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Voces: ENTIDAD FINANCIERA ~ IMPUESTO DE SELLOS ~ LEY DE ENTIDADES

FINANCIERAS ~ LEY DE IMPUESTO DE SELLOS ~ LEY PROVINCIAL ~


PROVINCIA ~ TRASLACION DEL TRIBUTO
Tribunal: Corte Suprema de Justicia de la Nación(CS)
Fecha: 11/11/2014
Partes: Asociación de Bancos de la Argentina y otros c. Provincia de Misiones y otro s/
acción de repetición y declarativa de inconstitucionalidad
Publicado en: DJ 06/05/2015 con nota de Patricio J. Fernández Echen 06/05/2015 DJ
06/05/2015 , 27
Hechos:
Una asociación de bancos y varias entidades financieras promovieron demanda contra la
Provincia de Misiones, con el objeto que se la condene a la devolución del impuesto de sellos
sobre operaciones monetarias y financieras pagado bajo protesto, y que se declare la
inconstitucionalidad del art. 7 de la Ley local 4275 y de la Resolución General de la
Dirección General de Rentas provincial 29/06, en cuanto establece que el referido impuesto
debe ser soportado íntegramente por ellas, sin que pueda, trasladar su incidencia a los
clientes. La Corte Suprema de Justicia de la Nación hizo lugar a la demanda.
Sumarios:
1. El art. 7 de la Ley de la Provincia de Misiones 4275 y la resolución general de la Dirección
General de Rentas provincial 029/2006 que la reglamenta, en cuanto disponen que las
entidades financieras no podrán trasladar la incidencia del Impuesto de Sellos a quienes
contraten con las entidades financieras, son inconstitucionales, pues si bien las provincias
pueden gravar con el impuesto de sellos las operaciones monetarias que representen entregas
o recepciones de dinero que devenguen interés efectuadas por entidades financieras, no están
facultadas a prohibir su traslación, ya que ello importaría tanto como determinar qué
elementos conforman el costo de las operaciones de las entidades regidas por la Ley 21.526.
Texto Completo:
S.C. A.2103, L.XLII.
Suprema Corte:
-I-
A fs. 214/225, la Asociación de Bancos de Argentina (ABA), en forma conjunta con
Citibank N.A., Banca Nazionale del Lavoro S.A., Banco Río de La Plata S.A. -actualmente
Banco Santander Río S.A.-, HSBC Bank Argentina S.A. y Bank Boston promovieron una
acción de repetición contra la Provincia de Misiones, a fin de que se ordene la devolución del
pago del impuesto de sellos previsto en el art. 189 del Código Fiscal, reglamentado por la
resolución general 29/2006 de la Dirección General de Rentas, haciendo expresa reserva de
ampliar las sumas indicadas con relación a los nuevos pagos que deban afrontar hasta el
dictado de la sentencia definitiva.
Además, en los términos del art. 322 del Cód. Proc. Civ. y Com. de la Nación (Cód. Proc.
Civ. y Com. de la Nación), interpusieron acción declarativa de certeza e inconstitucionalidad
contra el citado gravamen en cuanto el art. 7° de la ley 4275 establece que la gabela debe ser
soportada íntegramente por las entidades financieras, sin que su incidencia pueda trasladarse
a sus clientes.
Señalaron que el tributo provincial, cuya traslación se prohíbe legalmente, actúa como un
cargo que sólo podría ser establecido por la autoridad federal competente, colisiona con
principios constitucionales y con las leyes federales que regulan los servicios prestados por
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las entidades financieras, regidos por las leyes 21.525 y 24.144, entre otras. Agregaron que
las provincias no tienen competencia ni poder de policía para reglamentar lo atinente al
comercio interjurisdiccional, ni por ende para intervenir en la regulación del precio de los
servicios bancarios.
Agregaron que la norma provincial se alza contra el régimen de coparticipación federal de
impuestos, tanto al contravenir la prohibición de analogía como al gravar una materia sujeta a
imposición nacional coparticipable.
Solicitaron la citación como terceros, en los términos de los arts. 94 y cc. del Cód. Proc.
Civ. y Com. de la Nación, del Estado Nacional, del Banco Central de la República Argentina
(BCRA) y de la Comisión Federal de Impuestos, al indicar que la controversia aquí planteada
afecta sus respectivas facultades.
Por último, pidieron el dictado de una medida cautelar que ordenase a la demandada que
se abstuviera de aplicar el gravamen hasta tanto se dictara sentencia definitiva.
- II -
La Provincia de Misiones contestó la demanda a fs. 301/328 vta.
En primer término, opuso la excepción de incompetencia, aduciendo que la materia del
pleito no es exclusivamente federal, y que el Estado local no es parte sustancial ya que la
acción de repetición ha de ser planteada contra la Dirección General de Rentas provincial
(DGR), entidad autárquica que tiene conferida, por el ordenamiento local, la facultad de
entender en planteamientos restitutivos como el incoado.
Por otra parte, planteó la defensa de falta de legitimación pasiva de la Provincia, ya que no
es ella quien debe responder frente a las pretensiones de las actoras, sino eventualmente la
citada DGR.
Subsidiariamente, contestó la demanda. Indicó que ha ejercitado sus facultades
impositivas, reconocidas por la Constitución Nacional, y que se le cuestiona la decisión de
establecer que el impuesto sea soportado exclusivamente por el contribuyente, como así
también la de impedir que sea trasladado, sin reparar en que solamente está regulando un
gravamen a aplicar por operaciones realizadas dentro de su jurisdicción.
Negó también que hubiera infringido la ley 23.548, debido a que este gravamen está
excluido expresamente de la prohibición de analogía consentida por las provincias.
Con relación a la acción de repetición, indicó que no se acreditó el recaudo de la lesión
patrimonial, consistente en el empobrecimiento ya que no demostró que, efectivamente, no
hubiera trasladado el peso del gravamen hacia sus clientes.
- III -
Las actoras contestaron excepciones a fs. 337/342. Adujeron, con relación a ambas
defensas, que la acción no se puede dirigir solamente contra la DGR pues, además de la
devolución de las sumas ya abonadas, se solicitó la declaración de inconstitucionalidad de la
ley 4275, motivo por el cual quien resulta sustancialmente demandada es la Provincia,
debiéndose por ende ventilar la cuestión en la instancia originaria de esa Corte.
- IV -
A fs. 385/386, V.E. ratificó que la causa corresponde a su competencia originaria, tal
como lo había resuelto a fs. 269/273, rechazando las excepciones interpuestas.
Puntualizó que ello es así dado que la Provincia de Misiones es parte sustancial en el
pleito y pues, además, de los términos de la demanda se desprende que las actoras cuestionan
una ley local por resultar contraria a las leyes federales 21.526 y 24.144, como así también a
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la Constitución Nacional (art. 75, fines. 6°, 12, 13, 18 y 19), lo que asigna al pleito
predominante contenido federal.
