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La competitividad empresarial es la capacidad que tienen las organizaciones de generar, mejorar o

mantener su crecimiento y desarrollo dentro de un entorno socioeconómico específico. También


comprende aspectos como la capacidad para fabricar productos, brindar servicios con mayor calidad,
tener mejor desempeño en los costos y eficiencia en sus actividades.

En general, es una de las características deseables en un negocio con el fin de que no solo perdure
por un momento o se mantenga en los tiempos críticos, sino que crezca y se prolongue por más
tiempo.

La importancia de la competitividad empresarial

La competitividad empresarial permitirá a una empresa mantenerse en pie y alcanzar los objetivos
que se proponga. La competitividad empresarial es, por decirlo de un modo, la capacidad de
subsistencia de una empresa y por ello también es la base de cualquier desarrollo o crecimiento en
un negocio.

Una competitividad empresarial bien desarrollada es pieza clave para implementar estrategias y
campañas efectivas, así como para alcanzar las metas de crecimiento que se plantean. Además de
que sienta las bases para continuar con un buen desarrollo, la competitividad empresarial puede
considerarse como un índice que nos deja medir la salud o enfermedad de un negocio y con ello
conocer la rentabilidad del mismo. 

Los 3 tipos de competitividad empresarial


La competitividad estructural tiene que ver con la calidad del sistema o estructura de
funcionamiento interno de una empresa. Si un negocio tiene buena competitividad estructural,
su organización de roles, distribución de trabajo y modelo o engranaje funcionan de forma
eficiente.

Una empresa que tenga problemas con la línea de producción, la asignación de roles, mala
distribución de productos o una deficiente atención a clientes será un negocio con mala
competitividad estructural y, por lo tanto, verá afectadas sus ventas, convenios e interacciones
dentro del mercado.

La competitividad económica, en cambio, define la capacidad de una empresa para producir u


ofrecer productos o servicios a un coste justo y sin pérdidas o riesgos para la permanencia del
negocio. Una empresa competitiva económicamente es aquella que ofrece salarios justos a
sus empleados, cumple con las ventas y distribuciones asignadas y no mantiene un balance
negativo en su área económica. En resumidas cuentas, una empresa competitiva en lo
económico es una empresa rentable.

Por su parte, la competitividad sistémica aborda la competitividad desde el nivel de las


relaciones entre un conjunto de empresas y otros actores económicos. Es útil para conocer la
situación de las empresas en interacción con los entornos en que se desarrollan.

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