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INSTITUTO DE ESTUDIOS SUPERIORES EMPRENDEDORES “ALFRED NOBEL”

CLAVE: 20MSU0074U

AXIOLOGÍA

4º. CUATRIMESTRE

LIC. ELIZABETH ORDAZ PRADO


Los valores no son simplemente
palabras, los valores son por lo que
vivimos. Son las causas por las que
defendemos y por lo que lucha la
gente.
JOHN KERRY
ÍNDICE

TEMA 1: CONCEPTOS FUNDAMENTALES


1.1 Concepto y Objetivo de la Ética.
1.2 La ética como horizonte de plenitud.
1.3 La ética como ideal de convivencia: Las
costumbres o conductas socialmente aceptadas.
1.4 La ética como premisa del ejercicio profesional.

TEMA 2. LA ÉTICA EN LOS ENTORNOS DE LA


ACTIVIDAD SOCIAL.
2.1 Ética y Educación.
2.2 Ética y Revolución Científica y Tecnológica.
2.3 Problemas éticos de nuestro tiempo: Bioética,
Ética, y Economía; Ética y Empresa; Ética y Política.

TEMA 3: ÉTICA Y VALORES


3.1 Concepto de Valor.
3.2 La enseñanza de los valores en la actualidad.
3.3 La crisis de los valores.
TEMA 4: LA ÉTICA Y LA INTERACCION
PROFESIONAL.
4.1 La vocación.
4.2 El Ser y el Deber.
4.3 Libertad, Responsabilidad y Compromiso.
4.4 La Ética Profesional en el ejercicio de la
profesión.
4.5 La Ética Profesional en la Docencia.
BIBLIOGRAFÍA
- Educación, Valores y Desarrollo Moral, HIRSCH. México,
Ediciones Gernika, México, 2001.

- Ética de las Profesiones. Temas Básicos. ETXEBERRIA,


XAVIER. Desclée de Brouwer, S. A. 2ª. Edición. Bilbao,
España 2002.

- Bioética. Perspectiva Multidisciplinaria, RODRIGUEZ,


IMELDA (coordinadora). Ed. UNAM, FES-Iztacala. México.
2005.
Tema 1: Conceptos fundamentales
1.1 Concepto y Objetivo de la Ética.

Ética: Es teoría, investigación o explicación de un tipo de experiencia


humana, o forma de comportamiento de los hombres. La ética no debe
confundirse con lo que es la moral, ya que la ética depende de los valores
de la moral para darle valides a lo que ella significa. La ética viene
acompañando a la moral desde sus antecedentes históricos, ya que desde
un principio pasa a ser un área fundamental en la cual se basa la moral a
nivel social y en determinadas decisiones del hombre.
Objetivos: Reconocer y valorar la especificidad del ser humano como ser
capaz para darse a sí mismo principios racionales que orienten su vida,
individual y colectivamente. Identificar y analizar críticamente los problemas
morales, valores y proyectos éticos de la comunidad donde se pertenece.
Reconocer y analizar cuestiones relativas a los valores morales
fundamentales en función de la vida personal, colectiva como joven. Mostrar
actitudes de tolerancia y respeto hacia otras opciones éticas, desde juicios y
valoraciones de autonomía moral.
La ética se relaciona estrechamente con las ciencias del hombre, o ciencias
sociales, ya que el comportamiento moral no es sino una forma específica
del comportamiento del hombre, que se pone de manifiesto en diversos
pIanos: psicológico, social, practico-utilitario, jurídico, religioso o estético.
Pero la relación de la ética con otras ciencias humanas o sociales, que tiene
por base la estrecha relación de las diversas formas de conducta humana,
no puede hacernos olvidar su objeto especifico, propio, como ciencia del
comportamiento moral.
1.2 La Ética como horizonte de Plenitud.

La ética es entonces el saber que trata de orientarnos hacia la realización de


nuestra plenitud como humanos.
a) La aspiración a la felicidad:
La palabra que más se ha usado para concretar ese bien es la felicidad. La
vida ética es definida entonces como aspiración a la felicidad. No remite sólo
a la perspectiva personal, todos buscamos la felicidad en nuestras vidas y
siempre se realiza también en la relación con los otros, principalmente en
la amistad, dándose a conocer la importancia y necesidad de interactuar con
los demás.

b) Virtud:
Disposición a hacer el bien que se adquiere con la práctica, lo decisivo no
es el aprender sino poner en acción todo aquello que ya conocemos.
Existen diversas virtudes:
- Aristotélica: Virtudes del intelecto, relacionadas con el carácter
- Platónica: prudencia, justicia, templanza hacia una felicidad natural.
-Teologales: fe, esperanza y caridad.

c) Valores:
Son utilizados para llegar a un fin único, es la medida en que se valora a las
personas y quieren alcanzar la felicidad. Sin lugar a duda se concretan al
llevarse a cabo, pero a su vez exigen creatividad tanto personal como a nivel
social.
d) Ética y Religión:
Todas las religiones proponen buenos ideales, originando los
planteamientos morales. Por estos se refiere a llevar a la acción los valores.
Sin lugar a duda es indispensable poner en práctica cada uno de estos
elementos, la ética nos señala el camino y es decisión propia ponerlo en
acción. Los valores, las virtudes y las religiones nos señalan la importancia
de no solo conocer lo indispensable para ser felices, sino que para alcanzarlo
debemos embellecer lo lindo de nuestras palabras con nuestras acciones.

1.3 La ética como ideal de convivencia: Las costumbres o


conductas socialmente aceptadas.

