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Evolución demográfica del Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA).


Tratando de aportar en tiempos de pandemia del COVID-19.

Technical Report · September 2020


DOI: 10.13140/RG.2.2.30263.34726

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2 authors:

Fernando Ariel Manzano Bruno Carnovale


National Scientific and Technical Research Council Universidad de Buenos Aires
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Evolución demográfica del Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA).
Tratando de aportar en tiempos de pandemia del COVID-19.

Fernando Manzano1 y Bruno Carnovale2

El objetivo de esta reseña es simplemente un mera descripción, sin ánimo de


exhaustividad, pedimos disculpas por omitir cuestiones específicas, dimensiones
complementarias de análisis, y hallazgos introducidos por autores expertos en
diversas temáticas.

Hasta el siglo XVI el actual territorio argentino estaba habitado exclusivamente por su
población nativa3 ubicada mayormente en el noroeste –estimada en alrededor de 400.000
personas–, momento en que se produce la injerencia de los conquistadores españoles.
Durante los dos siglos del régimen monopolista español el territorio formo parte del
virreinato del Alto Perú (Halperin, 1972; Silveira, 1999; Brailovsky y Foguelman, 2009),
manteniendo la misma distribución poblacional –65% en el Noroeste, Centro y Cuyo, y el
35% en el Litoral, proporciones inversas a las actuales – (Comadran Ruiz, 1969).
El noroeste argentino (NOA) era la región más dinámica y densamente poblada–
(Giovannetti, 2005). Mientras que la región del litoral –las provincias de Santa Fe y
Buenos Aires–, alejada de las relaciones mercantiles de intercambio, dedicada a actividades
ganaderas de subsistencia, concentraba solo la décima parte de la población total (Ferrer,
2004).
A lo largo del siglo XVIII se produce el derrumbe de la potencia colonial hispánica
(Galeano, 1979). El desarrollo de la Revolución Industrial en Inglaterra generó el pase de la
fase comercial a la industrial en el capitalismo (Pique, et al., 2017). Asimismo la
Revolución Francesa impregnó el declive del absolutismo, y el estado de crisis financiera
de la monarquía española (Fernández Sarasola, 2011), llevó a la firma de concesiones con

1
Doctor en Demografía (UNC). Investigador Adjunto CONICET. Email: fernando14979@hotmail.com;
https://www.researchgate.net/profile/Fernando_Ariel_Manzano
2
Universidad de Buenos Aires (UBA). Email: brunocarnovale94@gmail.com.ar
3
La evolución demográfica indígena fue afectada completamente a partir de la llegada de los españoles
(Raimundo, 1981), sufrieron una elevada mortalidad debido al denominado “complejo trabajo-dieta-
epidemia” (Mellafe, 1964). Su cultura se perpetuo en los rasgos culturales y étnicos resultantes del proceso de
integración (INDEC, 1983, p. XII).

1
Inglaterra4, Francia y Holanda. Con el objetivo de proteger sus posiciones coloniales, la
corona española fundó en 1776 el Virreinato del Rio de la Plata–compuesto por una
población de 200.000 habitantes–, con capital en Buenos Aires5 debido a lo estratégico de
su puerto (Kossok, 1959; Silveira, 2003; Moreno, Mateo, 1997) –residían solo 24.2056
personas, correspondiente al 12,1% del total poblacional en 1776–.
En el marco del liberalismo como nuevo orden mundial, y de la expansión del imperio
británico en el comercio internacional, se produjeron las guerras de la independencia de los
países sudamericanos concluyeron con el Virreinato del Río de la Plata (Halperín Donghi,
1985).
Luego de la liberación formal de España en 1810, la incipiente burguesía porteña vinculada
vía el puerto7 de Buenos Aires a los intereses ingleses (Roffman y Romero, 1997), avanzo
en la expansión de la frontera8- 9 para la explotación de la ganadería extensiva –un atractivo
mercado para la economía británica y una coyuntura términos de intercambio favorables–
(Garavaglia y Gelman, 2003; Gelman, 2005; Ferrer, 2004). El centro territorial argentino se
fue desplazando, entre los años 1800 y 1869 el Litoral pasó de 100.000 a 850.000
habitantes –la mitad de ese crecimiento correspondió a Buenos Aires, que ingreso
tempranamente al proceso de modernización según patrones europeos (Silveira, 1999–,
produciéndose una declinación de la proporción correspondiente al noroeste10 –otrora la

