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Resumen Fallos Primer Parcial

Derecho Administrativo Ii (Universidad Nacional de La Matanza)

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Descargado por Griselda Rejala (rodriguez.griselda@hotmail.com)
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UNIDAD 1
Antonio Barilari S.A. c/ Bs. As. Provincia, 18/12/2012, CSJN
Antonio Barillari S.A. promueve la acción prevista en el artículo 322 del Código Procesal Civil y Comercial de la
Nación contra la Provincia de Buenos Aires con el objeto de que se declare la inconstitucionalidad de la resolución
524/04 de la Subsecretaria de Actividades Pesqueras dependiente del Ministerio de Asuntos Agrarios, por medio
de la cual se dispuso que los pescados y mariscos que se descarguen en puertos bonaerenses deberán ser
procesados en establecimientos industriales habilitados al efecto y radicados en el territorio provincial como
condición para poder ser transportados fuera de la provincia.
(ARTÍCULO 322°: Acción meramente declarativa. Podrá deducirse la acción que tienda a obtener una sentencia
meramente declarativa, para hacer cesar un estado de incertidumbre sobre la existencia, alcance o modalidades de
una relación jurídica, siempre que esa falta de certeza pudiera producir un perjuicio o lesión actual al actor, y éste no
dispusiere de otro medio legal para ponerle término inmediatamente.
Si el actor pretendiera que la cuestión trámite por las reglas establecidas para el juicio sumario o sumarísimo, la
demandada deberá ajustarse a los términos del artículo 484°.
El juez resolverá de oficio y como primera providencia, si corresponde el trámite pretendido por el actor teniendo en
cuenta la naturaleza de la cuestión y la prueba ofrecida. Esta resolución no será recurrible.)
Manifiesta que realiza una importante actividad pesquera de merluza y otras especies en aguas nacionales, y
que las capturas son procesadas en establecimientos de su propiedad en Mar del Plata, Comodoro Rivadavia y Caleta
Olivia, y que la decisión provincial afecta seriamente el giro normal de su actividad comercial, al restringir
ilegítimamente el traslado de la mercadería hacia otras jurisdicciones, provocando el peligro de un
desabastecimiento de materia prima en las plantas procesadoras que se encuentran en extraña jurisdicción.
Pone de resalto que la norma en cuesti6n conculca su derecho a la libre circulación de mercaderías y la libertad
de trabajar y comerciar.
Por último, solicita la concesi6n de una medida cautelar innovativa a fin de que se disponga la inaplicabilidad de la
resoluci6n 524/04 y se ordene emitir las guías de transito que posibiliten el transporte de los productos pesqueros
desde BS AS hacia otras provincias.
La provincia de BS AS contesto demanda y solicito su rechazo. Aduce que no se configuran los presupuestos para que
proceda la acci6n declarativa, en particular porque, a su juicio, no hay un estado de incertidumbre en cuanto a la
existencia, sino que lo que existe es una disconformidad de la actora con la posici6n de la Administración provincial.
Explica también que la norma provincial no vulnera la cláusula comercial, ni restringe la circulación de los recursos
pesqueros pues, si bien es cierto que le corresponde al Congreso de la Nación la facultad de regular el comercio
interprovincial e internacional, no es menos real que dicha potestad no se puede confundir con el poder de policía de
la Provincia.
Sostiene, en consecuencia, que la resolución 524/04 fue dictada por la Provincia de Buenos Aires en uso de
atribuciones no delegadas, en virtud de lo previsto en el artículo 121 de Ia Constitución Nacional con Ia finalidad de
promover Ia industrialización y el progreso económico en el territorio provincial.
Por ello, considerando que en el precedente: “Provincia de Santiago del Estero c/ Naci6n Argentina” el tribunal
definió los presupuestos forma1es de admisibilidad de este tipo de acción, a saber:
a) que la actividad administrativa afecte un interés 1egitimo;
b) que el grado de afectación sea suficientemente directo; y
c) que aquella actividad tenga concreción bastante.

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En efecto, la cuestión suscitada no configura una indagación meramente especulativa ni tiene carácter consultivo,
sino que responde a un acto de ciernes al que se atribuye ilegitimidad y lesión al régimen constitucional federal.
En estas condiciones concurren en la especie los presupuestos de la acción meramente declarativa, en particular el
estado de incertidumbre respecto a los alcances de la relación jurídica concreta y del interés del accionante, extremo
que osta a la viabilidad de la defensa intentada por la representación provincial e impone el pronunciamiento del
tribunal.
THEMA DECIDENDI
- Determinar si la disposición contenida en la Res. N° 524/04 resulta violatoria a las normas constitucionales
invocadas.
- Si la provincia de BS AS en ejercicio de su poder de policía está facultada para negar las guías de transito
frente al incumplimiento de la norma referida.

La cuestión planteada concierne aI deslinde de competencias entre el Estado Nacional y los Estados provinciales. El
sistema federal reconoce la preexistencia de las provincias, y se reservan todos los poderes que estas no hubiesen
delegado expresamente en el gobierno central. Los poderes de las provincias son originarios e indefinidos, mientras
que los delegados a la nación son definidos y expresos.
Debe haber un desenvolvimiento armonioso entre las autoridades locales y federales.
Cuando se trata de interpretar el alcance de las atribuciones provinciales en el Área abarcada por la clausula referida
debe acudirse а esa noción integradora de la actividad económica en el territorio nacional, que fue la base no solo de
la exclusividad de los poderes del Congreso en la regulación del comercio interprovincial, sino también de los que le
competen en forma exclusiva en el dictado de la legislación común a ser aplicada dentro de los territorios
provinciales, por las autoridades locales.
“El derecho de la Nación o del Congreso para reglamentar las comunicaciones entre las provincias es tan extenso y
absoluto, que se convierte para el Congreso en el deber de vigilar que el intercambio entre los estados y la
transmisión de ideas por cualquier clase de sistema”.
La aplicación de la disposición local obstaculiza la actividad comercial de la empresa actora, condiciona a la industria
de la pesca a la obligación de procesar el producido de esa actividad en jurisdicción de la provincia de BS AS,
estableciendo asi una “condición” al derecho constitucionald e comerciar y ejercer una industria licita.
Cabe reconocer a los estados provinciales la creación y uso de instrumentos de fomento y promoción para mejorar
las condiciones de las personas para las que gobiernan, pero dichas facultades deben encontrar su límite en el
ejercicio RAZONABLE (sin que violen normas constitucionales y de leyes federales).
Además, ha sido la autoridad federal la que ha otorgado el permiso de pesca. Por ello el otorgamiento de ese
permiso implica una concesión estatal.
No puede concluirse de otra manera si se tiene en cuenta que la falta de procesamiento del pescado en plantas
radicadas en el territorio de la Provincia de Buenos Aires impide su circulación, y por consiguiente su
comercialización final.
Ello lleva también a examinar la defensa invocada por la provincia vinculada con su poder de policía y la emisi6n de
las guías de transito del producto extraído; facultades en las que pretende ampararse para justificar la razón del
dictado de la resolución 524/04 de la Subsecretaria de Actividades Pesqueras dependiente del Ministerio de Asuntos
Agrarios local.
En ese contexto aparece el poder de policía (potestad reguladora del ejercicio de los derechos) que debe reconocer
un principio de razonabilidad.
Por eso la corte analiza si la medida (resolución) guarda razonabilidad con el fin esgrimido.

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La modalidad escogida por la autoridad provincial al privar a la empresa de la obtencion de dichas guías para el
transporte de recursos marinos fuera del territorio provincial, por no procesar los productos en esa jurisdicción, le
impide el traslado de la mercancía hacia otros Estados provinciales, en los que cuenta también con plantas
procesadoras. Así, excede el marco de razonabilidad esperado y encubre bajo esa apariencia legal una exigencia que
obra como un freno para la circulación de los frutos de la pesca. De tal manera, la conducta provincial gravita
negativamente sobre la industria en examen impidiendo la realización del producto final de la actividad industrial
autorizada.
La imposibilidad del transporte fuera del territorio provincial afecta de manera efectiva la libre circulación de las
mercaderías, y la libertad de ejercer en su más amplio y cabal sentido una industria licita.
Los medios para incentivar el procesamiento en territorio provincial se observan en pugna con el objetivo perseguido
por la regulación constitucional del tráfico de los bienes. Los argumentos no son suficientes para justificar, ya que las
razones de política económica local no pueden autorizar que los estados provinciales excedan sus facultades a fin de
impulsar el desarrollo pleno y justo de sus fuerzas económicas.
Por ello, la Res. 524/04 de la provincia de BS AS debe ser privada de validez por el principio de supremacía federal
contenido en el art 31 de la CN.
PTN: Opino hacer lugar a la demanda, por los mismos argumentos expuestos en la sentencia de corte.

Frascalli, José E. c/ Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria, 16/11/2004


(remite a PGN 04/11/2003)
La Cámara Federal de Apelaciones de Mendoza, al denegar el recurso de apelación deducido por el Servicio Nacional
de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA.), confirmó la sentencia de primera instancia, que había hecho lugar al
amparo promovido por José E. Frascalli para que ordene al citado organismo que se abstenga de sacrificar los
animales de su propiedad, hasta tanto sean controlados y se certifique que han cumplido las disposiciones legales
vigentes.

Para así decidir sus integrantes, en cuanto a la admisibilidad de la vía elegida por el actor, entendieron que la
determinación del SENASA. de sacrificar los 84 caprinos por haber sido trasladados sin el correspondiente
"Documento para el Tránsito de Animales" (DTA.) que exige la legislación sanitaria constituye una amenaza cierta e
inminente a los derechos del accionante, cuya entidad justifica la tutela judicial a través de la acción de amparo.

En cuanto al fondo de la cuestión, aclararon que en el sub lite no se debate la constitucionalidad de las normas que
autorizan al SENASA a sacrificar animales sino, antes bien, si tal facultad es ejercida razonablemente por dicho
organismo.

Desde esa perspectiva, consideraron que, sin perjuicio de la competencia del SENASA. para realizar la vigilancia
epidemiológica, la disposición de sacrificarlos en el caso no era razonable, toda vez que la única falta constatada
había sido el transporte de animales sin guía -DTA.-

El SENASA había actuado en exceso de competencia, por ello prospero la acción de amparo.

Además, la resolución SENASA 1410/2000 debe ser interpretada en el sentido de que ante la falta de documentación
que acredite la totalidad de los animales existentes sólo podrían ser sacrificados cuando ello "implique alto riesgo
sanitario”.

Contra tal pronunciamiento el demandado dedujo el recurso extraordinario, que fue concedido. Sostiene que el DTA.
no es un mero "trámite burocrático", como lo califica la Cámara, sino la constancia de que se han cumplido las

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normas sanitarias que garantizan la sanidad animal y la salud humana. Afirma que se efectuó una errónea
inteligencia del art. 33 Ver Texto Anexo I del decreto 643/1996, el cual expresamente ordena el sacrificio sanitario
cuando se trate de animales expuestos al contacto con el virus, tal como acontece el caso, toda vez que en el lugar de
donde provenía la tropa se había detectado un foco de fiebre aftosa.

Estos documentos, contrariamente a lo sostenido por el a quo, a mi modo de ver, lejos de constituir meros trámites
burocráticos, en razón de que garantizan el control sanitario y de las existencias ganaderas de cada productor, son
elementos imprescindibles para que el SENASA. pueda ejercer las acciones de vigilancia epidemiológica. En mi
concepto, ésta es la interpretación que más se compadece con los fines de la legislación -cuál es la protección de la
salud de la población y la economía- y la que mejor permite armonizar sus disposiciones, evitando consecuencias que
pueden resultar nocivas para el país, pues el ejercicio del poder de policía sobre personas y bienes tiende a la
protección, no sólo de la seguridad, moralidad y salubridad, sino que se extiende al ámbito económico y social en
procura del bienestar general.

según las circunstancias señaladas, en cuanto constituye alto riesgo el tránsito de animales sin la documentación que
la ampare, no puede considerarse que el organismo estatal encargado del control sanitario haya actuado en exceso
de su ámbito de competencia al poner énfasis en exigir a los productores del sector que adecuen sus conductas a los
deberes impuestos en dicho ordenamiento.

Es evidente que la finalidad de tal clase de normas es dotar al organismo de amplias competencias para adoptar
todas las acciones, a fin de evitar la propagación de la enfermedad y que no se frustre el propósito al que se ha hecho
referencia anteriormente, para lo cual puede fiscalizar los movimientos de hacienda, efectuar inspecciones clínicas e
incluso aplicar medidas drásticas, que incluyen el sacrificio y la faena de animales.
Tal situación, unida a las particulares circunstancias que se dieron a partir de la detección del foco de aftosa en 2000,
lleva a concluir que la decisión del SENASA. de proceder al sacrificio de los animales ante la ausencia de los requisitos
aludidos anteriormente no puede ser calificada como manifiestamente ilegítima o arbitraria, tal como sería menester
para el acogimiento de la acción de amparo, pues no se exhibe como inadecuada a los fines perseguidos ni consagra
una iniquidad manifiesta.

Por ello, opino que corresponde hacer lugar el recurso extraordinario articulado y revocar la sentencia de cámara.

Nicolás E. Becerra. (Procurador General de la Nación).

Buenos Aires, noviembre 16 de 2004.- Considerando: Que esta Corte comparte el dictamen del procurador general
de la Nación, a cuyos fundamentos y conclusiones cabe remitir por razones de brevedad.

Por ello, se declara procedente el recurso extraordinario, se revoca la sentencia apelada y se rechaza la demanda de
amparo (art. 16 Ver Texto parte 2ª ley 48). Con costas. Notifíquese y, oportunamente, devuélvase.- Enrique S.
Petracchi.- Augusto C. Belluscio.- Antonio Boggiano.- Juan C. Maqueda.- Elena I. Highton de Nolasco.

Mendoza, Beatriz Silvia c/ Estado Nacional y otros, 08/07/2008, CSJN, y 27/12/2016, CSJN
A partir de la denuncia de un grupo de vecinos de la cuenca Matanza-Riachuelo por la grave contaminación
en esa zona, la Corte decidió intervenir pero sólo atender los problemas relacionados con el daño
ambiental colectivo, porque los daños y perjuicios individuales debían ser evaluados caso por caso por
tribunales inferiores. Requirió a los gobiernos demandados que presentaran un plan integrado de
saneamiento y a las empresas demandadas que informaran qué sustancias arrojan en el río, si tienen
sistemas para su tratamiento y si están aseguradas para garantizar la reparación de posibles daños.

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Hechos:
En julio de 2004 un grupo de vecinos que residen en la Cuenca Matanza-Riachuelo interpusieron demanda
ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación contra el Estado Nacional, la Provincia de Buenos Aires, la
Ciudad Autónoma de Buenos Aires y 44 empresas para obtener indemnización por daños y perjuicios
sufridos como consecuencia de la contaminación de la Cuenca, cese de la contaminación y recomposición
del medio ambiente. En julio de 2008 la Corte dictó la sentencia en la que se determinó la responsabilidad
que les cabe al Estado Nacional, la provincia de Buenos Aires y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires en las
acciones destinadas a un mejoramiento de la calidad de vida de los habitantes, la recomposición del
ambiente y la prevención de daños futuros. La Corte estableció un programa de intervención que obliga a la
Autoridad de la Cuenca Matanza-Riachuelo (ACUMAR)[1] a seguir un cronograma de actuación de medidas
que se vinculan a: a) producción y difusión de información pública; b) control de la contaminación
industrial; c) saneamiento de basurales; d) extensión de obras de aguas, cloacas y desagües pluviales; e)
realización de un plan sanitario de emergencia; f) adopción de un sistema internacional de medición para
evaluar el grado de cumplimiento de los objetivos. A fin de asegurar la correcta ejecución de la sentencia, la
Corte delegó el proceso de ejecución al Juzgado Federal de Primera Instancia de Quilmes que tiene que
controlar el cumplimiento de la sentencia. Asimismo, la Corte creó un Cuerpo Colegiado conformado por el
Defensor del Pueblo de la Nación junto con ONGs[2] que se habían presentado en carácter de terceros con
el fin de fortalecer y habilitar la participación ciudadana en el control del cumplimiento del fallo.

En el fallo la Corte no adoptó expresamente una perspectiva de derechos humanos. Sin embargo, plantea
que el objetivo del programa de intervención debe ser el mejoramiento de la calidad de vida de los
habitantes y requiere que se adopten programas sanitarios específicos para satisfacer las necesidades de la
población de la Cuenca. En rigor, estás fórmulas utilizadas dejan abierta la posibilidad de promover el tema
de los derechos humanos en la fase de ejecución. Además las ONGs, en su presentación como terceros a la
causa, sostuvieron que en el caso resultan directamente afectados algunos derechos económicos, sociales y
culturales. El principal derecho involucrado es el derecho a la salud que se extiende a los factores
determinantes básicos de la salud como, entre otros, el acceso a agua limpia y potable y a condiciones
sanitarias adecuadas y un medio ambiente sano.

Decisión de la Corte:
La Corte consideró que tenía prioridad absoluta la prevención del daño futuro, en segundo término la
recomposición de la polución ambiental ya causada y por último el resarcimiento de daños irreversibles.
Declaró que la Corte era competente en instancia originaria para atender la pretensión tendiente a
recomponer el ambiente frente a la degradación o contaminación de sus recursos y resarcir un daño de
incidencia colectiva por el carácter federal de la materia en debate. Sin embargo, afirmó que no
correspondía en la competencia originaria y exclusiva de la Corte acumular a dicha pretensión reclamos
resarcitorios por lesión a derechos individuales como consecuencia indirecta de la agresión al ambiente por
no verificarse el requisito de “causa civil” establecido en el Reglamento para la Justicia Nacional, en tanto el
daño alegado era atribuible a la inactividad u omisión de los demandados en el ejercicio del poder de
policía. Por este motivo, consideró que los daños y perjuicios individuales debían ser evaluados caso por
caso por tribunales inferiores.

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Entre una serie de medidas que adoptó, requirió a las empresas demandadas a que presentaran
información relativa a qué sustancias arrojan en el río, si tienen sistemas para su tratamiento y si están
aseguradas para garantizar la reparación de posibles daños. Asimismo, requirió al Estado Nacional, a la
Provincia de Buenos Aires, a la ciudad de Buenos Aires y al Consejo Federal de Medio Ambiente a que
presentaran un plan integrado de saneamiento, el que debía contener un estudio sobre el impacto
ambiental que producen todas las empresas instaladas en el área afectada y la elaboración de programas
de educación e información pública sobre el tema. Finalmente, decidió convocar a una audiencia pública
para que las partes informaran en forma oral y pública el contenido de lo solicitado. (voto de los jueces
Petracchi, Highton de Nolasco, Maqueda, Lorenzetti, Argibay y Fayt - éste último hizo su propio voto. El Dr.
Zaffaroni no votó).

Segunda sentencia
Ante el incumplimiento parcial de lo receptado por la sentencia anterior, la Corte decidió emitir un nuevo
pronunciamiento sobre la cuestión, donde estableció una extensa lista de acciones obligatorias que
incluyen detener la contaminación, sanear y erradicar basurales, limpiar la ribera del río, construir desagües
y cloacas, expandir la red de agua potable, e implementar un plan sanitario de emergencia para asistir a la
población afectada por enfermedades.

Además el fallo, que se parece mucho a una ley en cuanto al formato y contenido, impuso plazos para la
ejecución de las medidas ordenadas y sanciones en caso de incumplimiento. A efectos de asegurar la
participación ciudadana y la transparencia del proceso, la Corte dispuso que el Defensor del Pueblo
coordine la intervención de las ONGs presentadas en la causa y que la Auditoria General de la Nación
realice el control sobre la asignación de fondos y la ejecución del plan de saneamiento.

Massa, Juan Agustín c/ P.E.N., 27/12/2006, CSJN


En este caso “Massa Juan Agustín c. Poder Ejecutivo Nacional”, fallado el 27 de diciembre, los cinco jueces
que votaron de nuestro más alto Tribunal, Ministros Highton de Nolasco, Zaffaroni, Lorenzetti, Fayt y
Argibay, -aunque los dos últimos según sus respectivos votos-, resolvieron admitir un recurso extraordinario
y dejar sin efecto el fallo dictado por la Sala IV de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Contencioso
Administrativo Federal, que había hecho lugar al amparo planteado por un ahorrista y que había
condenado a los demandados a devolver el importe correspondiente a los dólares depositados en el Bank
Boston, luego de declarar la inconstitucionalidad del Decreto 214/02 y sus normas complementarias.
No obstante ello, la Corte declaró “el derecho de la actora a obtener de la entidad bancaria el reintegro de
su depósito convertido en pesos a la relación de $ 1,40 por cada dólar estadounidense, ajustado por el CER
hasta el momento de su pago, más la aplicación sobre el monto así obtenido de intereses a la tasa del 4 %
anual –no capitalizable- debiendo computarse como pagos a cuenta las sumas que –con relación a dicho
depósito- hubiese abonado la aludida entidad a lo largo de este pleito, así como las que hubiera entregado
en cumplimiento de medidas cautelares.” Este aspecto constituye para nosotros la esencia del fallo: la
declaración de constitucionalidad de las normas que implantaron el corralito, aunque sin perjuicio de
ordenarse la devolución del dinero al ahorrista, en la forma estipulada.
Argumentos de la corte:
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A partir de los últimos meses del año 2001 se produjo en la República Argentina una gravísima crisis -de
alcances nunca antes vistos en la historia de nuestro país- que no sólo afectó a las relaciones económico-
financieras sino que trascendió a todos los ámbitos sociales e institucionales y se restringió la
disponibilidad de los depósitos bancarios y se estableció la conversión a pesos de los efectuados en
moneda extranjera.
En síntesis, de lo expresado en los considerandos anteriores resulta que la entidad bancaria debe abonar a
la actora su depósito -incluyendo los intereses pactados con la limitación temporal señalada- convertido a
pesos, a la ya indicada relación de $ 1,40 por cada dólar, ajustado por el CER, más los intereses calculados a
la tasa del 4% anual.

Con esta comprensión, y en virtud del resultado que se obtiene según lo expuesto en el considerando que
antecede, cabe concluir que la aplicación de la normativa de emergencia, que ha dado motivo a la
promoción de este amparo y de muchos otros litigios, no ocasiona lesión al derecho de propiedad de la
actora.
El Congreso y el Poder Ejecutivo, por delegación legislativa expresa y fundada, están facultados para fijar la
relación de cambio entre el peso y las divisas extranjeras a fin de restablecer el orden público económico
(arts. 75, inc. 11, y 76 de la Constitución Nacional).
No obsta a lo precedentemente señalado la circunstancia de que la actora haya obtenido a lo largo de este
pleito la entrega de sumas de dinero provenientes del depósito sobre el que versan estas actuaciones, ya
que tales percepciones deben ser tomadas como pagos a cuenta e imputadas como tales.