Conviene aclarar otro concepto moral que de algún modo media entre el
finalismo y el deber y que es precisamente el concepto de ley natural.
A) Ley natural / Iusnaturalismo:
Podría decirse que las teorías de la ley natural son teorías que se
encuentran lo normativo en el finalismo de nuestra naturaleza. Inicialmente
la naturaleza se encontrará fines que se convierten en orientación normativa
para nosotros, en deberes. Posteriormente, con el comienzo de la
modernidad, en nuestra naturaleza se encontrarán cualidades que implican
derechos, esto es, que los otros tengan deberes hacia nosotros. Se dan así
dos iusnaturalismos, el primero más bien teleológico y el segundo
propiamente deontológico. El concepto de ley natural se muestra de ese
modo mediador entre uno y otro enfoque por dos razones: porqué en su
primera versión encuentra el deber en los fines naturales; y por qué es un
concepto que evolución de la centralidad del fin a la del derecho.
Estas son las ambigüedades de una palabra que suele usarse para recubrir
ambas versiones: iusnaturalismo, en la que ius primero es más bien “ley”
natural y luego más bien “derechos” naturales.
Para comprenderla adecuadamente hay que distinguir, para empezar entre
su aplicación a los seres inertes y a los seres vivos: en los primeros hay solo
caracteres actuales, en los segundos están implicadas diversas virtualidades
que se actualizan progresivamente, desde la conexión que se estable entre
el dinamismo interno de acorde con su naturaleza y su relación con el medio.
La ley natural (moral/derecho), como toda ley debe ser dada por quien posee
el poder correspondiente. Si esta depende de la esencia de las cosas, quien
tiene el poder es el que ha creado las cosas, es decir la ley natural proviene
de Dios como creador.
Según Tomás de Aquino, la ley natural es la participación de la ley externa
en la criatura racional. Su carácter obligatorio se deriva en la última instancia
de la voluntad de Dios.
Los principios más generales de la ley natural son:
- Hay que hacer el bien y evitar el mal. Este primer precepto puede ser
especificado luego en un orden concreto de preceptos que comprende la
conservación de la vida, las relaciones sexuales, la educación de la prole,
ósea, lo que la naturaleza ha enseñado a todos los animales.
- Precisamente, respecto a la vida en sociedades hay que tener presente
que el objetivo de las leyes humanas que se promulguen debe ser el bien
común.
- Por último diversos pensadores ven el decálogo bíblico el conjunto de
normas-principios de convivencia básicos de la ley natural.
La ley natural en sus tres constituyentes: La norma discriminatoria, la norma
imperativa (norma obligans) y la norma manifestante.
1) Como ya hemos visto, la norma discriminatoria está en la misma
naturaleza humana, considerada objetivamente. Es, por así decirlo, el
libro donde está escrito el texto de la ley y la clasificación de los actos
humanos entre buenos y malos. Estrictamente hablando, nuestra
naturaleza es la norma o estándar discriminatorio próximo. La norma
última o remota, de la cual es el reflejo y aplicación parcial, es la
naturaleza divina misma, el fundamento último del orden creado.
2) La norma obligatoria o imperativa es la autoridad divina, que le impone a
las criaturas racionales la obligación de vivir conforme a su naturaleza, y
así con el orden universal establecido por el Creador. Contrario a la teoría
de Kant que no debemos reconocer otro legislador que la conciencia, la
verdad es que la razón como conciencia es sólo la autoridad moral
inmediata a la que estamos llamados a obedecer, y la conciencia por sí
misma debe su autoridad al hecho de que es el portavoz de la voluntad e
“imperium” divinos.
3) La razón es la norma manifestante (norma denuntians), la cual determina
la cualidad moral de las acciones tratadas por la norma discriminatoria. A
través de esta facultad percibimos qué es la constitución moral de nuestra
naturaleza, qué clase de acción requiere, y si una acción particular posee
este carácter requerido.
La exposición de Santo Tomás de Aquino es, al mismo tiempo, la más simple
y filosófica. Comenzando por la premisa de que el bien es lo que
principalmente cae bajo la aprehensión de la razón práctica, o sea, la razón
actuando como dictador de la conducta y que, en consecuencia, el principio
supremo de acción moral debe tener el bien como su idea central, él afirma
que el principio supremo, del cual se derivan todos los otros principios y
preceptos, es que se debe hacer el bien y evitar el mal.
1.4 La Ética como premisa del ejercicio profesional.
La Ética de las Profesiones propone principios válidos para todas las
profesiones (dignidad, justicia, responsabilidad, etc.) aplicando los principios
de la Ética General de las Profesiones a campos de actividad profesional
determinados y asumiendo los criterios científicos y la experiencia de buenas
prácticas como principios para el proceder ético, los principios propios de la
Ética de las Profesiones serían:
1. Poner los conocimientos y habilidades profesionales al servicio del bien
de los clientes o usuarios (Principio de beneficencia: hacer el bien). En
consecuencia:
- No utilizar los conocimientos para hacer daño (maleficencia).
- No servirse de ellos para fines espurios, como es traficar con el poder,
las influencias o la información que pueden proporcionar la profesión o el
puesto de trabajo para obtener beneficios en temas ajenos al servicio
profesional.
2. Proceder siempre con responsabilidad profesional:
- Conservar, mejorar y actualizar la competencia profesional.
- Cuidar la calidad técnica y humana del servicio.
- Actuar con autonomía.
- Autoevaluar las actuaciones y comportamientos profesionales.
- Responder a las expectativas de la ética cívica sobre la profesión.
En cuanto al vigor y fuerza imperativa de estos preceptos y conclusiones, los
teólogos los dividen en dos clases:
• Primaria: a esta clase pertenecen aquellos que deben observarse, bajo
todas circunstancias, si se ha de mantener el orden moral esencial.
• Secundaria: son aquellos cuya observancia contribuye al bien público y
privado y se requieren para la perfección del desarrollo moral, pero no son
tan absolutamente necesarios a la racionalidad de conducta que no puedan
ser legalmente omitidos bajo algunas condiciones especiales.
La educación social ha cerrado un ciclo y se encuentra en un momento clave
de su desarrollo en el que hay que plantearse nuevos retos. Como mínimo, se
están dando dos circunstancias determinantes que nos permiten hacer esta
afirmación: en primer lugar, haber “resuelto” de manera satisfactoria la
construcción básica de la propia identidad profesional y haberse hecho un
espacio bien definido en el conjunto de las profesiones educativas y sociales;
en segundo lugar, encontrarse ante el proceso de convergencia europea, que
requerirá un ahondamiento importante en la definición exhaustiva de las
competencias profesionales y un nuevo impulso a los aspectos clave de la
profesionalización de la actividad.
El educador o educadora social no es ni ha de ser un filósofo; es una persona
capacitada técnicamente, que tiene sensibilidad moral, que sufre las
contradicciones de la profesión, que tiene dudas éticas y que necesita
instrumentos que le ayuden a resolverlas. Hay que tener todo esto en cuenta
porque el sistema se debe mover en una complejidad ético-filosófica que
cualquier profesional pueda seguir. Eso no quita que, como veremos más
adelante, será necesario que el profesional tenga una mínima cultura en
cuestiones éticas pero el objetivo no es necesariamente “culturizarlo” en el
terreno de la deontología y la ética de manera exclusiva (aunque esto puede
resultar muy positivo). Dicho con otras palabras: desde la perspectiva de las
éticas aplicadas, ni sirve el filósofo desconocedor de la lógica de la profesión
ni el profesional experto sin una mínima cultura filosófica. Normalizar la
presencia de los valores en la tarea cotidiana de una profesión pasa por
mantener un equilibrio entre los lenguajes del saber ético y del saber técnico
en una especie de “bilingüismo”.
Tema 2: La Ética en los entornos de la actividad social.
2.1 Ética y Educación.

