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El trabajo de la comprensión lectora, para cualquier área del conocimiento es un

proceso del pensamiento que se va dando naturalmente a medida que el niño va creciendo,
dejando un aprendizaje significativo que se puede definir como un proceso en constante
movimiento el cual ocurre por fases o momentos: una fase inicial en la que el estudiante
puede percibir el conocimiento de manera fragmentada, además tiende a la memorización
de este, para interpretar sus diversas piezas, este procesamiento es general y se da con base
a un desconocimiento sobre como aprender, puesto que los datos son concretos y se basan
en un contexto particular, luego se aplican esquemas de repaso de la información como
forma de aprendizaje, además el estudiante una vez reconoce el tema, aplica la analogía
como método para la construcción de conocimiento, es decir se basa en el conocimiento
que tiene de otras áreas.

Es así, que se considera fundamental que antes de cualquier proceso de comprensión


se sensibilice y se proyecto la importancia de la lectura, que según Delgado (2012) “La
lectura aumenta nuestro bagaje cultural, nos proporciona información y conocimientos,
promueve nuestra curiosidad científica y nos despierta nuevos intereses y aficiones”
(párr.7), de manera que al incentivar a los niños a leer también se aumentan sus
conocimientos culturales y se amplían sus intereses y gustos, que poco a poco van a formar
parte de la personalidad, y a su vez, se harán responsables de todo su proceso educativo.

La lectura, es la base inicial para internalizar las diferentes áreas del conocimiento,
por ello, se considera importante que los educadores puedan ver que leer es la apertura de la
formación de criterio y opiniones en todos los aspectos de la vida. Asimismo, se debe
pensar que los tipos de lectura que el estudiante debe tomar, debe ser productiva, efectiva y
fructífera en la creatividad, la imaginación y la formación. La lectura comprensiva consiste
básicamente en comprender o descifrar el mensaje que el autor plantea a través del texto.

Por otra parte, Benda (2006) describe la lectura comprensiva como un diálogo entre
lector y autor. Ambos llevan a esta conversación sus mundos. El uno trata de entender el
significado de lo que el otro le dice. El encuentro en realidad se produce más allá de ambos.
Y cualquiera sea la temática, si esta se da, se experimenta el placer integral del conocer.
(p.92)

Por lo tanto, es un proceso de comunicación que se entabla entre el lector y el autor


del texto, en donde ambos llegan a un acuerdo del verdadero significado que plantea el
autor con sus palabras, y posiblemente, mientras más veces se lea un mismo texto, más
significados se encontrarán y mayor comprensión y entendimiento entre el lector y el autor
existirá.

Para que la comprensión lectora sea un proceso donde el estudiante pueda generar
conocimientos y aprendizajes, se establece la inferencia, que de acuerdo Benda (2006) “En
todo texto lo que está escrito explícitamente es una invitación o sugerencia para pensar en
lo no dicho, que suele ser lo más importante.” (p.101), es decir, que, en la lectura, inferir es
entender de antemano lo que va a pasar de acuerdo a los hechos que vienen sucediendo, y
sin que el autor aún lo haya revelado.

Otra estrategia conocida es la paráfrasis, que planteado por Tesouro (2020) significa
traducir el pensamiento de un autor con el vocabulario y la sintaxis propia de quien la
elabora, aunque sin variar el fondo de las ideas, ni distorsionar el pensamiento del escritor.
La paráfrasis pone en pocas palabras un texto extenso y de modo más accesible a la
comprensión de todos. (p.83) Es decir, que parafrasear un texto no es otra cosa que decir lo
que el autor del texto ya ha dicho, pero con palabras propias. Es una práctica importante ya
que quién elabora una buena paráfrasis, demuestra el nivel de atención que le ha dedicado a
la lectura y al mismo tiempo permite ejercitar el uso del vocabulario.

