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ELEGÍA A RAMÓN SIJÉ

Yo quiero ser llorando el hortelano


de la tierra que ocupas y estercolas,
compañero del alma, tan temprano.
Alimentando lluvias, caracolas
y órganos mi dolor sin instrumento.
a las desalentadas amapolas
daré tu corazón por alimento.
Tanto dolor se agrupa en mi costado,
que por doler me duele hasta el aliento.
Un manotazo duro, un golpe helado,
Un hachazo invisible y homicida,
Un empujón brutal te ha derribado.
No hay extensión más grande que mi herida,
lloro mi desventura y sus conjuntos
Y siento más tu muerte que mi vida.
Ando sobre rastrojos de difuntos,
y sin calor de nadie y sin consuelo
voy de mi corazón a mis asuntos.
Temprano levantó la muerte el vuelo,
temprano madrugó la madrugada,
temprano estás rodando por el suelo.
No perdono a la muerte enamorada,
no perdono a la vida desatenta,
no perdono a la tierra ni a la nada.
En mis manos levanto una tormenta
de piedras, rayos y hachas estridentes
sedienta de catástrofes y hambrienta.
Quiero escarbar la tierra con los dientes,
quiero apartar la tierra parte a parte
a dentelladas secas y calientes.
Quiero minar la tierra hasta encontrarte
y besarte la noble calavera
y desamordazarte y regresarte.

Análisis del poema “Elegía a Ramón Sijé” de Miguel Hernández


AUTOR
Miguel Hernández nació en Orihuela (Alicante) el 30 de octubre de 1910, hijo de una
familia campesina. Fue un poeta y dramaturgo de especial importancia en la literatura
española del siglo XX. A pesar de que tradicionalmente se le ha clasificado dentro de
la Generación del 36, tuvo en sus poemas y en su vida una mayor proximidad a la
Generación anterior, hasta el punto que fue considerado por Dámaso Alonso un "genial
epígono de la Generación del 27 ".
En lo referente a sus estudios, tuvo fama de "poeta cabrero", ya que tuvo que dejar sus
estudios por orden de su padre y ponerse a trabajar en el campo. Aun así, no fue ni
mucho menos una persona sin formación, ya que leyó mucho en la escuela desde muy
pronto y luego demostró sus dotes para la poesía en la tertulia que hacía con amigos
como Ramón Sijé. Más tarde, estudió Derecho y también Literatura.
Sus primeros poemas publicados aparecieron en el diario El Día de Alicante y en el
semanario El pueblo de Orihuela, pero no tuvieron apenas eco.
Muy joven aún, realizó dos viajes a Madrid en busca de trabajo y fortuna en el mundo
de las letras. Del primero, realizado en diciembre de 1931, regresó a Orihuela muy
desalentado; pero no perdió la esperanza de triunfar en la literatura y las cosas le fueron
mucho mejor en la primavera de 1934, cuando realiza su segundo viaje. En la capital de
España se relaciona con Pablo Neruda, con Vicente Aleixandre y con otros miembros de
la llamada "Edad de Plata" de la Literatura Española. Es entonces cuando conoce el
Surrealismo, que tanto influirá en su obra, y cuando su conciencia social se acentúa, por
lo que se acerca a la ideología comunista.
En un par de años, su nombre se da a conocer y comienza a crear lo más logrado y
genial de su obra. Después del primer libro, Perito en lunas (1933), de influencia
gongorina y repleto de temas y formas clásicas, publicará El rayo que no cesa (1936),
aún clásico en las formas pero ya muy moderno en las imágenes y, ya en plena
guerra, Viento del pueblo (1937), su poesía más combativa y decidida en favor de la
justicia social y contra el fascismo. De este último libro destacan poemas tan conocidos
como El niño yuntero, Aceituneros o la Canción del esposo soldado.
Durante la Guerra Civil, se posiciona claramente por la República, utilizando su poesía
como arma de denuncia, de testimonio y como instrumento de lucha. Además, acude de
forma voluntaria al frente, donde lee versos de aliento a los combatientes. De esta época
es su Teatro en la guerra. También se dedicó a afianzar los vínculos culturales de la
España Republicana con la Unión Soviética, adonde viajó en 1937.
Tras la derrota republicana, Miguel regresa a su pueblo natal en la primavera de 1939.
Ante la persecución que sufre, intenta evadirse a través de Portugal, pero es detenido en
la frontera. Finalmente, le someten a juicio por alta traición y es condenado a treinta
años de cárcel. Tras pasar por varias prisiones, muere en 1942 a causa de una
tuberculosis pulmonar aguda. En esta última etapa aún tiene tiempo de escribir buena
parte de su Cancionero y romancero de Ausencias, publicado póstumamente, y en el que
figuran también sus famosas Nanas de la cebolla, dedicadas a su segundo hijo.

