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Adriana Castro
1. INTRODUCCIÓN
El presente capítulo tiene como objetivo ofrecer a los docentes, en primera instancia, y a
cualquiera otro observador de una actividad de matemática en el marco del jardín de infantes,
herramientas para el análisis de un proyecto de trabajo en el área. Entiendo que lo importante
de este proceso de análisis no es la implementación de una didáctica "de moda" sino la
obtención de fundamentación a favor de asumir posiciones didácticas más comprometidas con
la enseñanza de conocimientos, aun en la enseñanza vinculada con niños pequeños.
Pretendo, además, hacer un aporte -desde la práctica- de una secuencia de actividades de
geometría. La idea es mostrar un camino posible y, desde allí, asumir parte de la gran dificultad
para construir nuevas propuestas para la enseñanza de los primeros abordajes geométricos.
En el apartado 2, "Una propuesta para trabajar cuerpos y figuras en el jardín", describo una
secuencia de actividades con cuerpos geométricos, secuencia en la que he venido trabajando en
los dos últimos años probándola en diferentes contextos institucionales. Su versión final es la
que se incluye a continuación y fue llevada a la práctica por dos docentes de una institución del
partido de Moreno, provincia de Buenos Aires.
En este mismo punto incluyo, además, el análisis de la secuencia fundamentando las decisiones
tomadas para su construcción tanto en el marco teórico de la didáctica de la matemática como
en la puesta en práctica mencionada. De esta manera intento demostrar que en la elaboración
de una propuesta de trabajo se ponen en juego las intenciones de enseñanza desde un marco
teórico particular, que es preciso tener presente al momento de realizar la planificación
didáctica.
En el apartado 3, "La secuencia en acto", intento hacer una referencia más concreta a la práctica.
En efecto, en esta parte se revelan las relaciones entre el conocimiento que se pretende
enseñar, los procedimientos de resolución de los alumnos al vincularse con la propuesta y las
decisiones tomadas por el docente, las que tomó antes de la puesta en marcha de la secuencia
y durante dicho proceso.
Por último, en el punto 4, "La didáctica de la matemática", intento caracterizar con mayor
precisión teórica el enfoque didáctico de la propuesta planteada. En este sentido, se desarrollan
algunas ideas relevantes que permitirán al lector observar las relaciones entre el marco teórico
y las decisiones de enseñanza tomadas antes, durante y después de la puesta en
marcha de lo planificado. Para finalizar, propongo que se observen los límites que encuentra un
planteo teórico tan complejo en el contexto del nivel inicial.
1
Castro, A (2000): “Actividades de Exploración con cuerpos geométricos. Análisis de una propuesta de
trabajo para la sala de cinco” en: Malajovich (comp): Recorridos didácticos en la educación Inicial.
Editorial Paidós. Bs. As.
2
G. Zorzoli: "Cuerpos y figuras", Lápiz y Papel, año 1, n° 2.
Una secuencia didáctica consiste en una serie de actividades con un progresivo nivel de
complejidad en cuanto a las aproximaciones que lo alumnos deberán realizar para la resolución
del problema dado.
En efecto, las actividades propuestas suponen una coordinación de acciones por parte de los
alumnos para adaptarse a las restricciones que presenta la situación. Cada actividad incluye el
trabajo realizado en la anterior, por lo tanto, es importante respetar el ordenamiento dado.
Con frecuencia se recurre al término "secuencia" para aludir al clásico ordenamiento lineal de
lo simple a lo complejo en el que muchas veces se fundamentan las actividades en el jardín. No
es en este sentido que utilizo el término, ya que en cada actividad de la secuencia se plantea un
problema, entendiendo por tal una situación en la que el alumno deberá resolver algo. Cada una
de las actividades posee su complejidad.
Dado que cada una de las actividades involucra un obstáculo a resolver, y esto implica siempre
una acción de búsqueda por parte de los alumnos, es importante que los docentes las repitan
por lo menos dos veces. Es importante, además, recordar que en la reiteración de las actividades
los niños logran superar resoluciones del tipo ensayo-error para pasar a otras que requieren un
mayor control en la coordinación de sus acciones para el logro de un objetivo particular.
