Está en la página 1de 5

Música maya

Los mayas tenían una escala musical muy diferente a la de cinco notas occidentales,
explicaron expertos que analizaron 125 instrumentos, entre flautas, ocarinas, trompetas,
cornos de cerámica y conchas de caracol.

“Estos artefactos emiten sonidos cuya escala


musical no corresponde a la occidental; es decir,
tienen una gama propia, que preliminarmente los
expertos han definido como tipo maya”, afirma el
Instituto Nacional de Antropología e Historia
(INAH) de México en un comunicado.

A esa conclusión se llegó después de un análisis


de arqueoacústica, con estudios de física,
etnología e incluso ornitología —estudio de las aves— aplicados a 125 instrumentos.

Después de año y medio de trabajo, los estudiosos identificaron los posibles sonidos que se
utilizaban en ceremonias funerarias y agrícolas, para atraer la lluvia e imitar o cazar aves.

Además, en la investigación se descubrió que la mayoría de las flautas prehispánicas emiten


escalas con rangos de sonidos más extensos y complejos comparados con la escala
occidental de cinco notas, entre estas la flauta triple, de la cual se obtuvieron 600 “rangos
sonoros”.

Para el conocimiento de la música de los antiguos mayas es indispensable el estudio de la


iconografía conservada en códices, piezas de cerámica y arte mural. El instrumental de la
música maya constó de instrumentos de viento (aerófonos) y de percusión (idiófonos). La
primera de estas familias instrumentales agrupa a varios tipos de instrumentos: las flautas de
caña y hueso, diferentes tipos de pitos, silbatos y ocarinas con variedad de diseños, y los
vasos sibilantes. En lo relativo a la música, los mayas desarrollaron instrumentos musicales
como flautas, silbatos, tambores de madera o tunkules, sonajas y cascabeles, y utilizaron
caracoles sonores y caparazones de tortuga. Con su música cantaban y bailaban durante las
festividades. Se supone que cada dios tenía su fecha, rito, música y cantos especiales. En
vasos policromados de diferentes épocas también aparecen representadas una y otra vez las
conchas marinas.

Los murales de Bonampak también muestran a un grupo de guerreros mayas tocando largas
trompetas como todavía aparecen en el Rabinal Achi del siglo XIX.

En el grupo de los idiófonos se encuentra el tun, que es un tronco vaciado con una incisión
en forma de H cuyas dos lengüetas resultantes se percuten con baquetas rudimentarias.
Este instrumento todavía se ve ocasionalmente en Guatemala. También están los tambores
de madera con una sola membrana de piel de venado o jaguar, así como las caparazones de
tortuga de diferentes tamaños, los raspadores y las sonajas. Los instrumentos musicales
estaban caracterizados por su estrecha conexión con las deidades del panteón maya.
Música garífuna
La punta es una forma de danza y música propia de la etnia garífuna en sus celebraciones y
festividades. Hay ciertas leyendas sobre el nombre de este baile, una de ellas menciona un
ritual funerario que los garifuna bailaban Se
encuentra difundido en Honduras, Belice. Es una de
las formas de música, se baila con atuendos
folclóricos y coloridos hoy día. Se tienen registros
que se baila desde finales de la década de 1970 por
los habitantes de las regiones de Livingston,
Dangriga y las ciudades de Tela, La Ceiba, Trujillo y
Roatán en Honduras. Desde su creación ha llamado
la atención en el ambiente musical, incluyendo los
Estados Unidos en especial áreas de Los Ángeles,
San Francisco, de California; Nueva York, Chicago y
Miami. Su ejecución comprende instrumentos de percusión tales como tambores y caracoles,
entre otros.

Las principales voces de los ritmos garífunas son los músicos Aurelio Martínez y Andy
Palacio, fallecido en 2008.

Andy Palacio considerado un verdadero héroe nacional en Belice, alcanzó la fama a finales
de los ochenta cuando se convirtió en el solista más conocido de su país, pero ante todo será
recordado por la defensa de los derechos de su pueblo.

La orquesta de Andy Palacio, llamada "Colectivo Garífuna", inventó el punta rock, música
inspirada en la danza tradicional caribeña. En una entrevista publicada antes de su
fallecimiento, el músico contestó así a la pregunta de cómo le gustaría ser recordado tras su
muerte: "Como un orgulloso miembro de los Garífuna... alguien que se siente honrado por
serlo y ayuda a incrementar nuestra autoestima”.

Por su parte, Aurelio Martínez, está considerado el perpetuador de los auténticos


“parrandistas” (antiguos y genuinos músicos negros caribeños). La parranda casi como
anuncia su nombre, tocada con guitarras y tambores, es un sonido festivo que como las
viejas serenatas se tocaba de casa en casa.

“Nuestro ritmo es siempre de fiesta. Vemos incluso la tragedia desde una óptica alegre para
no seguir sufriendo”, afirma el músico en la película La aventura garífuna. A pesar del tono
vitalista, las canciones que sobre todo hablan sobre temas cotidianos (desengaños
amorosos, “el loco del pueblo”, etc.), a veces esconden un transfondo melancólico “porque
las parrandas son muy personales”.