4
Por ejemplo el Tratado de Utrecht de 1713 implico ceder el puerto de Buenos Aires a los británicos (Ferrer,
2004).
5
Durante el gobierno del virrey Juan José de Vértiz paso a considerarse Buenos Aires, como el principal
bastión en América del Sur. A comienzos del siglo XVIII la población de Buenos Aires era de solo 5.000
habitantes, mientras que en 1778 se incrementa a 37.130 (INDEC, 2016), debido a su crecimiento comercial
(Cuesta, 2006; Díaz y Moreno, 1999).
6
Respecto al padrón de 1744 esta cifra era 57,8% superior y un 54,1% más que la estimación realizada por
Manuel Trelles ese mismo año (Wainer, 2010). Hacia el año 1778 debido al crecimiento comercia la
población incrementó a 37.130 (INDEC, 2016; Cuesta, 2006; Díaz y Moreno, 1999). Mientras que a
comienzos del siglo XVIII la población de Buenos Aires era de tan solo 5.000 habitantes.
7
Inicialmente se produjo contrabando de plata e ingresos de manufacturas holandesas e inglesas (Silveira,
2003). Con la reglamentación del Libre Comercio en 1778, emancipado de Perú, se permitió el comercio
directo con España.
8
La frontera con los indígenas en la provincia de Buenos Aires se encontraba al sur del rio Salado
(Brailovsky y Foguelman, 2009).
9
Antes de 1810 el 90% de las exportaciones eran productos artesanales del interior, desde 1810 solo el 15%.
Hacia 1850 los productos pecuarios pasaron a representar el 90% de las remesas provenientes del exterior
(Ferrer, 2004). Las desigualdades territoriales regionales continuarán abiertas hasta la actualidad (Cao y Vaca,
2006).
10
La región Noroeste concentraba el 45,4% en 1778, desciende a 28,7% en 1869, continúa disminuyendo a
17,0% en 1895. Entre 1914 y 2010, presento un valor mínimo de 10,2% en 1970 y máximo 12,6% en 1914
(INDEC, 2012).

2
región más poblada del país que cae su participación del 43% al 26%–, perjudicando
fuertemente su producción tradicional vinculadas con la pasada economía potosina
(Margulis, 1977).
En 1853 con la primera constitución liberal (Moran, 2000), se le otorgó a los extranjeros los
mismos derechos civiles que a los nacionales (Modolo, 2016). En un contexto internacional
en el que destacaban las grandes oleadas migratorias interoceánicas hacia los países del
llamado Nuevo Mundo –una significativa corriente migratoria en el norte del continente–
(Arceo, Fernández y González, 2019), los intentos de atraer europeos no presentaron
buenos resultados11(Margulis, 1977).
Tras 70 años de luchas civiles se abolieron las milicias provinciales (Rapoport, 2007;
Raimundo, 1981), quedando hacia 188012-13 el dominio total del territorio en manos del
gobierno nacional. El advenimiento del Estado nacional (Raimundo, 1981), propicio las
bases del “modelo agroexportador” (Rofman y Romero, 1997).
El crecimiento del modelo agroexportador se apalancó en la fuerte introversión inglesa,
sumado a una coyuntura del mercado internacional de capitales interesada en la renovación
de la producción pampeana (Míguez 2006; 2008; Hora 2010). La red ferroviaria argentina
instalada fue diseñada para aprovechar las ventajas comparativas en la producción de
alimentos y materias primas en el sistema de división internacional de la producción, su eje
era el puerto de Buenos Aires y el trazado en forma de “abanico”, concentrando la actividad
económica en la región pampeana. Se generaron las condiciones para el ingreso de una
cantidad de inmigrantes de ultramar equivalente al 29,9% del total de habitantes14 en 1914.
Resultando la Argentina en las dos primeras décadas del siglo XX, el país de América con
mayor participación relativa de inmigración extranjera (Lattes, et al., 1986), y la más alta de
su historia (INDEC, 1998; Modolo, 2016).

