie'ci.rr-. c1Lre la gco- ¡rie-
zas aisl¿ti¡s, :rLir) srielen i.rlror;rrse no h¿c:iónclolas illtervenir e.n
nlttría dcl los zunchos cunrpla la si¡lLrienttt t;rl_r,.i: "
r:l ecluilibri-r rJr.lconlr-rnro; h.r sicjo la caus.i cie Ia cre¿rción cle nru-
chir! ..lc i¡rq c:.pccilic.rcioner rcglanrentacl¿rs crr ios clócligos oficia,
lcs, rnrt¿, r.i r.'i¡ >r-:it i'li': cfertos qLle J)roclucerr las nl¡sm.rs
.-_-----1
'- __l Lt-r5 ¡1¡¡i'.¡5 rlr:'i ltrc¡fesc-lr L C¿rlavc:r¿¡, bas¡rl.s err el CócJigo
I
,Aal- ji l,Y , ,,lqL,r':.i- ;;poltctcii)r)es .rislarias, corrr.
-l ¡ltteclc. ¡er l.rs clc:
nucstro l.lrr¡ \l.i¡ilr,ii Pniili¿o st'¡bre los fttrjados reticular¿s,
'l'ai¡l¿ 9.1 ljases rccor¡leÍtcl'tclas par.t li¡s ¿;r,, !r) !i ¡,..a (, I (-:i. ¡rerrlitieron
c¿ntt-r clel fori.rrlrt clonde sc.utric¡uen .;(,!:r.l:'.TF-i l-ll 1 lisqr l'rrcler al¡¡rcl¿:r t.r' rr.is o r'r"rcnos rlgor, lir lclrsión en l.s ztrrrc]ros
clr: llorcic i"-r:rc i-)i.,'rrfr5, suplenrcrttanclo krs esfr-¡erzos clerivar.los cie
eli¡ cttlr lr): ¡-rii-.g1¿,.¡r c.lc flexici¡ y cort.¡rLc obteniclos a tr¿rr,és del
En cuanto a las armaduras con las que dotar los zunchos ntélorll sl-r'ltijiic¿icitr cle l,-rs pórticcts viftuales. Tcnclrerrros ocasión
segun las NTE, deben ser las siguientes: frriri ¡ciel¡::'.'i-iÉ '.er l¿rs iorr'rtr-rl¿rcic)l'rcs cle cálculo clue ¡.lr-reclcn apli-
c¡r',<d er el .ir;irsis ¡runrririco cle l¿i torsión en los zunchos de bor-
a) Arr.lladuras de flexiírn conto si el zr.;ltcho iL;rrlc r_.t- nen o lrás -t-
dc la banda dc s<ll.rorle dc-l ¡t<irtico i,jrrLr,r] clc tc:-¡-iij,i ali. \-L)11¡l{,iL r,:r r.lL-rlq¡ r\rrtr() ril¿t ¡rieza aislacla clel rc:Stc-r cle la plaCit
:irrr¡tlifr;,i', :,-', . t.r,:'r.rlcl¡r.,
30E Los loriados reliulares

Zunchos estandarizados enfte pilares (flexión * torsión + coftante)

PESO EN k¡t,rrllY N'ntl C I',I. TOTAL


SERIE {AE. 400 Nt
Zltt-X P-,A P.B P-C P.D fs: l.l5entykN
?ó8 3,88 4,l8 5,48 I r,20
4 0 r0 (? ó) l?,8) (4lr ti) 7| I 109 7ó)

40,10 5,28 5,48 5,78 710 I8,?7


f
t5l 4t t53,7 l'ió.ó41 ra:\.r )ól rl80l
408 .7 r

40.? r0 6.t7 6,36 (r til¡ 7 ,96 22,40


160 17 ) {ó2,3 3 ) \61.27 I / ¡11 r2l9.tr
4 0 r0

4612 812 8,52 8.82 ltl l'r 32,26


+ {8 I .54} (83,50) t 8Cr.44 I t1)!) 18¡ r3ló.151
4O t2
4 S ró I0,00 10,20 I 0,50 i i ,cqL) 39,87
-1-
4 0 r0 {c)8 r {99,qó} i102.()i rl 15.é,4r 1390.73t

4 0-r ró ll.l0 il,28 I l,t8 44,80


4it2 r 108,78r rl 10,54t {l 13.48t t439,04t

40 ró t2,40 12,68 I)C)R 14 28 51.10


+ il2l
8 0 l0 52i \124,26t tl27,20t rl39,a4r t500,78)

4 0, ró | 4,(:4 t4,84 15,1 4 16.44 6Q,93


+ tl43.47 tl45.43t (148,37i rlól (5r)7,1 I
11r
Bü r2 t I

4020
-t-
t7,40 17,ó0 I 7,90 1q,20 73,47
\t70,52t t172.48t tl75,42t (I ¿t8 lór ( 720)
4$ ró
4Q ló ')(I l^ 20,36 20,ó(¡
+ 2 2,00 8ó.00
801ó it97,57\ 1199.53r \202.47 t (2lt ó) {842.81

4ó20 23.7 2 23.92 ')a'.r') 25 52 102,r5


+
80 ró t23) 46) 1234,A2t 1237 ,]ót t250,lt ( l00l ,07)

4 0.20 30,84 31,04 3t ,34 32,64 t34,40


-f
t302,23) (3O4,19t 1107.13) I 3 I (1.¿i7t 11317,12\
8020

X puede ser A, B, C ó D
A-e0óa20cm C -eS óa l0 (li3 Lt va 20cnr
B -e 0 6 a 15 (ll3 L) y a 20 cnr D- e0 8a l0 (1,/3 i.r ya 20cnr

9.2. Tipificación posibL'y cstandarizada dr:r zlmcl'r(ls de br--¡rcle ellue IJiLtres ccrlr arnt¡duras de f]cxicin y t()rsión.
T¿¡blu (l¡s
armaduras intemtedias vercnlos que se erlcuentran sobredimensionadas).
i(,ri!l(1,)\ f, 1;rll ilr

Iloy clia los moderrtcls proglaill-i( s clr'c;llerrlur, l.1l )'colrro !e \ cl ;:.',1:-r:Í: ¡ i,(,):-riirllativo cle la Fig. A.¿, tr;,isl¡ti¿clt:r cl ul'l¿l o[]r¿t
expllso crr el capitulo ó, ¡'a tierten pr€stl-.L-'l;r I.or'ió:-t cll la pla(¡i rr'.!l I)rrr-:: --t-.]-l-1t- ir':r cr' l.r ljrg.9,7.
¿¡l convertirla t:n flc:ricirr erl las cJit. cJi'r't I i¡rtes lle ¡irtrl¿ldo.
r:c:rr.ltlclo los circi.litc-l'-. tle e"lt¡e't:,r-c tltiú :ri illt:il .l.rrl tr l,-rclili lLlS

r.rc'ryios clel forj.rdo.

.De aclrerclo.l lo,lttt(-rior, t.¿-ibe l.r ¡llcr:t.,'-:.ir :-ir :.)llrt'ifi(.ar (ln


lcls proyeclos ttttar Serie-'clt- zul¡c:ht:rs tipitir:.ralil{. iri: .llc¿l11 \'lllue
r¿tn entre lOs ¡tilares, altclándosc ctt lo: It1.:l:,-,: ii,-],,:t .r rl¿ttlr(i
lcza clc: sris csfuerzos, y toclo lo nliás ¡l-¡Ll:' ;-L'" ,1rrtl.iLlur.ts cle
c( ntinuiclad adicic¡n¿ries cle llexi<in r1('5-t;''.,i .-.,::-,.i¡ los nterntert
tos sobrc pilares exij.irr ttlirs c.ll)aci{l¡(:: r-'! {ir-r'i.r r)Lie l.i Llisl)olli-
ble en los nrn(:hos est¿rnclariz¿rtic¡s

Dichos zuIlcho5 |lt--var¿in er1 5tls i¿r:ita--'!¡ ari.11rl:lcl(iLlr¡ts c(Jrk-s-


potldicntcs a l¿r lorsión quc pucdcrl !i' a,)r¡dar¡, si por cct,rtlt-rrrti.r
se consi(lerase treccsari<-r, a un ter.ci(r ci l¿. ..;: 1''É.r¡se las Figs l) Ó
y97).

l-t nraterializ¿lciótl t:onstructir'¿¡ cic i,r. - ;' - r '-ri (rit.lllci¿irizil(l(-)! ¿'lL¡ ilc Lln ltlrtcl)o lit)iiic¿clcl del ti¡:ro Z I 1-(" r'tt trrr':
entre pilarcs qtreda recogi(l¿ c:tln clet¡,it ':. .: Fr.- 'r ¡

REFUERZOS OPCIONALES

+
I

I
INTERMEDA
I_

L- /

NOTA:
I¡ ARMADUM INTERMEOIA PUEDE
PRESCTNDTRSE DE EL|-A A L/3

[rg q6
3t0 Los lorjados rctiruldrcs

. Un zuncho de bordc cntre pilares correctamcntc dir¡lension¡- En los krrjatlo5 reticLtlares (:orr nlnchos de borde estribados,
<io y construido aporta a las placas reticu¡ares rncnorcs clefornta- kts circuitos cle lorsiírn sc cicrran a lravés dc los llisrllos, sin c¡uc
ciones si se pueden transmitir mayores csfr.rcrzos cle flexicin ¡tor sea necesarir:. sah'o c;rsos extr;lorclinarios, que t.engan que refor,
torsión a los pilarcs, aumenlándose los moment()s extren'los quc zarse dichos circLritot con las patillas cle las barras de flexión po-
hacen disminuir las flechas. sitiva y negativ;r.

l)or otr.t p¿lttc t.dl t' ( ()nt(.) se expLlso i:rr t:l c;t¡rítulo ó, los nlc¡-
delos clc cálcLrlo b¿¡s¿lci-rs or ios errr¡:arrillaclos plirnos y los elc-
mentos finitos intrrlclr:ciclos en los programas de cálcLrlo
es¡r;rcialcs, '/¿i tierten prcsc'ntes las t<lrsioncs que se ¡lroduccn en
la pl¿ica ¿¡l transfornl¿rrla en flcxión posiLiv¿ y ncgativa, cerranclo los
circuitos cle csfuerzos qLte sc prcsentan en todos los nervios del
foriado

l*rs ¡latrLlas cl(: i;r:, ,tnrl.tduras srrpcriores resultan obligadas


f)orque los nc'tlios el ma\'or o n'renor mcdida poseen momentos
de flcxión negativa, c¡ue cleben absorberse con las barras concc-
tarlrentc anclalcl¿s
Fig. 9.8. Dcforntación extretr€¡ clcl foqadt't rec]ucicla prtr el ul.rclt_r clc
empotramicnto que tenei sobre los pilares
No obst¡rrte no clebe trcarsc la idea enónca de qLre sobre los
. Por otra parte no debcmos olvidar (lLlc sobre el zr.lncho de bordes ! ancl.rcl¿i:t en lor zr-lnchos, pucde dispx'lncrsc cualquier tipo
y c.rlibre de ¿rmraclur¿s. en Ia creenci;r clt: que que(lan correctánlen-
borde se anclan todas la arnladuras fin¿lles clc los rrervlos. tanto
las cie flexió. t)ositiva co¡no las ncgativ;ts, clcl_rit:rrrlo llev¿r .ece te anclacl¿s
sariamcnte patillas cle anclajc los negativos, ),putrlert resultar ¡.lres-
cinriibles las patillas r1e los posilivos, pese a que la rrr¡mra EHE las
intponc en la banda de soporte en al meni¡s clos b¿irras, incL-¡terr-
dienterrlente que scan o no nccesarias y obligatorias, cletrirJo a po-
sibles esfuerzos horizontales que procluzcan ,na inversirin clc los Arrlaje de lc
rnomentos extremos. ncSafrvos dc loc

Lrs patillas de extremos en las barras cle las los¿s rrracizas, quc
no lleven urr zurtclrc.t cie bordc aclecuadan¡t-:n[e e:lnbardo, sofl ab-
solutarnentc neces¿irii¡s para cerrar los circuitos cle l;r torsión que
tienen lugar en las losas, y es ésta la r¿¡zón de ser de las sr_rsocli-
chas patillas, que pueden ser recmplazaclas por una b.:rk1 recL¿rrl-
gular de tres lados sin cerrar, solapándose con los m¿llazos
cómodamente, tal y como sc refleia en la Fie. 9 9

f( tG nm

Fg o lo \: c;, ,:, ", ¡.

Los zr-inclir¡: cie l¡orcle plarnos, en general, son incapaces de


;.lnclar lrarr¡rs ]ror errcirrla clel <f I ó, ¡ror consiguiente, cu.rrrclo un cál-
culo cle ti¡ro elást:co ]rrc)porciona banas clc Lrn cliámctro mayor firc-
ra del árnbrto es'.rlcro cle los pilares; el proyectista, posiblcmente,
se verá oLrligado ir ¡-rlilstif ic.rr el nudo disnrinuycndo las armadu-
ras dc flcxión rrL'gati\,¿ ¡runrer'ltarldo las armaduras de flexión
positiva, burc.¡ndo \, tratando cle cubrir la parábola dc ntornen-
Los ct-rrlp.rtrl¡ilizancic-r la realicl¿rtl f ísic:a cle la obra con el anírlisis
Fig g I Detalle de borde tle una losa arrtericarr.-, (ilrr .-li b¿¡r;i5 clr-tr- qit-'rr¿'¡rt
t-.1 circuito cle torsión pirrtadas clc cllrlxi. tcórico.
I ns loriatlos retkulares lil

Algunos proyectistas se empeñan en colocar en los nervios Los zurtchos dc transición etitre diferentcs orientacioltes tle
ortogonales a los bordes que fornran parte <Je las bandas cerllra- ncrvios y k-rs zutrchos rnteriores qltc ptteden verse reprcscntados
les, banas de Q20 y Q25, creyendo que, prlesto que las colocan, ya en cl esr'¡rretrla de la FiS. 9.2, collstitLlycn tlrl c:laro elemplo dc lns
funcionan, y nada más leios de la rcalidad. piezas a las que nos estamos refiriendo.

Fig. 9.1 l. éAlguien con sentido conrútr puede !rccr:ii'ilLrl trl IX)l(:n( i¿ y
banas pueden resultar efic¿ces si e ii)ri¿clo rr,litul.¡r 5c cncltcn-
rrrirrrcr<.r clc
tra a¡>oyado r-.n rrrr sirrr¡rlcr pilar clc cxtrenro, pot i.t):er:e (¡r(, !cc) cl zu¡rcircr o [rs] cr ¡2 Zunciros intcric¡res en f¿se de nrontale.
v¡ga (je tx)rde ctue se coloquc?

Ltls zrrnclrc_rs embc-l>idos en el interior cle lc;s forjados rcticu-


It,
lares dtstorslonan en cierto rnodo el funcionarnicnto mecánico de

9.3. Vigas o zunchos interiores en los los rnismos, dificultan srr rnontaie y lo encarecen; [)or consiguicn-
foriados tc. recomerrcl¿rnros acucjir a eilos con pnldencia y solamente cuan-
do se dcmLrr-stre clar¿ntenLe r¡ue los csftlcrzos existentes superan
las capacidades resistentes dc los nervios.
Rcsr¡lta frecuente en los forjados reticul¿rres dr: vjvic-.ndas la
ncccsiclacl de tener que resoivc-r sitr-r¿rcioncs sinctrl¿res, t.:les corno
lncludablenrr-ntc. los zunc:hos embebidos cn c.l inl-erior de los
cl arranc¡ue de una cscalera, un pilerr apcacJrt (lue sc)stiene el foF
foriaclos se ven solicitaclos por esfucrzos idénticos a los de los
faclo de cubierta que Se relranqlrea, un¿] lul exccsil'a, c¿irgas linea-
les debidas a cerramicntos especialcs, rnuretas rlutt sirverr c.le nervios, increrrrcntados por su ¡nayor rigiclez, pcro al igual quc su-
Iil

apoyo a forjados interrnedios, etc, que cngendran r-n los nervios cecle con cllos, los esnicrzos torsores qLle poseen son los prclpios
dc^l forjado donde se apoyan esfucrzos que nccesitan una clensi_ cle l.s nrcc¡nisrt)os resiste.Les dc las placas, y al .o ccrrarse los
dad de armaduras de tal calibre quc, físicamcnte, no pucden alo- circllitos cle l¿r torsión cn los rnisrnos por no cncontrarse en los
jarsc en las secciorres geométricas qrie poseen los rlisr.nos. bordes, prreclen ¿lm).rrse con las sirnples armadur¿rs cJe flexión y los
estritros propios (lel cortantc, sin c¡ue sc-an (le temcr problemas
Par¿r solucionar proitktrrras de la natr.rraleza clc:scril-¿¡ sc proce-
derivaclos por cstii c¿usa.
dc a trazar vigas ernbebidas dentro del espr.sor cle forj.rclo, retiran-
do las piezas de aligeramiento quc sc vean afcct.lcl¿rs por e-l al.lcho Si bien, t¿into los nrnchos de borde enlre pilares como los
de las mislnas, colocándose cn cllas las armacluras que los nervios
zunchos lnteriores puc'den ¿.¡rn'larse de forma individualiza<la sc-
rro pueden absorber; y aunque lo nornlal es que va!,;Jn r.strjba(J¿ls
gún l.r magnitucl cle los esfucrzos que los soiicitan, restrlta posi-
para facilitar su montaie y construcción, si los csfllerzos cort¿tn-
bie estanci¡rizarlos con el objcto de sirnplificar la elaboración cle
tes lo penniten, no sería estrictatllerrtc necesario tcner c¡ue colo-
c¿¡rles cstritx.rs. Arrnquc- rcsulta deseable {lll€ €stc1s vig;:s r,;ryan dc-
la fe-r¡¿rll¡¡ ¡, los ¡:roc:rtscts constructivo$,
pilar a pilar, no siempre será posiblc, y rrrec:ánicarnente,
l-lrcclcn Una serie ¡tosible dr: zunchos inleriorcs, que podría tenerse
dejarse sus cxtrentos e¡nbcbidos dentro de los ábacos o interca-
presente en los ¡troyecto¡ rlc: los forjados rcticulares, la hc:mos re-
lados entre los nervios transvcrsalcs que con srrs .lr¡lacJur¿ls laS
cogicJo en l¿ T¿itrla 9
cruz¿ln y sostienen. lJ
?10 Los lorjados reliculares

.Un zuncho entrc pilares correctamente climcnsiorr¿l-


cle borde En los forjadcls reliculares con zunchos de b<¡rde estribac|:s,
do y constnticlo aporta a las placas reticularcs rllerlores deform¿l- los circuitos cie Lc>rsión se cic-rran a tr¿¡vés de los mismos, sirr t¡ue
c:iones si se pueclelr transm¡tir mayores csftlcrzos de flexiórr ¡rclr sea ¡reces.¡rit), salr,,o cascls extraorcJinarios, qLle letlgalt quc refor-
torsión a los pilares, aunlcntándose los tnotltcrltos L-xtrenlos qtlc zarse cliclr<,rs cir(:uit(ts con l¡s t)artill¿s cJc las b¿rrras cle llexiórr po-
lr¿lcen disminuir las flechas. sitiva y ncg;ttila.

Por otr¿ ¡rarte, '.al i f crrro se ex[)r.rso cn el capí[ulo Ó, los mo-


delos cle cálcr;lo b¿;ado: trr los cnrparrillados Illanos y los elc-
mentos finilos irrtrcr¡j¡ciclos c:n los progralrlas clc cálculo
cspaciales, Va tienelr l,':c,(Éf tes las torsioncs (ltle se prodttcen cn
lir ¡rlacat ¿tl transfr¡mr¿lrl¡i i:rr fle.rlóti fnsitiva y negativa, cerrando l<¡s
circr.litos cle esfuer¿.-.s clr,le \cr presenlarl cl'l toclos los nervios del
foriado.

Las ¡'ratillas d.r l.i] drllladtrras sLtperiores rcsult¿rn oblignclas


por(lue los rten io,. r-r- nr¿¡ , L]l if Tnenor nledid¿r p(lscen lllomefltos
las ban¡s correc-
cle flexión ncg.rlIli'a :1uc clebcrl ;rl¡s<lrberse con
tanlenl(l ¿lf l( l.tL¡(1)

Fig. 9.8. Dt:formación cxtrema del foriado rc:t'lucicl'¡ 1'rcr


tl l'r'rclo cle
que sobre los
que tcrrga sobre los pilart-'s'
c,iipotrattttient,t No obstar'te l-Lo rierbe :;;rcar!e 1" ¡de¿ c-rrrirrc:a de
pueclc disponersc cualquier tipo
borrles !' ancla(l¿is c.:r los ;iutrchc)s,
.Porotrapartenoclebcnrosolviclarcltl(-Soi)r(]elzurrchcrdcl cle qLre qucdan c()rrectanlcn-
y calibre clc ¡r:-tt¡cj'-r:a,s tl-r la creretlcia
borcle se anclan tocl¿¡s la armacluras finales clc los nervios'
tallLc)
te ancladas
clcbierrdo llevar trcce-
las cle flexión positiva corno las ncg¿lt¡vas'
y plleden resllltar pres-
sariamente patillas de anclaic los negativos,
qrle lir nonrla El ll- las
cindiblcs las patillas de los positivos, p(-'se a
inr¡rone en la barrcla <Je sopor[e cn al l.lrcnos cjos b¡rrr;ls, itrcJepen- zurrcho
clicntententc que scan o f'ro necesarias y otrligatori¿s. clellido a Lrt-l-
sibles esfucrzos horizontalcs clue produzcan ull¿ inversiórl de los
Adoje de lc
aqaT.rvos de lcs
mornentos extremos. rsYUló3
(lue
Las patillas dc extremos en las barras dc las losas rrr¿ciza5,
no lleven un zuncho de borcle adecuaclamente cstribaclcr' son ab-
sohlt.amcnte rteccs¿¡r¡as para cerrar los circuitos cle l:i tol'sicirr c1l:e
tiencn lugar cn las losas, y cs ésta la razón dc ser clt: las silsclcli-
chas patillas, quc tr>uedcn ser reenlplazadas por tlrt¿r l)an¡t rectall-
grrlar dc tres l¡tdos sirr cerrar, solapándose con lcls rliallazos
cónroclamente, tal y como se refleia crr l;r Figi' 9.9

Fi¡t .l iO ..t , ¿ ¡ cir :,:' i;r'l'rirt-i.r'ái cle ¡lt.'n'io:; :cll.)le los zLtnchos dc lftlrde'

Lo\ luncfr(.r! iie borcle planos' el'l general, son incapaces de


arrclar b;rrras l).)r t[rcirt](i Qló, por
clel cQrlsigllicnte, cuando un cál-
culo cle ti¡to -')áslico llropc)rclona b¿lrras de un diámetro mayor fue-
ra clel án'tbjto cstrjc:o c1e ltls pilares; el provectista, t)osiblemente,
st: vc:rá oblie¿clo a plas[ificar el trltclo disrrrirruyenclo las armadu-
ras clc flexiórr I",rtrgati,.'¿1 ar-ttr-rentando las arttt¿tclttras de flexión
positiva, burc¿rtr:io y tral¿ilrclo de cubrir la parábola cle motrten-
tos conrpatibili¿¿rtcltt ., realiclacl física cle la obra corl el análisis
Fig.9.9, l)et¿lleClebc-trclCCleUn.¡lOSaalneriC¡n¿rCOl¡ ¡r'rirnflir.,ClLlC(L(lrr¡l'l
teórico.
el circuito cJe torsiórr pintaclas t1e cpoxi.
L-os forlutlos rcliculdrcs

Algunos proyectistas se empeñan cn colocar en los nervios Los zunchos tle transición cntre difercntes orientac:iones de
l.tcrvios y los zunchcts intcriores quc puedcn verse rcpresentados
ortogonales a los bordes que forman partc de las bandas crentra-
en el .r.1.,e,,ra cle la Fig.9,2, constituyen un claro eienrplo de las
les, lxrras cle Q20 y Q25, creycndo c¡trc, puesto que las colocan'
ylr
piezas a las quc- nos estamos rcfirielrrio'
firncionan, y nada nlás leios dc la realidacl'

Fig. 9,I L iAlguien con sentido conrún puede i 'ecrsr qlle :¿r polL'ncla y
núiltCrO de banaS pUCden reSUltar CfiC.¡Ces s ei i-.: aliO reiit u'¿r Sü (-llCtlen-
Firl. 9.12. lunchos interiorcs clr fase de rrlc)ntaje
tra apoya<Jo en ltn simplc pilar de exl-rcrrro, ixrr i\-aii:rie qJ!' se¿ el zuttcho o
viga de bordc qtie se colc.rquc?

Los zr¡nchos errll¡c-bidos ert el interior de los foriados retict¡-


lares drstorsion¿ln en cierto nrodo el funcion¿¡rriietlto rnccánico de
los rlisnros, clifit ult¿rn su rltotttaic y lo cncarecen; por col)sigtlicn-
9.3. Vigas o zunchos interiores en los
te, recomcncJ¿lrnos acudir a ellos con prudencia y solamente cuarl-
foriados do se clenlL¡cstre cl;lrantente quc lcls esluerzos existentcs superarl
las cap;icid.rcles rcsistcntes de los neruios.
Resulta frccuente en los forjados rctictrlares de viviendas ia
nccesidad de tener quc resolver situaciones singtlarcs, l.¡iles conlo Indudablerrente, los zllllchos errlt>ebidos en el intcrior de los
cl ananque de utra cscalera, urr pilarr ctpearcl() tlrrt-- sostierle el for- forj¿rclos se \/cn solicit¿¡dos ¡:or esfuerzos idénticos a los de los
jado cle: cubierta que se rel-rartquc'a, utta lttz excesiv¡. <:argas littca-
nervios, increnrcnt¿tl-ls por su mayor rigiclez, ¡lcro al igual que su-
lcs debidas a cerraulientos especiales, nlurel¿ls clLtc- sirvcn de
rrede con ellos, los csfuerz-c¡s torsores qLlc poseen son los propios
apoyo a forjados intermedios, ctc, quc engendran en los nervios
dc los nlec¿nisntos resistcntes cle las placas, y al no cerrarse los
dcl foriado donde se apoyan esfttcrzos que rtecesil.ltr una densi-
circuitos dc: l¿r Lorsión ert los t'trismos por rto encoutrarsc cn los
dad de arntaduras de tal calibre que, fís¡canrente, no pr'tc:clerr alo-
jarsc en las secciones geométricas que J)o5een los nrismos. bordcs. ¡lrerJen ¿rnlarse con las sinr¡lles arrtladuras de flcxión y los
estribo''. pro¡rios riel q:r'lrtante, sin que sean de temer probletnas
Para solucionar problem:rs cle la nattrraleza ciescrit¿l sc proce- clerivi¡clos por est¿l c¿tusa.
de a trazar vigas cmbebidas delrt.ro tlt:l t:spcsol cle for i;rt1tr, rL-tiran-
do Ias piezas de aligcrantiento que se vcan alet:tad¿s por c1 arlcho Si bierl, tanto los lunchos de bclrde elltrc pilares conlo los
de las mismas, colocándose en ellas las arnladuras qtre los ncrvios zr-rnchos interiorcs pueden armarse de forma intlividualizada se-
no puercJen absorber; y aunque lo rtorrrlal cs que v¿tv.1n estribad¿ls gúrr l.r nragnituci cle los esfuerzos c{ue los solicitan, rcsulta posi-
para facilitar su monttrie y construcción, si ltls csfLtclrzcls cortan- ble estanclarjzarlos c:on el obicto de sirnplificar la elaboración de
tes lo pcmtiten, no sería cstrictamente neccsario tener que colo- la ferrall.r v los procesos construclivos.
carlcs estribos. Aunque resulta dcsc;lble que est.ls !¡ig¡rs vüyall dc
pil;rr a pilar, no siem¡rre scrá posible, y rrreciitricantc-nte' ¡-lr-reclctr Unlr scrit-' trosible r.le zrtrr:hos ilrteriores, que podría tenerse
tlejarse sus cxtremos ernLrebiclos dentro de los i¡t'r¡ccls o illterca- presr.rrtr' t:n los ¡rroyectos dc los foria<Jcls relicLllares, la hemos re-
lados enlre los nervios transvers¿¡les qLre corr srrs ¿rnraduras las cogicJo tllr l¿ l¿rbla 9.J,
cnrz¿rf l y sosticnc-l].
712 Los foriados rcticulares

Zunchos estandarizados (flexión + cortante)

SERIE
PESo EN kp/nrry N/rrrl \ ..# luJfrl
Z3n-X,
P-A P-B tlc P-D I Yt
: t ,15 en t Y kN
2,80 3,00 3,30 4,ó0 7 ,17
408 127,441 (29,4\ t32,94) r45,08) t70,27\

3,ó8 3,88 4,18 5,48 r 1,20


4010 (35,0ó) (29,4\ (40,9ó) 1r3,7'l ( I09,7ó)

4,76 4,96 5,26 6,56 ló,13


4+t2 {46,65) (48,ót) (51,ó5) {ó4.291 r158,07)

6,54 6,7 4 7,04 8,3 4 24,19


ó0 l2 (ó4,09) (óó,05) lóg) {81 ,73t 1237,06)

7,52 7,72 8,02 a7) 28,67


401ó t73,701 (75,661, (78,ó0) 191.34r (280,97t

40.ró
-t- 9,30 I,50 9,80 ill0 36,73
2Ot2 t9l,l I ) r93. I ) t9ó.04) il 08,78) 659,95t

ó0 ró i 0,ó8 r0,88 ll,l8 r 2.48 43,01


ll04,27 t il 06.ó2) (I 09,5ó) tl22,30) (421 ,50)

t3,84 14,04 t4,34 t5,64 57,35


80 ró {135,ó3) (t37,6\ {140.5?) tt53.27 t 1562,03)

4 0.20 17,40 t7,ó0 17,90 19,20 73,47


+ {r 70,52} tt72,481 ¡75,42t il88,ró) t7201
40 ró

20,9ó 2t,t6 2t,46 22,76 E9,ó0


8020 (205,9 r) t207 .37\ (210,31 ) t223,05t {878,08)

Xpuede serA, B, C ó D
A-e0óa20cm C-eQQa lQ{tlSLty a-20cm
B-eéóa l5(ll3Llya20cm D-e08a l0(ll?Lly a20cm

Tabl¿ 9.3
bs Íoriados retirulares ll3

El habcr definiclo los zunchos c:on arTnaciltras sirnótricas


pode- No obst¿rn[e:, tenienclo presente los pilares, pueden marcarse
mos justificarlo atcndiendo a las siguientes consideraciottes: sicmpre unos ejes ide.¿rles que coinciclirán con las líneas de tnáxi-
ma flexirirr tran5versalcs, y establecer particrldo de los mismos urra
a Sinrplificamos en lo posible su proceso de fabricaciÓn' cstr.ltegd ¡tara fijar Ias longitudcs de los anclaies y la distribución
o Sobredimensionamos la flexión positiva dacio tltre en la de las amracltlrar ert los zurrchos'
práctica cotidiana los cnores constructivos nl¿lyores suelen
En l.j nta)'oría cle los casos pueden haber excepciones, lcls es-
concentrarsc cn los montaies dc las armadrrras dc flexión
negativa, proclttcióndose (lnas redistrillrlc iones anormales <ic
tribos clc los zunchcls el'l las zonas señaladas con @ en la
Fig. 9.1-:| pr.xlrí.rrr se'r mítrirnos, del orclerr de $ó a 20 cm, o incluso
flexión que sobrecargan las anr¡aduras de flexitirr positiva.
no cxistir, ¿i!ln('ltic consLru¡ctivamente sea dcscable colocar algurtos
Mcioranros el comportamicnto mecátlico r(--sistente al firegc-l barras correctamcntc.
cstribos para situar l¿rs
del forlado.
Reducimos las deforrnaciones del foriacio err su zon¿t cle in- Dt:ntro de est¿r trtnlogla de: zultcltos cotrvietrc mencionar aque-
fluencia, al correr un porcentaie elevado dc la anltaduras cle llos que se disenatr formando t.¡lla cruz sobre los pilares, en los
flexión negativa de extremo a extrcmo, clue en los ccntros cie quc se concentra parcialmente las armaduras dc flexión negativa
vanos actúan como armadtrras de compresiótr. cuandc¡ l;rs ¿rrnladuras cn lt>s nervios resulta excesiva y, simultá-
Resulta ¡rosiLrle añadir sobre ellos las b¿rras du rcfucrzo que ne¡mente (:()n sus estribt'rs, sc hacc frcntc a los esfuerzos cort¿ln-
scan ncccsarias, indicándolas cn los planos como si fuese les cle ¡;r.rrrzon.ltniertto,
un nervio más.
Para fclrjados tle luces in'lpoftantes y cargas clcvadas, la solu-
l)entrc¡ de las modalidadcs de zunchos descrit¿s, se ciará frc- c.irin descrita reprcscnta un¿r ¿lltenlativa sut'nautente correcta y quc
cuentemente en los forjados tln titrr) de zuncho nrixto. comcl el in- recomcndanros tenerla siempre presentc, ya quc la hentos emplea-
dicado en la Fig. 9.13. do profusantente en nuestros proycctos por ser eficaz y limpia de
constnrcci(rn, conto queda patente en la Fig. 9.14.

Fig. 9.13. Zuncho mixto irttcrior y borde trrirc pri¿res

En los zunchos quc v¡¡n de pilar a pilar, las ley'es de esfuerzos


se encuentran lo suficientemente definidas para clLle se.r ¡'losible
establecer manualmente una estrategia que ¡-rerrrrira c:ortar cierto
nr'rmero de barras dc los zuncltos ecotlonrizandt-r arnlacltlraS. Sin Iig,. 9. 14. Zuncho: r.lc rttlur-rzo a flexión y purtzott¿rnliet¡to embebiclos t:n
los ábacos (lt] ur: lori¿iclc) reticr.¡l¿r (lc luccs de 7,5 m y car{lás clc: scrvicio de
ernbargo, existen trazados de zt¡nchos, conlo los mixtos itltliclrclos 4 kN'n¡ l
err la figura anterior, donde rcsult;i difícil estableccr reglas empíri-
cas que nos permitan cortar barr¿rs eu los m¡snros; \/ rlo qucdará
otro remedio que ser prudcntc y corer l¿s arnl.rdr-tr.ts dct extremo
a extremo, o confiar cn los resultados que proporcitll'lc tltr c:álctl-
lo ¿l¡tomatizado por ordenador quc indiqtrc los puntos cionde
pucdcn hacerse los mencion¿¡clos cortes elt l¿¡s ¿¡rrn¿rclur¿ts.

los lugares indicaclos c:on un punto grueso.


Los loriados relkulares

9.4. Zunchos ménsula RER'ERZO OPCIOML


\€R PIA¡OS DE ARI¡ADO
ART¡, VIGA VIGA OE
¡-' aonoe
Podemos denominar zunchos-rttértsu las .l .rq tt ellos zuncltos
quc vuclan ortogonalmente al ¡:erinetro virttral qtle une los pil¿rres
que contomcan el edificio.

La Fig. 9.l5 refleja las dos tipologías nrás frccuentes de los


zunchos-¡né¡rsulas presentes en los ioriados reti(rrlarc5.

Fig.9.l6.Vig.',,r,..;'i',.r:" a'i.,¿:l.i:::endr:de¡rii..]tes..Aurtc¡trel.rs.rr¡r¿-
dr"tras ¡rr-reClen ;1n(:.;1r';i :irri;:. :.rl s; .o:.gitud cle anclaje li conespondiente,
clC()flStl<ll'l()1> r¡..- c¡.:: r! j-..:.- : r :l<ltLlL.l:' t)C till()'r ltr ( rll. O¿lO() (lllC (ll¿ll-
quicr crror cic lrrúi,ii ,.1 ,::' is:*.i :¿-.ls c.-iedc tener qraves consecuencias.

.El zLrnc:hLt ^-i1:::;'¿ onogonal al pcrímetro basculando sobre


otro zlrncho rri:r'.S'. É:i-rl cr-rt'lstituye ¡ntrínsecarnenle una abenación
concepttl¡il er'. ¿i ci:;eii,¡ esiRlctural de cr-ralquier tipo de foriado dc
los llanradr-:': "si-r . ::::" ,<irr c:r'rrtrargo, raro:(:rá el cliserlo arc¡.ritec-
Lórrico clue ;rc, cb.rq:e ¿i '-ener qr-re acudir a estas piezas en los bor-
d,to.,J{gve eu Pilqv
clcs cic las fr,¿:-r:.:. :r:orzando volaclizos qucbraclos.

ANCI.¡.JE EN
NERTíO ADY¡CENTE vrc{ s€_ BoE0L
PARA WELOS ¡ 1.2m. VER EL ARXADO
A}ICIAR EN EL Z NERÚO CORR€SPOiIOENIE
I vlGA 0€
' rrtoo-

Zuncho vnensolq BLOOUES


PERUOOS
mbre forjado HrcIZAR AL UENOS EL
DE r¡ MGr ¡H vot¡orzo rirsrr
^IICHO
EL PRIMER NER/IO AOYACENIE

Fig. 9.15. Tipologías básir:as de las vigas (zunchosl ulénstll.ls


Fig. L l7. Po:;litle r-o; :,t:rrr i ;tin (lt: zLlncho ménsula b¿rscularltlo \()l)rc: olro
7Llllcl':o tlans\'É:S;t.
Las vigas o zunchos ménsulas dcnrandan una cierla getlerosi-
dad en la longitud del anclaie dc sus barras en zonas seguras, clado
que son piezas de gran responsabilidad, y con esc¿sa o trula po- Aterrción una vez más al anclaje de las arrrladuras de flexión
sibilidad de redistribuir esfuerzos en caso de fallos localizaclos ell negativa de estos zunchos. que deben quedar cuidadosamente
los mismos. arrclacJas en 1a ca1'xr de c:r>nrpresión; y si es posible, mediantc pa-
tillas en algi.rrcl cle los nervios transversales a los mismos. Una re-
Un esquema constructivo aplicable a las nlénsirlas que parten
gla práctica y cc-rnscn,;id<)ra que puede aplicarse para rcsolvcr el
de pilares queda recogido cn la Fie. 9. ló.
arrcla¡e es la clc' itltroclucil las arm¿tdur¿ls rtegativ¿ts tracia el interior
Frente al esquema constructivo expueste err lir Fig. 9.1ó, la al- runa longitucl sinrilar a lo clue vuelen. [,] criterio rlcncionado alivia
ternativa de diseño y construcción que aconsejanros a¡llicar al los riesgos tle qr:e r:ualquier fallo localizado por las torsioncs qtre
zuncho ménsula, siempre qrre ello sea posiblc, cs la cle prolongar se desarrollan cn el lultcho traltsversal donde se apoyan puecla
o correr el zuncho que exista en el vano anterior hasta el final clel originar ei colir¡:so brusco del voladizo.
vuelo, reforzando las armaduras de flexión negativa y estril'los si
ello fuese necesario.
Lns forisdos reticulares ?I5

PESO EN kP¡nrl Y ¡, ¡,11 C.M.Arrl.SuPeriores


SERIE tB - 400s1
25n-X P-,\ trB P-C P-D ys: l,l5entykN
?RR i /a 5.,60
,.ó8 4.I 11
(54,88)
4+ r0 t?6.A51 ¡38,42¡ r4{1.9ó r

2 ú,t2 4.42 4,7 ]. 8,0ó


f i41.3ór 143 ,2,)) t46.26' iir)l (72,e91
2 S r0

30 12 <
¿.1tt¡ 5 Ái ó.9 i 12,10
+ r50,08r t52,04t rid ?{, ó7,72 I1 18,58)
20lo
q 4,34
2ó ró ;' . (-f-l a,^, ó, I0 / , ¡+!/ t
+ ri4 88l r 5ó,84 ¡ r59,73 '/'t.il t 1140,53)
2+ t2

3ó ró 7.7 :^
701 8.:: 9. )J 2r,50
+ r7:.óól t77.62 r60.iór ¡93,)Dt t2lo,7)
2q12

4ó ló
+
ji.l9 t0,39 10,í:9 il99 28.67
r99.8ór ILrI,82r i104.7é'r I I 7.50i r280,e7)
3012

3 11 77 11 ,97 )7, 27 33,60


-rl.r+20
I l?,i)t r I 17.31 I t:0 .ri r
r}i (329,28t
2 ó ró ")2
4ó20 I4:4 14,44 14,7 4 \6,44 34,80
+ r?c iir il4l ,5 l r t 144,45 t i57.l9r t34l ,04)
2 4, 16

5d20 1S,2r) 18,49 I 8,7(i :0.0(.) )ó,oo


+ t 17.t.24i i r81 .20l i84,14, I ilÁ ,qS r
1548,8)
3ó ré

Xpuede serA, B, C ó D
A-e$óa20cm C-eS óa l0,li3 L, li a 20 cm
B- eÓ 6a I 5 ll13 L' Ya :O cnr D-e$8a lrJtl I Lr"'a 20cn1

T¿bla c, 4. Zuncltos-nrénstr I¿s esta tltl¿r ¡ iz;rclo:


llfr l. r) lrrllri((l: fr llrt{l11tr.'

9.5. Zunchos brochal


Si l-rielt l.r tlayotÍa de l¿ls vccc:; Io! zt;:r.:., , r;'"1': ¡rrr(
reflterzalt lcls ttcrviOs t1e la plac.i [¿rl r cr-¡t':'c'i. -1]',- '.rl r.\.ri)rrllel-rtL"
puerien clejarsc flol.ln<]o en lllccliil cle ltls ¿'r''r'- rt . 'r'' l \rl'"lor tlel Ei r

Iori.rtlo. CLlt Irtl;lliv.t ffeCltCn< ia, l¡ntl¡iófr tti-): .rri:'.-,- !,ri)l l¡ll():..1 tlÉni: i.l i(. .

tener clttc rc.lftlrzitr it-rS t-lt-tvitls lraills\'( rl;¿ri(r-'-l= I ' I'ir-:r -'-'rl r-rl.r(ii ¡rt tt'cle
..:.
zutrchcts,cli'lticloalosclslrlerzclsqrtt'.rtlrorr'.1,, 'ljr':rr ii(-i(-lilJcilal tir cicl t,r ,

¿r tr;trrsllilrr l6s ¡lrirlelts. P11clt:l-l'19s, lJr-1c5. ii(


( r' .)-.; r.,r',-ri. ILlticl'lc-rl- l-)il('\l{i (-ir-,

:¡r crtllLlrotlt¡l¡ll rll'1 (,)tI()5, V atrll-¡cl:. relt¡,'r;¡il' t':: I ir, 'r'r r 1''tl it-)l,t¡t'
r Ll.tllr.lr.\ (;sl t ls >e llll l('\l I cll I itl:Lllir rcl rt c-

ctl ltls llcríttletrrls, clcllenltls l(-'llr: : .r']-i-:'r- l)rr:rFlll|-' 'lt]e


S¡th'cl
l¿r itrl¡t-rcllc.r.ici¡ clc,z¡ltcltoS, al('l ljl)o {,ll,1i :r .:r =1¡ ¡r, i,;¡l¡r1.
t-'ll lt):
forj;rclos r(-f)r(lsellL.tt'l tltr fr¿i c.ta,:'\ '.'r: :,:r:"'''':r l,¡ i-lt'lo:;
l¡CtC¿¡niStnOS fCSiStentes CIC l;r ¡rl.tc;t letiLrii.rr ¡¡,;.: ;¡;-1¡lr:lr'rlleilte llrJr
illr¿r L()rlcL-l)clc'ln v tll.rlltt,'al'niellt.cls CIlt-rr-r, - -:: : r'-'1,( r.
r(\ {ll-l('
( a )t t( ll -( a t I .l .;1Il lijr IL)l IL': l(-)1,/. l( ¡, i"

)t20a ZU¡lcllo - BRoCllAL, aarA¡uRA r¿cu¡rlAR.JA


:€ Nó^ll-AJE -

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' L,/1 . .ou.e r'mJo:
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f.{ ,) lq P.''.rl¡--.,r, *,:,,1-'-..


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. ..i :t ,.- l,i í.1
I l

i '''rl - *r'" 1'a

l:: ::l , : :r ll('f

1,.,t,,

al -,4' l,-
us forjados retiulares

l;: car¿¡ vist;¡ infcrior del lateral cle la losa de conexión se en-
9.6. vlgas (zunchos) para desniveles y contrará normalmenle traccionada, con un momcnto sensiblemen-
cambios de cota en los foriados le igual al momenLo que exista cn el punto de quicbro
consiclerancjo el clintcl virtual plano, por consiguiente, la losa de-
Lás plantas baias de los edificios' debido a las pendicntes -qLle
berá llevar transvcrsalntellte cn sus caras las armaduras suficicn-
prescntan las calles que rodean el solar dondc se ubican, suelen
tes para rcsistir y transmitir tlicho momento y las tracciones de
presentar desniveles con cambios de cota de cierta entidad para
'podcr suspensión lcortantes) que existan en el mencionado quiebro'
acoplar los locales comerciales situados en las mismas a las
iasantes qu. pot""n las calles perimetrales Los accesos a los En la cjirección dc la losa de uniÓn, nuestra experiencia nos
bloques de viviendas, con sus rampas para rnintrsválidos' etc'' dice que basta colocar unas armaduras de morltaie razonables
t.tÜién suelen diseñarse mediante desniveles que rompen
la
(201ó .supcriores y 201ó inferiores) para garantizar un conecto fun'
planeidad delforlado. cionamiento lortgitudinal de la conexión'
y poner todo nr¡estro
En estas situaciones, debemos procurar quiebros en los
Nuestra recomendación, siempre que existan
a" plantear los cambios de cotas sobre las líneas de nervios perpendiculares a los mismos
"tpano cómodamente diseñando vanos, es la cle armar los
pilares, ya que estos casos se resuelven pilares paralelas y adyacentes a la conexión
foriados salvando el desnivel sin sobre las lÍneas cle
una viga de canto que una ambos banas, prolongando la más fina en todo
el desnivel sca de cierta entidad' ueni.ol. con al meno.s dos
,nryor?t y
problemás; cuando el conlunto'
pongamos un metro como referencia' siempre resulta
posible el vano, sobreclimensionando ligeramente
!r*-Uf".", un zuncho o viga de borde al nivcl superior y otro Los detalles collstructivos básicos a tener
presente para estas
similar al nivel inferior.
situaciones se adiutttan a continuaciórl'
una viga
Los foriados con desniveles unidos entre sí mediante
(zunchol de canto entre pilares, funcionan mecánicamente meior
ii!10
t-
,"
il;:i í.t foriados otras untu"nttan resueltos con eunchos foR.!.r@'l*

independientes; €ntr€ razones' porque los tramos cortos de


su excesiva rigidez' son un foco
;l#ñ;;lvan el desnivel, por se retraerr o se dilatan los
á;;;ül;t"s especialmente cuando
cortantes insoportables
f"i¡I¿Li i"-et¡éndolos a unos esfuerzos ffi, I
que acaban fisurándolos. cat€Toil i
RECUPERASLE
;i
Sr EL l¡ ClZlDO 25cñ.
Cuando el desnivel se plantea en los vanos inter¡ores' no docaR Ar---ffitlo"-
@RROos ó¡Ot 25cm.
qreái t¿t solución constructiva que tener que conectar los
bordes a través de una losa maciza de espesor variable erttre 20
y 25 cm, que canalice los esfuezos de flcxión y los cortantes e¡rlre
los extremos situados a cotas distintas-

Si el prog¡ama de ordenador que se esté usatrdo no admite


puede Iip.9.23. C.¡nlblo clL'('ota corl clesnivcl nlayor que el canto del forlado en
esta tipoiogíá estructural, un cálculo simple y sencillo que iiilla Ucipii¡iesL.cs esrribos deberr ser capaces de resistir los csftrerzos cor'
bastar para resolver los casos más frecuentes, consiste en suponer
tantes cn el elenlento transversal y suspcnder el foriado inferior'
el peso
en primera instancia que el foriado es plano, introduciendo
¿" L lora que salva el desnivel como una carga lineal adicional a

las cargas que existan en el mismo.


ES&¿¡Do

lar^zo
+ NEG¡TIIOS
-
ri

CASEION
P0sÍnos, RECUP€NABIT
¡ 0_40
üs$rs-
¡o¿o l_

Fig.9.22. Simplificación de cálculo de un forjado reticular con desnivel en


un-vano, y el momento propuesto para armar las tracciones eL la losa de
Fig.9.24 Cambio de cota con desnivcl mcnor que el canto del foriado
conexión-
3lfJ Los loriados rcticuldr$

clcntro clc
(()r1sl ruirse r-rn forjado reticul;ir sin los ¡trccc'ptivos ztln-
chos ncrinrclr¿rlc;

J En cstc campo. los prograrnas cle orderr¿lclor est)ac¡ales, que


'l
i realicerr una buena \ t,.nl:ii¿1 discrctización dc la placa alrededor de
los huecos, rel)Ics\:rrl:iln ri.'a ieramienta muy valiosa como ayu-
rla err su clrseñO :, arr::tJ(ir-). ;.cTp:'e V cuando el trazacio de los zun-
Sl EL ¡¡ACI2ADO¡25Gm. ,/ chos cle borde cc-.1 :.-:r :ar:r.-q.ilrCes v cruces corresponclicntcs se
cqffi a rÉNos 2110
CORRIOOS CA0A 25cm. ef lc uellt rcn conct'rci il iÉ i- ic rc-a I:z¿iclos

5in áninri-¡ cie .:¡:'.-..- :l '.:ilr;, c-xpondretttos una serie cie re-
flexioncs v eiÉtt'rnLo: o.;¿ il iL-citn ien'ir dc ¡rarrta al lector sobre al-
Fo*-l
- 2ol/2*m.l
gur]os aspectos i:r.:. : .¡t';.iilr¿mos de mayor interés en el proycctc)
lo y [rat.tntienLo.i. .,:':t 'ic¡: ctltl zttnchos llerin]ctrales, que nos
han clatlo e).f (:r:':É: :':-:.t¡rclos ell las c-'strllctLlras que hcnros
Fig, r¡.2t, cambio dc cota cotl desnivel mayor quc el
(.Ir:o clel lori¿rckl ell
corrstnlido
zona intcrmedia vatro.

Urt l)rlt:rr :r:l-r' - ':)ci::1 r-Lo tetler problelllas con iOS huecoS' qtle
rccclrnenclar''.rs : J,'il,rovrl(listas qtle se acclrc¿tll cle tarde en tar-
csla t F¡|.-r':i- :sil.r.ictul¿il, es la dc prolongar los zuttchos que
cie a
borc['an l(.]s:-i.lr:'..r> ir.lst¿r los l>ilares si resltlta posibic: y. si no lo
fuera, al mür ui ,-ti:'t'rir¡ .rlrclarlos .lntpliamente en los áb¿cos o erl
zonaS de I'il,.,l: :'1 ,'i:-L:1,\.

Fig.9.2ó. Cambio cle cota sobre ¡lil.res cn iúsr (.ir r:iLrriLi L'

9.7. Diseño constructivo de los huecos con


zunchos perimetrales
I :É ti l7 a:.:É:ri, ¡¡ntÉr,aLl.lt cn cl Lrill.¡rni(tlrto de huecos
En el tratamienl"o de los huecos en lo:
forjaclcts retictllart's jireg¿l
urr papel incstimable, L¡na vez más, la experienci;i clel ¡rrovcctistii
En r^l caso clc 1a figur.r 9,27 sc ha adoptado el critcrio mertcio-
diseñando y dimensionando los zunchos qttc rcftlerzltr sus bor-
n¿rclo, elt r:ltlnclc Lrs zr-lrrchos A ¡t B deberárr llevar tlnas arrlladtlras
des, dado que es imposiblc dar reglas fiias clue solucionclt lcldtls
nlilrillas (4Q I 2 o sirltil.rrl, )' lcls zutrchos C y D cleberárr llevar ¿rl nrc-
los casos que sc plantean cotidiarramentc.
llos, (:orrlL) arn..ac'lirr.is cle flcxión positiva. tc-ldas .rqtléllas que cl
E,n el punto 7.5.3 relativo a los ¡rórticcls virttlalt:s ex¡lttsinrtls
Itutrc:o lt¿r seccict:-r¡dtl. Reflexiónese sobrc cl hecho clc qtre las ar-
ntachrras negdti\'.1s del [oriaclo se ellcltclrtran tocl¿¡s lrrtactas y, por
algurtos criterios clcmentales p;rra el análisir cie los huecos, sirt
cortsiguiente. cl ¿u¡<'tro ¡:odrLr prescirrdir de clichas ¿rnrlacluras sitr
rtrencionar para nada lc¡s zurrchos cluc lt-rs cc)¡t(.)f freall: pct"o, col]lo
(llle por cllO sr-L|¡¡lr ¡troblerrras. Erl tOcJos los zttnchos Cie Csta lla-
sc poclrá suponer, ningúrr hLtcccl, salvo aquel)os qrre sólo afeclen
trlr¿rleza los e:'.rii¡os iuegal'l tln p¿ipel mílrinlo.
a la zona aligeracla entre nervios respet.lndo krs r.l]isnlos, dcberíl
Los [onados relttular¿s ttg

A¡ÍADORT NE6A:IVA
P¡r,LONáADA IIASTA ¡I r..NERr¡O !

NERTúO I
I
.ri
'.. NERVIO 2

d-OOUE PEROIDO
OcsEoN
RECUPffiABLE J
I

NER'IO

E{HE^PostrlvA

Fig 9.28. Hueco solucionado con las armacit'¡ras del ¡:roplo foriadcr

EN LOS NER/IO6 1 Y 5
En el hueco de la figura 9.28 se ha optaclo por rcforzar los 50 PARA CADA U]{O. DE IA
negativos del foriado haciéndolo trabaiar prácticanlente en ', INTERRUI¡PIOA g{ EL }¡EFINO 2.
LO MISI¡O PARA l¡ qIRA OIRE@ION.
voladizo, reforzando también ligeramente los nervios adyacentes
al hueco,

Con esta solución el lrucco reqrrierc unos ztlnchos de escasa Fig. ct.29 DL-]I¿llr: cr-)iistrllclivo sirllple resc¡lvicnclo ult lrtleco no previsto cn
cuantía {4 ó @12 - eQó a l5 ó 20 cm)

Para huecos dc pequeña entidad qtre seccionen un número de


nervios reduciclo, no mayor de dos; da buenos resr'litados trasladar
las armaduras seccionadas a los ncn'ios advacetrtes, teniendo
presente que si los huecos están en un vano resulta aconsejable
Íeforzar las armaduras negativas de los nervios que vci)'¿rr a morir
a los mismos; y si,t-'stán próximos a los ¡rilares, cotrvielle
centrarse en las armaduras de flexión positiva. Los zunchos cJe
borde bastan que llcven armaduras mínimas tambión cn estos
casos; o incluso puede prescindirse de los mismos,
reemplazándolos por unos simples nervios transvelrsales, tal y I-ir, 9 30 Pos:Lrle alttrnativ.r cle unión dc los zunchos etr sus extremos, de
como se indica en la figura 9.29. nréno¡ caliciacl fren¡e al cruzaclo por ¡rrolongación lecta. Esta solución es
inprescin:lible s: el zunchc¡ tralraja en vuclo cn contirruidad a flexión posi-
hemos dicho anteriormente, y re¡xtinros dc nuevo aquí, que tiva con '.orslonec, tipo ménsulá en balcón.
Ya
los zunchos nrecánicamente como meior funcion¿lrl es cLtanclo
sus extremos finales se encuentrarr cruzados unai longitud del
ordcn de la longitud de anclaie que necesitetr sus barras en La estratcgia de ajustarse estrictamcnte a los contomos de los
prolongación recta, con un valor mínimo de unos 40 - 50 cm; no huccos con Ios zurrchos no siempre resulta aconseiable, puesto
qr.rc puede dar origen a un caos dc armaduras y cruces de zun-
obstante, tanlbién es admisible acabarlos como se indica en la
figura 9.30, aunque en estos casos, tanto las amradur¿rs de flexión chos que por desgracia no se rcspctan constrllctivamente en su
positiva como las armaduras negativas que mueran en los zunchos trazado. ante la dificultad de ferrallarlos en la obra cómodamen-
de los huecos deberán llevar ambas patillas, las unas h¿icia arrlba te. Véase conro exponerrtc dc lo dicho la figura 9,31.
y las otras hacia abajo.
1.,,. 1¡ri¿,1¿¡ rr'lt(illLirfs

t/,
/!
'i-:-l-: -'-,':- - ¡-L-
Fi.' tr :i 1 .'
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i r: .---- Ll )---l-
() .t l. Trazacio y rnonlaic cle la ferrall¿r clel coi-riort ntO_i (:;i-,
Fiq.
dan¡enti: rer'ucito. [rtt f;¡ ll -r. ¡

[rertLe a l¿r solución ado¡ltada elr l¿r figl]r;1 ill'l'' r rrl' l)r¡]-)i-)lr''lrlo5
jo,'lc iil:. ¿r,trrt.hos,
Lllta cieiilri(.ión nrás ¡trr:cisa y lirrt¡ ia ell cl fr¿rlai(
zollas sitt jr Ll -'É i)l lillell r(l5ol-
¡tunL]Lle 5c cltlcclert ¡lcqtteñas 'Jrlll'
cort Srleltas (trLle CorllOrl¡t'cl.l t-'l I)Élíll1eLrc
uerSal fáCiln,"ntc b¿lrr¿rS
()
clel httcc:o o clcl borcle, tal y ccltlro se ilrcJjc'r el l;r J':r'r 'il
:

AO'C'O XEUUL A
,z px,^,¡ t tt¡':' ¡;
/ r¡¿^'-v¡ :E&r--at ¡

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t:.t..,-:
- :..- I '.,

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Fig u 3r Tr¿z.rcl,¡= L\.'rrr.-'ir'.1:
li,rlcl*,.rrlt tl"ír' 11r¡r'; (. :.i '.'

