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UNIDAD 1

1- Antonio Barillari s.a C/PROV. BS AS


Antonio Barillari S.A., empresa pesquera que opera buques autorizados para la captura de merluza y otras especies
en aguas nacionales, promovió acción declarativa, en los términos del art. 322 del Código Procesal Civil y Comercial
de la Nación, contra la Provincia de Buenos Aires, a fin de obtener que se declare la inconstitucionalidad de la
resolución 524/04 de la Subsecretaría de Actividades Pesqueras dependiente del Ministerio de Asuntos Agrarios.
Cuestionó dicha resolución en cuanto le impide transportar los pescados y mariscos frescos que obtiene en el mar
argentino (más allá de las 12 millas) y desembarca en puertos de la Provincia de Buenos Aires, destinados a otras
jurisdicciones -esto es, a Comodoro Rivadavia y a Caleta Olivia, donde también se encuentran. sus plantas
industriales-, imponiéndole como condición que su procesamiento debe hacerse previamente en los
establecimientos industriales habilitados efecto y radicados en el territorio de la provincia demandada. Asimismo,
señaló que, con fundamento en esa resolución cuestionada, la Dirección de Fiscalización de Pesca de aquel
Ministerio le negó la guia de tránsito que necesita para transportar productos pesqueros desde la Provincia hacia
otras jurisdicciones. Por lo tanto, indicó que el accionar de la Provincia de Buenos Aires afecta su derecho a la libre
circulación interprovincial de mercaderias y su libertad de trabajar y comerciar, conculcando los arts. 9', 10, 11, 12,
14, 17,75, incs. 13) y 18), Y 126 de la CN y los arts. 3'Y4' de la ley nacional 24.922 que establece el Régimen Federal
de Pesca, al prohibir que la captura realizada en jurisdicción federal, más allá de las 12 millas marinas, y
descargadas en puertos bonaerenses pueda circular libremente dentro del país. Por último, solicitó la concesión de
una medida cautelar innovativa a fin de que se disponga la inaplicabilidad la resolución 524104 y se ordene emitir
las guias de tránsito que posibiliten el transporte de los productos pesqueros desde la Provincia de Buenos Aires
hacia otras provincias.
La Provincia de Buenos Aires contestó demanda y solicitó su rechazo. En primer lugar, sostuvo que no se
'configuran los presupuestos para que proceda la acción declarativa, en particular porque, en rigor de verdad, no
hay un estado de incertidumbre en cuanto a la existencia, alcance o modalidad dé la relación jurídica existente
entre las partes, y con las decisiones adoptadas por la Administración, ya sea por medio del procedimiento
administrativo o bien mediante una demanda de inconstitucionalidad que prevé el art, 682 CPCCBA. Por otra parte,
manifestó que es erróneo el argumento esgrimido en la demanda, en cuanto a que la resolución 524/04 es
contraria a la ley nacional 24.922 del Régimen Federal de Pesca, por cuanto el propósito de la primera es promover
la tutela de los intereses de la comunidad bonaerense, preservando los recursos ictícolas, la mano de obra local y la
equidad respecto de otros estados provinciales. Pnntnaliz6 que la norma cuestionada no transgrede la cláusula
comercial, ni restringe la circulación de los recursos pesqueros pues, si bien es cierto.
Le corresponde al Congreso de la Nación la facultad de regular el comercio interprovincial e internacional, también
es real que dicha potestad no puede ser confundida con el poder de p olicía de las provincias. En consecuencia,
afirmó que la resolución 524/04 ha sido dictada por Bs As en uso de sus atribuciones no delegadas, en virtud de lo
previsto en el arto 121 de la CN con la finalidad de promover la industrialización y el progreso e conómico en el
territorio provincial. Clausurado el periodo probatorio, la Provincia presentó su alegato, V.E. dispuso correr vista a
este Ministerio Público. La admisión de que en la especie concurren los presupuestos de la acción merarilente
declarativa, en especial el estado de incertidumbre respecto de los alcances de la relación jurídica concreta y del
interés suficiente en el accionante, constituye el primer obstáculo a la viabilidad de la defensa intentada por la
demandada.
La resolución 524104 de la Subsecretaria de Actividades Pesqueras (Ministerio de Asuntos Agrarios de la Provincia
de Buenos Aires) de que los pescados y mariscos que se descarguen en puertos de la Provincia de Buenos Aires no
podrán salir de su territorio sin que previamente sean procesados en plantas radicar dentro del territorio
provincial, resultan violatorias de las disposiciones de los arts. 9°, 10, 14, 17,75 inc. 13) y 18), entre otros, de la CN.
La "cláusula comercial" consagrada en el arto 75, inc. 13), de la Ley Fundamental, que se aprobó por unanimidad de
los congresales según constancias de las actas, es una réplica, en lo esencial, de la correspondiente a la
Constitución federal norteamericana, aunque las potestades reconocidas al Congreso Nacional respecto del
comercio son aún más amplias que las de su modelo del norte, desde que el inc. 13) del mismo artículo lo faculta a
dictar el código respectivo, extremo que no acontece en los Estados Unidos. Pero, además, el tema se ratifica con
lo dispuesto en el arto 126, que prohíbe a las provincias "expedir leyes sobre comercio o navegación interior o
exterior. V.E. también ha consagrado, como su par norteamericana, una constante' jurisprudencia tendiente a
interpretar de manera amplia los alcances de la "cláusula comercia". También ha dicho, en ese orden de ideas, que
el control del transporte, como elemento esencial del comercio, incluye no sólo el relativo a la propiedad ,en
cualesquiera de sus manifestaciones, tranvías, camiones, telégrafos, teléfonos, buques, aviones, ónmib us, etc., sino
también las personas y las relaciones jurídicas derivadas del mismo transporte cuando éste tiene lugar entre
habitantes de diferentes estados
Todo esto implica .que deberla haber cierta uniformidad en los reglamentos de comercio de todos los puertos, sin
que por medio de leyes especiales pueda establecerse una primacía o preeminencia de un puerto en detrimento o
en perjuicio de otro, pues es sabido que no pueden los Estados provinciales invocar la titularidad territorial para
poner trabas de índole alguna a [as actividades que, en su esencia, se vinculan al tráfico interprovincial e
internacional.
Ninguna provincia podia tener el poder de dañar a otra estableciendo derechos ínfimos de tránsito, internación o
tonelaje, de modo de atraer al extranjero.
Considero que la empresa actora se vio obstaculizada en su propósito de comerciar, toda vez que la r~soluci6n
cuestionada condiciona el otorgamiento de las guias de transito necesarias para el transporte de productos
pesqueros fuera del territorio provincial, al procesamiento del pescado capturado en establecimientos industriales
bonaerenses. Ello afecta, sin lugar a dudas, la libre circulación de mercaderías y la libertad de trabajar y comerciar,
al restringir el traslado de la mercancía hacia otros estados provinciales, 'en los que la actuara posee plantas
procesadoras. En efecto, contrariamente a lo sostenido por la demandada, considero que su pretensión de que los
productos que ingresen en los puertos se comercializan en el ámbito de la Nación d e aquellas empresas pesqueras
que cuenten con permisos de pesca otorgados por la autoridad nacional, o trasciende los límites de la competencia
provincial para proyectarse en la regulación del comercio interprovincial, en violación a lo previsto en el art. 75, inc.
13), de la Constitución Nacional. Las facultades de las provincias, por importantes y respetables que sean, no
justifican la prescindencia de la solidaridad requerida por el destino común de los demás estados autónomos y de
la Nación toda. En tal sentido y con relación a los temas que ahora se debaten, el Tribunal ha señalado que si bien
es cierto que todo aquello que involucre el peligro de limitar las autonomías provinciales ha de instrumentarse con
la prudencia necesaria para evitar el cercenamiento de los poderes no delegados, no lo es menos que el ejercicio
por parte de la Nación de sus facultades propias no puede ser enervado por aquéllas, so pena de convertir en
ilusorios los propósitos y objetivos de las citadas facultades, que radican en l a necesidad de procurar eficazmente el
bien común de la Nación toda, en el que necesariamente se encuentran engarzadas y participan las provincias. Por
lo demás, es del caso mencionar que la no cuestionada no puede legitimarse en el poder de policía conced ido a la
autoridad provincial, ya que aquél no constituye una fuente para ampliar las atribuciones del poder local frente al
nacional
2- Molinos Río de La Plata S.A c/ BS AS
Molinos Río de La Plata S.A., con domicilio en la Capital Federal, por sí y en re presentación de Congelados del Plata
S.A. (entidad a la que absorbió por fusión), en su carácter de empresa que se dedica a elaborar productos
alimenticios, entre ellos, los de origen animal, promueve demanda, en los términos del Artículo 322 del Código
Procesal Civil y Comercial de la Nación, contra la Provincia de Buenos Aires, a fin de obtener una declaración de
certeza respecto de la vigencia, validez y aplicación del Decreto del PEN Nº 815/99, modificatorio de la Ley Nº
18.284 (Código Alimentario Nacional -CAA), que establece la competencia del Servicio Nacional de Sanidad y
Calidad Agroalimentaria (SENASA), para otorgar los registros de los productos de origen animal de tránsito federal
o interjurisdiccional.
Manifiesta que los productos de ese origen que elabora, han efectuado el proceso de registro y autorización ante el
SENASA, por lo que tiene el derecho de comercializarlos en todo el país, sin perjuicio de que las autoridades de las
jurisdicciones de destino ejerzan la facultad de verificar sus condiciones higiénicas sanitarias y el control de rótulos.
No obstante, señala que la Dirección del Laboratorio Central de Salud Pública, que depende del Ministerio de Salud
Pública y Acción Social de la demandada, se niega a acatar el citado decreto de carácter federal, pretendiendo -a su
entender, en forma arbitraria, irrazonable e ilegítima- efectuar dicha registración, bajo amenaza de aplicarle
sanciones, con lo cual se arroga funciones que no tiene y viola los principios de razonabilidad (Artículo 28), de
seguridad, de legalidad y el derecho de propiedad (Artículo 17) garantizados por la Constitución Nacional.
En virtud de lo expuesto, a fin de hacer cesar el estado de incertidumbre que tal contradicción le produce, de evitar
la duplicidad de registros y la doble imposición por idéntico servicio, como así también todos los perjuicios
económicos, operativos y administrativos que le ocasiona, es que ha decidido entablar esta demanda.
Por ello, solicita que se decrete una medida cautelar de no innovar, por la cual se ordene a la demandada
abstenerse de aplicar todo criterio que contradiga lo dispuesto en el Decreto del PEN Nº 815/99, como así también
de confeccionar actas de infracción, imposición de multas, prohibición de comercializar etc., hasta tanto se dicte
sentencia definitiva en el proceso. VE corre vista, por la competencia, a este Ministerio Público.
A mi modo de ver, este proceso corresponde a la competencia originaria de la Corte, según el Art 117 de la CN y el
Art 24, inc. 1º, del Decreto Ley Nº 1.285/58.
Ello es así toda vez que, uno de los supuestos en que procede la competencia originaria de la Corte, en los casos en
que se demanda a una Provincia, es si la acción entablada tiene manifiesto contenido federal, esto es, cuando la
pretensión se funda directa y exclusivamente en prescripciones constitucionales, en tratados con las naciones
extranjeras y en leyes nacionales, de tal suerte que la cuestión federal sea la predominante en la causa.
Acción respecto a productos de origen animal, tal circunstancia implica que la presente acción declarativa de
certeza se encuentre entre las especialmente regidas por la Constitución a las que alude el Artículo 2, inc. 1º, de la
ley 48, ya que versa sobre el preservamiento de las órbitas de competencias entre las provincias argentinas y el
Gobierno federal que determina nuestra Ley Fundamental.
En mérito a lo expuesto, opino que, cualquiera que sea la vecindad de la actora, este proceso debe tramitar ante
los estrados del Tribunal.
Autos y Vistos; Considerando:
1°) Que Molinos Río de la Plata S.A., por sí y en representación de Congelados del Plata S.A., entidad absorbida por
la primera, en su carácter de empresa que se dedica a elaborar productos alimenticios de origen animal, entre
otros, promueve demanda contra la Provincia de Buenos Aires a fin de obtener una declaración de certeza respecto
de la vigencia, validez y aplicación del Decreto del PEN Nº 815/99, que establece la competencia del Servicio de
Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA) para otorgar los registros de los productos de origen animal de
tránsito federal o interjurisdiccional (Art 13).
Manifiesta que ha obtenido el registro y la autorización de los productos ante el SENASA, por lo que tiene el
derecho a comercializarlos en todo el país sin perjuicio de que las autoridades de las jurisdicciones de destino
ejerzan la facultad de verificar sus condiciones higiénico - sanitarias y el control de rótulos.
No obstante ello, señala que la Dirección del Laboratorio Central de Salud Pública provincial se niega a acatar el
citado decreto pretendiendo efectuar a su vez la propia registración, arrogándose, de ese modo, funciones que se
encuentran exclusivamente encomendadas al organismo nacional.
En virtud de ello, expone, y frente a la expresa negativa a acatar el decreto federal, a fin de hacer cesar el estado de
incertidumbre que tal contradicción le produce, y de evitar la duplicidad de registros y la doble imp osición por
idéntico servicio, así como también todos los perjuicios económicos, operativos y administrativos que ello le
ocasiona, es que ha decidido entablar esta demanda.
2°) Que la presente causa corresponde a la competencia originaria del Tribunal de acuerdo a los fundamentos
expuestos por la señora Procuradora Fiscal subrogante en el dictamen que antecede, a los que cabe remitirse
brevitatis causa.
3°) Que la actora solicita una medida cautelar a fin de que la demandada se abstenga de aplicar todo cri terio que
contradiga lo dispuesto en el Decreto PEN Nº 815/99, y en consecuencia confeccionar actas de infracción,
imposición de multas y la prohibición de comercializar hasta tanto se dicte sentencia definitiva en el proceso.
4°) Que esta Corte ha establecido que si bien, por vía de principio, medidas como las requeridas no proceden
respecto de actos administrativos o legislativos habida cuenta de la presunción de validez que ostentan, tal
doctrina debe ceder cuando se los impugna sobre bases prima facie verosímiles.
5°) Que asimismo ha dicho en que "como resulta de la naturaleza de las medidas cautelares, ellas no exigen de los
magistrados el examen de la certeza sobre la existencia del derecho pretendido, sino sólo de su verosimilitud. Es
más, el juicio de verdad en esta materia se encuentra en oposición a la finalidad del instituto cautelar, que no es
otra que atender a aquello que no excede del marco de lo hipotético, dentro del cual, asimismo, agota su
virtualidad".
En el presente caso resultan suficientemente acreditadas la verosimilitud en el derecho y la configuración de los
presupuestos establecidos en el inc. 2 ° del Art 230 del CPCCN para acceder a la medida pedida.
Por ello, se resuelve: I. Declarar que la presente causa corresponde a la competencia originaria de la Corte Suprema
de Justicia de la Nación. II. Correr traslado de la demanda a la Provincia de Buenos Aires por el término de sesenta
días. Para su comunicación al gobernador y al fiscal de Estado líbrese oficio al juez federal en turno de la ciudad de
La Plata. III. Decretar la medida cautelar, y, en consecuencia, hacer saber a la Provincia de Buenos Aires que deberá
abstenerse de exigir a la actora, con fundamento en el Art 3° de la Ley Nº 18.284, otra registración que no sea la
dispuesta en el Decreto Nº 815/99 del PEN (Art 13, inc. c) en relación a los productos de origen animal de
tránsito interjurisdiccional o federal elaborados en la Provincia de Buenos Aires hasta tanto se dicte sentencia
definitiva en estas actuaciones.
3- Frascalli, José E. v. Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria

DICTAMEN DEL PROCURADOR GENERAL DE LA NACIÓN.- La Cámara Federal de Apelaciones de Mendoza, al


denegar el recurso de apelación deducido por el SENASA, confirmó la sentencia de primera in stancia, que había
hecho lugar al amparo promovido por José E. Frascalli para que ordene al citado organismo que se abstenga de
sacrificar los animales de su propiedad (art. 11 Ver Texto resolución del administrador general del SENASA, hasta
tanto sean controlados y se certifique que han cumplido las disposiciones legales vigentes.
Para así decidir sus integrantes, en cuanto a la admisibilidad de la vía elegida por el actor, entendieron que la
determinación del SENASA. de sacrificar los 84 caprinos por habe r sido trasladados sin el correspondiente
"Documento para el Tránsito de Animales" (DTA.) que exige la legislación sanitaria constituye una amenaza cierta e
inminente a los derechos del accionante, cuya entidad justifica la tutela judicial a través de la acción de amparo.
En cuanto al fondo de la cuestión, aclararon que en el sub lite no se debate la constitucionalidad de las normas que
autorizan al SENASA. a sacrificar animales sino, antes bien, si tal facultad es ejercida razonablemente por dicho
organismo. Desde esa perspectiva, consideraron que, sin perjuicio de la competencia del SENASA. para realizar la
vigilancia epidemiológica, la disposición de sacrificarlos en el caso no era razonable, toda vez que la única falta
constatada había sido el transporte de animales sin guía -DTA.-, pues no se verificó que los caprinos interdictos se
encontraran infectados.
Sostuvieron, así, que se configura el requisito para que prospere el amparo, al existir un acto de autoridad pública
que lesiona en forma actual o inminente con arbitrariedad o ilegitimidad manifiesta, toda vez que el SENASA. Había
actuado en exceso de competencia, al establecer reglamentariamente medidas que permiten disponer de la
propiedad ajena y por la carencia de proporcionalidad entre la sanción y la falta imputada.
Destacaron que si el decreto 643/1996 reglamentario del Programa Nacional de Lucha Contra la Fiebre Aftosa
aprobado por la ley 24305 atribuye al SENASA. únicamente la facultad de ordenar el sacrificio de animales cuando
estén enfermos o sean susceptibles o expuestos al contacto con el virus de la fiebre aftosa, la resolución SENASA.
1410/2000 debe ser interpretada en el sentido de que ante la falta de documentación que acredite la totalidad de
los animales existentes sólo podrían ser sacrificados cuando ello "implique alto riesgo sanitario" (art. 1), ya que las
acciones a adoptarse son aquellas necesarias respecto de lo que "pudiera constituir fuente de contagio y todas
aquellas acciones que epidemiológicamente resulten aconsejables para el mejor tratamiento y control de la
situación sanitaria o que puedan comprometer la sanidad animal o a la salud pública".
En tales condiciones, expresaron que implicaría una inteligencia arbitraria de las normas entender que la sola falta
de acreditación del permiso de traslado constituye un riesgo sanitario que supone la existencia de la enfermedad,
la cual, en rigor, debería ser tratada y evitada adoptando las medidas pertinentes, y no considerarla
potencialmente instalada por la sola omisión de un trámite burocrático que nada tiene que ver con aquélla.
Además, afirmaron que existen otras medidas de igual índole sanitaria para detectar la enfermedad y proceder en
consecuencia, sin que entrañen un perjuicio real al derecho de propiedad, como la que se pre tende adoptar en el
sub lite.
Por último, aseveraron que confirmar la posición del SENASA. implicaría avalar la afectación de garantías
reconocidas por la Constitución Nacional (3), lo que no puede justificarse invocando las facultades de la
Administración con sustento en las leyes 3959 Ver Texto (4) y 24305 Ver Texto , en el decreto 1585/1996 . Contra
tal pronunciamiento el demandado dedujo el recurso extraordinario de fs. 129/147, que fue concedido, sostiene
que existe cuestión federal, al involucrar la inteligencia de normas de tal carácter, y que la decisión del a quo es
arbitraria porque resuelve contra o con prescindencia de lo expresamente dispuesto por la ley y de la pruebas del
caso.
En primer lugar, señala que el SENASA. presta un servicio de importancia fundamental para la sociedad pues, al
tener a cargo el control de la sanidad animal, contribuye a preservar la salud de los habitantes en materia
alimenticia y el comercio exterior. Además, recuerda que el sacrificio sanitario que se disponía a real izar se
enmarca en un contexto de emergencia y de alto riesgo, ya que los animales en cuestión se encuentran a cuatro mil
metros de la frontera con Chile, país que sigue atentamente las medidas que se implementan en el nuestro por
cuestiones sanitarias y comerciales.
Por ello afirma que el pronunciamiento ha omitido tener en cuenta que la acción de amparo no será admisible
cuando la intervención judicial comprometiera directa o indirectamente la regularidad, continuidad y eficacia de un
servicio público, o el desenvolvimiento de actividades del Estado, al igual que cuando la eventual invalidez del acto
requiera mayor amplitud de debate o de prueba.
En ese orden de ideas, sostiene que la decisión del a quo compromete, directamente, la regularidad y continuidad y
eficacia del servicio público que presta el SENASA. e, indirectamente, las actividades esenciales del Estado.
Se agravia porque la alzada estima que es desproporcionada la medida a aplicar, al considerar que la carencia de
documentación para el tránsito de ganado constituye sólo una "falta", cuando en rigor -según surge de la
motivación de las resoluciones SENASA. 111/1995 Ver Texto y 1410/2000 - su exigencia contribuye a realizar la
vigilancia epidemiológica, pues permite efectuar un trazado del movimiento del ganado. Por otra parte, sostiene
que el DTA. no es un mero "trámite burocrático", como lo califica la Cámara, sino la constancia de que se han
cumplido las normas sanitarias que garantizan la sanidad animal y la salud humana. Por ello dice que de
confirmarse el criterio del a quo, el SENASA. perdería autoridad, eficacia y eficiencia.
Afirma que se efectuó una errónea inteligencia del art. 33 Ver Texto Anexo I del decreto 643/1996, el cual
expresamente ordena el sacrificio sanitario cuando se trate de animales expuestos al contacto con el virus, tal
como acontece el caso, toda vez que en el lugar de donde provenía la tropa se había detectado un foco de fiebre
aftosa. Agrega que, también, es errónea la interpretación de la resolución SENASA. 1410/2000 , porque co n
anterioridad, su similar 554/2000 , cuya constitucionalidad no se cuestionó, había calificado al tránsito sin
documentación sanitaria de "alto riesgo". Además, esta última prescribe que en tales circunstancias debe
procederse inmediatamente a su decomiso y posterior sacrificio sanitario.
El recurso extraordinario es admisible, toda vez que se encuentra en tela de juicio la inteligencia y validez de
normas de carácter federal y la decisión del superior tribunal de la causa ha sido contraria al derecho que el
apelante funda en ellas. Al respecto es preciso destacar que, encontrándose en discusión el alcance que cabe
asignar a una norma de derecho federal, la Corte no se encuentra limitada en su decisión por los argumentos de las
partes o de la Cámara, sino que le incumbe realizar una declaratoria sobre el punto disputado.
Por lo demás, aunque la decisión recurrida ha sido dictada en un proceso de amparo, en mi concepto, ocasiona al
apelante un gravamen de imposible o insuficiente reparación ulterior, toda vez que frustra la aplicación de
disposiciones dictadas en ejercicio del poder de policía. En este sentido, corresponde precisar que la ley 3959 Ver
Texto establece que el SENASA. es el organismo encargado de ejercer el poder de policía en materia
agroalimentaria, al igual que la ley 24305 Ver Texto , que implementó el "Programa Nacional de Lucha Contra la
Fiebre Aftosa", declara de interés nacional la erradicación de dicha enfermedad en todo el territorio nacional y
erige al SENASA. como la autoridad de aplicación y organismo rector encargado de planificar, ejecutar y fiscalizar
las acciones de lucha contra la fiebre aftosa, a cuyo fin lo autoriza a ejecutar todas las medidas técnicas apropiadas,
incluso el sacrificio inmediato de los animales expuestos a un foco de fiebre aftosa y a sancionar toda infracción a la
ley mediante el procedimiento que establezca la reglamentación.
Ahora bien, en lo que hace al debate sobre la razonabilidad del ejercicio del poder de policía por parte del SENASA.
para ordenar el sacrificio de los animales del actor por no contar con la documentación que los ampare, vale
recordar que, de acuerdo con una jurisprudencia invariable de la Corte, la razonabilidad -según el particular
significado que a este concepto jurídico se le reconoce en orden al poder de policía y a la materia aquí examinada-
quiere decir que las medidas utilizadas por la autoridad pública deben ser proporcionalmente adecuadas a los fines
perseguidos por el legislador.
En lo que interesa al tema controvertido, entonces, toda vez que tal adecuación exista, es decir, siempre que la
actividad estatal restrictiva no aparezca como patente y arbitrariamente desproporcionada con relación al objeto
del acto, su revisión jurídica será improcedente. Con ese alcance específico de la noción de razonabilidad, en el sub
lite no advierto exceso de competencia por parte del SENASA., ni que las medidas guarden desproporción con la
falta constatada.
En efecto, la resolución SENASA. 111/1995 establece que "toda tropa en tránsito deberá encontrarse amparada por
el Permiso Sanitario para Tránsito de Animales" y que la carencia de la documentación sanitaria implicará su
detención, interdicción y demora hasta tanto el responsable acredite su propiedad. En tales casos, cuando dicho
requisito no pueda "ser cumplimentado dentro de las 48 horas de detenida la tropa y en razón del riesgo sanitario
que tal situación implica, el SENASA. Podrá proceder a su decomiso y posterior sacrificio sanitario..."
Vale recordar que entre los fundamentos que prece dieron a la aludida resolución se encuentra la de que el
SENASA. Realice inspecciones que permitan conformar un cuadro coherente de la situación epidemiológica de las
diferentes enfermedades, para lo cual resulta imprescindible controlar los movimientos de hacienda. Así pues, se
dijo: "Que entre las conclusiones del Taller de Erradicación de Fiebre Aftosa Estrategias 95/1997 se recomendó
`Implementar a nivel nacional con la mayor celeridad un sistema de vigilancia epidemiológica que involucre los
movimientos de hacienda garantizando la situación sanitaria de las tropas transportadas, con inspecciones clínicas,
controles sanitarios y tratamientos individuales y/o colectivos.
Por su parte, la resolución SENASA. 473/1995 establece que todo animal de las especie s bovina, ovina, porcina,
caprina y equina que transite por cualquier parte del país debe hacerlo amparado por el certificado oficial,
denominado "Permiso Sanitario para el Tránsito de Animales" -PSTA.-, luego sustituido por el "Documento para el
Tránsito de Animales" -DTA.-. Además, el productor debe contar con la inscripción en el Registro de Productores
Agropecuarios (RENSPA.), creado por la resolución de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación
417/1997.
Estos documentos, contrariamente a lo sostenido por el a quo, a mi modo de ver, lejos de constituir meros trámites
burocráticos, en razón de que garantizan el control sanitario y de las existencias ganaderas de cada productor, son
elementos imprescindibles para que el SENASA. Pueda e jercer las acciones de vigilancia epidemiológica. En mi
concepto, ésta es la interpretación que más se compadece con los fines de la legislación -cual es la protección de la
salud de la población y la economía- y la que mejor permite armonizar sus disposiciones, evitando consecuencias
que pueden resultar nocivas para el país, pues el ejercicio del poder de policía sobre personas y bienes tiende a la
protección, no sólo de la seguridad, moralidad y salubridad, sino que se extiende al ámbito económico y socia l en
procura del bienestar general
El reglamentario de la ley 24305, autorizan al SENASA. a "...ordenar el sacrificio de los animales susceptibles,
enfermos, expuestos y contactos al virus de la fiebre aftosa, la destrucción de sus despojos y de los objet os que
pudieran ser vehículos de contagio...", a la vez que prohíbe a los productores "...mover o extraer del
establecimiento, fracción lote donde exista o se sospeche la existencia de fiebre aftosa, especies animales
receptivas de esa enfermedad, pudiendo hacer extensiva esta prohibición a otras especies animales, a las personas
y a las cosas que puedan ser vehículo de contagio".
El PE atribuyó al SENASA amplias facultades, entre ellas, la de disponer el sacrificio cuando, como acontece en el
caso, los animales se encuentran "expuestos al contacto" con el virus de la fiebre aftosa. El tribunal a quo realizó
una inteligencia de la norma que lo llevó a prescindir de su texto, porque interpretó que sólo sería posible ordenar
su sacrificio cuando se verificara que los animales se encontraran infectados. Es del caso recordar que si bien la
interpretación de las leyes debe practicarse teniendo en cuenta su contexto general y la totalidad de sus preceptos,
de manera de no desvirtuar la intención del legislador, ell o no habilita a efectuar una hermenéutica jurídica que
prescinda de condiciones claras previstas en forma expresa, pues los jueces no deben sustituir al legislador, sino
aplicar la norma tal como éste la concibió.
Asimismo, deben tenerse en cuenta como elementos valiosos para dilucidar el presente caso, por constituir
antecedentes dignos de considerar, las resoluciones SENASA que en ellas la Administración describe con rigor las
especiales circunstancias que fundamentan las medidas cuya razonabilidad se de bate.
Cabe recordar que, en el marco del plan de erradicación de la fiebre aftosa, a partir del 30/4/1999 se encontraba
prohibida la tenencia y uso de vacuna antiaftosa y resolución SENASA; ello, en atención a que la Argentina había
sido reconocida por la resolución XII, aprobada en la 68ª Sesión General de la Oficina Internacional de Epizootias
(OIE.) como "País Libre de Fiebre Aftosa que No Practica la Vacunación"; a tal fin se implementaron una serie de
medidas, entre las cuales se dispuso que: "En caso de detectarse el tránsito de animales, productos o subproductos
de animales susceptibles a la fiebre aftosa sin la autorización y certificación correspondiente, serán considerados
de tránsito ilegal y de alto riesgo sanitario; realizándose en forma inmediata su decomiso y posterior sacrificio
sanitario..."
Pocos meses después, debido a la detección de animales ingresados al país que resultaron serológicamente
positivos a la fiebre aftosa, la resolución SENASA. 1015/2000 "declaró el estado de emergencia san itaria" en todo el
territorio nacional. De sus considerandos surge que, en virtud de una denuncia efectuada ante la oficina local de
Clorinda de la Dirección Regional NEA. pudo detectarse el 19/7/2000 en esa localidad de la provincia de Formosa,
mediante tareas de rastreo, la presencia de animales susceptibles a la fiebre aftosa que habían ingresado
ilegalmente de la República del Paraguay. De allí que, para poder preservar la condición de "país libre de aftosa que
no practica la vacunación" resultaba imperiosa la adopción de medidas de vigilancia y control de máxima
prevención, como así también de otros procedimientos extraordinarios, a fin de evitar la propagación
epidemiológica.
En dicho marco, la resolución SENASA. 1410/2000 dispuso que al detectarse en establecimientos ganaderos
"ingresos no denunciados o falta de documentación que acredite la totalidad de los animales existentes u otras que
impliquen alto riesgo sanitario, el SENASA. podrá decomisar y adoptar las medidas que estime necesarias,
incluyendo el sacrificio y faena sanitaria de los animales" que se encuentren en aquéllos (art. 1 de la resolución)
(énfasis agregado).
Es decir que ante la decisión adoptada por los órganos políticos de declarar prohibida la tenencia y el uso de vacuna
antiaftosa, adquirieron especial relieve las medidas tendientes a procurar que los productores pecuarios se
ajustaran al orden jurídico vigente para mantener las condiciones reconocidas por la Organización Internacional de
Epizootias (OIE.). Por lo tanto, según las circunstancias señaladas, en cuanto constituye alto riesgo el tránsito de
animales sin la documentación que la ampare, no puede considerarse que el organismo estatal encargado del
control sanitario haya actuado en exceso de su ámbito de competencia al poner énfasis en exigir a los productores
del sector que adecuen sus conductas a los deberes impuestos en dicho ordenamiento.
Cabe recalcar, además, que tanto la ley 24305 Ver Texto como sus normas reglamentarias, que atribuyen al
SENASA. la responsabilidad del control sanitario de la fiebre aftosa, le asignan también facultades para aplicar las
medidas necesarias destinadas a ejercer tal control. Es evidente que la finalidad de tal clase de normas es dotar al
organismo de amplias competencias para adoptar todas las acciones, a fin de evitar la propagación de la
enfermedad y que no se frustre el propósito al que se ha hecho referencia anteriormente, para lo cual puede
fiscalizar los movimientos de hacienda, efectuar inspecciones clínicas e incluso aplicar medidas drásticas, que
incluyen el sacrificio y la faena de animales.
Tal situación, unida a las particulares circunstancias que se dieron a partir de la detección del foco de aftosa en
2000 -descriptos con inusitada gravedad en los considerandos que preceden al texto de la resolución 1015/2000 -,
lleva a concluir que la decisión del SENASA. de proceder al sacrificio de los animales ante la ausencia de los
requisitos aludidos anteriormente no puede ser calificada como manifiestamente ilegítima o arbitraria, tal como
sería menester para el acogimiento de la acción de amparo, pues no se exhibe como inadecuada a los fines
perseguidos ni consagra una iniquidad manifiesta.
Debe hacerse lugar al remedio federal deducido, pues no advierto la existencia de actos u omisiones que con
arbitrariedad o ilegalidad manifiesta afecten o amenacen los derechos invocados. Corresponde hacer lugar el
recurso extraordinario articulado y revocar la sentencia de Nicolás E. Becerra.
Considerando: Que esta Corte comparte el dictamen del procurador general de la Nación, a cuyos fundamentos y
conclusiones cabe remitir por razones de brevedad.
Por ello, se declara procedente el recurso extraordinario, se revoca la sentencia apelada y se rechaza la demanda
de amparo con costas.
4- Mendoza, Beatriz Silvia y otros c/ Estado Nacional y otros s/ daños y perjuicios (daños derivados de la
contaminación ambiental del Río Matanza - Riachuelo).

