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004 Las 5 Reformas
004 Las 5 Reformas
Se eleva al Gabinete Ejecutivo del Directorio del Foro Liberal de América Latina, el
presente dictamen, para su estudio, tratamiento y aprobación.
El documento que esta Dirección expone a consideración del Gabinete Ejecutivo del
Directorio del Foro, ha sido ampliamente analizado, llevándose a cabo las oportunas
actualizaciones para garantizar el correcto proceso de sistematización de todos los
escritos del Foro.
Alberto Mansueti.
ÍNDICE
Los liberales hemos entendido que para medir las ventajas y desventajas que resultan
de un sistema político, y en consecuencia, de un orden social, basta con observar el
«grado de participación», o también llamado «grado de intervención», del Estado.
Lo que nos permite dividir en dos partes al orden social, por un lado, el sector público
(el Estado) y por otro lado, el sector privado (todo lo demás, es decir, el mercado, los
particulares, los empresarios, y cada uno de nosotros). De esta manera razonamos
que hay sistemas políticos y económicos que le otorgan mayores poderes, funciones
y recursos al sector público que al privado, y viceversa. Estos sistemas reciben
numerosos nombres, pero pueden ser agrupados fácilmente en función del grado de
intervención; teniendo entonces sistemas «estatistas» (con gobiernos
intervencionistas o ilimitados) y sistemas «liberales» (con gobiernos no
intervencionistas o limitados).
Veamos, el Estado se caracteriza por estar conformado por instituciones con cinco
rasgos esenciales:
1. Fuerza
La fuerza es la esencia del Estado, por eso se le conoce como el «monopolio de la
fuerza». Sin la capacidad de ejercer violencia, y sin la coerción mediante la fuerza, el
Estado no podría combatir al enemigo en la guerra, ni perseguir y apresar al criminal,
tampoco podría aplicar las penas a los delitos, ni recolectar impuestos.
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2. Jerarquía
El Estado requiere obediencia, por eso las jerarquías verticales y rígidas son
esenciales; y altamente funcionales en el ejército, la diplomacia, la policía, la
judicatura, el servicio civil, etc., para el cumplimiento de sus deberes.
3. Uniformidad
La unidad de comando es consustancial a las organizaciones jerárquicas, y el
centralismo. Siendo el Estado, el «monopolio de la fuerza», no puede haber sino un
solo ejército, un solo cuerpo diplomático, un solo poder judicial, etc.
4. Formalismo
Formalidad y hasta solemnidad son características esenciales en las relaciones
diplomáticas, los tribunales, la policía y la contratación de obras públicas. Porque las
decisiones deben ser públicas, notorias, visibles, y quedar firmes. De otra manera,
¿Cómo hacer la guerra? ¿Cómo pelear contra el crimen? ¿Cómo dictar justas
sentencias? ¿Cómo licitar y adjudicar contratos honestos?
5. Disciplina vertical
De la mano con la jerarquía, la disciplina vertical permite que los “premios y castigos”
sean asignados a los funcionarios públicos desde arriba para abajo, siguiendo un
orden y una cadena de mando.
Esta es la naturaleza del sector público, y las funciones que se le puedan asignar,
deben estar relacionadas con la misma para conservar un buen orden social, siendo
así que un Estado liberal es fuerte pero limitado, ¿por qué? Porque se limita a cumplir
únicamente con lo que le es propio por naturaleza, para poder hacerlo lo mejor
posible.
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Seguridad
Tanto interna como externa, la función de seguridad consiste en brindar un
componente armado que contenga por la fuerza a las amenazas extranjeras (por
medio del ejército) o a los criminales nativos (mediante la policía) para que los
ciudadanos del territorio que conforman el Estado puedan desarrollar sus vidas con
tranquilidad.
Justicia
Esta función significa otorgarle a cada quien lo que merece por medio de una función
judicial (tribunales, fiscalías, etc.) que sancione al victimario y resarza a la víctima
frente a la comisión de un crimen.
Obras públicas
Es una función compartida con el sector privado y muchas veces mal interpretada por
algunos grupos contrarios al liberalismo clásico, consiste en garantizar la existencia
de calles, veredas, puentes y demás bienes públicos por medio de la libre
competencia.