N.N. o U., V. s/ Protección y cuidado de personas, 06/10/2010, SCJPBA y 12/06/2012,


CSJN
(Corte suprema de justicia de la provincia de BS AS - AÑO 2010)
Los Hechos:

El conflicto se suscita a partir de la conducta de los padres del menor V., quienes al concurrir al hospital
inmediatamente después de producido el parto domiciliario, se opusieron a que éste reciba las vacunas
previstas en el Plan Nacional de Vacunación y que allí pretendieron aplicarle. Adoptaron esa posición
debido a su propia visión de la medicina, y de la elección que profesan por los paradigmas del “modelo
homeopático”, y en especial, de los “ayurvédicos”. En ese contexto, manifiestan haber optado por un
modelo básico de inmunización basado en directrices nutricionales, sanitarias y de profilaxis que excluyen –
preferentemente- los procedimientos intrusivos. Se amparan para justificar la inobservancia del citado
calendario en la exigencia del previo consentimiento informado, el cual han rehusado de modo expreso.
Concluyen en que su negativa debe ser respetada.

El Nosocomio (Hospital Interzonal Especializado Materno Infantil “Dr. Victorio Tetamanti” de Mar del
Plata) , a través de su área de Servicio Social comunicó esta situación al Ministerio de Salud, dando
intervención entonces a la Titular de la Asesoría de incapaces N° 1 del Departamento Judicial de Mar del
Pata. La Asesora promovió una medida de protección de derechos del niño a favor de N.N. ó U.V., mediante
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la cual peticionó la internación del menor en un nosocomio público a fin de que le sea administrada la
medicación/vacunación pertinente conforme al protocolo oficial de vacunación, así como la dosis de
vitamina K aconsejada, con el auxilio de la fuerza pública.

La Resolución del Tribunal de Familia

El Tribunal de Familia dispuso, en lo esencial, rechazar el pedido de internación e intimar a los


progenitores del niño a que procedan a la realización de entrevistas con médicos especialistas a fin de
conocer acabadamente el riesgo que supone no vacunar a su hijo y a que adjunten un plan de cuidado de
salud del niño que asegure su protección en un porcentaje equivalente al que supone el suministro de
vacunas, firmado por un profesional en medicina alternativa que ellos consideren apropiada para el
cuidado del menor, encargando el control del cumplimiento de lo ordenado a la Asesora de Incapaces
referida.
Contra esta decisión, la Asesora interviniente planteó recursos extraordinarios de nulidad e inaplicabilidad
de la ley de vacunación oficial obligatoria, los que fueron concedidos. Según lo afirmado por la Asesora, “la
intimación a los padres dirigida a que acrediten un plan de cuidado de salud “alternativo” que asegure
protección en “porcentaje equivalente” al suministro de vacunas, importa declarar que las leyes nacionales
y provinciales de vacunación pública obligatoria pueden no ser cumplidas”.

El Fallo de la Suprema Corte de Justicia de la provincia de Buenos Aires

El voto de mayoría de la Suprema Corte obligó a vacunar al menor, intimando a los progenitores que en el
plazo perentorio de 2 (dos días) acrediten en autos el cumplimiento del Plan de Vacunación Oficial (Ley
22.909 y normas reglamentarias) según corresponda a la edad y estado del menor (res. 489/2008
Ministerio de Salud de la Nación, B.O. del 29-V-2006), debiendo concurrir a esos fines al establecimiento
asistencial que disponga el tribunal actuante.

Algunos fundamentos:

“Nuestro país ha optado por un régimen de prevención de ciertas enfermedades mediante un sistema de
inmunización que instituyó la administración de vacunas a toda la población, de acuerdo al cronograma
que a tal efecto fija. Dicho régimen es de carácter obligatorio y contempla la posibilidad de disponer su
cumplimiento coercitivo frente a la reticencia del sujeto obligado a la vacunación, según surge del art. 18
de la Ley 22.909 –-Régimen General para las Vacunaciones contra las Enfermedades prevenibles por ese
medio-”

El perfil obligatorio de la inmunización dispuesta en el régimen mencionado no colisiona con el ámbito de


la autonomía de la voluntad que ha de reconocerse a los particulares respeto de las decisiones que atañen
a su propia salud, y que nuestra legislación ha reglamentado recientemente a partir del art. 2 inc e) de la
Ley 26.529 (“Derechos del Paciente en su relación con los Profesionales e Instituciones de la Salud”), como
derecho de “aceptar o rechazar determinadas terapias o procedimientos médicos o biológicos, con o sin
expresión de causa”. Ello así, pues el carácter imperativo del régimen de inmunizaciones desplaza a su
respecto (aunque sólo con estricta relación a las prácticas de vacunación al que refiere) la exigencia del
mentado consentimiento informado al que aluden los arts. 5 y siguientes de la ley 26.529, no
constituyendo entonces la aceptación del destinatario una condicionante de su aplicación.

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“El ejercicio de la responsabilidad parental no es absoluto, encontrando como límite el interés superior del
niño.”

“Está fuera de debate que reina la autonomía de la voluntad en la elección del método de salud a seguir
cuando se trata de adultos capaces. No sucede lo mismo en este caso, en el cual la medicina preventiva
pondría a un niño pequeño al resguardo de enfermedades hoy prácticamente erradicadas, como la
poliomielitis, sólo con darle una vacuna. El modelo de vida seleccionado por la familia es respetable
siempre que no se afecten los derechos de un tercero”

“Lo que se debate en estos autos, entonces, es si los padres pueden, frente a una norma imperativa del
Estado (ley 22.909; ley 10.393 mod. por ley 12.658) destinada a prevenir este tipo de enfermedades, que
una vez contraídas pueden producir secuelas irreversibles, exponer a sus hijos a padecerlas por una
elección que los convence pero que excede el ejercicio de la autoridad parental. El límite a la libertad
parental en cuanto a la alternativa de lo que atañe al cuidado de la salud de sus vástagos es su propio
beneficio. No exponerlos a sufrir daños que la ciencia ha logrado prevenir. La patria potestad se otorga
únicamente para cumplir los deberes que la misma impone. Uno de esos deberes es cuidar a los infantes en
su desarrollo físico, mental y espiritual, el que sólo puede darse plenamente si está garantizada la salud. Por
su parte, asegurar la salud es un deber del Estado y es aquí donde encontramos la colisión entre la
autonomía de los padres de elegir el sistema de salud con que protegerán a sus hijos y la obligación del
Estado de garantizar el acceso a la misma a todos los niños.”

“A mayor abundamiento, se encuentra comprometido un interés social. Se ha afirmado que mientras haya
un solo niño infectado, los niños de todos los países correrán el riesgo de contraer la poliomielitis. Entre
2003 y 2005, 25 países antes libres de la poliomielitis volvieron a presentar casos de infección debido a la
importación del virus. Últimamente se han detectado casos de sarampión que reeditan los riesgos que
implica la no vacunación y la posibilidad de todo ser humano de contagiarse la enfermedad en países
afectados e importarla, pudiendo poner en peligro la salud de personas que, por distintos motivos, no
pueden acceder a la inmunidad deseada. No todas las vacunas poseen la misma eficacia en todos los
sujetos. En consecuencia, puede darse el caso que niños que han cumplido con el plan de inmunización se
contagien debido a aquellos que han preferido no hacerlo. Asimismo, hay pequeños que por padecer
determinadas enfermedades de base tienen contraindicadas algunas vacunas, motivo por el cual
aumentaría el peligro de estos menores de quedar expuestos a la transmisión de dolencias que
menoscaben su salud, probabilidad que estaría minimizada en una población mayoritariamente
inmunizada”

(CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA NACIÓN – 2012)

Hechos:

En el marco de una medida de protección de los derechos del niño a favor de un recién nacido en parto
domiciliario, mediante la cual se peticionó la internación de aquel en un hospital público a efectos de que
se le administrara la vacunación pertinente, la Suprema Corte de Justicia de la Provincia de Buenos Aires
dispuso que se intime a los padres, quienes por su forma de vida se negaban vacunarlo, a que en el plazo
perentorio de 2 días acrediten el cumplimiento del plan de vacunación oficial, bajo apercibimiento de
proceder a realizarlo en forma compulsiva. Contra ese pronunciamiento, los progenitores interpusieron
recurso extraordinario. La Corte Suprema de Justicia de la Nación confirmó la sentencia apelada.

Sumarios:

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1. La decisión adoptada por los padres de un recién nacido, al diseñar su proyecto familiar, de no
aplicarle las vacunas obligatorias, afecta los derechos de terceros, en tanto pone en riesgo la salud
de toda la comunidad y compromete la eficacia del régimen de vacunaciones oficial, por lo que no
puede considerarse como una de las acciones privadas del art. 19 de la Constitución Nacional, y por
lo tanto, está sujeta a la interferencia estatal, en el caso, plasmada en el plan de vacunación
nacional.

2. El carácter obligatorio y coercitivo del Régimen de vacunación respecto de todos los habitantes del
país —art. 11 de la ley 22.909— se funda en razones de interés colectivo que hacen al bienestar
general, pues, la vacunación no alcanza sólo al individuo que la recibe, sino que excede dicho
ámbito personal para incidir directamente en la salud pública, siendo uno de sus objetivos
primordiales el de reducir y/o erradicar los contagios en la población.

3. El derecho la privacidad —por definición, propio y exclusivo de cada persona— se extiende a


situaciones en que alcanza a dos o más personas que integran un núcleo familiar erigiéndose en el
derecho la privacidad de ese grupo —art. 11, inc. 2 de la CADH—, y, en ejercicio de este derecho los
progenitores pueden elegir sin interferencias del Estado el proyecto de vida que desean para su
familia, sin embargo ello resulta permeable a la intervención del Estado en pos del interés superior
del niño como sujeto vulnerable necesitado de protección —art. 75, inc. 23 de la Constitución
Nacional— tutelado por un régimen cuya nota característica es hacer prevalecer su interés por
sobre todos los intereses en juego.

4. La interpretación de los derechos de la patria potestad que poseen los progenitores no puede
efectuarse, en la actualidad, dejando de lado los paradigmas consagrados por la Convención sobre
los Derechos del Niño y por la ley 26.061, normas que además de reconocer la responsabilidad que
le cabe a los padres y a la familia de asegurar el disfrute pleno en el efectivo ejercicio de los
derechos y garantías del niño, otorga a la autoridad estatal facultades para adoptar las medidas que
considere necesarias para proteger y restablecer tales derechos ante situaciones en que se vean
vulnerados.

5. Al cuestionarse, en el caso, la validez e inteligencia de cláusulas de la Constitución Nacional y de la


Convención sobre los Derechos del Niño, respecto del alcance de la ley 22.909 —Régimen general
de vacunación—, y habiendo sido la sentencia definitiva del superior tribunal de la causa contraria
al derecho que los recurrentes pretenden sustentar en aquéllas, el recurso extraordinario es
admisible.

Las razones expuestas en los considerandos precedentes conducen a desestimar la pretensión de los
recurrentes.

Lago Espejo Resort S.A., Neuquén, Provincia del y otro, CSJN, 20/03/2012
Acción declarativa de certeza.

El 20 de marzo de 2012, la Corte Suprema de Justicia de la Nación dictó sentencia en los autos “Lago Espejo Resort
S.A. c/ Neuquén, Provincia del y otro (Estado Nacional) s/ acción meramente declarativa (impuesto inmobiliario e
ingresos brutos)” en la que se analizó el tema de la tributación local respecto a los establecimientos de utilidad
nacional.

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Se presenta Lago Espejo Resort S.A. e inicia demanda contra la Provincia del Neuquén y contra la Administración de
Parques Nacionales (en adelante, “APN”), a fin de hacer cesar el estado de incertidumbre respecto del poder de
imposición que ambas demandadas alegan tener sobre el establecimiento de su propiedad que explota como hotel,
ubicado en el Parque Nacional Nahuel Huapi, a orillas del Lago Espejo.

En concreto, la APN le exigía el pago de un derecho anual en concepto de “habilitación para actividades
turísticas” y la Provincia le inició un apremio reclamándole el pago del impuesto inmobiliario, así como
también que abone el impuesto sobre los ingresos brutos sobre la actividad hotelera. La actora considera
que el citado impuesto recae sobre el mismo hecho imponible cobrado por la APN, produciéndose un caso
de doble imposición y una violación por parte de la provincia del artículo 9º de la ley 23.548.
De los hechos de la causa, debe destacarse que se encontraba acreditado que las tierras fiscales ubicadas en el
Parque Nacional Huapi, conforme la ley 22.351 se encontraban bajo el dominio y la jurisdicción sobre los parques
nacionales, encuadrando como un establecimiento de utilidad nacional en los términos del artículo 75 inciso 30 de la
Constitución Nacional.

En primer lugar, la Corte Suprema analizó que si la vía intentada era la vía idónea. En ese sentido, consideró que
estaban presentes los requisitos previstos en el artículo 322 del Código Procesal Civil y Comercial de la Nación, por
cuanto existía una resolución administrativa reclamando el impuesto sobre los ingresos brutos y un juicio de apremio
reclamando el impuesto inmobiliario aspectos, por lo que “de esos instrumentos surge la clara conducta del fisco
provincial de perseguir su cobro”. También estaba acreditado el pago de los importes reclamados por la APN.

Respecto a los establecimientos de utilidad nacional, reafirmando que la exclusión de las potestades tributarias
provinciales “debe circunscribirse a los casos en que su ejercicio afecte efectivamente la satisfacción del propósito de
interés público característico de un establecimiento de utilidad nacional”. En forma coincidente resaltó que los
establecimientos de utilidad nacional no cuentan con inmunidad absoluta ante la potestad de imposición provincial y
la interferencia en el cumplimiento de los fines, debe ser efectivamente demostrado por quien lo invoca, mostrando
que el ejercicio de los poderes locales “impide, perturba, dificulta, frustra o entorpece los fines federales que
determinan la creación del establecimiento”.

Al analizar el caso concreto, de acuerdo a los principios generales enumerados en el párrafo anterior, el Alto Tribunal
interpretó que los impuestos reclamados no aparecen como incompatibles con la satisfacción del propósito de
interés público característico del Parque Nacional Nahuel Huapi. No existe prueba en el expediente que permita
concluir que se perturbó o frustró el fin del establecimiento por el cobro de los impuestos reclamados. En ese
sentido, resaltó que no se aportaron “elementos que permitan valorar de qué manera el sometimiento a los
gravámenes en cuestión produce el efecto que intenta hacer valer”.

Respecto a la invocada superposición tributaria, y la colisión con la ley de coparticipación (23.548) se distinguió el
impuesto sobre los ingresos brutos del canon que exige la APN.

Por un lado, se analizó que el citado impuesto (impuesto a los ingresos brutos) grava el ejercicio habitual y oneroso
de la actividad comercial y que el canon que se abona a la APN es por el aprovechamiento o explotación comercial
que se le permite dentro de un área protegida, beneficiándose por la infraestructura operativa y de recursos
humanos que se da en el área. La Corte tuvo por acreditada una “naturaleza diversa de ambos gravámenes” por lo
que no se da el supuesto de doble imposición invocado en la demanda. Además la Corte recordó que el impuesto
sobre los ingresos brutos es uno de los impuestos que las provincias se reservaron para cobrar, y que están excluidos
de la prohibición de establecer tributos análogos a los nacionales coparticipados. (Diferenciación de los hechos
imponibles de cada imposición, que es diferente).

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En resumen, el fallo reitera la última doctrina en la materia y los requisitos para que se admita la tributación local en
los establecimientos de utilidad nacional.

FALLO MOLINOS RIO DE LA PLATA

Hechos:
Una empresa que se dedica a elaborar productos alimenticios de origen animal promovió demanda contra la
Provincia de Buenos Aires, a los fines de obtener una declaración de certeza respecto de la vigencia, validez y
aplicación del decreto 815/99 del Poder Ejecutivo Nacional, modificatorio del Código Alimentario Nacional, que
establece la competencia del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria —SENASA— para otorgar los
registros de los productos de origen animal de tránsito federal o interjurisdiccional. La provincia resistió la aplicación
del referido decreto con fundamento en el poder de policía que en materia sanitaria le asigna la Constitución
provincial. La Corte Suprema de Justicia de la Nación hizo lugar a la acción declarativa de certeza incoada,
declarando aplicable el decreto al ámbito provincial.

Sumarios:
1. Procede la acción declarativa de certeza incoada por una empresa comerciante de productos alimenticios respecto
de la validez y aplicación del Decreto del Poder Ejecutivo Nacional 815/99 en el ámbito provincial, que establece la
competencia del Servicio Nacional de Sanidad Animal para otorgar los registros de los productos de tránsito
interjurisdiccional, pues si se admite el requisito de una nueva registración de los productos en el orden provincial —
como pretende la Provincia de Buenos Aires con sustento en su poder de policía sanitario derivado de la Constitución
local—, se produciría la interferencia que los constituyentes desearon evitar con la cláusula comercial establecida por
el art. 75 inc. 13, como uno de los recursos más poderosos para asegurar el vínculo de la unión nacional, ya que desde
que hay comercio interprovincial establecido, las provincias no pueden interrumpirlo con prohibiciones permanentes o
transitorias sin exceder la esfera de competencia que le es propia.
2. La registración exigida por una dirección del Ministerio de Salud Pública de la Provincia de Buenos Aires, respecto
de los productos alimenticios que comercializa la empresa actora, en añadidura a la ya existente expedida por la
autoridad nacional según lo establecido por el Decreto 815/99 —del Sistema Nacional de control de alimentos—
lesiona la cláusula constitucional prescripta por el art. 75, inc. 13, pues tal imposición a actividades económicas
netamente interjurisdiccionales altera e interfiere en la visión de mercado único que la cláusula comercial cristaliza en
orden a la unidad del sistema federal y, al exigir una nueva registración, obstaculiza el tránsito de los productos en
cuestión afectando así la actividad comercial que cumple la empresa demandante.
3. Es improcedente la conducta de una dirección del Ministerio de Salud Pública de la Provincia de Buenos Aires, en
tanto pretendió desconocer el decreto del Poder Ejecutivo Nacional 815/99 —de sistema de control de alimentos— y,
en consecuencia, regular la registración de los productos de origen animal en tránsito federal ya certificados por el
organismo nacional creado por dicha normativa, pues colisiona con la legislación nacional e incurre en una
repugnancia efectiva entre una y otra facultad —nacional y provincial— conculcando así el principio de supremacía
federal consagrado en el artículo 31 de la Constitución Nacional.
4. Las provincias deben adecuar su actividad de registración en materia alimenticia a las disposiciones que integran el
Cód. Alimentario Argentino y sus normas reglamentarias, pues el art. 31 de la Constitución Nacional dispone la
primacía de las leyes dictadas de conformidad a sus preceptos y aquellas disposiciones colocan la mentada
registración bajo la potestad del gobierno federal cuando los productos de origen animal están destinados a circular
por más de un estado.
5. Cuando se trata de interpretar el alcance de las atribuciones provinciales en el área abarcada por la llamada
"cláusula comercial" —art. 75 inc. 13 y 126 de la Constitución Nacional—, debe acudirse a la noción integradora de la
actividad económica en el territorio nacional, que fue la base no sólo de la exclusividad de los poderes del Congreso
en la regulación del comercio interprovincial, sino también de los que le competen en forma exclusiva en el dictado de
la legislación común a ser aplicada dentro de los territorios provinciales, por las autoridades locales.
6. Aun cuando los poderes de las provincias son originarios e indefinidos y los delegados a la Nación son definidos y
expresos, aquellos poderes provinciales no pueden enervar el ejercicio razonable de los poderes delegados al gobierno
federal —en el caso, el desconocimiento que pretende realizar una Dirección del Ministerio de Salud Pública de la
Provincia de Buenos Aires del Decreto del Poder Ejecutivo Nacional 815/99 con relación a la registración de
productos alimenticios en tránsito—, so pena de convertir en ilusorios los propósitos y objetivos de las citadas
facultades que fincan en la necesidad de procurar eficazmente el bien común de la Nación toda, en el que
necesariamente se encuentran engarzadas y del cual participan todas las provincias.

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Se resuelve: Hacer lugar a la demanda, declarar aplicable el decreto nacional 815/99, y, en consecuencia, la
improcedencia de la pretensión de la Dirección de Laboratorio Central de Salud Pública del Ministerio de Salud
Pública de la Provincia de Buenos Aires. Con costas a la vencida.

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Unidad 2
Estado nacional vs Provincia de Buenos Aires.

Estado nacional (Ministerio del interior prefectura naval argentina) inicia demanda de usucapión contra la provincia
de Buenos Aires, a fin de que se declare adquirida la una propiedad inmueble ubicada en la boca del canal san
Fernando y rio lujan, partido de San Fernando. El dominio aparece inscripto a nombre de la demandada, ordenada
por resolución del Ministerio de economía provincia.

La causa es de competencia de la Corte Suprema (arts 116 y 117)

Para que pueda ser reconocida la posesión que el actor invoca es necesario que el pretenso poseedor tenga la cosa
bajo su poder y haya actos posesiorios que indique su intención de someterla al ejercico de un derecho de
propiedad, esto significa no reconocer la titualridad del dominio en otro. Se tiene que demostrar no solo el
desinteres de la demandada sino los actos posesorios de quien quiere usucapir.

en el caso resutla aplicable el plazo de prescripción de 30años exigido por el articulo 4015 del código civil antes de la
reforma del 68.

El estado nacional acredita la posesión publica pacifica e inenterrumpida durante 30 años, y demostró que realizo
actos posesorios, por ejemplo la construcción de una casilla para la subprefectura, el detalle de reparaciones y
mejores, de cañerías red cloacas, colocación de puertas, convervacion del edificio, construcciones de una nueva
edificcacion donde funcionan oficinas de reparticion, un agente de la reparticipacion habita el inmueble junto a su
familia, son pruebas de la posesión invocada.