-V-
Considero que un orden jurídicamente lógico impone examinar, dentro del conjunto de
entidades actoras, si ABA se encuentra legitimada para plantear la presente acción.
Es que, si bien esta Procuración General ha sostenido que la reforma constitucional de
1994 extendió el espectro de sujetos legitimados para accionar -en especial cuando se trate de
la vía del amparo-, esta amplitud no se ha dado para la defensa de cualquier derecho, sino
sólo con relación a los mecanismos tendientes a proteger los de incidencia colectiva (arg.
dictamen de las causas de Fallos: 320:690; 326:2998 y 3007).
En efecto, el art. 43 de la Constitución Nacional, en su segundo párrafo, establece que
podrán interpones dicha acción “contra cualquier forma de discriminación y en lo relativo a
los derechos que protegen al ambiente, a la competencia, al usuario y al consumidor, así
como a los derechos de incidencia colectiva en general, el afectado, el defensor del pueblo y
las asociaciones que propenden a esos fines, registradas conforme a la ley, la que determinará
los requisitos y formas de su organización”.
Sin embargo, cabe señalar que en el sub lite los planteos formulados por ABA no están
dirigidos a la protección del medio ambiente, o de la competencia, ni de ningún otro derecho
de incidencia colectiva en general, ni se vinculan con la relación de usuario o consumidor,
sino que ponen en debate cuestiones de carácter patrimonial, cuyo ejercicio y tutela
corresponde, en exclusiva, a cada una de las entidades bancarias afectadas y, por lo tanto, se
hallan fuera del ámbito de la ampliación que ha realizado la citada norma constitucional. En
efecto, ello es claro tanto en el caso de la repetición del impuesto de sellos abonado por ellas
en su carácter de sujetos pasivos del gravamen, como en el restante planteamiento de
inconstitucionalidad dirigido hacia la ley 4275, en cuanto prohíbe la traslación de la gabela
hacia, sus respectivos clientes, incidiendo en el resultado económico final de éstas.
También constituye un óbice al reconocimiento de la legitimación de ABA el hecho de
que no demuestra un derecho subjetivo o un interés legítimo propio que la habilite a instar el
pleito, en tanto no alega un perjuicio o lesión personal de derechos en relación a las normas
que impugna. Al respecto, ha de tenerse en cuenta que la promoción de la presente demanda
se sustentó en la violación de normas federales por la ley local, en tanto ésta impuso la
prohibición mencionada, afectando la regulación financiera que es competencia propia de la
autoridad nacional, y repercutiendo negativamente en el patrimonio de las entidades
financieras.
Por ende, desde mi óptica, ABA no se encuentra legitimada para plantear la presente
acción pues no se verifica a su respecto la existencia de “caso” o “causa” en los términos de
los arts. 116 y 117 de la Constitución Nacional toda vez que, a la luz de lo dicho, no habrá de
beneficiarse ni de perjudicarse con la decisión adoptada al cabo de este proceso (arg. Fallos:
156:318; 227:688; 245:552; 322:528; 324:333; 326:1007, entre otros).
- VI -
Una vez resuelto lo anterior, con relación a las entidades financieras actoras, corresponde
señalar que su pretensión se encuentra dirigida tanto a dilucidar el estado de falta de certeza
en que se encuentran frente al impuesto de sellos local, por la prohibición establecida por la
Provincia de Misiones de trasladar el peso del gravamen a sus respectivos clientes, como así
también a instar la devolución de las sumas ya pagadas por ellas que no fueron repercutidas
en cumplimiento de la norma que resisten.

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En lo relativo a la procedencia formal de la acción declarativa, no es ocioso recordar
queda declaración de certeza, en tanto no tenga carácter simplemente consultivo, no importe
una indagación meramente especulativa y responda a un “caso” que busque precaver los
efectos de un acto en ciernes al que atribuye ilegitimidad y lesión al régimen federal,
constituye “causa” en los términos de la Ley Fundamental (Fallos: 308:2569; 310:606 y 977;
311:421, entre otros).
Sobre la base de estas premisas, y contrariamente a lo sostenido por la demandada,
considero que se encuentran reunidos los requisitos establecidos por el art. 322 del Cód. Proc.
Civ. y Com. de la Nación.
En primer lugar, ha mediado una actividad explícita de la Dirección General de Rentas de
la demandada, dirigida a la “percepción” del impuesto que estima adeudado (Fallos: 311:421,
cons. 3°), el cual fue abonado a dicha repartición local por las entidades financieras actoras,
tal como surge de la prueba documental acompañada como Anexo V (ver fs. 94/207),
circunstancia que no fue desconocida por la demandada.
El dictado de la ley 4275 y de la resolución general 29/2006 de la DGR, como así también
los pagos realizados en cumplimiento de estas normas, sumió a las entidades financieras
actoras en un “estado de incertidumbre sobre la existencia, alcance y modalidad de una
relación jurídica”, entendiéndose por tal aquella que es “concreta” al momento de dictarse el
fallo.
Y dicha concreción se verifica pues se ha producido la totalidad de los presupuestos de
hecho en que se apoya la declaración acerca de la existencia o inexistencia del derecho
discutido, condición bajo la cual sólo podrá afirmarse realmente que el fallo pone fin a una
controversia actual, diferenciándose de una consulta en la cual se contesta acerca de la
eventual solución que podría acordarse a un supuesto de hecho hipotético (dictamen de este
Ministerio Público in re “Newland, Leonardo Antonio c. Provincia de Santiago del Estero”,
del 4 de diciembre de 1986, compartido por V.B. en Fallos: 310:606, cons. 2°, criterio
reiterado en Fallos: 311:421, cons. 3°).
No obsta a ello la existencia de vías recursivas dentro de la jurisdicción provincial, ya que
la competencia originaria de la Corte -que proviene de la Constitución Nacional-; no puede
quedar subordinada al cumplimiento o a la vigencia de los procedimientos exigidos por las
leyes locales (Fallos: 312:475 y sus citas).
Tales razones pueden ser lógicamente extendidas al planteamiento de repetición del
gravamen ya abonado, puesto que los motivos por los cuales la norma es impugnada, en caso
de prosperar, dejarían sin causa válida los pagos realizados en su virtud, sumado ello a que
para demandar ante la instancia originaria de V.E. no resulta necesario efectuar el reclamo
administrativo previo (arg. Fallos: 310:471; 311:2680; 312:425 y 475; 322:473; 327:2517,
entre otros).
