Está en la página 1de 16

REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

MISTERIO DEL P.P.P. LA EDUCACIÓN SUPERIOR


UNIVERSIDAD NACIONAL EXPERIMENTAL RÓMULO GALLEGOS
ÁREA: CIENCIAS POLÍTICAS Y JURIDICAS
3er Año Sección Nro 06

OBLIGACIONES

Participantes:
Vanessa, Sojo C.I. 17353209

San Juan de los Morros, Mayo 2020


Introducción

El Derecho Civil es el conjunto de preceptos que determinan y regulan las


relaciones de asistencia, autoridad y obediencia entre los miembros de una
familia y los que existen entre los individuos de una sociedad para la protección
de intereses particulares. Incluyendo dentro de su contenido lo referente al
derecho de las personas y familia; los bienes, la propiedad, derechos reales; la
sucesión hereditaria y el derecho de obligaciones, que a su vez incluye lo
referente al negocio jurídico, siendo el tema sobre el que versa la presente
investigación. El presente trabajo tiene como propósito explicar, detallar,
desglosar lo que es el objeto del contrato condiciones que debe llevar la cosa
futura; prohibición del pacto sobre sucesión futura y cosas que están fuera de
comercio; la nulidad, relativa, absoluta; la acción de nulidad, resolución de los
contratos, revocacion, la rescisión por lesión.
El objeto del Contrato condiciones que debe llevar la cosa futura.
En el contrato de compraventa pueden identificarse dos elementos reales:
la cosa y el precio.

En lo que respecta a la cosa, ésta conforma el objeto del contrato de


compraventa. En este sentido, el Art. 1271 ,Código Civil determina que pueden
ser objeto de contrato todas las cosas que no están fuera del comercio de los
hombres, aun las futuras. Asimismo, pueden ser objeto de contrato todos los
servicios que no sean contrarios a las leyes o a las buenas costumbres. 

En el supuesto de la pérdida de la cosa al tiempo de celebrarse la venta,


el Art. 1460 ,Código Civil establece que quedará sin efecto el contrato. No
obstante, si se hubiese perdido sólo en parte, el comprador podrá optar entre
desistir del contrato o reclamar la parte existente, abonando su precio en
proporción al total vendido.  

Al efecto, es preciso, además, tener en cuenta lo determinado por el Art.


1261 ,Código Civil que señala que no hay contrato sino cuando concurren
los requisitos siguientes: 

 Consentimiento de los contratantes.


 Objeto cierto que sea materia del contrato. 
 Causa de la obligación que se establezca. 

Asimismo, tal y como considera el ya mencionado Art. 1271 ,Código Civil,


pueden ser objeto de contrato las cosas futuras, con excepción, como indica su
párrafo segundo, de la herencia futura. Un caso especial lo conformaría la
compraventa de cosa incierta, el Art. 1790 ,Código Civil establece al respecto
que por el contrato aleatorio, una de las partes, o ambas recíprocamente, se
obligan a dar o hacer alguna cosa en equivalencia de lo que la otra parte ha de
dar o hacer para el caso de un acontecimiento incierto, o que ha de ocurrir en
tiempo indeterminado. 

Además, atendiendo a lo señalado en el Art. 1445 ,Código Civil, la cosa ha


de ser determinada. Esto mismo se desprende del Art. 1273 ,Código Civil al
estipular que el objeto de todo contrato debe ser una cosa determinada en
cuanto a su especie. No obstante, la indeterminación en la cantidad no será
obstáculo para la existencia del contrato, siempre que sea posible determinarla
sin necesidad de nuevo convenio entre los contratantes. 

Puede considerarse, por lo tanto, que la cosa, objeto del contrato de


compraventa, ha de reunir las siguientes cualidades: 

 Existencia actual o futura. (Art. 1271 ,Código Civil).


 La cosa ha de ser determinada. (Art. 1273,Art. 1445 ,Código Civil).
 Ha de ser de lícito comercio. (Art. 1271 ,Código Civil).

