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Primera Parte

LOS GRANDES TERRATENIENTES


PAMPEANOS COMO CLASE DOMINANTE:
NOTAS CRITICAS
l. Tierra y terratenientes en América Latina
Desde hace más de un siglo, cuando los gobiernos americanos se en·
contraron con la monumental tarea de organizar los países emanci·
pados, ya hab~ comenzado a considerarse la concentración de la
propiedad territorial como un obstáculo para lo que en la época se
denominaba "el progreso". Domingo Faustino Sarmiento, en Facun-
do o Civilización y Barbarie, sostendría que el atraso, la ausencia de
un espíritu emprendedor, la molicie, el caudillismo pernicioso, es-
taban asociados con los inconmensurables territorios sin explotar,
con el monopolio· de la tierra y con otras características también ne-
gativas de la sociedad que él creía necesario combatir.
Desde entonces fue dibujándose toda una tendencia reflejada
en la literatura política, económica y sociológica que enjuiciaba
las formas imperantes de tenencia de la tierra como uno de los ma-
yores males que aquejaban a los países latinoamericanos. La hacien·
da, la plantación, la estancia, etc. se erigieron en enfermedades que
había que erradicar aunque, como todos sabemos, en muy pocas
ocasiones hubo fuerzas sociales en las distintas naciones de la Amé-
rica ibérica capaces de romper esa férrea realidad.
No es extraño, así, que las ciencias sociales en su conjunto ha·
yan incorporado este tema como uno de los centrales en el análisis
de las sociedades latinoamericanas y que se haya divulgado una co-
piosa literatura demostrativa de la importancia del problema. Aso-
ciado a la tenencia de la tierra, y ligado hasta prácticamente trans·
formarse en uno sólo, se presenta a menudo el tema. de la clase
terrateniente, la cual, según la misma literatura, denota una econo-
mía de características señoriales, anudada fuertemente al pasado,
obstaculizando e impidiendo el desarrollo capitalista autónomo y
armónico de las sociedades nacionales <Stavenhagen, 1969). La lite-
ratura política y sociológica se encargó de encuadrar la problemá-
tica dentro de los márgenes amplios de una historia común entre
los países de la región, constituyendo uno de los elementos también
comunes de la realidad actual como parte de la llamada "herencia
colonial" (Stein, 1970).
Esta tendencia a la generalización, si bien puede admitirse en
análisis muy amplios de la estructura socioeconómica y sus raíces
históricas, no siempre se adapta a los límites más estrechos de la
historia de cada país. Incluso puede llegar a oscurecer, como a nues-
tro juicio sucede en el caso argentino, la comprensión de ciertos

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procesos económicos y sociales fundamentales qtle marcaron la evo- El segundo alude a las condiciones internas de la Argentina, tan-
lución de una nación en particular. to económicas como sociales y políticas. Entre ellas se encuentran
Con tal convicción intentamos proponer algunas hipótesis e las ventajas comparativas ofrecidas por la pampa húmeda para pro-
ideas para,visualizar los mecanismos de consolidación y las caracte- ducir justamente las materias primas y los alimentos de demanda
rfsticas de la clase dominante argentina en el período 1880-1914. Este creciente en Europa, la escasez de mano de obra compensada con la
análisis parte de una concepción distinta a la comúnmente aceptada fuerza de trabajo inmigrante, la limitada disponibilidad de capitales
acerca del rol de los grandes terratenientes como clase dominante; locales que la oferta internacional estaba en condiciones de subsanar
en lugar de suponer ese elemento como exclusivo, colocamos en un y las condiciones políticas logradas hacia 1880 en Argentina. Estas
mismo plano la tenencia de la tierra y el manejo de actividades co- últimas suponen el coronamiento de un acuerdo y ciertas alianzas
merciales y financieras por parte de un grupo social, considerand() \' económicas entre sectores bonaerenses y determinados grupos del
que ese grupo habría emergido como clase dominante gracias a su interior del país, poniendo término definitivo a las luchas civiles
habilidad para disponer, con un alto grado de concentración, del con- que se habían sucedido casi desde la emancipación. Organizada en-
trol conjunto de esas actividades económicas. tonces la nación según un régimen federal, fueron sentadas bases
Nuestras hipótesis se basan en una serie de observaciones de políticas firmes para la conducción de los asuntos de gobierno a
distinta índole y naturaleza que iremos exponiendo sucesivamente, partir de un habilidoso manejo de una democracia limitada y de un
pero deben respaldarse en un trabajo empírico y de comprobación orden de la sociedad jurídicamente fundado en un ortodo.xo libe-
aún no terminado; esperemos que su difusión permitirá enfocar el ralismo.
