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DIPLOMATURA E.S.I.

– 2022
Docente: Laura Ordoqui – Clase n° 5

“E.S.I. Y ADOLESCENCIA”

Breve reseña histórica:

En Argentina, en el año 2006, la Ley 26.150 dispone el derecho de niños y


adolescentes a la ESI y la obligatoriedad de las escuelas de garantizar ese
derecho. El Congreso aprueba dicha Ley con un amplio consenso y desde entonces
debería implementarse a través de los contenidos que se trabajan en las aulas, en
el abordaje de problemas cotidianos y en la forma en que las instituciones
educativas se organizan. Ese consenso, en torno a la relevancia de la ESI, se vio
validado en el 2008, desde el marco legal, con la firma de la Declaración Ministerial
de “Prevenir con Educación” por parte de ministros de educación y de salud de 31
países del mundo, entre los cuales nos encontramos incluidos como Nación. Y
también se reconoció que la ESI es parte de la solución a la epidemia de VIH.

Para la ESI los irrenunciables del eje “Respetar la diversidad” son: Rescatar
el significado profundo de convivir en una sociedad pluralista y poner en valor la
diversidad. Cuestionar la “presunción de heterosexualidad”. Respetar la identidad
de género y la orientación sexual de todas las personas.

La evidencia, tanto cualitativa como cuantitativa nos confirma los escasos


avances en la implementación de la ESI, y que, lejos de revertir las tendencias y
dar solución a las problemáticas por las cuales fue aprobada la ley 26.150, se ha
convertido en parte del problema. Es por eso que se torna sumamente necesario
que otros adultos referentes lleven a cabo esta tarea trunca dentro del sistema
educativo. Por ello, la importancia que los psicólogos sociales, los acompañantes
terapéuticos, y los educadores, logren empaparse de todo lo que tenga que ver
con la sexualidad integral, con la diversidad de género, con la igualdad de
oportunidades y con la posibilidad de brindar información adecuada a quien la
necesite.

Especialmente para los adolescentes, la implementación de la ESI no sólo es


educar sobre el uso del preservativo para la prevención de enfermedades y los
métodos de anticoncepción, sino que se deben tener en cuenta otras situaciones
que impactan hoy en la vida de estos jóvenes: la equidad de género, los abusos (y
no sólo sexuales), la responsabilidad afectiva, el respeto a la intimidad, la
orientación sexual, la identidad de género, el inicio sexual consensuado, la
discriminación, el hostigamiento en diferentes ámbitos sociales.

Se deben diferenciar en la adolescencia, diferentes fases: hay una


adolescencia inicial o baja, una adolescencia media o propiamente dicha y una
adolescencia alta o final (Castillo, 1984), que ayudan a comprender mejor los
procesos que se atraviesan en esta etapa. Los cambios que se suceden entre una
fase y otra pueden presentarse con cierta claridad, lo cual implica reconocer que
los procesos educativos, como el trabajo que se realiza desde la ESI, presenta
cualidades especificas e intervienen en el desarrollo del adolescente de manera
particular.

El fin de la adolescencia es un tiempo de cambios rápidos y de


exploraciones que lleva a un compromiso personal reflejado en las decisiones a
tomar en distintos ámbitos de la vida. Esto se acompaña de la urgencia por
encontrar una vocación definitiva. Estos procesos constitutivos están acompañados
por la moratoria social (Erikson, 1972).

Para Ríonegro y Barni (2016) en la adolescencia final las decisiones y


elecciones que se llevan a cabo, respecto a la vocación trabajo y estilos de vida,
entre otras, conducen a la madurez del individuo, al conocimiento de sí mismo y se
construyen así las bases del futuro.

Según Sorenson (2001), se va construyendo un plan o proyecto de vida a


partir del logro de una identidad desde donde se toman decisiones y elecciones de
vida. Por otro lado, la ponderación de los logros concretos que puedan alcanzar el
adolescente en esta fase va a depender de las valoraciones que otorgue cada
contexto sociocultural (Griffa y Moreno, 2008).

Actualmente los jóvenes enfrentan muchas dificultades derivadas de la falta


de educación sexual integral. Es importante adquirir mayor conocimiento sobre
diferentes aspectos referidos a la implementación de la ESI, no solo respecto a la
extensión y profundidad de la formación en esta área de conocimiento, sino
también en cómo estos se articulan con aspectos específicos de su desarrollo y
permiten una mayor integración al contexto social. (Molina, 2015).

La Organización Mundial de la Salud (2000), considera la sexualidad como


una de las dimensiones constitutivas elementales de la persona para su despliegue
y bienestar durante toda la vida, que abarca aspectos biológicos, psicológicos,
sociales, afectivos y éticos. La ley N°26.150 sobre educación sexual integral (ESI)
promulgada en 2004 y sancionada en 2006, establece que todos los educandos en
la Argentina tienen derecho a recibir una educación sexual que articule los
aspectos anteriormente mencionados.
La propuesta pedagógica de la ESI hace posible que los estudiantes
adquieran aprendizajes básicos que permitan la expresión de una sexualidad
saludable, debiendo poner en práctica estrategias pedagógicas innovadoras,
relevantes y pertinentes que respondan a la realidad sociocultural de los
estudiantes de las instituciones educativas (Temoli, 2012).