En esta línea, considero inatendibles las alegaciones de la Provincia respecto de que no se
encuentra demostrada la falta de traslado del impuesto objetado, a poco que se advierta que
es la propia norma local impugnada la que veda dicha traslación. A mayor abundamiento, la
provincia demandada, contrariamente a lo que era menester, no ha ofrecido medida
probatoria alguna tendiente a demostrar este hecho en el cual funda la causal del rechazo que
propone (cfr. fs. 327vta./328).
Por lo dicho, considero que se encuentran reunidos todos los requisitos fijados por el
código de rito para la procedencia de la acción intentada con relación a ambas pretensiones.
- VII -

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Con relación al fondo del asunto, es pertinente recordar que, de acuerdo con la
distribución de competencias que emerge de la Constitución Nacional, los poderes de las
provincias son originarios e indefinidos (art. 121), en tanto que los delegados a la Nación son
definidos y expresos (art. 75, y arg. Fallos: 304: 1186; 320:619, entre muchos otros).
Ello sentado, y como lo tiene dicho esa Corte desde antiguo, es indudable la facultad de
las provincias de “darse leyes y ordenanzas de impuestos locales... y en general, todas las que
juzguen conducentes a su bienestar y prosperidad, sin más limitaciones que las enumeradas
en el artículo 108 (actual 126) de la Constitución Nacional” (Fallos: 7:373, entre muchos
otros), toda vez que, “entre los derechos que constituyen la autonomía de las provincias, es
primordial el de imponer contribuciones y percibirlas sin intervención alguna de autoridad
extraña” (arg. Fallos: 51:349; 114:282; 178:308; 320:619, entre muchos otros).
Por lo tanto, es lógico concluir, como lo ha hecho V.E. desde sus orígenes mismos y de
modo reiterado, que “los actos de las legislaturas provinciales no pueden ser. invalidados sino
en los casos en que la Constitución concede al Congreso Nacional, en términos expresos, un
poder exclusivo, o en que el ejercicio de idénticos poderes ha sido expresamente prohibido a
las provincias, o cuando hay una absoluta y directa incompatibilidad en el ejercicio de ellos
por éstas últimas” (Fallos: 3:131; 302:1181, entre otros).
En el, mismo orden de ideas, tiene dicho el Tribunal que si bien las provincias conservan
los poderes necesarios para el cumplimiento de sus fines y, entre ellos, las facultades
impositivas que conduzcan al logro de su bienestar y desarrollo, por lo que pueden escoger
los objetos imponibles y la determinación de los medios para distribuirlos en la forma y
alcance que les parezca conveniente, tales atribuciones encuentran el valladar infranqueable
de los principios consagrados en la Constitución Nacional (arg. Fallos: 310:2443; 320:1302,
cons. 4°, entre otros).
De tales razones se desprende una primera conclusión, en cuanto a que el impuesto de
sellos, en la modalidad que grava las operaciones monetarias realizadas por entidades
financieras regidas por la ley 21.526, es uno de los tributos que las provincias pueden
establecer sin entrar en colisión, en principio, con los lineamientos a los que se
comprometieron al adherir a la ley federal 23.548 (arg. Fallos: 321:358; 326:2164).
Por ello, es pertinente advertir que la impugnación constitucional formulada en autos no
se dirige a cuestionar la potestad tributaria local en sí -en cuanto a la posibilidad de establecer
el impuesto de sellos-, ni tampoco al hecho de que se haya instituido a los bancal como
sujetos pasivos del gravamen -modificando la situación legal anterior-, sino que se dirige
únicamente contra la ley 4275 y sus normas complementarias, en cuanto fijan que dichas
entidades, como sujetos pasivos de jure del gravamen también lo han de ser de hecho, ya que
“en ningún caso podrán trasladar su incidencia a quienes contraten con las entidades
financieras”.
Dicho en otros términos, se controvierte la ley local ya que, de la manera en que diseña el
citado tributo, regula -de manera directa- la determinación de los costos y de los precios de
los servicios que brindan las entidades financieras, materia que, según arguyen las actoras,
resulta ajena a la competencia local debido a que sólo puede ser fijada por la autoridad
federal pertinente.
- VIII -
La regulación de la actividad financiera y bancaria fue asumida por el Estado Nacional
hace ya mucho tiempo, con distintos grados y matices según las épocas, y plasmada eh
diversos precedentes legales, admitiéndose también la delegación del llamado “poder de
policía bancario” en el BCRA con las consiguientes atribuciones para aplicar el régimen legal
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específico y dictar las normas reglamentarias que lo complementen, ejercer funciones de
fiscalización de las entidades bancarias y aplicar las sanciones ante su transgresión. Ello es
así pues, cómo lo puntualizó esa Corte, hay razones de bien público y de necesario gobierno
al que responde la legislación financiera y bancaria, en cuanto regulatoria y ordenadora de
dicha actividad, que encuentra su base normativa en las cláusulas del art. 75, incs. 6°, 18 y
32, de la Constitución Nacional (arg. Fallos: 256:241 y 366; 303:1776; 325:860, entre otros).
Ese Tribunal aseveró que “la actividad bancaria tiene una naturaleza peculiar que la
diferencia de otras actividades de carácter comercial y se caracteriza especialmente por la
necesidad de ajustarse a las disposiciones y al contralor del Banco Central” (arg. Fallos:
275:265; 303:1776, entre otros).
También señaló, con relación a las actividades realizadas por las entidades financieras,
que ellas exceden el ámbito de las concretas transacciones individuales que realizan, y que en
el terreno de la normativa financiera “entran en juego otros factores, tales como: las
características de la actividad desplegada por el sujeto que aparece como centro en la
captación y colocación de dinero, la habitualidad de la misma, la frecuencia y velocidad de
las transacciones y su efecto multiplicador, etcétera; porque lo que aquí primordialmente
importa es la repercusión de dicha actividad en el mercado financiero”, agregando que “Tal
actividad específica afecta en una u otra forma todo el espectro de la actividad monetaria y
crediticia, en el que se hallan involucrados vastos intereses económicos y sociales, en razón
de los cuales se ha instituido un sistema de contralor permanente, cuya custodia la ley ha
delegado en el Banco Central, colocándolo como eje del sistema financiero” (Fallos:
305:2130; argumento reiterado en Fallos: 317:1391; 318:63 -voto del Dr. Fayt-; 328:3518;
331:282, entre otros).
En concreto, y en lo que ahora interesa, el Congreso Nacional dispuso, en el art. 30 de la
ley 21.526 (y sus modificatorias) que las entidades financieras comprendidas en ella “se
ajustarán a las normas que se dicten en especial sobre: (...) c) Plazos, tasas de interés,
comisiones y cargos de cualquier naturaleza (...)”.