debate y estimular el estudio de ciertos temas concretos. Unos pocos indicadores, por otra parte muy conocidos, dan una
pauta del crecimiento impresionante registrado en este período. El
valor de las exportaciones argentinas pasa de 1880 a 1914 de los 50
millones a los 500 millones de pesos oro apro~imadamente (Cortés
2. Incorporación de la Argentina al mercado Conde y otros, 1966). Entre 1857 y 1914 ingresan al país 3.300.000
mundial inmigrantes provenientes en su mayoría de Italia y España, y
la población crece entre los censos de 1869 y 1914 de 1.143.000 a
En un análisis de esta índole y a fin de enmarcar la exposición de 7.885.000 habitantes, siendo privilegiadas las provincias que confor-
nuestras ideas, es necesario recapitular sintéticamente las caracte- man lo que desde el punto de vista geográfico se ha llamado la pam-
rísticas del período estudiado tal como son aceptadas en la mayor pa húmeda: Buenos Aires, Santa Fe, Entre Ríos y Córdoba. Argenti-
parte de los trabajos de uso frecuente en la historia argentina. Di- na pasa a ser en esos años uno de los mayores abastecedores de
chos trabajos ubican en los años 1870/1880 el inicio de un complejo maíz del mundo, el principal exportador de lino, de carnes enfriadas,
proce ·c que forma la Argentina moderna y que respondía a dos con- congeladas y en conserva, de avena y uno de los más importantes
dicionamientos convergentes. exportadores de trigo y harina de trigo.
Uno, de carácter externo, estaba dado por la expansión del capi- Los capitales extranjeros, principalmente británicos, hacen su
talismo industrial en Europa y particularmente en Inglaterra, con la entrada masiva (Di Tella y Zymelman, 1963). Ferrocarriles, transpor-
consiguiente disponibilidad y libre circulación de capitales acumula- tes, servicios urbanos y frigoríficos constituyen los núcleos centrales
dos previamente. Contemporáneamente, esa expansión provocó una de las inversiones de aquel último origen.
demanda creciente de alimentos y materias primas de las regiones La plaza inversionista argentina llega a ocupar un lugar desta-
templadas, como cueros, lanas, carnes, cereales, etc. A su vez, la gé- cado dentro de las inversiones británicas en el extranjero. Ferrer lo
nesis del proceso capitalista industrial en los países mediterráneos destaca. sintéticamente:
liberó una enorme masa de trabajadores en condiciones de migrar
que se dirigieron hacia América del Norte, así como hacia algunos "En cuanto al total de capitales extranjeros in-
países de América del Sur. Estos sucesos fueron precedidos -más vertidos, ascendía a más de 10.000 millones d.e
precisamente a partir de la mitad del siglo x1x- por una revolución dólares de hoy, cifra que representaba el 8,5 % de
tecnológica en los transportes -vapores y ferrocarriles- y en las las inversiones extranjeras de los países ex.por·
comunicaciones, que permitió aproximar los continentes y constituir tadores de capitales en todo el mundo, el 33 %
un mercado unificado a escala mundíal. de las inversiones extranjeras totales en Amé-
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rica Latina y el 42 % de las invetsiones del Reino economía y esa sociedad, aun partiendo de teorías económicas dife-
Unido en la misma región". (Aldo Ferrer, 1963, rentes coinciden en al¡nificados semejantes.