11
En 1876 se dicta la primera ley general (Ley de Inmigración y Colonización Nº 817–Ley Avellaneda–
(Modolo, 2016). La ley basaba el progreso del país a través de la recepción de inmigrantes extranjeros, como
colonos en tierras aportadas por el Estado. Los resultados en la práctica condujeron a una mayor
concentración de la propiedad territorial, mientras que los inmigrantes se establecieron como arrendatarios o
asalariados rurales (Novick, 2008).
12
Luego de 70 años de cruentas luchas civiles (Rapoport, 2007), se produce la abolición de las milicias
provinciales, (Raimundo, 1981), producto de un pacto político -la liga de los gobernadores.
13
Se establecen las bases estructurales para una “nueva” modalidad de acumulación de base pampeana –
”etapa denominada modelo agroexportador” – (Rofman y Romero, 1997), que generara desigualdades
territoriales que continúan hasta la actualidad abiertas (Cao y Vaca, 2006).
14
Una participación superior en términos relativos en comparación con Estados Unidos –no en términos
absolutos – (Modolo, 2016).

3
Se produjo una aceleración del desplazamiento del centro demográfico del país desde las
zonas del centro oeste y noroeste hacia el litoral –especialmente a las áreas metropolitana y
pampeana–. (Cicerchia, 2005). Así entre 1869 y 1914 la participación relativa de las
regiones metropolitana y pampeana pasó de 53,5% al 73,6% del total poblacional –
concentrando más del 87% de los extranjeros15 –la densidad de la actual área metropolitana
presento una tasa de crecimiento medio anual record de 51,5‰ entre los años 1895 y 1914
(ver Cuadro 2)–.
La gran crisis económica de 1929 desmorono el modelo agroexportador, y por tanto se
interrumpió el flujo de extranjeros (de Lattes y Lattes, 1975; Devoto, 2003). Esta
inmigración de ultramar iniciada en 1887 (Scobie, 1977), marcado por la fuerte presencia
de inmigración europea, conllevo a que a mediados de los años treinta, la ciudad de Buenos
Aires y el cinturón formado por los partidos colindantes ya superaban ampliamente los
cuatro millones de habitantes –era una de las urbes más grandes del mundo y la más
importante de Latinoamérica (Torres y Schteingart 1971) –. Se produce un cambio en el
patrón migratorio internacional, en donde cobraron mayor peso los inmigrantes de origen
regional, si bien mucho menor en términos relativos a las viejas corrientes migratorias
transcontinentales–, acentuándose como destino el Área Metropolitana de Buenos Aires
(AMBA16) (Calvelo, 2012),
A partir de la segunda guerra mundial, las condiciones internacionales de aislamiento,
condujeron a la instalación de un nuevo modelo productivo, basado en las potencialidades
del mercado interno y el desarrollo industrial sustitutivo de importaciones. La desigualdad a
nivel regional heredada del modelo agroexportador, lejos estuvo de revertirse durante el
proceso de industrialización17, se valoró más la proximidad de los mercados consumidores

15
En la entonces denominada Capital Federal –actual Ciudad Autónoma de Buenos Aires–, residían casi la
misma cantidad de extranjeros y nativos –777.845 y 797.969 personas, respectivamente– (Modolo, 2016).
16
La Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), es el aglomerado conformado por la Ciudad Autónoma
de Buenos Aires (CABA) y los 24 partidos pertenecientes a los dos primeros grupos de partidos de la
provincia de Buenos Aires que la rodean. Según los censos de población este región concentra los siguientes
porcentaje de población total : Año 1895 (19,8%), Año 1914 (25,8%), Año 1947 (29,7%), Año 1960 (33,7%),
Año 1970 (35,8%), Año 1980 (34,9%), Año 1991 (33,5%), Año 2001 (31,6%), Año 2010 (31,9%) (INDEC,
2003, 2005, 2012).
17
Durante la década del cincuenta y sesenta se incrementaron significativamente las migraciones internas,
fundamentalmente desde el Noroeste y Nordeste hacia el Gran Buenos Aires y la Región Pampeana. Este
proceso de concentración de población por migraciones llevó al sistema urbano argentino al máximo nivel de
primacía (más de 10 a 1 entre 1960 y 1970), y a un notable incremento de las desigualdades regionales, ya
que el desarrollo manufacturero del interior, con salarios más bajos, se restringió casi exclusivamente a la
transformación de productos primarios.