“No hay educación sin ética. Aquello que distingue la educación del
adoctrinamiento es precisamente que la primera tiene ineludiblemente un
componente ético”.
La ética como disciplina es analizar los preceptos de moral, deber y virtud
que guían el comportamiento humano hacia la libertad y la justicia.
El carácter singular, excepcional del individuo humano es, sin duda, uno de
los aspectos más olvidados en el discurso y práctica educativos, y su
influencia se ha hecho sentir en una enseñanza demasiado escorada al
cultivo de la inteligencia, marginando otras dimensiones del ser humano
indispensables para una formación integral.
Nuestra praxis educativa y nuestro discurso pedagógico no se pueden
desligar de cómo entendemos al ser humano, de cómo nos relacionamos
con los demás y con el mundo.
Educar ya no se identifica con instruir o enseñar. Implica, además,
apropiarse de los valores éticos que hacen del ser humano un sujeto moral,
es decir, responsable; una educación que capacite al educando para leer e
interpretar los acontecimientos de su tiempo; que frente a los retos de la
sociedad actual.
En cada acción educativa se transmiten, inevitablemente, determinadas
preferencias, actitudes y valores, ligados a la cultura en la que aquella se
realiza. La dimensión ética forma parte inevitable de nuestro equipaje
humano. También la acción educativa, como conducta humana, está
sometida a la servidumbre de la ética. Educar es ya una tarea moral;
refugiarse en la enseñanza de unos contenidos meramente instructivos, al
final, se ha mostrado como una pretensión ingenua. La decisión misma de
transmitir unos contenidos u otros es ya una opción moral, en cuanto se
estima valiosa para contribuir a la “mejora” de los alumnos.
La educación intenta ser el eje de los comportamientos éticos pero a veces
ese eje se ve cortado por la vida familiar o social de cada uno de los seres.
A pesar de eso, el procedimiento educativo no se detiene e insiste en el
camino para lograrlo.

2.2 Ética y Revolución científica y Tecnológica.

“El conocimiento de las cosas no se debe investigar a partir de sus nombres.


No, ellas deben ser estudiadas e investigadas en sí mismas”. Platón
Los valores éticos tienen un papel fundamental en los sistemas axiológicos
de nuestras culturas, ya que propician normas de acción que determinan
modelos de comportamiento, criterios de apreciación y ciertas motivaciones
a partir de las cuales se cristalizan objetos específicos. Es necesario analizar
la manera en que se estructura el esquema de los valores éticos, para poder
distinguir las diferentes categorías y jerarquías de problemas que provocan
diversos impactos en las culturas y en la vida privada y pública de la
ciudadanía. El crecimiento exponencial de la ciencia y la tecnología
constituye un indicador fundamental en el examen de tale esquemas
axiológicos. Los valores originarios no constituyen la normatividad de las
acciones y de las conductas. En realidad solo proporcionan orientaciones
generales o ciertas directrices a partir de las cuales se pueden generar
normas concretas.
Los avances de la ciencia y la tecnología propician nuevos escenarios que
reclaman esfuerzos específicos de creación ética, no únicamente en
aplicaciones concretas, sino en los principios a cuya luz pueden tomarse
ciertas decisiones.
Entre normas, actitudes y acciones, están las posturas y visiones de seres
humanos en contexto determinado. Las normas son válidas solo en la
medida en que son asumidas en los comportamientos. Entonces, debemos
tener en cuenta los factores que otorgan a los criterios su pertinencia social.
El problema radica en reconocer como valido el sistema de valores éticos.
Las motivaciones constituyen una parte fundamental del dominio ético, en el
reconocimiento y aceptación de criterios que tiene, a la vez, carácter
individual social. De esta manera, pueden deducirse mecanismos que
aseguren que los individuos asuman representaciones y símbolos
producidos por una colectividad en su contexto tradicional y en su evolución
histórica.
Una posible similitud entre la profunda tendencia evolutiva del sistema
científico-tecnológico y la teleología inmanente de la voluntad de libertad
consiste en que en las dos existe un principio de autonomía, como
fundamento regulador. Por contrapartida, no podemos olvidar que en su
vertiginosa evolución autoconsciente, el sistema científico-tecnológico se
aleja paso a paso de los seres humanos, aunque deba su evolución y
desarrollo a estos. Como consecuencia, la ciencia y la tecnología tienden a
construir sistemas autónomos y, precisamente por ello, a constituir un lugar
por excelencia del libre albedrío. De la ciencia y la tecnología nacen
situaciones nuevas que reclaman un planteamiento específico de creación
ética, no solo en las decisiones concretas que pueden tomarse en el curso
de la acción, sino también en los principios a cuya luz pueden originarse
decisiones trascendentes. Para situar zonas y modalidades del impacto de
la ciencia y la tecnología en el campo de la ética, debemos examinar cómo
la ciencia y la tecnología modifican la naturaleza de la voluntad libre. La
voluntad libre es el poder puro y exigencia pura, su acción solo es efectiva
en la medida en que pueda llegar a inscribirse en el curso de los
acontecimientos.
Para situar zonas y modalidades del impacto de la ciencia y la tecnología en
el campo de la ética, debemos examinar cómo la ciencia y la tecnología
modifican la naturaleza de la voluntad libre. La voluntad libre es el poder puro
y exigencia pura, su acción solo es efectiva en la medida en que pueda llegar
a inscribirse en el curso de los acontecimientos. La ampliación del dominio
dela ética viene acompañada dela creación de nuevos problemas,
planteados por los científicos y por la evolución tecnológica. La ciencia y la
tecnología esbozan básicamente dos categorías de problemas: unos
relativos al funcionamiento mismo de la ciencia y la tecnología, y otros
engendrados indirectamente por su desarrollo (Jean Ladriere, 1978). Surgen
problemas intrínsecos que dependen de la responsabilidad delos científicos
y, por lo que respecta a la tecnología, a la de los expertos. El hecho de ser
un especialista competente en cualquier campo del conocimiento, le confiere
una responsabilidad social que, en ciertas circunstancias, puede tener una
gran trascendencia. Con la ciencia y la tecnología aparecen nuevos
problemas que suscitan también la aparición de nuevos valores. La variación
de la normatividad ética, luminosa atestiguadas por la historia de las culturas,
son suficientes para hacer ver que los criterios concretos de una ética no
están dados a priori, que la ética es histórica, es decir, que se gesta una
progresiva emergencia de normas y, como consecuencia tiene lugar una
nueva creatividad axiológica. Estos nuevos problemas surgen
constantemente en forma acelerada y exigen la intervención de un juicio
ético inmediato.
2.3 Problemas éticos de nuestro tiempo: Bioética.

