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EL RENACIMIENTO
− ¿Qué es el Renacimiento?
Es un movimiento ideológico y estético que surge en Italia a finales del s. XV, y que
posteriormente se extendió por toda Europa durante el s. XVI.
En el s. XVI comienza en toda Europa la etapa que conocemos como Renacimiento. En esta
época se realizan una gran cantidad de descubrimientos arqueológicos, geográficos, grandes viajes,
se avanza en el estudio de la Naturaleza, etc. El comienzo de las excavaciones arqueológicas en
Italia, provocaron un auge de esta ciencia entre la sociedad. Las esculturas, ruinas, reliquias, etc.
tomaron gran importancia, y tener alguna de ellas en casa denotaba cierto status, por decirlo de
algún modo.
Así pues, poco a poco se irá aceptando la cultura como nuevo distintivo de prestigio social.
Los hombres cultos ya no sólo estaban en organizaciones eclesiásticas, sino que formaban una
especie de nueva clase social, basada en la capacidad personal y el esfuerzo. A raíz de esto, el
hombre logró una gran seguridad en sí mismo, favoreciendo el culto a la personalidad, que en la
pintura se tradujo, por ejemplo, con el auge que adquirió la pintura de retratos.
Gracias a los descubrimientos geográficos, el hombre pudo conocer nuevas culturas, y los avances
científicos (Galileo, Copérnico) ayudaron a realizar un cambio en la mentalidad humana: el hombre
se sintió centro del universo y dueño de su destino. Se acabó el miedo medieval a lo sobrenatural,
ahora la visión del mundo era mucho más optimista.
− La importancia de la imprenta.
Dada la importancia que cobró la Naturaleza, no es de extrañar que también fuera habitual el
tópico horaciano del beatus ille, es decir, el del hombre que vive feliz en la Naturaleza.
Durante el Renacimiento cobra también especial importancia el jardín, pues además del
interés que se sentía por la Naturaleza, permitía reunir en un mismo sitio arte y naturaleza. Además,
Paracelso le atribuyó poderes terapéuticos y sirvió de escenario a numerosos poemas y obras
teatrales (sobre todo en el Barroco).
• Sociedad: Se creó un nuevo concepto de hombre, que queda bien descrito en la obra de Baltasar
Castiglione “El Cortesano”. Este modelo consistía en un hombre que fuera a la vez culto y
hombre de armas, logrando un equilibrio típico de la época. La importancia que adquieren la
educación y el estudio fomenta la aparición de grandes genios, como Leonardo da Vinci, y la
necesidad de buscar la forma de destacar para ser inmortalizado en vida, pues a través de las
obras es como se logra la fama eterna.
• Política: Nuevas monarquías de poder absoluto, tienen como consecuencia tres teorías políticas:
• Religión: Por un lado, Erasmo de Rotterdam promueve una mayor espiritualidad, y por otro,
aparece Lutero y su Reforma (1517), lo que fomenta la libre interpretación de los textos
bíblicos. El luteranismo provocó una revolución religiosa a la que la Iglesia católica tuvo que
hacer frente realizando una Contrarreforma, que en los países católicos, en concreto, en España,
aislaría al pueblo, forzándole a encerrarse más en sí mismo y dando paso al desengaño y al
Barroco.
• Arte: orden y proporción. Se recuperan los cánones clásicos. En la pintura, se opta por la figura
humana, que podía ser o bien idealizada, o bien expresada de forma más naturalista y fea.
• Prosa: Adquiere gran importancia, ya que se escriben diversas obras de carácter didáctico e
histórico. Sin embargo, también destacó la prosa de ficción, gracias a las novelas de caballerías y
más adelante, a la novela picaresca, como el Lazarillo de Tormes. Esta obra supuso un antes y
un después en la literatura, ya que rompió con todos los moldes e inspiró a Cervantes a crear la
novela moderna. Ha de tenerse en cuenta que a pesar de ser una época de idealización, durante el
Renacimiento no desapareció esa forma de pensar, más realista, que mostraba un mundo opuesto
al idealizado, que es precisamente el que se refleja en el Lazarillo, y que supuso el tema principal
para la obra de Cervantes.
A Ficino no sólo le interesaba Platón, sino que también mostró interés por el pensamiento
oriental (leyendas), la magia, los sueños, la astrología, la arquitectura, la lengua, la marquetería, etc.
La escuela florentina tomó al hombre como centro del universo, y a Dios como el Gran Arquitecto,
y siguiendo las ideas de J. B. Alberti, consideró la Creación como un gran obra de arte. Por tanto la
obra de arte era una especie de miniatura del universo, y el artista debía seguir las huellas de Dios
para ser un gran creador.
Como anécdota merece la pena destacar el hecho de que en la cúpula de San Lorenzo se
pintó un cielo astrológico, que representaba la unión entre lo pagano y lo cristiano, suponiendo el
tema central de la Academia florentina.