p. 104). El elemento bú1co y fundamental que habria producido el des-
arrollo eoondmiao ar¡en.ttno en eae periodo está constituido por las
En consonancia con todo esto, se crea en el país un sistema. "ventaJu compar1tlva1" de I& re¡ldn pampeana para la producción
financiero complejo y diferenciado, constituido principalmente por dlt b11:n11 &pioolo-¡anaderos en el contexto mundial, lo que se ha-
una red bancaria importante formada por capitales privados -na- bm ap:ruldo en la existencia de una "renta diferencial" de la
cionales y extranjeros- y públicos, manejados estos últimos princi- tltrrl pampea.na dentro del mercado internacional en el que ha
palmente por el Estado Nacional. quedad.o tnte¡tada.l Consiguientemente seria esa renta diferencial la
Este rápido crecimiento dio lugar a un período de fuerte acu- que engendraría en definitiva los excedentes económicos y la corre-
mulación, tal como no se había conocido hasta entonces y, probable- lativa acuníulación que se producen en el funcionamiento d~ la
mente, la más acentuada de toda la historia económica argentina economia de la época.
(CEPAL, 1954). A pesar -o tal vez como consecuencia- de ser rela- Para precisar los efectos que, teóricamente, este hecho habría
tivamente reciente, no es precisamente el fenómeno mejor conocido tenido sobre la formación de una estructura social, debe recordarse,
ni el más estudiado de la historia argentina. Aunque, a decir verdad, que la existencia de tierra de distinta calidad, para pro~ucir una
si bien se supone que otros procesos económicos anteriores origina- misma lfnea de productos, da lugar a la existencia de una "renta
ron una importante acumulación (como el llamado "boom" de la la- diferencial" en favor de la que posee mayores ventajas comparativas.
na, el del bovino, hasta otros mucho más complejos, desde la pers- Teniendo en cuenta esas circunstancias, en general de manera
pectiva económica, como la Guerra de la Triple Alianza), tampoco se implícita, se supone que, dadas las condiciones de la economía ar-
conoce, sin embargo, la magnitud de esa acumulación, ni la medida gentina, la concentración de la propiedad de la tierra conllevaría por
en la que distintos sectores se apropiaron de la misma. si misma a la apropiación privilegiada y concentrada de los exce-
La tesis comúnmente aceptada -sea para señalar los aspectos dentes generados en razón de las mejores condiciones productivas
positivos o para individualizar las consecuencias negativas- es que existentes en Argentina y que debían reflejarse en una renta dife-
la clase terrateniente no sólo es la principal beneficiaria sino la con- rencial a escala internacional. Es decir, la existencia o formación
ductora de casi todos esos procesos y, en particular, de los ocurridos de una clase de grandes terratenientes implicaría la existencia o
a partir de 1880. Respaldan esta idea una serie de consideraciones formación de una clase que se apropiaría privilegiada y concentra-
teóricas que la fundamentan, un conjunto de elementos que le dan da.mente de la mayor parte de los excedentes generados por la eco-
validación empírica y, por último, su aptitud para explicar la evolu- nomía, constituyéndose así en la clase dominante de esa sociedad.
ción histórica subsiguiente, en especial el estancamiento que luego se A su vez este proceso supone la consolidación de un modo de
verifica en la economía argentina. Vale la pena analizar críticamente producción capitalista agroexportador y la creación de relaciones
estas tres facetas -teórica, empírica y heurística- para luego for- sociales de producción también capitalistas, lo que trae aparejada
mular nuestras ideas al respecto y describir los senderos metodoló- la estructuración de ciertas clases sociales a ellos asociadas. (Puc-
gicos que hemos tomado a fin de obtener ciertas evidencias empíri- ciareli, 197ü-77).
cas que las sustenten. Con ser aceptables, estas consideraciones teóricas contienen, sin
embargo, una serie de supuestos que es necesario explicitar.
El primero se refiere a la suposición de la existencia de una
8. Bases teóricas de la concepción de la perfecta correlación entre el poder económico proveniente de la pro-
piedad sobre la tierra, el poder social y el poder político que auto-
burguesía terrateniente como clase máticamente provoque la apropiación de la parte sustancial de la
dominante renta diferencial.