Es el estudio sistemático de la conducta humana en el ámbito de las ciencias


de la vida y el cuidado de la salud, examinada a la luz de los valores morales
y sus principios. (Enciclopedia de Bioética - 1978). Es una ética fundada
sobre la razón y sobre el valor objetivo de la vida y de la persona. El primero
en hablar es el Dr. Van Reuaer Potter, escribe “Bioetic Bridge of the future”
(Bioética: Puente hacia el futuro) (New York 1971). La Ética debe señalar el
ideal tensional utópico de los valores a los que el hombre debe dirigir sus
pasos. La ciencia habla del ser y la bioética del deber ser, esta es la primera
diferencia importante. La bioética es el saber que trata del deber; las otras
ciencias describen los seres o hechos sin hacer una valoración moral. La
dinamita no es buena ni mala en sí misma, puede servir para abrir una
carretera o hacer un atentado y causar la muerte. El ser humano es el que
da “sentido” a la naturaleza; él hace que los seres naturales sirvan o no para
su bien y del universo. Los científicos y técnicos deben actuar éticamente
cuando trabajan la ciencia y la tecnología. La ciencia no es un fin sino un
medio para el progreso del ser humano. Se justifica si lo promueve, si ayuda
a su perfeccionamiento, o de lo contrario no tiene sentido, aunque la
comunidad científica considere muy importante tal o cual experimento. A la
ciencia no le está permitido todo. Lo que es técnicamente posible no es, por
esa sola razón, moralmente admisible. Debe respetar los valores de la vida,
su racionalidad, libertad, comportamiento moral, dignidad y la integridad
física, síquica y espiritual del ser humano.
Bioética (clonación, genoma humano). En la actualidad la clonación posee
dos ramas: la reproducción del organismo mediante la copia de su genoma
y la finalidad terapéutica, que incluye la clonación de órganos y tejidos
usados generalmente para el trasplante de órganos dañados por otros en
buenas condiciones. La bioética enfoca la clonación reproductiva de forma
negativa o ilícita, por las implicaciones sociales y morales que ocasiona. La
clonación terapéutica es considerada importante e interesante desde el
punto de vista científico y ético, ya que puede conducir a resolver varios
problemas de salud.
La clonación con fines de reproducción de seres humanos es una práctica
contraria a la dignidad humana, es posible calificarlo como una manipulación
genética, ya que los resultados no pueden ser los esperados ocasionando
algún daño a los protagonistas de este acto.

Tema 3. Ética y valores.


3.1 Concepto de Valor.

Los valores posibilitan la determinación de nuestras prioridades, y ayudan a


encaminar la vida del ser humano a una autorrealización; estas creencias
permiten elegir al hombre entre una situación u otra, o entre una cosa u otra.
Son aquellas virtudes, principios o cualidades que determinan a un
individuo, a un objeto, o a una acción que se cree especialmente positiva o
de mucha prevalencia dentro de un grupo social. La definición de valores
señala que son cualidades que resaltan en cada persona y que, a su vez, lo
promueve a actuar de una manera u otra porque es parte de sus creencias,
caracterizan su comportamiento y demuestran sus sentimientos y sus
intereses. La palabra valores viene del latín “valere” lo que significa “ser
fuerte”.
Los valores constituyen componentes inevitables en el mundo humano por
lo que educar en valores es una necesidad ineludible en la sociedad actual.
Es imposible imaginar una vida humana sin valores, especialmente sin
valores éticos, pues no existe ningún ser humano que pueda sentirse más
allá del bien y del mal, sino que todas las personas somos inevitablemente
morales.