Arribados a este punto, considero que asiste razón a las actoras ya que la ley local 4275 y
sus normas complementarias, en tanto y en cuanto prohíben la traslación del impuesto de
sellos hacia los clientes a través del precio de los servicios financieros, incursionan en, la
regulación relativa a las relaciones entre dichas entidades y sus clientes, esfera reservada a la
autoridad federal competente por las razones ya reseñadas.
En consecuencia, resulta evidente para mí que está fuera del ámbito potestativo de la
Provincia demandada reglamentar lo relativo a qué elementos pueden o no conformar el
costo de las operaciones que las entidades regidas por la ley 21.526 (y sus modificatorias)
realizan con sus clientes, so color del ejercicio de una potestad tributaria que, si bien resulta
indiscutible, ha de mantenerse dentro de sus cauces regulares para que no se vea
desnaturalizada como ocurre con la ley 4275 enjuiciada en el sub lite.
De esta perspectiva, entonces, pienso que corresponde declarar la inconstitucionalidad de
la ley local 4275 y sus normas complementarias en cuanto establecen que las entidades
financieras “en ningún caso podrán trasladar su incidencia a quienes contraten con las
entidades financieras”, como única forma de salvaguardar la integridad de los poderes
delegados por el art. 75, incs. 6°, 18 y 32, de la Constitución Nacional y asegurar la eficacia
de los medios necesarios para alcanzar los fines de aquéllos (Fallos: 329:2975).
- IX -
En virtud de lo expuesto, y con la salvedad apuntada en el acápite V, considero que cabe
hacer lugar a la demanda. Buenos Aires, 3 de febrero de 2012. — Laura M. Monti.
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A. 2103. XLII.
ORIGINARIO
Buenos Aires, noviembre 11 de 2014.
Resulta:
I. A fs. 214/225 se presentan la Asociación de Bancos de la Argentina (ABA), el Citibank
N.A., la Banca Nazionale del Lavoro S.A., el Bank Boston, el Banco Río de La Plata S.A.
-actualmente Banco Santander Río S.A.- y el H.S.B.C. Bank Argentina S.A. y promueven
demanda contra la Provincia de Misiones, con el objeto que se la condene a la devolución del
impuesto de sellos sobre operaciones monetarias y financieras pagado bajo protesto por las
entidades coactoras, y que se declare la inconstitucionalidad del artículo 7° de la ley 4275, en
cuanto establece que el referido impuesto debe ser soportado íntegramente por ellas, sin que
pueda, trasladar su incidencia a los clientes. La declaración de inconstitucionalidad
comprende también la de la resolución general de la Dirección General de Rentas provincial
n° 29/06 que regula aspectos de la aplicación de la norma impositiva impugnada, y la de toda
otra disposición con análoga finalidad que se dicte durante el curso del proceso.
Afirman que la prohibición de trasladar el impuesto a quienes contraten con los bancos
importa intervenir en la fijación del precio de los servicios bancarios pactados, e implica una
superposición con otra imposición nacional coparticipable (impuesto a las ganancias), lo cual
viola flagrantemente las directivas constitucionales que surgen de los artículos 75, inciso 6°,
12, 13, 18 y 19 y 126 de la Constitución Nacional, el plexo normativo federal que regula la
actividad bancaria y financiera (leyes 21.526, 24.144 y 25.561) y el Régimen de
Coparticipación Federal de Impuestos (ley 23.548), que voluntariamente suscribió la
Provincia de Misiones a través de la ley 2515.
Añaden que la eventual falta de intervención del gobierno federal en el precio de los
servicios bancarios no autorizaría a las provincias a realizarla en virtud de lo dispuesto en el
artículo 126 de la Constitución Nacional (fs. 218).
Recuerdan también los artículos 4°, 5°, 16 y 30 de la ley 21.526 y los artículos 4°, inciso
a, y 14 de la ley 24.144.
Aducen que la Provincia de Misiones al impedir la traslación del impuesto de sellos que
recae sobre las operaciones monetarias y financieras que representen entregas o recepciones
de dinero y devenguen intereses, afecta el régimen general del sistema financiero, y dicho
impedimento actúa como un cargo que sólo puede ser establecido por el Banco Central de la
República Argentina, cuyos actos son de exclusiva naturaleza federal y sin perjuicio de que
también produzca efectos en el ámbito de las provincias.
Por otra parte, señalan que el artículo 75, inciso 13, de la Constitución Nacional “no
invalida de modo alguno la imposición de tributos locales sobre el comercio, o la
reglamentación de ciertos aspectos propios de cada ‘provincia, pero sí limita esa actividad en
aquellos supuestos en que la legislación local encarezca el desenvolvimiento del comercio o
dificulte su ejercicio”.
Solicitan que de acuerdo a lo dispuesto por los artículos 230 y 232 del Cód. Proc. Civ. y
Com. de la Nación, se disponga una medida cautelar por medio de la cual se restablezca el
status quo erat ante y se ordene a la Provincia de Misiones abstenerse de aplicar o hacer
efectivo el cumplimiento de los artículos 1°, 6° y 7° de la ley 4275.
Finalmente, sostienen que la controversia le es común al Estado Nacional, al Banco
Central de la República Argentina y a la Comisión Federal de Impuestos, motivo por el cual
piden que se los cite como terceros en los términos del artículo 94 del Cód. Proc. Civ. y Com.
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de la Nación.
Ofrece prueba y pide que se haga lugar a la demanda, con costas.
II. A fs. 269/273 el Tribunal desestimó el pedido de intervención obligada como tercero
del Estado Nacional, del Banco Central de la República Argentina y de la Comisión Federal
de Impuestos.
III. A fs. 301/328 vta. se presenta la Provincia de Misiones, opone las excepciones de
incompetencia y falta de legitimación pasiva y contesta la demanda.
Con relación al fondo de la cuestión alega que ha ejercitado sus facultades impositivas
reconocidas por la Constitución Nacional, y que se le cuestiona la decisión de establecer que
el impuesto sea soportado exclusivamente por el contribuyente, como así también la de
impedir que sea trasladable, sin reparar en que solamente está regulando un gravamen a
aplicar por operaciones realizadas dentro de su jurisdicción.
Sostiene que en el supuesto de que se hiciera lugar a la demanda se la despojaría de sus
potestades constitucionales impositivas y se crearía una exención impositiva por vía de una
sentencia judicial (fs. 317).
Niega también que hubiera infringido la ley 23.548 y que configure un supuesto de
gravedad institucional susceptible de afectar la economía del sector bancario, debido a que
este gravamen está excluido expresamente de la prohibición de analogía consentida por las
provincias.
Reivindica las facultades provinciales para crear impuestos, como el de sellos, y de
regularlos en todos sus aspectos así como de exigir coactivamente su pago, en el marco de la
Constitución Nacional.