El segundo, que en realidad más que un supuesto es una "au-
Las consideraciones teóricas que fundamentarían la consolidación
de la burguesía terrateniente como dominante (y el consiguiente sis- l La abundante bibliografía respecto a este tema incluye, especialmente, a
~ema de relaciones de clases con y en el resto de la sociedad), así co- ¡¡,',·· Ort..lz (1974), Ferrer (1963) y Furtado (1969) sobre las "ventajas comparativas"; y
rrn.oel modelo agroexportador, según el cual llegaría a funcionar esa
r; a La.clau (1969). Altinan (1975) y Flichman (197'1) sobre la "renta diferencial de
I& Ütn'a".
U 1 U CLASE DOMINANTE: EN L\ ARGENTINA ~ODERNA LOS GRANDES TERRATENIENTES PAMPEANOS 1 29

'1im.cia." simplificadora, ignora la posible existenci~ de otros sectores un poco con la de "portadora de historia" que los sucesos ocurridos
poderosos que podrían "interferir" las relaciones económicas crea- parecían requerir.
clas por el sistema de tenencia de la tierra imperante. Pucciareli En efecto, la expansión del agro implicaría un crecimiento conti-
0976-77) ha reconocido la importancia de un sector de este tipo, nuo y en profundidad de la empresa agropecuaria. Al identüicar a los
denominado "suboligarquía financiera" y admitido no ya su exis- grandes terratenientes básicamente con la actividad ganadera no
tencia, sino también su rol estratégico en una economía en la que · resulta demasiado claro cómo y por qué se habría producido ese
le destacan, además del desarrollo agrícola, la importancia de los flu- crecimiento de la empresa agropecuaria (en la que, aunque con me-
Jos de capital requeridos para realimentar un proceso de crecimien- nor intensidad que en la industria, también va cambiando la compo-
to y los actores sociales que están en· condiciones de disponer y con- sición orgánica del capital), teniendo en cuenta sobre todo los suce-
trolar dichos flujos. sivos y á veces violentos cambios en las formas de producción del
Estas observaciones no niegan que los excedentes más impor- agro que ocurren durante el período considerado (de los saladeros
tantes de la economía derivaron de la realización de una renta dife- a la producción de lanas, luego a la producción cerealera y más tar-
rencial teórica a escala internacional. Lo que sí plantean es quié- de el retorno a la producción bovina combinada con esta última).
nes y cómo se apropiaron de ese excedente. El sistema económico Cambios, por lo demás, acompañados por oscilaciones no muy am-
argentino de la época era suficientemente complejo como para llevar- plias pero sí ostensibles en el fenómeno de la concentr~ción de la
nos a cuestionar la relación propiedad terrateniente/renta diferen- propiedad.
cial/clase dominante, en la que se supone que las ventajas compara- Y si bien resulta clara la continuidad de la gran propiedad te-
tivas de la producción agropecuaria se expresaban íntegramente en rritorial, ello no significa necesariamente que sean los grandes pro-
la renta de la tierra en precios de mercado, que la apropiación de pietarios quienes impulsan las sucesivas transformaciones. El que a
la renta diferencial resultaba automática para los terratenientes, y la postre resulten beneficiados (y aún queda por probar que fueron
que esto, a su vez, les permitía consolidar su carácter de clase domi- los más beneficiados) no implica que sean forzosamente los pro'¡YUl-
nante. Al respecto es curioso observar que los precios y la renta de sores del proceso. Cabe, pues, preguntarse si hubo y cuál fue la cla-
la tierra en el mercado argentino fueron durante muchos años bajos se que, por la naturaleza de la actividad que desarrollaba, estuvo
en comparación con los vigentes en otros países, tal como se puede permanentemente interesada en lograr una expansión de las acti-
observar en Huret (1911) y Goodwin (1395), por ejemplo. Y, más aún, vidades productivas propugnando, todas las veces que fuera nece-
cuando esos precios comienzan a elevarse rápidamente, luego de sario, los cambios requeridos en las formas de producción para lo-
,l.908, llegándose al denominado "grito de Alcorta" en 1912, los pro- grar esos efectos.
