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Bienvenidos

Especialización en Contratación
Estatal
-Virtual-

Módulo: Contratación estatal


Aspectos generales de la contratación estatal

Estructura del Estado


Estructura del Estado

CONTEXTUALIZACIÓN

Introducción
La institución más importante dentro de todo el andamiaje de la Contratación Estatal es el
ESTADO. Una entidad pública que concentra el poder, de manera legal y legítima, para
asegurar la salvaguarda de los intereses de cada uno de los habitantes que ocupa un lugar
dentro de su territorio. Los intereses esenciales se recogen en dos: (i) asegurar una eficiente
protección a los derechos fundamentales y, (ii) prestar de manera eficiente servicios públicos.
¿Esto para qué? Para asegurar el bienestar general y la vida buena particular. En esa
intersección de intereses entre lo general y lo particular se encuentra la contratación pública.
Es decir, contratación en la que el Estado, por medio de sus agentes y agencias, diseña,
proyecta o financia la ejecución de servicios que permitan mejores condiciones materiales o
morales para que cada uno de nosotros pueda desarrollar mejor su proyecto de vida.
Este curso se propone entonces abrir la primera puerta de la contratación pública. Por eso
nos dedicaremos a estudiar al Estado, su composición política y jurídica, sus preceptos
constitucionales y la manera en que se estructura en cada una de las ramas del poder
público. Por último, haremos una breve explicación del funcionamiento de los órganos de
control. Esperando, de esta manera, que al conocer la estructura interna del estado
colombiano le resulte posible, a cada estudiante, saber la naturaleza y contenido de cada
una de las normas (principios, leyes y decretos) que regulan la contratación pública y de esta
manera, tener argumentos suficientes para valorar su pertinencia y necesidad.

Objetivo
 Identificar la estructura jurídica y política del estado colombiano.
 Conocer las disposiciones constitucionales que estructuran al estado colombiano.
 Diferenciar la estructura y función de cada una de las ramas del poder público en
Colombia.
 Conocer las instituciones que integran las diferentes ramas del poder público y los
órganos de control.

Duración
8 horas

Contenido
1 Principio 1: declaración de Estado social del derecho
2 Principio 2: declaración de Estado unitario
2.1 Descentralización administrativa
2.2 Desconcentración administrativa
2.3 Delegación
3 Principio 3: declaración de soberanía popular constitucionalizada

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Estructura del Estado

4 Principio 4: declaración de supremacía de la Constitución


5 Principio 5: Declaración de reconocimiento al bloque de constitucionalidad
6 Principio 6: Declaración del pluralismo étnico y cultural

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ESQUEMA

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1 Principio 1: declaración de Estado social del derecho

Decir que Colombia es un Estado social de derecho es hacer alusión a una denominación
que aparece explícitamente, por primera vez, en la Ley Fundamental de Bonn -Alemania- de
1949. Mediante esta denominación se recogen todas las premisas sociales, políticas, jurídicas
y económicas propias del Estado benefactor o del Estado de bienestar en las que se reconoce
la necesaria intervención del Estado, en el funcionamiento de la economía y en la
redistribución de la riqueza, en dirección de la edificación de un sistema social justo,
equitativo, plural y democrático; fundado en el respeto de la dignidad humana, en el trabajo,
en la solidaridad y en la decisión mayoritaria respetuosa del núcleo esencial1 de los derechos
minoritarios.
El Estado social de derecho surge como consumación institucional y constitucionalizada de
las proclamas sociales y de las exigencias políticas que tuvieron lugar durante la primera mitad
del siglo XX: la revolución mexicana2 (1910 - 1917); la Primera Guerra mundial3 (1914 - 1919); el
triunfo de la Revolución bolchevique4 en la Rusia zarista (1917); la instalación de la República
de Weimar5 (1918 - 1933); el Crash estadunidense (1929) y la Segunda Guerra Mundial6 (1939
- 1945).
De cada uno de estos eventos podemos destacar dos aspectos esenciales afines: (i) la
necesaria intervención del Estado como garantía de protección de derechos básicos
mediante el direccionamiento de la economía y, (ii) la necesaria exigencia de ampliar la lista
de derechos más allá de los derechos civiles y políticos o fundamentales, para asegurar la
protección de otros derechos como la salud, la educación, la generación del empleo, la
protección de la población obrera, el cuidado del medio ambiente, la vivienda, la
alimentación, la seguridad social y el acceso a la cultura mediante el uso de un
procedimiento sumario y expedito puesto al servicio y al alcance de cualquier persona para
que acceda a la autoridad judicial y exija, de su despacho, una orden que direccione la
conducta o la prestación del servicio de particulares o de agentes públicos, de tal manera
que el derecho resulte debidamente asegurado y protegido.
Remedio Sánchez Ferriz7 describe como elementos estructurales del Estado social de derecho:
1. Corregir los efectos disfuncionales del desarrollo económico capitalista.
2. Intervenir en la economía con el objeto de asegurar estándares básicos de asignación de
beneficios y de recursos para toda la sociedad en condiciones de igualdad, de equidad y
de justicia material.

