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TRABAJO DE INVESTIGACIÓN

ETNOMÚSICA 1

Tema:
Instrumentos de la música isleña.

Objeto:
La quijada: instrumento de percusión en San Andrés y Providencia.

Liz Yesenia Mesa Garcia

Lic. Música, énfasis violín

UNIVERSIDAD DE ANTIOQUIA

2020
La región Insular está conformada por el conjunto de islas, cayos e islotes alejados
de las costas continentales, como el Archipiélago de San Andrés y Providencia, la
Isla Gorgona, Archipiélago de San Bernardo, Islas Corales del Rosario, Isla Fuerte,
Isla Tortuguilla e Isla Tierra Bomba.

La presente investigación pretende hacer énfasis en las expresiones e instrumentos


musicales del Archipiélago de San Andrés y Providencia, situado en el Caribe
Suroccidental entre las costas de Nicaragua y Colombia, donde coexisten diversidad
de etnias, culturas y grupos poblacionales, así como diversos conjuntos de ritmos,
prácticas y géneros musicales. Esta pluralidad ha resultado de múltiples factores
como la fusión lingüística y poblacional (por migraciones sucesivas mayormente
desde Jamaica), el intercambio comercial, la actividad económica, los múltiples
procesos de colonización y urbanización (el aumento demográfico de poblaciones
provenientes de la costa atlántica, especialmente de Cartagena), los cruces étnicos
y la convergencia de al menos tres macro tradiciones musicales: la europea,
africana e indígena americana (Manuel, Bilby y Largey, 2006). De estas, las dos
primeras son las que más huellas han dejado en las prácticas musicales actuales, a
partir de la música popular del Caribe anglófono, francófono e hispano, transmitida
por pobladores, marineros, pescadores y trabajadores migrantes desde las épocas
más antiguas.

Entre los géneros musicales tradicionales o comúnmente practicados en el


archipiélago, se encuentran: polka, mazurka, schottische, vals, quadrille, pasillo,
mento (ya no practicados con frecuencia pero que representan el patrimonio musical
tradicional de las islas), soca, calypso (no son géneros en auge pero siguen
practicándose), himnos tradicionales, negro spiritual, gospel, gospel contemporáneo
(géneros de canto coral religioso de la iglesia protestante), roots reggae, reggaetón,
dancehall (muy practicados en el mercado musical), salsa, rock, vallenato, baladas
melódicas, entre otros.
A estos ritmos tan representativos de la localidad, e influenciados por otras
regiones, resulta ambiguo asegurarles un lugar de origen. Tal es el caso del calypso
(iniciado en Trinidad), reggae y soca, de influencia caribeño-antillana; o la terapia,
género de Cartagena con raíces antillanas. Otro género de importancia en la
localidad es el dancehall, de origen hispano (Música y etnicidad; Dario Ranocchiari).
Debido a esto, se ha formado la idea de que las músicas del archipiélago carecen
de originalidad. En efecto, en San Andrés y Providencia no han nacido géneros
musicales ni se ha compuesto gran cantidad de música original; en lugar de esto, la
característica de la música sanandresana estriba en la sonoridad y la manera de
reinterpretar músicas externas.

De acuerdo con la descripción que hace Egberto Bermudez en su libro Instrumentos


Musicales en Colombia, podemos considerar los materiales productores de sonido u
objetos sonoros dentro del campo musical, ya que éstos adquieren realidad en
cuanto suenan. Estos objetos adquieren existencia en tres dimensiones: como
objeto material, como objeto productor de sonido y como elemento simbólico.
Los instrumentos musicales u objetos sonoros de uso popular, que integran los
conjuntos conocidos como “Southwest Bay” o “Bahía Sonora” en San Andrés y
Providencia, son la mandolina, la guitarra, maracas, carraca y tub-bass. La
mandolina es un cordófono de pulsación con plectro. El tub-bass o tináfono es un
cordófono fabricado de un recipiente de zinc, al cual se le adiciona una vara y una
cuerda que se templa y se hace sonar por pulsación. Las maracas son esféricas,
fabricadas de calabazos con semillas secas en su interior.
Otros instrumentos como el armonio (u órgano) y el piano vertical, son importantes
en el culto protestante. En varios géneros populares de la isla, como el reggae, se
emplean instrumentos de percusión (tumbadoras, congas, baterías), cordófonos con
amplificación eléctrica (bajos, guitarra) y piano u órgano eléctrico.

La mandíbula inferior de equino, también llamada charrasca, cacharaina, charaina,


carretilla, kahuaha, matraca, carraca o jawbone, es un instrumento de percusión
utilizado en varias regiones de Hispanoamérica.
De sonoridad seca, tosca, o de tambor, es usado para asemejar instrumentos como
claves, maracas, guacharaca, etc. Produce su sonido de diferentes maneras:
● Al ser golpeada con la palma o el costado de la mano cerrada (idiófono de
placas de percusión). La quijada tiene seis dientes un poco sueltos, lo que
permite sacar un sonido particular cuando se golpea de esta manera.
● A causa del movimiento de los dientes sueltos de la mandíbula (castañeteo).
Los dientes deben vibrar para que haya un buen sonido.
● Rascando los dientes hacia arriba y abajo con un hueso, palo de madera o
tubo de plástico (idiófono raspado), produciendo un sonido rasgado similar al
de una guacharaca, pero con mayor calidez. Éste se denomina "carrasca",
probablemente a partir de la onomatopeya.
● Otra forma de tocar el instrumento es redoblando el palo entre los dos bordes
y justo debajo de los dientes, produciendo un sonido similar a un “llamado”.