• Materiales
- Una colección variada de cuerpos geométricos de madera o material similar que no deforme
la rectilineidad de aristas y respete los ángulos de las caras de los cuerpos.
Cada grupo (por mesa) dispondrá de una bandeja con cubos, prismas rectangulares y
triangulares, esferas de diferentes tamaños, pirámides y conos.
- Almohadillas de sellado mojadas en témperas de distintos colores.
- Hojas de papel de distintos tamaños (blancas).
- Analizar las propiedades geométricas que se conservan en el traslado al plano de las caras
de los cuerpos.
• Organización de la sala
Los alumnos se sentarán en grupos de cuatro niños.
Cada mesa dispondrá de una variada cantidad de cuerpos geométricos que se ubicarán en
una bandeja en el centro de la mesa para favorecer que los niños exploren sus formas y
demanden a sus compañeros el préstamo de los materiales.
Las almohadillas de diferentes colores estarán al alcance de los niños en cantidad y colores
suficientes como para que la elección del color no se transforme en la discusión central del
grupo.
• Consigna
"Cada uno de ustedes va a apoyar en las almohadillas con témpera las caras de los diferentes
cuerpos como si fueran sellos y los van a estampar en las hojas que les di. Pueden armar las
formas que quieran y usar los papeles que deseen. "
• Desarrollo de la actividad
Es importante que los chicos tengan a su disposición diferentes tamaños de hojas para poder
hacer una exploración más rica.
Al finalizar el sellado libre, el docente provocará un intercambio entre los trabajos de los
alumnos; éstos podrían contar cómo lograron realizar su trabajo, qué cuerpos eligieron, etc. Al
hablar de los cuerpos, los niños utilizarán denominaciones espontáneas que el docente
respetará. El maestro sí usará los nombres correspondientes a los cuerpos mencionados cada
vez que él mismo necesite nombrarlos. Inclusive podrá decir el nombre adecuado cuando algún
niño lo requiera. No obstante esto, no esperará que se generalicen esas denominaciones ni
corregirá cuando se produzca un intercambio entre niños.
• Organización de la sala
Los alumnos trabajarán en parejas.
• Materiales
Los modelos a reproducir son diferentes figuras geométricas. Se disponen espacialmente dos
o tres rectángulos de distintos tamaños, un círculo, un cuadrado y uno o dos triángulos en
diferentes posiciones.
Se muestra a continuación un modelo que eventualmente se podría presentar a los alumnos.
• Consigna
"Voy a darle a cada grupito (parejas) un dibujo y ustedes deberán co-piarlo con los sellos con
los que ya trabajaron antes. Fíjense bien qué cuerpos van a elegir para que los sellados que
ustedes hagan queden lo más parecido posible al dibujo que yo les di. "
• Desarrollo de la actividad
A cada pareja de niños se le dará un modelo a reproducir.
Las bandejas con los cuerpos geométricos se ubicarán en el centro de la mesa como en la
actividad anterior y cada pareja podrá extraer de ella los cuerpos que necesiten.
Los niños deberán copiar dicho modelo en una hoja en blanco tamaño carta u oficio a través del
sellado, escogiendo los cuerpos que les parezcan más adecuados.
2.1.3. Tercera fase: confrontación de las producciones
Dado que muchas parejas de diferentes mesas tuvieron el mismo modelo para reproducir, el
docente elegirá algunos trabajos y preparará la sala de tal modo que queden claramente
expuestos, ante el grupo entero, el modelo dado y las producciones de los alumnos respecto de
ese modelo. Los alumnos compararán lo realizado, dirán qué cuerpos eligieron, hablarán de
los problemas que tuvieron para su realización y cómo los resolvieron.
El docente guiará la discusión hacia la comparación entre el modelo y las producciones. Algunas
preguntas orientadoras para el logro de ese objetivo podrían ser: qué observan en este trabajo,
cómo deberían haber sellado para producir tal forma, qué cuerpos se pueden usar para hacer
éste, etcétera.
Será importante tener a mano los cuerpos geométrico s que usaron en la fase de producción
para que los mismos niños apelen a ellos cuando fundamenten las decisiones tomadas.