Es importante indagar algunos aspectos de la implementación de dicha ley


en función de la percepción que tienen al respecto los beneficiarios de la misma.
Investigar la percepción que tienen los jóvenes sobre las prácticas educativas
implementadas en la enseñanza de esta ley, permite conocer mejor si las
experiencias de los estudiantes se ajustan a lo que la ley pretende alcanzar
respecto a la ESI.

El análisis de datos que se han tabulado sobre diferentes estadísticas se


llevó a cabo comparando los valores encontrados al indagar las percepciones que
los jóvenes presentan en diferentes aspectos vinculados a la implementación de la
ley de ESI, y señalando las diferencias más destacadas que se observan entre el
grupo de varones y de mujeres.

En general el porcentaje de jóvenes que dice desconocer la ley triplica a los


que la conocen, y si bien muchos reconocieron la importancia de los diferentes
aspectos de la sexualidad humana solo la mitad mencionó encontrarle utilidad a los
talleres educativos a través de los que se enseña la ESI.

Otros de los indicadores relevantes respecto a los aspectos indagados en el


primer objetivo del trabajo señalan que en cuanto a los contenidos de la ESI la
temática de embarazo y la violencia de género son las que más se trabajan en
clases. Mientras que respecto a la preferencia del perfil del educador, responsable
y comprometido fueron los más destacados en ambos sexos; aunque los varones
prefirieron el perfil de capacidad de dialogo por encima de este y en general
parecen demandar una formación más integral a los educadores.

El interés por abordar tópicos como el de embarazo adolescente y la


violencia de género responde a ciertas preocupaciones de la sociedad sobre la
sexualidad en los adolescentes, y que se reflejan en lo que el Ministerio de
Educación (2008), recomienda al considerar la apertura en el nivel secundario de
espacios específicos que permitan desarrollar contenidos más complejos y
concretos en educación sexual integral, atendiendo demandas puntuales e
inquietudes de esta franja etaria. Asimismo, tanto el perfil de los profesionales que
se encuentran abocados a su enseñanza, como las estrategias que los mismos
utilizan podrían ser considerados/as útiles para los objetivos que se pretenden
alcanzar con esta ley. Dadas estas características resulta valido concebir, tal como
lo plantea Lombardi (2010), que estamos frente a un proceso de enseñanza que
intenta generar las condiciones necesarias para un aprendizaje adecuado de la
ESI.

Embarazo adolescente

• En Argentina, se producen 10 partos por hora de adolescentes; y si bien los


últimos años se presentó un descenso en los embarazos de chicas de 15 a 19
años, la cifra entre la población de 10 a 14 continúa estable, según sostiene
Unicef.

• La OMS considera fundamental la promoción de la educación sexual, la


planificación familiar de la maternidad, el acceso a los métodos anticonceptivos y
la asistencia sanitaria universal en el marco de la salud pública y los derechos
reproductivos para evitar los problemas asociados al embarazo adolescente.

• El 70% de los embarazos en adolescentes no son intencionales y ocurrieron


en el marco de una relación sexual sin protección anticonceptiva o por imposición.

• Según el Plan Nacional de Prevención del Embarazo no Intencional en la


Adolescencia 2017-2019 (Plan ENIA), en Argentina, una de cada cuatro
adolescentes que tuvo su primer hijo entre 10 y 14 años, podría volver a ser
madre antes de cumplir los 19 años.

• Estas cifras condicen con las arrojadas por el Ministerio de Salud de la


Nación, que muestran que en el 80% de las maternidades públicas del país, el
29% corresponde a las adolescentes que tienen un segundo y hasta un tercer hijo
antes de cumplir 20 años.

• El embarazo precoz es una preocupación que se presenta alrededor del


mundo y que se incrementó ante la situación de distanciamiento social, preventivo
y obligatorio, impuesto por la pandemia de COVID-19. Esto significa que cada seis
meses que se mantenga el aislamiento, se proyectan siete millones más de
embarazos no planeados en el mundo, según sostiene el Fondo de Población de
las Naciones Unidas (UNFPA).

• Existe una fundación, SAHDES, que nació en septiembre de 2003 cuando un


grupo de médicos (Liderado por el Dr. Alberto Vázquez) se acercó, por primera
vez, al barrio Santa Ana, en Pilar, para medir y pesar de manera voluntaria a unos
100 chicos que asistían a un comedor. Luego, fueron al Barrio Pinazo, también en
Pilar, para hacer un relevamiento de jóvenes embarazadas que no se estaban
haciendo controles y derivarlas para su atención al Centro de Atención Primaria
más cercano. Este equipo interdisciplinario de trabajo, se propone contribuir al
desarrollo y la equidad en comunidades vulnerables, con foco en la mejora de la
salud materno-infantil, e incidir en políticas públicas de salud. Su misión es
promover y estimular el autocuidado de la salud –entendida como un concepto
social, político y cultural- y la mejora continua de la Atención Primaria de la Salud.
Su programa más importante se llama «MAMI» (Módulo de Acompañamiento
Materno Infantil) y se articula con otros programas. Busca crear un puente entre
las embarazadas y el sistema de salud, capacitando mujeres como acompañantes
de embarazadas en situación de vulnerabilidad, contribuyendo a mejorar su salud
y la de sus bebés.

