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LA ERA DE LOS
EDULCORANTES
SON SALUDABLES?
Sin embargo, el sabor dulce no estaba en el pan, sino en sus dedos. Al darse
cuenta de eso, volvieron a su laboratorio y se dieron cuenta de que la dulzura
en sus dedos provenía de una reacción química accidental. Trabajando con
alquitrán de hulla, en un vaso el ácido o-sulfobenzoico habían reaccionado
con cloruro de fósforo y amoníaco, produciendo sulfóxido benzoico.
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01 BREVE HISTORIA DE LOS EDULCORANTES
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02
¿QUÉ SON LOS ADITIVOS
EDULCORANTES?
Los edulcorantes naturales y derivados vienen definidos y regulados por el
Código Alimentario Español (Capitulo XXIII, aprobado por Decreto 2484/1967).
Son sustancias naturales que estimulan el sentido del gusto, produciendo
un sabor dulce, entre los cuales encontramos el azúcar de mesa (sacarosa),
jarabe de glucosa, miel, etc. Por otro lado, dentro de los edulcorantes ali-
mentarios, también encontramos a los aditivos edulcorantes, los cuales son
sustancias (naturales o sintéticas) que se emplean para dar un sabor dulce a
los alimentos o como edulcorantes de mesa, pero con poder energético nulo
o muy inferior a la sacarosa (azúcar).
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02 ¿QUÉ SON LOS ADITIVOS EDULCORANTES?
Naturaleza glucídica:
Monosacáridos:
Glucosa, fructosa, galactosa.
• Derivados nitrogenados:
taumarina y aspartamo.
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PODER ENDULZANTE DE
LOS EDULCORANTES
El poder endulzante es una de las propiedades más conocidas de los azúcares.
Se determina en relación con la sacarosa, el azúcar de referencia (a una solu-
ción de 30 g/L a 20ºC se le asigna un poder edulcorante igual a 1. Si tenemos
en cuenta a la sacarosa cómo sustancia de referencia (con valores de 1), ésta
presenta un poder edulcorante superior a muchos otros azúcares sencillos
como la glucosa (0,7), la galactosa (0,3) o la rafinosa (0,2) entre otros. Mien-
tras que los aditivos edulcorantes intensivos como ciclamato o los glucósidos
del esteviol, presentan unos valores muy por encima de la sacarosa.
Fructosa: Es casi dos veces más dulce que el azúcar. Se metaboliza primero
en el intestino y luego en el hígado. Se puede transformar en glucosa en el
hígado o en colesterol VLDL, por lo que en contextos de sedentarismo y ba-
lance de energía positivo (sobrealimentación) de forma crónica en sujetos se-
dentarios, el abuso de fructosa (sobre todo a través del consumo de jarabe de
maíz alto en fructosa) puede ser perjudicial. Fue el edulcorante aconsejado
para los diabéticos por su bajo efecto sobre la insulina…grave error. Esto es
algo no destacable en sujetos deportistas. De hecho, tan sólo cantidades mo-
destas de ejercicio parecen ser suficientes para contrarrestar muchos efectos
negativos de la fructosa.
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03 PODER ENDULZANTE DE LOS EDULCORANTES
Sucralosa (E955): Es 600 veces más dulce que el azúcar común. Está elabo-
rada a partir del azúcar, pero no afecta a los niveles de glucosa en sangre. Es
estable al calor, por lo que se puede usar para cocinar y para hornear.
Ácido ciclámico (E952): Es 30-50 veces más dulce que el azúcar. Es estable
al calor y por lo tanto se puede usar para cocinar y para hornear. Se utiliza
con frecuencia en chocolates, gaseosas y lácteos edulcorados. En niños se
recomienda no ingerir más de 3 vasos (180 ml cada uno) por día, de bebidas
hechas con jarabes o polvos para diluir que contengan ácido ciclámico.
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04
¿QUÉ SON LOS
POLIALCOHOLES?
Los polialcoholes como el sorbitol y el xilitol, también conocidos como alco-
holes de azúcar, son productos poco digeribles que pueden sustituir al azúcar
en cantidades similares.
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04 ¿QUÉ SON LOS POLIALCOHOLES?