4
por sobre el origen de los insumos. Hacia 1950 el AMBA, donde se concentraron las
inversiones y los establecimientos industriales, .era la octava aglomeración urbana más
poblada del mundo, y en 1960 paso al sexto lugar –ver Cuadro 1– (Naciones Unidas,
2002).

Cuadro 1. Principales aglomeraciones urbanas clasificadas por tamaño de población (en


millones de personas)

Nota: (*) Considerar como referencias dado que no existen actualizaciones hacia atrás en las revisiones de los
2010 y 2019
Fuente: Elaboración personal sobre la base de Naciones Unidas (2002, 2010, 2019).

Conjuntamente se incrementaron las migraciones internas hacia el Gran Buenos Aires y la


Región Pampeana, fundamentalmente desde el Noroeste y Nordeste, se estima que entre
1947 y 2010, cambiaron de provincia algo más 6 millones de personas Velázquez y
Manzano, 2015) – la densidad presento una tasa de crecimiento medio anual de 28,9‰ (ver
Cuadro 2)–. Se conservaron la superioridad de unas regiones por sobre otras de manera
interdependiente, en 1937 el 73,6% de los productos elaborados se concentraban en Capital

5
Federal y provincia de Buenos Aires (Argentina. CFI, 1990), para el año 1953 este valor
desciende a 61,5 % y en el año 2010 aumenta a 62,8% de la producción nacional.

Cuadro 2. Superficie de las provincias y comparación de las participaciones estimadas de los


productos geográficos. Años 1953 y 2010. En porcentaje.

Nota: (1) Ciudad Autónoma de Buenos Aires; 24 partidos del Gran Buenos Aires, Interior de la Provincia de Buenos
Aires, Córdoba, Entre Ríos, La Pampa y Santa Fe. (2) Mendoza, San Juan y San Luis. (3) Chaco, Corrientes, Formosa y
Misiones. (4) Catamarca, Jujuy, La Rioja, Salta, Santiago del Estero y Tucumán. (5) Chubut, Neuquén, Río Negro, Santa
Cruz y Tierra del Fuego.
Fuente: Elaboración personal en base a datos del CFI, CEPAL, Censos de Población (INDEC).

A partir de la década del setenta se producen cambios en la política económica Argentina,


se impulsó la integración y la apertura a los mercados internacionales, como
consecuencias se produjo un doble proceso de desindustrialización y deslocalización
industrial –de numerosas PyME, pero también de empresas de gran tamaño–, que
impactaron en el sistema de asentamiento en el AMBA, ocasionando asimismo nuevas
dinámicas de expansión territorial y fragmentación. En este sentido se destacan el avance

6
de un nuevo patrón de urbanizaciones basado en la formación de emprendimientos de
barrios cerrados destinados a usos residenciales (Torre, 2001) –durante la década del
noventa se triplicaron (PNUD, 2009) –, y en urbanizaciones populares de origen informal –
villas y asentamientos – (Marcos y Chiara, 2019). El resultado fue el surgimiento de una
ciudad muy distinta de la moderna que se consolidó durante buena parte del siglo XX
(Gómez Pintus, 2015)
Hacia 1985 el AMBA ingresa dentro de las nueve aglomeraciones urbanas que superaban
los 10 millones de habitantes en el mundo, de las cuales 3 estaban en América Latina
˗Ciudad de México en tercer lugar, San Pablo en el cuarto y el AMBA en el sexto˗,
mientras que para el 2018 había 33 ciudades con más de 10 millones de habitantes, de las
cuales 6 pertenecían a América Latina ˗ México D.F., San Pablo, Buenos Aires, Rio de
Janeiro, Bogotá y Lima ˗ (Naciones Unidas, 2018).

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