Se presentan 17 personas ejerciendo derechos propios, y algunos en representación también de sus hijos menores, en
su condición de damnificados por la contaminación ambiental causada por la cuenca hídrica Matanza -Riachuelo,
promoviendo demanda por las diversas pretensiones que especifican contra el Estado Nacional, la Provincia de
Buenos Aires, el Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y las cuarenta y cuatro empresas indicadas, la
Corte dictó la resolución del 20 de junio de 2006, mediante la cual se adoptaron diversos pronunciamientos, que
consistieron en:
● Declarar la incompetencia del tribunal para conocer en su jurisdicción originaria, con respecto al reclamo que
tenía por objeto el resarcimiento de la lesión sufrida en bienes individuales por pa rte de los demandantes que
invocaban daños en la persona y el patrimonio como consecuencia de la agresión al ambiente.
● Admitir la radicación del asunto en esta sede. Ya que se trata de la contaminación de recursos ambientales
interjurisdiccionales y ser partes El Estado Nacional y la provincia de Buenos Aires. Con respecto a la pretensión
que tiene por objeto la defensa del bien de incidencia colectiva, de uso común e indivisible, configurado por el
ambiente.
● Poner en ejercicio las facultades ordenatorias e instructoras reconocidas por la ley al Tribunal a fin de proteger el
interés general y, en consecuencia:
o requerir a las empresas demandadas información sobre los desechos y residuos de toda naturaleza que
arrojan al rio, si cuentan con sistemas de tratamiento de estos residuos y si tienen seguros contratados.
o Ordenar a la nación, a la provincia, a CABA y al CoFeMa para que presenten un plan que contemple un
ordenamiento ambiental del territorio, el estudio del impacto ambiental, y un programa de informaci ón
ambiental.
o Convocar a una audiencia publica
o Intimar a la parte actora para que aporte a la demanda información adecuada y actualizada

El tribunal desestimo la intervención requerida por el defensor del pueblo, y luego, este se presentó de nuevo
invocando legitimación procesal, y solicito tomar intervención en el proceso en calidad de parte. Peticiono que se
arbitren las acciones para el cese de la actividad contaminante y la recomposición del ambiente. La Corte admitió su
participación como tercero interesado.
Se presentaron espontáneamente diversas organizaciones, con apoyo en legitimación para tomas intervención como
terceros.
El objeto perseguido es que se condene a las demandadas a llevar a cabo las acciones necesarias para el inmediato
cese de la actividad contaminante y recomposición del daño ambiental colectivo en el área de la Cuenca Matanza -
Riachuelo.

El tribunal, hizo lugar parcialmente a la intervención como terceros requerida por las siete entidades. Admitiéndola
sólo con respecto a Fundación Ambiente y Recursos Naturales; Fundación Greenpeace Argentina; Centro de Estudios
Legales y Sociales y Asociación Vecinos de La Boca. Su accionar no se daba en el marco del interés general y difuso
relacionado con el cumplimiento de la CN y las leyes, sino teniendo en miras los intereses legitimos de estas
organizaciones tendientes a la preservación de un derecho de incidencia colectiva, como el derecho a un ambiente
sano.
En cuanto al alcance de las facultades de estos sujetos procesales, se remitió a lo decidido con respecto a la
participación del Defensor del Pueblo de la Nación.

En presentación conjunta, el Estado Nacional, la provincia de buenos aires, CABA y el CoFeMa invocaron contestar el
requerimiento efectuado por el tribunal. Acompañaron el plan integral para el saneamiento de la cuenca Matanza -
Riachuelo, y acompañan la documentación conducente.
Las demandadas presentaron los informes requeridos, formándose cuadernos por separado.

La demandante efectuó un informe sobre el contenido y fundamentos de su pretensión, y la secretaria de ambiente y


desarrollo sustentable de la nación, en representación de los estados demandados presenta el plan integral de
saneamiento de la Cuenca Matanza -Riachuelo, la cual, fue luego interrogada por los miembros de la Corte.
CABA acompaño un informe con referencia a los aspectos sanitarios, plazos y cronogramas en materias de obras
públicas, y mecanismos de control y participación. El Defensor del pueblo de la nación, y los representantes de los
terceros también presentaron sus informes.
El tribunal, tras afirmar que carecía de los elementos cognoscitivos necesarios para dictar el pronunciamiento, ordena
la intervención de la Universidad de Buenos Aires. a fin de que con la actuación de sus profesionales con antecedentes
y conocimientos necesarios procediesen a informar sobre la factibilidad del plan presentado por las autoridades
estatales.
Por otro lado, tras destacar que en la litis se encontraba suficientemente representada la condición de afectados y/o
interesados en cuanto al daño col ectivo con los sujetos que tomaron intervención, y que debían adoptarse las
medidas ordenatorias que impidieran planteos dilatorios que frustraran la apropiada decisión del caso en un proceso
de inusitada trascendencia en que se ejercía la misión jurisdicc ional más elevada de la Corte Suprema, se declaró
definitivamente integrado el frente activo con los demandantes y los terceros cuya actuación había sido admitida, a la
par que se previno que no haría lugar a ninguna petición de cualquier sujeto que preten diese incorporarse en tal
condición a estas actuaciones.

Ante la presentación de la UBA del informe, el tribunal ordeno la celebración de una audiencia pública para que las
partes y los terceros expresen las observaciones con respecto al plan para el saneamiento de la Cuenca matanza-
Riachuelo.

El tribunal, adopta decisiones, se advirtió que para poder avanzar en la causa en lo relacionado con la prevención y
recomposición era necesario ordenar la recolección de información precisa, actualizada, pública y accesible.
Por ello se impuso a la Autori dad de Cuenca y a la representación de los tres Estados demandados la obligación de
informar sobre el estado del agua, el aire y las napas subterráneas previno que no se daría curso como excepción
previa a ninguna defensa de esa naturaleza; y, la destinada a profundizar la publicidad del proceso al imponer que la
contestación de demanda, además de su habitual instrumentación por escrito, fuera sintetizada mediante un informe
verbal que se llevaría a cabo en una audiencia pública, fijada por el Tribunal

La recomposición y prevención de daños al ambiente obliga al dictado de decisiones urgentes, definitivas y eficaces. el
obligado al cumplimiento deberá perseguir los resultados y cumplir los mandatos descriptos. el proceso de ejecución
debe ser delegado en un juzgado federal de primera instancia, a fin de garantizar la inmediatez de las decisiones y el
efectivo control jurisdiccional de su cumplimiento. La condena es un mandato de cumplimiento obligatorio para los
demandados.

Con respecto al plan integral para el saneamiento cuenca matanza -riachuelo, presentado por la demandada, se
realizaron audiencias y dictamenes, en donde se aprecian deficiencias. Hay diferencias entre las distintas versiones
presentadas, y en muchos aspectos no hay una elaboración actuali zada sino una reedicion de documentos, que
existían con anterioridad. También hay dificultades para conocer datos objetivos públicos y mensurables, agravado
por la dispersión de las fuentes de información.
La autoridad Cuenca queda obligada a perseguir los objetivos de mejora de calidad de vida de los habitantes,
recomposición del ambiente en la cuenca, prevención de daños.
Además, debe realizar inspecciones a todas las empresas existentes en la cuenca, e identificar a aquellas que sean
consideradas contaminantes, que arrojan residuos, descargas, para que presenten un plan de tratamiento. Agrega,
que debe tener un plan de saneamiento de basurales y saneamiento cloacal, y un sistema de limpieza de los márgenes
del rio. Se debe expandir el agua potable.
Las razones de estas decisiones deben ser complementadas, ordenando la acumulación de todos los litigios relativos a
la ejecución del plan por ante el juez encargado de la ejecución y declarando que este proceso produce litispendencia,
respecto de las demás acciones colectivas, que tengan por objeto una controversia sobre el mismo bien jurídico.

SE RESUELVE – dictar sentencia con respecto a las pretensiones que tienen por objeto la recomposición y prevención.
Ordenar a la autoridad de Cuenca el cumplimiento del programa. Disponer que Nacion, Provincia de Bs.As y CABA
son igualmente responsables en modo Concurrente. Atribuir competencia al juzgado federal de primera instancia de
Quilmes para conocer todas las cuestiones que traten de la ejecución de este pronunc iamiento.
5- Fallo Massa, Juan Agustín c/ Poder Ejecutivo Nacional – dto. 1570/01 y otro s/ amparo ley 16.986

27/12/2006

La cámara nacional de apelaciones en lo contencioso administrativo federal, confirmo la sentencia de la


anterior instancia – que había hecho lugar a la acción de amparo – en lo relativo a la declaración de
invalidez del decreto 214/02 y sus normas complementarias, y modificatorias, y respecto del
reconocimiento del derecho de la parte actora sobre los fondos que tenía depositados en el Bank Boston en
Dólares estadounidenses.

El tribunal de alzada ordeno a el banco que entregue a la actora la suma de U$100.000, o su equivalente en
pesos, y la emplazo para que en los 30 dias de notificada la sentencia, presentara en autos un cronograma
de pagos del monto que excediere el importe.

El a quo cito precedentes de esa Sala, en los que juzgo que la normativa de emergencia refereante a los
depósitos bancarios (art 2° dto 214/02), al disponer la conversión a pesos de los depósitos constituidos en
moneda extranjera a una paridad inferior a la del mercado libre de cambios, provoco una mutacion
injustificada en la sustancia o esencia del derecho de los ahorristas, lo cual produjo una lesión a su derecho
de propiedad.

El banco, contra esta sentencia, deduce recurso extraordinario, concedido, porque esta en cuestión la
constitucionalidad del dto 214/02.

El actor promovio el amparo porque era titular de una caja de ahorros en dólares, cuyo saldo al 31 de
diciembre de 2001 era de U$S 184.475,75, que resultó afectada por las normas de emergencia dictadas en
aquel momento (ley 25.561, decretos 1570/01, 71/02, 141/02 y 214/02, entre otras), las cuales las tilda de
inconstitucionales.

A raíz de la cautelar, el actor obtuvo la entrega de U$S 44.803.

Posteriormente, al haber obtenido sentencias favorables en primera y en segunda instancia, el accionante


solicitó su ejecución en los términos del art. 258 del CPCCN.

a partir de los últimos meses del año 2001 se produjo en Argentina, una crisis que no sólo afectó a las
relaciones económico-financieras sino que trascendió a todos los ámbitos sociales e institucionales.
ante esta situación de emergencia, el estado Nacional dicto medidas por las cuales se restringió la
disponibilidad de los depósitos bancarios y se estableció la conversión a pesos de los efectuados en
moneda extranjera.
Ello dio lugar a la promoción de una cantidad extraordinaria de acciones de amparo por parte de quienes se
sintieron afectados por tales medidas.

los depósitos existentes en el sistema financiero a fines del año 2001 fueron sometidos inicialmente a
restricciones a su disponibilidad que se tradujeron poco tiempo después en un régimen de reprogramación.
Además, los constituidos en moneda extranjera, fueron convertidos a pesos a la relación de $ 1,40 por cada
dólar estadounidense y ajustados por el coeficiente de estabilización de referencia ( CER) sin perjuicio del
reconocimiento de intereses.

Al haber vencido los plazos de reprogramación, ha cesado la indisponibilidad que pesó sobre tales
depósitos. El problema se circunscribe, por lo tanto, al quantum que la entidad bancaria receptora de la
imposición debe abonar al depositante.

si bien la aplicación del CER estuvo prevista para el lapso de la reprogramación de los depósitos, su vigencia
debe extenderse para los casos en que sus titulares hubiesen iniciado acciones judiciales y éstas se
encuentren pendientes de resolución. ella es la que mejor se adecua al propósito enunciado en el art. 6°,
párrafo cuarto, de la ley 25.561 y sus modificatorias en cuanto a la preservación del capital perteneciente a
los ahorristas que hubieren realizado depósitos en entidades financieras a la fecha de entrada en vigencia
del decreto 1570/01.

el art. 4 del decreto 214/02 establece que, además de la aplicación del coeficiente al que se hizo referencia,
"se aplicará una tasa de interés mínima para los depósitos y máxima para los préstamos". En el caso de los
depósitos el Banco Central fijó esa tasa en el 2% nominal anual, dejando a salvo la mayor que pudiese
pactarse puesto que el mencionado artículo del decreto 214 no impide que se acuerde una superior. De tal
manera, y al encontrarse las partes en litigio, el Tribunal se encuentra facultado para establecer la tasa de
interés que estime más adecuada.

en función de lo expuesto, teniendo en cuenta las condiciones bajo las cuales fue dispuesta la conversión a
pesos de los depósitos en dólares, la notoria recuperación y el fortalecimiento del sistema financiero
respecto de su situación -cercana al colapso- existente en la época en que se dictaron las medidas en
examen, y la evolución de las variables económicas, resulta adecuado fijar una tasa de interés del 4% anual,
no capitalizable.

La tasa de interés fijada por la autoridad regulatoria y ampliada judicialmente mediante esta decisión,
contempla la totalidad de los intereses devengados con finalidad compensatoria.

el mencionado interés del 4% debe aplicarse desde el momento en que comenzaron a regir las normas que
dispusieron restricciones a la disponibilidad de los depósitos bancarios o desde la fecha de vencimiento del
contrato en el caso de que esta última haya sido posterior a la entrada en vigencia de tales normas o a
partir del 28 de febrero de 2002, en el supuesto de que el vencimiento de aquél hubiese operado con
posterioridad a esa fecha en la inteligencia de que no podrá superponerse en un mismo lapso el interés
aquí establecido con el contractualmente pactado, y hasta la fecha de su efectivo pago.

la entidad bancaria debe abonar a la actora su depósito -incluyendo los intereses pactados con la limitación
temporal señalada- convertido a pesos, a la ya indicada relación de $ 1,40 por cada dólar, ajustado por el
CER, más los intereses calculados a la tasa del 4% anual.

la aplicación de la normativa de emergencia, que ha dado motivo a la promoción de este amparo y de


muchos otros litigios, no ocasiona lesión al derecho de propiedad de la actora.

cabe examinar la compatibilidad de la protección del patrimonio del ahorrista, con la regulación general del
régimen monetario y la fijación del valor de la moneda.
El Congreso y el Poder Ejecutivo, por delegación legislativa expresa y fundada, están facultados para fijar la
relación de cambio entre el peso y las divisas extranjeras a fin de restablecer el orden público económico.

se declara procedente el recurso extraordinario, y se deja sin efecto la sentencia apelada; sin pe rjuicio de lo
cual, en virtud de los fundamentos de la presente, se declara el derecho de la actora a obtener de la
entidad bancaria el reintegro de su depósito convertido en pesos a la relación de $ 1,40 por cada dólar
estadounidense, ajustado por el CER hasta el momento de su pago, más la aplicación sobre el monto así
obtenido de intereses a la tasa del 4% anual -no capitalizable- debiendo computarse como pagos a cuenta
las sumas que -con relación a dicho depósito- hubiese abonado la aludida entidad a lo largo de este pleito,
así como las que hubiera entregado en cumplimiento de medidas cautelares.

6- N.N o U.,V. s/protección y cuidado de personas, 06/10/2010, SCJPBA y 12/06/2012 csjn

la titular de la Asesoría de Incapaces N° 1 del Departamento Judicial de Ma r del Plata promovió una medida de
protección de derechos del niño a favor de V. U. (nacido por parto domiciliario el 02/09/09) mediante la que solicito
la internación del menor en un hospital público, a efectos de que se le administrara la vacunación per tinente
conforme al protocolo de vacunación, así como la dosis de vitamina K, con el auxilio de la fuerza pública.
Sin perjuicio del rechazo del pedido de internación, la jueza de tramite resolvió garantizar el acceso del niño al
derecho a la salud, instando a sus progenitores para que le suministraran las vacunas y/o medicación que a criterio
médico correspondiesen de conformidad con el plan obligatorio de vacunación estatal.

El tribunal colegiado de instancia única del fuero de familia N°1 de Mar del Pla ta desestimo el recurso de
reconsideración interpuesto por la asesora de incapaces, y, al confirmar la sentencia, intimo a los padres del menor V.
a que procedan a la realización de entrevistas en el hospital Materno Infantil, con un pediatra y un inmunólo go, para
conocer el riesgo que suponía no vacunarlo.
Les hizo saber que deberán adjuntar un plan de cuidado de salud del niño, que asegure la protección del mismo en un
porcentaje equivalente al que supone el suministro de vacunas firmado por un profesiona l médico que ellos
consideran apropiada para el cuidado del niño.

Suprema Corte de Justicia, de la Provincia de Bs.As, rechaza el recurso extraordinario de nulidad deducido por la
señora Asesora y, por mayoría, admiti6 el de inaplicabilidad de ley, revocó la sentencia y dispuso que la causa vuelva a
la instancia de origen para que esta intimase a los padres del menor a que en el plazo perentorio de dos días
acreditasen en autos el cumplimiento del plan de vacunación oficial.

La Corte Local señaló que:


La ley 22.909 instituyo el régimen general para las vacunaciones contra las enfermedades prevenibles por ese medio.
Contempla el suministro obligatorio a todos los habitantes de las vacunas incluidas.
Nuestro país opto por un régimen de prevención de ciertas enfermedades mediante un sistema de inmunización que
instituyo la administración de vacunas a toda la población, de carácter obligatorio, lo cual no colisiona la autonomía de
la voluntad.
La controversia se da entre la obligatoriedad de las vacunas, la autoridad de los padres y la posibilidad de que ante el
incumplimiento de que sus hijos accedan a la inmunidad de aquellas, se pueda solicitar y decidir su aplicación
compulsiva.
El ejercicio de la responsabilidad parental no es absoluto sine que encuentra como limite el interes superior del niño.
Está comprometido el interés social, ya que no todas las vacunas tienen la misma eficacia en todos los sujetos.
Contra esto, los padres del menor interponen Recurso Extraordinario Federal. Concedido.

En el Recurso Extraordinario, los apelantes sostienen que:


La decisión impugnada incurre en un “perfeccionismo y/o paternalismo incompatible con el principio de autonomía de
la persona.
No descartan que si “V” “padeciera alguna patología que superara el modelo médico que usamos normalmente,
harían uso de las estrategias de la medicina tradicional o de cualquier conocimiento que sugieran los profesionales
para ejercer el arte de curar”
Al apegarse el texto a la ley 22.909 no valora debidamente los principios de la CN, al presumir que se generan riesgos
para V. y para terceros, en caso de no vacunárselo, pero no conecta directamente con la situación de V, ni con
ninguna situación de emergencia nacional.
La situación de su hijo en cuanto a salud es óptima y no fue evaluada por la Corte local para decidir como decidió, ya
que omitió tener contacto con el niño (12CN)
Además, alega que el fallo no respeta las responsabilidades, derechos y deberes de los padres de impartir a sus hijos
de cuidado y educación.
Los recurrentes alegan que aI obligarlos a vacunar a su hijo de manera compulsiva contra sus creencias familiares, el
Estado viola el principio de autonomía; se agravian en ese sentido por un "paternalisrno compulsivo" que obstaculiza
el plan de vida que los suscriptos han trazado para su familia.
De ese modo, enmarcan su petici6n dentro del artículo 19 de nuestra Constituci6n que establece que "las acciones
privadas de los hombres que de ningún modo ofendan al orden y a Ia moral publica, ni perjudiquen a un tercero, está
solo reservadas a Dios, y exentas de Ia autoridad de los magistrados".

El recurso extraordinario es admisible ya que en autos se cuestionó la validez e inteligencia de cláusulas de la CN, y de
la Convención sobre los derechos del niño. Y la sentencia definitiva del superior tribunal fue contraria al derecho que
los recurrentes pretenden sustentar.

El art. 19 reconoce al individuo un ámbito de libertad en el cual puede adoptar libremente las dec isiones acerca de su
persona, sin intervención por parte del Estado o de los particulares, en tanto estas decisiones no violen el orden, la
moral publica o los derechos de terceros.
El derecho a la privacidad, se extiende a situaciones en que alcanza a dos o mas personas que integran un grupo
familiar. En ejercicio de este derecho, los progenitores pueden elegir sin interferencias del estado el proyecto de vida
que desean para su familia, sin embargo, este derecho tendrá como limite el Art.19CN.

La decisión de los recurrentes, de diseñar su proyecto familiar afecta los derechos de terceros, ya que pone en riesgo
la salud de toda la comunidad y compromete la eficacia del régimen de vacunaciones oficial, por lo que no puede
considerarse una acción privada del art.19CN.
Es asi, ya que la vacunación no alcanza solo al individuo que la recibe, sino que excede dicho ámbito personal, para
incidir directamente en la salud pública.

La ley 22.909 establece un plan de vacunación obligatorio, de cumplimiento coercitivo , estableciendo multa si se
desobedece el mandato legal.

En el ámbito provincial, Buenos Aires ha establecido en Ia ley 10.393 un programa de vacunas especificando que
“están obligados a recibir las vacunaciones las personas comprendidas en las normas vigentes en esta materia" y que
“las personas responsables de Ia vacunación y revacunaci6n de menores ( ... ) serán sus padres, tutores o curadores, y
encargados, según fuere el caso"

La OMS, de la que nuestro país es miembro, ha planteado entre sus objetivos, no solo proteger a las personas
respecto de las enfermedades que son prevenibles sino también de alcanzar su erradicación y la disminución de la
mortalidad infantil.
El obrar de los actores, en cuanto perjudica el derecho de terceros, queda fuera de la órbita del ámbito de reserva del
19CN. Se trata de comportamientos y decisiones sujetas a la interferencia estatal, plasmado en el plan de vacunación
nacional.
Son derechos propios del menor (el derecho a la salud), mas alla de la decisión que tengan los progenitores.
La Corte Suprema ha sostenido que la atención principal al interés superior del niño apunta a dos finalidades, la de
constituirse en pauta de decis ión ante un conflicto de intereses y la de ser un criterio para la intervención institucional
destinada a proteger al menor.
La decisión se define en lo que sea de mejor beneficio para el menor. Frente a un presunto interés del adulto, se
prioriza el del niño.
Lа по vacunación del menor lo expone аl riesgo de contraer enfermedades, muchas de las cuales podrían prevenirse
mediante еl cumplimiento del plan nacional de vacunación.
Asimismo, lа circunstancia de que еl resto de las personas sea vacunado reduce las posibilidades del піñо de contraer
enfermedades.
NO SE DISCUTE la elección de los progenitores del modelo de vida familiar, pero si su límite, dado por la afectación a la
salud pública y el interés superior del niño.

SE DESESTIMA LA PRETENSION DEL RECURRENTE. SE DECLARA ADMISIBLE EL RECURSO EXTRAORDINARIO Y SE


CONFIRMA LA SENTENCIA APELADA.
7- Lago espejo resort S.A Neuquén provincia y otro 20/3/2012 Corte
Lago Espejo Resort S.A. inicia demanda contra la Provincia de Neuquén y contra la Administración de
Parques Nacionales (en adelante, “APN”), respecto del poder de imposición que ambas demandadas alegan
tener sobre el establecimiento de su propiedad que explota como hotel, ubicado en el Parque Nacional
Nahuel Huapi, a orillas del Lago Espejo. Manifiesta que de acuerdo a lo dispuesto por la Ley Nº 22.351, la
Nación ejerce tanto el dominio como la jurisdicción sobre las tierras fiscales ubicadas en el Parque -creado
por la Ley Nº 12.103 con anterioridad a la creación de la Provincia por la ley 14.408- dentro del cual se
encuentra asentado su establecimiento expone que como consecuencia de ello, la APN le exige el pago de
un derecho anual en concepto de “habilitación para acti vidades turísticas”, según lo dispuesto por el
Artículo 15, anexo 1, de la Resolución Nº 297/04 de dicho organismo.
Señala, asimismo, que según los términos del dictamen emitido por el órgano competente de la Dirección
de Rentas de la Provincia del Neuquén en el expediente 2753-12.761/2001, la provincia también pretende
que se le abone el impuesto sobre los ingresos brutos por la actividad hotelera que lleva a cabo.
lo que configura, a su entender, un caso típico de doble imposición ya que ambas demandadas -Estado
Nacional, Administración de Parques Nacionales, y Provincia de Neuquén- pretenden para sí, someter a
Lago Espejo Resort S.A. a su jurisdicción, imponiendo cada una, la obligación del pago de los tributos
contemplados por sus respectivas normativas, los que, en algunos casos -tal como el de ingresos brutos- se
superponen configurando un caso típico de doble imposición. Sostiene que la vía del Artículo 322 del
Código Procesal Civil y Comercial de la Nación es procedente para poner fin a la situación d e incertidumbre
en que se encuentra
Contesta demanda la Administración de Parques Nacionales (APN), tras poner de resalto que el Estado
Nacional tiene el dominio y la jurisdicción sobre los parques nacionales, indica que las áreas protegidas bajo
el régimen de la Ley Nº 22.351 son establecimientos de utilidad nacional y señala que no es posible conocer
el grado en que la imposición del tributo afecta la ecuación económico-financiera de la actora, pues no
cuantificó el perjuicio que le ocasionaría el pago de l impuesto a la Provincia y de los derechos de
explotación a la Administración de Parques Nacionales. Observa que la actora se abstiene de pagar tanto
los derechos que ella le impone, como los tributos reclamados por la provincia.
Sobre la base de lo dispuesto por el Artículo 75, inciso 30, de la Constitución Nacional, entiende que en los
establecimientos de utilidad nacional tanto el organismo como la provincia tienen facultades de imposición,
La provincia por su parte diceque dominio y jurisdicción son dos conceptos sustancialmente diferentes que
pueden o no recaer sobre un mismo titularPuntualiza que el inmueble está ubicado dentro del territorio de
la provincia según los límites establecidos por la Ley de creación Nº 14.408 y que, por lo tanto, se encue ntra
sometido a su jurisdicción. Aclara que si bien los parques nacionales se encuentran comprendidos dentro
del concepto de establecimiento de utilidad nacional, ese carácter no se transmite a todas las actividades
que allí se desarrollan. En este sentido arguye que la actividad hotelera vinculada a la industria turística
reviste naturaleza esencialmente comercialel inmueble se mantiene sujeto al ordenamiento legal de la
provincia en cuyo territorio se ubica.Niega que se configure un caso de doble imposición. Ya que el primero
grava la propiedad de la actora, y el otro los ingresos generados por el ejercicio habitual de una actividad
lucrativa.

La Corte dice que se encuentra acreditado el propósito de la provincia de que la actora pague el impuesto
a los ingresos brutos por su actividad hotelera. Asimismo, surge claro que la actora paga un canon a la
Administración de Parques Nacionales, por estar su inmueble dentro del Parque Nahuel Huapi y por realizar
allí la explotación a la que se hizo referencia. La percepción de estas sumas estaría justificada en las
previsiones contenidas en el Artículo 23, inciso o, de la Ley Nº 22.351. Que mediante la Ley Nº 12.103 se
determinó la creación de la Dirección de Parques Nacionales y se creó el Parque Nahuel Huapi en do nde se
fijaron sus límites y se estableció el régimen legal de sus tierras. Con lo cual el Parque Nacional Nahuel
Huapi, en donde se encuentra emplazado el inmueble en cuestión, fue constituido en los entonces
territorios del Neuquén y Río Negro que, como tales, formaban parte del Estado Nacional y era, por lo
tanto, preexistente a la conformación de esas provincias

Que el impuesto inmobiliario, y el correspondiente a los ingresos brutos, reglados en los Artículos 152 a 180
y siguientes, y 181 a 217 del Código Fiscal de la Provincia del Neuquén, no aparecen como incompatibles
con la satisfacción del propósito de interés público característico del Parque Nacional Nahuel Huapi.Así, en
el caso del impuesto inmobiliario que grava el bien se cristaliza en mérito a la titularidad del inmueble y lo
que alcanza el impuesto a los ingresos brutos es el ejercicio habitual y a título oneroso de la actividad
comercial que lleva a cabo la empresa, imposibilidad de admitir el argumento de la doble imposición que
invoca la actora
Que en virtud de todo lo expuesto, la acción intentada por Lago Espejo Resort S.A. contra las
codemandadas no puede prosperar. Por ello se resuelve rechazar la demanda seguida por Lago Espejo
Resort S.A. contra la Administración de Parques Nacionales y la Provincia del Neuquén
UNIDAD 2

1- Bergadá Mujica Héctor c/ pcia de rio negro 5/9/2002 Corte


Héctor Bergadá Mujica inicia demanda contra la Provincia de Río Negro por reivindicación de un inmueble,
en forma subsidiaria demanda al Estado Nacional (Administración de Parques Nacionales) por
indemnización de los daños ocasionados por la ilegítima enajenación de dicho bien.Dice que el 1° de junio
de 1966 los señores Carlos Díaz y Carlos Marín suscribieron un boleto de compraventa mediante el cual el
primero vendía al segundo un inmueble, luegomediante escritura del 3 de diciembre de 1975 Marín en
representación de Díaz transfirió a Bergadá Mujica una parte de esas tierrasy se dejó constancia de que
dichas fracciones estaban divididas por el polígono VI, afectado al trazado del camino Puerto Moreno
Centro de Deportes del Cerro Catedral
Con posterioridad, la Administración de Parques Nacionales solicitó a la Dirección de Catastro provincial la
anulación de todos los planos de afectación con el argumento de que la traza del camino había sido
modificada de manera que ya no afectaba ninguno de los lotes detal lados; sin embargo, la ruta ya había
sido construida justamente sobre las tierras del actor y de otros terceros indicadas en esos planos.
con lo cual Bergada señala que no se lo indemnizó por la ocupación de su terreno y tampoco existe en la
actualidad una mensura que delimite la pretensión del ente público ni ley que afecte a expropiación el
inmueble. Por el contrario, la repartición nacional invadió y usurpó su propiedad atravesándola con el
camino.
Que el polígono VI se encuentra afectado de hecho por el camino al Cerro Catedral, que la traza de
afectación fue solicitada por Parques Nacionales, la cual ocupó ilegalmente las tierras de propiedad del
actor y luego las transfirió a la Provincia de Río Negro, que actualmente tiene la posesión y ejerce actos
conservatorios sobre el camino en cuestión, asentado total o parcialmente sobre dichas tierras, solicita que
se condene a la provincia a restituirle las tierrasaceptando la posibilidad de que ésta le indemnice con el
valor de aquéllas, con más los intereses desde la desposesión. En forma subsidiaria demanda al Estado
Nacional Administración de Parques Nacionales la reparación por el daño causado por la enajenación
La Provincia de Río Negro se presenta contesta la demanda negando los hechos allí expuestos y solicitando
su rechazo sostiene que no es ni pretende ser propietaria, poseedora ni tenedora de las tierras en cuestión.
Admite que éstas pertenecen al actor y agrega que si bien se encuentran dentro de la jurisdicción de la
Municipalidad de Bariloche, no están comprendidas dentro de las transferidas a la provincia por la ley
23.251.
La Administración de Parques Nacionalescontesta la demanda solicitando su rechazodiciendo que no hubo
una enajenación ilegítima de las tierras en cuestión en favor de la Provincia de Río Negro, pues el lote había
pasado a integrar el ejido municipal de San Carlos de Barilochecon anterioridad a la sanción de la ley
23.251. Sostiene también que mediante un acta labrada el 31 de marzo de 1969 el señor Díaz propietario
del lote cedió a Parques Nacionales un terreno con destino al trazado de un camino entre el Cerro Catedral
y el Lago Gutiérrez .En definitiva, considera que el actor carece de perjuicio alguno por el cual reclamar,
atento a que las tierras fueron cedidas legítimamente por el propietario con anterioridad al derecho que
aquél invoca, para el trazado de un camino que produjo una mayor valorización de las propiedades. Dice
que su parte jamás ejerció actos posesorios sobre la ruta ni fue propietaria al momento de su traza y
construcción sino que se limitó a proveer recursos pecuniari os para la concreción del camino en beneficio
de la Provincia de Río Negro.
La corte establece que la ocupación del bien y la posterior incorporación del camino al dominio público fue
consentida tácitamente por el actor y por su antecesor en el dominio, ya que ellos habrían podido oponerse
a la ejecución de las obras mediante los remedios posesorios pertinentes hasta tanto el procedimiento legal
de la expropiación les privara de su propiedad y no lo han hecho, aquéllos estaban al tanto de que el
polígono VI se encontraba "afectado al trazado del camino Puerto Moreno Centro" sin embargo, ninguno
de ellos se opuso a la realización de la obra en el terreno en cuestión, ni a su posterior libramiento al uso
público, los únicos reclamos formulados por el actor estaban dirigidos exclusivamente a la percepción de un
resarcimiento por la privación del bien. Sin embargo dado que la provincia no se ha avenido a devolver las
tierras en cuestión sino que, por el contrario, ha destacado su "primordial interés" en las vías de acceso al
Cerro Catedral, corresponde desestimar la acción real deducida contra la provincia y ordenar en cambio el
pago del valor del terreno ocupado por el camino en cuestión y en cuanto a la Administración de Parques
Nacionales sobre el punto de la supuesta enajenación de las tierras del actor que habría dispuesto el
Estado Nacional con arreglo a las previsiones de la ley 23.251 se considera que del informe producido por la
Dirección de Catastro y Topografía de la Provincia de Río Negro, el inmueble en cuestión "no se encuentra
incluido en las tierras transferidas...ni tampoco dentro del sector que fuera motivo de dicha transferencia".
Por lo tanto se resuelve: I) Rechazar la acción real deducida por Héctor Bergadá Mujica contra la Provincia
de Río Negro y condenar a ésta a abonarle el valor de la superficie ocupada por el camino en cuestión y
Rechazar la demanda contra la Administración de Parques Nacionales.
2- gauna, jorge c/pcia. de corrientes, 23/05/2000 csjn

el superior tribunal de Justicia de la Provincia de Corrientes desestimó la apelación extraordinaria local


deducida por la actora contra la sentencia que había rechazado la demanda de usucapión por entender que
los decretos 4324/65, 4439/65 y 2395/66 afectaron el inmueble que se pretendía adquirir al uso y goce
común, otorgándole la calidad de imprescriptible, por razones de orden público. Contra tal
pronunciamiento se interpuso el recurso extraordinario concedido.
el tribunal consideró que la declaración de imprescriptible de un bien -condición ineludible e inseparable de
su afectación al uso y goce común obedecía a razones de orden público y que la cámara simplemente actuó
el iura novit curia en una temática que era, de su poder deber controlar de oficio.
Los agravios del apelante remiten al examen de cuestiones de hecho, prueba y derecho publico local, se
debe hacer excepción a esta principio cuando el tribunal prescinde de considerar cuestiones alegadas por la
actora, y conducentes a la correcta solución del litigio.