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05
LOS MÁS CONTROVERTIDOS:
SACARINA Y ASPARTAMO
La seguridad alimentaria de la sacarina ha estado y sigue estando rodeada
de una gran controversia científica. En los años 70 se prohibió su uso en Ca-
nadá. Se consideró también prohibirlo en EEUU debido a los posibles efectos
toxicológicos derivados de su consumo, ya que se demostró en que animales
de experimentación (ratones) causaba cáncer de vejiga cuando se les admi-
nistraba altas concentraciones (en muy altas dosis). Esto alarmó mucho a la
población y todavía a día de hoy sigue siendo fuente de debate. Sin embargo,
como digo, las dosis que se les daban a dichas ratas en esos estudios eran
aberrantemente altas y los estudios eran de muy dudosa fiabilidad. En 2014,
Canadá levantó el veto a la sacarina ya que ningún estudio posterior pudo
replicar esas conclusiones en humanos. Pero más adelante aclararé un poco
más sobre este tema, en relación a las últimas publicaciones científicas al
respecto.
El hecho de que los edulcorantes fuesen algo “artificial”, ya hacía que reci-
bieran un aluvión de críticas por parte de muchos. La quimiofobia es algo que
existe desde siempre. Esto no solo ocurre con la sacarina, también con otros
edulcorantes como el aspartamo, que ha sufrido fuertes críticas. La codifi-
cación de los aditivos edulcorantes se hace con la letra “E”. Esto es algo que
está mal visto por la población general ya que tiene connotaciones negati-
vas por ser artificial. Sin embargo, precisamente la letra “E” es de hecho un
certificado de seguridad. Significa que la Unión Europea ha decidido que un
aditivo alimentario es seguro para el consumo humano. Aun así, a muchas
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05 LOS MÁS CONTROVERTIDOS: SACARINA Y ASPARTAMO
personas no les gusta la idea de consumir “una sustancia química” pese a que
no represente ningún problema para su salud. Ni todo lo natural es bueno, ni
todo lo artificial es malo.
Aunque la sacarina presenta una Ingesta Diaria Admisible (IDA) inferior a otros
edulcorantes intensivos (5 mg/Kg peso corporal), esta sigue siendo muchísi-
mo más elevada de lo que cualquier persona con sentido común pueda inge-
rir. Una persona de 70 kg, podría ingerir a lo largo de todos los días de su vida
y sin efecto apreciable en su salud, unos 350 mg de sacarina, el equivalente
a 87 pastillas edulcorantes de sacarina, algo exageradamente alto.
Es cierto que la IDA (Ingesta Diaria Admisible) del aspartamo es más elevada
que la de la sacarina (45 mg/kg de peso corporal), pero es que la cantidad de
aspartamo que tiene un refresco light es de entre 50 a 100 mg como mucho
(la mayoría incluso menos de eso). Es decir, que necesitaríamos tomar más
de 20 latas al día, y aun así, tampoco se sabría con seguridad si podría llegar
a ser nocivo, ya que la IDA se calcula tomando la dosis más baja a la que se
observan efectos secundarios en la investigación (la investigación en huma-
nos no ha encontrado de manera confiable efectos sobre la salud) y luego
aplicando un margen de error de factor 100. Por lo tanto, no se han encon-
trado riesgos para la salud hasta que consume 100 veces la IDA, es decir, más
de 1600 latas de refresco dietético por día. (Cálculos de Menno Henselmans).
Una barbaridad…
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05 LOS MÁS CONTROVERTIDOS: SACARINA Y ASPARTAMO
Edulcorante IDA(mg/Kg/día)
Aspartamo 0-40
Ciclamato de potasio 0-11
Sacarina 0-5
Acesulfamo 0-15
Sucralosa 0-15
Estevia 0-4
Figura 1: Ingesta Diaria Admisible de diferentes edulcorantes
Figura 2: Consumo de aspartamo medio en la población de Canadá y EEUU (Butchko & Kotsonis 1991).
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06
EDULCORANTES Y
MICROBIOTA
El impacto del consumo de edulcorantes en la microbiota intestinal ha reci-
bido recientemente la atención de los medios de comunicación, así como de
la población en general interesada por la nutrición y la salud. Antes de nada,
tenemos que saber que a día de hoy sabemos todavía muy poco sobre la mi-
crobiota, por lo que cualquier cosa que se lea o se exponga debe ser tomada
con cautela y sabiendo que no hay conclusiones claras en muchos aspectos.
Y si ni los mejores investigadores mundiales sobre microbiota tienen claro
aquello que envuelve a la microbiota intestinal, mucho menos lo deberían de
tener algunos influencers de Instagram que hablan de ello y sientan cátedra.