Flq t) 1l() L¡j : I ' ::- r''


Fig a.?? Soluciirn colrccl¿r (lt.'t.ur lrt.ltlc'L L'rri', ¡llr.tLlr'¡ li. t- .- i .

tlirli,rr.e' r¡.r ¡rr¡t¡cluuil; cle lo, li.nt,-': Li',i1 :...: r1 i r ,, - 1¡r¡11,-¡1 r.rr tle .: t t . - .. ,
', 'r'.
c)tr¿ jrrferior del Q l0 ii l2 r¡r:c cr-rl-r¡.ri li¡: llij: q '-- ¡¡ ¡:¡1,. ;¡r:r:r r alÉ lr)! p'l:rrÉ.: l :: - - ,-:,. I :,
tes .; l¡uec o. f.)r.l::i- ci lcr LriJ::l- - .l:.l .: , l'
-¡j
'- r rj{irrr_ ¡f ililtdrr'l !,!l

i_ I \l¡-.
lig 9.i7 T¡az¿do correcto clt lr:'!:::-:' '. ¿_-- ,
',
,

!'uzcl: ' -- ,,:' al,:::i,, !-"aa'.j :,::.:


\'f:,!'elr eSI('(¡5O \(r'llC) 5(- -( .,er-r¿11(1.io dcl borcle por los pcclueiros l-iuecr-15
la conexlótr en',rc los nl¡snlos L-,:.:-i {ltle irrr¡riclen un trclzado solventc cic-l rll sll.tcr

L- - -- -r :l- ;<.ills()rcs, ol¡e llo Soll t¿i(rs pL¡e:t() cllle lá

. ñER\10 I
¡-rrr-:-L' --L Ir.ÉS'i-r t.;nclcsnjvei clcl for¡ado; csclecir'realizan(ioLlna
PIZAS AI]GERAIITES .LL'_-" (.r.tr-.
'' ' :r - 1¡.ll {¡!¡L¡ )ras a través cle ]¿rs los¿ls laterales r dc
fon-
FN FUNCION DE LA
-i'-
"'";rl,
NER{!O 6EOMETRA DISPONIgLE clo (i:rn:,-¡ :,: i-:' '. islo en el al)altaclo anterjor'
' NEftlOl
L.rS all ¡r-l-.t.¡! (lLle sc coftan, no obstánte, pueclen concentrar-
i-l /r;i r-: ri:,5 lreri|-retr¡les, scrlrreclimensicl¡ranc']() col'lservador¿l-
gCAS
PEROIoO
-:/fREt- PFRIMETRALES
ARH¡il :-.-.q:.LL i: Il..i'-¡r ]-ilr,i lL-sistir Cl peso clLl(r eier(( cl va:t¡ de
Elg)uE CORRESPONDIENTE
0 cAsEroN
R€CUPERABLE
ito,rr jgri:.: i,i:,; zt-inchos cmf.)ebidos crr el forjacjo conviene alargar-
,trs'r;er.- clcl¡r: l¡.to ettricto del httcco, llevando los esfuerzos ¿r
¡!ER,4O 5

FORJADO rrjrri:: -'-..i: a1- l-r-1.);.rLL¿i5 clel forjado para que se clifunlinen sjn con-
cc'r.Lr¡f s=.r,. .t(.',aIlrel'lte cn stl ámbitct local, ciaclas las cargas de
ciert¡i lt-lr'. 'i.it- ¡.ir ttL,e cxisten cn estas 5ittl;jcioncls'

Bg!E_PERqlqq
o cAsÉtoN
RECUPER/ABLT

NOTAi
L\S VIGAS INfROOUCIOAS OESEN LLEGAR
CORI^RSE CON LOS NEFnOS
SIY3ENCADAO¡RECCION

I 38 [)eta]le (orrstrucLiv(l básl(o.' ''-.- rla ,i;


I-i:l
zt¡rrr lros Qi){i::e cftlTáF

Cu¿ttclo resultc inrpclsilrlc: diseñ¿lr .: lr.: .:lr¡a ¡-r.'e.lcitr-* a ior


Lrorcles DC)r la t)reserlcia dc los peclL,tlltlr;-.:=-J= -lc '-:l;l ¿r-l-'lrtrs
rlLle aullqtie no lo parczc¿ln I)or >1, ct-.:..-i r¡j -.' -i :-.-.{al: (l-lc
rn¿ts claños hacen a los mccanisrllo! rts.s:;:-::' iir' r,:s lo:i¡.lclc¡s
rL-ticLrlares, recorttercl¿rtrt()5 scparar ci tl¿r:ailc' citi .-i:.il.i-: : r'jt-rr:fl;r:
niticlarrrc-ntc cicl borde y situarlo €r-r t-r-.c-i:ir-..t :-litr'.iii: Lr,rtc(r j i rir:rÉrrcljcl¿r corr Lin corTecl!:) lt¿iz;iclo ie .¡s ¿r-i:-L
montarse cón]odarnente con tocl¿s las ar[r-¿¡i:.1¡': .-r.,a :'! a,]::L 1:¿l . , '. at l;,.-c',Sr't,r.i.r,.lt tl,.l¡, .'' ..:r'.r..,'- L-s1,.
v ( orTr() se ll;r re¿lliz¿lclr.r en la Fig. 9,3a. -.:l: r,rrtc cor l.r c;' j.r ¡'¡=j.r'; clÜ::e: e. . . rt) ii:-
.ri¡a
Lrrs lrrritrdos r¡ticrrl¿rcs

Lo clue se.i[)recr(, r riecluce cle 1a ligurri cJ.43 es trún rnárs grave


si c.¡be, pue:r nos eil¡ r'rtLrstr.iltclo una dcsrclra lolalcn cl cliscrict y
sl rl SCIM:2tuñ. cot'tstrucciórt,-ie,"l:r lori¿cio:eticul¿l cr-r el c¡ue no se lra cuid¿ldc¡
@Locffi AL MENOS 2'10
cl qLrit-ltro del l-rorrle i t)(l :anto. clel sol;Lpe v cncucl'ttro cle los zun-
FORJADO
CORRIDOS CADA 25ch.
VAIiIABI F

JUMA OE HORMIGOMDO
clros IrerimctraLas: :os ri!.tl)rintitrntos 50n Ltn cies¿istre, l:is patillas
."-, RUGOSA UMU Y
HUUEDECIOA NTES
cstár] nral c(lnstn.iri(:! ! itLr: Lolocddas. cxisten clralro planos de
OE HORUIGOi{^R
arrn¿rciriras sL.rptlj\rrar'; rio:-rcl¡t sólr) cieberían exislrr clos, el renrate
FOSO
ASCENSOR rebaiaclo clel ioti¿rcii,r iltl ¿r -r,l rl¿r-irLl e5 un (.j()s constnrc:tivo, etc:.
--...POS|BL"ES PAOE.-
EN TAS ARhDURAS
DE roXON
!U-qE REPARTo (súp.)
lOAl5 m (eup.)

OIMENSTOMDO DE LAS ARMADURA9 O€L FOSO DEPEND€N OE LA


TIPOTOGN DEL ASCENSOR. I,AS ARUDURAS PROPUFSTAS CORRISPONDFN A LOS

Df CAELFS Y MAOUIWh IN CUEIFRTA PRtrSOS DF

Fig. 9.41. L)cL¿rlle (:onstructivo tlcl fostl cle a:;cerl:,-r: :r.l¡lx:'.lido clcl ir-rri..rdtl

L,rs vigas {zunchos) que nec:esariarr"ter'tl-ó nos vcmos oLlligaclos


a proycctar, sin duda algurta, resLllt.tll ser el lluttto nr;rs tlclic.¿ido v
difícil en el montajc dc las armaduras ck: los i,-rrj¿do: r'elicLrl.lres,
por lo que debemos prestaries una atención esL)ecia. eri 5u lr¿rz¿i-
do, solapcs y cruces, especificaincio cl¿rr¿nrerrte toclo:- lr-¡> c.let¿lle:
consl,rllcl-ivos necesarios, elinlirr.inclose clÉ esi.1 !':t¿1r]cr.1 cL,i.tiqLticr
posibilidad dc quc los fcrrallistas tcngan rlLlü' ir'nprr)\'i5¿rr solrcit.r-
ncs durantc cl montaje cle Las arrlaclir.ls er't obr¿.

La tc-ndctrcia uatural dc cualquicr p(-rson.r l p(rr.t¿urto l¿l cle lirt


lerr;¡llista que tiene que desarrollar una l¿bor ciura v costosa es-
pecialmcntc cu¿lndqr se acurilulatl b¿rrr¿rs silr L)l(:ir-lr rri ccltrt it:tto c¡rre
pareccn no caber y a veces no c¿tl-rett, e: l¡ tle ,r¡llit ar l.r lt:r'clel mí-
nimo esfuerzo si no existen espec¡fic.lcioncs cl¡r,¡> -:inr¡rles v a ser
posiblc lógicas que no elintilren opciones ¿il crror: Si t,risltrr .ilter
l'lativas, por existir indefiniciones, el fcrrallista i.i:' ir.rrprÉ tonla-
rá I¿r rrrírs cónlocla, aunquc no sea la cleseable \ cottveltir-lrtc.

Por ejettr¡rlo: observando la fig'trra 9.42 ie ,rcii,.'irr.r fácill'nenle


clue rto ha cxistido una especificacicitr ¡lrr-tis.r cie ilórlclt't'cónro
deben solaparsc las arnradur¿¡s cle uua vig¿ ci.- borcle Lltre:rrpera
jt,, ''i I j F':::-,r-.tr-.1,- ci:ii,rrt.'tnirico t.ie etrofc'-.:.L1lx'rp!les¡o:;.
amplianrentc la longitud nráxima tle l.rs Lr.rrtas que e\ cie l2 ll, t
cle ello se ha derivado consecLlelltenlenlc Lill error lríticlo el'l e-l
Aur.rrli.rc.'li¡- -ilr.cltos A v B cle 1a fig'ura 9.44 se lrar'.rtt qtteclerclo
monl-aie dc l¿rs rrtisl¡ras.
cL)rtos, se .lcii,, i:-ra l¿l ;tiLeticion¿ilicl¡rcl clt:l provectist¿ cle crLlzar los
z lt n c i l cl s, E.i rii Ir t I ¡ a n cl Q Ll 11 c o m I) o L) !l-l (-c ír n i c o tl n
rta n'l i e rl':

ctlntirrr-tici;rci cle ll s trlrsttlc-ls corl el l-striLr¿rclo cln corljrrnto de


at¡ltlOl;, (lr..lc COtL:'.ilLl\u rttrit [uCIla Sc-rltlCiótr ¡rirrir las sittl¿lc:tOItc'S cle
qtlleblcl (ltle i-)rLeclL'r eristir erl los borcles clt' los foriaclos'
No sicnrrrrc result¡l scncillo resolver hucc<-ls Irlal concebiclos y
nro\,('( l;i('lr)s. cLt;ir-rclo se encuentran silu¿tclos en zQnas delicaclas,
t¿-¡l como en l:s'"ig;r:- tle l¡orcle; estas patologías de proyecto rc-

(.lul(rrer'r Lrr; f(rrr¿ill¿i conlpleiar y clifícil, qllc aconseiiirllos evitar


siempre; r.c) oir\latntt'. acllulltamos el dct¿llle cle la figura 9 45 que
pue(lc ser,'ir clc gr-rí;r para resolverlas.

(lue il'lterrllmpir lits


Cr¿rtlclo 'ró crlleale más remcdio qtle tencr
arn\á(lLll¿i: cle l¡r '. ig.r tle llorcle, conlo ha suceditlo en la losa ¡lre-
de espcsor dc la figura 9 4ó
tensad¿r qile pl'ovectanos cle 30 cnr
cle lc-rs pilerres metálict'ls que sosLienen stl únic:o
¡r.,t. l, 1,,r,,:."r't l¿r
al rnáxitlo loclos los clel¡rlles
l¡rrro t.lcr ll r:-' clc llrz, trav clLtc cuicJarr
cle la forma más perfccltr ¡-lo-
constn;ctr!()i D.rrai (lLlc rc-rcio encaie
qlf'l )t('.
r.r¡l'Lr Il'1.11 t. tl:'i rrl;cl;l
'r: i: '-:
cI
-,1 tir'
t¡ 4O UII¡ buel ¿ 5( r' (
Fi¡ ;b,-' ¿ bi-rrrit-
¿l ,lre(l.,rjc aor1(,i ,-)\ Z j: ( :c\i ! r - -
I lleS,-,¡cl,,¡

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¡QABADOS CON-PAIILLAS
DE 2ocm. tfo¿ focm. :',4ñ
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VIGAS DE BOBqE. I_ EgB!EADo EN ,-_


se-uE¡¡xre5 f= CONJUNTO A 10cm.

ARMADUM (¡r.Le-{scp') DE
-F^a*á¡^r,1'$'¿rJEu*
EOCOE INTERRUMPIDA

- :- ' rriF: ¡r _i', ,dll: rl'¡:; ::l: ::': i'ri': ':r'IÓl en utin vigA tle tlcl¡Clf
I-ig. 9.45. Det rlle t.trrL:-i r:-c
l.¡-. io¡l¿d¡. /f¡i, rrL1rr:i

Resumen de reglas práct¡cas en el tratamiento de


huecos
,' "ai'-terl:i i,lr-' l; ¡l ;rc.¿i I-)()l li, ¡rit'<c't'l-
- :.,--r-.'".¡-.c ,.i :i{r'.i' tic 1.,-'rlir':liitl
. -, ,,a, ,t ,1(. .(,¡ttrrtes iluL- qr:teLle clr el
:=i'-'" i¡ f . ¿lt¡r ' tir rrl-,,i.l¡:af c]
' .r iL rr'r',-illq)lI(.1'criie ¡ clichir lli-itttl.:.
;r'r-:.: ,i;¡', r l;rr.l lr-,i].{l.iS ileilt'rl Sef
,,.-,1-i:i r-r,11-;...:11-'t l.L'> (ir fÉl.lefZO ell StlS

1
Y
I

BAR,RA !E REFUERZO

É:-, ,r¡ dli


'':l,,-I',:
Fig .,4r, i L)sir llrelen,,ir(l¿ r.ic _J0 clr- ¡i¿ ¡ r¡', -,_'", * .-.,- ', r-:'l
sanclo :;tr s t..i l-rlc'-.

Lt,,,.l r":.- i : ::.:::: :: :r .: '. .; 'r't \.-l:il,-f,i:-t t)r\.)li_1¡*1(llSÉ lltciS


lo corrct:t;rn¡e]tte i_l,ls !,r ,,r rq:, ri:lto úi
C)trsc'rvc:;e l;¡rrr[tién :. r i. :.:l .-.: -:. - ...-:.i-.i,:: i ',--.: .-:q..¡,-ll:'lal.-
apoyo de un foriaclo rcticular sobrr. un; r'¡rérr:.i-:1., r:-trrt; .-i r¡L,e ir.i
.-,,:. r-l- ' i: . ,- :,-,1-l : l: .,- l¿ i):'.g.1-,lLl rir .t-C.: t
siclo necesario constrUir estanclo €n Scn lcii,¡ t, r:tr-.tL irit LiL. r

honligón que lo sosticnc.

- [.i:.: ,. I l , .r\. i)r¿s ac-rf:-.LtIIe:.-¡ l.¡¡ Lt¿incl¡ts cen-


".rir]r-. -t't :. .l-.= l-,-'::i..:r Ii 1'lia,{Ll aLrlt L¡n ziln( ]t(l l)lliilte
ira,.
-.'tl-,ill,-,.'.ltirl.i-'t=:.r ] 5,.i¡ 1,: l',irrri¡,.1c >,-r¡-r,-r:'tts clt;(rn¡rS
iirriir rr.'¡- ¡:l;a i,¡a-:trl.t= ele -ol¡rtlt,-'-<. COIOC;iltr1o uit tLt|,
-:- - - ..:l l
-l ,, l_.:. :

- '\rrct-tc,:.i-.,r-i.u.:ir;r i I ,,le 1., b.ltrtl.r tlc r.tl¡ro'1cs ar, zona5


( \)r l;l i'- r. ,.-r' ¡r: 1..'-'i;t \:\:':Itall{S. .oloc¿uiiit,r cic igu.il nt.r-
J'ii'l(i .l:l i-1 .\-:.-r i-,L:i:rrL'-:rii LL)!t i.t5 c1r1'1l¿lciL.tI¡i: itrtert1jnr¡)t1.rs

Frr¿ q 47 Zuncho cle borrle p.rrcialnrenie irLter::::'L':, :i.' Cf,:c::,',r. .l ,l- -a: L.-r- -: i cf :rr- C\lJL¡e\L()\ en ejte .tD:ll-t¿tda) es
l:r'l¡ nrénsul¿ nretálit:¿ unicl¿ ¿ lrrs ¡rrl;rre: cle 1-:o'^' --,' '
f\ r::j-:r'.
llos y rriortrro clc cpoxi. ltosiltlr ¡1lltL-1i,jr'r-rirl:-.-,: j.r:,:rr'..1itlallL-nte llien ¿i i¿i solrrciÓllcLrltstrurc-
ir'..r ili.¿t r-ll¿1 ,lr.r ¡¡,- 1,-r¡ 1'¡¡¡¡.15 que pLleclell plesent¿lse ell'.1rr
Y para acabar cstc apartaclo dcciic.rclo .r lLri hLira¡i reiLrtr¡r':iL)i iotiat.itr taijrLll..r:.:. ::-1.::'r':'-r iiar':tllo clue pLlerlerr ser\ jrn()) (ie ¡\rr-
ttnas rerllas (le tipo ilener¿rl recollidas clc l¡> Irr,r:r-:-,.r> ir.1ra(:'s.ri \ ,;l'.- li: tCSLtltaClLrS cit-l cálcLrltr alLltr rtLrS ltro
il.l r:jr l.r ilrlr..l-lIt:':.r,.r,..¡'r
antericarnas, (lue han cierrlostraci<t ser ntLiv rit.tlc: . ¡." ¡¡ 111 .1: rrr -\r llolciLrl'lc tlrl ail'..i1.¡.¡ i-r.-rl
':,lclatlildor, ptlcliéllclt)Se coll'llllerrlellt.rr loS
cliseñc¡ y cL)nsIrticcióll, es[.)eciillilrer][e (r.).il](.1(-t t 1i-t ¡-'r,¡il. ,ill ltls nrjsnro:j con clt:i.r lr:- !r..'-irjilr-lcti\'o:i cle buen¿t llráctic¿l tlLic:re h¿irl
actualcs progranras cle- orcle-rraclor cápc1cc:r clt rr:r.rl', cr'1os cn l¿1:i tt(-):,Lf¡(li) <1. - .-.,.- . 1 '-'r ",.1,i e'r (:Lllr\-11.,I,1r q'-.' rLnri
"llirri<l,ltl(le
placas, scan ós[as clel tip<-t c]ue sean. clas co¡r c-ilos
bs Iorjados relículares 725

gen de cubrir el vacío que cxiste en el análisis y cálculo de estas


9.8. Análisis y cálculos simplificados de los
piezas en las nornras españolas, resultan ser eficientes y ligera-
zunchos de borde mente (:enscrvadores.

9.8.1. lntroducción general Por consiguicntc, nada impide, pues, que nuestros cr¡terios
puedan servir también como henamienla de comprobación a los
result¿rclos que puedarr proporcionar unos cálculos más comple-
El modelo de cálculo general descrito cn el Capínrlo I I propror-
jos de ios zunchos dc bordc a través del ordenador, con lo cual
ciona todos los esfuerzos que solicitan a los zunchos quc exis-
cubrimos de forma aceptable uno de los objetivos trásicos del pre-
tan en el interior o en el peímetro del forjado reticular, ya se
scnte trab¿rio.
encuentren ernbebiclos o descolgados; Fror tañto, remitimos al lec-
tor al menc¡onado capítulo si desea realizar el análisis de los mis-
mos a través del ordenador.
9.E.2. Análisis de la flexión de los zunchos de
:tl
'i-l borde

L¿ nueva EHE, al igual que las anteriores, deia al proyectista la
iii responsabilidad de enfrentarse al cálculo de los zunchos de bor-
ili de, y tan solo le advierte que tenga en cuenta las posibles torsio-
i'j nes y cortantcs quc sc produzcan en los mismos, sin decirle cómo
l''i calcular dichos esfuerzos, habida cuenta que con el método de los
pórticos vjrtualcs que recoge en su articulado resulta imposible
lt
lp F hacerio.

L¿ filosofía latente desde siempre en España, en el tratamien-


ü
t to de los zunchos de borde y, en general, en el tratamiento de to-
f"]
dos los zunclros quc se encuentren embebidos en los forjados
Fig. 9.49. l,eyes de esfuerzos envolve¡ltcs en un zu¡'rcilo cic borde pro¡rorcio- reticulares lr¿r sido ia de suponer que son unos nervlos más que
nada por el programa de cálculo CYPECAD fornlan parte cie los pórticos virtualcs que se estén calculanclo, a
los que se Ie añaclen los esfuerzos adicionales que el proyectista
estime oportLrno. ¡.rro¡.rclrcionados por las cargas directas que se
Nuestra intención en este apartado es la de ofrecer una alter-
desea que resistan los mismos, como podrían ser las cargas de
nativa simple y sencilla a la vía anterior, con la intención de que
ccnamiento, v que no han sido tenidas en cuenta en la obtención
dichos zunchos puedan ser calculados y dimensionados sin ne-
de los csfuerzos qlle le correspondan como un neruio más para
cesidad de perder de vista su cornportamiento físico, y con hcrra-
las cargas ordinarias repartidas que ex¡stan en el forjado dentro del
mientas relativamente fáciles de utilizar casi manualmente, aunque
pórtico virtual.
la ayuda de un simple programa de pórticos resultaría conveniente,
si no se desea realizar una estimación de los momentos en los ex- Sin clesc¿rlific¿rr clel t<-rdo dicha filosofía, especialmente porque
tremos de forma directa y aproximada. sal'¡emos la magnÍfica y cs¡rléndida capacidad dc redistribuir es-
fuerzos rlue poscen las losas en gencral y los forjados reticulares
Los criterios de análisis y cálculo de los zunchos que se expon-
cn pafticular, no podcmos dejar de hacerle al menos dos críticas.
drán a continuación han sido ampliamente contrastados en pro-
yectos rcales construidos con un rllagrrÍfico comportamiento, La primera de ellas se deriva de despreciar ia mayor rigidez de
antcs de que pudiéramos disponer de un programa de cálculo ]os zunchos con rel;rc'ión a los nervios, lo que conduce a infradi-
como CYPECAD, que nos permitiera avalar y demost¡ar ¿rnalíLica- mension¡ir sLl jrnportancia a la flexión; y la segunda, es su carác-
mente la bondad de dichos criterios, sin tencr que al.n¡)arantos ter poco práctico, especialmente cuando se trata de establecer una
baio el para€uas de un empirisnto que parece repugnar inexplica- operativ.dad de cálculo de tipo general. No obstante, el criterio de
blemente a algunos técnicos, que tienen exclr¡siv'amcnte como cálculo mencionado podcmos aplicarlo y tenerlo presente, cuan-
dogma de fe y único credo la letra impresa, especialmentc si se do al elaborar los planos de construcción, nos aparecen unas car-
encuentra articulada. gas no previstas, un hueco con el que no contábamos, etc., y
necesitarnos salir del paso sin tener que rehacer de nuevo todos
Afortunadamente, la experiencia 1, las nratenrátic¿s parecen
ios cálculos de la placa; pero en modo alguno parece razonable
coincidir cn el caso de nuestros zunchos; dado que poclcmos de-
tenerlos presentc con'lo criterio de cálculo gencral durante el pro-
rnostrar que los mótodos simplificados que sc ¡)ro[)onen, ¿il rnar-
vecto de la estructura.
Los loriados. rclitulares

En la actualidad, ya sea por el método de los pórticos virtua- o gs.cr.Ai


2

les q cualquier otro método más sofisticado, los cálculos se rea- L


lizan de forma completa y defÍnitiva y, por tanto, no se hace
La fracción cle nrorrrentos rro asignada a las vigas de borde
distinción entre los esfuerzos, sean éstos del tipo que sean, cle-
bidos a unas deteiminadas cargas o a otras, salvo qtte constitu- dcberá asignarse a los reslal'ltcs nervios que existan en la banda
yan hipótesis diferentes y, tan solo, a efectos de combinarlos con de sopoftes. lndependicntelllente de lo anterior, las vigas deberán
sus correspondientes coeficientes de seguridad. Y, por otra parte, resistir las cargas de cenanliento que d¡rectamente actúen sobre
la dicotomía resistente que subyace en el criterio mencionado, fí- las mismas, en línea con los criterios establecidos en las normas
sicarnente parece insostenible, por consiguicnte los esftterzos los españolas.
obtendremos globalmente sin hacer distinción alguna entre las
Dado que nuestro planteamiento se sale fuera del ámbito es-
cargas que solicitan a los zunchos.
a tomar de él aquello que real-
tricto establecidc'' en ACl. vanios
Terriendo presente la Fig. 9.1 distinguinros dos [ipos de zun' mcnte parece resllltar váiido que cs lo relacic¡ltado con las rigideces
chos baió el punto de vista resistente: relatlvas, y a tr¿it.ir de aplicarlo cle forr¡a general a cualquier tipo
cle pórtico vinual gue llcvc irrcorporado una viga o zuncho de iclén-
Zs: Zunchos ubicados en las bancjas de soporles. tico espesor clell que posea la placa.
Zc: Zunchos ubicados en las bandas centrales.
Por otra parte', ¿iurtquc sea adelantar conclusiones, un análi-
siendo,
sis cie la placa por empanillado demuestra <¡ue la flexión que ab-
L: Lorrgitud del zuncho (luz del vano virtual que se csté sorben los zunchos de borde, debida a las cargas de cenamiento,
analizando). oscila errtre un ó0 ¡' urr 70 7o en las obras bielt nloduladas, en
A,/2: Ancho del póttico virtual en el vano dc hrr- L consideratlo rnodo alg¡rlno 1¿ :otalid¿tcl y en lirea con los resultados finales a los
quc conduce nueslfo planteantiento general.
La filosofía del código ACI'318 para la obtención de los
momentos que deben asignarse a las vigas que existan cn los Parece razonable estil'l'lar que, por el sirrtple hecho de que los
pórticos virtuales, se basa en considerar las rigideces relativas que zunclros embebiclos err el pórtico virtr'lal poseen una rigidez rtta-
posean dichas vigas con relación a la rigidez total de los dinteles yor que l¿ estricta de ios nervios de foriado reticulal les corres-
virtuales de los que forman parte, y en función de ellas, tratar de ponúo absorber una fracción dc los esfuerzos mayor que la
asignarles una fracción de los monlentos c¡ue cxistürl en el vano correspondielltLl a rlrt rrelu-io aislado
correspondiente.
Porcorrsigriente.pijrtiendodelarealidadffsicacxistef-lte,yte-
paráme-
niendo presente el ancho dcl pórtico virtuala través de
tro -A, y de las rigideces rela[ivas (r, el porcentaie de los esfucrzos
que dircctanlente dcberl ser asignados al zuncho por su mayor ri-
gidez, incJependjentemente del que le conespoltda por ser un ner-
Jio más cle la b¿rrcla e. la que se encuentre, queda establecid. en
Ia T,rtrla 9,5
la zona
Fig. 9.50. Sección del pórtico virtual con zuncho solnbreándose
dcl ábaco. dc la flexión que deberán
@ntaies
asignarse a i<¡s zuncltos debido cxclusivamente a su mayor
Si llamamos o a la relación cle rigideces erltre viga y dintel risidez cientro cie los pórticos virtuales
virtual: Anchcr ciel re'citariro en
mill.roq LAI
J 0.17 ltl%l
Rieidez de la viea o zt¡nclto
0,15 (l 50l")
" - RE¡F"I u*ho de placa de pórtico virtrtal . t,1
4 0,r3 il 3%)
0.l l il 1"Á)
el código ACI-318 nos dice que a la viga deberá asigrtárscle ufl 85"/" 0,l0 il 0%)
de los momentos de la banda de sopofte si :

o.A,/2 > I
L

y, si es nlenor que la uniclad, se le asignará la fracción re'sttltante


cle interpolar linealmente entre 0 y 0,85; es decir, Tabla 9.5
L¡s forjados r¿tirulares 727

Cuando se opera con los nervios que físicamente existen en Porcent¿ies t6l de la flcxión que deberán asignarse a los zunchos dc
la realidad del pórtico, incluido el zuncho como ttn nervio ntás, los bordé tipo Zs. particncjo de los monlentos ql¡c sc oblertgan etr-las seccioncs
de tos_pÉ4tg9!_yI!lE.]g¡___
problemas de asignación de esfuerzos se complican considerablc-
mente. Las consideraciones establecidas anteriormente conducen A¡r}nrEL I tr^'nt.Ntx¡c6 7o del M total %cljMKxal
RLL1IADRO{A| rrÓmcsr NE,GATIVO (- ffill\,Q(+)
necesariamente a tener que aplicar a los zunchos un porcentaie
67 "A 67 "/"
directo de la totalidad del momento que exista en las distintas sec-
CiOneS del portico virtual, y será sobre el resto
del momenlo resi-
4 3.5
dual, una vez descontada la fracción asignada al zuncho' cuando ___!; 3,81 3 49 "/"
deban aplicarse los porcentaies de distribución conespondientes 5 \, 4,t3_ 4 40 "/o
1,5 4,44 ?9 0/"
a la banda de soporte y a la banda central'
32
ó. i 4.75_ 38"A Vo

ó,5 28%
7 I\
Si no se hace de esta forma, se dará con toda seguridad
la in- 5.0Ó 33 7o

congruencia cle que resulten con más arm¿¡cltlras los nervios


de las 7 r.lg_
-?8 ?27"
>7 2J Vo
de soporte' lo cual
banáas centrales que los nervios de las bandas
sería absurdo. 'Iabla 9.ó

.l¿ práctica operativa puede establecerse dc la sigrriente forma:

Dada una sección con n nervios, la considc"ramc¡s divida


de
en tres partes: el nervio'zuncho y dos partes adicionales
(n-l)/2newios. KHTI\O(+)
que englobe al zuncho' 45 7"
La banda, ya sea de soportes o central o/o
de nervios igual ;i: 30
pasará pues a tencr un número

n-l ., n+l
a_*r= 2

conesponde una
:--:-
'J
Si a la banda donde se encuentre cl zuncho le
fracción del momento obtenido en el pórtico virtual igual a B;
al i o.s ) '3,25 19
ó/"

zuncho, por ser un nervio de dicha bancla, le corresponclerá'


I t 3.50 t9_%_
t7%
I __.J > 3,50

2.fl Tabl¿ 9.7

n+l
Algunas de las situaciones recogidas en la Tabla 9'7 sólo tie-
Y será a cste valor al quetcndretllos que adicion¡rr los porcen-
nen una valiclez puramente teórica, ya que los zunchos que les
taies recogidos en la Tabla 9.5 para tener en cucnta su tttayor rigi-
corresponcJen por geometría se encontrarán embebidos en los
dez, y las cargas que directamente graviten sobre los misrllos'
ábacos y clt-rtrerán ser trataclos como zunchos tipo Zs de la banda
Los resultados que se obtienen de aplicar la práctica-operati- de soportes.
va expuesta, queclan recogidos cn la T¿rbla 9.6 par;r las vigas o zun-
Para cl cálculo normal dc los zunchos de borde se proponen
chos que formen parte de las bandas de soporte y la Tabla 9.7 para
cn la Fig. 9.51 unas fórmulas prácticas y directas que permiten de-
las vigas o zunchos que formen parte de las bandas centrales'
terminar los tnomentos de flexión a considcrdr en su dimensiona-
miento.
Los lorjados reticulares

Valorcs rlc K re l)ropa)r{ii)r-r¡'lfr. en función del momento isostático M. dc cacia vattr),


lo: liec:ores ft'r'r. eristcnlcs en el zuncho dt: borclc:
\/¡lir Porcentale total
V¡no inter¡or
llexlón en Ér: | ÉJl Ll asrgnado
zutrc lro rle
borde
N1. fu,t \l- !'¡;rro \l- lnr M-Ap. M- V;lno V. Ext V. krt.

o:5 J l3 o3) o27 o lo 17./.

Momentos a considerar en las l-. Rcealado O li/ oI 0.2tt lt ¿t 0. t4 i9%


distintas secciones de la viga o Tabia 9 8
zuncho que posea el pórtico

Se aprcciit (laritntente cn la Tabla 9.8 que los porcelltaies to-


tales de flcxión asignados a los zunchos ¡rcr antbos caminos prác-
ticamcnte son coinciclentes, -v la diferencia notable
radica en los
Kr :0,@ Kr:0, mayores ¡:orcc:ntaies qrie asigna a la flexión ncgativa el modelo de
errr¡rarrillado plano ¡rropr.resto por L. Villegas, cxpuesto err el capí-
tLrlo 7, que ticnc' el irtconvt--nierlte de sobrecargar los ntontentos
negativos frente a los positir,'os cuando sabernos que en esta ti-
Lsquema del pórtico virtual con los cocficientes dc cslinraciotl pologí.a estructural, r'a largo plazo, sucede todo lo contrario.
directa de sus monlentos

r 1[Ml=6t-l'Kr'N'lt' 9.8.3. Análisis del cortante en las vigas


o' *&#]Mv = sr+r K3 N,rr
M,, = ,? " (zunchos) de borde
IMu = 6(-]'Kr'tu1 "
(6segúntahla9óY9.7)
[nel Ca¡rítulo I detlicado al cortante y prrnzonamiento, ya cx-
pusintos la fomlul.rción que nos permite realiz¿¡r una estimación
Fig. 9.51. Cálculo directo de los motnentos de llcxión qrre solicil;rn ': lt':s dcl cortante con rl que dcben ser dimensionados sinlétricamcnte
zunchos que formen parte de un pórtico virtual.
los zunchos de borclc, !' que por coherencia expositiva resumin'los
a continu¿¡ción,
Lns momentos propuestos admiten reducciórr por el tanlarlo
de los pilares que existan en el pórtico virtual qtle se esté anali- tr¡
zando; no obstante, dado el carácter aproximado de lo cxpuesto '.:..i:lA.
como método manual de comprobación y cálculo, dciarlos al lcc- Ls
tor la respons¿ibilidad de hacerlo o no, pero ult¿r redt¡cción cle los A
momentos alrcdedor de un l07o por dicha circunstancia pr"lecle ser
asumida sin mayores Problemas.

Las fónnulas propuestas han sido cmpleadas en infinicJad de


ffi -L

proyectos reales sin que hayam<.rs [e¡lido constancia de patologías F:g o 5'
lrqr/r¿ cie referencia pdr.r l¿¡ estitn¡(:¡ón
debidas a su uso y por ello, y también porqt¡c hemos podido com- dell cori¿rn[t en los zunchos de borcle.
probar con cl programa de cálculo CYPECAD quc los rcstrltados
que proporciona son ligeramente conseñ-adores, nos atrcvcmos En la sección de referenci¿ s-s', el cortante de diseño a consi-
a mantenerlas dado que son sumamente prácticas y sencillas de derar ¡:uede evalLlarse por:
usar.

Si contrastarnos los valores que proporcionarr las rncnciona-


- =-K 6 ln.e.L+2.P,.L)
Lli ¿ '
ó \ '
cjas fórntulas c<ln los valores obtenidos por 1.. \4lleg,as en un ¿inir-
lisis mediante cmparrillado en un foriado de ó,40 x ó,40 con K : I en r';r,l ¡e:-lr¡{lit! ,c

zunchos de base 40 cm y, por consiguienle, con una base algo K = l. l0 Ptl !'aiIi),i rj\lr(1rra)s
mayor que la contcmplada por las mismas de b¿se 30 cnl, velt'los P¡; Carg.r de cilculn pof nretro t:u,'lclraclo re¡r.r11irl.r sol.rrc cl loriad<->

que los resultados admiten comparación si no efectualnos reduc- P;: Carga ,irrc;i ccb:d¡ ¡l cenarniento sobre el zr¡ncho
6: Factor clc ¿s:qr¡c:ón del cortanle al zuncho de borde, idéntico al em-
ciones en los momentos debidos al tamaño de los pilares.
¡:le;rdo en l¿r clis'.rjbr¡ción clc los nronrcnLos clc llcxión lrcgal-iva, claclcr
efl l¡i l.it)l.l '/ '?
L¡s lonados reticuk¡r¿s

Podrí;i pensarse qlle la discretización l-radicional dc las estruc-


tLrras en pórticos planos para su cálculo ha sido la causa funda-
mental para no tenerla presente en los dimensionamientos y,
aunquc haya algo cle cicrto en ello, pensarnos que existen otras
razones clue superan a la ¿rtrte.rior para qr.¡e se siga haciendo así,
al rrcnos I)arcialrrtentc. a pesar de los moclernos programas de
análisis es¡:acral quc podrían contetnplarla de tlna fomra muy sitn-
I)l(. y serrcill¿ baio el ¡tuntcl cle vista del cálculo.

La conrpleiiclad del ferrallado que exige la torsión plena y, so-


brc lodo, la sitttación dc teller quc corlfiar sistcrnáticamen[e para
el equilitrrio en unos parámetros de hormigón muy imprerisos, sin
scr estrictamerlte rr.-cesario para solttcionar dicho equilibrio, po-
plena-
clrí,rn scr, entrcl otras, Ias razones que aconseian no contar
nlcnte con los mec.lttisrnos resistentes deriv;rdos de' la torsión'
Tabla. 9.9. lactor dc asignación 6 de los por lo cljcho se iustific¡r qLle cn las matrices de cálculo de las pie-
esftlcrztls ¡-¡ltrba lcs leqLl ltarlles dc1 ¡l<in -
r

más
c() ürtual tle fachatl'¡ ¿l zun< lro de txrrde zas se prcscincl;r de srts rigicleccs de torsión o, lo c¡uc resulta
(segúrr F. Regaladot
razonablc. se rccltlzcan considerablementc las nlismas' cn torno
a un 80"¡, pcro sin prescindir totalmente de ellas'
Obsérvesc que la sección de referencia considerada para el
cálculo del cortantc de los zunchos y ligas de borcle, no l¿¡ lrenrcls Sin t'mb;rrg,o, la existcnci¿t cle ios mecanisntos torsores en las
establecido en la unión con los pilarc; sino cn el punto doncie se placas, !'a scan éstas rnacizas o reticulares, origina que vayan im-
unen con los ábacos. cxactamcnte igual corrto lo h¿¡remos etr cl plícitos neccs¿lrjaniellte erl su cotltportamiet'lto, por lo que resul-
análisis dc la torsión en el apartado siguiente. tan inevitables, incluso nos ¡'rtreveríanlos a decir que
im¡rrescirtclitrlt:s, si cluc'rcmos iustificar la resistencia y el cquilibrio
La explicación rcsulta fácil de ccxnprendcr si Lenenlos prescn- cir: los forjador en situaciotles de diseño irregulares y comprome-
tc que estamos analizando una placa plana cn la quc la viga o ticJ¡s,.
zuncho de borde se encuentra embebida ciertlro de la lllisnra sin
manifestar su presencia física individualiz¿lcla, solanrente cuando l-.stas torsiorles dc las placas son las que pueden scr analiza-
abandona e[ ábaco. Por lo anterior. los esfucrzos c]tle existall en das v tenidas qn cuenta por los modernos progranlas de cálculo
la viga de borde fuera del ábaco lc correspottclerr c¿sj plertatretr- espirciales, convirtiénclolas cn flexiones tle d i tnension¿¡nliento en
te, pero cuando el zt¡r¡cho penetra en lt>s áb¿cos dicllc:rs c'sfr-¡er- l.rs clirr:cr:ior're's de ¿lrnl¡rclo que se est¿rblezcan cn las mislnas, si'
zos se difuminan y pasan a ser del donlinio exclusivo de lcls ipienclo por cierrrplo el mótoclo de Wood, tal y cortlo se explicci ert
mismos, transformándose el cortante en Llrl ¡rroblema cle pltnzo- el Capítulo ó.
t'lan'liento y las torsiones locales en tlnas torsiones generirlizadas
dc placa, en cuyos bordes se cicrrarl los circtlitos cle la torsi(:rr sr-r- Cuanclo cl r:¿ílculo dc una estructura proyectada con foriados
perpuestos a las tensiones parciales de cortarlte deLridas iil ¡ltlll- reticulares se re.rliza por el método de los pórticos virtuales, inca-
zonamiento, cuyo cálculo ya fue expuesto al trat¿lr el misnrcl. paces por sí ntisrrlos dc terler en consitleración las torsiones gc-
ncralcs nt€ncic.rn¡clas clLle exislcrI en los misnlos, ¡leces¿riarltcnte
nc.rs ol':liga a telter c¡trrt cuestiotlarnos: si significa que poclemos
ignorarla tol¿ilnlentc o si clebcmos lenerla presen[e de algrrna for-
9.E.1. Valoración simplificada de la torsión en nla en dr:tr:rrrrirl.rclos cler'rrentos de los forjados'
los zunchos, vlgas de borde
Nuestr¿l experienci;t rtos pcrmite responcler que, cn gerteral,
Las torsiones en las estructuras de edificaclón dcscJe siempre,
para el anttcl(lo cje lcls neruios, salvo sitttilciotres anótnalas, pode-
se han considerado utt tema algo ¡¡risterioso, erl el scnticio cle'que
mos prescirtclir de los ntecanisttlos torsores, siempre que cubra-
todos hablamos de ellas baio un punto de t'tsta cu¿lit.ltivo, pero
Iltitativo. rlos plerrirrttente los Irr()tllelltos clc flcxión etttrer lcls puntos y líncas
escasa mente cLlil
cle a¡royo cc¡ri l.r totalid¿rcl cle las cargas clc forma indepcndiente,
l:t razóncvidenle de la situación nrcnciott.lcl.l r¿dica en quc la cn las clos clrrccciotles cle ¿irtttado qLle se hayan cstablecido.
torsión es Lln mecanismo que no restllta imprcscirtclible, c:n getre-
ral, para garanlizar la estabilidad de la mayoría de las cstructuras Cuando las i'ig;rs y zrlnchos estón situados en el irrterior de los
quc se proyectan en la edificaciótt y, ¡ror tanlo, sc ignor;r; lo qtre foriaclos o en los irt:rcles volatlos, también prrede prcscirldirse de
no significa en nlodo alguno que no tenga Llna preserrcia física t¡ la torsión en clichos elenlentos sin asutnir ricsgtls dignos de con-
real en las estructuras que construilllos. sideración,
330 Los lorjados reliulares

Sin embargo, cuando las vigas o zunchos sc encuentren en los Mto: (l - ¡"1 N'l ttt
bordes de huecos interiores y en los perímetros de las placas, si-
tuados entre pilares, sí creemos necesario tener presente la torsión .l
de alguna manera de estas piezas y ferrallarlas adecuaclamentc. . (l-"t -t
l+;1 c- , i-
Unos zunchos de borde bien dimensionados a flcxión, y pre-
parados para resisLir unas ciertas torsiones, empotran rnelor cl for-
y
iado en los pilares reduciendo sus deformaciotrcs elásLicas
diferidas.

Si se obvia el dimensionamiento a torsión de los zunchos' ine-


vitablemente aparecerán grietas a 45o en forma de copa invertida
de
en los borcles cle los ábacos, sobrecargándose los csfuerzos
torsión erl los
flexión pos¡tiva del fodacJo. Y para tener en cuenta la
con
zunchos, o bien se hace a través de los armados de flexión
un p¡ograma espacial de placa.'o bicn median¡e alguna forrnula-
ción aproximacJa, como la que se expone nrás adelante' Fig. 9.54. Esquct:;,t ie ¡c:ere:cia f).lra intcrpretar la torsicin en los zunchos
de borde,

Daclo cl carácter aproximadcl de la formulación, podemos


aceptar vanos cle igual luz a izquierda y derecha del pilar, y hacer
intcrvenir cle tom.*a directa la luz del zuncho a través del momento
M, consiclerarl¡igr que ei ¡rórtico virtual per¡xndicular al zuncho
que
se esté artaliz¿rrclo tlt-ne cle ancho la luz del zuncho cuya torsión
trat¿ntos de cuantific¿rr

Para las eslrL.ctlrr.,s de edificación ordinarias, aceptar para l' un


valor en torno a 0,ó2 v Lln momcnto extremo del orden de Pl2118
resulta perfectantentc asumible y razonable, con lo cual:
Fig. 9.53. Deformaciórr extrcrna de un {oriado

P L.A2
Sin ernbargo, llamamos la atención una vez ¡rrás sobre los as- rvl = I¡l-
pectos constnictivos expuestos en el inicio del prescnte capítu-
lo, y sobre el hccho de que se tenga y deba dinlensionar y tener l, : 0,ó2
presente la torsión en los z-unchos de bordc, no quicre decir que
siendo.
físicanlente pueclan ser preparados para rcsistir cle form¿r indiscri-
minada todos los anclaies de las armaduras rregativas que pr-redarr A, l.uz cic. \'a:'o extrerrlo del pórtico ortogonal al borde.
tener los nervios del reticular perpendiculares a los mistlros, en un L: Lltz rjcl zurtclio clt¡'i; llrrgión 5(: pretende evaluar'

cálculo elástico convencional. P: Carga ¡r:"iforme pot nr) cortsicler¡da ett cl cálculo.

Y reemplazancio los valores considerados en la fónnula Ill, se


obtiene el torsor máximo que puede aparecer cn los extremos de
la plac;l próxinros al trilar. daclo por la fórmula 12l para los puntos
Formulación simplificada para la estimación de la Bl y Bi cle la Fig. 9.t4.
torsión en los zunchos de borde

Una printera aproximación al problema la pocJcnlos reirlizar si- Nl,. = j 'J\1,- = j rr-o,ozr't i# =0,010ó'P'L'A2
guiendo el código americano ACI-3 18. Aceptando ctrue el tlonren-
to extremo del pórtico ürtual es M, segun ACt-318, la fraccjón dc N\"=0,0106P'L'A2 l2l
dicho mbmento que se transmite por torsión al pilar de bordc viene
dada por la fórmula:
I ns [orjados reti(uldrts

El valor dcl torsor dado por la fórmula [2] no afecta de forma


I
exclusiva al zuncho, sino a la totalidad del ábaco que lo envuelve;
por consiguiente, el torsor que deberemos considerar, tal y como E=J*=o,ooz
se dijo anteriormente, es el que exista en el punto donde el
t2
zuncho le abandona, es decir en los BZ B': de la figura de
referencia 9.54.
Mr,. - 0.óó7 0,018 .P A2.L:0,012.p.A2.L
N,l¡c-0.012.P.A2.L
t5l

Los autores de la porrencia, al igual que nosotros, consideran


que 1os momentos torsores dados por f 5l afcctan a la totalidad del
ábaco, por lo que proponen que los zunchos se dimensionen a la
salida de los rrrisrnos con un l5% de dichos momentos,
basándose en lar ley cje torsores deducida por ellos y recogida en
l.r Fig 9.E 8.
F¡g. e tt
Mr:0,003'P'A2'L (E.T.S.l.C ) tól
Accptando por el lado de la scgurici.ld trn¿r ley de torsiones
lineal, según se indica en la Fig. 9.55.|a torsión con la que
deberíamos dimensionar finalmente el zuncho balo un
planteamiento conceptual basado en el código ACt-3 l8 sería l3l:

))
lvI, =i.M," =1.0,010ó'P'L'A2 =0,007 P'A2'L
Mt : 0,007 P'A2 .L l3l
Fi6 a 5ó Prt>puesta de la Cátedra de Hormigón de la E.T.S.
de lngcnicrr:s de Camjn<¡s cle Barcelona A.T.E.P. 82.
. La Cátedra de Hormigón de la E.T.S. de lrrgertieros cle Canri-
nos cJe Barcelona presentó una porrencia en cl Congreso ciel
.Antes de que sc conociesen las formrtlacictrtes at)teriores y
A.T.E.P 82, buscanclo tlna formulación de la torsión cn los zun-
sc soña¡a siquiera en disponer de las modernas herramicntas de
chos de borde de los foriados reticulares. Dicha poncncia se tra-
cálcLrlo que proporcionan los programas y ordenadores actuales,
saba en un análisis mediante emparrillado plano de un"r casr.tística
de forlados reticulares, donde se consider¿ba que la ¡:laca se unía optamos ¡>or dimensionar los zunchos de b<lrde a torsión medi¿n-
a los pilares nlediante empotramiento perfecto ¡r donde se despre- te una formulación intuitiva, deducida del método de los pórticos
virtualcs.
ciaba la rigidez a torsión de los ne¡¿ios.

Transformando por el lado de la seguridad los criterios y J)a- Si tenerlos en cucnta los porcentajes cle clistribución de las
rárnetros de dicha ponerrcia a una expresión rnarre:jablc a efc.ctos bandas correspondientes del pórtico virtual perpendicular al zurr-
prácticos, podemos resumirla en la fórmLrla l4l. quc nos proporcio- cho donde queremos estinrar sus torsores, nos encontramos con
que, antiguamente, el 207o se tcnía que asignar a las bandas ccn'
na los momentos torsores en los ¡luntos Bl y B'l de la placa,
trales y un 80% a la banda de soportes.
M¡" : 0,018 P'A2 'L I4l En la actualidad, con la EHE debemos asignar el 1007o a la ban-
cla de soporte, pero Larnbién tenernos que considerar un 207o en
Como puede apreciarse, la fórmula (4) proporciona v.rlores de las baridas cenLrales, p<.lr lo que nada ha cambiado en nucstro
los torsores extremos sr,rperiores a lo dcducido del cc'rdigo ACI-? 18, purrto dc partid;r.
debido a la hipótesis estimada en la ponencia de considerar la pla-
ca perfectamente empotrada en los pilares. Si rnultiplicarnos la ex- Aceptando que los ábacos transmiten sin problemas por
presión propuesta en [4], por un factor quc dc algrna fomra simule flcxión a los pilarcs, l¿ fracción del momcnto total asignado a las
un empotramiento elástico más realista de la placa en los pilares bandas dc soportcs (un 80o/,:); la fracción restante (un 20oÁ), debe
cxtremos, como puede ser el considerado anteriornrente de un poderse trarrsrlitir a través de la torsión del zuncho; por cons¡-
Pl2l18, obtendríamos un valor sensiblemente idéntico al propor- guiente, el nlomelrto torsor con el que debe ser dimensionado di-
cionado por el código ACI. cho zuncho ticne que venir dado por la fórmula l7l.
i3'¿ Los Íoriados reliculares

9.9. Tablas directas para dimensionar los


L
?o.P ' A2' = o,oo5 'P
n, :!.n\,'¿v
¡Yrl-2 l8
A2' L zunchos de borde en los foriados
reticulares convencionales
Mt = 0,005 P'A2 'L (F.Regaladol t7l (Tablasg.ll a9.19)

en la fórmrlla l7l r l'erriettdo I)reserlte$ los zunctros de borde


est;¡rrdarizados
.Sise desea opcrar con la filosofía recogida
extremo que resr'¡lte del 9'2 y con la única intención
g"di.;;;ie, emplcanoo el momento recogidos ¡lntcriornlenle en la Tabla
perpenclicularcs a los z-ulrcttos' que pueda scwir
análisis de los pórticos virtualcs
la Fig' 9 57'
,t" oii-'.e, utra anrplia casuíslica cle los mismos'
presente las fómrulas cscritas en procedido a cal-
en la práctica coticliana cle los proyectos'
deben tenerse herrros
recogidas en las tablas
cular 270 tipos cjiferentes cle situaciones'
H-T quc se adiuntan en este ap¿rtado' aplicando elmétodo de los pór-
hr J' ticos vrrtuales y la lorn'lulaciírn dc la
torsión deducida por el atl-
que ofrece resullados
tor etr cl aparta<lo an'terior' a sabiendas
J\[l\hq* sobreclirnensionacios a torsión'
BD usadas nleramente como
'L¿s tabl¿rs elaboraclas pr'reclen ser

__l_ conrprobaciónt,re-ferenciaclecálculosrealizadosmedianteprogra-
y y también para re-
mas de análisis nrás compleios sofisticados'
de aquellos zunchos
ntt-o'zoffi'u solverel climcnsionarniento en los proyectos
los foiados
qu" L.ren contempjados en los mismos' Básicamente'
cle vivierrclas, lc¡caies comerciales con
sobrecargas de uso de
Ma-|'zo'ffi'u 3 kN/rn2 y pavirr'letttaciones no rnayores cle I kN/m2' y los techos
el ámbito cle aplicación de las
los
cle los aparcamlerrtos' po<Jrían ser
l'ig,.9.57. Fílrmulas.para eslimar l¿ torsión cn de los cenamientos se
zunchos de borde, basándose ett los trlomentos tablas siemprc 1,' cuando las cargas lineales
extremos que proporciorlan los pórticos
virttralcs
movieran clr tonlo a los 7 kNiml'
(F. Regalado).
.Sef.lospoclríacriticarelhechocleque,disponiendodemo-
.con relación a nuestra fórmula para la estimación de la tor- el de CYPECAD'
clelos rnás precisos cle cálculo, como puede ser
anterior a la pre- urr método dc
sión en los zunchos de borde, en ulla publicaciórr hayamos enl¡rleaclo en l¿ elaboración de las tablas
sente, habíamcls escrito lo siguientc' razones que nos han movido ha hacerlo
cálculo aproxiniaclo. Las
a torsión muchos metros lineala son varias, y pueclen ser explicadas perfectamente'
"Con fórmuta se han dimensionado
gsla
puede ser debído a tres causasl
de zunchos sin problemas detectados, Io cual tablas con el mé-
Err primer lugirr' ht:mos preferido elaborar las
que
lezLa fórmula sobredimensiona la armadura de tonión' toclo aproxilriaclo porque al contrastarlas con los resultados
2e; Los zunchos no han pasado por una lase crítica de urga;
hipótesis ofrece el rnoclclc..r CYPECAD, han resultado ser conscrvadoras'
6taimprobabledadalagrancantidaddezunchosqueseet'tuentran RrstarLr elinrinar las armacluras intermedias de los zunchos estan-
clarizacios propuestos, para que los resultados de ambos
mode-
en sen¡icio.

7az l-as fórmulas se aproximan a la realidad."


Ios sean bastanle sinrilares y coincidentes'

cuando publicamos lo transcrito, no teníilmos una respuesta A título merarnente cle eiemplo, si consideramos un foriado re-
consultando la tabla
fiable sobre las tres causas mencionadas, entre otras riizones, pof ticular r)e 24+4 cm y luccs Cle óXó metros,
veil1os quc nos ofrcce como solución para los
no disponcr de una herramienta potente que nos permitiera correspon<liefrte. para los
zunchos ce trorcle cle los vanos extremos el tipo z l7-D y
aborclar el cálculo generalizado de las estructuras espacialmente;
preserrte, tras abordar el cálculo cle suficiente ttúnrero de vanos illtcriores cl tipo
Z-l6D'
en el
proyectos con métodos espaciales, estamos convencidos dc qure
k¡s arnraciuras específicas de las vigas de borde que nos ofre-
nuestra fórmula (Mt : 0,005 ' P ' A2 L) sobredimensiona las
'
quedan recogidas en Ia Fig' 9 58'
que tttás ce el nloclelo CYPECAD
armaduras de torsión ¿e los zunchos y posiblemettte, la
se aproxinte a la verdad sea la de la Cátedra de Hormigón de la
'
E.T.s. de Barcelona (Mt = 0'003 ' P'A2 Ll'
Lt)\ /l)f lL¡dd! lCll(tlldli!