Con relación a la acción de repetición, aduce que no se acreditó el recaudo de la lesión
patrimonial consistente en el empobrecimiento, ya que no demostró que, efectivamente, no
hubiera trasladado el peso del gravamen hacia sus clientes.
Cita jurisprudencia en apoyo de su postura. Ofrece prueba y pide que se rechace la
demanda, con costas.
IV. Corridos los pertinentes traslados de las excepciones las actoras lo contestan, y a fs.
385/385 vta. el Tribunal las rechaza.
V. A fs. 456/459 la señora Procuradora Fiscal dictamina en virtud de la vista que se le
corrió a fs. 455.
Considerando:
1°. Que este juicio es de la competencia originaria de la Corte Suprema de Justicia de la
Nación (artículos 116 y 117 de la Constitución Nacional).
2°. Que es necesario considerar en primer término si la demanda cumple con los requisitos
que el artículo 322 del Cód. Proc. Civ. y Com. de la Nación establece para la procedencia de
las acciones meramente declarativas (Fallos: 304:310 y su cita; 307:1379; 310:606; 311:421
y 325:474, entre otros).
3°. Que el Tribunal ha sostenido que siempre que la cuestión no tenga un carácter
simplemente consultivo ni importe una indagación meramente especulativa, sino que
responda a un caso que busque precaver los efectos de un acto en ciernes al que se le atribuye
ilegitimidad y lesión al régimen federal, constituye causa en los términos de la Ley
Fundamental (doctrina de Fallos: 307:1379; 312:1003; 322:1253; 310:606 y 977; 311:421 y
332:1704, entre otros).
Del examen de los antecedentes acompañados por las actoras surge que se encuentran
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reunidos los requisitos establecidos por el artículo 322 del Cód. Proc. Civ. y Com. de la
Nación para la procedencia de dicha acción, pues ha mediado una actividad explícita de la
Dirección General de Rentas de la Provincia de Misiones dirigida a la percepción del
impuesto que considera adeudado (Fallos: 311:421, considerando 3°), y las entidades
financieras lo han pagado bajo protesto (fs. 95/207; 214 vta.; expedientes administrativos n°
3252-28161/2007, 3252-28162/2007 y 3252-28169/2007, 7746/2011 y las notas adjuntadas
n° DL12-1559/2010, DL12-1007/2010, DL12-1673/2010, DL12- 1796/2010 y
DR22-62/2011).
Frente a ello sólo el fallo pondrá fin a la controversia actual (Fallos: 310:606, criterio
reiterado en Fallos: 311:421, considerando 3° y 328:4198, considerando 3°).
4°. Que como bien lo destaca a fs. 456/459, punto VI, la señora Procuradora Fiscal, no
obstan a esa conclusión las vías recursivas previstas en la legislación local, ya que la
competencia originaria de la Corte que proviene de la Constitución, no está subordinada al
cumplimiento de requisitos exigidos por leyes locales (Fallos: 312:475 y sus citas).
Tales razones deben también ser aplicadas en el caso al planteo de repetición del
gravamen, toda vez que si prosperasen los motivos por los cuales la norma es impugnada,
quedarían sin causa válida los pagos realizados; sin que sea un óbice para ello la falta de
reclamo administrativo previo, ya que no es una conducta impeditiva del ejercicio de esta
jurisdicción constitucional (arg. Fallos: 310:471; 311:2680; 312:425 y 475; 322:473 y
327:2517, entre otros).
5°. Que tampoco puede ser atendido el argumento de la Provincia de Misiones según el
cual impediría el trámite de esta acción el hecho de que no se haya demostrado la falta de
traslación del impuesto, pues esa afirmación no se compadece con el artículo 7° in fine de la
ley local, que la prohíbe.
6°. Que sentado lo expuesto cabe señalar que la Asociación de Bancos de la Argentina
tiene legitimación procesal activa en los términos ya expuestos por la Corte en la causa
A.1460.XXXVIII “Asociación de Bancos Públicos y Privados de la República Argentina
(ABAPRA) y otros c. San Luis, Provincia de s/ acción de inconstitucionalidad”, sentencia del
18 de julio de 2002.
7°. Que la pretensión esgrimida consiste en determinar si la Provincia de Misiones, en
ejercicio de su potestad tributaria, y según la previsión contenida en el artículo 7° de la ley
4275 (B.O. 18/05/2006), al gravar con el impuesto de sellos las operaciones monetarias y
financieras previstas en el Capítulo Tercero del Título Tercero de la ley 2860 -Código Fiscal
(t.o. 1991)- puede impedirles a las entidades financieras trasladar el costo del gravamen.
Como bien lo señala la señora Procuradora Fiscal en su dictamen de fs. 456/459, punto
VII, no se cuestiona en autos la potestad tributaria local en sí -en cuanto a la posibilidad de
establecer el impuesto de sellos-, ni el hecho de que se haya instituido a los bancos como
sujetos pasivos del gravamen -modificando la situación legal anterior-, sino que la
impugnación constitucional se dirige contra el citado artículo 7° de la ley 4275 y sus normas
complementarias, en cuanto fijan que dichas entidades como sujetos pasivos de jure también
lo han de ser de hecho, ya que “en ningún caso podrán trasladar su incidencia a quienes
contraten con las entidades financieras”.
8°. Que a título general, debe recordarse que, de acuerdo con la distribución de
competencias que emerge de la Constitución Nacional, los poderes de las provincias son
originarios e indefinidos (artículo 121), en tanto que los delegados a la Nación son definidos
y expresos (artículo 75) (Fallos: 304:1186 y 320:619, entre muchos otros).
Desde antiguo esta Corte ha sostenido que “las provincias tienen derecho a regirse por sus
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propias instituciones y conservan su soberanía en todo lo relativo a los poderes no delegados
a la Nación; a ellas corresponde darse leyes y ordenanzas de impuestos locales, de policía,
higiene y todas las conducentes a su bienestar y prosperidad, sin más limitación que las
enumeradas en el artículo 108 [actual 126] de la Constitución Nacional” (Fallos: 7:373).
Entre los derechos que constituyen la autonomía de las provincias, es primordial el de
imponer contribuciones y percibirlas sin intervención alguna de autoridad extraña (arg.
Fallos: 51:349; 114:282; 178:308; 320:619, entre muchos otros); por lo que pueden escoger
los objetos imponibles y la determinación de los medios para distribuirlos en la forma y
alcance que les parezca conveniente, mas tales atribuciones encuentran el valladar
infranqueable en los principios consagrados en la Constitución Nacional (arg. Fallos:
310:2443; 320:1302, considerando 4°, entre otros).