Además de por Platón, Ficino también sintió interés desde joven por Hermes Trimegisto,
padre de la hermenéutica, cuyos textos circulaban ya en Occidente traducidos al árabe. Así pues, la
hermenéutica se puso de moda en el s. XV, sobre todo con el descubrimiento de los jeroglíficos
egipcios, y desembocó en la creación de una variada imaginería lingüística, con alegorías,
alusiones, imágenes, símbolos, etc. que solía resaltar más la sensación que la razón.
Según Ficino, sus sabios preferidos Platón, Zoroastro, Pitágoras y Hermes, eran los sabios
por antonomasia, y su misión había sido la de crear unos códigos secretos que sólo estuvieran al
alcance de unos pocos, es decir, de los iniciados. La Academia florentina era secreta, y los mismos
frescos de sus muros mostraban el interés de sus miembros por lo simbólico y dual. En ellos se
presentaba un globo celeste, con Demócrito a un lado y Heráclito al otro. Este tipo de globos
tuvieron gran importancia en los autos calderonianos.
Ficino tradujo al latín la obra esotérica el Pimandre, atribuida a Hermes. Para Kepler, bajo
este pseudónimo se encontraría el mismísimo Pitágoras, pues la obra daba un importancia vital a las
esferas y a la magia del universo, coincidentes con las teorías pitagóricas. Esta obra influyó
considerablemente en los artistas renacentistas, entre ellos Durero, cuya Esfera armilar es
considerada el símbolo más representativo del Renacimiento. La traducción del Pimandre supuso un
interés por las lenguas y por averiguar cuál era el origen de esta obra enigmática.
Así pues, Ficino mostró interés por la astrología, las propiedades de las piedras, las estrellas,
San Agustín, la luz, los conceptos de macrocosmos y microcosmos, etc. Además, sintió fascinación
por la esfera, llegándola a considerar como símbolo de divinidad (de acuerdo a las teorías
pitagóricas y herméticas), y su mecánica como una reproducción completa de la vida, ya que según
el Timeo de Platón, el movimiento giratorio del universo y su forma perfecta, la esfera, representaba
lo acabado y perfecto. La capacidad del hombre para captar ese movimiento se debía a que el
hombre era una especie de réplica de la divinidad, ese gran artista que contenía el hombre.
DANTE ALIGHIERI:
A Dante se le considera el padre de la nueva poesía europea, el llamado Stil Novo. El poeta
florentino conoció en su niñez a una niña, Beatriz, a la que convirtió en su musa. A los dieciocho
años volvió a verla y consiguió que le saludara, provocando que el poeta escribiera por primera vez
un poema que expresaba un sentimiento auténtico. De este modo se inició el primer diario lírico en
la literatura.
Con la muerte de Beatriz, el poeta se acercó definitivamente a ella, algo que no había
logrado en vida. Dante profundizará en sus sentimientos, esforzándose en encontrar una nueva
forma de hacer obras para una mujer única, y logró con La Divina Comedia, un viaje alegórico en el
que Beatriz acompaña al poeta por el Paraíso (mientras que Virgilio lo hace por el Infierno y el
Purgatorio). De hecho, en uno de los cantos del Purgatorio, el propio Dante hace referencia a su Stil
Novo, y lo define como la nueva forma de expresar sus sentimientos con sinceridad, sin los cuales
no habría podido escribir.
FRANCESCO PETRARCA:
Para Petrarca, los clásicos eran contemporáneos suyos a los que había que tratar
directamente, sin hacer uso de los filtros a los que habían sido sometidos los textos clásicos durante
la Edad Media. Los autores clásicos estaban vivos, para Petrarca, y su estilo era moderno.
Asimismo, se preocupó por la lengua y del estudio del texto, tratando de depurarlo. De este modo,
inauguró el estudio de las lenguas y las gramáticas en toda Europa.
Petrarca escribió gran parte de su obra en latín, sin embargo, hoy en día se le conoce por su
obra en italiano, el Cancionero, un compendio de 366 poesías escritas durante 30 años, la mayoría
entorno a una mujer, Laura, en las que el poeta va contándonos su autobiografía. A pesar de que
para Petrarca esta obra era menor, pronto alcanzó gran fama entre sus contemporáneos,
convirtiéndose en un referente para muchos poetas renacentistas como León Hebreo, Pietro Bembo,
Garcilaso y Boscán, entre otros. En el Cancionero, el amor no es el centro de la trama sin más, el
poeta espera realmente ser reconocido por esa obra en la posteridad.
Nadie sabe quién era Laura, algunos piensan que es un nombre simbólico que podría hacer
referencia al laurel con el que Petrarca quería ser coronado por su obra tras su muerte. De hecho, al
ver cercana su muerte, el poeta dio un repaso a todos estos poemas, los mandó copiar, y les cambió
el orden inicial que les había dado en su juventud, ordenándolos dando importancia a su forma
artística. Lo que buscaba era ser recordado por esa obra.
Esta postura de Petrarca hacia su propia obra, no tenía nada que ver con el anonimato de las
obras medievales. Así pues, ayudó a dar importancia al autor y a la obra, dejando unos textos ya
fijados que no pudieran ser manipulados tras su muerte, al igual que él había hecho con los textos
antiguos.
