DEFINICIÓN. De conformidad con el artículo 379 del código penal, el robo es la
sustracción fraudulenta de la cosa de otro. Esta definición está comprendida en dicho artículo, el cual exige precisiones. y amplio desarrollo. EL DERECHO DE PROPIEDAD. Desde los tiempos más remotos, la propiedad ha estado protegida. Se le ha considerado derecho sagrado e inviolable, por lo que el robo es reprobable, tanto en derecho natural como por la moral. En consecuencia, nadie puede ser privado de ella sino por causa justificada de utilidad pública o interés social, previo pago de su justo valor. La protección constitucional se refiere a la propiedad inmobiliaria la cual no puede ser objeto de robo, pero el derecho de propiedad mobiliar cuenta con la protección de la ley y el amparo de la autoridad competente. La protección que al derecho de propiedad de las cosas mobiliarias da el código civil, no es suficiente cuando se trata de robos. La sociedad primitiva vivió en un estado de copropiedad o de comunidad donde todo era de todos. A nadie le interesaba tener un derecho por encima de lo necesario para el sustento. Sin embargo, algunos han afirmado que, desde la aparición del hombre, hubo propietarios y es notorio el rasgo del derecho individual de propiedad. Para el filósofo Locke, el Creador y la razón ordenan al hombre laborar la tierra, sembrarla, cultivar los frutos y sobre el predio ejercer cierto derecho de propiedad, sobre lo que en ella se puede cosechar. El código civil consagra un título al derecho de propiedad y el artículo 544 expresa: «La propiedad es el derecho de gozar y disponer de las cosas del modo más absoluto, con tal que no se haga de ellas un uso prohibido por las leyes y reglamentos." EVOLUCIÓN. De conformidad con la ley mosaica, los hebreos y castigaban a los ladrones con la pena de muerte. Recuérdese: a Jesucristo lo colgaron entre dos ladrones.En Atenas, mientras estuvieron vigentes las leyes de Dracón, la pena era la muerte, pero el benevolente Licurgo quería que en Lacedemonia se castigase con varas a los niños que se dedicaban a actos de ratería. En la ley de las XII Tablas, los romanos castigaban a los esclavos que cometían robos, lanzándolos desde la roca Tarpeya, y cuando no se trataba de esclavos, aplicaban las leyes de Licurgo, las cuales reducían a los autores a servidumbres si eran púberos. Otros robos, no agravados, se sancionaban con destierro, deportación o confiscación de bienes. En todos los casos de condenación por robo, los romanos aplicaban la nota de infamia. Estos precedentes han tenido relativa influencia en nuestro derecho penal adoptado del francés. La reforma francesa del 25 de Septiembre de 1791 después de una ley del 25 de Frimario del año VIII, estableció los diferentes robos calificados, castigándolos en proporción a su gravedad. ELEMENTOS CONSTITUTIVOS. De conformidad con el artículo 379 del código penal, el robo tiene tres elementos constitutivos: 1° La sustracción. 2° Que se trate de la cosa de otro. 3º La intención. 1° LA SUSTRACCIÓN. Para caracterizar el robo, es necesario el elemento material de la sustracción. Doctrina y jurisprudencia así lo afirman. Sin embargo, hay diferentes opiniones en cuanto a determinar en que consiste la sustracción, elemento característico del robo, por lo que, la jurisprudencia y la doctrina han desarrollado una teoría digna de estudio, cuya aplicación práctica presenta serios problemas, si se quiere mantener la ortodoxia de los principios. Por otra parte, la sustracción supone el paso de la posesión del legítimo propietario y poseedor a la del autor del delito. Cuantas veces se presenta ante el juez un individuo acusado de robo, se debe determinar, entre otros elementos, si realmente la o las cosas fueron sustraídas, en el sentido exacto del artículo 379 del código penal. Emile Garçon, después de exponer las tres situaciones diferentes de la teoría de la posesión: a) La propiamente dicha; b) La posesión precaria y c) La simple detentación material, afirma que la noción de la sustracción se puede definir como la toma de posesión en la ignorancia y contra el consentimiento del propietario o precedente poseedor; es la usurpación invito domino de la verdadera posesión en sus dos elementos simultáneos y concomitantes: corpus y animus. Cuando de mala