El tribunal omitió examinar los agravios del actor que buscaban demostrar que el bien que se usucapir
pertenecía al dominio privado del Estado provincial y no al dominio publico, algo que era necesario para
determinar la posibilidad de que aquél pudiera ser adquirido por prescripción.

Los jueces se limitaron a efectuar una ponderación global de las normas invocadas para expropiar en la ex
zona los arroyos Poncho Verde y Manantiales, sin analizar las pruebas aportadas de las manzanas
estipuladas, -cuya posesión invocó la actora-, demostrativas de que dicho inmueble nunca había sido
afectado al uso y goce común.
el tribunal omitió toda ponderación de la prueba documental, testifical y la inspección ocular realizada
por el juzgado, que acreditaba fehacientemente que la familia Gauna y sus descendientes vivieron por
más de cincuenta años en el bien que se pretende usucapir, efectuaron mejoras, pagaron servicios e
impuestos sin que nunca hubieran sido turbados o molestados en su posesión, ni realiza do sobre el
terreno obras públicas, fuentes, avenidas, o cualquier otra obra efectivamente librada al uso público.
Lo decidido afecta de manera directa e inmediata las garantías constitucionales invocadas, corresponde
descalificar la sentencia cuestionada con arreglo a la doctrina de arbitrariedad.

SE DECLARA PROCEDENTE EL RECURSO EXTRAORDINARIO Y SE DEJA SIN EFECTO LA SENTENCIA APELADA.

3- estado nacional (prefectura) c/ Pcia. de buenos Aires, 27/09/2005, csjn.


se presenta el Estado Nacional (Ministerio del Interior C Prefectura Naval Argentina) e inicia demanda de usucapión
contra la Provincia de Buenos Aires a fin de que se declare adquiri da la propiedad del inmueble ubicado en la boca del
Canal San Fernando y el Río Luján, partido de San Fernando.
Señala que el dominio aparece inscripto a nombre de la demandada en la matrícula.
Sostiene que desde el año 1875 ocupa dicho inmueble, en el que funcionó hasta 1979 la Subprefectura de San
Fernando y en la actualidad el Destacamento Canal San Fernando que depende también de la Prefectura Naval
Argentina.
Detalla los antecedentes del caso y afirma que durante el tiempo de la posesión ha exterioriza do su animus domini
respecto de dicho bien, realizando diversos actos que dan cuenta de ello.
la presencia de la Subprefectura es reconocida públicamente por la comunidad de San Fernando.
inició el trámite a fin de que se declare consolidado el derecho rea l de dominio a su favor.
PROVINCIA DE BUENOS AIRES contesta, Niega los hechos y solicita el rechazo. Sostiene que el inmueble en cuestión
pertenece por aluvión al dominio privado del Estado provincial.
Explica que el 4 de diciembre de 1992, el Poder Ejecutivo provincial dictó la resolución 651 y ordenó la inscripción del
bien a su nombre en el registro inmobiliario, lo que así hizo. Agrega que la referida inscripción interrumpió la posesión
de la actora. la actora reconoció tácitamente el dominio del Estado provincial lo que la convierte en simple tenedora
de la cosa.
Asimismo, dice que el Estado Nacional no puede invocar esta ley conjuntamente con la 14.159, dado que son
incompatibles.
Por el art. 21 de la resolución 651/92 se afectó el bien al uso de la Secretaría de Seguridad de la Gobernación -Policía
de la Provincia de Buenos Aires - con destino al funcionamiento del Cuerpo de Seguridad de las Islas, por lo que el
inmueble está incorporado al dominio público provincial.
CORTE.
para que pueda ser reconocida la posesión que el actor invoca es necesario que el pretenso poseedor no sólo tenga la
cosa bajo su poder, sino que sus actos posesorios se manifiesten de forma tal que indiquen su intención de someterla
al ejercicio de un derecho de propiedad; este elemento subjetivo importa no reconocer la titularidad del dominio en
otro.
resulta aplicable el plazo de prescripción de treinta años.
el Estado Nacional -Ministerio del Interior - Prefectura Naval Argentina- ha acreditado la posesión pública, pacífica e
ininterrumpida del inmueble durante el plazo de treinta años. la actora ha demostrado que realizó actos posesorios de
manera insospechable, clara y convincente.

el contrato para la construcción de una casilla para la Subprefectura, su rescisión, las actas de iniciación y recepción de
obra para la construcción de un calabozo, el detalle de reparaciones y mejoras, y muchas mas, son pruebas mas que
suficientes para tener por acreditada la existencia de la posesión invocada.

Del análisis del expediente administrativo surge que en 1993 la Unidad Regional XII de Tigre señaló que en el inmueble
funciona un puesto de vigilancia de la Prefectura, a cargo de un ayudante de apellido Islas. Agregó además que se le
comunicó que la actora siempre estuvo en el lugar, primero con la Subprefectura, luego la Brigada de Investigaciones
y desde hacía ocho años con el mencionado puesto.
verificó que el inmueble está ocupado por la Prefectura Naval Argentina, "aproximadamente desde el año 1924" y que
esta institución nunca dejó la ocupación del bien en cuestión.
La asesoría de gobierno provincial indico que se comprueba la ocupación del bien por la Prefectura Naval Argentina, y
que el inmueble "se encuentra afectado a finalidades de interés nacional por má s de setenta años".

"los antecedentes acompañados que demuestran una tranquila y pacífica posesión por más de treinta años, sin que
nadie pretenda mejores derechos".
el Estado Nacional se comportó siempre como si fuera dueño del terreno objeto de litigio, sin reconocer ningún
derecho sobre aquél a la Provincia de Buenos Aires, lo que surge de la nota en la que el Estado provincial le consultó a
la Prefectura Naval si tenía interés en mantener la ocupación y de la respuesta de ésta por medio de la cual le h acía
saber que se oponía a los actos administrativos llevados inaudita parte por las autoridades de la Provincia de Buenos
Aires cuyo carácter aluvional resultaba dudoso, por lo que solicitaba su revocación.

los actos interruptivos o suspensivos del plazo de prescripción deben cumplirse necesariamente antes de su
vencimiento, toda vez que mal puede suspenderse o interrumpirse un plazo ya cumplido. El acto de la demandada es
irrelevante ya que tuvo lugar cuando se había cumplido con exceso el plazo de presc ripción treintañal requerido para
la adquisición del dominio.

SE RESUELVE: HACER LUGAR A LA DEMANDA SEGUIDA POR EL ESTADO NACIONAL CONTRA LA PROVINCIA
DE BUENOS AIRES Y DECLARAR ADQUIRIDO POR PRESCRIPCIÓN ADQUISITIVA EL INMUEBLE UBICADO EN LA
BOCA DEL CANAL SAN FERNANDO Y EL RÍO LUJÁN, PARTIDO DE SAN FERNANDO
4- MALOSSI NOEMI C/ESTADO NACIONAL
La Cámara Federal de Apelaciones de Mendoza, admitió el recurso de apelación interpuesto por la actora, revocó la
sentencia de primera instancia e hizo lugar a la acción de prescripción adquisitiva del dominio deducida por Noemí
Adriana Malossi. Se declaró adquirido por usucapión el inmueble sito en la calle Chile 2578 de la ciudad de
Mendoza y ordenó la inscripción en el Registro de la Propiedad Inmueble a fin de publicitar la titularidad de
dominio a favor de la actora. Contra el pronunciamiento señalado, el Estado Nacional y el Organismo Nacional de
Administración de Bienes (O.N.A.B.E.) interpusieron sendos recursos ordinarios y extraordinarios. El a quo declaró
admisibles los primeros y rechazó los recursos extraordinarios incoados, dando lugar esa deneg atoria a la
interposición de las quejas por parte del Estado Nacional y el ONABE.
El sentenciante sostuvo que la acción de lanzamiento o desalojo entablada por la accionada el 4 de marzo de 2005
tiene virtualidad interruptiva del curso de la prescripción adquisitiva, y no así, el proceso licitatorio iniciado por el
ONABE en el año 1997 tendiente a la venta del inmueble a usucapir, por considerar que no reúne ninguna de las
condiciones mínimas para ser interpretada como demanda. A partir de ello, analiza la existencia de actos
posesorios en forma ininterrumpida y pacífica por el término de 20 años antes de aquella primera fecha indicada,
es decir al menos desde el mes de marzo de 1985. A tal efecto, valora como prueba de la posesión, la existencia de
actas o partidas de nacimiento donde se denuncia como domicilio de los padres el inmueble que se pretende
usucapir, como -en el mismo sentido- algunos testimonios de vecinos que afirman que la actora vivía allí hace más
de 43 años. También se menciona la existencia de libretas escolares de los hijos de la actora que consignan como
domicilio real el bien que motiva la litis.
El a quo señala la existencia de un contrato de comodato celebrado por la accionante en el mes de junio del año
1985 con la Municipalidad de la Ciudad de Mendoza, en virtud del cual ésta cedía gratuitamente y a título precario
un “modulo de estructura metálica de caños de 5 cm. x 3 cm., con sus respectivas soldadura -superficie de 6 mts.
de largo por 3 m. de ancho. Con altura máxima de 2,40 mts. y mínima de 1,70 mts.”… “dejándose constancia que
dicha estructura se instala en el domicilio sito en la calle Chile”. Reconoce la alzada que en punto al pago de los
impuestos sólo existe una boleta del año 1994, tres del año 1997 y que la mayoría son de los años 2004 y 2005, que
es el período durante el cual se realizó el cierre perimetral del predio. Pero no obstante la carencia probatoria en
este aspecto, la justifica señalando que dada la precaria situación económica de la actora no es esperable que la
accionante hubiese pagado los tributos por el término de 20 años o más. Aun reconociendo también que la actora
ocupó una porción del terreno pretendido, -que es donde se encuentra emplazada la vivienda-, la cámara considera
irrelevante determinar qué partes del inmueble objeto del juicio fueron poseídas por la actora, por cuanto sostiene
que la cosa forma un solo cuerpo que no se puede poseer una parte de él sin poseerlo todo y ello vale para los
actos posesorios que se dicen ejercidos y que habrían consistido en la erección de una vivienda sobre el predio que
intentan adquirir por prescripción.
Se agravia porque el a quo omitió expedirse sobre la naturaleza del terreno cuya usucapión se persigue, alegando
que se trata de un bien del dominio público y por e nde no susceptible de ser adquirido por prescripción. Por lo
demás, sostiene que la cámara se aparta de las constancias de autos, realizando una manipulación de las pruebas
incorporadas a la causa y una errónea interpretación de la posesión y de los actos posesorios que avalan sus
conclusiones. Alega asimismo que la sentencia es arbitraria por cuanto la actora no acreditó la realización de actos
posesorios por el término establecido en la ley, que el llamado a licitación es un acto interruptivo y que las
sentencias en las usucapiones son constitutivas del derecho y no declarativas de un derecho preexistente.
El agravio relativo al carácter de bien perteneciente al dominio público del Estado que el recurrente le asigna al
inmueble en cuestión. En este punto, no asiste razón al apelante. En efecto, de las constancias dé la causa no se
desprende que el bien que la actora pretende adquirir por prescripción reúna las condiciones exigidas por esta
Corte para ser considerado una “obra pública construida para utilidad o comodidad común”.”, en los términos del
art. 2340, inc. 7°, del Cód. Civil. Concretamente, para que un bien forme parte del dominio público del Estado, el
tribunal ha exigido la “consagración real y efectiva al uso público o servicio público” y el recu rrente no solo no ha
logrado demostrar tal extremo, sino que, por el contrario, de la prueba producida en autos y de sus propias
afirmaciones surge que en el año 1997 el ONABE llamó a licitación para la venta del predio, sin haber probado ni
alegado que esa venta tuviera por finalidad asignar el bien a algún uso o servicio público.
A los fines de adquirir el dominio de ese modo, resulta necesario que la parte acredite fehacientemente haber
entrado en la posesión de la cosa, realizando actos de naturaleza de los señalados por el art. 2373 del Cód. Civil y
que se mantuvo en el ejercicio de esa posesión en forma continua durante los veinte años necesarios para adquirir
el dominio por el medio previsto en el art. 2524 inc. 7° de aquel. Es necesario que el preten so poseedor no sólo
tenga la cosa bajo su poder, sino que sus actos posesorios se manifiesten de forma tal que indiquen su intención de
someterla al ejercicio de un derecho de propiedad; este elemento subjetivo importa no reconocer la titularidad del
dominio en otro.
Es jurisprudencia de esta Corte, la comprobación de tales extremos debe efectuarse de manera insospechable,
clara y convincente. Ello así, toda vez que la posesión veinteañal constituye un medio excepcional de adquisición de
dominio. No basta con que se acredite un relativo desinterés por el inmueble por parte de la demandada, sino que
es necesaria la cabal demostración de los actos posesorios efectuados por quien pretende usucapir y que sean lo
suficientemente idóneos como para poner al propietario, que debe haber tenido conocimiento de ellos, en el
trance de hacer valer por la vía que corresponde los derechos que le han sido desconocidos.
De las constancias incorporadas a la causa se desprende que la actora ocupa una pequeña fracción de terreno en
un predio de aproximadamente 3000 m2 y junto a la que habita existe también otra vivienda, ambas precarias, que
ocupa la familia de su hermana (ver declaraciones testimoniales de fs. 330/331 y acta notarial de fs. 273/274). Esa
circunstancia también se encuentra acreditada en las actuaciones sobre desalojo (Expte. 25.430 “ONABE c. Malossi,
Noemí y otro s/ lanzamiento ley 17.091), donde se dictó sentencia -que se encuentra firme y ejecutoriada-
ordenando el lanzamiento de los ocupantes del predio “con ex clusión de las casa habitaciones que detentan los
ocupantes de las viviendas” descriptas en el acta de constatación allí agregada.
Los testimonios obrantes en autos son contestes también en afirmar que si bien la familia Malossi ocupaba parte
del predio desde hace más de 50 años, siempre reconocieron la propiedad del ferrocarril (fs. 330, 331 y 348). Otro
aspecto que corresponde destacar es que la misma actora informa que el permiso de conexión de agua y cloaca
recién lo efectuó en el año 2004. También describen los testigos, que en ese época se comenzó a cerrar el terreno
con chapas y la hermana de la accionante hace hincapié en su declaración que el cerco perimetral no pudo ser
efectuado por la actora por carecer de dinero para ello y que no puede responder sobre la autoría del cerramiento
por encontrarse amenazada. Su esposo fue más explícito en señalar, que no aceptó la propuesta de un hombre que
les ofrecía quedarse con el terreno completo a cambio de que le entregaran a él una parte del predio, mientras a su
criterio, la familia de la accionante aceptó que ese hombre cerrara e hiciera cocheras dentro del mismo.
Aun cuando la prueba acompañada con la demanda (libretas escolares, certificados de nacimiento) da cuenta de
que la actora se domiciliaba en el inmueble objeto de la litis, tales constancias documentales no autorizan a
presumir la calidad de poseedora que alega. Tampoco reviste entidad suficiente a tal fin, el contrato de comodato
celebrado por la accionante en el año 1985 con la Municipalidad de l a Ciudad de Mendoza en virtud del cual ésta
cedía gratuitamente y a título precario un módulo de estructura metálica de caños y que fuera instalado en el
domicilio sito en la calle Chile. Las características propias de esas construcciones transitorias, efímeras o
perecederas, no autorizan a considerarlas como un elemento de vital importancia probatoria como lo hiciera la
cámara o como actos posesorios en los términos del art. 2384 del Cód. Civil.
La posesión no debe confundirse con la simple tenencia de las cosas que contemplan los arts. 2352 y 2461 del Cód.
Civil. Para que se configure la posesión en, el concepto legal de esta palabra es necesario que el poseedor no sólo
tenga la cosa bajo su poder sino que esa posesión se manifieste con la intención de som eterla al ejercicio de un
derecho de propiedad, o mejor dicho, con la intención de comportarse respecto a esta cosa como propietario de
ella. Además, la cuestión depende no solo de la voluntad y la acción del pretendiente sino también de la pasividad
del que tenía la posesión.
Mediante expediente ENABIEF 164/97 licitación pública 12/97, el Estado Nacional inició un proceso de licitación
para la venta de la totalidad del predio, respecto del cual no se acreditó que la actora hubiera opuesto o
manifestara alguna objeción al respecto, máxime frente a todos los actos de publicidad que emanaron de este
proceso licitatorio, de que dieron cuenta algunos de los testigos y que exteriorizaba la voluntad del poseedor
propietario de disponer del bien. Por otra parte, esta pasividad importó un reconocimiento de la titularidad del
predio más allá de ser considerado o no un acto interruptivo del plazo de una eventual prescripción que estuviera
corriendo.
Los pagos de impuestos o servicios que la actora acompaña para justifi car su pretensión, no acreditan tampoco la
ocupación a título de poseedor durante el lapso de 20 años, dado que el más antiguo de los comprobantes
agregados data de septiembre de 1994 y refiere al pago del servicio de luz que sólo acredita el uso del inmue ble.
Los demás son de los años 1997 y 1998 y la gran mayoría corresponden a los años 2004 y 2005 que es cuando se
efectuó el cierre perimetral metálico y comenzó a gestionarse administrativamente la confección del plano de
mensura. Ello pone en evidencia que la finalidad de estos actos ha sido la preparación de la prueba para el presente
pleito ante la ausencia del elemento subjetivo que importara el desconocimiento de la titularidad de dominio en
otro y su comportamiento como dueño con anterioridad a esa fecha.
El pago de impuesto constituye una exteriorización del animus posesorio y tiene un valor meramente
complementario, pero es un elemento válido de especial consideración cuando las obligaciones tributarias se
cumplen regularmente en los términos periódicos de vencimientos o, cuando su pago, aunque tardíos, es el
resultado de una conducta espontánea e independiente de la eventual acción judicial.
No existen actos posesorios realizados a título de dueño durante el lapso de 20 años para usucapir. La prueba tiene
que ser plena e indubitable, demostrativa y sin ninguna clase de duda, de que están cumplidos todos los requisitos
de la ley para poder adquirir por prescripción. Además, las constancias de la licitación y del juicio de lanzamiento
llevan a considerar que el Estado Nacional y el Organismo Nacional de Administración de Bienes (ONABE)
demandados se comportaron siempre como dueños del terreno objeto del litigio sin reconocer ningún derecho a la
actora sobre aquél.
Las consideraciones precedentes tornan innecesario examinar los agravios expresados en los recursos
extraordinarios interpuestos por los demandados, cuya denegación dio origen a las quejas. Asimismo y por no
haberse presentado el correspondiente memorial de agravios, procede declarar desierto el recurso ordinario de
apelación deducido por el Organismo Nacional de Administración de Bienes.
Se resuelve declarar procedente el recurso ordinario interpuesto por-el Estado Nacional, revocar la sentencia
apelada y rechazar la demanda y desierto el recurso ordinario interpuesto por el Organismo Nacional de
Administración de Bienes. Declarar inoficioso el pronunciamiento del Tribunal en los recursos de hecho.
5- MASSAI LAURA
La actora promovió acción de amparo contra el gobierno de CABA solicitando la nulidad de un decreto
que dispuso la desocupación del inmueble donde habita junto con su familia, junto con una cautelar que
ordenara la prohibición de innovar respecto del depto. F del inmueble, donde habita, ordenando al GCBA
que se abstuviera de desalojar esa unidad, lo cual fue ordenado por el juez. La Cámara resuelve revocar
la medida cautelar dispuesta, ya que el inmueble en cuestión pertenece al dominio público de la ciudad,
en tanto fue expropiado por el GCBA (antes munic) a una SA con la cual la actora había suscripto un
contrato de locación vencido en el año 1984, no pudiendo ésta acreditar la posesión de un permiso o
autorización del GCBA para la ocupación de dicho inmueble. Más allá de llevar a cabo la desocupación
del mismo, la cámara establece que deberá llevarse a cabo sin que ello implique dejar en situación de
desamparo a las personas que habitan la unidad en cuestión, que deberán ser asistidas por las
dependencias del GCBA que resulten pertinentes en función de las necesidades del grupo familiar.
6- VILA ALFREDO C/ESTADO NACIONAL (2012)
El actor -Alfredo Luis Vila- inicio demanda de usucapión contra el Estado Nacional con el objeto de obtener el
dominio de una fracción de terreno ubicada al Oeste de la Avda. Champagnat, en la ciudad de Mendoza (31
hectáreas y 9.124,53 metros cuadrados) y, en consecuencia, la inscripción a su nombre en el Registro de la
Propiedad. Alega haber poseído el terreno por mas de 20 años en forma continua, ininterrumpida, publica, pacifica
y con animo de tener la cosa para si de acuerdo a lo prescripto en los Art 2510, 2524, 4015, 4016 y concordantes
del CC.
El Estado Nac contesta demanda y solicito se cite en calidad de tercero a la Universidad Nacional de Cuyo se cita a
la mencionada Universidad la que contesto demanda y reconvino por reivindicación de la fracción del inmueble en
cuestión. La Cámara Federal de Mendoza confirmo la sentencia de primera instancia que había hecho lugar a la
demanda.
Contra dicho pronunciamiento el Estado Nacional interpuso recurso ordinario de apelación ante esta Corte.
Manifestó que la presente causa reúne los requisitos exigidos por el Art. 24 del Decreto-Ley N 1.285/58 (es parte la
Nacion, la sentencia es definitiva y el valor disputado en ultimo termino sin sus accesorios es superior a $
726.523,32). A fin de acreditar el valor del bien acompaña una tasación efectuada por la Facultad de Ingeniería de
la UNC y avisos publicitarios de los terrenos colindantes. Asimismo, la UNC y el Estado Nacional interpusieron
sendos recursos extraordinarios que, al ser denegados, motivaron las quejas.
La cámara denegó el recurso ordinario por considerar que la valuación presentada por el Estado no demostraba el
valor del inmueble en disputa. Sostuvo que debió haberse solicitado una tasación de cualquier profesional
matriculado, conforme lo faculta el Art 8, inc. b, de la Ley N 20.266 y el Art 2, inc. 2, de la ley 13.895; que la
circunstancia de que la tasación fuera emitida por un funcionario de la Universidad demandada en autos le resta
objetividad a dicha labor, y que la valuación presentada no satisfacción a los requisitos de una suficiente
fundamentación técnica. Respecto de esto ultimo señala que: a) "si bien por tratarse los presentes de un juicio por
titulo supletorio, el monto del proceso lo ha de constituir el valor del inmueble usucapido, no debe tomarse pa ra
ello su precio actual, el que incluir a las mejoras adquiridas con el transcurso del tiempo en que se estuvo
poseyendo; sino aquel histórico, el que existió al momento en que se comenzó a poseer"; b) el calculo de treinta
lotes por hectárea constituye una mera conjetura del profesional; c) el inmueble carece de obras de urbanización
lo que impide colocar a los terrenos a la venta en lotes; d) si bien la tasación hace merito de las carencias señaladas
y por ella considera solo el 30% del precio del terreno urbanizado sus conclusiones no resultan suficientes.
El tribunal a quo resalto la diferencia entre el avalo fiscal del banco de información catastral de la provincia ($
11.598) y el de la tasación presentada ($ 8.616.348).
El Estado Nacional interpuso recurso de queja. Este Tribunal declaro formalmente admisible el recurso ordinario de
apelación interpuesto. La Corte hizo lugar al recurso de hecho, declaro admisible el recurso extraordinario y
suspendió la ejecución de la sentencia dictada el 31 de mayo de 2007 por la Cam. Federal de Apelaciones de
Mendoza en los autos caratulados "Vila, Alfredo Luis c/ Gobierno de la Nacion y/o PEN por usucapión (titulo
supletorio)". Asimismo, dispuso que para el caso de que se hubiesen llevado a cabo inscripciones regis trales del
inmueble en litigio, se mande asentar en el registro respectivo que la sentencia que admitió la usucapión no se
encuentra firme debido a la interposición ante esta Corte de los recursos nominados.
El recurso ordinario de apelación deducido por el Estado Nacional. Al presentar el memorial previsto en el segundo
parr. del Art 280 del CPCCN, manifiesta que: l) el tribunal a quo considera la superficie sujeta a usucapión, mas allá
de lo consentido por el actor, ya que dicha superficie, delimitada en primera instancia, quedó consentida, no
mereciendo agravio de su parte al respecto; 2) no encontrándose controvertida la condición de dominio publico del
inmueble objeto del litigio, la configuración de la desafectación tacita merecía ser objeto de un trat amiento y
estudio exhaustivos por parte de la cámara, lo que no habría acontecido; 3) el tribunal a quo llego a la conclusión
de que se había producido la desafectación tacita apartándose de la solución normativa aplicable y prescindiendo
de las pruebas colectadas en autos Finalmente, con carácter subsidiario, plantea la inexistencia de los requisitos
exigidos por el Cod. Civil para la procedencia de la prescripción adquisitiva.
Corresponde definir la superficie y localización del terreno en cuestión para l uego determinar si dicho terreno
pertenece al dominio publico o privado del Estado Nacional.
En efecto, luego de analizar las distintas pruebas aportadas a la causa el magistrado de primera instancia manifestó
que "el terreno objeto del litigio es el demarcado como superposición en el plano presentado por el Sr. Perito
Agrimensor Mario Eduardo Bermudez, glosado en el Cuaderno de Pruebas de la UNC; ya que el terreno ubicado al
Norte, no pertenece a los demandados y el ubicado al Sur, no están incluido por e l actor como el terreno que
intenta adquirir por usucapión".
Una vez delimitada la superficie del terreno que se pretende usucapir corresponde ahora precisar la naturaleza de
dicho terreno. Ello por las consecuencias que tiene a los efectos de la prescrip ción, en tanto el actor planteo en su
demanda que se este en presencia de un terreno que pertenece al dominio privado del Estado, para lo que es
susceptible de ser adquirido par prescripción y los demandados -Estado Nacional y UNC- entienden que integra el
dominio publico y, por tanto, resulta imprescriptible.
Para lo demás, cabe señalar que el carácter de dominio público del terreno surge de las constancias de la causa. En
efecto mediante la Ley N 17 el Gobierno de la Provincia de Mendoza dono al Gobierno Nacional dos fracciones de
terreno de una superficie de 101 hectáreas, 807 m2. En dicha norma local se establece: "Autorizase al Poder
Ejecutivo [de la provincia de Mendoza] para donar a la Nación, con destino a la construcción de cuarteles, campo
de tiro y anexos, ciento una hectáreas ochocientos ochenta y siete metros de terreno fiscal, que se ubicaran al
Norte de la Cárcel Penitenciaria en construcción y entre los Canales del Oeste y Jarillal, así como también cuarenta
y seis hectáreas setecientos setenta y dos metros al Oeste del Canal de este nombre hasta llegar al cerro de la
Angostura" . Dicha donación fue protocolizada mediante la escritura N 216 del Protocolo del escribano Francisco
Alvarez el 15 de marzo de 1898, inscribiéndose al N 759 del Tomo V del Registro de Propiedad Raíz del
Departamento Capital.
A su vez, por Ley nacional N 22.207 se incluyeron en el patrimonio de cada Universidad los bienes del Estado
Nacional que estuvieran afectados al uso de cada una de ellas. Por su parte, el Estado Nacional presto conformidad
quedando el Polígono de Tiro afectado al destino de ampliación de la Ciudad Universitaria. Esta afectación se
inscribía en el Asiento de Dominio N 759 Tomo V del Departamento Capital: " afectado al patrimonio de la
Universidad Nacional de Cuyo el denominado Polígono de Tiro el que según plano esta ubicado en la localidad de
Alto Godoy - Depto. Capital con una superficie total del polígono CNOP de cuarenta y seis Has. Setecientos setenta
y dos mts. al norte ... ".
De aquí se sigue que se pueda afirmar que los terrenos que la parte actora pretende usucapir, fueron primero
afectados por el Estado al uso militar y posteriormente a la ampliación de la ciudad universitaria de la UNC.
Los bienes que pertenecen al dominio público del Estado Nacional pueden cambiar su condición jurídica a través de
la desafectación. Desafectar un bien significa sustraerlo de su destino al uso publico, haciéndolo salir del dominio
publico para ingresar al dominio privado, Sea del Estado o de los administrados. El principio consiste en que los
bienes desafectados ingresan al dominio privado del Estado; la excepción consiste en que dichos bienes ingresen al
dominio privado de los administrados.
En este sentido, se ha establecido que la desafectación es la "decisión del Estado adoptada por sus autoridades
competentes, en el sentido de alterar el destino de la cosa" agregando que "de ordinario tal determinación
corresponde al Poder Legislativo del Estado, pero se ha considerado que también hay desafectación cuando en
virtud de una declaración del poder administrador o de otro acto suyo resu1ta indudable que la cosa ha dejado de
servir directamente al uso o goce publico, al cual hasta el momento se encontraba destinada".
La naturaleza del bien que se trate la desafectación de un bien del dominio publico debe efectuarse por hechos o
actos administrativos. La necesidad de una evidencia absoluta de la desafectación ha sido reconocida por esta
Corte. No se encuentra controvertida en la causa la inexistencia de un acto de desafectación formal. Asimismo, de
las constancias del expediente no surge la existencia de actos o hechos de los que se pueda derivar la desafectación
que pretende el actor. Tal como se estableció ut supra dichos actos o hechos deben ser indudables y mani festarse
por constancias inequívocas de las que se desprenda una evidencia absoluta de la desafectación, las que no se
encuentran presentes en el sub lite. Por el contrario, en el presente caso ha mediado una continuación del uso
publico del bien, toda vez que el Estado Nacional transfirió el predio en litigio -oportunamente afectado al uso
militar del Ejercito Argentino- a favor de la UNE con el objetivo de ser destinado al uso educativo.
Por todo lo expuesto, se declara: a) procedente el recurso ordinario interpuesto por el Estado Nacional, se revoca el
pronunciamiento, se rechaza la demanda y se ordena el desalojo del actor del terreno en cuestión; b) las costas de
todas las instancias se imponen al actor; y c) inoficioso expedirse respecto del recurso ex traordinario interpuesto
por el Estado Nacional, con costas por su orden y respecto del recurso de queja interpuesto por la Universidad
Nacional de Cuyo.
7- Lastra, Juan c/ obispado de venado tuerto, 22/10/1991, CSJN

Cámara de apelaciones en lo Comercial, revoca el pronunciamiento de 1° instancia, admitiendo el incidente


promovido por el obispado de Venado Tuerto (en carácter de ejecutado) y determino la inembargabilidad
del inmueble sobre el que pesaba la medida cautelar, ya que se trataba de un bien “sagrado” o de los
llamados “temporales” por lo que no era factible de ejecución coactiva sin el cumplimiento de recaudos
previos: execración o autorización eclesiástica, que en este caso no habían sido satisfechos.

Se interpone recurso extraordinario. El pronunciamiento recurrido es equiparable a sentencia definitiva, ya


que es susceptible de producir un agravio en la tardía reparación ulterior.

Argentina, mediante un tratado reconoce y garantiza a la Iglesia Católica Apostólica Romana el libre y pleno
ejercicio de su culto y de su jurisdicción dentro de la competencia para realizar fines específicos.
Este reconocimiento de jurisdicción, implica la más plena referencia al ordenamiento jurídico canónico para
regir los bienes de la Iglesia, en armonía con el art 2345 del Código Civil en cuanto a la calificación y
condiciones de enajenación de los templos y las cosas sagradas y religiosas.

En El inmueble a subastar funciona la Sede del Obispado y vivienda de su titular y otros sacerdotes. Este
bien, se encuentra directa y mediatamente vinculado a la finalidad propia del obispado, por lo cual, es un
bien INALIENABLE, IMPRESCRIPTIBLE, E INEMBARGABLE, hasta que se proceda a la desafectación o
autorización de enajenación.

Entonces, perteneciendo el bien embargado a la diócesis demandada, toda interferencia jurisdiccional


sobre su disponibilidad solo puede decretarse o reconocerse en la Republica, de Conformidad con el
ordenamiento canonico, en virtud de sus disposiciones aplicables, a las que reenvia el derecho Argentino.