El Estado no sirve para todas aquellas tareas que no requieren fuerza para cumplirse,
sino acuerdos privados, como p. ej. hacer negocios o administrar empresas, educar
niños y jóvenes, curar o atender enfermos, ancianos, viudas y huérfanos. Sin
embargo, el Estado, y los Gobiernos que lo personifican, se han atribuido el manejo
de toda la economía del país, por encima de los empresarios, trabajadores y
consumidores; y además se han arrogado la facultad de prestar servicios en todos los
niveles de la enseñanza, en las diversas especialidades de la atención médica, y en
las cajas de jubilaciones y pensiones, y asimismo dan órdenes y directivas
obligatorias a quienes prestan servicios en estos tres sectores de forma privada.
De esta manera podemos resumir que los cinco rasgos naturales del Estado son
apropiados para sus fines, siempre y cuando estos se mantengan limitados.
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LA ESFERA PRIVADA: EL BUEN ORDEN SOCIAL ES LIBERAL
De igual forma, ¿cuál es la naturaleza del sector privado? Si nos valemos de las
métricas anteriores podemos alcanzar las siguientes cinco características opuestas
al Estado que posee el sector privado:
1. Consenso
No hace falta la fuerza para fabricar zapatos o camisas, ni para enseñar o para curar,
son procesos voluntarios que no requieren del uso de la violencia. Las entidades
privadas no son para forzar o imponer sino para negociar y acordar, voluntariamente,
a fin de comerciar, producir, educar, curar, cuidar, etc. Se basan en arreglos y
contratos, conforme un orden voluntario y consensual, “espontáneo”, y el Estado es
condición sine qua non para el libre mercado, solo que un Estado limitado. Porque sí
se requiere la fuerza para castigar al transgresor que mata, roba o secuestra, y que
impide o dificulta a la gente las labores de fabricar, cultivar, enseñar o aprender, curar
o hacerse curar.
2. Entes planos
Las organizaciones privadas y mercados libres requieren iniciativa antes que
obediencia. Por eso conforman un orden plano u horizontal, y algo plástico-maleable,
es decir, adaptable, como se recomienda a las empresas mercantiles y a las
asociaciones voluntarias.
3. Variedad
En los mercados hay competencia, policentrismo y diversidad. En las empresas hay
multiplicidad y variedad, y han de competir unas con otras, y para eso basta que el
Estado no confiera a ninguna monopolios mediante estatutos legales de preferencia.
4. Informalidad
En el caso de las relaciones entre particulares no es necesario tanto formalismo o
solemnidad, incluso se podría decir que es perjudicial, pues a las empresas y
organizaciones voluntarias les conviene más la flexibilidad, la agilidad y la capacidad
de adaptarse rápidamente a diferentes contextos y cambios.
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5. Disciplina horizontal
La disciplina de los mercados libres no es menos severa y exigente que en el Estado,
por el contrario, lo es más, pues si una empresa no tiene la capacidad de adaptarse
y complacer al consumidor, simplemente desaparecerá y será reemplazada por que
existe diversidad y competencia. Los “premios y castigos” son asignados
directamente a las empresas sin tomar en cuenta un orden especifico ya que es un
proceso dinámico y horizontal.
Esta es la naturaleza del sector privado y las funciones que cumplen están vinculadas
directamente a la misma; afirmamos que el buen orden social es liberal precisamente
porque limita al Estado a desempeñar lo que le compete y permite al mercado (y a
todos nosotros como partes del proceso productivo tanto del lado de la oferta como
de la demanda), cumplir con lo demás.
Por todo lo anterior vale preguntar, ¿el Estado atiende bien otras funciones
relacionadas al ámbito privado, tales como economía, educación, salud y previsión
social? Observemos un poco:
Economía
La economía anda mal, a juzgar por los insuficientes ingresos y el pobre nivel de vida
de la mayoría de la gente; tanto es así que el Estado se justifica en esta inmensa
pobreza para tomar a su cargo funciones en la enseñanza, en la atención médica, y
en cajas de previsión, alegando que debe atender a una inmensa mayoría de
necesitados. ¿Y qué pasa con “los más necesitados”? ¿Acaso están bien? Pues no,
por el contrario, están peor, pues muchos han desarrollado una dependencia insana
a las ayudas estatales que aniquilan su motivación por salir adelante por sí mismos.
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Educación
En educación el Estado no es muy exitoso; y la peor educación es para los pobres, o
sea, “los más necesitados”. Como si no bastara, ya no se educa, sino que se
adoctrina, convirtiéndose así la escuela pública en una fábrica de «analfabetos
funcionales», es decir, personas que puede leer pero no captar el sentido de lo que
lee; que puede escribir pero sin ortografía y con redacción inentendible; cuyo registro
de vocablos y conceptos es muy reducido, y nula su competencia para el
razonamiento abstracto; tampoco sabe expresarse muy bien, e ignora muchas cosas
acerca de sociedad, economía, historia y política, y sin embargo opina.