Es el caso del veterano músico Paul Nabor, que alcanzó su primer y sorpresivo gran éxito,
con una melodía compuesta para el funeral de su hermana, o del propio Aurelio Martínez que
desgrana en la mayor parte de sus letras el sentimiento nostálgico por un padre ausente.
Los garífunas tampoco dejan de lado el mestizaje que les caracteriza: “Nunca olvidaré
África”, canta el solista, entre el repiqueteo incesante de unos tambores que no ocultan una
base rítmica plenamente “negroide”.

MÚSICA XINCA
Las trompas o trompetas 
Para dar mayor volumen al sonido del caracol, se prolongó su canal interior, y el extremo
opuesto a la embocadura, se expandió en forma de campana. Entre los pueblos Xinkas, las
trompetas alcanzaron longitudes inusitadas de hasta cinco o seis pies de largo. Esa clase de
trompetas produce una escala de valores armónicos bastante semejantes al cuerno. Eran
fabricadas con madera o con cañas revestidas de estuco, barro y hojas de cierta clase de
palma, se decoraban con cintas.

La flauta:

Es uno de los instrumentos de viento más antiguos que se


conocen. Las flautas Xinkas, se caracterizaron por la poca común
longitud de sus embocaduras y por la buena calidad de su sonido.
Generalmente eran de forma tubular, también había globulares.
Las construían con carrizos, barros, nefrita y huesos, siendo
frecuente el uso de huesos animales se le daba la terminación de
la boquilla con ocote y cera de abeja. Era corriente el uso de
flautas múltiple  con ellas podían emitir a un mismo tiempo varios
sonidos, de acuerdo con el empleo que ellos hicieran de sus dedos
para obstruir o dejar libre el paso del viento por los agujeros.

Sonajas y sonajeros:
Las emplearon mucho, dándoles un carácter mágico que los
vinculaba con lo sagrado y lo sobrenatural, por ello, por eso antiguos abuelos los
representaron como atributos de ciertas energías ancestrales, al lado de bolsas para
el incienso de pino, copal y los objetos destinados para las ofrendas. Para fabricarlas se
empleaba el barro, madera, cobre,   los más corrientes eran construidos con calabazas y con
frutos del árbol de morro pintados de rojo oscuro y atravesados en su medio por una varita
de madera que sirve para sostenerlos y agitar las semillas o piedrecillas que producen el
sonido.
Pitos:
Hay una gran variedad de pitos y silbatos hallados. No fueron usados solamente como
instrumentos de música, sino también en la cacería de aves y pequeños mamíferos. Sus
formas y sonidos son muy variados. Los hay que revisten formas humanos y los hay con
figuras zoomórficas; los hay simples, dobles y triples. Las flautas
globulares, así como las tubulares, son menos comunes.
Los raspadores: son cierta clase de instrumentos musicales
dentados, son de origen muy antiguo. Están fabricados con huesos
humanos, a menudo en forma de falo, se usaban en rituales de
carácter erótico o bien para rendir homenaje a los cuerpos difuntos.
Su sonido dependía de los materiales con que estaban hechos y de
las ranuras que se les habían labrado así también estaban fabricados
los más comunes con morro doble o chunete.

Esta música pone énfasis en la ornitofonía, pues fueron los pájaros


los maestros del indígena, quien inspira los cantos o directamente los
copia o imita.
La música xinka se aprende y ejecuta tradicionalmente, pasa del
maestro al aprendiz, aunque el desarrollo de la melodía parece
simple no se ajusta a ella el ritmo y es difícil registrar la cadencia.

El silbato de los espíritus oscuros: 
Caña de azúcar, piel de rana y plumas son algunas de los materiales naturales que utilizaban
para crear "el silbido de la energía oscura", el instrumento musical siempre son descubiertos
junto a las urnas funerarias de los hombres xinkas.

El Tambor:
Los tambores son los instrumentos más antiguos sobre la
tierra, y según nuestro pueblo, la vibración del tambor ayuda a
conectarse naturalmente con los cuatro elementos
primigenios: agua, tierra, aire, fuego.

Nuestro pueblo ha confeccionado tambores desde tiempos


inmemoriales combinando la vida animal y la vegetal para así
crear un instrumento que suene y retumbe no solamente a
través el aire sino que a través del tiempo. Todos los
elementos de la naturaleza son usados para la creación-
construcción del tambor, que representa el círculo de la vida
de todos sus aspectos. La confección de un tambor es labor
de un conocedor abuelo guía de nuestra tribu. Primero debe
buscar un tablón de madera lo suficientemente largo como
delgado para que una vez tratado con el vapor de agua
hirviendo pueda doblarse formando un círculo y conformar los
bordes del tambor.
El proceso para remover la piel del animal (venado, cirvo o conejo) es una operación larga y
delicada puesto que debe “remojarse” sin sobre exponer la piel. Una vez retirada la piel y
limpia, ésta se estira por encima del madero-tambor y se deja secar. Al secarse la piel se va
engrosando y tensando. Para “afinar” su sonido, se lija la piel cuidadosamente. La ejecución
de una danza o baile para nuestro pueblo tiene vital importancia en la expresión de su cultura
ancestral; puesto que los que danzan lo hacen sintiendo y siguiendo los latidos de su propio
corazón y el ritmo fundamental de la vida misma. Al mismo tiempo, los golpes del tambor van
acompañados de canto. Esta es una expresión intracultural que varía e identifica la
herencia ancestral de nuestro pueblo, aunque muchas danzas y canciones son
multisonoricas y forman parte de sus repertorios en el pasado y en el presente.

También podría gustarte