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▪ Actividad pasividad
▪ Guía-cooperación
▪ Participación mutua
En la primera el dentista le hace algo al paciente, el que a su vez sólo cumple con el rol de
recibir el tratamiento, en este modelo se reconstituye la dinámica padre -hijo. En el segundo el
dentista le dice al paciente lo que le va a hacer, señalando éste su acuerdo, nuevamente se
establece una relación padre-hijo. En la tercera el dentista le sugiere y negocia con el paciente
el tratamiento a realizar, en una clara relación entre adultos de igual condición. En esta última
modalidad el dentista reconoce el potencial del paciente y comprende que éste no es un
ignorante respecto a lo que se le debe hacer como tratamiento, sino que siempre sabe algo. En
esta interacción la alianza de tratamiento se fortalece, favoreciendo en definitiva una mayor
responsabilidad del paciente sobre su propia salud oral.
Laín entralgo
De acuerdo con Laín Entralgo, cuya obra fundamental nos sirve de guía, dice que la relación
entre el médico y el enfermo adopta en el mundo actual formas muy distintas según que la
atención se realice en un consultorio privado, la sala de un hospital, el consultorio en un
establecimiento de la primera línea de atención, o el campo de batalla, entre otros, pero, sea
como sea, cuando es correcta, dicha relación tiene como fundamento lo que podría
considerarse un modo de amistad, la amistad médica, en la cual una de las partes pone s u
saber y su voluntad de ayuda técnica, y la otra su menesterosa confianza en la medicina y en el
médico que la atiende. Y ello es válido aun aceptando que la complejidad de la medicina
contemporánea implica una serie de actos médicos realizados por diversos miembros del
equipo de salud, puesto que, en algún momento, se establece siempre una relación
interpersonal.
Ahora bien, una relación de ayuda puede ser la de los camaradas, quienes colaboran
mutuamente en pos de lograr un bien objetivo exterior a cada uno de ellos, constituyendo lo
que se llama un dúo; pero también puede adoptar la forma de aquellos que, más allá de un
determinado bien objetivo, aspiran a establecer una comunión, vale decir, una relación más
intensa, que puede denominarse diádica, sea esta amistosa o erótica. La relación médico
paciente se situaría entre el dúo de la camaradería y la díada de la amistad genuina y la
relación amorosa, que se da entre dos personas que aspiran a establecer un lazo personal, un
vínculo afectivo poderoso, una comunión.
Laín Entralgo le asigna a la relación médico paciente el carácter de una ‘cooperación cuasi
diádica de ayuda’, orientada hacia el logro, por parte del paciente, del hábito psicosomático
que solemos llamar salud. En ella se articulan las operaciones objetivantes, que apuntan a
tornar objetivas las manifestaciones o signos de la enfermedad, y las operaciones empáticas o
coejecutivas, que implican el situarse bajo el marco de referencia del paciente para sentir, aun
cuando sea brevemente, lo que el paciente siente y penetrar en el sentido que le da a su
padecimiento.
Para Laín una auténtica relación médico–paciente constituye una verdadera filantropía, es
decir, la expresión secularizada del amor cristiano por el prójimo, en la cual se integran la
amabilidad, la procura del bienestar del amigo, la confidencia y el respeto por la dignidad de la
persona humana.
El fin propio de la relación clínica es la salud del paciente. Aquí, precisa Laín, contrariamente a
lo que sostienen algunos, el fin último del médico no puede ser la bondad moral del ser
humano o su felicidad. Estas no son consecuencia necesaria de la salud y dependen, por un
lado, de lo que cada persona haga por sí misma en ejercicio de su libertad para hacer realidad
su proyecto vital y, por el otro, de esa enigmática determinación de la vida humana
representada por el azar.
● Modelo Interpretativo. El médico “interpreta” los valores del paciente. Informa al paciente y
le ayuda a elegir una opción coherente con los principios de este. Es como un consultor o
consejero. Se pueden pasar por alto los valores ocultos, tanto del médico como del paciente.
● Modelo de compromiso o confianza recíproca. Se establece una discusión sobre los valores
del paciente. Prevalece la confianza que debe de haber entre el médico y el paciente. Se
comportan como socios. No hay asimetría en el rol. Se comparten las decisiones y la
responsabilidad.
Casi nunca las relaciones son puras. Todos los modelos tienen aspectos criticables. Muchas
veces se actúa según cómo está el paciente. La conducta es distinta en una situación de riesgo
vital, una enfermedad aguda o una crónica.
