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UDO-MANAGUA
FACULTAD DE CIENCIAS MEDICAS
ENFERMERIA
Integrantes:
Sheila Julieth Castaño Medina.
Ania Odalys Otero Reyes.
Yensen Naomi Duarte.
Adriana Roxana López Chavarría.
Tutor:
Lic. Irving Ariel Zapata.
1.
III. Objetivos
Objetivo general
Aplicar un proceso de atención de enfermería enfocado en un
paciente que cursa en estado de coma retomando los factores
detonantes de dicha patología y el conocimiento del sector salud
sobre la misma.
Objetivos específicos
- Conocer los aspectos etiológicos del coma, así como las
generalidades y el deterioro de la conciencia.
- Determinar cuál es la intervención de enfermería en pacientes en
estado de coma.
- Formar especialistas de enfermería que contribuyan con su actuación
y así mejorar la calidad de los cuidados en las unidades de cuidados
intensivos.
- Formar enfermeras con preparación científica y humana que capacite
para valorar, identificar, actuar y evaluar las necesidades de salud.
IV. Marco teórico
1. Definición
El coma es un estado de disminución del grado de conciencia que
condiciona una incapacidad de respuesta a estímulos externos y
necesidades internas. El coma debe considerarse como un síntoma que
acompaña a muchas situaciones clínicas, y no como una enfermedad. Se
definen diversos términos como somnolencia, letargia o estupor para
describir diferentes grados de profundidad del coma, aunque resultan muy
subjetivos, por lo que se utilizan cada vez con menos frecuencia. La
descripción cuidadosa del estado clínico y su respuesta frente a diversos
estímulos constituye la forma idónea de caracterizar los trastornos de la
conciencia y el coma. La evaluación neurológica de una persona en coma
tiene como objetivo identificar la causa, localizar la lesión y aplicar las
medidas terapéuticas adecuadas.
El estado de vigilia se mantiene por un sistema neuronal situado en la parte
superior del tronco encéfalo y el tálamo, el sistema reticular ascendente
activador, y sus conexiones con los hemisferios cerebrales. El resultado de
una disminución de la actividad neuronal de los hemisferios o del sistema
reticular ascendente activador provoca una alteración del grado de
conciencia.
2. Fisiopatología
La corteza cerebral y la formación reticular son las estructuras principales
implicadas en el mantenimiento del grado de conciencia. Su correcto
funcionamiento depende de una presión de perfusión suficiente para
satisfacer las demandas energéticas cerebrales.
La sustancia reticular ascendente (SRA) es un conjunto de neuronas
agrupadas en fascículos, que ascienden y descienden a lo largo del tronco
del encéfalo hasta el diencéfalo y desde allí proyectan conexiones con la
corteza cerebral (área motora, área sensorial y zonas de integración).
El daño de las neuronas implicadas en la SRA y/o el córtex cerebral
causará una alteración de gravedad variable en el grado de conciencia.
- Daño de ambas estructuras por afectación cerebral difusa.
- Lesión del sistema nervioso central (SNC) infratentorial. Daño directo
por compresión o destrucción de la SRA. origina directamente un
estado comatoso.
2.1. Lesión del SNC supratentorial.
Inicialmente provoca disminución del grado de conciencia. A medida que
progresa la lesión, se favorece el desarrollo de herniación cerebral que
daña el tronco encéfalo (y, por tanto, la SRA) y produce el coma. De esta
forma, las lesiones hemisféricas localizadas pueden producir focalidad
neurológica, pero no provocan disminución del grado de conciencia, a
menos que afecten de forma difusa a ambos hemisferios cerebrales o
distorsionen o desplacen las estructuras tronco encefálicas.
La hipoxia y el edema cerebral de causa diversa son el mecanismo
fisiopatológico principal del coma.
3. Etiopatogenia
Las causas más frecuentes de coma son las infecciones del SNC, las
infecciones sistémicas graves, el traumatismo craneoencefálico (TCE), la
hipoglucemia, las intoxicaciones, las crisis comiciales y los estados
proscriticos.
3.1. Coma de origen estructural
Predomina en niños mayores. Con frecuencia presenta una instauración
rápida, brusca. Se acompaña de focalidad neurológica y asimetría.
Las causas estructurales más frecuentes son: TCE, infección del SNC,
hemorragia intracraneal y proceso expansivo intracraneal. En la
exploración física es frecuente encontrar:
3.2. Afectación supratentorial: progresión rostro-caudal, obnubilación
hasta llegar al coma, edema de papila, hemiparesia contralateral,
desviación de la mirada conjugada, posibilidad de herniación uncal
y/o transtentorial.
3.3. Afectación infratentorial: coma, anomalías pupilares, desviación de
la mirada desconjugada, reflejos oculocefálicos (ROC) y
oculovestibulares (ROV) alterados, afectación de pares craneales
y signo de Babinski bilateral.