GIOVANNI BOCACCIO:
Bocaccio está considerado como el autor que precedería a la novela moderna. En su caso, se
enamoró de una mujer, a la que apodará Fiammetta, y a la que hará protagonista de sus poemas.
Sin embargo, a pesar de ser un amor correspondido, parece que esta mujer frívola le fue infiel en
numerosas ocasiones y finalmente le abandonó, provocando una gran desesperación que plasmó en
sus Rimas, que le sirvieron de desahogo.
Intentó novelar sus amores basándose en modelos clásicos, pero no lo consiguió, así que
optó por hacer algo diferente con Fiammetta (Elegia di madonna Fiammetta), sin basarse en nada
que se hubiera sido escrito antes. Nos encontramos ante un argumento original, en el que se nos
presenta una psicología de la protagonista, un ambiente cultural, etc. que corresponden a la vida real
del autor. Aunque en esta obra, es Fiammetta la abandonada y no el autor. La naturalidad y el dolor
expresados en esta obra la convierten en la primera novela sentimental, con una prosa elegante y
culta.
Los nombres de los personajes son simbólicos o describen estados de ánimo (p. ej.:
Pampinea – la floreciente; Filostrato – amor sin esperanza; Neifile – voluptuosidad, etc.). El
Decamerón recoge una gran cantidad de fábulas, chistes, anécdotas, historias, opiniones y críticas
que no se había visto anteriormente. Por ello, el libro se interpretó de diversas formas, por un lado
se consideró una obra sensual, y por otro, una descripción de la nueva sociedad más apartada de la
Iglesia. Todos estuvieron de acuerdo en la maestría de Bocaccio por haber aupado la lengua vulgar
(italiano) al lugar de la culta (latín).
Una de las consecuencias del Renacimiento para la cultura fue la proliferación de grandes
colecciones de arte y libros y, asimismo, se multiplicaron los símbolos (laberintos, quimeras, etc.).
La aparición del busto de Platón impulsó el interés por este filósofo, al que se le consideró padre de
la metafísica. Además, los textos antiguos despertaron también la curiosidad de los renacentistas,
pudiendo así desempolvar las teorías neoplatónicas, diciendo adiós al viejo pensamiento
escolástico.
Para excusarse por su interés por lo pagano, Ficino y los suyos recurrieron a los padres de la
Iglesia, quienes habían tratado de hacer lo propio, uniendo el paganismo con el cristianismo.
Buscaron entre los jeroglíficos, la física, los textos herméticos y esotéricos, algún tipo de revelación
que pudiese permanecer oculta por la ignorancia. Se buscó en la etimología de los nombres y en su
valor estético la palabra primera creada por Dios y de la que San Juan hablaba en su Evangelio.
Los neopitagóricos creían existía una teoría musical del universo, por la cual habría unos
tonos musicales de acuerdo al orden de los planetas. El Sueño de Escipión, que se encuentra dentro
de la obra República de Cicerón, llegó a los renacentistas a través de Macrobio, el cual realizó un
interesante Comentario a dicho Sueño. Macrobio sostenía que el mundo tenía un alma, y que entre
ésta y el alma del hombre había una comunicación. Así pues, la astrología sería la encargada de
estudiar esas comunicaciones, y es por ello que la Naturaleza pasa a interpretarse como proyección
de las fuerzas anímicas y las pasiones. El Sueño de Escipión nos explica la organización del
Universo a través de la teoría de las esferas, según la cual cada esfera corresponde a una ciencia, y
las actividades humanas podían insertarse con una correspondencia universal.
Escipión fue un hombre dual, el perfecto caballero (según los cánones renacentistas), pues
era hombre de armas, un héroe, pero a la vez, era culto y sabio. Su imagen fue el ideal del
humanismo platónico. Aunque en el Barroco, esa dualidad deja de ser equilibrio para convertirse en
un tener que elegir entre una cosa u otra.
A Ficino y a su escuela les interesó este tema, y tras leer a Platón y las teorías herméticas,
llegaron a la conclusión de que tras la muerte, tan sólo unas mentes privilegiadas lograrían la
inmortalidad. Ficino justificaba la dignidad del hombre por su ansia de Dios y consideraba que
todas las obras paganas debían ser revisadas en busca de un doble sentido, pues en ellas se
escondían un significado aparente y otro oculto.
Otro defensor de este modo de pensar fue Pico de la Mirándola, quien con su Apología del
hombre logró transformar el pensamiento europeo. Según él, el hombre, es decir, el mejor
compuesto de los elementos, había sido creado con libertad y responsabilidad. Mirándola estaba
seguro de que el hombre había nacido para la contemplación de Dios y proponía olvidarse de lo
material para dedicarse al estudio de la filosofía y la teología.
Es la primera obra de este tipo que se escribió en castellano y reunió todos aquellos
argumentos que se utilizaban tradicionalmente para defender la miseria del hombre.
Al estar escrita en forma dialogada, se permite enfrentar los diferentes puntos de vista, por
un lado la epicúrea (miseria del hombre) y, por otro, la estoica (dignidad). Cada una de estas
corrientes está representada por uno de los dos personajes: Antonio (dignidad del hombre) y
Aurelio (miseria del hombre). Ambos personajes se encuentran en el campo y deciden retirarse a un
valle para hablar sobre el tema, allí se encuentran con Dinarco y otros sabios que les escucharán
mientras hablan, pero sin intervenir.