Salud
Con la atención médica pasa igual: los hospitales estatales no son los mejores, y la
peor atención es para los pobres, nuevamente, “lo más necesitados” se llevan la peor
parte. Las enfermedades se hacen más crónicas y muchos pacientes son víctimas de
malas praxis, así como también, muchos doctores se ven limitados en hallar
soluciones para una enfermedad, porque su propia iniciativa se ve mermada al
someterse a extensos reglamentos y pautas dictadas por los entes gubernamentales
internacionales y nacionales.
Previsión Social
Lo mismo con las jubilaciones y pensiones: las más miserables son para los pobres,
siendo estos los que en su vejez no cuentan con fondos suficientes porque a lo largo
de su vida se les impidió ahorrar, y son mal pagados con un subsidio insuficiente que
prolonga su desesperación.
El Estado no ha servido ni sirve para sembrar ajos o papas, fabricar tornillos, educar
a los niños y jóvenes (o a los adultos), sanar a los enfermos, ni atender a las “viudas
y huérfanos”. Ni servirá para cumplir con estas tareas de naturaleza privada.
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A pesar de su incapacidad ontológica, los obcecados políticos estatistas (y las gentes
que siguen votando por ellos) insisten en dotar a los Gobiernos de omnímodos
superpoderes y toneladas de dinero para hacer lo que por naturaleza no pueden hacer
-como cortarse las uñas con un hacha- con ello solo logran acumular un inmenso
poder y una inmensa riqueza en pocas manos.
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EL DIAGNÓSTICO DE LO QUE PADECEMOS
Lo que pasa es que el Estado no está en su lugar: desatiende lo que es suyo, y lo que
no es suyo lo atiende muy mal, y encima estorba a los privados y les impide hacerlo
mejor. Por eso nuestros países están al revés: cabeza para abajo, pies para arriba.
Motivo por el cual la economía no anda bien, a pesar de estar planificada, dirigida y
controlada por el Estado; hay demasiada gente pobre, y no pocos ¡demasiado pobres!
Y en los tres sectores llamados “sociales” de la enseñanza, medicina y previsión, se
ve que hay una aguda separación entre los pobres, por abajo en la escala social, que
reciben una pésima o mala atención por parte del Estado, porque no pueden escoger
la otra; y los ricos, por el lado de arriba, que pueden pagar por los mejores servicios,
los privados. Es como un “apartheid” o sistema de segregación, no de tipo racial sino
socioeconómico. Segregación es segregación; mejor llamemos al pan, pan, y al vino,
vino, y a las cosas por su nombre.
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Para poner al Estado en su lugar y al país de pie, se requieren Cinco Reformas,
inspiradas en el Liberalismo Clásico, una doctrina que no debe confundirse con el mal
llamado “Neoliberalismo”, que de liberalismo tiene poco o nada, y mucho de
mercantilismo actualizado (“Consenso de Washington”), mezclado con socialismo.
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2) Libre mercado, significa que los mercados deben estar libres de violencia y
fraude, y esta es la tarea de la policía y de los tribunales. Y libres de
monopolios; para ello basta con que el Estado no los conceda: “monopolio” no
es una empresa de gran tamaño, sino una empresa a la cual un gobierno le da
un privilegio. Y ese tal privilegio es un subsidio o alguna otra indebida ventaja
frente a sus competidores, o bien una restricción de mercado impuesta a sus
competidores actuales o potenciales, que le dispensa de su obligación de
soportar la competencia libre y abierta.
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PROGRAMA DE GOBIERNO: LAS CINCO REFORMAS (5R)
Nuestro programa de gobierno se sustenta en los tres pilares previamente
anunciados, los cuales son, de manera amplia, los siguientes:
2) Recortar los poderes y facultades omnímodas y excesivas de las que hoy goza
el Estado, oprimiendo por esa vía a la gente. Esta Reforma núm. 1 va a
descargar a los Gobiernos del cúmulo de funciones impropias que ha asumido
indebidamente, y que hoy no puede cumplir a cabalidad, y a dotarles de los
poderes y facultades para el cumplimiento de sus tres funciones genuinas. Así
se deja más libertad y poder en manos de la gente.
3) Recortar también los excesivos recursos y el dinero que hoy se gasta el Estado.
