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LAS CAPITULACIONES MATRIMONIALES

Las capitulaciones matrimoniales


Noción inicial

La tradición histórica y la literatura jurídica española reservan el nombre


de capitulaciones matrimoniales a la escritura pública o al documento en que
los cónyuges o los futuros cónyuges establecen las normas de carácter
patrimonial aplicables a su matrimonio. El Código se limita a indicar para que
sirven:
Art. 1325: “en capitulaciones matrimoniales podrán los otorgantes
estipular, modificar o sustituir el régimen económico de su matrimonio”, pero
añadiendo “o cualesquiera otras disposiciones por razón del mismo”.
El objeto de las capitulaciones matrimoniales radica, de forma directa y
precisa, en instrumentar las estipulaciones conyugales referentes al régimen
económico del matrimonio, pero que, de forma complementaria, puede referirse
también a “cualesquiera otras disposiciones por razón del matrimonio” (p.ej., el
regalo o donación propter nuptias que los suegros realizan a favor del cónyuge
de su hijo o hija)

Naturaleza contractual de las capitulaciones


La doctrina mayoritaria predica el carácter contractual de las
capitulaciones matrimoniales.
Algunos autores prefieren conceptuarlas como acto complejo, dado el
posible contenido atípico de las capitulaciones

El contenido de las capitulaciones


Es necesario distinguir entre el contenido típico y el posible contenido
atípico de las capitulaciones

Contenido típico
La materia propia o típica de la capitulaciones viene representada por la
fijación del sistema económico-matrimonial.

La libertad de estipulación del régimen económico del matrimonio implica


que, en cualquier momento, los futuros cónyuges pueden instituir el régimen
patrimonial que deseen o que quienes ya cónyuges pueden sustituir un
régimen previamente vigente entre ellos por otro sistema económico-
matrimonial distinto.

En cualquiera de ambos casos, los cónyuges cuentan con la más amplia


libertad al respecto

Lo normal es que, en caso de efectivo otorgamiento de capitulaciones,


los cónyuges se remitan a uno cualquiera de los tipos de régimen económico
del matrimonio desarrollado en la legislación directamente aplicable y que,
además, expresen cuál será el aplicable.
Contenido atípico
Bajo tal designación se engloban las estipulaciones que el artículo 1325
considera “cualesquiera otras disposiciones por razón del mismo [del
matrimonio]” que no tengan por objeto la determinación del régimen económico
del matrimonio, aunque sean de índole patrimonial. El propio Código suministra
algunos supuestos:
 algunos preceptos reguladores de las donaciones por razón de
matrimonio otorgan especial trascendencia al hecho de que se hayan
instrumentado en capitulaciones (arts. 1338, 1341,2)
 los artículos 826,827 y 831 atribuyen peculiares efectos a
declaraciones o pactos relativos al tercio de mejora hereditaria
cuando se encuentren contenidos en las capitulaciones de los
esposos.
Lo dicho no significa que las estipulaciones “por razón del matrimonio”
que pueden incorporarse a las capitulaciones hayan de tener necesariamente
contenido económico, pues al menos las capitulaciones son un “documento
público” perfectamente adecuado para llevar a efecto el reconocimiento de un
hijo prematrimonial.

La eventual inexistencia del contenido atípico


Cabe la posibilidad de que los cónyuges otorguen capitulaciones cuyo
contenido se limite a la consideración de algunas de las “otras disposiciones
por razón del matrimonio”, sin llevar a cabo determinación alguna relativa al
régimen económico del matrimonio propiamente dicho. En tal caso, el régimen
económico-matrimonial aplicable será el sistema legal supletorio de primer
grado (en el Código, el régimen de gananciales)

La prohibición de estipulaciones ilícitas


El amplio margen de libertad con que cuentan los cónyuges no llega
hasta el extremo de permitir que el contenido de las capitulaciones integre
dentro de ellas cláusulas o estipulaciones que vulneren o contradigan el
mandato de leyes imperativas o principios generalmente aceptados o
impuestos por el ordenamiento jurídico.

El art. 1328 establece: “será nula cualquier estipulación contraria a las


leyes o a las buenas costumbres o limitativa de la igualdad de derechos que
corresponda a cada cónyuge.”