3.2 La enseñanza de los valores en la actualidad.


La educación en valores es un concepto amplio y complejo, que exige la
implicación tanto de los maestros y de la comunidad educativa como muy
especialmente de los padres y también de la sociedad en general.
Educar en valores significa extender el alcance de la educación de manera
que no se limite a la enseñanza y el aprendizaje de materias, habilidades y
temarios, planteándose metas relacionados con el ámbito moral y el civismo,
con el objetivo final de formar ciudadanos responsables, a través de la
educación de valores, se intenta potenciar y afianzar una cultura y una forma
de ser y comportarse basadas en el respeto a los demás, la inclusión y las
ideas democráticas y solidarias.
En el entorno actual, caracterizado por la complejidad social y globalización
económica y cultural, educar en valores se perfila como una cuestión
imprescindible para formar ciudadanos que sean capaces de asumir los
nuevos retos y comprometerse activamente, jugando un papel activo y eficaz
en la construcción de un mundo mucho más justo, inclusivo, equitativo e
intercultural.
El principal valor de la educación reside en su capacidad para actuar como
un instrumento que ayude a crear una sociedad mejor, compuesta por
ciudadanos críticos y responsables, dispuestos a comprometerse por una
sociedad más justa e igualitaria que apueste por la promoción de la salud, el
medio ambiente, el consumo racional y el desarrollo sostenible.
Tanto la educación tradicional como la educación en valores son
imprescindibles para el crecimiento personal y nos ayudan a definir nuestros
objetivos vitales. Sin embargo, mientras la primera nos instruye en el
conocimiento social, científico y humanístico; la segunda nos forma
como buenos ciudadanos. A diferencia de la tradicional, en la educación en
valores no hay distinción entre lo que sucede dentro y fuera de las aulas.
PRINCIPALES VALORES EDUCATIVOS
La educación en valores trata diversos temas relacionados con el civismo y
la ética entre los que destacan:
- La empatía:
Al ponernos en el lugar de otras personas a nivel cognitivo y
emocional, mejoramos la capacidad para resolver conflictos y entender las
opiniones de los demás.
- La igualdad de oportunidades:
El principio de que todos somos iguales es uno de los pilares de la
democracia y, además, favorece la inclusión social y la vida comunitaria.
- El respeto al medio ambiente:
La educación en valores nos conciencia sobre las consecuencias de
nuestros actos en el planeta y nos inculca el respeto por la naturaleza.
- El cuidado de la salud
Debemos minimizar los riesgos para la salud fomentando las actitudes
adecuadas y abordando la educación sanitaria desde una perspectiva
dinámica, personal y colectiva.
- El pensamiento crítico:
Esta forma de razonar nos vuelve más analíticos y observadores, nos
enseña a reconocer la información de calidad y nos ayuda a resolver mejor
los problemas.
3.3 La crisis de los valores.

Crisis de valores Crisis de valores en la sociedad actual La crisis de valores


que vivimos en la actualidad, se manifiesta en todos los aspectos de la vida
humana: en el modo de hablar, de relacionarse, de vestirse, en la forma en
que se quiere acumular todo, ya sean posesiones materiales, información o
hasta gente, y también en el ambiente laboral. Sin embargo, el ser humano
entre más tiene, más vacío se siente, ya que el consumismo exagerado lo
aleja de los valores y principios morales que son la base de su existencia.
Cada vez es más notable la tendencia general de la sociedad hacia el
consumismo, las personas valen de acuerdo con lo que tienen sin importar
cómo lo hayan conseguido.
Los valores, no sólo son una cuestión personal, sino que repercuten en todos
los ámbitos de la sociedad. Ésta es la razón por la que una crisis de valores
a nivel personal se refleja en la sociedad en su conjunto y se constituye en
un problema social, del cual se deriva una serie de acciones y conductas
poco éticas que vemos día a día en nuestro entorno, tanto en la política, la
economía y por supuesto, en las organizaciones, tanto públicas como
privadas.
La problemática que ha originado esta crisis de valores tiene su origen en la
infancia, ya que es en esta etapa cuando se forjan muchos de los valores
que dirigirán la vida de una persona, y es por esto que resulta de vital
importancia que los niños reciban en sus familias y en las escuelas una
educación integral, centrada en la persona como ser único e irrepetible. De
esta manera, al pasar los años y convertirse en adultos, esas personas serán
capaces de desarrollar un pensamiento ético y tendrán una visión diferente
de la vida.
La familia es la base de la sociedad. Incentivar no solo en los colegios sino
en los foros sociales valores tales como la amistad, cooperación, justicia,
equidad, confianza y tolerancia. Que estos valores sean tomados en cuenta
como premisa del trabajo en equipo de las comunidades. La religión también
es parte fundamental de la sociedad, el ser humano debe mantener
creencias religiosas y sentir temor al castigo moral.
Uno de los mayores problemas de la sociedad actual, es que carece o no
quiere respetar los valores morales, que representan la guía o el código de
reglas que son necesarias para la mejor convivencia colectiva. En
consecuencia, si no tratamos de conducirnos en nuestra vida cotidiana,
tomando como referencia estas reglas morales o de conducta, estaremos
viviendo en iguales condiciones que en aquellas etapas de la historia
humana, donde prevalecía la violencia, la inmoralidad, y el libertinaje como
forma de vida, sin medir los resultados de tales acciones.
son los medios de comunicación, en gran medida, los responsables de estas
transformaciones, ya que ellos han permitido la salida a la superficie de las
voces de todas las culturas, de todos los subgrupos, los cuales llenan de
agresividad y libertinaje las pantallas de los televisores, los diarios y las
radios, influyendo considerablemente el comportamiento actual. Lo que ha
llevado a buscar la libertad de hacer la mí voluntad, sin respetar los derechos
del otro, exigiendo con violencia lo que ellos entienden "su verdad y sus
derechos". La violencia que se ve en el cine, la televisión, internet, y también
en la calle, la cual se suma a una educación familiar, cada vez más
devaluada debido a las ocupaciones laborales de ambos padres, para poder
otorgarle a sus hijos una calidad de vida que no incluye el amor ni la
comunicación entre padres e hijos.
Tema 4. La Ética y la interacción profesional.
4.1 La vocación.