Por tanto, este apartado (no soy un experto en microbiota) está basado en
un repaso a la literatura científica respecto a los edulcorantes y la microbio-
ta, para dar a entender cómo se han malinterpretado algunos de los estudios
que hay al respecto, tal y como ocurre con otros cientos de estudios que se
extrapolan o se malinterpretan.
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06 EDULCORANTES Y MICROBIOTA
Sin embargo, tal y como señalan Lobach et al 2018, existen una serie de limi-
taciones importantes en este estudio, tanto en el diseño, como en la experi-
mentación, análisis de datos y conclusiones.
Suez et al. 2014 realizaron una pequeña investigación clínica sobre 7 adultos
sanos que normalmente no consumían edulcorantes. Los sujetos consumie-
ron 5 mg/kg/día de sacarina en 3 partes. Dosis diarias de aproximadamente
120 mg/dosis durante 1 semana. Sin embargo, ningún grupo control fue in-
cluido en el estudio y solo se obtuvieron mediciones basales de un solo día.
Se recolectaron muestras fecales, las pruebas de tolerancia a la glucosa se
realizaron diariamente y la microbiota se analizó mediante análisis de ARNr
16S. Específicamente, las respuestas glucémicas obtenidas fueron utilizadas
para clasificar a los sujetos como “respondedores” (4 sujetos que tenían nive-
les elevados de glucemia) o “no respondedores” (3 sujetos que no mostraron
cambios en respuesta glucémica). Los autores informaron que la microbiota
de los “respondedores” se agrupaban de manera diferente a la de los “no res-
pondedores” después del consumo de sacarina, pero no informó del estado
de la microbiota de los “no respondedores”. Es decir, que se basaron solo en
4 sujetos.
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06 EDULCORANTES Y MICROBIOTA
Por otro lado, Suez et al. 2014, realizaron un estudio de cohorte en 381 indi-
viduos no diabéticos (44% hombres, 56% mujeres).
Un breve vistazo a los datos (Figura 3) indica que algunos de los no con-
sumidores tuvieron menores valores de HbA1C que los de los consumidores
de edulcorantes. Sin embargo, todos los valores para los consumidores se
encuentran dentro del rango de los no consumidores, lo que sugiere que la
diferencia puede deberse simplemente a la gran diferencia en el tamaño de
la muestra, consumidores= 236, no consumidores= 40 como vemos en la si-
guiente imagen.
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06 EDULCORANTES Y MICROBIOTA
Figura 3
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06 EDULCORANTES Y MICROBIOTA
Más allá de todo esto que he comentado, una revisión de estudios sobre el
tema de los edulcorantes y la salud, reveló que los problemas metodológicos
expuestos eran comunes a todos. El problema más común fue la falta de
grupos de control adecuados, particularmente controles isocalóricos. Como
he comentado antes, los factores dietéticos son claves determinantes en la
composición microbiana intestinal, por lo que las diferencias en la dieta ha-
bitual y tipos de alimentos consumidos durante la investigación juega un rol
clave en la modulación de la microbiota (David et al., 2014). Por tanto, para
obtener resultados veraces y significativos en estudios clínicos dirigidos a
medir la respuesta de la microbiota intestinal a un compuesto (en este caso
los edulcorantes) es crucial que la dieta general de los sujetos durante la in-
vestigación sea controlada, pero es que incluso otros factores como sueño,
ejercicio, etc también!
Por otro lado, algunos de los estudios publicados sobre este tema han sido
hechos en ratones. Bien, pues otra deficiencia de diseño del estudio que se
observó en varios de los estudios en animales, fue el uso de dosis de edul-
corantes muy por encima de las recomendaciones establecidas actualmente.
En 2 estudios en particular se utilizaron dosis de 500 veces más altas que las
recomendaciones estipuladas, lo que es una locura. La sacarina se administró
a ratas en dosis de al menos 10000 mg/kg/día en el estudio de Anderson y
Kirkland (1980), que es 2000 veces mayor que las recomendaciones máxi-
mas de su consumo de (5mg/kg/día para la sacarina). Del mismo modo, las
dosis de sacarina de Suez et al. 2014 en ratones fueron aproximadamente
600 veces más altas que las recomendaciones, equivalente a aproximada-
mente 3333 mg/kg/día.