Como se puede ver, el análisis se centra en las observaciones que el docente realizó durante la
actividad y, por lo tanto, es preciso reconocer que ésa es su principal función: es un observador
atento de los procedimientos de resolución de sus alumnos y un intérprete de dichas acciones
en tanto que comprende que las acciones de sus alumnos son intencionadas y no azarosas.
También se puede proponer un modelo para reproducir por parejas, pero la producción de los
trabajos (copia) se resolverá de forma individual.
Esta actividad es interesante ya que puede permitir observaciones de trabajos y comparaciones
en el momento en que se están realizando.
Para la realización de la nueva propuesta, se tendrán en cuenta los comentarios realizados por
los alumnos. El maestro recordará de forma explícita algunos acuerdos abordados (si los hubo).
• Primera actividad
Pintar sellando una superficie (figuras geométricas) dada.
• Organización de la sala
Trabajo individual.
• Consigna
"Hoy van a pintar con los sellos -ustedes ya saben que se llaman cuerpos geométricos- un
dibujo que les vaya dar. Van a recibir la hoja, van a pensar con qué cuerpos los van a sellar para
que queden totalmente pintados y después les vaya entregar las almohadillas de colores para
que los pinten sellándolos. "
• Desarrollo de la actividad
Luego de discutir cómo eligieron los sellos (cuerpos) para la actividad anterior, la maestra le
ofrecerá a cada nene una figura para pintar. Los niños tendrán que pintar la forma dada sellando,
una vez más, con las caras de los cuerpos. Para esto, los alumnos deberán elegir los
sellos/cuerpos más adecuados para que esas formas queden totalmente pintadas.
A continuación, se describen algunos modelos3 posibles de ser presentados a cada alumno.
Figura 1 Figura 2
Si se muestran los dibujos entre ellos, si observan semejanzas a pesar de tamaños y posiciones
en las que estén dispuestas las figuras geométricas en la hoja, si se ubican en alguna posición en
particular para analizar la forma resultante del sellado, etcétera.
El docente organizará una situación grupal en la que se expongan trabajos de los alumnos desde
los primeros a los últimos. Sintetizará algunos acuerdos alcanzados que hayan permitido una
evolución en las producciones de los alumnos.
Los niños contarán al resto del grupo cómo realizaron el pintado, los cuerpos que usaron, por
qué los eligieron, etc. El docente preguntará si podrían haber elegido otros diferentes de los
usados; preguntará a sus alumnos si determinado trabajo -que eligió previamente- podría
haberse resuelto con otros cuerpos diferentes de los que usó el compañero.
3Los modelos propuestos son formas que deberán servir a modo de ejemplo. El docente deberá
presentar sus modelos al grupo, respetando los tamaños reales de las caras de los cuerpos con los que
estuvo trabajando para las actividades de esta secuencia.
que pinte con esa forma", el docente podrá reformular lo dicho en términos de uso social.
Esta secuencia pretende iniciar a los niños en el análisis de los atributos geométrico s de cuerpos
y figuras a partir de su reconocimiento.
Es posible que aún hoy encontremos este tipo de actividades de enseñanza directa de una
noción y de un vocabulario específico. Podríamos preguntamos, entonces, si son instancias de
aprendizaje, es decir, si son actividades de enseñanza de un conocimiento nuevo o bien evalúan
aquello que los niños saben.
La fase exploratoria del sellado libre funciona como un primer acercamiento de los niños a los
conocimientos mencionados anteriormente, ya que dichos aspectos geométricos no están
presentes en la vida cotidiana como lo están los números y las medidas. En el sellado sin
restricciones los niños construyen sus primeras ideas sobre estos objetos y a partir de esas
primeras ideas, se planteará un nuevo problema que les permitirá precisar lo aprendido a partir
de la exploración.
Como se dijo, la fase exploratoria es una fase importante en tanto que provoca una
aproximación a los conocimientos que se quieren enseñar.
Los conocimientos que los niños obtengan en esa fase estarán ligados a su experiencia personal,
es decir, a las posibilidades individuales de aprender a partir de las acciones realizadas en este
trabajo. Pero los conocimientos no proceden únicamente de la acción.
