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EL ORIGEN DE LA UNIVERSIDAD
1. La escuela
Este sentido latino de "schola" es el que se expandió a través de todos los monjes que
dedicaban un tiempo a la instrucción, cuando hacían pausas de sus tareas en los
monasterios que llenaron Europa a lo largo de la Edad Media. El sentido que hoy se da
a "escuela" (y a los otros términos que se quedaron en las diferentes lenguas europeas)
es el mismo que conocemos nosotros en español (así ocurre con el francés "école", el
italiano "scuola", el inglés "school", el alemán "Schule", el holandés "school" o el polaco
"szkola"). Su significado actual más frecuente es el de un "establecimiento público" en
donde se dan enseñanzas." Igualmente designa diversas concepciones metódicas y
corrientes de pensamiento de quienes siguen un maestro.
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La escuela estaba ubicaba en los jardines consagrados al héroe Academos, por lo que
recibió el nombre de "Academia". La formación se impartía mediante lecciones dadas
por el propio Platón, sus discípulos y los visitantes ilustres que llegaban a la ciudad.
También el diálogo servía de método de enseñanza.
Aristóteles dirigió la escuela personalmente hasta el año 323, año en el que murió
Alejandro Magno. La situación política se tornó inestable y Aristóteles por su origen
macedónico, era visto por algunos con malos ojos. Sintiendo que su vida peligraba, dejó
Atenas y se radicó en la isla de Eubea, donde murió al año siguiente. El Liceo era un
centro de investigación con un marcado carácter enciclopedista y acumulaba todo lo
necesario para realizar sus tareas: dibujos, libros, mapas, plantas, minerales, etc.), se
estudiaba astronomía, botánica, filosofía y biología; de ahí que se considera a
Aristóteles como uno de los primeros biólogos, dado que se dio a la tarea de clasificar
unas 500 especies de peces, entre otros animales.
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2. La Paideia
La Paideia recoge los ideales de la formación o educación griega, era para los antiguos
griegos, la base de educación que dotaba a los hombres de un carácter
verdaderamente humano. Como tal, no incluía habilidades manuales o erudición en
temas específicos, que eran considerados mecánicos e indignos de un ciudadano; por
el contrario, la paideia se centraba en los elementos de la formación que harían del
individuo una persona apta para ejercer sus deberes cívicos. El primero en
configurar la paideia como un humanismo cívico integral fue el orador y pedagogo
griego Isócrates. Bajo el concepto de paideia se subsumen elementos de la gimnasia, la
gramática, la retórica, la poesía, las matemáticas y la filosofía, que se suponía debían
dotar al individuo de conocimiento y control sobre sí mismo y sobre sus expresiones.
A mediados del siglo XX, el filólogo alemán Werner Jäger publicó el más detallado
estudio sobre la noción de paideia hasta la fecha, bajo el título "Paideia: Los Ideales de
la Cultura Griega".
3. La educación griega
Lo primero que se ha de decir es que las niñas no pisaban nunca la escuelas sólo
lo hacían los varones. Todo lo que aprende una joven ateniense -esencialmente las
labores domésticas: cocina, tratamiento de la lana y tejido, y tal vez también algunos
rudimentos de lectura, cálculo y música- lo aprende con su madre, con una abuela o las
criadas de la familia. De hecho, las muchachas jóvenes apenas salen siquiera al patio
interior de su casa, ya que deben vivir lejos de toda mirada, alejadas incluso de los
miembros masculinos de su propia familia.
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• La Gramática: el niño empezaba por aprender a leer y luego a escribir. Aprendía a leer en
voz alta y luego seguía haciéndolo igual, pues da la impresión de que no se practicaba la
lectura en silencio. El alumno practicaba después la escritura de las letras sobre una tablilla
de madera barnizada de cera. No había pupitres, y los alumnos se sentaban en taburetes
alrededor del maestro. En cuanto sabía leer y escribir con facilidad tenía que aprender versos
de memoria, y luego fragmentos cada vez más extensos de los poetas. El primero era el más
grande de todos, Homero, el autor de la Ilíada y la Odisea. Los griegos consideraban que
Homero enseñaba todo lo que debía saber un hombre digno de tal nombre.
• La Música: La educación musical para los atenienses de la antigüedad, se entendían
como el aprendizaje vocal e instrumental. Una vida culta implicaba el dominio de la lira,
la danza lihera y el canto, de modo tal que quien no sabía intervenir y desempañar
correctamente su parte en un coro, no habrá recibido una verdadera educación. No
debemos olvidar que al aprendizaje de éstas disciplinas se añaden la lectura y la escritura
como medio de profundizar en el conocimiento de la lengua materna.
• La Gimnasia: No se sabe exactamente a qué edad comenzaba el joven ateniense a
ejercitar su cuerpo, tal vez a los ocho años, pero es más probable que fuera a los doce,
cuando ya hacía varios años que acudía a la escuela del gramático y a la del citarista. La
gimnasia se practicaba en la palestra: terreno deportivo al aire libre, cuadrado y rodeado
de muros. En uno de los lados había unas habitaciones que servían de vestuarios, de salas
de descanso con bancos, de baños y de almacén de arena y aceite. Tres son los rasgos
distintivos de la gimnasia griega: la total desnudez del atleta, las unciones de aceite y el
acompañamiento de oboe durante los ejercicios. Los deportes más practicados eran la
lucha, la carrera, el salto y el lanzamiento de disco y de jabalina. Además podían practicar
el boxeo y el pancracio. Los niños de buena familia practicaban también la equitación
desde muy pequeños.