..f*

I
,:.
3Q16L=27O 3ot6L=rEC I

fi16L-270
:FFj--
' 'ri-r 2fr191;-6,4d
I
2A1OL=625

-llP
¡..r1'.
-,:i::.,.1

zga2L=65l lt?
I

lc. 1ú12L=4'lO
d ,aa- j

15 2A12L*#O

--95

rl,'14 I4 tnr y ltlces cle 6 x ó


Fig. 9.)8. Vigas dc ,,',,, ;,.* ¡--¡.r:r.,-:i:ii: ¡.lrr GYPECAD L¡ari¡ ii:r fo: .¡,:i,:.''r.'li,:ü1.1r

iqlir
fii l¿i.'l

3A12L*22O 2912L822O
N12La14 ** l10*a
PÜ.?- 2A1OL=55C
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141AL=375 2612L=5ñ 1 :':

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'1t:i J I

l-ie 9.59 Resu It.¡ clo:; aLr:r-. Ir.1 : : .' ¡T¿r:'.;r aII CYPECAD l)r'rr,i ii' irr ¡ilrrl0 1ictltclciuccs 5x5nr
Los Íoríados reticulares

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lig.9.ó0.Resultadoscom¡xrrativosentrela Iabl¿9.2yCYPECADp;rraurr forradoC¡30*5cnli'lucesde7x7rn

Si comparamos ambas soluciones, nos cncontratnos estribos


. Lo que (luererrtos poner de manifiesto con ejerllplos repre-
QS a l0 y 20 cm en el Zl7-D y cn el Zló-D, v en CYPECAD sentativos de todo lo que hernos podido analizar y comparar, es
que la asignación de n'ronrentos propuesta inicialmente por noso-
Q8a l0yQóa 13.
tros de alguna maner¿l s<¡breclimensiona las armaduras de flexión
Como amrarluras de flexión positiva y ncg;ttiva, CYPECAD da lo suficiente p(rrd (luc cngloben los esftrerzos de torsión quc se
una cuantía total de 429 kN y elZlT-D posee 444 kN; |)or col]si- presentan realmcnte err los zunchos, puesto que cl modelo
guiente, el balance final es favorable a la scgtrri<Jad con la solución CYPECAD liene t)rescnte la torsión cn las arnladuras c¡tle propo-
aproximada. En el vano interior, el balance firral de cr.tantías es coin- ne en su dimcnsioriamiento para los mismos.
cidente.
Por corrsiguiente, debemos terler presente cuando usemos los
Si efectuamos un análisis de un forjado reticular clc 20+ 5 cm zunchos estandarizaclos cie las tablas, que las armaduras latera-
y luccs de 5x5 metros, las tablas qtle se adiuntan llo:i proporlcn les cle torsicirr qric lroseen, clccLrcidas con la fórrnula del ar.ltor
un zunclto Zl4-C para los vanos extremos y un Z I 3-C p'rrir los (0,005 ' P Al Lr, gar¿trtt¡zan un rnagnífico comportamiento dc las
vanos interiores. vigas de borcle frente ;r los csfuerzos de torsión que tienen lugar
erilos borcies cle lor foriaclos' puesto que la mencionada fórmula
Lo qtre nos ofrece CYPECAD queda recogidc.¡ etr la tigura
9'59'
se ha cierlOStraclo scr ligeranrente conseryadora, pucJiéndose re-
clucir ciicha ¡rtllaclura a juicio del proyectista, hasta el punto
Iuntoconunasscccionescroquizaclasdelasarnl¿rclt:rasdelcrs de
zunchos Zl4-CY Zl3-C. haccrla desapareccr, si lo estimase oportuno'

Como puedc versc ell la figura 9'ó0, las armaduras de flcxión No obstanle, cl cleiar lateralmente al menos 2Q6 o 2Q l0 en los
en los vanos extreulos que ofrecen las tabl;¡s se elrcLlenlran zunchos prc)[)trestos, reerrr¡rlazancJo a las que figuran err la Tabla
ert
ligcramente por encima y, en los vanos interiores conlo sucedía 9.2, puecle ser un criterio resistcnte y constructivo adicional fren-
cl caso anterior, a efectos prácticos son coinciclentcs te a la torsiórl recomendable; pucliénclose reemplazar dicha
tabla,
por la nlreva Tabla 9.10 reducicla y equivalente'
I 'r¡ rrl.. ' ,r.rr

,,:l

-a.a

a.a

a..?
l.

a..a

,,11,
+,

l''i::l
3i6 Los loriados rctiularcs

I-ORIADO RETICUIAR 22 + 4 cm CARCA TOTAL:


(P.P. + 4 kN/m'l CERR \\'ll[-NTO: 7 kNi¡rr

VANO EXTRF.MO \/ANO INTERIOR

ANCI-IO DEI. RECUADRO (A) ANCHO DI,I- RECUADRO (AI

4m 5m 4m 5m

zt2-B zt2-B

ónr

zl4-D 7.ti-B
5m
7m :--
ZI7-D zt6-D

llm
ZI9 D zt9-E z')o-E 1.t9-E zl9-E-
zl8-D R-8a7','15 R-8 a 5 y l0
R-E a 7 y l0 R-8a7y15 R-8 a 5 y l0
7m i3 rrr _-l
órn | /m 8m
zM il 0óó kN) zM (l I84 kN) 7 )o-E I z.:0-r zM(ll09kN)
R-8 a 6 y l0 R-Ba4y l0 !-81sy rl ln.*aoi ro R-8a4yl0
Tabla 9.1 I

FORIADO RETICUIAR 24 + 4 cm CARCA TOTAL: 8,7 kN/m'¿


ZUNCHO BIOOUES ALICERANTES PERDI DOS
(P.P.+4kN/*t-- _:.-gYI*to tj*tl!_
VANO EXTRTMO VANO INTERIOR
-
LUZ
(m) ANCHO DEL RLCIJADRO A\CI IO DEL RECUADRO
-;-l --f- t.
ffi'r.', 4r'
zl2-B
zl2-A zl t-A zl2-B zt2-A ZII.A
4
R-ó a 20 R-ó a 20 R-óü 15y20 R-ó a 2t) R-l¡ a 20 R-óa 15y20
4m 5m óm 4m 5m 6m

5 zl3-B zt 4-c. zl4-D ZI?.8 zt j-c zt4-D


R-óa 15y20 R-óa 10y20 R-8 a l0 y 20 R-6a l) y 20 R-ó a l0 y 20 R-Ea 10y20

5m óm 7m 5m óm , tIl

6 zl6-D zl7 -t) 7.17 -E zl5'q zl6-D zl7-E


R-Ea 10y20 R-8 a l0 l' 20 R-8a8y 15 R-8a10v20 R8¿10y20 R-8a8y15
óm 7m 8m óm 7m 8m
7 z I E-l) zl9-t. 220-E Z I8-D LI8-L zt9-E
R-8a 10y20 R-tta7y15 R-8 a 5 y l0 R-8 a l0 )' 20 R-6a7y l5 R-6a5yl0
óm 7m 8rn ónr 7nl 8m
8 Z2O-E zM r1023 kNr zM (l l 5l kN) 220-E 220-E zM (r055 KN)
R-Ea8y l5 R-8aóy l0 R-8 a 4 y l0 R-8a8ylr I n-saóyl0 R-8 a 4 y l0

Tabla 9 12
l¡s foriados reticulares 737

FORIADO RETICULAR 27 + 4 cm
CARCA TOTAI,; 9
ZUNCHO BLOOUES ALIGERANTES PERDIDOS
CERMMIENTO:i
(P.P. + 4 kNlmll

VANO EXTRIiMO VANO INTEI¡


LUZ
(m) ANCHO DIL RECUADRO ANCHO DIL RE(

3m 4m 5 fll 3rrr | 4rn


zt2-A zl l-A zt2-c zr r-A I zl t-R zt2-c
4
Róa20 R-ó a 20 R-ó a l0 y 20 R-ó a 2o I n-0. zc R-óa 10y20
4m 1m ónl 4m I
-----------------.r-
5m

5 zt3-A zt'l-c zl4-l) ztl-A I zri-c


Róa R-8a 10y20 20 lR-óal0Y
R-ó.r R-Ba 10y20

5m
20 R-ó a l0 y 20

óill 7nt
__l
5m I o*
ó 7.t5< ZI6-D 7.17-E zt{-D I Z ló-D zt7-D
R-óa 10y20 R-8a 10y20 R-8aBy 15 R-óalov2Oln-Satol R-8aliyl1
óm 7m Em óm I z*
7 zr8-D zt9,E zl9-F. zl8-D I ZtA-n
R-8a 10y20 R-8a7Yl5 R-8 a 5 y l0 R-8aroy2qLR"gjjf
óm 7m 8m óm I i rll

8 720-E L20-8. zM (109ó kN) 7.te-E


R-8aey20 lR-8aóY
I zzo-z
R-8aByl5 R-8aóy l0 R'6 a 4 Y l0

Tabla 9.13

FORIADO RETICUIAR 30 + 4 CM. CARGA TOTAL: 9,53 kN/m?


ZUNCHO BLOOUE PF,RDIDO DE HORMIGóN CERRAMIE-tY kN/ML_
lP.P. + 4 kNimrl

VANO FXI REMO VANO INTERIOR


-¿LUZ
(m) ANCHQ DEL RECUADRO ANCHO DEL RNCUADRO

3r I ¿ni 5m 3nr I anr | 5rrr

zll-A zlt-A zt2-B zll-A zIl-A zl2-B


4
R-ó a 2O R-6 a 20 xjjlj r 20 T-ó.:20_ R-ó13 Iji-]l-Y-2q
óm > Ír1 óm
4m 5F1 _4 n'r

zl7-c 7-14-D ZI3-A 7.t3-C 7.t4-C


5 zt?-A
R-ó a'10 y 20 R-8a 10y20 R-ó ¡ 20 R-6 .r l0 y 20 R-Ea 10y20
R-ó a 20

5m Ónl _ _ 7nr ) n1
_ óm 7m _
_
6 LI5-D zl6-D zl7-E zl4-l) zll-D zl6-t-
R-8a 10y20 R-8a 10y20 R-{ta9y20 R-E¡ 101 20 R-8a 10y20 R-8aQy20
ón] _ 7nr ll nl óm 7m_ ái nl

7 z I E-t) 7lE-l ZI9-E 1.17 -D ZIB-E zl9-L


R-E a 5 y l0 R-6a 10y20 R-tia7y15 R-8 a 5 y l0
R-tt a l0 y 20 R-f3a7y 15

7m 8nt (r tl 7rn ó lfl


ónt
220-E
I zt9-E z?a-E zMtl038kN) zt9-L 220-E
R-8aóy l0 R-8a5yl0
R-6a9y20 R-8aóv l0 R-8a5yl0 ¡l-g¡t)y20

'l¿bla t). l4
Los foriados rcticulotes

FORIADO RETICULAR 20 + 5 cm
CARCA TOTAL: 7,8 kN/m'
ZUNCHO BOVEDILLA RECUPEMBLE
(P.p. + 4 kN/m?) CERMMIEN.TO: 7 KNiML.

VANO EXTRIMO VANO IN'TTRIOR


LUZ
(m) ANCHO DEL REC:I,JADRO ANCI IO T)EL RECUADRO

3m 4m 5m 3m 4nl 5m

4
zt2-A z|-A zt2-B zt2-A ZII-A zt2-B
R-ó a 20 R-ó a 20 R-óa 15y20 R-f¡ ¡ 20 R-(r a 20 R-óa 15y20
4m 5m óm 4m )m óm

5 zl4-B zt4-c zt4-D zt l-B ZI3-C 7.t 4-t)


R-óa l5y20 R-óa lOy20 R-8a lOy20 R-óa 15y20 R-óa l0y20 R-8a loy2o

5m óm 7m 5nr ónl 7m
6 zt6-c zl7-D zl7-¿ zt5-c 7.1(yf) zt7-E
R-óa 10y20 R-8a10y20 R-8a8y 15 R-óal0y20 R-8a 10y20 R-6a6y15
óm 7m 8m óm 7nr tim
7 zt9-E zt9-E Z2O-E zl8-D 7.t8 E zt9-E
R-8a 10y20 R-Ea l0y I5 R-8a5yl0 R-8a 10y20 R-6a l0y 15 R-Ea5yl0
óm 7tn 8rn óm 7m 8nr
I 220-E zM t053 kN)
( zMil ról kN) Z2O-E- | Z.z}-L zM (l0tJ9 kN)
R-Ea6y l5 R-Ea6y l0 R-8a4y l0 R-8aByl5 I R-8aóvl0 R-8 a 4 y l0

Tabla 9. l5

FORIADO RF-TICUIAR 25 5 cm * CARCA TOTAL: 8.óó kN/rn'1


ZUNCHO BOVEDI LL.A RECU PERABLE CERRAI\IIENTO. 7 KN/ML.
(P.P. + 4 kN/m)l

VANO EXTRIMO VANO INTERIOR

LUZ
(m) ANCIIO DEL RECUADRO ANCHO DEL RLCUADRO

5nt 3m 4nl 5m
3m 4m
zll-A zl2-B zt1-A zll-A zt2-B
zt2-A R-óa 15Y20
4 R-óa 15Y20 R-ó a 20 R-ó a 20
R-ó a 20 R-ó a 20
4m 5nt óm ¿ rtr inl óm

zl3-A 213-C zl4-D


, zl)-A zt3-c zl4-D
R-8a10y20
R-ó a l0 y 20 R-8a t0Y20 R-ó a 20 R-óa 10y20
R-ó a 20

óm 7m
_i_ _ó-t--
zl6-D zl7-E
5nr
zt4-c zl6-D zt7-E
6 zl5-c R-8a lOy20 R-8aEy l5
R-óal0y20 R-Ea 10Y20 R-8a8yl5 R-óa 10Y20
Em óm 7rn Em
óm 7m
718-E zt9-E ZIE-D 218-E zl9-E
7 ZIE.D R-E a 5 Y l0
R-8a7yl5 R-Ea5Yl0 R-Ea 10Y20 R-8a7y 15
R-8a10Y20
8m 6rn 7m 6m
6m 7nr
I 220-E 220-E zM rl0ó4 kN ztg-E 719'F, 7.20-E
y l0 R-Ba5Yl0 R-8a9y20 I R-8aÓY'lo R-8aFy l0
R-Ea9y20 R-8 a ó

Tabla 9.1ó
L¡s foriodos r¿liculores 339

FORIADO RETICUIAR 30 + 5 crlr CARCA'l OTAI.: 9,5 kN/m'?


ZUNCHO BOVEDII,LA RECUPEMBLE CERRAMIEN'IO; 7 kN/ML'
(PP +4kN/mr)
VANO EXTREMO VANO INTERIOR

ANCHO DEL RECUADRO ANCHO DEL RECUADRO

4nr )m 3nr 4 rrr tm


ZI I-A /.1 t-A /.12,8 ZI I.A Ll t-A ZI2-B
R-ó a 20 R-(r a 2(l R-óa 15y20 R-ó a 20 R-ó a 20 R-óa 15y20
5m 5rn óm

zt7-B 1"1 l-c zl4-D zt'l-c Ll4-t)


Róa 15v20 j R-óa 10y20 R-8a 10y20 R-ó .r l0 y 20 R-tia 10y20

zl5-c zt6,t) zl7-D zt6-[.


R-óa 10y20 R-tia 10y20 R-6a8y l5 R-ó .r l() v 20 R-E a l() y 20 R-8a6y l)
7 r¡r

zl8-t) zt8-E 217-D


R-lta l0v2O R-tta71l5 R-E.r5yl0 R-fJ¡ 10y20 R-Ba7y15 R-8a5yl0
óm 7nl
ZI9.L z2o-E zM (lo2(, kN) Ltg.L I Ztg-E
R-8a9y20 R-8.róyl0 R-8a5yl0 R-8.r9y20 lR-8aóyl0 R-lta5yl0
'l'abla
9. l7

FORIADO RETICUL\R 35 + 5 CM
I 0,4 kN/rn'?
C,ARC;A TOTAL.:
ZUNCHO BO\EDILL{ RECUPERABLE
CIRRAI\llENTO: 7 kN/ML.
IPP +4k\ mr
v'.{\io LxTRf\1c) \ANO INTERIOR
Lltz
(m) ANCHO DEL RECUADRO ,\\CHC) DEL RECUADRO

3m 4m 5nr 3r' 4 ill 5m

4
zn-A ZI ¿-A ¿t3-B ZII-A 7.12 A ZIJ-B
R-6 a 20 R-ó.r 20 R-óa 15y20 R-ó ¿ 20 R-ó a 20 R-6a15y20
4 ¡tt 5nr ónl 4m 5nr óm

5 zt?-A ZI3-C zt4-D ZIJ.A zl3-c. zl4-D


R-ó a 20 R-óa I0y20 R-8a 10y20 R-ó a 20 R-ó¿ 10y20 R-8a 10y20

5nr 6 tI) 7 rrr 5m ónr 7nr


ó zt5-c zló-t) ZT7-E ZI4.C zl5,l) zt6-E
R-óa 10y20 R-8 a l0 y 20 R-8.r8y l5 R-ó a 101 20 R-8a 10y20 R-8a8yl5
óm I |1 ó ltl 7 :rt- 8 nt_
7 ZT8-D zt9-E 7.t7,D 7.18-E zl9-E
R-8a 10y20 R-8¿7v15 R-8a5yl0 R-8¡ l0r 20 R-Ea7y15 R-Ea5y l0
óm
-zt¿lr
7nl 8nr ónl 7nr 8nl
I zl9-E 220'F. z\1(r02ókNl Z1E.E. 7.19-D 7.20-E
R-8a9y20 R-8aóv l0 R-13 a 5 y l0 R-U¿9v20 R-uaóy l0 R-6a5y l0

T.rbla 9, lB
140 Los foriados reticulares

FORIADO RETICTJIAR 40 { 5 CM
CARGA TOTAL: 17,5 kN/mr
ZIJNCHO BOVEDILIA RECUPI:RABLE CERRAN{lENTO, 7 kN/ML.
(P.P.+4kN/m'])

VANO EXTREMO VANO INTI1RIOR

LUZ
(m) ANCHO DEL RECLJA DRO A\CHO DEL RUCUADRO

3m 4 rrr 5nr Ir I 4m 5rn

zl3-A zl )-lt zl3-l) zi3-A I Zt't-tt 7 t3-D


4
R-6 a 20 R-6a 15y20 R-8a 10y20 R-óa20 Ln-óalSY20 R-8a 10y20
4m I 5m óm 4rrr | 5m óm

5 zt4-c zl5-D zl7-E 7,t 4-( | 1

zl4-D zl6-E
R-óa 10y20 R-8a 10y20 R-8a9y20 R-óal0l'eO n-Aa10Y20 R-6a9y20

óm 7m 5m l,¡ rrt IM
5m
6 zl7-D 7.18-E zt9-E zl7 -I) ZIE-E zt9-E
R-8a 10y20 R-8a7yl5 R-8a5yl0 R-Ea 10y20 R-8a7yl5 R-Ea5yl0
óm 7m 8m ónr 7m 8m
7 220-E zM{t08ókN) zM il 2ó3 kN) 220-E 220-E zM il ló0 kNl
R-¿3 aó y l0 R-l0a6y l5 R-l0 a 5 y l0 l0
R-8aór R-lOaóY l5 R-l0a5yl{)
óm 7nr 8m ól¡ 7 rrr 8nt
8 zM il 220 kN) zM {13ól kNt zM 0 5rJ5 kN) zM t1095 kNr I
z\r rl23l kN) zMtr444kN)
R-8a5yl0 R-l0aóy l5 R-10 a 5 y l0 R-8aiil0 lR-l0aóVl5 R-10 a 5 y l0

Tabla 9. l9
Los lorjados reliillares

10. l.^as deformaciones de los foriados reticulares

Algunos aspectos de lo que aquí se expone, tales como la in-


l0.l . Obieto del capítulo y declaración de flucncia que prcsenta en las cleformacioncs el tamaño de los pi-
intenciones lares en función dc las luces y los cantos dc los foriados
reticulares. basada cn el análisis de 140 estructuras dc 5 vanos por
Oueremos deiar constancia desdc el pnncipio, con el obieto de 5 vanos y 4 plantas, con alttlras de pilarcs a eies de 3 metros, sin
no e<¡uivocar al lector, que rentlnciamos de entrada a cualqtlier in- Iugar a cludas constituyerl Llna novedad en el labcrinto de esta
tcnto y pret-ensión de analizar la problemática de las deÍorrrracio- problenrática, (lue nos permite irrl-roducir algunas consideraciones
nes buscando formulaciones, y planteamientos encanlinados a la aclicionalcs baio el punto de vista del proyecLo.
evaluación precisa y "exacta" de las flechas en los forlados sin vi-
gas; clicho trabaio se encuentra fuera cle nuestro alcance y lo de-
¡nrnor en manos dc los investigadores. que pest-' a los
considerables avances que han realizado en este campo, desgra- 10.2. Problemática histórica de las
ciadamente, aún se encuentra muy leios de estar resuelto' deformaciones en los foriados
La ntayoía cle los irrtentos cJe calcul¿rr las flechas en los foria-
Lo prirnero que teneillos que tener presente, con el obieto de
dos sin vigas, parte cJe trabaios realizados sobre piezas lineales
gene- centrar el problema en todas sus vertientes y amplitud, radica en
sometidas a flexiones simplcs, cuyos resultaclos tratan dc
pro- quc las cleformaciones de los foriados no constituyen, salvo excep-
ralizarse a situaciones más compleias. En particular' toda la
ciones, urr problema en sí mismo, puesto que en general no afec-
blcmática relativa a qué inercia considerar en las secciones de
honnigón: la bruta (sección sin fisurar y sin tener en cuerlta ias ar-
tan a la estabilidacJ ni al comportamiento resistente de las
macJuras que posec), o la fisurada y homogeneizacl¿ lsección fisu- estructuras y, visualmente, Ia mayoría de ellas son inapreciables y
rada cn la qtre el accro de la misma sc convierte en rnatcrial de pas.rn desapercibidas al ciudadano que las tiene sobre su cabeza.
hormigón equivalente), abordada por D.E,. BRA,\'ISON y resumida
Si no fuer¿ porqL¡e al deformarse los foriados arrastran tras de
en el concepto de lnercia Efectiva, contemplada 1'recogida en la
sí, parcial o totalmerrte, las piezas y elemcntos que se apoyan so-
EHE, resulta un eiemplo emblemático dc dichos intentos-
bre los mismos, especia)tnente las tabiquerÍas y pavimentos deli-
Lá tesis doctoral dc Luis García Dutari, tutelada por el profe- cados que configuran las distribuciones y suelos de las viviendas,
sor l.Calavera, sobre el análisis de flecha en los for¡ados sin vigas,
provocando fisuraciones en las primeras y desaneglos en los se-
sin lugar a dudas constituye un magnífico y serio trabitio baio un gundos, no esL¿rríanlos probablemente hablando de las mismas y,
prisma puramente cualiLa[ivo, que de por sí lo iustifica sobrada- la literatura técn¡ca, no hubiese clado origen a infinidad de publi-
mente, sin embargo las dispersiones obtenidas en los resultados caciones de tocl¿r ínclole, tratando de analizarlas bajo todos los
y la problemática derivada dc los mecanismos torsionales de difí- puntos de vrsta.
cil cuantificación en los forjados reticulares, así como el grado dc
Los problerlas derivados de las deformaciones no son de aho-
fisuración tan elevado que presentan las capas de compresión por
ra, ni afectan rinicamcntc a España, como pusicron de manifiesto
cuestiones reológicas (afogarado, retracción, etc.), nos hacen du-
los trabajos de RÜSCH en 1960 con casi mil referencias.
dar si los resultados numéricos que proporciona el método de los
elementos finitos a nivel teórico, son tan fiables como para poder- Desde que el hornbre elevó del suelo sus construcciones api-
los aplicar y tener presentes como referencia para contrastar resul- lando plantas sucesivas, los fbrlados de madera que empleaba ya
tados obtenidos por otros métodos más sencillos, como puede ser present;rh;rn problemas de deformaciones elásticas y diferidas,
el rnétodo de los pórticos virtuales que el propio autor desarrolla dar-rando pavinrentos ¡' ta biquerías.
en su tesis, o el modelo teórico de cálculo introducido en el pro-
grama CYPECAD descrito a nteriormente. Basta entrar cn cualquicr cdificio antiguo que conserve su es-
lruclurir básica original dc muros dc carga, vigas y viguetas de ma-
Nuestra intención en este capítulo es plantear el problema de
dera, para constatar que los techos se encuentran abombados, los
las deformaciones a nivel cualitativo, exponiendo aquellos facto- pavimentos recrecidos y superpuestos buscando una nivelación
res que intervienen en las mismas y que pueden ser fácilmente c¡ue nunca se consigue, y lruellas de reparaciotres sucesivas en las
nrarripulables por el proycctista, con el obieto de minimizarlas al tabiqueríars tratanclo de oct¡ltar las cicatrices que como consc-
máimo y reducir las consecuenc¡as negal¡vas que existen para las cuencia de las deformaciones diferidas y una mala política de con-
tabiquerías que descansan sobre los forlados, sean éstos del tipo servación, han idr¡ dejando en ellas, como si fuesen páginas de un
que sean. libro, el paiso del tiernpo.
Los foriados r¿li.ularcs

La llegada de la Revolución l¡rdustrial con la irnrpción en las líbertad tJ sLts rlarLtmentos adntítían recortes q rasgaduras como Ia
estructuras de edificación dc los foriados nretálicos, redrrio drás- revolttcionttríu'fenitrc en langeur'. En las plantas, los elementos que
ticamente el problema de las deformaciones difcridas hasta prác- conli1rran ei es¡rticio, los cenamienlos vertiules, se libttraron de las nigencias
ticamente hacerlo desaparecer dc la cultura constrtictivista de los del orden eslnrclur¡1
arquitectos e ingcnieros responsables de l¿s construcci<tnes. Toclo
.,, Desgraciudanrd,r¡c ¿-(¿rs prometedoras sugerencias no se desanollaron
lo más, se encontraban con un problema de vibracioncs que, tlna
rcmo mer¿tLan. L(rs ¿pú0,r0s del Estilo lnternaúonal utilizaron sus dsp¿ctos
vez asumido por el usuario, pasaba al olvido al nlanifestarse cn
mris renlttblts ¡l¿s¿i¿ ¿l punto de vista inmobiliario. Los elementos tectónicos
conbdas ocasioncs, o se incorporaba como un elcmcnlo desagra-
perdieron trrdas lr¡s balallas de Ia guerra entre el orden de la estructura y el
dable adicional al ruido ambiental que existía en las naves y eclif i-
de los espacrrrs úrlr'rior¿s t1 han terminado subordinándose a los cenamientos
cios destinados a fábricas, sin que las mismas tuvieran nayores
que definian lor¡les q fturt:ittntts.l.tt jácena se disolvíó en el techo a los pilares
censecuencias sociales puesto quc, los conceptos cle estados lí-
se loca/i:¿rrtrri siqr¡ri(',r¿lo Ia huella de los labiques u ocupando los rincones más
mite últimos en scwicio lodavía estaban nruy leios de ser introdu-
murgrnalts dt la planla.
cidos en el mundo de la construcción.
...P¿ro ¡d¿¡rris estaDa ¿sa ínquietanle exigenda de untinuidad.El edificio
tenía que c:fu¡r ¡¡n'u¿llo plr una superlicie antinua y tersa que sc tompagina
ntal cttt't ltt rettlidttd tecnológica del momento. Los tendidos de mortero de
cemcrüL1.4rrc los rrrciorralislas t:olocaron sobre la helerogénea divenidad d¿t sus
- Gimnasios y edificios deportivos
- Salas de baile y salas de cortcicrto sin asierttos fiios c( rrr¡rri¡c,riLrslttdrillo htteco, canttts de hormígón, dinteles colgados q pilares
t1¿

- Salas de concierto ccxr asientos fiios iflnrer-sos e¡¡ c/ ¡¡rrratrti{tlto de fachadu, no han soporludo Ia prueba del

- Estructuras para pcatones y ciclistas. tienrpo. L¿is rir/irn¡acio¡es diferenciales de ese variopinto soryrte han explicado,
En este lipo de estructuras debcn evitarsc frecuencias entre I 'ó y d trar'¿s ijc i(rs DLrrl¿ros , Ia variedad de una construccíón que no puede ser
2,4 Hzy entre 3,5 Y 4,1 Hz larr crrrrtirtLr¿i ni fuirt lcrsa.
- Estrucl.uras para corredores a pie.
En este tipo clc estructuras deben evitarse frecuent ias entre 2'4
y AÉi¿rl¡ ii¡ tttia tle Patñora, Ia construccíón no ha cesado de diveni[íurse.
Los c¿lilrcirrs 4rrc (¡rl¿es estaban construidos casi solo can un material,
la

ceranticttpt)r i]t'|fif|/lo, estan formados hog por cenlenaru de ellos. ada nuwa
Tabtal0.l.Vibracioncscríticas.Datosobtenidosdcc..E'B.t]tr]etírrn..209, exígentrtt t1e\:0¡liürt 0 dc Ia moda introduce una capa más' un malerial más'
l99l por J. Calavera. una funciótl' frente a
Materit¡l¿s ¡-sp¡ci¡li:a¿los qutt sólo sirven para cumplir
krs rrr¿¡l¿ri¡i¿'s ¡r¡diciorl¿¡les de amplío especlrl'
indis-
El descubrimiento del hornrigón arm¿rdo y srr imposición
cutible como rey absoluto de las estructr:ras dc edificación en '.'E¡ldslt.(d,ltflldlacontencíótle5d¡fkil.Enlosedificiossitlgulareslas
todo cl sigloXX, y casi con probabiliclacl absoluta también en el mas modas de carácter capnchoso
lornras c¡rlstr¿rcli|cis siqucrr ltrs riictados de
pretensaclo' in- ..) Ia ausleridad de las
siglo )(X, áyudánáose cada vcz nrás del hormigón U, drl rlrtirfids casos. superficial. { Recordando

tródu¡o de forma lenta en su etapa dc desanollo y de fonna


cre- ftutción, ngurosa en su construrción q contenidas
en
ar4uitcrtr,ras li¿[,s a -qrr
del siglo (lifkil nuevo rico sin ser horteral
cienté en su seg'nda etapa, a par[ir clc la segrrnda nrit¿rd su rosk', sc irttpitrte ir¡ t'r'i¿ierlria: iqué es ser

acabado, el problema cle las deforrrlaciortt-'s cliferid.rs err los foria-


..-Nt¡¿slrclsig}lo.Álcqueseacaba,haimpuestounaevoluciónradícalq
dos <le hormigón por las cucstiones reológicas dc todos cc¡tioci-
arel(adú¿i lir ler¡ric¿r rcnstructi¡a, hs innovaciottes han sido tan
pro[undas
en
das, inevitablemente unidas a todo un canlbio revolucionario porticada'
tonto ldsfrslil¿liirj,l ¿i¿ los nttrr¿rs portantes por la eslructura
de
y los cdificios en España' nragnífica-
el arte dc proycctar construir de tela de la
las crrl)i¿rt¡s irlr/i¡ra¿i¡-s de teicr por las planas asfáltica,
mente resumid" por el arquitecto lgnacio Paricicl en su litrro Corts-
prlteccitin por fspd_((1r a ltt esprtcíalizacíón de materiales que solo sirv"en rcm1
truccionu para in¡ciar un siglo'
ai_s/Urrt¿,s lrinuii.rs 0 {5f(¡/t(0S, En eSe COnteXtO el
nnOcinientO tradiciOnal, lan
l(t[]Oriosa.ntrnt¿ construitlo pttr el penttso m¿todo d( lA prUeba g el errOf, tla
Y pt¡esto clue ya p¿rrece que poco ¿i poco v¿rrr¡c.ls ¡'rercit:iendo vieio código de sOluciones decantadas en un
ti(ttlt iriritlrirr -ierrliritt.l'odo ¿tl
que ei problema de las deformaci<¡.es no se rrtsuelvtt t:xclusiva- t10
proccstr nrrr itisr ililLtr pLtri'rc inLitil.
mente con su cálculo, sino que ncC€Sit.ln'los aprcn(Jer a €lestionar-
las con todos los medios constructivos a nuestro alcatrce' p¿ro iirlflrr¿ís /a ¡rrr¿yn sltuación no admite la susljtuciótt de ese códiqo
pá-
amablementc, l. Parici<¡ nos ha permitido repr()dtlcir algunos p0r 0lrLl rrrris ¿¿ir,ru¿¡r{o ü lLl [()r$truuión del nuevo siqlo. La diversidad de
nafos de su libro, donde nos explica, bajo cl punto cle vista arqui- que no cabe ni
cin¿ulslarlrt¿i-r tt tlt ¡tosibilidades técnicas es tan gründ!
tectónico, el contexto en el que dicha gestión debe prc;ducirse' intaqin¡r lrr ¡l¡iiorariorr de tm nuevo rerctari| sinilar al que demostró su
utilid¿tl t.lLtrtutLc -ri4iLrs, l-lrr fárraqo a t'¿c¿s a(esitto, a ver?S erróne| -q Siempre
"...lAestrucluraportícada,porsuparte'ctt>ritiuttasposibilídades
r¡n/rso ri(i /?or¡l?ri¿irtis tia tntentado Iapar ese hueco pertt es un aqu¡ero
absolutamente nuevas a la organizaciótt de lus plttttltts q al tratamienlo
de
poclian tlcr tralarse con Loda inposihlt ci¡ l/c¡rLrr: Stíio po¿lenros estar de actterdo en el valor universql de
Ias fachadas.En los alzados, Ias fachadas
Los [oriados rcIiculares

algunosgrands principios ordenadora del unximiento técnico que rigen sus seqmentación en bandas horizontales apogadas en los sucesivw foiados- En

de aplicación a la arquitectura de nuestros días. lunto a ellos un ese plano tprjl r! dparentemente tectónico se inscribe el dibuio de Iw huecos,
formas
univeno de detalles de oficio completarán el wreelatlo cottocimiento técnico si a que existen.
q agudarón a resolver innumerabls problemas.
..,Eslos e/eclos se consiguen pasando por delante de Ia testa del foiado
... El umbio más significativo ha süo sin duda la ñeterogeneización de unos lrozos de ladnllos que fingen la continuidad de los paramentos superior

la construcción. HoU es imposible construir un edilkio cln unos pocos e inferior.

materiales de amplio espectro.


...1-a reivindicación de un lenguaie arquitectónico más próximo a la
.. .Durante estos cien años se han impur'to los matenales especializados organización constructiv'a del edificio no es banal. Ln diversidad de matenales
en el cumpliniento de una sola función, matenales especiales para soplrtar utilizados en Ia construcción convencional exige una libertad de

urgas, 0 para aislar térmimmente, o para lormar baneras estancas elc. clmporldmiento de cada uno de ellos que no es f'ácil de conseguir en una
conslntcciótt que todo [o une g empastq V en una arquitectura que todo lo
El rrultndo a un mmpleio de sistemas conslruútllus que se diferencía wlo unifica q geometnza. Si los acabados exteriores se mueven con los umbios
ese ttso intensivo de natmalr' rwcialiudos, en el grado
lo leios que lla¡an
en térmicos, las estructuras se deforman nn Ia anlución reológiu o las auiones
de exhíbición de ca
evolución g en la manera de relacionar enlre sí las diversas honzontates, kómo podremos encomehdar a unls uniones amorteradas la
capas o envolvenles de materiales tan diversos. *
trata siempre de formas
estanqueidad del edificio o la estabilidad de los aplacados?. La bondad de
construct¡vas multicapa, de cerramientos insertos dentro de estructuras nuestrls climas t1 la infinita mísennrdia divina pareu que han estado afavor
portantes diferenciadas, pero es posible que todav[a se usen materiales
de luarquitectw, wro no son estos argumentos suftcientr para seguir llanndo
tradicionales cnmo acabado exterior o que, wr el contrario, se usen solo
fuera de su marco de posibilidades unos sístemas conslruclivos muy deliailu.
materialr ligerw, uros g modemos, ensambladu o u¡tidos con fiiaciones cada
La lrecuenria de los accidentes, que está impulsando una tanera alcista de
vez más nftstiudas. las tarifas de Asentas la compañía de seguros de los arquitectw, parece indicar

... L-a estructura portiwda constituge un avane radical para la libertad


que hemos ido demasiado leias en algunos casos, o que alguien está
en la distnbución de Ia planta g en Ia composieión de Ia fachada, pero nadie descuidando su protección a los profesionales del ramo.

ha hecho frmte al problema de la inserción de unu unamienlls tígidls dentro


Pero la volunlad de geometrizar, minimizar, uniliear el volumen del
de un ontexto deformable de manera que sus unionn sfr¡n estallc{¡s.
edificio es más fuerte que el respeto a Ia realídad constructiva.
...Es mejor esa anstrucción en la que el arquitecto puede centrarse en
...Es necesario entender el edifícia, y el proceso edifícatono, coma una
paliar los defectm conocídos, que una conslrucción que ponga toda la obra
unidad. No pueden tratarse los cerramientos sin haeer referencia a Ia
en grave riesgo de perdida de control.
eslru(tura, no pueden estudíarse las t'achadas sólo como protecciones sin
En 6tas condiciones Ia mnstruuión convencional puetle dar muy buenos considerar cómo las alectan los problemas de estabilidad, no pueden resolverse
resultadls arquitectónicos. Casi todos los edíficios de los años lchenta U
Ias instalaciones o las protecciones Írente al fuego desde una normntiva que
principios de lw noventa que han hecho Íamosa la arquitectura española en las trata como si fueran las únicas exigencias que debe satislacer el edificio.>
todo el mundo conaponden a esta manera de onstntir. La relación entre los
costes, Ias habilidades de los trabaiadores, Ios conocimientos de los iefes de
obra A los recursos e intenciona de los arquiteclos encontrarln m punto de El par.oranra arquitectónico definido por L Paricio ha supues-
equilibrio en m anvención. Otros países no luweron ese e4uilibrio q alqunos to una especie de segunda revolución en el rnundo de la construc-
todavía hoy nos lo envidian. ción que, superpuesto a las estructuras de hormigón armado,
digamos que de segr.rnda generación y caracterizadas por una ma-
Casi todos los edílicíos de víviendas que construintos están resueltos con
yor rcsistencia en los horrrtigones y aceros, luces más elevadas,
estructuras portiudas g erramientos de ladrillo de dos [to¡as rcn aislamiento
cantos estnctos y triunfo absoluto de los forjados planos, huecos
interpuesto. Todos ellos sufren las amenazas de inestabilidad de la hoja
cn los misnros cada vez más y mayores para alo¡ar verticalmente
exterior, Ia dificultad de relación entre las hojas, los problentas de junta con
sus instalaciones, r¡tn'ros constructivos insospechados, absoluta
el [oriado superior elc. que tantas veces hemos cilicado tl¡ fachada de ludrillo,
supcditación cle las estructuras a las demandas funcionales, etc.,
ü.Bisagral, pero ejecutadas con sumo cuidado no se ntan comportando lan han engendrado una problernática de incompatibilidades, agrava-
mal como podría parecer A suponen todavía una solutión nwy económka y das por el comportanriento reológico y mecánico del hormigón, que
de amplias posibilidades compositivas. conlleva que ias mencionadas estructuras no se mantengan esta-
bles en el tiempo, y que sus defonnaciones den pie a desarreglos
Es habitual que Ia faehada de estos edilicios se úaga completantente de
patológic<-rs de todo t¡po en los acabados, siendo todo ello origen
espaldas asu real organización teclónica.El líenzo de [aóturla, sea ¿le latlrillo
de infinidad de quebraderos de cabeza.
vislo o revestido, se trata como un plano continuo, repudianCo Ia ohliqada
Los lorjados retiulares

scrán responsabilidacl de la estructura; lo cual choca frontalmen' Si lo aplicarnos a luces de 4 y ó metros, como luces más re-
te con los plantcamicntos tradicionales y obliga al hoyectista y al presentativas de l<.rs ¡.rroyectos arquitectónicos pasados y actua-
Director de Obra del Edificio, a establecer una estrategia de Pro- les, nos errccnlrümos que, sólo por el concepto de aumentar las
yccto y Construcción de cara a las deformaciones, que hasta ahora luces entre pilares, las flechas se han incrementado del orden del
dclegaban en el autor del hoyecto de la Estructura sin exccsivas l00o/o, es decir el doble.
consideraciones bajo el punto de vista de la conce¡lción general
de la misma, y sin pararse a pensar mínimanrente en córnc¡ van a , J.75

ser construidos los cerramientos.


lól =2
\4/
Lo que figura a continuación, tal como dilimos en la introduc- Si aplicamos el mismo criterio a los forjados reticulares, y pesc
ción de este capítulo, va todo ello encaminado a poder facililar el a quc cl parámetro cr pueda tener un valor ligeramente inferior
establecimiento de dicha estrategia, proporcionando una informa- (1,45 - I ,ó51 los resultados finales conducen inevitablemente a la
ción cualitativa suficientc y una formulación nr¡mérica sirrt¡:le, quc conclusiórr de quc las flechas se han duplicado, pese a ir
pcrmita soslayar el problema de las deformaciones c:on c.iertas ga-
¿rumentanclo ¡rar,rlatinarnente los cantos de los mismos hasta
rantías de salir airosos de la prueba.
alcanzar ya valores desmesurados y fuera del ámbito de lo que
podríamos estim¿r como sensato para los esfuerzos que tienen
que soportar.

10.4. Luces y cantos . En el Capítulo 3, donde se habla de las tipologías de los


forjados sin vigas, tuvimos ocasión de exponer de. forma extensa
. Difícilmente podremos encontrar en el presente un edificio todo lo rel¿,¡tivo a la elección de los cantos en los foriados
cuyo sótano no sea un aparcamiento .V su planta baja no se reticulares con el obieto de enfrentarnos al problema de las luces
encuentre destinada a ser el contenedor dc localcs comcrciales con espesores cle foriados razonables.
que demandan funcionalmente diafanidacl.
Nuestra propuesta se resumía en elegir los cantos de los
Mientras que en una distribución de viviendas las luces entre forlados siguiendo el criterio:
soportes puedcn cstablecerse fácilmente entrc los 3 y 5 rn, las
luces óptimas entre pilares para un aparcamiento sc mueven en lr
tomo a los 7,50 m y en los localcs comerciales en los E m. Dado ñ,r,;o
que las últimas luces mencionadas comienzan a salirse fuera del
de forma clue, si al analizar el contexto del proyecto y la obra
ámbito de razonable aplicación de los foriados planos, y no se
quicre renunciar a las considerables ventajas de todo tipo que futura, se percibiese que el riesgo de rotura en las tabiqueías se
encontraba accntuado y latente en todo el proceso, tratásemos de
ofrecen los mismos como solución estructural v funcional, se. ha
acercarnos a L,20 y, si no fuese así, por ejemplo en el techo de un
optado por soluciones de compromiso que no satisfacen .r nadie,
aparcamiento, podíamos tranquilamente elegir cl canto en base a
proyectando las estructuras con luces oscilando entre los 5 v 8 m,
U24, ya que ias deformaciones carecen de trascendencja.
abandonándose definitivamente las luces tr¿ldicionales cle l¿¡
edificación que oscilaban alrededor dc 4 m. Nuestro criterio, si bierr garantiza que las flechas teóricamente
recomendad¿¡s como admisibles en las Normas no se superan,
' f . Calavera y L. carcía tratan de cuantificar la rea,ic]acl ¿rnterior en
y nos dicen que al aumentar las luces han aunlentaclo los nrodo alguno evita que un diseño arquitectónico forzado y una
cantos,
pero aproxirnadamente puede estim¿rsc que a pesar del
secuencia constrllctiva descontrolada no acaben orignando algun
incremcnto de cantos y, por tanto, de ¡nercias. en tipo de problema de carácter disperso y cnático en las tabiquerías
la ¡rr:ictica las
flechas aumentan siguiendo la expresión: clel con junto construido de carácter mínimo.

. L¿l nuer,,¿r EHE establece una relación de cantos para


ruf forj;rdos reticulares y Ias losas que, como pudimos ver en el
los

IL' J Capítulo 3, so. claramente inferiores a los resultantes de aplicar


L2, L¡: Luces que se comparan
nuestros criterios; sin embargo, en el artículo 50 relativo a las
deformaciones, nos ofrece la Tabla 10.2 con la pretensión de que
c: Parámetro que para forjados de vigueta y bovedilla Duecle rr,rmarse
igual 1,75. su cumplimiento evitc el cálculo de las flechas.
Los Íoriados reticulares

Elementos Elementos
Sistema estructural fuertemente armados débilmente armados
(p= Atbsd= 0,012) (p=Atbod=0,004)
Viga simplemente apoyada. Losa uni o
bidireccional simplemente apoyada 14 20

Vioa continuar en un extremo. Losa uni-


dir-eccional continual'e en un solo lado 18 24

Viga continuat en ambos extremos. Losa


unidirecc¡onal continual'2 20 30

Recuadros exteriores y de esquina en losa


sobre apoyos aislados3 16 22

Recuadros interiores en losa sobre apoyos


aislados3 17 25

Voladizo 6 I
i Un exlremo se considera cont¡nuo sr €l momento corr€spond¡ento es rguai o supenor al 85 o¡i del momento de empo'
tramiento perfeclo.
2 En loeae unid¡r€cc¡onales, las esb€lieces dadas se relisr6n a la luz menor.
3 En losas sobre apoyos aislados (pilares), las esb€lteces dadas se refieren a la luz mayor.

Tabla 10.2. Relaciones a cumplir p.'rr¡ no calcular flechas se'gún EHE. tLra,c: Cc .a :¿blat > d tcanto útil de la placa)

La tabla, al hablar de losas, no distingue si son macizas o ali- nos resulta ei criterio
geradas, pero dado que en España las losas macizas apcnas tie-
nen penetración en el mercado, deberemos interpretar cllle se
refiere a las losas aligeradas, bien sean de tipo r.rnidireccional o re-
tr> lr+3 {L en cm)

ticular.
.Así, ¡:or ejer:rplo, si tenemos un foriado con luces dc ó00 cm,
Aceptando lo anterior, también aceptaremos que nuestras lo- nuestro criterio persorral nos permit¡ría iugar con un canlo com-
sas entran de lleno en la columna de cuantías de annaduras ba- prendido entre
jas, es decir, de elementos débilmcnte armados:
ffi=3ocm>H>ó,oo=2s..
A
p=;:<0,004 20-24
Y para no Lener que calcular las flechas scgún EHE, tendíamos
pero para ello debemos considerar, que el ancho dc los ncrvios no que proyectarlo con un canto mayor o igual que:
puede ser el real (10 ó l2 cm), sino el virtual relativo a la z.ona que
cubre, en otras palabras, que b :
entreeies.
n='2,
^0-Q*l=30.3cm=30cm
. En estas condiciones, para no tener que cak:ular las defor-
maciones en los forlados reticulares y, dado que todas las plantas Para un¿i luz de 700 cm, la aplicación de la tabla 10.4.1 de la
de edificación suelen tener más recuadros exteriores y clc esqui- Norma conducirí¿¡ ¿r r.rtt canto de,
na que interiores, nos veremos obligados a elegir un canto del for-
jado tal que: r-':: +3 =34,Bcm = 35 cm
"
\ =zz
d
(d: canto útil ctel forjado) y con nuestrO criterio:

y aceptando que el canto útil sea por término rnedio iglal ;r f!9=¡lcm>H a#=29,2crn
d:H-3
Los lorjados reltcular¿s

Como puede verse, la EHE proporciona un criterio para fi¡ar el 10.5. Influencia de la calidad resistente de
canto de los foriados que obvia el cálculo de las flcchas, situado los materiales en el control de las
en la frontera, en el límite superior de nuestro criterio, qtre ya fue
publicado en nuestro libro Los Foriados tuficul¿¡res {lr,larrual Prdclicol deformaciones
en 199 I , cuando en España el criterio qlle se aplicaba con carácter
general era el de elegir el canto igual a U28, tllotivo por el cual, se . El hormigón
han producido muchas patologías debidas a las deforrrraciones en
los foriados reticulares, atribuyéndoles una cierta e inrrlerecicJa
5i conrcnzanros por el hormigón, como material básico y fun-
fama de ser forjados problemáticos. cu¿ncio result¡in ser, y son,
damental, quc tiene la responsabilidad directa de crear la rigidez
unos magníficos forfados, a pesar de proyectarsc con un criterio
necesaria (E.l) que se oponga a las deformaciones, resulta evidente
de incomprensión total en las peores estructuras, de calcularse
que cLlanto más compacto y resistente sea, mayor módulo de de-
mal y de construirse peor,
form.rciones tenrlrá y, por tanto, menores flechas sc derivaran en
. No obstante, la soL¡ción a los problernas de flechas no se las ¡riezas construicJas con el misrno.
debe tratar de resolver Írnicamentc con el canto, ya clue superar un
canto de L/20 para un edificio de viviendas nos parcce L"a lnrposición de utilizar un H-25 mÍnimo para las obras de

absolutamente desmesurado, los casos anteriormente edificación en España por la EHE, haciéndonos olvidar los tradi-
mencionados, en un contexto formal y estructural mínjmamente cionales l7 5 \fPa il 75 Kp/cm2), sin duda resultará beneficioso
razonable, los hubiésemos proyectado con 24+4 cm y 27+4 cm para las cicformaciones, puesto que en idénticas condiciones po-
respectivamente, aunque nos veamos obiigaclos demos encontrarnos una reducción dc las flechas que podría es-
¿¡ tener que
calcular la flecha, puesto quc son valores más r¿zonables que los timarse alrededor de un l07o por esta causa.
proporcionados por la Tabla 10.2 de la Nomra
Para asegureirnos de que esto sea así, y tras un conecdá posi-
EI proyectista no debe olvidar que más canro en un forjaclo cionado de las ¿nnad¡.¡ras, dcberernos esmerar la puesta en obra del
reticular supone más peso y, por tanto, nlás flecha difericJa de horrnigón compactándolo adecuadamente mecliante un vibrado
difícil control; téngase presente esta idea y olr'ídese que los cantos cuidadoso, para posterionxente proporcionarle un curado digno.
clevados constituyen la panacea, puesto que resultan pesaclos y
Sin embarso, ia reducción de las flechas a través de la resis-
c¡ros, y larvarr y oct¡ltan el problerna de las deforr-¡r¿rciones
poniéndolo de rnanifiesto al cabo de los 4_5 años de su tencia del homrigó'¡ro resulta econórnicamente rentable, dado que
ios incrementos clel nlórjulo de cleformación no van parejos
construcción, cuando ya el proyectista sc habí¿ oir,:da<Jo cle la a los
existencia de su edificio. aumentos de la resistencia, al venir dado el módulo de deforma_
ción secante, (rue es el h.rbitualmente empleado en ros cárcuros
de
Los cantos fiiados para los forjados reticulares se encuentran las deform¿ciones, por Ja expresión:
en la adualidad al mismo niver que ros empreados en ros forjacros
unidireccionales, al abandonar estos últimos los cantos suiciclas Eci = 8500 I t; en Mpa ltl
de los años 50-70 y regirse su elecciólr por tablas co¡rio la obtenida
de la Norma de Forjados española que se adiunra: De dicha expresión se deduce que incrementar la resistencia
del hormigón un 209¿ pasando de un H-25 a un H-30, se traduz_
ca únicamente crl una disminución cle las flechas en no más del
6o/o
&t l;* I""*
Forjados Con tabiques. 18
dc

F
122 125
Los parámetros que habitualmente empleamos en el cálculo de

armrdos Con muros. 17 lz, lro las flcchas son:


Cubiertas. 20 lzo 27 ' Res¡stencia r'edia der honnigón en er momento de su
evalua-
ción, que a falta de una infornlación más precisa, podemos
Forjados Con tebiques. 20 24 27 valorarla en nL¡estros proyectos por:
pret€nsados' Con muros. l9 ?3 26
fcm:fck+8 Nimnr2 I2l
Losas Coo tabiques.
Con mutos.
40
:l_ . Módulo de defornlación longitudinal secante E.¡ del hormi_
alveolares'
Cut¿iertas.
36
45 -t- gón dado p.r Il f , y váliclo siempre y cuando
en el homigón en condiciones de servicio
lal tensiones
no sobrepasen el
vaior 0,45 f.1. Esta condición se cumple prácticamente
Tabla 10.3. Cantos > Uvaior dado en la r¡bla, propuesros siem_
norma cspañola p;rra los forjaclos r,,idi.*...1¡ón.ll.l -' * " e.n la pre en los proyectos orcJin¿:rjos.
Los lorjados reticulares

La resistencia característica inferior del hormigón a tracción . El acero


directa viene dada por:
El aumento de la capacidad resistente de los aceros de armar,
fct,r = 0,2 I ' ? ff* Irtt mmz {31 si bien ha supuesto una disminución considerable de los costes
estructurales, ba;o el punto de vista de las flechas y deformacio-
y la resistencia de tracción media: nes, ha resultado ser bastante pemicioso.

tt,m = o,3"l.f:k N/mm2 l4l Los aceros en l¿¡s estn.rcturas han pasado de tener un límite
elástico de 220 N'lPa, a tener una fy¡ malor o igual a 400 MPa des-
La resistencia a tracción del hormigón, trabaiando en flcxo- puós dc l9ó0; con lo cual, las cuantías geométricas de las arma-
tracción, podemos estimarla por la expresión: duras se han reducido

Dicha reducción. cuando se calculan las lnercias fisuradas de


las secciones que intervienen en los cálculos de las flechas, por
fc, ex=,.,
;:ifil/' ,,,
la causa anterior, han experimentado unas disminuciones de va-
lor aprcciablc, hasta el punto de que las llechas podrían duplicar-
se por dicho motir,o si no fuese porque las adherencias y otras
cualidades añadidas de las armaduras corrugadas (fy¡ 2 400 MPa)
siendo H el canto de la pieza en mm frente a las arniaduras iisas antiguas (fyk : 220 MPa), hacen que
tengan un cornportamiento general mejor frente a las deformacio-
nes, ya que presentan menores deslizamientos; al margen de que,
Para los cantos habitualmente empleados en la edificación,
en situación cle servicio, los momentos de inercia dependen bas-
la resistencia del hormigón a flexotracción puede superar a tante menos de la cantidad de armaduras colocadas.
la de tracción directa en torno a un 32%, cs dccir:
L.os en-Vos realizados por l. Calavera en INTEMAC, con cua-
f.¡,¡: 1,32'f¡¡ tót tro scrics dc vigas armadas con acero 8-220 y 8-500 y cuantías
o bien mediante la expresión, mínimas, medias. críticas y con armaduras de compresión, man-
tenidas cargadas dur¿nte un año a la intemperie en situación de
fq¡,¡ = 0,37 ' (f ,)213 servicio, pusieron de manifjesto que la diferencia de flechas máxi-
mas fr¡e del orrlerr cie un 30olo para la serie de vigas armadas con
En función de la edad que posea el hormigón, el módulo de cuantías criticas, mientras que las de cuantía mínima apenas pre-
deformación E¡ varía con la misma scgún' sentaron diferencia y; en las restantes, fueron del orden del 207o.
E"i.t: F'Qi l7l
Generaliz¿ndo los resultados de los ensayos a la situación ac-
y el parámetro p se obtiene de la Tabla 10.4. tual, erl la que se están maneiando aceros del tipo B-400-S y
B.500-S, dependiendo de si las piezas tienen un nivel de cuantías
bajo o alto, cabe esperar flechas mayores cuando se proyecta con
El factor de equivalencia entre el hormigón y el acero de las &500-5. del orden de un 7 a un l0%.
armaduras podemos estimarlo en tomo a 8.
q: 8'Q

Valor de p

Edad del hormigón (días) 3 7 28 90 365

Hormigón de endurecimiento normal (1) 0,63 0.80 1.00 1,09 1 ,16

Hormigón de endurecimiento rápido (1) 0,74 0,87 1,OO 't,o7 1,09

(1) Véase la definición de hormigón de endurecimiento rápido, o de endurecimiento normal, en 30.3.