La reproducción de modelos o las fases finales -pintar sellando- plantean otro tipo de obstáculo
al alumno: requieren que anticipen sus acciones y que pongan a prueba sus conocimientos sobre
cuerpos y figuras construidos en fases anteriores. De este modo los niños no sólo deberán actuar
como en la fase exploratoria sino que también deberán pensar previamente cómo hacerlo.
Esta anticipación de la acción es el objetivo buscado. Los niños deberán ajustarse a las
restricciones del problema y construir modos de controlar las acciones realizadas. Es decir,
después de efectuar la copia del modelo o el pintado, podrán evaluar por sus propios medios
las decisiones tomadas.
La situación incluye fases de análisis de lo realizado que permitirán a los alumnos, en una nueva
ocasión de resolución del problema, retomar lo analizado y precisar sus acciones.
- los cuerpos que tienen que usar teniendo en cuenta la forma dada (figuras geométricas);
- la posición (arriba de, abajo de, al medio de, etc.), es decir, cómo ubicar los cuerpos para que
sellen de determinada forma;
- las distancias (proximidad, vecindad) y el uso del espacio de la hoja para distribuir las formas;
- la secuencia de figuras a ubicar: por cuál empezar, cómo seguir, etc.
La interacción entre alumnos permitirá que tomen todas estas decisiones compartiendo sus
razonamientos con los demás niños, defendiendo su posición o aceptando la resolución de algún
compañero cuyos argumentos hayan sido más convincentes que los propios.
Sólo a través del trabajo colectivo en pequeños grupos o en parejas logramos que los alumnos
formulen sus ideas, acepten las de los otros y expliciten sus marcos conceptuales.
En este sentido, esperamos que el docente observe a sus alumnos y registre sus modos de
resolución ya que a partir de esto podrá tomar nuevas decisiones sobre:
En esta fase se prevé una puesta en común para provocar la reflexión sobre lo producido. Se
formularán los conocimientos usados: se llegará a acuerdos, se provocarán las discusiones y se
informará sobre los lenguajes convencionales necesarios para, por ejemplo, hacer una
indicación a un compañero o pedir uno de los cuerpos para trabajar.
Tanto en las puestas en común como durante la fase de institucionalización, el rol docente es
fundamental ya que, por un lado, preparará los trabajos sobre los que se va a discutir y, por el
otro, será el encargado de formalizar e instituir los conocimientos nuevos.
El objetivo de retomar las actividades luego de esta puesta en común es ofrecer a los niños una
nueva oportunidad de trabajo para poner en marcha los acuerdos a los que hayan llegado y para
que utilicen lo aprendido en un nuevo trabajo. Para el docente, es una nueva instancia de
observación y análisis que le permitirá evaluar la evolución de los aprendizajes en sus alumnos
y sus futuras intervenciones.
3. LA SECUENCIA EN ACTO
La propuesta se realizó en un jardín de infantes de la provincia de Buenos Aires entre los meses
de septiembre y octubre de 1997. Las salas que la llevaron a cabo fueron dos salas de cinco años
de treinta niños (turno mañana y turno tarde, respectivamente) con un docente a cargo en cada
turno. En algunas oportunidades contábamos con la ayuda de la preceptora o del personal
directivo para registrar la información obtenida mediante las observaciones de lo realizado.
La población que concurre a la escuela en la que se llevó a cabo la experiencia se podría describir
como mayoritariamente proveniente de sectores medios-bajos y bajos. Será importante tener
en cuenta estas características al analizar el lenguaje utilizado para describir ciertas formas
geométricas o bien para interpretar sus explicaciones.
Decidimos utilizar los siguientes cuerpos de madera: algunos bloques Dienes en buen estado y
agregamos esferas, pirámides, prismas triangulares distintos de los que vienen en el material de
bloques, prismas rectangulares de bases cuadradas, cubos cuyas caras tuvieran las mismas
dimensiones que las caras cuadradas del prisma anterior, etc. También se pueden utilizar
equipos de cuerpos geométricos que suelen tener las escuelas primarias o el equipo Smith-Hill,
Los materiales son una' variable que condiciona los procesos de resolución de los alumnos y, en
consecuencia, tuvimos que pensar con cierta precisión qué cuerpos pondríamos en las bandejas.