La palabra vocación proviene del latín vocare que significa llamado o acción
de llamar, se entiende como llamado hacia un determinado fin o destino. El
concepto ha cambiado, la vocación se entiende como una realización
personal acorde con las estructuras aprobadas por la sociedad.
Emmanuel Mounier (1936), uno de los más prominentes pensadores del
personalismo cristiano afirma que la vocación es un principio creador; es el
descubrimiento progresivo de un principio espiritual de vida que no reduce
lo que integra, sino que lo salva, lo realiza al recrearlo desde su interior.
José Cueli (1973), señala que la vocación es el llamado a cumplir una
necesidad, es un toque de clarín, que cada persona oye y siente a su
manera: es un impulso, una urgencia, una necesidad insatisfecha; la
satisfacción de esa necesidad es la satisfacción.
Eduardo Spranger (1942), menciona a la profesión o labor como la
“objetivación de la vocación”, en la inteligencia de que la educación es
inherente a la subjetividad del hombre, es parte del mismo sin ser
determinista o determinante.
Mounier, menciona que la vocación es individual, inusurpable y debe ser
construida y descubierta por quien elige, es individual pero compartida de
manera responsable y creativa (Rimada, Op.cit). Vocación es la disposición
particular de cada individuo para elegir la profesión u oficio que desee
estudiar y ejercer, de acuerdo con sus aptitudes, características psicológicas
y físicas, motivaciones y marcos de referencia socio-económicos y cultural
(De Egremy, 1982).
La vocación es el llamado a cumplir una necesidad pero no es el
cumplimiento; el cumplimiento es la profesión. La vocación es un impulso,
una urgencia, una necesidad insatisfecha; la satisfacción de esa necesidad
es la profesión. Si el hombre se satisface adecuadamente, obtendrá
relajamiento de tensiones, tranquilidad, paz (Cueli, Op.cit).
Componentes de la vocación; La vocación participa de la naturaleza de las
tendencias afectivas las cuales son disposiciones que yacen en el
inconsciente y que se manifiestan en aquellos actos hacia los que nos
orientan y cuando surgen a la conciencia, se impregnan de un fuerte tono
afectivo.
El segundo elemento de la vocación lo encontramos en el mundo de los
valores socioculturales, las tendencias vocacionales orientan al ser humano
hacia una determinada esfera de valores necesarios como marco de
referencia y estructuración de la personalidad individual.
El factor representativo lo constituye el objeto o la actividad hacia donde la
vocación orienta a la persona (Vidales, Op.cit).
Definiciones de orientación vocacional. La orientación vocacional es la
colaboración no directiva con el consultante que tiende a restituirle una
identidad y/o promover el establecimiento de una imagen no conflictiva de
su identidad profesional (Naval, 1993, p.44.).
Armienta (1979), confiere a la orientación profesional como las siguientes
responsabilidades: Estimular las vocaciones, solidificar aptitudes e
intereses, vincular o ligar niveles terminales de educación con las
necesidades de producción de bienes y servicios.
El termino orientación, proviene del verbo latino orientar-orien-entis, y
significa “lugar por donde sale el sol”, o guiarse u orientarse por el este
(Rimada, Op.cit). La orientación profesional es una conducción planeada y
consecuente del joven en la búsqueda y encuentra la profesión conveniente
(Jeangrus, 1992, p.146).
La orientación vocacional es el tratamiento psicotécnico mediante el cual se
estudia y dirige al individuo para que pueda elegir inteligentemente su
ocupación, oficio, arte o profesión. Es un antecedente profesional, una
investigación preliminar para una acertada ocupación en la vida. Su
propósito es ayudar al adolescente a explorar y descubrir sus propias
aptitudes a fin de que el mismo escoja la elección preliminar de la clase de
estudios y aprendizaje que le conviene para elegir un plan de vida (Oliver,
1992, p.516).
Orientación es la acción y efecto de orientar u orientarse. Posición o
dirección de una cosa respecto a un punto cardinal. Orientar significa
informar a una persona de lo que ignora o desea saber, del estado de un
asunto o negoció, para que sepa manejarse en él. También es dirigir o
encaminar una cosa hacia un fin determinado (Diccionario de la Lengua
Española, 1992, p.1053).
De acuerdo con algunos estudios del comportamiento del adolescente, es
un campo adecuado para la actividad profesional de científicos sociales,
sobre todo psicólogos y pedagogos. Por tanto, la orientación constituye una
amplia gama de tareas tanto de carácter pedagógico como psicológico,
particularmente a nivel de diagnóstico, investigación, prevención y
resolución de la problemática vocacional. En la etapa de la adolescencia se
presentan dificultades y se procura soluciones de índole vocacional, y en el
período de los 15 a los 19 años, aproximadamente, se delimitan con mayor
claridad los conflictos relativos a la decisión de ingresar al mundo de las
actividades propias del adulto en términos ocupacionales. Incluso; se ha
planteado como una constante que la orientación vocacional existen dos
modalidades de intervención básicamente: la actuarial y la clínica.
La importancia del momento en que los adolescentes están en situación de
decidir o elegir una profesión, radica en que sea él mismo quien tome en sus
manos la tarea de decidir, es decir, no corresponde al orientador decidir por
el adolescente (Manzanilla, Rojas, Álvarez, 1996, p.5).
Puede decirse que alguien ha encontrado su vocación cuando consigue
ubicarse en una ocupación, trabajo o actividad en la que, empleando el
mínimo esfuerzo, obtenga el máximo rendimiento para sí y para los demás.
A esto debe agregarse la felicidad, o sea, que no sienta el trabajo o actividad
como un castigo, sino como una oportunidad de realizarse como persona,
que se interese por todas las posibilidades de progreso, que esté atento a