Tabla 10.4. Coeficiente corÍcctor p del módulo cle deformación en h.rnción cle la edad.
I ps loriados reliulares

10.ó. InflUenCia de IOS aVanCeS "E-l apartado anteriar ha puesto de manifiesto los efectos negativos que

tecnológicos en los dimensionamientos :i\:,:::;'',i,X:J'tr"':"0',1!:ll'::r:;';i::oi':N';!:^:r^:;':;H::^rt:,:,;'í


estruCtüfaleS y las defOrnfaciones econóntico dt tales efectos, tratlicionalmente, el control g limitacíón de
deformaúones ltu sido q es rdegado a un segundo plano dentro del proceso
l-os avances tecrr<-rlógicos en la claboración clc lós r)r()yectos de disetio,tomprabaciótt de estructuras. lJn motivo importante para ello
en los riltimos tiempos han sido realmente esprctaculares aunque co,ls¡sfe en que. salvo fenómenos de segundo orden, el riesgo de mlapso por
desgraciadamente, no todos para bien. excesiva defonnabílidad es prácticamente nulo.

Ett los oriqenes tle las eslructuras modernas de accro y hormigón,la menor
La i¡rfluerrcia del ordenador cn los proyectistas, tanto cn el di- ttpacid¿td resístpyttp dp los matorialos, Ios criterios generalos dc diseño
:;cr-r() cclmo en el cálculc¡, ha hecho Fr,rsitrlc que se extierrda y arrai
(utilización de fornas 'fwticulares' o 'antifuniculares, cantls elevados, etc.¡,
gue la idea crrónea de que todo es posiblc, puesto quc ya toclo lo ,
lo rudimentttrto de los modelas y herramientas de aruirisis utilizados, así como
podemos dibuiar e introducir en un programa de cálculo que apa-
los márgenes de sequridad adoptados, justificaron ignorar o relegar los
rcntemente lo calcula, puesto que salen unos ¡rli-:rros de gcome- crilerios de nnrrol de d.eformaciones respecto a los puramente resistenles. En
trías y arrnaduras por doquier, olvidándose dc la realidacJ que tlerre lales tircunstatrci¿rs, 1a [nvestigación g el proqecto de eslructuras se centró en
quc ser construida. garantizar su seauridad frente a la rotura (Eslados Límite Ukinos), en
detrintenttt dt' lus camprobationes relativas a su comportamiento en senicío
L,os criterios dc proyecto cn la actualidad son sirnples: si hay
Itrslados Lin¡te de 5¿nú'iol.
que colgar un forjado del siguiente. porque así se evita una viga
que parece molestar estéticamente, pues se cuelga; si hay que co- En el caso de las estructuras de acero laminado, lo reducido de los
locar un<-rs huecos de servicios errfrente de un ¡tilar para así irrter- dimensionantientls rconst..cu,'ncia de la alta capacidad resistente del matenall,
ferir nlínilramente erl la cjistribución del t-¡¿riro, pries sc coloc¿, crc. 91 la sinpliddad del nodelo de comportamiento Lensodeformaciona! de! auro,
han contribuido a introd,cir en la prrictica der progecío la comprobaciói
ii
Si ya resulta problemático estimar las flechas en las cstructu- fleehas.
ras simples y moduladas: éOué fiabilidad podenros dar a ltls v¿r_ Por el otürario, en lüs estruüuras de hormigón armado, el complejo
lores teóricos de las deforrnacioncs que nos l)roporcionan un c],nportamientL) tertsodelornacional del malerial (instanttineo y en el liempo),
cálculo matricial, si analizamos una cstRlctura prol,ectac.la y cc)ns_ la dilicultad de nn¿lelizur adecuadamente la interacción hormigón-acero en
truida con los criterios de proyccto antes ntencionacJos, amplia_ el proceso de clefomación, así como los díseños propios de Ia primera mitad
mente extend¡dos incluso en los sirnples y senc¡llos bloques cle del presente síglo, basados en escuadrías de gran canto poco afectadas por
viviendas? proftlcmas de J'lecha. lian llevado en la práctica a ignorar la comprobacíón
de deformaciond-( 0 ¿i sil realización a partir de criterios simplistas.
La prudencia en la valoración de los resultados dc los cJespla_
zamientos, especialmente en situaciones rje clisenos problemáti_ El protlresiv, rtfinamienro de los modelos de anárisis en Estados Límite
cos, por muy sofisticado que sca el program.r dc. c¡ílcr-¡lo ttnr¡tle.rdo. LJ/túr¡os, la nutjora tle la capacidad resístente de los maleriales estructurales
rjebería ser la actitud más razonal:le qire deberíarn's acroptar en $in unu ,ne¡orLt siüilar de s,s características rleformativas), la disnínución
nuestros proyectos. La evaluación experimental dei com¡ronarnicn_ de los nuírgenes o ctteficientr de seguridad, q la reducción del canto g
untidad
to real de situaciones comprometidas parecicias a lo que prcten_ de ntattrial fu las p¡eiLls, han rerminado por hacer cuesríonables ios
diseños
ba s ttdt¡s e n rc m p r0 [).t i i 0 ne s p u ra me n te resiste ntes.
dcmos construir, supone la mejor fucnte cle infornlac:ión
complementaria a los resultados teóricos que proporciona, las EI ejemplo recogido en Ia figura ro.r ilusrra er alcance que er incremento
nuevas tecnologías de cálculo, especialmentc en lodo ro de resistenda de los ntatenales estructurales g Ia modificacián
rclacio- de los criteriis
nado con las deformaciones. de dimensionantísnto de estuadría prescntan sobre ti deformabiuaaa ie tii
elemenlos a t'leúin. En ttl ntismo se analízan ias leges caraa-ftecha, para
El tratar dc exprimir lá potcncia resistc-.te dc los nratcri¿les c¡uc difercntes solr¡¡irrrrcs tlt tlisañtt, de una mísma viga de-úormigón'or^uái, ,oi
la industria dc la construcción pone a nLrestro arc¿rrce. olvicjánáo- seccitín u arnüdur(t onslante, de i,5 m de tui , biempotiatla, y sometida
sc de que para conseguir el máximo cle sus capacidacles han cle a urga uniformenretütt repttrtida. EI dimensionamiento de Ia misma se
ha
experimentar unas defonnaciones que ¡rueden resulta¡ incom¡ra- elecluado supc'uúendo diferenles materiales estructurales y condicíones de
tibles con otros clementos construicios sobre los rnismos, rcpre- diseño que pretemlen rtfhtjar la evolución de usos en tares íeüidos,
hablidos
senta unos de los errores más frecuentes en los proyec-tos en los últintos 40 ó 50 rtñas. En todos los casos se han consider'io los
toeficientes de mttqorutión de acciones g minoración de resistencias
estructurales que realizamos. marrndos
en la a(tual EH-88 para niveles de contro! norma!. r,-a escuadría se ha
Alfonso del Ríc¡ Bueno y Jesús Ortiz hicicron un.r valor¡t-i<irr cic dett'rminúcll iauaktndt¡ el ntúxinta momento de ¡liseño al momento límile de
la secciótt 1nodell rutLlnqulan, previa imposieión de una condición de diseñl.
esta problemática cle forma simple, sencilla y ciirecra, qLle resunte
Hag que señalar qut un dimensionamiento en base a criteios de tensiones
espléndidanrente lo quc hemos prel.endido dccir antcriorrlente, y
admisibles aplicado st¡bre ltts canfiguraciones primeras, llevaría probablemente
que con su autorización reproducimos a cont¡nt¡¿rciórr
I)c)r su in- a escuadrías uüLror$ tlue ttcrecenrarían las dit'erencias que se pre.tenden poner
du¡dable interés:
de nanifiesto.
Los lorjados relículares

De la apliución de los critenu antes clmentados resultan las siguientes


cu at r o co n fi g ur acion es :

-Yiga de cantl, con ancho íiiado en 25 cm.Hormigón de. lJl Kplcm) rlllffiffiEIIIIIIIIIII[Inr
de resislencia característica a compresión U acero liso de 2.200 Kplcm2 de L.trsr
tímite elástico. Resul¿a un unto de 55 em y unas armaduras ae tracción de
17,9 cm2 en extremos, frenle a negativos, g de 8,2 cil corrida a Io [argo del
vano, frente a posilivos.
l+ET
,-?,5 *ll*-
I I lFrñ¡
slÉ*.ec
ll
lrs **pee=
- i-l rsoo

-Yiga de canto, con ancho fijado en 25 cm. Hormigón de 175 Kplcm2


de resistencia caraelerística a compresión g acero liso de 4. I 00 Kplcm2 de
tímite elástico cnracterístico. R¿sufta un cantl de 45 cm q armaduras de
trauíón de I I ,7 cm2 en extremos, frente a negativos, y de 5,4 cm2 corrida
a lo largo del vano, frente a positivos.

-Yiga de canto reducido, con ancho de 30 cm. Horntigón de


característica a tompresión q acero liso de Fig. l0 I
225 Kplcm') de resístencia
5.500 Kplcm2 de. Iímite elástico uracterístico. R¿sulla un canll de 35 cm
g una armadura de tracción de I2,l cm2 en extremos, lrente a negativos' g
de 5,6 cmz en vano, frente a positivos-

- Yiga'plana', con ttn canto fiiado en 25 cm' Hormigón de


225 Kpicm¿ de resistencia característka a compresión g acero liso de
5 .lO0 Kplcm2 de tímite elástico caraclerístico. Resulta un ancho de
6O tm lO.T.Influencia de los cerramientos y
a unas atrmaduras de tracción de 17 ,3 cm2 en r/xtremls, frente a negativ}s, tabiquería en las deformaciones
y de 7 ,9 cm7 en vano, frente a positivos-
para las cuatro configuracíones antes consideradas, stt han trazado las . Es indudatrle, r' asi está aceptado cualitativamente en la li-
@rga. sin entrar on dísruslón sobre el
relqciones entre flecha insLantiinea a teratura técnica, que la rigidización que pro¡xlrcionan las tabique-
métodode cálculo adoptado (*1, el análísis comparativo de los resultados rías de los eclificios frente a las deformaciones de tipo horizontal
evidencia que la meiora resistente de los materiales eslrutturales, debre ser nrtrv eLevada; sin embargo, su cuantificación se encuen-
conjuntamente la reducción de cantos imperante en los diseños actuales,
un tra muy leio: cle ¡)oder evaluarse en los casos reales' No dispone-
permita
ocaísiona importantes incrementos de ftecha. Moptando como
referencia el mos cle un nlod,.-lo teórico, nledianamente fiable, que nos
primero de los dimensionamientos expuestos, con maleriales de baia de alguna manera pocler contar con la presencia generalizada de
pstntcturas de un edificio. que
upacidad resistenle g diseño de canto, como conespotldia a las las talliquerías ricntro clel csquema estructural
de los dos primeros tercios de este siglo, la flecha d¿ los restantes corr una relativa ¡rrecisión sc aproximc y reproduzca el comporta-
dímensionamientos, basados en la progresiva meiora resíslente de los rniento mecánico cle lo realmente construido. Según se corrstruyan
materiales Ia disminución
g de canto es, aproximada¡nente' 2' 4 ó 5 veces lirs tabiquerías y sus cc'rndiciones de contomo, es decir sr¡ unión
supenor. a los restantcs elelnentos, su intervención será una u otra.

si a las consideraciones anteriores se une el refinamíento habído en los . Si a título nlerametlte indicativo y cualitativo, tomamos un
modelu de análisis (frente a wtados límite últinros) g la progresfta redurción pórtico conro el de la Fig. 10.2, típico de un edificio de apartamen-
de coeficientes de seguridad, se comprende la ímportancíu obrada por el tos aislaclo lrien clinlensionado, y lo sometemos a un empule ho-
control q ta timitación de deformacíones en los úllinos tiempos fuí, urt rizontal <lel viento cle l0 kN por planta, la deformación elástica de
problema práctiumente inexistente en las estructuras g códi91os de los años prinrcr orclerr que puede experimentar en stl coronación se puede
5O a 60, ha pasado a ser determinante en la actualidatl. Ert ¿slus condiciones, estirnar e-n 52.2 rrrnr l6 < H/500 : 34000/500 : ó8 mm). Si a con-
resulta urgente considerar muchas actitudes. (¡ r'eces profundamente tirruació¡r s[]ponemos que las plementerías entre vigas y pilares sc
arraigadas en ta filosofía de las normativas y en el prorcder de los encuenLran reilenas con un tabicón de ladrillo hueco de 70 mm
proyeclistas". enfoscaclo a clos c¿ras, cLlya presencia a efectos del comporta-
n.liento nrecírnico horizontal de la estructura podemos idcalizar
(*) El cálculo se ha efectuado adoptarrdo una inr.rcia efcctiva dc la viga rnínimanteltte ¡ror bielas inclinadas de 0,3 x 0,3 m, y módulo elás-
aplicando la llamada Fórmula de Branson a la sección ccntral del
vano tico aproxinaclo unas 20 veces inferior al dcl hormigón empleado
(sección determinante), EIlo pemlite Una cotlsideraCión su[icierrtentetrte y realizanros de nr.revo el cálculo teniéndolas presente' nos encon-
iiguroru del efccto de la fisuración en l¿s defornracioncs itlst¡rnLáneas, it"*ot que la clefomt¿'rt:ión etl la c<¡ronación se recltlce a l7'7 mnl'
u"n tocto caso, la aclopción de urto u olro méLodo no afecta casi a la [ercer¿t lrarte, tal y col]]o se observa cn la figura l0'3'
cualitativanrentealestudiocompar.-]tivoqueaquíseTjfetenclc'
t ¿s foriados r¿ticulor¿s

*--- -' ñÉ - --.-. Si dimcnsionamos los soportes del pórtico anterior buscando
l0 *r1 S¿, ¿ ,_
T.
.''- ------i-¿-6¡¡z-r¡ -rA
el línrite tolerable dc dcformación admisible para el pórtico de hor-
I t
nrigórr s¡n la presencia de las tabiquerias (6 : H/500) y luego re-
lo.¡oro.¡o
calculamos el ¡Énico hacicndo intervenir las mismas, consegtirttos
i oca'otl_1,f
a," de nucvo rcducirlas a I¿r tercera ¡rarte, pasándola de 52,2 mm a
- o lo¡¿oo ,
19,8 mm. {Véase la figrrra | 0.4).
-oa,ótll*
-: 'a35xoas
¡-.- tQr?rr +
1o En

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i
*-
Itl

6,oo r ----*- 6ú0 v - .


)(-

Fi€. 10.2. Pórtico de hornrigón sometido a la acc;ón del vierto con su dc-
formada x 300.

I*- 6 00 --,+-- a,oé -.- '.*


FiC. 10.4. El pónico anterior con secciones ligeramente
reducjdas tcnicndo en cuenta las tabiquerías y su defor-
mada x 300.

. Los esfuerzos de compresión en las tabiquerías se mantie-


nen sensjblemente parecidos en ambos pónicos (el bueno y el
regularl, hasta llegar a la primera planta que carece de tabiquería
inferior, donde experimenta' un ligero incremento, alrededor de
un l0olo.

Variando las luces y otros parámetros en los elementos, se ob_


tiencn también ligeras variaciones que afectan tamb¡én a los ce-
rramientos.

Sin pretensión científica de tipo alguno, puesto que nuestra


I,,- J / '5',iL aproximación a ia intervención de las tabiquerías en las deforma-
/_ _1!1_t
,z
o,6o'a?, ciones horiz'ntales de las estructuras ha sido sumamente burda
l/o
| /oCo,o.??
y simplista, sÍ es posible obtener al menos algunas
il conclusiones
I cualitativas que pueden sernos de utilidad en ñuestros proyectos:

\ 6oo ----*--6,0o -....r- . La prescncia de las tabiquerías en los eclificios puede redu_
Fig. 10.3. El pórtico anterior somcticlo a la accjón ciel vien- cirnos las deformaciones horizontales teóricas obtenidas
to con intervención de la tabiqueía y su deforrtrada x 300.
sobre las estructuras desnudas, valores que pueden oscilar
l-os lotiados reticularcs

en tomo a las tres veces. Esta conclusión sc erlcuentra en


línea con las medidas efectuadas sobre cdificios rcales en
j ic¡t jc .;lr¡ .'rrn
los EE.UU. ?ir¡,,,c ", &
lF;] ¡¡'.-..¡s-::.i
. l¡s.esfuerzos en las tabiquerías dependen más de la posi- L ,-_r .-t¡t fc¿Zet2t
*L.'
Ht)a 2l
'u'-.
i:¿,¿¿x
ción y lugar que ocupen dentro del contexto estructllr¿rl' 0l.,,jr'
para una tipología de estructura preüamente definida, que cle v.Y v t.-1-v s:--r--.i-r..t-u--v v v t .
If-ri-Ar. t'l')a'oÉ fl:t'it
las variaciones dimensionales que existan denl-ro dcl nrode- '::¿*'
:' It t i'.',
lo definido, No obstante, los esfuerzos en los tabiques se
It-11 -r.-' 'y t-"'7-v -. '' t !-:L-,:f .-í-.lt I r.gl-.
van incrementando ligeramente a rnedida que la rigidez de la ¡,. '.t,'l¿ H.1;,t5
- ¿ ti-'
estructura disminuYe. t) '.'- t'. L

i t-¿, . !--Lr " ' r'--*


| a-l-'. !-,'-t-... ¿ r -. ,---!-J..-- t
. La variación de los esfucrzos en los tabiques, corllo cs lógi- n-3o,OO n 31,C5
(lue se erl-
co, resulta decreciente con la altura' L-os tabiques ;.1 .- 4 ,
1i'' J'

cucntran en una siLuación más comprometida son los de la l-.j ! i t {-J.


ntisma'
\ e-z;-i v t t- t-lt ----J- ,.-.,,
el g fo,03
.'
tt,3!,2O
,
primera planta, que carecen de tabiqueía baio la t:..,t--
0,1,.,<
. Si se incrementan las rigideces de los elementos
estructura- a t !:1 a t +a ,-; i f i.;1-!.-f-¡. v
.¿o..-fa. . ,rI
les horizontales en la primera planta,
por eiemplo aumentan- I l-tl' 'ít,:;1n a.í;'"21
I
tabi-
clo el canto de 0,2E a 0,35 m, los esfucrzos en las 0,1tra,1t' l' ¡ q-- '12 2et12 pnn n-- lr.4fil'. 4 0c

querfas de dicha planta debido a los empuies horizorttales


las restan- ¿
se reducen en tomo a un l0%, quedando los de lt! ^ ¡ j.,, p '6 ¿J"' I
los lnomentos f-- tr
tes plantas en situación similar; sin embargo'
endichoselementoshorizontalespuedenduplicarsepor F:e 10 5 l\')nico de referencia
esta causa.

El proyectista, teniendo presentc lo anterior'


tendrá que op-
tu, ¡ro, unu,ituación de compromiso' puesto que si bien au-
mentandoloscantosdelosforiadosenlaprirnerapuede
que sean inferio-
llegar a obtener esfuezos en los tabiques
rcs-a los de las plantas superiores frente a los empuies ho-
rizontates, los momentos en los mismos sc duplican
y

triplican fácilmente.

.Veamosahora,aunqueseaconplanteamientostansinplis. I
tascomolosantcriormentereal¡zados,cómoinfluyenlast¿¡bique-
,'.
f
rías verticalmente frente a las cargas gravitatorias' ., .
??,1! ,' !,,:
rea-
Paniendo del pórtico de referencia de la Fig' l0'5' hemos
que nos ser-
lizado una serie de cálculos elásticos de primer orderr
virán para tomarle el pulso a la influencia de los cenamientos' E¡ 9,t ',- tt: ¿a,l I
sobrecar-
considerando que se cargan todas las plantas con una t, I

ga unitormemente repanida de 2O kN/r¡r, salvo la cubierta' Sobre .l


áicho pórtico hemos variado dimensiones, rigideces' etc '
con el '1 .)! 6l ,. r n43,1 i,
ob¡eto de analizar cualitativamente la trascendencia'
suponicttdo : l. [1'

que se macizan todas las plementerías con un tabicón de


ahora
cuyo componamiento vertical se idealiza ¡ror tres bielas tr'14'6' ¡t'?1¿
ladrillo,
módulo de deforrna- l: ¿-.tao
verticales biarticuladas de 25x25 cm con un
del pórti-
ción longitudinal unas 20 veces inferior at del hormigón
la Fig' l0'ó'
co. L,os árultados del cálculo quedan recogidos en
Fip. 10.ó. El nirrrrco atrlerior, doncle se han sirnulado las tabique-
ría"s por rres blclas venicalcs
para cada vano'
Los lor¡ados rcticulares

Baio las consideracioncs cxpucstas, se deducen las siguientes . Los esfuerzos nrÍ¡s ¿lrmónicos y uniforrnerrrentc distrihr¡idos
consecuencias: en las tabiqucías se consiguen con un cliseño y tamaño de
los pilarcs razonable y generoso en sus geometrías. No obs-
. Los esfuerzos en la primera planta, que carece cle tabiquería tantr:, l;is zon;¡s m¿is pcligrosas por csfucrzos para las tabi-
infcrior, pucdcn cxperimentar il'rcrenlL.lrtos del orden de un quc'rias se encuentran en las proximidadcs dc los pilares
l0 ó l5 %, aunque dependiendo del comportamiento dc la (ZONAS D y C), sobre todo en la primera fila de los rnisrnos
rigidez de la tabiquería verticalrnente, pueden llcgar a ser ady'acente a la exLeric;r.
mayores. Estimar unos incretnentos adicionalcs cle nlomen- Dichos csftrerzc)s de compresión, en 6¡enerirl, las tabiqucrías
tos dcl orden de un 25o/o, po<1ría const¡tuir una rcfererlcia a haL'ritualmcnte ern¡rleadas en España puetlen soportarlos fá-
tener presente en el diseíro y cálculo de las cstn.¡cturas de cilmcnte. esoecialmentc los t¿itricones; no así las tabiquerías
edificación por esta causa. de panclerele, que si bien tensionalmcntc podían resistirlos,
. las .:mplificacioncs c¡ue expcrirnentari las tensiones por pro-
Los incrententos de esfuerzos que tiencn lugar etr l¿¡s restan-
blcm;ts rJe irrt--st.rbilicl¿rcl vcttical y errorcs en la plancidad cle
tes planurs carecen de trascen(lerlc:i¿. [odo lo rrrás cn la plarr-
los tlismos, acahran parliénclolos horizorrtalmertte en las
ta segunda considerar unos incrementos erl los mclrnentos
platruts baias. Pero bast.a quc la eslructur¿¡ se haya proyec-
del orden de un 107o, podría ser también un criterio razona-
taclo c:c¡tr cicrta cohcrencia bai<-r las hipótesis de carga habi-
ble a tener presente en los cálculos. tu¿¡les, y se construya a tJn ri[t'no norrnal-lcntcl, para que
. El tamaño de los pilares iuega un papel considcrable cn [oclo nada les succda a las tatriquerías y al printer foriado, pesc a
produzcan por
el proceso, por lo que resulta sumamente
importante dotar- los esfuerzos adicionalcs ilnprevistos que se
los del tamaño y rigidez adecuacla a los esfuerzos qtte ios transnrisión de cargas a travós de las misnlas'
solicitan y las luceslue soport¿n' Por ciernplo' si ert el pór- . I:l criterio cle ;lume¡rtar la rigidez de )os espesores de los
for'-
climensionado todos los so- planta, quc ciescle el pulllo de vista dc las
tico cje refcretrcia hubiésemos iaclrrs cic la ¡:rinrera
punto
erl baio el de
portes en 0,30x0,30 en vez de hacerlo corllo se rccogc clcforrlaciorrc, po,lrio rcsultar interc$¿ll'lte,
en las qr]e inducen en el propio foriado y
Ia figura 10.5 acordes con sus c¿rgas' los esftlerzos vi:ta clc los csfr-rerzos se
parecc que sea una política a seguir
tabi[uerías pocJrían experimentar increrrlcntos del
orderl del en I¿s tabiqLrerías, tto
con-
las interiores' L¡s fle- recornendable, pucsto que los momentos se amplifican
507o enalgunas ,onur, especialmente para las tabique-
increrllentos de cicrta cn- sider.¡blemcrlle y las zorlas más ¡:eligrclsas
chas, c¡bvianlente, experimentaían
rías cieirrrr cle ser la D y C y pasan a scr la E 8'
y que son
tidad también. peor frente al
cJo.cle i,rs tat-riques se encucntra. arriostrádOS
¡randc<-r.

,O (:ü O i 1\\
/:\
i i. -ri l
Por elemplo, si el canto de las vigas de la primera planta pasase
de 28 cm n ál ct, los axiles dc compresión en la tabiquería de la
-t,.
' 'lr: I' zona central E, que oscilaban cntre 9 y 4 kN, pasaían a estar
comprendidos entre 20 Y 3 kN.
o lgr que srlccde realmente cn las tabiquerías, conro puedc irl-
url
tuirse, cs ir.,rtun¡" más ct>mpleio e imposible de rcproducir con
puede ser
moclelo tan senciilo comcl el propuesto, que tan solo
uáilao, ]'con clucJas, en tirla primera etapa del proceso' pero al
menos, corllo 5(: ha clicho, rtos pttede scrvir para demostrar' como
todos conocell'los por nucstra experiencia, c¡ue las tabiqucías iuc-
gan un papcl tle cierta inlportancia en el contcxto mecánico de las
estructti ra 5.

L¿ rea I iciad, ¡lrobablerl tente, podríamos explica rla consideran-


clo qr.re a rnedii;¡ que los foriados de la cstructL,lra v¡ln entrando
en carga se prodttce un sabio y natural rcaiusle dc esfuerzos ver-
Lic¿lmcnte ¿ trevé: <J<: las tirbiquerí¿¡s, con ttn;¡s tnínim¿rs defonrla'
iion.* en ios torlaclos tratando de diluir los esfuerzos a límites
tolerablcs. cuanclo algun foriado, con el modelo de bielas vertica-
t les, se vca sonleticJo á csfuerzos de mayor entidad, prcsumible-
Á"nt. lo transform¿¡rá cic rnancr¡¡ natural en otro más compleio,
Fis. 10.7. Axiles (en kN) en las bielas de las tabiqtrerías 6on la rigi- c.r,no p,.recle ser el dc arcos de dcscarga, que canaliza las cargas
dJz dcl pórt¡ct¡ de refercncia ( ) y duplicándola err la vigas' a los riuclos cle la estructr:ra, aliviando o incluso anulando las
los
transmisiotreE rle las mismas (lue se producerr vctticalmcnte en
centros cle los v¿¡nos en una ¡rritrtcra fasc'
354 Los loriados reticulares

Sin entrar en el clominio de los elementos finítos, todavía es tico de primer ordetr, deberán multiplicarse por los factores que se
posible establecer en las tabiquerías un esqucma de biela dentro inc{ican a corrtir\raciórr, ¡:ara estimar las flechas que habitualrtten-
tc se maneian en la práctic.r con mayor realismo y precisión'
del pórtico que nos ayude a comprender lo que puede suceder en
la segunda fase, en la que comienzan a presentarse traccioncs in- ¡ Flecha instantánea = Dcfornración x I ,ó0
toleráblcs dentro cle las mismas, con la aparición de fisuras y la
formación de los arcos de descarga, tal y como se reflcia en el cs- ' Flccha activa - Dcfonrrirción x 2,20
quema de Ia figura 10.8. . Flcc:h¿ ntáx, a iargo plazo - Deformación x 4,00

ri.-
1; .
\1
.'L_ ¡i" -

I lr-
I
,i--
i'
I
li-..

Fig. 10.8. Modelo de bielas que puede explicar la fomr¿ciótt cie las fisuras y
aréos de descarga cn las tabiqucrías de los pórticos de edificación

lr
l I ig lll c P)anta i1¡:r: clel nrodelo dc cdif icio analizado
,

10.8. Análisis de las variaciones que Así, ¡xlr ejerlplo, si se desea obtener la flecha activa en un vano
pnesentan las deformaciones verticales de intcrior tle un fonádo reticular dc 25 cm, con luces de 5 m para una
I

I
los puntos medios de los recuadnos básicos carga cje cálculo cle 8 kN/m2 y pilares de 40x40 cm, entrando en
el gráfico n'' I la obtenenlos haciendo:
:
de una planta reticular, en función de las
luces, cantos y tamaños de los pilares F acti va= 8-.176.2,20=3,09¡nm (1,7órlel Cráficono l)
l0
En el Capítulo 7 ya pusimos de manifiesto' y pudimos detnos- El modclo cc¡rrsiclcrado ha sido un edificio de cuatro plantas,
trar, la enorme influencia que puedcn llegar a tener cl tarnaño de con alturas libres cle 3 m, tomándose las lecturas en las plantas
los soportes en las leyes de momcntos de los dintcles virtuales: segunda y cuarta, con lo cual se tienc la representatMdad suficien-
pretendemos exponer a continuación cómo influycn los mismos t"'prru o'bt*n"t conclusiones de carácter general Para cada mo-
en las deformaciones verticales de los foriados reticulares,
en los cleio anali¿aclo, los pilares se han considerado de tamaño único'
recuaclros más re¡rresentativos de las plantas, situados cn Llna haciénclolos Variar 25x25 a 75x75. [-os cantos teóricos cmplea-
planta intermedia con pilares aniba y abaio y en la pl:rnta donde dos en los forjiitlos retictllares calculados han sido de 2l+4'
se acabart los mismos; es decir, en la última 26+4,31 +4, 3Ó+4 y 4l +4 cm, con nervios básicos de l0 cm
cle cspesor; por cclrrslguiente, en el caso dc operar con reticulares
cle c¿lsetones recuperables, los valores
que proporcionan lgs grá'
Parapocleraveriglarlo,hemoscalculadorciteradasveces(140)
de estos
la cstructura de un édificio cuya planta básica'
replanteos de lrer- ficos podríarr cstitnarse conservaclores al ser los newios
las deformacio- ,it,irnát rton.opirarniciales cle base mínima I 2 cm y capas de com.-
uioa y a"r"aones y los puntos donde se cvalúan
ór.sión mínima cm, aunque tras los ensayos que hemos reali-
cie i
nes se expone en la Fig. 10.9. de
zado, hemos pocliclo averiguar que los casetones aligerantes
p.r.ii.io rigiclizan lu plaiu cle tal forma' que los resultados
[-oscálculclssehanrealizadoconelmodeloespacialCYPE. h,rrrnigón
y pLleslo que cle ¿mboslorlaclos ¡lueden considcrarse equivalentes'
CAD que ticne en cuerlta el tamaño de lc¡s nt¡tlos; óiáitilot
a todas las estructuras'
se ápfica dicho modelo sistemáticamel"lte g¡áficos como re-
y relativamente entre sí, Con ei objeto cie que puedan emplearse los
los üsultados que se obtienen cualitativa las flechas que figuran
como información en l¡l toma de de- ferencia cle cara a estimar deformaciones'
tLrnn un consl'clerablc valor en los n.,ignos se han obtenido en todos ellos para una carga uni-
proyecto. valores absolLttos que refleian los
.irion.. para el Los
forrn"n'an,. repartida cle l0 kN/m2, independientemente de sus
gáficos, para una carga genérica empieacla de l0 kN'¡mr' <ladas las
elás- pesos propios,
ñgd"."r'qr" maneiael programa emplcado con un cálculo
Los Íoiados reticulares

Variación de las flechas en el punto medio (P- I I de un recuadro lnterlor en funclón del tamaño de los pllares y los cantos de los
forlados en una planta lntermedia (Pilares por enc¡ma y por debalo) para una car€a total unlformemente repartlda de lO klVm'¡.

GRÁFICO N" I

Flecha instantánea Deform. (6) ' l.ó0


-
Flecha activa -Deform. (61 ' 2,20
Flecha máxima = lx:fornr. t6] . 4,00

s9ff
H€á l5lloC¡r6cñ.

D€FORtACroNEs Pt l{To'l PLAtlfa 2 Luz 6 rstnos


GRÁFICO N" 2

Flecha instantánea : Defornt. (61 ' l,ó0


Flecha activa = Deform. 16) 2,20
Flt:cha r:ráxima = f)efclnn. (6) '4,00

II ,á

fú-btütff.ü.
J)ó L(,{ ¡)rTddds rtlrculilrt'i

GRAFICO NO 3 DEFORMACIONES PUNfO I PLANTA 2 LUZ 7 METROS


(ti)
I

Flecha inst¿urtálc.r - L)elorni. ttit l.(f)


6
Flccha activa : -)etorn' rcir l.l0
Flerlr¿ trr.ixirrr¿r Dcir.¡nr tól .1 0O

É5
E

t
.Eo
IE
e
tg (31 +4)

(36 + 4)
?

(41 +4)

0

-i:
T¿maño orla, ¿n cm

GRAFICO No 4 (¿i)
OEFORMACIONES PUNTO 1 PI. ANTA 2 LUZ 8 MEIROS

1¿

lilech: ingt¡nt:l¡rf.i : il¿-.rr''r rcir i ót-l


Flecha or.l r;¡ = L)¿',:' ti' - -rl
Fleclra nt.ixinrii : L),-:,:,'^- Ldr 'l 0t')

ti'-:i¡i''^
t!¿ t?:'.
¡r¡r¿ño Prl¡r cn Cm3
l¡s íoiados reliculares 157

\rarlaclón de las f,echas en el punto mdio (P-2) de un recuadro de nedianería en funclón del tamaño de los pilares y los
cantos de los forlados en una planta intermedia para una carga total unlformemente repartida de l0 kN/m2.

OEFORMACIONES PT.II{TO 2 PLA¡ÍA 2 LUZ 5 TEÍROS


GRÁFICO NO 5 (6)

Flecha instantánea = Defornr, (0 ' l,ó0


2.5 Flecha activa :
Defonrt. (6) . 2,20
Flecha máxima :
Dcfor¡rt. (E) '4,00

I
¡
r,5 (26+.)

I (gt +4)

0.3

o
I
{
?ñdcf¡rn6.

GRÁHCON"ó O€FORTACIONES PUNTO 2 PLA!¡TA 2 LU¿ 6 METROS

:
Flccha instantánca = Dcform. (6) . l,ó0
Flecha ¿ctiv¿ :
Deform. (6) '2,20
l:lecha máxima = Dcform, (6) .4,00

I
I
I'
I

8
{
t*'b-@.
J5E Los loriados rciituitircs

GRAFICO No 7 (6)
DEFORMACIONES PUNTO 2 PLANTA 2 LUZ 7 METROS

,rl
l

i
l- ie¡i,,¡ - ,ri;r- i,i: e.¡ - f)eforni. t6t I ,ó0
fltcir; "r: .,, = [)eír.:'rnr (ól 2.20
I

flrrir.-::.-r.r:i..r : Defornr. lt\l 4,00


(21 +4)

E
E

!o - (2614)
t5
¡
¡ i---- (3r +4)
1

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(41+4)
^

f,

T!roóo f)¡ll. an cm

GRAFICO NO E DEFORMACIONES PUNTO 2 PLANTA 2 LU¿ 6 MEÍROS


(ri)

r8

(21+41 f.r-'L-r.¡ .r:s,¡lr',ár:ca - t)cfc-¡rt:r l6) l (r0


Ltqt .'.r,- "¡ - Deior::t. t6l 2.20
F ¿,:r-,' :' j-.::-¡ = De:or:¡ f ¡l 4.00

12

Ei
t10 (26+4)

lil.i
¡bi I __ !1:o)
6'
(36+4)
tl (41 +4)

2t
:

01" .. a
o!:iv
ñ?
'
., 3
flmtño P¡|" cn cffi
bs foriados reticulares

rrbrlaclón de las f,echas en el punto medlo (P-3) de un recuadro de esqulna en funclón del tamaño de los pllares y los cantos de
los forlados en úna planta lntermedla para una carga total unlformemente repartlda de l0 ktVm'?.

cRAFtco No 9 o€FoRt ctoiEE Rtitro t PIrlúTA 2 Lu:z 6 HElRos


0)
3,9

Flecha instantáne¿ = Dcform. (ü) ' l,ó0


Flecha activa = Deform. (6) ' 2,20
Flecha máxima :
Dclornr. (6) 4,00

2,9

t,
¡' (26+4)
I
I..
t'" (31+¡r)

0,5

e88
H*# l¡¡tlto Plt r ffi.

cnÁnco trlo to 966r¡¡¡¡Clol{Ét tr¡16 3 ¡IlrA 2 LUZ C I.ETROs


(6)

Flecha inst¿ntánca = Deform. (6) ' l,ó0


llech¿ activa = l)eform. (6) ' 2,20
Flccha mixi¡na = L)eform. (6) 4,00

a.
t' (23+¡0
t
t.
t" (31+¡D -
2
(00+4)

(41+¡r)

I
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Tdplfnffi
Los [oriados rüiillar$

DEFORMACIONES PUNTO 3 PLANTA 2 LU¿ 7 MEIROS


cRÁHco t¡" I I

:.._-:., -..-.:--,: ::: - iri'.,... ,d, 1,1.,0


7.= -' -, -,:: .:: : :=:-:::-. d, : -rJ
¡ . . .. " -t, -' l-)r:i,.t::tL ttir 1 li)O

(26+4)

(31 +¿t)

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I (36+4)
r
t-,-
¡
(¿tt +4)
2l
I

I
I
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I
N s ?
lnaáoFL.mñ

OEFORMACIONES PUNTO 3 PLANTA 2 LU¿ 6 IETROS


GRÁFICO N" I2 (6)

?5

L,-,..'¿ :;-e::;''¿¿: L)Ct!-rr:ll. ldi IÓl)


: Delornt. rd) 2 2(l
f r,:, : ¿ .¡.'-, . ;,
F i.;,. :r ;.'.1-r-; = Dcfo,'ri. 16r ' '1 00
20 1

__

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I
I (26+¿l)

t
¡'.ii (gt *¿)

{36+4)
(¡11 +4)

t¡üio Pilf an cñ
lu lorjados reticular¿s iól

rrlariación de las flechas en el punto medio (P-l ) de un recuadro interior en función del tamaño de los pllares y los cantos de
forlados en úlüma planta (pllares sólo por debalo) para una carga total uniformcmente repartida de I o kVm".

GRÁFICO N" I3 O€FORÍACIOI{ES PUtfTO I Pl-Al¡T ¡ILUZ 5IgfROs


o
?.5

Flecha instantánca = l)cform. (8) . 1,60


Flccha activ"r: Deform. (6) 2.20
Flecha rrráxirn.¡ :Deform. (6) 4,00

E'o
a

It
I'I

f¡dloCrmcñ'

ÉFOilACIOilES R'I¡TO t PL¡¡'H LI,E 6 reTROs


'

Flecha instantánca - Deform (6) I,f'!0


:
Fleclr¿ activa t)cfomr. (61 2,20
Flecha máxima = Detornr. 16) '4,00

e
e
t-ropat6ñ.
-J(fl Los forjaclos rt'li(rl'lres

DEFORXACIONES PUNÍO 1 PLAI{TA.t LUZ 7 TETROS


cRÁFrco No l5

¡ o
fn lo Pal¡t 6 cñ.

D€FORUACIONES PUI{TO 1 PLANTA LUZ E TEIROS


GRÁFTCO N" Ió '

E. (26+4)
I
I
¡
E6
¡
1" (36+4)

I
(41 +4)

6l
I
f¡Dallq f,ilat on cñ
l¡s Íonados ret¡cularcs

rrtariación de las f,echas en el punto medio (P-2) de un necuadro de medianería en función del tamaño de los pilaresy los
cantos de los forlados en la últlma planta para una carga total uniformemente repartida de l0 ktVm2.

GRÁFICO NO I7 rFm cloiGt PrrYto 2 Pr-JtxTA. Lr.fz 5 Etncs


(6)

Flecha instantÉnea Deform. (6) ' l,ó0


-
Flecha acLiva = Deform. (6) ' 2,20
Flccha máxinl.¡ = Defomr. (6) '4,00
2,5

I
¡ eE+4
1.6

Fl+¡f)
I

(S+¡1)

(al +4)
o,5

o
insa
s5{# Tmllor-nn

o€Foil cKrfcsPutfTo2ñ¡ilT .Llr¡¡aETROÜ


cnÁRco lv" tg .]

Fle'clr.r instantárrea :
Defortn. (6) ' l,ó0
flccha activa = Defomr. (6) ' 2,20
Flcch.r nráxinra = Defontt, (6) '4,00

l'¡
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164 Lds lor¡d.los r¿titulür$

cRÁFtco No l9 (d,
DEFORI'ACIONES PUNTO 2 PLANTA ¡¡ LUZ 7 mETROS

12

F rt.iri- .::.:..::-¡: i-',1 - [)iitrnt {51 I óO


Fe, i;¡,;,i:r.,i - Driont'. rd) 2.20
F,:'l i ¿ :'ri.,.::r.¡ = [)ei.rrn- riil .1 O0

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8 UETROS
DEFORHACION€S PUNTO 2 PLANTA LUZ
¡I
GRÁFICO N" 20
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F.ri:i.. r-r'::¿: :¡:ll¿ = Delorm t6l l ÓCJ

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i Q't +41
fie.ir; ¡r-i'',.r - Dtl\rrl-!- (6) :20
rlÉL: .¡ r: nll:::;: f)ÉlL)rnl (ñl 4.00
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ó.t)-1

c frurto Pil'¡ tñ cÑ
Los Íorjados relicular¿s

Variación de las flechas en el punto medio (P-3) de un ¡ecuadro de esqulna en función del tamaño de los pilares y los cantos de
los forlados en la últtma planta para una carga total unlformemente repartlda de l0 kN/m'z.

DC,FORTACIOT\IES PUI¡TO 3 P¡¡XTA Li.lZ M€TROs


cnÁRco tto 2t (6) ' '

Flecha instantánea :
Defortn. (6) ' l,ó0
Flecha acriva = Deforln. (6) ' 2,20
Flecha máxinla = Deform, (6) '4,00

2.t

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I

H3H
gY
fndtoPütmctil'

DGFOf,r cloNES PUt{To 3 PLAXTA a Lt z ! n€tRog


GRÁFICO NO 22

Flecha instantánea = Deform. (6) l'ó0


Flecha .rctiva :
Deform. (6) ' 2,20
Flecha nráxinr.r = Deforrn. (6) '4'00

(2t+a)

(31+4)

(S+4)
(¡tl +¡t)

I
Los foriados r¿tiaularcs

GRAFICO NO 23 ocFoaxActoiEt PUfl¡o t P!r¡{f . LIJ¿ ? Ettot


6)
ta

Fiecha instantánea = Deform. (6) . l,ó0


Flecha activa = Deform. (6) . 2,20
l3 +_
Flecha máxima = Deform. (6) .4,00

ro{- -- -.

IF (¡t+41

(¡t +¡tl

($+4)
(¡1l+4)

frt¡rúñ
I

oeFOrtAClOlIl ñJtlfo t ñ¡"?A' LIJ¿ fflrol


'

Flecha instantánea -
Deform' (El ' l,ó0
Flecha acüva = Deform. (ü' 2,20
Flecha máxima = Deform. (ü'4'00

lr
I

-- _._ __
1,.

fl ¡
tllscAüÍ¡ncllr
Los lorjados reticulares 367

Fiiado el ta¡naño de los pllares, varlación de las flechas en un recuadro lnterlor, de medlanerfa y de esqulna e.n una planta
lntermedla en funclón de los cantos para una carta total unlformemente rcpartlda de l0 lN/m¡.

(6)
O€FOINACIOIIES PUNTO I PLANTA 2 LUZ 5 ffiTROs
GRAFICO NO 25
2

Prlf, 25¡23 cñt


Flecha instantánea = Deform. (6) , l,ó0 - Prlf, 3(h3O cñ¡
Flecha activa = Deform. {6) . 2,20 Pdar 35¡35 mt
Flecha máxima = Deform, (6) . 4,00
- - PÍrr aorao ña
PilÍ m¡
5Or5O
mt
Prl.f 05165
- -- Pft ¡6¡75 ffir

t''
¡

1..

0.a

e 1.....
23 39 a5
Canto tqtÉ m cñ.

GRAFICO N" 2ó OCFORTACIONI! PU¡¡TO T PLANTA LUZ t rcTROI


'

* Prtr ¡6¿g mt
PfJ lO¡lO si.
Flecha instantánea = Deform, {6) l,ó0 - Pfr 36rtC onr
Flecha activa = Deform. (6) 2,20
- Prlt aoilo 6.
P'¡f, !0¡!0 eia
Flecha nráxima = Deform. t6l '4.00 - C5úú qlr¡
-Prrf
-- -PnJl6t76ffi

t9
C¡ro lcrró¡ ñ.
Los lorjadqs reticulares

ocFoilActotEE Pt¡fforpr¡¡fT 2 LLtrE E?Ro3

-Pú'2ü¿tqn
Flecha instantánea = Deform. (61 ' 1.60
: -Pr-ü!srl.
Flecha activa Deform, (61 ' 2,20 -hlü¡5¡6ttsrl
Flecha máxima :Deform. tól'4.0o toéoeü,
-Pi-¿0.aOñ-
-PiF
-Ptrt6úatür.
7ü?5srr
-P¡L'

!,
1,.

3t ¿t
C¡ülbl-allc.r

GRAFICO NO 28 (6)
ocFffirAoolf! ñ¡llp I Pl¡¡lfA I LUZ I FTROT
a,t

a -P{r2&3qD
Flecha instantánea = Deform. t6l ' l,ó0 -Pllr&Oclr¡
Flecha activa = Deform. (61 ' 2.20 -PfÍgh¡ltdr
Ptt¡' aG.ao qn¡
Flecha máxima = Deform. l8l '4.00 -
-Prb5Oó0m a&t0 qña
-Pilr 75ütt grtr
t -ñt¡,

I 2,s
t

t,
I
t,t

qt

c5
Cüiólürldorllom
l-os loriados reticularx

DGFORnAglot:t rt itTo t ruItrA 2 Lr.E I ETRoS

j
Flecha instantánea Deform, (6) l,ó0
= -Pllr2üA¡qtr. I

Flecha activa = Deform. (6) ' 2,20 . -Pllr$6om. :

Flecha máxima - Deform. (6) '4,00 -PilrtÚo66cr¡¡.


-Pib¡10il¡OCiO.
i -Pflr6060srr. i

-p¡¡'¡É".!!qn1 j

--1llJ',11!I!

t9
C¡ülr'.abüñ'

DCfoRr cFl{€t ñJmo t il¡rrAt Lu¿ac E ROS


cRÁFtco N" 30 p,
I
,

Flecha i¡rstantánea = Deform. (6) t.ó0 -ñl|'2$¿3sü. |

I
c Flecha activa = Deform. (61 2.20
-tr$Éooü
-PtlÍgC¡Cgamr,
Flecha máxima = Deform. t6) '4 00 toÉoq|r.
-Pi|f
t -Pfrtr|a{lsr|' l
--?!?,Iglq*

l.t

I
2

.0

Ctb¡útatocclt¡'
770 Los lor¡ados reticulares

y una planta
Ftlado el temaño de los pllares, varlaclón de las flechas en un recuadro lnterior, de medianería de esquina en
lntermedla en funclón de los cantos para una carga total unlformemente repartida de l0 klVm':.

D€FORI ClOiE3 P(tlTO I PLAI{TA 2 LUZ 7 n€fRog


GRÁFICO N" 3I (6)

P,5*!@
-Pü23¿5fi
I
Flecha instantánea = Deform. (61 l.ó0 P¡a 36t33 ñ
Flecha activa = Defo¡m. (6) ' 2,20 -- P,[4!aw
.-Pü5(boñ
Flecha máxima = Deform. (6r '4,00
-Prry^9ú'5ñ
P,¡r 73¡7t il
-

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l'I,

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ciFlrF-cr

ilFOü ClOiC¡ ñÍrO ¡ tlr¡,flA t LtJ¿ t :TROE


GRAHCO N" 32

23¡23 ñ
- Au
ñ[SSñ
A5 t3¡3C ñ
Flecha instantánea = Defom, i6l
l ó0 - Alarmglt
Flecha acüva = Deform (6i 2 20
h|'tftloqt
- Fi0 CEag Oia
-_
Flecha máx¡ma = Deform. t6t a 00 Pilt 7tr73 qi¡

35

Ca{ofcl-¡nCn
l-os loriadu reticuleres 37t

GRAHCO NO 33 DCFOttACtOiltt PUltrO 3 P!¡¡Vf^ ¡ UJZ r runOE


o
la

*PIl3S{nñ.
-?iúag,Qg('r,
Flecha instantánea = Deform. 16) ' l,ó0
L

-Pilf3ltr30orl
Flecha activa = Deform. (6) ' 2,20 -P¡lf¿l0ra0qtr,
Flecha máxima = Deform. (6) '4,00 -PtlJ'll,úoc'Í,
tó.70q|r. - '
-Pit¡'tc¡l{tsü.
-Fitf

t6
Cllrb lb.taót alt cñ4,

Dttoam aoiltt tut{?o I FtAt{fA t luz a *fRof


GúHCO N" 34 (o
ta

-Pltald'qn
üHst
r¿ -Pll;
Flecha instantánea = Deform. (6) ' l,ó0 -?taúf/ltg/|[
Flecha activa = Deform. (6) ' 2,20 -P0r'aÓr40ña
t0rto ott.
Flecha máxima = Deform. (6) '4,00
--t¡r
l0 -Pfiat¡lo'tra
-?t*t&tgc'.

lc
Cll¡Lrlí.rr.rl'
772 Los lorjados reticulares

HORIACI6CS rufTO 2'Pt/U'fTA 2 LIJ¿ t FTROS


GRÁHCO NO 35

Fle,ch¿ instantánea : Deform. (6) ' I.ó0 -Pilrelú25qtt -


Flecha activa = Deform. 16) ' 2.20 -P¡rtód. g¡úl¡qB.
Flecha máxima = Deform. (61 '4.00
-pi|: arsñ.
- .. -P||-
-ftlitol3oc!*
G6€!i@_
-P¡f 7É¡tJ stt'
-Plr
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CÉ¡Fr13

FfrilACTOICS Ptlftot Pt¡LlA I lljla ETR6


GRÁFICO N'3ó
I

-tu?á.¿t5ñ
-Pitr@qtr¡
3¡.(5qna
Flecha instantáne¿ = Deform. 16l ' l.ó0 -A¡|
Flecha activa = Deform. 16l ' 2 20 -PiL¡D¡po[r
Flecha máxima = Deform. (6) '4 00 -Pta¡tüac6r
-hl'75rt3cnr

l"
¡

1,.

Crblql¡dorñ
lts lorjados reticulares 1at

Fiiado el tamaño de los pllares, variación de las flechas en un recuadro lnterior, de medianería y de esqulna en la última planta
en funclón de los cantos para una carga total unlformemente repartida de l0 KlVm,.

GRAFICO NO 37 OEFORTACIONÉS PUNTO I PLAi{TA ¡t LUZ 5 TETROS

Flecha instantánea :Deform l,ó0 l6t -PfüPrlJ


25¿5
30130
ffi
ma
Flecha acriva = Deform, (6) 2.20 - 35135 ñE
Flecha máxima = Deform. r6i 4,00 -Prlü
'Pil¡r ¡.(}r¡l{) ffi
Prlr 5('¡5O 6¡
-_Pr|(
- 63É5 mr
- ..-' Prtff 75¡75 mt

C.nto lqrado .n cñ

DEFORMACION€S PUNTO 2 PLANTA ¡I LUZ C r|ETROS


GRAFICO NO 38

Pild 25¡25 @r
_
- P.tr 3&30 @
Flecha instantánea = Defo¡m. ld) l,ó0
-Pdf
35¡35 c¡trt
Pilr {O¡aO st¡
Flecha activa = Deform. (6) 2,20
: - .PdrstrOm
Flecha máxima Deform. (EJ 4,oo 65¡65 frs
-Pdr
---. P'tr 75175 m¡

- ---=.=]==:-

35
C.ñ tqra.to m cÉ.
374 Los lofiados reticularcs

o€FORrACplrEg PrrfiO ¡ PL/rrffA ¡l LlJz t ffiTR6

Flecha instantánea = Deform. 16l ' l'ó0


-pr-as¿li*
G¡oll
-Bf t{¡¿!t¡ qil
Flecha activa = Deform, {61 '2,20 -Pitr
Flecha máxima = Deform. 16l '4,00 -Pdr'&{qÉ.
5ltÉ0ctn¡
_ac'6áó60É
-Pllt
7$75ñ.
-PÍf

t,
5

I,.

s ¡o a3
Crbttt--c

ÉFOilAClOiEg Pl.rlfo t PLlraTA. uJa ¡ ETRO6


GRÁHCON"40 (6)
a,¡

a Flecha instantánea : Deform. 16l ' l,ó0 -hlJ25¡4tql¡


Flecha activa: Deform. (6) . 2,20 -P¡lrsoc¡ü
Flecha máxima = lXform. (6) '4,00 -Pib3g6ñ
q3 -PL.¡Édñ
-PrrÍ560qü.
*ñrr7175qÉ
-Ptr'66¡6óñ.
3

I
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0
35
Ctrlo lbrr¡dc ür clll'
l-os loriados relículara

DEFORTAC|o}|E3 Rnrfo 2 PI¡I{TA' LIIZ G FÍROS

(8) ' I .-Pilf SOrSqn¡,


-PllJ25¿6olrr-
Flecha instantánea = Deform. 'ó0 06¡g6crr.
Flecha activa = Deform. (6) ' 2,20 -PilJ aor.o6ra
Flecha máxima = Deform. (6) '4,00 -Pitr
-P¡lÍ60üstr¡- .
-Pilri&€6qnqr.
-P¡¡76¡te

I.

It
CrbtcdÉññ

OEFOñTACIOI{É3 PUI{TO T PLA¡ÚÍA IT'Z C TETROS


'

2g¿0 q¡t
Flecha instantánea = Deform. (6) ' l,ó0 -Pd.' ,

Flecha activa = Deform. (6) ' 2,20 -Pllj3@sm


3t's(Blt qn

Flecha máxima = Deform. (6) '4,00 -Pilf


-pd¡'4ü{0crll
5Ql0crr
a -Pilf
-PilJC5ró6ñ
-Pi|Jt&73ffi

!'¡
l't,
2

35
C¡rblofFmcm
Los loriados reticulares

Fiiado el tamaño de los pilares, varlactón de las flechas en un ¡ecuadrc lnterior, de medianería y de esquina en la úldma planta
en funclón de los c¿ntos para una carga total unlformemente repart¡da de l0 kFüm¡.

cnÁRco n¡" ¿¡ o€FoRI CrOr€S Pr¡rTO 'r PtArfTA. UJ¿ 7 ETROS

Flecha instantánea :Deforrn 16l I {{l P¡'Gtrñ


-Pü23¿5ñ
ts35ñ
Flecha activa = Dclc¡rrn. t6t 2,20 -PirFú{L{tñ
Flecha rnáxima : Deform. l6t ' 4,00
-P{rsffi@
P¡r 65¡ó5 G
- P'b t5r75 ñ
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l'¡5
I.

5
C¡-L.larb-*

D€FORT CloTGS Pl'lfo 2 Pr¡r{f^. Llr¿ ? ETno€


cnÁr¡co No ¿¿

_P|t32t25ñ
-,P,rr$¡ñ
33¡35 ñ

Flecha instantánea :
Defon'n 16r L Ó{-'} -h! Alr¡hao@
5OéOñ
Flecha activa = Deform. 161 2 20 -P,rr
Flecha máxima = Deforn. r6l .{ Sl 75¡75 @
-PrE

É
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I.

35
C¡fr ioda{o ñ cú
Los lo¡iados r¿ticularc;

GR¡íHCO N" 4' DCFORTACIoI{ES R tfTO 3 Pt¡¡{lA. LlrZ 7 EÍROS

25¿5 0ü
Flecha instantánea :Defon¡t. (6) ' 1,60 -P[ü S,€o srr.
Fler:ha activa = Deform. 16l'2,20 -Pitr
Plf, {Or.¡aO m
-FaEar¡soB
Fle,ch¿ máxima = Deform. (6) '4,00 -
á5úSffi
-P¡tü60¡!0ñ
-Pitf 75¡75 e¡a
-Pil¡

!.
l.

39
€rtolcl¡domm

GRAF|CO N" 4Ó o€FoñIAClOt{Et Pt lttfo r FL\LTA a LUIZ a ETROS

26x25 qr

Flecha instantánea = Deform, (6) . l,ó0 -Pilri Sr30oi¡


Flecha activa: Deform. (6) . 2,20
-Pib Stx3lt cnú
--''ftlrlo¡aoqD
-Prhr
Flecha móxima = Deform. 16) .4.00 qn¡
50150
-Pff
.-Prlf 75rt3qn
-Pih05É6.rü

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I.