Inicialmente trabajamos con cuerpos de telgopor, pero con el paso del tiempo, las aristas fueron
deteriorándose y los vértices, redondeándose; los sellados y las formas resultantes no eran fieles
a las caras de los verdaderos cuerpos geométricos. En consecuencia, la exploración de las formas
resultantes de los distintos sellados, que era el objetivo de enseñanza propuesto, no podía
cumplirse.
Otro aspecto vinculado a los materiales que es importante comentar es el de los colores de las
almohadillas. Si sólo se ofrece un color, como lo hicimos inicialmente, y una sola hoja grande,
los sellados van superponiéndose y, en consecuencia, las formas pintadas no son identificables.
Los diferentes colores ayudaron a distinguir las figuras, resultado de los sellados, a pesar de la
superposición.
Sin embargo, al observar el tipo de formas que los niños lograban en esta fase exploratoria, aun
con las almohadillas de diferentes colores, decidimos incluir hojas de distinto tamaño, ya que al
cubrir la hoja tamaño oficio o carta con distintos sellos les resultaba imposible recuperar,
posteriormente, con qué sellos habían trabajado para obtener determinadas figuras.
Las hojas pequeñas generaron la necesidad de elegir un cuerpo, sellar y dar por finalizado el
trabajo, obteniendo de inmediato información acerca de la relación cuerpo-figura. Las hojas con
forma de banda (rectángulos angostos) les permitían armar secuencias de figuras o guardas;
repetían sucesivamente un mismo sello pero en distintas posiciones, rotándolos. Con respecto
a las caras curvas, los niños dejaban rodar las esferas, conos y cilindros tanto en las hojas grandes
como en las bandas.
Al volver sobre la actividad del sellado libre, pero enriquecida con el nuevo material, se
produjeron los primeros comentarios reflexivos (espontáneos, ya que aún no había nada en la
situación planteada que provocara la necesidad de describir y nombrar los cuerpos con los que
habían trabajado). Los chicos pedían algunos cuerpos a sus compañeros: "Pasá- me la bolita
(esfera)", "¡Mirá! Con el rodillo (cilindro) pinté todo esto (bandas de diferentes colores que se
cruzaban)", "Éste (el prisma triangular) pinta techitos".
En ocasiones, algunos niños dibujaban una forma imaginada a partir de los cuerpos dados y
requerían de formas específicas; un niño dibujaba muñecos con diferentes cuerpos y, por
ejemplo, buscaba en las mesas de otros grupos: "¿Quién tiene una de esas 'carpas' (cono)?"
Sabía que la cabeza del muñeco podía lograrse con la cara circular de ese cuerpo.
En otro caso (véase figura B, en pág. 190), en el modelo se observa que la pareja ha podido
respetar el orden dado y logró seleccionar correctamente los cuerpos para el sellado de la forma
dada. El problema que se les presenta es el de la rotación del cuadrado que los lleva a repensar
el trabajo.
En la puesta en común, ambos dijeron que cuando vieron "esa" (el cuadrado ubicado entre el
triángulo y el rectángulo pequeño) no sabían qué sello elegir y que probaron cuál entraba sin
pintar. Así eligieron el prisma rectangular con dos caras cuadradas. Agreguemos a este
comentario que, al momento de decidir el sellado, no tuvieron en cuenta la rotación de esa cara.
Con relación al orden, los comentarios realizados por los docentes referidos al desarrollo de la
actividad en esta fase de la secuencia (copiado en parejas) fueron que muchas veces ocurría que
los niños preparaban los cuerpos antes de sellar y los ponían en orden. Pero al no tener todos
los cuerpos necesarios para realizar su trabajo, porque otros grupos los estaban usando,
comenzaban el sellado dejando el lugar para el sello que faltaba y, al momento del sellado, el
lugar que habían guardado les resultaba insuficiente.
Otra pareja de niños recibe el mismo modelo que la primera pareja mencionada:
Otra situación frecuente se dio cuando un integrante de la pareja comenzaba el sellado mientras
que la otra observaba. Cuando se producía algún desfase o error en la producción, enseguida la
parte observadora intentaba enmendar lo realizado. Es así como encontramos varias
producciones superpuestas intentando "corregir" lo realizado.