nuevas formas de realización personal. La orientación vocacional consiste
en lograr que el alumno descubra sus virtudes y defectos, sus alcances y
limitaciones, sus posibilidades y barreras, a fin de que se acepte tal como
es; de esta forma se encontrará la actividad para el hombre y no el hombre
para la actividad.
Dos enfoques de la definición de orientación a pesar de que se acepta en
general, que la orientación es conveniente y que debe ofrecerse cada vez
en mayor grado, hay cierto desacuerdo acerca del significado de la palabra
“orientación”. Como esta misma palabra forma parte de nuestro lenguaje
común, no es un término acuñado por practicantes profesionales de una
determinada especialidad cada quien se siente en libertad de emplearlo
según su criterio; y todo esto, seguramente sin percatarse de que la persona
a la que se está hablando quizás atribuya a la palabra otro significado muy
distinto. Entre los orientadores profesionales, pueden distinguirse dos
interpretaciones, las más importantes de la función esencial de orientación,
que se deriva de dos líneas Principales de desarrollo histórico que
convergen en la profesión a la que nos referimos. De acuerdo con la primera
interpretación, el objetivo fundamental de la orientación es facilitar las
elecciones y decisiones prudentes, de acuerdo con la segunda, el propósito
primordial es promover Adaptación o a la salud mental (Tayler, 1979, p.28).
Tipos de orientación; Orientación escolar: La orientación escolar es un
proceso de ayuda al alumno en cuestiones relacionadas con la situación
escolar para que, a lo largo de su recorrido, realice elecciones de acuerdo
con sus intereses, capacidades y situación personal.
Orientación profesional: La orientación profesional es un proceso de ayuda
al sujeto para la decisión, formación y ubicación profesional que trata de
integrar las exigencias personales con las necesidades sociales.
Orientación vocacional: La orientación vocacional es el conjunto de
procedimientos, métodos y programas que en función de las características
individuales y de las necesidades económico-sociales, permiten detectar las
posibilidades de mayor rendimiento en la futura ocupación del sujeto. El
objetivo de la orientación vocacional es el guiar y asesorar adecuadamente
a los estudiantes del nivel medio superior, contribuyendo a:
-Racionalizar la demanda creciente de educación superior.
-Combatir el problema de saturación en algunas carreras y el desinterés por
otras, sean universitarias o técnicas.
-Disminuir la deserción y la pérdida económica y social que este fenómeno
implica.
- Obtener el máximo provecho de los esfuerzos de todo tipo que el país
realiza en educación superior.
- Formar profesionistas críticos y comprometidos en el mejoramiento de las
condiciones de la vida de la población.
- Dar a conocer las características específicas de cada carrera, cómo es el
mercado de trabajo en el que se desenvolverá, cómo ha sido y es el
desarrollo científico y tecnológico y como es la realidad económica de las
profesiones a que tiene acceso.
- Dar a conocer un visón del país, en sus problemas económicos, sociales y
políticos.
Factores de la vocación: Disposición particular Se trata de la condición
psicomotriz de cada persona para realizar, una acción o para no hacerla, es
decir, que se encuentre dispuesta a actuar o a no actuar por su propia
voluntad, lo que implica, consecuentemente, el ejercicio de su libertad de
pensamiento y de acción.
Elegir Proceso mental consistente en la toma de una decisión entre dos o
más alternativas. Cuando en el proceso de la decisión, una de las
alternativas es significativamente más valiosa, por sus ventajas, factibilidad
y asequibilidad, la elección suele ser sencilla y sin complicaciones. Cuando
entre las alternativas posibles existen dos o más, igual mente valiosa, se
crea una situación psicológica de conflicto en la persona que tiene que llevar
a cabo la elección. Para eliminar la situación de conflicto es recomendable:
a).-Obtener toda la información que sea posible respecto al asunto del cual
haya que decidir;
b).-Analizar, a fondo, cada una de las posibles alternativas;
c).-Determinar la factibilidad de cada una de ellas, es decir, si realmente
pueden llevarse a la práctica.
d).-Jerarquizar las alternativas.
e).-Establecer las estrategias y controles para la realización de nuestra
elección. Cuando se sigue este sencillo proceso en la elección de una
alternativa, es más probable que la decisión sea acertada y, sobre todo, se
evitan situaciones de conflicto o sentimientos de culpabilidad por haber
elegido por impulso y no haber acertado. Y, siendo la elección vocacional,
una decisión de la mayor trascendencia para el joven, resulta válido insistir
en la importancia que tiene para su vida futura, la elección idónea de la
profesión u oficio que pretende estudiar y ejercer.
Profesión u oficio. En los seres humanos, aun siendo biológicamente
iguales, se perciben notables diferencias, al grado de que podría afirmarse
que no existen dos personas exactamente iguales, ni física ni psicológica
mente. Existiendo, en consecuencia, substanciales diferencias físicas,
psicológicas, culturales y sociales entre los individuos, es explicable que
existan diferentes intereses, Motivaciones, metas, ideales y ocupaciones
entre las personas, que, de alguna manera, le permitan su autorrealización.
La vocación es el derecho inalienable de cada individuo para elegir la
ocupación -profesión u oficio- que prefiera estudiar y ejercer. La selección
vocacional es, en síntesis, el ejercicio de un derecho personal la libertad de
cada ser humano de ser lo que quiera y de hacer aquello que le gusta hacer
y para lo cual tiene aptitudes y puede desarrollar habilidades. El hombre es
la medida de todas las realizaciones y todo trabajo honesto realizado por el
ser humano es magnificado por su intención y por sus logros.