Entre las estrategias para trabajar la comprensión lectora en el área de religión se


busca fortalecer la consolidación de varios procesos del pensamiento como lo es el
lenguaje, la lectoescritura, la capacidad reflexiva y el desempeño oral. (Niño Delgado,
2018) indica que la autorregulación del aprendizaje: Un proceso que nace al interior del
aula” ha concluido que se debe tener en cuenta el papel de la metodología educativa dentro
del aula para el correcto desarrollo de la autorregulación y especialmente en la estimulación
del aprendizaje autorregulado.
La autorregulación permite que los estudiantes se sientan motivados para seguir
expresar la libre expresión del pensamiento, facilitando así el manejo consciente de los
sentimientos, el contacto interpersonal e interpersonal, utilizando procesos cognitivos y
habilidades para desarrollar palabras como herramientas de cambio y su visión como
individuo en un entorno social.

Otro camino para la comprensión lectora es la metacognición, definido por Rosero,


(2020) la competencia de aprender a aprender o la capacidad de autorregular el propio
aprendizaje mediante técnicas metacognitivas tienen por objeto que los estudiantes se
conviertan en individuos eficaces y autónomos. Es importante que el profesor brinde el
apoyo adecuado y establezca un plan, en cuanto a las estrategias de aprendizaje para que el
alumnado desarrolle habilidades metacognitivas con el fin de autorregular su aprendizaje.

Si los estudiantes están motivados, si se estimula su creatividad e imaginación, si


están interesados en comprender los conocimientos adquiridos y adquirir nuevos
conocimientos y habilidades, hará que se enfoquen más en el trabajo, en buscar soluciones
a los problemas que encuentren en la vida diaria y dedicarán más tiempo y energía a
alcanzar sus objetivos y metas fijadas (Erkison, 1978)

El aprendizaje efectivo en el aula de clase, depende principalmente de la capacidad


del profesor de tener motivado a sus estudiantes, durante toda la experiencia de aprendizaje.
Por ello, durante todas las estrategias tangibles de la comprensión lectora e importante el
estímulo y el apoyo por parte del docente.

Por ello, Córdoba (2018), explica que hay estrategias pre-instruccionales donde se
prepara al estudiante sobre el qué aprenderán y cómo aprenderán, aplicando conocimientos
previos. También se pueden tomar en cuenta las estrategias co-instruccionales que refiere al
contenido y a su comprensión como ilustraciones, mapas conceptuales, mentales,
infografías, analogías y tablas. Por último, el autor explica las pos-instruccionales que
guarda relación a la sinterización de toda la información impartida. No obstante, el desafío
o la meta es ajustar estrategias que se ajusten al entorno, para que los estudiantes puedan
entender de una manera significativa y así puedan usar los conocimientos que han
aprendido en situaciones similares y diferentes.

Para Solé (1998), las estrategias de lectura para la enseñanza deben estar enfocadas
en el cómo, en le hacer y en la motivación de todos los procesos para que estas secuencias
dejen un aprendizaje significativo. Por ello, las estrategias deben enseñarse, crear un
método donde los estudiantes pueden demostrar todas sus potencialidades a través de la
comprensión el análisis reflexivo. Es así, que es necesario plantear un proceso importante
que denota una acción a intensificar el recuerdo y convertir lo aprendido en algo para toda
la vida. Es así, que la autora explica, que para que la estrategia de comprensión de lectora,
se debe plantear el modelo de enseñanza recíproca, donde el docente se convierte en un
facilitador de los procesos y debe darse una retroalimentación, generar un resultado que
optimice los aprendizajes y extienda el interés hacia el estudiante. La comprensión de un
texto va enfocado directamente en trabajar y manifestar el contenido como un instrumentos
que invita al aprendizaje constructivista.

Referencias:

Córdoba Urbano, D. L., & Marroquín Yerovi, M. (2018). Mejoramiento del rendimiento

académico con la aplicación de estrategias metacognitivas para el aprendizaje

significativo. Revista UNIMAR, 15-30.

Erikson, E. (1978). Estrategias Motivacionales. Estados Unidos: McClelland.

Niño Delgado, G. A. (2018). Autorregulación del aprendizaje: Un proceso que nace al

interior del aula. Bogotá.

Rosero Borja, Y. E. (2020). Metacognición: un camino para aprender a aprender. Revista

Pasa la Voz, 1-20.


Solé, Isabel (1998) Estrategias de Lectura. Barcelona: Editorial Grao

Tesouro, M. (2017). La metacognición en la escuela: la importancia de enseñar a pensar.

Chile.

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