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En este ensayo, me realiza la siguiente pregunta ¿Cuál es la relación entre las masculinidades
hibridas y la masculinidad hegemónica? Esta plantea una importante reflexión articulada en tres
momentos, primero, el proceso conceptual para explicar la construcción y definición de la
masculinidad hegemónica propuesto por Elsa Guevara (2008). Segundo, se describe el concepto
de masculinidad hibrida trabajado por Tristán Bridges, T. y C. J Pascoe (2014). Por último, se
responde la relación que existe en torno a la hegemonía dominante y las masculinidades hibridas
y como esta relación se vuelve esencial para entender la amplitud en la dominación masculina
hegemónica.
Bajo la misma línea, se establece la sociología de género como marco cognitivo para incluir a las
mujeres y pensar las posiciones que ocupan en la sociedad como sujetos socialmente construido
a lo largo de la historia. Este marco cognitivo rompió con el determinismo biológico que, asume
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las características dominantes del hombre como algo natural, al contrario, el feminismo y la
sociología de genero posicionan las identidades, actitudes, cualidades como construcciones
socio-culturales y políticas.
En ese sentido, los aportes de la sociología de género, establecieron la discusión sobre los
procesos socio-culturales que han construido las identidades hibridas y hegemónicas, donde,
además se establecen alianzas y nuevas formas de dominación hacia la mujer en diversos
tiempos y espacios. Por esa razón, tanto feminismos como otros académicos siguen viendo “las
nuevas masculinidades” con ojos de sospecha, por tal razón, subyacen reflexiones entorno, a las
nuevas masculinidades y su relación con la dominación masculina e hegemónica.
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“Así, las relaciones de dominación quedan inscritas tanto objetivamente, bajo la forma de condiciones
materiales de vida y relación, como subjetivamente, bajo la forma de esquemas cognitivos que en su
sistema de oposición arriba-abajo, activo-pasivo, recto-curvo, seco-húmedo, duro-blando, fuera-dentro
construyen lo masculino y lo femenino como dos esencias sociales jerarquizadas “(Guevara 2008, 81)
Para cerrar este punto, podemos decir que, la masculinidad hegemónica es el resultado de un
proceso construido socialmente bajo una estructura que produce a las/los sujetos históricamente,
pero, a la vez, esta les produce a ellos en la actualidad del presente. En ese sentido, la
masculinidad se expresa como la conducta orientada a conservar la jerarquía establecida a favor
del hombre. El mecanismo de dimanación de esta, opera desde la fecundidad, la superioridad en
el hogar, el acceso a espacios públicos y de toma decisiones, las leyes y marcos normativos.
Cuando se habla de masculinidad hegemónica también se habla de esquemas de percepción y de
la habitud del hombre blanco heterosexual.
Masculinidades hibridas,
El concepto de hibrides se comenzó a utilizar durante el siglo xx en las ciencias sociales para
describir el mestizaje como la mezcla de dos entidades distante. Este concepto es útil para pensar
la mezcla de la masculinidad blanca “hegemónica” con otras masculinidades subalternas y
ciertas feminidades. El trabajo de Bridges, T. y Pascoe, C. J. (2014). identifica la apropiación
cultural bajo la cual los hombres blancos incorporan en sus cuerpos diversas experiencias y
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recursos para sus proyectos de identidad y la mantención de su hegemonía, esencialmente en
países como Estados Unidos y Europa.
Bajo esta premisa, surge el concepto de masculinidad hibrida, este se refiere a la incorporación
cultural de las masculinidades subalternas al sistema de dominación, también, de algunas
características de las feminidades. Si bien la masculinidad no se presenta de forma homogénea,
lo importante de este concepto es identificar las nuevas formas “contemporáneas” de como se
produce y reproduce la desigualdad de género (Bridges y Pascoe 2014). Sobre esto, los estudios
de género no están convencidos de que las masculinidades hibridas sean un proyecto
emancipador. Al contrario, se propone la importancia de observar la apropiación de culturas
locales como el medio por el cual se amplía la dominación masculina hegemónica. Esta se
reproduce a través de nuevas prácticas discursivas que ponen en el centro al hombre blanco,
como un sujeto inclusivo, además, comprometido por igualdad de género. En ese caso, la noción
de masculinidad hibrida opera como noción ideologizada e ideologizante. Por lo tanto, cuando se
habla de masculinidades hibridas se habla de nuevas formas de ejercer la dominación y
desigualdad de género.
Cuando se habla sobre masculinidades hibridas es con el objetivo de visibilizar que estas
identidades no han transformado significativamente la estructura de género ni en niveles locales,
mucho menos, globales. De lo que se discute es del cambio en los estilos culturales y personales
que representa estos hombres híbridos, en ese sentido, dichas transformaciones no contribuyen a
destruir las condiciones estructurales del poder que jerarquiza a los hombres sobre las mujeres, al
contrario, se sigue sosteniendo una posición de distinción, así, como la de las masculinidades
hegemónicas. Otra relación importante, es, que, estos nuevos estilos se están estableciendo desde
grupos privilegiados como el de los hombres blancos, heterosexual y clase media. En ese
sentido, persiste el privilegio institucional que aún disfrutan ambas masculinidades. (Bridges y
Pascoe 2014).
En esta misma línea lógica, la masculinidad hegemónica es tan poderosa que tienen la capacidad
de transformar y adecuar las formas de dominación. Esto hace que se establezcan apropiaciones
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culturales con el sentido “de lo que es más útil, en cada momento histórico”. Por tal razón las
masculinidades hibridas se pueden ver como la ampliación moderna de la dominación masculina
hegemónica, ambas no renuncian a su posición de poder en la estructura, así, como se exacerba
el instinto instrumental en la práctica de ambas identidades. Por último, existe la similitud en la
falta de cuestionamientos y cambios significativos para la estructura de género.
Conclusión
Bibliografía
Guevara, E. (2008). La masculinidad desde una perspectiva sociológica. Una dimensión del
orden de género. Sociológica, 23(66), 71-92. Recuperado de
http://www.scielo.org.mx/pdf/soc/v23n66/v23n66a4.pdf
Núñez Noriega, G. (2016). Los estudios de género de los hombres y las masculinidades: ¿qué
son y qué estudian? Culturales, 4(1), 9-31.