35
hbrr*nil.
Los lorj,tdos r¿li'ularcs

CRÁflCO N" 47 OEFORUACIONES PUNTO 2 PLANTA ¡I LUZ 8 iIETROS


(¿i)

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Csro tdrado F cñ

OEFORMACIONES PUNTO 3 PLAÑTA ¡I LU¿ t HEfROS


GRÁHCO NO 48 (6)

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25 C.nto tori¡dÓ on cro'


l¡s lorjados rcticulars ?79

Fiiado el tamaño de los pllares y el canto de los foriados, variación de las flechas en función de las luces en un punto medlo de
un nBcuad¡o lnterlor de una planta ¡ntermedla (P- I ) para una carga total unlformemente rcpartlda de lO ktVn2.

cnÁRco rr¡" ¿g (6)


D€FORI clqEg Pl ?{TO t Pt¡NrA I PI_AR Z5¡2t cm1

la

Flecha instantánea = Defornr. (6) ' l,ó0 -Cdo25ffi


Cí{o ¡0 m
Flecha activa = Deform. (6) . 2,20 ---Cde 15 dr
:
Flecha rnáxirrra Deform. (6) '4,00
-- CJto ¿lo ft

-Cru45ffi
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L[srü.

GRAFICO NO D€FORIIACIOü|€S PtllTO t P]¡llfA 2 Ptt R 30r3O ellr .

'O
:
C&o 25 úa
Flecha instantánea :
Deform. (6) l,ó0 - Crdo 3() o!
Flecha acüva = Defornr. 16)'2,20 - Cdo 35 66
--*
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'---Cütoa0@
Flecha máxinra = Deform. (6) '4,00
Csrlo 45 oa
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Lr,) lorldlos ftltúldr(\

DEFORMACIONES PUNTO I PLANTA 2 PILAR 35¡35 cm3


GRÁFICO No 5l (6)

14

I k'r i .r :n:t¡r tire;¡ : I)efo¡nl t6t ] ó(J


Flct,i¡ ,;e Li, ¿r - lt\l 2,2[)
l.lt-'iortn
Fl¡t "¡r rir;ii.lr;r : t)r-'li¡rm (61 4,0{-)

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DEFORMACIONES PUNTO I PLANTA 2 PILAR ¿0r¿10 cms


GRÁFICO NO 52 (ii)
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l¡s f oiados reticulares

OEFOil CIOIIEE Pltf¡O I PlllYTA 2 PI¡R tO¡!0 ct


GRÁFICO NO 6
'3 ta
¡tt str.
Flecha instantánea = Deform. (6) ' l,ó0 -Crro
t2
Fleclra activa = Deform. {6) ' 2,20 -CÍosatr
*-CJÉ{)cmr.
-C¡io95ñ¡a
Flecha nráxima = Deform. {E) 4,00
-crü4goñr
t0

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GR{FICO NO 54

Flecha instarrténea -Defomt, (6) l,ó0


Flecha activa = l)eform. 16l' 2,20
Flccha nráxinra : Deforrn. 16)'4,o(l
Los foriados r(lttulres

DEFORtrACIO0IE9 Pt t{TO I PLANÍA 2 PILAR t3r7s c]n


GRÁFICO NO 5'

Flect¿ insian!áne¿ : Deforl:r r6r i óC


Ilecra acli.r = De:or:rt rdt 2 20
Flecha n',.ix.na : Deicrrl t6r '1 00

I:
l.t
t
Los fori,rdos retttulttr$

punto medio de
Filado el tamaño de los pllares y el canto de los foriados, varlación de las flechas en función de las luces en el
un recuadro de med-ianería de una planta intermedia (P-2) para una carga total unlformemente repartida de l0 kIVm'?

DEFORf,ACIO¡€S Pt NfO ¡ PLAXTA 2 PI|AR 25123 cm.


GRÁFICO N" 5ó (0)

t6

Flecha instantánea : Deform. (6) l,ó0 CñY,fii


t6
Flecha activa = Deform. (6) 2,20 Cmtf @
Flecha nráxrma = Deforrn, (6) 4,00
Cre{lmr
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Lu6da

GRÁF|CO N" 57 oEFORmACIONES PUNTO 2 PLANTA 2 PILAF !O¡3O cm


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Flecha instantánea = Deform. (6) , l,ó0


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Flecha activa: Deform. (6) 2,20
Flecha máxima = Deform. (6) . 4.00
la

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t ,rs /orltrdos rr ii(¿ildrr's

OEFORnACIOI{ES PUNÍO 2 Pi¡NTA 2 PILAR 35r3S cm¡.


GRÁFICO NO 5E (ri)

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Flerir;i ;¡ctiva : l)ciorm. (61 2,20
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Flcrlr¿ nrá\ln\.r - L)efortr. (ñl 4,00 Cño 45 mt
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PILAR cmt
DEFORUACIONES PUt{tO 2 Pt-AtllA 2 '0140
GRÁFICO NO 59 (ti)

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Cilrlc .15 C6s
- Cürc :¡0 cñ¡
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Firqlr..l insl;rr.t:¿i',,'¿ = f.¡sf¡t¡¡¡ rc\r I t'i-' C¿^lo 35

Cvno .(0 ñ¡
I C(-h¿ dcl:\ .r - l-)eiqrt n'l tc\r I .l[) Cmro ¿5 6r
fie¡h.r:r-rárilltir : [)i]f¡rllt r6r '1'(10 -
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Lu rn mtt.
Los loriados r¿ticularcs

D€FORIACIOI.ES Pl.ifTO 2 Pr-AllTA 2 PTLAR tO¡tO clr!.


GúFIco N" óO (6)

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Flecha instantánea = Deform. (6) l.ó0 -cñ25ñ30 (¡ü


ta Flecha activa = Deform. {61 ' 2 20 *c¡fr35ffi
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Flech.r máxinla = Deform. 16) 4,00 ¡0 srt¡
-Crü a5 ñ
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6ffi¡96 ¡o 61 O€FORXACIOiES pt ltTO 2 pLAmA 2 HLIR 6!¡ü.ti


cnr.

Flecha insranránea :l)eforrn. (61 . I .ó0 -Crrc¡5G


- -Cru3Oñ
Flccha activa = l)eforrn. (6) . 2,20
f lech.¡ máxima : Deforrn. {6) . 4,00 -CÍ|o35@
Cñro aO o¡
- ¿5 mr
-C¡to

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38ó Los io¡lu¿los rrli(ul{¡r¿s

OeFOR¡AC|O}ÚES Pr¡aTO 2 PL¡¡IfA 2 P¡L FI 75173 ctnt


GRÁHCO N" ó2

Fje.il;r rnslanLáne¿ -- Defotnr t6 : cl'l


F'ee:'¡ ¡rli.¡ - f)eltttnr' {6r I ltl
F.er.lra nriirnr;l = Deicrrnr' 16l '1 tl(-)

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oa
l-os lorjados retiulares

F{ado el tanaño de los pllares y el canto de tos forlados, varlac¡ón de las flechas en funclón de las luces en el punto medlo
de
un recuadro de esqulna (P-3) para una carga total unlformemente repartida de l0 klVmr.

GRÁFTCO NO ó3 ocFffiActoic8 FtttTio 3 ñ-arTA a f,,,n 4rc ñ.

2É ctl'
Flecha instantánea (6) . ¡,ó0 -cdo
Ct6'u ota
= Deform.
Flecha activa -- Deform, (6) 2,20
Flecha máxima :
Deform. {6) '4,00
'-Ce¿l'ñ
-Crü¡ltctr
-Ct3a5ñ

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GRAFTCO N" ó4 O€tgRIAClOt{tt Ft lfo t Pl¡rfTA ? tt.an l0r$ G,É.


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ra Flecha instantánea = Dcform. (6) . l.ó0
-CfbCrro 30 rnr
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Flecha activa Deform. (6) . 2,20
rt Flecha máxima = Deform. (6) . 4,00 -''Cm,aoñ
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Los /orl¿dos rtlicliitrrr's

DEFORI CTOI¡|ES Pit{TO 3 FLAI{TA ¿ PILAR 33¡l!¡ qB.


CRÁFICO NO ó5
20

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Flech¿ .r',sl.rntirnrta = Detorttt. l6ll.('t) -ce:"4
¡fi¡C ñ
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I-lecha ¡ct:ra - Defor¡rt (6) 2.20 ]: rs
-C.ft Ce{F
Flech.r :¡;irir"¡ = L)clrlrr¡r. lEl 4 00 _añ5¡.fi
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o€FORIAcloll€S PtlfTO ! ñ¡,{i 2 PTLAR cm'


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GRÁFICO N" ó6 (¿i)

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Lut ln mta.
l-rs loriird¡r-. rr'licular¿s

GRÁFICO NO ó? OEFORMACIONES PUNÍO 3 PLANIA 2 PTLAR S0¡SO cm3.

a ¿¡rc 21 cm5
Flccl.a irrs:al:áne;r :
Defor¡n. (61 l.ó0 C.drro 30 cñs
Fiecr;: ;ct:','¿ = Dcforrn. t6) 2.20 Cántc J! a.il1!

-
I eci¡ n-¡;t.::r¿¡ Dcfornr. 16) 4,00 Cart? <0 cn's
Ca¡b 4:, cr,s

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I

OEFORMACIONES PUNÍO 3 PLANTA 2 PILAR 65¡65 cms


GRÁHCO NO ó8 (6)

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Canró ?5 cñs
Fleri:"i :r:t¡rrr¡árc; - t)eforfit (6) I óo
l lccir.r : Dtforill. (Dl 2,20
..:t.¡1,,,¿ cúrlo J5 cm!
12
Ficcr..r nárm;; = Deform, (d) 4 oo C¡nv) 4c cr's
Car'ro 4t cmr

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390 l.os foriados reliculares

DEFORMACIONES PUNTO 3 PLANTA 2 PILAR 75175 cm3


GRÁFICO N" ó9 (6)

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-t_':, :-1
F|echa i¡rtantáne.r = Defontl. f 6r I.f¡0 :v.: : :-r
Flecha .rcti',¿ = f)eforrri l6l 2,20 , ¡_"': :r :--r

Flecil¿r ll:áxil:r;¡ : t)eIt-rrtlr. lól 4.(J0 :3*: r: -_. //


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Los foriados reticulares 391

funclón de las luces en el punto medlo de


Fllado el tamaño de los pllares y el canto de los foriados, varlaclón de las flechas en
repartlda de l0 klVml'
un r.gcuadro inter¡o" ie la última ptanta (P- l ) para una carga total unlformemente

O€FORUACIONES PUI¡TO 1 FLANIA 4 PILAR 30130 cñ¡'


GRÁFICO N" 70

- - Csro 25 @3
@l
Flecha instantánea = Deform. f6l I Ó0 Cádo 30
.. -. Crnlo 35 or
Flecha ¿c:iva = Deform. (6) 2,20 csdo ao @!
Flc<h¡ máxima : Deform. (61 4,00 C¡rno aS @t

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L4dñ-

DEFORMACIONES PUNTO 1 PLANTA ¡I PILAR 35IT5 CM..


GRÁFICO NO 7I (ii)

11

--- Cdo 25 6¡
Flecha instantánea :
Deform. (61 ' l'Ó0
.-
Cslo 30 mr
Caro 39 rg
actiya Deform. (6) . 2,20
12 Flecha = C6do ¡lC m6
Flccha máxinra = Def<¡rnt. (6) '4.00 CiÍo ¿5 @!

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I os Ioriutlos ¡ctr{:illdr¿'s

DEFORMACIONES PUNfO I PLANÍA 4 PILAR 15r35 cms


cRÁr'¡co rr¡" zz (6)

Flech¡i É¿ : L).:(-)"ri lór I bll


::r:,!,:rl;.
lilcch.r.'rrri'.¡: Dcii¡r:'r riil 2ltj
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I-ler:ha r¡á., rr;, - [)ciorn'. rtjl 4.00

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oEFOR'vIACIONÉS PUXTO 1 Pl-AriTA. PILAR 4O¡4O cms


GRÁFICO N" 73 (ó)

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Los lorir¡dos r¿licul¿¡ss 19i

GRÁFICO N" 74 OEFORMACIONES PUNTO I PLANTA 4 PILAR 50150 cm3


(6)

14 -

U¡nr1 2: cils
f Lec:'.¿i rrL;r:ilnl.iinr.r¡ Defornl. liil I(1.)
- Crnlo lC c-.ns

C¿,'li,3{. cfis
12 Flet;¿; :rt:', ¿ - Deform. (61 2,20
Fit'r :¿ l--;il:r:r¿
Cánto ¿a ctrrs
- f)eforn. {6} 4.00 L¿ñr;4', rrrs ,/
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CRÁFIco No 75 (¡)
OEFORMACIONES PUNTO I PLANTA 4 PILAR 65x65 cms

(.iato ?i cms
F.eci.e irrs:¿r'r:;1ne¡, = Defor¡n. r6t I {rO Cs.t9:lo chs
l- tc:¿ ¿tt'.;r -
Dliorrn. (61 2 20 al¿ 'rr 3: c,n!
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f,cc:ra :;:.:::-.r; = l)eftf rrrr 161 . 4.00 C¿,fu !0 cms ,,/
Cr,ilo 4i cm5 .rt
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Los lorjados reticulares

DEFORTÍACIONES PUNTO I PLANTA ¡t PlLAtt 75175 cm.


GRÁFICO NO 77 (6)

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I-lccia in:L¡nlir¡rea¡: l)t-:ft¡rnr (61 I /j/l :-: ]:.-.


-i-*t::
Flech.¡ "¡ctiva l)elorrn. (6) 2 20 :rr: l.a cts
[-lcr lr.r lrráxirrr¡ : Deforr¡r I61 4 (.)/.)

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kdñ
Lls forjados reticular¿s 395

Fiiado el tamaño de los pilares y el canto de los foriados, varlaclón de las flechas en el punto medio de un recuadro de
medianería de la últlma planta (P-2) para una carga total uniformemente repartlda de lO KlVm2.

GRAFICO NO 78 OEFORmACIOIIES PUNTO 2 PLANTA ¡a PILAR 36¡25 cmr.


(¡i)

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" Cso r!
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ta I icchai¡r:t¿rlir:e¿ : Defornr. (6) l,ó0 Cdo ñ¡


30

Flecha ac:iva : Dtfornr f6l 2,2() --.-'. Cdo 35 m¡

: cñro 40 63
t6
Fiech¡ n¡óxinr¡ Deform. {6) 4,00
Cffó 45 ñ¡
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Luroñ.

GRÁHCO NO 79 DÉFORITACIONES PUNTO 2 PLANfA ¡I PILAR 30¡30 cmT.


(ñ)

lg
_ _ csto 25 ñr
irlsr¿ntánea : Deform. {6) l,¿r0
f ,ec.lr.: Crdro 30 cml
r6 C.nro 35 @¡
Flecha activa - l)cforrll. (6) . 2.20
C¡1to 40 cñi
Flecha m¿ixim¿r = Defornr. {6) 4,00
Cmto ¡5 cm!
l¡t

12

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396 l.os forjados RlitulLtr¿s

GRAFICO No 80 OEFORmACIONES PUNÍO 2 PLANTA { PILAR 35135 cm3


(¿t)

t8

rre(nc¡ [15_ú] t,t:ler-t - L)ClOrnt. {0J I r,(l


18
Flech¡ ¡¡cti','¿ = l)eforn'l l6t . 2,20
I.lech¿ nr.ix:t:ra: l)efltrr¡. (6) 4.0(j
l¡t

12

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5

GRAFICO NO 8I (6)
OEFORHACIONES PUI{fO 2 PL }al^. PIL^R ¡Ot¿{l cms.

l8
Cr:c ?5 ams

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r:ilc 3C:ss

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Los iorlrcio: r¡lr¿uiarrs

D€FORMACIONES PUNTO 2 PLANTA ¡l PILAR 50¡50 cm3


CRÁFICO N" 82 (ó)

18
cmto 25 cms

Flr-'i l'r¿ :ll:'l¿rrt¡rrlc'¿ = llt:fornt l6l l,f'fl C¿^lo 30 crrs

F r:cl'r¡¡ .:c Liitl :


Ca,rro 35 @s
'ta Defrlrrn 161 2 20
Ca¡to 40 ms
Flrch¿ rirá¡.tnra - I)eform l61 4 00
Cánto 45 cms

t2

r0

OEFORMACIONES PUNTO 2 PLANTA ¡I PILAR 65¡65 CM3.


GRÁHCO N" 83

Ceñro 25 cms

Flcri:a :: :;t¿rrl.ineá : Deiorttt (6) l,ót) Canro 30 @s


C¿rxo 35 cñs
Fiei-i;i ;,c:',,,;; - Dcfotnl, f6) 2,20
(l¡nto
fl(,(I., :rríxjn-,;-r : L){..íon¡ l¿i) 4,00
¿C cñ3
C¿nto 45 cñ9

E.
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5
398 Los loriados relitulur¿:s

GRÁFICO N" E4 OEFORTACIONES PUIITO 2 PLAMTA ¡t PILAR 75175 cm¡


(d)

1?

l- r -
lr-'ch.r :: :;ta rtár rf,.r Defornr. (5) L()L)
f

-
Flrclr¿ ¿c¡r',¡ Defornr. t6l 2.20
I lcr-ir.r :rl.ix lr¿ : l)etorm. 6) 4.00
f

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tE

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l-os loqados rctícularr 999

Ftiado el tanraño de loc pllares y el canto de los foriados, varlaclón de las flechas en el punto nedlo de un recuadru de esgulna
de la úldna plano (P-3) para una carga total unlformemente repartlda de t0 klVm2.

Pl¡tlTA Pil¡R 2a¡¿t cllll.


GRÁHCO NO E' OEFORil CIOf{Ég Pl.¡l{ÍO 3 ¿l
(E)

Flecha instantánea = Deform. 16l ' l,ó0 -cflo25oB


-CmtoSo@35 qm
Flecha activa = Deform. (6) ' 2,20
: Deform. (E) 4,00
* Crto a0 c¡u
-Cño
Flecha máxima
crtó ag ffi
-

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LE ü na¡,

GRÁFICO NO 8ó OEFORÍ CDI|ES Pul{TO ! PLAxT a Ffl'¡R 30130 sñr..

25 qil
:
Deform. (6) ' l,ó0
-crio
c¡ro 30 6s
Flecha instantánea -
Flecha activa = Defomt. (6) ' 2,20
Crio a0 Cñ
Flecha máxima = Deform, (6) ' 4,00 -
-Crto¡l5m

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laüíÉ
Los Iotiu(ios rel¡culares

OEFORIÍACIO¡|ES PUNTO 3 PLANTA ¡l PILAR 35¡35 cmi


GRÁFICO N" 8? (6)

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"-" C¡lc?a ñ!
l6l l.ó0
*i - Defclrnl
I
Flecha ins!;rntáne¡ C¡tc 3! o¡
i Flc.cha actir';r : Dcform. (6) 2,20 Crno 3', gr'g

= Defornr. l6) C5'c ¡C añs


I
Flcr:h¡ nr¿lxinl¿ 4,00
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Cr:c 45 6t
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O€FORilAOOIiES PtX'fTO 3 Pt¡xtA. ñLAR aor¡(l cms


GRÁFICO NO 88 (6)

20r
a¿ttc i5 rñÍ
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IjlctlL¿ rrr¡!¡irLt¡'n,', ¡1--;¡111- rci ' .t Cmlc I c-s
licclt.t.t(r:,¿ = L)!.'."^ 'tj - - C^.'. 35 ñs
Flecha nrárir'¿ = f),-jo-': ró, ¡ '-l'l
't6 Csla ¿l :ñt

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bs loriados reticulares

D€FORIACIOI€g PUI{TO t PLI¡|TA ¡¡ PIL¡R torgl cñl'


GRÁHCO N" E9 (6)
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25 c¡ñ
Flecha instantánca :
Defonn (ü) ' t'ó0 -C¡rüo
Crtao30ñ
:
I

l., Flecha activa Deform. (ü) ' 2,2o ---Cfro36ffi.


Flecha máxima -Deform. {6) '4,00 '' Ctio a0 613

- '- CÍto 45 q$
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1

OEFORÍ.AOO{ES Pt }ffo 3 PL/WT { PILAR 65¡6S cnB'


GRÁHCO N" 90

l.lecha instantáttea :Dcf<:tnr. (6) l,ó0 -GÍao25oE


c-io30@
. .-csro tr sñ
Flecha activa = Deform. (6) 2,20
Flecha nráxinra : Deform. (6) 4,00 -CJlo40ffi
* C{ro 45 mr

Lu an naa
402 Los foriados ntícular¿s

9I DCFORI CTOT€3 ruVfO t ruffiA I PtlR 73176 c¡¡¡"


CRÁFICO N"

(6) ' l,ó0


-Ctb25qü
C¡{o I snr
Flecha instantánea = Deform.
Flecha activa : Dcform, (E) ' 2,20
-csm35ft
Cjto¡Oñ
Flecha máxinra - l)eform. (61 '4,00 - CJto ¡tS ffi
*-

trr-,

t0.9. Estlmaclón de las flechas en los cados us¿dos habirualmente poseen un carácter conservador. las
forfados reticulares flc,chas medidas dr¡rante las pnrebas de carga resultan ser bastante
menores que las estimadas en los cálculos, dado que se prescin-
las flechas que normalmente resultan rclativamente sencillas den de muchos factores imposibles de parametrizar.E¡t nuestros
ensayos de placas reticulares pudimos constatar que construh un
de evaluar, dentro de lo posible, en las estructuras de hormigón
foriado reticular con bloques perdidos de hormigón frente a otro
armado, son las flechas instantáneas para niveles baios de carga,
construido con bloques aligerantes de poliestireno conduce a unas
dado que son situaciones donde los niveles de fisuración son
flechas instarrtárreas del orden de 1,25 veces inferiores, pese a que
relativamente moderados y el comportamiento general de la es-
ambos forjados presentaban idénticas secc¡ones estructurales.
tructura se encuentra en un nivel elástico suficientemente gene-
ralizado. . El método manual que nos permite obtener una est¡mación
A medida que intervienen fenómenos como la retracción y la de las flechas en los forjados reticulares se debe a Scanlon y Mu-
nay, y se encuentra amparado por ACI, desde que lo hicieron pú-
fluencia, y se incrementan los niveles de fisuración, la exactitud en
la evaluación de las flechasdiferidas resulta ya bastante proble- blico sus autorcs cn 1982.
mática, y debemos conformarnos con una estimación suficiente
El método consiste en partir de los esquemas que se estable-
de la misma que nos permita situar las piezas que proyectamos y
cen en el método de los pórticos virtuales, siguiendo la figura
construimos en unos niveles de deformación tolerables, aceptan'
10.10; V considerando las bandas de dicho método, obtener unas
do incluso errores de cierta entidad en dicha cvaluación, qr-re al-
gunos autores estiman entre un 25 y un 50%. cargas ficticias q I y cl2 que hipotéticamente conespondeían a las
distintas bandas en función de los momentos asignados a las
Nuestra experiencia personalen la estimación de flechas en mismas, partiendo de los momentos proporcionados por elcálculo
los forlados de edificación, que luego contrastamos en pruebas dc general de los pórticos, o en su defccto de la estimación de dichos
carga, nos permite decir que los criterios de estimación simplifÉ momenros por el NlÉtooo DELcÁLCULo DIRECTo.
l-os Iorjados r¿titu]ures

[Jna vez obtenidas las cargas, [)rocedemos a calcular las fle-


chas de cada l¡and¿l en el ptrnto mcdio, como s¡ de unas vigas or-
dinarias sc tratara, primero en la dirección -y y luego en la
direc:cicin -x, operarrdo con las inercias equivalentes de Branson
(segun la EHE).

5.o,., .L1, 0,75.(Mfy +MDy).L2y


'tv - 3¿¡4 ¡, . t** l (r. E. . 1.r,

5.qzr'Lx 0,25.(Mly+MDr)'Li,
tt' = r¡ L[----ló'r.tK
36a.

Si las geontetrías y ntodrrlación de los pórtictts son regulares


podenros cons¡clerar que, Ia flecha obtenida cn I según -y, es
idénti.,n a la que podríamos obtener en 2 tanrbién según -y; y si
Fie, 10, 10. Esqucma de bandas cle'Sc'rnlotr v lrlun;ry ¡r'rr'r el fircra rr p.r n eles ctlacir¿rclos, tambión serían sensiblemente igua les
cált:ulo de las llechas
a la flec'lra erl el l)ullto 4 y punto 3.

Para el cálculo dc flechas, recome¡ldanros considerar C:ol].Io Si ello nrt iucra ¿rsí, no queda rrlás rcmedio que esiablecer los
banda de soportes el ancho correspondierrtrl y excltrsivo de los pórt¡cos virtu.rles y operar cle la forma indicada, obtenicndo dichas
ábacos. k>s momentos globales del pórtico virtual qllc tr)odemos llechas err ¿nrbas dirccciortes.
consiclerar como referencia, figuran cn el esquema adjunto'
La flecha instantárle¿ en el punto 5 vendría dada ¡'ror:

. [,,, + ir,,
fl =-JJ--:r+f5* t!+fi
f5 (f inal) =

'Lr 'Lr2 P, .L, .L\.1


Los rllonrentos cle itlerci¿l que dcbemos introducir en las fór-
- ' ;
R
Mo = --8 y t(¡tnb¡ón ttfo
nrulas pari.r calcular las flcch¿rs, son los momentos de inercia equi-
valente riacltls por Bransorl.
preserllcs
Fig. 10. I l. Momentos directos de refcrencia quc. ¡)uetlett tLrnerse
L¿s seccit:nes qtrt: ciebcremos considerar en cada una de las
cn-los cálctrlos dc las flechas manrlalnrente ' los
banci¿¡s itlt.llizaclas son cliferentes cntre sí, a la hora de <-rbtcner
rronlentos de incrci¿ eqttivalentc.
FTECHA INSTANTÁNEA que con-
En los extrcnlos de las bandas de soporte tendremos
purrto 5' para reclangulares de los ábacos; y en los vanos
Si queremos obtener la flecha instantáne¿l en el sicierar Ias secciones
primero banclas, un coniunto de nervios T con las ar-
uuo ."ign uniformemente distribuida P ¡lm2 ' obtenenros ccnlralcs de ciichas
la fracción de carga ficticia (Q¡yl que se asigrr'r a la banda de ntaclllras en la p¿lrtc inferior de las almas'
que le
soporte cle la clirección -Y, por cienrplo, y la traccicin {q2r) En los cálc¡,tlcrs cie las flechas de las batrclas centralcs se con-
.,.>rresponde a la bancia central también err dicha clirección; sideran rreryios en T, Frero hay que tener prescnte que ert los ex-
hacienclo a continuac¡ón lo misrno en la dirccción -X' trentos laS aml¿rCluras Se Cncuentrarl en la p¿lrte Superior, ¡n¡entr¿ls
que cn los l'att<)s están en su parte inferior'

L_-l
0,75.(MIy+MDy)+0.ó
ffir1' I

i
2 ii:-'lrl
lyl
0,25.(Mly +MDy)+0 o ¡.. .L..
I .:uu.
. -l--+
I

4 M,,
2
=4
I | I I

siendo,
Qty: Carga de la banda de soPorte -Y
I-: Luz libre segúrr -Y
L-J i'
q2u; t--argu dc l.r banda central -Y I-ip. l0.l2.5itu.¡ciónclc, l¿sarrnaduras¿lahoratlclcalcularlasinerciasfisu-
t", Luz libre scgún r'.,á"s; l.rs lratrdas ftlera dc'los ¡ibacos
-y ",'
Los loiados reliculares

Dicho método consiste en calcular el factor l, en la sección


central dcl vano que se esté analizando, o cn la sección de
'"=(#l ',.['-[#l] "
arranquc, si de un voladizo se tratara.

ftt'tl"* 'lb .E
¡¡',yl
= ") : --------:-
l+50.p'
siendo, siendo.

lo: Momcnto dc incrcia cquivalcntc cn cada sccción dc las hanclas p': (:uerrtia bnr)r" i':.,i ¿ cic: l¿s armaduras dt: t:onr¡lresión en las
establecidas. Si M1 > Mo se tomará.le = lb. sección út.r de '=:=:e:,-r;;.

M¡: Momento de fisuración dc la sección.


f.¡, ¡.*; Resistcnc:ia del honrrigón en flexotracción. l. Calaver¿ ¡rrr:ci- el valor de p y proponc c{uc sc calcule con
yl: Distancia det C.tr.G. de la sección a la f ibra de tracción más
un valor medic dado por:
aleiada.
M": Máximo momento flcctor aplicado cn la vida de la picza, hasta el p'n-, : ,J 70 ' p' + 0,15 ' (P'ext.izq + P'ext.dch)
instante en que se calcula la flecha, en las secci<.rltcs
conespondientes.. para se¡'croh,€feuteS Con las fonnulaciones de Branson.
16:lnercia bruta de la sección, en la r¡ue puede hacer intcrvenir las
y que
armaduras. en basc al factor de equivalencia dc ¡¡cero en hortrrigón: l, es el ccerici,ente qtlc depende dc la duración de la cargS
tiene en, cucrrla lt-rs fcrrómenos de retracciórr y fluencia quc se
E. prodL¡cer-r en las Diezas. Torna los valores que se indican a
rr -=-hc (n = I en los casos normalesl
continiuaciórt
a la
E.. Módulo cle deformación del hormigón para cargas instantánc:as 5 <¡ nrás años: 2
quc evaluen las flechas (Véase tabla l0 4l t,4
eáád se I año:
y honlogerrcizada a
I¡: Momento de inercia de la sección fisurada 6 n'rcre: t,2
del eie que pasa por su C D.G'
valores de hormigón, respecto 3 mcses 1

I ill€^-; o,7
Una vez calculados los momentos de
inercia equivalente en 0,5
2 senar,as:
del vano donde exista el illon¡ento
extreÁos, y en el punto medio se calcula multiplican-
con el obieto de operar corr r¡na inercia Obtenido el .''¿Lc¡r cle l', la flecha clifericla
áitri*. J" n"Xón positiva' propone operar con tllla inercia por dicho valor'
única para cada tramo, Branson do la flech¿ irlstarrtárre¿r
para los tramos continuos de las
media generalizada, qiie
de edificación viene dada
por:
FLECHA TOTAL
"rtt.*i"t un üempo
(lc - ext izq + le - ext'clch) flecha total que puede esperar a
t1e la
lc- meclia = 0'50'
le-uantl + 0'25' L¡ estirnación
flecha instantánea y
la suma de la
dado en la pieza analizaJa será
la flecha diferida.

y para voladizos, conservadoramente:


FLECHA ACTIVA
le - rnedia = Ie'sección de ananque dc'l voladizo flecha que se
evaluación de Ia flecha activa' es decir aquella
k
proJui" a partir de un instante dado y que puede afeclar a los
(tromralmerrte tabic¡uerías) construiclos a partir de dicho
elemerltos
instarlte, solamente puecJe ser realizada
si se establece r]n
sea de forma simplificada y
órogru*, constructivcl, aunquc fallar' como de hecho sucede
FLECHA DIFERIDA estimativa; que ,rbvianrent" pu"dt
para un est¿ido de car- en infinidad de ocasiortes'
Una vez obtenida la flecha instantánea
puede l"ener lugar
e" f*il;;ml ü n.tnt diferida adicional que También debe establecerse
qué se construye primero' si los
debicla a dicho estado de car- p"tnt de que lo normal es construir
en el tramo que se este analizando solaclos o las tabique'int' Á
de los coeficientes globales se realiza así' especialmente
gas, puede estimarse pot ei tn¿t"clo
;;ñ;; las tabic¡uería* no 'i"'np"
que establecc la EHE'
Lns loriados reliulutes

cuando sc opta por prever que los usuar¡os pucdan canlbiar de . cálcr¡lo dc la flccha inst;¡rrLÉlne¿t
lugar las mismas, cosa que sucede con rclativa frecttencia. dclpeso ¡rropio: ...........,.. f¡pp
. rtálctul<-l clc la flet:har instanLánea
Por consiguientc, cn cl caso gerteral, debelrlc-ls cstablec:er
cuatro fracciones cle Ia carga,
clcbicl¿ a las tabiquerías: .............,. .........,.....ftr
. c¿ilculo de la llecha instantánea debida al solado: ... ....... fi.
. Carga dcbida al peso de la estructura. . cálculo de la flech¿¡ irrsL¿rntánea clebida
. Carga debida a las tabiqueías. a la sc.lbrecarga cle usc¡: .........firu
. Carga dcbida a las pavimentaciones (soladosl. . cálculo de l.r flecha diferida dcl pcso propio
. Carga debida a la sobrccarga de uso. ciel loriado a partir de la flccha dc constnrcción
de las t;rbiqLrerías:.,.......... ... f¿pp
Deseamos llamar la atettción sobre el ltechc-r dc qtle, erl ios cál-
culos cie los momentos dc incrci¿¡, detrenros áctuar en cada ins- "'"¡-- ((-)- ((t. ,)

tante con cl momento flector máximo aplicado en cacl¿l sección - l+50.p',,,


hasta dichc.r instante, pUesto que dichos motnelltos van ligados
íntimamente a las reducciones dc incrcia quc: se prc.rducen por fi-
idpp - l,' fpp
suración en las secciones. . cálculo de l.r flccha diferida debida a las cargas
Los momentos flectores máximos cs n'luy posible clue se pro-
de latriquería:............,..,... ......f¿t
duzcan durante el proceso constnrctivo debido a los procesos de . (1-)- (1t., )

cimbrado dc plantas sr¡cesivas, como tendrentos ocasión dc vcr ^!


=-

l+50.p'-
en el Capítulo l2 dedicado a la cclnstntcción dc las estruclur¿ts.
f¡1¡:1"¡ ' f¡¡
lo anterior supone que los rlron)entos nláxinros scrán los
debidos casi con seguridad al proceso constnrcrtivo, y conto orden . flec:ha diferida debida a la carga del solado
dc magnitud, a 1,9 veces los pesos propios dc los foriados. Los a ¡rartir rle l¿ corrstrucción del mismo: ........ht
valores que proporciona cl profesor Calaver¿ de 2,25 para clos
plantas cimbradas, 2,3ó para tres y 2,43 para cuatro, cottlo
., _ 6(-)-É(rcs)
^2 - l+50.p',,,
factores multiplicadores de los pesos propios dcl foriado, en
nuestra opinión y como explicaremos en el L-a¡:íttrlo 12, creemc¡s f¿r:1.2 ' f¡c
qr¡e son c-"xcesivos.
. dc trso (perso-
flech¿r difericla cle la fracción de la sobrecarga
Por consiguiente, a cfcctos prácticos, en ias cstn¡crttlras de nas y nrrrebles) a partir de la fecha que entre en servicio el
edificios y con el obieto de no complicar el problema inneccsaria- edificio que se estime va a actuar de forma pcrmanente (es-
mente, bastará calcular las incrcias de tsranson entrando con los tiniar en la edificación 500 N/m'? podría ser un valor a tener
rnonrentos Mu que proporcione el c¿íl<,rrlo habitual, pLlesto quc en [)rc-serlte): ...'.'...f,r.u
general se cumple que:
^^_-- El-l-Ett.,)
''t - l+50.p',.,.,
1,9 ' Pescr ¡rropio = peso prc''pic) +
*sobrecarga pernranentc * sobrec;:rga cle uso
f¿r,,:l'j ' f¡.u

Si ambos valorcs no son serlsiblementc pirrecidos, debcmos FLECHA ACTIVA: f¡¡ + f¡s * f¡.u * f,1pp + f.1¡ + f.1, * f,lru
operar cr>n el nrayor; pero iatcnciórr!, con los monrent<::; resultalt-
tcs en situación de servicio, cs decir, sin rllayorar por cl f¿rctor Yf.
Rcsulta lógico y prr-rdente, cn cierto rnodo, contar con las fle-
Si puecle sir.npliflcarse el problerna de la fornr¿¡ inclicacitr, ¡ltrc- ch¿rs i ns.a rrtáne¿ls clLre prodtrzca n las terbic¡r-rerías. espccialmente
dcn sumarse las st¡cesivas flcchas que se vayatr ¡lroduciendo, r:on los prulc€Sos corstructlivos seguidos en Es¡raña al corlstruir-
puesto que operamos con una le consl-ante y conscrvador¿1, resul- las de m¿¡ner.r ¿lscetrdcnte. En aquellos c¿rsos que las nlismas se
tando todos los cálculos absolutamente lineales. construyan de forma dqscendente, puede prescindirsc de l¿: flecha
instantárrea que procluzcan cn el cótnputo de la flecha diferida.
Así, el cálculo de la flecha diferida, aceptando tlue las tabique-
rías se construyen antes dc pavinrentar, se haria de l¿ siguientc Para cstilrráciones rápidars y para percibir si la flech;¡ ¿tctiva se
forma: encuentr¿t lcjos, cr:rca o slrpera los límites recomcndados en la
Los foriados reliculares

EHE (V400 ó I cm), puede sernos de gran utilidad el método quc


propone el profesor losé L. de Migucl, cxtraído cle su trabaio
relacionado con el análisis de las flech;¡s.

krtiendo del cálculo de la flecha instantánca total. es decir


que: PrLAR- 6

fi=fipp*f¡,+f¡r+f¡ru
es posible realizar una estimación de la flecha activa, sin más quc
multiplicar f¡ por clfactor gn.¡ cxtraído dc la tabla 10.5.
factiva : gact fi

Fig. l0 l3 D:c!':' ::.ü-einái1co ¡-rara c,valuar las flecIras por el nrodelc¡ em-
Fbclr. r.a¡aclo.l¡ h¡i¡taa.I. l¡ c.I!.5lJ (t. ' l.06) pleado er ei l:,:4:;r-; CYPECAD {vc:rsión 2000.1).

dr¡
n¡tmo rb l¡|[ Nonnal RAtó L!ñ6 |¡oilnrl Fápfto
W\JqdA- (drÉó) ¡r{ytl tn/ln2 ü2añ t/y.,tl t/6/!vta u¡r]t Fitado e 'ecr.;;idro donde va a calcularse la flecha mediante un
q, porrotrttnro 0.FÍn¡) CoabarL t€
zoom, sr'soli.ita .¡l Drogranra que nos muestre en pantalla el ma-
llado de cálc,¡lc¡ enrpleado y se elige el punto deseado (C.R.), que
380 2OO¡@rt@r?S q?0 0,8{ 0,91 l,0l t,o5
6ú0 230rt6+lüh2ü) 0.t5 o.tl 0.9t t.ol r.05 nonrralnlente'si r:rcontrará en el punto mcdio dc una alineación
tO &rt2ortü)r200 o,t¡l 0,C? 0.S 1.02 t.o7
?2O An+l20rl(Dr¿00 0.tl¡ 0,02 0,9i] 1.02 1.6 diagonal crtrc p;larcs. pxrr elernplo de AB; a continuación se le pide
S S+t9+051).3(n ' O,n 0,ot 0,9a I,OS |.09
O O,7? q86 0,94 I,O. que mue;tre rodos los desplazamientos que ha experimentado
glio 30o1t¡o.06r&ao
!@+t$+l@@ O,n O,¡i O,ei t.O2
r,0E
r.06
dichc,¡ pur:ro S-r: ¿r'iclo todos los desplazamientos verticales, se
r0@ $O.tS.l6+¡¡5O O,e O,tO O,9É r.6 r.o7
llo a6+l5orl@r{5o O,7l o,8tt 0.6 l.oz r.o5
obtiene e1 cJe,pl.ri;rrrilento bnrto quc ha sufrido el putrto conside-
rado tC.R.,
m.üaGrr¡a.afÉlb Coldrt tF
(.JFÉrü,nóF!.!cof l¡0 l,{o l.s t.2o l..o l,5o
üH: 6pp + 6sp + 6su
r Cdr.únm rwnorúada por F. Rsg

pp ñrst .rr:ri: c, !:r :<rbrccarga pcrntancntc; su: Sobrccarga de uso


Tabla I 0.5. Coeficientes para eslirnar la flccha activa ¡:n nientlo t]e l¿ ins-
tantánea (1. L. de Miguel)
Rcalizamo=. lcr niisrno con Lln punto representativo de los
pilare.; oblerrtr: os 6¡ i'69.
Así, por eiemplo, si la flecha instantánea calculada es de 5 mnl L¡ esrimación cie la flccha elástica instantánea suficientemente
y el ritmo de la obra cs normal, constnryóndosc las tabiqtrerías "precisa", para ei prunlo C R., vendría dada por,
antes del solado, y para una carga total de 8 kN/m:, cabría cspe-
rar una flecha activa del orden de:
ü=dco-6016t
'2
factivu: 1,09-5 - 5,45 rnm f¡_q=Bi.6 I,l5<Bi<l,ó0
Dado que dicha flecha se encuentra muy lcios cie los l0 mnr p, Factor .rl,¡.ri.t.tador c¡ue clc¡:entle <Jel tipo de placa analizado y el
gr;rclc, cJe i:i,:rr':r(:rÓ. r,i:.,i:. !c !)r( (lu¿c;l cf I cl proceso constructivo.
tolerados, por mucho que sea el error cometido, no scía neces¿-
rio seguir efectuando cálculos suplementarios.
Aplicando la tabla 10.5 se puede obtener una evaluación
Sin embargo, si la flecha activa obtenida hubiese estado muy aproximacia cle la tiecha activa.
próxima a los l0 mm, tanto por aniba como por dcbajo, sería de-
seable realizar los cálculos establecidos para sLl evaluación, con f,,.¡ cn CR : <p36¡ . f¡cn
el obieto de poderla contrastar
Sin errrbargo, recorclamos una vez más que la discretización y
El rnéLodo propuesto por l. Luis de Miguel, a pesar clc que los rigideces considerac.las en el lrtodelo dc cálculo que emplea CYPE-
valores que proporciona para gacr sotl algo ba¡os, resulta especial- CAD, perrsado -v cJiscñado firndarrrerrtaln'lente para obtener esfuer-
mentc intcresante en la esLitnación de las flcchas que puedert ob- z.os y arrnados precisos lo más constructivos posibles en los
tenerse por el programa de cálculo CYPECAD {versiórr 2000.1). forjados, proporcionan con su análisis elástico y lineal desplaza-
Una vez calculada la estructura, cs posible conocer por dicho pro- micntos verticales en los mismos que requieren una cierta inter-
grama los desplazamientos verticales en cr.talqtricr ¡:urrlo de la ¡:la- pretación y nranipulación para qtlc puedarr ser útiles y fiables, nos
ca, para cada una de las hipótesis que se analicen. estarnos refiriendo a lers l'alores 6¡B.
Los /ol¡¿los r¡lrtril¿¡¿s 407

Si los forjados son losas nracizas, los desplazar.nientos quc Crfn el nrencionaclo r.nodelo se han calculado tres tipos de ecli-
proporcionir el programa, teniendo presente la ¡tarticr-rlariclad [icios clt, Ire5 \¿rnos por tres v¿lltos. y lr-rces sctg(tn -X de (¡, 7,50
recogida en la Fig. 10.13, permiten rapidísirrrt¡ntcntc pasarl<>s a y 9 nretros, t' :egtin -Y clc ó rltetros. las al[uras de los ¡ ilares han
flechas con notable precisión, tal y conro pudimos cjemostrar en sicjo de 3 nretros v se supone quc existe empotranriento pcrfecto
el Capítulo ó constrastando resultados en cl cxtre nro oÍ)ueslo al forjado.

No hernos dc olvidar que los dcls¡rlazanrierrtos dc los rruclos en Los nri:rros cclificios con lros plantas harr sido calculados por
un análisis cspacial se encuentran íntrrlarlente rei¿icionaclos err- CYPECAD ¡.rero sin sinr¡rlificaciones de tipo alp-uno clebidas a las
tre sí, y las flcchas rcpresentan des¡rla;ranrientos clifr-rcnciales re- sirrreLrías, \' col-tsiclerando el orj;rdo intcrnreclio conto refercncia
f

lativos a los pilares y éstos a su vez, depenciit:ndo dr-'l nrinrcro dc conrparcrti\'¿.

plantas que posean, también experinrerrt¿ui acorlarnicnLos clt: rnc-


Los cartos rcslrcctivos han sido de 20+5, 25+5y 30 t5.
nor o mayor entidad, altnqlt() para los casos ordirlarios cie vivien-
das pueden clespreciarse-.

I-rs flectlas elásticas que se obtienen pues dc CYPECAD en las


lc¡s¿rs rlaciz¿¡s sorl corre(:tas y b.rstaría muiti¡rlicarlas por tltr
¡>e-'qucño factor dcl orclen dc un fJ¡ : l,l5 ;r r:n [3¡ 1,25 parit- ÓXó
COnSiderarlas corno flcchas instantánctas suf icientr-nrerlte prCCisa5,
tenienclo presente las pérdidas de rigiclez qrre pucclen ¡lroclucirse
durante Su proceso ConstrUCtivo. Des¡jués df l)r.jltilllicarlers por
clictro faCtor, LraStaría terter presente lo t:xpueSic) .rnLeriorlnellLe
s.P.
kN/mr H*t
sobre la flecha diferida, siguicndo el mótoclt-r dc Lcx cocticientcs ') 45x45
2
glol¡alcs cle la EHE o el proceso sirn¡rlifit-aclo cle ]a Tabla I 0.5 cle
45x55
J L. cle Miguel piira estilllilr la fleclha.lctir';i dc ¡lrr'rvecto ert lt)s 45xó5
forjados dc losas tlacizas.

El problema sc cof nplica algo nrás cL¡¿ludo estamQs trnb.rian-


clo con los foriados reticul¡rres, cn lcls c¡r.te l;rs rigidctes colrstarr-
tcs que maneiar CYPECAD, para los mi5nrc-¡s, ¡¡¡¡¡l¡1q1:tt a ullas
(ltie, por
deforrlaciones vertic¡lles elásticas infcriores ¿i l¿¡s re'lies v
tanto. c.lcben ;rft-.ctarse por Ll¡ firctor [3¡ .rlgt¡ lr-t¿i!t)r tlue el ct'lnsi-
derado allLericlrmerlte cllr las losas nt¿¡cizas

Si sólo luviéranros cn cuet'lt¿i las cutcsticlrres !'r'l¿lt¡\'.15 ¿r l¿5


rigicleces clc l9s elcmentos del forlatitl discreti¿¿ici¡ r enrllle¿iclc)s
en el ntodelo CYPECAD bastaría cortsidcrar r-ilt f;¡c lor .rnr¡rlifica-
clor de Fi : I ,30 parer los valores 6 que se olltiq-nen clt'1 progranra
f:ffi
l::,m
y lclS resultacJos clásticos scrí¿rrr suficierltemcnte LrLlctrits I' fi¡itlles;
pero daclo qtte existctr otros aspectos de cierr¡ inlpoftancirt ialcs
l:iH'
corrio las pércliclas de rigidc.z que se procllccn clur,:nte el ¡rrocescr "ff;,-
constntctivo por las fisuracioncs, elc., rJicho i¿ictt¡r clet-rt' ser algo
|rlayor. clilect'l CYPECAD
tiq i() l 1 ftq:i . i.:r.itt:, ¡.r.-,t;talcs t:¡tte ¡rro¡rorcion.r clc fornr;l
,-rir, ... ,' r¡r'rir:,j: i.i,. ¡'re';il tltur¡)itlelrl cl nlodeio clc'l-r x 7 50 nl
.Con cl obleto clc eslinrar un factor [] ten lcrs relicttlarcs) cle la
form¿¡ rnás prctcisa posible, hemcts ¿cudido ¿i la ic::is cloctor¡l cle-
Luis carcía Dutari y hemos contrast¿clo los resr-tltacltls dc stl Err l¡. I¡trl..r l0 7 se ofrct:en los resr¡ltaclos de los análisis y
rnodelo cron cl nttestro, en Llrla sc'rie tle cast-rs cá1,:r.rlc.r. rt:'ali:¡clcls con e1 ¡lrograrn¡¡ CYPECAD y los rnodelos dtl
L. C, Dtrlali. trr gtltreral, ¡loclemos t1t-'cir que cl ¡lro6¡ritrrta CYPECAD
El nroclelo clc L. c. Dutari esl¿í [-:as.rdo en lcls elenrc'rrtos [itti-
ctf reCc. cctllerr-'llr.ia trtt.ll crr SltS rcsultadOs, rI)ielltras
qr-re Ios
tos y tiene en cuerlta la fisuración, f lue:rct.r V retr'rccjtirr 'jsí conlo nrc'¡clelor cleE F v l.r cliscretizaciórl sirlplific;rcla enrpleada por
tanrbién cl efeclo quc tiene sobre las fltrchas el ¡lrt)r:t'so cLrnstruc- DuLari fail,rn ert clrz¿1r l.ls sinrctrí¿rs cle la esIrr-tcttlra y prescntarl
tivo, fisuranclo las secciones colt las sobrec.rrgas qiie 5e r-rtt-rdLlcetl algrrnais incoht:renctias cn algunos dc los resr-rltacicls.
durante el nlismo,
Los foriados relfuulares

@clnlodelodeclcnrentosfinitosdeI.l..CarcíaDutari
Ritmo constructivo ' ráPido Y lento
Valorcs dc 6 proporcionados Flecha instantánea Flecha total Flecha activa
por CYPECAD (mm) (mm)
(n'lml f nrn'r I
Véase Fis. 10. l4)
Tipo R.E. R.M.X R.M-Y R.c R,E. RMX RMY R.C R,E R\!X R \,f Y RC R.E. R.M.X R.M Y RC.
t,&t .¡ 5,(ú .t r.83 ,8E .., 7,0E 7,00 4,7 t..,'' t ,>t lO,00z/ ),17./ t,53/
6xó 4,'t0 4,00 7,90 3,?5
," 7,O8 ...' 6.4 ,77 '' 6,4 .. 16,67 ló 7c. t5 67 ./'14l') ,/í.' ,/a.tt
8.75 ,/t.zs
x6 4,7' 4,00 4,40 3,60
7,9O¡ i.33 . ' 7.92 ...' ,06, 9.17 ¿,7 l"'{ l? 7 O(¡.'' oy' l2,oo/.' tu ." t'2/
7,5
;" J, 'ló"ó .; ót 17.00 ' // 9,17 ,/'n,r, ," E,6i ./ 706
,/1,u,
tt:7' ,Y
/.UÓ ,.." 7.Ot 14.7

l2,rQ,.'' t.00 to,4), 8,82..' 00 13) \.25 ', 17.65.: t?.oo/


9x6 ,,40 4,50 5,30 4,30
.// lc .- e 1 2l 6i\ 18.ó ló,
'o'7'
,/ t0,42 l0 // 8'67 ,/ 7.65
z(o,cz I l¿

Tabla 10 7

No obstante, la comparación de resultados, operando con . C¿lo¡lando ci criif icio con clprograma CYPECAD, nos situa-
valores medios, nos permitc deducir unos valores prácticos mos en cl forlado segunclo y miramos los desplazamientos
operativos del factor F, que multiplicándolos por los rcsultados de lertic¿ies de las dos hipótesis.
las defonnaciones verticales 6 que ofrece el programa CYPECAD Feso nropio 3,502ó mm
versión 2OOO. I
para los forlados reticulares, nos posib¡lita Sobrecarga 1,0258 mm
est¡mar las flechas instantáneas, totales y activas con una
precisión razonablemente bucna. To:¡l 4,52284 mnr

Sin cmbargo, (luerenros advertir que es mlly probable que los . Dado que el acortamicnto de los pilares en un edificio de tres
valores de p sean algo conservadores y, por tanto, las flechas plantas es clespreciablc, nos qucdamos con una dcformación
deducidas se encuentren por cncima de las reales, debido a que rnicial rie 6 = 4,5 mm.
el método empleado por Dutari fisura los foriados por encima de .
la realidad, al sobrecargarlos excesivamente durante el proceso
Debiio a l¿ discretización rcalizada y a la posible fisuración
del foriacjc¡ la flecha instantánea real que posiblemente se
constructivo, por cuestioncs que tienen que ver con los cimbrados
produzca en el recuadro de esquina será:
sucesivos de las plantas, y los valores que puedan dcdr.¡cirsc de
aplicar el criterio simplificado de J.L. de Miguel se encuerrtren más Flcch¿ jrrstantánea total : .
Fi 6
: l,ó 4,5 = 7,2 mm
ajustados a la realidad.
. Siguiendo la Tabla 10.5 de I. L. de Miguel, la fle<;ha activa que
cabe esper¿rr en el mencionado recuadro será:
Resumen op€ratfuo:
Flecira activa (1. L. de Miguel) :
6r Desplazamiento vertical de un punto del mallacjo clel foriado : Ft . gact = 7,2 ' l,l8 : 8,5 mm
reticular calculado por el programa CYPECAD.
Y si aplicanros directamente el factor p correspondiente:
Flecha=p.6 : Fi 6 : :9,9
2,20 . 4,5
- Flecha instantánea fji : | ,óo
Fleclr¿r acrir'¿ {Dutarit rnnr

- Flecha máxima a largo plazo pn, = 4,00 . Y la flccha máxima a largo plazo

- Flccha activa IJa = 2'2O l-lccha máxima = Fr'.6: 4 .4,5 : 18 mm

Un eiemplo puede clarificar el proceso operativo a seguir: Sea


un forjado reticular de ó x ó y canto 20 +5, con cargas mLlertas Comentario final
de 2 kN/m2 y sobrecarga de uso también de 2 kN/m2, en el que
desearrros calcular la flecha en un vano <Je esquina. Adn'lit¡n'ros V cluclanros que lo expuesto para determinar las fle-
chas en los foriados reticulares conduzca a valores "rriedianamenLe
exactos", pero para los proyectos sencillos de edificación y fren-
Los forjados reticulares

te a lo que actualmente se viene haciendo, que es el no realizar cs-


No estanlos de acuerdo con L. Carcía Dutari y l. Calavera, cuan-
timación alguna dc las deformaciones en los mismos, confiándo- do en su libro c-¿ilculo de flechas en estructuras de hormigón armado
(ln'
lo todo a una elección adecuada de los cantos y la experiencia del
temac. 1992) nos iJicen quc, frente a la problemátlca de las fiechas
estructural que pre-
proyectista, podemos felicitamos de contar con clos henamientas cn estructuras corectas baio el purrto de vista
con partes no estructurales
qu" no, permiten realizar una aproximación al problcrna, aunque sentan algun tipo de
incompatibilidad
que dos solucioncs:
tengan eiadietivo de aproximadas. clel edificio, ni-r caben más

pórticos virtuales' a) Sacrificar cn l-)afie las posibilidades de esbeltez que la sirua-


Si la flecha se evalúa por el método de los cm-
sus result¿dos' es ción actual cle conocimientos téctricos permite' es decir'
clado el carácter sumamente conservador de c¿illtos quc los rnínimos posibles'
por 0,5 ó 0'ó plear nrayorcs
posible precisarlas rnultiplicándolas (en ge-
b) Elirrrinar la corrcxión de esas paftes no estructurales
Según García Dutar¡ y Calavera un cálculo más exaclo de las
J' neral cenamientos y tabiquerÍas) a las vigas forpdos'
y
la retracción y
Rect a] por elententos finitos, tenicnclo en cuenta
de las mismas entre un 30 y un ó07o
la fluencia, conducc a valores Y puesto quc la segunda posibilidad se enctlentra condiciona'
por debaio de las que pueden obtenersc p<-rr el método dc los o tabi-
cla a encontrar un rnatcrial de ertlace entrc el cenamiento
pórticos virtuales. quería y las vigas o forjaclos que tiene quc cumplir las condiciones
siguicntes:
. S{ir r¡ruy comprensible, para permitir que el elemento estruc'
lO.l0. Una introducción a la gestión tural [omc: flecha sin transmitir fuezas aprcciables al elemen-
integral de las flechas to no estructural.
. Tener la aclecuacia calidad cstética'
Resulta casi inrposible, con el conocitrtiento acttral' podcr fijar .
para Ser estan(:o al aire Y/o al agua'
una flecha del tipo que sea (normalmente será la flc¡cha activa
posible' que no . Tener adcc:uada capacidad de aislanliento térmico y
las tabiquerías) que nos garantice, sin discusión
sufrirán daños l<¡s ele¡rent<¡s t'lo estrucLur.'iles cn los edificios que ¿cúrstico.
construimos. . Prcsentiir un enlace cn techo, a la pieza esl-ructural, que
arriostrc cn sentido horizontal el paño de cenanliento o ta-
l,os límites máximos tolerables quc nos sirvcn de guía para las bique.
flechas activas, y que vietrerr fi¡ados alrcdedor de la luzl500 . No renunciar al efecto bcneficioso quc suponen las tabique-
(EC-2), la luzl48O (ACl-99) o bien la luzl400 con un máxinro dc
rías a la intraslacionalidad de las estructuras.
I cm (EHE), simplemente pretenden ser unas referencias cle pro-
yecto, sin gararrtías de tipo alguno de que no ocurra alguna clase o Ser razortablcmente barato.
dc problema ;iunque se cumPlan.
Y d¿¡clo c¡uer, segÚn los r¡tencionados autores, tro cxiste, ni se
Tal y como hemos tenido ocasión de expresar atlteriomrente, h;r puesto a punto dicho material de enlace, no queda más
los cantos con los que proyectamot; en la actualidad nueslros for- rernedio quc adeptar la alternativa a) y entrar en la espiral de los
jados han alcanzado ya unos niveles que resultan poco razo¡la- cantos con'ro r'lnica alternativa posible. Como vercmos a

bles, por no decir inadmisible el seguir aurtentándolos y cntrar en continuac:ión, sin intención alguna de pretendcr zaniar el problema,
una espiral sin fin de: Mayores pesos, mayores carg¿rs, pilares y existen reclrrsos y posibilidades de plantear una estrategia de
cimentaciones mayores, nlayores deformaciones tliferidas, esfuter- gestión global de las deformaciorres que llos evite emplear como
zos nrayores, empuies sísmicos mayores y rlrilyortls costes; cltle únic<; recurso aumentar los cantos de los foriados
necesariamente nos obliga ya a cucst¡onamos de L¡t',¿ vez: Y todo dcsnrcsu rad¿rnler l le.
esto, ipara qué y por qué?