Prohibición de Pacto sobre sucesión futura y cosas q están fuera de


comercio.

Nuestro Código Civil limita el objeto del contrato en su artículo 1.271,


excluyendo la herencia futura, tras disponer que pueden ser objeto de contrato
todas las cosas que no estén fuera del comercio de los hombres. Establece
que sobre la herencia futura no se podrá, sin embargo, celebrar otros contratos
que aquellos cuyo objeto sea practicar entre vivos la división de un caudal y
otras disposiciones particionales, conforme a lo dispuesto en el artículo 1.056
CC.

No hay excepción alguna a la regla general prohibitiva de la sucesión


contractual que viene reforzada por el art. 816, en el que se afirma la nulidad
de la renuncia o transacción sobre la legítima futura entre el que la debe y sus
herederos forzosos. Así, éstos podrán reclamarla cuando muera aquél, aunque
tendrán que traer a colación lo que hubiesen recibido en su caso por la
renuncia o transacción.

Avanzando en el objeto de estudio, conviene prefijar conceptualmente el


pacto sucesorio. A mi juicio, la definición más certera del pacto sucesorio nos la
ofrece Roca Sastre, al definirlo "como  negocio jurídico que tiene por objeto la
herencia futura de una persona, sea ésta una de las partes en el negocio, sea
un tercero extraño."  La Sentencia del Tribunal Supremo de 1 de Diciembre de
1955 lo delimita  de igual forma, al declarar: "Aun dando al concepto de pacto
sucesorio una extraordinaria amplitud, solo cabe acoger bajo esa
denominación el que tenga por objeto la herencia de una persona viva, ya sea
contratante, ya se trate de terceros extraños al contrato".
El artículo 3.1 del Reglamento comunitario 650/2012 define el pacto
sucesorio como "todo acuerdo, incluido el resultante de testamentos
recíprocos, por el que se confieran, modifiquen o revoquen, con o sin
contraprestación, derechos relativos a la sucesión o las sucesiones futuras de
una o más personas que sean partes en dicho acuerdo".
Sin embargo, en nuestro Código Civil, encontramos algunas excepciones o
manifestaciones de sucesión contractual.

