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Macrocaso #3 de la JEP: Asesinatos y desapariciones forzadas presentadas como


bajas en combate por agentes del Estado

Problema jurídico

Omisión del Estado Colombiano para reconocer su responsabilidad ante la vulneración a la


dignidad y el derecho al buen nombre de las víctimas en los asesinatos y desplazamientos
forzados presentados como bajas en combate por parte de agentes del Estado en el marco
del conflicto armado interno durante los años 1985-2016.

Resumen

Durante el conflicto armado interno en Colombia han ocurrido hechos trágicos que han
atentado contra los derechos humanos, trayendo consigo crímenes de guerra y de lesa
humanidad no amnistiables para las partes involucradas. Debido a lo anterior, la JEP ha
recopilado informes de organizaciones de la sociedad civil en todo el país, denominando
los conocidos “macrocasos”, siendo estos sucesos grandes que no pueden ser ignorados,
ya que provienen de una serie de patrones ocurridos durante el conflicto armado. El
desarrollo de este trabajo tiene un enfoque en el macrocaso 03: “Asesinatos y
desapariciones forzadas presentadas como bajas en combate por agentes del Estado”
realizando un análisis social, cultural, político, económico, étnico y de género, identificando
su surgimiento, agentes involucrados, victimas, zonas más afectadas y los principales
casos en Colombia, para de esta manera estructurar el contexto nacional y departamental.
Lo anterior, se construyó teniendo como base información de las plataformas de la JEP, la
comisión de la verdad: LEGADO, el Alto comisionado para la paz, el registro nacional de
información, estadística de víctimas, el DANE, indicador pobreza multidimensional,
informes de la misión de verificación de Naciones unidas e instituto KROC, así como las
matrices de análisis jurisprudencial, documental y jurídico con base al macrocaso 03.

Contexto Nacional y territorial del macrocaso 03

La vulneración de derechos humanos ha sido un escenario de guerra que ha enfrentado


Colombia desde hace más de 50 años, el conflicto armado interno ha generado crímenes
de guerra y de lesa humanidad que han marcado un hito en la vida y dignidad de millones
de Colombianos, marcando la historia colombiana con sangre de inocentes, es una etapa
que jamás olvidaran sus familias.

Las muertes ilegitimas presentadas como bajas en combate son uno de los casos con
mayor foco mediático y por ende más malversación de conceptos, conocidos de manera
coloquial y errónea como “Falsos positivos”, revelaron patrones de violaciones masivas de
derechos humanos, ante lo cual la Sala de Reconocimiento, de Verdad, de Responsabilidad
Y de Determinación de los Hechos y Conductas los califico jurídicamente como crímenes
internacionales, de guerra (homicidio) y de lesa humanidad (asesinatos y desapariciones
forzadas de personas), siendo tipos penales no amnistiables ejecutados por agentes del
Estado, tal como la Policía Nacional y el ejército Nacional.

De los anteriores tipos penales no amnistiables, el Registro Nacional de Información-RNI


con corte del 30 de septiembre de 2022, ha actualizado su información, por lo tanto se
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enfocó en tres principales hechos victimizantes que se relacionan con el macrocaso 03 a


nivel nacional , los cuales son: Desaparición forzada con 50.799 víctimas directas y 139.431
indirectas, Homicidio con 273.787 víctimas directas y 809.361 indirectas, secuestro con
34.689 víctimas directas y 2.96 indirectas, en el marco del conflicto armado interno en
Colombia.

En su mayoría las víctimas fueron campesinos o pobladores de zonas rurales relacionados


con grupos armados guerrilleros y habitantes de zonas urbanas en condición de
vulnerabilidad económica. En donde según la comisión de la verdad se puede evidenciar
estigmatización a la población étnica por parte de las fuerzas armadas, relacionándolos con
la guerrilla, considerándolos como organizaciones de carácter subversivos y no como
comunidades étnicas, en donde los propios militares exclamaron: “Todo indio es guerrillero”,
en lo cual se usó la lógica del enemigo para justificar los homicidios de personas indefensas
y presentarlas falsamente como guerrillero muertos en combate para mostrar resultados en
el conflicto armado. Este discurso del enemigo se utilizó para encubrir la corrupción e
intereses particulares con impunidad, teniendo como objetivo aparentar ganar la guerra y
no ganarla.

El surgimiento del macro caso 03, según el informe de la secretaria de la JEP, como del
informe No. 5 de la Fiscalía General de la nación, señalaban que las conductas relacionadas
con este fenómeno criminal habrían ocurrido entre los años 1985 a 2016, en 29 de los 32
departamentos del país, con una concentración del 75% de los casos en 10 departamentos.
La fiscalía manifestó que entre 1988 y 2014 en donde se habían identificado un total de
2.248 víctimas. Por otro lado, la información por el Centro de investigación y ejecución
popular hace referencia de 1.741 víctimas de asesinatos cometidos por miembros de la
fuerza pública entre 1984 y 2011, mientras que la coordinación Colombia- Europa- Estados
Unidos informo sobre 1.257 víctimas en los periodos 2006 y 2008.