t>1etarios quedan bastante aislados en la controversia y muchos La pertinencia de estas preguntas puede negarse si se afirma
que la verdadera clase dominante, la mayor beneficiaria y la real
grupos e intereses poderosos del país se enfrentan con ellos. Tam-
impulsora de las transformaciones de la economía y la sociedad no
bién es interesante recordar la posición de Lisandro de la Torre estaba en el país sino en el extranjero, en las economías capitalis-
-representante de un estrato importante de ganaderos y líder de tas centrales, actuando a través de sus diversos agentes en Argen-
la fracción "moderna" del conservadorismo representado en la De- tina. Desde este punto de vista, la clase dominante local no sería,
mocracia Progresista (anteriormente Liga del Sur)- que trata de en rigor, más que subordinada a aqué~la. Situación de un socio
defender la posición de los propietarios terratenientes y desviar el menor cuyos intereses podían ser eventualmente sacrificados (aun-
oonflicto enjuiciando a los sectores comercializadores e industria- que no demasiado). De este modo, entonces, y respecto de esta
llzadores (véase Grela, 1958). clase doméstica, los interrogantes que planteamos no serían en mo-
Estos interrogantes son fundamentales para comprender qué es do alguno fundamentales. Lo verdaderamente relevante residiría en
lo que efectivamente pasó en el país y necesarios para establecer si averiguar cómo se fueron conformando las relaciones de poder que le
realmente la clase de los grandes terratenientes fue la dominante. permitieron adquirir su preponderancia en la propiedad territorial
Porque durante todo el período considerado ocurrieron cambios y y en investigar cómo articularon sus intereses con la clase domi-
transformaciones muy profundos, no sólo en todo el país sino tam- nante externa.
bi.Sn en el ámbito mismo de la producción agropecuaria. La imagen Es obvio que este último enfoque no puede ser desechado con
llUI la concepción habitual de la clase dominante nos ofrece resulta, li¡ereza. Pero su adopción sin más también puede resultar perjudi·
lurlcaunente, bastante estática, cuando no paralizante, contrastando oial, ya que tiende a inhibir toda indagación de nuevas hipótesis
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IDS GRANDES DRRATENIENTES PAJ!IPEANOS 1 JJ

acerca de cuál pudo haber sido y cómo pudo liaber actuado una fueron sucediendo en conexión con el mercado mundial, el comer-
olase dominante que no estuviera. restringida a los grandes propie- cio exterior, los precios, el costo de la tierra, los mecanismos de
tarios terratenientes, una clase dominante autóctona cuyas ca- distribución, los movimientos de la frontera y algunas de las conse-
racterísticas y cuya. acción quizás pudieran explicar mejor lo ocu- cuencias más importantes de todos los sucesos en el plano social
rrido en el país. y político. ·
Estos interrogantes y dudas se afianzan cuando pasamos al ám- Tulio Halperin, en la obra quizás _más importante de todas és-
bito de la verificación empírica. tas, puntualiza los cambios que aparejó la ruptura del orden eco-
nómico colonial, la quiebra del sector ligado al comercio y de
ciertas fortunas urbanas, y la emergencia. de un sector poderoso,
cuyo peso residió en la ocupación y tenencia de la. tierra y en los
4." La validación empírica productos que ésta podía generar para el mercado externo.3 Halperín
señala también el surgimiento de un nuevo orden económico post
La verificación empírica presenta dos tipos de análisis que es pre- independentista, con la aparición de otros actores ligados al comer-
ciso distinguir. Uno comprende ciertos estudios donde se muestra cio que ponen en práctica nuevos estilos mercantiles: los primeros
el grado de concentración de la tierra. El otro alude a trabajos comerciantes de origen británico. ·
históricos que analizan el desarrollo de toda la sociedad y encuen- Todos estos temas son retomados con mayor o menor amplitud
tran cómo se afianzan los grupos terratenientes y en definitiva có- en los trabajos posteriores del mismo Halperín, de Haydée Goroste-
mo conducen al país hacia la organización definitiva. gui, Ezequiel Gallo y Cortés Conde, en los que uno de los hilos con-
Representante ejemplar de la primera corriente es la obra ya ductores principales del análisis argumental es quizás la tendencia
legendaria de J. Oddone (1954), que muestra el proceso de con- a considerar la consolidación de la burguesía terrateniente como
centración de la propiedad y describe muchas de las maniobras que clase dominante. Estas obras, con ser las más ·esclarecedoras de la
llevaron a lograrla. Diversos estudios realizados con los catastros historia de este periodo, asumen como dados algunos supuestos, al
confirman la concentración de la propiedad en épocas pasadas, en tiempo que los análisis no son homogéneamente tan detallados en
tanto que análisis más recientes como los de la CIDA, así como la el tratamiento de todas las temáticas que el devenir de la sociedad
información estadística y censal, confirman la persistencia del fenó- impone.
