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Guía de estudio Nº 2:
Periodismo y Literatura
La literatura, tanto en prosa, como en verso, es el arte de la palabra. Es construir obras en
base a ellas. Así como el pintor se basa en los colores, el músico en los sonidos y el
escultor en las formas, el escritor utiliza las palabras en su denotación y su connotación
para transmitir ideas y crear su arte.
Figuras literarias
Entre las figuras literarias de uso más frecuentes en el texto periodístico destacan:
La metáfora, (del griego metaphora que significa traslación) Es una figura retórica que
consiste en trasladar el sentido de una palabra a otra mediante una comparación mental.
Por ejemplo, a la luz de la verdad; la flor de la vida.
Las metáforas y demás figuras, tanto literarias como estilísticas que se utilicen en el texto
periodístico deben estar relacionadas con lo que se informa y no como algo paralelo.
(Explicaciones y ejemplos en clase)
La metonimia, (Composición de dos palabras griegas: Meta, que significa más allá, o
después de y onoma, que significa nombre) es una figura retórica o literaria que consiste en
designar una cosa con el nombre de otra cuando ambas están unidas por alguna relación.
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Por ejemplo decirle “espada” al torero, o decir “respeten las canas” en referencia a
personas mayores.
Tropo, (del griego tropos, que significa vuelta) figura que consiste en utilizar las palabras
con diferente sentido al que usualmente tienen. Ejemplo, “te la comiste” por decir que
saliste bien.
Sinecdoque, figura literaria que consiste en tomar una parte por el todo o el todo por una
parte, o la materia por la cosa misma. Ejemplos: “tantas cabezas”, en vez de “tantas reses”;
“la selva de concreto”, en vez de “las edificaciones de concreto”; y “suenan los cueros”, en
vez de “suenan los tambores”.
Símil, (semejante) es un recurso estilístico que hace uso de las comparaciones. Ejemplo,
“más despierto que un búho” “tus ojos son como dos paraparas”.
Hipérbaton o Traslación, figura estilística o de construcción que consiste en cambiar el
tiempo del verbo con una significación distinta a la natural, o cambiar el orden natural del
predicado en una oración, muy común en la poesía clásica. Ejemplos: mañana es sábado,
por mañana será sábado. “De badulaques rodeado”, por “rodeado de badulaques”.
Antítesis, figura estilística o de construcción que consiste en contraponer dos frases o
palabras de significados contrarios. Ejemplos: lo complicado de la sencillez; los gritos del
silencio; monstruos perfectos. Sinónimos: quiasmo, antinomia, antípoda, oximorón.
Antifrasis, recurso o figura estilística que consiste en darle a personas y cosas nombres que
significan lo contrario de lo que quieren decir. Ejemplo, llamar bondadoso a un pichirre,
inteligente a un torpe, veloz a un lento. Es básico para construir ironías.
Hipérbole, (del griego hipérbole) es una figura retórica que consiste en exagerar para
impresionar al espíritu. Por ejemplo “gigante” por hombre alto.
Anáfora, figura retórica que consiste en la repetición de una palabra para darle mayor
fuerza a la expresión, por ejemplo, “Lo que mal comienza mal termina”.
Pleonasmo, Repetición de una misma idea con distintas palabras que poseen el mismo
sentido, ejemplo “tu hermosa belleza”, “el abundante caudal”. Sinónimos: quiasmo,
tautología, redundancia.
Galimatías, Se trata de una figura de construcción que procura el enredo para propiciar la
reflexión.
Analogía. Figura de construcción que consiste en presentar hechos similares a los que se
están tratando a fin de hacerlos más comprensibles.
Semejanzas y diferencias
Tanto el autor de una obra de ficción, como el periodista, narran una historia o transmiten
un acontecimiento con el objeto de atraer al lector, interesarlo e integrarlo para que lea la
historia o el trabajo periodístico desde el comienzo hasta el final.
La diferencia está en que el escritor que narra una obra de ficción, o verídica, va
entrelazando una serie de acontecimientos a fin de construir la trama (de lo que se trata), a
la que lleva a su clímax y luego llegar al desenlace; mientras que el periodista sólo dispone
de hechos reales a lo cual debe ceñirse, no necesita crear una trama y escasamente se le
exige un desenlace. Sin embargo ambos requieren de descripciones, de diálogos y de
reflexiones.
Tanto la descripción como el diálogo han sido explicados en clase, por lo que conviene
ahondar en la reflexión. Esta consiste en la introducción de ideas, sugerencias o
narraciones, generalmente en omnisciente, que conducen al desarrollo de un pensamiento
específico, a la introspección. Se utiliza tanto en obras literarias, como periodísticas. En
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estas últimas se hace mediante citas de frases celebres que puedan tener cabida en el tema
que se esté tratando. Se requiere de una amplia cultura por parte del periodista.