SE HACE LUGAR A LA QUEJA, SE DECLARA PROCEDENTE EL RECURSO EXTRAORDINARIO, Y SE CONFIRMA LA


SENTENCIA, CON COSTAS.
8- Asociación civil nuevo ambiente c/municipio De ensenada, 14/12/2012 CCALP
La cuestión planteada es si es admisible, el recurso de apelación interpuesto? Y al respecto: que pronunciamiento se
puede dictar?

Se hace lugar parcialmente a la medida cautelar peticionada, ordenando a la municipalidad de Ensenada a que retire
de la venta en pública subasta los lotes de terreno ubicados en el barrio de Villa del Plata, localidad de Punta Lara,
partido de Ensenada, hasta que se dicte sentencia firme o se cumpla el plazo de vigencia de 3 años computados desde
su dictado.
Ante esto, la parte demandada se levanta en contra, diciendo que le produce agravios.
● Inadmisibilidad e improcedencia de la vía intentada por poner en crisis la ordenanza municipal
● Inexistencia de verosimilitud en el derecho
● Ausencia de peligro en la Demora
● La desconcertante eximición de contracautela
● Arbitraria determinación del alcance temporal a la medida.
Además, reclama daños y perjuicios.
Corresponde evaluar su admisibilidad, que se halla a salvo en tanto la presentación impugnatoria cumple los recaudos
de tiempo y forma.
El tema debatido en este proceso cautelar autónomo pero accesorio del principal, que según surge de la causa, se
encuentra iniciado, consiste en la condición jurídica de los bienes de dominio Municipal, a los fines del cumplimiento
de los recaudos establecidos por las leyes. Para someterlo al trámite de la subasta, sacándolo o enajenándolo del
patrimonio cultural.
En virtud de esto, la entidad actora, dice que se halla afectado el interés colectivo, por las obras de la autoridad, que,
al decidir la desafectación de determinados lotes, primero sustraerlos del ejido local, se reputa ilegitimo y contrario a
los resguardos y preservación de bienes destinados a la satisfacción del interés publico.

La controversia se suscita en virtud de la decisión tomada a partir de una ordenanza, tomada por el Concejo
Deliberante de la Municipalidad de Ensenada, que dispuso desafectar como Reservas Fiscales, entre otros bienes, a las
parcelas 1 y 13 de Villa del Plata de Punta Lara. Facultando al Ejecutivo a proceder a la enajenación de los inmuebles
referidos, mediante SUBASTA PUBLICA, contemplado en la ley organica de las municipalid ades. Esto, considerando
que las parcelas no cumplen en los hechos con el destino asignado de reservas fiscales y/o espacios verdes, mediando
razones de interés publico atento el valor inmobiliario de los bienes y el desaprovechamiento de los mismos para l a
satisfacción de necesidades de la comunidad, que sugieren proceder a su enajenación.

El primer agravio, entiende la demandada que el fallo porta un grosero e inadmisible vicio, yaque el recaudo adjetivo
no esta satisfecho, al disponer retirar de la venta en pública subasta los lotes de terreno de propiedad municipal, pues
con ello se pone en jaque de modo anómalo e ilegítimo una Ordenanza Municipal.
tampoco podría habilitarse esa impugnación por los presuntos actos de aplicación de la Ordenanza en la med ida que
es por medio de de aquélla que se debe autorizar la enajenación de inmuebles del dominio privado del Estado y que
debería tachársela de inconstitucional.
La cuestión corresponde a la competencia material del fuero, ya que trata de un problema inher ente al régimen de
derecho administrativo municipal, y las Ordenanzas municipales no se hallan excluidas de cuestionamiento en este
fuero, sea en forma directa o a través de sus actos de aplicación, por vicios de ilegitimidad o inconstitucionalidad.

la impugnación de normas locales –entre ellas las Ordenanzas municipales - a través de la acción ordinaria de
inconstitucionalidad requiere que invistan carácter normativo, esto es que contengan mandatos generales, abstractos
e impersonales, naturaleza que no exhibe la que constituye el objeto de la presente.
El primer planteo que cabe entender principal, en tanto supone ventilar vicios de legalidad, resulta así ajeno a la
materia constitucional propia de la acción originaria

Sobre la Verosimilitud, tampoco acierta el apelante. El agravio se basa en que los lotes en cuestión –contrariamente a
lo sostenido por el juez de grado- no constituyen espacios públicos y/o áreas verdes públicas. el hecho que no estén
cercados no implica que se encuentre autorizado por el propietario o titular el ingreso y/o acceso ya que con
frecuencia se producen usurpaciones u ocupaciones ilegítimas de espacios privados, tanto del Estado como de
particulares, situación que no hace presumir la afectación o destino al uso público.
Destaca la apelante, que la comuna ha decidido asignar a una de las parcelas (13) destino de uso público (plaza),
retirándola de la subasta, contemplando el deseo de los vecinos. Además, el municipio ha tenido que autorizar la
venta de estos terrenos ya que algunos eran utilizados por los vecinos para tirar basura. la entidad ahora
sorpresivamente intenta frenar la enajenación, invocando un destino de uso común que no existe y nunca ha existido.
Luego de señalar que los bienes municipales no son de las comunas origi nariamente, concluye que ni el hecho que
hubiera sido cedidos por la Provincia, ni su condición de reservas fiscales, constituyen elementos que hagan presumir
que se trata de bienes del dominio público.
Esos bienes que se ha decidido vender, pertenecen al dominio privado del Estado, por lo que no son inalienables.
Advierte que la medida trabada constituye una indebida injerencia de la justicia en asuntos del gobierno municipal.
Hay una ausencia de verosimilitud en el derecho. la propia Ordenanza reconoce la finalidad de las parcelas en
cuestión, al establecer que no cumplen en los hechos con el destino asignado de Reservas Fiscales y/o Espacios
Verdes. La condición de reserva fiscal y/o espacio verde que figura en la disposición, da una pauta inicial sobre la
presencia de un régimen jurídico del bien estatal sometido a determinadas y precisas previsiones y prevenciones, en
aras de su finalidad enderezada al interés general, dentro de las finalidades está la propia de la dominicanidad.
la finalidad pública del destino asignado a los inmuebles no sólo surge del origen de los bienes en cuestión, sino de la
normativa que les es aplicable, como, también, de la propia decisión municipal sujeta a juzgamiento.

más allá de la determinación de si la reserva fiscal constituye un bien de dominio público o un bien del llamado
dominio privado, debe ponerse el acento en que aquélla no se identifica con un sistema de derecho privado. los
bienes en disputa conforman el dominio municipal, desde que pertenecen al dominio municipal, año 1981 no se
registra otro destino que el uso público, espacio verde o espacio libre público, toda vez que no figura ningún dato que
indique que se hubiese asignado otra finalidad que difiera de la de uso público o comunitario inherente a su
conformación originaria en el patrimonio comunal.

por el art. 7 primera parte del mismo ordenamiento se ordenó a las Municipalidades disponer la venta de todos
aquellos inmuebles de su dominio privado que no fueren necesarios para el cumplimiento de fines estatales, supuesto
que no se identifica.
Puede entonces decirse que las reservas fiscales son bienes estatales con cometidos públicos y régimen específico
que, además, pueden ostentar la condición de dominicalidad.
Se trata de tierras asignadas al uso comunitario.

La Cámara de Apelacion en lo Contencioso administrativo, resuelve por mayoría rechazar el recurso de apelación
deducido, a la medida cautelar ordenada y confirmarla, revocando la exclusión de contrac autela, ya que puede
reputarse que los lotes revisten de su condición de reservas fiscales y/o espacios verdes, afectación a cometidos de
uso común, esto se encuentra respaldado, en torno a que la conducta del Municipio de Consentir tacita evidencia de
que el espacio era de uso público, por lo que se encontrarían incorporados al dominio público, en tanto se habría
operado, afectación “por hechos” de esos lotes al uso público, consentida tácitamente por el municipio.

el art. 60 del decreto ley 8912 (texto s egún ley 13.127), en efecto, se establece que Por ninguna razón podrá
modificarse el destino de las áreas verdes o libres públicas, pues constituyen bienes del dominio público del Estado, ni
desafectarse para su transferencia a entidades o personas de exis tencia visible o personas jurídicas públicas o
privadas, ni aún para cualquier tipo de edificación, aunque sea de dominio público, que altere su destino. Todo ello
salvo el caso de permuta por otros bienes de similares características que permitan satisfacer de mejor forma el
destino establecido.
La desafectación es el acto por el cual la manifestación consagratoria de un bien para fines públicos decae
completamente, es decir, se desviste al bien de su afectación para entrar en el sector jurídico de los bienes
privados.
Desafectar un bien significa sustraerlo de su destino al uso público, haciéndolo salir, por lo tanto del dominio
público para ingresar al dominio privado, sea del Estado o de los administrados.

Tampoco cabe en esta oportunidad determinar si existen suficientes espacios verdes en el barrio en cuestión, como
aduce la demandada, sino de precisar si los inmuebles llamados a subasta, están en condición jurídica de tal acto de
disposición. por lo que el proyecto de parque recreativo que se estaría desarrollando carece actualmente de
incidencia decisiva.
la medida preventiva que tiende a evitar la consumación de la subasta de los lotes, se ajusta a ese carácter cautelar,
toda vez que, de otro modo, siendo plausible el derecho o interés invocado, la concreción de la enajenación sería
susceptible de provocar perjuicios que pueden considerarse irreversibles o, al menos, de muy dificultosa reparación
ulterior. Se advierte presente el peligro en la demora ante una subasta qua había sido llamada para ser realizada el 27
de julio de 2012,
EN MÉRITO DE LAS RAZONES EXPUESTAS CORRESPONDE RECHAZAR EL RECURSO DE APELACIÓN DEDUCIDO EN
CUANTO A LA MEDIDA CAUTELAR ORDENADA Y CONFIRMARLA; REVOCAR LA EXCLUSIÓN DE CONTRACAUTELA
ORDENANDO QUE SE PRESTE CAUCIÓN JURATORIA EN LOS TÉRMINOS DE LEY Y ADECUAR EL ALCANCE TEMPORAL DE
LA MANDA PRECAUTORIA CON ARREGLO A LO EXPLICITADO EN LA PRESENTE.
UNIDAD 3
1- Figueroa de cornejo, Hortensia c/ adm. De parques nacionales s/ expropiación inversa,
19/04/2016 CSJN
Cámara de Apelaciones de Salta, al revocar sentencia de 1° ins tancia, hace lugar a la demanda de expropiación
irregular dirigida contra la Administración de Parques Nacionales, y en consecuencia, ordena transferir a ésta, el
dominio de la porción del inmueble demarcado en el plano de subdivisión para expropiación. Y Condeno a la
demandada a abonar en concepto de indemnización $5.789.550 mas intereses a la tasa que publica el banco Central,
desde la interposición de la demanda hasta el pago. La que debería quedar a disposición del juez que interviene en el
juicio Sucesorio de Candelaria Hortencia Campero de Figueroa, fallecida en 1980.
Contra esto, la demandada interpone recurso Extraordinario de apelación, concedido.
En el caso “anadon” (de 2013) esta Corte declaró la inconstitucionalidad del art. 24, inciso 6°, apartado a, del decreto-
ley 1285/58, que instituyó la "apelación ordinaria de las sentencias definitivas de las cámaras nacionales de
apelaciones" para los supuestos allí individualizados.
El tribunal aclaro que las causas en las que hubiera sido notificada la sentencia de cámara con anterioridad al fallo
“Anadon” quedase firme continuarían su tramitación con arreglo a la norma declarada inconstitucional.
Dado que esta situación es la que se presenta en el caso, se deben examinar las cuestiones de admisibilidad de la
apelación interpuesta.
el recurso deducido es formalmente admisible en la medida en que se trata de una sentencia definitiva, recaída en
una causa en que la Nación Argentina es directamente parte, y en la que el valor disputado supera el mínimo previ sto.

El tribunal de alzada señalo que en marzo de 1974se publico la ley 18.594 (de parques nacionales) y que no se
controvirtió que aquella ley incluía una franja de propiedad de los actores.
Indicó que, la ley 18.594 estableció importantes restricciones al ejercicio del derecho de propiedad de los titulares de
áreas comprendidas en su régimen; prohibió así: a) la enajenación, arrendamiento o concesión de tierras, b) la
exploración y explotación minera, c) la instalación de industrias, d) la explotación agrícola, ganadera y forestal, e) la
pesca comercial, la caza y cualquier otro tipo de explotación de los recursos naturales, f) la construcción de viviendas,
salvo las destinadas a los servicios de la autoridad de aplicación, de vigilancia o seguridad de la Nación y turísticos, g)
la introducción de animales domésticos, con la excepción de los necesarios para la atención de los servicios
mencionados en el inciso "f”, h) la introducción de flora o fauna exóticas, i) crear pueblos en propiedades particulares,
y j) toda acción que pudiera originar alguna modificación del paisaje o del equilibrio biológico.

Observo que las posibilidades de uso y goce de Candelaria de Figueroa sobre el fundo quedaron limitadas por aquel
ordenamiento a un estrecho margen de acción.
El ejecutivo, mediante decreto en 1975 manda a llevar adelante la expropiación de los inmuebles necesarios para la
constitución del parque nacional Baritú, a cuyo fin, solo se mencionaron las fincas pertenecientes a Amalia de Calero y
otros, y Carlos Franzini, no así a la que es objeto de este litigio.
CASI UN AÑO MAS TARDE, la demandada confecciono y aprobó el plano de subdivisión N° 42 para la expropiación, en
el que se delimito la porción de la señora Campero de Figueroa, de quienes los actores serian sus herederos.
La realización de este plano puso en evidencia una conducta de la demandada en interés de avanzar con los tramites
expropiatorios, mas allá de la omisión del decreto.

Se valoró además, el contrato entre Figueroa y Raul Robles en enero de 1976, por el cual la primera arrendó al
segundo por el plazo de cinco años "los bosques de su propiedad existentes en la Finca Santa Victoria (...) para la
explotación del monte que hubiere en el la con excepción de la fracción loteada y de la fracción que fuere afectada por
la expropiación para el Parque Nacional Bari tú".
Constituía una prueba más de que la existencia del Parque Nacional Baritú restringía el derecho de propiedad de la
actora, en tanto esta debió excluir expresamente de la explotación forestal al sector afectado a la expropiación.
Del peritaje, surge que se accede al Parque Nacional Baritú a través del inmueble en cuestión y que en él se halla
instalada la casa del guarda parque, lo que no fue negado por la demandada ni refutada por prueba en contrario.
Todas estas circunstancias, llevaron al a quo al convenc imiento de que en el caso se reunían los presupuestos que
tornaban admisible la acción de expropiación irregular. Porque la declaración de la ley 20.656 había incidido de forma
directa en la aplicación de los actores del régimen que prohibía una importante cantidad de actividades y usos sobre
el inmueble en cuestión, lo que demostraba la indisponibilidad por dificultad o impedimento para disponer de la
fracción de tierras en condiciones normales.
la serie de actos examinados, lejos de constituir una muestra del abandono de la expropiación alegado por la
demandada se erigen como prueba de su avance sobre el derecho de propiedad de los actores.
Cabe Rechazar la excepción de Prescripción de la acción de expropiación irregular opuesta por la parte demandada, en
los términos del Art.56 de la ley 21.499, cuya inconstitucionalidad fuera planteada por la actora en la demanda. La
mencionada disposición prevé la prescripción quinquenal para esta acción, fue declarada inconstitucional en fallos
anteriores.
El art. 33 de la ley 21.499 establece: "Se tendrá por abandonada la expropiación -salvo disposición expresa de ley
especial- si el expropiante no promueve el juicio dentro de los dos años de vigencia de la ley que la autorice, cuando se
trate de llevarla a cabo sobre bienes individualmente determinados; de cinco años, cuando se trate de bienes
comprendidos dentro de una zona determinada; y de diez años cuando se trate de bienes comprendidos en una
enumeración genérica”
La configuración del abandono exige no solo que haya promovido el expropiante el juicio durante el lapso indicado,
sino también que no haya mediado un comportamiento o conducta de aquel tendiente a concretar indebidamente los
efectos de la expropiación, habida cuenta que tal conducta, desvirtuaría la presu nción de “abandono”

Quien ocasiona el agravio no es el poder administrador, sino el órgano legislativo al sancionar la ley formal.
Hay que examinar si se ha probado la existencia de comportamientos o conductas que demuestren la intención del
demandado de llevar adelante la expropiación y por ende, que no se ha configurado la situación de “abandono” que
dicha parte invoco desde la contestación de la demanda.
Debe desecharse como relevante la sujeción del predio a las restricciones impuestas por las leyes 18 .594 y 22.351, en
tanto dicha sujeción no proviene de acto alguno del poder administrador, sino de la decisión del Congreso de la
Nación.
Además, el contrato celebrado entre de Figueroa y Roberto Robles, para el aprovechamiento forestal de las tierras
que no estuviesen sujetas a expropiación, tampoco es un acto en el que haya tenido intervención el demandado, por
lo que mal puede servir para probar su intención de comenzar el proceso expropiatorio.
Sin embargo, SI traducen comportamientos o acciones del demandado, tanto la realización y posterior aprobación del
plano N°42 de subdivisión “al solo efecto de gestionar la expropiación”, como la instalación de la casa del guarda
parques en un sector del predio.

Ninguno de tales actos demuestra de modo fehaciente el interés del demandado por concretar la expropiación del
inmueble. En efecto, si bien el plano aludido, tuvo por finalidad preparar la expropiación del terreno, lo cierto es que
desde el 5 de enero de 1976, fecha de su aprobación, la demandada no desplegó ninguna otra actividad con igual
objeto.
El decreto 716/75, al no incluir entre los inmuebles a expropiar al que es objeto de esta controversia, ponía de relieve
la falta de interés del Poder Ejecutivo en incorporarlo al Parque Baritú.
En cuanto a la casa del guarda parques, su mera existencia dentro del predio, sin mayores precisiones sobre su
ubicación exacta, fecha de construcción y utilización, no constituye dato que pruebe inequívocamente el interés en
expropiar por parte de la autoridad competente.
Tampoco es decisivo el decreto 2149/90, que clasificó como "Reserva Natural Estricta" ciertos sectores de varios
parques nacionales, considerándolos dominio de la Nación, pues en el mismo decreto se aclaró que los mapas que
delimitaban dichos sectores eran provisionales y estaban, por ende, sujetos a ulteriores correcciones.

La corte, estableció que en toda expropiación valida, el propósito que persigue el Estado es satisfacer intereses
públicos superiores, cuya consolidación exige el sacrificio del dominio particular o privado.
y destacó que cuando .circunstancias sobrevinientes o hechos anteriores desconocidos demuestran que la utilidad
pública declarada no existe o ha desaparecido, va de suyo que no puede negarse a dicho Estado el derecho a desistir
de la expropiación, en su caso, o el de hacer valer el "abandono.
Si bien la atribución de declarar la utilidad pública es exclusiva del poder legislativo, la facultad de concretar la
expropiación corresponde al poder administrador, que decide la oportunidad en que puede hacerlo o, en última
instancia, el "abandono n de la expropiación, o su desistimiento. el Tribunal señaló que el arto 29 de la ley 21.499
faculta al expropiante a desistir de la acción en tanto la expropiación no haya quedado perfeccionada.
en tanto no haya mediado perfeccionamiento de la expropiación el derecho del Estado para desistir de la acción
expropiatoria resulta indiscutible.
Tratándose de una expropiación irregular no cabe estrictamente hablar de la posibilidad de desistimiento por el
expropiante "de la acción promovida", por no ser este el dueño de dicha acción, interpuesta por los particulares
afectados. Sin embargo debe admitirse la posibilidad de que el Estado desista de su "derecho" a expropiar, ya que no
sería razonable concluir que por la sola circunstancia de interponer el particular la acción expropiatoria inversa, se
impidiera al Estado tal posibilidad. Corresponde considerar abandonada la expropiación pretendida ya que el
29/12/2000 (imposición de la demanda) se encontraban largamente vencidos los plazos de la ley expropiatoria, en
cualquier supuesto. Pues en el decreto no fueron incluidas las tierras en litigio.
SE REVOCA LA SENTENCIA APELADA Y SE RECHAZA LA ACCION DE EXPROPIACION INVERSA, DECLARANDO EL
ABANDONO DE LA EXPROPIACION.
2- fira s.a c/ estado nacional (secr. de cultura), 24/09/2013 csjn
al confirmar la decisión de 1ª instancia, se rechazó la acción de retrocesión interpuesta por FlRA S.A. con el
objeto de que se le reintegrara el inmueble sito en avenida Callao 628 de la Ciudad Autónoma de Buenos
Aires, con fundamento en que el Estado Nacional no le había dado el destino previsto por la ley 17.569,
mediante la cual se lo había expropiado. Como fundamento, y después de realizar una inspección ocular en
las instalaciones, el a qua consideró que se había dado efectivo cumplimiento al objeto de la expropiación.
Contra este pronunciamiento, la actor a interpuso recursos ordinario y extraordinario de apelación. El
primero concedido, el segundo declarado inadmisible. Originando queja.

El recurso extraordinario resulta formalmente admisible, al tratarse de una sentencia definitiva en un pleito
en el que el Estado Nacional es parte y el valor disputado supera el minimo establecido.
de las pruebas obrantes en el expediente, resulta que se ha respetado el destino previsto por la ley 17.569,
que declaró sujetos a expropiación los inmuebles situados en la avenida Callao, y en la calle Riobamba,
CABA, Con el objeto de utilizarlos como sede de la Escuela Nacional de Comercio nº2 “Dr. Antonio
Bermejo”
Resultan coincidentes los informes de las autoridades educativas, el acta de inspección ocular, las
manifestaciones del perito ingeniero.
no es convincente el apelante en cuanto alega que el destino legal se cumplió respecto de los inmuebles
sitos en la calle Riobamba, pero no con relación al ubicado en la Avenida Callao.
no obsta a lo expuesto el hecho de que -previamente al perfeccionamiento de la expropiación- el Estado
Nacional haya intentado modificar el destino del inmueble mediante el dictado de diversas resoluciones,
que disponian la instalación del "Museo de Arte Oriental", ni tampoco que se haya dictado la ley 21.754,
que dispuso la ampliación de los alcances de la ley 17.569 en el sentido de que el inmueble sito en .la
Avenida Callao 628 "podrá ser también destinado a otros servicios educacionales y/o culturales
dependientes del Ministerio de Cultura y Educación". Ello es asi porque en el predio, finalmente, se cumplió
el objeto previsto por la ley de expropiación original.

SE DECLARA ADMISIBLE EL RECURSO ORDINARIO INTERPUESTO Y SE CONFIRMA LA SENTENCIA APELADA.


3- Filon Andrés Roberto c/ municipalidad de Vicente López 18/4/2007. Suprema Corte
El actor, vecino de la ciudad de Vicente López, promueve acción de inconstitucionalidad contra la
Ordenanza nº 20.665 y sus anexos, emanada del Municipio de dicha ciudad, al considerar que la referida
disposición, en cuanto autoriza a la empresa Codinsa S.A. un emprendimiento urbanístico en terrenos
colindantes al Puerto de Olivos, infringe los artículos 28, 38, 44 y 193 inciso 7 de la Constitución de la
Provincia de Buenos Aires. Conforme surge de los elementos de la causa, mediante aquella ordenanza se
promueve un desarrollo inmobiliario consistente, en síntesis, en la construcción de un hotel, un complejo
habitacional, un paseo comercial, centro de eventos y convenciones, oficinas, un centro cultural,
exposiciones, y áreas de paseos públicos y semipúblicos. Pero de lo expuesto por el demandante resulta
que la norma impugnada, no obstante referirse a un predio específico ubicado en el barrio de Olivos,
genera efectos de incidencia general ya que según el actor la medida altera, a su entender
injustificadamente, las reglas generales de la Ordenanza nº 14.510, y que viola el derecho al medio
ambiente sano. En tal sentido, indica que un emprendimiento como el que se autoriza por la ordenanza
municipal nº 20.665/04, dado el gran movimiento de personas y bienes que el desarrollo habilitado
supondrá, ha de provocar un seguro impacto negativo en el vecindario de Vicente López. También
considera que la demandada no ha observado los recaudos jurídicos para la debida celebración de un
contrato público. A título cautelar, requiere que este Tribunal ordene la suspensión de los efectos de la
ordenanza.