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5. La universidad Medieval
Primeramente qué significa “universidad”, universitas tenía en Europa de la Edad Media
(siglo XIII) el sentido sociológico corporativo de todos ellos, un grupo cohesionado en
entidad jurídica.
5.1. La Patristica:
El título de “Padres” para este grupo aparece desde el siglo IV, tal como puede
observarse en las palabras de san Basilio: “Lo que nosotros enseñamos no es el
resultado de nuestras reflexiones personales, sino lo que hemos aprendido de los
Padres”. Al estudio y análisis de la obra de estos importantísimos escritores de los
primeros tiempos de la Iglesia se le llama Patrística.
5.2. La Escolástica:
En las escuelas cristianas, especialmente después de principios del siglo sexto, era
costumbre llamar al líder de la escuela magister scholae, capiscola, o scholasticus.
Conforme pasó el tiempo, se usó el último de estos apelativos exclusivamente. El
compendio de esas escuelas incluía la dialéctica entre las siete artes liberales.
Consecuentemente, el nombre "escolástica" fue usado y sigue usándose para designar
al método y al sistema que creció del compendio académico de las escuelas o, más
definidamente, de la enseñanza dialéctica de los maestros de las escuelas.
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En esta línea, los monasterios, sobre todo los benedictinos que se expanden por
toda la Europa Medieval, fueron los primeros en lograr un ordenamiento
educativo-curricular. Bien es verdad que éste fue muy simple en su inicio, pero
es el precursor de todas las demás organizaciones curriculares hasta nuestros
días. Es en las Scholae (Escuelas) Monásticas donde nace este proto-currículum
que incluía las siguientes "rnaterias": Gramática Latina (lectura y escritura) y
Aritmética (las cuatro operaciones).
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Las Artes liberales: La expresión artes liberales, usada principalmente durante la Edad
Media, no significa artes en el sentido en el que entendemos estas palabras hoy en día,
sino aquellas ramas del conocimiento que fueron enseñadas en las escuelas de aquel
tiempo. Son llamadas liberales (Lat.liber, libres) porque sirven al propósito de entrenar
al hombre libre, en contraste con las artes illiberales, que tienen fines económicos; su
fin es preparar al estudiante no para ganarse la vida, sino la búsqueda de la ciencia en
el sentido estricto del término, es decir, la combinación de filosofía y teología conocida
como escolástica.
• Llevados de otras intenciones, incluido el orden social, los antiguos distinguían entre
los saberes, los oficios y las dedicaciones del siervo o esclavo, y hablaron de las artes
serviles o manuales, en contraste con los conocimientos propios del hombre libre y sus
dedicaciones intelectuales: estas fueron las artes liberales. Aparentemente, la medicina
curativa y la práctica arquitectónica (y de la ingeniería) desaparecieron del escalafón de
las artes liberales por su carácter manual.
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• “Siete son las disciplinas de las artes liberales. Primera la gramática, o sea, la pericia
en el hablar. Segunda la retórica, que por el brillo y la abundancia de la elocuencia se
considera necesaria principalmente en las cuestiones civiles. Tercera, la dialéctica, por
otro nombre lógica, que con sus raciocinios sutiles separa lo verdadero de lo falso.
Cuarta, la aritmética, que trata de los números y sus divisiones. Quinta, la música, que
consiste en versos y cantos. Sexta, la geometría que comprende las dimensiones. Y
séptima, la astronomía, que estudia las leyes de los astros” [San Isidoro de Sevilla,
(570-626), libro I]. Así, las siete artes liberales con miembros de un sistema de estudios
que abraza a las ramas de la lengua como las más bajas, las ramas matemáticas como
intermedias, y la ciencia propiamente dicha como el grado superior y terminal (filosofía y
teología).
8. Métodos de Enseñanza
Los métodos de enseñanza en la universidad medieval se pueden reducir a tres, a
saber:
A) LA LECTIO (LA LECCIÓN)
B) LA QUAESTIO (LA CUESTIÓN)
C) LA DISPUTATIO (LA DISPUTA)
La disputa tenía una doble modalidad ORDINARIA Y LIBRE. La disputa ordinaria era
utilizada en todas las universidades pero la última era típica de la Universidad de París.
A) la lección:
La pedagogía medieval se inicia en base a la lectura de textos y la escolástica (schola,
escuela) institucionaliza este tipo de trabajo intelectual. La lección consiste en la
transmisión de los conocimientos ya adquiridos por otros, es la adquisición de la ciencia
a través del estudio de los textos antiguos. Todos los universitarios inician sus estudios
encausados por este método. Es la fase de información.
