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7. Falsos recuerdos
Cuando pensamos sobre los fallos de memoria episódica, habitualmente pensamos en ERRORES
DE OMISIÓN, es decir, en situaciones en la que hemos olvidado algo importante o hay una determi-
nada información que, en un momento concreto, no somos capaces de recuperar. Sin embargo,
hay otro tipo de errores, denominados ERRORES DE COMISIÓN, que son mucho más frecuentes de lo
que podemos sospechar y que ocurren cuando tenemos recuerdos que constituyen versiones dis-
torsionadas de la realidad o que, incluso, se corresponden con sucesos que simplemente no han
ocurrido. Algunos autores ven estos errores de comisión como muestras de un deficiente funcio-
namiento de la memoria, una visión que resulta congruente con datos que muestran que estos
falsos recuerdos son más frecuentes entre personas menos inteligentes (Zhu et al., 2010) y con peor
funcionamiento de los lóbulos frontales (Butler, McDaniel, Dornburg, Price y Roediger, 2004). Otros
autores, sin embargo, ven estos fallos como la consecuencia negativa de procesos que, en la mayo-
ría de las ocasiones, permiten un funcionamiento eficiente de la memoria. En realidad, estos dos
puntos de vista son compatibles y, probablemente, correctos: las distorsiones del recuerdo y las
falsas memorias son pequeños efectos colaterales no deseables de lo que, por lo demás, constituye
una forma muy conveniente de operar de nuestra memoria. Por otro lado, estos efectos colaterales
pueden ser controlados por la acción de determinados mecanismos de control de la memoria si
estos funcionan adecuadamente, lo que es más probable que ocurra en personas más inteligentes
y capaces.
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2) Al recordar, nos solemos dejar llevar por el significado general del episodio vivido y por la
interpretación, correcta o no, que hicimos en su momento del acontecimiento que ahora recorda-
mos; no solemos molestarnos en recuperar muchos detalles específicos acerca de lo que ocurrió
(en gran medida, porque requiere un esfuerzo extra).
3) Recordar implica la reconstrucción del recuerdo sobre la base de nuestros conocimientos pre-
vios y nuestros esquemas acerca de cómo suelen suceder las cosas. Dicho de otra forma, siempre
que tenemos un recuerdo episódico, gran parte de la información contenida en ese recuerdo está
siendo recuperada en ese momento de la memoria semántica. En la gran mayoría de ocasiones, esa
reconstrucción va a dar lugar a recuerdos que se corresponden a lo que realmente pasó; en otras
ocasiones, sin embargo, puede dar lugar a falsos recuerdos.
Una propuesta teórica actual que también incluye gran parte de las ideas enumeradas al co-
mienzo de este apartado es la TEORÍA DEL TRAZO DIFUSO (FUZZY-TRACE THEORY, Brainerd, y Reyna, 1998;
2002; Reyna, Corbin, Weldon y Brainerd, 2016). El elemento clave de esta teoría es la diferenciación
que establece entre dos tipos de representaciones o huellas de memoria que se generan cuando
vivimos un acontecimiento: las huellas literales y las huellas esenciales1. Las HUELLAS LITERALES (VER-
BATIM TRACES) incluyen información detallada, datos concretos sobre lo que realmente ocurrió en un
momento determinado. Las HUELLAS ESENCIALES (GIST TRACES), por su parte, almacenan información
sobre el significado general del episodio vivido, sobre lo que la persona ha comprendido que estaba
pasando en ese momento. Recordando lo que hablamos en el Tema 4 sobre la codificación, podría-
mos decir que las huellas esenciales son consecuencia de la codificación semántica, mientras que
las huellas literales se formarían, principalmente, a través de otras formas de codificación (visual,
espacial, verbal, etc.). Según esta teoría, los falsos recuerdos tendrían lugar cuando las personas no
recuperan suficiente información literal para corregir, en su caso, los errores surgidos durante la
reconstrucción.
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Huellas esenciales en el sentido de que son huellas sobre la esencia; no quiere decir que sean huellas
especialmente importantes.
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En el laboratorio, este tipo de errores se han estudiado, en gran medida, mediante el PARADIGMA
DRM (Roediger y McDermott, 1995). Los experimentos que emplean este paradigma utilizan listas
de palabras construidas de tal forma que todos los elementos tienen relación semántica con una
palabra, denominada ÍTEM CRÍTICO, que no se incluye en la lista (por ejemplo, una lista podría incluir
palabras como madera, pomo, cerradura, bisagra, etc., todas relacionadas con el ítem crítico
puerta, el cual no forma parte de la lista). Tras presentar listas de este tipo, los participantes suelen
recordar o reconocer erróneamente los ítems críticos, haciéndolo incluso con mayor probabilidad
de lo que recuerdan o reconocen muchas de las palabras que realmente formaban parte de las
listas. La explicación más sencilla para este falso recuerdo es que los participantes se dejan llevar
por el significado general de la lista, sin detenerse a evaluar las huellas literales (las cuales, presu-
miblemente, podrían evitar el error).
Además de esta explicación basada en la teoría del trazo difuso, otra explicación alternativa (o
complementaria) para los resultados obtenidos mediante el paradigma DRM es la propuesta por la
TEORÍA DE LA ACTIVACIÓN-MONITORIZACIÓN (Roediger, Watson, McDermott y Gallo, 2001). Según esta
explicación, cuando se presentan las palabras de la lista, los participantes no pueden evitar evocar
(activar) el ítem crítico (por ejemplo, ante las palabras madera, pomo, cerradura, bisagra, etc., pa-
rece inevitable pensar en una puerta). El hecho de pensar en el ítem crítico genera una huella de
memoria que luego puede ser recuperada. Cuando las personas recuerdan por error el ítem crítico
es porque no detectan que el origen de ese recuerdo ha sido su propia imaginación, y no la lista de
palabras. Según esta explicación, los falsos recuerdos en el paradigma DRM serían consecuencia de
errores en la monitorización de la fuente, que es otra de las grandes causas de los falsos recuerdos.
Vamos a tratar este tipo de errores a continuación.
origen es la realidad y recuerdos que se corresponden con episodios que solo hemos imaginado o
soñado; en este caso concreto, se suele hablar de mecanismos de MONITORIZACIÓN DE LA REALIDAD.
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