Suprema corte evalua entonces si la presentación en tratamiento descansa sobre agravios prima facie
verosímiles, que la Dirección de Obras Particulares y Urbanismo de la Municipalidad de Vicente López –en
oportunidad de expedirse sobre el anteproyecto presentado por la firma antes aludida para el
emprendimiento a desarrollarse en los predios expresó la “inviabilidad de proceder al registro de los planos
de obra” por entender que el proyecto excedía los valores de altura y número de pisos autorizados en el
Código de Ordenamiento Urbano local. Por otra parte, del examen de las actuaciones administrativas
suministradas por la comuna no surge que el dictado de la normativa de excepción haya sido precedido por
una instancia de información y consulta públicas, tanto respecto del tipo de actividades cuyo desarrollo se
habilitaba como en cuanto a la incidencia sobre el ambiente, tal como lo demanda el adecuado
cumplimiento de los principios que resultan de el artículo 28 de la Constitución Provincial. Si bien no está
vedado al Municipio adecuar sus normas urbanísticas en función de nuevas decisiones públicas incluso a
propuesta de particulares, ello supone un examen y justificación razonables de los cambios introducidos así
como de los impactos que ellos habrán de causar, extremos que, como se ha visto, no han sido observados
adecuadamente. Estas falencias ponen objetivamente en riesgo los derechos resultantes del citado artículo
28 de la Constitución provincial, haciendo palpable la necesidad de instrumentar medidas
preventivas.Finalmente, la ordenanza nº 20.665/04, en cuanto implica la realización de una obra que se
aparta del esquema general vigente en materia urbano-ambiental en el Municipio, existente al tiempo de
su dictado, genera un beneficio urbano diferencial no suficientemente sustentado por razones de interés
público, lo que prima facie trasunta un quiebre del principio de igualdad jurídica. Teniendo en cuenta la
índole de los bienes jurídicos comprometidos, corresponde hacer lugar al requerimiento cautelar solicitado
el tribunal resuelve hacer lugar al planteo cautelar, ordenando a la Municipalidad de Vicente López que
suspenda todos los efectos de la Ordenanza nº 20.665/04 hasta tanto se dicte sentencia en las presentes
actuaciones (arts. 195, 202 y 683 y conc. del C.P.C.C.).Previa caución juratoria del actor de responder por
los daños y perjuicios que esta medida pudiese ocasionar
4- Rotella Nelida y otros c/municipio de pergamino 28/3/12 Suprema corte
Los actores, vecinos del Barrio Parque Villa General San Martín de la ciudad de Pergamino, promueven
acción de inconstitucionalidad contra la Ordenanza nº 7.082/09 emanada del Concejo Deliberante de dicho
Municipio, por considerar que la referida disposición -en cuanto modifica el Código de Zonificación vigente
desde 1980 y crea un Distrito Industrial en la hasta entonces zona urbana residencial donde se ubica el
barrio en que residen los accionantes- infringe los artículos 10, 11, 28, 31, 38, 44, 57, 192 inciso 4 y cctes.
de la Constitución de la Provincia de Buenos Aires. La cuestionada ordenanza dispone: 1) la desafectación
de la zona residencial con disposiciones especiales 2) la ampliación de la zona residencial 3) la ampl iación
de la zona central 4) la creación del Distrito Industrial. Los demandantes, , sostienen que la norma
impugnada colisiona lo dispuesto en el Código de Zonificación hasta entonces vigente respecto de la
prohibición de instalar cualquier tipo de industrias y depósitos en las zonas vulnerando su derecho
constitucional y humano a un medio ambiente sano, así como afectando su calidad de vida. Denuncian que
la ordenanza nº 7.082/09, por las consecuencias que genera al permitir expresamente el establecimien to
de la industria plástica INPLA S.A. -que en el año 1996 se instaló en esa zona previamente calificada como
residencial— altera el patrimonio urbanístico del lugar en el que se ubican sus viviendas y que viola el
derecho al medio ambiente sano.Señalan que la norma crea el Distrito Industrial en zona previamente
residencial y en lugar prohibido para ello, y que un emprendimiento como el que por ella se autoriza, dado
que se trata de una industria plástica cuya producción se da en forma continua las veinticuatro horas del
día, ha de provocar un seguro impacto negativo en la salud de los vecinos de Pergamino, al verse alterado
el equilibro ambiental y urbanístico de su hábitat urbano. A título cautelar requieren que el Tribunal ordene
la suspensión de todos los efectos de la ordenanza cuestionada, atento la existencia, a su parecer, de una
situación objetiva de riesgo urbanístico-ambiental. Solicitan, al mismo tiempo, una medida de no innovar
para que el citado Municipio se abstenga de dictar cualquier tipo de acto que pudiera alterar la zonificación
residencial del lugar, así como para que evite emitir habilitaciones provisorias y/o definitivas respecto de la
empresa INPLA S.A. y/o cualquier otra persona cuya actividad recaiga sobre el predio catalogado como
Distrito Industrial por la Ordenanza nº 7.082/09
Suprema corte alude a la resolución nº 099/08 emitida por el Defensor del Pueblo de la NaciónAl mismo
tiempo, en dicho informe, el Defensor del Pueblo advirtió acerca de los peligros y afectaciones que el
funcionamiento de INPLA S.A. en esas condiciones podía generar a la población y al ambiente. Por otra
parte, si bien de la propia ordenanza surge que finalmente el dictado de la normativa cuestionada ha sido
precedido por una instancia de información y consulta públicas, no se ha dado respuesta en ella a los
reiterados reclamos y observaciones de los vecinos. Asimismo, cabe valorar que al menos prima facie existe
el riesgo de una incidencia negativa apreciable en el entorno urbano a causa de la alteración qu e ha de
entrañar el desarrollo de la industria habilitada por la Ordenanza nº 7.082/09El informe preliminar técnico
científico de incompatibilidad de usos industrial y residencial en el barrio Parque Villa Gral. San Martín
acompañado por la parte actora refuerza lo antes señalado.Si bien no está vedado al Municipio adecuar sus
normas urbanísticas en función de nuevas decisiones públicas incluso a propuesta de particulares, ello
supone un examen y justificación razonables de los cambios introducidos así como de los impactos que
ellos habrán de causar. Por otra parte, este Tribunal no puede ignorar que el Defensor del Pueblo de la
Nación, mediante la resolución ut supra citada, afirmó que “el funcionamiento de INPLA S.A., en las
actuales condiciones, constituye un riesgo para la población y el ambiente que debe ser prontamente
subsanado”. Se resuelve hacer lugar al planteo cautelar, ordenando a la Municipalidad de Pergamino que
suspenda todos los efectos de la Ordenanza nº 7.082/09 hasta tanto se dicte sentenci a en las presentes
actuaciones (arts. 195, 202 y 683 y conc. del C.P.C.C.), así como que se abstenga de dictar cualquier tipo de
acto que pudiera alterar la zonificación residencial del lugar, de emitir habilitaciones provisorias y/o
definitivas respecto de la empresa INPLA S.A. y/o cualquier otra persona cuya actividad recaiga sobre el
predio catalogado como Distrito Industrial por la Ordenanza cuya legitimidad se cuestiona
5- Zorrilla c/ ESTADO NACIONAL
La corte suprema al confirmar la sentencia de cámara que había admitido la demanda de expropiación irregular
promovida por los actores, resolvió que el inmueble conocido como “la casa de mansilla” se incorporase al
patrimonio del estado nacional a los efectos de resguardar ese monumento histórico artístico que se encontraba
amenazado de destrucción.
En el voto de la mayoría, integrada por los dres. Lorenzetti, fayt, maqueda, zaffaroni y argibay, se destacó que la
propiedad reviste un particular interés histórico ya que perteneció al escritor, político, perio dista y militar lucio v.
Mansilla y funcionó como escuela normal de maestras n° 10, de 1915 hasta 1982. Además, se puso de resalto su
valor artístico originado en sus singulares características arquitectónicas. La propiedad de estilo neorenacentista
italiano construida entre los años 1870 y 1880, es uno de los últimos exponentes de ese estilo que queda en pie en
la ciudad de buenos aires.
Por otra parte, se señaló que el inmueble, que había sido declarado monumento histórico -artístico nacional por ley
25.317, sufría un alto grado de deterioro, advirtiéndose desprendimientos de una gran cantidad de ornatos y del
revoque en la fachada principal, presencia de humedad en cubierta, colonización de especies vegetales, falta o
roturas en casi la totalidad de las carpinterías incluyendo componentes y vidrios, y la imposibilidad de acceder a la
planta alta dada las condiciones de la escalera. Asimismo, se hizo hincapié en que sus dueños no lo podían
administrar ni proteger y que una comisión protectora promovía la conservación de la casona, evitando saqueos y
peticionando a las autoridades por más seguridad y limpieza.
En este contexto la corte sostuvo que la expropiación era el único medio apto para proteger a un inmueble de
indudable valor cultural y, de esta forma, respetar las disposiciones del artículo 41 de la constitución nacional en el
que se impone a las autoridades el deber de preservar el patrimonio natural y cultural de la nación.
La csjn resuelve: declarar formalmente admisible los recursos ordinarios de apelación y confirmar la
sentencia apelada. Costas por su orden en esta instancia en atención a las particularidades que
presenta la causa.
La sentencia confirmada fue dictada por la sala v de la cámara nacional de apelaciones en lo
contencioso administrativo federal que también confirmó la sentencia dictada en primera instancia, qu
e había admitido la demanda de expropiación irregular promovida por los actores
contra el estado nacional (secretaría de cultura y medios de comunicación de la presidencia de
la nación), disponiendo la expropiación del inmueble objeto de la acción y el pago de la suma de
$ 8. 100. 000 en concepto de indemnización, con más sus intereses y costas.
Para admitir la demanda de expropiación inversa, la alzada manifestó compartir los argumentos desa
rrollados por la juez de grado, en el sentido de que, con el dictado de la ley 25. 317 –
que declaró como monumento histórico – artístico nacional el edificio que ocupa la “casa mansilla“,
“se produjo en la práctica la anulación del derecho de propiedad”, al quedar sometido al régimen
de custodia y conservación previsto en la ley 12.
665 y sus modificatorias y decreto reglamentario 84.005/41.
La sala v señalo invocando el aval genérico de la jurisprudencia de esta corte –
que aún sin existir ley expresa de expropiación, los actores se encontraban facultados para reclam
ar la expropiación inversa en la medida en que el inmueble resultaba indisponible por su evidente
dificultad para poder utilizarlo en condiciones normales.
Asimismo, la sentencia de cámara desestimó el planteo del estado nacional según el cual –
en el sistema de la ley 12. 665 –
debía examinarse la posibilidad previa de un `acuerdo´ para el reconocimiento de los derechos del
propietario y su adecuación con la declaración como monumento histórico nacional; ya que –
de admitirse tal pretensión del estado nacional –
deberían retrotraerse las actuaciones para el cumplimiento de un requisito formal carente de senti
do en este estado del proceso, cual es el arribo a un acuerdo imposible.
También se expresó que, luego de la sanción de la ley 25.
317, la “comisión nacional de museos y de monumentos y lugares históricos“ no promovió ninguna
actuación tendiente a convenir ni adoptar las “medidas necesarias” para la restauración, refacción y
mantenimiento del inmueble, ni para impedir el deterioro de la propiedad ; a la vez que omitió
establecer – mediante el respectivo convenio o por instrucción general –
una modalidad de uso que permitiera a los propietarios obtener una razonable ganancia sobre el
valor del inmueble.
La cámara declaró inadmisible la pretensión de la actora de que los “intereses” corriesen “desde
el dictado de la ley 25.
317”, ello toda vez que se trata de un supuesto de “expropiación inversa “, donde no existe efectiv
o desapoderamiento, ni – en consecuencia – retardo en el pago de la indemnización previa.
La corte establece cuándo es procedente la expropiación irregular. En el caso del art. 59 inc c)
ley 21.499.
Tras admitir los recursos ordinarios de apelación interpuestos por ambas partes contra la sentencia de
cámara ( la actora pretende los intereses se devenguen desde el dictado de la ley 25
317 y el estado nacional se agravia de la confirmación por la cámara de la admisión de la demanda
decidida por el juez a quo ), los ministros de la corte suprema, por el voto de las mayoría, record
aron que la expropiación irregular, conforme con lo previsto en el artículo 51 de la ley 21.
499, aplicable
al caso, procede “a) cuando existiendo una ley que declara de utilidad pública un bien, el estado l
o toma sin haber cumplido con el pago de la indemnización; b) cuando, con motivo de la ley de
declaración de utilidad pública, de hecho una cosa mueble o inmueble resulte indisponible por evid
ente dificultad a impedimento para disponer de ella en condiciones normales; c) cuando el estado i
mponga al derecho del titular de un bien o cosa una indebida restricción o limitación que importe
n una lesión a su derecho de propiedad “.
En consecuencia, “ la acción de expropiación inversa será admisible cuando el bien objeto de expr
opiación haya sido ocupado por el expropiado “ – afirmó el alto tribunal –
La csjn rechazo de los agravios esgrimidos por el estado nacional.
teniendo en cuenta que el alto tribunal ha tenido oportunidad de sostener que el art 59 inciso c)
`no exige´ el requisito de existencia de `ley que declare de utilidad pública´ el bien en cuestión, y
por otra parte, también se ha pronunciado a favor de la procedencia de la demanda de “expropiaci
ón inversa “ aún sin mediar calificación de utilidad pública – caso “faut c/ prov. De
bs as“, cuando el bien resultara indisponible un bien por su evidente dificultad para utilizarlo en cond
iciones normales, se decidió desestimar los agravios que sobre el punto formuló el estado nacional
6- Las Mañanitas S.A. c/ Neuquén, Provincia de s/ acción declarativa de certeza
El fallo que las restricciones impuestas por los artículos 2 y 3 de la Ley provincial 273 (aprobada en
1961) -y que intentaron aplicarse ante los dueños del campo cercano a Junín de los Andes - colisionan
directa e insalvablemente contra los preceptos del artículo 2.639 del Código Civil, que es el que fija
las obligaciones para los propietarios limítrofes con ríos o canales que sirven a la comunicación por
agua.
Cabe recordar que ése artículo establece que los dueños "deben dejar una calle o camino público de
35 metros hasta la orilla del río o del canal, sin ninguna indemnización" y que "no pueden hacer en
ese espacio ninguna construcción, ni reparar las antiguas que existen, ni deteriorar el terreno de
manera alguna".
Sin embargo, la ley vigente en Neuquén obliga en su artículo 3 a los titulares ribereños a permitir el
uso del camino de sirga "a cualquier habitante, a los efectos de la navegación, pesca y de cualquier
otra utilización propia de su destino público", en tanto que en el 2 somete esas calles o caminos al
régimen de condominio con el Estado, algo que para la Corte resulta imposible de convalidar.
La intervención del alto tribunal se produjo luego de una acción declarativa de certeza promovida por
la firma Las Mañanitas SA, que intentó vender una fracción de su propiedad lindera al río Chimehuín y
se topó con las restricciones legales al iniciar el trámite en la Dirección de Recursos Hídricos de
Neuquén.
Los propietarios defendieron su postura afirmando que las normas que intentaba hacer prevalecer el
organismo provincial no eran aplicables al caso porque el Chimehuín, en ese sector, no sirve a la
comunicación con agua porque no es navegable.
Con la importante superficie en juego (35 metros por toda la extensió n del campo a orillas del río) y
ante la imposibilidad de avanzar en el acuerdo con el comprador -que declaró en la causa haber
cerrado la operación precisamente porque se trata de un sector no navegable - el caso llegó a la
Corte.
La Procuración General de la Nación, la mayoría integrada por los jueces Enrique Petracchi, Carlos
Fayt, Juan Carlos Maqueda y Raúl Zaffaroni dispuso la inconstitucionalidad de los artículos 2 y 3 de la
Ley 273 y privó de validez con relación al caso en examen al artículo 2 del Có digo de Aguas de
Neuquén, por considerar que establece prohibiciones que la ley de fondo no contempla.
Entre sus argumentos, el fallo expresa que el artículo 3 de la ley provincial no sólo somete a los
propietarios de tierras ribereñas a una obligación de "no hacer", sino también a una de "dejar hacer"
sujeta a un fin genérico, lo cual afecta de esta manera la "exclusividad" de su derecho real de
dominio.
"A mi juicio, la limitación que la ley 273 establece y que la Dirección General de Recursos Hídricos le
aplica, no reviste el carácter de una mera "restricción administrativa" sino que produce una
"desmembración" del derecho real de dominio de la actora, que afecta su integridad, pues constituye
un "sacrificio" patrimonial en tanto no sólo priva a la demandante de parte de su inmueble sino que
permite además su utilización por terceros con propósitos ajenos a la institución de la servidumbre de
sirga", sostiene el dictamen de Procuración tenido en cuenta por el tribunal.
La Corte también destaca que "la ley abre la posibilidad de que su aplicación no se limite a los lotes
linderos a cursos de agua legalmente navegables o flotables sino a todos aquéllos que se encuentren
en zonas pobladas y "así ha creado el estado de incertidumbre que justificó la promoción d e esta
demanda".
La sentencia afirma que el proceder de la Dirección General de Recursos Hídricos de la provincia
"importa una afectación tal del derecho real de dominio de una única persona que lo invalida, ya que
priva a la actora de parte de su inmueble, afectando una característica esencial de ese derecho cual
es la exclusividad".
Por último, concluye que "es clara la afectación del dominio en la que incurre si se tiene en cuenta
que, sin cumplir con las exigencias que la Constitución Nacional establece en su artículo 17, impone al
propietario la obligación de permitir el uso de su propiedad por parte de cualquier extraño afectando
su derecho de gozar, usar y de disponer de ella, y de repeler cualquier acción de parte de terceros".
UNIDAD 4
1- ANGEL ESTRADA Y CIA, S.A
A fines de 1993 y comienzos de 1994, la empresa EDESUR interrumpió el servicio eléctrico durante un mes y medio.
El ENRE (organismo de contralor de las empresas que prestan el servicio público de electricidad) sancionó a EDESUR
por este incumplimiento y le impuso una multa de casi 4 millones de pesos.La sociedad comercial “Estrada y Cia,
S.A” demandó a EDESUR ya que el incumplimiento del servicio durante ese tiempo había impedido que funcionara
su planta industrial. Por ello exigió que le indemnizara los dañados causados por un total de $ 163.770 pesos.
El caso llegó a la Corte Suprema para que determinara si a EDESUR se le podía exigir que pagara esta indemnización
o, bien, si la ley y el contrato de servicio público limitaba la responsabilidad de esta empresa al pago de la multa. La
segunda cuestión que debía resolver la Corte era si el reclamo por esta indemnización podía ser resuelto por el
ENRE o si sólo podía ser decidido por la justicia.
La Corte Suprema resolvió que EDESUR podía ser demandada por los daños y perjuicios causados por no haber
prestado el servicio de provisión de energía eléctrica en las condiciones previstas en el contrato (Voto de los jueces
Petracchi, Boggiano, Maqueda, Highton de Nolasco, Belluscio, Zaffaroni y Lorenzetti. Fayt votó en disidencia,
rechazando el recurso por cuestiones formales. Argibay consideró innecesario resolver esta cuestión).Los jueces
basaron su decisión en que el contrato de servicio público con EDESUR expresamente establecía esta obl igación.
Además, señalaron que la limitación a la responsabilidad civil sólo podría surgir de una ley dictada por el Congreso
que justificara, debidamente, la razón de ser de esa medida.
Los jueces Petracchi, Boggiano, Maqueda, Highton de Nolasco y Lorenzetti rechazaron el argumento de que por
reconocerse esta responsabilidad civil se causaría el aumento de las tarifas lo que al final perjudicaría a todos los
usuarios. Para estos jueces, esto no sería una consecuencia posible porque la ley no autoriza aumentar las tarifas
para amortizar los costos causados por el propio incumplimiento del servicio.
Zaffaroni fue el único juez que argumentó que esta posición encontraba justificativo en el artículo 42 de la
Constitución Nacional que asegura la protección económica de los usuarios de los servicios públicos.
En segundo lugar, la Corte resolvió que este reclamo no podía ser resuelto por el ENRE sino que correspondía que
fuera analizado y decidido por la justicia (Voto de los jueces Petracchi, Boggiano, Maqueda, Highton de Nolasco,
Lorenzetti, Belluscio y Argibay).
Zaffaroni votó en disidencia. Para este juez, la ley que regula la actuación del ENRE le otorga competencia para
resolver este tipo de reclamos y que ello no era violatorio de la división de poderes porque existía la posibilidad de
que la justicia revisara esa decisión. Fayt votó en disidencia, rechazando el recurso por cuestiones for males. Argibay
consideró innecesario resolver esta cuestión
2- Edesur, S.A, Cc/ resolución 361/2005 ENRE , 13/07/2011, CNACAF –en pleno.
Se reúne la cámara nacional de Apelaciones en lo Contencioso Administrativo Federal, para fundar mayorías y minorías
respecto de la cuestión planteada que quedo establecida del siguiente modo: "Si establecido el incumplimiento
contractual de las distribuidoras en el suministro de energía eléctrica, el E.N.R.E. tiene competencia para determinar el
daño directo -valor de reposición del objeto dañado- ocasionado a los usuarios cuando éstos requieran voluntariamente
la intervención de tal organismo administrativo (2° parte del Art.72 ley 24.065)”

Doctores; Do Pico, castineira, marquez, grecco, fernandez, argento, Treacy y Alemany, votaron por la afirmativa.
VOTO DE TREACY Y MARQUEZ.
A partir del fallo "Ángel Estrada y Cía. SA c/ Resolución Nº 71/96 Sec. de Energía y Puertos” EDESUR plantea la
incompetencia del ENRE para juzgar y fijar resarcimientos en materia de daños y perjuicios, ya que el referido
precedente de la Corte Suprema de Justicia de la Nación veda toda competencia del Ente Regulador para dirimir
controversias entre las distribuidoras y los usuarios en materia de responsabilidad por daños y perjuicios basados en
derecho común, reservando, esa cuestión a los jueces naturales de las causas.

El objeto del reclamo aquí, difiere con el de El fallo Angel Estrada, ya que en esa causa la actora reclamaba el pago de
las sumas abonadas por el alquiler de un grupo electrógeno y sueldos de personal, motivados por el suministro de
energía en niveles de insuficiente tensión para poner en funcionamiento diversas máquinas. Allí, se discutió si la
aplicación de las multas previstas en el contrato de concesión entre el Estado Nacional y Edesur S.A, excluían la
posibilidad de que el usuario reclamara adicionalmente los daños y perjuicios derivados del incumplimiento del contrato
por parte de la distribuidora y la competencia del ENRE para resolver la procedencia del resarcimiento solicitado.
Sin embargo, en el presente, sólo se reclama el daño emergente o la reparación del objeto dañado con fundamento en
el Artículo 3, inc. e) del Reglamento de Suministro mediante el aporte del presupuesto pertinente, lo cual configura un
tipo de reclamo que el Ente Regulador viene resolviendo desde su constitución en 1993 en d efensa de los derechos de
los usuarios del servicio público de electricidad y sin ningún tipo de apelación judicial por parte de la empresa
distribuidora. Esa norma establece la obligación de la Distribuidora de hacerse cargo de los daños provocados en las
instalaciones y/o artefactos de los usuarios por deficiencias en la calidad técnica del suministro a ella imputable.
Además, la competencia del Ente Regulador para fijar la indemnización constituye un aspecto que a la Corte no le
resultó necesario analizar en concreto.

El Fallo “Angel Estrada” trata sobre la atribución de la jurisdicción primaria a organismos administrativos y los límites que
estos tienen para no pasar de la línea después de la cual se encuentra la función del Poder Judicial, para quien l a
jurisdicción es natural. Allí se afirma "que la atribución de la jurisdicción primaria a organismos administrativos se
justifica cuando la resolución de la controversia presuponga la familiaridad con hechos cuyo conocimiento haya sido
confiado por la ley a cuerpos expertos, debido a que su dilucidación depende de la experiencia técnica de dichos
cuerpos” Según estos principios, estarían sujetas a la jurisdicción primaria de los organismos administrativos las
controversias que se susciten entre los sujetos mencionados en la primera parte del Artículo 72 de la Ley Nº 24.065, en
la medida en que las relaciones entre ellos afecten el correcto funcionamiento del servicio.

Entonces, una vez establecido el incumplimiento contractual de la Distribuidora por parte del ENRE, la determinación del
valor del daño, consistente en un objeto determinado, no hace invadir al ENRE la función del Poder Judicial, ya que se
trata de obtener un dato de conocimiento simple; cuanto vale en el mercado el artefacto de acuerdo a su calidad y
marca.

Si no se interpretara el fallo aplicando un criterio de razonabilidad, se estaría considerando que ese pronunciamiento es
adecuado para que cada persona a que se le afecte una aparato eléctrico, a causa del suministro deficiente por parte de
la empresa prestadora de energía -en principio no protegido de la responsabilidad por el caso fortuito o fuerza mayor -
deba promover un pleito para obtener el resarcimiento por el valor de reposición de aquél objeto dañado. La falta de
razonabilidad s eria muy evidente.

Entonces, se debe interpretar que el ENRE resulta competente para reparar el daño emergente (valor de reparación o
sustitución del objeto dañado, es decir, la restitución de las cosas a su estado anterior al hecho generador) cuando los
usuarios voluntariamente lo requieran.
Los particulares tienen derecho a la protección de sus intereses económicos y a que se establezcan procedimientos
eficaces para la prevención y solución de conflictos (42CN) y que el deber "atribuido" al Estado de proveer a esta
protección incluye a las funciones legislativas, administrativas y jurisdiccionales.

La Distribuidora, prestó oportunamente su acuerdo para que el ENRE tuviese la facultad jurisdiccional, toda vez que el
Reglamento de Suministro forma parte del pliego de bases y condiciones del contrato de Concesión.
"Las convenciones hechas en los contratos forman para las partes una regla a la cual deben someterse como a la ley
misma" (Artículo 1.197 del Código Civil).
El Ente Regulador tiene jurisdicción primaria para entender en la controversia, por el reclamo presentado por el usuario,
relativo al cumplimiento del contrato de concesión para determinar la existencia de la relación de causalidad entre la
prestación deficiente del servicio, y el daño ocasionado a las instalaciones o artefactos del usuario, asi como para
estimar sumariamente el valor de estos.
Estas atribuciones no están excluidas de la competencia reconocida al Ente Regulador, pues se trata de verificar las
condiciones efectivas del suministro y los niveles de tensión y, además, el valor de mercado del artefacto de acuerdo a
su calidad y marca.
Tal como expresamos, si no se interpretara de esta manera el precedente “Angel Estrada” se entendería que "... cada
persona a la que se afecte un aparato a causa de un comportamiento de la empresa -en principio no protegido de la
responsabilidad por el caso fortuito o fuerza mayor- debería promover un pleito para ser resarcido por el valor de
reposición de aquél..."

También, lo entendio asi esta Cámara en este pleito, al decir que el fallo “angel Estrada” permite afirmar que establecido
el incumplimiento contractual de la distribuidora, por parte del ENRE, la determinación del daño emergente consistente
en un objeto determinado, no hace invadir al ente regulador la función del Poder Judicial, toda vez que se trata de un
dato de conocimiento simple: cuánto vale en el mercado el artefacto (o su reparación) de acuerdo a su calidad y marca.
Por el contrario, todo aquello que exceda del daño emergente -entendido como el resarcimiento de la cosa misma
afectada- según esta interpretación, debe ser dilucidado en sede judicial.

El mecanismo de reclamo por resarcimiento de daño actual, garantiza la operatividad del Art 42CN. La ley 24.065 reitera
que El ENRE resulta materialmente competente para resolver sobre estos casos encontrándose obligado a hacerlo
como lo viene haciendo, no pudiendo declinar su competencia so riesgo de estar incumpliendo una obligación que le
impuso el marco normativo que rige su actuación.

OPINION DE ALEMANY
Vota por la afirmativa.
el ente regulador tiene jurisdicción suficiente para entender en toda controversia suscitada por el reclamo presentado
por el usuario a fin de que se determine la existencia d e relación de causalidad entre la prestación deficiente del
servicio, el daño ocasionado a las instalaciones o artefactos del usuario, y para estimar sumariamente el valor de éstos.
la atribución de facultades jurisdiccionales a organismos administrativos, per se, no resulta objetable, siempre a
condición de que estén sujetas a un control judicial amplio y suficiente.
ADHIEREN DO PICO Y LOPEZ CASTIÑEIRA.

VOTO DE ARGENTO, FERNANDEZ Y GRECCO.


Votan por la afirmativa.
Votan por que quede sentado, como doctrina legal obligatoria, que ante el incumplimiento contractual de las
distribuidoras en el suministro de energía eléctrica, el ENRE tiene competencia para determinar el daño directo –valor
de reposicion del objeto dañado- ocasionados a los usuarios, cuando estos requieran voluntariamente la intervención de
tal organismo administrativo.

VOTO DE FEDRIANI Y MORAN.


Votan por la NEGATIVA. Fundan la cuestión:
El ENRE no es competente para expedirse sobre la responsabilidad de la distribuidora, ni para fijar resarcimientos por
daños y perjuicios a partir de la sentencia dictada por la CSJN en “Angel Estrada”. En este expediente el tribunal
determino que el ENRE no puede fijar indemnizaciones por daños ocasionados por interrupción del servicio eléctrico ya
que no tiene competencia para dirimir reclamos de daños y perjuicios planteados por los usuarios con sustento en el
derecho común.
La Corte Suprema por mayoría resolvió sobre el problema bao examen lo siguiente "... la determinación y condena al
pago de los daños y perjuicios eventualmente derivados del incumplimiento del contrato celebrado con el usuario debe
considerarse fuera de la jurisdicción especial atribuida al Ente Regulador de la ele ctricidad por el Artículo 72 de la Ley
Nº 24.065" además, sostuvo que el poder para dirimir el reclamo de daños y perjuicios planteado por el usuario con
sustento en el derecho común, resulta extraño a las atribuciones conferidas al ente regulador por el Artículo 72, ya que
tal poder no guarda relación con los motivos tenidos en mira por el legislador al crear el ente en cuestión, al margen de
que una eventual decisión condenatoria dictada por el Ente Regulador carecería de autoridad de cosa juzgada, y no
sería susceptible de cumplimiento forzoso pues la ley respectiva no le ha otorgado estas cualidades a las decisiones del
organismo.
Además, continua diciendo la corte que el reclamo esta constituido por los daños individualmente experimentados en el
patrimonio del usuario como consecuencia del suministro insuficiente de energía eléctrica, es claro que la disputa no
puede resolverse por aplicación del régimen estatutario que conforma el marco regulatorio del servicio público de
electricidad, para cuya administración fue especialmente creado el ente respectivo. Por ello (sin perjuicio del valor
probatorio de las actuaciones administrativas) el ENRE carece de competencia para dirimir el conflicto.
De este modo, no sólo el ENRE es incompetente para fijar cualqui er indemnización derivada de los daños y perjuicios,
sino que no le incumbe tratar y someter a su jurisdicción la responsabilidad de la Distribuidora por estos casos.
De atribuírse una facultad que es propia del Poder Judicial, el ENRE incurre en un avasallamiento que deriva en
la resolución de casos que no son de su competencia, afectando, entre otros el principio de división de
poderes.
En el caso "Ángel Estrada" ha quedado claro que en el criterio de nuestro más Alto Tribunal no corresponde fa
intervención del Ente Regulador de la Electricidad (ENRE) -criterio extensible a otros de igual finalidad- en cuestiones
que excedan la competencia estrictamente regulatoria que le ha sido atribuida por la ley de su creación y que en ese
orden no tiene facultades para decidir acerca de una indemnización de daños y perjuicios por un usuario que se
consideró damnificado por la interrupción del servicio eléctrico.

se establece como doctrina legal la siguiente:


"Establecido el incumplimiento contractual de las distribuidoras en el suministro de energía eléctrica, el
E.N.R.E. tiene competencia para determinar el daño directo -valor de reposición del objeto dañado- ocasionado
a los usuarios cuando éstos requieran voluntariamente la intervención de tal organismo administra tivo”
3- Centro de estudios para la promoción de la igualdad y la solidaridad (CEPIS) y otros, c/ ministerio
de Energia y minería, 18/08/16, CSJN.

Hechos del caso:


El Centro de Estudios para la promoción de la Igualdad y l a Solidaridad (CEPIS) promovió una acción de amparo colectivo contr a el
Mi ni sterio de Energía y Mi nería de la Na ción (MINEM) con el objeto de que se garantizara el derecho constitucional a la
pa rti cipación de l os usuarios, y que en forma ca utelar se s uspendiese la a plicación del nuevo “cuadro ta rifario” previsto por l a
Res olución MINEM 28/2016, hasta ta nto s e diera efectiva participación a la ci udadanía (fs.29/44) .
Con a rreglo a esta pretensión la clase afectada estaría conformada por “todo a quel usuario del servicio de gas, quien no contó con
l a posibilidad de que sus intereses s ean representados con carácter previ o al a umento ta rifario”.
Con pos terioridad, el señor Ca rlos Ma rio Al oisi a dhirió a la demanda. También la Asociación Consumidores Argentinos As ociació n
pa ra la Defensa, Educación e Información de los Consumidores (Consumidores Argentinos) se presentó, cuestionando no solo la
Res olución MINEM 28/2016, s ino también la Resolución MINEM 31/2016. As imismo, acudieron varias cámaras de comercio e
i ndustria, concejales, diputados, senadores e intendentes, cuya comparecencia s e tuvo presente.
El Juez de Pri mera Instancia dispuso dar publicidad a la i niciación del a mparo colectivo en el Centro de Información Judicial y
procedió a la inscripción del proceso en el Registro Público de Procesos Colectivos de la Corte Suprema de Justicia de la Na ción.
Luego rechazó l a acción interpuesta.
La Sa la II de la Cá mara Federal de La Pl ata dispuso, en primer l ugar, a cumular a l a presente todas las a cciones colectivas que
corres pondiesen, conforme a l o dispuesto en las Acordadas 32/2014 y 12/2016 de l a Corte Suprema de Justicia de la Nación. En
cua nto al fondo de la cuestión planteada, declaró la nulidad de las resoluciones ministeriales cuestionadas y decidió retrotraer la
s i tuación tarifaria a la existente con a nterioridad al dictado de las normas privadas de va lidez con efectos generales para t odos los
us uarios y pa ra todo el país.
La Corte Suprema considera que el caso debe s er analizado porque está en juego l a interpretación de la Constitución Na cional, y
exi s te trascendencia institucional porque el conflicto ha generado una litigación de características excepcionales que compromete
pri ncipios básicos del debido proceso constitucional en la tutela de los derechos de los usuarios y del Estado Nacional.
Audi encia pública previa a la decisión de aumento de tarifas:
La a udiencia pública previa es un requisito esencial para la a dopción de decisiones en materia de ta rifas.
El fundamento es el artículo 42 de l a Constitución que prevé la participación de los usuarios en l os servicios públicos, la d emocracia
republicana, el derecho a la i nformación y l a ley 24076 a p licable al caso.
La i nformación, debate y decisión fundada son partes del proceso de la decisión que s e adopta en el momento.
Por es ta ra zón no es válido fundarse en una audiencia del a ño 2005 pa ra una decisión que s e adopta en el a ño 2016, ni una medida
tra ns itoria hasta tanto s e celebre una audiencia.
Contenido de la Audiencia en relación a la ta rifa
La a udiencia s iempre se debe hacer para el transporte y di stribución de gas, porque son fijados monopólicamente (ley 24.076 y cc).
Es di stinto el caso de Pre cio de ingreso a l sistema de transporte del gas (Pist), porque hay una evolución en el tema:
La l eyes 17.319 y 24.076, y s us reglamentaciones, establecieron que l a producción y comercialización de gas es efectivamente una
a cti vi dad económicamente desregulada y no fue ca lificada como servi cio público
Des de el dictado de la Ley de Emergencia 25.561 en enero del año 2002, el precio del gas pasó de un contexto de libre negocia ción
de l as partes a uno de intervención estatal, mientras que su importación, la a mpliación de las redes de tra nsporte y di stribución y
l a s ta rifas que remuneraban dichos servicios fueron financiados, fundamentalmente, con recursos provenientes de ca rgos
ta ri farios, programas especiales de crédito, a portes específicos de determinados s ujetos del sector y s ubsidios del Estado Nacional.
Es pecíficamente a partir del Decreto 181/2004, el Poder Ejecutivo intervino en su fijación, dejando de l ado al mercado.
En cons ecuencia, es ra zonable que, hasta el momento en que efectivamente el precio del ga s en el PIST s e determine s obre la base
de l a libre i nteracción de l a oferta y l a demanda, s u a nálisis s e efectúe conjuntamente con l a revisión de tarifas para la cu al es
necesaria, como ya s e dijo, la celebración de una a udiencia pública.
Es decir: en la situación actual el Estado i ntervino fuertemente en la fijación del Pist y por l o tanto debe s ometerlo a una a udiencia
pública porque es una decisión que, claramente, escapa a l mercado. A partir de la fi jación según reglas de oferta y demanda, no
s erá necesaria la audiencia, porque se a plica l a ley 24078.
La propia conducta del Estado a ctúa como una condición s uspensiva de la aplicación de la norma originaria.
Protecci ón de l os consumidores y us uarios
En el a rtículo 42 de l a Constitución se han reconocido l as hondas desigualdades inmanentes al mercado y a l consumo, dada la
a s imetría real en que s e desenvuelve l a persona que a cude a l mercado en pos de l a satisfacción de s us necesidades humanas.
Por el l o hay una protección enfocada en l a calidad de bienes y s ervi cios, preserva ción de la s alud y s eguridad; i nformación
a decuada y vera z; l ibertad de elección; y condiciones de tra to equitativo y di gno y ta mbién derechos de participación, como e l
derecho reconocido en cabeza de los usuarios, con particular referencia al control en materia de servicios públicos.
Di vi sión de Poderes y Funciones
Poder Ejecutivo: La fijación de ta rifas es una facultad del Poder Ejecutivo (Precedentes de l a CS. Fallos 184:306, 322:3008 y
“Es ta blecimiento Li niers S.A.”, fallada el 11 de ju nio de 2013) y l a implementación de la política energética
Poder Legislativo: l e corresponde la determinación del marco regulatorio general de la materia y l as facultades tri butarias.
Poder Judicial: El Poder Judicial debe controlar si las tarifas s e ajustan a la Constitución y l a l ey y s u ra zonabilidad. No debe sustituir
a l l egislador, ni definir la política política energética. No puede fijar porcentajes de tarifas, ni dictar sentencias con ef ectos
generales sin determinar previamente una categoría de afectados que s ea homogénea (precedente Halabi).
El Tri bunal señala que se han dictado sentencias vi nculadas con la magnitud del a umento ta rifario, sin distinción de ca tegorías de
us uarios, tra tando de manera igual a situaciones heterogéneas, a partándose de l a jurisprudencia de la Corte, que debe ser
res petada.
Por qué s e l imita la sentencia a los usuarios residenciales?
La Cá ma ra dictó una s entencia con efectos generales para todo ti po de usuarios y pa ra todo el país. No se l os citó previament e, y
no s e hacen distinciones según sean residenciales, comerciales, industriales, o según diferentes ti pos de i ngresos económicos, o
regi ones.
La Corte Suprema ha definido el proceso colectivo en diversos precedentes (“Halabi”) y ha dicho claramente que deben existir
i ntereses indivi duales homogéneos.
Es decir, debe haber una ca usa común (en el caso l a falta de a udiencia), pero no hay homogeneidad.
Es te es un elemento muy importante. Está en juego la libertad de las personas en cuanto a la disposición de su patrimonio.
En el ca so, el único grupo homogéneo que reúne los elementos definidos en “Halabi” es el de los usuarios residenciales (conforme
decreto 225/92 ─Anexo “B”, Subanexo II─, decreto 181/2004 y res olución ENARGAS 409/2008). Se tra ta de los ci udadanos a
qui enes l es resulta difícil hacer una demanda por sí mismos y por eso se a fecta el acceso a justicia y pueden ser representados en
una s entencia colectiva.
Por es ta ra zón, la s entencia de la Corte únicamente ti ene efectos respecto de ese colectivo.
La s decisiones tomadas por el Poder Ejecutivo Nacional en el corriente a ño en relación a la ta rifa social y a l a protección de los
s ectores más vulnerables se mantienen.
La s entencia, en ningún caso puede arrojar como resultado sumas mayores a las que dichos a ctores hubi esen debido abonar por
es tri cta a plicación del nuevo cuadro tarifario, considerando la mencionada tarifa social (conf. doctrina de Fallos: 336:607).
AMPLIACIÓN DE FUNDAMENTOS DEL DR MAQUEDA
La a udiencia pública ti ene ra igambre constitucional. Es un derecho ciudadano reconocido en el a rtículo 42 de la Constitución
Na ci onal que se s ustenta en los principios de l a democracia participativa y republicana.
Todos los usuarios y consumidores –sin distinción de categorías- deben formar parte de la a udiencia pública, que debe realizarse en
forma previa a la toma de decisiones en materia ta rifaria.
Di cho mecanismo de participación ciudadana debe llevarse a cabo respecto de todos los tra mos que componen l a tarifa final del
s ervi cio público de gas: precio en boca de pozo, transporte y di stribución.
En el día de la fecha, el Doctor Ma queda en su voto declaró l a nulidad de las resoluciones 28/2016 y 31/2016 del Mi nisterio d e
Energía y Mi nería de l a Nación, que fijaron el nuevo esquema de precios del gas natural en el punto de ingreso a l sistema de
tra ns porte, y un nuevo cuadro tarifario del servi cio. (Causa FLP 8399/2016).
La nul idad de las resoluciones 28/16 y 31/16 s e fundó en que el Mi nisterio de Energía y Mi nería de la Na ción no cumplió con la
obl igación de llevar a ca bo a udiencias públicas.
Sos tuvo, en primer término, que el artículo 42 de la Constitución Nacional reconoce a la participación pública como un derech o que
l a ci udadanía puede ejercer directamente, s in perjuicio de que el Congreso establezca l a forma en que este derecho debe llevarse a
ca bo en ca da caso.
Afi rmó que -específicamente en materia tarifaria- la participación de l os usuarios de un servi cio público no se satisface con la mera
noti ficación de una ta rifa ya establecida, porque la Constitución ga rantiza la participación ci udadana previa en i nstancias públicas
de di scusión y debate, y es e aporte debe s er ponderado por el Poder Ejecutivo cuando fi ja el precio del servicio.
Es te derecho de participación reconocido a l os usuarios en el caso del s ervicio de gas se estructuró en 1992 en s u ley regulatoria
mediante el mecanismo de audiencias públicas. Resaltó que para que este derecho no sea ilusorio, deben cumplirse las siguient es
condi ciones.
En pri mer término, todos l os usuarios ti enen derecho a recibir de parte del Es tado i nformación adecuada, veraz e i mparcial en
forma previa a la realización de l as a udiencias. La s egunda condición está dada por l a celebración de este espacio de deliber ación
entre todos los s ectores interesados, con un ordenamiento a propiado que permita el intercambio responsable de ideas en igualda d
de condiciones. Por último, este derecho debe s er va lorado en el momento en el que el Poder Ejecutivo toma l a decisión. De ot ro
modo, todas l as etapas anteriores constituirían puro ri tualismo si la a utoridad no considerara fundadamente, en oportunidad de
toma r l as resoluciones del caso, las situaciones y a rgumentaciones que s e expusieron en l a audiencia.
En es te marco constitucional y l egal, a firmó que el Poder Ejecutivo no podía s ostener vá lidamente que no era exigible la realización
de a udiencia pública antes del dictado de l as resoluciones i mpugnadas por tra tarse l a producción y comercialización de este
recurs o de una actividad desregulada, es decir, una actividad cuyo precio era fijado por el libre juego de la oferta y l a demanda.
En efecto, explicó que este argumento no es va ledero, porque a partir de 2004, el precio del gas pasó a ser fi jado por el Est ado del
mi s mo modo en que fija l as ta rifas. Así, respecto de precio del gas en el Punto de Ingreso al Sistema de Transporte (PIST, o precio a
boca de pozo), estableció que mientras el Estado siga fijando el precio, corresponderá también llevar a ca bo obligatoriamente l as
a udiencias públicas.
Agregó que ta mpoco puede considerarse el a rgumento según el cual se tra ta de una tarifa tra nsitoria, porque más allá de l a
perma nencia temporal del régimen, lo ci erto es que i mplica un a umento que puede llegar a quintuplicar la tarifa de gas que paga el
us uario, y que en caso de que tal aumento no pueda ser a frontado, podría ser priva do del servi cio. En tales condiciones, resulta
i ntra scendente que se tra te o no de un régimen tra nsitorio.
Seguidamente, reiteró que la potestad tarifaria de l os servi cios públicos es del Poder Ejecutivo y ti ene por objeto asegurar s u
pres tación en condiciones regulares y l a protección del usuario.
As i mismo, ta mbién recordó que la i nterpretación de las normas, que incumbe a l os jueces, no llega hasta la facultad de i ns tituir la
l ey mi sma ni a suplir al Poder Ejecutivo en l a decisión e i mplementación de la política energética. La misión más delicada de l os
jueces es l a de s aberse mantener dentro del á mbito de su jurisdicción.
Pus o de manifiesto cómo había sido la política ta rifaria en materia de gas en l os últimos 14 a ños, para concluir que era necesario
fi ja r cri terios para una política ta rifaria razonable respecto a s ervicios públicos esenciales.
A ta l efecto recordó que l as a ctividades o servi cios esenciales para la so ciedad, eran aquellos cuyas prestaciones s e consideran
vi ta l es e i ndispensables para el conjunto de los ci udadanos, con el fi n de asegurar s u prestación.
Des tacó que, según i nformó el Estado, la política energética i mplementada a partir del a ño 2002 tuvo como consecuencia la
pérdi da del a utoabastecimiento, el a umento del gasto público, importaciones por parte del Estado Na cional, déficit de la balanza
comerci al, consumo de los “s tocks” de recursos y ca pacidad disponibles, escasez del gas, deterioro de l as i nfraestructuras de
tra ns porte y distribución y fa lta de i nversiones en el desarrollo de sus redes.
Cons ideró que dicha situación i mponía al Estado una especial prudencia y ri gor a la hora de l a determinación de las tarifas y de s u
tra ns parencia.
Sos tuvo que el Es tado debe velar por l a continuidad, universalidad y a ccesibilidad de los s ervicios públicos, ponderando la realidad
económico-social concreta de l os afectados por l a decisión tarifaria con especial atención a l os sectores más vulnerables, y
evi ta ndo, de esta forma, una verdadera conmoción social provocada por l a exclusión de numerosos usuarios de dichos servi cios
es enciales como consecuencia de una ta rifa que, por s u elevado monto, pueda calificarse de “confiscatoria” de l os ingresos de un
grupo fa miliar.
Res olvió aplicar esta decisión a los usuarios residenciales de gas que constituyen un colectivo uniforme que cuestiona las
res oluciones s eñaladas y que no podría demandar i ndividualmente en ra zón de l os costos que tal litigio implicaría para cada u no de
el los.
Res pecto de la vi gencia de la tarifa social para proteger a l os sectores más vulnerables de la s ociedad, el voto puso de mani fiesto
que l a aplicación del más elemental sentido de justicia implica que la tarifa final que se a plique a esos s ectore s como consecuencia
de es te fallo nunca podría i mplicar el pago de una suma mayor a l o que hubiesen debido pagar por a plicación de la tarifa soci al
corres pondiente al cuadro tarifario discutido en la ca usa.
En concl usión, las decisiones a doptadas por el Poder Ejecutivo vi olentan el derecho a l a participación de los usuarios, bajo la forma
de a udiencia pública previa, en el proceso de revisión de ta rifas.