1 Para la Corte Constitucional el núcleo esencial de los derechos puede describirse como el mínimo de contenido
de un derecho que debe respetar el Legislador. Es la parte de un derecho que lo caracteriza y a través de la cual
se diferencia de otro derecho. El núcleo esencial le confiere al derecho un grado de inmunidad respecto de la
intervención de terceros. En sentido negativo, el núcleo esencial de un derecho debe entenderse como aquello
sin lo cual un derecho deja de ser lo que es o se convierte en otro derecho. Es aquello de determina o condiciona
la dignidad, la supervivencia o la autodeterminación de un Sujeto (Sentencia T-756 de 2008).
2 Knight; Alan. Revolución mexicana. Del porfiriato al nuevo régimen constitucional. México, FCE, 2010.
3 Stevenson; David. 1914-1918. Historia de la primera guerra mundial. Bogotá, Debate, 2004.
4 Trotski; León. Historia de la revolución rusa. Madrid, Sarpe, 1985.
5 Möller; Horst. La República de Weimar: una democracia inacabada. Madrid, Antonio Machado editora, 2012.
6 Churchill; Winston. La segunda guerra mundial. Buenos Aires, Grupo Ilhsa, 2012.
7 Sánchez Ferriz; Remedio. Introducción al Estado Constitucional. Barcelona, Ariel, 1993, p 144 - 149.

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3. Hacer más efectivos los valores del Estado liberal como la igualdad ante la ley y la libertad
individual, comprendidos como el sustrato material de la dignidad humana.
4. Asegurar que todos los asociados dispongan de unos mínimos vitales (bienes y servicios
esenciales) sobre los cuales resulte posible y suficiente el ejercicio más amplio de la libertad
individual.
5. Asegurar la procura existencial de la población más vulnerable de la sociedad, cuidándose
de no incurrir en la expansión estatalista del socialismo y, ampliar significativamente el
espectro de los derechos. Si bien el modelo liberal se ocupó de la defensa extrema de las
libertades civiles y políticas, el Estado social de derecho, sin desconocer la esfera de
protección de dichas libertades, ha debido ampliar el nivel de protección de los derechos.
Es así como asume la función social esencial de promover el desarrollo económico, de tal
forma que la legitimidad de su funcionamiento queda condicionada a la satisfacción de
necesidades básicas de todos los asociados.

Estado social de derecho representa una decidida corrección a los excesos propios del
modelo liberal clásico, para quienes el Estado es concebido como un simple regulador de la
fuerza. Permitiendo que sea el mercado quien ordene la vida social mediante las leyes de
oferta y de demanda. Según el ideario liberal trazado por Adam Smith o John Locke, las
relaciones económicas resultan suficientes para fijar la renta, ubicar la fuerza de trabajo y
satisfacer las necesidades básicas. El papel estatal es mínimo. En su obrar solo cabe la
tenencia de la fuerza legítima a través de un ejército profesional, la administración de justicia
y acuñar la moneda. Los demás servicios públicos son una exigencia individual en la que el
Estado no tiene lugar ni responsabilidad alguna.
En el sentir de la Corte Constitucional, el Estado social de derecho define una nueva forma
de organización política que va más allá de los simples enunciados orgánicos y se orienta de
conformidad con la parte programática de los principios y de los valores constitucionales
(Sentencia T-406 de 1992).
El Estado social de derecho se orienta por el contenido constitucional. Actuar de conformidad
con dicho contenido permite acercar a todas las autoridades y asociados hacia la realización
de la justicia material. El contenido normativo constitucional se complementa con dos nuevas
instituciones: los valores y los principios constitucionales. Los valores constitucionales son
normas que orientan la interpretación del Derecho y la dirección de las autoridades públicas.
Se caracterizan por ser normas de corte axiológico, muy amplias y abiertas que exigen del
legislador una definición más oportuna. Los valores determinan la dirección hacia la cual
debe orientarse el actuar público. No son normas de aplicación directa, pero ello no impide
que haya ocasiones en las cuales el Juez constitucional pueda valerse de ellos para resolver
un caso concreto. Los principios constitucionales son normas de aplicación directa. Al estar
incluidos en la Constitución tienen la fuerza jurídica necesaria para valerse por sí mismos. Para
ser adoptados como criterio de decisión jurídica por parte del Juez constitucional en todo
momento. La importancia de los principios constitucionales es que le permite al Juez
constitucional inaplicar una regla cuando ésta pueda lesionar de forma ostensible un principio
constitucional.