No obstante, a lo anterior mencionado, los miles de casos de muertes ilegitimas solo se


empezaron a revelar en el año 2008, con la denuncia de las madres de Soacha, alegando
que sus hijos habían sido reclutados por el ejército o llevados de sus hogares con promesa
de trabajo, apareciendo después como supuestos guerrilleros muertos en combate. Esta
práctica sistematizada de desaparecimiento forzado fue efectuada por la fuerza pública y
por grupos paramilitares, según determinaciones de los tribunales de justicia y paz entre
1999 y 2006.

En donde, por medio de sentencias de tribunales nacionales e internacionales se han


declarado la existencia de alianzas operacionales e ideológica entre estos dos grupos
armados, tal como la ejecución extrajudicial del exsenador de la Unión Patriótica Manuel
Cepeda Vargas (agosto de 1994), la operación Génesis , la masacre de Mapiripán (1997),
la masacre de La Rochela (1989), las masacres de Ituango (junio de 1996, La Granja; y
octubre de 1997, El Aro) en sentencias de la Corte Interamericana de Derechos Humanos.
En el mismo sentido, numerosos militares y exmilitares han dado su testimonio ante la
comisión de la verdad en donde confirman estos vínculos en muchos de los asesinatos y
desaparecimiento forzados presentados como muertes en combate.
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Los altos mandos que ejecutaron el macrocaso 03, tenían intereses políticos y económicos,
en donde querían poner una máscara de utopía ante las operaciones de las fuerzas públicas
y presentar informes manipulados para transmitirle una confianza falsa a la sociedad
Colombiana, por lo cual crearon cadenas de custodia e incluso contrataron testigos falsos ,
todo era una escena desgarradora y para muchos difícil de dimensionar, tal como se
menciona en el documento “Responsabilidad del estado colombiano frente a las
desapariciones extrajudiciales: los falsos positivos”, queriendo demostrar que estaban
siendo eficaces en el enfrentamiento con grupos insurgentes durante el conflicto armado,
utilizando técnicas y operaciones militares inhumanas y atroces con la población civil.

La comisión de la verdad ha manifestado que la justicia penal militar tuvo un papel


encubridor y cohonesto en la falsificación de pruebas en los casos de muertes ilegitimas
presentadas como muertes en combate demostrables entre los años 2002 a 2008, en donde
el papel del estado es insuficiente ya que solo ha tomado una postura negacionista, no
aceptando directamente la responsabilidad institucional de los crímenes, ni la gravedad de
los hechos, ni el papel en el fortalecimiento del paramilitarismo. Hasta hoy, el Estado no ha
querido aceptar su responsabilidad en los crímenes cometidos bajo el Estatuto de
Seguridad, ni por el juzgamiento de civiles en cortes marciales, ni por la militarización de
los territorios y la inteligencia en contra de miembros de movimientos o instituciones que
desarrollaban labores legales y legítimas.

Sin embargo, varios militares y exmilitares que han aceptado la responsabilidad en su


participación en estos hechos violentos, mostrando empatía hacia las familias en los casos
de muertes ilegitimas presentadas como bajas. Ante lo cual el Alto comisionado de
Naciones Unidas ha declarado que es fundamental el aporte efectivo a la verdad por parte
de los comparecientes en los juicios para garantizar los derechos de las víctimas y es una
condición para que estos puedan acceder a los beneficios de la JEP y preservarlos.

Posteriormente a ello, el instituto KROC en sus avances trimestrales del punto 5 enfocado
en víctimas, manifiesta que la sala de Reconocimiento de Verdad y Responsabilidad y de
Determinación de Hechos y Conductas (SRVR) llevó a cabo las primeras audiencias de
reconocimiento de verdad y responsabilidad del caso 03, el 26 y 27 de abril de 2022 en
Ocaña (Norte de Santander) en el marco del caso 03, “Asesinatos y desapariciones
forzadas presentados como bajas en combate por agentes del Estado”.