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06 EDULCORANTES Y MICROBIOTA
Esta disparidad entre los efectos informados a altas dosis en ratas y la falta
de alteración informada en humanos resalta la importancia de utilizar dosis
biológicamente adecuadas en este tipo de investigaciones. Los cambios en la
microbiota intestinal de las ratas en respuesta a altas dosis de sacarina infor-
madas por Suez et al 2014 y Anderson y Kirkland 1980 representan cambios
bioquímicos y fisiológicos que NO se pueden extrapolar a los seres humanos
que están expuestos a niveles profundamente más bajos de edulcorantes en
la dieta.
En total, solo hay 3 estudios en los que el consumo de edulcorantes han sido
probados directamente in vivo y en dosis iguales o inferiores a las recomen-
daciones oficiales que informan de una alteración en la microbiota intestinal
(Suez et al., 2014; Bian et al 2017; Uebanso et al. 2017) y todos fueron estu-
dios en ratones, por lo que los cambios informados en la microbiota intestinal
pueden no ser relevantes para la salud humana.
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06 EDULCORANTES Y MICROBIOTA
Por tanto, podemos concluir en base a lo publicado hasta la fecha sobre edul-
corantes y microbiota, que no hay respaldo científico para afirmar de manera
categórica que los edulcorantes dañen la microbiota. Esto no significa que en
un futuro haya estudios en humanos bien diseñados que muestran que defi-
nitivamente si la dañan, pero como digo, de momento, decir que los edulco-
rantes dañan la microbiota es cuanto menos una osadía.
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07
EDULCORANTES Y
COMPOSICIÓN CORPORAL
La aprensión por el uso de edulcorantes se ha materializado en la comunidad
científica, médica y nutricional debido a datos de estudios de observación
que sugieren una asociación entre el consumo de edulcorantes y obesidad,
diabetes tipo 2, enfermedades cardiovasculares e incluso cáncer. Esto se ha
extrapolado a tal magnitud, que incluso es común leer hoy en día en redes
sociales que el consumo de azúcar es mejor que consumir edulcorantes no
calóricos para perder peso, tratar la obesidad o para la salud.
Hay que saber que los estudios observacionales jamás son concluyentes ya
que están llenos de limitaciones y factores de confusión. Correlación no im-
plica causalidad. También surgen de estudios pre-clínicos en modelos ani-
males, la mayoría de ellos a dosis hiper elevadas, aparte de que la fisiología
animal no es igual que la humana. Por ejemplo, un estudio publicado recien-
temente de tres grandes cohortes de población concluyó que el aumento del
consumo tanto de bebidas azucaradas como de bebidas endulzadas artifi-
cialmente estaba asociado con un mayor riesgo de obesidad y diabetes tipo
2 (Drouin-Chartier et al 2019; Malik et al 2019). Los mecanismos biológicos
propuestos para justificar esto han sido la alteración de los mecanismos de
hambre-saciedad y un aumento del comportamiento de búsqueda de dulces
y consumo de energía.
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07 EDULCORANTES Y COMPOSICIÓN CORPORAL
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07 EDULCORANTES Y COMPOSICIÓN CORPORAL
Por otro lado, hay multitud de edulcorantes y no todos son iguales entre ellos,
por lo que debemos considerar los efectos de los edulcorantes individualmen-
te. El hecho de que haya algunos resultados dispares, se puede deber a que
cada edulcorante es diferente de otro y quizás pueda ejercer efectos dife-
renciales, debido a la estructura química que provoca diferentes propiedades
sensoriales y de digestibilidad, que puede afectar de manera diferencial al
apetito, al sistema de recompensa del cerebro, etc.
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07 EDULCORANTES Y COMPOSICIÓN CORPORAL
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08
¿LOS EDULCORANTES
ELEVAN LA INSULINA?
Siguiendo con el estudio de Higgins y colaboradores, el aumento de peso del
grupo que tomó sacarina no puede ser explicado por un aumento de la inges-
ta energética ya que la sacarina es acalórica, por lo que se evaluó el impacto
en la insulina y la glucosa al ingerir sacarina, pero no se encontró ningún efec-
to ni sobre la insulina ni la glucosa, por lo que concluyen que ningún edulco-
rante altera los niveles de insulina ni glucosa plasmática de forma sustancial.
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08 ¿LOS EDULCORANTES ELEVAN LA INSULINA?
Figura 5: Comparación del aumento de insulina tomando azúcar (cuadro de arriba), aspartamo
(cuadro del medio) y placebo (cuadro de abajo).