La demandada sostiene que el Estado Nacional al iniciar el tramite del articulo 3 de la ley 20396, para que se declare
consolidado el derecho real de dominio a su favor, la actora habría reconocido tácitamente el dominio del Estado
provincial. (El estado empezó a hacer el tramite para la declaración de la prescripción adquisitiva en términos de la
ley 20396 pero se dieron cuenta de la resolución 631/92 del ministerio de economía de bs as, que ordeno la
inscripción de dominio del inmueble, las autoridades nacionales entendieron que debía realizarse un procedimiento
judicial para la declaraciond el dominio, por eso se promovió esta acción)

El estado nacional se comporto siempre como dueño del terreno, sin reconocer ningún derecho sobre el terreno a la
provincia de Buenos Aires y de la inscripción.

La inscripción de dominio efectuada por la demandada en el registro inmobiliario no interrumpió la prescripción


adquisitiva, por la inscripción dominal no es un supuesto de interrupción. Es un acto administrativo unilateral que no
puede extinguir el plazo de la prescripción. Ademas los actos interruptivos del plazo de prescripción deben cumplirse
antes del vencimiento, el acto invocado por la demanda resulta irrelevante ya que tuvo lugar cuando se había
cumplido con exceso, el plazo de prescripción de 30 años.

En cuanto a la resolución del 92 por la que se afecto al predio al uso de la secretaria de seguridad de la gobernación
de la policía de la provincia de buenos, con destino al funcionamiento del cuerpo de seguridad de islas, el inmueble
en cuestión estaría incorporado al dominio publico provincial, de lo que derivaría su carácter de inalienable e
inmprescriptible. pero el predio constituía una formación aluvional que pertencìa al dominio privado del Estado
Provincilas (articulo 2572), por lo que si puede ser objeto de prescripción. Ademas se destaca que la inscripción fue
solo una mera declaración y nunca ocupo el inmueble la policía provincial.

La corte declara adquirido por prescripción adquisitiva el inmueble.

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GAUNA C/ ESTADO PROVINCIAL DE CORRIENTES

Jorge raul gauna, robertro patricio reclade, juan rosa diaz, hechos Ignacio garrido y Alfredo meana, promovieron
juicio de usucapión, contra el Estado de la Provincia de Corrientes. Los tres primeros lo hicieron en su calidad de
cesionarios de los derechos y acciones posesorias que les trasmitiera Anastacia Recalde que les correspondería del
inmueble. A su vez esos tres realizaron una cesion a favor de Garrido y meana, en proporción del 25% a cada uno.
Gauna fallecido en el 77 habria iniciado la posesión del inmueble en forma publica y pacifica, que mantuvo por 37
años de modo continuo, ininterrumpido con animus domini. A partir de us fallecimiento, su compañera e hijos
continuaron la posesión del inmueble.

Si bien la Provinci de Corrientes figura como titular del dominio en el Regisro aquel jamás tuvo posesión real y
efectiva del bien por lo que dijeron que es imposible considerarlo como propietario, porque no ha integradoe l
dominio con la posesión.

El representante del Estado de la Provincia de corrientes, indico que el decreto provincial 2395/66 dispuso que el
registro de la propiedad inmueble inscribiera a nombre del Estado de la Provincia ciertos inmuebles ubicados en la
zona de urbanización de los Arroyos Poncho Verde y Manantiales, en la ciudad de Corrientes, y agrego que los lotes
originariamente adquiridos por el Estado en dicha zona lo fueron por expropiación, mediante el procedimiento de la
compra directa bajo el régimen de la ley 1875. En dicha zona se realizaron obras

1 instancia: rechazo la demanda interpuesta. si bien el código civil admite el principio de accesión de posesiones es
decir que el actuar poseedor pueda unir su posesión con la anterior, para que se pueda completar el plazo legal, es
necesario que haya nexo jurídico

2 instancia también rechaza.

superior tribunal justicia de la provincia de corrientes: el dictado de los decretos 4324/65 y 4439/65 afectaron al
inmueble al uso y goce común otorgándole de esa manera la calidad de imprescriptible. El tribunal omitió examinar
los agravios del actoe, pruebas para demostrar que el bien que se pretende usucapir pertenecía al dominio privado
del estado provincial y no al dominio publico, el inmueble no se halla afectado a tal uso y goce común.

EL INMUEBLE NUNCA HABIA SIDO AFECTADO AL USO Y GOCE COMUN, La familia gauna y sus descendientes estaban
en la casa hace cincuenta años donde jamás fueron turbados en su posesión, realizaron actos posesroios, pagaron
servicios, impuestos, no fueron jamás turbados ni se realizaron obras publicas, fuentes avenidas o cualquier obra
librada al uso publico.

SE REVOCA LA SENTENCIA APELADA

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LASTRA C/ OBISPADO DE VENADO TUERTO.

La Corte (confirmando la sentencia de la cámara) determino la inembargabilidad del inmueble sobre el que pesaba la
medida cautelar, porque se trataba de un bien sagrado o de los llamados temporales, por lo que no procede la
ejecución coactiva sin los recaudos previos, es decir la execración o autorización eclesiástica, que en esta causa no
habían sido satisfechos.

Se determino que era cuestión federal por el Acuerdo entre la Santa sede y la República Argentina, mediante el cual
la República Argentina reconoce y garantiza a la Iglesia Católica Apostolica Romana el libre y pleno ejercicio de su
culto, asi como la jurisdicción en el ámbito de su competencia para la realización de sus fines específicos. (articulo 1)

En el inmueble a subastar funciona la sede del obispado y vivienda de su titlar y otros sacerdotes, el bien se
encuentra vinculado a la finalidad propia del Obispado y por lo tanto es un bien inalienable. imprescriptible, e
inembargable, hasta que se proceda a la desafectación o autorización de enajenación de acuerdo con la legislación
canónica. (1254.2 codigo canonico)

Art. 2.345. Los templos y las cosas sagradas y religiosas corresponden a las
respectivas iglesias o parroquias, y están sujetas a las disposiciones de los
artículos 33 y 41. Esos bienes pueden ser enajenados en conformidad a las
disposiciones de la Iglesia Católica respecto de ellos, y a las leyes que rigen el
patronato Nacional.

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MASSAI LAURA CONTRA GCBA (cámara de apelación CAyT)

HECHOS: Mediante el decreto 156/GCBA/14 se dispuso la ocupación administrativa del inmueble de Massai.

Massai promovió acción de amparo contra el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, peticionando la nulidad del
decreto 156/GCBA/14 que ordenó la desocupación del inmueble. Solicitó medida cautelar para que se ordenara la
prohibición de innovar respecto del departamento del inmueble, en donde habita con la familia, ordenando a GCBA
que se abstuviera de desalojar la unidad.

Primera instancia: ordeno que la demandada se abstenga de proceder con la desocupación administrativa del
inmuebleLa demandada apela esta decisión.

CÁMARA: La cámara examina la cuestión en cuanto a las medidas cautelas por la cual se necesita para que sea
admisible verosimilitud en el derecho, peligro en la demora y no afectación del interés público. La verosimilitud del
derecho requiere comprobar la apariencia del derecho invocado por el actor. El peligro en la demora exige, una
apreciación de la realidad comprometida, si las secuelas que podrían llegar a producir los hechos que se pretenden
evitar pueden restar eficacia al posterior reconocimiento del derecho en juego, es decir que si se reconoce el derecho
con posterioridad ya no es eficaz en la cuestión, y puede traer daño. A mayor verosimilitud en el derecho, menor
exigencia de peligro de daño.

En cuanto al decreto 156/GCBA/14 por el cualse dispuso la ocupación administrativa del inmueble: La causa es una
típica ocupación ilegitima del dominio publico de la CABA, y resulta procedente la recuperación administrativa del
inmueble mediante la vía de la desocupación administrativa, porque es una de las facultades conferidas al Señor Jefe
de Gobierno que se le da en el articulo 104 de la constitución de la ciudad.

Por eso, se ordeno la desocupación administrativa del inmueble perteneciente al dominio publico de la CABA. Como
se dijo, el predio es un inmueble que pertenece al dominio publico de la Ciudad, ya que fue expropiado por la ex
MCBA, hoy GCBA.

La Cámara considero no hacer lugar a la medida cautelar, se revoca la medida cautelar, por no encontrarse exigidos
los presupuestos para admitirla. Dado que, además de que la Administracion local, invoco la necesidad de recuperar
el inmueble con el decreto, por medio de la desocupación, y que la actora no cuenta con titulo que justifique la
ocupación del inmueble.

La actora no cuenta con titulo alguno, no alego documento alguno donde surja que tiene permiso o autorización
emanada de órgano competente del Gobierno que habilite la ocupación del inmueble en cuestión. La demandante
solo expreso que firmo un contrato de locación con la sociedad anónima a la cual pertenecía antes el inmueble, que
venció en el año 1984.

Ordena que se lleve a cabo la desocupación del precio, y que se realice sin dejar en desamparo a las personas ni
menoscabar sus pertenencias

BERGADA MUJICA HECTOR C/ Provincia de Rio Negro s/ reivindicación de inmueble.

HECHOS: Bergadá Mujica inicia demanda para la reivindicación de un inmueble identificado como Polígono VI, que
está afectado al trazado del camino Puerto Moreno Centro de Deportes del Cerro Catedral. El actor expresa que se
usurpo su propiedad atravesándola con el camino, y no eiste ninguna ley que afecta la expropiación del inmueble. La
traza de afectación fue pedida por Parques Nacionales que ocupo legítimamente las tierras de propiedad del actor, y
luego las transfirió a la Provincia de Rio Negro, que tenia la posesión en ese momento (el del litigio), por lo cual
solicita por medio de la acción de reivindicación que la provincia le restituya las tierras, acepta también que lo
indemnicen por desposesión.

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Hector Bergadá Mujica inicia demanda contra la provincia de Rio Negro por reivindicación de un inmueble
identificado como polígono VI. Demanda al Estado Nacional en forma subsidiria (Administracion de parques
nacionales) por indemnizacion de los daños ocasionados por la ilegitima enajenación del bien. Diaz y Marin eran ls
anteriores dueños del nmueble, el primero le vendió al segundo un inmueble que incluye las tierras que son objeto
del litigio.

Marin transfirió a Bergadá Mujica una parte de esas tierras, que son las fracciones 9 y 11 divididas por el Poligono VI
afectado al trazado de camino de puerto moreno centro de deportes del centro catedral. La escritura de compra del
polígono VI fue en el año 1990 e inscripta en el registro inmobiliario de la provincia. Para el actor se constituyen los
requisitos para la reivindicación.

Tambien demanda al Estado Nacional Administracion de parques Nacionales, la reparación por el


daño causado por la enajenación con sustento en el articulo 2279 del código civil

Art. 2.778. Sea la cosa mueble o inmueble, la reivindicación compete contra el actual poseedor, aunque
fuere de buena fe que la hubiese tenido del reivindicante, por un acto nulo o anulado; y contra el actual
poseedor, aunque de buena fe, que la hubiese de un enajenante de buena fe, si la hubo por título gratuito y
el enajenante estaba obligado a restituirla al reivindicante, como el sucesor del comodatario que hubiese
creído que la cosa era propia de su autor.

Art. 2.779. En los casos en que según los artículos anteriores, corresponde la acción de reivindicación
contra el nuevo poseedor, queda al arbitrio del reivindicante intentarla directamente, o intentar una acción
subsidiaria contra el enajenante o sus herederos, por indemnización del daño causado por la enajenación; y
si obtiene de éstos completa indemnización del daño, cesa el derecho de reivindicar la cosa

La administración de parques nacionales considera que el actor no sufre ningun perjuicio por el cual reclamar,
porque las tierras fueron cedidas legitimamente por sus antecesores a Parques Nacionales para el trazado de
un camino entre el Cerro Catedral y el Lago Gutierrez. (1969)

CORTE: La causa es competencia originaria de la Corte.

La corte explica que mientras Bergada compro mediante escritura publica las fracciones de tierra el Servicio de
Parque Nacionales llamo a licitación para para construcción de obra camino pavimentado de acceso al centro
de deportes del Cerro catedral. La obra fue adjudicada a la firma Vicente robles.

La ocupación del bien y la posterior incorporación del camino al dominio publico fue consentida tácitamente
por el acto y por su antecesor de domino, ya que ellos habrían podido oponerse a la ejecución de las obras,
mediante acciones posesorios y no lo hicieron. Ellos estaban al tanto de que el poligno VI se encontraba
afectado al trazado del camino Puerto Moreno Centro. Sin embargo ninguno de ellos se opuso a la realización
de la obra en el terreno en cuestión ni a su libramiento al uso publico.

El camino en cuestión dentro de los limites de RIO NEGRO se trata de un dominio publico provincial, y como
esta fuera del comercio del derecho privado, no se pueden llevar a cabo acciones reales. Pero si se da lugar a
la indemnización por el valor de las tierras que se le despojaron al actor. Se ordena a la provincia el pago del
terreno ocupado por el camino.

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MALOSSI C/ ONABE sobre PRESCRIPCION ADQUISITIVA

hechos: MALOSSI interpone acción de prescripción adquisitiva para adquirir un l dominio de la ciudad de
mendoza donde ya venia ocupando su familia. Dicho predio pertenece a la propiedad del ferrocarril y en el
año . Estado Nacional y ONABE, los mencionados se oponen a la prescripción porque es un bien de dominio
publico que no puede ser adquirido por medio de la prescripción. Ademas cabe mencionar que el estado en el
año 97 iniciaron un proceso licitatorio para la venta del inmueble.

Primera instancia y cámara le hacen lugar a la acción y declaran adquirido por usucapcion el inmueble
ordenando la inscripción en el Registro de la Propiedad inmueble a fin de publicar la titularidad del dominio.

La Cámara Federal de Mendoza, analizó la existencia de “actos posesorios” en forma ininterrumpida


y pacífica por el término de 20 años, al menos desde el mes 03/1985. Valoró como prueba de la
posesión, la existencia de Actas o Partidas de Nacimiento, donde se denuncia como `domicilio
´ de los padres el Inmueble que se pretende usucapir, como – en el mismo sentido – algunos
testimonios de vecinos.
Los testimonios afirman que la Actora vivía allí hace más de 43 años.
Reconoce la Alzada que , en punto al “Pago de los Impuestos”, sólo existe una (1) boleta de
1994, tres (3) del año 1997 y que `la mayoría´ son de los años 2004 y 2005.
En ese último período se realizó el `cierre perimetral´ del predio.
Pero, no obstante la carencia probatoria en este aspecto, la justifica señalando que “dada la
precaria situación económica de la Actora… no es esperable que la accionante hubiese pagado los
tributos por el término de 20 años o más“ 1interpretó que el proceso licitatorio iniciado por el
ONABE en el año 1997, no reunía ninguna de las condiciones “mínimas“, para ser considerada
una demanda.

El Estado nacional y ONABE apelan. Se agravian sobre todo en que la cámara no tuvo en cuenta que la naturaleza del
bien en cuestión se trata de un bien de dominio publico, por lo cual no es susceptible de ser adquirido por usucapión.

CORTE SUPREMA: La corte suprema de Justicia de la Nación revoco la sentencia dictada por la cámara federal
de mendoza, que declaro adquirido por usucapión un inmueble en la ciudad de mendoza.

La corte trata el carácter del bien de dominio publico que el estado entiende:

La corte entiende que el inmueble en cuestión no forma parte del dominio publico del Estado, no reúne las
condiciones exigidas por esta corte para ser considerado una na `obra pública construída para utilidad
o comodidad común…” en los términos del Art. 2340, inc. 7º, del Código Civil.

La Corte opina que para que un bien forme parte del dominio publico del Estado, el tribunal exige la
consagración real y efectiva al uso publico o servicio publico. El estado no logro probar que lo era, y llamo a
licitación y tampoco probo que esa venta tuviera por finalidad asignarle al bien alguno uso o servicio publico.

En cuanto la prescripción adquisitiva la parte tiene que mostrar que ha estado en posesión de la cosa, en
forma continua durante los 20 años para adquirir el dominio por el medio de prescripción. Es necesario que el
pretenso poseedor tenga la cosa bajo su poder, y efectue actos posesorios que manifiesten la intención de
someterla al ejericio de un derecho de propiedad, esto significa no reconocer la titularidad del dominio en otro,
comportarse como si fuera dueño

*Si bien de los testimonios surge que la familia Malossi ocupaba parte del predio durante mas de 50 años,
siempre reconocieron la propiedad del ferrocarril. La misma actora reconoce que el permiso de conexión dea
gua y cloaca recién lo realizo en el año 2004. Las pruebas que acompaño la actora en cuento libretas escolares
certificados de nacimiento, no muestra la calidad de poseedora. Tampoco es suficiente el contrato de
comodato celebrado por la accionante con la municipalidad. No se consideran actos posesorios, no se acredita
el titulo de poseedor de Malossi durante el lapso de 20 años

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*El estado nacional inicio un proceso de licitación para la venta de la totalidad del predio. La actora no se
opuso, esta pasividad significa un reconocimiento de la titularidad del predio.

*Los pagos de los impuestos o servicios de la actora tampoco acreditan la ocupación a titulo de poseedor
durante el lapso de 20 años, ya que pago pocas facturas y la gran mayoría que pago fue en 2004 y 2005 (que
fue cuando se hizo el cierre y comenzo a gestionarse administrativamente la confeccion del plano de
mensura), hace pensar que esos pagos fueron para producir prueba para el pleito.

el pago del impuesto es una exteriorización del animus posesorio.

DECISION DE LA CORTE: Consideró que no existen actos probatorios realizados durante el lapso de 20 años
para usucapir.

Las constancias de licitación llevan a considerar que el Estado nacional y el ONABE, se comportaron siempre
como dueños del terreno

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Unidad 3
Fira S.A c/ La Nación –Secretaría de Cultura s/ retrocesión.
Fira S.A interpone una acción de retrocesión ya que el Estado Nacional le expropió los inmuebles situados
en la Avenida Callao 628 y en la calle Riobamba para utilizarlos como sede de la Escuela Nacional de
Comercio n° 2 “Dr. Antonio Bermejo”. Pero la actora consideró que el Estado no le había dado el destino
que se había previsto por la ley razón por la cual se había autorizado la expropiación.

◄PRIMERA INSTANCIA Y CÁMARA DE APELACIONES: Rechazan la acción de retrocesión


interpuesta por Fira S.A para que le reintegren el inmueble con fundamento en que el Estado Nacional no le
había dado el destino previsto por la ley 17569 mediante la cual se lo había expropiado

Entonces al haber confirmado la decisión de primera instancia, la Sala I de la Cámara Nacional de


Apelaciones en lo Civil y Comercial Federal rechaza la acción de retrocesión para la reintegración del
inmueble situado en avenida Callao 628 por los motivos fundados anteriormente.
Luego de haber realizado una inspección ocular en las instalaciones, se consideró que se había dado efectivo
cumplimento al objeto de la expropiación, contrariamente a los dichos de la actora.

◄LO QUE HIZO LA ACTORA CONTRA LA DECISIÓN DE CÁMARA: Contra este pronunciamiento
de la cámara, la actora interpuso recurso ordinario y extraordinario de apelación. El primero fue concedido y
el segundo fue declarado inadmisible. Además se explica que el recurso ordinario resulta admisible cuando
hay una sentencia definitiva y además donde sea un pleito que el Estado es parte.

◄MOTIVOS DE LA EXPROPIACIÓN: Inmuebles en av. Callao 628 y en Riobamba 623 al 627, 641 y
647 de la ciudad de Buenos Aires, con el objeto de utilizarlos como sede de la Escuela Nacional de
Comercio n°2 “Dr. Antonio Bermejo” anteriormente mencionada.

Además, aclaran que no es convincente el apelante en cuanto alega que el destino legal se cumplió respecto
de los inmuebles sitos en la calle Riobamba, pero no con relación al ubicado en la Avenida Callao.

◄INFORME PERICIAL: se señala que en los inmuebles de la calle Riobamba y Av. Callao todo se
encuentra intercomunicado francamente en forma física, funcional y permanente, desde la entrada por Av.
Callao hasta la entrada por la calle Riobamba. Además agregan que el alumnado ingresa por Av. Callao 628
o por Riobamba. Es decir que estas instalaciones se encuentran vinculadas con todas las demás partes de la
escuela.

◄LO QUE QUISO HACER EL ESTADO: Finalmente se expresa que no obsta a lo expuesto el hecho de
que previamente al perfeccionamiento de la expropiación, el Estado Nacional haya intentado modificar el
destino del inmueble mediante el dictado de nuevas resoluciones que disponían la instalación del “Museo de
Arte Oriental”, ni tampoco que se haya dictado la ley 21754 que dispuso la ampliación de los alcances de la
ley 17569 en el sentido de que el inmueble de Callao “podrá ser también destinado a otros servicios
educacionales y culturales dependientes del Ministerio de Cultura y Educación”.

◄LO QUE HIZO FINALMENTE: en el predio, finalmente se cumplió el objeto previsto por la ley de
expropiación original. Por lo tanto, las resoluciones y la ley cuestionada por la recurrente no le han causado
un perjuicio concreto, lo que impide al Poder Judicial expedirse sobre su validez o constitucionalidad,
además la Corte expresa que no le compete a los jueces hacer declaraciones generales abstractas, sino
decidir colisiones efectivas de derechos.

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◄LO QUE SE RESUELVE: finalmente la Corte declara inadmisible el recurso ordinario interpuesto y se
confirma la sentencia apelada.

Zorrilla, Susana y otro c/ E.N – P.E.N. s/ expropiación – servidumbre


administrativa.
“La Casa de Mansilla“ había sido declarada “Monumento Histórico Artístico Nacional” por la Ley
Nro 25.317 y debido a la imposibilidad de su mantenimiento y el avanzado estado de deterioro,
los propietarios solicitaron la Expropiación Inversa al EstadoNacional, que les fue reconocida
en Primera y Segunda Instancia y luego de 10 años de proceso, la Corte Suprema de Justicia de la
Nación confirmó la Sentencia de Cámara que ordenó indemnizarls.

◄CÁMARA NACIONAL DE APELACIONES: La sala V de la CNA en lo contencioso administrativo


federal confirmó la sentencia que había admitido la demanda de expropiación irregular promovida por los
actores contra el Estado Nacional (más particularmente contra la Secretaría de Cultura y Medios de
Comunicación de la Presidencia de la Nación), disponiendo la expropiación del inmueble objeto de la acción
y el pago de la suma de 8 millones 100 mil pesos en concepto de indemnización más intereses y costas.

Contra este pronunciamiento tanto el demandado como los actores dedujeron sendos recursos ordinarios de
apelación que fueron concedidos, en la medida en que se trata de una sentencia definitiva, recaída en una
causa en que la Nación es parte y en la que el valor disputado en último término, sin sus accesorios, supera
para ambos recurrentes el mínimo previsto.