COMENTARIO
En "Elegía" Miguel Hernández expresa todo el dolor, el sufrimiento, la injustica... de
que la muerte se haya llevado a su querido compañero Ramón Sijé. Por eso el poeta le
rinde homenaje expresando lo más íntimo de su corazón.
SITUACIÓN
“Elegía” es un poema perteneciente al libro El rayo que no cesa (1936). Este poema fue
dedicado a la memoria de su “compañero del alma” Pepito Marín Gutiérrez, conocido
con el seudónimo de “Ramón Sijé”. Ambos nacieron en Orihuela y entablaron amistad
desde pequeños. Ramón Sijé acompañó a Miguel Hernández en sus primeras
publicaciones, emprendiendo juntos la aventura literaria. La noticia de su inesperada
muerte en la Nochebuena de 1935, significó un duro golpe para el poeta, que le rindió
desde este poema un último homenaje.
MÉTRICA
Los versos endecasílabos se hallan agrupados en tercetos, a excepción del último, que es
un cuarteto. La rima es consonante y sigue el esquema encadenado: ABA-BCB-CDC,
etc.
Yo quiero ser llorando el hortelano A
de la tierra que ocupas y estercolas B
compañero del alma, tan temprano. A
Alimentando lluvias, caracolas B
y órganos mi dolor sin instrumento C
a las desalentadas amapolas... B
En el cuarteto final la rima sigue el esquema ABAB; se trata, por lo tanto, de lo que se
conoce como rima alternada.

Estructura
En el texto, el poeta expresa el dolor íntimo que le provoca la muerte de su gran amigo,
Ramón Sijé, y se debate frente a la injusticia de su ausencia. El conjunto se puede
dividir en cinco partes:
1. Dolor del poeta frente a la pérdida de su compañero (en los tres primeros tercetos).
2. Presencia de la muerte como fuerza segadora (en los tercetos 4 al 8).
3. Rebeldía del poeta frente a la muerte injusta, ira y rabia (de los tercetos 9 al 11).
4. Esperanza en el reencuentro con el amigo a través de la naturaleza (tercetos 12hasta
el 16).
5. Cita para la primavera. El poeta confía en que su amigo vendrá de nuevo a estar con
él cuando vuelvan a brotar las flores (en el cuarteto final).
TEMAS
Todo el poema configura una verdadera elegía en cuanto al tema y al tono de la
composición. El poeta expresa su realidad íntima y personal que adquiere tal grado de
profundidad que trasciende su carácter de experiencia personal para alcanzar validez
universal. Envuelve a la obra un clima de patética angustia que desaparece en las
últimas estrofas cuando el poeta admite la esperanza del reencuentro con el amigo
perdido al reconocer que los afectos no mueren nunca dentro de nosotros.
Así, a lo largo del poema, el poeta pasa de la desesperación inicial a la imaginación feliz
de un futuro reencuentro con el amigo estimado a través de la naturaleza. Es una velada
alusión a la rueda de la existencia, según la cual la muerte del cuerpo se diluye y torna
el espíritu a vivir a través de las plantas y los animales.
Como temas secundarios podemos destacar los siguientes: · La vida como valor
supremo ·La muerte como asechanza inevitable. ·La supervivencia de los valores
humanos después de la muerte. ·La tierra como continuidad vital del cuerpo muerto que
sirve de alimento y procreación de huertos y jardines. ·La amistad como compromiso
vital entre dos personas. ·La visión trágica de la vida. ·-El amor como fuerza superadora
de la muerte -El perpetuo fluir de la vida a través de la naturaleza. ·-La fe en el
reencuentro previsto de ambos.
RECURSOS ESTILÍSTICOS
El poema es muy rico en recursos y muy intenso y expresivo. En él podemos observar el
uso de una gran cantidad de metáforas. Algunas de ellas hacen referencia a la muerte y
sirven para embellecer el texto: "Un manotazo, un golpe helado, un empujón brutal...",
por ejemplo.
Pero no solo encontramos metáforas, el autor se sirve también, por ejemplo, de algunas
hipérboles que pretenden reflejar el gran sufrimiento y dolor que ha provocado en el
escritor la muerte de su amigo. "Tanto dolor se agrupa a mi costado/que por doler me
duele hasta el aliento."
Otras figuras retóricas menos significantes en el poema son, por ejemplo, los numerosos
polisíndeton "y besarte la noble calavera/ y desamordazarte y regresarte”; o el otro
recurso también bastante utilizado a lo largo del poema, la anáfora: "Temprano levantó
la muerte el vuelo/ temprano madrugó Ia madrugada, / temprano estás rodando por el
suelo". También hay que decir que utiliza como recurso literario la sinestesia para poner
en relación elementos con un contenido moral con algo físico:" me duele el aliento..."
Además, inventa palabras ("pajareará" tu alma colmenera), usa la aliteración (" a las
aladas almas de las rosas...") y emplea una gran cantidad de imágenes visionarias que
lindan con el Surrealismo.
Interesante es también el uso de los tiempos verbales (presente, pasado y futuro) en el
poema.
ARGUMENTO Y SENTIMIENTOS DEL POEMA