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09
EDULCORANTES Y
GLUCEMIA
Un ensayo controlado aleatorizado (Grotz et al 2003) probó los efectos del
consumo de sucralosa diaria durante varios meses en comparación con un
grupo placebo en sujetos con obesidad complicada por diabetes tipo 2. No
hubo efecto negativo sobre la homeostasis de la glucosa o alteraciones de
marcadores como la HbA1c, la glucemia en ayunas y el péptido C medidos
cada 2 semanas.
Un estudio similar dirigido por el mismo autor (Grotz et al 2017) hecho en va-
rones sanos normoglucémicos concluyó que la suplementación de sucralosa
(333 mg tres veces al día) con las comidas tampoco produjo ningún efecto
sobre la glucemia. Además, este mismo autor publicó una revisión sistemáti-
ca que sugiere que este es un hallazgo constante para la sucralosa.
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09 EDULCORANTES Y GLUCEMIA
Sacarina
Aspartamo
Sucralosa
Esteviol
En general
Figura 6: (Nadolsky, K. 2021)
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09 EDULCORANTES Y GLUCEMIA
Sin embargo, los datos de los ensayos de intervención muestran que reem-
plazar las bebidas endulzadas con azúcar por bebidas edulcoradas son favo-
rables para la enfermedad cardiometabólica, obesidad y diabetes tipo 2.
Pues quizás se deba a una relación no causal directa o quizás pueda deberse
a un efecto negativo sobre la permeabilidad intestinal, que en sujetos obesos
o con patologías, podrían aumentar aún más la inflamación crónica presente
en estos sujetos haciendo un efecto negativo. Santos et 2018 demostraron
que la sacarina podría alterar la integridad de la barrera intestinal a través
de un mecanismo que involucra la activación de NF-κB, lo que resulta en la
ubiquitinación de la proteína de unión cerrada claudin-1 (es decir, que dañan
las proteínas que protegen la barrera intestinal).
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09 EDULCORANTES Y GLUCEMIA
Figura 7: Mecanismos por los cuáles la sacarina podría alterar la permeabilidad intestinal y provocar inflamación.
Figura 8: La sacarina aumenta la permeabilidad intestinal y disminuye la resistencia eléctrica transepitelial (TEER).
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EDULCORANTES
Y CÁNCER
Una de las cuestiones que más miedo causa entre los consumidores es saber
si los edulcorantes pueden aumentar el riesgo de cáncer. Esta relación entre
el consumo de edulcorantes y cáncer surge en los años 70, tras el estudio del
doctor Reuber en ratones (Reuber 1978) que mostraba que la sacarina y el
ciclamato podían crear cáncer de vejiga en estos animales. Sin embargo, los
resultados de estudios posteriores de carcinogenia (estudios que examinan si
una sustancia puede o no causar cáncer) de estos edulcorantes no proporcio-
naron una evidencia clara que indique una relación con el cáncer en los seres
humanos.
Con respecto al aspartamo, este si ha sido uno de los más criticados por su
posible asociación con el cáncer cerebral. Este hecho surge tras la publicación
de un estudio en ratas en 1996 (Onley et al 1996). En este estudio las ratas
fueron alimentadas con dosis muy altas de aspartamo (de 1.000 a 6.000 mg/
kg de peso corporal por día) y se encontró una mayor incidencia de tumores
de cerebro. Para que os hagáis una idea, para reproducir ese estudio en hu-
manos, una persona de 70 kg debería de tomar el equivalente a 8.400 latas
de refresco light cada día.
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10 EDULCORANTES Y CÁNCER
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10 EDULCORANTES Y CÁNCER
Como veis, unos pocos estudios mal hechos e incluso falsos pusieron la voz
de alarma en los edulcorantes en relación al cáncer. No obstante, hay dece-
nas de estudios bien hechos publicados que no encuentran ninguna relación
incluso a dosis relativamente altas.
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EDULCORANTES
Y APETITO
Existen algunos datos epidemiológicos que asocian el uso de edulcorantes a
la ganancia de peso. Al parecer, la disociación de la sensación del sabor dulce
y el aporte calórico deficiente producido por los edulcorantes podría condicio-
nar un incremento en el apetito, dando lugar a un mayor consumo energético
y ganancia de peso. Sin embargo, una vez más, esta hipótesis solo ha podido
demostrarse en modelos animales (Swithers et al 2010).