Talcott Parsons
analizó desde la perspectiva sociológica funcionalista la relación entre los médicos y los
pacientes. Partía de que a los enfermos se les podía denominar desviados, pues su
enfermedad les impedía realizar sus funciones necesarias para el funcionamiento de la
sociedad, el papel del médico era el de restablecer cuanto antes la salud de esos individuos
para que se reincorporaran lo antes posible a cumplir con las funciones que la sociedad le
había encomendado.
Es decir, la institucionalización de la medicina suponía por una parte un control social de los
ciudadanos y por otra otorgarle a los médicos un poder sobre los enfermos. El poder de esos
profesionales no sólo estaba garantizado por diversas instituciones (políticas, médicas, ), sino
también por su autoridad –autoritas-, basada en sus conocimientos y aptitudes; ello le hacía
situarse por encima de la mayoría de los mortales ejerciendo un liderazgo en muchas
ocasiones carismático. En el desarrollo de
la medicina a lo largo de todo el siglo XX estas relaciones entre médicos y pacientes han
variado hacia un mayor control social por parte de la institución médica, Foucault sostiene que
la medicina es un poderoso medio de disciplina y control social.
“Tres C”
Si bien es cierto que la vocación nace, la empatía se cultiva, crece y desarrolla, Mathiassen
describe como se puede aprender y potenciar la habilidad empática en los estudiantes de
medicina a través de la reflexión sobre el propio sufrimiento, con métodos variados orientados
hacia la actitud como a la habilidad, desarrollando nuestra capacidad intuitiva; para lo cual
ofrecemos algunos concejos como obtener una buena empatía: al tener el primer contacto,
saludar, presentarnos y animarle a que nos cuente sus dolencias, mostrarnos sonrientes y con
la capacidad de escuchar con sinceridad y tranquilidad hablar lo necesario, llamar por su
nombre al paciente, responder a las inquietudes del enfermo y sus familiares, pues nos
encontramos frente a diversos rasgos de personalidad, con mundos angustias y necesidad
diferentes.
La relación médico - paciente se basa, también, en el derecho del paciente a conocer o no
desear conocer la realidad de su situación, por lo cual el médico debe dar las explicaciones
convincentes más adecuadas a la verdad.,basadas en las “Tres C”
La relación médico - paciente basada en la Ética Paternalista con pasividad como la relación
madre - lactante, la cooperativa como la Padre - niño o la relativa como adulto -adulto con
participación mutua, debemos destacar las fases de la relación médico – paciente siendo la
Primera, de Llamada entre el hombre que sufre y el experto, la segunda fase de Objetivación,
el examen o estudio científico del proceso patológico y la tercera fase la más trascendente, de
Personalización ya que hecho el diagnóstico y el plan terapéutico, el médico se relaciona con
una persona enferma que “es su paciente” y el paciente acepta:
“Doctor haga lo que crea conveniente” con una actitud de dependencia y necesidad, sin que el
médico se atribuya en virtud de su competencia un autoritarismo, conde scendencia o
indiferencia, que no corresponden. En un nivel primario de la actividad del médico y la
pasividad del paciente es muy frecuente y común en la historia de la medicina. Cuando el
médico asume todo el protagonismo y responsabilidad en nombre del paciente, al que
considera un todo.
• Su propio hogar
• Un hogar en grupo
• Un hospital
Equipo principal
• Médico
• Enfermero
• Trabajador social
• Consejero
• Terapeuta
• Voluntarios capacitados
• Prestar servicios especiales, como terapia física y del habla cuando sea necesario.
• Proporcionar atención hospitalaria a corto plazo cuando el dolor o los síntomas sean
tan insoportables para tratarlos en casa.
• Brindar apoyo en el duelo a los seres queridos y amigos. El apoyo puede incluir
conversaciones con el paciente y los familiares, capacitación en habilidades para cuidar
del paciente, oración, acompañamiento, ayuda de voluntarios y llamadas telefónicas a
seres queridos, incluidos aquellos que viven lejos.
Existen cuatro condiciones básicas que, de ser tomadas en cuenta antes de dar una mala
noticia, podrían conllevar a un mejor resultado:
Una vez que contemos con las condiciones necesarias antes de dar una mala noticia es
importante recordar que al brindarla se podrían satisfacer cuatro objetivos distintos, además
del brindar información.