Constituyendo un avance importante en el marco de los casos, como un hito para la JEP
ya que si la SRVR profiere resoluciones de conclusión se procedería a imponer las
sanciones propias por parte de la Sección de Reconocimiento de Verdad y Responsabilidad
(SeRVR) y así avanzar en la materialización de los derechos de las victimas e
implementación del acuerdo de paz, si se realiza durante el año 2022 la JEP se convertiría
en el tribunal que ha tomado menos tiempo en imponer sanciones para este tipo de casos
en el escenario comparado. En adicción a ello, tanto militares como miembros del antiguo
secretariado de las extintas FARC-EP— reconocieron por primera vez su responsabilidad
por los crímenes cometidos y aportaron verdad ante las víctimas y ante la sociedad en
general.
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Aunado a ello, la jurisdicción Especial para la paz celebro audiencia pública de


reconocimiento de verdad y responsabilidad en el caso 03 sobre asesinatos y
desapariciones forzadas presentados como bajas en combate por agentes del Estado, con
énfasis en los crímenes cometidos en la región del Caribe. En el cual, doce exmiembros del
Ejército imputados reconocieron su responsabilidad por crímenes de guerra y crímenes de
lesa humanidad que causaron 127 víctimas (12 de ellas indígenas). Los imputados
describieron su colaboración con grupos paramilitares y explicaron cómo habían sido
elegidas y asesinadas las víctimas y presentadas como miembros de la guerrilla cuando no
lo eran. Algunos de los imputados también pidieron perdón. Las víctimas pudieron preguntar
por la suerte de sus seres queridos desaparecidos, apelar a la verdad y pedir reparaciones.
76. Tres excoroneles y excomandantes imputados en el caso 03 que no reconocieron su
responsabilidad antes de la audiencia fueron remitidos al proceso adversarial, en el que
podrían enfrentarse a penas de prisión de hasta 20 años si son condenados.

Por consiguiente, la fiscalía general de la nación reconoce los autos de impugnación por
parte de la Jurisdicción Especial para la Paz en el caso 03 sobre “Muertes ilegítimamente
presentadas como bajas en combate por parte del Estado”, evidenciando avances en los
planes regionales de búsqueda de la unidad de Búsqueda de Personas dadas por
Desaparecidas (UBPD). Mediante Auto No. 125 de 2021 ( Subcaso Norte de Santander) y
Auto No. 128 de 2021 ( Subcaso Caribe) , la Sala de Reconocimiento de Verdad,
Responsabilidad, de Determinación de Hechos y Conductas ordenó modificar la
denominación de ambos Subcasos del Caso 003 a “Asesinatos y Desapariciones Forzadas
Ilegítimamente presentados como bajas en combate por Agentes del Estado”. Adoptando
un esquema de priorización territorial y orgánica que busca adelantar investigaciones de
los presuntos implicados que habrían cometido mayores conductas ilícitas del ejército.

De la anterior priorización mencionada, a marzo de 2021 la JEP reporto 348 versiones a


miembros de la fuerza pública y 14 realizadas a terceros civiles, igualmente se registran la
acreditación de 939 víctimas individuales del caso y 5 construcciones de diálogos de la
verdad e intercultural.

La sala de reconocimiento mediante el auto 033 de 12 de febrero de 2021, hizo pública la


estrategia de priorización de la cual se logró determinar que habrían sido 6.402 personas
muertas ilegítimamente para luego ser pasadas como bajas en combate por miembros de
la fuerza pública, estos hechos se concentraron principalmente en 10 departamentos del
país durante los años 2002 y 2008, los cuales son: Antioquia, Meta, Caquetá, Cesar, Norte
de Santander, Tolima, Huila, Casanare, La Guajira y Cauca. La sala ha denominado una
estrategia de investigación “de abajo hacia arriba” determinando los hechos y las
responsabilidades, esperando identificar a los máximos responsables a nivel regional y local
para determinar responsabilidades individuales en una escala territorial y nacional. Por
consecuencia, se han abierto seis subcasos territoriales, donde se cuestionan las presuntas
responsabilidades a nivel táctica, operaciones menores y mayores.

Estos subcasos corresponden a: i) Antioquia con las unidades tácticas adscritas a la IV


Brigada del Ejército y el caso emblemático del cementerio ‘Las Mercedes’ de Dabeiba; ii)
Costa caribe con unidades tácticas adscritas a la X Brigada Blindada y a la Primera División
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del Ejército; iii) Norte de Santander con unidades tácticas adscritas a la Segunda División
del Ejército; iv) Huila con unidades tácticas adscritas a la Quinta División; v) Casanare con
unidades tácticas adscritas a la Brigada XVI y a la Cuarta División del Ejército, en su
momento; y vi) Meta con el Batallón de Infantería No. 21 “Batalla Pantano de Vargas”,
adscrito a la Cuarta División del Ejército.