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Estructura del Estado

Tenga en cuenta

Algunos ejemplos emblemáticos de Estado social de derecho son Alemania, Dinamarca,


Noruega, Suiza, Suecia, Finlandia y Canadá. Estados en los que la realización de los derechos se
vive de manera plena y se logra un equilibrio entre la salvaguarda de la propiedad privada
individual y la satisfacción de necesidades sociales como salud, educación, seguridad social,
transporte, monopolio de la fuerza, generación de empleo, promoción de la cultura e
infraestructura. Son Estados que se permiten conservar toda la carga prestacional que requiere
el buen funcionamiento del Estado social porque ostentan tres cualidades determinantes: (i)
economía desarrollada; (ii) eficiente cultura tributaria y, (iii) prestación efectiva de servicios
públicos. Los Estados que han proclamado en sus Constituciones la cláusula de Estado social de
derecho, pero que adolecen de alguna de las tres condiciones, han empezado a modificar lenta
y sistemáticamente los principios propios del intervencionismo estatal para trasladar la prestación
de los servicios públicos al sector privado; han instalado reformas legales para restringir y hacer
más dispendioso el acceso a la salud y a la educación; han aumentado las condiciones de
acceso a la seguridad social; han flexibilizado la legislación laboral y han dejado en manos de
multinacionales la generación de empleo a gran escala y la extracción de los recursos minerales.

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2 Principio 2: declaración de Estado unitario

Establece que existe un solo centro de impulsión política y legal que opera desde la Capital
del Estado. Reconoce la autonomía de las entidades territoriales y debido al desarrollo
administrativo y al crecimiento demográfico requiere adoptar unas medidas administrativas
legalmente consignadas, a través de las cuales se tiene el objeto de asegurar la presencia
estatal a la hora de satisfacer las demandas y las necesidades de todos los asociados a lo
largo y ancho del territorio.

Para recordar

El artículo 286 Superior consagra como entidades territoriales:

 Los departamentos.

 Los municipios.

 Los territorios indígenas.

 Las regiones.

 Las provincias.

Las técnicas administrativas aparecen explícitamente consagradas en los


primeros artículos de la Ley 489 de 1998:

2.1 Descentralización administrativa

En el ejercicio de las facultades de esta Ley y en general en el desarrollo y reglamentación de


la misma el Gobierno será especialmente cuidadoso en el cumplimiento de los principios
constitucionales y legales sobre la descentralización administrativa y la autonomía de las
entidades territoriales. En consecuencia, procurará desarrollar disposiciones y normas que
profundicen en la distribución de competencias entre los diversos niveles de la administración
siguiendo en lo posible el criterio de que la prestación de los servicios corresponda a los
municipios, el control sobre dicha prestación a los departamentos y la definición de planes,
políticas y estrategias a la Nación. Igualmente en el interior de las entidades nacionales
descentralizadas el Gobierno velará porque se establezcan disposiciones de delegación y
desconcentración de funciones, de modo tal que sin perjuicio del necesario control
administrativo los funcionarios regionales de tales entidades posean y ejerzan efectivas
facultades de ejecución presupuestal, ordenación del gasto, contratación y nominación, así
como de formulación de los anteproyectos de presupuesto anual de la respectiva entidad
para la región sobre la cual ejercen su función (Artículo 7, Ley 489 de 1998).

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2.2 Desconcentración administrativa

Es la radicación de competencias y funciones en dependencias ubicadas fuera de la sede


principal del organismo o entidad administrativa, sin perjuicio de las potestades y deberes de
orientación e instrucción que corresponde ejercer a los jefes superiores de la Administración,
la cual no implica delegación y podrá hacerse por territorio y por funciones (Artículo 8, Ley
489 de 1998).
La Corte Constitucional mediante la Sentencia C-561 de 1999 ha señalado como elementos
estructurales de la desconcentración:

i. La atribución de competencias se realiza directamente


por el ordenamiento jurídico.
ii. La competencia se confiere a un órgano medio o inferior
dentro de la jerarquía.
iii. La competencia se confiere en forma exclusiva. Esto
significa que ha de ejercerse precisamente por el órgano
desconcentrado y no por otro.
iv. El superior jerárquico no responde por los actos del
órgano desconcentrado más allá de los poderes de
supervisión propios de la relación jerárquica.
v. El superior jerárquico no puede reasumir la competencia
conferida al órgano desconcentrado sino en virtud de
una nueva atribución legal.

Importante

El objetivo de esta figura es descongestionar la gran cantidad


de compromisos atinentes a las autoridades administrativas, de
tal manera que se contribuya, mediante este instrumento, a un
rápido y eficaz diligenciamiento de los asuntos administrativos.