El momento temporal del otorgamiento


La redacción originaria del Código: la inmutabilidad del régimen
económico del matrimonio
Hasta el año 1975, el art. 1315 del Código Civil excluía la posibilidad de
otorgar capitulaciones una vez celebrado el matrimonio. Es decir, regía en el
Código el doctrinalmente denominado principio de inmutabilidad del régimen
económico del matrimonio, de tal forma que una vez celebrado el matrimonio
los cónyuges carecían de facultad alguna de modificar su régimen patrimonial,
salvo en supuestos excepcionales en los que se permitía solicitar judicialmente
la separación de bienes en los siguientes casos:
 cuando uno de los cónyuges hubiese sido condenado a una pena
que comportase la interdicción civil;
 cuando uno de los cónyuges hubiese sido declarado ausente
 cuando los cónyuges se encontrasen separados judicialmente.

Régimen vigente: la mutabilidad del régimen económico del matrimonio
La inmutabilidad del régimen económico del matrimonio fue abandonada
con la Ley 14/1975, por la que el art. 1315 quedo redactado así: “Los que se
unan en matrimonio podrán otorgar sus capitulaciones antes o después de
celebrarlo, estipulando las condiciones ...”
Actualmente el art. 1326 establece que “las capitulaciones matrimoniales
podrán otorgarse antes o después de celebrado el matrimonio” (redactado por
la Ley 11/1981)
En consecuencia: lo que ahora se resalta es el principio de la
mutabilidad del régimen económico del matrimonio
En la actualidad, los cónyuges pueden celebrar cuantas capitulaciones
matrimoniales deseen, sea antes o después de haber celebrado el matrimonio,
aunque conviene advertir que normalmente la generalidad de los matrimonios
no se dedica a juguetear con semejante materia, ni a entretenerse con
semejante posibilidad de cambio de régimen económico del matrimonio.

Los requisitos de capacidad


Los otorgantes de las capitulaciones
En primer lugar conviene expresar que al acto del otorgamiento de las
capitulaciones pueden concurrir, junto con los (actuales o futuros) cónyuges,
otras personas. De ahí que el encabezamiento del art.1325 diga que “podrán
los otorgantes estipular ...” El art. 1331 se refiere también expresamente a la
eventualidad de que intervengan como otorgantes en las capitulaciones otras
personas, terceros, distintas de los cónyuges.
La intervención y el consentimiento de estos últimos, obviamente, es un
presupuesto necesario y propio del otorgamiento. Además, la intervención de
los cónyuges constituye un acto personalísimo, que no puede realizarse
mediante representante.
Frente a ello, la intervención como otorgantes de las capitulaciones de
otras personas, es una mera eventualidad, que encuentra su fundamento en la
posibilidad de que personas cercanas a los esposos realicen atribuciones
patrimoniales o pactos sucesorios a favor de los cónyuges.
El Código no contiene regla alguna de capacidad respecto de los
cónyuges que sean plenamente capaces, sin dos preceptos relativos
respectivamente al menor no emancipado y al cónyuge incapacitado, ni
tampoco en relación con los restantes otorgantes. En consecuencia, ha de
entenderse que, salvo para los dos supuestos indicados, la capacidad de
cualquiera de los otorgantes ha de establecerse conforme a las reglas
generales en materia de contratación.

Los menores no emancipados


El art. 1329 dispone: “El menor no emancipado que con arreglo a la Ley
pueda casarse podrá otorgar capitulaciones, pero necesitará el concurso y
consentimiento de sus padres o tutor, salvo que se limite a pactar el régimen de
separación o el de participación.”
Los padres o el tutor no ostentan la representación legal del menor no
emancipado que contraiga matrimonio, sino que el menor no emancipado actúa
por sí mismo y en su propio nombre, si bien el precepto impone el
complemento de capacidad que supone “el concurso y consentimiento” de
quienes, en relación con el resto de actos jurídicos, son representantes legales
del menor.
Semejante complemento de capacidad es superfluo si el menor, en “sus
capitulaciones”, opta por cualquiera de los esquemas de régimen económico-
matrimonial que se encuentran desarrollados normativamente en el Código,
separación y participación. Ergo, el menor no emancipado, sin necesidad de
complemento de capacidad alguno, puede someterse al régimen de
gananciales (si no otorga capitulaciones), o al sistema de separación o
participación, si así lo determina en las consiguientes capitulaciones.