El tri bunal, por unanimidad, resolvió:


• Que pa ra la fijación de ta rifas de gas, la audiencia pública previa es de cumplimiento obligatorio.
• Se confirma la sentencia a pelada en cuanto declara la nulidad de las resoluciones cuestionadas.
• La decisión s e circunscribe al colectivo de los usuarios residenciales.
• Res pecto de ellos, las tarifas deben retrotraerse a los va lores vi gentes previos al aumento dispuesto por l as resoluciones que se
i nva lidan.
• Se ma ntiene la tarifa social.
• Se pone en conocimiento del Congreso de la Nación la necesidad de dar cobertura al cargo de Defensor del Pueblo de la Nación.
• Se recuerda a l os tribunales el riguroso cumplimiento de l a acordada de la Corte Suprema de Justicia sobre procesos colecti vos.
4- FERNANDEZ FRANCISCO C/PEN
Se presenta el sr F.F. y otros, y el apoderado de CEPIS, y promueven acción de amparo contra el EN (Min
energía y minería) y el ENRE a fin de que se declare la nulidad de las resoluciones que contemplan un aumento
del precio del mercado mayorista de la energía, que es utilizado por los transportistas y distribuidores de todo el
país como base de cálculo para sus tarifas, en defensa de todos los usuarios del servicio de tres de febrero, que
fueron privados del derecho a participación ciudadana y se vieron obligados a abonar el servicio con un
incremento del 540%. Solicitan el dictado de una medida cautelar innovativa en virtud de encontrarse vulnerados
derechos constitucionales por no respetarse la participación ciudadana (verosimilitud en el d.) y que debe evitarse
el mayor daño que la aplicación de la normativa cuestionada generaría (peligro en la demora). Posteriormente se
presenta el pte de Consumidores Argentinos solicitando que se lo incorpore como litisconsorte de la parte actora y
la ampliación de la clase afectada a todos los usuarios de energía eléctrica del país, hasta que se realicen las
audiencias. La jueza a cargo del trib resuelve ordenar a las demandadas la inmediata suspensión de las
resoluciones en cuestión, comunicando a todos los agentes distribuidores y prestadores del servicio que deberán
suspender el cobro de las facturas emitidas con la aplicación del nuevo cuadro tarifario y liquidarlas con los
valores vigentes con anterioridad a las resoluciones referidas, y para el caso de que los aumentos facturados se
hubiesen abonado, sus importes deberán tenerse por pagados a cuenta, reintegrándose en las próximas facturas.
Todo ello por considerar que el aumento de las tarifas resulta irrazonable y desproporcionado, puesto que lo que
hace que una norma sea razonable no es solo que se haya respetado el debido proceso adjetivo (que igual no se
cumple pq no convoco a audiencia) sino también el debido proceso sustantivo, que implica siempre debe existir
una adecuada relación entre fines y medios, una equivalencia entre las finalidades que propongan una norma y
los mecanismos, procedimientos o caminos que establezcan para llegar a ellas. En consecuencia,
la audiencia pública no sólo resulta un requisito constitucional, haya o no norma que la establezca en
materia de modificación de tarifas, sino máxime que las aplicadas con las resoluciones atacadas por el amparista
–que pretenden utilizar las celebradas hace once años atrás-, constituyen “prima facie” ajustes exorbitantes,
desproporcionados y fuera de la realidad económica actual de los usuarios quienes no fueron tenidos en cuenta
como parte de la relación que debe ser
protegida y cuyos derechos deben prevalecer por sobre el derecho de las licenciatarias de obtener
mayor ganancia. Teniendo en cuenta la inobservancia de la audiencia pública que configura el requisito de ‘forma’
del aa y considerando en que de no hacerse lugar a la medida cautelar interina implicaría un grave riesgo para los
usuarios del servicio público de energía eléctrica de todo el territorio nacional, en el caso de que no sean
abonadas las facturas del servicio de energía eléctrica, por el posible corte del suministro.
5- Buenos aires, Prov c/ telefonica s/ remocion de instalaciones 13/05/2008
Provincia de Buenos Aires promueve demanda contra Telefónica de Argentina S.A a fin de que se la
condene a efectuar a su costo la remoción de las instalaciones de cables telefónicos de su propiedad, los
cuales interfieren con la obra "Construcción de alcantarillas en la cuenca del arroyo Burgueño"; en
jurisdicción del partido de Pilar, Provincia de Buenos Aires.
con anterioridad la empresa Ecosur Bahía, contratista de la obra referida, inició un trámite administrativo
tendiente a que la compañía telefónica removiese el cableado sito en el lugar, debido a que la empresa
demandada se oponía a cumplir con la carga que le impuso la Provincia de Buenos Aires de que se hiciese
cargo del costo correspondiente a esa remoción, sobre la base de que las tareas que se le requerían eran
ajenas a las necesidades telefónicas.
la demandada no respondió a la intimación que le cursó al efecto la Dirección de Hidráulica provincial,
mediante la carta documento de 24/03/1999, través de la cual le ordenaba que en el plazo de cinco días
diese cumplimiento a la carga impuesta removiendo las instalaciones, a las que se le s atribuye carácter
clandestino por carecer su emplazamiento de la autorización respectiva.
La Provincia de Buenos Aires sostiene que las cláusulas contenidas en el contrato de concesión o
resultantes del proceso licitatorio le resultan inoponibles en la medida en que afectan el ejercicio de sus
derechos sobre el dominio público provincial, y en tanto no ha sido parte en ese acuerdo.
Entiende que tal principio se extiende al derecho administrativo.
el reclamo que efectúa se sustenta en el ejercicio de atribuciones propias de la provincia, a la que le cabe
definir el modo y condición en que se otorgará el uso de los bienes públicos.
Telefónica de Argentina S.A. contesta la demanda y solicita su rechazo. Alega que el art. 43 de la ley
nacional de telecomunicaciones, en cuanto dispone que la remoción o modificación de las instalaciones de
los servicios públicos de telecomunicaciones ubicadas en el dominio público, que se requieran para la
ejecución de obras nacionales, provinciales o municipales, u obras particulares, estará exclusivamente a
cargo del interesado en la ejecución de la obra o servicios de que se trate.

PROCURADORA:
Dice que la causa es competencia originaria de la Corte Suprema.
La cuestion, debe determinar si Telefónica de Argentina S. A. es suje to obligado para asumir el costo de
remoción de las instalaciones de cableado telefónico sostenidas a la estructura de alcantarillado existente
en el Arroyo Burgueño, que -según la representación provincial- interfieren con la ejecución de una obra
pública de alcantarillado del referido arroyo encarada por la Dirección de Hidráulica de la Provincia de
Buenos Aires.
El art. 43 de esta ley dice que "Cuando, para la realización de obras o servicios públicos nacionales,
provinciales o municipales u obras particulares nuevas o de ampliación de las existentes, fuere necesario el
traslado, remoción o modificación de instalaciones de los servicios públicos de telecomunicaciones
ubicadas en el dominio público, el gasto que origine estará exclusivamente a cargo del in teresado en la
ejecución de la obra o servicios"
La aplicación de esa disposición llevaría a concluir con la improcedencia del reclamo de la provincia
demandante.

el art. 36 de la ley 19.798 determina que "las instalaciones y equipos de telecomunicaciones que funcionen
sin la autorización correspondiente se considerarán clandestinas", y de esa forma incorpora en la materia
que regula a los actos llevados a cabo de manera encubierta, entendida en el caso como tal a la que se
realiza con desconocimiento, o en ocultamiento, de la autoridad correspondiente.

el art. 39 la ley establece que, a los fines de la prestación del servicio público de telecomunicaciones se
destinará a uso diferencial el suelo, subsuelo y espacio aéreo del dominio público nacional, provi ncial o
municipal, con carácter temporario o permanente, "previa autorización de los respectivos titulares de la
jurisdicción territorial para la ubicación de las instalaciones y redes".

Frente a ello se debe afirmar que el legislador concibió el art. 43, invocado por la demandada en su defensa
ya que no se puede concluir que haya establecido la carga de afrontar el gasto que demande la remoción o
modificación de instalaciones de los servicios públicos de telecomunicaciones ubicadas en el dominio
público, sobre aquella autoridad a la que no se le requirió la previa autorización local para ocupar el espacio
respectivo, cuando ni siquiera se intentó probar que dicha participación fuese innecesaria por haber
concedido el respectivo permiso la autoridad nacional.

la demandada no ha logrado desvirtuar la alegada falta de antecedentes de permiso para engrapar los
cables telefónicos a la alcantarilla existente en la zona del arroyo Burgueño, dado que no ha aportado
ningún elemento probatorio que permita concluir que tramitó o requirió la autorización de los respectivos
titulares de la jurisdicción territorial para la ubicación de esas instalaciones, según la previsión contenida en
el art. 39 citado; ni tampoco sostuvo que mediase una confrontación al respecto entre facultades
nacionales y provinciales.
la Provincia de Buenos Aires ha agregado el expediente administrativo, en el que se indica que las obras
referidas no han sido autorizadas por ese municipio, y que, en consecuencia, se trataría de
emprendimientos clandestinos.
Debió la demandada incorporar al proceso los datos que permitieran afirmar que había llevado a cabo los
pasos administrativos pertinentes, ya sea en el orden nacional, provincial o municipal, para no verse en
situación de tener que realizar a su costo las modificaciones indispensables.

Que esa conclusión no puede verse modificada por la sola prueba llevada a cabo por Telefónica de
Argentina S.A., según la cual el Centro de Atención al Usuario y Control Técnico no registra denuncias de
que aquélla posea plantel exterior instalado en forma clandestina en el Partido de Pilar, ya que ello fue
debidamente acreditado por la contraria.
si bien las licenciatarias del servicio de telecomunicaciones tienen un derecho de paso para el
establecimiento de sus cableados que constituyen su actividad principal, lo que les permite la construcción.

al no haber acreditado esos extremos, la conducta evidenciada por Telefónica S.A. no se compadece con los
fines tenidos en mira por el legislador al regular el régimen de las telecomunicaciones por medio de la ley
19.798, razón por la que se debe concluir que no resulta adecuado a la tutela del interés general, que sea la
Provincia de Buenos Aires quien asuma el costo de la remoción de las instalaciones que no cuentan con las
autorizaciones correspondientes, conforme a la interpretación armónica que cabe efectuar de sus
disposiciones.

RESUELVE : HACER LUGAR A LA DEMANDA SEGUIDA POR LA PROVINCIA DE BUENOS AIRES CONTRA
TELEFÓNICA DE ARGENTINA S.A.
UNIDAD 5
1- Ingeniería Omega Sociedad Anónima c/ Muncipalidad de la Ciudad de Buenos Aires s/ Recurso de Hecho.
El pronunciamiento de la Sala K de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil que, al confirmar la sentencia de primera
instancia, condenó a la demandada -actual Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires a pagar una suma de dinero por los
trabajos, reparaciones y suministros efectuados por la actora en el Hospital Cosme Argerich, la vencida interpuso el recurso
extraordinario cuya denegación dio origen a la presente queja.
La recurrente aduce que resulta contradictorio afirmar -como lo hizo el a quo que la contratación en la que la actora
sustentó su pretensión adolecía de vicios y, al mismo tiempo, no declarar su nulidad y hacer lugar al pago de lo reclamado
con sustento en el principio del enriquecimiento sin causa, cuando la actora no demostró el empobrecimiento sufrido. Se
agravia asimismo por la omisión de pronunciamiento sobre la consolidación de tres de las facturas presentadas por la
empresa.
La demandada, al desarrollar el agravio referente a los vicios del procedimiento de contratación, señaló que la selección del
contratista debió efectuarse mediante licitación pública. Agregó que los funcionarios intervinientes no tenían competencia
para disponer una contratación directa, que sus actos carecían de causa y motivación suficiente, y que -aun en la hipótesis
de que se admitiera la posibilidad de acudir a ese tipo de contrataciones no se requirieron ofertas a tres casas del ramo de
acuerdo con lo prescripto por el decreto 5720/72, ni existieron informes técnicos que avalaran el proceder adoptado.
Sostuvo que la aplicación del principio de enriquecimiento sin causa supone la acreditación del empobrecimiento de quien
reclama y la medida del enriquecimiento de quien ha recibido la prestación, y que la actora no probó tales extremos.
Los agravios del apelante remiten al examen de cuestiones de hecho, prueba y derecho público local, ajenas como regla y
por su naturaleza a la instancia del art. 14 de la ley 48, tal circunstancia no constituye óbice decisivo para habilitar la vía
elegida cuando median razones de entidad suficiente para invalidar el pronunciamiento, como sucede en el caso.
Las quejas referentes a la omisión de formas esenciales para la celebración del contrato cond ucen a dilucidar la existencia
de éste. En tal sentido, es menester recordar que este Tribunal ha sostenido reiteradamente que la validez y eficacia de los
contratos administrativos se supedita al cumplimiento de las formalidades exigidas por las disposici ones legales pertinentes
en cuanto a la forma y procedimientos de contratación.
El carácter administrativo del contrato que se dice celebrado, el caso debe ser juzgado con arreglo a los principios y reglas
propios del derecho público, para lo cual debe acudirse a las normas sobre contrataciones que regían en la ex
Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires, contenidas en las leyes nacionales de obra pública 13.064, de contabilidad,
aplicables en razón de lo dispuesto por la ordenanza municipal 31.655.
Los arts. 9º de la ley 13.064 y 55 del decreto-ley 23.354/56 exigían que las contrataciones de la comuna se hicieran por
licitación pública; y admitían, sólo en forma excepcional, la licitación privada y la contratación directa en determinados
supuestos, entre los cuales no resulta de las actuaciones que se encuentren los que motivan este proceso.
La actora no ha invocado ni probado la observancia de estas disposiciones, y la existencia de normas en el orden municipal
que permitían la contratación directa en determinados supuestos no sirve, en el caso, para justificar la excepción a la regla
de la selección por medio de la licitación pública. En efecto, si bien aquéllas posibilitaron que, en situaciones de
emergencia, se pudiera contratar bajo modalidades distintas, para que tal proceder fuera válido, ello debía justificarse
mediante los informes pertinentes y con una adecuada motivación de los actos administrativos que determinaran la
aplicación del régimen excepcional, acreditando la real existencia de las circunstancias de emergencia.
La prueba de la existencia de un contrato administrativo se halla íntimamente vinculada con la forma en que dicho contrato
queda legalmente perfeccionado. Cuando la legislación aplicable exige una forma específica para su conclusió n, dicha
forma debe ser respetada pues se trata de un requisito esencial de su existencia.
Esta condición, que se impone ante las modalidades propias del derecho administrativo, concuerda con el principio general
también vigente en derecho privado en cuanto establece que los contratos que tengan una forma determinada por las
leyes no se juzgarán probados si no estuvieren en la forma prescripta.
Los agravios de la apelante deben ser acogidos pues no es posible admitir la acción basada en obligaciones que derivarían
de un supuesto contrato que, de haber sido celebrado, no lo habría sido con las formalidades establecidas por el derecho
administrativo local para su formación.
No corresponde fundar la decisión condenatoria, como lo hizo el a quo, en los principios del enriquecimiento sin causa,
toda vez que ello importa una grave violación del principio de congruencia, puesto que la actora fundó su dem anda de
"cobro de pesos" en el supuesto incumplimiento contractual, y no en la institución citada.
En este sentido, cabe recordar que esta Corte ha resuelto que los presupuestos de procedibilidad de la acción de
enriquecimiento sin causa deben ser previstos al incoarse la demanda, así como también que la carga de su prueba
corresponde a la actora.
La aplicación de los principios del enriquecimiento sin causa no es procedente en el sub examine, ya que no ha existido la
indispensable invocación y prueba del empobrecimiento como condición de existencia del derecho a repetir, de manera
que la aplicación que la cámara ha hecho de esa institución, con todas sus consecuencias -ya que condenó por el monto de
las facturas presentadas por la actora comporta violación del art. 18 de la CN
Las consideraciones expuestas tornan innecesario el tratamiento de las restantes argumentaciones de la recurrente y llevan
a la conclusión de que el pronunciamiento apelado no constituye una derivación razonada del derecho vigente con arreglo
a las circunstancias comprobadas de la causa, por lo que se impone su descalificación como acto judicial válido.
Por ello, oído el señor Procurador General, se hace lugar a la queja, se declara procedente el recurso extraordinario y se
deja sin efecto la sentencia apelada. Vuelvan los autos al tribunal de origen a fin de que, por quien corresponda, se dicte
nuevo pronunciamiento. Exímese a la recurrente de efectuar el depósito previsto en el art. 286 del Código Procesal Civil y
Comercial de la Nación, cuyo pago se encuentra diferido de conformidad con lo prescripto en la acordada 47/91. Con
costas. Notifíquese, agréguese la queja al principal y remítase. JULIO S. NAZARENO - CARLOS S. FAYT - AUGUSTO CESAR
BELLUSCIO - ENRIQUE SANTIAGO PETRACCHI - GUSTAVO A. BOSSERT - ADOLFO ROBERTO VAZQUEZ (según su voto).
VOTO DEL SEÑOR MINISTRO DOCTOR DON ADOLFO ROBERTO VAZQUEZ
El infrascripto coincide con los considerandos 1º a 12 inclusive del voto de la mayoría, que da por reproducidos.
Los contratos administrativos integran la categoría jurídica de los contratos en general y, como especie de tal género,
tienen sus mismas características esenciales, toda vez que no existe diferencia ontológica entre un contratista del Estado y
uno particular. Dentro de esas características merecen ser destacados, entre los aspectos importantes, las ideas de libertad
e igualdad -como punto de partida del consentimiento, el principio de equivalencia subjetiva que da lugar al acuerdo y la
obligatoriedad, dispuesta por imperativo legal, de los términos de dicho acuerdo.
Con particular alusión al principio de la equivalencia, es claro que ella reside en el mantenimiento del equilibrio entre los
intereses contrapuestos y que su base universal es la justicia conmutativa -aquella que los particulares se deben entre sí-.
Por consiguiente, no puede sostenerse, en sentido opuesto, que los contratos, y en cuanto aquí interesa los llamados
contratos administrativos, son regidos por el principio de la justicia distributiva -aquella que es debida por la comunidad a
sus miembros, pues ello implicaría aceptar que el contratista es un particular administrado que colabora obligatoria y
desinteresadamente con la administración pública y consecuentemente debe ser socorrido en caso de pérdida por todos
los miembros de la comunidad, con lo cual el contratista no sólo no correría ningún riesgo empresario sino que podría
incluso variar su ganancia en desmedro del patrimonio público, conclusión que, francamente, resulta insostenible.
Cada especie de contrato tiene singularidades que la caracteriza y la distingue -aspectos diferenciales de otras especies o
figuras convencionales. Desde esa perspectiva, para juzgar el contrato en examen debe acudirse a la prueba de su
existencia. Ella se encuentra íntimamente vinculada con la forma en que dicho contrato queda legalmente perfeccionado.
Cuando la legislación aplicable exige una forma específica para la conclusión de un determinado contrato, dicha forma
debe ser respetada pues se trata de un requisito esencial de su exi stencia.
Esta condición, que se impone ante las modalidades propias del derecho administrativo, concuerda con el principio general
también vigente en derecho privado en cuanto establece que los contratos que tengan una forma determinada por las
leyes no se juzgarán probados si no estuvieren en la forma prescripta.
15) Que, en consecuencia, las defensas de la demandada deben ser acogidas ya que no es posible admitir la acción basada
en obligaciones que derivarían de un supuesto contrato que, de haber sido ce lebrado, no lo habría sido con las
formalidades establecidas por el derecho administrativo local para su formación.
Oído el señor Procurador General, se hace lugar a la queja, se declara procedente el recurso extraordinario y se deja sin
efecto la sentencia apelada. Vuelvan los autos al tribunal de origen a fin de que, por quien corresponda, se dicte nuevo
pronunciamiento. Exímese a la recurrente de efectuar el depósito previsto en el art. 286 CPCCN, cuyo pago se encuentra
diferido de conformidad con lo prescripto en la acordada 47/91.
2- El Rincón de los Artistas S.R.L. c. Hospital Nacional Profesor A. Posadas y otro
La Corte Suprema confirmó la resolución de Cámara que había rechazado la demanda interpuesta por el concesionario del
servicio de comedor de un hospital público, ante la invalidación en sede administrativa de la licitación practicada y el
llamado a una nueva. En cambio, se acogió favorablemente la acción de lesividad interpuesta por el ente demandado.
1. 1 - Son nulos de nulidad absoluta los actos del director interino de un hospital público de llamado a licitación pública y
adjudicación de la concesión del servicio de comedor, con encargo al adjudicatario de construir una obra para su prestación
bajo el sistema de anticresis, ya que no dio intervención a la Administración General de Inmueble Fiscales, la que reviste
carácter obligatorio -art. 51, decreto 2045/80 pues si bien aquel funcionario está facultado para disponer de los bienes
raíces del hospital, debe hacerlo con ajuste a las disposiciones pertinentes -art. 4°, inc. a), ley 19.337, adoleciendo sus
resoluciones de vicios de competencia y procedimiento.
2. 2 - El ente licitante no puede insertar cláusulas que no respetan las disposiciones vigentes en las bases del llamado a
licitación -en el caso, se declaró nula la adjudicación del servicio de comedor de un hospital público con encargo al
adjudicatario de construir una obra para su prestación bajo el sistema de anticresis, no habiéndose dado intervención a la
Administración General de Inmuebles Fiscales-, pues los contratos públicos están sujetos a formalidades preestablecidas y
contenidos impuestos por normas que prevalecen sobre lo dispuesto en los pliegos, desplazando la plena vigencia de la
autonomía de la voluntad.
3. 3 - Es aplicable la ley de procedimientos administrativos 19.549 al examen de la validez de los actos relacionados con
contratos administrativos -en el caso, se declaró nula la adjudicación del servicio de comedor de un hospital público con
encargo al adjudicatario de construir una obra para su prestación bajo el sistema de anticresis, al no haberse dado
intervención a la Administración General de Inmuebles Fiscales-, ante la inexistencia de regulaciones especiales sobre la
materia.
4. 4 - Si bien el director de un hospital público puede disponer de bienes inmuebles, tal potestad, en virtud del art. 4°, inc.
a) de la ley 19.337.
Nulidad de actos administrativos: Las excepciones a la regla de la estabilidad en sede administrativa del acto regular
previstas en el art. 18 ley 19549 -entre ellas, el conocimiento del vicio por el interesado, en el caso, el vicio en la
competencia y el procedimiento- son igualmente aplicables al supuesto contemplado en el art. 17 parte 1ª pues de lo
contrario el acto nulo de nulidad absoluta gozaría de mayor estabilidad que el regular.
ACTO ADMINISTRATIVO: La inexistencia de regulaciones especiales no puede conducir sino a la aplicación de las previsiones
relativas a los actos administrativos, razón por la cual no puede objetarse el examen de los recaudos de validez de los actos
impugnados que la cámara efectuó a la luz de las disposiciones contenidas en la ley 19549 (Voto del Dr. Carlos S. Fayt).
CONTRATOS ADMINISTRATIVOS- actos administrativos: Resulta adecuado aplicar, para el examen de la validez de los actos
relacionados con contratos administrativos, las disposiciones de la ley 19549, pues de acuerdo a lo establecido en el último
párrafo del art. 7 de dicha ley (texto anterior a la reforma por el decreto 1023/2001), los contratos administrativos se
regían por sus leyes especiales y en forma analógica por las disposiciones del título III de la ley, referente al régimen del
acto administrativo, y en ese contexto, la inexistencia de regulaciones especiales referentes a los contratos sobre las
materias regidas en el citado título llevaba a que aquéllos debieran considerarse regulados por la misma normativa
aplicable a los actos administrativos.
CONTRATOS ADMINISTRATIVOS- Licitación pública. Contrato de obras públicas. Anticresis: Corresponde confirmar la
sentencia que rechazó la demanda tendiente a que se mantuviera vigente la adjudicación de la licitación y admitió la acción
de lesividad, si el llamado a licitación y la resolución adjudicatoria no se sujetaron a las disposiciones aplicables y
adolecieron de vicios en la competencia y el procedimiento, debido a que para la constitución del derecho real de anticresis
se requería, conforme a la reglamentación del art. 51 Ley de Contabilidad Pública, aprobada por el decreto 2045/1980, la
intervención obligatoria de la Administración General de Inmuebles Fiscales.
CONTRATOS ADMINISTRATIVOS- Licitación pública. Anticresis: No resulta reprobable que el a quo no haya considerado la
"renuncia" que la recurrente efectuó respecto de la "garantía de anticresis", ya que esa renuncia era jurídicamente
irrelevante pues fue formulada por quien, como la actora, no era titular del derecho respectivo, e inadmisible ya que los
pliegos de condiciones generales revisten condición de reglamentos, razón por la cual el particular que participa en la
licitación carece de la facultad de sustraerse a la aplicación de alguna de sus disposiciones
LICITACIÓN PÚBLICA: Los agravios referentes a la supuesta auto contradicción de la sentencia se desvanecen si se advierte
que, en atención a lo dispuesto en el art. 17 ley 19549, no era imperativo para el hospital iniciar la acción de lesividad qu e
tramitó para obtener la declaración de nulidad de la resolución que adjudicó la licitación, que podía ser válidamente
revocada en sede administrativa pues no había generado derechos subjetivos que se estuvieran cumpliendo (art. 17 ley
19549).
RECURSO ORDINARIO DE APELACIÓN: Deben desestimarse los agravios relativos a la auto contradicción del
pronunciamiento apelado pues, más allá de que se trata de una mera reiteración del memorial contra la sentencia de
primera instancia que como tal autorizaría a declarar la deserción de este aspecto del recurso, el apelante carece de interés
en sostener esta queja, es que aun cuando se admitiera por vía de mera hipótesis que del progreso de la acción de lesividad
resultaría la invalidez de la resolución que dejó sin efecto la licitación, ese mismo resultado positivo respecto de la
mencionada acción de lesividad obstaría a la procedencia de su reclamo (Voto del Dr. Fayt).
3- LASER DISC C/ IPC de mendoza, 01/09/2003
se presenta Laser Disc S.A., por medio de apoderado, e inicia demanda contra el Instituto Provincial de la
Cultura de Mendoza por el cobro de la suma de $ 11.116,56. Manifiesta que se dedica a la fabricación de
discos compactos, CD rom, CDR, DVD y otros accesorios relacionados con la industria de la música y la
computación, motivo por el cual la demandada le encomendó la preparación de distintos productos. Aclara
que todas las operaciones comerciales se realizaron después de cumplir con todos los requisitos que el
instituto provincial le exigió para acceder a la correspondiente licitación. Expresa que como consecuencia de
los trabajos efectuados se emitieron las facturas que describe y que hasta la fecha se encuentran impagas.
Agrega que, como no se saldó el precio en tiempo y forma a pesar de los reclamos verbales efectuados,
decidió enviar una nota solicitando la cancelación de la deuda, pero no obtuvo respuesta alguna; después
de algunas conversaciones telefónicas la contadora Adriana Favier le manifestó q ue a causa del cambio de
gobierno provincial, el expediente había desaparecido y no tenían elementos para gestionar el pago, por lo
que el 5 de octubre de 2000 remitió una carta documento que no fue contestada, de manera que se vio en la
necesidad de iniciar la presente acción.
contesta la Provincia de Mendoza negando los hechos y el derecho invocados por la actora. Reconoce que
el 17 de noviembre de 1999 se autorizó el llamado a licitación privada para contratar el servicio de
grabación y edición de siete producciones de C.D. en el marco del programa "Mendoza Suena". Expresa que
la contratación debía efectuarse por licitación privada, por lo que publico el llamado en dos diarios, uno
local y uno de capital, y el 26 de noviembre de 1999 se procedió a la apertura del único sobre presentado.
Manifiesta que en el acta correspondiente se dejó asentado que el grupo Laser Disc Argentina S.A. no
indicaba el n° de C.U.I.T., que no se encontraba inscripto en el Registro de Proveedores (requisitos
indispensables para aplicar la ley) que sólo había garantizado su oferta con el 1% del total y no con el 5%
como correspondía. Agrega que la actora sólo cumplió con este último requisito que, también, fue el último
acto válido previo a la licitación, la que nunca fue adjudicada ni mucho menos notificada de modo que se
trata de una licitación inconclusa que no puede obligar a la provincia. Dice que Laser Disc debía haber
interpuesto su pretensión contra el funcionario interviniente.
Considera que la actora no tiene legitimación para demandar a la provincia, ya que debió demostrar su
calidad de titular del derecho y la condición de obligado del gobierno de Mendoza. Ofrece prueba y pide
que se rechace la demanda y se haga lugar a la falta de legitimación activa opuesta.