4.2 El Ser y el Deber.


La ética y la moral se refieren a las costumbres humanas, ambas hablan de
normas de conducta, del ser y del deber ser; sin embargo, aunque se
relacionan, son conceptos distintos.

La diferencia entre el ser y el deber ser radica en los valores morales y éticos
de las personas. Solo aquellos individuos que tengan claro cuáles son los
valores morales y éticos que deben regir su vida dentro de la sociedad serán
capaces de llevar adelante una vida enmarcada dentro de lo que es el deber
ser.
En la ética uno es juez y parte de su conducta, es responsable de lo que
hace conforme a su conciencia; la moral, en cambio se refiere a normas
impuestas por una sociedad, por lo que va cambiando de acuerdo a la época.

4.3 Libertad, Responsabilidad y Compromiso.

Periodistas, médicos, jueces, arquitectos, maestros, profesores, políticos,


portavoces y profesionales con atribuciones, ¿qué deben hacer ante las
instrucciones de La Superioridad cuyos contenidos no comparten? Cuando
un medio de comunicación cambia de criterio y modifica sustancialmente
una línea editorial que un periodista no comparte ¿qué debe hacer para
mantener coherencia en sus postulados? ¿Un periodista puede exculparse
culpabilizando al Medio de Comunicación en el que trabaja argumentando
que le obliga a escribir lo que publica con su firma? Muchos lo hacen, un
buen número de periodistas de Canal 9, de Canal Sur, de Tele Madrid o del
resto de los medios de comunicación culpan al medio en el que transmiten
las noticias firmadas por el mismo autor que pretende exculparse. Emitir las
noticias demanda un medio y un autor del contenido. No hay asepsia en ese
proceso, no se han inventado aún las máquinas para difundir las noticias.
Toda noticia tiene un autor. Con la edad, solemos entender más la necesidad
de mantener el status (social y económico) y, por ende, adquirimos una cierta
comprensión con las personas que ante la necesidad imperiosa de no perder
privilegios, embrutecen su alma y perviertan su espíritu por una causa a la
que le otorgan mayor importancia. Por tanto, se entiende que un periodista,
un juez o un político pueda abdicar de sus ideas asumiendo un discurso que
no comparte, por las razones que sean, la mayoría relacionadas con el
estatus y con el dinero. Sin embargo, no se puede aceptar que esas mismas
personas pretendan dar lecciones de moral, porque este tipo de
comportamientos pueden ser comprensibles, pero no son éticos, porque no
aportan progreso al mundo, si no que contribuyen a embrutecerlo.
El problema se agrava cuando estas conductas perniciosas se revisten con
los ropajes del Estado, de la Justicia, de la Paz o de la Libertad para justificar
actos inmorales, que se pueden entender pero no aceptar. Se pueden
entender porque las personas tienen necesidades que desean satisfacer o
se alcanzan niveles de vida a los que no quieren renunciar. Por esta razón,
debemos reconocer que son actos humanos, comprensibles y pero
repudiables. Los medios necesitan de la colaboración necesaria de un
redactor, sin ellos, no es posible transmitir la noticia, porque la Entidad no
tiene otra forma de hacerlo. La noticia tiene un binomio necesario Medio-
Periodista, la información es el resultado de la intersección de ambos. Motivo
por el que el periodista-emisor de la noticia es el responsable del contenido
de la misma, como no puede ser de otra forma.
Reconocer que la Ley les otorga a ellos, exclusivamente, la facultad para
decidir, nadie lo puede hacer en su lugar. Un Juez, un profesor, un periodista
o un político es libre para decir lo que piensa. Le ley le apoya y le otorga la
potestad de forma exclusiva y excluyente, ambas.
No es bueno que el profesional transfiera sus responsabilidades a la
Superioridad (el Medio, la Opinión Pública, El Consejo General del Poder
Judicial o el Jefe), porque de acuerdo con la Ley y con la moral, él es el único
responsable del resultado final, nadie más. No es bueno, porque se auto
engaña y eso siempre es malo para quien lo hace. Puede ser una forma de
mitigar la amargura, pero no es recomendable porque provoca miseria
mental.
Puede hacer lo que entiende que se debe hacer según su criterio y posición.
Y por ende, puede emitir una sentencia, un artículo, una noticia o una clase
de acuerdo con su particular visión del mundo, porque nadie le puede quitar
ese derecho que le otorga la Ley. Y como es natural, asumir las
consecuencias inherentes a su decisión.
Puede asumir lo que le dice la Superioridad y embrutecer su alma a cambio
de mantener su status. Y este acto, puede ser comprensible por la
Comunidad si sus consecuencias no son graves, porque si lo son, no hay
ningún tipo de justificación para tales comportamientos que pueden aportar
alarma social en la Comunidad en la que se interacciona. La ética suele tener
un elevado coste para quien la práctica, no es un ejercicio baladí y, sobre
todo, no suele ser un aporte de valor solo positivo para los que la asumen
como un credo, porque aporta compensaciones morales a cambio de
grandes pérdidas económicas y de status social. Por esta razón, los
humanos, especialmente los que se ubican en puestos de responsabilidad,
a lo largo de su vida asumen ciertos niveles éticos o lo que es lo mismo, pero
en sentido inverso, que en algunos momentos de su vida han tenido que
asumir comportamientos poco éticos. Sin embargo, los seres extraordinarios
son aquellos que reconocen esos comportamientos, como lo que son,
aportes poco o nada éticos. El resto es engañarse a uno mismo, o pretender
hacerlo ante una Comunidad que afortunadamente cada día está más
informada.
4.4 La Ética Profesional en la Docencia.
La práctica docente requiere de la pasión por el servicio y ayuda al prójimo,
la formación y práctica de valores éticos para, de esta forma, ofrecerle a la
sociedad individuos solidarios, respetuosos, tolerantes, demócratas,
auténticos y apasionados por la justicia.
El docente es el responsable directo de una educación basada en valores,
por lo que debe poseer las cualidades: psicológicas, sociales y morales,
necesarias para educar a sus alumnos. Se requiere que el maestro esté
atento a las necesidades de los estudiantes desde una actitud de aceptación
y confianza sin sobrepasar los límites. La formación docente debe ser
permanente para lograr una práctica educativa transformadora que esté
respaldada por un compromiso ético, con la educación, comunidad
educativa y la sociedad, para alcanzar una sólida formación.
Los maestros como profesionales, realizan actividades cuyo aporte es el
intelecto, cuya principal finalidad es servir a la sociedad en la formación de
los estudiantes para mejorar su calidad de vida.
La naturaleza ética del profesional de la docencia se vincula estrechamente
con fenómenos tales como la vocación que se posea para su ejercicio, la
preparación real que se tenga para su desenvolvimiento, la disposición y
comprensión de que la misma constituye un servicio social a realizar, así
como el reconocimiento y la posesión de valores propios del individuo que
ejerce esta labor.

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