meno y describen la participación de los distintos estratos de pro- El primero y tal vez el más sorprendente de estos hiatos es
pietarios en la producción de distintos bienes. que, salvo para los quince años posteriores a los acontecimientos
En estos trabajos las evidencias parecen tan claras e irrefuta- de 1810, los grupos mercantiles -viejos o nuevos- no merecen el
bles que la concentración de la propiedad. aparece como un dato mismo detenimiento en el análisis. Poco o nada se sabe con certeza
del cual se parte para realizar estudios actuales o históricos o sobre y exactitud acerca de sus conexiones -si las hubiere- con la pose-
el que se pretende analizar la formación. Pese a ello es posible sión de la tierra, su origen, su nacionalidad y sus relaciones ·con
setialar un inconveniente bastante generalizado de estos análisis y casas comerciales de Gran Bretaña, Países Bajos u otras naciones
estudios : nos proporcionan, con mayor o menor detalle y rigor, una europeas, acerca del control de los circuitos comerciales y menos
imagen "anatómica" más que "fisiológica." de la pretendida. clase aún de su papel político y sus vinculaciones con los partidos o faccio-
dominante, cuyos roles y cuyo funcionamiento, sin embargo, son los nes -unitarios y federales- que se disputan el poder, como sobre
que deberían marcar la evolución de la economía y la sociedad ar- la organización política que se desea plasmar.
gentinas. Menos aún se sabe de la ligazón entre ciertos comerciantes y su
La otra corriente a la que nos referíamos anteriormente es la capacidad para controlar el comercio local con independencia de los
más importante de la historia social y económica argentina y ha intereses económicos de las casas comerciales extranjeras represen-
dado luz a los mejores trabajos que existen sobre el tema.2 Estas tadas en la plaza.
obras tienden a detectar los distintos procesos económicos genera- Estas carencias de conocimientos tienen dos consecuencias im-
dos después de la emancipación en el Litoral y, en especial, en la portantes. Una se expresa en la presunción de una suerte de división
provincia de Buenos Aires; el análisis de las coyunturas que se
$ En ese sentido se puede afirmar que, en comparación con otros paises
2 Nos referimos a Halperin Donghi (1969, 19728, l972b), Gorostegui de To- lattnoamerioanos, la historia de la clase terratenient!' argentina es relativamente
rru (1970), Cortés Conde y Gallo 096'1) y el mencionado Scobie (1968). no11n&t: IU nacimiento es post.erior a la emancipación y resultado de la m.lama.
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LOS GRANDES TERRATENIENTES PAMPEA1JO ..:

'
del trabajo tácita por la cual los nativos se 'p .abrían quedado con el
control de la tierra y los extranjeros con el control del comercio. alcanzado por los más destacados hombres de la Bolsa. (Bolsa (
Este supuesto juega como especie de comodín según el cual efecti- Comercio, 1954).
vamente el control del comercio por parte de grupos extranjeros se En otros términos y para sintetizar, parecería que aún no exis-
tomaría como un "dato dado". La otra consecuencia se refleja en la ten estudios suficientemente detallados acerca de cómo se va for·
escasa disponibilidad de evidencias para establecer, en el caso de mando el .excedente a lo largo del período en el que se forma la
que la presunción anterior fuera correcta, si el comercio estaba Argentina moderna, quiénes y cómo se lo fueron apropiando y,
en buena parte controlado por el "capital extranjero" o eran los "co- una vez apropiado, cómo fue empleado.
merciantes extranjeros" quienes controlaban el comercio exterior e Las imprecisiones en la validación empírica de la hipótesis no
interno, distinción que no es simple,mente un problema de matices. parecerían obstar para que la idea de que los grandes terratenientes
En estrecha conexión con los interrogantes anteriores resulta conformaban -y en alguna medida aún conforman- la clase domi-
más trascendente el escaso conocimiento que aún se tiene sobre las nante sirva además como elemento explicativo fundamental del fun-
fuentes de acumulación en el período que va desde 1810 a 1860/70. cionamiento del modelo de relaciones económicas y sociales implan-
Podrían realizarse una serie de hipótesis pero simplemente queda- tadas al formarse la Argentina moderna. Es decir, la hipótesis usual
rían en ese plano hasta que no dispongamos de buena cantidad de ha adquirido un valor heurístico cuyos alcances es necesario, tam-
estudios y monografías. bién, considerar.