A cualquiera c¡ue se le diga como respuesta qtlc para tratar de


cvitar unas fisuraciones dispcrsas en algtnas tabiquerías dc las tres 10.10.1. La gestión en los planteamientos del
primeras plantas de los edificios, quc no sicnrpre llegart a ¡rrodu- proyecto bajo el punto de vista de las
cirse, y cuando se producen, además, no alteran la funcionalidad deformaciones
operativa de las viviendas, y prácticarnelrte erl la ntayoría de los
casos sólo suponen una percepción estética dc las nrrsmas lige- En el cresentc. (:onstjtuye una realidad sulicientemente válida
rarnente molesta, casi con plena seguridad nos dirá que estamos que toclo lo rel¿rcioriado con la calidad de los nlateriales cstructu-
dcsorbitando el problema sacándolo de urr contexto racional, y ralcs y ia deternr¡n¿ción dc los esftterzos básicos en las estructu-
tendremos que asentir y expresar que así parece que está resLll- ras de edificación han dcjado de ser los problemas principales que
tando ser.
Los loriados reticulares

requerían la atención prioritaria de los proyectistas, pásanclo a El analizar tnírrilt'lanlente cótno están dispuestas las tabique-
ocupar un puesto secundario, al considerarse que básicamcnte se rías y las puertas quc las perforatr permite visualizar los puntos
cncuentran superados. conflictivos de las rnismas qtic presumiblemente pueden verse so-
tl"":
En su rugar, dos problemas han pasado a ocup¿rr el lugar de los ::",':1':iffi":l'J:::T::T;:i'Tfl1ilil;::":l';',::::T:
antcriores y se encttentran pendientes de subsarrarsc, exigiendo tabiquerías con iuntas elásticas vcrticales tapánclolas con algú.
un cierto cambio de mentalidad en la gestiórr del Proyccto, tipo cle molclura.

- ladurabilidad En la prinera l,' sc$rnda planttr, podría prescindirse de los ta-


biqucs de rasi'll¿r. sustituyóndolos ¡lor tabiques de mayor espesor
,las deformaciones
para resisúr rrrás córnodamellLe las compresiones que pueden ge-
nerarse en las misrnas sitr que se produzcan pandeos localcs (ta-
centrémonos en el segundo de los problcmas nlencionados,
biques ) 7 cmt'
que es el que ocupa ahora nuestra atención y el que <lemancla un
cambio radical en la rnentalidacl de los proycctistas, independien- El r¿malr.o cle los laclrillos iuega un papel determinante en su
temente de otros factores, puesto que la problemática de las
de- fragilidad; a rnenor tan'raño, menores riesgos de rotura; no son
formaciones se encuentra íntima e implícitamentc ligada la ...inr"¡"bl.r ios ladrillc¡s clc tamaño elevado, especialmente en
a
filosofía formal de los proyectos. los ¡xndcre"es

Resulta obvio que, en función de las luces básicas estableci- El añadlr a Los enlucicios de
las tabiquerías de las primeras
que clefinirse <le ¡rlantas u¡,¿s :--rallas cle fibras compatibles corr los yesos, puede
das entrc los pilares, los cerrarnientos tendrían
maneraexpresay,sincmbargo,nosólonosehace,sinoquein-al'dooaresisiirlaspet¡ucñastraccionesquelosfisuran.

:lr ;r ::ru,:n:'lTl;:ffi'::
truirse.
Jtr *lil:T: Hi:,.,l,lTxT,ff ts:3:,"¡**n:TffTlx:5
que
, ;"",:HlT
induce la misma'
:;
¿eclr el prohlenra psicológico y estético
en la actualidad y
Una buena gestión de los proyectos clemanda El i|te:pc,ne: entre las tabiquerías interiores
más sensibles
posible' de los elementos de que parcialmen-
una dcfinición, lo más exhaustiva peligros;rs , iot ¡c<hc,s, un material elástico' anule
..rt"ti"n,", precisando su ubicación' su aspecto formal' la dis- de carga por las tabiquerías'
de apo'
i" iJs .feclns clc las transmisiones
puol" ,., otro factor adicional a tener en cuenta en los proyectos'
posición de las iuntas horizontales y verticalcs' la fonrra
y rematarlos en los techos la manera de
yarlos en los suelos
y secuencias Toclos los a5pectos mencionados y algunos más'
fruto de las
unirse y trabarse entre sí; y, sobre todo' los ritmos
constrúctivas con los que deben ser construidos
El Director de .rp"nan.,r, peisonales de cada cual o de ensayos a escala real
que hacer' debe-
obradeberárespctartoclaslasespecificaciorlesquescestablez- sistematizacios clr.le necesariamente tendremos
va bagaie rutinario cle los proyectistas a la hora
can en el proyecto relativo a los cenamientos'
consultando con el rían fomrar rkrlte ciel
:r l.r problenrótica de las defomlaciones' incorrrorán-
presentarsc durante el pro- J" *ntorte
Proyectista las variaciones que puedan "nt .l otro bagai* ya
Jáf"t cle los aspectos puramente estructurales
ceso constructivo relacionado con los mismos resumimos de nuevo a con-
expuestos, \' que por stl irnportancia,
la estructura pro- gestión integal del
Por otra parte, el Proyectista deberá diseñar iinuación pára configurar entre todos ellos una
se encLlentren prolecto:
curando en todo momento que las deformaciones
en los
ho*ogéne".ente distribuidas, evitando los puntos negros . Elecciórr cle un canto razonable'
por puntos negros' aquellos purrtos singl-
foriadós; entendiendo .Proyectarconhcrrmigonescompactosybiencurados,dere-
excesivas. Por
lares dondc pueclen existir flechas diferenciales
que setrsiblemellte sorl s¡stenci.l nrayor o igual a 25 MPa'
elemplo, las ficchas entre pilares paralelos'
<Jiferencias brusc¿ls si delanle de .ProyectarConacerosdelímiteelásticonomayorde400MPa
¡áeniicas, puederr experimetrtar
un hueco de instalaciones, por pcque- {B400St.
r¡no de los pilares se ubica
perder rigidcz y empotranliento dando .Enlaszonaslrrássensibles,ensancharlosnervioseintro-
ño que éste sea, que hace
tugur a flechas diferenciales muy dañinas
para las tabiquerías' ducir armaduras de comPresión'
.Elegrruntamañodepilaresgenerosoyacordeconlasluces
Las formas irregulares, los entrantes y salientes
en las placas
planteadas pensando en las deformaciones al margen de los
dispares en-
feticulares, etc., engendran unas deformaciones muy esfi¡erzos que ios soliciten.
tresíqt¡e<rriginancsfr¡erzostorsionalcsenlastatliqtreríasdecon. .Proyect¿rrunaestrucRlrahomogéneaycompensadaalmáxi-
secuencias nefastas para las mis¡nas'
mc¡ Posible
L¡s foriados retkuldres

Y lo que es más importante en la gestión de todo el proyecto, sol'rre los pav¡r]lentos cJespués; tan solo hay que tener la precau-
y es que por lo que lo hemos deiado para el final, para que no se ción de dotar a los solados de las jurrLas de dilatación adecuada,
olvide y sea la guía de todo lo expuesto anteriorn'lentc: la cstima- ya quc cs la úrnica fornla dc cvitar fisuraciones en las piezas cerá-
ción de un valor de las flechas en los vanos más peligrosos que, micas y abombanrientos en los pavimentos de terrazos, debidas
aunque se realice dc forma simplificada y aproxinrada, resulta im- a la rctracciones de los rnorteros de agarre en las primeras y las
prcscindible para :rmpli[icar o minimizar todas las consiclc'racio- dilata<:io¡res irnpeclidas en los seg¡untJos-
nes anteriores en sus lustos térmirlos, coll una ntleva actitud y
Cuando no se dcsca t¿¡hicar sobre los solados siempre resul-
mentalidad, buscando más allá de los aspectos pural]'lentc fr¡ncio-
ta posible coloc.rr l.rs dos primeras hiladas de las tabiqtreías se-
nales y resistentes en nuestros edificios, cosa que en definitiva tie-
ilalando ios espacios y divisiones y colocar a colltinuación los
ne que ver con la durabilidad y la calidad.
pavimenl"os ¡rara volver posteriormcnte y acabar la construcción
de las nrismas.

Toclo lo que sttponga retrasar la construcción de las tabique-


lO.lO.2. La gestlón de los procesos constructivos rías resulta sunramentL' bencficioso para su cst¿rbiliclad fulura'
bafo el punto de vista de las deformaciones de
Especialnrente delicaclos y sensibles son los cerramientos
un ccffamicnto de cara
dc la ¡rroblcnrática de las fachaclas. Nr¡nca debcrernos construir
El Director de Obra no puecle desligarse y vcrt'icales, pues a
un pap.l vista en las fachadas sin iuntas horizonLalcs
tas Rechas, dado que los piocesos constructivos iuegan se les suman sus
que a¡rarecen en las los problcuras específicos de las dcformaciones
[,"*¡nrnt" en muchas de las fisuraciones
pro[l*n,uo propios clebiclos a la rctracción' dilatación térmica y
tabiqucías sin una explicación lógica y razotrable los riesgos de
otros com[)ort¿)rn¡entos expansivos, acentuándose
cle maLe-
El Dircctor de C)bra ¿lsume la respons'rt>ilid¿rd directa fisur¿rción.
especificaciones del Proyecto, cotrsul[ando al
rializar toclas las establecer-
Proyectista las posibles variaciortes que 5e prclscnterl tlura¡ltc
l¿¡ L,as iunt:rs vcrtir-;rlcs en cst()s cenamiclttc'¡s deben
que su opinión pucdan sc en tomo a los Ó n], si sc construyell con bloques de hormigón'
y
obrá aquellos aspectos del hoyecto e¡r
dar origcn a problemas. cacia l2 m si se emplean laclrillos cerártticos y cada I m si son la-
drillos silícco-calcáreos.
El conseguir un hormigón compaclo y aderuadanrente ctlrado'
estableciendo una estrategia del ferrallado que conduzca a Lln
(:o- Los tabiqLlcs clebcn constnlirse con una holgura de I a 2 cnl
rrecto posicionado de las armaduras que no sllponga pórdiclas ba jo los techos y' rellcn;rrse al final de la obra con un matcrial elás-
descontrolaclas cle brazos mecánicc¡s, y por tanlo nrayorcs clefor- lico y corrrpren¡iblc qtle, corno ya herrros dicho, pr.rede c¡uedar
maciones, es responsabilidad intransfcrible del Director dc obra' ocr¡lto tras Una nioldr.¡r¿r clue estabiliCC horizOntalmente a los miS'
rrros, impitJiendo sus desplazamientos en coronación'
Un tratamiento cuidadoso cle los proccsos de cimbrado y de
la distribución de los acopios de materiales sobre la cstructura c¡ue En [¿chacla, los cc:nanlientcls debcn apoyar finnemcnte sobre
se construye, puede reducir al mínimo los sobreesfuerzos
que fi- los forjados, sirt c¡ue nunca el apoyo sea inferior a 2/3 de su an-
y
suran las piezas rebaian innecesariamcnte las inercias qtle inter- chura. l_os false¿rclos cle continuidad sobre los anchos de los for-
vienen cn las flechas. jaclos cleben rcalizarse al final de la obra, una vcz que todos los
clem¿is clcnterttt'¡s consl ructivos lrayan sido colocados y, si no se
El mantenimiento innecesario del apuntalamiento cn voladizos coloc¿rIr, cjeianrjo clue los foriados se nlarql¡en nítidarnente'
resul-
y vanos singulares. agucliza el problema de las fleclras difcridas al tar¡1 más segLlra l¡ estabilidaci cle los cerramientos exl-efiores. El
impedir quá t" produzcan las mismas al ritmo adecr'¡¿clo' de elásticas horizontales siempre propor-
establecimiertto iuntas
frentc
ciona segr.rrirJacl. arrnquc ello obligue a buscar su resisterrcia
Aconseiamos matcrializar una política de geslión constructiva a los empuies horizontales trabánclolos con las hoias interiores.
se in-
resumida y dirigida a que todo lo que tcnga que defonttarse
poriodos los medios que se dcforrne antes de quc su dc- Rcconrencl¿¡lrlos l¿i lectura del cuademo n('8 de lntcmac, escr¡to
tente
formación difericla cn el tiempo induzc¿r patologías colaterales cn por l,M. Luzórr, c¡ue resume tc'ldo lo relativo ¿l estas ctlcstic¡nes que
los elementos no estructurales. ieberían,.rs conocer y llevar a la práctica constructiva de nuestras
obras.
No ex¡ste excusa alguna que impida introclucir las cargas de
los solados s<¡bre la estructura antes quc las cargas de las tabique- I; gesti(ln clcl proccso constructivo de los acabados nunca
rías. del:ería ser realizado sin que previamente la estructura no se en-
cuentre acabacla clel toclo. Si se desea dañar a las tabiquerías, bas-
El mcior proccso de cara a la problemática que nc's oct¡pa con-
ta ir colocanclo las rnismas a mcdida quc se liberan las plantas dc
siste en pavimentar prinrero y colocar las tabiqtlerías interiores
los encofrados y puntales, para condenarlas irrernisiblemente a Sin cmbargo. las altemativas que se abren como posibles so-
unas fisuraciones de escándalo. Un Director de Obra qLle asurna luciones a los problemas, no siempre permiten elegir una que sea
semeiante proceso constructivo debe saber que acabará en el Juz- incucstionablemente la mejor y. ante la duda, por unas razones u
gado sin dudas de tipo alguno. otras que no l'ienen al caso, el ftomotor casi siempre conseguirá
y moverá los i¡rilos de forma sutil para que sus técnicos elijan la
El proceso constructivo de las tabiqucrías, una vez colocados más convcniente econónlicamente para é1. Si dicha decisión resul-
los pavimentos, debería plantearse de manera descendente siem-
ta finalmente equil'ocada y prodrrce una patología, el dinero aho-
pre; los procesos ascendentes son poco aconsejables, incluso
rrado inicialrnerrte frente a las otras alternativas desestimadas por
delando las holguras mencionadas en las tabiquerías, que dcbcn ser más coslos¿s ,,' porque se creía, incluso honradamente, que la
ser respetadas también en la construcción descendente.
elegida tami:iérr i'ba a fr-rrrcionar, con seguridad que no se emplea-
rá en subs¿r,¿r los problemas presentados por dicha causa, debien-
El Director de la Obra debe tener presente, en su gestión cons-
do ser los sÉg,rJros de los técnicos los que asuman hacer frente a
tructiva, que las flechas diferidas tardan en desarrollarse, y cuan-
los mismos: l ¿denrás, con el agravante añadido de que el Promo-
to más tiempo demos a que se produzcan sin quc ocasioncn
tor consider.ir.i ilue srr irnagetr ha sido dañada por lrnos técnicos
cfcctos sobre los cenamientos, todos saldremos ganando.
incornpeteries ;obre los que, por supuesto, argumentará que no
Si resulta imposible gestionar un proceso constructivo descen- influr,ó de ;c'rni¿ alguna en sus decisiones.
dente de forma total, al menos debería tratarse de cortar la conti-
A¡.rn6uc el Dromotor rro dcsca cn modo alguno tener proble-
nuidad vertical, construyéndose las tabiquerías de una planta sí y
mas can .as rlelormaciones y sus consecuencias patológicas so-
de otra no, si se realiza la construcción de manera ascendente.
bre las rabiq.itnas, lo cicrto y verdad es que todas las decisioncs
que psjíar. Ionlarse para climinarlas o minimizarlas no se toman,
Los cerramientos de fachada enlucidos con monocapas de
v que las meciiclas a cotrsiderar para gestionarlas en caso de que
cierta entidad, sin luntas horizontales, constituyen una pantalla
apare¿c¿r. ro se consideran, y tienen como único y exclusivo be-
vertical, de resistencia insospechada, que acaban teniendo proble-
mas en los tercios centrales de los edificios, especialntente si és- nefici¿ric ¿, suso<licho lTomotor y a nadie rnás.
tos superan las diez plantas, al superporrerse unos esfucrzos de 5i r¡n crcrrotor clecide collstrtlir un edificio debería geslionar
compresión por transmisión vertical de las cargas cle los fodados ei proces,: oara pcrnrilir su construcción de la forma adecuada,
con problemas propios de tipo reológico y de dilataciÓn térmica corrt¿rrdo co| Los tiempos que requiera el comportamiento meior
vertical, que concluyen produciendo un despeguc getteralizado dc de lo qur', a,,ra a constnlirse. Si lo planifica mal y exige un ritmo
los mismos, especialmente si su puesta en obra no ha sido cui- conslruL:i\.o rnadccuaclo, las consccuencias que de ello se deri-
dadosa. ven debcdarr ser resporlsabilidad suya, puesto que é[ es el que se
beneficja al recuperar su inversión en un tiempo menor, fozando
Dada la responsabiliclad que adquiere el Director de Obra con
la nueva ley clc la edificación (LOE, 20001, toda la gest¡ón de los después :c'dos los Procesos.
procesos constructivos debería plasmarse en un documento don-
Si se incrementan ias luces en Ia planta baia comercial y ade'
de se analicen y se plasmen las consecuencias previsibles deriva-
más, se ccrnsigue por esa razón aumentar las plazas de garaje, el
das del mismo, de acuerdo con el Proyectista y el ftomotor de la
beneficio es para el ftomotor que lo obtiene a costa de condenar
Obra.
a las frágiles Iabiquerias de ias plantas bajas a unas fisuraciones
prácLica rrente jnevitables.

lO.lO.3. La gestlón de las deformaciones y el 5i el proceso construct¡vo adccuado de los acabados debe ser
el descenclerlte, lo cual supone retrasar la construcción de los so-
Promotor de la Obra
lados y tabiquerías hasta tener completada la estmctura, y no se
hace así t)¿ira acort¿r los plazos y los costes de construcción, el
Aunque pueda parecer poco creíble, nuestra cxperiencia único beneficiario de dicha decisión es el hornotor, y el resto los
personal en el mundo de la edificación nos perniite afirmar quc pagamos.
muchas de las patologías que experimentan los edificios tienen
que ver, directa o indirectamente, con la figura del Promotor de los Si se reclucen los cantos cle los foriados y el tamaño de los pi-
mismos. lares, el bcncticjario en dinero y cspacios útiles disponibles es el
Protnotor, aul'lque sea a costa de itrcrementar las flechas de los
Todas las decisiones que se toman durante Ia fase de Proyecto' forjados, etc.
y posteriormente durante el proceso constructivo' se desarrollan
unos obietivos en un tiem¡ro daclo y a un coste
Portoclo]ocr.¡al,elPromotordebeasumirelpapelqueleco.
b"*n
en alcanzar y malas'
v
rresponde corr toclas sus consecuencias' las buenas las
mínimo. Y así debe ser.
Los loriados reliularcs

En nuestra opinión y en el tema que nos ocupa, que se tttire


por donde se mirc cs de carácter menor y (lue, cotl'ro hemos teni'
do ocasión de expresar, básicamente se reduce a un problema psi-
cológico y estético, el lTomotor debería gestionar la promoción
pro-
iunto con su Proyectista y su Director de Obra' asunriendo la
blemática de las flechas de forma razonable de acuerdo a los cri-
terios ya expuestos, analizando todos los factores y su traducción
directa a üempo de construcción y dinero.

Scgun clicha planificación y análisis, podría scr razonablc asu-


mir plenamente las fisuraciones de las tabiqucrías con un cierto
control y prever en los presupuestos una partida del dinero aho-
nado por dicha causa, que en tlna cuenta bancaria quede dispo-
nible para subsanar la reparación de las mismas en el caso que se
produzcan. cabría incluso vender las viviendas, advirtiendo a los
compradores con honradez y limpieza del problema quc puedc
presentarse en las tabiquerías de las primeras plalltas de los cdi-
ii.lor quu conslruimos, y las venlaias que de ello se tra derivado
para él baio el punto de vista econóntico, asumiendo la responsa-
titiao¿ de su reparación en el hipotético caso que se presc'nLen fi'
suraciones en las mismas.

Una gestión de esta naturaleza o similar, evitaía que unos pro-


blemas cle naturaleza menor acaben saliéndose de contexto, como
sucede con rclativa frecuencia cuando se tratan de resolver por la
vía iudicial, generando unos problenlas y unos costes cconómicos
que superan ampliamente lo que supone en los casos ordinarios
el subsanarlos.

Y también, si dicha gestión se hiciera simultáneamente con to-


que
das las demás de carácter puramente tócnico, conseguiríamos
y
la problemática de las deformaciones, sus consecuencias, deia-
ra de ser el problema obsesivo en el que se ha convertido en el
prcsente, con unos costes añadidos a las constnlcciones absolu-
tamente desproporcionados, de acuerdo a normas y reglamentos
que sólo contemplan parcialmente el mencionado problema'
Los [oriados relirular¿s

reticulares
I 1. Una introducción al fuego en los foriados

al tema
I l.l. Breve aproximación filosófica
del fuego
áIKUYU Har gWi 6 St/CfifS|TD ru?n
Bnr/sH üsr,'trRlCA
w
ü G¿,ts\vhty'ry¿ár¿
l2luchacontraelfuegoescasitanantis¡acomolavidamis- glta, v/tlrt6:t' 'rlar
han evolltt:ionado cort- eüope
tuluuno"u los mcdiosiara conrbatirlcl qrre de a oa,alt
curioso collstat¡ir clucl el matcrial
siderablemerlte, resulta
el hombre para sofocat'-" nart4]
forma masiva siguc empleando -:].t'':l:
lras
que cntplt:atra etr los tiernpos ?LFtTJ
resulta ser el mismo n¡aterial
rcmoto5. t1J-ft-4.8.

pronto que el f'uego fornta pafte


de
El hor¡brc descubre rluy quc alilunos
su vida y es un bien cn sf
ntísmo' hast¿¡ el pllrlto de
ilcgarorr a considerarlo conro
cl ,AJ!¿
firósofos corno Herácrito de Efeso ñlr]ñt
l¿rs cosas
pin.ipio, la esencia vital y el origen de todas
qr'rc Hcráclito' restaban pro-
Algunos colegas, nlenos raclicales
los honores estclarcs de
tagonismo al fuego y le hacÍan coillpaftir FE'e o t ffis. 7aI
y cl aire' jLrntarrdo sin quc-
ta"cosrnología iunlo a la tierra' el agua
son antag<lnicos: el ft;eslc
rer a dos elementos que en sí mismos
punto de visl-¿r de los bonrtrr-ros
f .f u*u, al menos baio el
nliracic-r al clemer'to fuegc
Desde sus orÍgenes, cl llonlbre ha
podría haber daclo crrigetr ¡ e=:
con Lllla ciefta prevetrciórr, qrre bierr
ni sitt ti' li¿r¡flr ntis l)!'tr¿1s r''t:riij!i'
ulio canciOn que dice: "Ni contigo'

Así,cuandoelhomtlreprirnitivo<Jescubrelaagrittrltur'r\st-sir't
:anl-
bosques 1' ¡11¿;1r¡¡¡'s5
del ftrego para desbrozar la ticrra cle
clescuicic 'v el ftlegct se ciescon-
bién descubre que a poco quc se
elemento que lc servía de a¡nrda en
:us queirace''er
trole, el tnismo
todo su ¡roblaco r io:
poain tt"u"rr. por clelantc en un santiamérr
bietres contenidos en él'

y sienrtrlrc le ha suct-ciicJcr ';l ir'¡n:-


Pero a pesar de todo' como
clecide astltltir ei rie->gcr iiL' LrLle
Iece-
bre a lo targo de su historia' l(- ü'g''lr'liÚ
cle cuanclo etr cr'rartd'¡
sita vivir con el fuego' aunque te¡g¿ üue
su hábitat y' lo quc És |-rct)l
otgrn Ou" otro desastre cn
más próxlntos I
quc'ridcts
sacrificar alguno au 'ut congéneres
y los hr-tnios 'rtfi¡ien sus
porque las llamas prenclan
"'i'u'ropas
pulmones.
len-
el irorrrbrt- conlicrtz¿ urr
Y a partir del hccho mencionado' lo llre-
él' y a stts posesiottes sc'r
to aprerrdiz'aie que le permite a qut' sr vc
a ese elemento quc !'lecesil¿'t
1'
noa'urtn"ruUle posible y Ie
pero que err el fondo odia
obligado a ulilizar continuamente' r-:nii-'r(:ls c'otttactos con el
fuego
s¿ilc cle su colitrol'
sumamente peligroso cuando
restrlta
¡¿5 f¡rrirrdos r¿lit¡ilur¡s 415

Ouc- rluc.l,- t;rbe tlLlc tienetr quc hatrer trormas y lcyes (ltlc llos
L¡s tócnicas de cubnr kls tcchc¡s clc ¡la!a cle ia: cal-r¿rñ.rs v slls
r)!.ot{.t¿r.r, D{,r*1 ,,.i ;rttrcl¡ }tor.r (llle 5c cenLrcn de verciacl ert la Qsert-
parecles clc barro, tenían la noble intcnciórr cie eVilar clue Ltn fue-
go extcrior hicicse mella rápid.rrnentc erl l.ls nilst'lla¡; pero ¿r Ille- cia cie los prc,blelu¿: r ¿rb¡ndclnen el camino fácil cle penalizar todo
¿l(.lUc'llO (l-lt L:- .¡(.LcrL't
'- - --'-*'o v scctlndario, centránclose plertarncnte
Jialu q,,. el honlbre corrrenzó a pensar clLic c5o cle cttrttlt.tttir sr.t
I

caza y su comida conlur'rit.lriamentc cr¿r Lrn.r i.r1¿r, t)o[(l:.e sr I rrci- cr'r el rli(la) J.rlclii¡:',r:r clr.' ,x problenias.
no se comía las partcs rn¿is sabrosas del irntí1ope c¡t,c til l'al-ría ca-
zaclo, cleciclió me[ers(] con su familia elr tllr¿i cll(\-; i'rLtrlr(it-r'sL¡
fuegrt. cocirtar stt antílopc y (c)l')lersc sr-l (:.\r'l'\l(-j; ¡lc¡¡l l.rr'inciÓrt: ¿rl
c.lescutrrir que el t-r;rrr<t (lxterior c¡trc: lc protegi;,¡ ltr'ri,r c:';e l:e-rrte rltl
tambié¡r ¡:or cJcntro, ct-t¡lnclo una rloche fría qtlt: cie'ó t. ft,r'qi¡ t:rl-
cendicio, las chispas c1e l¡¡ cocina hicierc)Il (c:L:¿i E;,i:i.:rLcr:a.i5
pcrtenencias y su cobijo, c()rt el alllargo sclltir qilr locl,i Éll l¿i vida,
hasta Ia intimidad y cl deseo iusto de comcrsc'c'i c¡tltili-r'rle t1r-ie 1-ril-
bía cazado, tiene un precio y, clse l)rec¡o, .gusl:c .r :Lo, (,i| alglrrr¿
I'nancra hay qr-re p¿ig¿rrlo.

Frecuerrtenlentc, cn su Soberbiii, c-l ht¡n¡i¡rc e: I

plerrirrtterrtc sus decisiotles cn ia vitl¿1, sÉ rÉ\Éi;


serie de leyes, rrertlas y nrás ttortnas sllpcrpuest.,:.
9t.15 y cltncro, btiScando por ciif lllllos ellrcVCS¡i:¡: .

tar, sin conSegllirlo, al lrlL'flos qtle sL¡ viil.-r :rf a'.--ir., :lL igrL) v
lregánclose hi¡rócfitar.t]Cnte ¿¡ rertr-ttlcial c1 ttltlrl:. -'¡ :- r:',- i¡',lr-r cli-
rcctos e inclirectcrs clcl riesgo asllmicJo. (.tlancl'l lE:;,-'-i.'.i:ll:'r't.'ill flil I i j r'.-,r:'1:r :. .-' f -rr ,.1 i.".. rluÉ ¿1 rrt€cliaclos clcl rig,lc> XVil todavía cr¿t, t-'tr
gri:- ¡:';::e r ,.-r-i..-,:r '. ,,. ;j , ; litr¡roblacla, y crI 5r.15 calles v callejortes sc
lLrcgL) [)(-lsa.r los honrl¡res sus corrcs¡)t-rllci,.:l'.:r' ]:. - : ' ''':a apri;b;f .¿¡ L ., ..; r ,. i: r':!¡1:ll¡1aló:: Cle nlit(lclil.
ntiran ultt-rs a otroS y cotxlcnzan ¿t itlcrel-r¿tr>c .. .: :.-; .::r: ;;: '.:¡,-
[)¿]s enlre: sí. y acabatr gc-trcratrclo llás nornr¿,s ¿r:i¿,rl:.:.,. :tt. c-lr-re
ello sr-rpong:r ianrás elinrinar toclas las rrorrr¿s .i' f ' ' ,'.. rl ra ia 5i en l¡ Lcl;rr.l \itrli¡ k-rr i¡1qerrrr.¡¡ot ¿rlc¿rrrz¿rrc;rr urras ¡.rro¡torcicr
nrestraron inútiles, porqLre simplenrente !c irr:,,,i.' :,. ,.':r't''ir
rres lerrtlrífir¡! lr¿"CCC 5urr"lantcl]te SenCillO acl¡v¡n¿r l¿¡S causas:
Ilasta el sigLlente irrcendio r:on víctjrnas, lo r:1..r. set'.-:'¡1 []e n.ie','o
,\r]]or',ton¡n-iento rle c¡s.is, calles estrechas y toftuosas, una tipo-
()lr() ( ()rril,rntc) r,le norm¿is, qL¡e poco r-r n¿cja: I iel tr L-i -:tr . r: ltllt ,¿t\ 1o¡tÍa i-ttnstr-rct,'. ¡r l-r¡rs¡r-l¿r en l¡ rnacler¿1, y trna vicla dontéstica que
(.rir5¿5 clLte ¡-rrocir-rjeron reallllcrrtc- víctinl¡ts ijr, ',ilLi,.r- ,t- -!-,:'ltLilc)5. grabai en t(f r:-(., ¡ l-L.L'q() eli sLl est¿iclo más prtro.

De n¡ci¡, <t:-. ía lc¡:is1.rr sobre el Llso cicl fr-tego. ¡tr_resto quc cra
esenciai r-1r ,r', i.l,: i.lc.tr,lr-iel tierl¡ltt; ¡tc:ro lt;rStci str:;titr-rir los sO¡tOr-
lc:. cle ri-,¿r,-l'-rL:: :\\',' 'r .ri-rs r-le pieclra y ladrillo, y el material dt.: rrr.r-
bcrtr-rr¿r ler-tr.-.i I i;ir, l-elai\ ár¿ltres, para qLle los incctnclit-ls se
li
lL (i - l\q'l , r-: .- -:1 -',_: _i

[:ll ]¿l ¿tc¡i r,rliir-r.l :t fi:t {i) 5utge clc f(trrrt¿i i¡tdirccta, pltesto qrre
érLc i'a ailie.c¡> st,r': ¡:r.ii-i cn su estaclo trtrrro y los rrt¡tcriales cluc
SOI)O11¡rn l¡S,:¿t..i* :.,ri: ..ililitgOS, t)Of lo Ctral, de ¡¿lcl¿ tl l¡Ljv poco.
sitletc'llrrll't r(_r:i.I'l,_r,:r'ri:l'r-ros<,.<,rrncrsi cstt.tviéral¡.sen]aEci.rcl
\ler-ll¿, cL;,ll1i.l,-, ,.- Jr'.,ii-r q¡¡¿t alLt(. c¿ir-¡sa laS vícLintaS, tielte q,C ver
cotl l.r Lt¡t-lr rr-r!,i:crr,1 rJ,., L_rS r-lirc.ñc¡S y el crinrUlo clC nl¿rlcrjaleS COrn-
bLlstiblcs r-lL.r : ,.1-: ,-,=' ert nL¡CStrO\ lrogares, ccnto ¿lUtitntj-
"1'.rci,)
Cas l)(irlilirs ,-lr r,, 1,,, i'i.r (l(-,ntrO rlCt la viCl¿l f.rmili¿r: Botellas Cle
---l-li

btlt.rt-to ( orrcli-iL!::,rL: r-it g;rs. estantcrí¿is cic ljbros, alfonrtrras v


I ig. I I 2. lrrcencJitt frrovoc¡rl(-) r_if t,r- r
.rorlLiÉt,:ti (ir l1.ri:,_\_i 1r::. ii¡tc-ts, (.(tttin¿ts, sillones y llt¿iteriales (ie
:rl¡,{trc.r. ¡¡rtrlr: (.r ,¡i i.r¿ri(rs r-ie nuc-stras vivierrcla:¡ licrros clc s¡r
>t,,li¡r,, cLt
Si ¿rl incerrcJi¿lrio cle r-rn Ltosclue no le sr:c,:,(le 1-¡la:,1 i_l-i._i:i(1, ) (.,i
cleLeniclo, narda irlpiclc qr-te lr;tya incencji¡rjor ¡r I :--;':'i iri, l. ri.,-
P,trr.i. iósjri,rrL:,-lir.i lrts lorjaclos, entrc las htnciones que har
r¿rr [ácilnlenlc sL]s tierras cie una llr;rncrd s.r \, ¡ii ¡j,- r.,, ¡, (lrte
r,--i¿il.- Llt- l'r.tlt-rlltir. a-1,:,Ttí,io qir yL'cifl i¡vr.tl¡craclos cn u¡ incentlto se¿ir.
s¡lr(lLtL- sirvan p¿ira nada l;rs nonl¿ts qr-te tr ,.1,.,-,, .- I l, la,- -:-' (arl)ac('-s (l| Iti.:,t',.
_
ttir':i¡ri-r srrflr:ientC sin c:r-tlaltsitr, parct (lUC per_
hcch¿r cljcha operació¡1. nril:a ;r l¿r-s l)c,li(rrr:: ..i¡r¿,r\t'cli:l ntisnro sin sufrir cl¿ltios.
416 Los forjados rel¡cularcs

.\Ll ( OflLlL,-|: i.": je eclificict: que tol¿l o parcialnlentc


Evicle-ntemente. ciacla la ti¡tologí:i existcrrtc cie iorj;dos Lülr cli- r',(..r:ii-i¿i> r

e-n :t-i ¡-;il'r,';


-,r'.':ll- l-, j, ri,,...-
fercnte en l¿l cc:nsIrucciÓn, r)n()s curllpljrían e:t..r f ut-lcltin tlleit-rr l- 'L- . t-,',,1r l(, !.LLilltcl>.

que otros, pero en general, y cn nueslr¿t opinión. toclos i;i ctlnlplen tl:
-- .-:
I
51 rl',i:,.1 -: r t,Jf nllSOn, lnClUSO SOII Cclpcl(C5 Ue III(lll-
razonablcmente bien.
t('tlf!rr i. l. -r -: ,-::l: rr'rti elr toclas las situaciol]cs. dando tier|-
r.:i- l,-

l-rO :'rt-'r :ó.,:; =: =


,:=.-.. :t ,-'. r-'clificio slnt: a a¡tagat' c'l inccrrclit:

trr
L>16 ,,-. l.r r.1!e [)¿rrccc Ccs¡rrctrclcrsc c]c una rccicn-
--_ -
te e''i, .É:: - ' .'),r ar-ltrc Ios st--lvicios c.lt-: bc-rrrrI,crrcts clc,,"¿rias
cir.ri;, i . .:
r,'-.::'
,':i¡ o rlir:ho, nrts venros son'relidos .r Lrna nor-
r e irraciolral qLtc pcn¿rliza graverrertle el
',-:r,,1¿r

i:il:: -::
- -:l-;¡¡ cl-- ¡rerseguir los c:onLeniclcs

.' :' , r :,.-i;-.rl clcl fucgo, ¿l toclc)s los e ectrls. se nri:e f

' - ,i¡ :Lrclo el sistema constrlrctivo ¡nclustrial c5-


:-. .: - ..1-,, srlr;;lc itirl ricli ul¿.-r trrtlei irl f)árclLla clc vivien-
- -- - - :.1 r :,,,)Tr5tnrrclo en Es¡r.rria, lc.r cual nos ll¿iCe
- -r : *;iit.-ric¡ no est¿irá cn l.t
l)rollia Nornra.
Fig.l 1.4. lrrcendio dc un fucgo en tlna vivjenda trror.l('rtr., F Je:;.r¡:,::+:'-- : .' -t: , riti-i de evacu¿.rcjón cle r-ut e{ilttCio ronrctido
cl p.inico están servidos. :-,. - ,' i ':rrrlrltc'rs cs ¡osible rJe::iloi.rr Ljn.l \'¡\'icnd¿I,
' -, . -i :'t'ro cle clos pla:tt.ts, ctr ó[.) nrinulL)s Lln ec]i-
, -, - - -r'.r:: r-le 90 nrinulos si tiet-re nlás clc cliez. sitl

' r; : :--r .. irie l.¡ ev.rcr-r¿lciórl cle l.1s lti:'rsort.l5 i,'n los tietn-
.- ., -': ::.É'r-.cla lrtts dcnrueslr¿r (¡ue err l¿i dur¡ición dcl
.: : ::ll .. -: l';¡\ oc Ilorllll{loll ll() ( \)l(lli:cill, se Ilcl}cl C)
,::'* ,- .:- ,,-icnla ia norrilal-iva dc irrcctrtliil.
.f
¡
*: \\\\i +?
¡:'\*i
,ii ,!'..t *¡l
$,iiii,,i

párrico es el c¡ttsante del rttayor llúl:ic:r-, (-j,a . r-- -'ri


Fif¡. 1 1.5. [.]
proclucen en los incendios aclualcs, mjentras qtjc l¿¡ 'r!,: ji-.,.:r
5crncultl(:'rt('!tcltpte.¡diferertci¿rclclor.¡,,t:'>.,ar.l'i:-*:-.'-,,.i -

Basta consultar las henlerotecas dc n.ltlstro :-\.:i) {-) t:s:ir .1i(lr-


to a los n()ticiarios cle Ia telcvisjón p¿lra sac.lr urra ül(rllrclrt.il Loll
ch¡sión, las vícl-itrlas cn los incendios se ¡rr<lcluicr,rl ilor tre:r c;1r.l:;rl5
fundamenlales en este orden:

Histerismo y pésirtro comporLatlrierrto cí'"ico NLI trtls eclltcittl


para saber cottlport¿trnos erl 5itll.lcione:, cje eSt;r l-r¿ttur¿tlt-rza
Irrtoxicaciones clebidas al conletriclcl v llo ¿l c()llLillclrtc cl(l lo:i
eclificios.
Fii ll1- '. r"¡; de resi5tcrl(rd al 1,.t,:o-ct'e¡ltzad¿:
Acción clirecta clcl fuego contra l¿ts l)ersotr¿r 'r1l(l :iln conlcnt¿tri()5
¡-tt-rt HL-¡ " i
Los foria¿los r¿l:¿ularrrs 417

El nuclcl gorcli;rrro clel problema sc cncuenlra en el objetivo


segr-rndo, surnamcntc ambiguo y de difícil cuantificación; mientras
que sobre el prjrnero, toclo el mundo parccc estar de acuerdo.

Véase ¿ continuacrón las reflexiones del ingeniero losé María


lzquierclo. r.rn t-::pecialista cle Intemac, a propósito del asunto:

"Las nrvdirias d( prevew,ión de incendios g, en particular las


especificadones sol,re ios requttrimientos que deben cumplir |os elemenlos
eslruclrrra/¿s ¿i¿ urr ¿dificio, resultan 6sí un compromlso, entre el costo que
suplne incremelf¿¡r /¡s nedidas de sttguridad, U la esperanza malemcítica del
costo social inteartttlt't tle la apanción U prlpaqación de un íncendí0.

Sin enrbtirlro. tt eslablercr rrst}s requer¡mienlos, las auloridades


competentes rrtili:nrr crit¿rios que resultan dífícrl, cuando no imposibles,
de
¡.strLtclural¡¿s. lLts razones por las cuales la eslructura
tradtttir ¿11 :(ínili,lds
por eiemp[o' deba ser
lq4 liFolÓtcli' cle una tlittica Pdt?lrd¡l¿1, rott tleinte habitaciones,
l;ig. ll.T.RuinascaicinadaSClel itrcenciiocle5;rtri;it-rcit:'r1É en casl de íncendío' que un auditorio de
consirlerabltntcrl¡t' rtt¿is resistente,
Samotl.
q, por consiguiente' eI
L 200 itrcati¿i¡,i¡s, s.lrt tle tarácter político rtr social
plazos de evacua- ldcrricO ¿sfr¡rc¡itrc¡/ tt" absoltLtamente incapacítado para traducir estos
-se
Tratar de resolver el problema alargando los
iirrtes rllencioll¿rclos crite ritts drt ldntl ii tos 0[r¡'¡ ¡t'ot.
ción cle un edificio por encima cle los tiempos
por sobreclimerrsion¡¡dost penalizarr- actuantes sobre
(ya que dc sí se cncuentran sirrrriiiic¿¡i.i tt ck consíderar todos los posíbles factores
tnás lietlpo i:rcrerrrertta jn- I-¿¡
cjo a las estructuras para quc resistan un stílo pardmetro lel tiempo
la estrutlur:tc/¡ fLlsi ¿itr fueqrt en lórmtnos de
necesari¿rr¡rente el coste cle las obras y carece cle
setrticlo' discutible, y sólo puede iustifimne
¿l¿ resisl¡rrc,r¡ a/ irrcqpl es cttanto menos

retllntenk, Dr{1iiriIrr'dls(t(ios, cuga repre.sentatividad de'


Ia situación real en
Lásestructurasseguiránnlantenióndos€]enr)¡L.derrranerasi- resultan difícilmenle asumibles'
lcr-s i(rSos .orlcr¡lds ¡i,' irlcflidios,
nrilar a cotno lo vienen hacienclo y las víctimas ciebitlas al [rrcgo
se seglirán procluciendo igual, si no se busca l¡ scl!tlcicirl en ulla Por otr¿i pirrl.', /n am[trgtiedad de tos obietrvos a satislarcr' hace
planiiicación lógica de los sistemas de evacuación cn trasc a la ttnposible flrrü ¿1 ldcni(0 tl estudio fu soluciones a[ternativas.El incremento
iuncionalidacl y co.teniclo de los eclificjos, que nrinintice ¿rl nláxi- de xquridul ¿1tr. -(tll)0,¡¿ la instalactón de medidas de detección
q extinción
person;is y la
mo pos¡ble el iomportamiento clescontrolado cle las autonntittt l¡¿¡iu¡l¡rrdsl. iltündl n0 son exigibles, o de dísponerlos cln maA¡r
jncenclios'
acción de los gases tóxicos que se producen cn los irrt¿rrsi¿larl !l trlp.¡.¡rl¿td Llu( 16 re(llamentada, no
puede traducirse en términos

c¡rr r¡ /rs Li¡'lir¡ ¡¿io tt n o r mat it)a ví e nte ; como


g amprtc o resulta posible
Para finalizar este punto, rrlcrecre la perr'r traer a col'rcitl11
tltla ¿sl nr r l
t

er,¿¡lrtar t:l i;tcrr'Dt.'¡llo ,:ii' ricslttr que supone el


incumplimiertlo o positile fallo
reseñaclelinformeetnitidoporelaparejaclorD.D.rnliát¡C¿t5anLte-
tle est ¿ts rlrrr,li¿dis" I \la rí¿i Izqu ierclo, h'lter'rlac)'
l94l relativo al incendio que prác''icanrenfe arrasó la t

va en el año
ciudad de Santander:
,'Con mi iuicio, strfi¡ic¡¿k'rlt¿r¡l¡
¿irrrilosfrc¡do 4tr¿
aquel siniestro quedó, a
una re:püici;tón del mismo en la parte reclnstruítlLr d¿' S¡¡rt¡ri¿lcr u
tlonde se I 1.2. Criterios y normas sobre el proyecto
ha em'pleado el hormigón armatdo es muq difío! ¿rilr i¡0 ¿ic'lr intposible' la de estructuras frente al fuego
r,t
,iprt¡r'¡¿n ao un inrcnáío como el de l94l ,
pues (r l4's¿ir {lc .,rd(r¡rlr?rrsd e/

irt
riio' ¡irrrn:a¡io tos edifkios de
tJberna, o/orürd[t Lirpi.irr, /os dos crr /r¡ c¿r/lc
. Cuanclc-r técrlico se cnfrenta al proyecto de una estructu-
c
'teal¡aa, qLt€ (rLtil ¿íc itor¡rlioorr L1rnuldl' rcsistencia frente
IJ parte det de Pérez d,ll Motitto io it.' t'tonu,gC,n que cleba Let rer urra cierta
Nor-
quedaron en Pie" al friego err Esp¿lria' clel¡e tener presente las siglientes
n"ras:
líneas generalcs' los
Como resumen podría decirse qLie' crr . Condiciones de pro-
básicos clc la nornativa conira cl fucgo
son Norrrra Bírsjt.r cle la Eclificación NBE-CPIi9Ó:
,igui*ta, obietivos frrc(ili,r f!)irrrri irlc¡ildios de bs edílkios
los correctos Y adecuados' pova la proteuiort adicio'
. Ntfn:r¿r EHE {Anex() Tl llecomendaciottes
l. Evitar pérdidas cie vidas hunranas ilfrJ aaril/ii Jl firr4o dc ¿lenwttlos estructurales'
clerivaclos tle1 problema clel . Ettr¡lócligo 2. P¿rrle l-2' Reglas Cenerales Proqecto de estruttu-
2. Minimizar los gastos económicos
f¡reon
rulbv¡ f,l\ l/i'l;lL' rj, rllil/cr
Los Ioriados rcticuldt¿s

. Y adicionalmente, los requisitos localistas particularcs de I 1.3. Definiciones básicas


cada ciudad que tengan a bien introducir los técnicos res-
ponsables de controlar las normas anteriores baio su ópti- .
Se denomin¡ "resistcnci.r al ftlego" <le ur¡a estructura, o de
ca personal.
una panL- de ella, a su capacidad <le saLisfacer las ftrnciones re-
queridas tcapacid¿rci portante y ftrnción separaclora) frente a la ex-
Realmente, de las Normas mencionadas, la única qtle realmente posición a un l;ego es¡lecífico, duranle utr tiempo determinado'
tiene carácter obligatorio es la NBE'CP[/9ó, las restantes sólo
constituyen un coniunto de criterios y recomendaciones que . Se denonrrna.
asimisnto, "resistencia nonnalizada al fuego"
pretenden facilitar al proyectista el camino para poderla cumplir a de un¿ estniciura parte de ella (usualmente sólo clenrentos ais-
o
de
Lfectos prácticos, aunque a veces se convierten en una carrcra lados) a su rcsistencia a un fuego teórico nornlalizado, dado
por
obstáculos y más que una ayrtda, suponen urla tortt¡ra' recogida en la figura I I 8'
la cun'a de rellureratura-tielnpo
.
La filosofía esencialque inspira la NBE-CPI/9Ó' con la
quc'
,-,o
la de evitar que cuanclo sc produz-
estamos en total sintonía, es
I

e"c I
pro-
ca un incendio etl un edificio, sea éste del tipo qLte sea' I'lo se
I

11!!
y,
duzcan víctimas si es posible, reducir al mínimo las pérdidas I
c
I +
materiales, tal y como expresábamos en el punto anterior'
t
g
4
._ ¡.. I
"-Ti
I
á
Para conseguirlo, y en fu¡rción de las características c¿c
i
I
constructivas y funcionales clc cada edificio, la Nc'rrnra establece !i i I

a aai: I

unos tiempos teóricos de evacuación y dc acuerdo a ellos fila una z --=+


I

serie de criterios que hacen posible dicha ev¿icrlación en los


c
tiempos establc'cidos sin que se produzcan dairos a las personas' qo r2o
'!. r-{ lc { r8o 24o : 160
Estos criterios se materializan en cuatro vías diferentes: -..-.-. ! 3 I{ORAS

"porüuI--'
a. Diseños de espacios y vías de evacuación ventilados y pro-
tT=l-f,=745Logl8r+ll
tegidos, cumpliendo unos requisitos geométricos ¡uficien-
tes quc permitatr el rápido tránsito de personas. r -! ir J -:s tt: irl T,: tcillpcratllr¡ jnicial; L: tie¡npo de exposición al
b. Dispositivos añadidos a la construcción para l.l detección I' . *'-üi,
control dél fuego que minimicen al máximo la .lcción del mis-
mo sobre las personas por los circuitos de evacuación pre- i.¡ t I I (:una palróttlSOtemperatttra-tienpo.
vistos: extintores, detectores de humos, rociadores, puertas
especialcs, etc.
c. Elección de materiales de construcción acorde con los tiem- . E, tienirro rláximo de exposición hasta qtrc resulta
inminen-
pos previstos de evacuación para el edificio construido, que te la pérdid.: cle capacidad para satisfacer las filnciones requeri-
limiten la propagación del fuego (llarnas, gases calientes. ca- períoclo dc "resistencia al frrego normalizado" y
cl¿s. s(r cL-nomin¿r
lor exccsivo) fuera de las áreas concretas lfunción separado-
se expresa err nlintltot.
ra) y que no contribuyan a la alirnentaciórr del fuego,
d. Diseño y construcción de estructuras capaces de sostencr Los períoclos nomin¿les se aiustan a tlna serie de minutos, an-
los edificios sin que se produzcan colapsos prematr-rros lfun- tecedidos por urr¿s siglas que varían según se aplique a diferen-
ción portante), pcrmitiendo que todos los criterios alrtcrio- les elelrentos, l¡rs nrús gertéricas son RF (resistencia al fucgo) EF
res pueden desarrollarsc plenarltente en los ticmpos de testabilidaci al furcgo).
evacuación establecidos.

. Nos cenlraren'tos básicamente en el apartado d. de lo IIF EF: 30,ó0,90.120 v 240 minutos.


expuesto en la NBE-CPL196, ala luz de lo publicado por algutros
especialistas en la materia, con la única intención de clarificar y Lá EHE y el [C'2, emplean la sigla "R" cuando se refieren a la
orientar al proyectista sobre el problema, con algunos conlentarios capacidacl resistente, la "E" si se refieren a requisitos de estanquei-
personales en función de nuestra experiencia. En nrodo alguno,
dad al paso cle l.rs liam"rs y gases calientes, y la sigla "1" cuando
pretendemos introducirnos en el mundo del cálculo global de
se trata de est.rblecer criterios de aislamiento térmico en caso de
estructuras sometidas al fuego, dado que constituye Lln campo
fr"rego.
reseruado a la especialización debido a su complejidad,
Los /orjudos reticulares 4t9

ft \rt t.P¡ í, l' \'t I'ltrrt)t i lDis \ |


l¡l.l!\l' \ llf'lr\ t)[ t'l Fr,i)' -l
Uso del reclnto infenol
Plañtas 5oore'asánte t\ lffl\]o _txuoo
rUár. llru,a de eracu¿ciÓn dcl cdlícro
al forjado cons¡derado ---T- t..-:i rr. ¡ ¡uro roRIÚ¡?¡¡l il\o 6.trl
trtx\(ro I'l trluP(x \3¡l rlt5

-+
-j-li_l
llil
l -..J. .. -¡. .¡
,t" lr¡, lnil !lr, :ll,r
r ll i,l.l;t t)f{l(,1.1'\ rrr¡i¡' I

(1) EF-180 si la altura de evac\¡ac¡Ón cs > 28 rrl qobre fasarlie (lc fues)'
con n¡i ce i?es Dl¡^rAq Fig. I I 9. C11r1'.r:' '.Ér-¡pcr"1tlira-l-iempc) en clistil'Itoi; L¡pos
\2) F-F LzO en cdrfiqlog de t'so Hospital€r¡o
(l.Nl l/ tlL¡:cl(l(' ll',:i trr¿¡cl
T¡¡bla I l.l

Contparatrclo c:urvas cle lasfiguras l l l0 y l l'l l sc adivi-


l¿rs
.Losvaloresdelostienrposclcresistel.IciairlfuegoerlEspa- na f¿icilmentc por qué insistimos cn afirlnar que las estnlcturas
por no
ñarest¡ltanCspecialmenteexigentesycollsen'Ctdorescof.Ircspect() nloclcrrl.¡s, especialmcnte las de hormigón, ticnelt escasa'
a otros Países conlunitarios. cle las víctimi¡s que producen los in-
clecir nula, reiponsaLri)iclacl
ce'ndios
TIEMPO REOUERIOO DE ESÍABILIOAO AL
FUEGO. EN MINUÍOS EN EDIFICIOS DE

st.M u LAelÓlf-Df.lNc E NUa FN..QFlClras


T E I\tP €BAI UBAE.REEIS.T-RA.AN

r000
^ 9C0
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I rco
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ñ ¡oo
r 300

']fu 6n las ttl! plante! ¡nfuiorü. En cl redo i ¡oo


t0o
Tabla I 1.2. Resistcncia al fuego conrD¿r¿r! 0

p.ríses de la U,E. (J.M. lzquierdol o a lo i! ¡O ¡s !O ls ¡0 4t tC ÚÍ C0

rl¡¿uf os DESo[ LA loxlclól¡

. Las cu ryaslempgratura-Tient)o, rclac iond n jas te mperatllras


Fig. I L 10. S:::t;., ¿,:.ió:r cle rrrt rrcenclio en ofici
nas. Temper.rttlras regisl r"lclas
del ga.s en el entorno cle una sllperficie cn lullción dcl tientpo
l)tte- i

(l.fvl. lzclr.lrc.:riio liitrlrrl¿icI


clen ser nomi¡tales o paramétricas, y 5c cletallan ¿¡ cotltinuaciórt.

. Nominales: En fornla dc ctlrvas col-l\,cncionaIe5, ¿]dal)t¿i(las


TNcENOIO REAL EN OFICINAS
para la clarificación o verificación de ia resistencia al fuego'
por eienlplo: la curva nornlalizacla tclllperatttra-tielnpo TE MPEBATIIEAS.BEGI TEAPAS
lso R-834.
1&
.Paramétrlcas:Determinadassobrt:labasc:clemodclosdc 9@

incendios y rJc los parátnetros físicos espccíficos c¡ttc des- r7@


criban las condiciorrcs en e-l sector cle ftrego' F@
itr 5@
Á @
L;r curva nolninal aceptacla es la cL¡rua l5O R-834 qLlc l']o sLlclle
fi>2@roo
ser un fiel refleio cle los fuegos reales; cic aquí quc se clcba estable-
1@
cer una ecluivalenCia cntre la rciaciótr tcmperatt.lr¿i-ticn'rpo lratrón ó
o5 ¡o ¡t zo 25 30 !5 ¡K) a6 to s5 @ 65
clLre se ha visto y que ha sido preciso nornalizar p¿ira obtener rc-
MrNUtos ogso¡ LA lGNGlc¡t I

suitados cernparativos en los ensayos, y la relación tenlperatura-


tiempo real que ticnc lugar err un incendio v qL¡e ptl(-cic- h¿icer qtlc
1.1 temperatura méxirrta sca alcanzacja cn ul) t¡emp() rilás corto, ccln Fig, I i .1 L l:..ceri,1:cr r(-¿jl crl oficil'lits, T(:rIlper.ltLlras rcgislr¿ld¡5
lo cual el material pucde nrodilicar arltes sus prof)¡ccades. ( I.M.lzcl Lr ir:'rclil lr ten;r( I
Los lo¡iados reli(ulut¿s

. Elcmentos protegidos: Elementos en ios quc sc torrlan llle- Si los recubrint l¿Ilos lit'il¿rt un $pes\r que excede los 5 cm, es precisa

didas para rcducir en ellos el incremento de la temperatura debi- adoptar m¿didtts ¡di¡i¡¡¡¿/¡s tlue ü>€Qurü su íntegridad, como puede ser la
da al fuego, mediante recubrirnientos y capas protectoras. colomcititt dr r¡rnr¡uli¡r¡-< s¿rp/t'ntc¡tl¿¡nas lipo lela de gallinero".