Enfermedad terminal
Paciente terminal es la persona que se encuentra en la etapa final de algunas enfermedades
crónicas, especialmente de las cancerígenas. Esta fase se inicia en el momento en que es
preciso abandonar los tratamientos de finalidad curativa, ya que no le aportan beneficios a su
estado de salud, para sustituirlos por otros cuyo objetivo es controlar y paliar los síntomas,
tanto físicos como psíquicos que origina la enfermedad.
Etapas
Cada paciente reacciona de manera diferente ante la noticia de que sufre una enfermedad
terminal. En general, casi todos los pacientes pasan por cinco etapas hasta aceptar su
dramática situación, según el modelo de Kübler-Ross, cuando se diagnostica una enfermedad
terminal o una pérdida catastrófica:45
➢ Ira. El individuo reconoce que la negación no puede continuar. Debido a la ira, esta
persona es difícil de ser cuidada debido a sus sentimientos de ira y envidia. Cualquier
individuo que simboliza vida o energía es sujeto a ser proyectado resentimiento y envidia.
• Cáncer
• VIH/SIDA
Eutanasia
La eutanasia es la intervención aceptada voluntariamente por el paciente y re alizada por un
profesional médico, que acelera la muerte de un paciente desahuciado, con la intención de
evitar sufrimiento y dolor innecesario.
Sin embargo, desde el punto de vista científico o médico viene a ser la ayuda del médico a
morir al paciente. Claro está, que este tiene que sufrir una enfermedad incurable, numerosos
dolores permanentes y un sufrimiento insoportable para vivir. En la eutanasia siempre tiene
que estar un equipo de médicos para administrar los fármacos al paciente que no quiere segu ir
con su vida.
Características
la persona que deseé morir dignamente deberá ser un enfermo terminal ( esto lo decide el
médico tratante) y debe ser mayor de edad.
-en caso de estado vegetativo debe consultarse con la familia y dejarlo estipulado de forma
verificable.
-no se realizará eutanasia a menores de edad, personas que tengan una enfermedad
degenerativa y deseen someterse a este procedimiento ni a quienes no se puedan verificar
que estaban de acuerdo con las mismas
Tipos de eutanasia: La Eutanasia puede ser clasificada desde diversos puntos de vista:
➢ Eutanasia voluntaria: La decisión la toma el paciente directamente o terceros,
obedeciendo a los deseos que el paciente ha expresado con anterioridad.
La enfermedad puede considerarse como una crisis, debido a la capacidad que tiene para
desorganizar un sistema familiar, al igual que pudiera hacerlo una separación, la pérdida de
algún miembro, el nacimiento del primer hijo. El desajuste ocurre en diferentes intensidades,
las cuales van a estar influenciadas por el tipo de enfermedad y la dinámica del grupo familiar
en torno a ella.
La atención al enfermo en esta fase terminal constituye una de las funciones más importantes
e ineludibles del personal médico, que inician un nuevo tipo de asistencia, cuya meta ya no es
liberar al paciente de su enfermedad, sino ayudarle a morir en paz o, más bien, a vivir
dignamente hasta que le llegue la muerte.
Los síntomas y complicaciones que afectan al enfermo terminal se tratan con los
denominados Cuidados Paliativos, o cuidados tipo Hospice. Estos consideran tres aspectos
organizados como: tratamientos o cuidados específicos, asistencia psicosocial, y cuidados
continuados y previsiones de asistencia.
Cuando no se puede ofrecer al enfermo el alivio de su sufrimiento, algunos pueden desear que
les adelantemos la muerte para no seguir sufriendo. Es entonces cuando la tentación de
la eutanasia como solución precipitada se da cuando un enfermo solicita ayuda para morir
cuanto antes y se encuentra con la angustia de un médico que quiere terminar con su
sufrimiento porque lo considera intolerable y cree que no tiene más que ofrecerle. Los
médicos tenemos que aprender a aliviar el sufrimiento de las personas sin que para ello
tengamos la necesidad de eliminar a quien sufre.
Lo podemos hacer con cuidados paliativos. Unos cuidados que dignifican la vida del enfermo.
Cuidados que no tienen como objetivo la muerte, sino que cuidan la vida mientras é sta llega a
su tiempo, evitando el sufrimiento. Para evitar este sufrimiento se realiza un control adecuado
y enérgico de los síntomas, aunque con los tratamientos para dicho control se pudiera
adelantar la muerte de manera no intencionada. Evitando aquellos tratamientos que serían
inútiles en esa situación clínica, tratamientos que les harían sufrir más que la propia
enfermedad. Siempre respetando los valores del enfermo. Y si aún no hubiéramos conseguido
aliviar su sufrimiento recurriremos a la sedación paliativa para garantizar una muerte serena.