2.3 Delegación

Las autoridades administrativas, podrán mediante acto de delegación, transferir el ejercicio


de funciones a sus colaboradores o a otras autoridades, con funciones afines o
complementarias. Sin perjuicio de las delegaciones previstas en leyes orgánicas, en todo caso,
los Ministros, Directores de departamento administrativo, Superintendentes, representantes
legales de organismos y entidades que posean una estructura independiente y autonomía
administrativa podrán delegar la atención y la decisión de los asuntos a ellos confiados por la
ley y los actos orgánicos respectivos, en los empleados públicos de los niveles directivo y asesor

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vinculados al organismo correspondiente, con el propósito de dar desarrollo a los principios


de la función administrativa enunciados en el artículo 209 de la Constitución Política y en la
presente Ley (artículo 9, Ley 489 de 1998). La delegación exime de responsabilidad al
delegante (artículo 211 Superior).

I. La Corte Constitucional mediante la Sentencia C-


561 de 1999 ha señalado como elementos
estructurales de la delegación:
II. La transferencia de funciones de un órgano a otro.
III. La transferencia de funciones se realiza por el
órgano titular de la función.
IV. La necesidad de la existencia previa de
autorización legal.
V. El órgano que confiera la delegación puede,
siempre y en cualquier momento, reasumir la
competencia.
VI. Se realiza y se revoca por la autoridad administrativa
titular de la atribución.

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3 Principio 3: declaración de soberanía popular constitucionalizada

Definir que el pueblo es el soberano representa un cambio sustancial frente a la Carta de


1886, en la que se afirmaba que la soberanía reposaba en la Nación. El artículo 3 de nuestra
Carta vigente señala que “La soberanía reside exclusivamente en el pueblo, del cual emana
el poder público. El pueblo la ejerce en forma directa o por medio de sus representantes, en
los términos que la Constitución establece.”
Esta última condición es muy importante porque nos pone de manifiesto que el poder
soberano no es absoluto. Los límites que condicionan la voluntad popular o mayoritaria están
contenidos en los principios, en los valores y en la extensa lista de derechos básicos. La
soberanía popular constitucionalizada opera como instrumento de corrección de la
democracia tradicional mayoritaria. Acepta que las decisiones más importantes se derivan
de las mayorías, aunque exige participación activa de las minorías en atención a la
salvaguarda de sus derechos. Al asegurarle a las minorías expresión, participación y
representación se ofrecen instancias deliberativas para que las decisiones sean discutidas con
un mayor número de filtros que pueden revertir decisiones aparentemente legítimas y
populares.
La Democracia constitucional refuta la tesis clásica de que “La voz del pueblo es la voz de
Dios”. Discute esta tesis porque bajo esta modalidad democrática el pueblo no puede instalar
la pena de muerte; ni la cadena perpetua; ni suprimir los órganos de control; ni desconocer
los derechos adquiridos de la población LGBTI mediante el matrimonio igualitario o la
adopción igualitaria; no puede instalar una reelección presidencial indefinida; no puede
desconocer el Bloque de constitucionalidad; no puede abolir el Estado Social de Derecho; no
puede instalar un sistema federal o fijar un régimen monárquico; no puede abolir el Debido
proceso en el sistema punitivo o administrativo; no puede cercenar el acceso a la
administración de justicia; no puede fijar indultos o amnistías frente a delitos de lesa
humanidad; no puede instalar un régimen político donde las infracciones penales en que
incurran los ciudadanos sean conocidas y procesadas por la justicia penal militar.
Existen unos límites, necesarios para el funcionamiento del régimen republicano, en el
contexto actual internacional, que no le permiten al pueblo, así ostente explícitamente la
calidad de soberano, omitir acuerdos o normas que determinen un grado mínimo de civilidad
política y de moralidad pública. En esta dirección, uno de los principios rectores de la
democracia moderna y del derecho público, como es el de Prevalencia del interés general,
deja de ser un absoluto porque exige el diálogo a través del cual se asegure la protección de
los derechos básicos de las minorías. He aquí un tema complejo. Democracia con límites a las
mayorías. Esta aparente contradicción se explica en el deseo de corregir la democracia
misma y evitar que se repitan los excesos trágicos de la democracia mayoritaria, legítima y
legalizada que empleó el Tercer Reich durante la época nazi8. Donde las tensiones entre