9°. Que esta Corte también ha señalado desde sus orígenes mismos que “los actos de la
Legislatura de una Provincia, no pueden ser invalidados, sino en aquellos casos en que la
Constitución concede al Congreso Nacional en términos expresos un exclusivo poder, o en
los que el ejercicio de idénticos poderes ha sido expresamente prohibido a las Provincias, o
cuando haya una directa y absoluta incompatibilidad en el ejercicio de ellos por éstas
últimas” (Fallos: 3:131; 302:1181 y causa B.194.XLIII “Banco Credicoop Cooperativo
Limitado c. Entre Ríos, Provincia de s/ acción declarativa de inconstitucionalidad”, sentencia
del 26 de marzo de 2014, entre muchos otros).
10. Que a la luz de lo expuesto se debe concluir que las provincias conservan los poderes
necesarios para el cumplimiento de sus fines y, entre ellos, las facultades impositivas que
conduzcan al logro de su bienestar y desarrollo, por lo que pueden escoger los objetos
imponibles y la determinación de los medios para distribuirlos en la forma y alcance que les
parezca más conveniente; en tanto y en cuanto no transgredan las previsiones y principios
consagrados en la Constitución Nacional (Fallos: 310:2443 y sus citas; 320:1302).
Porque, si bien la potestad fiscal que asiste a las provincias es una de las bases sobre la
que se asienta su autonomía -inconcebible si no pudieran contar con los medios materiales
que le permitieran abastecerse-, el límite de esas facultades está dado por la exigencia de que
la legislación que dicten al respecto no sea contraria a normas de naturaleza federal o a la
propia Constitución Nacional (artículo 31 de la Carta Magna; Fallos: 235:571; 324:2480 y
326:3899, considerando 11).
11. Que por el artículo 1° de la ley 4275 (B.O. 18/05/2006), se restableció la previsión de
los artículos 189 y 190 del Capítulo Tercero de la ley 2860 (t.o. 1991) y se definió la base
imponible sobre la cual las entidades financieras debían abonar el impuesto de sellos
(D.G.R., Resolución General n° 029/2006).
En su artículo 7° se dispuso que “en las operaciones monetarias y financieras previstas en
el Capítulo Tercero del Título Tercero de la Ley 2860 -Código Fiscal (t.o. 1991)- el impuesto
será soportado íntegramente por las entidades financieras, como sujetos de derecho y de
hecho, las que en ningún caso podrán trasladar su incidencia a quienes contraten con las
entidades financieras”.
A su vez, por artículo 6° se suprimió el quinto párrafo del artículo 161 de la citada ley
2860 -Código Fiscal (t.o. 1991)- que preveía que en las operaciones previstas en el Capítulo
III el impuesto estaría a cargo de quien contrate con las entidades financieras, sin perjuicio de
la responsabilidad de éstas como agentes de retención.
La modificación persigue que la obligación de pago de este gravamen sea de la entidad
financiera, y no de quien solicita el crédito o realiza una operación financiera.
12. Que mediante la Resolución General de la Dirección General de Rentas provincial n°
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029/2006 se estableció, en lo que aquí interesa, que “las entidades financieras comprendidas
en la ley 21.526 y sus modificatorias, con asiento en la Provincia, aunque se trate de
sucursales o agencias con domicilio fuera de ella, en su carácter de contribuyente directo del
Impuesto de Sellos deberán presentar sus Declaraciones Juradas Determinativas y Pago, de
acuerdo con lo establecido por la presente resolución general” (artículo 10).
Se previó además que las entidades deberían ingresar el referido impuesto “sobre
operaciones monetarias y/o financieras en función a la base calculada por el método de los
divisores fijos o de numerales establecidos para la liquidación de los intereses en proporción
al tiempo de utilización de los fondos aplicando la alícuota del treinta por mil (30‰) anual”
(artículo 2°).
13. Que a fin de dirimir la cuestión que se plantea es ilustrativo hacer referencia a los
debates parlamentarios que precedieron a la sanción de la referida ley 4275, ya que
evidencian dos posiciones claramente contrapuestas con relación al tema (Diario de Sesiones
de la Cámara de Representantes de la Provincia del 12 de mayo de 2006 - páginas 65 a 84).
En esa ocasión, el diputado Pelinski precisó que la nota que acompañó al proyecto del
Poder Ejecutivo provincial (expte. PE-8.267/2006) decía que se hacía “necesario
complementar las disposiciones de la ley 4255 para facilitar la aplicación con relación al
impuesto de sellos, reestablecer la base imponible de las operaciones monetarias y
financieras, las exenciones específicas y fijando la alícuota aplicable a dichas disposiciones”.
Expuso, que por el artículo 1° del dictamen se restituían los artículos 189 y 190 de la ley
2860, y que el primero incorporaba dentro del hecho imponible las operaciones monetarias y
financieras, que anteriormente habían estado exentas. Aclaró que el nacimiento de la
obligación a tributar, que se desprendía de este artículo, nacía a partir del momento en que los
intereses se debitasen, se acreditasen o abonasen, en función de la operación monetaria. Con
relación al segundo artículo, indicó que establecía “taxativamente las operaciones tributarias
exentas de tributar en el gravamen establecido”.
Más adelante recordó el principio de igualdad que establecían los artículos 16 de la
Constitución Nacional y 9° de la Constitución provincial y dijo que solicitaba la aprobación
del proyecto ya que no quería que existiesen privilegios, “en especial para aquellos sectores
que hacen de su renta la actividad financiera”.
A su turno, el diputado Soria Vieta puso de resalto que el artículo 7° dejaba en claro que
ponía en cabeza de las entidades financieras como sujeto de derecho y de hecho, para que en
ningún caso pudieran trasladar este impuesto de sellos a los tomadores de créditos y que
luego vendría la cuestión “con qué artilugio la entidad financiera puede trasladar este costo a
los clientes”.
En este mismo sentido, la legisladora Giménez manifestó que en la redacción del artículo
6°, en el que se elimina el quinto párrafo del artículo 161 de la ley 2860, lo que se garantiza
es que quien pague este impuesto sea la entidad financiera, y se ratifica también en el artículo
siguiente respecto a las operaciones monetarias, de manera tal que cualquier ciudadano que
viese vulnerado su derecho, podía realizar una presentación judicial o ante las autoridades de
Defensa del Consumidor. Asimismo recordó que lo que recaudaba Rentas de la Provincia
provenía de cuatro impuestos: sellos, rentas, inmobiliario y automotor; que la ampliación del
impuesto de sellos fortalecía no solamente la recaudación sino el funcionamiento del Estado
provincial en su conjunto, y que esta innovación ya la habían puesto en vigencia catorce
provincias.
14. Que por su parte, el diputado Biazzi expresó su rechazo al proyecto y propuso “...si no
se podía buscar algún mecanismo alternativo, que no signifique esta vuelta a estos impuestos
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catalogados como regresivos, porque tienen una alta incidencia financiera sobre la
competitividad de los sectores productivos”. Señaló -a continuación- el inconveniente de
generar una mayor presión tributaria a través de este tipo de impuestos y advirtió sobre la
desproporción que podía existir con otras provincias, incluso algunas vecinas, en este nivel
de presión.