Con respecto a esta fase no se observaron mayores dificultades en su realización. Los niños
conocían bien los cuerpos que querían pedir, y la situación a decidir en relación con la cantidad
de veces que sellarían en la hoja en blanco no se presentaba en esta fase ni tampoco la decisión
sobre la posición. Esto, en algún sentido, facilitó la tarea a realizar.
El nuevo problema que se les presentaba era cubrir totalmente la superficie del modelo dado y,
en este sentido, cada uno debería observar dos aspectos fundamentales en los cuerpos: la forma
proyectada en el modelo y el tamaño.
Recordemos que en el material se incluían cuerpos iguales de diferentes tamaños y cuerpos que
podían formar otras figuras; por ejemplo, sellando con la cara cuadrada del prisma rectangular
dos veces se podía llenar la superficie de un rectángulo. Otro ejemplo se dio con los prismas
triangulares (caras triangulares de triángulos rectángulos) y su relación con los cuadriláteros.
Los niños, para resolver este nuevo problema, adoptaban en todos los casos una posición
corporal: trabajaban parados. Necesitaban mirar la figura desde arriba antes de sellar para
finalmente pintar. Algunos niños necesitaban hacer sus pruebas sin mojar el cuerpo en la
témpera o consultarle a algún compañero.
En las primeras aproximaciones a esta actividad, la docente dispuso de una mesa, alejada de las
mesas de trabajo de los alumnos, con hojas en blanco y almohadillas para que los alumnos que
lo necesitaran hicieran una prueba antes de pintar. Posteriormente, esta mesa se retiró. Esto
sirvió para recordar la figura resultante del sellado, para que probaran en qué posición sellar,
etc. Pero la intención de alejar esta mesa "de prueba" de las mesas de los alumnos fue la de
provocar una reflexión sobre la acción y que la producción final no estuviera necesariamente
ligada a una acción mecánica.
En consecuencia, pretendo ofrecer un marco de análisis que permita establecer relaciones entre
las decisiones tomadas tanto para la confección de una propuesta didáctica como para la puesta
en escena del trabajo con formas geométricas, en el contexto de una sala de jardín.
4.1. La concepción de aprendizaje escolar
Desde el punto de vista de los alumnos que aprenden en ese sistema, las investigaciones
didácticas están ligadas a los interrogantes piagetianos, ya que se preguntan sobre cómo
aumentan los conocimientos de los sujetos, cómo evolucionan en organizaciones sucesivas y,
en este contexto, se preguntan acerca de las condiciones que provocan los aprendizajes de
conceptos, nociones y demás aspectos que se quieren enseñar.
Desde el punto de vista de la didáctica, una situación se define como el conjunto de relaciones
ligadas a un particular conocimiento.
Estas relaciones deben ser tales que ese conocimiento es necesario para su realización o para
su mantenimiento, por ejemplo, esas relaciones pueden ser un juego en el que la puesta en
funcionamiento del conocimiento en cuestión es el único medio de asegurar al jugador una
estrategia ganadora (Brousseau, 1990, pág. 261).
4.2. ¿Cómo se modifican las relaciones entre el conocimiento a enseñar, el alumno y el docente
según esta perspectiva didáctica?
Según analiza Brousseau, el trabajo intelectual del alumno debe ser comparable con la actividad
científica.
Una buena reproducción por el alumno de una actividad científica exigiría que actúe, formule,
pruebe, construya modelos, lenguajes, conceptos, teorías, que las cambie por otras, que
reconozca las que se adaptan a su cultura, que recurra a las que son útiles, etc.
Para hacer posible tal actividad, el profesor debe entonces imaginar y proponer a sus alumnos
situaciones que ellos puedan vivir y en las que los conocimientos van a aparecer como la solución
óptima, y posible de ser descubierta, de los problemas planteados (Brousseau, 1993, pág. 2).
Desde esta perspectiva es fundamental seguir analizando qué roles deberán desempeñar los
docentes, el conocimiento escolar y los alumnos. y qué nuevas responsabilidades se asumen
para la enseñanza y el aprendizaje de la matemática en el contexto escolar.