8 En este pasaje Beaud pone en escena las tensiones propias de la democracia constitucional, en el que toma
como ejemplo histórico la transición de la República Weimar al Tercer Reich: “¿Por qué la historia del final de
Weimar constituiría una lección instructiva y ejemplar para las democracias constitucionales contemporáneas? La
respuesta está en que con frecuencia se interpreta el ascenso de Hitler al poder como el caso desgraciadamente
ejemplar de una democracia que se habría autodisuelto, al permitir, muy democráticamente, que sus enemigos,
es decir, los nazis, se hiciesen con el poder. La toma del poder por parte de los nazis se consideraba
constitucionalmente como un cambio de gobierno, uno de los muchos que hubo en el período de Weimar. El
hecho de que el final del régimen de Weimar se produjese por medios legales (nombramiento del primer ministro

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mayorías y minorías no solo tienen lugar sino que es una consecuencia natural del modelo, en
el que el poder judicial está llamado a dirimir estas tensiones de conformidad con los principios
constitucionales de favorabilidad, de progresividad y de protección de las minorías
políticamente vulnerables.
Dice la Corte Constitucional:

La democracia no puede entenderse, exclusivamente, como el


conjunto de reglas que adoptan los representantes mayoritarios
del pueblo en el Congreso de la República, por cuanto esta visión
podría excluir el ejercicio de derechos fundamentales y libertades
públicas de las minorías sin representación política. El sistema
democrático constitucional impone límites en el ejercicio del
poder público a las mayorías, con el fin de asegurar derechos
inherentes a la dignidad humana, que actúan como
precondiciones de aquel. La competencia de este Tribunal
Constitucional se funda en el principio de protección de los
derechos de grupos minoritarios, […] quienes en una sociedad
democrática no pueden supeditar indefinidamente el ejercicio de
sus derechos individuales a las injusticias derivadas del principio
mayoritario (Sentencia SU-214 de 2016).

Importante

La soberanía popular constitucionalizada opera como instrumento de corrección de


la democracia tradicional mayoritaria. Acepta que las decisiones más importantes
se derivan de las mayorías, aunque exige participación activa de las minorías en
atención a la salvaguarda de sus derechos

por parte del presidente del Reich), y no por medios revolucionarios, plantea inevitablemente una cuestión de
principio: saber si en una democracia los gobernantes deben o pueden dejar que sus enemigos ganen elecciones
democráticamente, a sabiendas de que llegado el momento estos volverán el arma del poder contra ellos y
contra la democracia.”
BEAUD; Olivier. Los últimos días de Weimar: Carl Schmitt ante el ascenso del nazismo. Madrid, Escolar y Mayo editores,
2017, p 10.

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Estructura del Estado

4 Principio 4: declaración de supremacía de la Constitución

Esta premisa se deriva expresamente del contenido del artículo 4 Superior: “La Constitución es
norma de normas. En todo caso de incompatibilidad entre la Constitución y la ley u otra norma
jurídica, se aplicarán las disposiciones constitucionales.” Este primer inciso del artículo es
decisivo para entender aspectos importantes de nuestro modelo normativo.

i. Significa que la Constitución, en tanto conjunto de principios y de valores condiciona y


determina la existencia jurídica y política del Estado, fija de manera formal y material el
alcance de todas las normas que integran el orden jurídico. De una manera muy especial
se condiciona la actividad legislativa y ejecutiva del Estado. Tanto las Leyes como los
Decretos y, por extensión, todos los demás reglamentos que nacen a la vida jurídica han
de tener un filtro esencial: ser coherentes con el texto y con el espíritu de la Constitución9.
La coherencia de las normas con la Constitución le confiere unidad y coherencia a todo el
sistema normativo. Una norma, cualquiera sea su origen, solo puede generar efectos
jurídicos, en tanto se demuestre que es compatible con el texto constitucional.
ii. Históricamente la supremacía de la Constitución tuvo ocasión en Colombia a partir del
Acto legislativo 3 de 1910 en el que se instaló la Acción Pública de Inconstitucionalidad10.
Una acción que les permitía a los ciudadanos presentar demandas en contra de una Ley,
un Decreto o un Acto legislativo por contrariar formal o materialmente una disposición
constitucional. Revisión de la que se ocupaba la Corte Suprema de Justicia, a la que se le
asignaba la función de asegurar la guarda y la supremacía de la Constitución11. Con esta
Acción se materializaba la tesis de supremacía de la Constitución sobre la Ley y se instalaba
el control constitucional concentrado, rogado, formal, material y abstracto. Sin embargo,
debemos advertir que fue un control constitucional tímido y apacible. Salvo un par de
declaratorias de inexequibilidad a dos proyectos de reforma constitucional, de vocación
presidencial mediante Acto legislativo en 1979 y en 1981, el control constitucional fue poco
protagonista del proceso de creación del derecho, y en la práctica era la Ley, la principal
norma rectora de nuestro orden jurídico y el principal marco de comprensión en el interior
de nuestra cultura jurídica. Había Constitución y era norma de normas, pero en la práctica,
nuestra cultura legalista seguía entendiendo la realidad a partir de la Ley. Y la Constitución
era poco usada como fundamento de una pretensión o de una decisión jurídica. Bastaba
la recurrencia a la Ley para entender que se actuaba conforme a derecho.
iii. El principal medio de salvaguarda de la supremacía de la Constitución es el control
constitucional. A través de este medio, un órgano de naturaleza judicial, por regla general