Para admitir la demanda de expropiación inversa, la Alzada manifestó compartir los


argumentos desarrollados por la Juez de grado, en el sentido de que, con el dictado de la
Ley 25. 317 que declaró como MONUMENTO HISTÓRICO – ARTÍSTICO NACIONAL el
Edificio que ocupa la “Casa Mansilla “– “se produjo EN LA PRÁCTICA la anulación del
derecho de propiedad”, al quedar sometido al régimen de custodia y conservación.

La Sala V señalo que aún sin existir ley expresa de expropiación, los actores se encontraban facultados para
reclamar la expropiación inversa en la medida en que el inmueble resultaba indisponible por su evidente
dificultad para poder utilizarlo en condiciones normales. Por esta razón la sentencia de cámara desestimó el
planteo del Estado Nacional según el cual debía examinarse la posibilidad previa de un “acuerdo” para el
reconocimiento de los derechos del propietario y su adecuación con la declaración como monumento
histórico nacional ya que de admitirse tal pretensión del Estado Nacional deberían retrotraerse las
actuaciones para el cumplimiento de un requisito formal carente de sentido en el estado del proceso, x lo
cual el acuerdo es imposible.

Además se expresó que luego de la sanción de la ley 25317 la “Comisión Nacional de Museos y de
Monumentos y Lugares Históricos” NO promovió ninguna actuación teniente a convenir ni adoptar las
medidas necesarias para la restauración, refacción y mantenimiento del inmueble, ni para impedir el
deterioro de la propiedad, además omitió establecer una modalidad de uso que permitiera a los propietarios
obtener una ganancia razonable en razón al valor del inmueble.

La Cámara declaró inadmisible la pretensión de la actora de que los “intereses”


corriesen “desde el dictado de la Ley 25. 317”.

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◄LO QUE QUIERE LA ACTORA Y EL ESTADO: La actora pretende los intereses se devenguen desde
el dictado de la ley 25317 y el Estado Nacional se agravia de la confirmación por la Cámara de la admisión
de la demandada decidida por el juez a quo.

◄LA CORTE: gracias al dictado anterior, la Corte recuerda los casos en los que procede la expropiación
irregular mediante el art. 51 de la ley 21499: 1) cuando existiendo una ley que declara de utilidad pública un
bien, el Estado lo toma sin haber cumplido con el pago de la indemnización. 2) cuando, con motivo de la
Ley de declaración de utilidad pública, de hecho una cosa mueble o inmueble resulte indisponible por
evidente dificultad a impedimento para disponer de ella en condiciones normales. 3) Cuando el Estado
imponga al derecho del titular de un bien o cosa una indebida restricción o limitación que importen una
lesión a su derecho de propiedad.
Por lo tanto, afirma el Alto Tribunal que la acción de Expropiación Inversa será admisible cuando el bien
objeto de Expropiación haya sido ocupado por el expropiado.

•“El inmueble fue tomado con el objetivo de crear un “Comedor Popular y un Centro
Vecinal“ en septiembre del año 2.002 y en febrero de 2.004 se produjo un “foco ígneo”
de pequeñas dimensiones en el interior de la casona, resultando dos menores detenidos
como posibles autores. Además, en 2.003 el terreno se hallaba con un alto grado de
suciedad, con animales muertos, excrementos y gran cantidad de insectos debido a las bolsas
de residuos y botellas dejadas allí por intrusos y ocupantes ocasionales. En esa época se
verificó la caída de ornatos del coronamiento de la casa en varios sectores del frente y en
la fachada posterior, proliferación de flora en el pórtico y desprendimiento de revoque en la
fachada principal, presencia de humedad cubierta, falta y roturas en casi la totalidad de las
carpinterías, incluyendo componentes y vidrios, y la imposibilidad de acceder a la planta alta
dada las condiciones de la escalera.”
•Los vecinos de esa zona de Belgrano saben muy bien y de primera mano, lo que se
relata en la Sentencia de la Corte. ” El preocupante estado de conservación de la propiedad
fue puesto de manifiesto en los Proyectos de Resolución y de Ley presentados ante el
Congreso Nacional en los que señaló, tanto en el año 2.008, como en el del año 2.010
que la construcción se encuentra “amenazada de DESTRUCCIÓN”, que “ SUS DUEÑOS NO
la PUEDEN administrar ni proteger” y que son los integrantes de una “Comisión Protectora“
quienes promueven la protección de la Casona, evitando saqueos y peticionando a las
Autoridades por más seguridad y limpieza.
•Sentado lo anterior, los Magistrados que componen el voto de la mayoría de la Corte
remarcaron que “pero, lo que es más importante aún, esos mismos elementos han puesto
claramente en evidencia que la expropiación resulta ser, en el caso, el único medio apto
para garantizar el acabado cumplimiento de la manda contenida en el artículo 41 de la C.N.
y las Leyes, esto es, asegurar la preservación de un inmueble cuyo VALOR CULTURAL
ha sido reconocido por todos los involucrados en el pleito; máxime si se repara en que la
declaración estatal formulada por la LEY 25. 317 no parece haber contribuido a mejorar el
estado de preservación del inmueble.”
◄RESUELVE: En consecuencia la CSJN, por el voto de la mayoría confirmó la Sentencia
de Cámara que hizo lugar a la demanda por Expropiación Inversa deducida por los propietarios
contra el Estado Nacional, del inmueble antes referenciado, declarado Monumento Histórico,
declaración que acarreó en la práctica, la anulación del derecho de propiedad y ordenó
indemnizar a los propietarios en los términos de la Ley Nacional Nro 21.499 de Expropiación.

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Rotella Nelida Mercedes y otros c/ Municipalidad de Pergamino s/


inconstitucionalidad ord. 7082/09
En el año 1996 se instaló en la zona de Pergamino, calificada como zona residencial, el establecimiento de la
industria plástica INPLA S.A alterando el patrimonio urbanístico y además atacando el derecho al medio
ambiente sano de los vecinos.

◄ACTORES: Los vecinos del barrio Parte Villa General San Martin promueven acción de
inconstitucionalidad contra la Ordenanza n° 7082 emanada del Consejo Deliberante de dicho Municipio, por
considerar que la disposición (que modifica el código de Zonificación vigente desde 1980 y además crea un
Distrito Industrial en la que hasta entonces zona urbana residencial donde se ubica el barrio donde residen
los accionantes) infringe ciertos artículos de la Constitución de la Prov. De Buenos Aires.
Además, los demandantes sostienen que la norma impugnada colisiona lo dispuesto en el Código de
Zonificación respecto a la prohibición de instalar cualquier tipo de industrias y depósitos vulnerando su
derecho constitucional y humano a un medio ambiente sano, así como también afectando a su calidad de
vida.
Denuncian además que la ordenanza antes mencionada, al permitir el establecimiento de la industria plástica
INPLA S.A altera el patrimonio urbanístico del lugar en el que se ubican sus viviendas y que viola el
derecho al medio ambiente sano. Además señalan que la norma crea el Distrito Industrial en zona
previamente residencial y en lugar prohibido para ello, esto ha de provocar un seguro impacto negativo en la
salud de los vecinos de Pergamino, al verse alterado el equilibrio ambiental y urbanístico de su hábitat
urbano.
Aparte, exponen una serie de deficiencias e infracciones que la industria en cuestión cometió, alegan que la
instalación en 1996 lo fue en contra de las normativas vigentes y a sabiendas de la característica residencial
de la zona y además que nunca tuvo habilitación municipal sino provisoria, y que tampoco la tiene aún,
tampoco contaba con Certificado de Aptitud Ambiental vigente.

◄LO QUE PIDEN: Requieren que se ordene la suspensión de todos los efectos de la ordenanza
cuestionada, atento a la existencia de una situación objetiva de riesgo urbanístico-ambiental.
Solicitan una medida de no innovar para que el Municipio se abstenga de dictar cualquier tipo de acto que
pudiera alterar la zonificación residencial del lugar, así como para que evite emitir habilitaciones provisorias
y/o definitivas respecto de INPLA S.A.

El tribunal menciona ciertos casos donde también se ha acogido solicitudes suspensivas en casos en que el
cumplimiento de la norma cuestionada puede generar un perjuicio grave para el derecho invocado, y además
menciona que si bien las normas legales o reglamentarias gozan de una presunción de validez o
constitucionalidad, la tutela preventiva no exige un examen de certeza sobre la existencia del derecho
pretendido, sino sólo su verosimilitud. Lo que para ellos corresponde evaluar es si la presentación en
tratamiento descansa sobre agravios prima facie verosímiles.

◄DEFENSOR DEL PUEBLO: Emite una resolución en respuesta al trámite iniciado por los vecinos por
la cual se exhortó al Municipio a realizar la correspondiente audiencia pública previa al dictado de la
ordenanza. El defensor además, advirtió acerca de los peligros y afectaciones que el funcionamiento de
INPLA S.A en esas condiciones podía generar a la población y al ambiente.
Si bien de la propia ordenanza surge que finalmente el dictado de la normativa cuestionada ha sido
precedido por una instancia de información y consulta públicas, no se ha dado respuesta en ella a los
reiterados reclamos y observaciones de los vecinos.

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◄INFORME PRELIMINAR TÉCNICO: Este informe técnico científico de incompatibilidad de usos


industrial y residencial en el barrio Parque Villa Gral. San Martín acompañado por la parte actora refuerza lo
señalado anteriormente. Se desprende también la imposibilidad de instalación de ningún tipo de
establecimiento industrial ni depósito en la zona aludida, actividad ésta a la que se dedica la firma INPLA
S.A., además el funcionamiento de la industria plástica, en las actuales condiciones, constituye un riesgo
para la población y el ambiente que debe ser prontamente subsanado. Por tal razón, el Defensor exhortó al
departamento ejecutiva a “que revoque la habilitación precaria hasta tanto INPLA S.A cumpla con todos los
requerimientos que exige la legislación vigente”.

Se advierte además que la vigencia de la Ordenanza n° 7082/09 se contrapone claramente con la lucha que
los vecinos de ese barrio vienen sosteniendo en defensa de sus derechos constitucionales y humanos

◄TRIBUNAL (SUPREMA CORTE): Hace lugar al planteo cautelar, ordenando a la Municipalidad de


Pergamino que suspenda todos los efectos de la Ordenanza n° 7082/09 así como que se abstenga de dictar
cualquier tipo de acto que pudiera alterar la zonificación residencial del lugar, de emitir habilitaciones
provisorias y/o definitivas respecto de la empresa INPLA S.A y/o cualquier otra persona cuya actividad
recaiga sobre el predio catalogado como Distrito Industrial por la Ordenanza cuya legitimidad se cuestiona.
Además ordena la señor Gobernador de la Provincia de Buenos Aires que se abstenga de dictar o publicar el
acto administrativo aprobatorio de la Ordenanza 7082/09 de la Municipalidad de Pergamino.

Filon Andres Roberto c/ Municipalidad de Vicente Lopez s/


Inconstitucionalidad ordenanza 20665/04 y sus anexos.
En terrenos colindantes al Puerto de Olivos, la Ordenanza n° 20665 promueve el desarrollo inmobiliario
consistente en la construcción de un hotel, un complejo habitacional, un paseo comercial, centro de eventos
y convenciones, oficinas, un centro cultural, exposiciones y áreas de paseo semipúblicos.

◄EL ACTOR: un vecino de Vicente Lopez promueve acción de inconstitucionalidad contra la Ordenanza
antes mencionada y sus anexos emanada del Municipio de dicha ciudad al considerar que la referida
disposición en cuanto autoriza a la empresa Codinsa S.A un emprendimiento urbanístico en terrenos
colindantes al Puerto de Olivos infringe artículos mencionados de la Constitución de la Provincia de Buenos
Aires.

De lo expuesto por el demandante, resulta que la norma impugnada no obstante referirse a un predio
específico ubicado en el barrio de Olivos, genera efectos de incidencia general. El actor denuncia que la
medida altera a las reglas generales de la Ordenanza n° 14510 y que viola el derecho al medio ambiente
sano. Indica además, que un emprendimiento como el que se autoriza por la ordenanza municipal dado el
gran movimiento de personas y bienes que el desarrollo habilitado supondrá, ha de provocar un seguro
impacto negativo en el vecindario de Vicente Lopez. Además considera que la demandada no ha observado
los recaudos jurídicos para la debida celebración de un contrato público.

Entonces→ a título cautelar, requiere que este Tribunal ordene la suspensión de los efectos de la ordenanza.

◄LA DIRECCIÓN DE OBRAS PARTICULARES Y URBANISMO DE LA MUNICIPALIDAD DE


VICENTE LÓPEZ: en oportunidad de expedirse sobre el anteproyecto por la firma antes aludida para el
emprendimiento a desarrollarse en los predios comprendidos, expresó la “inviabilidad de proceder al registro
de los planos de obra” por entender que el proyecto excedía los valores de altura y número de pisos
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autorizados por el Código de Ordenamiento Urbano Local.


↑El señalado informe no ha sido tenido en cuenta por el Consejo Deliberante pese a que ha sido elaborado
por el organismo competente según el Código de Ordenamiento Urbano para “verificar el cumplimiento del
Código en los planos de obra”. Por otra parte, del examen de las actuaciones administrativas suministradas
por la comuna no surge que el dictado de la normativa de excepción haya sido precedido por una instancia
de información y consulta públicas. Además existe una incidencia negativa apreciable en el entorno urbano a
causa de la alteración que ha de entrañar el desarrollo habilitado por la Ordenanza n° 20665/04.

◄PELIGRO EN LA DEMORA: de los términos en que la Ordenanza n° 20655/04 autorizó el registro de


los planos del proyecto iniciado por Codinsa S.A y aprobó el uso del predio para los fines del mismo, se
deriva la posibilidad cierta de que la empresa desarrolladora ponga en ejecución el emprendimiento edilicio
cuya evitación constituye, precisamente, el punto sobre el que repercute en forma directa el objeto central de
la pretensión bajo análisis.

◄EL TRIBUNAL: ha sostenido que en la evaluación del peligro en la demora como requisito general de
toda medida cautelar, es preciso indagar tanto el gravamen que produciría la ejecución del acto cuestionado
si al cabo del proceso fuera declarado ilegítimo, para el caso inconstitucional, como, y en relación con aquel
que resultaría de la paralización temporal de los efectos, en el supuesto de arribarse a una sentencia adversa
a la pretensión.

◄RESUELVE: hacer lugar al planteo cautelar, ordenando a la Municipalidad de Vicente López que
suspenda todos los efectos de la Ordenanza n° 20665/04 hasta tanto se dicte sentencia.

Figueroa de Cornejo, Hortensia y otros c/ Administración de Parques


Nacionales s/ expropiación inversa

◄PRIMERA INSTANCIA: No hace lugar a la demanda de expropiación irregular dirigida contra la


administración del Parque Nacional.

◄CÁMARA FEDERAL DE APELACIONES DE SALTA: Revoca la sentencia de primera instancia y da


lugar a la expropiación irregular, y ordenó transferir a ésta el dominio de la porción del inmueble demarcado
en el plano de subdivisión para expropiación n° 42. Y condenó a la demandada a abonar un concepto de
indemnización la suma de $5.789.550, más intereses a la tasa pasiva promedio que publica el Banco Central
de la R.A desde la interposición de la demanda hasta su efectivo pago.

Contra este pronunciamiento, la demandada interpuso el recurso ordinario de apelación. El tribunal aclaró
que las causas en las que hubiera sido notificada la sentencia de cámara con anterioridad a que aquel
quedase firme continuarían con su tramitación con arreglo a la norma declarada inconstitucional. Al ser así,
en el caso, el recurso deducido es formalmente admisible en la medida en que se trata de una sentencia
definitiva, recaída en una causa en que la Nación Argentina es parte y en la que el valor disputado en último
término supera el mínimo previsto en el art. 24 inc 6 del decreto-ley 1285/58. Asimismo la parte actora
interpuso el recurso extraordinario que le fue concedido.

◄JUSTIFICACIÓN DE LA CÁMARA: Señaló que el 27 de marzo de 1974 se publicó la ley 20656 que
creó el Parque Nacional Baritú, sujeto al régimen de la ley de parques nacionales (18594) y que no se
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controvirtió en autos que aquella ley incluía una franja de terreno de propiedad de los actores. Indicó que la
ley de parques nacionales estableció importantes restricciones al ejercicio del derecho de propiedad de los
titulares de áreas comprendidas en su régimen. También, el tribunal destacó que el Poder Ejecutivo mediante
el decreto 716 del 24 de marzo de 1974 mandó a llevar adelante la expropiación de los inmuebles necesarios
para la constitución del Parque Nacional Baritú, a cuyo fin solo se mencionaron las fincas pertenecientes a
Amalia Beatriz y otros, y Carlos Alberto Franzini, no así a la que es objeto del litigio. No obstante, agregó,
casi un año más tarde la demandada confeccionó y aprobó el plano de subdivisión n° 42 para la
expropiación, en el que se delimitó la porción de la señora Campero de Figueroa. A juicio de la cámara, la
realización de dicho plano puso en evidencia una conducta de la demandada desplegada en el interés de
avanzar con los trámites expropiatorios más allá de la omisión en que incurrió el decreto 716 de 1975.

◄LA CORTE:

•Señaló que procede examinar si en el caso se ha probado la existencia de comportamientos o conductas que
demuestren la intención del demandado de llevar adelante la expropiación, y por ende, que no se ha
configurado la situación de “abandono” que dicha parte invocó desde la contestación de la demanda.
•Sí traducen comportamientos o acciones del demandado, tanto la realización y posterior aprobación del
plano n° 42 de subdivisión “al solo efecto de gestionar la expropiación”, según el informe de la Dirección
General de Inmuebles de la provincia obrante, como la instalación de la casa del guarda parques en un sector
del predio.
•Ninguno de tales actos demuestra de modo fehaciente el interés del demandado por concretar la
expropiación del inmueble. Si bien el plano aludido, obrante en el catastro provincial, tuvo por finalidad
preparar la expropiación del terreno, lo cierto es que desde el 5 de enero de 1976, fecha de su aprobación, la
demandada no desplegó ninguna otra actividad con igual objeto; lo que puede explicarse por el hecho de que
el decreto 716/75 al no incluir entre los inmuebles a expropiar al que es objeto de esta controversia, ponía de
relieve la falta de interés del Poder Ejecutivo de incorporarlo al Parque Baritú.
•La Corte sostuvo que en toda expropiación válida el propósito fundamental que persigue el Estado es el de
satisfacer intereses públicos superiores, cuya consolidación exige el sacrificio del dominio particular o
privado. Y destacó que cuando circunstancias sobrevinientes o hechos anteriores desconocidos demuestren
utilidad pública declarada no existe o ha desaparecido, no puede negarse a dicho Estado el derecho a desistir
de la expropiación, en su caso, o el de hacer valer el “abandono” obligándolo a concretar una expropiación
que no tiende a la satisfacción de necesidades de utilidad general.
•Agregó que si bien la atribución de declarar la utilidad pública es exclusiva del poder legislativo, la facultad
de concretar la expropiación corresponde al poder administrador, que decide la oportunidad en que puede
hacerlo o, en última instancia, el “abandono” de la expropiación, o su desistimiento.
•El Tribunal señaló que el art. 29 de la ley 21.499 faculta al expropiante a desistir de la acción en tanto la
expropiación no haya quedado perfeccionada, que se configura cuando ha operado la transferencia del
dominio al expropiante mediante sentencia firme, toma de posesión y pago de la indemnización. En tanto no
haya mediado perfeccionamiento de la expropiación el derecho del Estado para desistir de la acción
expropiatoria resulta indiscutible.
•Por otro lado, no se ha probado que mediase una restricción o perturbación esencial al derecho de
propiedad que invocan los actores, que contradijera el desinterés insistentemente invocado por el
demandado.

◄RESUELVE: Se revoca la sentencia apelada y se rechaza la acción de expropiación inversa, declarando


el abandono de la expropiación, en los términos del art. 33 de la ley 21.499.

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Las Mañanitas S.A c/ Neuquén, Provincia del s/ acción declarativa de certeza.


Una disputa entre los dueños de un campo a orillas del río Chimehuín y el Estado de Neuquén sirvió a la
Corte Suprema de Justicia de la Nación para fijar postura sobre la extendida polémica por los denominados
"caminos de sirga". El máximo tribunal argentino acaba de declarar la inconstitucionalidad de dos artículos
de una ley neuquina, entendiendo que abrían paso a una "expropiación encubierta". De esta manera, sentó
precedente en defensa de los derechos de propiedad de los dueños de tierras que limitan con cursos de agua.
◄ACTORA: Las mañanitas S.A promueve acción declarativa de certeza, en los términos del art. 322 del
CPcyc contra la provincia de Neuquén, a fin de hacer cesar el estado de incertidumbre acerca de la
existencia, alcance, modalidad, extensión y amplitud del derecho real de dominio que tiene sobre la fracción
A del Lote B-7 que linda con al río Chimehuín que, según dice, no sirve a la comunicación por agua porque
no es navegable.
•Explica que es titular del lote B-7 y que con el fin de escriturar la venta de la fracción A- de la cual firmó
boleto de compraventa- y de la fracción B, encomendó a un agrimensor el trámite de mensura para su
división, pero se le informó que la Dirección General de Recursos Hídricos de la provincia requería para su
aprobación y la del plano respectivo, la incorporación de notas marginales, lo que importaba, a su criterio,
someter al inmueble a un régimen jurídico de restricciones al dominio que son inconstitucionales, pues
derivan de leyes provinciales y no del CC.
•Cuestiona el acto administrativo de esa Dirección General, en tanto exige aceptar que “los límites con el río
Chimehuín están supeditados a la demarcación de la línea de ribera” y que “el inmueble está afectado por la
restricción al dominio”
•Dispone autorizar al Poder Ejecutivo a afectar como calle o camino público a las fracciones de 35 metros de
ancho computables desde la línea de ribera legal, y en cuanto le encomienda la realización de los estudios
técnicos necesarios para la determinación de la línea de ribera legal de los ríos y cursos de agua flotables
provinciales e interprovinciales en aquellas zonas que por su densidad de población y posibilidad de uso
intensivo así lo justifiquen.
•Advierte que la provincia demandad podría convertir así en calle o camino público todas las riberas
provinciales, sin expropiar ni indemnizar al propietario, y “sin importa” que el río o canal al que acceden
sirva para la comunicación.
•Observa además que la ley local obliga a los propietarios de terrenos ribereños a permitir el uso de la calle
o camino de sirga a cualquier habitante, a los efectos de la navegación, pesca y de cualquier otra utilización
propia de sus destino público.
•Afirma que las restricciones al dominio público que pretende imponer la provincia de Neuquen exceden los
términos del art. 2639 del CC y desnaturalizan la restricción al dominio allí dispuesta que es explícita y
acortada, y que sólo impide construir, reparar las construcciones existentes, o deteriorar el terreno en esos 35
metros. Fuera de ello, tiene el dominio exclusivo y por ende, el derecho de excluir a terceros del uso y goce
o disposición del predio.
•Alega que el actuar de la provincia de Neuquen y la referida ley local, reducen y alteran su derecho real de
dominio sobre el inmueble de carácter pleno y exclusivo, afecta la enajenación, a la que ya se comprometió,
al transformar y extender ilimitadamente la restricción dispuesta.
•Pide que el Tribunal declare que:
1) La restricción al dominio prevista en el art. 2639 CC ha sido establecida para los ríos y canales que sirven
a la comunicación por agua, por lo que las provincias no pueden modificarla restringiéndola o extendiéndola
a otro fines.
2) No se puede conceder sobre los inmuebles ribereños de cualquier curso de agua, el uso de un área de 35
m para pesca u otra utilización como si fuera un bien público.