La elaboración de la carraca consiste en hervir y secar la quijada de burro, caballo o


res. Posteriormente es puesta en un nido de hormigas para que quede libre de
residuos orgánicos, con el fin de que los molares se aflojen y produzcan un
castañeteo. Otra forma de procesarla es enterrar la quijada en la arena o dejarla a la
orilla del mar para que la sal ayude a retirar la piel y la carne. Cuando se ha secado,
es bañada en alcohol o cloro para completar el proceso de secado, que es
fundamental porque produce un mejor sonido en los dientes.
En el archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina se ha usado más la
quijada inferior de las yeguas, que de los sementales, porque produce sonidos más
fuertes y menos brillantes. Además, los dientes de los sementales suelen caerse,
haciendo que el instrumento pierda sus sonidos.
Elias Pomare, intérprete de quijada y habitante de la isla de San Andrés, explica que
para la elaboración de este instrumento únicamente utilizan la quijada de caballo, en
lugar de la de res u otro animal, porque sólo con la quijada de caballo consiguen la
sonoridad que buscan.

La quijada es característica de distintos géneros musicales tradicionales de países


del Caribe y América Latina: el festejo, el son de los diablos y el panalivio en Perú;
la cueca chilota en Chile; en la música rapanui de la Isla de Pascua; en la música
garífuna de Belice, Honduras y Nicaragua; en el torbellino de Colombia y algunas
músicas isleñas como en San Andrés y Providencia; en el punto cubano ; en el son
nica de Nicaragua y en la música miskita; en la música con motivo religioso en la
región de Veraguas, Panamá; en el candombe de Argentina; en sones de Costa
Rica y República Dominicana, en la música mexicana de son jarocho o son
veracruzano; en la música de Palo de Mayo y el calipso de países caribeños, entre
otras más. También es utilizada como instrumento de marcha en los carnavales y
fiestas religiosas, y en varios ritmos de origen afroamericano como la percusión
afroperuana de la costa centro y norte del Perú.

La agrupación sanandresana “Creole”, con más de 30 años de trayectoria, busca


hacer un homenaje a su idioma nativo: el Creole, defendiendo su música y su
folclor. Entre los instrumentos que emplean está el tináfono y la quijada. La
agrupación ha sido acogida en los escenarios colombianos y también en los
internacionales de países como Bélgica, España, Panamá, Republica Dominicana,
Kenia y Estados Unidos, interpretando un compendio de la música isleña de la
provincia: Reggae, Calipso, Mentó, Shottish, Quadrille y Polka.

¿A dónde se remonta (temporal, espacial y geográficamente) el origen de este


instrumento idiófono?
En artículos sobre la música guanacasteca en Costa Rica (periodicomensaje.com),
se afirma que este instrumento, al igual que la mayoría de los instrumentos de
percusión, nace en las antiguas civilizaciones de Oriente (India, Indonesia, China e
incluso África); pero ¿cómo puede comprobarse este origen?, ¿No será que el
instrumento de quijada es originario de las músicas isleñas? Al consultar sobre su
origen a los habitantes de San Andrés que interpretan la quijada, se remiten a la
herencia de sus ancestros: desde muy pequeños veían a sus padres, abuelos,
bisabuelos y personas mayores interpretar la quijada, y lo adquirieron por tradición.
Toda la información que tienen proviene de la memoria y la experiencia. Reconocen
que es un instrumento de muchos años atrás, que hace parte de su historia y se ha
consolidado como parte de su identidad cultural, una identidad que se esfuerzan por
mantener viva, enseñándolo a sus sucesores y a las generaciones más jóvenes.
Al asumir la herencia africana, se consolida la idea de que el uso del instrumento de
quijada en países como Colombia, Cuba y Ecuador, evidencia la transmisión y
transformación de costumbres, prácticas y objetos que llegaron a estos territorios
con la esclavitud durante el periodo colonial.
El maestro Alfredo Valiente, profesor de cajón peruano e instrumentos de percusión
del Museo afro peruano de Zaña y Museo de sitio de Pachacamac, afirma que la
quijada de burro es un instrumento peruano, utilizado en las músicas afro de las
costas de Perú.
Según el artículo “El burro que ríe y canta. Esbozo antropológico de un instrumento
musical: la quijada equina” del Instituto Nacional de Antropología e Historia de
México, la quijada o más bien, los quijaderos fueron traídos al Nuevo Mundo en los
barcos esclavistas, repletos de hombres, mujeres y niños de un sinnúmero de
sociedades y culturas del Occidente y centro de África, quienes a su llegada a
América fueron esclavizados y repartidos a lo largo y ancho de todo el continente.
Las fuentes históricas permiten determinar que el uso de la quijada en América se
consolida desde el siglo XVIII, seguramente como resultado de la creatividad e
inventiva de africanos y afrodescendientes traídos por la fuerza a este continente,
que despojados de sus matrices culturales, musicales y dancísticas, optaron por
reinventarlas y recrearlas con los medios disponibles a su alcance. Por ello puede
aducirse que la quijada y su ejecución como instrumento musical son americanas,
específicamente afro-americanas, en el más amplio sentido del término.
Siendo África un continente sumamente diverso étnica, lingüística, cultural y
musicalmente (Mintz y Price, El origen de la cultura africano-americana, 2012), esta
diversidad conglomerada arriba al continente americano y se fusiona con la
diversidad nativa, europea e inclusive asiática. Es frecuente que respecto a la
llamada “música con influencia africana” se parta de posturas estereotipadas y
muchas veces erróneas de África y su musicalidad.
A falta de información sobre el uso de este instrumento en las culturas musicales de
África, y más específicamente en aquellas que influyeron en el continente americano
desde la época colonial, podría concluirse que más que un instrumento de origen
africano, la práctica de ejecutar a la quijada equina como un instrumento sonoro se
dio en tierras americanas, como una invención propia de las que más tarde serían
las músicas de América.