9 He aquí la naturaleza del control constitucional integral. En el que se exige no solo que la norma sea formalmente
ajustada a la Constitución, sino que también su esencia sea compatible con los principios que integran la parte
dogmática de la Carta; requisitos esenciales para que dicha norma pueda ser válida, ingresar al orden jurídico y
generar efectos jurídicos.
10 Una lectura más amplia sobre su fundamento histórico y normativo se encuentra en:

MENDIETA; David. La acción pública de inconstitucionalidad: a propósito de sus 100 años de vigencia en Colombia.
Bogotá, Pontificia Universidad Javeriana. Universitas, Vol 59, Núm. 120, 2010.
11 Así rezaba el artículo 41 del Acto legislativo 3 del 31 de octubre de 1910: “A la Corte Suprema de Justicia se le

confía la guarda de la integridad de la Constitución. En consecuencia, además de las facultades que le confieren
ésta y las leyes, tendrá la siguiente: decidir definitivamente sobre la exequibilidad de los Actos Legislativos que
hayan sido objetados como inconstitucionales por el Gobierno, o sobre todas las leyes o decretos acusados ante
ella por cualquier ciudadano como inconstitucionales, previa audiencia del procurador General de la Nación.”

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la Corte Constitucional (artículo 241 Superior) y excepcionalmente el Consejo de Estado


(artículo 237 # 2 Superior), tiene la competencia para asegurar, de manera vinculante
(artículo 243 Superior) que una norma solo pueda ingresar al ordenamiento jurídico o
generar efectos jurídicos, si solo si, a juicio del alto tribunal, la forma y el espíritu de la norma
es compatible con la forma y el espíritu de la Constitución.
iv. Al convertirse la Constitución en norma primera del orden jurídico se modifica el sistema de
fuentes del derecho de origen romanista y francés que rigió en la práctica jurídica
colombiana y que tuvo asiento hasta el artículo 230 Superior en el que se señala que “Los
jueces en sus providencias solo están sometidos al imperio de la ley. […] Y la jurisprudencia
será un criterio auxiliar de la actividad judicial.”12 Supremacía jurídica de la Constitución
significa que se reconoce el valor jurídico de la Constitución y la condición de norma
primera, pues es a través de sus reglas, principios y valores como se determina la estructura
básica del Estado, se funda el orden jurídico y las instituciones que ejercen la autoridad
pública; se determina el marco de competencias mediante el cual se dictan las normas y
se dirimen los conflictos sociales. (Sentencia C-415 de 2012)
v. Al señalar que en caso de incompatibilidad entre la Constitución y la ley u otra norma
jurídica se aplicarán las disposiciones constitucionales (artículo 4 Superior), se instala en
Colombia una réplica del control constitucional por vía de excepción de inaplicación, que
se funda en los Estados Unidos con ocasión de la Sentencia Marbury vs Madison, proferida
por la Suprema Corte de Justicia, el 24 de febrero de 1803. Con base en este precedente
se habilita a los operadores jurídicos a gozar de la potestad de inaplicar una norma por
considerar que en ese caso concreto, su aplicación contraría una disposición
constitucional13.

12 Afirma Carlos Bernal Pulido: “A pesar de que el derecho colombiano tenga la estructura y los fundamentos de
un sistema de derecho continental, después de una evolución posterior a la Constitución de 1991, tanto el derecho
positivo como la práctica han llegado a reconocer que las sentencias judiciales tienen el carácter de precedente.
Este carácter se fundamenta en una renovada interpretación del artículo 230 de la Constitución, según la cual, la
jurisprudencia, que explicita el contenido normativo de las disposiciones jurídicas, forma parte del imperio de la ley
que resulta vinculante para el juez. Esta interpretación, asimismo, es coherente con el respeto del principio de
igualdad y con la búsqueda de coherencia y estabilidad en el ordenamiento jurídico.”
BERNAL PULIDO; Carlos. El neoconstitucionalismo y la normatividad del derecho. Bogotá, Universidad Externado de
Colombia, 2009, p 165.
13 Una lectura más amplia sobre su fundamento histórico y normativo se encuentra en:

USQUIANO; Milton. La excepción de inconstitucionalidad en la Corte Constitucional colombiana. Medellín,


Universidad de Medellín – Sello editorial, 2017.