Observó, asimismo, que al tratarse de un impuesto que grava la operación monetaria, y en
el que participan dos partes, era muy difícil hacer recaer esa carga tributaria sobre la entidad
financiera, y aun haciéndola recaer desde el punto de vista formal, se encontraría alguna
manera para lograr, el desplazamiento del costo financiero hacia el propio tomador,
afectándolo en la búsqueda de crecimiento que persigue a través de ese auxilio financiero.
En este mismo orden de ideas el diputado Galeano adhirió a lo expresado por el legislador
Biazzi y sobre la base de la previsión contenida en el Pacto Fiscal de 1993 recordó a los
legisladores que la provincia había asumido el compromiso de derogar los impuestos a los
sellos.
15. Que en el orden nacional, en lo relativo al impuesto de sellos, el artículo 9°, inciso b,
apartado II, de la ley 23.548, determina que las provincias que adhieran a ella, si establecen
este tributo, deberán hacerlo recaer sólo sobre actos, contratos y operaciones de carácter
oneroso instrumentados, sobre contratos a título oneroso formalizados por correspondencia y
sobre operaciones monetarias que representen entregas o recepciones de dinero que
devenguen interés, efectuadas por las entidades financieras reguladas por la ley 21.526
(Fallos: 326:2164 y 327:1108).
La inclusión de esta norma en el capítulo de la ley 23.548 titulado “Obligaciones
emergentes del régimen de esta ley”, tiene como finalidad autónoma evitar la regulación
dispar del impuesto en las diversas jurisdicciones (Fallos: 321:358 y 326:2164).
La Provincia de Misiones adhirió a la referida ley nacional mediante la ley 2515, del 23 de
junio de 1988 (B.O. 05/06/1988).
16. Que en el marco de aquella disposición legal, y con estricto apego a sus previsiones, se
debe afirmar que las provincias pueden gravar con el impuesto de sellos las operaciones
monetarias que representen entregas o recepciones de dinero que devenguen interés
efectuadas por entidades financieras, pero de ello no se extrae que, tal como se expondrá a
continuación, estén facultadas a prohibir su traslación, ya que ello, tal como lo sostiene a fs.
456/459 la señora Procuradora Fiscal, importaría tanto como determinar qué elementos
conforman el costo de las operaciones de las entidades regidas por la ley 21.526.
17. Que es preciso aclarar que la provincia se ha extralimitado en sus facultades al
intervenir entre las entidades financieras y sus clientes, y al regular indirectamente las
actividades específicas de aquéllas, al introducir un elemento condicionante de la relación
contractual, y de innegable relación con las comisiones de las entidades.
18. Que en ese aspecto, y en lo que se refiere a la actividad de intermediadoras del dinero
de las entidades bancarias -monetaria, crediticia y cambiaría- es dable puntualizar que la
política que las orienta, regula y fiscaliza, resultan inherentes al Banco Central, por constituir
la ley de entidades financieras una ley especial de carácter federal que el Congreso Nacional
está facultado a dictar en miras del interés nacional, para ser aplicadas en todo el territorio de
la República (B.194.XLIII “Banco Credicoop Cooperativo Limitado c. Entre Ríos, Provincia
de s/ acción declarativa de inconstitucionalidad”, sentencia del 26 de marzo de 2014,
considerando 16 in fine).
19. Que en ese contexto y por medio de dicha ley -la 21.526- el legislador ha querido
dotar al Banco Central de una amplia gama de facultades relativas al ejercicio del poder de
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policía sobre todas las personas o entidades privadas o públicas -oficiales o mixtas- de la
Nación, de las provincias o municipalidades que realicen intermediación habitual entre la
oferta y la demanda de recursos financieros (Fallos: 307:2153); al colocarlo como eje del
sistema financiero, estableciendo normativamente sus atribuciones exclusivas e indelegables
(Fallos: 303:1776; 310:203 y sus citas).
A esos fines la ley determinó que el Banco Central es la autoridad de aplicación, y que “la
intervención de cualquier otra autoridad queda limitada a los aspectos que no tengan relación
con las disposiciones de la presente ley” (artículos 4° y 5°, ley 21.526); y en lo que se vincula
directamente con el tema debatido en este proceso, estableció que “Las entidades
comprendidas en esta Ley se ajustarán a las normas que se dicten en especial sobre: (...) c)
Plazos, tasas de interés, comisiones y cargos de cualquier naturaleza (...) (artículo 30).
20. Que dichas previsiones federales conducen inexorablemente a la conclusión de que al
imponer el Banco Central límites en las tasas y comisiones de las entidades bancarias, la
imposibilidad de traslación del tributo prevista por la ley local, que es lo que aquí se
cuestiona, gravita en forma directa sobre dichos elementos, interviniendo así un aspecto de la
relación financiera que le está vedado por expresa disposición de la ley, tal como se ha
indicado en el considerando precedente.
21. Que en orden a ello, va de suyo que las normas que aquí se impugnan dejan de ser
válidas cuando confrontadas con las normas básicas del ordenamiento jurídico (artículo 31 de
la Constitución Nacional), las infringen, en vez de acatarlas o respetar su esencia (arg. Fallos:
247:646, considerando 12). Ante tal situación de colisión con las disposiciones federales, la
preeminencia debe ser establecida en función de los fines queridos por la Constitución y el
interés general en juego (arg. Fallos: 315:1013).
Por tanto, tal como se señaló precedentemente y como bien lo puntualiza la señora
Procuradora Fiscal en su dictamen, el artículo 7° de la ley 4275 y sus normas
complementarias, en tanto y en cuanto prohíben la traslación del impuesto de sellos,
incursionan en la regulación relativa a las relaciones entre dichas entidades y sus clientes,
esfera reservada a la autoridad federal competente, conforme a lo expuesto precedentemente.
22. Que es menester destacar que la actividad bancaria y financiera regulada por las leyes
21.526 y 24.144, debe entenderse como configurativa de un sistema, puesto que encierra un
conjunto complejo de relaciones humanas que interactúan en diversas formas. La conducta de
la demandada que aquí se cuestiona “afecta en una u otra forma todo el espectro de la
actividad bancaria y crediticia, en el que se hallan involucrados varios intereses económicos y
sociales, en razón de los cuales se ha instituido un sistema de contralor permanente, cuya
custodia la ley ha delegado en el Banco Central, colocándolo como eje del sistema financiero
(Fallos: 305:2130, que remitió al dictamen del señor Procurador General; 316:295 -disidencia
de los jueces Barra y Fayt-; 317:1391; 328:3518; entre otros).
