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En el mundo de los negocios el refrán “Nadie es imprescindible” se escucha con

frecuencia. Aunque en instancias este dicho sea cierto, no concuerdo completamente. En cada

negocio existen puestos de trabajo que se pueden clasificar de mayor a menor importancia, pero

desde mi perspectiva todo trabajo es de igual importancia ya que sin una no existe la otra. Cada

departamento y rol de los empleados en las empresas juega un papel importante en el

funcionamiento y éxito de esta. Sin duda alguna los lideres de una empresa se enfrentan con

retos que otros no lograran entender. Ser un líder carga una responsabilidad más allá de sus roles.

El líder carga con la responsabilidad de cumplir con sus roles, delegar y asegurar que

todo empleado cumpla con los suyos. Esto significa que carga con responsabilidades y

consecuencias de sus subordinados. Tanta responsabilidad recayendo en una sola persona puede

causar cansancio y desmotivación, aunque tenga una recompensa monetaria justa y generosa. Por

lo que concuerdo con lo que el autor estipula con relación a la motivación a la hora de ejecutar

las funciones de un individuo nace del interior. Por ejemplo, conozco una persona que trabajaba

para un banco que recibía una paga sustancialmente alta por sus servicios, sin embargo, estaba

muy infeliz ya que la carga emocional era demasiada. Luego de varios años, esta persona

consiguió otro trabajo que le pagaba mucho menos, pero se encontraba en paz con su nuevo

trabajo. La carga emocional que conlleva sentir que una empresa no funciona sin la presencia de

una persona es inmensa y no cualquiera puede manejar la misma.

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