 La mejora hecha en capitulaciones matrimoniales o en contrato oneroso


celebrado con tercero, a que se refiere el art.827 CC. Estamos ante un
supuesto excepcional de irrevocabilidad de la mejora con independencia de
que se haya verificado o no con entrega de bienes.
En este supuesto la mejora por alguno de los padres a un hijo en
capitulaciones matrimoniales puede realizarse antes o después de contraer
matrimonio [1326 CC] pero una vez materializado por esta vía ya no se le
puede privar del carácter de mejora, salvo por mutuo consenso de todos los
intervinientes que participaron en su otorgamiento. La otra excepción a su
irrevocabilidad, vendría determinada por incumplimiento de las condiciones que
se impusieron al hacerse la mejora. Así se establece, entre otras, en la STS 5
de Diciembre de 1930.
La referencia al contrato oneroso celebrado con tercero, supuesto extrañísimo,
solo puede entenderse tomando en consideración el antecedente 17 de la Ley
de Toro, que se refería a la donación en capitulaciones, en las que el donante
contrataba a su vez con personas distintas al favorecido y en las que la
donación al ser por razón del matrimonio  siempre hay algo de causa onerosa y
no es el descendiente mejorado el único interesado, sino también su consorte.
La  Sentencia de la Audiencia Provincial de la Coruña de 23 de Febrero de
2017 aborda dicho tratamiento de sucesión contractual como excepción al
principio prohibitivo de disponer sobre la herencia futura, al establecer"... que la
mejoras pueden ser constituidas por testamento o por contrato, supuesto este
que viene a constituir una excepción al principio prohibitivo de la herencia
futura. Las mejoras por contrato pueden adoptar las siguientes variedades: 1.-
Genérica de donación entre vivos, que se reputa mejora, sólo si consta
expresamente [art. 825CC] 2.- la específica de promesa de mejorar o no
mejorar hecha en capitulaciones matrimoniales [art. 826 CC] y 3.-  la especifica
también de mejora hecha por contrato oneroso celebrado con tercero..."
 La promesa de mejorar. El art. 826 dispone que la promesa de mejorar o de
no mejorar, hecha por escritura pública en capitulaciones matrimoniales, será
válida, añadiéndose en el párrafo segundo, que la disposición del testador
contraria a la promesa será nula. Se está en este supuesto según la doctrina
más autorizada no ante una simple obligación de hacer testamento mejorando
en los términos convenidos, sino ante una disposición que surte efectos al
morir el testador sin necesidad de que esté establecida en el testamento. La
promesa de no mejorar al igual equivale a la renuncia a la potestad de hacerlo,
por lo que la disposición testamentaria contraria sería ineficaz.
 La última excepción a la prohibición de pacto sucesorio, la donación de
bienes futuros por medio de capitulaciones matrimoniales antes de
contraer matrimonio [1341.2] hace referencia a bienes que deje al morir el
donante capitular dentro de los límites de la sucesión testada. No estamos ante
una donación revocable mortis causa sancionadas en el art. 635, sino que
indica en opinión de Manuel de la Cámara, el límite máximo de la donación que
es irrevocable en la medida que se ha incorporado a unas capitulaciones
matrimoniales.
Resulta evidente, como declara la STS de 6 de Abril 2000 "...que siendo la
causa de la donación un futuro matrimonio que no llega a contraerse, la misma
queda sin efecto conforme a lo dispuesto en el art. 1342 del Código Civil". La
SAP  Madrid de 20 de Noviembre de 2007 trata la situación del pacto
contractual en capitulaciones matrimoniales, supuesto admitido en el art. 827
CC o por contrato oneroso celebrado con tercero, supuesto de difícil
comprensión que aparece mencionado en el art. 827 y procede de la Ley 117
de Toro.
Como vemos, aun siendo posible en el derecho de obligaciones negociar sobre
cosas futuras, la prohibición genérica de los pactos sucesorios [1271.2] parte
de la tradición jurídica de la revocabilidad de las disposiciones mortis causa
que protegen al causante y que encuentra excepciones de acuerdos sucesorios
que garantizan ope legis su irrevocabilidad.
La Nulidad

Es una sanción jurídica, que le resta la eficacia que puede tener un acto
jurídico, que ha nacido con algún vicio o que simplemente no ha nacido
formalmente al mundo del derecho. No obstante que los actos puedan ser
sancionados con la nulidad, mientras ella no haya sido declarada por el juez
que conoce de la causa, no ser nulo.

Ello es especialmente importante en cuanto la sanción de nulidad tiene un


plazo de saneamiento, el que una vez transcurrido, subsana de pleno derecho
la acción de nulidad. La nulidad puede ser relativa o absoluta. La nulidad
relativa es aquella que puede ser saneada por la voluntad de las partes y la
absoluta aquella que no puede ser saneada por la voluntad de las partes y que
incluso debe ser declarada de oficio por el juez, que conociendo de un asunto
cualquiera, se percata de la existencia de este tipo de nulidad. La nulidad
absoluta es aquella que se produce por un objeto o causa licita o por la omisión
de algún requisito o formalidad que las leyes prescriben para el valor de ciertos
actos o contratos en consideración a la naturaleza de ellos, y no a la calidad o
estado de las personas que los ejecutan o acuerdan. Asimismo hay nulidad
absoluta en los actos y contratos de las personas absolutamente incapaces. La
nulidad relativa, es la que se produce por cualquier otra especie de vicio y da
derecho a la rescisión del acto o contrato.