5. Signos y síntomas
La conciencia está disminuida en grados variables. Los estímulos repetidos
despiertan a los pacientes sólo brevemente o no lo logran en absoluto.
Dependiendo de la causa, se desarrollan otros síntomas.
5.1. Anomalías oculares: las pupilas pueden estar dilatadas,
puntiformes o desiguales. Una o ambas pupilas pueden estar fijas
en posición intermedia. El movimiento ocular puede estar
desarticulado o ausente (parecía oculomotora) o involucra
patrones inusuales (balanceo ocular, movimientos oculares
erráticos, opsoclonía). Puede presentarse hemianopsia
homónoma. Otras anomalías incluyen ausencia de parpadeo en
respuesta a la amenaza visual (tocar casi el ojo), así como
pérdida del reflejo oculocefálicos (los ojos no se mueven en
respuesta a la rotación de la cabeza), el reflejo oculovestibulares
(los ojos no se mueven en respuesta a la estimulación calórica) y
los reflejos cornéanos.
5.2. Disfunción autónoma: los pacientes pueden tener patrones
respiratorios alterados (respiración de Cheyne-Stokes o de Biot),
a veces con hipertensión y bradicardia (reflejo de Cushing). Puede
aparecer paro respiratorio y cardíaco súbitos. Sin embargo, puede
producirse hipotensión si la alteración de la conciencia es
causada por una infección grave, una deshidratación grave, una
pérdida importante de sangre o un paro cardíaco.
5.3. Disfunción motora: las anomalías incluyen flacidez, hemiparesia,
asterixis, mioclonías multifocales, rigidez de decorticación (flexión
de los codos y aducción del hombro con extensión de las piernas)
y rigidez de descerebración (extensión de las piernas y rotación
interna del hombro).
5.4. Otros síntomas: cuando el tronco encefálico está comprometido,
pueden aparecer náuseas, vómitos, meningismo, cefalea occipital,
ataxia y somnolencia creciente.
6. Diagnostico
Anamnesis.
Examen físico general.
Examen neurológico, que incluye examen ocular.
Pruebas de laboratorio (oximetría de pulso, medición de la glucosa
junto a la cama del paciente, pruebas de sangre y orina).
Neuroimágenes inmediatas.
Medición de presión intracraneal.
Si es diagnóstico es poco claro, punción lumbar o EEG
(electroencefalografía).
El deterioro de conciencia se diagnostica cuando los estímulos repetidos
despiertan a los pacientes sólo brevemente o no lo hacen en absoluto. Si la
estimulación desencadena movimientos reflejos primitivos (p. ej., rigidez de
descerebración o decorticación), el deterioro de conciencia puede
profundizarse hasta el coma.
Se debe realizar simultáneamente el diagnóstico y la estabilización inicial
(de la vía aérea, respiración y circulación). La temperatura se mide para
comprobar si hay hipotermia o hipertermia; si ocurre cualquiera de estos
casos, se inicia de inmediato el tratamiento. La glucemia puede medirse
junto a la cama del paciente para identificar concentraciones bajas que
también deben ser corregidas de inmediato. Cuando está involucrado el
traumatismo, se inmoviliza el cuello hasta que la anamnesis, el examen
físico o las pruebas de imágenes descarten una lesión inestable y el daño
de la médula espinal.
7. Examen neurológico
El examen neurológico determina si el tronco encefálico está intacto y si la
lesión se localiza dentro del sistema nervioso central. El examen se focaliza
en lo siguiente:
Nivel de consciencia.
Ojos.
Función motora.
Reflejos osteotendinosos.
El nivel de conciencia se evalúa intentando despertar al paciente primero
con órdenes verbales, luego con estímulos no nocivos y finalmente con
estímulos nocivos (p. ej., presión del reborde supraorbitario, el lecho
ungueal o el esternón).
La Escala de Coma de Glasgow (véase tabla Escala de Coma de Glasgow)
se desarrolló para evaluar a los pacientes con traumatismo de cráneo. En
el traumatismo de cráneo, la puntuación asignada para la escala es útil
desde el punto de vista del pronóstico. En el coma o el deterioro de
conciencia de cualquier causa, la escala se utiliza porque es una medida
relativamente confiable y objetiva de la gravedad de la falta de respuesta y
puede ser utilizada en forma seriada para la monitorización. La escala
asigna puntos sobre la base de las respuestas a los estímulos.
La apertura de los ojos, las muecas faciales y la retirada adecuada de las
extremidades ante un estímulo dañino indican que la conciencia no está
deteriorada. La asimetría de las respuestas motoras al dolor o los reflejos
osteotendinosos pueden indicar una lesión hemisférica focal.
8. Examen ocular
Se evalúan los siguientes ítems:
Respuestas pupilares.
Movimientos extraoculares.
Fondos de ojo.