fe se usurpa invito domino (con ánimo de hacerse dueño) la posesión que otro tenía, hay la sustracción fraudulenta de la cosa de otro. Se actúa animus domini al momento en que el autor se apodera del corpus. ENTREGA PRECARIA DE LA POSESIÓN. Cuando una persona va a una tienda, por ejemplo de zapatos y le solicita al vendedor le deje ver un par de zapatos y el empleado lo coloca entre las manos del supuesto comprador, el cual, aprovecha un descuido y se apropia el par de zapatos y se marcha, hay robo en esta hipótesis, a pesar de la entrega del corpus, lo cual, superficialmente considerado, podría descartar la noción de la sustracción en el sentido que la hemos venido desarrollando. Pero resulta que el empleado de la tienda no ha querido, en modo alguno, abdicar ni la propiedad ni la posesión de la cosa. Ciertamente ha habido entrega, pero precaria de la cosa y por tanto la apropiación caracteriza el robo con todas sus consecuencias. Se considera robo cuando una persona entrega a otra una suma de dinero no siendo el acreedor sino un empleado y el que hace la entrega vuelve a tomar la totalidad o parte de lo entregado. Se podría argumentar que el depositario no era dueño del dinero y por lo tanto no se había abdicado la posesión. La jurisprudencia de origen ha considerado se trata de la sustracción de la cosa de otro. El que recibe un objeto para examinarlo, o verlo, tiene una simple detección, por tanto si se apropia de dicho objeto, es reo de robo. Ello así porque el propietario, al pasarle el objeto al que lo solicita, no tiene la intención de transferirle la posesión civil o precaria del objeto, sin que sea necesario acudir a la teoría de la entrega necesaria o forzada para venir a justificar la calificación de robo que se le hace. COSAS QUE PUEDEN SER OBJETO DE ROBO. Las cosas susceptibles de robo son en principio, los muebles corporales, porque pueden ser aprehendidos o tomados entre las manos de los ladrones. Aunque es cierto que se puede usurpar la posesión de un inmueble, se descarta de plano esta clase de bienes pueda ser objeto de robo. Los inmuebles no pueden ser objeto de robo, pero las diferentes partes de un inmueble, separadas de este, pueden serlo. Nadie se pue de robar una casa, pero se puede robar puertas, ventanas, cristales y cerraduras de una casa. Basta separar estos materiales u objetos, del inmueble al cual pertenecen. Algunos entienden que la electricidad, como es un fluido inmaterial, no puede ser objeto de robo. La suprema corte de justicia llegó a fallar que cuando el robo se comete en perjuicio de la vendedora de la energía eléctrica, la ley que castiga el hecho es la ley especial. ROBO DE LÍQUIDOS. Los líquidos pueden ser objeto de robo, incluyendo evidentemente el agua. Quien se roba el agua contenida en una cisterna comete robo, con todas sus consecuencias. 2° QUE SE TRATE DE LA COSA DE OTRO. Para caracterizar el robo, es imprescindible que la cosa robada sea ajena, es decir de otro diferente a quien la sustrae, pues nadie puede robarse lo suyo, ni en la ignorancia del derecho de propiedad. RES NULLIUS Y RES DERFLICTAE. Para caracterizar el robo es necesario que la cosa sustraída sea de otro, de conformidad al artículo 379 del código penal. Por lo tanto cuando una persona se apodera de una res nullis, que es la cosa que no pertenece a nadie o res derelicias que es la cosa abandonada por su primitivo dueño, no puede haber robo por faltar el elemento constitutivo que ahora estudiamos. 3°. LA INTENCIÓN. Algunos autores colocan la intención como segundo elemento, siguiendo al pie de la letra la definición contenida en el artículo 379 del código penal. Podría ser el primero, ya que el texto comienza diciendo: El que con fraude sustrae una cosa que no le pertenece, se hace reo de robo. Nosotros preferimos colocar la intención como tercer y último elemento del robo. Para caracterizar el robo no solo debe probarse el elemento material de la sustracción y el específico de la cosa ajena, sino además que la sustracción se haya hecho fraudulentamente. El carácter fraudulento de la sustracción es soberanamente apreciado por el juez del fondo y escapa al control de casación. La intención fraudulenta es imprescindible tanto en el robo consumado como en el intentado, pues la tentativa también exige el