Características de la Nulidad

Se dice corrientemente que la nulidad radical obra de pleno derecho es


decir, sin necesidad de declaración judicial, pero esto no es completamente
exacto pues habiendo un título o apariencia externa de ese acto jurídico, si las
partes o una de ellas se intentan amparar en él será necesario que quién tenga
interés en impugnarlo ejercite la correspondiente acción judicial y sus
características son las siguientes:

a) La nulidad plena puede ser reclamada mediante acción o mediante


excepción por toda persona que tenga interés en ello. Sin embargo la acción de
nulidad de los contratos no es en nuestro derecho una acción pública por
entenderse que no afecta al interés público pero tampoco está limitada a las
partes al contrario de lo que sucede en la acción de anulabilidad (artículo 1302
del Código Civil), siendo extensiva a los terceros interesados

b) La nulidad de pleno derecho es perpetua e insubsanable no pudiendo por


ello, ser objeto de confirmación ni de prescripción. Así lo establece nuestro
Código Civil en el artículo 1310 cuando establece que "solo son confirmables
los contratos que reúnen los requisitos expresados en el artículo 1261."

Efectos de la Nulidad

En esta materia hay que distinguir entre dos puntos, los efectos generales
de la nulidad y los efectos especiales de la nulidad por ilicitud de la causa o el
objeto.

a) Efectos generales:

1) En principio la relación obligacional a la que se refiere, no produce efectos y


no se precisaría una declaración judicial de nulidad, pero al crear una
apariencia de existencia es necesario o conveniente obtener una resolución
judicial en tal sentido.

2) No engendra ni modifica ni extingue la relación obligacional a la que se


refiere el contrato nulo, ya que es solo una apariencia inexistente.

3) Puede ejercitar esa acción cualquiera que tenga interés.

4) No puede ser confirmada ni tampoco puede ser objeto de prescripción


sanadora (artículo 1310 del Código Civil).

5) Si a pesar de su ineficacia absoluta hubiere sido ejecutado el contrato en


todo o en parte deberá procederse a la reposición de las cosas al estado
anterior a la celebración del contrato.

Deben aplicarse por analogía las disposiciones del artículo 1303 del Código
Civil para la anulabilidad.

“Declarada la nulidad de una obligación los contratantes deben restituirse


recíprocamente las cosas que hubiesen sido materia de contrato con sus frutos
y el precio con los intereses", salvo lo que se dispone en los artículos
siguientes, aplicando el artículo 1307 del Código Civil para el caso de que la
devolución sea imposible al disponer que, "siempre que el obligado por la
declaración de nulidad a la devolución de la cosa no pueda devolverla por
haberse perdido deberá restituir los frutos percibidos y el valor que tenía la
cosa cuando se perdió con los intereses desde la misma fecha".

b) Efectos especiales por ilicitud de la causa o del objeto.

El Código Civil incluye impropiamente en la doctrina de la anulabilidad


estos efectos sobre la base de distinguir que la causa u objeto sea constitutiva
de delito o falta o sea simplemente ilícita, y que haya culpa de los dos o de uno
solo de los contratantes.

1) Caso de causa o objeto ilícitos si el hecho constituye delito o falta

Según el artículo 1305 del Código Civil"cuando la nulidad provenga de ser


ilícita la causa u el objeto del contrato, si el hecho constituye un delito o falta
común a ambos contratantes, carecerán de toda acción entre sí, y se
procederá contra ellos, dándose además a las cosas o precio que hubiesen
sido materia de contrato, la aplicación prevenida en Código Penal respecto a
los efectos o instrumentos del delito o falta.

Esta disposición es aplicable al caso en que solo hubiera delito o falta de


parte de uno de los contratantes; pero el no culpado podrá reclamar lo que
hubiese dado y no estará obligado a cumplir lo que hubiera prometido."

2) Caso de causa torpe si el hecho no constituye delito o falta.