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Estructura del Estado

5 Principio 5: Declaración de reconocimiento al bloque de constitucionalidad

Los artículos 93 y 94 Superiores, reconocen la incorporación a nuestro sistema constitucional


de un conjunto de derechos, de principios, de valores y de normas contenidos en Tratados
internacionales que versen sobre Derechos Humanos, que en su interpretación se deduzca
que hay un desarrollo del principio Pro homine, y que puedan ser empleados como criterios
de validez constitucional de las leyes (Sentencia C-327 de 2016).
El artículo 93 Superior, consagra que los tratados internacionales que versen sobre derechos
humanos o sobre la prohibición de limitarlos en estados de excepción, y que sean ratificados
por el Congreso, se aplicarán, de manera preferente, en nuestro orden jurídico. El artículo 94
Superior, presenta la incorporación de normas que sin estar explícitamente contenidas en la
Constitución o en un Tratado ratificado, siempre que sea posible advertir la conexidad con la
protección de la condición humana también es susceptible de ser tenido en cuenta como
criterio de interpretación y de aplicación del encuadramiento fáctico y normativo del Bloque
de constitucionalidad.
La Corte Constitucional mediante Sentencia C-1490 de 2000, señala la distinción de dos
sentidos al concepto de Bloque de constitucionalidad. El primero, hace referencia al Bloque
de constitucionalidad en Sentido estricto, integrado por el conjunto de normas, de principios
y de valores que han sido normativamente integrados a la Constitución por expreso mandato
constitucional. Es así como se puede afirmar que estas disposiciones jurídicas tienen rango
constitucional y se pueden emplear efectivamente como parámetro de validez de las leyes.
Allí encontramos los Tratados de derecho humanitario y las normas del Ius cogens. El segundo,
hace referencia al Bloque de constitucionalidad en Sentido lato, integrado por un conjunto
de disposiciones que si bien no tienen un rango constitucional superior sí tienen un rango
normativo superior a las leyes ordinarias y pueden ser empleadas y decisivas en el proceso de
creación legal o en el ejercicio del control constitucional, como sucede con el Preámbulo, el
articulado constitucional, las leyes estatutarias y las leyes orgánicas (Sentencia C-200 de 2002).
De tal manera que si una ley contradice lo dispuesto en cualquiera de las normas que integran
el Bloque de constitucionalidad deberá ser excluida del orden jurídico.
El desarrollo del Bloque de constitucionalidad ha sido decisivo para incorporar en nuestro
orden jurídico, una serie de principios básicos a través de los cuales se ha ampliado el
horizonte normativo y se ha dado fundamento jurídico a las pretensiones de los accionantes.
Algunos de estos principios son:

i. Principio pro-homine: es un criterio hermenéutico que permea todo el Derecho de los


Derechos Humanos. Es llamado Cláusula de favorabilidad en la interpretación de los
derechos humanos. En virtud de este principio se exige que en materia de concesión de
derechos siempre se adopte la norma más amplia o más favorable; y en caso de que tenga
lugar una suspensión extraordinaria de derechos se acuda a la norma que derive una
interpretación más restringida (Sentencia C-248 de 2006).
ii. Principio de la dignidad humana: está explicitado en el artículo 11 de la Convención
Americana sobre Derechos Humanos. En ella se consagra que toda persona tiene derecho
al reconocimiento de su dignidad. A través de este derecho se reconoce en favor de una
persona todo el conjunto de atributos materiales e inmateriales que le permitan vivir de
manera libre y autónoma (Sentencia C-452 de 2016).

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Estructura del Estado

iii. Principio del mínimo vital: es una prolongación necesaria de la dignidad humana. Bajo este
principio se explicitan las condiciones materiales básicas que requiere un sujeto para
asegurar su condición mínima de existencia. Sin estas condiciones materiales mínimas se
compromete la subsistencia. Es por ello que los titulares naturales de exigencia de este
principio, son todos aquellos miembros de la sociedad puestos en una condición de
vulnerabilidad manifiesta, a quienes la Constitución en su artículo 1314, consagra unas
condiciones de especial preferencia y protección (Sentencia T-518A de 2011).
iv. Principio de progresividad: es una exigencia estatal que opera en materia de protección
de derechos económicos, sociales y culturales. Bajo la aplicación de este principio se
obliga al Estado a conservar, como mínimo, o ampliar el margen de protección de
derechos concedidos (Sentencia C-492 de 2015). La aplicación inmediata de este principio
obliga al Estado a seguir hacia adelante en la consecución del goce pleno de las garantías
derivadas de los derechos sociales, económicos y culturales. De tal manera que resulta
exigible para las autoridades públicas la instalación y ejecución de políticas públicas
encaminadas a avanzar en el logro de la salvaguarda y en la protección de este tipo de
derechos; de igual manera, bajo la tutela de este principio, se le prohíbe a las autoridades
estatales limitar, retroceder o restringir el alcance de derechos ya concedidos (Sentencia
C-209 de 2016).