¿Por qué no son enseñados ni se dan a conocer este tipo de instrumentos


tradicionales en los contextos académicos y musicales del interior del país (zona
andina)?; ¿Por qué existen estos vacíos en la enseñanza de la tradición y el folklor?
Considero que la indagación y por consiguiente la enseñanza musical en un
contexto formal en Colombia ha sido un proceso invertido: hemos ido de lo ajeno a
lo propio. La enseñanza generalizada de la música occidental en las facultades de
música del interior del país se convirtió en el camino único y preponderante. Hemos
sido los responsables de la auto-enajenación ante la tradición, y seguimos haciendo
las veces de colonizadores en tierra propia, siguiendo modelos de música y de
enseñanza europeos.
Los trabajos de investigación y las continuas reformas curriculares han servido tal
vez de anclaje para volver la mirada a los ritmos raizales. En la última década, la
Universidad de Antioquia ha incluído en el Pensum algunos programas como canto
popular, percusión tradicional y teclado popular complementario, dando por
terminado el tabú que existía al interpretar un ritmo de pasillo, cumbia o bambuco en
las aulas de la facultad dos décadas atrás.
Por medio de programas como la Maestría en Músicas de América Latina y el
Caribe, y grupos de investigación como el de Músicas Regionales, se ha vuelto la
mirada a las expresiones musicales del continente, se ha dado un paso fuera de la
tradición académica eurocentrista, y se han adelantado proyectos de investigación y
propuestas que indagan en las músicas regionales y de tradición, poniendo en
diálogo la academia con la tradición y lo popular.
Lo que parece ser una corriente investigativa de apropiación por las tradiciones, nos
acerca cada vez más a lo propio, a la historia que nos pertenece y las raíces que
nos han forjado. Aún así, la academia musical del interior del país enseña tan sólo
atisbos de la tradición que debería empeñarse en rescatar. La educación musical
debería volver la mirada a las prácticas investigativas orientadas al conocimiento, la
apropiación, el rescate y la difusión de este tipo de instrumentos y prácticas tan
propias de las músicas del continente y el país.

Referencias bibliográficas:
 Egberto Bermudez, Los Instrumentos Musicales en Colombia. Universidad
Nacional de Colombia, 1985.

 Dario Ranocchiari, Música y etnicidad en el archipiélago de San Andrés y


Providencia. Tesis doctoral Universidad de Granada, 2013.

 Andrea Berenice Vargas García, El burro que ríe y canta. Esbozo


antropológico de un instrumento musical: la quijada equina. Universidad
Nacional Autónoma de México, 2016.

 Mintz, Sidney W. y Richard Price, El origen de la cultura africano-americana.


Una perspectiva antropológica. Centro de Investigaciones y Estudios
Superiores en Antropología Social/Universidad Autónoma Metropolitana/
Universidad Iberoamericana. México, 2012.

Cibergrafía:

 “La Quijada de Burro” embate con el tiempo la música guanacasteca, Julio


2019:
https://www.periodicomensaje.com/cultura/3890-la-quijada-de-burro-embate-
con-el-tiempo-la-musica-guanacasteca

 Al son de Creole y su quijada de caballo, Septiembre 2014:


http://somoslarevista.com/2014/09/al-son-de-creole-y-su-quijada-de-caballo/

 LIGHTS, CAMERA & CULTURE (Quijada de Caballo / Horse JawBone):


https://www.youtube.com/watch?v=Gxdd_tCR0JE&t=394s

 Quijadas de caballo y músicas tradicionales: San Andrés Islas:


https://www.youtube.com/watch?v=_YPBSPNAY7o

 Alfredo Valiente – La quijada de burro:


https://www.youtube.com/watch?v=g8-Ftj-EgDk

 Quijada de mula. Un instrumento naturalmente sorprendente:


https://www.youtube.com/watch?v=S1zOnaJJMNA

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