Según el artículo 1306 del Código Civil "Si el hecho en que consiste la causa
torpe no constituyere ni delito ni falta se observará las reglas siguientes:

• Cuando la culpa esté de parte de ambos contratantes ninguno de ellos podrá


repetir lo que hubiera dado en virtud del contrato ni reclamar el cumplimiento de
lo que el otro hubiese ofrecido.

• Cuando esté de parte de un solo contratante no podrá este repetir lo que


hubiese dado en virtud del contrato ni pedir el cumplimiento de lo que se le
hubiera ofrecido.
El otro que fuera extraño a la causa torpe, podrá reclamar lo que hubiera
dado sin obligación de cumplir lo que hubiera ofrecido

Acción de Nulidad

La acción de nulidad es aquella destinada a obtener de los tribunales la


declaración de ineficacia de un acto, negocio jurídico o contrato, por carecer de
algún elemento esencial (inexistencia), o por ser contrario a la ley (nulidad
plena) o por adolecer de algún vicio o defecto que le hace susceptible de
producir su ineficacia (nulidad relativa o anulabilidad). Dentro de la nulidad en
sentido genérico o amplio se distinguen dos grandes categorías: nulidad plena
y nulidad relativa o anulabilidad y ambas junto con la rescisión y la resolución
forman las distintas categorías de ineficacia de los contratos, es decir, de su
carencia de efectos jurídicos.

Diferencias entre la nulidad y la anulabilidad de los contratos

Entre los diferentes grados de invalidez de los contratos se distinguen dos


acciones que son tratadas de forma confusa e imprecisa, por la ambigüedad
terminológica con la que nuestro Código Civil se refiere a las mismas, hemos
querido dedicar este espacio a la denominada nulidad absoluta o inexistencia y
a la mera anulabilidad o nulidad relativa.

La nulidad es la mayor sanción que nuestro ordenamiento otorga a un


negocio jurídico, al negar al mismo la posibilidad de producir consecuencias
jurídicas, y tiene lugar cuando faltan alguno de los requisitos esenciales para su
perfección, como son el consentimiento, el objeto y la causa, especificados en
el art. 1.261 CC, o cuando el contrato se ha celebrado vulnerando una norma
imperativa o prohibitiva (art. 6.3 CC).

El principal efecto de la nulidad de pleno derecho es la falta total de efectos


del contrato, de forma que al tratarse de un contrato nulo de pleno derecho, no
es necesaria ni su impugnación ni que la nulidad sea declarada judicialmente.

Así, son características de la acción de nulidad:

- La nulidad de un contrato opera ipso iure, de manera automática, pudiendo


declararse de oficio, sin expresa petición de parte [Sentencia del Tribunal
Supremo, de 14 de mayo de 1994.
- La amplia legitimación, ya que pueden solicitarla no solo quienes han
intervenido en el contrato, sino, además, quienes hayan podido resultar
perjudicados con el mismo [Sentencia del Tribunal Supremo, de 25 de abril de
200.

- Se trata de una acción imprescriptible. La acción de nulidad no está sometida


a plazo de prescripción, porque lo nulo en su inicio no puede ser convalidado
con el paso del tiempo [Audiencia Provincial de Cádiz, Sección 5.ª, de 1 de
octubre de 2009.

Por otro lado, la anulabilidad se encuentra regulada en los arts. 1.300 y


siguientes del CC. Es un tipo de ineficacia del contrato que tiene lugar cuando
el mismo adolece de un vicio que lo invalida con arreglo a la ley, como pueden
ser el defecto de capacidad de obrar, la falta de capacidad del otro cónyuge y
los vicios del consentimiento (error, dolo, violencia o intimidación).

En este caso el contrato existe, puesto que en él concurren consentimiento,


objeto y causa, pero sufre algún vicio o defecto, por lo que es susceptible de
anulación por los Tribunales.