− Va rebatiendo todos los argumentos de Aurelio uno por uno. Exalta al hombre como obra
perfecta.
− Señala las correspondencias entre los elementos y los humores del hombre, justificando
que el hombre posee una parte material y otra celestial, es, por tanto, perfecto.
− El hombre es superior en la Naturaleza y su posición central en el universo se la debe a
Dios.
− Tras ensalzar la perfección del hombre, lo describe en orden arquitectónico (arriba-
abajo).
− Destaca el uso de la conversación como modo de aprender y la lengua como forma de
comunicación del hombre (algo fundamental del Renacimiento).
− Destaca las propiedades y el poder de las manos.
− Ensalza la perfección del hombre como obra de arte (justificando el desnudo en el arte
renacentista).
− Remite a textos bíblicos para ensalzar la dignidad del hombre.
− Hace elogio del trabajo, que sirve para la vida social y las relaciones humanas.
− Exaltación del entendimiento y la voluntad. De nuevo las manos, capaces realizar
cualquier tarea.
− Elogio a los diversos estados y la libertad del hombre para decidir entre ellos.
El discurso de Antonio está cargado de referencias a Dios y su obra y al amor que Dios
siente por el hombre. Por tanto, es también una lección religiosa que ayuda al hombre a disfrutar de
la felicidad.
- El Cortesano (Castiglione)
Esta obra es, sin duda, una de las más importantes y más influyentes del Renacimiento, pues
en él se basa el nuevo canon de caballero cortesano que se ensalzará durante la época renacentista.
El perfecto cortesano posee dos características fundamentales: es culto y además es hombre de
armas. También cabe destacar el papel fundamental que juega la mujer en toda la obra, en la que se
tiene en cuenta su valor en la nueva sociedad.
ESTRUCTURA:
La obra está escrita en forma dialogada y estructurada en cuatro partes, en las que se
describen las conversaciones que tienen lugar durante cuatro noches en la corte de Aretino.
Para Castiglione, la perfecta dama ha de tener las mismas cualidades del cortesano (se
entiende que a excepción de las armas, aunque un personaje menciona haber visto a mujeres en este
tipo de trances demostrando gran soltura), pero además, destaca otras cualidades características de
las mujeres: preocupación por la honra, belleza y gracia, bondad, discreción, saber llevar la casa
(siendo éstas aptitudes más tradicionales)...
El personaje de Médicis dice que las mujeres deben saber de letras, música y pintura, y
defiende su capacidad para ejercer cargos públicos, echando por tierra diversos argumentos de
sabios clásicos como Aristóteles, para quien la mujer era inferior. El Cortesano defiende la igualdad
entre hombres y mujeres, aunque se preocupa más de las relaciones entre ambos sexos, que de la
situación de la mujer en sí.
Hay que tener en cuenta que en la época renacentista existieron varias mujeres muy cultas
que llegaron incluso a escribir obras y ocupar cargos importantes, como profesoras universitarias
(Francisca de Nébrija, p. ej., quien enseñó Filosofía y Retórica en la Universidad de Alcalá). Otro
caso es el de Mencía de Mendoza, mujer emprendedora con una gran colección de arte, o Beatriz
Galindo, consejera de Isabel la Católica que se hizo famosa por dirigir una Academia en el que se
reunían los estudiosos a discutir sobre los clásicos. Las mujeres, además de por una situación
privilegiada, podían acceder al conocimiento a través de los conventos. Sin embargo, muchas
mujeres no sintieron ningún interés por “culturizarse”.
El Amor en El Cortesano.
Para Bembo, el amor es capaz de superar estas tres formas de conocimiento. Asimismo,
elogia la capacidad de sufrimiento de los jóvenes, que les ayuda a conseguir el amor verdadero.
Para el poeta, la belleza del hombre es parte de la belleza del Universo y anima al cortesano a gozar
del amor con la vista y el oído, olvidándose del resto de los sentidos.
El amor es el tema principal de la literatura del Siglo de Oro. Para Ficino y los suyos,
quienes se basaron en Platón, el amor era una fuerza del Universo que no se podía resistir y que
venía de Dios. Esta fuerza llegaba al mundo bajo tres nombres: belleza (la atracción), amor
(atraviesa el mundo y lo rapta) y deseo (vuelve a su autor tras comprender su obra). Así pues, para
Ficino, el amor viene de la belleza y termina en el deseo.
También la luz juega un papel importante en el tema del amor, según Ficino, ya que
siguiendo la teoría platónica, la belleza nos llega a través del influjo divino que viene desde el cielo
en forma de resplandor. La luz es pues un círculo de perfección, y une las fuerzas de arriba con las
de abajo y viceversa, logrando la armonía universal.
De este modo, la ocultación de este amor era típico de este tipo de rituales, ya que la
distancia entre enamorado y dama, su inaccesibilidad, era lo que aumentaba el deseo del
enamorado.