elemento moral de la intención. EN QUE CONSISTE LA INTENCIÓN. Se debe fijar en qué consiste la intención. El agente debe actuar sabiendo que sustrae la cosa de otro y queriéndola incorporar a su posesión o a su propiedad. El agente debe saber que usurpa la posesión de la cosa ajena. Que lo hace animo domini, es decir, con el designio de constituirse en nuevo propietario de la cosa sustraída. El agente debe saber, además, que toma lo ajeno y quiere ser, de ahora en adelante, el nuevo dueño de la cosa sustraída. "De conformidad a lo que hemos apuntado anteriormente en el sentido de que este usuario no quiere comportarse animo domini, cualquiera se siente tentado a descartar el robo. Pero la jurisprudencia francesa ha evolucionado en otro sentido. La cámara criminal de la corte de casación francesa en una ocasión decidió que hay robo cuando la aprehensión tiene lugar en circunstancias tales que revelan la intención de comportarse, aun momentáneamente, como propietario, revistiendo los caracteres de la sustracción fraudulenta, tal como la incrimina el artículo 379 del código penal; que tal es el caso, cuando un individuo, después de intentar apoderarse de una camioneta y renunciar a esta empresa a consecuencia de la llegada inesperada del chofer, ha penetrado en un coche que el propietario acababa de deiar por un momento sin retirar la llave del contacto y lo ha puesto en marcha utilizándolo toda la noche, para ir a villas vecinas y distraerse, abandonándolo al día siguiente, a cierta distancia del lugar donde lo había tomado. INTENCIÓN Y MÓVILES. La intención no debe confundirse con los móviles. Estos son indiferentes todas las veces en las cuales el autor de la sustracción ha usurpado la posesión animo domini. TENTATIVA. El robo es la sustracción fraudulenta de la cosa de otro, por lo tanto, la infracción se comete cuando el agente se apodera materialmente de esta cosa. Este punto es firme en doctrina. En consecuencia, el robo es un delito instantáneo y no es la retención fraudulenta de la cosa ajena lo que caracteriza el hecho, sino el apoderamiento fraudulento de ella. El punto de partida de la prescripción de la acción pública arranca con el cumplimiento del elemento material de la sustracción o apoderamiento animo domini de la cosa de otro. Lo que anteriormente afirmamos quiere decir que si un ladrón oculta la cosa robada y después de cumplir la pena va al lugar del ocultamiento y se apodera de ella, no comete nuevo robo. LA ACCIÓN. El robo como delito instantáneo, presenta algunas dificultades en cuanto a la determinación del momento en que se considera consumada la infracción. Un ladrón penetra en una casa y se apodera de un objeto que echa en un saco, es evidente que ya se robó ese objeto, pero el ladrón puede no haber terminado su actividad delictuosa. Es por ello que algunos entienden que el robo solo está consumado cuando el ladrón ha trasladado la cosa o las cosas robadas a otro lugar. Entendemos que aunque el ladrón haya tomado algunos objetos, si todavía se encuentra en el escenario de los hechos y su actividad delictiva no ha terminado, lo que hay es tentativa de robo: Pero en modo alguno no aceptamos la posición doctrinal de aquellos que afirman que el robo está consumado cuando ya el ladrón ha trasladado la cosa o las cosas robadas, al sitio que él se propone ha trasladas posiciones extremas está la verdad, pues el robo está consumado cuando el ladrón sale de una casa con los objetos en la mano, aunque todavía no haya llegado al lugar de destino. Pero, repetimos. cuando el ladrón todavía se encuentra en el escenario de la acción, aunque en hecho ya haya incorporado algunos objetos a su propie dad, está en actividad de robo y si se le interrumpe su actividad, por causa independiente a la voluntad, hay la tentativa caracterizada. ARREPENTIMIENTO. Como el robo es delito instantáneo, el arrepentimiento del ladrón, después de consumada la infracción, no tiene influencia alguna sobre su culpabilidad ni borra la infracción. Es decir, si un ladrón, después de haber sustraído un objeto se arrepiente y lo devuelve a su legítimo dueño, el robo queda caracterizado en todos sus elementos. Es evidente que, en esta circunstancia, los jueces aprecian amplias circunstancias en favor de quien se comporte de esta manera.