Se considera que la causa es de competencia originaria de la corte.


Laser disc reclama una suma de dinero que dice adeudarle la provincia de Mendoza, y que a su vez dice no
estar obligada.
Lo primero que hay que resolver es acerca de la falta de legitimación activa opuesta por la demandada.
El tribunal ha establecido que la falta de legitimación se configura cuando alguna de las partes no es la
titular de la relación jurídica sustancial en que se sustenta la pretensión, con prescindencia de que ésta
tenga o no fundamento, así como también cuando el actor carece de interés jurídicamente tutelable.

Esto se presenta respecto de laser disc Argentina S.A, que no ha logrado acreditar la adjudicación de la
licitación privada por parte del Instituto Provincial de la Cultura de Mendoza a la que hace referencia en la
demanda y que podría dar sustento a su pretensión.
la asesoría letrada advirtió que la oferta carecía de claridad y precisión en aspectos esenciales tales como la
persona del proponente. A partir de allí no se efectuó acto alguno inherente a la licitación.

este Tribunal ha sostenido reiteradamente que la validez y eficacia de los contratos administrativos se
supeditan al cumplimiento de las formalidades exigidas por las disposiciones legales pertinentes en cuanto
a la forma y procedimientos de contratación.

Cuando la legislación aplicable exige una forma específica para la conclusión de un determinado contrato,
ella debe ser respetada porque se trata de un requisito esencial de su existencia.
Estos presupuestos, no han sido observados.
Para que la licitación privada quede perfeccionada son requisitos exigibles:
a) la adjudicación definitiva que es la que crea el derecho en favor del oferente elegido, y
b) la notificación. Requisitos que se encuentran también establecidos en el pliego de condiciones generales
de licitaciones de la Provincia de Mendoza

si no existe adjudicación y menos aún notificación, el acto no queda formalizado y el licitador no puede
obligar a la Administración Pública.
De tal manera, cabe concluir que la pretensión del actor se basa en obligaciones que derivarían de un
supuesto contrato que no fue celebrado de conformidad con las formas establecidas por el derecho
administrativo local.
Laser Disc Argentina S.A. no se encuentra legitimada para iniciar las presentes actuaciones por carecer de
un interés jurídico tutelable.

RESUELVE HACER LUGAR A LA FALTA DE LEGITIMACION ACTIVA OPUESTA POR LA PROVINCIA DE


MENDOZA, Y EN CONSECUENCIA RECHAZAR LA DEMANDA.
4- Lix klett c/ biblioteca Nacional, 31/07/2012 CSJN s/quiebra

Sala III de la cámara nacional de apelaciones en lo civil comercial federal revoco la sentencia de 1° instancia que había
hecho lugar a la demanda promovida por la quebrada LIX KLETT S.A.I.C, en la que persiguió el cobro de la suma de
$1.149.335,16, imputada a facturas pendientes de pago, más intereses y costas por parte de la biblioteca nacional.
Contra esto, la actora interpone Recurso Extraordinario de Apelación, solicitando la revocación de la sentencia.
Concedido.
El recurso ordinario deducido por la actora es procedente, pues se dirige contra una sentencia definitiva, el
pronunciamiento ha sido dictado en una causa en que la Nac ión es parte y el monto disputado en último término, sin
sus accesorios, supera el mínimo establecido.
En cuanto al fondo del asunto (si es admisible o no la demanda interpuesta) el quo hizo lugar los agravios que
cuestionaron la conclusión del juez de pri mera instancia en cuanto la violación de las normas de contratación del
Estado, la falta de la prestación de servicios de la conformidad de las facturas brindada por la autoridad competente.
De las constancias se extrae que si bien en sus orígenes hubo contratación directa no así durante el periodo
reclamado, durante el cual no consta vinculación formaI alguna entre la actora la Biblioteca Nacional. La CSJN sostuvo
que la validez y eficacia de los contratos administrativos se supedita al cumplimiento de for malidades exigidas en
cuanto a la forma y procedimiento de la contratación.
Agrego, que la prueba de la existencia de un contrato administrativo está íntimamente vinculada a la forma en que
dicho contrato queda perfeccionado. Cuando la legislación exige una forma específica para la conclusión de un
determinado contrato dicha forma debe ser respetada, ya que es un requisito de su existencia.
Ya que la actora no aporto elemento de convicción alguno, corresponde desestimar el planteo de la demandante.

El tribunal, considero que "las facturas comerciales no son títulos ejecutivos ni constituye prueba indudable del
cumplimiento de la prestación aludida en ellas. Son, un documento remitido unilateralmente por el comerciante, que
puede, configurar un indicio que forme la convicción del magistrado en un sentido determinado.
En autos no hay constancia que de cuentas de la realización de los servicios prestados, prueba que debe probar la
actora, frente a la negativa efectuada por la demandada.
El Decreto, establece el plazo para el pago de facturas, en él se indica que el pago se efectuara dentro de los 30 días
contados a partir del día siguiente al que se produzca la conformidad definitiva.

Para exponer las cuestiones planteadas, conviene recordar que mediante la deman da, la actora pretendió el cobro de
facturas derivadas de la prestación del servicio de operación de mantenimiento de aire acondicionado (calefacción y
refrigeración) ventilaciones mecánicas, calderas tratamiento químico del agua (aire acondicionado); todo ello con
seguro de repuestos personal propio permanente en la Biblioteca Nacional por el período comprendido entre enero
diciembre de 1996 desde julio de 1997 enero de 1999.
Cabe señalar que existieron dos contrataciones directas por servicios ejecutados en la Biblioteca Nacional, entre Lix
Klett y el ministerio de Cultura y educación, correspondientes a septiembre –diciembre 1992 y septiembre-diciembre
1993, por $232.688 c/u.
A partir de 1997 por decreto 545/96, la Biblioteca Nacional pasó a ser autárquica y quedó bajo la órbita de la
Secretaría de Cultura de la Nación, también dependiente del Poder Ejecutivo. Entonces, Lix Klett y el ente
reconocieron que la relación continuó con acuerdos verbales.
La actora niega que hubieran sido violadas normas de contratación del estado, como lo sostuvo cámara, y afirma que
la supuesta violación, tampoco fue planteada por la accionada.

Lix klett agrega que la omisión de la administración de documentar las contrataciones verbales no le otorga derecho a
desconocer lo actuado en consecuencia, menos de cuestionar luego los servicios prestados en su beneficio,
parcialmente abonados, y que claramente consintió. SOLICITA LA TEORIA DE LOS ACTOS PROPIOS, y la nulidad relativa
de los actos.
El caso debe ser juzgado con arreglo a los principios y reglas del derecho publico, para lo cual debe acudirse a la ley
24.629 de ejecución del presupuesto de la administración nacional.
el articulo 5° de la referida ley establece que "todos los contratos de locación de obra y/o de servicios q ue resulten
indispensables para la cobertura de servicios esenciales, incluidos los de los entes descentralizados, deberán tener
respaldo presupuestario ser autorizados por decreto del Poder Ejecutivo nacional, por decisión administrativa, por
resolución del ente descentralizado, en la que constaran detalladamente los fundamentos de las contrataciones, sus
respectivos montos las obligaciones que generen". Hasta el dictado de la 25.565 el párrafo cuarto disponía que seria
nulo todo acto o contrato otorgado por cualquier autoridad, aun competente, que no hubiere precedido el
cumplimiento de las normas previstas en la 24.156, si del mismo resultare la obligación del Tesoro Nacional de pagar
sumas de dinero.
La biblioteca nacional, señalo que la inexistencia de instrumento contractual, impide reconocer la vinculación alegada
por la actora, sin perjuicio de que de resultar el cumplimiento de prestaciones de su parte que importen una utilidad
para el estado Nacional, su reconocimiento pueda provenir de otra fuente de “obligaciones”, y que cualquier tipo de
prestación que hubiera hecho la actora, solo importaría haberlo hecho de forma ocasional, por encargo o iniciativa de
algún agente o funcionario de la Biblioteca, y, se confirmaría el no existir contratación valid a.

Lix klett afirma que la relación contractual continuo por acuerdo verbal entre las partes, ratificado por distintos actos
administrativos. En efecto, la demandada abono periodos posteriores al vencimiento de la contratación administrativa
original con normalidad y sin cuestionamientos durante varios meses. Además, que la contratación verbal fue
aceptada por ambas partes.
En cuanto a la pericial contable, el experto no informa la existencia de contrataciones directas por los periodos
reclamados. Interrogado un empleado (pano), sobre los sistemas de contratación de la biblioteca, dijo que era un
tema que no llevaba el, que lo llevaba la Direccion directamente. Se le exhibieron ordenes de provision del ente, para
que los reconociera como instrumentos habitua lmente utilizados por la demandada en sus contrataciones, a lo cual el
testigo los identifico, e indico que eran del ministerio de Educacion, supone que era de cuando la biblioteca dependía
de los servicios administrativos de este, porque es autárquica des de 1997, y esto es anterior.
ante el reconocimiento de las partes, y la prueba producida, surge que por tratarse de acuerdos verbales, no se
observaron los procedimientos sustanciales pertinentes, ni se conto con la habilitación presupuestaria necesaria pa ra
atender el gasto, como lo exige la normativa.
Cuando la legislación aplicable determina una forma específica para la conclusión de un contrato, dicha forma debe
ser respetada pues se trata de un requisito esencial de su existencia. la validez y eficacia de los contratos
administrativos se supedita al cumplimiento de las formalidades exigidas por las disposiciones legales pertinentes en
cuanto la forma y procedimientos de contratación.
no es posible hacer lugar a una acción basada en obligaciones que deri ven de acuerdos verbales cuando, los contratos
administrativos debían ser celebrados con las formalidades que establece el derecho administrativo. SE DESESTIMA EL
PRIMER AGRAVIO.

Con respecto al segundo agravio, lix klett afirma que la alzada no considero acreditados los servicios pese a que estos
fueron reconocidos por la demandada, lo que le causa un gravamen.
En la prueba informativa, del ministerio de educación, se señala que en esa área no hay constancia que acredite si los
servicios prestados por lix klett han sido efectivamente brindados y que la comisión de recepción definitiva de bienes,
fue creada recién en 1997, carece de registros anteriores a esa fecha.
El jefe de mantenimiento de la biblioteca, indica que el servicio de lix klett fue deficiente, nunca conformo el servicio
ni las facturas, las instalaciones, fueron deteriorándose mas con el transcurso del tiempo hasta llegar al 13 de octubre
de 1998 donde fue notificado el Sr. Fernando Lix Klett para que reparara las torres de enfriamiento, el mi smo 13 de
octubre de 1998, le respondió por escrito que no iba acceder lo solicitado atento que la Biblioteca le debía
determinada cantidad de abonos, de ahí en más el servicio de aire acondicionado quedó paralizado hasta mediados
del 2000, fecha en que con personal propio de la Institución, deja constancia que la puesta en marcha de los equipos
de aire acondicionado calefacción a cargo del area de mantenimiento le implica la Biblioteca Nacional una erogación
mensual en el orden de los ocho mil pesos", que "el contrato con la empresa Lix Klett de 30.000 pesos es mano de
obra con seguro de reposición. Nada se probó del supuesto servicio. La actora tampoco pudo probar los trabajos
concretos que realizo. No se cumplio con los procedimientos para las contratacio nes con el Estado. El silencio de la
administración no debe ser considerado como manifestación positiva de la voluntad, dicho silencio debe ser
expresado en forma negativa.
SE DESESTIMA EL RECURSO EXTRAORDINARIO DE APELACION INTERPUESTO POR LA ACTORA. SE C ONFIRMA LA
SENTENCIA APELADA EN TODAS SUS PARTES.
5- Espacio c/ ferrocarriles argentinos, 22/12/1993, CSJN
antecedentes fundamentales del caso: Como consecuencia del llamado a licitación pública tramitado en el expediente
21191/60 del registro de la demandada, la firma actora resultó adjudicataria del contrato que tuvo por objeto la construcción de
la nueva estación ferroviaria "Aristóbulo del Valle", celebrado el día 11 de marzo del año 1964. En dicho convenio, y en sus
adicionales suscriptos los días 29 de mayo de 1968 y el 10 de junio de 1970 respectivamente, se previó asimismo la
construcción de una galería y de una serie de locales contiguos, destinados a la instalación de comercios, cuyo usufructo fue
concedido sin cargo a la contratista por el término de 19 años contados partir del momento de la habilitación de las obras, en
calidad de contraprestación por la realización de los trabajos. El art. 34 del pliego de bases y condiciones para la contrata ción y
ejecución de obras, a tenor del cual -según la actora- se formalizó el llamado, dispuso en la parte pertinente que "el contratista
gozará de las mismas franquicias sobre gravámenes fiscales a que tenga derecho el Ferrocarril para las obras que realice por
contrato, excepto el sellado de este último, pero será por cuenta de aquél el pago de los impuestos, derechos y tasas
nacionales, provinciales y municipales vigentes a la fecha de la licitación de las obras, de las cuales no esté exento el
Ferrocarril, salvo disposición en contrario.
Los aumentos de los gravámenes existentes, o los creados por actos del gobierno nacional, provincial o municipal con
posterioridad a la fecha de la licitación, serán de cuenta del Ferrocarril". Iniciado el plazo del usufructo de los locales dados en
concesión, la firma adjudicataria solicito a la empresa estatal el reconocimiento de las franquicias como de “interés nacional”.
La demandada respondio negativamente al pedido. La interesada pide recurso jerarquico en el poder ejecutivo, que fue
desestimado por decreto, el cual expresó que, no obstante su utilidad, las obras en cuestión carecían de los requisitos
necesarios para calificarlas del modo solicitado, según se desprendía de las constancias administrativas acompañadas al
recurso jerárquico, y añadió que la declaración de interés nacional debió haber sido previa a la iniciación de los trabajos
Espacio S.A demando a Ferrocarriles Argentinos al pago de $35.582.027.889, mas actualización e intereses, en
concepto de daños y perjuicios que dijo le ocasionaron los impuestos nacionales que debio pagar, hasta el 15/10/1982,
pese a lo dispuesto en las clausulas del contrato celebrado entre ambas, relativos a la construcción de la actual estación
"Aristóbulo del Valle", del Ferrocarril General Belgrano y de los locales comerciales anexos, cuya explotación se le
concedió por el término de 19 años.
en el art. 34 del pliego de bases y condiciones para la contratación y ejecución de las obras, se previó que gozaría de
las mismas franquicias sobre gravámenes fiscales a que tuviera derecho el Ferrocarril, para las obras que realice por
contrato, excepto el sellado de este último.
cuando solicitó a la empresa estatal que le reconociese la exención de impuestos nacionales de que gozaba, ésta se
negó al pedido, aduciendo que para ello era menester que la obra fuera declarada de interés nacional por el Poder
Ejecutivo, de acuerdo con lo dispuesto por el art. 11 de la ley 15.273.
Efectuada la solicitud , su tramitación tuvo un resultado negativo por parte del presidente de la empresa, diciendo que la
obra carecia de os elementos necesarios para calificarla de interés nacional y culminó, recurso jerárquico mediante, con
el dictado de un decreto del Poder Ejecutivo que exhibió los mismos fundamentos.

Afirmo entonces, que ferrocarriles argentinos estimulo la denegatoria de la exencion impositiva, y que, si era necesario
el decreto que declarase la obra de interés nacional, era esa empresa quien estaba obligada a gestionarlo o, en su
defecto, cargar con el costo que mantuviese el equilibrio del contrato, estado de cosas que no cambia por el hecho de
tratarse de una obra pública.
Subsidiariamente alegó que, si el requisito de la declaración de "interés nacional" de las obras no se cumplen, las
cláusulas del pliego no revisten carácter de exención, "funcionan según su texto literal y mantienen a Ferrocarriles
Argentinos como deudor del impuesto".

La empresa demandada, contesto el traslado, y dijo que el art. 34 de las bases y condiciones para la contratación y
ejecución de obras, forma parte de un reglamento que establecía las normas genéricas a las que debían ajustarse las
licitaciones, contrataciones, ejecución de obras o trabajos que se llevaren a cabo para y por cuenta de Ferrocarriles
Argentinos.
Se trato de una franquicia general, no establecida para el caso particular de la sociedad reclamante, y entonces, su
interpretación debe efectuarse a la luz de otras normas de mayor jerarquía que legislan sobre el particular.
Además, señalo que al tiempo de la apertura de la licitación de autos, estaba vigente el Art 11 de la ley 15.273, y la
actora no pudo verosímilmente creer que la construcción del edificio de una estación ferroviaria y de una galería
comercial anexa para una obra de interés nacional.
También, si la empresa comitente fuera deudora directa de los impuestos en cuestión, resultaría incongruente la actitud
de "Espacios S.A.", que prosiguió la vía administrativa para que se declarara la existencia de tal interés nacional de las
obras.
También resulta inverosímil, que haya dejado transcurrir doce años hasta la promoción de la demanda, lapso durante el
cual pagó silenciosa y pacíficamente y soportando el consiguiente quebranto, sin cuestionar la "írrita" situación que
luego denunció.
Afirmo que la intención de las partes fue que la renovación de parte de la infraestructura ferroviaria se efectuara sin
desembolso alguno de la empresa estatal, concediendo al adjudicatario de las obras el uso y goce de las construcciones
rentables durante el plazo pactado.
Por lo tanto, si a esa concesión de uso se agregara el reembolso pretendido -que equivale a un tercio del precio de la
obra- se subvertiría la ecuación contractual, en su perjuicio, y se configuraría un abuso de derecho de su contraria en
los términos del art. 1071 del Cód. Civil, con violación de la buena fe que debe presidir los contratos.

1° instancia hace lugar a la demanda. Considero que de los términos del contrato surge claramente que Ferrocarriles
prometió la exención y esto constituyó una obligación de resultado y no de medios.
Por esto, la tramitación llevada a cabo fue innecesaria, pues lo cierto es que la ob ligada transformaba su obligación de
resultado en una nueva, "de medio"; y, para peor, aconsejando y decidiendo, en contra de lo expresamente pactado. Lo
cierto es que Ferrocarriles no cumplió y ello ocurrió por su culpa; la prestación a cargo de la demand ada la obligaba a
que no se agravara la contraprestación de la actora en este juicio, ya que lo había garantizado expresamente en el
contrato.
Asimismo, entendió que la actora no invocó ni demostró interés en que la obra fuese calificada de interés naciona l, pues
tal circunstancia era absolutamente extraña al compromiso contraído por el Ferrocarril; de ahí que la demanda se base
en el incumplimiento del contrato, que provocó directamente el daño que aquí se pretende reparar por medio de
indemnización.
No se puede hablar de la posibilidad de que se apliquen otras normas que las contractuales para la solución del caso, y
que el Ferrocarril debe hacerse cargo de las ventajas que no pudo efectivizar la actora, y que fueron la razón de lo
convenido y formaban, evidentemente, parte del precio en el contrato de anticresis celebrado.
la pretensión subsidiaria de la demandada, es contraria a la esencia del contrato de anticresis pues, en tanto se estén
realizando las obras, no habría explotación posible del usufructo concedido, que recién podría hacerse efectivo una vez
finalizadas las obras. desde el 1° de enero de 1980, la ley 22.016 derogó la franquicia a favor de la demandada, pues su
aplicación tergiversaría la ecuación económico financiera que formaba parte del precio al contratar y que, por vía de
hipótesis, podría haber ocurrido en el mismo momento del comienzo de la obra, alterándose evidentemente el precio
pactado.
Esta sentencia es confirmada por la Sala II de la Camara nacional de Apelaciones en lo Contenc ioso Administrativo
federal.

ESTA SALA, hizo lugar a la demanda promovida por la firma actora a fin de obtener el resarcimiento de los daños y
perjuicios derivados del incumplimiento contractual atribuido a la empresa estatal demandada y, en consecuencia,
condenó a esta última a pagar la cantidad de australes 3.558,2 -a valores del mes de marzo de 1983- en virtud de los
contratos de alquiler, celebrados con terceros.
Camara de apelaciones, establecen que del pliego general, surge la obligación del Ferrocar ril, de exceptuar, a la actora,
de la carga de los gravámenes fiscales materia de debate y con respecto a los cuales aquél gozaba de franquicia.
distinguieron entre aquellas contribuciones de las que estuviere exento el Ferrocarril, ya creadas al tiempo de la
licitación, o a crearse con posterioridad; y aquellas otras de las que aquél no estuviere exento, ya existentes al tiempo
de la licitación o que pudieren imponer con posterioridad las autoridades respectivas.
el alcance que corresponde asignar al precepto convencional en juego, unido al hecho de que la demandada estaba
exenta de los impuestos nacionales que, en su momento, pagó el accionante y que tuvieron como fuente el usufructo de
autos, lleva -de modo razonable- a tener por configurado el derecho contractual de la actora a no asumir, de su cuenta,
dicho pago, como así también, al consiguiente reintegro, de parte de la accionada, en concepto de indemnización.
Dicho resarcimiento debe ser asumido por el ferrocarril, al importar un implícito, pero ine quívoco incumplimiento
contractual, y una falta de percepción de frutos por culpa exclusiva de la demandada.
Entendieron que la pretensión de la accionada, en sentido de limitar la aplicación del art 34, debe ser desestimada, ya
que el apelante no controvirtió mediante una critica concreta el argumento en que el juez de 1° instancia sustento su
posición.

La Accionada, interpone recurso de apelación.


Sostiene que lo decidido es equivocado. Basándose en los siguientes argumentos.
1).el ferrocarril solo prometio dar una obra en anticresis para al cabo de cierto tiempo, obtener bienes inmuebles sin
erogar suma alguna y transmitiendo una serie de ventajas impositivas de carácter general, que ya tenia al tiempo de la
contratación. 2). El Art.34 establece franquisias impositivas "para las obras" y, durante ellas, la contratista nada erogó,
mientras que, pagó impuestos a las ganancias y al patrimonio. 3). No se pacto ningún “seguro” a favor de la actora. Y
esta pago impuestos por mas de una década. 4). La Actora reconoció que, para obtener la exención impositiva, era
necesaria la declaración de interés nacional de la obra y, por ello, realizó las tramitaciones respectivas; la actora no
puede convenir “contra sus propios actos”
El recurso de apelación es procedente.
El Art. 11 de la ley 15.273 establece qué cláusulas como la analizada en el "sub lite" deberán considerarse "eximentes"
de tributos, siempre y cuando las obras sean declaradas de "interés nacional" por el Poder Ejecutivo, condici ón que no
se cumplió en el caso.
Se comparte lo afirmado por la apelante en torno a que "Espacio S.A." no puede válidamente aducir la ignorancia de
dicha ley, al tiempo de la contratación.
Lo hasta aquí expuesto lleva a concluir, en mi concepto, que contrariamente a lo declarado por el a quo, el art. 34 del
pliego en manera alguna consagra el derecho contractual de la actora a no asumir, de su cuenta, el pago de los
impuestos en cuestión, como así también al consiguiente reintegro.
En efecto, aún en la hipótesis de que ese artículo, en lugar de conceder una eventual exención para "Espacio S.A.",
hubiere previsto expresamente, inclusive, que la empresa estatal se hiciera cargo de aquellos tributos, de todos modos,
tal cláusula, de acuerdo con el art. 11 de la ley 15.273, debería considerarse como una exención a favor de la
contratista, únicamente, si se cumplía la condición de que la obra fuera declarada de interés nacional por el Poder
Ejecutivo.
L a interpretación propuesta resulta corroborada por la actitud de la propia actora, quien pagó durante un extenso
número de años los gravámenes cuyo monto ahora pretende cobrar a Ferrocarriles Argentinos. Máxime, cuando
también llevó a cabo tramitaciones administrativas tendientes a obtener la declaración de interés nacional que, por su
parte, Ferrocarriles no podía emitir, porque el órgano con competencia legal para hacerlo era el Poder Ejecutivo.
Los fundamentos bastan para revocar la sentencia apelada y torna innecesario examinar los restantes agravios
expuestos, que además, resultan ajenos al dictament, por remitir a cuestiones de hecho y prueba de derecho comun y
procesal.
CORRESPONDE REVOCAR LA SENTENCIA Y RECHAZAR LA DEMANDA DEL “SUB LITE”
6- CASE S.A c/G.C.B.A, 05/10/2010, CSJN (remite al dictamen PGN 08/10/2009)

CONTRATO DE CONCESION, CENTROS GERIATRICOS MUNICIPALES, CONTRATOS PUBLICOS, LEY DE OBRAS PUBLICAS.
PRINCIPIO DE LEGALIDAD.

DICTAMEN – Cámara nacional de apelaciones en lo civil, al confirmar la sentencia de 1° instancia, desestimo la


reconvención y la solicitud de nulidad del contrato planteada por la Ex Municipalidad de la CABA (hoy gobierno de la
ciudad de buenos aires) e hizo lugar a la demanda entablada por CASE SACIFIE (CASE) con tra la ex Municipalidad por el
cobro de una suma de dinero derivada del contrato de concesión para la construcción, conservación y explotación de
los Centros Geriátricos Municipales “Hogar Gral. San Martín” y “Programa de Chicos de la Calle”, adjudicado —con
motivo de una licitación pública— por el decreto 129/92.
los integrantes de la Cámara tomaron en cuenta que había mediado un expreso reconocimiento de las partes a la
efectiva ejecución del contrato.
De las pruebas surgía que el Gobierno de la Ciudad, a l recibir las notas presentadas por la actora en sede
administrativa, no opuso objeciones a las cláusulas del contrato ni a las condiciones por las cuales debían cumplirse las
contraprestaciones estipuladas, sino que, por el contrario, había admitido que mantenía una deuda con la actora
derivada de dicho convenio.

Consideraron que el hecho de la falta de designación de un órgano de control de las prestaciones fue una decisión
propia de la demandada por lo que no podía hacerla valer en esta causa.

si bien existe discusión y constituye materia de agravios de ambas partes el alcance de la deuda reclamada, no resultó
cuestionado por ninguna de ellas el informe del perito contador que daba cuenta de la existencia de una deuda a
favor de la actora al 28 de mayo de 1996, en la cual esta última había notificado su decisión de rescindir el contrato
por falta de pago, atribuyéndole la culpa al concedente.

Entre nov.1993 y abril 1994, existió un expreso reconocimiento de la actora, en el sentido de entrarse la deuda
abonada hasta octubre de 1993, lo que coincide con la nota que CASE indica que la deuda se le habia pagado a esa
fecha con una bonificación más en descuento del 5%.
Las facturas, estaban agregadas en la liquidación cuando se amplió la demanda. Rechazaron l os agravios referidos a la
imposición de costas.

GCBA interpone recurso extraordinario, denegado. Da lugar a la queja. Agrega que en la contratación se
transgredieron las disposiciones de las leyes 17.520 y 13.064 que rigen la obra pública, ya que quedó acreditado que la
contratación nunca fue declarada de interés público y que la autoridad de aplicación no ejerció la opción entre la
licitación pública y el concurso de proyectos integrales para determinar la forma más convincente de contratar.

Asimismo, no se respetaron las previsiones legales en cuanto al pago de certificados de obra en lugar de las facturas
que se presentaban al cobro, no se contempló la concurrencia de un representante técnico de la contratista de la
obra, ni de órdenes de servicio o cualquier otro medio de comunicación entre las partes, como tampoco se previó un
régimen de sanciones.
El funcionario que firmó el llamado a licitación carecía de la competencia para proponer una contratación ilegal, del
mismo modo que quien la adjudicó, aun cuando era la máxima autoridad del Estado, ya que resultaba incompetente
para sanear un proceso que no se ajustaba a la ley.

La contratación original al resultar sumamente gravosa para el Estado, debio ser renegociada y como consecuencia, se
redujo el monto pretendido por la actora, el cual se abono en la totalidad para cancelar obras originarias,
complementarias y las tareas de mantenimiento y servicio de limpieza hasta octubre de 1993.

Se agravia porque el a quo, admitió la acción resarcitoria planteada por CASE y difirió la determinación del monto de
la indemnización para la etapa de ejecución de sentencia. Esto es ajeno a la situación fáctica que surge de autos, ya
que en oct.1993 las partes acordaron que las sumas adeudadas por todo concepto ascendía a $1.608.366 y que dicha
cifra fue cancelada medi ante la autorización y orden de pago dispuesta por resolución.

en ese mismo acto se modificó el contrato y se pactó que la actora continuaría con el servicio de mantenimiento y
limpieza, reduciéndose el monto por dicha prestación a $ 114.331,99, aunque la actora, en lugar de facturar según lo
convenido, continuó haciéndolo a los valores anteriores a la renegociación hasta que, finalmente, dejó de cumplir con
el servicio a partir de abril de 1994, motivo por el cual sostiene que a la fecha en que la empresa declaró la rescisión
del contrato (28/5/96) no adeudaba suma alguna.
Argumenta que solo se lo condena a pagar facturas ajenas al proceso y otras de las cuales la actora no es titular.
La procuradora, Considero que si bien los agravios del apelante remiten al examen de cuestiones de hecho, prueba y
derecho público local, propias de los jueces de la causa y ajenas al recurso extraordinario, cabe señalar que, de
acuerdo con lo declarado por V.E., corresponde apartarse de ese principio cuando el pronunciamien to apelado no
constituye una derivación razonada del derecho vigente, con aplicación de las circunstancias comprobadas de la causa

tanto la apertura, la continuación del procedimiento licitatorio como la adjudicación y su posterior ejecución se
regirían por los principios de la Ley de Obras Públicas.
el a quo omitió ponderar que los pliegos de la licitación no cumplían con las leyes entonces vigentes ya que en ellos no
se previó el pago del precio por medio de los correspondientes certificados de obra, ni se estipuló un representante
técnico del contratista destacado en obra, como tampoco comunicaciones de obra ni órdenes de servicio.

En materia de contratos públicos, la administración pública se halla sujeta al principio de legalidad. Desplazar la plena
vigencia de la regla de la autonomía de la voluntad de las partes y someterla a contenidos impuestos normativamente,
de los cuales las personas públicas no se hallan habilitadas para disponer sin expresa autorización legal y que en virtud
de ese mismo principio no corresponde admitir que, por su condición de reglamentos, las previsiones de los pliegos de
condiciones generales puedan prevalecer sobre lo dispuesto en normas de rango legal.

La ley 23.696 y su decreto reglamentario prevén que las obras objeto del contrato para ser entregadas en concesión
subvencionada deben, como primera medida, ser declaradas de interés público y, en el mismo acto, la autoridad de
aplicación tiene que ejercer la opción entre la licitación pública y el concurso de proyectos integrales. Sin embargo en
este caso no se invocó ni se probó la observancia de estas disposiciones.

El acto celebrado en las condiciones descritas era irregular y, por lo tanto, susceptible de ser anulado en sede judicial.
Sin que obstaran argumentos de que las obligaciones derivadas del contrato fueron cumplidas por la administración,
toda vez que el demandado solicitó la declaración judicial de nulidad pertinente por vía de reconvención.

CONSIDERA QUE LA SENTENCIA QUE HACE LUGAR A LA DEMANDA BASADA EN OBLI GACIONES QUE DERIVAN DE UN
CONTRATO CELEBRADO, TRANSGREDIENDO EL PRINCIPIO DE LEGALIDAD, Y SIN CUMPLIR CON LAS FORMALIDADES
EXIGIDAS POR EL DERECHO ADMINISTRATIVO LOCAL, COMPORTA UNA VIOLACION AL 18CN.
SE HACE LUGAR A LA QUEJA INTERPUESTA, DEJA SIN EFECTO LA SENTENCIA RECURRIDA EN CUANTO FUE MATERIA DE
RECURSO EXTRAORDINARIO.

CORTE comparte y hace suyos los fundamentos y conclusiones del dictamen de la señora procuradora fiscal.
Hace lugar a la queja y al recurso extraordinario interpuestos y se deja sin efecto la sentencia apelada.