23. Que, por último, no resulta admisible que a la hora de establecer procedimientos
destinados a garantizar la normal y expedita percepción de la renta pública la demandada
recurra a instrumentos que quebrantan el orden constitucional. Es que la mera conveniencia
de un mecanismo para conseguir un objetivo de gobierno -por más loable que este sea- en
forma alguna justifica la violación de las garantías y derechos consagrados en el texto
constitucional. Así, se ha sostenido que es falsa y debe ser desechada la idea de que la
prosperidad general constituya un fin cuya realización autorice a afectar los derechos
individuales o la integralidad del sistema institucional vigente (Fallos: 333:935, considerando
15).
24. Que en tales condiciones, asiste razón a las actoras en cuanto afirman que el artículo
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7° de la ley 4275 y las normas que la complementan, al prohibir la traslación del impuesto,
colisionan con normas nacionales y constitucionales de jerarquía superior; de tal modo que el
conflicto deviene inconciliable.
Cabe poner de relieve que “si las provincias han delegado en la Nación la facultad de
dictar los códigos de fondo (artículo. 67, inc. 11, de la Constitución) [actual 75, inciso 12],
para robustecer mediante esa unidad legislativa la necesaria unidad nacional,
consecuentemente han debido admitir la prevalencia de esas leyes del Congreso y la
necesaria limitación de no dictar normas, fiscales que las contradigan”. El artículo 31 de la
Constitución Nacional así lo establece en términos categóricos (Fallos: 235:571).
25. Que en consecuencia, corresponde hacer lugar a la impugnación del artículo 7° de la
ley local 4275 y de la resolución general de la Dirección General de Rentas provincial n°
029/2006 que la reglamenta, en cuanto disponen que las entidades financieras “en ningún
caso podrán trasladar su incidencia a quienes contraten con las entidades financieras”, como
única forma de salvaguardar la integridad de los poderes delegados por el artículo 75, incisos
6°, 18 y 32, de la Constitución Nacional y asegurar la eficacia de los medios necesarios para
alcanzar los fines de aquéllos (Fallos: 329:2975 y dictamen de la señora Procuradora Fiscal,
fs. 459 vta.).
26. Que respecto a la devolución de lo pagado en virtud de dicha ley, es oportuno señalar
que en el precedente de Fallos: 297:500 el Tribunal tuvo oportunidad de examinar la acción
de repetición de impuestos. Recordó entonces que la acción instituida en esos términos con el
objeto de lograr la restitución de lo pagado indebidamente en concepto de tributos, encuentra
su fundamento superior en el principio de que “nadie debe enriquecerse sin causa a costa de
otro”, regla de proyección patrimonial que no solamente alcanza a las personas privadas sino
también al Estado.
Pero aparte de ese fundamento de valor universal, el derecho a la repetición de tributos
reconoce otro esencialmente jurídico que se encuentra en las garantías constitucionales que
alcanzan a la protección del contribuyente frente a posibles desvíos de la ley o en su
aplicación.
La obligación tributaria sustantiva que encierra el deber principal de pagar los tributos, no
puede quedar librada en cuanto a la exigencia de su cumplimiento a ninguna discrecionalidad
por parte del Fisco; de ahí, la existencia de medios defensivos de los intereses de los
contribuyentes, traducidos en recursos judiciales -como la acción de que se trata- que nacen
de la Constitución.
El poder tributario de que goza el Estado tiene limitaciones, no sólo para crear las fuentes
de rentas sino también para aplicar la ley fiscal. Cuando en uno u otro caso las excede, el
contribuyente en defensa de los derechos lesionados pone en movimiento el contralor
jurisdiccional tendiente a restablecer la legalidad.
Si en alguna forma se privara o restringiera ese derecho y el Fisco pudiera retener lo
indebidamente ingresado a sus arcas, incurriría en una abierta violación de la Constitución,
tan grave como si se apropiara de un bien sin observar las garantías esenciales que ésta
establece (Fallos: 297:500 citado, considerando 5°).
27. Que en esa misma oportunidad esta Corte señaló, con particular referencia a la ley
11.683 (t.o. 1974), que “el interés inmediato y actual del contribuyente que paga un
impuesto, existe con independencia de saber quién puede ser, en definitiva, la persona que
soporte el peso del tributo, pues las repercusiones de éste determinadas por el juego
complicado de las leyes económicas, podrían llevar a la consecuencia inadmisible de que en
ningún caso las leyes de impuestos indirectos y aún la de los directos en que también aquélla
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se opera, pudieran ser impugnadas como contrarias a los principios fundamentales de la
Constitución Nacional”. Por eso ha dicho que “siempre se ha reconocido interés y personería
a los inmediatamente afectados por un impuesto para alegar su inconstitucionalidad sin tomar
en cuenta la influencia que aquél pudo tener sobre el precio de las cosas, ni quién sea el que
en definitiva los abona, extremos ambos sometidos a reglas económicas independientes de las
leyes locales; que jurídicamente el derecho de repetir un pago sin causa o por causa contraria
a las leyes corresponde a quien lo hizo siendo su devolución a cargo de la persona pública o
privada que lo exigió...” (Fallos: 297:500 antes referido, considerando 8°).
28. Que en ese marco y frente a la inconstitucionalidad de la disposición legal que
constituyó la causa fuente de la obligación tributaria puesta en cuestión (Fallos: 332:2250), la
demanda de repetición también debe prosperar, a cuyos efectos se tiene en cuenta que las
actoras han acreditado en el sub lite haber realizado los pagos exigidos por la norma
provincial (fs. 95/207; 214 vta.; expedientes administrativos n° 3252-28161/2007,
3252-28162/2007 y 3252-28169/2007, 7746/2011 y las notas adjuntadas n°
DL12-1559/2010, DL12-1007/2010, DL12- 1673/2010, DL12-1796/2010 y DR22-62/2011).
En su mérito, la demandada deberá devolver a cada una de las actoras el importe por ella
recibido en concepto de impuesto de sellos, que en su totalidad suman la cantidad de
$145.349,56, con más sus intereses.
Por ello y concordemente con lo dictaminado por la señora Procuradora Fiscal, se decide:
Hacer lugar a la demanda seguida por las actoras contra la Provincia de Misiones, declarar la
inconstitucionalidad del artículo 7° de la ley 4275 y de la resolución general de la Dirección
General de Rentas provincial n° 029/2006 y, en consecuencia, ordenar a la demandada
devolver las sumas de dinero recibidas de las actoras en el concepto previsto en el citado
artículo 7°, con más los intereses. Con costas (artículo 68, Cód. Proc. Civ. y Com. de la
Nación). — Ricardo L. Lorenzetti. — Elena I. Highton de Nolasco. — Carlos S. Fayt. —
Juan C. Maqueda.

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