Se hace un énfasis importante en Norte de Santander en donde mediante el auto SRVR


125304 de determinación de hechos y conductas proferido el 2 de julio de 2021, se
imputaron crímenes de guerra y lesa humanidad a 10 militares y un civil por muertes
ilegitimas presentadas como bajas en combate en la región del Catatumbo. Norte de
Santander fue una de las regiones con más ejecuciones efectuadas durante el conflicto
armado en Colombia, en donde trasladaban jóvenes de otras ciudades para asesinarlos en
este departamento.
Por otro lado, la pobreza multidimensional es un aspecto de gran importancia ya que
podemos ver y estudiar las distintas carencias que enfrentan las personas pobres de
nuestro país en relación a condiciones educativas del hogar, condiciones de la niñez y
juventud, salud, trabajo, acceso a servicios públicos domiciliarios y condiciones de la
vivienda, entendiendo la magnitud de este olvido estatal en el conflicto armado en Colombia.
Se reflejan las zonas priorizadas del macrocaso 03 con el mayor índice de pobreza
multidimensional, respecto al informe del DANE 2021, el norte de Santander esta con el
índice más alto con un 24,7% seguidamente Casanare con un 19,5% , Huila con un 17,3%,
Antioquia con un14,3% y por ultimo meta con un 14,1% . Como podemos ver la zona
nortesantandereana es una de las más pobres a nivel multidimensional.
También es importante recalcar lo mencionado por el alto comisionado de Naciones unidas
respecto a la violencia sexual, la desaparición forzada, el desplazamiento forzado y las
violaciones contra los pueblos étnicos en territorios aún sin priorizar requieren ser atendidos
adecuadamente teniendo en cuenta las expectativas de las víctimas y familiares. En donde
alega que, La Fiscalía General de la Nación debe continuar con las investigaciones por
violaciones a los derechos humanos cometidas con ocasión del conflicto armado hasta que
la JEP profiera resoluciones de conclusiones en cada macrocaso.

Finalmente, en articulación a lo anterior, el instituto KROC por medio de su informe “Cinco


años después de la firma del Acuerdo Final: reflexiones desde el monitoreo a la
implementación. diciembre 2020 a noviembre 2021 “ teniendo un enfoque en el Punto 5 del
acuerdo de paz “Acuerdo sobre las víctimas del conflicto” ha declarado en relación al
macrocaso 03 que si bien han existido avances en la imputación de los asesinatos y
desapariciones forzadas presentadas como bajas en combate por agentes del Estado por
la JEP, se requiere la incorporación de la perspectiva de género en todos sus procesos
judiciales y abrir nuevos macrocasos teniendo como base los hechos de violencia sexual,
reproductiva y basada en genero de forma autónoma.
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Conclusiones

La realización de este trabajo sobre el macrocaso 03 se puede sintetizar en los siguientes


puntos:

o El Estado Colombiano no ha aceptado su responsabilidad en los asesinatos y


desapariciones forzadas presentadas como bajas en combate, solo ha asumido un
rol de negociante.
o Los agentes del Estado faltaron gravemente a sus deberes de protección y
prevención del derecho a la vida y dignidad humana de la población civil, utilizando
su investidura oficial y recursos del Estado para cometer estos crímenes de guerra
y de lesa humanidad,
o El derecho internacional humanitario obliga a las partes en un conflicto armado no
internacional a distinguir en todo momento entre personas civiles y personas que
participan activamente en las hostilidades, por ende, la población civil no puede ser
objeto de ataque ya que tienen protección internacional, siendo así el macrocaso 03
el reflejo de la vulneración que cometió el Estado Colombiano.
o Se reconoce por organismos internacionales, militares y exmilitares la
responsabilidad del Estado en vínculos con el paramilitarismo en la ejecución de las
muertes ilegitimas presentadas como bajas en combate.
o Los comparecientes están obligados a contribuir con la verdad y el esclarecimiento
de los hechos como parte del compromiso en la no repetición y respeto a los
familiares de las víctimas directas, así mismo para poder ser juzgados conforme a
la justicia especial para la paz.
o Organismos internacionales alegan la ineficacia de las instituciones del Estado
Colombiano contra el accionar criminal de sus agentes, favoreciendo la impunidad
de estas graves violaciones, propiciadas por investigaciones poco coherentes para
esclarecer los hechos, incumpliendo el deber de investigar debidamente el derecho
a la vida, al buen nombre y la dignidad de las víctimas.
o El enfoque poblacional étnico y de género tuvo un papel de estigmatización por parte
de las fuerzas armadas en las muertes ilegitimas de la población presentadas como
bajas en combate, siendo una población caracterizada como vulnerable, la cual
cuenta con especial protección constitucional.
o Se requiere por parte de la JEP proferir las resoluciones de conclusiones, las
sentencias y las correspondientes sanciones propias, que incorporen de manera
coherente tanto su componente retributivo como su componente restaurativo;
garantizar la aplicación de los principios de la justicia restaurativa en cada una de
las fases del proceso; y contar con una adecuada preparación, tanto de víctimas
como de comparecientes, antes de llevar a cabo las audiencias de reconocimiento
de responsabilidad.
o Norte de Santander fue un escenario del horror del macrocaso 03, en donde un gran
número de muertes ilegitimas eran ejecutadas en este departamento.

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