Es sugestivo, sin embargo, un trabajo relativamente reciente ,
que trata los aspectos económicos de una de las más viejas y pode-
rosas familias argentinas, los Anchorena (Carretero, 1970), y que ha 5. El valor heurístico
puesto de manifiesto un mecanismo que parece consolidarse con el
tiempo: la habilidad para jugar no sólo a una fuente de acumula- Según estas concepciones, la consolidación de esta clase dominante
ción sino a varias simultáneamente. En efecto, el comercio interno, habría impulsado y agudizado la especialización dependiente de la
el comercio con el exterior, las finanzas, el contrabando, la explo- economía argentina, La preponderancia de los grandes terratenientes
tación y administración de la tierra van a ser, entre otras, las acti- habría trabado el desarrollo de . la industria, y por consiguiente de
vidades que permitirán a este grupo familiar asegurarse un rol un capitalismo más integrado, maduro y autónomo por una serie
protagónico en toda la historia económica argentina. de razones. Ante todo, al apropiarse privilegiadamente del excedente
Las dudas frente a la hipótesis de los puros terratenientes como generado y al canalizarlo -aunque fuera sólo en parte-- preponde-
clase dominante aparecen otra vez cuando analizamos el origen de rantemente hacia la ampliación del sector agropecuario, al favore·
muchas fortunas argentinas contemporáneas a través de las bio- cer un librecambio que atentaría contra la expansión de una in-
grafías de sus figuras más importantes, como las de Santamarina, dustria incipiente -cuyos mayores costos de producción hubieran
Devoto, Tornquist, Mihanovich, etc. y comprobamos que tanto el requerido alguna forma de protección aduanera para crecer y madu-
comercio interno como el externo han favorecido procesos de acu- rar-, y, por último, al malgastar una porción no despreciable del
mulación que en hábiles manos se transforman en fuentes de poder excedente apropiado en un consumo ostentoso, suntuario e impro-
cuyas dimensiones hoy todavía son desconocidas. ductivo, cuando no en operaciones especulativas rurales y urbanas
que tampoco contribuían al desarrol'o productivo de la economía
Una última observación se refiere a algunos hechos históricos nacional. Por las mismas razones ese mismo sistema productivo
que a nuestro juicio son significativos y apuntan en la dirección que nacional quedaría en definitiva internamente desintegrado, incapaz
a nosotros nos interesa destacar. Es llamativa la fecha de fundación de articularse armónicamente en una formación económica de cre-
de la Bolsa de Comercio (1854) anterior a la elaboración del mismo ciente autonomía y en la cual, progresivamente, el impulso dinámico,
Código de Comercio (1859) y a la misma fundación de la Sociedad el centro de gravedad de las fuerzas productivas, se fuera trasladan-
Rural (1866). Es cierto que podría tratarse de una cuestión anecdó- do hacia la expansión industrial.
tica; sin embargo, cuando se observa la composición de las prime-
ras comisiones directivas, los objetivos que persiguen y las moti- En efecto, en las condiciones descritas la industria estaría suje-
vaciones que las rodean, se infiere fácilmente una estrecha relación ta a una doble restricción. Por un lado, su desarrollo dependería de
entre el proceso económico-social y político del momento y el poder inver1ione1 extranjeras acordes a -y agudizantes de- la situación
cllptndltntt del país, al volcarse a las ramas vinculadas al modelo
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~IXPC!rtador Ctramportt1, oomunlcaciones, frlgorificos, comercio, riamente la debilidad del sector industrial sino, quizás, meramente
"''portación de artículos de cons1:1-mo y de insumos -incluido su la ausencia 4e un clivaje social que correspondería a la especializa-
montaje- del sector agropecuario, etc.) o destinadas, en todo caso, ción económica sectorial. Estas observaciones cobran especial inte-
1 abastecer el consumo y a veces la especulación urbana (montaje

.· ·.
