Lección 1 Corazón

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LA DOCTRINA DEL CORAZÓN.

Lección I

Lo que soy es mi destino, lo que hago es mi libre albedrío.

La palabra doctrina da a nuestra mente la impresión de adoctrinamiento, entendida


como el conjunto de medidas y prácticas educativas y de propaganda, encaminadas a
inculcar determinados valores, o formas de pensar, en los sujetos a los que van
dirigidas. Y es que la educación por mucho tiempo estuvo relacionada con la religión,
antes que con la filosofía y el pensamiento. El adoctrinamiento a diferencia de la
educación no siempre pretende convertir al sujeto en un individuo autónomo, con sus
propios elementos de juicio, sino que frecuentemente el adoctrinamiento se
caracteriza por la fe ciega y la ausencia de pensamiento crítico.

En nuestro caso, al hablar de doctrina diferenciaremos con claridad las leyes divinas,
de las humanas y de las naturales, dado que la doctrina está en relación con las leyes.
Toda legislación comprende dos elementos una ley que representa objetivamente
como necesaria la acción y un móvil que se relaciona subjetivamente con la
representación de la ley. A la mera concordancia o discrepancia de una acción con la
ley se le llama legalidad, cuando se tiene en cuenta el móvil de la acción se habla de
moralidad. La máxima es el principio subjetivo para obrar que el sujeto mismo toma
como regla.

El concepto de libertad es un concepto puro de la razón, lo que implica llevarlo a la


práctica antes de concretarlo. El uso práctico de la mente prueba su realidad mediante
principios que demuestran una causalidad de la razón pura (amor), para determinar el
arbitrio con independencia de todos los condicionamientos naturales o sociales, y que
demuestran en nosotros una voluntad pura, en la que tienen su origen los conceptos y
leyes morales. Las leyes proceden de la voluntad, las máximas del arbitrio. El principio
que convierte en deber determinadas acciones es una ley práctica. La personalidad
moral es, en consecuencia, la libertad de un ser racional sometido a leyes morales.

La virtud es la fuerza de la máxima del ser humano en el cumplimiento de su deber. La


doctrina del corazón es una doctrina de la virtud, porque la capacidad moral del ser
humano no sería virtud si no estuviera producida por la fortaleza de la intención en la
lucha contra las poderosas inclinaciones contrarias.

El cuerpo causal del ser humano, donde reside el alma, es un loto de doce pétalos. En
realidad son nueve pétalos cubriendo la joya en su interior. Esa joya sólo irradia luz,
cual holograma, cuando el discípulo se convierte en un Adepto de la Buena Ley.

De manera que el corazón al que se hará referencia, no es el corazón físico sino el


centro cardíaco, las esencias volátiles del cuerpo y su relación con el plasma. El
corazón genera cierto tipo de esencia inteligente, factor positivo en la vida de la célula.
¿Qué entiendes por doctrina del corazón?

Entiendo por doctrina la enseñanza de una ley y al ser


el corazón el foco de las leyes físicas, se hace necesario
comprenderlo en términos de ley, en especial, las leyes
de cohesión, de control magnético y del amor en su
relación con el corazón.

¿Por qué es de valor estudiarla?

1. En el corazón encontramos las causas de la manifestación y el flujo de la efectividad.


La circulación de la corriente sanguínea es el símbolo del flujo de efectivo (ingresos-
egresos). La libre circulación de todo lo necesario para cada parte de la gran estructura
de la humanidad. La sangre es la vida, y el libre intercambio, la libre participación, la
libre circulación de todo lo que se requiere para un correcto vivir humano,
caracterizará el nuevo mundo.

2. Al estudiar la doctrina del corazón damos un paso más en el proceso de meditación,


llegamos a la contemplación. La contemplación fijativa es indispensable, produce la
consolidación de la iluminación. La luz efectiva está integrada por la claridad (ojo) y el
entendimiento (oído).

La gallina puede empollar sus huevos porque su corazón siempre oye. La razón por la
que la gallina puede incubar es la fuerza del calor. El espíritu es el pensamiento, el
pensamiento es el corazón, el corazón es el fuego, el fuego es el Elixir.

3. Al empezar a ver el corazón como un motor, podremos entender mejor el


procesamiento que hace de la energía para alimentar los diversos cuerpos.

Para las doce lecciones se utilizará el método catequético, en el que el maestro


pregunta y conserva en expresiones precisas las respuestas del discípulo, para que no
puedan modificarse fácilmente y queden confiadas a su memoria.

Las doce lecciones están organizadas en tres componentes acordes a los doce pétalos.

Conocimiento Doctrina disciplina desempeño derechos


Amor Servicio colaboración comprensión compasión
Voluntad Purificación participación propósito planificación

Referencias

Nicolás Roerich. Corazón.

Emanuel Kant. La metafísica de las costumbres.

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