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El fenómeno del desacuerdo ofrece un buen marco de referencia para estudiar los
trastornos de la comunicación debidos a la confusión entre el contenido y la relación.
Tales definiciones poseen sus propios niveles de complejidad, Así, para tomar un
punto de partida arbitrario, la persona P puede ofrecer a la otra, 0, una definición de
sí misma. P puede hacerlo en alguna de las numerosas formas posibles, pero
cualquiera sea el que y el cómo de su comunicación en el nivel del contenido, el
prototipo de su metacomunicación.
La capacidad de comunicar supone la aptitud por parte del ser vivo para diferenciar
los estímulos susceptibles de convertirse en perceptos para Alter, respecto a las
demás señales, cuando esas señales se transmiten a través de un canal
determinado.
Los Actores animales no comunican como los hombres, ni comunican lo que los
hombres, lo cual no significa que hayan sido excluidos por la naturaleza del empleo
de esta forma de interacción igualmente utilizada para relacionarse con otros seres
vivos y para controlar el mundo que afecta a su existencia. Las especies animales
se sirven de la comunicación como uno de los recursos adecuados para asegurar
DANIELA GARCIA JOSE 3ºA
En la actividad comunicativa existen, por lo tanto, aspectos que son tratados por las
Ciencias de la Naturaleza y otros que son tenidos en cuenta por las Ciencias de la
Cultura. Pero el objeto de la Teoría de la Comunicación no permite que se la
adscriba al dominio de las ciencias que estudian fenómenos físicos y biológicos,
haciendo abstracción de las funciones culturales que la comunicación desempeña
entre los Actores humanos; ni tampoco permite que se la adscriba al dominio de las
ciencias que estudian fenómenos cognitivos y axiológicos, silenciando las funciones
biológicas que la comunicación cumple en todos los seres vivos, incluido el hombre.
Desde el momento en que los seres vivos ensayaron con éxito el uso de las primeras
señales, como alternativa a las interacciones motoras, la evolución fue proveyendo
a las especies de órganos biológicos de comunicación cada vez más complejos.
Los órganos biológicos de comunicación son capaces de modular las energías para
generar señales (por ejemplo, los órganos laríngeos) y de funcionar acoplados con
otros órganos correlativos, adecuados para captar las señales que aquellos emiten
DANIELA GARCIA JOSE 3ºA
pueden procesar los órganos de los sentidos. Por ejemplo, aunque se puedan usar
instrumentos tecnológicos que utilizan ultrasonidos, las señales, para que sean
perceptibles, tienen que ser traducidas a la gama de sonidos que percibe el oído
humano. Numerosos instrumentos operan con señales eléctricas, pero como el
hombre carece de órganos para decodificar directamente emisiones eléctricas, las
señales eléctricas tienen que ser traducidas a imágenes o sonidos. En cambio, otras
especies perciben directamente las señales eléctricas y los ultrasonidos, y
distinguen estímulos que están por encima o por debajo del umbral que captan los
sentidos humanos.
Tanto a nivel biológico como social, cuando Ego lleva a cabo una comunicación, lo
hace para obtener del Otro, con el Otro, por medio del Otro, contra el Otro, o
apartando al Otro, alguna clase de resultado en el que está interesado. La
comunicación, precisamente por ser un mecanismo de interacción alternativa a la
coactuación, no se distingue de esta última a nivel de sus objetivos, sino a nivel de
sus procedimientos. Cuando el ser vivo comunica con Otro, le informa a propósito
de algo que concierne a Ego, a Alter o a ambos; cuando Ego ejecuta algo sobre
Otro, los estímulos van encaminados a lograr una reacción para que el Otro haga
(o deje de hacer) alguna cosa, como respuesta directamente atribuible a la presión
del acto ejecutivo sobre el Otro.
Como (según ellos) en toda relación humana existen al menos expresiones meta
comunicativas, afirman «que es imposible no comunicar», esta aseveración es
abusiva, queda desmentida por algunas interacciones humanas y resulta muy
perjudicial para el desarrollo de la Teoría de la Comunicación, y sobre todo para el
avance de otras ciencias del comportamiento. Conviene, en consecuencia,
distinguir aquellas interacciones en las que es obligada la existencia de expresiones
comunicativas de aquellas otras en las que la incorporación de actos expresivos.