En la primera parte ( primera, segunda, tercera, cuarta y quinta estrofa) expresa que se le
ha muerto un ser querido, dice el dolor que siente por la pérdida de su amigo y transmite
tristeza.
En la segunda parte ( sexta, séptima y octava estrofa) dice la soledad que siente al
perder a su amigo.
En el resto de poema expresa desesperación por la muerte de su amigo y quiere que
vuelva a su huerta.
En general el poema expresa la desesperación y agonía por la pérdida, la añoranza de
esos momentos que pasó con él.
También transmite sufrimiento, dolor, tristeza, amistad, muerte, soledad, ira,
desesperación angustia, lamento.

ESTRUCTURA DEL POEMA

La primera parte es la llamada de "meditación", en la que Hernández reflexiona y


recuerda los tiempos pasados con su gran amigo.
Esta etapa de “meditación” o recuerdo comprende los cuatro primeros tercetos.
La segunda parte es el “lamento de los supervivientes”. Es donde Miguel Hernández se
expresa con más emotividad ya que nos habla de su propio sentimiento ante la pérdida
de un ser querido. Habla en primera persona de la pena que siente.
Dentro de este lamento enmarcamos desde la quinta estrofa hasta la onceava.
La tercera y última parte es la de “alabanza”, en la que el autor elogia al fallecido y
destaca sutilmente algunas cualidades de este. Hernández quiere que vuelva y dice que
hará todo lo posible para enterrar a su gran amigo bajo un almendro de huerto en el que
pasaron gran parte de su infancia, como se ve en las biografías.

SENTIMIENTOS DEL AUTOR

En la primera parte, hay una tristeza profunda pero resignada; se conmueve al pensar
que el cuerpo de su amigo va a volver a ser polvo, pero como algo positivo, como
alimento del huerto (“estercolas”); es la vida después de la muerte, vuelve a la tierra
para crear nueva vida, a lo que él quisiera ayudar siendo “el hortelano”. Aparece como
una idea muy propia de quien, como él, ha vivido en un medio agrario y entiende la vida
y la muerte como un ciclo continuo.

Pero a partir del verso octavo, el dolor se va intensificando ,es un dolor inmenso e
inconsolable(“duele hasta el aliento”); lo ve injusto e increpa a la muerte por habérselo
llevado tan joven, a la vida(“desatenta”) por no haber evitado esa muerte inesperada y
rápida (es un “manotazo” ,un “hachazo” y no simplemente la idea del “tempus
fugit”).Se rebela y no quiere aceptarlo(“no perdono a la tierra ni a la nada”), con una
rabia irracional(“quiero escarbar la tierra con los dientes”) y con la intención de
conseguir lo imposible, resucitarlo (“regresarte”).

Y ahí da un giro a un estado de tristeza más serena ,como si la idea del regreso espiritual
se aceptara –ya que admite que no puede resucitarlo físicamente-como la única posible:
la inmortalidad a través de su integración en la naturaleza ,donde su sangre alimentará a
las flores y se volverá miel (“las abejas”), en el lugar que describe como un “locus
amoenus” donde siempre se encontraban(los “campos de almendras espumosas” son
parte importante del paisaje de Orihuela, la “higuera” de su huerto era un sitio donde
,según los testigos de la época se reunían) y donde lo convoca porque allí podrán tratar
de las diferencias que tenían pendientes, podrán hablar para siempre y así se mantendrá
vivo también por su recuerdo( porque allí estará “el alma pajarera” y no solo el cuerpo).
CONCLUSIÓN

Podemos concluir con precisión que el poema, entre otras, cumple una función
principal: dejar en constancia la importancia literaria de su amigo Ramón Sijé y no dejar
que caiga en el olvido. También, y otra vez mediante los expresivos versos, nos queda
claro que a Miguel le duele la muerte de su amigo. Además, el poeta escribe con
esperanza e ilusión de volver a verlo y al mismo tiempo con arrepentimiento y tristeza;
pero la característica más importante que hizo posible la creación del emotivo poema, es
claramente esa pasión, ese ardor, esa furia y ese deseo que sentía Miguel a la hora de
reflejar estos sentimientos en sus versos. Y es ese el secreto de todas las grandes obras
literarias del tipo. A la hora de escribir, Miguel dejó caer sus emociones sobre el poema
y ese fue el hermoso resultado, pues deducimos que si el poeta tuviera que redactar el
poema y este supiera que Ramón no había muerto, el poema no reflejaría tal efusión.
Es decir, los sentimientos plasmados en el poema fueron reales, sentidos palabra por
palabra por Miguel Hernández al homenajear a su difunto amigo, que le recordará por el
resto de su vida. 

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