Los médicos, ante el sufrimiento del enfermo, no le abandonamos mirando hacia otro lado,
asumimos su alivio con nuestra competencia profesional y nuestro acercamiento humano. Se
puede objetar a administrar la muerte y continuar acompañando al enfermo durante su
proceso de morir si él desea que le acompañemos a pesar de que le hayamos anticipado que
no le adelantaremos la muerte. Esto es compatible con los cuidados paliativos. Nada
justificaría nuestro abandono. No sería coherente abandonar al enfermo que nos pide ayuda
en esos momentos tan difíciles y únicos para él porque nuestra conciencia no coincida con la
de quien nos solicita adelantar su muerte
¿Que es abstinencia?
Término utilizado para describir los síntomas físicos y mentales de una persona cuando deja de fumar
o reduce de manera repentina el consumo de una sustancia adictiva, como los opiáceos y los opioides,
los productos de nicotina o las bebidas alcohólicas.
Los síntomas de abstinencia que presentan las personas dependen de muchos factores, como el tipo de
sustancia, la frecuencia de su uso y el período de tiempo durante el que se ha consumido. También se
llama cuadro de abstinencia y síndrome de abstinencia.
Tipos de síndromes de
abstinencia
Síndrome de abstinencia alcohólica. La persona adicta al alcohol durante mucho tiempo puede
experimentar, una vez lo deja, taquicardia, insomnio, temblor de manos, ansiedad o agitación.
Síndrome de abstinencia de nicotina. Dejar de fumar provoca frustración, ira, inquietud y un
aumento del apetito o de peso, entre otros síntomas.
Síndrome de abstinencia de cannabis. Su consumo es muy común, sobre todo en jóvenes. Las
personas adictas a la marihuana que se encuentran en proceso de abstinenciaexperimentan
náuseas, irritabilidad, pérdida de peso y alteraciones en el sueño.
Síndrome de abstinencia de estimulantes. Por estimulantes nos referimos a sustancias como la
cocaína o las anfetaminas. La abstinencia de ello provoca problemas de sueño, fatiga, aumento del
apetito y humor disfórico.
Síndrome de abstinencia de cafeína. El consumo frecuente y diario de cafeína puede generar
dependencia. Cuando se deja, causa dolor de cabeza, sueño, cansancio y náuseas.
Causa del síndrome de abstinencia
La causa directa es el cese o reducción súbita de consumo, que se ha realizado de tal manera en el
cuerpo de la persona. El organismo se ha habituado a la sustancia, generando una tolerancia a esta
(que a su vez es la que provoca que los consumos vayan aumentando en cantidad y frecuencia), y
acostumbrándose el cuerpo a funcionar con dicha sustancia.
Síntomas
A rasgos generales, con la mayoría de sustancias adictivas el afectado por síndrome de abstinencia
presentará deseo irrefrenable de volver a consumir la sustancia, irritabilidad, cambios en el carácter o
dificultad para concentrarse.
Control de abstinencia
Deseo irresistible de fumar:
Espere. Las ganas de fumar se irán en unos minutos y recuerde las ganas de fumar no se van
fumando un cigarro.
Distráigase: cambie de lugar o situación, permanezca ocupado con alguna afición
Beba agua.
Irritabilidad:
Haga técnicas de relajación, respiración,…
Distráigase con actividades placenteras para usted.
Controle el consumo de café o bebidas excitantes.
Pasee, haga ejercicio.
Dificultad de concentración
No se exija demasiado durante un par de semanas.
Duerma más
Evite bebidas alcohólicas
Haga deporte
Insomnio
Evite café, té, bebidas excitantes, especialmente por las tardes.
Aumente el ejercicio físico.
Tómese antes de acostarse una tila, infusión de valeriana.
Evite siestas,
Sea regular con los horarios de sueño.
Cansancio, desánimo.
Mantenga su actividad
Intente tener pensamiento positivo.
Prémiese
Haga cosas que le gusten.
Duerma más
Busque compañía de amigos.
Estreñimiento
Camine, haga ejercicio
Aumente la fibra en su dieta
Beba agua.
Abordaje en pacientes con síndrome de
abstinencia
Es difícil sin importar si es por decisión personal o si lo recomienda o requiere el sistema judicial, la
familia o un empleador. El primer paso para recibir el tratamiento adecuado es someterse a una
evaluación exhaustiva. Esta incluye lo siguiente:
Una evaluación completa del uso actual que hace la persona.
