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Reconocimientos

El suboficial retirado el Ejército, Néstor Guillermo Gutiérrez Salazar,


uno de los imputados, declaró que "no voy a justificar lo que hice
porque cometí delitos, crímenes. Asesinamos personas inocentes,
campesinos. Quiero aclararlo acá: lo que asesinamos fue campesinos".

"Yo ejecuté, yo asesiné familiares de los que están acá, llevándolos con
mentiras, con engaños, disparándoles, asesinándolos cruelmente,
cobardemente, poniéndolos un arma y diciendo que eran guerrilleros.
Y manchando el nombre de esa familia", admitió.

Según Gutiérrez, en febrero de 2007, cuando arribó al Catatumbo,


existía una "presión de altos mandos que nos exigían dar
resultados". “Había que buscar los resultados como fuera. Los grupos
de guerrilla no los encontrábamos, pero había que dar el resultado (...)
El mismo modus operandi mio en El Carmen (municipio), lo estaban
haciendo las otras patrullas”, afirmó.

Otro de los imputados, sargento segundo del Ejército Nacional, Sandro


Mauricio Pérez, admitió que "yo planeé cómo traer jóvenes a la ciudad
de Ocaña (...) Yo entregué armas para que jóvenes inocentes, con
sueños y que eran amados por sus madres, esposas e hijos, fueran
asesinados y reportados como un resultado operacional”.

¿Cuántos casos de falsos positivos hay en Colombia?

La Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) determinó en febrero de 2021 que en Colombia,
al menos 6.402 personas fueron víctimas de los llamados falsos positivos, muertes
presentadas ilegítimamente por el Estado como bajas 

En las últimas dos semanas, la política colombiana ha girado en


torno a la cifra 6.402. Este es el número de civiles que fueron
asesinados por militares entre 2002 y 2008 y que luego fueron
pasados ilegalmente por guerrilleros muertos en combate, una
tragedia que ha consternado a los colombianos desde hace más de
una década y que se conoce eufemísticamente como "falsos
positivos".

Es también uno de los principales hallazgos  anunciados  el 18 de


febrero por la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), el tribunal
especial derivado del acuerdo de paz de 2016 con las Fuerzas
Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), como parte del plan
de priorización de su macro-caso sobre ejecuciones extrajudiciales
cometidas por agentes del Estado.

En un documento de 38 páginas , el tribunal esbozó los pasos que


dará para armar su caso en los próximos meses e identificar a los
máximos responsables de las órdenes y políticas que permitieron
estos crímenes dentro de las fuerzas militares encargadas de proteger
a sus compatriotas. Se trata de otro avance crucial, después de que la
JEP presentara su primera acusación importante a finales de enero,
estableciendo en un macro-caso separado que -como contó Justice
Info- los secuestros cometidos por la guerrilla de las FARC
equivalen a "crímenes de guerra" y "crímenes de lesa humanidad" .

¿Qué es un falso positivo en Colombia?


En Colombia se conoce como "falsos positivos" el asesinato de civiles inocentes a manos
de militares que los presentaban como guerrilleros muertos en combate para obtener así
beneficios o ascensos.

Ellas, las madres de Soacha, quienes han pasado por toda una serie de adversidades
y confrontaciones –muchas veces las tildaron locas–, saben que sus 19 jóvenes de
Soacha y Bogotá fueron asesinados en lo que se conoce como ejecuciones
extrajudiciales, mal llamadas ‘falsos positivos’, y aunque hay una gran verdad detrás
de todas las investigaciones, aún esperan una verdad completa.

“Reconocer es admitir algo como cierto. Aquí, hoy, se están admitiendo varias
facetas de lo que significa reconocer. Una es reconocer a unas víctimas a quienes
les asesinaron sus seres queridos de una forma indignante: civiles presentados como
guerrilleros muertos en combate. Otra, reconocer un crimen atroz y deleznable:
ejecuciones para mostrar resultados en la guerra. Otra más, admitir por parte de tres
responsables que ellos cometieron esos crímenes”.
Madres de soach

El Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH) trabaja con madres de


jóvenes víctimas de falsos positivos de Soacha, desde julio de 2019, en una
Iniciativa de Memoria Histórica (IMH) con la que se busca dignificar sus
memorias, por medio de un proceso en que se pretende acompañarlas en
la resignificación de los espacios y objetos de sus familiares desaparecidos
y asesinados, y que fueron presentados como muertos en combate por
unidades de la Fuerza Pública.

A pesar de las dificultades propias de un proceso sensible, por la gravedad


de los hechos acontecidos contra estos jóvenes inocentes, expertos de la
entidad han acompañado a las madres durante el tiempo que se ha venido
desarrollando el trabajo con ellas, garantizando no solo el profesionalismo
e idoneidad de este sino la rigurosidad en términos sicosociales.

Los encuentros con las representantes de las víctimas de falsos positivos


han sido permanentes y en términos satisfactorios. El CNMH, además de la
Iniciativa de Memoria Histórica que, de acuerdo con el cronograma
establecido debe ser entregada en el segundo semestre de este año, y que
será un producto de memoria histórica sobre estas víctimas en el marco del
conflicto armado colombiano, sin precedentes dentro del legado de No
Repetición, se ha comprometido con adelantar gestiones que puedan
conducir a la construcción de un memorial en Soacha.

En donde ocurrió los falsos positivos

En 2008 se conoció el caso de 19 jóvenes del municipio de Soacha y


des la localidad de Ciudad Bolívar, en el sur de Bogotá, que habían
aparecido en una fosa común en Ocaña, Norte de Santander, tras ser
ejecutados y presentados como guerrilleros muertos en combate por
parte del Ejército.

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