Otros reflejos neuro oftalmológicos
Las respuestas pupilares y los movimientos extraoculares brindan
información sobre el movimiento del tronco encefálico. Por lo general, una
o ambas pupilas se vuelven fijas al comienzo del coma debido a lesiones
estructurales, pero las respuestas pupilares a menudo están preservadas
hasta muy avanzado cuando el coma se debe a trastornos metabólicos
difusos (denominado encefalopatía tóxico-metabólica), aunque las
respuestas pueden ser lentas. Si se dilata una pupila, deben considerarse
otras causas de anisocoria; ellas incluyen trauma ocular anterior, ciertas
cefaleas y la utilización de un parche de escopolamina (si el fármaco entra
en contacto con los ojos).
9. Patrones respiratorios
El ciclado periódico de la respiración (respiración de Cheyne-Stokes
o de Biot) puede indicar disfunción de ambos hemisferios o del
diencéfalo.
La hiperventilación (hipervención neurógena central) con frecuencias
respiratorias de > 25 respiraciones/min puede indicar disfunción
mesencefálica o pontina superior.
Un jadeo inspiratorio con pausas respiratorias de unos 3 s después
de una inspiración completa (respiración apnéustica) indica
típicamente lesiones pontina o bulbares; este tipo de respiración a
menudo progresa hasta el paro respiratorio.
10. Tratamiento
Estabilización inmediata (vía aérea, respiración, circulación ABC).
Admisión a una unidad de cuidados intensivos.
Medidas sintomáticas que incluyen, cuando sea necesario, el control
de la presión intracraneal.
Tratamiento del trastorno subyacente.
Deben asegurarse de inmediato la vía aérea, la respiración y la circulación.
Es necesario corregir la hipotensión. Los pacientes con deterioro de la
conciencia ingresan en la UCI para poder monitorizar el estado respiratorio
y neurológico. Si hay hipertensión, la tensión arterial debe reducirse
cuidadosamente; la disminución de la tensión arterial por debajo del nivel
habitual del paciente puede provocar isquemia cerebral.
Como algunos pacientes en coma están desnutridos y son susceptibles a la
encefalopatía de Wernicke, deben administrarse de rutina 100 mg IV o IM
de tiamina. En caso de hipoglucemia, los pacientes deben recibir 50 mL de
dextrosa al 50% IV, pero solo después de haber recibido tiamina.
En caso de un traumatismo, se inmoviliza el cuello hasta efectuar una TC
que descarte el daño de la médula espinal. Algunos pacientes en estado de
estupor o coma después de un traumatismo craneoencefálico se benefician
con el tratamiento con fármacos que pueden mejorar la función de las
células nerviosas (amantadina). Este tratamiento puede causar una mejora
en la capacidad de respuesta neurológica durante el tiempo que se
continúa el fármaco. Sin embargo, este tratamiento puede no hacer
ninguna diferencia en la mejoría a largo plazo.
Cuando se sospecha una sobredosis de opiáceos, se administran 2 mg de
naloxona IV y se repite según sea necesario.
10.1. Intubación endotraqueal
Los pacientes con alguno de los siguientes trastornos requieren intubación
endotraqueal para prevenir la aspiración y asegurar una ventilación
adecuada:
Respiración poco frecuente, superficiales o estertorosas.
Baja saturación de oxígeno (determinada mediante la oximetría de
pulso o mediciones de gases en sangre arterial).
Deterioro de los reflejos de las vías aérea.
Faltade respuesta grave (que incluye a la mayoría de los pacientes
con una puntuación en la escala de Glasgow < 8).
Datos clínicos
1. Alergias / intolerancia: no conocidas.
2. Hábitos tóxicos: bebedora social.
3. Antecedentes familiares: madre DM tipo II, padre no conocido.
4. Antecedentes personales: diabetes tipo II desde hace 3 años.
5. Antecedentes quirúrgicos: nunca ha sido operada.
VII. Conclusión
Los trastornos del estado de conciencia son un continuo clínico con una
amplia variabilidad inter e interindividual (dificultad diagnostica y
pronostica). El diagnostico de estos estados se basa en la observación de
un patrón organizado y congruente de respuestas. La recuperación
funcional es tan solo alrededor del 10%.
El estado de coma rar vez dura más de 2 a 4 semanas. El resultado
depende de la causa, la severidad y sitio de lesión. Los pacientes pueden
salir de un coma con problemas físicos, intelectuales y psicológicos.
Algunas personas pueden permanecer en coma durante años.
VIII. Bibliografía
https://www.elsevier.es/es-revista-anales-pediatria-continuada-51-articulo-
coma-etiologia-fisiopatologia-diagnostico-S1696281808756324
https://www.revista-portalesmedicos.com/revista-medica/plan-de-cuidados-
de-enfermeria-a-un-paciente-en-coma-caso-clinico/
https://es.slideshare.net/samfyre/estados-alterados-de-conciencia-
59927615
IX. Anexos