14“El Estado protegerá especialmente a aquellas personas que por su condición económica, física o mental, se
encuentren en circunstancia de debilidad manifiesta.”

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Estructura del Estado

6 Principio 6: Declaración del pluralismo étnico y cultural

Nuestra Constitución consagra y reconoce explícitamente la diversidad étnica y cultural


(artículo 7 Superior). Constitucionalmente este artículo está relacionado con el deber estatal
de proteger la riqueza cultural de la nación (artículo 8 Superior); regirse por el principio de
autodeterminación de los pueblos (artículo 9 Superior); el respeto por la dignidad de todas las
culturas (artículo 72 Superior). Se reconoce que Colombia es un Estado pluriétnico,
plurirreligioso y pluricultural.
La protección de esa diversidad es un compromiso estatal porque señala que lo que nos
diferencia no nos aleja, sino que nos complementa. Aceptar la pluralidad étnica significa
reconocer, después de mucho tiempo, que en nuestro suelo habitan poblaciones indígenas
que no fueron sometidas al imperio confesional español, no hablan castellano y tienen una
cosmovisión alterna a la de las mayorías. Por ser diferentes no deben ser excluidos sino
protegidos. En atención a esta diferencia étnica se respeta el uso de sus dialectos, así el
castellano sea el idioma oficial. Es por ello que reconoce una educación bilingüe con el ánimo
de no despojar de sus raíces básicas a comunidades enteras que han sobrevivido, fieles a sus
creencias, a los tiempos de la conquista, de la colonia y de la globalización. Se les respeta sus
prácticas, sus costumbres, sus creencias y su jurisdicción especial, siempre que se asegure el
respeto por el núcleo esencial de los derechos fundamentales. Toda práctica que
comprometa dicho núcleo será declarada inexequible y el principio de autonomía cederá
ante el principio de supremacía de la Constitución. Dice la Corte Constitucional:

Los límites mínimos que en materia de derechos humanos


deben cumplir las autoridades indígenas en el ejercicio de
sus funciones jurisdiccionales responden, a juicio de la
Corte, a un consenso intercultural sobre lo que
verdaderamente resulta intolerable por atentar contra los
bienes más preciosos del hombre, es decir, el derecho a
la vida, la prohibición de la esclavitud, la prohibición de la
tortura y, por expresa exigencia constitucional, la
legalidad en el procedimiento, en los delitos y en las penas
(Sentencia T-523 de 1997).

Concluye la Corte Constitucional que los derechos fundamentales que se le reconocen a las
comunidades indígenas deben entenderse como un desarrollo del principio de diversidad
étnica y cultural. Con el ánimo de asegurar esta diversidad, el Estado social de derecho
reconoce a estas comunidades no solo las prerrogativas básicas que tiene cada integrante
del Estado, sino que también concede a estas comunidades derechos en tanto entidad
colectiva. La razón de ser de la protección a la diversidad étnica y cultural es: (i) amparar
colectivamente a las comunidades tradicionales que no continúan la forma de vida de la
sociedad mayoritaria, para que puedan desarrollarse de conformidad con su cultura, sus
tradiciones y sus costumbres y, (ii) proteger a los miembros de la comunidad como sujetos,
dentro y fuera de su territorio, de conformidad con su propia cosmovisión (Sentencia T-973 de
2014).

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Estructura del Estado

REFERENCIAS BIBLIOGRAFÍCAS
Acto Legislativo 3 del 31 de octubre de 1910. (Congreso de la República de Colombia)
Beaud; Olivier. Los últimos días de Weimar: Carl Schmitt ante el ascenso del nazismo. Madrid,
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Bernal Pulido; Carlos. El neoconstitucionalismo y la normatividad del derecho. Bogotá,
Universidad Externado de Colombia, 2009.
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Knight; Alan. Revolución mexicana. Del porfiriato al nuevo régimen constitucional. México,
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Möller; Horst. La República de Weimar: una democracia inacabada. Madrid, Antonio
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Sentencia SU-214 de 2016 (Corte Constitucional de Colombia)
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Sentencia T-973 de 2014). (Corte Constitucional de Colombia)
Sentencia C-415 de 2012 (Corte Constitucional de Colombia)
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Stevenson; David. 1914-1918. Historia de la primera guerra mundial. Bogotá, Debate, 2004.
Trotski; León. Historia de la revolución rusa. Madrid, Sarpe, 1985.
Usquiano; Milton. La excepción de inconstitucionalidad en la Corte Constitucional
colombiana. Medellín, Universidad de Medellín – Sello editorial, 2017.

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Estructura del Estado

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