Una revisión del uso de sustancias en el pasado y los antecedentes de tratamientos.
Un historial médico físico.
Una evaluación de la situación social de la persona.
Identificación de las metas del tratamiento.
Procedimiento médico
Desintoxicación de drogas
Medicamentos
Sedante, Tratamiento para dejar de fumar y Narcótico
Terapias
Orientación
Es importante mencionar que algunos síntomas del síndrome de abstinencia pueden llegar a ser
mortales si no se tratan a tiempo. En este sentido, el cese abrupto del alcohol, las benzodiacepinas y los
opiáceos con sus derivados (morfina, heroína, oxicodona, codeína), pueden causar un fallo
cardiorrespiratorio.
Tratamiento farmacológico en pacientes con
síndrome de abstinencia al alcoholismo.
Los pacientes con síndrome de abstinencia alcohólica grave o delirium tremens deben ser tratados en
una unidad de cuidados intensivos hasta que estos síntomas desaparezcan. Para prevenir el síndrome
de Wernicke–Korsakoff y otras complicaciones, el tratamiento puede incluir:
❖ Tiamina IV
❖ Benzodiazepinas
La presencia de una convulsión, si es breve y aislada, no precisa tratamiento específico; sin embargo,
algunos médicos administran en forma sistemática una dosis única de lorazepam, 1 a 2 mg IV, como
profilaxis contra otra crisis convulsiva.
El clordiazepóxido, 50 a 100 mg por vía oral cada 4 a 6 h, con disminución gradual, es una
alternativa más antigua aceptable para los casos menos graves de abstinencia.
Los pacientes que no responden a las dosis altas de benzodiacepinas podrían responder al
fenobarbital,120 a 240 mg IV cada 20 minutos.
Los benzodiacepinas pueden causar intoxicación, dependencia física y abstinencia en pacientes con
trastorno por ingestión de alcohol; por lo tanto, no deben continuarse después del período de
desintoxicación.
❖ La metadona y la buprenorfina pueden disminuir los síntomas de abstinencia y las ansias que
provoca la adicción. Funcionan actuando sobre los mismos receptores del cerebro que otros opioides,
pero sin el placer que causan los opiáceos restauran el equilibrio en las partes del cerebro afectadas por
la adicción.
✓ Metadona, un agonista opioide de acción lenta. La metadona se administra por vía oral y por eso
llega al cerebro lentamente, amortiguando la euforia que se genera con otras vías de administración y
evitando a la vez los síntomas de abstinencia.
Buprenorfina, un agonista opioide parcial. La buprenorfina alivia el deseo intenso de consumir drogas
sin producir la euforia o los efectos peligrosos de otros opioides.
Las drogas pueden producir síntomas de abstinencia a solo horas después de la última dosis, y los
síntomas pueden durar más de una semana. Puede ser que la abstinencia sin ayuda no le amenace la
vida, pero puede resultar en una recaída.
Opciones de Desintoxicación.
La desintoxicación médica abarca metodologías tanto del tratamiento farmacológico como del
psicológico permaneciendo bajo estrecha supervisión de especialistas médicos y de salud mental en
un entorno residencial seguro y reconfortante, mientras que una desintoxicación estándar puede
ser realizada de forma ambulatoria
La desintoxicación médica puede proporcionar la forma más segura y fluida de desintoxicación.
Los signos vitales, como la presión sanguínea, los niveles respiratorios, la temperatura corporal, y
el ritmo cardiaco, se pueden vigilar de cerca en un centro de desintoxicación médico que use
medicamentos para regular las funciones cerebrales y corporales.
Profesionales de salud mental también pueden evaluar y estabilizar a los individuos durante la
desintoxicación médica.
Se pueden usar fármacos durante la desintoxicación médica para controlar los síntomas de
abstinencia más difíciles.
Los médicos ayudan al individuo a dejar de depender de las drogas bajando o disminuyendo
lentamente la dosis. Esto mantiene llenos los receptores de opiáceos y previene el comienzo de
síntomas graves de abstinencia.
Los deseos de drogas y la abstinencia se pueden manejar reemplazando un opioide de acción corta
como la heroína con otro de acción más prolongada como la metadona.
Aunque alguien trate de tomarse una droga como la heroína mientras está tomando un
antagonista, lo droga no producirá los efectos deseados y envés puede causar un síndrome de
abstinencia precipitada.
El Vivitrol se usa para ayudar a prevenir la recaída después de completar la desintoxicación y después
que las drogas estén completamente eliminadas del cerebro y del cuerpo.