Muchas veces, la única forma de acceder a ese tipo de relación amorosa, sólo es posible de
forma simbólica, a través del sueño y la visión, por ello abunda tanto esta estructura en la literatura
de la época (Sueño de Polífilo, por ejemplo).
Esta obra tuvo un gran éxito en toda Europa. En España fue traducida por Garcilaso de la
Vega. Al igual que El Cortesano, está escrito en forma dialogada, pero esta vez, la narración se
presenta en la forma de preguntas y respuestas, y hay sólo dos personajes, cuyos nombres son
simbólicos: Filón (Amor) y Sofía (Sabiduría).
Argumento: Filón está enamorado de Sofía, pero es un amor platónico, así que nunca llegará a
poseerla. Sofía hace una pregunta a la que Filón responde de forma extensa, los diálogos son
bastante dinámicos gracias a las formas del amor cortés.
Estructura:
Tema: el amor y sus repercusiones en todo, desde la naturaleza, la astrología y la mitología. Por
tanto, trata también estas materias, ayudando a convertirlo en un referente para el pensamiento
neoplatónico. León Hebreo, al igual que Ficino, cree que todo participa del amor, que no es sino
un acercarse a la belleza continuo. La belleza equivale a la luz que proviene de Dios. Así pues, la
finalidad del amor será volver al principio.
TEMA 3 – MODELOS ARTÍSTICOS
A partir de los grandes descubrimientos geográficos del s. XV, comienza a crecer el interés
por el Universo y su diversidad. Del mismo modo, aumenta el interés por el estudio de la
Naturaleza, en la que se buscaban las correspondencias para encontrar el sentido al Universo y a la
posición del hombre en el mismo. Por aquella época comenzaron a ponerse de moda los juguetes
mecánicos, y hubo uno que llamó la atención de Ficino: una esfera que incluía animales, se movía e
imitaba ciertos sonidos del Universo, tal y como hacía la Naturaleza. Esta esfera se consideró como
mejor representante del Universo y Cesare Ripa (autor de la importante obra Iconología) la utilizó
como alegoría de la belleza, pues simbolizaba la proporción y el equilibrio que se buscaban en el
Renacimiento.
Según Ficino, Dios creó cuatro elementos con sus cuatro correspondencias con las
propiedades del hombre, a saber: fuego-intelecto, aire-inteligencia, agua-alma y tierra-Naturaleza.
Existía además un Anima mundi, un principio de unidad, que regía el Universo.
A partir del Comentario al Sueño de Escipión que hizo Macrobio, se desarrolló la teoría de
la armonía universal y se encontró una correspondencia entre las esferas y las ciencias, de este
modo, todas las actividades del hombre tenían su correspondiente cosmológico. A raíz de esto, la
música se consideró como un instrumento de comunicación entre el alma humana y el Anima
Mundi. Como resultado, la Naturaleza se identificó como una proyección de las energías anímicas y
la astrología era la encargada de buscar las propiedades ocultas del Universo.
El Universo se movía por la fuerza del amor, que iba de Dios a sus criaturas, y de las
criaturas a Dios, como cerrando el círculo. La Naturaleza se torna entonces un símbolo de difícil
acceso, ya que es un espejo, un reflejo, de lo que realmente existe, y es por ello que sólo puede
representarse mediante el arte.
Por ello, la pintura buscará la imitación de la Naturaleza, y las obras sobre elementos
naturales o el cuerpo humano, se basaban en la proporción existente en la Naturaleza. Cualquier
obra de arte que imitara la Naturaleza, debía ir más allá y crear una imagen perfecta/idealizada para
acercarse al modelo original, pues sólo Dios era capaz de crear la belleza (idea del Deus pictor).
Cabe destacar que en esta época los pintores y escritores se defendían unos a otros (Ut
pictura poesis), además, ambas artes se consideraban nobles pues para disfrutarlas se usaban la
vista y el oído, y ambas utilizaban un arte figurativo. Era fundamental superar el modelo a través
del esfuerzo y el ejercicio, y por ello, al pintar retratos se pensó que estos podían inducir al amor
(por ser una representación perfecta del original).
La mitología en el Siglo de Oro
Tanto los autores del Renacimiento como los del Barroco se basaron en los mitos clásicos,
pero quitándoles el contenido sacro que pudieran tener en algún momento. Hay que tener en cuenta
que los autores usaban los mitos para explicar su visión del mundo, y por ello, era una forma de
llegar al espectador, y había que quitarles cualquier tipo de matiz religioso que pudieran tener.
Ya los autores clásicos quitaron veracidad a los mitos. Evémero, por ejemplo, explicó que
los mitos eran relatos de hazañas de hombres normales, que por su fama y admiración de los
suyos, habían sido ensalzados como dioses. Esto y el rechazo del cristianismo a estos mitos de
dioses politeístas, provocó que se les comenzara a dar una interpretación simbólica. Así, en el Siglo
de Oro se les da esta interpretación simbólica o alegórica, en busca de algo más profundo.
Los jardines adquirieron gran importancia en los palacios y casas renacentistas. Desde
siempre, se habían ido recogiendo una serie de símbolos relativos a los jardines que el
Renacimiento italiano se encargó de rescatar, con el fin de aunar alegorías paganas con cristianas.