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3) El Estado provincial no puede imponer a la actora, como propietaria del lote B-7, ribereño del rio
Chimehuín, restricciones o pérdida de la exclusividad del derecho real de dominio, pues el inmueble de
autos no linda con un río o canal que sirva para la comunicación por agua.
4) Declare la inconstitucionalidad de los art. 1, 2 y3 de la ley provincial.

◄LA CORTE: Deciden (concordemente dictaminado por la Procuradora) hacer lugar parcialmente a la
demanda seguida por Las Mañanitas S.A contra la Provincia de Neuquén y en consecuencia, declarar la
inconstitucionalidad de los arts. 2 y 3, última parte, de la ley local 273 y privar de validez con relación al
caso de examen a la previsión contenida en el art. 2 del decreto.

◄DISIDENCIA (Highton de Nolasco y Argibay):


-Considerandos: •Como se ha señalado reiteradamente en este Tribunal, la acción declarativa de
inconstitucionalidad debe responder a un “caso”, ya que dicho procedimiento no tiene carácter simplemente
consultivo, ni importa una indagación meramente especulativa. En este sentido, se ha precisado que, a fin de
establecer la existencia de “caso” respecto de esta acción declarativa, debe mediar: 1) Actividad
administrativa que afecte un interés legítimo. 2) Que el grado de afectación sea suficientemente directo y 3)
que aquella actividad tenga concreción bastante.
•Que la ausencia de un interés sustancial y concreto en la accionante aparece manifiesta no sólo en virtud de
que aún no se delimitó la línea de ribera ni se dispuso la explícita afectación como camino público de la
franja costera de su propiedad. En realidad, el accionante no ha expresado en qué medida la conducta de las
autoridades provinciales habría generado una inminente afectación de su exclusivo dominio en el área
ribereña, máxime cuando la respuesta de la Dirección General de Recursos Hídricos no parece haber
generado mayores restricciones que las que resultaban de una norma provincial, y que se encontraba ya
vigente en la fecha de adquisición del inmueble por parte de la actora.
•Por último, la demandante tampoco acreditó que, en virtud de la normativa que cuestiona, hubiese debido
soportar en este período “invasiones y abusos” de terceros que hubiesen pretendido darle un destino público
a la aludida fracción ribereña.

-Resuelve: oída la Procuradora Fiscal, se decide rechazar la demanda seguida por las Mañanitas S.A contra
la provincia de Neuquen.

Artículo de diario: El máximo tribunal argentino acaba de declarar la inconstitucionalidad de dos


artículos de una ley neuquina, entendiendo que abrían paso a una "expropiación encubierta". De esta
manera, sentó precedente en defensa de los derechos de propiedad de los dueños de tierras que
limitan con cursos de agua.
El fallo, firmado el mes pasado, establece que las restricciones impuestas por los artículos 2 y 3 de la
Ley provincial 273 (aprobada en 1961) -y que intentaron aplicarse ante los dueños del campo cercano
a Junín de los Andes- colisionan directa e insalvablemente contra los preceptos del artículo 2.639 del
Código Civil, que es el que fija las obligaciones para los propietarios limítrofes con ríos o canales que
sirven a la comunicación por agua.
Cabe recordar que ése artículo establece que los dueños "deben dejar una calle o camino público de 35
metros hasta la orilla del río o del canal, sin ninguna indemnización" y que "no pueden hacer en ese
espacio ninguna construcción, ni reparar las antiguas que existen, ni deteriorar el terreno de manera
alguna".
Sin embargo, la ley vigente en Neuquén obliga en su artículo 3 a los titulares ribereños a permitir el
uso del camino de sirga "a cualquier habitante, a los efectos de la navegación, pesca y de cualquier
otra utilización propia de su destino público", en tanto que en el 2 somete esas calles o caminos al
régimen de condominio con el Estado, algo que para la Corte resulta imposible de convalidar.
La intervención del alto tribunal se produjo luego de una acción declarativa de certeza promovida por
la firma Las Mañanitas SA, que intentó vender una fracción de su propiedad lindera al río Chimehuín y

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se topó con las restricciones legales al iniciar el trámite en la Dirección de Recursos Hídricos de
Neuquén.
Los propietarios defendieron su postura afirmando que las normas que intentaba hacer prevalecer el
organismo provincial no eran aplicables al caso porque el Chimehuín, en ese sector, no sirve a la
comunicación con agua porque no es navegable.
Con la importante superficie en juego (35 metros por toda la extensión del campo a orillas del río) y
ante la imposibilidad de avanzar en el acuerdo con el comprador -que declaró en la causa haber
cerrado la operación precisamente porque se trata de un sector no navegable- el caso llegó a la Corte.
Fue allí cuando, previo dictamen similar de la Procuración General de la Nación, la mayoría integrada
por los jueces Enrique Petracchi, Carlos Fayt, Juan Carlos Maqueda y Raúl Zaffaroni dispuso la
inconstitucionalidad de los artículos 2 y 3 de la Ley 273 y privó de validez con relación al caso en
examen al artículo 2 del Código de Aguas de Neuquén, por considerar que establece prohibiciones que
la ley de fondo (el artículo 2639 del Código Civil) no contempla.
Entre sus argumentos, el fallo expresa que el artículo 3 de la ley provincial no sólo somete a los
propietarios de tierras ribereñas a una obligación de "no hacer", sino también a una de "dejar hacer"
sujeta a un fin genérico, lo cual afecta de esta manera la "exclusividad" de su derecho real de dominio.
"A mi juicio, la limitación que la ley 273 establece y que la Dirección General de Recursos Hídricos le
aplica, no reviste el carácter de una mera "restricción administrativa" sino que produce una
"desmembración" del derecho real de dominio de la actora, que afecta su integridad, pues constituye
un "sacrificio" patrimonial en tanto no sólo priva a la demandante de parte de su inmueble sino que
permite además su utilización por terceros con propósitos ajenos a la institución de la servidumbre de
sirga", sostiene el dictamen de Procuración tenido en cuenta por el tribunal.
La opinión concluye afirmando que "esta situación se agrava aún más con la alusión al art. 2673 del
Código Civil que efectúa el legislador local en el art. 21, en cuanto pretende someter la calle o camino
al régimen del condominio, cuestión por la que también se podría ver afectada la plenitud del derecho
real de dominio de la actora, convirtiendo a la supuesta limitación en una verdadera expropiación
encubierta".
La Corte también destaca que "la ley abre la posibilidad de que su aplicación no se limite a los lotes
linderos a cursos de agua legalmente navegables o flotables sino a todos aquéllos que se encuentren
en zonas pobladas y "así ha creado el estado de incertidumbre que justificó la promoción de esta
demanda".
La sentencia afirma que el proceder de la Dirección General de Recursos Hídricos de la provincia
"importa una afectación tal del derecho real de dominio de una única persona que lo invalida, ya que
priva a la actora de parte de su inmueble, afectando una característica esencial de ese derecho cual es
la exclusividad".
Por último, concluye que "es clara la afectación del dominio en la que incurre si se tiene en cuenta que,
sin cumplir con las exigencias que la Constitución Nacional establece en su artículo 17, impone al
propietario la obligación de permitir el uso de su propiedad por parte de cualquier extraño afectando su
derecho de gozar, usar y de disponer de ella, y de repeler cualquier acción de parte de terceros".
(Redacción Central)

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Fallos unidad 4:

FERNANDEZ, FRANCISCO MANUEL c/ P.E.N ministerio de energía y minería.

En fecha 24 de Agosto de 2016 el Juzgado Federal en lo Civil, Comercial y Contencioso Administrativo N° 2 de San
Martín dictó sentencia en autos “Fernández, Francisco Manuel y otros c/ Poder Ejecutivo Nacional – Ministerio de
Energía y Minería -ENRE- s/ Amparo Ley 16.986 ″ (Expte. Nº 33.645/2016) , disponiendo remitir el expediente a la
CSJN para que sea tratada y resuelta junto con “Abarca” (resuelto en fecha 6 de Septiembre).
Recordemos que este Juzgado había dictado una medida interina suspendiendo el aumento de la tarifa del servicio
público de luz eléctrica y que con posterioridad a ello la Cámara Federal de San Martín confirmó su competencia en
el asunto al rechazar el planteo de recusación con expresión de causa articulado por el ENRE y el Ministerio
demandado contra la Jueza.
En esta decisión del 24 de Agosto la Jueza invocó lo resuelto por la CSJN en “CEPIS” y remitió el caso a la CSJN,
sosteniendo lo siguiente: “En dicho pronunciamiento, considerandos 38 y 39, el Alto Tribunal hace hincapié en la
necesidad de ‘evitar que la multiplicidad de procesos denunciados redundara en un dispendio de recursos materiales
y humanos o en el dictado de sentencias contradictorias’ y que ‘cumplido con la inscripción ordenada por la Acordada
N 32/2014 se utilice un criterio de preferencia temporal…’ Consultado el trámite de la causa ‘Abarca’, que tiene
radicación en la Excma. Cámara Federal de La Plata, se puede certificar que se ha concedido el recurso extraordinario
planteado por las demandadas y que elevado a la Corte Suprema de Justicia de la Nación, se remitió la causa a la
Procuración General de la Nación, haciendo saber a la Sra. Procuradora General, que considerará esa causa en el
acuerdo del martes 6 de septiembre a las 10:00 horas. En consecuencia, por la doctrina citada del Alto Tribunal, en
especial razones de economía procesal, ante un tema de gran repercusión social y más precisamente de “gravedad
institucional” (vid. considerando 35), estimo que las presentes deben ser elevadas a la Corte Suprema de Justicia de la
Nación donde se encuentra la causa “Abarca” para su pronta resolución y a los fines que correspondan”.
Una vez recibido en la CSJN, el expediente fue acumulado a la causa “Abarca, Walter José y otro c/ Estado Nacional
Ministerio de Energía y Minería y otro s/ Amparo Ley 16986” (N° FLP 1319/2016/CS1).
El mismo día en que se resolvieron los REF contra la medida cautelar allí ordenada, la Corte también resolvió,
mediante otra sentencia dictada en el mismo expediente, “devolver las actuaciones al juzgado de origen,
encomendándole a la señora jueza interviniente que, sobre la base de las rigurosas exigencias vigentes en materia de
procesos colectivos según lo recordado por el Tribunal en el pronunciamiento mencionado, verifique la subsistencia
de los presupuestos que habilitan su intervención en el proceso y, en su caso, adopte las decisiones que correspondan
con arreglo al estado de la causa” (considerando 9°).
En esta oportunidad la Corte profundizó algunos conceptos y mensajes que viene desarrollando en sus últimas
decisiones colectivas con relación al alcance y requisitos de este tipo de tutela excepcional, así como también con
respecto al rol de los tribunales y jueces inferiores en la ponderación y control de tales requisitos.

En este sentido subrayó que en “CEPIS” el tribunal dedicó “un tramo sustancial de la sentencia a recordar a todos
quienes -de uno u otro modo- toman intervención en este complejo capítulo de la litigación en sede federal, y entre
ellos -sobremanera- a los jueces y juezas federales, principios, reglas y recaudos que se consideran estructurales en
materia de procesos colectivos. La decisión del Tribunal en este capítulo específico de su decisión, tuvo el explícito
objeto de evitar que una valiosa herramienta’ de matriz constitucional cuya finalidad de mayor relevancia es
profundizar la garantía de tutela judicial efectiva- sea frustrada en el momento de ser puesta en ejercicio, como
consecuencia de llevarse a cabo una lectura deformada de los recaudos que condicionan la procedencia de esta clase
de procesos. Esta prevención de que el proceso colectivo alumbrado por esta Corte en “Halabi” (Fallos: 332: 111) no
debía ser desnaturalizado, fue rápidamente subrayada -cabe recordar- en la causa “Thomas” (Fallos: 333: 1023,
considerando 40), al privar de validez una sentencia que había desconocido uno de aquellos principios elementales de
esta clase de litigios, como era el de presencia de un caso contencioso” (considerando 4°).
Asimismo, apuntó que “el énfasis que el Tribunal ha puesto en la necesidad de que los señores jueces cumplan
rigurosamente con los recaudos estructurales del proceso colectivo, en la inteligencia de que los altos propósitos
perseguidos con la instrumentación de esta clase de litigios deben ser razonablemente conciliados con la firme tutela
de garantías superiores -de igual raigambre constitucional- que se reconocen a todas las personas alcanzadas por
una decisión judicial, impone a esta Corte proceder de plano a la devolución de las actuaciones al juzgado de
origen” (considerando 5°).
Sobre estas premisas, fundó la devolución en dos argumentos.

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El primero, su falta de competencia para entender en el proceso que le fuera remitido: “la radicación de dicha causa
ante este estrado constitucional -cuando no se ha dictado sentencia de primera instancia- significaría una creación ex
nihilo de un nuevo capítulo de su jurisdicción, en una suerte de avocamiento por salto de instancia que no hace pie en
ninguno de los textos normativos aplicables que, con características de conjunto cerrado, regulan su competencia
revisora u originaria” (considerando 6°).
El segundo, el hecho que la Jueza ya conocía la causa “Abarca” cuando dictó la medida interina. Sobre esta cuestión
sostuvo que: “la existencia de esas actuaciones y la mencionada conexidad era conocida por la magistrada desde
antes de dictar la medida cautelar “interina”, al ser anoticiada por una de las actoras (fs. 124/126). Pero además de
dicha noticia, la existencia y alcances de dicho asunto fueron expresamente sopesados en la resolución -del 3 de
agosto; fs. 128/134- que hizo lugar a dicha tutela preliminar, para concluir que no constituía un impedimento para
ejercer su jurisdicción en la medida en que los colectivos de ambos procesos no se superponían en su
totalidad” (considerando 7°).
La Corte concluyó así afirmando que “este desarrollo contradictorio de las actuaciones por parte de la señora jueza,
con prescindencia de sus deberes como directora del proceso, no debe ser pasado por alto por el Tribunal”, tanto
desde una perspectiva procesal como desde otra de índole institucional (considerando 8°).
Desde la perspectiva procesal, “porque lesiona derechos de las partes de raigambre constitucional, al punto de que
esta Corte ha privado de validez a decisiones que alteraban intempestivamente las reglas del proceso”
Desde la perspectiva institucional, “porque al desplazar discrecionalmente la radicación del asunto -en que está en
tela de juicio la validez del régimen tarifario en materia de energía eléctrica con un colectivo que, según la jueza, se
extiende a todos los usuarios de la Nación- trasladó a esta Corte la responsabilidad por la decisión final de un
conflicto de gravedad institucional que la sociedad y los poderes políticos, de la Nación y de las Provincias, vienen
aguardando con especial interés, sustrayéndose de sus obligaciones como jueza de la Nación, colocando a esta Corte
en un escenario judicial en el que, por el momento, no le compete conocer, y comprometiendo el prestigio de todo el
Poder Judicial al frustrar las legítimas expectativas de los ciudadanos que aguardan la resolución definitiva de este
conflicto, ignorando los ‘tecnicismos’ legales de las disposiciones regulatorias de la competencia, de los procesos
colectivos y de la acumulación de procesos”.

CEPIS y otros c/ MINISTERIO DE ENERGIA Y MINERIA CSJN

El tribunal, por unanimidad, resolvió:


• Que para la fijación de tarifas de gas, la audiencia pública previa es de cumplimiento obligatorio.
• Se confirma la sentencia apelada en cuanto declara la nulidad de las resoluciones cuestionadas.
• La decisión se circunscribe al colectivo de los usuarios residenciales.
• Respecto de ellos, las tarifas deben retrotraerse a los valores vigentes previos al aumento dispuesto por las
resoluciones que se invalidan.
• Se mantiene la tarifa social.
• Se pone en conocimiento del Congreso de la Nación la necesidad de dar cobertura al cargo de Defensor del Pueblo
de la Nación.
• Se recuerda a los tribunales el riguroso cumplimiento de la acordada de la Corte Suprema de Justicia sobre
procesos colectivos.

Hechos del caso: El Centro de Estudios para la promoción de la Igualdad y la Solidaridad (CEPIS) promovió una acción
de amparo colectivo contra el Ministerio de Energía y Minería de la Nación (MINEM) con el objeto de que se
garantizara el derecho constitucional a la participación de los usuarios, y que en forma cautelar se suspendiese la
aplicación del nuevo “cuadro tarifario” previsto por la Resolución MINEM 28/2016, hasta tanto se diera efectiva
participación a la ciudadanía. Con arreglo a esta pretensión la clase afectada estaría conformada por “todo aquel
usuario del servicio de gas, quien no contó con la posibilidad de que sus intereses sean representados con carácter
previo al aumento tarifario”.

Con posterioridad, el señor Carlos Mario Aloisi adhirió a la demanda. También la Asociación Consumidores
Argentinos Asociación para la Defensa, Educación e Información de los Consumidores (Consumidores Argentinos) se
presentó, cuestionando no solo la Resolución MINEM 28/2016, sino también la Resolución MINEM 31/2016.
Asimismo, acudieron varias cámaras de comercio e industria, concejales, diputados, senadores e intendentes, cuya
comparecencia se tuvo presente.
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El Juez de Primera Instancia dispuso dar publicidad a la iniciación del amparo colectivo en el Centro de Información
Judicial y procedió a la inscripción del proceso en el Registro Público de Procesos Colectivos de la Corte Suprema de
Justicia de la Nación. Luego rechazó la acción interpuesta.

La Sala II de la Cámara Federal de La Plata dispuso, en primer lugar, acumular a la presente todas las acciones
colectivas que correspondiesen, conforme a lo dispuesto en las Acordadas 32/2014 y 12/2016 de la Corte Suprema
de Justicia de la Nación. En cuanto al fondo de la cuestión planteada, declaró la nulidad de las resoluciones
ministeriales cuestionadas y decidió retrotraer la situación tarifaria a la existente con anterioridad al dictado de las
normas privadas de validez con efectos generales para todos los usuarios y para todo el país.

La Corte Suprema considera que el caso debe ser analizado porque está en juego la interpretación de la Constitución
Nacional, y existe trascendencia institucional porque el conflicto ha generado una litigación de características
excepcionales que compromete principios básicos del debido proceso constitucional en la tutela de los derechos de
los usuarios y del Estado Nacional.

La causa “CEPIS” decidida por la CSJN el 18 de Agosto de 2016 ha demostrado con toda claridad el enorme potencial
que tienen los procesos colectivos representativos en términos de: (i) instrumento de acceso a la justicia; (ii) canal de
participación ciudadana en el debate público; (iii) mecanismo de control de constitucionalidad y convencionalidad de
políticas públicas; (iv) medio de ahorro de recursos humanos y materiales del sistema de administración de justicia; y
(v) forma de obtener soluciones igualitarias para grandes grupos de personas que se encuentran en una posición
similar.
Este potencial, sin embargo, se encuentra restringido actualmente en Argentina por al menos dos elementos.

El primero y más evidente es la falta de una legislación en la materia que reglamente de forma adecuada el derecho
constitucional a un debido proceso colectivo reconocido a todos los habitantes en el art. 43 de la CN. El segundo
elemento de restricción es parte de la doctrina jurisprudencial que la CSJN estableció en “Halabi” sobre los requisitos
de admisibilidad de este tipo de acciones colectivas, fundada en el señalado vacío legislativo. Esta doctrina
jurisprudencial exige “Como tercer elemento (…) que el interés individual considerado aisladamente, no justifique la
promoción de una demanda, con lo cual podría verse afectado el acceso a la justicia” . Y fue mediante la aplicación de
ese criterio que la CSJN limitó el alcance subjetivo de la sentencia en “CEPIS” exclusivamente a los usuarios
residenciales

ANGEL ESTRADA y Cía. S.A c/ SECRETARIA DE ENERGIA Y PUERTOS CSJN (2005)

En el caso "Estrada" la Corte afirmó la responsabilidad de las empresas de servicios públicos y aseguró el derecho de
los usuarios a exigir una reparación de los daños sufridos por la falta de servicio.

Hechos:
A fines de 1993 y comienzos de 1994, la empresa EDESUR interrumpió el servicio eléctrico durante un mes y medio.
El ENRE (organismo de contralor de las empresas que prestan el servicio público de electricidad) sancionó a EDESUR
por este incumplimiento y le impuso una multa de casi 4 millones de pesos. La sociedad comercial “Estrada y Cia,
S.A” demandó a EDESUR ya que el incumplimiento del servicio durante ese tiempo había impedido que funcionara su
planta industrial. Por ello exigió que le indemnizara los dañados causados por un total de $ 163.770 pesos.

El caso llegó a la Corte Suprema para que determinara si a EDESUR se le podía exigir que pagara esta indemnización
o, bien, si la ley y el contrato de servicio público limitaba la responsabilidad de esta empresa al pago de la multa. La
segunda cuestión que debía resolver la Corte era si el reclamo por esta indemnización podía ser resuelto por el ENRE
o si sólo podía ser decidido por la justicia.

Decisión de la Corte:
La Corte Suprema resolvió que EDESUR podía ser demandada por los daños y perjuicios causados por no haber
prestado el servicio de provisión de energía eléctrica en las condiciones previstas en el contrato (Voto de los jueces
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Petracchi, Boggiano, Maqueda, Highton de Nolasco, Belluscio, Zaffaroni y Lorenzetti. Fayt votó en disidencia,
rechazando el recurso por cuestiones formales. Argibay consideró innecesario resolver esta cuestión). Los jueces
basaron su decisión en que el contrato de servicio público con EDESUR expresamente establecía esta obligación.
Además, señalaron que la limitación a la responsabilidad civil sólo podría surgir de una ley dictada por el Congreso
que justificara, debidamente, la razón de ser de esa medida.

