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EL JUEGO EN LA INFANCIA

El juego es una actividad que surge de forma natural en los niños y constituye
el modo peculiar de relacionarse con el entorno. Es una actividad libre,
voluntaria y creativa que se debe manifestar de manera libre y espontánea.
Además de ser una necesidad biológica y fisiológica, el juego es para el niño
un vehículo de expresión de sus emociones y sentimientos.

Constituye la actividad vital para el aprendizaje y el desarrollo infantil, así


como un medio para favorecer sus potencialidades.

El juego es una actividad lúdica. Hasta los 3 años de edad, la evolución del
niño y sus juegos está marcada por factores básicamente sensoriales.
Durante los primeros meses de vida es capaz de seguir los objetos con su
mirada, por lo que el color adquiere un papel primordial.

Luego comienza a entusiasmarse con los sonidos, a descubrir el placer de


tocar y de morder, de realizar juegos sensoriomotrices.
Entre los 3 y los 6 años de edad se despierta el interés del niño por los juguetes
que estimulan la destreza, que fomentan la actividad o que favorecen el
espíritu creador.

A través del juego el niño experimenta, aprende y comprende la realidad


que le rodea; le permite desarrollar el lenguaje, la capacidad de
razonamiento y la toma de decisiones; mediante el juego, expresa su
corporalidad, establece su rutina, desarrolla sus inteligencias y se integra
socialmente. El juego constituye una herramienta indispensable para el
desarrollo físico, cognitivo, psicológico y social del niño, pudiendo ser
utilizado también para evaluar el nivel de madurez alcanzado.

En la edad preescolar, el juego transcurre por diferentes períodos:


EL JUEGO EN LA INFANCIA

• Funcional (sensorio-motor): Va desde el nacimiento hasta los 2 años. Es un


juego de ejercicio o funcional que no entraña ningún simbolismo ni técnica
alguna. Consiste en adaptación. Son juegos que se repiten y ejercitan los
órganos de los sentidos y desarrollan el movimiento. Empieza empleando
su cuerpo para ir descubriendo sus posibilidades de movimiento y equilibrio.
Beneficia el desarrollo sensorial, la coordinación en los movimientos, el
desplazamiento, el equilibrio estático y dinámico, la comprensión del
mundo que le rodea y la interacción social.

• Simbólico: Va desde los 2 años hasta los 6-7 años. Aparece cuando el niño
ha adquirido la capacidad de representación, tanto de acciones reales
como imaginarias. La complejidad del juego va aumentando
progresivamente, el niño posee mayor control de sus movimientos y es
capaz de anticipar lo que va a suceder, pudiendo modificar la realidad en
función de sus deseos. Beneficia la comprensión y asimilación del entorno,
aprende y practica conocimientos sobre los roles establecidos en los
adultos, desarrolla el lenguaje y favorece la imaginación y la creatividad.

De reglas: Las reglas aparecen tímidamente favorecidas por el juego


simbólico a partir de los 4 a 5 años. Le permitirá al niño ir superando el
egocentrismo, apareciendo la lógica y la reversibilidad de sus
pensamientos, pero todavía sus operaciones están ligadas a la
manipulación de los objetos.

Entre los principales beneficios que aporta el juego al desarrollo infantil se


destaca:
EL JUEGO EN LA INFANCIA

Desarrollo sensorial: Lleva al niño al conocimiento de su entorno a través de


los sentidos: tacto, vista, oído, olfato y gusto. Precisa de juegos de
estimulación sensorial (colores vivos, música,
texturas, etc.).

Desarrollo cognitivo: Le permite comprender su entorno y desarrollar el


pensamiento, la memoria, la atención, la creatividad y el lenguaje.
Favorece la creatividad e inventiva.

Desarrollo social: El bebé mediante juegos compartidos se comunica con el


adulto, refuerza y ajusta sus respuestas, le permite ir aprendiendo normas de
comportamiento y descubrir el marco de intercambios sociales. Hacia los 6
años acaban relacionándose con sus iguales de manera ajustada,
estableciendo los primeros vínculos de amistad. Se valoran los juegos
colectivos con aceptación de normas y estrategias sociales.

Desarrollo emocional: En el juego se implican las emociones y la afectividad.


A través del juegoCaumenta la autoconfianza por las secuencias repetitivas
de éxito. Provoca placer, satisfacción y motivación y favorece el equilibro
emocional.

Desarrollo motor: Constituye la fuerza impulsora para que realice la acción


deseada. El bebé desde muy temprana edad realiza movimientos que son
repetitivos e involuntarios que favorecen la integración de las sensaciones
visuales, tactiles, auditivas, visuales y motoras, logrando el desarrollo senso-
perceptivo y del movimiento. Contribuye al desarrollo de la motricidad
gruesa, desarrollando los músculos del cuerpo y su coordinación (gateo,
caminar, saltar, correr, etc.) y de la motricidad fina, desarrollando los
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movimientos finos, coordinados y Precisan de juegos de encajar, construir,


dibujar, etc.

Es importante tener en cuenta además, que el mejor juguete para el niño


son los adultos y sus juegos. Al jugar con el niño se estimula la iniciativa y la
imaginación creadora; es el mejor medio de conocerlo y a la vez, una forma
de educarlo. Los juguetes son auxiliares en los que el niño se apoya para
ampliar su actividad lúdica, donde con su imaginación puede lograr un
mundo de fantasía sin necesidad de otro apoyo.

De cualquier manera, como el niño es atraído por los juguetes y se divierte


con ellos, es una buena oportunidad para seleccionar aquellos que puedan
estimular el aprendizaje y el desarrollo infantil.

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