Los incapacitados
En relación con los incapacitados, dispone el artículo 1330 que “el
incapacitado judicialmente sólo podrá otorgar capitulaciones matrimoniales con
la asistencia de sus padres, tutor o curador”
A diferencia del supuesto anterior, el complemento de capacidad de su
guardador resulta necesario para el incapacitado aunque desee pactar el
régimen de separación o el de partición. De otra parte, pese al carácter
graduable del sistema tutelar y de lo dispuesto en el artículo 210 en relación
con el alcance de la incapacitación, debe entenderse que el complemento
específico de capacidad establecido en el artículo 1330 es exigible aunque la
sentencia de incapacitación habilite al incapacitado para otorgar capitulaciones.

La forma de las capitulaciones


Según el art. 1327 “para su validez, las capitulaciones habrán de constar
en escritura pública” lo que representa una reiteración del art. 1280.3º, en cuya
virtud “deben constar en documento público ... las capitulaciones matrimoniales
y sus modificaciones”. Sin embargo, el art. 1327 no se refiere a cualquier
“documento público”, sino precisamente a la “escritura pública”.
De ambos datos, deduce la doctrina que el otorgamiento de escritura
pública constituye un requisito de carácter constitutivo o ad solemnitatem de las
capitulaciones matrimoniales. Así pues, las capitulaciones deben considerarse
un contrato (o un negocio) de carácter solemne: en defecto de escritura
carecerán de validez alguna, tanto inter partes cuanto frente a terceros.
Esta conclusión, no obstante, ha de entenderse referida exclusivamente
al contenido típico de las capitulaciones , pues respecto de algunos aspectos
atípicos cabe considerar válida la declaración respectiva de los cónyuges
aunque se instrumente en cualquier otro documento público. Así ocurre, p.ej.,
con cualquier documento público, sea notarial o no, en el que se lleve a cabo el
reconocimiento de un hijo extramatrimonial o, en su caso, respecto de la
protocolización mediante acta notarial de un documento privado de aclaración
de las operaciones particionales de la disuelta sociedad de gananciales.

La modificación del régimen económico matrimonial constante matrimonio


Tras la celebración del matrimonio, los cónyuges pueden en cualquier
momento modificar las reglas de funcionamiento patrimonial de su matrimonio,
bien sea mediante el otorgamiento de nuevas capitulaciones , bien mediante el
cambio del régimen económico-matrimonial supletorio de primer grado por un
nuevo régimen económico-matrimonial a través del otorgamiento de las
(primeras) capitulaciones.
El último supuesto es el más frecuente.

La modificación de las capitulaciones preexistentes


El otorgamiento de nuevas capitulaciones no implica de forma necesaria
el cambio del régimen económico-matrimonial, dado que el contenido de la
nueva escritura puede referirse exclusivamente a los aspectos integrados en el
denominado contenido atípico de las capitulaciones. No obstante, en la
generalidad de los supuestos, la modificación de las capitulaciones
preexistentes alcanzará también al contenido típico.
El Código de lo único que se preocupa es de garantizar la participación
en el otorgamiento de las nuevas capitulaciones de aquellas personas que
intervinieron en las capitulaciones anteriormente acordadas. El art. 1331
dispone: “para que sea válida la modificación de las capitulaciones
matrimoniales deberá realizarse con la asistencia y el concurso de las personas
que en éstas intervinieron como otorgantes si vivieren y la modificación
afectare a derechos concedidos por tales personas.”
La norma no se está refiriendo a los cónyuges, sino a los terceros que
hubieren intervenido en el pasado, realizando atribuciones patrimoniales o
pactos sucesorios a favor de los cónyuges.
Las reglas en relación con la capacidad y la forma, así como la
ineficacia, de las capitulaciones es obvio que habrán de seguir siendo
respetadas.

El otorgamiento de capitulaciones y el cambio del régimen económico-


matrimonial
Mantendrán igualmente su vigencia tales reglas cuando en virtud del
otorgamiento de capitulaciones, acordadas por primera vez, los cónyuges
pretendan modificar el régimen económico-matrimonial hasta entonces
imperante que, por principio, ha de ser el régimen legal supletorio de primer
grado.
No hay modificación de capitulaciones, pero sí modificación del régimen
económico-matrimonial.