B) la cuestión:
La cuestión nace como flor del texto. En el transcurso de la "lección" van surgiendo las
"cuestiones" en la cual entran ya en juego los instrumentos racionales de la lógica y de
la dialéctica. El intelectual escolástico se eleva así a un género literario que responde
mejor a la inspiración creadora. Ya no estamos en la información sino en la
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c) La disputa ordinaria:
La disputa es el "torneo de los intelectuales". Consiste en la discusión de un problema.
El problema se ventila públicamente al nuevo estilo escolástico: ante maestros,
bachilleres y estudiantes, ante todo el público universitario.
La celebración de una disputa consta de dos partes una por la mañana y otra por la
tarde. El maestro publica con anticipación el tema que se va a debatir y la fecha.
Llegado el día anunciado se suspenden todas las lecciones de la mañana para que
todos, maestros y estudiantes puedan asistir. Los clérigos y personalidades de la ciudad
también lo hacen, especialmente si el tema es interesante y el maestro famoso. Un
bachiller, a quien previamente ha adoctrinado el maestro, es quien habla, quien plantea
el problema. El maestro solo interviene cuando el bachiller se enreda. Los asistentes
también intervienen. El bachiller responde y contrarreplica defendiendo la posición de
su maestro. Este ejercicio disputativo ocupa prácticamente toda la mañana. Es la parte
más motivada y animada.
La segunda sesión recibe el nombre de determinación magistral. El maestro ordena en
sucesión lógica las objeciones presentadas contra su doctrina. Seguidamente establece
argumentos a favor de la doctrina que va a defender, y en tercer lugar, expone su
pensamiento sobre la cuestión debatida. Finalmente responde a las objeciones
presentadas contra su tesis. La exposición del pensamiento del maestro se llama
"determinación": sentencia o formulación con autoridad de una doctrina. Determinar o
definir es un derecho reconocido a los maestros y del que carecen los bachilleres. Era
una verdadera búsqueda comunitaria de la verdad. En la universidad de Paris se solían
celebrar estas disputas cada quince días y dieron gran vitalidad al sistema pedagógico
medieval.
d) La disputa libre:
Dentro del mismo género y estilo nace y se desarrolla un tipo de disputa muy original: la
llamada disputa libre, general, de cualquier cosa. De ahí su denominación "quodlibetal".
Se discutían los temas mas variados, desde las altas especulaciones metafísicas hasta
los más pequeños problemas de la vida diaria, pública y privada. Era su característica la
multiplicidad y la heterogeneidad de problemas, la participación imprevisible de los
asistentes (incluso público extra-universitario) y su duración indefinida.
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– Y sólo a los cristianos, pues fue a partir del siglo XV que se permitió a varones de
otras religiones, como los judíos, el ingreso a las universidades.
– A principios del siglo XVIII Prusia prohibió a sus ciudadanos estudiar en
universidades extranjeras.
1218: hacia este año el rey Alfonso IX de León funda el Estudio General, Universidad
de e salamanca. Sus privilegios serán confirmados y aumentados por reyes posteriores
y no puede ser puesto en duda que la Universidad de Salamanca destaca por su
influencia y proyección en Latinoamérica. Muchas de las Universidades del Nuevo
Continente ó más de treinta, entre los siglos XVI y XIXó nacieron y se desarrollaron
guiadas por los Estatutos, Ceremoniales y costumbres de la Universidad de Salamanca.
Sus fundadores y primeros docentes habían estudiado en Salamanca, y llevaron
consigo la filosofía universitaria que todavía subsiste en la actualidad.
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Reflexión del Padre Alfonso Borrero S.J. (educación en lo superior y para lo superior)
Dice Jaspers que hay categorías de maestros. Unos enseñan lo que se les prescribe y
asigna —asignaturas—, y lo hacen con honestidad. Otros pareció que intentaron
enseñarlo todo y de todo, con arrogancia impositiva. Hay los que enseñan lo que saben,
mas no sólo; sobrepasan las barreras de su saber sincero para hacer dádiva del propio
ser.
Se nos antoja que el maestro adquiere su dignidad y preeminencia por reconocimiento de sus
pares y acatamiento de sus alumnos. Y ello parece cierto. Ser maestro no es grado académico
que se otorgue tras discusión ni se someta a exámenes y concurso. Es consenso espontáneo.
No es función burocrática que se asigna. Cualquiera sea el dominio intelectual del maestro, hay
algo que lo señala como modelo. La maestría muestra, sin necesidad de demostrarla, la
conquista del hombre sobre sí mismo.
Por otra parte, vivimos en la época de los ‘medios’. Gozamos con ellos, pero con el peligro de ir
dejando en el olvido la responsabilidad personal de educar hacia lo superior a la totalidad del
ser del educando. Como se vive una cultura ‘marcada por el conocimiento’ y sumisa a la
defectible premura de acrecentarlo desde la cuna hasta la muerte. Podemos olvidarnos del
sentido de la universidad y de su misión salvadora de educar siempre hacia lo superior. Ni se
satisfagan con limitarse a ser simples expendios de información actualizada. Hay negocios que
llevados de nuevos enfoques de la economía de la educación, podrán hacerlo con mayor
agilidad de servicio al día y a la hora.
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