[ ... ] las concepciones de los alumnos son el resultado de un intercambio permanente con
los problemas en los que son puestos y en el curso de los cuales los conocimientos anteriores
son movilizados para ser modificados, completados o rechazados.
Es el docente quien provoca intencionalmente el contacto del alumno con los conocimientos a
través de ofrecer situaciones didácticas (interacción con un medio) en las que funcione un
particular concepto, noción o vocabulario. Estas situaciones son, para los alumnos, problemas
que deberán resolver con lo que ya saben, pero también son lo suficientemente ricas como para
desafiarlos a que amplíen sus conocimientos o los rechacen a partir de la construcción de nuevos
sentidos.
En la secuencia descrita, pretendemos poner a los alumnos en contacto con ciertos objetos de
conocimiento (cuerpos y figuras geométricas).
Los niños, a partir de sus acciones de resolución, construyen sus primeras ideas acerca de los
conocimientos en juego. En este sentido, las acciones de los alumnos cobran protagonismo, ya
que son acciones provistas de sentido, la respuesta a un problema planteado.
Es importante reiterar que dichos conocimientos sólo aparecen como objetos de reflexión a la
edad de nuestros alumnos, en la escuela y, en consecuencia, las actividades propuestas son
fundamentales a la hora de generar las primeras aproximaciones a conceptos densos y
complejos.
La acción del docente es una acción mediadora, ya que crea las condiciones para el aprendizaje,
no sólo porque plantea las situaciones u ocasiones de utilización de esas nociones y de un
vocabulario específico, sino también porque ofrece a sus alumnos la posibilidad de ayudarlos a
hallar nuevos significados de ese concepto, vocabulario o noción al ofrecer nuevas
oportunidades de utilización en la resolución de nuevos problemas.
En síntesis, de nada habría servido si el docente hubiera ofrecido ejercicios en los que los
alumnos debieran nombrar o señalar talo cual cuerpo o figura, marcando elementos y recitando
sus propiedades. Este modo de enseñanza directa de las nociones a enseñar las
descontextualiza, las parcializa y, en consecuencia, aleja a los alumnos de toda posibilidad de
integrar lo aprendido con nuevos conocimientos.
Como se podrá observar, definir el rol docente como un rol mediador equivale a asumir una
posición respecto de los aprendizajes escolares de los alumnos. En efecto, desde esta posición
didáctica se afirma que la enseñanza directa de los conocimientos no es posible, ya que esto
determinaría la destrucción de los diferentes sentidos que tiene dicho conocimiento, y aprender
matemática es justamente construir sentidos.
De más está decir que la densidad argumentativa de la teoría mencionada no se agota en una
fundamentación basada en la diversidad de un grupo de alumnos, pero es interesante este
señalamiento para instalar una mirada complejizadora del fenómeno educativo en la escuela,
cuestión que también llevará un largo proceso. En efecto, un concepto o una noción particular
o un tipo de práctica no se aprende con la lección del día ni aun resolviendo varios problemas
en un tiempo acotado; es necesario entender que habrá que volver a enseñar estas cuestiones
con distintos niveles de complejidad, en distintos momentos de la vida escolar del alumno. Por
ejemplo, podríamos afirmar que el concepto de número natural logra construirse al finalizar el
primer ciclo de la escuela primaria. Sin embargo, los primeros abordajes significativos se dieron
a lo largo de sus primeros años de vida, iniciando en jardín de infantes las primeras experiencias
reflexivas, es decir, sus primeras aproximaciones a la consideración de los números como objeto
de conocimiento.
Con respecto a los conocimientos geométricos podríamos decir que poseen relación con los
conocimientos espaciales de base que los niños hayan podido construir en su entorno diario,
aunque el tipo de relación que se establece entre ambos es aún motivo de estudio y de
investigaciones.
Entendemos por esto el lenguaje espacial de las posiciones y los desplazamientos, la toma
de conciencia de los fenómenos vinculados a los cambios de puntos de vista, la
elaboración y utilización de representaciones del espacio- entorno, etc.