La protección de los terceros


“La modificación del régimen económico matrimonial realizada durante el
matrimonio no perjudicará en ningún caso los derechos ya adquiridos por
terceros” (art. 1317) Esta regla retrotrae al momento del nacimiento de los
derechos a favor de tercero la situación imperante en el matrimonio, sin que por
tanto el cambio pueda resultar perjudicial para los acreedores.

La publicidad de las capitulaciones


Norma fundamental, el art. 1333 CC: “en toda inscripción de matrimonio
en el Registro Civil se hará mención, en su caso, de las capitulaciones
matrimoniales que se hubieren otorgado, así como de los pactos resoluciones
judiciales y demás hechos que modifiquen el régimen económico del
matrimonio. Si aquéllas o éstos afectaren a inmuebles, se tomará razón en el
Registro de la Propiedad, en la forma y a los efectos previstos en la Ley
Hipotecaria” El art. 1332 prevé que, en caso de modificación de anteriores
capitulaciones matrimoniales el Notario autorizante habrá de hacerlo constar,
mediante nota, en la escritura correspondiente.

El Registro Civil
Los términos imperativos del precepto transcrito pueden sugerir que la
constancia de las modificaciones del régimen económico-matrimonial tiene
carácter obligatorio. El art. 266 del RRC ha optado, sin embargo, por su
carácter potestativo o facultativo, al establecer que “las indicaciones sobre
régimen económico de la sociedad conyugal ... sólo se extenderán a petición
del propio interesado.”
Lo seguro es que las capitulaciones o sus modificaciones, en caso de
existir, que no hayan sido objeto de inscripción en el Registro Civil, no serán
oponibles a los terceros interesados.

El Registro de la Propiedad
De las reglas generales de la Ley Hipotecaria se deduce que los terceros
de buena fe no pueden verse afectados por capitulaciones matrimoniales
efectivamente otorgadas (y aunque consten en el Registro Civil) si no han sido
objeto de inscripción en el Registro de la Propiedad.

El Registro Mercantil
En la Legislación Mercantil (Código de Comercio, Reglamento del
Registro Mercantil) se prevé que en la hoja abierta a cada empresario individual
haya una inscripción de las capitulaciones matrimoniales.

La ineficacia de las capitulaciones matrimoniales


“La invalidez de las capitulaciones matrimoniales se regirá por las reglas
generales de los contratos”
Hay que recordar que el art. 1316 establece la vigencia del régimen de
gananciales tanto en caso de “falta de capitulaciones” como “cuando éstas
sean ineficaces”

Invalidez de las capitulaciones


Procederá la nulidad de las capitulaciones en los casos siguientes:
1) Inexistencia de la forma legalmente requerida ad solemnitatem
2) Vulneración de las leyes, buenas costumbres o igualdad conyugal
Serán meramente anulables las capitulaciones en que exista algún vicio
del consentimiento, conforme a las reglas generales, y en particular, en los
casos en que el complemento de capacidad requerido a los otorgantes no haya
sido observado.

Ineficacia en sentido estricto


Bajo tal calificación debería considerarse ante todo el supuesto
contemplado expresamente en el artículo 1334, en cuya virtud “todo lo que se
estipule en capitulaciones bajo el supuesto de futuro matrimonio quedará sin
efecto en el caso de no contraerse en el plazo de un año.”
Otros supuestos de ineficacia:
- Instaurado el principio de la mutabilidad del régimen
económico-matrimonial, el mutuo disenso puede
desempeñar el mismo papel que en sede contractual.
Basta con que los cónyuges manifiesten su intención de
privar de efecto a las capitulaciones anteriormente
otorgadas
- Resulta también defendible el posible sometimiento de las
capitulaciones a condición o a término.
- Cabe finalmente que las capitulaciones matrimoniales
sean objeto de rescisión por fraude de acreedores, sobre
todo en los supuestos en que la modificación del régimen
económico-matrimonial pretende provocar la insolvencia
del cónyuge deudor. No obstante la jurisprudencia
mayoritaria del TS, atendiendo a los presupuestos propios
de la acción rescisoria y a lo dispuesto en el artículo 1317
a favor de los derechos adquiridos por terceros , la
considera inviable.

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