Los jueces Petracchi, Boggiano, Maqueda, Highton de Nolasco y Lorenzetti rechazaron el argumento de que por
reconocerse esta responsabilidad civil se causaría el aumento de las tarifas lo que al final perjudicaría a todos los
usuarios. Para estos jueces, esto no sería una consecuencia posible porque la ley no autoriza aumentar las tarifas
para amortizar los costos causados por el propio incumplimiento del servicio.

Zaffaroni fue el único juez que argumentó que esta posición encontraba justificativo en el artículo 42 de la
Constitución Nacional que asegura la protección económica de los usuarios de los servicios públicos.

En segundo lugar, la Corte resolvió que este reclamo no podía ser resuelto por el ENRE sino que correspondía que
fuera analizado y decidido por la justicia (Voto de los jueces Petracchi, Boggiano, Maqueda, Highton de Nolasco,
Lorenzetti, Belluscio y Argibay).

Zaffaroni votó en disidencia. Para este juez, la ley que regula la actuación del ENRE le otorga competencia para
resolver este tipo de reclamos y que ello no era violatorio de la división de poderes porque existía la posibilidad de
que la justicia revisara esa decisión. Fayt votó en disidencia, rechazando el recurso por cuestiones formales. Argibay
consideró innecesario resolver esta cuestión.

EDESUR S.A c/ RESOLUCION DEL ENRE PLENARIO

La Corte Suprema resolvió que el Ente Nacional Regulador de la Electricidad (ENRE) no tiene competencia para
pronunciarse sobre la procedencia de una acción por daños y perjuicios entablada por una empresa contra EDESUR.
Citando jurisprudencia americana sobre “agencias administrativas”, afirmaron los jueces que el conflicto debe ser
resuelto por jueces del Poder Judicial.

De esta forma, y por mayoría, se expidió el tribunal en autos “Ángel Estrada c/ Ente Nacional Regulador de la
Electricidad ” arribados a esta instancia luego de que la Cámara en lo Contencioso Administrativo Federal atribuyera
plena competencia, al ENRE para pronunciarse acerca de la procedencia y cuantía de los daños y perjuicios
reclamados por la firma usuaria en la instancia administrativa..

La Corte sostuvo que, según ley 24.065 — marco regulatorio de la electricidad —, el ENRE fue creado para resolver
aquellas cuestiones de índole preponderantemente técnicas que puedan suscitarse entre generadores,
transportistas, distribuidores, usuarios y grandes usuarios del sistema eléctrico.

“Para ese exclusivo fin fue creado y no para sustituir a los jueces en la resolución de conflictos que caen dentro de
su normal ámbito de actuación, como lo es el dirimir una pretensión de daños y perjuicios” afirmaron los ministros.

Para el ENRE las disposiciones legales y contractuales circunscribían la responsabilidad de la prestadora del servicio
público a las multas previstas en el contrato, limitación que se justifica por la misma razón técnica que se explican las
limitaciones de responsabilidad consagradas en otros ámbitos, tales como la del transportador marítimo y aéreo, o
en el derecho de seguros.

Sin embargo, para los vocales del alto tribunal EDESUR debe reparar todos los daños que la empresa damnificada
pudiera probar en debida forma, pues, la ley no impone limitación alguna al resarcimiento ni es posible interpretar
que el contrato de concesión suscripto entre el Estado y EDESUR exima de responsabilidad a ésta frente a terceros
damnificados.

”El art. 78 de la ley 24.065 (en cuanto dispone que los incumplimientos de los contratos de distribución de electricidad
serán sancionados con las penalidades previstas en los contratos de concesión) no sólo no excluye la vigencia de las
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normas generales que regulan la responsabilidad contractual sino que, además, remite al texto del contrato que deja
a salvo los eventuales reclamos por daños y perjuicios derivados del incumplimiento” añadieron.

Luego de analizar jurisprudencia americana sobre “agencias administrativas”, precisaron los jueces que “la materia
del reclamo está constituida por los daños individualmente experimentados en el patrimonio del usuario como
consecuencia del suministro insuficiente de energía eléctrica”, resultando claro que “la disputa no puede resolverse
por aplicación del régimen estatutario que conforma el marco regulatorio del servicio público de electricidad, para
cuya administración fue especialmente creado el ente respectivo”

De esta forma concluyeron que “la determinación y condena al pago de los daños y perjuicios eventualmente
derivados del incumplimiento del contrato celebrado con el usuario debe considerarse fuera de la jurisdicción
especial atribuida al Ente Nacional Regulador de la Electricidad por el art. 72 de la ley 24.065.”

La resolución contó con el voto mayoritario de Petracchi, Boggiano, Maqueda, Highton de Nolasco y Lorenzetti.
Belluscio, lo hizo en igual sentido pero según su voto. Raúl Zaffaroni y Carmen Argibay en disidencia parcial, y Fayt en
disidencia.

BUENOS AIRES PROVINCIA c/ TELEFONICA s/ REMOCION DE INSTALACIONES CSJN

Telefónica fue condenada por la Corte Suprema de Justicia a abonar el costo de la remoción de las instalaciones de
cables telefónicos, ubicados en una zona donde se quería construir alcantarillas. Los magistrados entendieron que la
compañía era responsable porque lo había realizado de forma clandestina, sin la autorización correspondiente.

En los autos caratulado “Buenos Aires, Provincia de c/ Telefónica de Argentina S.A. s/ remoción de instalaciones", la
Corte Suprema de Justicia de la Nación hizo lugar a la pretensión interpuesta y condenó a la empresa de
telecomunicaciones a pagar el costo de la sustracción de los cables de telefonía que le pertenecen.

Los ministros consideraron que la compañía había efectuado dichas instalaciones en forma clandestina, por lo que
correspondía que la misma cargue con los gastos.

La provincia de Buenos Aires promovió demanda contra Telefónica de Argentina con el fin de que se la condene a
abonar los costos de la remoción de las instalaciones de cables telefónicos de su propiedad, a lo que ya la había
intimado sin resultados.

El Gobierno provincial estaba impulsando la "construcción de alcantarillas en la cuenca del arroyo Burgueño”, en el
partido de Pilar y el cableado interfería con esa iniciativa por lo que le exigían a la compañía que se hiciera cargo del
costo de removerlos.

Por su parte, la firma emplazada, se amparó en la ley 19.798 que regula los aspectos generales del régimen de
telecomunicaciones y establece en su artículo 43 que "cuando, para la realización de obras o servicios públicos
nacionales, provinciales o municipales u obras particulares nuevas o de ampliación de las existentes, fuere necesario
el traslado, remoción o modificación de instalaciones de los servicios públicos de telecomunicaciones ubicadas en el
dominio público, el gasto que origine estará exclusivamente a cargo del interesado en la ejecución de la obra o
servicios.”

Sin embargo, los miembros de la Corte arremetieron contra este argumento sosteniendo que “no puede ser invocada
e interpretada la aplicación de esta norma en forma aislada, sino en el marco general de la ley.”

Destacaron que el artículo 36 de la normativa determina que "las instalaciones y equipos de telecomunicaciones que
funcionen sin la autorización correspondiente se considerarán clandestinas", entendido como aquellos que se llevan
a cabo de forma encubierta, en desconocimiento u ocultamiento de la autoridad correspondiente.

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A esto agregaron que en el expediente “no se configuran las exigencias de licitud que permiten concluir que la carga
en cuestión deba ser solventada por la actora.”

Remarcaron que la demandada no había logrado desvirtuar la falta de antecedentes de permiso para engrapar los
cables telefónicos a la alcantarilla existente en la zona cuestionada, debido a que no había aportado ningún elemento
probatorio “que permita concluir que tramitó o requirió la autorización de los respectivos titulares de la jurisdicción
territorial para la ubicación de esas instalaciones.”

Por el contrario, el Alto Tribunal aclaró que la Provincia de Buenos Aires había anexado a la causa un informe en el
que se indicaba que las obras referidas no habían sido autorizadas por ese municipio y que, en consecuencia, se
trataría de emprendimientos clandestinos.

Por último, los magistrados manifestaron que “para la utilización del espacio público por parte de la empresa para
ubicar sus bienes y dar el servicio con el que se ha comprometido, debe evitarse todo comportamiento que pueda
generar una situación de desventaja con respecto a otros intereses que convergen en ese mismo espacio.”

Concluyeron que no resultaba adecuado a la tutela del interés general que sea la provincia de Buenos Aires quien
asuma el costo de la remoción de las instalaciones, ya que la empresa de telefonía no contaba con las autorizaciones
correspondientes.

La resolución llevó las firmas de Elena Highton de Nolasco, Carlos Fayt, Enrique Petracchi, Juan Carlos Maqueda, Raul
Zaffaroni y Carmen Argibay.

La publicatio o publificación consiste en la reserva expresa que hace el ordenamiento jurídico al Estado de
una actividad o de la titularidad de ciertos bienes. Es un requisito necesario para que la actividad pueda ser
considerada un servicio público, o para que los bienes ingresen al dominio público. Trasladar la regulación de
una determinada actividad desde el derecho privado al derecho público, como por ejemplo que el Estado asuma
la propiedad de una empresa privada”

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Unidad 5

Case Sacifie c/ Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires


Cabe dejar sin efecto la sentencia que desestimó la reconvención y solicitud de nulidad del contrato
planteada por la demandada e hizo lugar a la acción entablada por la actora por cobro de una suma de dinero
derivada del contrato de concesión para la construcción , conservación y explotación de dos centros
geriátricos- adjudicado por licitación pública-, pues el a quo omitió ponderar que los pliegos de la licitación
no cumplían con las leyes vigentes ya que en ellos no se previó el pago del precio por medio de los
correspondientes certificados de obra, ni se estipuló un representante técnico del contratista destacado en
obra, como tampoco comunicaciones de obra ni órdenes de servicio.
↑Dictamen de la Procuración General, al que remitió la Corte Suprema.

Corte→ “concordemente con lo dictaminado por la señora Procuradora Fiscal, se hace lugar a la queja y al
recurso extraordinario interpuestos y se deja sin efecto la sentencia apelada”

Hotel Internacional Iguazú S.A c/ Gobierno Nacional: 22/04/1986


◄1ERA INSTANCIA Y CÁMARA: La Sala III de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Federal, Civil
y Comercial confirmó el fallo del juez de la primera instancia que había hecho lugar a la demanda
interpuesta por la adjudicataria de una licitación y condenó al Estado Nacional al pago de una indemnización
por los daños y perjuicios derivados del incumplimiento de lo pactado en el contrato que vinculó a las
partes.

◄EL ACCIONADO: Contra dicha resolución, el accionado interpuso el recurso extraordinario el cual fue
denegado. Es jurisprudencia la que determina que sea menester que el recurso extraordinario sea fundado
mediante un preciso relato de los hechos de la causa, de la materia federal en debate y de la vinculación
existente entre ésta y aquéllos.

↑En tales condiciones, el Procurador General opina que corresponde desestimar la queja (que provino por el
rechazo al recurso extraordinario).

◄COMIENZO DEL CONFLICTO: El tema sustancial de la controversia giró en torno a los términos del
contrato firmado entre las partes los que, según el demandado, se ajustaron exactamente a las condiciones
del pliego y, según la actora, se integraron con las especificaciones y tiempos determinados en la nota
acompañada al presentar la oferta. Entonces, la contratista fundó su demanda de daños en el incumplimiento
de las obligaciones asumidas por el Estado conforme a las condiciones de la oferta, mientras que su
contraparte, desconoció la existencia de la nota y su virtualidad jurídica para modificar las cláusulas
licitatorias.

Además, tanto el juez de primera instancia como la Cámara consideraron que fue probada la existencia y
tenor de la nota cuya copia acompañó la actora y que los tiempos y condiciones en ella establecidos para el
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cumplimiento de las obligaciones del Estado respecto de la construcción de las obras de infraestructura y
desgravaciones impositivas, fueron aceptadas al adjudicar la oferta. Sobre esa base contractual se apoyaron
las argumentaciones de los a quo en la consideración de los reclamos indemnizatorios.

También se aclara que en los contratos de la Administración se supedita su validez y eficacia al


cumplimiento de las formalidades exigidas por las disposiciones vigentes en cuanto a la forma y
procedimiento de contratación, entre éstos se encuentra la licitación pública, mediante el cual el ente público
invita a los interesados para que formulen propuestas entre las que se seleccionará la más conveniente. La
ley de la licitación o ley del contrato es el pliego donde se especifican el objeto de la contratación y los
derechos y obligaciones del licitante, de los ofertantes y del adjudicatario. Además aclaran que la fusión de
voluntades se opera sin discusión porque el oferente debe aceptar las cláusulas contractuales preparadas y
redactadas por el licitante, en caso contrario, la oferta es inadmisible y debe ser rechazada, y la adjudicación
que no respetara tales pautas estaría viciada de ilegitimidad. Por otra parte, el silencio de la administración
es una conducta inapta para ser considerada como una manifestación positiva de voluntad, pues salvo
disposición expresa del orden normativo, el silencio debe ser interpretado en sentido negativo. La afirmativa
necesita ser demostrada, el silencio es negación y la duda es fatal para el derecho del concesionario.

Las argumentaciones del a quo resultan insuficientes para avalar su conclusión de que las condiciones y
tiempos especificados por la contratista fueron aceptados por el Estado Nacional. Además la sentencia de a
quo examinó la pretensión indemnizatoria sobre la base de estipulaciones no incorporadas al contrato lo que
en definitiva se traduce en un desconocimiento del convenio real entre las partes, razón por la cual debe ser
dejada sin efecto.

◄RESUELVE: Se hace lugar a la queja y, por no ser necesaria mayor sustentación se declara procedente el
recurso extraordinario y se deja sin efecto la sentencia apelada.

◄DISIDENCIA: Dr. Belluscio→ el tribunal comparte y hace suyos los fundamentos y conclusión del
dictamen del señor Procurador General, el que se da por reproducido por razones de brevedad. Por ello, se
desestima la queja.

Vicente Robles S.A.M.C.I.C.I.F c/ Estado Nacional (Servicio Nacional de


Parques Nacionales) s/ nulidad de resoluciones.
Por medio de la licitación pública n° el Servicio Nacional de Parques Nacionales llamó a licitación pública
para la concesión de uso de la superficie necesaria en la Hoya del Cerro Catedral, Reserva Nacional Nahuel
Huapi (Zona Gutiérrez) en el Parque Nacional Nahuel Huapi, para construir y explotar un sistema de medios
de elevación e instalaciones complementarias con destino a esquiadores.

◄1ERA INSTANCIA Y CÁMARA: La Cámara Nacional de Apelaciones en lo Contencioso


Administrativo Federal confirmó la sentencia dictada en la instancia anterior y en consecuencia, rechazó la
demanda tendiente a obtener la nulidad de las resoluciones del Servicio Nacional de Parques Nacionales y
del Ministerio de Agricultura y Ganadería de la Nación por las que se estableció que, una vez finalizado el
contrato que une a las partes, los edificios construidos de acuerdo con las cláusulas contractuales pasarán sin
cargo a ser propiedad del Estado Nacional.

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◄CONTRA EL PRONUNCIAMIENTO ↑: la vencida dedujo recurso ordinario de apelación que fue


concedido y es formalmente procedente toda vez que se trata de una sentencia definitiva, recaída en una
causa en que la Nación es parte y el valor debatido supera el mínimo fijado.

◄COMIENZO DEL CONFLICTO: La Litis versa sobre el destino que deberá darse a los edificios
construidos por la demandante al concluir el contrato de concesión celebrado por las partes. La actora
sostiene que para obtener su transferencia al Estado deberá abonar el precio que se determine de acuerdo con
lo oportunamente pactado, el demandado alega que el referido traspaso debe operarse sin cargo alguno.

◄DISPOSICIONES EN QUE LAS PARTES BASAN SUS PRETENSIONES: Art. 28 del pliego de
condiciones generales→ “Finalización y renovación de la concesión”. Art 24 de las cláusulas particulares→
“Terminación del contrato”. Y por último el art. 33 del contrato firmado entre las partes.
Sobre esto, se estableció que si bien el art. 28 del pliego de condiciones generales estableció claramente una
opción, fue ambiguo e impreciso respecto de los bienes a que ella dirigida, toda vez que no parecía posible
que edificios de las características de los construidos pudiera llevárselos la adjudicataria al finalizar el
contrato. Además se agregó que el art. 24 es claro y preciso respecto del destino de los edificios a la
expiración del contrato y no se contradice con el art. 28 ya que en cuanto a los inmuebles precisa el concepto
y tiene prioridad según el orden de prelación. La contradicción entre ambas normas se verifica sólo en lo
atinente a la suerte de las instalaciones. Por último, no podía otorgarse preeminencia al art. 33 del contrato
interpretativo sin lesionar el principio de igualdad que debe presidir toda licitación y que, de lo contrario, el
acto debía considerarse nulo por ilegítimo.

La actora se agravia alegando la existencia de contradicciones y omisiones en el pronunciamiento, con lo


que intenta sostener su tesis de que el art. 33 del contrato zanjó toda duda acerca del destino de los edificios
y derogó en su totalidad la cláusula 24 del pliego de condiciones particulares.

◄LA CORTE: Sostuvo reiteradamente que los contratos deben celebrarse, interpretarse y ejecutarse de
buena fe y de acuerdo con lo que las partes verosímilmente entendieron o pudieron entender, obrando con
cuidado y previsión. Además explica que la licitación pública, como procedimiento de contratación, se
caracteriza como aquel mediante el cual el ente público invita a los interesados para que, de acuerdo con las
bases fijadas en el pliego de condiciones, formulen propuestas entre las que se seleccionará la más
conveniente.

También expresa que ante la existencia de una duda cierta acerca de cuál era el efectivo destino de los
edificios al concluir la concesión, estaba obligada a pedir que se aclarara el tema, máxime si se advierte la
importancia económica que ello tenía sobre la ecuación financiera contractual y la consecuente
determinación del canon. En efecto, al formular su propuesta, la concesionaria debió obrar con pleno
conocimiento de las cosas, pues la magnitud de los intereses en juego le imponía actuar de modo de prever
cualquier eventualidad que pudiese incidir negativamente en el resultado económico del contrato, adoptando
a ese efecto las diligencias apropiadas que exigían las circunstancias de persona, tiempo y lugar. Y si la
oferente incurrió en error en la interpretación de las cláusulas contractuales, éste provendría de una
negligencia culpable que impide su invocación.

Si la actora conoció la contradicción y ello generó una duda razonable respecto de un elemento de real
importancia para la determinación del precio del contrato, pudo y debió subsanarla o aclararla mediante la
oportuna consulta a la autoridad competente, y la falta de ejercicio de dicha facultad sólo resulta atribuible a
su propia conducta discrecional, lo que determina la improcedencia de su invocación para apoyar su
reclamo.

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Aun admitiendo la contradicción entre las cláusulas en debate, sólo pudo la concesionaria resolverla a su
favor mediante su aclaración en tiempo oportuno.

◄RESUELVE: Por todo lo anterior dicho, se confirma la sentencia apelada, con costas a la vencida.

◄DISIDENCIA: Dr. O’Connor→ En los contratos administrativos, el acuerdo de voluntades puede


concretarse mediante la adhesión del particular a las condiciones previamente establecidas por la
administración o a través de una elaboración conjunta que sea el resultado de la libre discusión entre las
partes. Respecto de las licitaciones, rige como regla general que la notificación de la adjudicación al
favorecido perfecciona el contrato; pero excepcionalmente, el perfeccionamiento se concreta mediante la
redacción de un documento ad hoc.

•El argumento referente de la alegada ambigüedad e imprecisión de la documentación no puede utilizarse,


como lo hace el a quo, en perjuicio del concesionario, pues si nos encontráramos en la hipótesis del
“contrato de adhesión”, sabido es que en este tipo de convenciones predispuestas, las cláusulas de
significado dudoso deben interpretarse a favor de la parte a la cual se le impusieron las condiciones
pactadas, y si por el contrario, el contenido del contrato fuera resultado de la libre determinación de ambas
partes, no cabría la posibilidad de apartarse de lo pactado en el documento final.

•Además, agrega, que a los jueces no les está permitido alterar el texto inequívoco de los contratos con el
argumento de que de otro modo resultarían nulos. Si esto es así, en la hipótesis de nulidad del acuerdo
convencional de que se trate, lo que corresponde no es hacer una interpretación desvirtuadora, para salvar la
pretendida invalidez del texto, sino declarar de manera explícito, si fuera permitido en el caso, la nulidad que
se estima configurada y, de este modo, descalificar a la cláusula interpretada, invalidándola.

•Señala que si la documentación resultaba de contenido dudoso, era el Estado Nacional y no el particular la
parte llamada a formular las aclaraciones previas sobre un aspecto económicamente tan importante como las
construcciones sobre las que versa esta Litis. Y si aquél alentaba esas dudas, debió ponerlas en manifiesto
antes de que la empresa comenzara las obras, ejecutadas en función de un contrato cuyo contenido literal
estipulaba otra solución. Ello, por aplicación del principio de buena fe; porque si había mediado error en la
redacción del contrato, el Estado Nacional se encontraba en posición de anular la adjudicación por haber
mediado ese vicio de la voluntad y evitar así las ingentes inversiones que podían provocar un daño de
reparación insuperable si existía tan grave divergencia sobre los alcances del acuerdo.

↑Por tales razones: se resuelve revocar la sentencia apelada y al hacer lugar a la demanda, se declara la
nulidad de las resoluciones dictadas por el Servicio Nacional de Parques Nacionales, y por el Ministerio de
Agricultura y Ganadería, en cuanto establecieron que los edificios a construirse de acuerdo a la licitación
pública n° 26 pasarían sin cargo a propiedad del mencionado Servicio Nacional de Parques Nacionales al
finalizar la concesión.

Espacio S.A c/ Ferrocarriles Argentinos. 22/12/1993


◄HECHOS: “Espacio S.A” demandó a Ferrocarriles Argentinos el pago de $35.582.027.889, con más
actualizaciones e intereses, en concepto de los daños y perjuicios que dijo le ocasionaron los impuestos
nacionales que debió pagar, hasta el 15 de octubre de1982, pese a lo dispuesto en las cláusulas del contrato
celebrado entre ambas, relativo a la construcción actual estación “Aristóbulo del Valle”, del Ferrocarril

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General Belgrano y de los locales comerciales anexos, cuya explotación se le concedió por el término de 19
años.