Siernpre puede resultar una opción válida acudir a capas


protectoras, cuya eficacia suclc nledirse en ce¡rtírneLros
No obstar.te. cLrnviene tencr cn cuent¿J clue las proteccionc.s
equivalentes de hormigón con el obieto de no penalizar Ios
conseguicias pc'r' Cifr-:rcntcs ¡:rocedirnientos no sc ¡rueden surnar
recubrirnientos reales de las armaduras en las estructuras con
pesos inútiles y pérdidas de eficaci¿¡ en los brazos nlecániccls algebraicamer te rje iomra dirccta.
resistentes.
En cfeci,:, qie una c¿ipa extcrna proporcionc una determina-
Los prodLlctos empleados como proteccicin y rcvcstinliento, da cstabilll¿d ;, :uegtt sulx)nct que, superado el ticmpo de protec-
deben venir avalados por su eficacia contrastad¿r nrcdiante ción nonr:n¿ r'trasdós, dicha protección ¡:uede desaparecer
-sr;
ensayos y, si es posible también, por un buen cornportamiento cle físicame:lr 5r .iiü ;ucecle ;lsí, cl elemenl-() estntctr¡ral estaría so-
los mismos en fuegos realcs. Por ejernplo, I cm cjc: cs¡resor de un metido ei' L-i: " rc"renLo no ¿l la tempcratura ambientc cornenz¿tn-
guarnecido de ycso, equivale a | ,8 cm dc recubrirnientct en do el citl¡ ce ,¡ I5() R-843, sino a la [ernperatura que err dich¡r
hormigón. cun'a coi¡esE:,:,de ¡i tien'lpo trarrscurridc¡; y el daño total produ-
cido er .d c:'!r.j,-:ura scrá mayor qrre Si el proceso comenzasc de
A propósito de la protección de las armaduras, cl profesor
cero
l.M. Femándcz Cánovas nos dice lo siguiente:
"La experiencia ha demostrado que dada la baja conduclív'iclad lárntira L¡ es:abi.:j¿ir general de la estructura scrá srr¡'rcrior c¡ue la ga-
del hormigón, los recubrimientos forman una tapa protertora clt las Grn:ü;r,t¿ l):r: C;.r.i¡: (¿i)¡i prote(rtor¿. f)ero siern¡:re serii inferior a la
armaduras de bastante eficacia siempre que el recubrimiento tenga urr ¿srrrdr sun-,a algt-i:,'; ,:¿ rie las teírricamente generalizados por dichas
adecuado. Un recubnmiento de 2 cm de espesor asegura Lo:ra prottttctón de d capas
menos 30 minutos. Con espesores de 3 a 4 cm se tiffie una buena pr\t(ii.,I.
D¿io el :r:eré: qLle las tabiqueríirs puederr terler corlto elenren-
a costa de aumentar las dimensiones U peso de la sstructur¿¡. dc a4ui
si bien
que cuandl la protección requerida deba pasar de tres ftoras. lo ntcis tos Cc or,cte( cló:-r rara las estructuras, adiuntamos las dos tablas
interesanle sea recurrir a complementar al realmenle erisl¿rtt¿ de hlrntirl.iti
rel¿cjr¡:iaci;rs ror l¿s nlisn'ias recogidas en la NBE-CP|/96

con proteuiones especiales más ligeras g en definitiva ttt¿is ¿corlomicas.


. Ter:rlrc'ratirl'¿ críLic¿ cle las armaduras: Es Iii letrtperatura a la
Los recubrimientos deben ser, por tanto, suficienles para 4uc Jas
cllal cs L¡re', rsi'nle LrLie 5c proclttzca un fallo en las arnracluras
de
armaduras no alcancen Ia lemperatura críliCA del acero, debíindos¿ m¿it?lctl{'r
una piez;i estnrit'Jr¿ri sonreticla tltr nivel de cargas previamente
íntegru, es decir, sin disgregaciones ni desprendimientls (lunque en ttlqtuta dt
¿r

sus zonas llegue a alcanzarse Ia temperatura crílica.


fiiado

rl fucgo dc m¡¡ro: Y trtiquca


Espesor de la fábrica en cm
Con tadrillo hueco
+6 8-10 '11-12 11.12 2ú24

Por l¡ c¡ir cxpuestt rl fuego


Por [a dos c¡ras

Por la crr! .xpu€str al fuego 60 120 180


Por las dos caras 90 180 240
Resistonci¡ al fuego

Tabla I I .3
Los /oriados rttícular¿s 42t

n¡¡f6 y 11.4. Desanollo de un incendio


Tipo d. d. dc
.l lurgo
G¡M acwst¡m¡anta an cm
El cles.¡rrollo de un incenclio puede dividirse en tres fases'
to 15
t5 60
20 120 a Fase, l-.: primcra fase constituye la iniciación del incendio
I
S¡¡ nvcsür lo 60 con elevacjón gracitlsl y rápidá dc ia letnperatura y, en la cual, el
l5 90
20 180 irrcrenlentr¡ rle Ia tcm¡rer;rtura dcpende Lr¿ísicanrente de:
Voloánl:o Sh rcvc¡tit 12 120
20 180 ' Tipo combustible y conlpoltamien[o de la combustiórr,
Gur,n.ddoc.ó arQuGsu dl fuego 12 t20
rao
. Carg;r cle fucgo exislentc en el recinto y distribución de la
Gulmaddo doa olta
rnisnra.
Gu¡mrcido c¡tz opuel¡ !l
lurgo Y Gnto&ldo cal- alGrior 12 t80 o Extetlsión dcl frLego.
20 2&
A?c¡ll3
ergrndidr Sin ¡¡vatt t20 2a Fase. segunda f¿rse constituye la plenitud y estabilidad
Li
Arc¡lh clel fuego, irrfh-rt'encjo ctr la misrrla considerablelnentc:
.rprnd¡dr Sin ¡evcrtk 20 240
?40
. CcontetrLr \¡ tantario del local.
Silícro Siñ t v.sl¡r 25
o T¿rrnaño ysilu¿ción de los huecos, y por tanto, cantidad de
Tabla I 1.4 oxígerto aporlado a la combustión: condiciones de ventila-
ción
L¿ temper¿tura nláxima alcanzada y la duración de esta fase,
UNIDADES tambión tiencn cltre ver con la pritnera, pues de¡renden
consjcjeral:lelnc-nte cle. la c¿rntidad de combusLiblc alm¿rcenado en
Masa Kg (Kgnrl el local.
Longitud Mel.ro

Tierirpo Segr¡ndo 3a Fase. Esta fase está lormada por el descenso de la

Fuerza Ncwton ll kN = 1000 \t intensicl¡d del incendio hasta su extinción debido alagotamiento
del conrbustiblc existente en el local o a la eficacia de los scrvicios
Tensión Pascal = -lI tl r{l-tr = I 0¿' P¡sc.¡ii:st
n'l- de lucha conlra cl fuego ¡rrrestos cn iuego.
Trabaio/Er'¡ergia h:lio= IN I rrr= I Ksr r)-s4-
: trabaio I lulio
tiemÍ)o-
1¡¡"¡¡,,
Potencia I scg

Tcrrnperatura
{i[ - ". - "K - 273 lr.,
I
.a
I iulicr 0.2?t) calorías tr
:)
F
I cak¡ría 4,1855 iulios
E
I ETIJ 2lr2 cak¡rLrs U
,
A
U
Tabla I 1.5

DURACION DEL FUEGO +

Fig I l.ll. Fascs cle clesarrollt¡ clc un fuego (l.M Fernández Cánovasl'

Los cfecros nrás gravcs cle un incendio l-ienen lugar duranle la


transición cle la ¡rrinrera a la segunda fase, dcbido a la rapidcz con
la que subc ler temperatura que pucde llegar a alcanzar en algunos
casos los l250rC. En esta transición se produce la inflamación
gerreralizacla de los nlateriales contenidos en el local
422 Los lorjados reticulares

Pero tampoco debg olvidarse que un enfriamiento bnlsco de


las piezas debido al agua puede engendrar un choque térmico que
las fragilice, por lo que un descenso gradual de las temperaturas
siempre seúa deseable.

o Para estimar el tiempo que se precisa para alcanzar la tem-


peratura máxima en un incendio podemos emplear la expresión de
Kawagoe.

Wo'S*
'- :J.sn . n

siendo.
t: Tiempo transcurrido para alcanzar la máxima temperatura en
minutos.
Wo: Potencial calorífico unitario existente en cl recirrto
Fl material
cJmbustible cxistente se transforma en su cquivalettte en madera y,
3e ex[)resa por su
así, el potencial calorffico unitario del combustible
potencial de madera por unidad cle superf icie en <j¿Nim,. Fig I n l4 ,J:-á'ru:-..".'n"llu,, al"nlpo para SnlS*
: 0'50 segtrrr ensaycrs
"quiu"i"nt" realuad<,'s :¡3l' - F.:ír Rescarch Station'
S,'r: Superficie del recinto en metros cuadrados
que puede vcntilar el
S¡: Superficie de huecos en metros cuadrados reduc-
recinto. Corno se cleciuce dc los ensayos, puede versc el efecto
máximas tiene el dotar de ventila-
H: Altura media de los huecos que existen en el recinto
tor que sobre Ias iernpcraturas
ción a los retirrios.
al in-
La Fire Research inglesa, completa la fórmula de Kawagoe 5e apreria t¿nrbiétr que las curvas de los ensayos sorr
diferen-
dicar que si: patrón ISO ll-834, pero si tenemos en cuenta que
tes a la teóric¿
del fuego tie-
la tr¿nsrnisiorl de calor entre dos puntos el efecto
y
w^ < I ro.!h ne que \¡er con la lemperatura y el tiempo de exposiciór]
al mismo'
"5* posible encolltrar'
es decir. al áre;'r clue encienan dichas curvas, es
el
la elevación cle la temperatura dependerá únicamente de
la canti- mediante eq,Lrivalcncia cle árcas, las duraciones equivalentes'
que el tiempo no exccda efecto que pioduciría el fLrego rcal <¡ el ensyado sobre una dcter'
dad de combustible en el local, siempre
los 3O minutos. minada pieza c'stnlctural si siguiese la curva patrón R-834'

T (ecii
I

É
f
rJ F
o
G
6 f¡J
F
&
s
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t
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F
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:U
&
F

r (mrn)
TI EMPO

Fig.l Ll5, L)iferencias crrtre un,l hip<-:tética curva real y.la curva patrón, apli-
DURACION DEL FUEGO, l(¡¡n ) caáa al honrrigótt en la que suele realizarse la e.valuación de las áreas par-
lienclo clc los'300uC quc es cuando cl hormigón comienza realmcnte a
Fig. I I .13. Cráficos temperatura-tiempo para 5n/5* : 0,25 segrin ensayos experinlcntar ¡lteracjolrcs rntportantcs en su cof llportamiento rc$istente.
realizados ¡ror la Fire Research Station.
ll.M. !crn¿incjez Cánc;l ast.
l,.os forjados reticulares

I 1.5. Acción del fuego y comportamlento


del hormigón frente al mismo
t
t-
t L¿ absorción de calor y, por tanto, el aumento de la tempera-
:c
U 20 tr< I
wol
tura que durante un incendio tiene lugar en el hormigón de una es-
ts 'o(l/'l wo<30 t:r! tructLlra produce en él transformaciones que afectan a sus
r) 20<
30 < wos60 ts ) |
cualidade: resistentes.
sh: SUPERFICIE 0E LOS HUeCOS

olo2030405060 l(mi¡)
Sr=SlrPERFlClE Ot PARED .A rrieclicia que aumenta la temperatura hasta los l00oC, el
T IEMPO agua libre que forma parte de) hormigón en sus capilares absorbe
$an pane del calor al evaporarse, retrasando el aumento de la tem-
Fie.I I.ló. lnfluencia del pOtencial calorífico y su¡:erficies l rrecr:s-¡Jared so- peratura en el interior del hormigón. Debido a este fenómeno el ca-
bñ las curvas reales temperatura-tiempo
lor específico del hormigón se incrementa hasta un tercio de su
valor inicial.
Comparando las curvas reales con la cun'a patrón' se deducen . Entre los 200 y 300'1C la pérdida del agua libre capilar es to-
algunos aspectos intcresantes, segun I M F Cárlovas:
tal; sin embargo, el horrnigón apenas sufre alteración alguna en su
. Si Wo < 20 daN/m2 y existen huecos normales' la duración estructura y ias pérdidas de resistencia que tienen lugar en el mis-
equivalente "t"" es menor que la conespondiente a la tempe- mo son despreciablcs.
ratura máxima "t", siendo igual o menor que la Curación efec-
tiva. La duración, como se puede apreciar' no depende de la Sin embargo, el aspecto positivo de la humedad contenida en
ventilación y la temperatura disminuye con ella los poros y capilares, tjene un aspecto negativo y contraproducen-
. Si 30 < W., < ó0 daN/m2, se puede considerar aproximada- te. ParLe clel agua contenida en su interior, al tratar de evaporarse'
mente que te:t, La cluración no dependerá de la ventilaciórt; engendra r-rnas fuertes presiones intemas que pueden provocar un
y la temperatura disminuye con ella. clesprendimiento explosivo de los recubrimientos 9pallinql' El efec-
. Por últ¡mo, si Wo > ó0 daN/mr, que corresponde a rrna po- to spal/irg suele producirse en aquellos incendios que se desarro-
tencia calorÍfica muy fuerte y raramente alcanzada en vivien- llan a plena potencia, muy deprisa y elevan muy rápidamente la
das, aunque sí en almacenes y depósitos, se tienen los temperatllra en el honnigón.
siguientes tientpos mínimos aproximados en alcanzar la tem-
peratura máxima "t" y la equivalente "t ". según la tabla I l.ó. .De 300 a 400oC se producen pérdidas de agua del gel de ce-
mento, apreciándose ya descenso de la resistencia que puede lle-
sb gar a a)carrza r un 25"/o con las primeras fisuras del hormigón.
j
e(@) t..(r.l
Sw . A los 450-'C el hidróxido de cal procedente de la hidratación

L/2 20 55 de los silicatos se transforma en óxido de cal.


Ll4 30 70
.
r/6 40 80 Hacia los ó00óC, los áridos, que no poseen todos el mismo
coeficiente de dilatación térmica, se expanden fuertemente con
Tabla I l.ó diferente intensidad, dando lugar a tensiones intemas que empie-
zan a disgregar el hormigón. A esta temperatura, las pérdidas de
Para los potenciales caloríficos vistos allteriormente y quc no resistencia en el hormigón pueden alcanzar eI50o/o.
sobrepasan los ó0 daN/m2 de peso equivalente en madera'
adoptando una resistencia al fuego de 120 minlltos' se tiene un
. Por encirna de los ó00oC, las pérdidas de resistencia aumen-
coeficiente de seguridad que puede oscilar entre L5 y 2. tan consideratrienlente.
Dado que según el EC-2, el coeficiente de seguridad baio la Si la temperatura del hormigón no ha superado los 500oC, pue-
acción del fuego para las propiedades térmic:as v rrtecánicas del
de experirnerrt¿r urra rehidratación poster¡or al incendio y recupe-
hormigón y de las armaduras debe ser la unidad, cl criterio anterior
rar hasta el 90"ó de su resistencia inicial al cabo de un año.
obtenido de l.M Fernández Cánovas, podríamos adietivarlo de
conservador.
Los íoriados reticularcs

Elon gaejéu a ia rga m i ento lérmico unjlario del hormigén'


1
- llornrigón de áridos silíceos.
¡

. f¿qf¡nalr -( 16¡ f¡
't+2'3'10-r I ' t3
lrrrcialr
0.8 ..
\ tttll t < 700'rC --) = 1l = 1,8'10-a +9'lO-ó

0,6
\ t> 700¡C -) ..=l,l=14'10-j
I
&t,l 0,f \ sielrdü ! e :l:l' ueritillra
\
\ P¿ra cáicr-rlos sinrPlificados:
0.2
\ Ec=18'10-ó't
0;
200 ¡,00 ó00 too r000 l 200 - Honr:gón dc áridos calizos'
I en'f-
ll
t', = l = 1,2'10-a +ó'10-Ó 't+1,4'10-ll
' t3
a ccmpresión t < 80i:C -r
Fig. I I .17. Influencia de la temperatura sobre la resistencia
del hormigón (EC-2). \l
t>80i C --+ €. =-l - lo'lo-3
menor
l-a conductiüdacl térmica del hormigón es baja sicmpre
ligeros, aumenta corl los hornigoncs calizos y P¿ra cá.culc's sinrPlificados:
en los hormigones
Por lo a|rtenor' la
es mayor con los hormigones de áridos silíceos
norm;tiva penal¡za más (en tomo a un l07o) a los hormigoncs de €. =12'10{'t
áridos silíceos, que los hormigones fabricados con áridos calizos.
. Calor especiie-o delhanjgon tválido para hormigones silí-
Las dilatacioncs de los hormigoncs calizos. son sinrilarcs ¿r las ceos ¡' calLzost.
del acero hasta temperaturas del orden cle los 900'-C, l]lientr¿is que
son mayores si el hormigón está confeccionado con árido silíceo' 20ü<t<1200"c
.
Debido a la baia conductividad térmica del liormigón, éste
se resiste a que el calor y la temperatura penetrell en stl interior;
por consiguiente, la forma de las piezas adquiere una gran
relevancia en las pérdidas de rcsistencia que l'raya qrre cotrsiderar
6s=eoo.8o(*)-,(#l
tffi)
Debiclo las hunrecl¿dcs que puedc tener el hormigón, entre
¿r
en el interior de las mismas.
100ú C y' 200" Ci, puecle cxistir urr pico de ,
Los incrementos mayores de temperatura, por t¿irr[o' tienerl
lugar en las esquinas de las piezas, al incidir el calor por dos caras' ce rHunreciacl del 2eo en pesot = 1875 ( #::a )
en vez de incidir por una solamente.
en peso) : 2750( tüLt:. )
. Al incrementarse las temperaturas, la resistencia del Ce rHunredad clel 4ou,

proclr'rcc su
horrnigón dcsciende, pero la deformación a la qrre se
rotura aumenta espectacularmelttc' al dismintrit asinrisntcr . Corrdqc!_úiclAd_Lé r nUC¿

notablemente su módulo de deformación'


- Homrigón cle áridos silíceos'
El efecto mencionado permite que el hortligón' en
los c¿tsos
produciclo ctt las
normales, absorba los esfuerzos de compresión
piezas hiperestáticas por las coacciones exteriores
a la libre Lc=2-024 (#)...,, (#J
rotl¡ra frágil en
dilatación de las mismas, sin que se produzca una
el mismo.
Los f,¡¡iados r¿lirular¿s

- Hormigón de áridos calizos, Arttílogamettrt, si la deformación últina del acero viene condicionada
a
tenperatura anúimte en una pieza trabajando a
flexión por Ia prolundidad
del bloque rcntprimido a ,alores en torno al 0,3ó/o, el agotamiento de la pieza
rc -r,ó-o,rn (fr).o,oot t#l -------::-:
t'tl '',L al aluttzarse ltrs 400" c en la armadura se produce por compresión del
honnígón rt tltfutnctciout's en el acero en torno al O,i%, g por consiguiente
Para cálculos rápidos: al 75o/" de stt tttptttidad última, con el consiguiente descenso en la capaeidad
de ld pie:a."
lc (silíceos) = l,ó
l. (calizos) = 1,3 -I¿ ¿in
I

)". (Hormigón ligcro¡ : 9,6


I
f.a ooc
I

M0DUr..i ú1,
I
il EC,)
€. LASI rC ' DA i)
i

I l.ó. Acción del fuego y comportamiento 'r N,i,ilN


i)L !(ifLtRA
: r ¡-'OO

del acero frente al mismo i4'.'ri-j

r ASTrCü
! 2()c
Las propiedades mecánicas de los aceros disnrinLry,en corr el
aumento de la temperatura y debemos tenerlo n'luv presente. ¡t
Fi{!r¡()R i iofta L I
I CCO
:,A'

. i!L) ¿,.)r--) 30O 4C0 S00 bJO


E I EtulpFFrAl.JilA (?Cl
l
F
o
e, Iig. I I .lq). lnilucrrcia de la temperatura crI un acero ordinario,
n¿\tSlfNar¡
(J . Atención a los vicjos aceros est.irados cn fr'ro, de uso muy fre-
2
l¡J
F
(t
cuente err Esp;rña cn los años anteriores a 1975, que pueden pre-
6
l¡i
30 scntar utras pérclirjas residr¡alcs cntre un 25..307o para
G ten'rperaturas del orden de los 7000 C, dado que su estructura con
l¡J
(¡ la tempera tu ra experimenta rea justes importa ntes.
¡e
i.2 r-'- -- - --" --r--'
o rm 200 ¡m 400 t00 oC I lAc eRo
fEM PERAT URA u13
i lt.a
MINADO
o li) 1,O
FIN
Fig. I I .18. lnfluencia de la tcnrpcratura sobre la resisrerrc:.: a tracción del
olo
acero.
olo 0,8
9lo
pl¡
atú
Los aceros de dureza natural habitualrllentc cnrpleados err las 1I:
ulu
estructuras de edificación, prácticamente recuperan su capacidad
resistente tras el incendio, Los diagramas tensión-clefomraciÓn ccln
-l-
I ll:
o,4
>l>
la temperatura cxperimentan un gran cambio, aunque la deforma- ll¡ 0,2
crón de rotura de los aceros permancce estable err tclrI rt.l ¿l Z,-.t'-/<t
_
José Mo lzquierdo nos dice lo siguiente a propósito de la in-
c ¿oo 4oo 600-__J
8oo

fluencia clue pueden tener las variaci<¡ltes err el diagrama tensión-


f É.MP€RAf trRA¡ (oC)

deformación cle los aceros, en cl componanlicnto de las ¡riezas de Fig. | 1.20. CLtn'ar rotrtp.tt.rtjvas tlcl las recuperaciorltls de resistencia t:ntre
hormigórr arnlado: un accro l.lnrinado ¡ t-rlro e:;tirado en lrio.

"En el casl de pilares de hormigón, resulla que la deforntación tle rotura . En clranto a los.rccros del hormigón pretensaclo, mucha aten-
de un hormigón a 40OQ C es próxima al 0,7"/", A p6t a que el acero conto
(tltima, ción y cuiclaclo con k-rs tltisnros, porque su sensibilidad al fuego
lal a esa temperatura no tiene una pérdida notable de w capacidad
cs rnucho nás elevada cltte la que poseen los aceros de dureza
a Ia delormación del O,7o/o, la tensión de trabaio es dttl ortlen del 80o/o de la
natural lanrinados.
rotuta, A se produce el agotamiento prematuro de ltr pie:a a conryresiótt-
Los loriados retkulares

Para temperaturas del ordcn de los 400-500')C' prredcn ya pro- Ra


Toc
clucirse roturas importantes en las piezas, al baiar sll res¡stcnci¿ Re 2ooc
40
prácticamente a la nrit'ad.

Especial prudencia debemos terler con las viguetas pretensa-


clas de uso frecucnte en la eclificación, dado el rccubrinrient() tárl
estriclo que poseen.
o,6
.Se denomina temperatura crítica de un acero a aquella para
la cual el límite elásticc¡ del nlisnlo toma el valor clc la tensión de 0,4
trabaio. Suponiendo que cl valor de la tensión de lrab;i jo prevista
cn un acero haya sido la mitad de la conespondiente al límite elás-
tico, las temperaturas crÍticas para distintos tipos dc accros scrán
las dadas en la tabla I I .7, en la que se muestran tarnbién las tem-
peraturas a las que se produce una reducción dcl 25 y 50olo cJc str 200 300 400 500 600 ?Do
resistencia. foc
Fie. llJi \;r:¡-.':,: -:,.. ..::ri',c clástico rc'lativo dc un acero M00N con la
temperatura
tde
disnlnuclón
Estructura de Ia
Naturaleza Tenperatura resistencia . Coeficicntc cic drlatación-elongación
dal acaro crftica cc. con la dc los aceros de armar.
tGroperatura,
r s 750', C
25N 5ol
600
.¡ - rl
Suave 550 650 -8
HorniEón 4ló. lo-4 +l,2.lo-5 . r+o,4.lo . 12
arnado 6enlcluro 550 550 600 I

Alanbre 500 500 550 7i0.,c<t<8ó0,-c


Hornigón adheüente
pretensado
cable 300 350 400
r-=J=ll,lo:r
'l
Tabla I 1.7. (1.M. Fernánclez Cánov.rs,
t > 8ó0': c
Los principales factorcs que influyen en la elcl'ación de ia
lefnperatura dcl acero en el hormigón armado son, segúrr el ., = f = -6,2 lo-3 + z.l o-5 .t
profcsor l.M.F. Cánovas:

. La intensidad del fucgo que viene dada por la ct¡r¡a ISO tcm-
sjeldo i l; :e!':'i)er.ltLrr.¡ .itc.tnzada por el acero.

peratura-tiempo.
Para los cálculos timplificados:
. la masa dc la picza, es decir, la relación volumen-superficie
cxpuesta al fuego. (Cuanto mayor sea la masa más ciespacio €, = 14 l0-Ó t Aceros de armar
se calentará el hormigón armado).
ss:12 l0-ó [ Acerodepretensado
. Lá presencia de pantallas que aseguren la protección del
acero frente a la elevación de temperatura. tEl horrnigón del
recubrimiento forma una pantalla natural muy import¿rnl-e y
nrucho rnás si sobre él se ha dado un guarnecido de yeso.
Hay quc exigir espesorcs dc rccubrimicnto talcs quc Ias ar-
maduras permanezcan por debaio de la tenrperatLrra crítica
durante tiempos determinados de duración del fuego),
Los frrrlndns rclrtnir¡r¡s

11.7. Acción del fuego sobre las


Arca (-t): l{csgo rler¡:onch¿rjo violcnto dc I
estructuras de hormigón armado lLr.rrlugón.
cJc:

l0' * An-.rl é: Rrosgo ¡u¡-r prob:l¡le <le ¡.]t*onch¡cJo


vi(llonto del hornri¡1órr
. Vislo brcvcmente el comporlantit:nto clel lrornrrgón y el ace- 7\i ir) (clt utl) :,e l(nlr¿t cLrntó l¡ nrerlOr.tntrt h y [)

ro por separado frente al fuego, vearnos el corlrporlatliento c¡rre


tienen en conjunto, aceptando que el rrrás dúbil cle los c.los es cl
ri
?of
I

Éi. o,-r Tc'tls(jr


collli)ifLiqiólr
r (Ie {-(-tftprc:;i(in et r N ntnt _ lxr¿ l¡
L1c acc¡oÍen err :ttu¿clrin rle hle¡tt

E
\l ,1.t++:
accro y es el que exige que el hormigón se sacrilique ¡lrotcgiórr- zl
=l
- 15 lri*l
dolo con unos recubrirlienlos adccuaclos, i

tr' I

. l0l
En primer lugar, tenemos el efecto ,1a1 "¿¿.5¡.rnclirrdo", que aun- I
i
qLle es es¡rccífico del hormigón, conlleva el nesgo cle clLrc si sc pro- i
.,i
ducc prernaturanlente, reduce los rccr¡bnmicntos cle l¿rs ¡lrntacluras I

y puede de¡arlas cn ulr¿ situación delic.rcl.r. Dicho e[ectc'¡ es espc- !-l


cialrnelrtc pcligroso, cu¿lntlo los rc-cubrin'Lientos cle l.¡s artlaclur¿ts'
como ha sucediclo en cl toriado de l.r iignra I 1.22. sc'cllcuerllral'l
Fig. I 1.23 R:.;i.,,r- ij-ire o. v lr lo b) para ric'sgo de clesconch;rdo violctttc'r
por debaio de los l5 ó 20 nrnr.
rlel recuL;r.r:r.i:::i) i)rricr elenrentos del honnigón non¡al, (l-.(.. 2)

.
lan¡bit-'l.r cleberrros terler prcscntc, qttc cuartdo las Letllpera-
turas elevacl¿rs c1c las secciones alcal'tzal't a las armacLrras, los ftter-
tL-s incrcllentos trirnrversalc-s quc sc prodr-tcen ert l¿¡s rttistll¿ts,
ex¡:r-rlsiirr ;.r lc-r: rt.'t. ulrrinrlt:trtos deiánd<¡las erl situac¡(ilr indefens¿r,
por sL'r el ¡r:erc) un gr¿1r'l transmisor c¡rlorífico f rerlte al ltormigón,
rluclro rlás incne.

ffi;:,,t;
r¡t ' t.
rx.. -ahr

Fig. I i.22. [fecto dc "tlasconchudo" procluciclo er r]rr fi-rri¿cl(r cle'uivi,-'tlcl¿rs.

. lnde¡rencJientenrente
del efecto ¿nterior. ¡ruecie producirse un
desconch.rdo general del lrorniigón en I.ls zc¡n.rs cLrn'rpriri'liclas con
la sección s<.lmetid¿¡ al fuego por efecto dc l.r tc:nrpo.rtrrr.r y las
tensiones de conr¡'lresiór'r.
lig. I 1.24. r.l¡,;É-,:',,: l¡s consecirencias, cuanclc'¡ sc ¡ricrclc cl rccubrinticn-
to qUe pIóre!-:É d J,i rrlil'rr(1lilt15.
Dicho descpnc:hado es improb.rble que se l)rocluzca si se curr')
ple, sigricrrdo al EC-2, clue l¿t ¡nenor dinrelrsió¡ ¡11,, l,r seccrórl rec- . En r:l r';r:o clc'¡rrl.rres, Ias barras se dilatalr, Il.ilt(le¿lt y lracen
t¿r, b o h, en las zonas comprirridas de rig.rs, los¿is, nru¡ros y saltar los recubrrnlicntos, clando lugar a c¡uer la rcsistencia de k'¡s
¡;ilarcs, satisface las condici<,xres dadas en la i¡eur.l I I 23 fl'lisl')tos cli:.lrrilrr;\'¿l t¿rnto qLtc pueda pro(fitc:irse rrlr colapso gene^
ral clc l.r e:,lnr( tL)ri). Lo:; rc-culbrinlicnl.os e¡l los pilares sicrlprt: t1c-
['¡err ser ge!]erili(ri i'no scilo en el caso c.1c-.1 fr.regr.r, sino tanrbión
p.lra er'i!;rr l;¡ ct¡rrc-rsrcirr, puesto r¡ue los brazos rnecánicos dc las
armaclLir¡r¡ r-'tr los ntislltos, ¿il esLar somctido básic:arrrente a csfLler-
zos de corr'iftrÉ!iórL nL) tiencn la relev¿rncia nrecáltica l'li el pr()t;r-
!,lonisnro (llrLr ¿trlr-lLlie ren err l¿¡s lclsas y forjados, donde nrts
ntovL.nros cr.)r1 ü>llLrsores est ric los.
l-os forjados reticulares

Las penalizaciones económicas estructurales dc doi¿r a los a la btlrrtt. \lrr'rt¡r¿ts ¡7(rr-ii-ile,¡ lus temperaluras altas, el acero sigue
pilares de un recubrimiento gcneroso en sus armaduras es insig- contprimitndtt r?l lii.rrrliid(írr, 1t cl dr-scertso en Ia capacidad del andaie puede'

nificante, y los beneficios añadidos al hacerlo son muy elevados resullar parcialmn¡te c,1rtt,¡-scarnd0, pero las rcndiciones de adíterencia han
quedad,.t inenrisiúii u tr(ir'É',rtcrlhr dt't¡ladas, g la capaddad residual I'ras el
y cornpensan sobradamente.
¿rrfrianit'rr¡tr rrsirli¡ c¡t irrrür ca-so ínferiOr a la de la pieza durante el incendio.
. Uno de los problenras más grave que se prestrrrta en las cs-
tructuras de hormigón armacJo sometidas a un incenclio, ticne Eslo irrtr¡ ¿ttrr' iil /ti tl¿terminación de la capacidad residual de la
que ver con las alteraciones que experimentan las rrdhcrencias y esln¡a¡&r¿¡ tr.rs il,1 ir¿,"¡,. conipl¿tamente desarrollado sean generalmenle
anclajes de las armaduras cn el interior del hornigón' tletenninúnr$ ir¡-i rri¡t!litio,¡ds de adherencia, que no lo sott, sil embargo, en
¿l il-<l¡rr¡¿'¡t u¡¡ilrtrl !¿ni[)t'rülLtü del gas, g conseilenteme,lle en Ia definición
Los efecios térmicos sobre la adherencia han sido cstudi'rclos rle l¿¡-< ¿o¡rdr,r¡¡iis fr")¿rrrld. Precisamente es por esta musa plr lo que el
'ii
por Hertz mediante ensayos de pull'out en calicnte. Los resultados rn¿lodo nrr¡,< r¿i;r'::,¡,1',¡ IrJrLl e\taluú[ión de las condiciones de la estruclura
lLt

obtenidos siguen una ley muy similar a la variación de las rcsis- tras ¿1 inrc¡rrCr,r ¡: .,¡ irl-c¡,¡cciorl por ultrasontdos, porque se da la círrunstancia
tencias a compresión de un hormigón hasta los 300 Ó 400('C. l)or ¿/e 4rs ¡rrirrii:i¿.¡t ¡.i-ri rr¡cl¿rntpnte las lemperaturas en que la
pérdida de
encima de estas temperaturas, la adherencia disminlrye rrrás que adh¿r¿¡tttut ¡s rr.'¡¡til¡ ,'ort las de caída residual en [a velorídad de

la resistencia a la comprcsión, de forma quc la relación terrsión prl^tgúciJn" rI \1 I¡cl'.licrdo).


adhercnte/resistencia a la compresión se reduce al (r5ol" para 400'rC
y al 35"/o para ó00r'C. Entre ó00 y t300'r C la adhercncia práctica-
. A r,t-.ic, ^'e';r.-.cnte referencial, record¿¡tnos que las tensioncs
mente desaparece. rnecias '.. ;-:;r: ,r. cie ¿dherencias en las armadtlras a tcmperatura
amblenre r.¡i ,j¡; en ellsayo, han de cumplir las siguientes
Clualitativamentc, J. María lzquierdo, nos h¿ice una nragnífica cxpres:cnes;
explicación del problcma metlcionado:
T¡,,,., 2 7,84-0, 120 MPa
"lJna el estwlio d¿ /trs corr¿ii-
característica que sue.le re.sullar crítica en
de una estruclura hormigón armado tras fiaber soportttdtt un in'
ciones de
t¡,.,., )l 2,74-0,190 MPa
cendio es la adherencia de las armaduras. El daño en Ia adherEnda se pntdurc
directamenle al alectarse las características mecánkas del honníqón. petl ttl
Y de ¿ dicho curnplirniento se han fiiado las longitudes
acuerio
es ésta la úniu uusa.
de anclaie qJÉ. pard los hormigones habituales en la edificación
Las lolerancias de eiecución'en una obra hacen que el retubrtniento tlt H-25 \lPa resultan ser,
a lo largo de t:'rtt ntisnú
Ias armaduras diste mucho de ser constante, incluso
barra. Por ltra parte, la presencia de poros, coqLteras. nidos de grLl\'a 0 Posición I (favorable) lu = l2Q2cm
B-400 s
cualquier alteración en la compaeidad del hormigón en lLl capd de Posición Il (favorable) lu = ló,802 cm
recubrimiento, hacen que a lo largo de la bana de protecciótt que ltt confi*t
el hormigón sea, en la generalidad de los casos, mug t,anable d( wttt tt (ttrtt PosiciÓn I {lavorable) 16 = I 5ó2 cm
B - 500 a
20n6, Io que es también aplicable a las capas de revestintiento g atitbadtt t¡ue P<¡sición ll favorablel lu = 2102 cm
f

rodean la piua. Por otra parte, en un inundio se producen sienrprc comt,rrttx


de aire y micro[oas de calor punluales que, incluso en las nrcjores ic],r(iiric)rrrs pucliérrciosc reclr-rcir r,rn 30ot, si las armadLrras acaban en ganchos
de ejecución de la obra, hacen que las temperaturas alcanzadas en disttntas o patillas.
zonas de un mismo elemento estructural, incluso relati,atnente próxinttts,
puedan tener diferencias apreciables.
. Finalnrer-rte, t¿irrririérr clelreríanros tener preserlte el cúrnulo de
defomracjones impuestas que introdr,rcen en el couiut'lto de Ia es-
Una característica particular del hormigón y del arcro es qne ttmbos tructura, las dilataciones tan d¡spares que pueden presentarsc a
materiales tienen sensiblemente el mismo ueficiente de dilaktcion tinnícu, lo lo largo y ancho dc ia misma cn las piezas que la configuran.
que permite su empleo mnjunto sín tener en cuenta las l¿rrsiorres clue de olra
Los esfuerzos que pueden engencirarse debido a las dilatacio-
forma se producirían en Ia inlerfase por causa de las varíaciones tle
son cle tal calibre, clue acaban fisurando la mayoría de los elc-
temperatura. Sín embargo, sus coeficientes de lransnúsibílídad térmica ''res,
n'lentos que se ven afectaclos ¡ror los rnisnros; porque lo quc está
difieren grandemente, g el acero es un buen conduclt¡r de (L1l0r, nil.üttas que
claro, es qL¡e son cle tal rnagrritud, c¡ue sería irrt¡:osit:le absorber-
el hormigón a un aislante térmica.
los con una estructura orclin¿rria.
Al producirse calentamiento localizados de las armaduras, el acero
Al fisur¿rse la ¡lieza, lcls mecanismos que producen esfuerzos
transmite rápidamente el calor, produciendo Ia dilatación de ltts barras en
se relajan, y los esfr-rerzos disminuyen a un rango compatible con
zonas en que el hormigón tldavía está relativamente [rí0, tt este lenómeno
la estabiliclacl cle ia estructura, pucsto quc la cxpericncia nos dicc
produce unas compresiones que superan ampliamente la capacidad del
que rara es la estrllctLrr.r cle hormigón que colapsa durante un in-
hormigón, que resulta así microfisurado en una zona tubulttr que envuelve
ccndio.
Los forittdos rrlirrl¿¡r¡s

A título de eiemplo, hcmos calculado un pórtico muy simple comcl tclrlc,rs los pil.rres. l-a deformación queda recogida en Ia
de honnigón armado, dortde henlos simr¡lado trn incendio qlle cil- l-ig. I I 25 v la ley rle flectores con dos valores representativos en
lienta I¿¡s vigas AB y BC y eleva la cara inferior cle las mismas laFie ll2ó.
200oC, mantcrriéndose la cara supenor a temperatttra ¡rrrrtriente así

I I
I

.¡ ,
Ll.lo o tr'.-- ae JI
+ -"- I
¡-
I

1L: z oa
I
-.
At= ?od

-.--'-f l

,-
F r.., ,'
bla."qk-'-
A.

de 200"( exclusivanlcnte Por su cara


Fig. I 1.25. Dcfrtrmacla rle Una ctstruCt.ura cu-v¿ts viqas Ali 1'BC lran ex¡;eritttenlatlo un increnlell"o de tffllperaLtlra
inferior

7H:'{l ia

- - -.-'-------+IA
t¡ Bt
---o
At ¿.ra'7, á
Ll-- zc'd.- :ó '..'c- ¿a
A:*t+17 1 I 7

.n '-- -'''::..':-' ^
. 4Oo r¿r
fI

I
; 3o.3 o
3o' I ¿
]u I I

j
i
....-

f ( ,-.t.'

**- --. I '* t-

l.rs vig,as AR y BC dc 200"C


434 Los loriados retitulures

Cuando actúa el incendio suele producirse un gradiente térmico nos vernos obligados a considerar para consegrrir el objetivo nrás
entre las caras de las piezas y por consiguientc, dcformaciones importante y priorit.irlo: Que las estructuras no colapscn; conro
diferentes en las distintas fibras de las secciones. Los alargarnien- afortunadamente parece que tjenden a hacer, si se respeta unos
tos mayores suelen producirse en los techos, al encontrarse los
criterios mínimos de diseño, cálculo y construcción, aunque no se
suelos protegidos por los pavimentos, que no se desprenclerl como haya tenido presente el luego para nada
ocu rre con .los revestimientos.

Estos alargamientos (como se ve cn la figura I 1.25), p:oducen


incrementos de flechas, pucs se tracluce en una ctlrvatura de la
pieza en el mismo sentido que los momentos positivos; gerrcrán- I l.E. Consideraciones y criterios básicos
dose un aumento de los ñromentos negat¡vos, dado que, al cstar para el análisis y proyecto a fuego de las
los extremos restringidos en sus movimientos, se inducen com-
presiones en la cara inferior al impedirse parcialmentc las dilata-
estructuras de hormigón
ciones.
Tres son las concliciolrcs y requisitos que pueden exigirse a una
Por todo lo cual, l.M. lzquierdo recomienda inspcccionar
la
cstmctur¿l cliseñ¿ici¿r a furego,
carasuperiordelosforiadosyvigas,inclusoaullqtlep¿1rczc¿tqtre
no ttuyu habido daño alguno en cl solado; y acaba
ponierrdo clc- . 1R¡: ca¡:acidacl resistt-'trte irl fuego
aspect;s cualitativos dcl prob'lenia, que prefcri- (E): capaciciac{ de conrpartimentar el fuego
,nrn,ffuito ouos '
mos que sea él directamcnte quien lo explique; . (ll: cap¿iciclacl cle aisl¿¡r térmicamente reciutos de otros don-
li¿rte otras de actúe cl furcgo
"Ademris, este íncremento'de \os mlmentos rrcqalírtrs
. que curnple su función
cunsecuencias:Enprimerlugar,seincrementadírectamenlelaprofuntlidad Un nluro clc honnigórt se considera
que pueden estar ua nrulr so/icilrrdirs, en la totalidad
lu'íir-oioouu, com'primidosir rono' aislaclora (ll, si el rncrerlle;to nredio clc temperatllra
a de.v'igas platuts u [i)r';Ltdos PetL) tJirectamente el fue-
tt^i i"i'ti:iitiris'próximas los apoqos
a attas ten.'eraltrr¿is, rd11l0 cle la str¡rerlicie oplie5ta a la cltle está recibiendo
por
lailii, áí-i;i^r ias fibras interiores sometidas
a rrrs i,rici¿rl¿s, So, ,.r,', É*a.¡* cle 140
C v el incremento máxinlo se n'lantiene
;;'|;;;,rid;;';rmi su m¿du[o de.deformación son inferiores al fuego normalizado'
profundida'des de bloque ' t ct ¡rt ri¿tn¡t¿ltlo il"U.i" á" f"t 180': C clur¡irtc" la exposición
lo que
'ir"n"
aige aún maqores lo.t .""]
lliÁl¡^ ducítt¡aad de Ia secdón para permi.tir los inrporrnrrtrs 4tros

;
tig'i Ia nueva d'tstri'bución de momenlos flu.torts ltie:tt u ltt pttra r
Los \'¿rlores cle cálculo rle las
propiedades de los nrateria-
o"rf to que ta seútín podría se regirán por la sigr'tiente
les sorleticjcs a ia ¿rcción cltl fr'rego'
con
2;;r;,;;;;iir*iÁrn'o ai'Ál^in'rc" nesativos'
por nms qtr¿ ¿l e/¿rto
aattarse írágilme'nte p* oititito^¡nnro
det horniqót.t'
idad expresión.
que de p arcialmr ntn'¡c0^ p' ui''iao
por eI' mpor l o'''.1' ¡ ¿ ¡s nul t to d¿ d c t i l
í ¡ ¡
r¿
X.l - \tl 'Xk
positila (¡tre
del hormigón a altas t''ii*itu'ot'
dada Ia t'arittción
iier (lo.
su deformacíón de rotura' pro¡lie<iacl a tent¡>erattlra normal
\o !'¡ i;'¡L't:'ri:i
Y. . \;r'.\r
expenmenta lJe
'il ''r:'a
tertrperaLura
en cuenta otro efeclo' Dadir Ia tt'¿ia
cle
de ci;c:'¡ prer¡riedacl e¡r silr¡ación
l;'r
Por último, haq que tener K' . F;ictor:eCr-ir:tL¡l
(. .
térm¡caTetioi^¡g'ón' el gratlfu,nle
d¿ tentpt'rcilrrcis dist¿¡ (l;eqtnc:uc ''Lt'-- .Idcfuego
conductibilidad
mucho de ser uníforme, g no sólo
iso, s¡no que el eíecto ds l.¡s tcrllpdr¿1[tir¿ls ,X.1, \';io: cle' cí r "r¡ ;'1e a cropicclacl en Situaclor
Todo ¿rlo rierre
air hormígón tampoco es linear.
sobre er móduro ae aefornan¡¿i
las iilrr¡s est'irr sorll¿fid¿¡s
c0m0 consecuencia que"ii' to'go
a''
'*seccidrl' úiil¿ lr"ldriri,l_si ricIttartt y nrecánicas sc emplca como
a unas condíciones toirr- quí u
deform.ación
pkui¿l. corr(r 4¿r¡erd
Piira las t:rlo¡:ieclaclcs térmicas
sección delonnatkt Io
u una coeficiente de ses¡trriclacl l'r urriclad'
i^ü;;;;r;i;;^¡e nnduci,iía plnttas
qeo^¿t;i'i'le Ia sección obtíga a 4¿r¿ lrts s¿ccio¡rcs básicos' tene-
aue el equilibrio
A¡¡lir'¡rrrlo clicho critcrio a nuestros materiales
a la apancíón tor'¡s l¿r'\idrr¿s rdsúr'rl¿s
;;;;;;;rt:; ptaías, etto contduce -de
tas.defonrrari0rr¿s (,rltrd c/l(is.

entre las distintas t,ar*-iui ,qu¡libren l'11()s:
a la e¡isrerrcin tle utlr' iottct
ioiiir*il¡, dn este'efe'ct;ion el'anterior condtrct
Hormigón:
de tracciones importantÁii
ti a,ttma de la pieza, t'ute pttedett conductr un,a I
obxn'orión, ptro (1u! af,.daría a la,
mícrofisuración intrrni- ii' *r',1 di¡ícit
caparidad fiente a *fu,ii de elentenlos si¡t nrntad¿rra lmrisl'¿rsal L.i =K. ttt'I^t20ü(')
t! foriadosl,
'o'íoníu
a ,;;';;;;i;1;inrc crítka ¿rt las losas 4¡1's¡'tt¿1(1as'"
K,. {tl = I
20'rC<t<100''C
llosas
(1.M. lzquierdo). Ió00-t 100"c<t<400Óc
K. (tl = I 500
qrrerido t'on:l.q*
Con locio lo expuesto, simplemente hetltos
el análisis 900-r
n.r"nifi"riá ri imposibilld-al i"it
qu" existc de etcctr-tar
K. {tl = 400'rC<t<900t'C
sometida a un ucgo senera- 62)
;;;i;; l" ;structura de un edificio
clue
f

900oC<t<t200"C
ffrr¿"'l-i,*fi.", ü.rern" forma' los caminos simplifir:ados K,. (t)= 0
L..os /orlados r¿li¡¡rlar¿s

Los valores que proporciona la formr_rlacjcin anterior están 1

referidos a los hormigo¡les confeccionclclos c()n ;lriclos silíceos y


por tanto son conscrvadores. Si los hornrigOnes sttn (ie tipo calizO,
0.E
no es descabellado cstimar ufl l0o/o de resistencia por encima de
los valores que se obtengan.
. 0'6
I

Acero¡ ((rr
0,{
Dado que en los foria<.ios reticulares ordinarios el acero es el
convencional del tipo 84005 <¡ 1350OS, l.rs v.rria<.:ic.rnes cle 0,2
resistencia viene exprcsada por'

'0 ?00 400 ó00 800 1000 1200


fy,i =K. (t) 'fy¡ {20'Ci)
20)c<r<350óc
t cn "[ __-
Arm¿duras en tr¿cciiln Ks(t) =l r',r;. , ! ( l, ,r¡ lr.rt,lc I¡t¡ clong¡c¡rncr ,., .-, Lil';
en vigas y losas en las
K. (r) = ÉQ!q-et 350.C<t<700,rc ( !r\J .-l- /. Ltr.rpl¡r¡hl(: plri clru¡Ae$nc: r,,, < 1.0.,i

Que Lr¡ > 2'% Fisl II JB tl-'ot:jciente Krtt) dc clisminuciólr cle la rt.rsistencia caracte-
K. (t)= 700nL-<t<1200"C
3?h' rística r:,., ,:lel ¡rc.errl clt.:.¡rrrrar a alt.rs tentperalr.¡ras (EC.2).

K, (t)= I 20-C<r<100''C 0.8


En soportes y zon.rs
comprimidas con K, {t¡=i## 100 'C < r < 400']C
, oó
!)
de[onlr¿rcicures pcrr
dcbaio dr:l 0,2 o.{, y cn K. (r)= ur33; r, 400jC<t<ó50()C /ro{
I

t }
zonas dc tracción 04
D
cuanclo Er1 <2olo
K, (t) = ó50rC<r<1200c'C
'??3;' 02
¡!
0t
0 200 r00 600 ¡00 1000 t?oa
t cnof_
1 ( un¡ .!l 8¡r¡¡.
(iurr¡ ,J) ¡¡ur,r6r"s. ta'.¿¡let y con¡ones

0.8 I ig. I Li9. Coef:c:en:e K,r{tl de disnrinución cle la resistencia c.tr.'tcte-


rístic.r de .r( ('.1 (i(., r.)rctcnsar a altas tem¡'leraturas {EC-2).

I 0'ó . [¿s acciones qr-re debe soportar una estructllra durante un


I
fuego, no son las generales qr¡e sc consideran en las situaciones
&{t} 0.¡' nr¡rnrales ¿ lcnrpcr;Jtrrra ambietrLc, sino clararnelrte inferiores. El
fuego sc considera Llna acción accidental y por taltto las exigcn-
cias resjstentes clue se dctmanda a la estnictllra, no prec¡san los
0.2 co(llicientes rlt: segr-rricltrcl con los que habitualnrerrte se dimcnsio-
nan las estructriras.

0
(00 600 t00 r000 1200
AnLe la irr¡:osibiiidad física de abordar un análisis global de la
estructura, sonletida a r"tn fuego normalizado, por la infinitud de
tcn o[ '- v¿rri¿rblcs )' situ¡( ioncs qLle nos son desconocidas y el grado de
fig. I I .27 . Coeficicnle lq (t) cje dislninución dc la re::s:e:-rc:¿i c.¡r.rc..eríltjca complejidacl quc. present¿r el cálculo de un foriaclo reticular e¡r si-
¿ cornpresión del horrnigón de áridos siliceos a ah.'lc itj¡rncl.:tu!"¡s rEC-2). Lllación clc h.lego, cr-rnsicleranros suficiente recomendar que se ev¿¡-
luen los esfucrzos por ei nrótr,rclo sirnplificado que contcmpla el
EC-Z y el Anexo n.'7 dc l.r EHE, it travós de la exlrresión,
4',)2 tos loriados reliculares

presel'lte unos recubri-


cle las secciones cje las piezas y a tener
E¿,, : r.Ecr *i"n,,rs cle l¿s arrr'racltrras que garanticen los tierrrpos
de exposi-
experiencia
ción al frrego previarnente fiiados, basándose en la
de la combirt¿ción frente al mistno'
siendo E¿ el valor de los csfuerzos de cálculo sobre el compclnantiento cle las estructuras
para el cálculo dc los estados límitc
fi¡ndameirtal dc acciones analíticamentc
últimos que hayamos considerado como fundarnental err la Sin embargo, si clescamos afilt¿rr o comprobar
forma aislada' con obie'
situación de proyecto de nuestra estructura Para los casos nlás determinadas ctez¿s cle la estructura de
por tener una idea
í..u"n,.r, y aceptando qr.re la obra se vaya a eiccu[ar o se haya to dc acluiiatar rccullrintientos o simplcnlentc'
cabía esperar de las mismas
sir incldencias y con un control razonable' con todas estimaliva cle qué compoltarlliento
"l".r,r¿o
üt-t-'tipOtesitde cálculo prevista en las Nortrr¿s' ['1 poclría ensitu¿cionesde[Llr":go,noserlcontralnoscorllassigrLicnteses'
estimarse en las situaciones más corrientes pc'lr: pecificaciones:

. Deberr dL=tern.xin¡¡rse los esfuerzos en situación de fuego


par-
E¿ =(l'35'C+l'ó0'O) tienclo de ,os esfuerzos a lemperatura ambiente, tal y com<-l

hen',os i- :tL¡ anteriormerlte.


siendo,
C: Pcso propio y cargas perrnanentes'
. \o es ¡etes.lrio, en gener;rl, tel'ler cn cuenta los efectos de
O: Sobrecarga la Crlaración :érmica para cl análisis de clcmentos aislados;
l; Factor de reducci<-'lrl que tiene prcs(:rlte que el fi¡cP.o es ut¡.r acciórr aur.or-e iel.).rrnos tener prcsente ullas curvas de distribución
accidcnLal. cie iso:er¡s cn seccio¡res rcctangulares tipos. que se tradu-
I : 0,ó ctt los casos normalcs c€fr €n l-*liuc:r las secciclrtes rectangulares a secciones úti-
n= 0,7 cn las zonas de almacenamiento les c':¡r.i'..:lerrtes cn situación de inccndio, adoptando unas
croplcC;ce: ciistliinuidas clel hormigón rcsidual en dichas
Si existc cualquier otro tipo de acción, que pueda harber reccrc:rrs Con rcspecto a las armaduras, se considera asi-
rnrs,'ro e| c¿cla r.tn¿¡ fun'
cle ellas una capacidad reducida, en
actuado o esté actuando sobre la estructura provocando unos
ciórr cie 1a r-entperatura alcanzada en su posición frcnte al
esfuerzos adicionales en condiciones normales, debc scr tánlb¡én
h:ego crrri:ideraclo, obtenitla ¡¡ través de los perfiles de iso-
considerada en la evaluació¡r dc los esfuezos [:,¿.
r3rfti:r r'n,r<
r-f-L-, r. ror¡iqndo en cuent¿¡ la c{is¡¡i¡r.rCiórr de Su ca-
_r \r

Después de lo expuesto anteriormentc, nos queda por rea-


' p¿cidei resis:ente con la lerrt¡leratura.
lizar una reflexión de tipo práctico y operativo. L¿ filosofía de la
normativa clarifica las dos vías extremas de cnfrentarse al diseño Toio ¡*rr,.reri¿ claro, si no hubiese también una cspecificación
de una estructura resistentc al fuego, pero cuando nos introcltrci-
en el EC-2 :ricriia ¡rl análisis de partcs de la estructura que nos
mos en las vías intermedias, hemos cle adnlitir con humildad r¡ue
ciice,
nos scntimos perdidos.
"f-¡r-i
-.xf'¡.r¡1¡¡¡iirrs lf
llrlr.i pieza aíslada lo esl, deben especificarse sobre
Si tomamos la primera vía, resul[a eviclente que si a efec¡os la 4ttt' liis rlri,ttucíone> g deformaciones térmíc¡ts potenciales sean lales,
t'a-<e d¿
prác[icos pudiéramos parametrizar con prccisiórl todos ]os ele- 4rr¿ srr irrl¿racr:i,irt rol otras partes de la eslrutlura
puedan ser aproximadas
iltentos estructurales y sus condiciones de contorno en las situa- por torrdicior11er i|' sr{ste¡¡¿l(i(j,l LJ c1nt1rno independientes del tiempo, durante
ciones evolutivas que supone la acción del fuego nomralizado a la exposiciórr nl fur¿qo
"
lo largo del tiempo sobre la estructura, la vía clcl análisis global
quecla claramente clefinida, puesto que corlceptu¡rlnlente así lo óCónlo nuecle interpretarse clicha c'specificaciórr? iCuál es la
está, aunque la conclusión final sea' Todo esto está nruy bien conclición clc (:ontorno cie un foriado reticular en un vano extre-
como declaración de intenciones, pero Si hipotéticarrrrerrre
puclié- nro sobre pilares aisl.iclos. qlle sitrlule las condiciorres de las dila-
rarnos realizar dicho análisis, cl resultado teórico qrre se obtr-rvie- tacioncs ¡r- cJefornr;rciones térmicas potenciales que puedan
ra con el comportamiento real que pudiera terrer l¿ estructLlra proclucirse inclepericlicntenlente del tierltpo durantc la exposición
5i no
analizada, dudamos mucho que coincidiera ni rerrrotanlente. al fuego?
con precisión ur'la flecha cn un for-
somos capaces de determinar que
jado reticular: iCómo vamos a creernos los rcsultados quc se ob- si fuésenios cotlsecucntes con la última especificación
global a fuego cie una estftlctura ¡rroyectada establece el EC-2. r" ¿rtrte la imposibilidad dc poder estimar con
,"ngun dc un análisis
una mínim¿l aproxim.rciórr a la verdad las mencionadas condicio-
y construida con foriados reticulares?
nes cle contorno, tendríanlos que concluir que el EC-2 parece que
sc cierra ól misrnrt ias ¡tucrtas clc las vías intermcdias de cálculo
La otra vía extrema muy clarificada que proporrr'--n las rrormas' posibili-
cie las piezas ajsl¿rclas 1' qr-re sólo lo menciona collio una
conscientes de las clificultacles del problcma, es la de diserlar las la vía primera
claci leórica nlás. cott un planteamien[o semeiantc ¿¡
estructuras cumpliendo unos requisitos básicos, clrle frrrrdamen-
del cálcr-rl<¡ o-loba1 ii fr-tego.
talrnente se rCducen a unas COnsicleraCiones geOmétriCas trtírlitrras
I ns lorjados r¿lielares 4i3

Sin embargo, dado que el propio EC-2 a¡tortar abunclanLe aclecu¿rdas justificarcioncs t)or p¿lrtc de los proyecList¿rs al alza y a
información para cl cálculo dc las piezas aislaclas y Ia EFI[, nos la baja
dice: "En goneral, Ios métodos simplificados suponen una rcmprobación rle
Ios distintos Estados tímite Úttínos considerando ¿l¿nrcltos ¿strurluralcs . L¿s tal-¡las están elabc¡raclas para hormigones silíceos y, daci<t
aislados (se desprecian las acciones indireclas debidas al fuego: tlilatacionas, que los hormigones c¿lizos Liencn mejor comportamiento a fue-
deformaciones, etc.l, distribuc¡lnes de temperaturct prrcsta[tlecidas, go, las geonretrías cspccificadas admiten las siguientes considc-
generalmenle para secciones rectangulares V, c0m0 rt¡riaciorr¿s ¿ri las racioncs:
propiedades de los maleriale,s por efecto de la temperatura, ntodelos asintísmo
simplificados g sencillos": Darcrnos por buenos y ace¡rt.rbles conro - Err r,'ig;rs y losas, LanL() las dinrensiones lnínir-¡tas corrrc¡
prlncipios básicos de partida las dos especiiicacjones ¡rrinrcras dcl ios rc-cubrrrlientos puecJen rcducirse un l0%. Si se
EC-2 y nos olvidaremos de la Lercera, con objcto dc- ex¡toner it er:t¡>le.rn hormigones ligcros las reclucciones pucden
corrtinuación los rnétodos y criterios sinr¡tlific;rrlos clel ¡:royecto dc .llc:¿rlz¿r hast¿r el 20"/".
estructuras que podantos considcrar resistentes al fucgo según la
norrlrativa vigcnte. - fr r.lttiros no rcsistentes (¡.nrticiones), pueclert rcducirse
los csp(,sctres un l0%.
Finalmcnte, tallto el EC-2 como la EH[, adrniten v'accptcll'l qLte
cl cornportánlient.() frentc al ftlego de los elenrc-ntos L-strLlctLlr¿rles, - f¡l nrurrls rL-s¡stelttes y pilares, no sc admite reducción
puedan scr cvaluados mediante ensayos. alguna según lir EHE. El EC-2 pernrite reducir los
recubrjmientos, p(1ft) rro l¿¡s dir¡rensioncs mínirnas de
De todas las vías tnencionadas, Ia vía dc los c.ns¿1's5 y la ex- los elenlentos.
perinrentación nos parcce la más razonable y, scnxta. ¡,cs la que
deberíamos aplicar con caráctcr fundanrerrtal en el mirndo clc la
. Las t¿rt)las han siclo elaboradas para cvitar los desconclrorres.
por tanto, Io rel¿icit¡n¿do con los rnisrnos pucdc ser ignorado.
edificación.
o Cuando s(' Lisan las tablas, en general, no se precisan corn-
Si nos paramos a pensar un instante, rros claríamos cuenta
que, en la industria de la conslrucción, cl nún]ero cle'-ip<>logías probaciones ulteriores corrcspondientes a las capacidadcs frente
estrucl-urales que venimos aplicando apenas superan la doccna. ¿r esfr¡erzo coüar'rtc) y tletalles cle ancliije.