• La Ley de Educación Sexual Integral (ESI) y los tratados internacionales a


los que adhirió Argentina, hacen hincapié en la importancia de la difusión de
información sobre salud sexual y anticoncepción. Así como también, en la
relevancia de incorporar contenidos sobre sexualidad y reproducción en todos los
niveles educativos, no solo en el Nivel Medio, que es el de la franja etaria que
toman. Esto no recae sólo en el uso correcto de métodos anticonceptivos sino que
además, en la forma de acceder a ellos para evitar embarazos no intencionales y
las ETS, enfermedades de transmisión sexual.

• La promoción de la salud es un proceso muy largo, abarcativo de todo el


proceso de ida de un sujeto, y siempre hay que tener en cuenta la realidad de la
población con la que se trabaja. El objetivo es que las personas tengan
información, conozcan sus derechos, que sepan a quién acudir si necesitan ayuda,
y que existen recursos frente a diferentes situaciones. El 60% de las mujeres con
las que se ha trabajado son o han sido víctimas de violencia.

• Los embarazos adolescentes son una problemática muy compleja porque


está atravesada por una matriz cultural muy fuerte y difícil de desarmar, de
desentramar. Aunque parezca increíble, sigue existiendo la famosa ‘prueba de
amor’ para las chicas. Los varones no quieren usar preservativos, y si ellas los
tienen en el bolsillo, pierden el respeto y son tildadas de prostitutas, rapiditas, ect.

• Existen muchos mitos, como que en la primera relación sexual la mujer no


puede quedar embarazada, por ejemplo. Entonces, hay que trabajar
articuladamente, interdisciplinariamente. Para ello existe la ESI, aunque todavía
falta muchísimo para que se cumpla como debería, y el Plan de Prevención ENIA
(Embarazo No Intencional en la Adolescencia), aunque esta información no llega
aún a algunas provincias. Es necesario trabajar desde lo social, desde lo cultural y
desde los mismos proyectos de vida de los y las adolescentes. Escucha atenta y
observación objetiva.
• Respecto de la anticoncepción, la Organización Mundial de la Salud (OMS)
advierte que educar a las personas en materia de anticoncepción les permite tomar
decisiones sobre el número de hijos que desean y determinar el intervalo entre los
embarazos.

• Según La Asociación Médica Argentina de Anticoncepción (AMADA), en


Argentina se ha avanzado en este campo gracias al esfuerzo conjunto de
diferentes sectores de la sociedad. La creación del Programa Nacional de Salud
Sexual y Procreación, mediante la Ley 25.673 del año 2002; así como la
promulgación de la Ley de Anticoncepción quirúrgica (Ley 26130) del año 2006,
son claros ejemplos de derechos adquiridos en estos últimos años. A pesar de ello,
las estadísticas muestran que, en el año 2012 del total de recién nacidos, un
15,5% correspondió a madres adolescentes, y la tasa de mortalidad materna para
ese mismo año siguió siendo elevada.

• Importancia de una coalición de organizaciones no gubernamentales


internacionales y sociedades científicas y médicas, con el firme propósito de
difundir a través de la educación sexual, la amplia gama de métodos
anticonceptivos disponibles para disminuir los embarazos no planificados y sus
consecuencias, no solo en la madre y en el niño sino también en la familia y en la
sociedad.

• En 2017 el Programa Nacional de ESI se incluye en el Plan Nacional de


Prevención del Embarazo No Intencional en la Adolescencia. La Resolución 322/17
del Consejo Federal de Educación es la que aprueba la campaña nacional sobre
embarazo no intencional en la adolescencia a cargo del Programa Nacional de
Educación Sexual Integral. Según las estadísticas, las provincias de Corrientes,
Jujuy, Misiones y Salta son las primeras en recibir la formación necesaria para
implementar este programa, dada la cantidad de casos de embarazos adolescentes
no deseados registrados en las mismas. Este plan, llamado E.N.I.A. (Embarazo No
Intencional en la Adolescencia), propone:

- Sensibilizar sobre la importancia de prevenir el embarazo no intencional en


la adolescencia.

- Potenciar el ejercicio de los derechos sexuales y reproductivos en la


adolescencia.

- Brindar información sobre salud sexual y reproductiva y métodos


anticonceptivos en forma gratuita en los servicios de salud.

- Fortalecer políticas para la prevención del abuso, la violencia sexual y el


acceso a la interrupción legal del embarazo según el marco normativo vigente.

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