− La Arcadia (Sannazaro)
Los jardines eran una Naturaleza artificial, diseñada por el hombre. Sin embargo, había
quienes preferían una Naturaleza en libertad, como había hecho Homero, poetas a la sombra de un
árbol escribiendo, frente a campos vírgenes. Para dar veracidad, en cierto modo, a este escenario, se
introdujo el papel del pastor. Los pastores pasaban mucho tiempo en el campo, tocando la flauta, y
por ello fueron elegidos por los poetas clásicos para protagonizar sus obras. Al tener los pastores un
papel importante en la cultura cristiana, fueron bien aceptados. Existía una jerarquía entre los
personajes-pastores, pero todos tenían en común el amor. El principal valedor de este tipo de relatos
fue Virgilio, quien dio nombre a la Arcadia, el lugar ideal en el que los pastores pasaban el tiempo.
Virgilio fue también quien introdujo el adjetivo “ameno” para describir este tipo de paisajes.
Estructura: Comienza con un Proemio en el que dice por qué ha elegido el género pastoril para
escribir su obra y diferencia entre la Naturaleza de los jardines y la Naturaleza en libertad; y
termina con un capítulo simbólico “A la zampoña”, un adiós a la flauta de los pastores,
despidiéndose del mundo bucólico y preparándose para otros intereses más importantes.
Argumento: Sincero (que sería el propio autor) viaja al país de los pastores para aliviar sus
penas tras la muerte de su amada, antes de confesarle su amor.
− El Sueño de Polífilo (¿Franceso Colonna?)
ESTRUCTURA:
A pesar de parecer dos libros diferentes, tienen en común la forma de sueño alegórico.
Con la cantidad de conceptos que se introducen en la obra, el autor busca por un lado dar
importancia a la escenografía como ubicación para situar la grandeza del amor neoplatónico,
asimismo, destaca las diferentes artes y el carácter divino del universo presidido por la luz. Las
oscuras cuevas y los bosques espesos simbolizan las pruebas que todo viajero debe superar para
alcanzar sus ideales.
TEMA 4 – TEXTOS ANTIGUOS, TRADUCCIONES Y NUEVAS CREACIONES
− GARCILASO DE LA VEGA
Garcilaso viajó por Europa y fue desterrado a una isla del Danubio. Después pasó una larga
temporada en Nápoles donde logró acercarse al nuevo pensamiento literario italiano, estudiando la
cultura humanística. Por ello, podemos distinguir en su obra dos etapas:
Al hacerse mayor, Garcilaso comenzó a escribir de forma más personal y equilibrada, hasta
que murió Isabel Freire, cuando sus versos se tornan tristes, apasionados y decepcionados. Este
sentimiento de tormento lo supera gracias a la Naturaleza y al descubrimiento de la belleza musical
y plástica. Así pues, Garcilaso crea el que se conoce como “dolorido sentir”, una nueva
sensibilidad que tuvo una gran importancia en la lírica española.
Cabe destacar además que Garcilaso desarrolló la estrofa denominada Lira (5 versos, rima
consonante: 7a 11B 7a 7b 11B), que debe su nombre a uno de sus poemas (Oda a la flor de Gnido).
− AMOR: comprende la mayor parte de su obra. Su rasgo de originalidad reside en que basándose
en los recursos neoplatónicos (amor ideal), Garcilaso describe un amor real, el que siente por
Isabel Freire, una persona concreta. Ese amor no correspondido se muestra como duda, temor,
arrepentimiento, melancolía (simbolizada en Saturno, recurso impuesto por Ficino, y que nacía
de la distancia entre la realidad y lo que se deseaba). A pesar de que la tristeza le lleva a los
celos, a luchas y a querer morir, consigue superarlo a través de la razón, del estoicismo y de la
virtud (=voluntad).
A partir de Garcilaso surgen dos tendencias (dos escuelas) en la lírica española, a saber:
1. Escuela salmantina: tiene más influencia clásica en el lenguaje, menos adornos, usa metros
cortos y rimas sencillas con verso libre. Su mayor exponente es Fray Luis de León.
2. Escuela sevillana: se crea entorno a la Academia de Mal Lara, lenguaje más artificioso y
complejo, procedente de Herrera, que derivaría luego en el Manierismo y en el Barroco.
Fray Luis de León fue un personaje bastante admirado debido a su erudición y cultura.
Estuvo en la cárcel por hacer unos comentarios al Cantar de los Cantares. Escribió obras tanto en
prosa como en verso (en latín y castellano), tradujo a los clásicos e imitó a Petrarca y Horacio, entre
otros. Sin embargo, también escribió obras originales, las cuales son las más importantes, p. ej.: De
los nombres de Cristo, La perfecta casada, etc. Sus poemas originales fueron editados
posteriormente por Quevedo, quien sentía devoción por Fray Luis.
La ascética, representada en España por Fray Luis de León, trataba de buscar un camino de
perfección, mientras que la mística, corriente seguida por San Juan de la Cruz, intentaba expresar la
unión del alma con Dios.