Como señala la Sentencia de la Audiencia Provincial de Granada, Sección


3.ª, de 7 de febrero de 2005, la anulabilidad se conceptúa como un tipo de
ineficacia relativa caracterizada porque el contrato produce sus efectos desde
el momento de su perfección, pero estos son claudicantes, ya que su eficacia
puede destruirse por el ejercicio de la acción de anulabilidad, que, en el caso
de prosperar, determina la aparición de la ineficacia con efecto retroactivo,
referida a la fecha de celebración del contrato; produciéndose, entonces, la
restitución de las prestaciones que las partes hubieren realizado en virtud del
contrato anulado, con sus frutos e intereses (art. 1.303 CC), y, en su caso, si tal
no fuese posible, se deberá restituir su equivalente (art. 1.307 CC).

Son características de la acción de anulabilidad:

_ La anulabilidad no opera ipso iure, sino que precisa del ejercicio de una
acción mediante la cual se declare por la autoridad judicial competente que tal
ineficacia existe.
_ La legitimación es limitada. El art. 1.302 CC establece que pueden ejercitar
dicha acción los obligados principal o subsidiariamente por el contrato que
hayan sufrido el vicio en su consentimiento o sean menores o incapacitados.
Se excluye la posibilidad de acordar la anulabilidad de oficio.

_ En cuanto a su duración, hay que decir que la acción de anulabilidad solo


durará cuatro años, y el art. 1.301 CC establece diferentes pautas en cuanto al
inicio del cómputo. Así lo establece, entre otras, la Sentencia del Tribunal
Supremo de 4 de octubre de 2006. Este precepto, a pesar de referirse a la
acción de anulabilidad, habla de la nulidad, de ahí la ambigüedad a la que nos
referíamos al inicio de este artículo.

- Por último, la acción es susceptible de extinción, bien por el transcurso de los


cuatro años, por la confirmación o convalidación del contrato [véase la
Sentencia de la Audiencia Provincial de Barcelona, Sección 13.ª, de 14 de junio
de 2013 o por la pérdida de la cosa.

Resolución de los Contratos

La resolución es una forma de dejar sin efecto un contrato, a la que


caracteriza la causa que la determina: el cumplimiento de una condición
resolutoria. Los contratos pueden someterse a una condición resolutoria, en
cuyo caso, si ésta se cumple, deja de producir efectos y se resuelve. En las
obligaciones recíprocas la facultad de resolverlas se entiende implícita para el
caso de que uno de los obligados no cumpliere sus obligaciones, pudiendo el
perjudicado escoger entre exigir el cumplimiento o la resolución de la
obligación.

Revocación.

Por revocación de un contrato se entiende específicamente la terminación


del mismo por voluntad unilateral de una de las partes. La revocación procede
en determinados contratos, en los que por su peculiar naturaleza, el legislador
autoriza a una de las partes a darlo por terminado sin necesidad del
consentimiento de la otra parte.
La revocación en principio opera sólo hacia el futuro y no tiene efecto
retroactivo.

Entre los contratos susceptibles de revocación se pueden señalar el


mandato, la sociedad, las sociedades de hecho, la donación. (Maduro, 1987).

La Recisión por lesión.

La acción rescisoria por lesión, en sus orígenes, trata de proteger al


enajenante, y en su caso a sus herederos, que, por necesidad, vende un
inmueble por precio inferior al que exigiría en circunstancias normales.
Posteriormente, se amplía el ámbito de aplicación de esta acción a la venta de
muebles y a los casos en que la lesión sufrida por el enajenante no llegue a la
mitad del precio justo. En algunos casos, la acción puede ser esgrimida incluso
por el comprador. Con el nombre de ultradimidium (más allá de la mitad), se
identifica la acción rescisoria que ostenta el vendedor cuando en la venta de un
inmueble ha percibido menos de la mitad de su justo precio. Por ello, se la
conoce también como engany de mitges o engaño de la mitad.
CONCLUSIONES

En la terminación de un contrato hay que distinguir entre lo que suele


denominarse ineficacia del contrato y extinción propiamente dicha.