La narración
Aún cuando el objetivo de la cátedra no sea formar escritores es necesario conocer y
dominar los distintos tipos de narraciones. Narrar es contar historias, cuentos, hechos o
mitos, que pueden ser reales o ficticios. De allí la actual tendencia periodística de de contar
la noticia y no de informar los hechos; mientras que del lado de los escritores, la tendencia
es basar sus obras en hechos reales.
En todo caso, es necesario tener claro cómo se va a contar esa historia, lo que puede
hacerse de diferentes formas:
Omnisciente o tercera persona, es la narración que se hace desde un ángulo en que todo lo
ve o lo sabe. Hace descripciones y análisis totalmente impersonales, está por encima de
todo. Es el más común.
En segunda persona, se escribe como si se estuviese hablando con una persona,
generalmente se tiende a imaginar al lector o a alguien muy próximo, es común utilizar los
pronombres tú y usted, así como las variantes “te” y “se”.
En primera persona, La narración sugiere que quien escribe está contando algo propio, un
acontecimiento que le sucedió a él. Es apropiado para los reportajes vivénciales o
testimoniales. O cuando una de las fuentes consultadas es un testigo que narra su propia
historia. En la novelística es el personaje central quien cuenta su propia historia y a simple
vista da la impresión de que es el autor de la obra a quien le pasa lo que cuenta.
Es contrario a una buena narración saltar de persona. Es decir estar narrando, por
ejemplo, en forma omnisciente y de pronto incluir la variante “te” o “me” que indicarían
segunda o primera persona.
Igualmente es aconsejable no alterar los tiempos verbales, ni el número o género de los
sujetos. Por ejemplo referirse a algo que ocurrió en el pasado y en vez de decir “estaba”
diga “está”. O cuando se narran hechos que involucran a varias personas y en vez de decir
“los” diga “el”.
Se trata de pequeños detalles que deben dominarse a fin de hacer la escritura más
comprensible y amena.
Obras literarias
Las obras literarias más comunes son: la novela, el cuento y la poesía, mientras que las
menos usadas son: el ensayo literario y la crónica.
La novela, (del latín novella) conocidas desde el siglo IV antes de Cristo, es una narración
larga y compleja, escrita en prosa, que después de Cervantes, puede incluir varios géneros
literarios dentro de ella, e incluso partituras musicales. Por lo general sigue a un personaje
(Don Quijote, Doña Bárbara); describe un lugar (Macondo, en 100 años de Soledad” de
Gabriel García Márquez); o una situación, como la guerra civil española en “Por quien
doblan las campanas” de Ernest Hamingway.
El cuento, (del latín computus, computare, que significa contar numéricamente) Al igual
que la novela es una narración en prosa, aunque también los hay en versos, pero son poco
comunes. Se trata de una historia corta sobre un hecho o un personaje. Su principal
característica es la brevedad, así como la concentración del interés en un elemento
dominante.
La poesía, (del griego poisis, que significa creación) desde la antigüedad se escribían sólo
en versos hasta finales del siglo XIX, con el modernismo surgió la poesía en prosa,
ejemplo Azul de Rubén Darío. Esta creación literaria puede tener una estructura libre o
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clásica, en cuyo caso utiliza estrofas bien definidas, rima, ritmo y métrica (número de
sílabas por verso) que a su vez se rigen por reglas específicas.
Con el advenimiento de la poesía libre, influenciada por el poeta estadounidense Walt
Witman (1819 – 1892) se convirtió en uno de los géneros literarios que con mayor
facilidad escapan a todas las normas. Es un arte literario por excelencia ya que no requiere
narrar un hecho, ni contar una historia. Generalmente induce a una reflexión o a un estado
de ánimo.
Recursos
Además de la descripción y los diálogos, así como las figuras literarias y estilísticas, el
novelista se vale de otros recursos como la analepsia, analepsis o flash back, que consiste
en dar un salto hacia atrás sobre lo que se está narrando. Por ejemplo se está presentando a
un personaje y se cuenta algo de su infancia, cómo eran aquellos tiempos, etc.
Otro recurso es la prolepsis (flashword) que consiste en adelantar la escena, un salto
hacia adelante, Por ejemplo se le da un cargo a un personaje y de inmediato se cuenta lo
que hizo, para luego retomar el hilo original de la historia. Algunos novelistas han tomado
este recurso para desarrollar sus obras, ejemplo Casas Muertas, de Miguel Itero Silva; y
Crónica de una muerte anunciada, de Gabriel García Márquez.
Fuentes:
.- La expresión escrita
Editorial Océano, Barcelona, España 2003
.- Diccionario de la Real Academia Española
.- Rico Eugenia, Taller de narrativa (por la web. 2020)
.- Apuntes del taller de narrativa realizado en la
Casa de las Letras “Andrés Bello” Caracas, 2006.
Conocimientos propios.