Análogamente al caso de los poderes y facultades, se trata de dotarle de lo
estrictamente necesario para el cumplimiento de sus tres funciones genuinas,
y nada más. Así se deja mucho dinero disponible en los bolsillos de la gente.
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El segundo pilar es “mercados libres”, y en él se sustenta la Reforma núm. 2, la
cual va a derogar todas las leyes malas que de una u otra manera conceden
posiciones de monopolio u oligopolio a los negocios y a las empresas favorecidas,
impidiendo funcionar a las leyes naturales de la economía, como por ejemplo, las de
la oferta y la demanda; estorbando de este modo el desempeño de la economía y su
productividad.
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1. Reforma Política: seguridad, justicia e infraestructura
Consiste en poner al Estado en su lugar, a cargo de las funciones de seguridad y
defensa, administración de justicia, y obras de infraestructura; y en consecuencia
limitar sus poderes y su presupuesto a las atribuciones y recursos estrictamente
necesarios al cumplimiento de tales funciones. En otras palabras, poner en sus
funciones públicas a los agentes estatales: militares, diplomáticos y policías; jueces y
oficiales de justicia; contratantes de la construcción de puentes, caminos, diques y
embalses, etc.; y colectores de los pocos tributos o contribuciones “impuestas”
indispensables para estos fines, impuestos directos y no indirectos, bajos y planos, e
iguales para todos.
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Pertenecen al campo privado o de los particulares las relaciones sexuales,
matrimoniales, familiares, laborales, comerciales, educativas, cívicas, culturales,
artísticas, religiosas, médicas, informativas y de entretenimiento, científicas y
técnicas, previsionales y de beneficencia, etc., y tienen que desenvolverse conforme
la voluntad de los participantes e involucrados expresada en contratos; no de
normativas tipo reglamentos dictados por el Congreso bajo forma de leyes especiales,
ni por el Ejecutivo bajo forma de decretos, ni por la ONU, la OEA u otros organismos
interestatales bajo forma de tratados o “convenios internacionales”.
No habrá monopolios o privilegios legales. Esto implica que no habrá p. ej. empresas
“concesionarias” o contratistas del Estado en materia de energía ni en
comunicaciones o transportes; ni “curso legal” de la moneda, y las monedas circularán
libremente, cada quien escogiendo la de su preferencia. Esta reforma va a poner a
los bancos en su lugar, eliminando el privilegio de “encaje legal” que exige la reserva
de solo una fracción de los depósitos. Por consiguiente no habrá multiplicación
artificial del dinero, ni del crédito o los medios de pago. Pero este tema se plasma a
través de la siguiente reforma.
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En otras palabras: poner a los agentes económicos privados a cargo y al mando en
la agricultura y la minería, la industria y los servicios, el transporte, la banca y las
finanzas, seguros, etc. Para ello han de ser privatizadas y desreglamentadas estas
actividades, para que sean sensibles a las necesidades, deseos, exigencias y
preferencias de los consumidores, del lado de la demanda, y de los productores, del
lado de la oferta, y así crear y distribuir la riqueza por sus canales naturales: los
mercados.
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4. Reforma Sanitaria: eficiencia y excelencia en el cuidado de la salud
De modo análogo al caso de la educación, se trata de poner la medicina en manos
de los médicos y doctores, no del Estado, para que los enfermos, discapacitados y
accidentados, puedan escoger libremente el centro médico, hospital o clínica de su
preferencia, con la atención de su elección, del lado de la demanda de servicios
médicos. Y para que los médicos, enfermeras, bioanalistas, odontólogos y gentes de
la profesión médica en general puedan competir, tanto en calidad y variedad como en
precio, del lado de la oferta de medicina. En otras palabras: privatizar y
desreglamentar la medicina.
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EL IMPUESTO DE LAS “TRES U” (3U)
Será el medio por el cual el Estado podrá sostenerse financieramente sin abusar de
los recursos de los ciudadanos. En cada uno de nuestros países, hoy en día hay más
de una decena de impuestos y aranceles que se llevan una parte importante de la
riqueza producida por la gente.
Con las Reformas núms. 1 y 2, todos esos gravámenes van a ser sustituidos por el
impuesto plano de las “tres U”, que va a ser Único (ese solo); Universal (sin
excepciones); y Uniforme (igual para todos). Los ingresos recaudados serán para
sostener las tres funciones propias del Estado, y también para financiar el “gasto
social”: las tres series de bonos o cupones para la educación, la atención médica, y
las jubilaciones de los más pobres, con las Reformas Nos. 3, 4 y 5.