◄PROCURADORA FISCAL: Destacó que en el art. 34 del pliego de bases y condiciones para la
contratación y ejecución de las obras, se previó que gozaría de las mismas franquicias sobre gravámenes
fiscales a que tuviera derecho el Ferrocarril, para las obras que realice por contrato. Sostuvo que, sobre tal
base, hizo todos sus cálculos de costos, no obstante, cuando solicitó a la empresa estatal que el reconociese
la exención de impuestos nacionales de que gozaba, ésta se negó al pedido, aduciendo que para ello era
menester que la obra fuera declarada de interés nacional por el Poder Ejecutivo de acuerdo con lo dispuesto
por el art. 11 de la ley 15.273. Efectuada la solicitud en tal sentido, su tramitación administrativa dio lugar a
una resolución negativa del presidente de la empresa, fundada en que la obra carecía de los elementos
necesarios para calificarla de interés nacional y culminó con el dictado de un decreto del PE.
•Por lo tanto, afirmó que Ferrocarriles Argentinos estimuló la denegatoria de la exención impositiva y que si
era necesario el decreto que declarase la obra de interés nacional, era esa empresa quien estaba obligada a
gestionarlo o cargar con el costo que mantuviese el equilibrio del contrato.
•Agregó también, que al tiempo de la apertura de la licitación de autos, estaba vigente el ya mencionado art.
11 de la ley 273 y la actora no pudo verosímilmente creer que la construcción del edificio de una estación
ferroviaria y de una galería comercial anexa para una obra de interés nacional. También resulta inverosímil
que haya dejado transcurrir doce años hasta la promoción de la demanda, lapso durante el cual pagó
silenciosa y pacíficamente y soportando el consiguiente quebranto.

-Juez de primera instancia: Hizo lugar a la demanda, y consideró a tal efecto que de los términos del
contrato surge claramente que Ferrocarriles prometió la exención y esto constituyó una obligación de
resultado y no de medios. Por ello, la tramitación llevada a cabo en torno a lo dispuesto por el art. 11 de la
ley 15.273 fue innecesaria, pues lo cierto es que, de tal modo, la obligada transformaba su obligación de
resultado en una nueva, “de medio”. Lo cierto es que Ferrocarriles no cumplió y ello ocurrió por su culpa; la
prestación a cargo de la demandada la obligaba a que no se agravara la contraprestación de la actora en este
juicio, ya que lo había garantizado expresamente en el contrato. Entendió que la actora no invocó ni
demostró interés en que la obra fuese calificada de interés nacional, pues tal circunstancia era absolutamente
extraña al compromiso contraído por el Ferrocarril; de ahí que la demanda se base en el incumplimiento del
contrato, que provocó directamente el daño que aquí se pretende reparar por medio de indemnización.
Expresó que no puede hablarse de la posibilidad de que se apliquen otras normas que las contractuales, y
que el Ferrocarril debe hacerse cargo de las ventajas que no pudo efectivizar la actora y que fueron la razón
de lo convenido y formaban parte del precio del contrato de anticresis celebrado.

Dicha sentencia fue confirmada por la Cámara: meritaron los jueces de ese tribunal
que del art. 34 del Pliego General respectivo surge con claridad suficiente la obligación del Ferrocarril de
exceptuar, a la actora, de la carga de los gravámenes fiscales materia de debate y con respecto a los cuales
aquél gozaba de franquicia.

Dicho resarcimiento debe ser asumido por el Ferrocarril, añadieron, al importar, tal estado de cosas, un
implícito pero inequívoco incumplimiento contractual y una falta de percepción de frutos por culpa
exclusiva de la demandada que pone, en cabeza de esta parte, satisfacer la indemnización pertinente.

-En cuanto a la pretensión de la accionada: en el sentido de limitar la aplicación del art. 34 sólo al tiempo
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de ejecución de la obra, entendieron que debe ser desestimada, toda vez que el apelante no controvirtió,
mediante una crítica concreta y pormenorizada, el argumento en que el juez de primera instancia sustentó su
posición. Por lo demás, resaltaron que surge como razonable el fundamento con que el magistrado desechó
tal planteo, mediante aducir que resulta contrario a la esencia del contrato de anticresis, pues en tanto se
estén realizando las obras, no habría explotación posible del usufructo convenido.

↑Disconforme la accionada, interpuso el recurso ordinario de apelación.

-Argumentos de la accionada: Sostiene que lo decidido es equivocado, sobre la base de fundamentos ya


expuestos:

1. El ferrocarril sólo prometió dar una obra de anticresis para, al cabo de cierto tiempo, obtener bienes
inmuebles sin erogar suma alguna y transmitiendo una seria de ventajas impositivas de carácter
general que ya tenía al tiempo de la contratación.
2. El mencionado art. 34 establece franquicias impositivas “para las obras” y, durante ellas, la
contratista nada erogó, conforme surge de las pruebas de la causa, mientras que, a partir de la
explotación comercial pagó impuestos a las ganancias y al patrimonio.
3. No se pactó ningún “seguro” a favor de la actora, y la conducta de ésta durante la ejecución del
contrato demuestra que no lo consideró así, pues pagó sus impuestos pacíficamente por más de una
década.
4. La actora reconoció que, para obtener la exención impositiva, era necesaria la declaración de interés
nacional de la obra, y por ello, realizó las tramitaciones respectivas.
5. Dicha parte no pudo verosímilmente creer que la construcción del edificio de una estación ferroviaria
y de una galería comercial anexa implicara “por si” interés nacional, y menos aún, que así se
declarase, como se desprende, a su juicio, de la absolución de posiciones, existiendo respecto de la
actora, dudas al tiempo de ofertar en la licitación sobre el interés nacional de las obras a realizar,
debió pedir las pertinentes aclaraciones antes de la presentación de su propuesta.
6. Destacó por último, que los agravios se extienden a la totalidad de la pretensión viabilizada, razón
por la cual el monto discutido excede en demasía el mínimo legal establecido para la procedencia del
recurso ordinario de apelación.

-Continuación de la Procuradora: agrega que tal como sostiene la recurrente, la interpretación propuesta
resulta corroborada por la actitud de la propia actora, quien pagó durante un extenso número de años los
gravámenes cuyo monto ahora pretende cobrar a Ferrocarriles Argentinos. Máxime cuando también llevó a
cabo tramitaciones administrativas tendientes a obtener la declaración de interés nacional que Ferrocarriles
no podía emitir porque el órgano con competencia legal para hacerlo era el Poder Ejecutivo.

◄RESUELVE (Procuradora): Revocar la sentencia apelada y por lo tanto, torna innecesario examinar los
restantes agravios, que por otro lado, resultan ajenos a su dictamen por remitir a cuestiones de hecho y
prueba y de derecho común y procesal.

◄CORTE:

-Hechos: • Como consecuencia del llamado a licitación pública, la firma actora resultó adjudicataria del
contrato que tuvo por objeto la construcción de la nueva estación ferroviaria “Aristóbulo del Valle”
celebrado el 11 de marzo, 1964. En dicho convenio, y en sus adicionales suscriptos los días 29 de mayo,
1968 y el 10 de junio de 1970 respectivamente, se previó asimismo la construcción de una galería y de una
serie de locales contiguos, destinados a la instalación de comercios, cuyo usufructo fue concedido sin cargo

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a la contratista por el término de 19 años contados a partir del momento en la habilitación de las obras, en
calidad de contraprestación por la realización de los trabajos. El art. 34 del pliego de bases y condiciones
para la contratación y ejecución de obras, a tenor del cual, según la actora, se formalizó el llamado, dispuso
en la parte pertinente que el contratista gozará de las mismas franquicias sobre gravámenes fiscales a que
tenga derecho el Ferrocarril para las obras que realice por contrato, excepto el sellado de este último, pero
será por cuenta de aquel el pago de los impuestos, derechos y tasas nacionales, provinciales y municipales
vigentes a la fecha de la licitación de las obras, de las cuales no esté excepto el Ferrocarril, salvo disposición
en contrario.

-Considerandos: Que cabe destacar que en materia de contratos públicos, así como en los demás ámbitos en
que desarrolla su actividad, la administración y las entidades y empresas estatales se hallan sujetas al
principio de legalidad, cuya virtualidad propia es la de desplazar la plena vigencia de la regla de la
autonomía de la voluntad de las partes, en la medida en que somete la celebración del contrato a las
formalidades preestablecidas para cada caso, y el objeto del acuerdo de partes a contenidos impuestos
normativamente, de los cuales las personas públicas no se hallan habilitadas para disponer sin expresa
autorización legal.
En consecuencia cabe concluir en que la previsión contenida en el art. 34 de las bases del llamado, en cuanto
importó reconocer de modo puro y simple el derecho de la contratista a gozar de las franquicias, resulta
inválida, en la medida en que el art. 11 de la ley 15.273 supeditaba el efecto eximente de las estipulaciones
de esa naturaleza a la condición de que las obras o adquisiciones fuese declaradas de interés nacional por el
Poder Ejecutivo. En tales condiciones, al no ser válida la cláusula de ese modo concebida, no cabe hacer
lugar a la pretensión de reintegro de las cantidades abonadas por la actora en concepto de impuestos
nacionales, reclamadas a título de resarcimiento de los daños y perjuicios derivados de la falta de
cumplimiento de lo convenido en la estipulación señalada.

◄RESUELVE: Oída la Procuradora Fiscal, se resuelve declarar procedente el recurso ordinario, dejar sin
efecto la sentencia apelada y rechazar la demanda.

RINCON DE LOS ARTISTAS CON HOSPITAL NACIONAL POSADAS.


Hechos: El director interino del Hospital Posadas aprobó la licitación pública (150/89), realizada con el
objeto de contratar el servicio de comedor y cafetería del hospital, y la adjudicación por un año a favor de
EL RINCON DE LOS ARTISTAS SRL.
Años mas tarde llamo a nueva licitación publica (28/92) para la concesión del servicio de comedor con
encargo de construcción de obra para la prestación del servicio por medio del sistema de anticresis.
Por este llamado, el contrato inicial fue prorrogado por resolución (1377/91) del mismo funcionario. La
prorroga es para que RA continuara prestando el servicio mientras tanto, en el tiempo que transcurriría
entre el llamado a licitación (28/92) y la finalización de la obra que ejecutaria el adjudicatario (del segundo
llamado a licitación)
La licitación 28/92 fue aprobada juntamente con la adjudicación a favor del actor por 15 años a partir de la
firma del contrato respectivo.
Se demoro en firmar el contrato, y la actora envío a la demandada una carta de documento para que se
empezara a proponer escribano para la constitución del derecho real de anticresis.
LA DIRECCCION GENERAL DE ASUNTOS JURIDICOS DEL MINISTERIO DE SALUD Y ACCION SOCIAL emitió un
dictamen en el que examino irregularidades en la licitación 28/92, y sugirió que el hospital realizara un
nuevo acto licitatorio para la concesión del comedor. Y con respecto a la resolución 1377/91 , el órgano
opino que correspondía ejercer la acción de lesividad.

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El interventor del hospital, dicto la resolución 101/94 que dejo sin efecto la licitación publica 28/92, le
ordeno a RA que desocupara el local. Realizo un nuevo llamado a licitación para la concesión del servicio de
comedor y cafetería.
Rincon de los artistas inicia demanda contra el Hospital para que se declare la nulidad de la resolución
101/94 la que dejo sin efecto la licitación publica, y pretendía que se mantuviera la licitación publica 28/92
en la que había resultado adjudicataria, y también para que se deje sin efecto la intimación a desalojar.
Hospital posadas interpuso acción de lesividad para obtener la nulidad de las resoluciones 1377/91 y
161/92, por la cual prorrogo el primer contrato, y la otra para que se dio la adjudicación de la segunda
licitación 28/92 a favor de la actora.
El interventr en el hospital dicto resolución por la que declarao nulidad absoluta de 1377/91 y 161/92.
(fundado en la LPA articulo 17). Esto fue asi porque el llamado a licitación 28/92 estaba afectado de
nulidad absoluta, y como queda sin efecto esta resolución las dos anteriores 1377/91( pot la que se
prorrogo el contrato inicial hasta que finalizara la obra de la licitación 28/92), quedaba sin causa, ni
motivación ni finalidad.
Se sostuvo la facultad del ente y su director del hospital posadas no tenia la facultad de otorgar licitaciones
bajo el sistema de anticresis (ley 19.337 que rige al hospital). El director del hospital no tenia competencia
para actuar como actuo, por lo cual el llamado a licitación que realizo estuvo viciado, y es nulo. conforme a
la LPA.
(es mas para constituir derechos reales, transferir, modificar o extinguir se tiene que dar lugar a secretaria
de hacienda en la licitación)
El llamado a licitación pública 28/92 fue invalido y en consecuencia también la resolución 161/92, en la que
se realizo la adjudicación a RA. Esto es asi porque el objeto de la licitación pública (es decir otorgamiento
de la concesión de servicio del comedor y cafetería con encargo de construcción de obra para la prestación
del servicio mediante sistema de anticresis) nunca podría haberlo sido porque el director no tenia
competencia para otorgar licitaciones bajo sistema de anticresis.
El llamado a licitación y la resolución por la que se dio la adjudicación 161, tuvieron vicios en la
competencia y procedimiento. Ya que además de la competencia, se requería para la constitución del
derecho real, según articulo 51 de la ley de contabilidad publica LA INTERVENCION OBLIGATORIA DE LA
ADMINISTRACCION GENERAL DE INMUEBLES FISCALES.
Se confirma la sentencia de cámara declarando nulidad de las resoluciones 1377 y 161 ambas del director
del hospital, se rechaza la demanda de Rincón de Artistas
VOTO DE FAYT: La ley 19337 establece que el Posadas es un ente descentralizado capaz de adquirir
derechos y contraer obligaciones, ejanenar inmuebles muebles cuya conducta esta a cargo de un director.
articulo 4 inciso 1.
No existe en el caso la facultad de otorgar licitaciones bajo el sistema de anticresis. En el derecho publico la
competencia es expresa, no se rige por “todo lo que no esta prohibido esta permitido”, sino que se rige por
el principio de la legalidad.
El agravio en que se base el RA, que dice que el Posadas es un ente autárquico, la autarquía no implica
independencia, sino mera facultad de autoadministracion. Si el hospital puede o no celebrar determinar
determinados actos no tiene que ver con que es autárquico, sino con que tiene que haber una norma que
expresamente autorice.
El llamado a licitación es un acto administrativo( declaración unilateral dictada en ejercicio de la fa
productora de efectos jurídicos individuales y directos) por lo cual se tiene que aplicar la LPA, y no como
dice la actora que no se tiene que aplicar porque el contrato administrativo esta regido por ley especial.

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En el procedimiento licitatorio existe vicio en la competencia, cuando el acto administrativo emana de un


órgano incompetente, que no tiene atribuciones en forma expresa o razonablemente implícita que
confieran la cn cp, tratados leyes reglamentos.
El órgano era entonces incompetente en razón de materia para poder llamar a licitación publica bajo el
derecho real de anticresis, el llamado a licitación es nulo de nulidad absoluta.
“Que es doctrina de esta Corte que los contratos públicos están sujetos a formalidades preestablecidas y contenidos
impuestos por normas que prevalecen sobre lo dispuesto en los pliegos, lo cual desplaza la plena vigencia de la regla
de la autonomía de la voluntad de las partes. La aplicación de este principio al caso conduce a concluir que el ente
licitante no pudo así insertar, en las bases de llamado a licitación 28/92, cláusulas que no respetaban las
disposiciones vigentes en materia de administración y disposición de bienes estatales.”

INGENIERA OMEGA
HECHOS: Ingenieria omega una empresa dedicada a la reparación, compraventa, exportación e importación
de aparatos médicos, y quirúrgicos, de servicios de hospitales clínicas, promueve demanda contra la
municipalidad de Ciudad de Buenos Aires, para obtener el pago de servicios prestados a partir de abril de
1990, en el Hospital Argerich. No se había hecho licitación publica
Primera instancia: condena a la demandada a abonar el importe de los trabajos. Alegando que era la
celebración de un contrato de suministro, que es una compraventa, por lo cual considero que corresponde
aplicar en subsidio con principios de derecho administrativo reglas de derecho privado.
La cámara confirmo, expreso que mas alla de que el contrato sea nulo, porque hubo una omisión de la
licitación publica cuando es requerida por ley*, vicia la nulidad absoluta el acto de adjudicación y por ende
el contrato celebrado con el contratista, la actora tiene derecho al pago que reclama por aplicación del
1052 del código civil, que obliga a las partes a la restitución de lo que han percibido en virtud del acto
anulado. Ademas CABA obtuvo beneficios, y sino sería un enriquecimiento sin causa.
* Para las contrataciones se servicios públicos y o suministros que se lleven a cabo por la Administración, se
tiene que aplicar el régimen de contrataciones del estado, por el cual deben hacerse previa licitación
publica, y en forma excepcional requerir a la contratación directa, licitación priva o remate publico
(23354/56) (que es lo que la demandada alega, que el contrato es nulo)
La recurrente (CABA) se agravia porque se habla de enriquecimiento, y la actora no probo el
empobrecimiento. Y porque la selección del contratista tenia que ser mediante licitación pública. Los
funcionarios que intervinieron no tenían competencia para disponer una contratación directa.
CORTE: Aborda el tema de la omisión de las formas esenciales para la celebración del contrato, porque
permiten dilucidar sobre la existencia de este.
“El tribunal ha sostenido que la validez y eficacia de los contratos administrativos se supedita al
cumplimiento de las formalidades exigirdas por las disoposiciones legales pertinentes en cuanto a la forma
y procedimientos de contratación”
El contrato que se dice celebrado, debe ser regido por el derecho publico, por lo que debe examinarse las
normas sobre contrataciones de la ex municipalidad de CABA leyes nacionales de obra publica 13064, de
contabilidad decreto ley 23354.
Articulo 9 de la ley 13064 t 55 de 23354 exigen las contrataciones de la comuna se hiciera por licitación
publica, y solo en forma excepcional la licitación privada y contratación directa en determinados supuestos,
supuestos que aca no se encuentran.
La actora no cumplió estas disposiciones, y tampoco se acredita existencia de circusntacias de emergencia
para aplicar la contratación directa

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La prueba de la existencia de un contrato administrativo, esta vinculado con la forma en que el contrato
quedo perfeccionado. La forma es un requisito esencial de la existencia. Esto es tanto en derecho admin y
privado, los contratos que tengan una forma determinada por la leyes no serán probados si no tuvieran la
forma prescripta.
No es posible admitir una acción basada en las obligaciones que derivaría de un supuesto contrato que de
haber sido celebrado no lo habría sido con las formalidades establecidas por el derecho administrativo local
para su formación.
Se deja sin efecto sentencia apelada.
LASER DISC ARGENTINA S.A C/ Mendoza corte originario
Laser disc reclama el pago de una suma de dinero que dice adeudarle el Instituto Provincial de la Cultura de
Mendoza, porque se le encomendó la preparación de distintos productos (cds dvds cd rom). LD dice que las
operaciones comerciales se realizaron después de cumplir con la licitación.
La provincia de Mendoza expresa que no está obligada a pagar. Reconoce que llamo a licitación privada (en
virtud de ley contabilidad del estado provincial) para contratar el servicio de grabación y edición de siete
producciones de CD en el marco de programa ‘’mendoza suena’’. Se publico el llamado en dia vb rios, y se
procedió a la apertura del único sobre. Laser disc no indicaba numero de cuit y ni estaba inscripto en el
Registro de Proveedores, y que había garantizado su oferta con el 1% cuando correspondía el 5%. Nunca
fue adjudicada, ni notificada, es una licitación inconclusa que no puede obligarla.
“El tribunal ha sostenido que la validez y eficacia de los contratos administrativos se supedita al
cumplimiento de las formalidades exigirdas por las disoposiciones legales pertinentes en cuanto a la forma
y procedimientos de contratación” La existencia del contrato administrativo esta vinculado con la forma en
que se perfecciona.
La corte fundamente que para que la licitación privada quede perfeccionada son requisitos exigibles: 1. La
adjudicación definitiva que es la que crea el derecho a favor del oferente elegido. 2 La notificación. Son
requisitos que se encuentran también establecidos en el pliego de condiciones generales de licitaciones de
Mendoza. Si no hay adjudicación y menos aun notificación el acto no queda formalizado, y el licitador no
puede obligar a la administración publica.
El actor pretende que se cumplan obligacion que derivan de un supuesto contrato celebrado sin las formas
establecidas por el derecho administrativa. Laser disc no esta legitimado para iniciar acción.

LIX KLETT SAIC s/ quiebra contra Bibiloteca Nacional- secretaria de la cultura de la Nacion s/cobro de
sumas de dinero
hechos: Lix Klett pretende el cobro de facturas derivadas de la prestación del servicio de operación de
mantenimiento de aire acondicionado, ventilaciones mecánicas, calderas, todo ello con seguro de
repuestos y personal propio en la Biblioteca Nacional por el periodo de 1996, y desde 1997 a 1999.
existieron contrataciones directas por servicios ejecutados en la Bilioteca nacional, entre Lix klett y el
ministerio de cultura y educación, en año 1992 y 1993
A partir del 97 la Biblioteca nacional paso a ser autárquica, y quedo bajo la órbita de la Secretaria de la
Cultura de la Nacion, dependendiente del PE. Lix Klett y el ente reconocieron que la relación continuo por
acuerdos verbales.
La inexistencia de instrumento contractual impide reconocer la vinculación que alega la actora. LK afirma
que la relación contractual continuo por acuerdo verbal entre las partes. Y que la demandada abono
periodos posteriores al vencimiento de la contratación administrativa original, y que no haya contratación
escrita conocida no enerva la procedencia del reclamo, porque se acredito por actos de ambas partes la
existencia de una prestación.
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De la prueba que surge, se establece que para la Biblioteca Nacional, solo fueron efectuadas las
contrataciones directas correspondientes a los periodos de 92 y 93. Los peritos no informaron la existencia
de contrataciones directas de los periodos reclamados.
Por tratarse de acuerdos verbales no se cumplieron los procedimientos sustanciales pertinentes ni se conto
con habilitación presupuestaria necesaria para atender al gasto, como lo exigen las normas.
La prueba de la existencia de un contrato administrativo se halla íntimamente vinculado con la forma en
que dicho contrato queda legalmente perfeccionado. La forma debe ser respetada, porque se trata de un
requisito esencial para su existencia
No se pudo probar del supuesto servicio brindado en 97 y 99, es mas se había acordado la cesación del
servicio del mantenimiento.
Lix klett también se agravia sosteniendo que la demanda jamás le rechazo las facturas, y que el decreteo
5720/72 establece que las contrataciones con el estado el plazo para el pago de facturas es de 30 dias y se
empieza a contar desde la conformidad definitivo. articulo 61 inciso 10.
Pero la corte opina que es un silencio de la administración por lo cual no debe ser considerado
manifestación positiva de voluntad.
En el caso no se cumplió con los procedimientos propios para las contrataciones con el estado, y la actora
no pudo acreditar la prestación del servicio. No se tramito la habilitación presupuestaria, y por ende no
hubo conformida de la autoridad para el pago de las facturas reclamadas. La intimación de las facturas son
infructuosas, corresponde silencio negativo.
No se hace lugar a Lix Klett.