Si Fray Luis destacó por basarse en los clásicos para crear su obra ascética, San Juan de la
Cruz hizo lo propio basándose en la poesía amorosa renacentista y en el Cantar de los Cantares
para crear una poesía mística de amor a Dios. Por ello, él mismo expresó en sus comentarios a su
obra que ésta poseía un carácter simbólico y había que leerla “a dos luces” (es decir, que había que
buscarle el doble sentido).
Entre sus obras destacan: el Cántico espiritual (que parafrasea las estrofas dialogadas del
Cantar de los Cantares), canciones y coplas.
TEMA 5 – OTRAS FORMAS Y TEMAS POÉTICOS
Además de los metros italianos, en España convivieron durante el Siglo de Oro otro tipo de
estrofas más tradicionales: los romances y las canciones.
Los romances son poemas de versos octosílabos y rima asonante en los pares, el número de
versos que componen cada romance es indefinido, y su temática podía ser épica o lírico-novelesca.
Se caracterizan por ser anónimos y que se transmitían de forma oral (recitados por juglares). Estos
romances fueron recogidos en el Romancero en el siglo XV. Eran poemas con muchas repeticiones,
paralelismos (que ayudaban a la memorización), viveza narrativa, etc. Por ello, cautivaron al
público y a los autores españoles de los siglos XVI y XVII. Lope de Vega, Cervantes, Góngora,
Quevedo... cultivaron el romance, e incluso lo introdujeron en sus obras dramáticas.
Las canciones son poemas de estructura más breve que la de los romances, que suelen
carecer de anécdotas y recurren a la yuxtaposición para dar mayor dinamismo al sentimiento que se
expresa. Además, suelen esconder un sentido erótico tras los elementos naturales nombrados
(vergel, rosa, fuente).
Existe en Sevilla una escuela, del humanista Mal Lara, que, tras las Anotaciones a Garcilaso
que realiza el poeta Herrera, comienza a considerarse como un grupo propio, una escuela. Esta
escuela estaría en contraposición con la escuela salmantina de Fray Luis de León.
Otros poetas de esta escuela serían Baltasar de Alcázar, quien escribió sobre temas
amorosos, religiosos, burlescos y festivos; y Pablo de Céspedes, que también fue pintor. Céspedes
escribió su Arte de la pintura, en la que mostraba a Dios como gran pintor, tratando también las
técnicas de la pintura y elogiando la obra creada por el hombre como modo de lograr la
inmortalidad.
Cuando murió Herrera, la poesía renacentista, basada en las formas petrarquistas, se estaban
pasando de moda, eran tópicos, y por ello, era necesario renovarlas gracias a nuevas
interpretaciones lingüísticas. A las formas típicas del neoplatonismo les surgió un rival, un modelo
que ensalzaba lo natural, lo vivo, ya fuera hermoso o feo. Este cambio se produce en las formas
gracias a la influencia de las artes, y se le denominó Manierismo (1590-1605). Este nuevo modelo
consistía en alterar las formas renacentistas, deformando los modelos clásicos para lograr el
virtuosismo. De este modo, el poeta demostraba sus dotes intelectuales.
Así pues, el equilibrio renacentista dio paso a la exageración, y supuso el primer paso para
pasar del Renacimiento al Barroco. Los creadores buscaban poder demostrar su técnica y
superioridad intelectual, buscando todas las posibilidades expresivas posibles en el lenguaje. Fue
típico de este tipo de poesía el uso exagerado de metáforas. Se buscaba asombrar al lector,
expresando conceptos difíciles, tratando de ser original y demostrando el nivel de cultura e
inteligencia del autor.
Debido a esta obsesión por demostrar el ingenio de cada uno, se pusieron de moda los
emblemas, los elementos visuales y el lenguaje ideográfico.
Los temas manieristas continuaron siendo los mismos que los petrarquistas, pero los mitos y
los componentes paganos terminaron divinizándose (probablemente por la fuerte influencia
religiosa). Las estructuras eran muy complejas, en los poemas era fácil perderse porque además del
tema principal se iban introduciendo subtemas, que a veces resultaban ser más largos que tema
principal. Cabe destacar que Góngora comenzó utilizando estructuras manieristas.
TEMA 6 – PERSPECTIVISMO Y TEMAS EN LA PROSA
Aunque el género más importante del Renacimiento fue la poesía, los avances científicos y
filosóficos convivieron con las preocupaciones humanistas, dando paso también a interesantes
tratados. Las formas más utilizadas en la prosa renacentista eran los diálogos, los coloquios y las
epístolas. Esto se debe a la influencia de los clásicos (Platón, p. ej.). Fueron importantes
autores/obras en prosa:
Responde al tópico horaciano del Beatus ille. Es un elogio a la vida en el campo, frente a la
de la ciudad, que es una vida corrompida. El estilo es retórico y tiene frases amplias, como los
predicadores.
Se trata de una obra en defensa de la lengua castellana y del estilo claro, sencillo y natural.
El libro está estructurado en forma de coloquio entre cuatro amigos (Marcio, Valdés, Coriolano y
Pacheco), que se reúnen para comer y comienzas a hablar sobre la lengua castellana.