Por otro lado, debemos saber que cada macronutriente estimula con mayor o
menor efectividad la liberación de péptidos a nivel del tubo digestivo. Así se
ha comprobado que los carbohidratos producen un estímulo de secreción de
GLP-1, el cual juega un papel relevante tanto como factor de saciedad como
incretina. Se piensa que los edulcorantes acalóricos no permiten tal liberación
de péptidos y, por tanto, teóricamente, ello conllevaría una menor sensación
de saciedad y provocaría un aumento del consumo energético. Pero de nue-
vo, para nada es algo que esté demostrado aún.
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11 EDULCORANTES Y APETITO
Esto puede suponer una gran ventaja en personas con sobrepeso, obesidad o
diabetes con vistas a una mejor adherencia al régimen terapéutico y la mo-
dificación de hábitos nutricionales. Sin embargo, también se plantea la hipó-
tesis de si la palatabilidad influye en la sensación de apetito. Es posible que
una mejor palatabilidad de los productos edulcorados pueda desempeñar un
papel de estímulo en la recompensa de la alimentación, pero tras numerosos
estudios tampoco existen hasta el momento evidencias concluyentes en este
aspecto.
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11 EDULCORANTES Y APETITO
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12
¿CUÁL ES EL MEJOR
EDULCORANTE?
Pues esta es la respuesta que todos queremos saber, pero lamentablemente,
a día de hoy, no podemos dar una respuesta clara, ya que podemos basarnos
en múltiples criterios a la hora de elegirlos como sabor, seguridad, si es apto
para cocinar o no…
Uno de los más usados y seguros es la Stevia sin duda, ya que se considera
natural, sin embargo, lo que realmente consume la mayoría de personas son
glucósidos de steviol que se extraen del procesamiento de la planta Stevia.
Como dije anteriormente, es un error asociar directamente y de manera cate-
górica lo natural a los saludable y lo artificial a insalubre. Hay cosas naturales
insalubres (por ejemplo, setas venenosas) y cosas artificiales saludables. Un
problema de la Stevia, es el sabor metálico que deja este edulcorante al final.
Esto no gusta a mucha gente. Por último y curiosamente, el IDA de la Stevia
es el más bajo de todos los edulcorantes, siendo 4 mg/kg de peso.
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12 ¿CUÁL ES EL MEJOR EDULCORANTE?
La sacarina sin duda es el edulcorante acalórico más usado, no solo por ser
el primero que se descubrió, sino porque su sabor es bastante agradable. Sin
embargo, aunque no hay datos y lo que voy a decir es prácticamente aleato-
rio, yo personalmente preferiría otro edulcorante por su posible efecto nega-
tivo a nivel intestinal. Como digo, no es nada que esté demostrado ni mucho
menos y es solo una intuición personal. Así que, si lees esto y consumes sa-
carina, puedes seguir haciéndolo sin problema.
Uno de los edulcorantes más criticados es sin duda una de las mejores opcio-
nes, el aspartamo. Al ingerirlo se descompone en dos aminoácidos naturales:
el ácido aspártico y la fenilalanina (y un 10% en metanol). Tan solo las perso-
nas que no pueden ingerir fenilalanina debido a sufrir fenilcetonuria deberían
abstenerse de ingerir este edulcorante.
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13
CONCLUSIONES
41
13 Conclusiones
donde las dosis empleadas están más allá de la ingesta esperadas de huma-
nos, o bien de estudios donde existieron importantes problemas de diseño
que hacen que las conclusiones sean más que cuestionables, o bien donde los
datos fueron evaluados/interpretados incorrectamente.
Por otro lado, hay que determinar que cada edulcorante tiene una compo-
sición y estructura diferente, por lo que meterlos todos en el mismo saco y
sacar conclusiones no es la mejor práctica. Habría que evaluar el impacto de
cada uno de los edulcorantes por separado.
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13 Conclusiones
Cada cual es libre de comer y hacer lo que quiera por supuesto, pero aquellos
que deseen de vez en cuando tomar alguna bebida o postre edulcorado pue-
den hacerlo sin problema. Y aquellos que piensan que los edulcorantes son
el demonio en persona, bueno, esto es algo común ya que desde siempre se
nos ha dicho que la dieta debe estar asociada a sufrimiento. Algo que no es
verdad. De hecho, el uso de edulcorantes de manera puntual puede aumentar
mucho la adherencia del paciente a la dieta. Cuando algo suena tan bonito:
“¿algo dulce que no tiene calorías ni es malo para la salud?, oh my God, take
my money”, casi siempre suena a que es falso o un truco de la industria ali-
mentaria. Sin embargo, al menos en el caso de los edulcorantes, la evidencia
científica nos dice que no es así.
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