Siguiendo con las implicancias didácticas, los autores citados utilizan el término "conocimientos
espacio-geométricos" para referirse a los conocimientos de los que la escuela debería ocuparse.
Éstos se definen como los "surgidos del saber geométrico y puestos en juego en la resolución
En diferentes momentos del presente trabajo se mencionó la organización del trabajo grupal
como un aspecto central en el aprendizaje por parte de los alumnos. En efecto:
El significado de los conocimientos que adquieren los alumnos proviene también del carácter
que adoptan las actividades en las que se los produce.
En la secuencia analizada se prevén dos instancias que ejemplifican este intercambio entre
alumnos y de éstos con el conocimiento: el trabajo en parejas y las confrontaciones colectivas.
Las resoluciones grupales aseguran instancias de fundamentación, reflexión y verbalización de
las decisiones que se toman en el momento de resolver la situación planteada.
Las confrontaciones colectivas o puestas en común aseguran un trabajo reflexivo por parte de
los alumnos en momentos distintos de la acción.
Crean, además, la situación grupal propicia para que los niños aprendan a escucharse, a hablar
sobre 10 realizado, a respetar la decisión de otros y no sólo a escucharse a sí mismos o al
maestro.
En la cita anterior las autoras describen este difícil proceso entre la tarea individual y la gestión
grupal del conocimiento. La colaboración grupal, la discusión sobre procedimientos de
resolución, la argumentación en la defensa de una decisión tomada, la organización de las ideas
para comunicar un modo particular de resolución, son requisitos del trabajo en que se quiso
enseñar. Estas condiciones se establecen y formalizan sólo si el docente las produce.
A lo largo de este trabajo, he sostenido que las condiciones para el aprendizaje escolar del
conocimiento de matemática basadas en la resolución de problemas son posibles en el marco
del jardín de infantes.
También he argumentado que dichas condiciones no se establecen sólo por involucrar a los
niños en situaciones grupales sino que se necesitan pautas precisas para ese trabajo grupal que
enriquezcan el significado del concepto trabajado. Para esto, la situación de enseñanza
seleccionada cumple un rol fundamental.
Hemos desarrollado una idea que espero crezca en el contexto escolar: la de proceso a largo
plazo para la construcción de conceptos.
Todas estas previsiones acerca de las condiciones del trabajo en matemática que, como hemos
visto, no son exclusivas del trabajo con niños pequeños, merecen continuar bajo un análisis
exhaustivo en el contexto del jardín. En efecto, la edad de los alumnos y ciertos usos o
costumbres en la transmisión cultural de conocimientos en el nivel inicial ponen algunos límites
a momentos clave dentro de esta teoría, particularmente a los momentos de reflexión y
formulación de los conceptos en uso.
Quienes nos dedicamos a observar estas cuestiones en el jardín hemos podido analizar que
muchas veces la abundancia de instancias de verbalización modifica el contacto de los niños con
el conocimiento que se pretende enseñar. Es frecuente observar cierto apuro en los docentes
para formalizar conceptos y vocabularios cuando no ha habido la suficiente interacción entre
los niños y ellos.
Otro aspecto a advertir es el traspaso de algunas actividades o secuencias pensadas para cierta
edad hacia otras salas sin tener en cuenta qué se puede y se debe asegurar en cada una de las
salas con las que trabajamos.
Por ejemplo, en las salas de cinco años se establecen condiciones para el trabajo grupal y para
adquirir conocimientos que tal vez no tengan oportunidad de adquirirlos luego en contextos
similares; por ejemplo, el aquí planteado para trabajar con formas geométricas. Así mismo, en
las salas de tres años hay aspectos a trabajar mucho más importantes que las propiedades de
las formas geométricas.
La descripción realizada sólo pretende ser una breve reflexión, a modo de cierre, acerca del
cuidado que tanto los profesionales que proponemos trabajos para realizar con niños pequeños
como la institución escolar, deberemos tener si consideramos que el nivel inicial merece tanto
respeto y cuidado como los demás niveles de enseñanza (¿tal vez más?). Esto último nos
convoca a dedicarle más investigaciones y estudios analíticos de las prácticas para generar una
reflexión profunda sobre qué significa enseñar contenidos en este nivel.
BIBLIOGRAFÍA