Cabe preguntarse si nos alcanzará el dinero recaudado solamente con este impuesto,
y la respuesta es un rotundo sí. En la actualidad, además de muchos y altos
impuestos, tenemos una gran cantidad de leyes malas que imponen innumerables
trabas estatistas a la economía, decretando privilegios injustos que generan nichos
monopólicos y estorban la libre competencia. Y como si fuera poco, tenemos además
una banca de reserva parcial, basada en una moneda puramente fiduciaria, sin
respaldo metálico alguno, que puede emitirse indiscriminada y masivamente. Todo lo
cual impide la creación de riqueza en gran escala.
Pero con las primeras dos reformas, vamos a pasar a una economía libre, sin trabas
estatistas, y con banca de reserva total, basada en una moneda dura con patrón oro.
Significa esto que la producción va a verse multiplicada por 4 o 5 veces en los
primeros años nada más.
Se llama “Efecto Laffer”, por Arthur Laffer, el economista que lo descubrió y explicó.
Por tanto el monto recaudado por el impuesto nacional de las “3U” va a ser varias
veces mayor que el actual recaudado de todos los impuestos juntos.
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Adicionalmente, proponemos el Federalismo Fiscal, siendo parte de los tres
Federalismos. A niveles regional y municipal, cada departamento y cada municipio
del país podrá decretar todos los impuestos que sus residentes aprueben, para los
fines que sus residentes aprueben. El principio es que todo departamento o municipio
que quiera más gasto público, para los fines que sea, lo pague con su propio dinero
de su bolsillo.
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PREGUNTAS FRECUENTES
A continuación, una pequeña lista de preguntas frecuentes que nos suelen hacer tras
haber explicado las 5 Reformas, de esta manera, podemos despejar cualquier duda
restante:
Así no hubo gran apoyo popular, y las minorías fanatizadas de las izquierdas de todos
los colores, las combatieron con éxito, y lograron su pronta reversión. “En concreto,
¿cuáles son las reformas?” se nos pregunta. Son cinco series de reformas: (1)
políticas, (2) económicas, (3) educativas, (4) en la atención médica, y (5) en las
jubilaciones y pensiones. Para terminar con los privilegios, separando lo público de lo
privado, y acabar con el Apartheid criollo.
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¿Estas reformas son viables?
Pueden parecerte raras porque no contienen la típica retórica de alusiones directas a
los detalles de la problemática del desempleo, la pobreza, la mujer trabajadora, los
niños abandonados o desnutridos, los ancianos enfermos, el maltrato familiar, la
inmigración, el racismo, la polución ambiental etc., y por eso las reformas liberales no
parecen dirigidas a tratar con ellos.
Pero es que esos problemas, los reales, algunos muy graves, no los inventados, son
nada más que eslabones en la cadena de consecuencias y repercusiones (o
síntomas) del estatismo, cadena que se ha hecho muy larga, incluyendo sus efectos
más indirectas y remotos. La gente se enfoca y se enfrasca en discutir detalles y
pormenores de los eslabones de la cadena. Así se olvida la causa de los problemas
y el mal de fondo: el estatismo; ¡lo cual es muy bueno para el estatismo! Los árboles
no permiten ver el bosque; así es como las crisis provocadas por el estatismo,
desfachatadamente pretenden resolverse con “soluciones” aún más estatistas, que
no solucionan esas dificultades sino que las agravan y multiplican.
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Y para esconder la verdad, nos encajan demasiados embustes. Uno de ellos: “los
países requieren cada uno sus propias y distintas soluciones”; y ese cuento no se lo
creen ni ellos mismos, que a todos aplican las mismas políticas, variando solamente
sus nombres y siglas.
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SENTIDO COMÚN: CUATRO REFRANES POPULARES
¿Te parecen “simplistas” estas Reformas? Son simples quizá; mas no “simplistas” ni
erróneas. Bien miradas, las soluciones liberales no son sino de puro sentido común.
Aplican en la práctica cuatro refranes populares de gran sabiduría:
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4. “Mucho ayuda quien no estorba”
Alude a las instituciones privadas: familias, escuelas, Iglesias, clínicas, instituciones
privadas sindicales, religiosas o filantrópicas para la ayuda social, cajas previsionales
etc. El Estado no puede reemplazarlas; pero en sus desesperados intentos por
sustituirlas, les impide o estorba y dificulta (o encarece), en el camino al logro de sus
fines propios, para los cuales están muy bien dotadas por su constitución y estructura.
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