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Entramos ahora a la 2ª Carta a Los Corintios. Que Dios traiga Bendición este año nuevo a la vida
de cada uno de ustedes, que se dan el tiempo de leer esto. Las cartas de Pablo a la iglesia de
Corinto contienen algunos de los pasajes más conocidos y queridos por los cristianos de todos
los tiempos, como el himno al Amor, la institución e instrucciones de la Santa Cena y la
exposición de la Resurrección. Además, tienen una palpitante actualidad y presentan a la Iglesia
un desafío inquietante en este tiempo en que es más dolorosamente consciente de sus
divisiones, además, muchos de nosotros no podemos negar que a veces tenemos dificultad
para seguir el hilo de estas cartas, porque nos parece que se entremezclan los temas.
Pablo abre esta carta alabando a Dios, quien da tanta misericordia y consuelo al apóstol y a
todos los creyentes. Tenemos el presentimiento de que Pablo conocía la misericordia y el
consuelo de Dios en una experiencia de primera mano.
Las palabras «toda consolación» en este pasaje provienen de la antigua palabra griega
paraklesis. La idea detrás de la palabra «consolación» en el Nuevo Testamento es siempre más
que la de una compasión que reconforta; es «dar fuerza», «ayudar». La idea detrás de esta
palabra es comunicada por la palabra latina (fortis), la cual también significa «valiente».
1. Pablo escribe a los que están pasando pruebas como hombre experimentado en
pruebas. La palabra que usa para tribulaciones es thlipsis. En el griego común esta
palabra describe siempre la presión física que tiene que soportar una persona. La palabra
da la idea de «Cuando, según la antigua ley de Inglaterra, a los que se negaban a
confesar se les colocaban grandes pesos en el pecho hasta el punto de morir aplastados,
eso era literalmente thlipsis.»
En los primeros años del Cristianismo, los que se hacían cristianos se exponían a toda clase de
pruebas. Podría sucederles que los abandonaran sus propios familiares, que los rechazaran sus
vecinos paganos y que los persiguieran los poderes del estado. Siempre es costoso ser
cristiano de verdad, porque no hay Cristianismo sin Cruz.
3. Pero no se nos deja hacer frente a las pruebas ni aportar el aguante por nosotros
mismos. Viene en nuestra ayuda la confortación (consuelo) de Dios . Entre los
versículos 3 y 7, el nombre consolación o el verbo consolar aparecen no menos que
nueve veces. Con, consolación, el Nuevo Testamento siempre quiere decir mucho más
que sentir lástima. Esta palabra es fiel a su etimología: deriva de la raíz latina fortis,
que quiere decir valeroso.
Aun aparte de eso, hay siempre una cierta inspiración en cualquier sufrimiento al que le
conduzca a uno su fe; porque tal sufrimiento, como dice Pablo, es una participación en los
padecimientos de Cristo.
Sufrir por Cristo es un privilegio. Cuando llega la adversidad, el cristiano puede decir lo que
dijo Policarpo, el anciano obispo de Esmirna, cuando le estaban atando al patíbulo para ser
quemado vivo: "Te doy gracias porque me has juzgado digno de esta hora.»
Se nos dice de Jesús: «Debido a que él mismo ha pasado por sufrimientos y pruebas,
puede ayudarnos cuando pasamos por pruebas.» Heb_2:18. BNTV
Vale la pena experimentar el sufrimiento y el dolor si esa experiencia nos capacita para
ayudar a otros cuando sean combatidos por las tempestades de la vida.
ZaLu2 y Bendiciones