1
Cabe señalar que durante el siglo XVI, a pesar del interés por los clásicos y la lengua latina,
tiene lugar una exaltación de las lenguas vulgares, con la intención de convertirlas en un
instrumento para comunicar cualquier tipo de materia. Los autores no dudan al igualar la lengua
castellana con el latín en cuanto a dignidad. Sin embargo, los círculos eclesiásticos no están muy de
acuerdo con ese tipo de opiniones y el Concilio de Trento prohíbe terminantemente traducir la
Biblia a cualquier lengua vulgar. No obstante, autores como Fray Luis de León o Cervantes apoyan
el uso de la lengua castellana, al igual que Juan de Valdés con esta obra, gracias a la cual sabemos
hoy en día el estado del castellano en el s. XVI. Durante el Renacimiento comenzaron a escribirse
libros sobre gramática española, especial atención merecen los trabajos de Antonio de Nebrija.
1 Información sacada de los apuntes de Literatura Española del Siglo de Oro del profesor Javier Salazar.
2 Información sacada de Historia de la literatura española vol. 2 – Edit. Ariel – R. O. Jones.
Durante el reinado de Felipe II, los autores dedicados a contar la Historia comienzan a
hacerlo de forma más rigurosa y dando importancia al estilo. Veamos algunos ejemplos:
− Fray José de Sigüenza (el Padre Sigüenza): está considerado como uno de los primeros críticos
de arte en España. Posee una prosa fluida y detallista, pero muy amena. Su obra más importante
es la Historia de la orden de San Jerónimo, estructurada en tres partes. Gracias a esta obra, sobre
todo a su tercera parte, conocemos detalles sobre los gustos del rey, las obras de arte que se
guardaban allí... El Padre Sigüenza demuestra también interés por los jardines (a los que
describe detalladamente, con nombres de plantas, muchos adjetivos y metáforas...)
− Francisco López de Gómara: Historia de las Indias y conquista de México. Fue capellán de
Hernán Cortés y su obra es una especie de apología de este personaje. Su lenguaje es más culto y
está lleno de citas de autores clásicos.
− Bernal Díez del Castillo: Historia verdadera de la conquista de la Nueva España. Relata los
hechos poniendo como protagonistas a todos los que participaron en ella. Su lenguaje es más
sencillo y espontáneo.
TEMA 7 – LA FICCIÓN NARRATIVA. DIVERSIDAD.
Siguiendo el modelo del Decamerón, se pusieron de moda los cuentos, de los que derivaron
después las novelas cortas. La narrativa del Renacimiento solía estar organizada de la misma
manera: capítulos o aventuras que se enlazaban en un hilo argumental que podía ser la biografía de
un marginado (novela picaresca), la Naturaleza (tema pastoril) o el amor entre personas de
diferentes religiones (novela morisca). También tuvieron éxito las obras de temas celestinescos, la
novela sentimental o la novela de aventuras.
Se llama así porque a cada una de las narraciones se las denomina patrañas. Está formado
por cuentos o historias populares conocidas y está escrito con un lenguaje sencillo. Son el
antecedente de las novelas de Cervantes.
El éxito del Lazarillo en el extranjero se tradujo en una segunda parte, también anónima, que
resulta ser una crítica a la vida cortesana y militar. En esta segunda parte, Lázaro se embarca en un
barco rumba a Argel, pero naufraga, llega al fondo del mar donde se convierte en atún y se
convierte en favorito del rey de los peces. Sin embargo, al caer en una red de pescadores, vuelve a
transformarse en humano y vuelve a Salamanca.
En esta obra hay influencias del diálogo socrático, de la sátira menipea (experimentación
entre lo cómico y lo serio, forma de viaje) y la sátira lucianesca (personajes de todo tipo, históricos
y fantásticos; diferentes géneros, etc. Toda esta amalgama sólo puede aparecer en forma de sueño).
El Crotalón es pues una obra en forma de sueño y con estructura de viaje en la que un
personaje, el Gallo, es en realidad un sabio que odia la falsedad que hay en el mundo. El Gallo
dialoga con Micilo, un zapatero, y le explica que en otras vidas ha sido Pitágoras, un sacerdote,
Sardanápalo, etc. De esta forma va haciendo comparaciones con la realidad, pudiendo abarcar toda
clase de hombres y condiciones y satirizando las debilidades y locuras del hombre.
− Los siete libros de la Diana (Jorge de Montemayor)
Los pastores protagonistas de las novelas pastoriles son cultos y refinados, según los
modelos descritos por Virgilio y Sannazaro. Estos pastores cuentan sus amores no correspondidos y
encuentran la paz tan solo en la Naturaleza. En el estilo de este tipo de novelas destaca su
musicalidad.
Esta es la primera novela de este tipo y la más importante. La novela morisca tiene su origen
en los romances fronterizos, escritos durante la Reconquista. Su argumento trata sobre un
prisionero quien logra la libertad gracias al alcaide, que al mismo tiempo le da permiso para que se
case con su prometida, a la que ama desde la infancia.