La ineficacia supone una sanción jurídica en determinadas circunstancias,


por lo que el contrato no surte efectos o no surte los efectos que corresponden
a su contenido. En definitiva, no produce los efectos pretendidos o queridos por
las partes. La ineficacia puede obedecer a invalidez o nulidad, por operar
alguna causa de rescisión o por concurrir motivos de resolución o revocación.

La nulidad puede ser absoluta o radical y relativa, que da lugar a lo que


suele denominarse anulabilidad. Un contrato es nulo de pleno derecho cuando
no produce efectos jurídicos. El contrato es inválido "ab initio" y no es
confirmable.

Se trata de la máxima sanción del Ordenamiento jurídico, y suele basarse


en que el contrato carece de los requisitos esenciales del artículo 1.261 del C.c.
o de los que el Ordenamiento imponga por razón del tipo negocial concreto o
bien porque se ha traspasado el límite de la autonomía privada contemplada en
los artículos 6.3 y 1255 del C.c., o porque el contrato presenta una causa ilícita
(art.1.275 C.c.). Estaremos en presencia de un contrato anulable cuando,
reuniendo los requisitos del artículo 1.261 del C.c. y no contraviniendo ninguna
norma imperativa, incurre en otros defectos; por ejemplo: vicios del
consentimiento (art. 1.265 C.c.), incapacidad de un menor (art. 1.263.1 C.c.),
causa falsa (art.1.301C.c.) o falta de consentimiento del cónyuge. En estos
supuestos no existe nulidad inicial, y la anulabilidad dependerá exclusivamente
de que el titular del interés protegido ejercite la correspondiente acción. El
contrato anulable puede ser confirmado (art. 1.310 y ss C.c.). También es
posible que la nulidad sea parcial, esto es, que afecte a determinados efectos.

Puede producirse también la ineficacia del contrato por rescisión,


revocación (por causas taxativas legales, por ejemplo: la donación) o
revisabilidad (alteración de las circunstancias del contrato). Todos estos
institutos pueden presentar ciertas peculiaridades. La rescisión de un contrato
se produce cuando, siendo válido en términos jurídicos, contiene efectos que
sitúan a una de las partes o a un tercero en posición que no corresponde con la
intención y efecto contractual que se pretendía y que resulta manifiestamente
lesiva o improcedente, por lo que la ley autoriza al afectado a rescindir el
contrato, es decir, a dar por terminada su eficacia (artículos 1.290 a 1.299 C.c.).
No se trata de una nulidad o anulabilidad del contrato, dado que en estos casos
el contrato se considera que no ha tenido virtualidad jurídica. En los contratos
pueden darse varios supuestos de rescisión Contractual, por lo que el contrato
dejará de producir sus efectos jurídicos previstos en el artículo 1.295 del CC.
Referencias Bibliográficas y Electrónicas

https://www.iberley.es/yemascosa-objeto-contrato

http://www.legaltoday.com/practica-juridica/civil/civil/pactos-sucesorios-
revocabilidad-y-excepciones

http://www.juicios.cl/dic300/NULIDAD.htm

https://guiasjuridicas.wolterskluwer.es/Content/Documento.aspx?
params=H4sIAAAAAAAEAMtMSbF1jTAAAUNDE0MTtbLUouLM_DxbIwMDCw
NzAwuQQGZapUt-ckhlQaptWmJOcSoA1pUBLTUAAAA=WKE

http://www.abogadoscarranza.com/content/diferencias-entre-la-nulidad-y-la-
anulabilidad-de-los-contrato

https://temasdederecho.wordpress.com/tag/revocacion-de-los-contratos/

http://www.enciclopedia-juridica.com/d/rescisi%C3%B3n-por-lesi%C3%B3n/
rescisi%C3%B3n-por-lesi%C3%B3n.htm

También podría gustarte