● MARUBA S.C.A. C/ ESTADO NACIONAL (SECR. MARINA MERCANTE), 30/06/1998, CSJN


La sala II de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil y Comercial Federal, al confirmar la sentencia de primera
instancia, admitió la demanda promovida por la firma Maruba S.C.A. contra el Estado nacional (Ministerio de Obras y
Servicios Públicos, Secretaría de la Marina Mercante), y condenó a la demandada a pagar la suma de U$S
13.785.906,58 o su equivalente en pesos, de conformidad con lo previsto en la ley 23.928, más un interés del 8%
anual desde la notificación de la demanda hasta el 31 de marzo de 1991, y a partir de allí, y hasta la cancelación del
crédito, el interés previsto en el art. 6° "in fine" de la ley 23.982.

Contra tal pronunciamiento, la demandada vencida interpuso recurso ordinario de apelación que le fue concedido.

Mediante la ley 22.385, se dispuso la privatización de la Empresa Flota Fluvial del Estado y la venta de sus bienes,
condicionada de modo de mantener sin interrupción la prestación de los servicios que realizaba la empresa, entre
ellos el de remolque de maniobra en puertos de jurisdicción nacional, declarado servicio público por la ley 21.892,
cuyo art. 5° establece que para la determinación de las tarifas por la explotación del servicio, se atenderá a una
razonable rentabilidad del permisionario.

En dicho marco normativo, se efectuaron las licitaciones públicas 3/P-81 y 4/P-81, en las que la firma Maruba S.C.A.
Empresa de Navegación Marítima resultó adjudicataria de las agrupaciones de remolcadores de maniobra 3, 4, 5 y 8
correspondientes a los puertos de Campana, Diamante, Santa Fe, Villa Constitución y Quequén.

En los pliegos de cláusulas particulares para ambas licitaciones se determinó que la venta de las unidades se
realizaba con la obligación a cargo del adquirente de destinarlas en forma ininterrumpida a la prestación del
servicio público de remolque maniobra con sujeción a la normativa reglamentaria por el plazo mínimo de 10 años y
en su puerto de destino (art. 4°).

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La empresa inició la demanda de autos persiguiendo la indemnización de los perjuicios derivados del incumplimiento
contractual que imputó a la demandada.

Sostuvo que, durante la ejecución de los contratos, la ex Secretaría de Intereses marítimos y el Ministerio de Obras y
Servicios Públicos de la Nación modificaron las pautas tarifarias vigentes al momento de perfeccionarse aquéllos, y
que esas alteraciones sucesivas fueron deteriorando la ecuación económico-financiera del contrato y diluyendo
totalmente las expectativas de obtener una razonable rentabilidad como contrapartida a la prestación del servicio.

8. Que cabe recordar que la empresa Maruba S.C.A. --de acuerdo con lo establecido en los pliegos-- adquirió los
remolcadores correspondientes a las agrupaciones citadas con la obligación de prestar, en régimen de concesión, el
servicio público de remolque maniobra en los puertos mencionados.

9. Que, en todo régimen de prestación de servicios públicos por medio de concesionarios --como el que vinculó a las
partes-- las tarifas son fijadas, aprobadas o verificadas por el poder público conforme a lo que disponen la ley o el
contrato, atribución que tiene en mira consideraciones de interés público, tales como asegurar la prestación del
servicio en condiciones regulares y la protección del usuario.

10. Que, en efecto, en este marco y en atención a la finalidad perseguida, la responsabilidad del Estado concedente y
su autoridad no se detienen en el momento del otorgamiento de la concesión y, por ello, resulta ilegítima la
pretensión de que un régimen tarifario se mantenga inalterado a lo largo del tiempo si las circunstancias imponen
su modificación, ya que ello implicaría que la Administración renunciara ilegítimamente a su prerrogativa de
control de la evolución de las tarifas y, en su caso, de la necesidad de su modificación, y, por otra parte, afectaría el
principio de igualdad en la licitación, ya que los demás oferentes, al momento de presentarse en aquélla, tuvieron en
cuenta las pautas de posible modificación tarifaria posterior, y sobre esas condiciones efectuaron sus propuestas.

Las atribuciones de la Administración Pública en materia de tarifas no se ejercen en forma discrecional, sino sujetas a
la demostración objetiva del fundamento de las modificaciones que se efectúen, circunstancia que la cámara
entiende que no se ha cumplido debidamente en el caso.

Al momento de celebrarse los contratos de autos, las tarifas vigentes estaban establecidas por la res. de la Secretaría
de Estado de Intereses Marítimos 136/81 y, a contrario de lo sostenido por el a quo, las posteriores resoluciones de la
misma y del Ministerio de Obras y Servicios Públicos dictadas en esa materia durante la ejecución del contrato, se
hallan suficientemente motivadas en orden a justificar las modificaciones tarifarias por ellas establecidas.

Que, en efecto, en ellas se hace referencia a la necesidad de dotar al servicio de una economicidad y flexibilidad
acorde con las necesidades de la actividad portuaria; a la ponderación de la distinta evolución observada entre el tipo
de cambio y los índices de precios internos, que rigen para los ingresos y costos respectivamente; a la necesidad de
satisfacer tanto los intereses de las empresas prestatarias como los de los usuarios, a la variación de los componentes
del costo de operación del servicio; y al objetivo de mantener la relación costos e ingresos de los permisionarios.

Que, sin embargo, aun cuando las tarifas no constituyen un precio único e inmutable para regir durante todo el
tiempo de la concesión, el concesionario tiene derecho a reclamar la indemnización correspondiente en el caso de
que los nuevos precios alteren la ecuación económico-financiera de la concesión.

En el caso, para la determinación de las tarifas, la autoridad de aplicación estaba obligada a asegurar que el
concesionario obtuviera una "razonable rentabilidad" por la explotación del servicio (confr. art. 5°, ley 21.892), pauta
que atenuaba sensiblemente el riesgo empresario, y que la actora aceptó al realizar sus ofertas, momento en el que
expresó que conocía y prestaba conformidad a la totalidad de los documentos y condiciones que integraban los
pliegos de las licitaciones (fs. 127/131 lic. 3/P-81 y 202/205, lic. 4/P-81) y, en consecuencia, al régimen normativo al
que se sometía.

En tales condiciones, para ser resarcida, la actora debió acreditar el perjuicio que dice haber sufrido, exigencia con la
que no cumplió, ya que del informe pericial contable surge que, si bien las resoluciones que modificaron las pautas
tarifarias originarias produjeron "un cierto menoscabo" de la rentabilidad empresaria, los ingresos obtenidos por la
empresa por la explotación de las concesiones de los servicios de remolque maniobra por el período comprendido
entre noviembre de 1981 y noviembre de 1991, es decir, por el tiempo original en el que se extendía la concesión,
habrían sido razonables.

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Que, en atención a tales conclusiones, carece de fundamentación la sentencia de la cámara mediante la que se hizo
lugar a la demanda.

Carece también de fundamentos la decisión de la cámara en cuanto expresó que, en el caso, debía entenderse que la
ecuación económico-financiera constituía un concepto más amplio que el de razonable rentabilidad, dado que se
configuraba una relación obligacional compleja.

La actora sostuvo que el contrato implicaba una compraventa de embarcaciones al Estado para la prestación del
servicio público, y que por ello debía ponderarse el mantenimiento de la aludida ecuación teniendo en cuenta no
sólo la "razonable rentabilidad" a que alude el art. 5° de la ley 21.892, sino también el precio abonado por los
remolcadores.

Esa argumentación carece de entidad, en primer lugar porque, en el caso, no se pactó procedimiento alguno que
relacionara la compra de los artefactos navales con el funcionamiento económico de la actividad a que iban a ser
destinados. Por otra parte, la alegación de la actora acerca de que abonó por los buques un precio superior al valor
de tasación de los remolcadores en su conjunto --con lo que, cabe señalar, obtuvo una mejor posición para resultar
adjudicataria en las licitaciones-- no puede hacer perder de vista que la tarifa razonable cuya percepción se garantizó
se calculaba sobre la base de una normal y racional prestación del servicio que, por ende, no cubría el riesgo que la
actora --que contaba con suficiente especialización en la materia-- voluntaria y conscientemente asumió al abonar
el precio de los barcos.

Por último, no corresponde asignar el alcance otorgado por el a quo a la nota remitida a la comitente por la empresa
Maruba S.C.A., ya que, mediante ella, no podrían haberse variado legítimamente los aspectos contractuales de la
relación y menos aún su contenido reglamentario, en el que se encuadraba --en el caso de autos-- el poder de fijar y
modificar las tarifas.

Que la comitente no haya respondido, debe analizarse a la luz de que el silencio de la administración no vale como
consentimiento tácito de los órganos estatales, pues salvo disposición expresa del orden normativo, el silencio debe
ser interpretado en sentido negativo. Nada debe tomarse como concedido sino cuando es dado en términos
inequívocos o por una implicancia igualmente clara. La afirmación necesita ser demostrada, el silencio es negación y
la duda es fatal para el derecho del concesionario.

Por ello, se revoca la sentencia apelada, con costas en todas las instancias.

● PETERSEN THIELE Y CRUZ C/ CÁMARA DE DIPUTADOS DE LA NACIÓN, 07/10/2003, CSJN


Contra la sentencia de la Sala V de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Contencioso Administrativo Federal
(fs.1065/1070), que confirmó el fallo de primera instancia que había declarado procedente la exceptio non rite
adimpleti contractus interpuesta por la demandada, las actoras dedujeron el recurso ordinario de apelación, que fue
concedido y fundado.

(“El art. 43 de la ley 13.064 faculta a suspender la recepción provisional “si las obras no estuviesen ejecutadas con
arreglo a las condiciones del contrato”, pero no obliga a hacerlo. En consecuencia, se puede recibir la obra
provisionalmente y aclarar que hay trabajos pendientes, sin que la mentada recepción permita inferir la escasa
entidad de aquéllos.”

La excepción de contrato no cumplido adecuadamente (exceptio non rite adimpleti contractus), es aquella que
tiene lugar cuando el demandante solo ha cumplido su prestación parcialmente o de manera defectuosa,
pudiendo el demandado rehusar el cumplimiento de su contraprestación hasta que sean rectificados los defectos o
cumplidas las obligaciones íntegramente.)

HECHOS: En la sentencia apelada se reseñó que las actoras y la Cámara de Diputados de la Nación celebraron un
contrato de obra pública para la construcción de un anexo de la última, en el inmueble situado en la Avda. Rivadavia
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en su intersección con la calle Riobamba. El a quo destacó que, cuando la obra se hallaba casi construida en su
totalidad, se firmó un acuerdo, el 2 de septiembre de 1986, en el cual se convino que la parte contratista se
comprometía a realizar los trabajos y observaciones pendientes "que se detallan en el Anexo I dentro del plazo de
sesenta días a partir de la fecha". Se pactaba a renglón seguido que "concluidos dichos trabajos y certificados por la
Dirección de Obras, se procederá a la prosecución del trámite de pago del certificado final de obra...etc.". Según el a
quo, "existe acuerdo entre las partes y surge de las constancias del expediente, que dichos trabajos no fueron
cumplidos en momento oportuno y, más aún, que tampoco se llevaron a cabo hasta el presente", razón por la cual al
momento de la demanda las actoras no habían cumplido las obligaciones por ellas asumidas en el acta del 2 de
septiembre de 1986 y nada les debía la comitente según ese convenio.

Según la cámara, fue solo con posterioridad al momento indicado precedentemente (es decir, cuando las actoras ya
estaban en mora) que nació una deuda a cargo de la comitente a la luz de la normativa de los decretos 1618/86,
1619/86 y 1620/86. El pago de dicha deuda se convino (acuerdo del 28 de enero de 1988) en diez cuotas y las actoras
han cobrado la casi totalidad: falta sólo la 10a. y un saldo por atraso en el pago de la 9a.

Sobre la base fáctica indicada, el a quo estimó que la excepción de incumplimiento parcial pudo ser opuesta por la
demandada pues las actoras habían caído previamente en mora (el 2 de noviembre de 1986) respecto de las
obligaciones reconocidas en el convenio del 2 de septiembre de 1986 (incumplidas hasta la fecha) y esa mora, no
purgada, las inhabilitaba para hacer valer la de la contraria (arts. 510 y 1201 del Código Civil).

Los agravios de las actoras no logran desvirtuar los fundamentos del fallo apelado.

El primero de aquéllos aduce que para que la exceptio mencionada en el considerando 1° pueda funcionar, debe
haber prestaciones correlativas. En el caso no las habría porque lo debido en función del acuerdo (o transacción)
celebrado en el marco de los decretos 1618/86 y siguientes eran "daños y perjuicios" (atraso en el pago de
determinados períodos).

El agravio se refuta aun desde la misma perspectiva de las demandantes. Los alegados "daños" son derivaciones
de las prestaciones contractuales nacidas del contrato de obra pública y, como tales, funcionan como sucedáneo
del objeto obligacional.

No procede, entonces, el intento de convertir al acuerdo citado en una especie de título ejecutivo escindido del
contrato de obra pública: es sólo a la luz de este último que aquél puede ser entendido y es a las obligaciones
contractuales a las que se refiere.

Queda claro, entonces, que existe la correlatividad que las recurrentes impugnan.

Finalmente, que los trabajos no fueron hechos y que se realizaron varias gestiones con resultado negativo,
constituyen aserciones específicas del a quo que no fueron adecuadamente contradichas en el memorial de la parte
actora.

Por fin, las apelantes se interrogan por qué la demandada suscribió el acuerdo del 28 de enero de 1988 y no opuso
en ese momento la exceptio, si fuera cierto (como dice el fallo apelado) que las demandantes le debían las obras del
Anexo I.

En primer lugar, que el comitente cumpliera con las obligaciones que nacieron el 28 de enero de 1988 no pudo tener
como efecto la purgatio morae (Definición de Purgatio morae: La mora desaparecía con la oferta de pago del deudor
o si el acreedor aceptaba un nuevo plazo de pago) de las otras obligaciones, nacidas del convenio del 2 de
septiembre de 1986, que recaían sobre los contratistas.

Por otra parte, bien pudo la demandada interpretar que, en un principio, no había adecuada proporción entre las
obras pendientes de las actoras (de morosidad no purgada) y las obligaciones que a cargo de la primera ponía el
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acuerdo del 28 de enero de 1988, celebrado en el marco de los decretos a los que se acogieron las demandantes.
Después, sin embargo, cumplidas que fueron ("en su gran mayoría", como lo reconocen las actoras) las cuotas del
convenio de 1988, parece adecuado a la economía del contrato de obra pública que se supedite lo que faltaría (por
hipótesis) abonar a la demandada, al previo cumplimiento por parte de las actoras de lo que está a su cargo.

Por todo lo expuesto, se resuelve: A) Confirmar la sentencia apelada; B) Imponer las costas de esta instancia a las
actoras apelantes.

● CINPLAST I.A.P.S.A. C/ E.N.TEL., 02/03/1993, CSJN


Resumen muy corto para entender el tema: En la causa “Cinplast S.A c/ ENTEL” la CSJN se refiere a las cláusulas
exorbitantes, pero no como un criterio alternativo conformante del contrato administrativo sino como un mero efecto natural del
carácter administrativo del contrato.

En virtud de pronunciarse sobre la excepción de incumplimiento (exceptio non adimpleti contractus) opuesta por un particular,
la corte afirmó que el objeto del contrato era la prestación de un servicio destinado a cumplir un fin público
(telecomunicaciones), por lo que no procedía dicha excepción si no se justificaba una “ razonable imposibilidad” de poder
cumplir.

La licitación de suministro en el caso, deriva en un contrato sujeto a principios del derecho administrativo, por cuanto una de las
partes es una persona jurídica estatal su objeto esta constituido por un fin público o propio de la administración y contiene,
explícita o implícitamente cláusulas exorbitantes del derecho privado.

HECHOS: La empresa Cinplast IAPSA resultó adjudicataria de la licitación pública N° 250-P/83 abierta por ENTEL, por
cual se solicitaba presupuesto para la adjudicación de tubos PVC rígidos y otros accesorios. Se pactó un precio
unitario, se acordó la división en seis entregas mensuales y consecutivas de 24.350 unidades y, respecto a los precios
establecidos, quedó fijado el reajuste o indexación de consuno a una cláusula de variabilidad.

La adjudicataria, en el mes de junio de 1984, reclamó de ENTEL la regularización de los pagos atrasados, en razón de
haber efectuado las entregas previstas y del desequilibrio financiero que ello provocaba en la empresa por las
variaciones bruscas del precio de la materia prima y la notoria escasez de financiación. Posteriormente solicitó una
prórroga de treinta días para la entrega de los materiales, dejando constancia que dicho plazo se extendería a partir
de la fecha en que el obligado se pusiera al día con los pagos de facturas y mayores costos pendientes, sin que
pudieran producirse los efectos previstos en el Art. 115 del Reglamento de Contrataciones.-

Invocando el cumplimiento y la mora de ENTEL, la empresa Acinplast -Luego Cinplast - declara resuelto el contrato,
con reserva de reclamar daños y perjuicios e intereses derivados del incumplimiento y los importes de las facturas
pendientes reajustadas y mayores costos abonados fuera de término. Las tentativas de reanudación del suministro
resultaron un fracaso, y, aunque ciertos condicionamientos de la adjudicataria fueron aceptados por ENTEL, aquella
ratificó la resolución contractual por carta documento (ídem fs. 210). Ante esa situación la empresa licitante resolvió
declara parcial y formalmente rescindido el contrato en la parte no cumplida, de acuerdo a lo dispuesto en el Art. 89
del Reglamento de Contrataciones.

La actora fundó su pretensión en la forma sorpresiva utilizada por ENTEL para resolver parcialmente el contrato, y,
sustentando su tesitura en preceptos del derecho común (Arts. 509, 1197, 1198 y 1201 del Código Civil), adujo que,
en definitiva, debía aplicarse el Art. 1204 del Código Civil -y el correlativo Art. 216 del código de comercio- que lo
facultaban a resolver el negocio ante el incumplimiento de la otra parte.-

La decisión de primera instancia hizo lugar parcialmente a la demanda, condenando a ENTEL al pago de las sumas
adeudadas por la mora respecto de las prestaciones cumplidas, sin atender el resto de los reclamos. Apelada la
sentencia por ambas partes, la alzada confirmó la sentencia en cuanto fue materia de recurso por la actora y la
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modificó respecto a las costas. Ello dio motivo al recurso ordinario interpuesto por la actora que ahora debe ser
considerado.-

Para así resolver, el fallo apelado sostuvo que el contrato se encuentra sometido al derecho público y que la exceptio
non adimpleti contractus (Definición: Excepción de contrato no cumplido. Es aplicable al caso de que, en los
contratos bilaterales, una de las partes no cumpla con su prestación o no se allane a cumplirla simultáneamente;
entonces, por esta exceptio, la otra puede abstenerse de cumplir la suya. ) puede ser opuesta por la contratista si
existe prueba de una razonable imposibilidad de cumplir con las obligaciones impuestas, frente al incumplimiento
de pago por la Administración, entendiendo que esa situación no se presentaba al momento en que la actora
dispuso la rescisión del acuerdo.

Por otra parte, la licitación de suministros necesarios para la prestación del servicio público a cargo de ENTEL
-provisión de caños para canalización subterránea- deriva en un contrato sujeto a los principios de derecho
administrativo.

En principio, en tales contratos una de las partes intervinientes es una persona jurídica estatal, su objeto está
constituido por un fin público o propio de la administración y contiene, explícita o implícitamente, cláusulas
exorbitantes del derecho privado.

La sentencia, en suma, valoró adecuadamente la gravitación del carácter administrativo del contrato entre ENTEL y la
actora en consideración a su objeto, esto es, la prestación de un servicio destinado a cumplir el fin público de las
telecomunicaciones. La prestación a cargo del cocontratante tiene, en el caso, relación directa e inmediata con obras
de ampliación de la red telefónica nacional, de modo que toda suspensión en el suministro ocasionaría serios
inconvenientes al normal desarrollo del plan de obras.

El agravio respecto a la pretensión principal -declaración judicial de la resolución y relación con los daños y
perjuicios- insiste en que la actora se vio en la necesidad ineludible de resolver el contrato y ello mediante
argumentos irrelevantes. No es cierto que hubiera contratado con ENTEL en compra directa -porque hubo licitación
para seleccionar el contratista- y que ello implicara poner en marcha una sección de la fábrica y toda una
organización para satisfacer el suministro, por se una cuestión obvio e ínsita del riesgo empresario, sobre la cual, en
todo caso, debió meditar antes de contratar.

No es ocioso recordar que todo contrato -sea cual fuere su naturaleza- debe celebrarse, interpretarse y ejecutarse
de buena fe y de acuerdo a lo que las partes entendieron o pudieron entender, obrando con cuidad y previsión,
principios aplicables al ámbito de los contratos regidos por el derecho público.

En lo que hace a la omisión de considerar la inconstitucionalidad del Art. 110 de la res. 349/78, carece de razón el
apelante. No obstante lo abstracto de la cuestión por el juicio que merece el recurso, la omisión de pronunciamiento
en punto a la norma aludida -cuya nulidad se pidió en la demanda- resulta una reflexión tardía en sede judicial, pues
el cocontratante se adhirió a las cláusulas prefijadas en la licitación sin formular protesta. La falta de reserva del
interesado al perfeccionarse el acuerdo obsta a que se alteren los términos de éste por vía jurisdiccional. Si hubo
pacífico sometimiento en la instancia administrativa con referencia a la demora en el pago y liquidación de intereses,
la conducta contraria y posterior de la actora importa volver sobre sus propios actos.-

Por ello, se confirma la sentencia apelada de fs. 901/907 vta. Con costas a cargo de la recurrente.

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