DISIDENCIA DE HIGHTON DE NOLASCO Y ARGIBAY


El recurso extraordinario resulta inadmi sible. Se desestima la queja

7-
“AQUIFUND S.A. C/EN – Mº DE DEFENSA – EJÉRCITO – LICIT. PÚBLICA 29/07 (EXP. 4432/5) S/CONTRATO
ADMINISTRATIVO” – CNACAF – 24/02/2015
LICITACIÓN PÚBLICA. DESESTIMACIÓN DE LA OFERTA. FALTA DE PRESENTACIÓN DEL PODER DEL PRESIDENTE DE LA
SOCIEDAD. Pretensión de que se declare la nulidad de los actos dictados en la licitación. Objeción de la resolución de
adjudicación. Reclamo de DAÑOS Y PERJUICIOS. Improcedencia. Ausencia de afectación de los principios de concurrencia e
igualdad. Incumplimiento de un requisito previsto en el Pliego de Bases y Condiciones. Obligación de acreditar la personería
cuando actúa una persona de existencia ideal. Art. 32 del Decreto 1.759/72
8- Hotel internacional iguazu,c/ Estado nacional, 22/04/1986, CSJN
PROCURADOR
La Sala III de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Federal, civil y comercial confirmó, el fallo de 1° instancia que
había hecho lugar a la demanda interpuesta por la adjudicataria de una licitación y condenó al Estado Nacional al pago
de una indemnización por los daños y perjuicios derivados del incumplimiento de lo pactado en el contrato que vinculó a
las partes.
Contra esta resolución, el accionado interpone recurso extraordinario. Denegado. Lo que da lugar a una presentación
directa.
La jurisprudencia, determina que en atención al carácter autónomo, es menester que el recurso extraordinario sea
fundado mediante un preciso relato de los hechos de la causa, de la materia federal en debate y de la vinculación
existente entre ésta y aquéllos, con una crítica y con los argumentos en que la decisión se apoya.
tales recaudos no se satisfacen con los términos del remedio federal. en tanto se omite en aquél una completa relación
de hechos relevantes del proceso, y las impugnaciones que se efectúan consisten tan sólo en la reiter ación de
argumentos anteriores.
OPINA QUE CORRESPONDE DESESTIMAR LA QUEJA.

CORTE SUPREMA
Camara de Apelaciones confirmo sentencia de 1° instancia, que condeno al Estado Nacional a indemnizar a la actora os
daños y perjuicios derivados del incumplimiento de las obligaciones contractuales y del amparo de la legislación
especifica, según los siguientes conceptos: 1- Inversión para proveer agua, energía y servicio sanitario, 2 - mayor costo
de la construcción, 3- diferencia de costo financiero, 4- reintegro de I.V.A. y 5- productos químicos blanqueadores para
lavado de mantelería y blanco. Asimismo, amplió la condena haciendo lugar al reclamo por ausencia de aportes de
capitales genuinos, reintegro del I.V.A y lucro cesante.

La controversia giro en torno a los términos del contrato firmado entre las partes lo que según el demandado se
ajustaron a las condiciones del pliego y según la actora, - se integraron con las especificaciones y tiempos determinados
en la nota acompañada al presentar la oferta.
la contratista fundó su demanda de daños en el incumplimiento de las obligaciones asumidas por el Estado conforme a
las condiciones de la oferta, mientras que su contraparte, desconoció la existencia de la nota y su virtualidad jurídica
para modificar las cláusulas licitatorias.
Tanto 1° instancia como Cámara, consideraron que fue probada la existencia de la nota, cuya copia adelanto la actora y
que los tiempos y condiciones en ella establecidos para el cumplimiento de las obligaciones del Estado respecto de la
construcción de las obras de infraestructura y desgravaciones impositivas, fueron aceptadas al adjudicar la oferta.

El recurrente trata de arbitraria la sentencia, ya que desconoce la norma que rige la contratación, y otorga al silencio de
la administración efectos contrarios a los previstos en la ley 19.549.
en los contratos de la Administración se supedita su validez y eficacia al cumplimiento de las formalidades exigidas por
las disposiciones vigentes en cuanto a la forma y procedimientos de contratación, entre éstos se e ncuentra la licitación
pública, se caracteriza como aquél, mediante el cual el ente público invita a los interesados para que, de acuerdo con
las bases fijadas en el pliego de condiciones, formulen propuestas entre las que se seleccionará la más convenient e. La
ley de la licitación o ley del contrato es el pliego donde se especifican el objeto de la contratación y los derechos y
obligaciones del licitante, de los ofertantes y del adjudicatario.

La fusión de voluntades se opera sin discusión porque el ofere nte debe aceptar las cláusulas contractuales preparadas
y redactadas por el licitante, en caso contrario, la oferta es inadmisible y debe ser rechazada, y la adjudicación que no
respetara tales pautas estaría viciada de ilegitimidad.

el silencio de la adm inistración es una conducta inapta para ser considerada como una manifestación positiva de
voluntad, pues salvo disposición expresa del orden normativo, el silencio debe ser interpretados en sentido negativo.
Nada debe tomarse como concedido sino cuando es dado en términos inequívocos. La afirmativa necesita ser
demostrada, el silencio es negación y la duda es fatal para el derecho del concesionario.

en atención a los principios y normas de derecho administrativo y reglas de interpretación las argumentaciones del a
quo resultan insuficientes para avalar su conclusión de que las condiciones y tiempos especificados por la contratista
fueron aceptados por el Estado Nacional. la mencionada constancia de recepción de la oferta sólo hace referencia a una
nota de aclaraciones pero no acredita la declaración de los ex funcionarios sobre la interpretación de las obligaciones
asumidas por el Estado Nacional. la comunicación del 31 de mayo de 1973 (anexo 27) dirigida a la empresa con
posterioridad a la adjudicación y antes de formalizarse el contrato, explica las gestiones tendientes a obtener respuesta
de los organismos competentes para el cumplimiento de los compromisos que el art. 17 señala a cargo del Estado, y se
refiere, sin especificación, a las "fechas en que es a Sociedad estima la prestación de los mismos", lo que evidencia que
las partes no consideraron esos tiempos como condición de oferta aceptada.

Esto ,se traduce en un desconocimiento del convenio real entre las partes, razón por la cual debe ser dejada si n efecto.
Por ello, se hace lugar a la queja y, por no ser necesaria mayo sustentación, se declara procedente el recurso
extraordinario y se deja sin efecto la sentencia apelada.
9- “VICENTE ROBLES S.A.M.I.C.I.F C/ESTADO NACIONAL” (servicio nacional de parques nacionales) s/Nulidad
de resoluciones

La cámara nacional de apelaciones contencioso administrativo confirmo la sentencia dictada en la instancia


anterior, rechazándola demanda tendiente a obtener la nulidad de las resoluciones del servicio nacional de
parques nacionales y del ministerio de agricultura y ganadería de la nación por las que se estableció que una vez
finalizado el contrato que une a las partes, los edificios construidos de acuerdo con las clausulas contractuales
pasaran sin cargo a ser propiedad del estado nacional. De lo cual se dedujo recurso extraordinario de apelación
que fue concedido y es formalmente procedente ya que Nacion es parte y el valor debatido actualizado a la fecha
de la interposición del recurso supera el mínimo fijado por el art. 24 inc 6 apartado a) del decreto ley 1285/58 sus
modificaciones y resolución 1242/88.

El juicio versa sobre el destino que deberá darse a los edificios construidos por la demandante al concluir el contrato de
concesión celebrado por las partes. La actora sostiene que para obtener su transfere ncia el Estado deberá abonar el
precio que se determine de acuerdo con lo oportunamente pactado, el demandado alega que el referido traspaso debe
operarse sin cargo alguno.

La controversia radica en las clausulas generales, las especiales y el contrato interpretativo y aclaratorio suscripto entre
los litigantes, por lo que resulta conveniente transcribir las disposiciones en que las partes basan sus pretensiones. El
art.28 del pliego de condiciones generales la concesión del servicio nacional de parques nacionales podrá optar por
exigir el retiro de las construcciones y/o mejoras introducidas, por cuenta del concesionario o por la adquisición de las
mismas al valor de tasación que realice el Tribunal de Tasaciones o el organismo que lo haya reemplazado. El a rt. 24
dispone que “Terminación del contrato: al finalizar el plazo de explotación por denuncia del contrato al termino del
plazo original o el de sus eventuales prorrogas, el adjudicatario asume la obligación de retirar todas las instalaciones
efectuadas, dentro del termino que expresamente le fije el servicio nacional. En caso de que asi no lo hiciere, se
consideraran abonadas a favor del Servicio Nacional, que podrá retirarlas por cuenta de la adjudicatario o
alternativamente conservarlas y continuar directamente con su explotacion. En este adjudicatario no tendrá derecho a
indemnización alguna. En cuanto a los edificios, construidos en función art. 3 inc. F) y alternativamente en la cumbre de
Punta Nevada art.8 , los mismo pasaran sin cargo alguno a ser de propiedad del Servicio Nacional.”El contrato firmado
en el año 77 convino que “Al termino de la concesión el Servicio Nacional podrá optar por exigir el retiro delas
construcciones y/o mejoras introducidas por cuenta de la concesionaria, o por la adquis ición de las mismas al valor de
tasación que realice el Tribunal de Tasaciones o el organismo que lo haya reemplazado”

El a quo estimo que de acuerdo a las cuestiones planteadas y la naturaleza del contrato debía aplicarse la
documentación que formo parte de la contratación, pliego de clausulas generales, pliego de clausulas particulares,
oferta y contrato, sin tener en cuenta lo agregado por la actora al expresar los agravios. Expreso que el art. 28fue
ambiguo e impreciso respecto de los bienes a que ella iba dirigida. El art. 24 es claro y preciso respecto del destino
delos edificios a la expiración del contrato y no se contra dice con el 28 de las condiciones generales ya que en cuanto a
los inmuebles precia el concepto y tiene prioridad según el orden de prelación establecido e el art. 1 del contrato. La
contradicción entre ambas normas se verifica solo en lo atinente a la suerte de la suerte delas instalaciones. Tales
circunstancia no pudieron pasar inadvertidas a la oferente en virtud de la incidencia que tenían en el monto dela
licitación y que por ello es tardío alegar que la clausula eran confusas si no se pidió aclaratoria en las oportunidades
previstas. Por ultimo en el art. 33 interpretativo sin lesionar el principio de igualdad que debe presidir toda licitación
que el acto debía considerarse nulo por ilegitimo.

La Corte ha sostenido reiteradamente que los contratos deben celebrarse, interpretarse y ejecutarse de buena fe y de
acuerdo con lo que las partes verosímilmente entendieron o pudieron entender, obrando con cuidado y previsión. Esta
regla tiene singular importancia en lo contratos administrativos, en lo cual se supedita su validez y eficacia al
cumplimiento en cuanto a la forma y procedimientos de contratación entre los que encuentra la licitación publica que
se caracteriza como mediante el cual el ente publico invita a los interesados paraqué de acuerdo alas bases fijadas en
el pliego de condiciones, formulen propuestas entre las que se seleccionara la mas conveniente. La ley de licitación o
ley del contrato es el pliego donde se especifican el objeto de las contrataciones y los derechos y obligaciones del
licitante, delos oferentes y del adjudicatario. Así corresponde analizar cual fue el destino que se previo en el pliego para
los bienes inmuebles una vez que concluyera la concesión. Sobre el punto art. 28contemplola suerte que correrían en
es momento las ”construcciones y/o mejoras” en tanto el art. 24 delas condiciones particulares estableció dos
supuestos diferente a las “las instalaciones” y los “edificios” determinando que pasarían “sin cargo alguno a ser
propiedad del Servicio Nacional”.

Al formular su propuesta, la concesionaria debió obrar con pleno conocimiento de las cosas la magnitud de los
intereses en juego le imponía actuar de modo de prever cualquier eventualidad que pudiese incidir negativamente en
el resultado económico del contrato, adoptando a ese efecto las diligencias apropiadas que exigían las circunstancias de
persona, tiempo y lugar, y si la oferente incurrió en error en la interpretación delas clausulas contractuales este
provendría de una negligencia culpable que impide su invocación.

La actora conoció la contradicción y ello genero una duda razonable respecto de un elemento de real importancia para
la determinación del precio del contrato, pudo y debió subsanarla o aclararla mediante la oportuna consulta a la
autoridad competente y la falta atribuible a su propia conducta discrecional, lo que determina la improcedencia de su
invocación para apoyar su reclamo. Si lo convenido en los pliegos, la oferta y la adjudicación fue que los edificio pasaran
al Servicio Nacional de Parques Nacionales sin cargo alguno, no cabe admitir que tal circunstancia pudiera válidamente
modificarse con posterioridad, mediante la firma de un contrato aclaratorio. Porque la Administración niégala finalidad
del art. 33 y porque frente a esa negativa no puede entenderse que esa modificación haya podido válidamente
efectuarse después de la adjudicación sin ocasionarla nulidad del acto por violaci ón al principio de igualdad que debe
presidir toda contratación administrativa.

La corte ha sostenido que la adjudicación que no respeta estrictamente lo establecido en las clausulas contractuales
esta dada de ilegitimidad y que nada debe tomarse como concedido sino cuando es dado en términos inequívocos o
por una implicancia igualmente clara. La afirmativa necesita ser demostrada, el silencio es negación y la duda fatal para
el derecho del concesionario. En estas condiciones cabe concluir en que aun admiti endo la contradicción entre las
clausulas en debate, solo pudo la concesionaria resolverla a su favor mediante su aclaración en tiempo oportuno y que
la posterior firma del contrato interpretativo al no derogar expresamente lo establecido en la condición especial 24 no
puede entenderse en el sentido de que tenia tal alcance frente a lo establecido respecto del destino de los edificios.

No obsta que la actora haya sido la única interviniente en la licitación pues de admitirse su postura, bastaría con que lo s
pliegos contuvieran condiciones que determinaran la no participación de otras empresas por no resultar atractivo el
negocio y después de conseguida la adjudicación por la oferente se cambiaran los términos de aquellos para que esta
obtuviera un beneficio que no le había sido acordado, burlando sea si el principio de igualdad de licitación. Se confirma
la sentencia apelada con cosas vencías (art 68. 1era.parte CPCCN).
10- "Maruba S.C.A. Empresa de Navegación Marítima c/ Estado Nacional - Ministerio de Obras y Servicios Públicos -
Secretaría de la Marina Mercante s/ incumplimiento de contrato"

Sala II de la Cámara de Apelaciones en lo Civil y Comercial Federal, al confirmar la sentencia de primera instancia,
admitió la demanda promovida por la firma Maruba S.C.A. contra el Estado Nacional (Ministerio de Obras y Servicios
Públicos, Secretaría de la Marina Mercante), y condenó a la demandada a pagar la suma de U$S 13.785.906,58 o su
equivalente en pesos, de conformidad con lo previsto en la ley 23.928, más un interés del 8% anual desde la
notificación de la demanda hasta el 31 de marzo de 1991, y a partir de allí, y hasta la cancelación del crédito, el interés
previsto en el art. 6° in fine de la ley 23.982. Contra tal pronunciamiento, la demandada vencida interpuso recurso
ordinario de apelación que le fue concedido. La recurrente presentó el memorial y la actora contestó el traslado.

Mediante la ley 22.385 -dictada de acuerdo con las disposiciones de la ley 22.177- y su decreto reglamentario 724/81,
se dispuso la privatización de la Empresa Flota Fluvial del Estado y la venta de sus bienes, condicionada de modo de
mantener sin interrupción la prestación de los servicios que realizaba la empresa, entre ellos el de remolque de
maniobra en puertos de jurisdicción nacional, declarado servicio público por la ley 21.892, cuyo art. 5° establece que
para la determinación de las tarifas por la explotación del servicio, se atenderá a una razonable rentabilidad del
permisionario.

En dicho marco normativo, se efectuaron las licitaciones públicas 3/P-81 y 4/P-81, en las que la firma Maruba S.C.A.
Empresa de Navegación Marítima resultó adjudicataria de las agrupaciones de remolcadores de maniobra 3, 4, 5 y 8
correspondientes a los puertos de Campana, Diamante, Santa Fe, Villa Constitución y Quequén. En los pliegos de
cláusulas particulares para ambas licitaciones se determinó que la venta de las unidades se realizaba con la obligación a
cargo del adquirente de destinarlas en forma ininterrumpida a la prestación del servicio público de remolque maniobra
con sujeción a la normativa reglamentaria por el plazo mínimo de 10 años y en su puerto de destino (art. 4°).

La empresa inició la demanda de autos persiguiendo la indemnización de los perjuicios derivados del incumplimiento
contractual que imputó a la demandada. Sostuvo que, durante la ejecución de los contratos, la ex Secretaría de
Intereses Marítimos y el Ministerio de Obras y Servicios Públicos de la Nación modificaron las pautas tarifarias
vigentes al momento de perfeccionarse aquéllos, y que esas alteraciones sucesivas fueron deteriorando la ecuación
económico-financiera del contrato y diluyendo totalmente las expectativas de obtener una razonable rentabilidad
como contrapartida a la prestación del servicio. Afirmó que, para ponderar la afectación a la aludida ecuación, debía
considerarse no sólo la "razonable rentabilidad" que la autori dad debía asegurar de conformidad con lo dispuesto en el
art. 5° de la ley 21.892, sino también el precio abonado por la compra de los remolcadores, como asimismo la nota
remitida por su parte al Subsecretario de Intereses Marítimos, con fecha 12 de noviembre de 1981. La empresa
manifestó que el Estado había transferido los remolcadores dentro de un cuadro económico -financiero cuyas
condiciones él mismo fijó, y, por lo tanto, estaba obligado a preservarlas para garantizar la obligatoriedad, continuidad
y regularidad del servicio y para preservar la ecuación económico-financiera de los adquirentes y permitirles de ese
modo cumplir con los compromisos de pago que contrajeron de acuerdo con las bases y condiciones de las licitaciones.
Entendió que la actitud de la Administración, que no contestó la nota pero se presentó a firmar los boletos de
compraventa de las embarcaciones, denotó que la interpretación formulada en aquélla era correcta y que el contrato
importaba la garantía de la intangibilidad de la ecuación y su principal elemento, el cuadro tarifario.

El a quo consideró acreditada la responsabilidad de la demandada con fundamento en que los sucesivos cambios
tarifarios causaron perjuicios a la actora. Sostuvo que en el sub examine se presentaba una situación obligacional
compleja y que la ecuación económico financiera configuraba un concepto amplio que no podía valorarse únicamente
mediante la pauta establecida en el art. 5° de la ley 21.892, que sólo tuvo por mira reglamentar en forma genérica el
servicio; valoró, asimismo, la incidencia de la nota remitida por la contratista.

La demandada se agravia de que la cámara haya desconocido el derecho vigente, aplicable para la determinación de las
tarifas, el citado art. 5° de la ley 21.892, que delimita por imperio legal la ecuación económico-financiera del contrato.
Sostiene que el a quo desconoció el significado del principio de garantía contenido en la "adecuada rentabilidad" y de la
valoración que la cámara realizó de la nota enviada por la actora y de su f alta de respuesta.

La empresa Maruba S.C.A. -de acuerdo con lo establecido en los pliegos- adquirió los remolcadores correspondientes a
las agrupaciones citadas con la obligación de prestar, en régimen de concesión, el servicio público de remolque
maniobra en los puertos mencionados.
Los regímenes de prestación de servicios públicos por medio de concesionarios las tarifas son fijadas, aprobadas o
verificadas por el poder público conforme a lo que disponen la ley o el contrato, atribución que tiene en mira
consideraciones de interés público, tales como asegurar la prestación del servicio en condiciones regulares y la
protección del usuario.

La responsabilidad del Estado concedente y su autoridad no se detienen en el momento del otorgamiento de la


concesión y, por ello, resulta ilegítima la pretensión de que un régimen tarifario se mantenga inalterado a lo largo del
tiempo si las circunstancias imponen su modificación, ya que ello implicaría que la Administración renunciara
ilegítimamente a su prerrogativa de control de la evolución de las tarifas y, en su caso, de la necesidad de su
modificación, y, por otra parte, afectaría el principio de igualdad en la licitación, ya que los demás oferentes, al
momento de presentarse en aquélla, tuvieron en cuenta las pautas de posible modificación tarifaria posterior, y sobre
esas condiciones efectuaron sus propuestas.
Las atribuciones de la Administración Pública en materia de tarifas se ejercen sujetas a la demostración objetiva del
fundamento de las modificaciones que se efectúen, circunstancia que la cámara entiende que no se ha cumplido
debidamente en el caso.

Las tarifas vigentes estaban establecidas por la resolución de la Secretaría de Estado de Intereses Marítimos 136/ 81 y,
a contrario de lo sostenido por el a quo, las posteriores resoluciones de la S.E.I.M. 705/83, y del Ministerio de Obras y
Servicios Públicos 474/84, 1072/84, 9/85, 162/86 y 300/87, dictadas en esa materia durante la ejecución del contrato,
se hallan suficientemente motivadas en orden a justificar las modificaciones tarifarias por ellas establecidas. En ellas se
hace referencia a la necesidad de dotar al servicio de una economicidad y flexibilidad acorde con las necesida des de la
actividad portuaria; a la ponderación de la distinta evolución observada entre el tipo de cambio y los índices de precios
internos, que rigen para los ingresos y costos respectivamente; a la necesidad de satisfacer tanto los intereses de las
empresas prestatarias como los de los usuarios; a la variación de los componentes del costo de operación del servicio; y
al objetivo de mantener la relación costos e ingresos de los permisionarios.
Aun cuando no constituyen un precio único e inmutable para regir durante todo el tiempo de la concesión, el
concesionario tiene derecho a reclamar la indemnización correspondiente en el caso de que los nuevos precios alteren
la ecuación económico-financiera de la concesión. En el caso, para la determinación de las tarifas, la autoridad de
aplicación estaba obligada a asegurar que el concesionario obtuviera una "razonable rentabilidad" por la explotación
del servicio, pauta que atenuaba sensiblemente el riesgo empresario, y que la actora aceptó al realizar sus ofertas ,
momento en el que expresó que conocía y prestaba conformidad a la totalidad de los documentos y condiciones que
integraban los pliegos de las licitaciones.
Para ser resarcida, la actora debió acreditar el perjuicio que dice haber sufrido, exigencia con l a que no cumplió, ya que
del informe pericial contable surge que, si bien las resoluciones que modificaron las pautas tarifarias originarias
produjeron "un cierto menoscabo" de la rentabilidad empresaria, los ingresos obtenidos por la empresa por la
explotación de las concesiones de los servicios de remolque maniobra por el período comprendido entre noviembre de
1981 y noviembre de 1991, es decir, por el tiempo original en el que se extendía la concesión, habrían sido razonables
y, que no se detectaron elementos concretos según los cuales la actora haya tenido quebrantos en la explotación de las
concesiones portuarias sino que, por el contrario, hubo utilidad en el acumulado.

Se carece de fundamentación la sentencia de la cámara mediante la que se hizo lugar a la demanda por la totalidad de
las diferencias que el perito contador calculó entre los servicios efectivamente facturados con sus respectivos valores y
la facturación que hubiera resultado de haberse mantenido el régimen tarifario vigente al momento de la celebración
de los contratos, ya que la actora no tenía derecho a ellas sino al aseguramiento de una rentabilidad razonable, en los
términos del art. 5° de la ley 21.892.

La actora sostuvo que el contrato implicaba una compraventa de embarcaciones al Estado para la prestación del
servicio público, y que por ello debía ponderarse el mantenimiento de la aludida ecuación teniendo en cuenta no sólo la
"razonable rentabilidad" a que alude el art. 5° de la ley 21.892, sino también el precio abonado por los r emolcadores.

La argumentación carece de entidad, ya que no se pactó procedimiento alguno que relacionara la compra de los
artefactos navales con el funcionamiento económico de la actividad a que iban a ser destinados. Por otra parte, la
alegación de la actora acerca de que abonó por los buques un precio superior al valor de tasación de los remolcadores
en su conjunto no puede hacer perder de vista que la tarifa razonable cuya percepción se garantizó se calculaba sobre
la base de una normal y racional prestación del servicio que, por ende, no cubría el riesgo que la actora -que contaba
con suficiente especialización en la materia- voluntaria y conscientemente asumió al abonar el precio de los barcos.

No corresponde asignar el alcance otorgado por el a quo a la nota remitida a la comitente por la empresa Maruba
S.C.A., ya que, mediante ella, no podrían haberse variado legítimamente los aspectos contractuales de la relación y
menos aún su contenido reglamentario, en el que se encuadraba el poder de fijar y mod ificar las tarifas.

Esta Corte ha sostenido, el silencio de la Administración no vale como consentimiento tácito de los órganos estatales ya
que se trata de una conducta inapta para ser considerada como una manifestación positiva de voluntad, pues salvo
disposición expresa del orden normativo, el silencio debe ser interpretado en sentido negativo (arts. 913, 918, 919,
1145, 1146 del Código Civil y 10 de la ley 19.549). Nada debe tomarse como concedido sino cuando es dado en
términos inequívocos o por una implicancia igualmente clara. La afirmación necesita ser demostrada, el silencio es
negación y la duda es fatal para el derecho del concesionario.
11- PETERSEN thiele y cruz c/ camara de diputados de la Nacion, 07/10/2003 CSJN
Camara de apelaciones confirmo el fallo de 1º instancia, que había declarado procedente la Exceptio non
rite adimpleti contractus interpuesta por la demandada. Las actoras dedujeron recurso extraordinario de
apelacion, concedido.
La demandada constesta.
El recurso es procedente, ya que se trata de una sentencia definitiva, recaida en una causa en la que el
estado es parte, y el valor cuestionado supera el minimo que prevé la ley.

en la sentencia apelada se reseñó que las actoras y la Cámara de Diputados de la Nación celebraron un
contrato de obra pública para la construcción de un anexo de la última, en el inmueble situado en la Avda.
Rivadavia en su intersección con la calle Riobamba. El a quo destacó que, cuando la obra se hallaba casi
construida en su totalidad, se firmó un acuerdo, el 2 de septiembre de 1986, en el cual se convino que la
parte contratista se comprometía a realizar los trabajos y observaciones pendientes "que se detallan en el
Anexo I dentro del plazo de sesenta días a partir de la fecha". Se pactaba a renglón seguido que "concluidos
dichos trabajos y certificados por la >Dirección de Obras', se procederá a la prosecución del trámite de pago
del certificado final de obra...etc.". Según el a quo, "existe acuerdo entre las partes y surge de las
constancias del expediente, que dichos trabajos no fueron cumplidos en momento oportuno y, más aún,
que tampoco se llevaron a cabo hasta el presente" razón por la cual al momento de la demanda las actoras
no habían cumplido las obligaciones por ellas asumidas en el acta.

Según la cámara, fue solo con posterioridad al momento indicado precedentemente que nació una deuda a
cargo de la comitente.
El pago de dicha deuda se convino en diez cuotas y las actoras han cobrado la casi totalidad: falta sólo la
10a. y un saldo por atraso en el pago de la 9a.

el a quo estimó que la excepción de incumplimiento parcial pudo ser opuesta por la demandada pues l as
actoras habían caído previamente en mora.

Los agravios de las actoras no logran desvirtuar los fundamentos del fallo apelado.

El primero de aquéllos aduce que para que la exceptio mencionada en el considerando 1° pueda funcionar,
debe haber prestaciones correlativas. En el caso no las habría porque lo debido en función del acuerdo (o
transacción) celebrado eran "daños y perjuicios" (atrasos en el pago de determinados periodos).
No procede, entonces, el intento de convertir al acuerdo citado en una especie de título ejecutivo escindido
del contrato de obra pública: es sólo a la luz de este último que aquél puede ser entendido y es a las
obligaciones contractuales a las que se refiere.

el agravio que esgrime que las obras faltantes a cargo de las recurrentes no serían de importancia.
el a quo ha ponderado lo que resta pagar a las actoras (sólo el atraso en el pago de la cuota 9a. y la cuota
10a.), con la entidad de la obra faltante a cargo de las empresas, lo que le permitió concluir que no había
desproporción entre una y otra.

Otra impugnación apunta a que el contrato de obra publica, se habría cumplido, de lo contrario no se
habría recibido la obra provisoriamente el 02/09/86.
Advierten las apelantes, que el art. 43 de la ley 13.064
faculta a suspender la recepción provisional "si las obras no estuviesen ejecutadas con arreglo a las
condiciones del contrato", pero no obliga a hacerlo. En consecuencia, se puede recibir la obra
provisionalmente y aclarar que hay trabajos pendientes (como se hizo), sin que la mentada recepción
permita inferir Ccomo pretenden las recurrentesC la escasa entidad de aquéllos.

Los trabajos no fueron hechos, y se realizaron varias gestiones con resultado negativo.
Aduce, que la demandada habría manifestado en la contestación de la demanda que si no pagaba era
porque se lo impedía la ley de consolidación de deudas.
Las apelantes interrogan por que la demandada suscribió el acuerdo del 28 de enero de 1988 y no opuso en
ese momento la exceptio, si fuera cierto que las demandantes le debían las obras del Anexo I.

bien pudo la demandada interpretar que, en un principio, no había adecuada proporción entre las obras
pendientes de las actoras (de morosidad no purgada) y las obligaciones que a cargo de la primera ponía el
acuerdo del 28 de enero de 1988, Después, sin embargo, cumplidas que fueron ("en su gran mayoría",
como lo reconocen las actoras a fs. 1123 vta.) las cuotas del convenio de 1988, parece adecuado a la
economía del contrato de obra pública que se supedite lo que faltaría abonar a la demandada, al previo
cumplimiento por parte de las actoras de lo que está a su cargo.

RESUELVE CONFIRMAR LA SENTENCIA APELADA.


12- Cinplast IAPSA c/camara de diputados de la Nacion, 07/10/2003 CSJN.
Cámara de apelaciones confirma primera instancia, la cual hizo lugar parcialmente a la demanda
condenando a la empresa Nacional de telecomunicaciones al pago de las sumas adeudadas en orden a las
prestaciones cumplidas del contrato de suministro. Y modifico ese pronunciamiento en cuanto a la
imposición de costas.
La demandante interpone recurso de apelacion, concedido, y es viable en cuanto se trata de un fallo
definitivo recaido en una causa en que la nación asume (aunque indirectamente) el carácter de parte, y el
valor cuestionado excede el minimo legal previsto en el art 24 inc 6 del decreto ley 1285/58.

La empresa cinplast IAPSA resulto adjudicataria de la licitación publica, abierta por ENTel, por la cual se
solicitaba presupuesto para la adjudicación de tubos PVC rigidos y otros accesorios.
La compra consitia en 146.100 tubos PVC. Se pacto un precio unitario que al incluirse el 18% de IVA, llevaba
a la suma de contrato de 28.962.864 pesos argentinos.
Con respecto a plazos, se acordaron 6 entregas mensuales y consecutivas, y con respecto a los precios,
quedo fiado el reajuste o indexación de consumo a una clausula de variabilidad.

La adjudicataria, en junio de 1984 eclama a ENTel, la regularización de los pagos atrasados con referencia a
ateriales requeridos por la orden de compra, en razón de haber realizado las entregas previstas, y el
desequilibrio financiero que ello causaba a la empresa.
Luego, se solicito una prorroga de 30 dias para la entrga de los materiales, dejando claro que este plazo
comenzaría a correr cuando el obligado se pusiera al dia con los pagos de faturas.

Invocando el incumplimiento y mora de ENTel, la empresa CINPLAST declara resuelto el contrato, con
reserva de reclamar daños y perjuicios e intereses por incumplimiento.

La actora fundo su pretensión en la forma utilizada por ENTel para resolver parcialmente el contrato, y
adujo que debía aplicarse el 1204 CC, que lo facultaban a resolver el negocio ante el incumplimiento de la
otra parte.

1ª instancia hace lugar parcialmente a la demanda, condenando a ENTel al pago de las sumas adeudadas
por la mora, respecto de prestaciones cumplidas, sin atender el resto de los reclamos.

El contrato se encuentra sometido al derecho publico, y la exceptio non adimpleti contractus uede ser
opuesta por la contratista si existe prueba de una imposibilidad de cumplir con las obligaciones impuestas,
frente al incumplimiento de pago por la administración.
Cuando la actora decide per se rescindir el contrato, se encontraban pagadas, aunque en mora, to das las
facturas hasta el 23/06/84, y las notas de debito.
La mora en las obligaciones de la demandada no habilitaba por si a la ruptura.
Las facturas que cinplast entrega al banco de laCiudad no aparecen como consecuencia de la demora de la
demandada porque la actora operaba crediticiamente con entidades financiras a través de prestamos.

La actora se queja de la sentencia porque califico al contrato administrativo vinculándolo con la prestación
de un servicio publico. Se agravia que no hubiera una razonable imposibilidad de cumplir.
Esta en desacuerdo que las facturas de CINPLAST entregara a la intitucion bancaria no aparecieran como
consecuencia directa de la demora incurrida por la demandada.

De la exposición de los hechos surge que la documentación se rige por las disposiciones de la licitación
publica. La licitación de suministros necesarios para la prestación del servicio publico a cargo de ENTel,
deriva en un contrato sujeto a los principios del derecho administrativo.
En tales contratos una de las partes es una persona jurídica estatal, su objetoesta constituido por n fin
publico o propio de la administración y contiene, implícitamente o explícitamente clausulas exorbitantes
del derecho privado.
Esto es, la prestación de un servicio destinado a cumplir el fin publico de las telecomunicaciones.
La prestación tiene relación directa e inmediata con obras de ampliación de la red telefónica nacional, toda
suspensión en el mismo provocaría serios inconvenientes al normal desarrollo del plan de obras.
Las facturas entregadas por cinplast al banco ciudad no son una consecuencia directa de la mora del
demandado.
En la pericia, consta, que al resolverse contrato con ENTel, se suspenden las entregas y por lo tanto se
suspende la entrega de nuevas facturas en garantía de las pagadas directamente por entel, al banco. Este
hecho interrumpe la mecánica de la operación financiera, ya que el banco no puede liberar fondos
cobrados, si no es mediante la recepción de nuevas facturas y ASCINPLAST SA no las puede entregar,
porque el contrato se ha resuelto anticipadamente.

SE CONFIRMA LA SENTENCIA APELADA.

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