Una campaña de cnsayos institucionalizirda y correc.tanentc ins-


. L.as especific¿rciones de las t¡lblas pucdcn ser reducidas enl-
tnrmentalizada, podría ahorrar al país ingentes canticlaclers cle cli-
pleartdo c¿p¿ls [)rotectr:ras garantizadas y solventes.
nero en materiales y en horas dc tócnicos gastadas en cálculos y
justificaciones, cuya bondad es más qrre dtrdosa; a1 nrargen <ie .Para el uso de las tablas, se define como recubr¡m¡ento me-
que, en la mayoría de las veces, por no decir en todas, en lugar
cánico equivalcrrtr- an., a cfcctos dc rcsistencia al frrego. el valor
de buscar el comportamiento mecánico y resistente de la estruc- dado sigr"rienclo l.r ligLrra I 1,30.
ttrra al frrego, lo qtre realmente se persigue, lanrentabienlente, es
superar las trabas legalistas de un proceso burocrático clue cli luz
verde al proyecto realizado.
I Ai 'turi .{ai - Aai I
drt- SA.-
4, .l ,ykl

I 1.9. Método de diseño a fuego mediante A¡; Area de la barr¿¡ o al¿¡mbre.

las tablas de especiftcaciones geométricas Aa¡: l)cnalizacioncs clc' los recubrirrlien-


Los cn lunción clc l.r situ¡ción y carac-
para pilares, muros, vigas y losas macizas tt-.rísticas del ¡cero.
¡ri; l{ecut)rinliento nrecánico

I 1.9.1. Generalidades

. Para l<.:s c¿rs<-ls ttortll¿rles,


podcmos discñar estructur¿ts resis-
tentes al fuego nortnalizado, hacicndo qlic todos y cada uno de
los elementos que la intcgran cum¡:latr los rec¡uisilos y cr¡terios
geonrétricos cspecificados en una serie de t;rblers arplicables a los
elernentos del proyecto.

l;¡s tablas dc discño tienen una base ernpírictr ¡,un criterio l-iC. I Li0. Seccinrres fI:(:t¿s (1stfl.tcturalcs, r¡rostrando qué se entiende f¡or
conservadrlr, ¡lclr lcl cual, pucdcn ser modificadas con las recubrinlientr: rlecárrict-r ¿ v ró¡llr.r se evalúa.
l.os foriados rcticulares

. Para la función de capacidad resistente (R) los requisil-os nrí- lll Aa = 0,1 (tc - tr) mm tc = 500 "C
nimos relativos al tamaño de la sccción y protección al c¿llor del (Armacluras pasivas)
acero (distancia al eie), ha sido cstablecido en l¿rs t¡bl¡s cle forma
que: tc : 400 c'C ('l'endones)

E¿l.' rc : ?50 oC (Alambrcs)


Eo,r =n'Ea R¡r -' adviftiendo qric para las arnraduras de pretensado, salga lo que
salga ¡xra tr, no deberíamos bajar de la t. establecida; con lo cual,
siendo R6,¡ la resistencia, la capacidad portante en situación de
a lo más que puede aspirarse cotl la metodología propuesta en el
fuego.
EC-2 es a no increnlentar los valores quc establecen las tablas; es
. Con el fin de asegurar la protecciírtl
nccesari¿ para los 'rce- decir, a rro Prenalizarlos
ros en zonas Lraccionadas de clcmen[os simplemente apoyados,
c'C podcmos hacerla dc la siguiente forma:
cn adnritir como tenlperatura crítica dc L,a obtención dc t,
las tablas están basadas
los mismos los siguientes valores:
Se estirla la tr:nsión de las armaduras cn sittlación de fuego
- Armaduras pasivas: tc : 500 oC
por la fóm,ula.

- Armaduras activas: Tendones: tc = 400 "C E.r r


"" = 0.7 ¿Ona de almacen
Alarnbres: tc : 350 t'c L¿

cn básc a: Eo t
E¿
=o.ó Zonasordinarias
E¿,t = 0,7Ect Ts = l,l5
fy¡: Límite elástrco del acero a 20 oC
Debiéndose penalizar los recubrirnientos de "a" establecidos
para las armaduras de pretensado con los siguientes valorcs: A,: Arrnaclura teórica necesaria en el
cálculo original para E6
- Cordones: Aa : 15 m¡n
Ar: Armaclurir realmente colocada
- Alambres: Aa : 15 lnrn

- Banas Aa = l0mm Con ci ,,'alor obtenidr: de or,¡ se deterrrrin¿ el valor del


coeficierrte recluctor l( tt| a través cle:
No obstante lo anterior, y dado el carácter conserya<Jor las cl<-:

tablas, la EHE de entrada, acepta reducir las penalizircioncs de "a"


6-r
establecidas para Ias armaduras pretensaclas y por tanto para la Kstt)=fr
rnayoría dc los prcfabricados, cuanclo los elerllcntos cstRl(:ttlrales
:
no se encuentren en zonas clc almacÉn l[,1,f t)'7 E¿l ]r
' p¿rscn
y un¿r !'cz otrt¡rriclc,r K, {rl crrn las expresiones cxptlestas ell el
-- ' a los sigtlientes gráficos dc las
a estar en otras zonas ordinarias (E¿,¡ 0'(r E¿)' apartaclo I I.8 relativai al accro o empleandr.> Ios
que transportada a la fórmula
valores. fiErras I I 2.9 i' I 1.29 se clecluce tr,
reducc o pcnaliza l<-rs valores
Aa: l0ntm iii permit* l¡ obtcnciórr de Aa <¡ue
- Cordones; propueslos pclr¿ "a" en la tabla conespondiente'
- Alambres: Aa = l0 mnt
' Barras: Aa:5nrm
LrCnrl)1o:
qué incomprcnsible razón la norrrta espa-
'No sabemos por clc "a" de l¿s arnraduras .sutr)ot-1g¡t'nos r-rn forjar<Jo reticl'¡lar cle bañeras
recuperables de
ñola se olvida de clespenalizar los valorcs que se le exige una resistencia al fuego
icléntica situ¿¡cjó¡l concep- c¿into tot¿rl ,JO0 nrnr al
pasivas ordinarias cuanclo estamos en
similar cle ) mm' R- I 20, clcsLin¿clo a ulr aparcatniento construido con honnigones
fu;i;"" hs pretensadas, en una cantidad
dc áridos calizos.
Sinembargo,elEC-2,corrcaráctergencral,propoll(]Llna . superan a las
los valorcs clcl "a" Por la cc?llsa que sea, las anlladuras colocadas
metodología operativa que permite moclificar
si ie obtiene ¡rn¿lític':¡rrcnte cl valor tlc Leóri<:¿ts cn utr I 5o(,. Veamos qué reclucciones podríamos aplicar a
;;ó-*""; en ias tablas, la sigtriente ex¡rresión: los recubrimierrtos establecidos cn la tabla'
i" iátp"r.turo cítica real tr, aplicando
Los [ortados reliculares 4')5

- Tensión prevista para elacero en situación de fuego: I1.9.2. Diseño de soportes mediante tablas
. Lir normit IHE establece dc forma nruy simplista, la siguien-
or,' =o'ó'# #=18ó MPa tl8óo kPi cm2)
te tabl¿1,

Rcsistenci.t al tuego
- Coeficiente reductor:
¡ 50$'/l 5

ro,, =ffi =0,4j

- Tentperatttra crítica real: &E I -lqq/so


" L.t ¡ltmet|tón mininta cuntplírá lo i¡ttlicado en el Artí(ülo 55'"
óó50 - 9. r, lt. Sop<¡rtes (El lll)'
frr, =ff =0,45 - tr =5ó3"C T¿bl.r I I

consciente cle que en la mayoría de los casos, los pilares de edifi-


- Variación del recubrimiento mecánico: cación en zonas protegidas llevan un recubrimiento de yeso no
tl'ln't rl'tenor que l0 ntrll, y qtle, pol tanto, bastaría darle a las barras un
Aa =0,1'(tc -tl,) = 0,1'{500-5ó31 = -ó'3
rccubrinrienlo físiccl real de 25 mm para alcanzar un recubrimien-
lo a) mecátrico clel orden dc 50 mm, y tener gar¿rltizado una re-
f

Por consigttiente, dado que el rect¡brintiento lnc<:átlico sisterrt:ia a fr,rego clel t-lrden clc 180 a 240 lnirrutos. Si los pilares
propuesto en la tabl¿r es de 50 mm, realnrerlte nos bastaría Se er.lcucntr¿in cxpuestos a la itrtcmperie, donde cl recubrimietttO
considerar 43,7 mm. físico nríninlr: exigrclo por cuestiones de clurabilidad ya se eleva a
los 30 mrn, ten(:rnos ya ;rseguraclo un recubrimicnto mccánico más
Finalmente, dado que el horntigón está confeccionado con
que suficierrtc p¿lr¿t P,¿rantizar una resistencia a fuego de 90 a 120
árido calizo, el recubrimicnlo mecárrico real qttc debc ser
rrrinutos, sllficiente partt cubrir la mayor parte de las situaciones
considerado en el ProYccto es:
realcs relativas ¿t los nlistl'tt-ls

a (proyecto) : ¿ (¡abla) -0, I 'a (áridoc¿rlizol -Air(tt) :


= 50-5-6,3:38,7t¡rnr . [l EC-2 coniplica algo más las cosas y propone la tabla I l '9'

Si las armaduras a disponer son del calitrrt: Ó lÓ' los recr't['lri- I)immionca nrinln¡es (mm):
ancho del vrporte á.,o/distanci¡ ¿l eie ¿
micntos físicos reales deberán ser del orden de 30 nrnr, err vez de Resislcncis
Soporles
los 50 mm inicialmente exigidos. rcrmalir¡d¡
al fueBu Solnra6 expuc$toi Por má.e de una cam cf,Pu6t6
P(r úd em

.
para los elementos en tracción o vigas en liis qtte el cálculo ln ' O'2 Fn - 0.5 9¡ = O,7 Pr = O'7

(3) (4) (s)


(t) (2t
requiera t. oC se mantenga por debajo de los 400']C' las dinrerl-
siones de la sección recta de hormigón deben incremcrltarse
atr- R3D rsti'ro I 150il0-l* 150/lo r I roo/ro f
menl-atrdo el ancho mínimo dcl elernento fraccion¿do o viga' de R6r) lr5ürof fjT.Llol. | 2oo/lo f rrut0r
acuerdo con la ecuación: R90 mo rof 2 ruro f ll4m5l r,rorto l*

R ¡2') E,xi.rol l:@ ItEo/1ó | I 160/45 I

t'¡ (proyecto) : b (tablas) + 0,8 (400 - tc) R r80 E¡il/ftl flrorio I I ruvso ¡ Fm/6ol
R 241.) I loo/5o I J +oo¡:o I F¡qd Iroo¡ro I

Como altemativa, puede aiustarse la distancia al cie de la ar- ll\u¡hRtrlr !:l Er!¡nlnr(nF clJE¡fisd!' cn l¡ Noms ENV ¡99:-l_l et decmlBnE'
madura, cle forma que se obtenga la temperatunr requerida para la
'l
tensión real del acero. al¡i¿r I L9. Soportes (EC-2),
436 Los loriados reticulares

de . Cuando las ürmadtlras sean ¿ 0,002 ' A. , es necesario


\
L¿ tabla del EC'2 presenta un nivcl de carga en situación
fuego p¡, quc tiene en cuenta las combinaciones de carga y la distribr¡irla cn loclas sus car¿.rs para situaciones de exposición a
capacidád <Je compresión y en str caso a flexión, incluidos los fuego superictres a los 90 nrinutos. Sin embargo, esta regla, no se
cfectos dc 2" orden para una longitud de pandeo igual a la altura aplica en las zonas cJe solapo de armaduras.
realdel pilar.
Conseryadorarnctrte puecle tomarse gf : Tl - 0,7 err cualqr"rier
caso, pero puede calcularse pf se6\¡n: I1.9.3. Muros y pantallas Portantes

,,-= Eo,t tl'E¿ .


L¿ nornr¿ EHE cstablece para su diseño sin comentarios
rr R1(t = 2ooC)- R¡(t = 2o0cl
añadidos la tabla I I .10.
y cntrar en la columna correspondiente de la tabla, admitléndosc
Resislenc r: al íuegcr tr¡xsor mínima b.n¡,r,/Recubrimiento
las interpolaciones correspondicntes. nrecánicó equivitlentp mín¡mo ddrn (mnl)
mrmalru ¿d¡
,\iui; e.-p"esto - |
Muro exPuesto
Rg (t : 20 "C) inclica la resistencia, la capacidad
porternLe del
cara I o'llbaialil
: I aplicados a los
D(tr urra ¡¡ql
pilar con los coeficientes de seguridad Y
matcriales en situación de fuego, pero en el instarrte en el que sc
REI }O
RTI AJ
_1.qgE--
l2(yr 5
2ü_!!
40/15

inicia el mismo y se encuentra intacto. Rtt 90 140120 r.60/2s_ .-.-_


Rt¡ l:0 l 60/25 BO/35
.
Obsérvese el detalle, por otra parte lógico, de la penalización RFI t8{) 200/40 25u4i
que existe en los recubrimientos (columna 5 cle la tabla I I .9), Rfl !4cr s0/50 100./qo

cuanclo el fuego sólo actúa sobre una de las c¿¡ras del pilar. Las labl¿ iI lCr )''l-.:ii i panLallas (t,l lll). Ilspccificuc¡orles rrtíninras para rllu
dilataciones diferenciales que se producen sobrc el pilar al actuar rosi p¿¡:d..dS ¡' ;l::aciótt clC fr.regO.
el fuego por una sola cara, puede inducir esfuerzos dc flexión
peligrosos, que no se producen cuando el firego aictúa por igual
en todas sus caras.
. Si los pilares se encuentran confeccionados con áriclos
. fl
EC-2 piantea una tabla más completa en línea con la
calizos se permite rcducir los recubrimienlos, pcro no las propuesta para los pilarcs.
dimensiones mínimas segun el EC-2, un 107". Tanlbién especifica
cl EC-2, que cuando el ancho real del pilar "b", sea al menos I '2
el valor mínimo propucsto en su [abla, cs decir si,

breal> 1,2'bmínimo
Dimenslones mínimas (mm):
Espesor del muro/distsncia al qie para
puede reducirse el recubrimiento hasta una Resistencia
al fuego ¡n = 0.35 Fn = 0r7
situación mínima fiiada por condicioncs de
normalizado Muro expu€sto
durabilidad y adherencia de las armaduras, Muro expuesto \luro erpuesto Muro exPuesto
por unr cara por ombas caras por una cara por ambos caras
especificado en otros artÍculos del mismo.
(2) (3) (4) (5)
0)
REI 30 E@ ñtiljol" ftro^f [@
REI 60 l110;Tdr [20,'ól* @ f
"r^f
REI 90 F76ñ1. @ luo/rsl Wrd
R.EI I2O ll50,?5.l Il6,),'asl I r60B 5l @
REI I8O fl8o/4t l roo/451 Fro/sll boo-/ssl

REI 24O Effil l rso/60.l @ l360¡10l

Llsua¡¡nentg el RcubruDiento cspccifrc¿d0 cn la Nqm Eliv fy'2'1'l cs de¡¿rminante'

Tatrl¡ I I l I \lLrros y p;rntallas IFC-2).


Los Íoriados reticulares

Obsérvese la contraclicción conceptual existentc cntre ambas o Por tanto, todo lo qrie se cxpone se encrjentra referido
a las
nornas, cuando se trata de fiiar los recubrinlientos mínimos cle los vigas descolgadas, expuestas parcialmente al fuego por tres de sus
muros expuestos a una sola cara; y entre ambas creemos que la caras, dado que la parte superior se encuentra normalmente pro-
línca aceftada es la del EC-2, por el peligo que encieran las dila- tegida por el paquete que configura el pavimento,
taciones diferenciales originando momentos descontrolaclos,
cuando el fuego sólo actúa por una cara. Si por cualquier rara circunstancia la viga se encontrara ex-
puesta en todas sLls caras, a todo lo expuesto deberemos añadir
las sigu ientes especificaciones:

I 1.9.4. Tirantes: elementos sometidos a tracción El canto de la viga no debe ser menor que el ancho
mínimo requerido para el periodo de resistencia al fuego
respectivo.
La resistencia al fuego de los elementos de hormigón armado
y pretensado en tracción puede considerarse adecuada si se El área de la sección recta de la viga en la zona
siguen las especificaciones dadas por la tabla I I .12. traccionada no debe ser menor que :

Dimer¡siones mínim¡s (mm) A. > 2'(b,r,¡n


Reslstmci¡ al fuego )2
Pmibles combin¡ciooes dc
¡o¡m¡llz¡do ¡ncho del elemento üJdilencia el eje a

0) (2) (3) El b*1n se obtiene de las tablas.


R30 f Eo/r5l @
RóO liñ/4ol lloo¿'sl
R90 ñsolssl l¡00l¡5l
R 120 ffii:6s1 I 5ooi45 I

R r80 fr4olsol tó,rc'60l


R 240 t@ f?oo-,,?ol

Pa'a rl.*"*. prctensados, debe tcnerse en cucnla un incremen¡o dc dis¡an-


cia al eje de acuerdo con el apanado 4'2'2 (4)
a) ¡\ncho co¡rsü¡nle

l¡ Norma ENv 1992-1.I cs dcÉrm|n8ntc


el ¡¡cubrimicnn cspacific¡do cn
'Us¡rlttE¡c,
Tabla I 1.12. Tirantes (EC-21

oa
Debiéndose cumplir, además, las siguientes reglas: ¡--i
. Cuando el alargamiento excesivo de un elemento ¿i lracción
afecte a la capacidad portante de la estrr-rcttlra, prlede ser
b) Ancho variable
necesario reducir la temperatura del accro en el elemento
traccionado hasta 400 oC. En tales situaciones, Ias dist¿¡ncias
al eie de las armaduras debc incremerl[arse en l0 ¡¡rm
. l-r sección recta de un eleme¡to a tracq:i(in no clebe ser in-
ferior a 2 ' (b¡¡¡)2, siendo b¡¡¡¡ el menor ancho dado en la
tabla ll.l2.

cl Sección cn I
I 1.9.5. Diseño de vigas resistentes al fuego F¡9. I l.3l. Deiiri:ción de dirnensio¡les para diferentes tipos de vigas.

. [¡ que figura a continuación se refiere a las vigas acusadas


baio los forjados y no es de aplicación a las vigas planas, típicas
o Para vigas de ancho variable, como ancho mínimo se
de la construcción española, que se encuentran enlbebidas en el considerará el que existe a la altura del centro de gravedad
espesor de los mismos. mecánico de las armaduras traccionadas.
Los I orja dos re Ii cular es

.Elcantocficazd"¡delpatíninferiordevigascndobleTcon Dimensión mínim.r b.¡n / Recubrimiento Ancho mínimo


me(ánico e{luivalerrle mínimo arr,¡r (mm} del alma f¡,.¡n
ancho de alma variable, no debe scr inferior a: (mm)
80i20 | l20ils
d"f =dl +0'5'd2 )b'n'n

Esta regla no es de aplicaciórr cuando pLrcde dibuiarse una i :00,'j0 I 250/45


sección recta imaginaria inscrita en la real t¡ue cunr¡rla los
condicionantes del mínimo con respecto a la resistencia al fucgo'
y en la cual quede incluida la totalidad de la armaciura. 'l-o¡ rcrlónnr¡errm prr exrgerrias de dr nülid¿d *¡án mxm¿lmeote mz'¡wes

T¿¡.¿ I I I J \ ¡¿i rE.l ltl. Especificac-iones para vigas acusadas bajo los ft:r'
i¿Cc': c-rr ,e';-; ¿. lrrcgo segirr EHE.
AB
. EL EC-l ros ofrece la tabla de especificaciones I I .14 para
las,jga: ,!:r': Dlen'lente apoyadas y otra para las vigas continuas
ttatl'a I I 1:rt

---t --{
A B
Dimc¡sioncs ¡¡íD¡rn¡s (ñm)
O, Sacirin eu ru¡um R..iqcir
d fqo Combin¡clones poslbles dc a y D*
Amho del
uuliado slendo ¿ l¡ distami¡ media sl
elmr á,
F'ig. I 1,32, Viga con sccción cn dohlc T. con ancha dc alma v.rri.r- cJe ¡' á* ol rncho de la vlga
blc quc satisf¿rcc los rcquisitos dc una sección recta imagnaria
I 2 3 4 s 6

.
R30
@ @ @ @ @
Cuando el ancho real del patín infcrior exce<le el v¿rlor
lÍmite 1,4'b, (siendo b* el ancho real del alrna). la
l-rTl ET r'o,T Le-f
distancia al eie de las armaduras activas o pasivas clebe
R60 b*.
@ @ @ @ @
incrementarse hasta: d
t,rol r3Tl t 3ol rril
R90
@ @ @ @ @
der = á
t; d fa5-l f.:l f4o-l l-5-l
[',*t- *: )="
R 120 b-..
frm I fr4o I t3ool tEt frt6-l

. >
o I ó51 fsTl @ t45t
b*
Si las alas tienen un ancho b
que la viga se encucntra expuesta en torias sus caras.
3,5. se consiclera R rto 0..,.
@ @ f4ml f,too-l @
u fso I I ?o"l I 65-l 160l
La norrna EHE establcce únicamente la tabla I I 13. R, 2JO
@ @ @ @ @
con carácter general, y expresa que para v¡g;JS continuas
y para resis[encia al fuego R-90 o nlayores, rcconrierrda
a r*l l-o-'-l [75-l T?o-l
dú = a + l0 mñ (véasc nota ab¡jo)
que las armaduras negativas se prolonguen hasta l/3 cje
la longitud del vano con una cuantía no infcrior al 25u/n de P¿ra viSas dc hom¡igón prercnsádo debc renersc en crrcota el itrcremcnro dc disra¡cia at cjc dc
las armaduras que exis[an en los apoyos. ¡cucrdo con el apanado 4.2.2 (4j de esra Panc 1.2.

Además, exige qr.re el ancho del alma de las vigas nc.r ar cs la distancia del pa¡amento al ejc de la armadura para barms (alanbr6, cordonca) dc
esquina en vigas cn quc cl rero sc d¡sponc cn utra $ola c¡ps. Para velorcs dc á., superio-
sea inferior al ancho míninio espccificado en su tabla , ¿¡l rcs a los dados en la columna 4. ño €s pfcciso irrcrcr¡ren¡ar o.
menos en dc¡s cantos a izquierda y dcrccha dc los a¡royos.
' Us¡lGnte cl EñbnñiÉilo.5fE(¡frrlo en h Nofr ENv 1992.1-1 6 d.€ñidñc.

'l'¿bl¿ ll.l4. Viga:; isostáticas (EC-2).


lns [oiados reticulares

Dimeasionc minim¡s (mm)


Rcgis¡eúc¡s
rl fucao Combln¡ciones podblc de a ¡- ll
Ancho mfnlmo
Dorü¡l¡zrdo sie¡do o lu disr¡nci¡ medi¡ ¡l
del rlmr ü*
ele y D d rncbo de la viga
I 2 3 4 5

R30 ,"" @ @ @ @
o ET E uü
RóO l-rrol lrool f sool I rool

td E' ti:-I
R90 tE-l kml lsool rrEl
a tlrl |_rTl f-rTl
R 120 b^
@ @ @ @
a @ E fiTl
R 180 b^,
@ @ fóooI @
a @ @ [_sol
R ?40 t6t l-5oo I f-ool I 160-l

@ @ lóol
as = a + l0 r¡rn (vé¿sc nota abqio¡

Psfavigasdehorm¡8ónprcleÑ¡dod¿b€tenerseencuentaeiincrcmentodedista¡ciaalcjede
acücrdo con el apar¡ado 4.2.2 (4).

aú es la dis.mia dc¡ püanrenlo al cjc dc la trm¡duta pa¡a b¡rras (alarnbres. cordoncs) de


oquina 6 vitas en que cl accro s di$porc m üa sola capa. Pe t'elores de ád' suPerio'
rcs a los dados en la columna 3. ¡o es pteciso incrcmnta¡ ¿¡

. UulE¡E al ttÚbnmts¡ao 6pccrfKado an l¡ Notu E\¡V lyr:-l'¡ c1 dc¡emun¡nt?

Tabla lll5.Vigas hit)crcslitic¿s iE(: 2)

r L¿ tabla de las vigas continuas hiperestáticas ha sido elabo-


rada de acuerdo a que las redistribucioncs de esfuerzos realizadas
en los cálculos no exceden del l5ol", como suelc scr lo habitLlal.
Si por cualquier circunstancia las redistritruciones hubiesen sido
mayores, se aconseja emplear la tabla conespondiente a las vigas
biapoyadas isostáticas.

f:\f.r-!,¡ i
.i tl,.'¡",,," l( innrn$ni.. ,lc!r('in! t¡r¡ l¡r ric¡oncl clrtrttÉ(ttutFtrtat r h irúacÉn

li !n.,l,r¡rr d. h¡h.n¡('s tucolas rcrlcñcr qft dcb{ 3ar ¡b$rttkl¡ por h ¡n¡rtuñ
Jr tn.'hh É$n l¡ Ndn'¡ EXv llrt:-l-l:

I r,,¡¡.o" i. h.'m:D¡,t ilc.ntÉr.n Éod¡.¡D¡.! dc tu¿¡o.

-il t:n'¡rr¡:r¡ {. ñeftrnüji llcclt'ral ñsrst nl.\ & riurfilo con l¡ lau¿ir/n l¡ lo)

Fig, I 1.33. Et¡volr,entc r.lc rnomentos f lcctores resistentcs de vigas sobre so-
IJorLcs en condicic¡ncs rie fLrego.
Los lorjados reliculares

. Para resistencias al fuego normalizado R-90 o superiores, el I 1.9.ó. Losas macizas


área de armaduras que exista sobre el soporte calculada en situa-
ción normal (temperatura ambiente), debe prolongarse la rnenos . Es es¡.resc.rr rrririrrrc.: de las losas h. dado cn las tablas, ase-
0,3 I en una canlidad mínima igual al 25o/o, Lal y como plantea la gurii liis [r.rrrciorres cle conr¡rartinrentación (E) y de aislamicnto (l).
EHE.
En l¿r ev¿¡lr-r¿tciórr clel espesor h. interviene el paquete no
. Con el fin de evitar una rotura por comprcsión dcl hormigcin combustible c¡ue config,rra cl pavimcnto.
o por esfuerzo cortante de las vigas continua sobre el primer so-
¿r
porte intermedio, para resistcncia a fuego mayor o igual a R- I 20,
debe incremcntarse el ancho de la viga y el cspcsor clel alma se-
gun se especifica en la tabla I I .ló, siempre y cuando la viga no
se encuentre empotrada elásticamente en el apoyo extremo.

Rcsile¡ci¡ ¡ormallz¡d¡ Ancho mfnimo de la vigu b-" (mm)


d fuego y dcl dma ü. (mm)

I 2
i \i ' il:trln
R 120 @ -l I .¡ Jr l; rrrr:l;'r,

; s, r.':,' ¡') inmlisr¡ilr:d'


R t80 ftgo-l j.,q,'l¡nt,c¡¡r, rLr)\(¡!') ic\'c¡{ilrlm¿tilc !'r))l'u\t'hlc:
R 240 f4Eo I
' t - hl - lrq de acr.¡c:rclo con la t-abl.¡ I l.l7
Tabla II ló. Fig. I 1.34. J¡:¿=':::.Ltlrón clcl cs¡>esor útil a fLrego de las losas de hornrigón
con Dai'j-:; tcs rE(-21.

. t -15_lA>¿S s i nrJrlelllq n te, a poya d a s e.tlgSgnlonQ, t ra ba a ndo


j

unidirecc'onalnlentc c¡ biclireccionalmentc se regirán de acuerdo


corr l¿ tabl¿, l l .l 7

Dimensiones mínima-! (mm)


Resllencl¡ f)istancia al eJe o
nonn¡lizad¡ Espesor
de losa Flexión en Flexión en dos direcciones
al fuego
ñ, (mm) unc dirección lrl( 3 1.5 l,s<1,11,32
rl 5
I 2 3

REI 30 t tú T ¡{) T frll'


Fo l- rE}
r4
REI óO 80 20

REI 90 fill f,il'


REI r20
[.i_oo-l
l-'20 l t4ol ra t-
REI 180 t LT f ro-l l4oI
RE¡ 240 lT?-Tl 6sI .1u 50

f. y f,son las luces de flerión de la losa, (con flexrón en dos dtrecciones onogonales). siendo
t"
la luz mayor.
Pa¡a losas prerensadas debe tenerx en cuenta el incremenro de dtstmcia
al eje especiñcado en el
apanado 4.2.2 (4)
se ref¡ere a losas apoyadas
I-a distancia al cje a. en las columna.s .1 y 5 para losas bitlircccronales
en todo el contorno. En olro c¡so, debcn ser rratadas como lcrsas unidireccionales.
. Us¡lmne. cl ccubnmicn¡o cr¡rctñcado ¡xrr la Nomr¡ FNV l99? I I es dctcrx)rntnlc

Tabla I 1.17. Losas aprlyadas cfl su corllorr"ro itC-21


L¡s foriados rctirula¡cs

.
Las losas continuas con aooyos lineales continuos, se regi- míninlo ;il r-rrenos l0-15 rnrn y un pavimcnto formado por
rán por las columnas 2 y 4 de la tabla I l.l7 y no dcbc habcrsc cal- gavín *
mortero + baldosa de hormigón o cerámica, configurando
culado las losas con redistribuciones por cncima del l5%; y para un paquete er'i tonlo.¡ los 7 cm de materia incrtc por su ¡xrte sutrrrior
resistencia al fuego R-90 o mayor, el 20o,zo de la amraiura qtte exista
sobre los ¿lpoyos se recomienda disponerla en tocl¿ l;-r lorrgitud de
los vanos.

. Las losas macizas sobre apoyos puntLrales {íaf s/¿¡úsl, ciebe-


rán cumplir lo especificado para las losas contirltl¿s y se diserla-
rán siguiendo lo especificado en la tabla I t I8.

Rsilenci¡ Dimere¡ons minimls (mm)


nom¡liada gspsr de los ,l,
rl fuego l)istaDc¡¿ rl ljc 4

1
I .3

REt -¡0 ti'J I


r0 l"
REI 60 2oo I rfl' ('\ 1,, tl L l.t-].ll t,'\1OJ-!-L.05ÁS' LL\Q¿'\S
RFI 90 Frtr :5

Rfrl l:0 ij
fr¡o1
RL-I r 8f) f-:*l l5

REt l¡0 l-rml El.


¡ q¡¡hnd¡ú.. cl cf,I'r¡¡il(nkr errsrlic$do Por ln N.)m! !-\\ llel : i '-' 'iI r':' irri'

Tabla I L 18. Losas so[rre ¡:ilarcs tF,C-]r

En las losas macizas afioyadas sobre pilares. los c-spesores


mínimos especificados en la tabla I I . l8 no aclnriten reclucciones
i ¿t r c t <¡ p rttu; ae¿t-t¡tu oJ..r; e Lr.L¿s
debido a la presencia de posibles pavimentos; t' los recubrinrientos I
I o r-cArr\rav,ÉNropRot)lJcEuNrr¡cRfMe.NToDELA
mecánicos se refieren exclusivamerrte a las armaclt¡ras de la capa i ea:s.rr tjai. GAs t ¡ l l tNT¡:RtoR r:r)ú'c <.' 00 kt,hr¡
I . LOS I A:J )!,'' t 05 ROMPEN A TRAC(,I0N
irrierior. r r, .ot¡i qovpt A ÍLt¡róN Y s€ oEspREñoE.
I
I o trtrLcTot{it.ocal EñcuANlouf¡ABovtoll.ta
I ¡ ¡, l¡ ttscrlxof ¡.a PREsróN hN IoDA LA r¡LA

I l.l O. Criterios y consideraciones para el


diseño resistente al fuego de los foriados
reticulares mediante tablas ,$ -r.! ,JU
. \6mos a centramos en las tres tipologías más frcctlerrlerlletr- I'ig I L35. \c:racró:: iLrc'llilc'ttiv,l del fuego sobre los forjados (l lvf Izqrrierdo)

te usadas en España:
Al recubrrnlrento geométnco inferior de las armaduras que se
- Forjados reticulares con bloques perdidos tJe horrttigón considerc, ¡ruede ari;idirsc, si existe, el enlucido de yeso a efectos
- Foriaclos reticulares con bloqtres aligerarltr:s de poliestireno de estim¡r sri elpesor frente al fuego, unos 20 mm ec¡rrivr:lentes
- Forjados reticulares de casetones rertr¡xrablcs v nen'ios vistos. en horrrtigórr

.¡osé Ma lzquierdo nos ofrece unos esqrlertt¿s ttlu-v ilr-¡str¿rti- Scgún los ensayos clisponibles, cl ycso de los eniucidos co-
vos de cómo actúa el fuego cualitativanrenle sobre forj;idos en la mienza a degr;rclarse.i partir de los 120 minutos, tal vez por lo cual
flgura I 1.35. la EHE fija cl cnteno mencionado de equivalencia para una R-120;
clritlQLl€ no es¡recifica cónro se cclnsiclera para urtas exigencias nta-
. Teniendo presentc quc un forjado rcticulár de bloc¡ues yorcs, una t:stinlaciórr adicional de espesor de hormigón dei mis-
perdidos de horrnigón suele enrple:rrse de fornra gener:iliz¿rcl¿r en rlo orclc-n clLre terrg¿ e-l c-s¡rcsor de la capa dc ¡reso colocada,
viviendas, lo normal es que lleve r-¡n enh-rcicl<¡ cle veso cle es¡:esor podría ser considerado corr)o razonable y por tanto admisiblc.
Los foriados reticulares

En cuanto a los recubrimientos laterales de los nervios en los


.Los foriados reticulares con bloques de poliestireno perdi-

reticulares con bloques perdidos, podemos contar cl enlucido' do, podrían valorarse como los recuperables con el problema aña-
más una capa de hormigón de unos 20 mm que constituyc el fon- dicio de cont¿r con un tnatcrial de aligerarnicnto quc es
do de los bloques y posteriormente otros 20 mm adicionales de combustible, allnque cuantlo se encuentra protegido por el ycso
hormigón sobre cl propio nervio; todo lo cual permite que poda- tiencle a fundirsc y gotear, inflamándose ¡rosteriormente fuera del
foriac.lo, emit¡ernclo partículas volátiles y un humo rregro y derrso'
mos cstimar a efectos prácLicos, que esta ti¡rr>lt-:gía cie foriados
puede tener un comportamiento a fuego similar al de la losa rna- Méasc la descripción dcl ensayo')
ciza para exigencias de tipo R-I20 segun Ia EHE y por enc¡ma de .
Para los ít>riaclos reticulares con moldes recuperables el
pos-
R- 180, si tenemos prcsente los ensayos quc se menciotran
EC-2 nos propc)tle la tabla I I .l 9.
teriormente.

I)ime¡siooes mínim¡.s (mm )

Canto de la losu lt,


Combinsciones posibtes de ancho de mnios á- y drstancia nl qje a'
Y distancia al eje c en el vano

dd=.¡rfi.J--l

Enlaslosas¡rewadaspretensadas'ladlstanciaalejcadebcincremcntarscdeacuertloconclaparta-
do 4.2.2 (4).

4s¡i¡¡rlicaladisralrcianledtdaentreelcledelaan¡rat]urar.cl¡raramenltrtlelncrviocxPuest()al
fuego.

Norma t'lNV l99l-l I cs dclcml¡nrnic


* Nomalmentc. cl Eiutrrlmrctlk' crlgidrt por lr

(C recrr¡rcnrbrlt'sl (f-C-21
Tatrla I L 19. l'oriaclos reticulart's
Los loriados reticulares 443

Como puede deducirse de la misma, la tabla I I .19 invallda to- No obstante. las prescripciones geométricas tan drásticas que
talmente como tipología constructiva todos los foriados reticula- establecen las tablas para las losas nervadas bidireccionales de
res habitualmente empleados en España, que arrancan sus nervios casetones rccuperables, podrían tener una razón de ser en la par-
con una base mínima de 120 mm y se proyectan con 50 mm de te inferior dc los nervios, dado que se cncuentran ampliamente
capa de compr*;ión. expuestos a la acción del fucgo; sin embargo, cuando dichas pres-
cripciones se establecen tambión sobre la capa de compresión, no
Por consiguiente, el empleo de la tipología de forladns reticu- encontranlos una iustificación razonable para las mismas.
lares de casetones recuperables, mientras se mantengan las exi-
gencias legales actuales sobre los tiempos de resistencia al fuego, Si nos centramos en los cantos de esta tipología de fodados,
habitualmente empleados en Españat 25*5,30+5, 35+5 y
y pesc a haber demostrado su bondad y buen comportamiento
que 40+ 5, Ia geometía de los nervios queda refleiada en Ia Fig' I l '3ó'
iránt" u fuegos reales, su uso debería quedar proscrito' salvo
pueda demostrarse lo contrario mediante la vía analítica del cálculo
rea-
b me¡or aún, mediante una serie amplia dc ensayos fielmente
l¡zadás; o meior todavía, cambiando los absurdos tiempos de RF

prescritos Por las normas.

CUBETA DE 2' CM DE ALTURA CUBETA DE 30 CM DE ALTURA


CUBETA DE 20 CM DE ALTURA
a."I_., o
x
/l\
._Jol +
¡
-f
I

I
sl
o
R
I
*i
I
LJ
l
I

s€cclox o€L NEnvp

SE(.}CION DEL NERVIO

CUBETA DE 40 CM DE ALTURA
CUBEÍA DE 3' CM DE ALTURA
.')rl_\
-\- i
f" {'-.
r---t
I

I
.l
I

--J
'I
-1
ol
I ol
ol
-l 'l

_.i
l

usaclos t¡ás trccuentemente en España


Fig, l 1,3ó' Seccitirr de los neru,ios hiclireccionales
Los |oriados reliculares

Lo más habitual en los proyectos españoles de estructuras con con un ligero mallazo del Q4 ó 05 -20 x 20, no considerado en
esta tipología, consiste en disponer un mallazo muy fino en la capa el cálculo, garantiza un espléndido comportamiento de las mismas,
de compresión, que rara vez se hace intervenir en los cálculos, sal- si tenemos en consideración nuestra expericncia como proyectis'
vo para cargas muy elevadas, disponiéndose las armaduras de tas de esta tipología de forjados, en todo tipo de circunstancias y
flexión negativa en la mitad superior de los anchos de los nervios. condiciones. y'en cientos de obras.
En dicha situación, los recubrimientos geométricos laterales que
se obtienen para los nervios, superan ampliamente las previsiones
nrás pesimistas relacionadas con el fuego, cifrándosc estos recu-
brimientos laterales por encima de los 70 u 80 mm para los F.R. de
I l.l l. Diseño de foriados resistentes al
25+5, 80 ó 90 para los de 30*5 y así sucesivamente a medida fuego basado en ensayos
que crecen los cantos. Para nosotros, las armadltras de flexión
negativa, pese a las bóvedas de aligeramiento. se ellcuentran en . Frente a la compleiidad de los métodos de cálculo generales
una situación bastante parecida a las losas macizas' y las prescripciones tan duras establecidas en las tablas de diseño,
especialnlente para los foriados reticulares recuperables, la única vía
f¡or otra parte, no debemos olvidar que esta tipología de for- razonable ). sclts.rta que le qucda disponible a la indl¡str¡a de la
jados, en los puntos de máximos esfuerzos es totaltnente maci- consl-n.¡cción ¡xra dernostrar al organismo de control
(o.c-T')' y por
zo, dada la presencia de los ábacos sobre los
pilares' La capacidad que foriados son capaces de
tanto a la_* coml¡ñías de seguros, sus
de soportes
resistente a momentos negativos, al llevarse banda
la
mantener una estabilidad al fuego sin colapsar por encima de lo es-
757ode toda la flexión á*ittent" en el pórtico viftual'
resultará sistemáti-
un tablecido. ]¡ sin producir víctimas, es la vía de ensayarlos
muy similar a la que tenga una losa maciza' dado que, la experiencia acumulada en el
.- i, *.to¿i.amente;
.oÁpott"ti"nto real frente al fuego de las estructuras de hormigon'
que deben adop
Y en cuanto a las prescripciones geométricas
que están basadas no sin,e conlo detllostración burocráticamente'
tarse sobre la capa de compresión, estimamos
un diseño plano dc- las nris- . 7' relati-
V t. it"n declucido del
supuesto de Lá EHE dice textualmente en el punto 4 del Anexo
puenteando entre nemos rec-
hu, qr" sea resistente a la flexión, vo al fuego, "un métotlo altemativo a los expuntos, es la cnmprobactón fren'
alguna; lo cual oblig la
tos, sobre los que no se éspecifica separación te al Íuegi nvdíattte ensauos realizados e interprelados de acuerdo can
unos espesores idónlicos para ellas' tanto si al estructural estudia'
a tener que adoptar UNE-23-093- El ,
conespondientes tipo de elemenlo
corno si deian
los neruios deian entre sí una luz libre de 50 cm' do."
gené-
lr0 ; üq* invalida dichas prescripciones con carácter
Estructuras frente la
rico. El EC-2 . Parte | -2. Reglas Generales' Progecto de
al empleo de métodos de
luego dtceen cl punto
2.'4.5:"Como alternativa
'o¡,tiuto, en resulLados de
al puede basarse
'u*,io,t':el rlittrcttsiona¡niento frente fuego
eneyls'"
y "P'uetlut lambién usane nmbinaciona de aátculo rtr

establece como
Y finalmente, la NBE-CPI/9ó, en su aftículo l7
ante el fuego de los elementos
iustificación del comportamiento
constructivos y materiales: "Maru de mnfornidad a nlrmas UNE' sallo
técnicas de esta norma
i-rrii¡roao de conformídad con las especifiucíones
-oas¡ci.
los ensauos
r-n t¿r¡1t0 rro existan estos distintivos, se admitirán
para uda caso'"
realizatlos segtin las Normas IJNE especiftcadas
aproximada alcom-
Con el ot'ljeto cle ofrecer una idea' algo
' que pJ"tnot esperar de nuestros foriados frente
frortauliento real realizados según
cnsayos
al fuego, van'los a citar y describir ues
UNE-23.093 .8 I .

consisten en la construc-
losas sobre los pilares' En general' los ensayos básicamente orden
Fig. I 1.37. Secciones dc los foriados del mismo del
ciórr de ttna parte ael fo'iu& iepresentativa donde se sintula
de 3 x 4 m que se .ontJ to*"
lecho clel homo
los foriados reticulares españo- calcula para la carga prevista'
l-as capas de compresión de cálocado se
hormi- .itÁ.-.dÉ,al foriado
distribui'
bóvedas que trabaian en uniformemente
les recuperables, son tu-'á*it"'
sea cual sea la ft¡ del iu;; il;;¿iint" r"tÉi¿"át *nottigon
¿"oos
se distribuyen los medi-
gón en masa, con res¡siencia sobrada do sobre el nrismo.
titr'án v
hormigón; y, por constguiente'
bastaúa que tuvieran un espesor
dores cle temperarura
(t;; pares) en ios puntos deseados y Ios
un buen comportamiento mecáni-
mínimo de 3 cm pu'u oUt"n"' medidores de deformaciones'
para las capas de compresión
co. Los 5 cm que
"to*"iAt*os

ts
l,¡s |oriados reticulares

A continuación, comienza a simularse el incendio elevando la ' Hasta los 180 minutos, aproximadamente, no se
temperanrra del homo según una relación tiernpo-tempcrahlra que generaliza la pérdida dcl cnlucido balo las viguetas, quc
se ajusta a la curva ISO R-834, hasta el punto descado o hasta que es prácticanrentc total cuando se concluye el ensayo.
la pieza se considera que oficialmente deia de ctrmpli¡ que suclc
ser cuando se alcanzan deformaciones del ordcn de los 150 mm
- L¿s bovedillas no sufrieron desperfectos de ningun tipo
(U30). Para los foriados, la norma UNE considera que picrden su ni prácticamenl"e pérd¡da alguna del enlucido inferior,
pcsc a tcnc'r en su interior temperaturas de 4000 C a los
cstabilidad mecánica cuanclo alcanzan una flecha durante el
IttO min.
ensayo de U30.

losé M" lzquierdo cuestiona que este tipo de ensayo pueda


- F-l ensayo se conclttye, debido a problemas en los
qrremadores, a los 210 tnitl sin que se hubiera
considerarse como representativo del comportamierrto de un ' producido el colapso del forjado y con una flecha en
foriado real baio un fuego real y ¡:ropone realizar los ensayos sobre
centro vano dc 4ó mm, lo que supone un U9ó, leios del
modelos básicamente reales.
U?O que es cl valor adoptado como criterio de fallo.

- L¿s tempcraturas alcanzadas en el interior de las


bovedillas fue de 400" C a los 180 min, y la difercncia
Ensayo de un foriado unidireccional de vlguetas pretensa'
de tenlperaturas cntre las cargas superiores e inferiores
das y bovedlllas de aligeramiento de hormigón
de las mismas fue de ó00o C al final del ensayo
t2 l0 min), sin detectarse desprendimientos de ningún
y
Este ensayo fue realizado por el Instituto Eduardo Torroia tipo. Estc hecho determina que las temperaturas en los
publicarlo en el I Congreso de ACHE celebrado en Sevilla en 1999 laterales de los nervios permanezcan sensiblemente
por
por t-. \éga, Cecilio lÁpez,ÁngelArteaga y l P Gutiéncz' debaio clc las que tendría un forlado nervado' sin
bovedillas.
El forjado ensayado estaba configurado por senriviguetas
pretensaáas seminesistentes (e/e
: 0'71' suulamente sensibles al - El enlucido de yeso, dado que comienza a
desprenderse
de hormigón hasta los
;;;;;, ;;Jedillas de aligeramicnto comunes de 2l+4 cm' v
a partir clc los 120 minutos' manteniéndose
uiUlopi.ntuclo. El canto del foriado fue I80 minutos que desaparece' limita considerablemente
fue construido con un H'17'5, con un
mallazo de reparto del
las temperatuiu'q'" se alcanzan en Ia parte inferior de
del Q8 de las armaduras de
20 x 20 y acero B-500-T, llevando unos
negativos Ias viguetas y consecuentemerlte' en
05 - pese a encontrarse
óó a; de longitud cn sus extremos' un zuncho dc a 0 l2 y
tracción(alambresdepretensado),meiorandoasícl
frente a la acción
,,roi"-""* ap'"oy"do en strs bordcs con comportatniento resistente del forlado
eQ6a20cm. cJel fuego.

El foriado se calct¡ló para una carga total


cle l0 kN/m:' - l-¿s tcnlperaturas en la superficie inferior
de las
urla. carga de 7 kN/nl2 durante el ensayo un
(l OOO fp¡m'?l y durante el ensayo sopoftó viguetas experimentaron
de los
iZOO Xo¡t'l,es decir,
una carga real clel orden del4i"/o de la carga incremento uniforme' incluso después
de lo que pucde a partir del cual'se
teórica últlma de agotamien-to, muy en
línea 180 minutos, momento aproximado
un centro contercial ti¡-ro ,n. pJ'ditl" generalizada ciel enlucido baio las
;;.;;;r; un for¡ado real destinado a
orden de los ó KH/m']
observa
;;;";¿r¡o, .on ,ob,"cargas cle uso clel nlismas
(ó00 Kp/m'?).

Por la parte inferior llevaba un cnlucido


de yeso ortlinario de
con ner'
l0 mm J"'"rp"ror. El resultaclo del ensayo fue
el siguiente: Ensayo de un foriado unidireccional-construido
;; ¡';ttt aligerádo con bovedlllas de pollestlreno
que el yeso empleza
- En tomo a los 90 min se obserua
aIa vez que adquiere
a cuurtearse cle forma uniforme' de lacasa.comercial FOREL
El ensayo fue realizadQ a petición
una tonalidad ocre' Fuego (LICOF)'
.n .l t cle lnvestigación y Controldel
boinrorio
significativos del
- No se observaron desprendimientos
hasta Lr geometría del foriado ensayado era
sinrilar a la descrita
y"ro qu. dejara vista lu tu'" infcrior del foriacJo m' una -supcrficie expuesta
íot I zO min aproximadatnente' situándosc
dichos J;;óo anterior ae i,aoxg''J¡ cron
del foriado fue de
i"tp*"¿irntenio' de forma aparentemcnte aleatoria' ;i il;;á;
"r.' ¿*; n.r. Er c'nto estructural
quedan recogidas en las
peó siempre en la zona inferior de las viguetas' 23+4 cr,y slls restantes caracterfsticas
figurasll.3SYll39
Ll. /,,rttirl,, r¡li(rl(lrii

FO REL

MORT L,RO 'i


LAPA C(naPRESION
lOMBN€BF.TE

BASF

üJARNECDO

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Pllsr r-rvll. f t, -:-:l
2Ó8. róro
Hcrmgirn H-17':
Acerc 51CCr

F.l fori¿rclo [ue calt:ulaclc¡ pi)rci L]r-r'1 r erl':':r


- I:i i-lr- lr I r. ;1-1 'l
,,ilrrr-rló el p¿lclrrele ci'-' 1:r ¡ravtnlerll;cióll i
i'-'- ' l: .lL: L": :-- 1 .": . ¡'
:l r:"' , I * ri -
lr¿is¡r y se tliSptls() tllla cargll I'cl).irti'l:r '-ic
r
I

rlr 'rl:''rl-:-''.i '- i-l'.r , ,..r: , ir- ir


clc r ot-tscgttir la c:rrga cic ó.2 kl\i
l1lá\iltt(t (¡rg(i I)lcviSl.il ell 5cl'. ici( )

Fl lorlaclo licvaba Sol)re los trcs (-:r: r''':i:'-'-: 'l- 'r rrl'¡trL-i-¿r
cortl¡ltLla t.le ¡ c-tliestirt:rr(l liglllfLlgo)
(ll'e'¡' - ii'"': : I ¡'rl ¡ I
it-r r rl

un grr,trtreciclo cle VL)s() cle I clll rlt'iill'::'i"

:::::*""**'":::#l r'43\
Los fortddos rclr(nlarcs 447

L¿simulacióndelfuegoserealizósiguienclolacurvalSOR-834'
tal y como se refleia en la figura I I 4l

I0a'c'

aco -

t.)O -

,1CC-

a;o j

I
c-t_ ,-:. ¡b ¿!
.l
- T!ero.
lrnr,l_':'l-
rninuto 69
¡lsl ltor-
la tcnt¡le:a:-l¡-" r'rl l)ü '1¿¡¡¡¡¡
Frg. I I 4l Cráfico <lc la evo]ución cle
rro scgtirt ISO R-8J4

sÍguie¡tte:
El re:sult¡do <Jel cnsayo fi¡e el
intcrlr¿l oscil'rl'ite alcanzalrclo
- Se observó una presión
c1e los gases enlitidos
¿l
valores de 40 Pa por acciórr
piczas de poliestircntr err cl inlerior
combustionar las
l¿s concllciones
clel homo. Esta sobreprcsión t:nciurccló
90' cn doncle se rlornr¿iliza
clel ensayo hasta el mintlto
las cc>ncliciones cle presiórr
a l0 ' I P¿i

-Nose-cletectarrfallosc]ecst¿lll(lLleida(lcltlr.rrltetodoellas
ciarldo resultacltls rrcg¿¡ti\'(lc
toclas
ensayo,
comprobaciones hechas al respecto
;rl fuego
- 1.1tenlperatura nleclia etr l¿ c¿ira Ilo e-\f)Llestij
nunc'l los I i4"'C'
fue cle 72"C, no sobrepasánclose
cl':liticlos del
- Los gases y abr'tndancia cie irr'rrrlo:' 'l ¡;artlr
de estos
mirttlto 25 ¡ro son infl¿rnratrle's El c¿ráctL-r
hunlos era denso Y de color oscuro

err toclo ei
- Lá n)uestra miJrltuvo la cst¿ibilir-l¿rcl nlecárlica
cJel errsiryo (122 rninl' h'¡blénc]osc
¿ric¿nzado
[ransctrrso
una flecha cle l2l mm dentro cle los línrites cle

estabilirlaclprccs|ableciclo,cl¡icltlclilc-li;iclisl;rtrtiaentre
apoyos g¡¿ dq 44O crll y pol t¡rrto l'j fieclr"r r-l-rá'rirl¡ clc
ir-restabiliclt:t) L/3O : l4Ó rrrtr.r En l¿ inf<-rrtrracióti ::g I I clt: humos clutantcl t-'l ensaytr
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