rés si tomamos en cuenta lo ocurrido más tarde, cuando se desen-
de automotores, caucho, algo de química, algo de t-extiles y ·confec- cadena la crisis de 1930. Las tesis usuales llevan a suponer que las
Dlones, co~trucciones, etc.). Por otro lado, se generaría también medidas adoptadas para enfrentar la crisis dan lugar, corno efecto
.una pequena clase de industriales nacionales (en metalurgia en ali- imprevisto y no buscado, a un proteccionismo forzoso que estimula
ntac!ón, en textiles, etc. ) colocados en una posición tot~lmente

1
una- industrialización sustitutiva de importaciones. Sin embargo es
. ordmada a la clase terrateniente, incapaz de expandirse y alean- posible que, aun no descartando lo inesperado de la situación plan-
. una hegemonía que, frente al desarrollo obtenido por los países teada en ese momento, el afianzamiento de la industria haya sido
tra:les, e~ lib~ecambio impuesto por el modelo agroexportador mucho menos ajeno a los intereses de la clase dominante que lo que
ria ilusoria e imposible. habitualmente se imagina.
' Tal uso de los excedentes generados y apropiados trabando la En la segunda parte sugeriremos un haz de hipótesis distintas
expansión e integración de la economía nacional, se habría agravado a las usuales, a partir de las cuales pensamos también pueden expli-
por otros efectos paralelos .de la concentración de ingresos en manos carse razonablemente -y tal vez con mayor coherencia- tanto el
de la clase terrateniente, las limitaciones que indujeron al crecimien-
origen de la gran expansión en el período estudiado como las razo-
to d?l ~erc~do cons~idor interno, la tendencia a restringir y
dismi~uir la implantación de población en el campo, el consiguiente
nes que lo trabaron posteriormente. Pero asimismo -Y es lo más
importante- esas hipótesis servirían para indicar por qué· se man-
Y creciente desequilibrio en la relación "rural-urbana" y la imposi-
ción . de un patrón de organización espacial socioeconómica que tiene vigente el comportamiento de una clase dominante que no
responde necesariamente al "patrón tierra" y cuyo poder, evidente-
reflejaría la estructura dependiente y vulnerable de la economía
mente disminuido, no ha dejado de prevalecer dentro de la Argen-
argentina. Todos estos factores y tendencias confluirían para retar-
dar. y ~esarticular la organización de una economía y una sociedad tina.
capitahsta dotada de cierta autonomía (capacidad dinámica propia)
Y madurez, al tiempo que, sin embargo, la recubrirían de una serie
de "apariencias" en este sentido; la índole de dicho barniz engañoso 6. Deslizamientos
crearía la ilusión de un crecimiento económico y una secularización
de hábitos, costumbres y cultura que no tendrían más que "pies de De todos modos nos interesa puntualizar previamente cómo en los
barro", como el estancamiento posterior lo demostraría. análisis usuales sobre el período muchas veces los argumentos
En suma, el alcance explicativo de las tesis usuales parece bas- -teóricos, empíricos y de valor heuristico-- se entremezclan pro-
tante exhaustivo y convincente. Sin embargo, pueden formularse al- duciéndose "deslizamientos" de un tipo de razonamiento a otro y
gunos reparos. En primer lugar, la interpretación que nos propone terminando por confundirse a menudo en un solo esquema analítico
del estancamiento de la economía argentina resulta más satisfacto- la teoría, los datos y la explicación.
ria que la de la expansión que lo precedió, cuyas causas y caracte- Es decir, a veces se evade el problema empírico recurriéndose a
rísticas parecen sospechosamente sencillas. Hay muchos indicios de las consideraciones teóricas que sintetizamos más arriba: a pesar
que, fuera del sector agropecuario~ el crecimiento del resto de la ·de su generalidad se estima que serían suficientes para. comprender
economía no s~ debió solamente a la afluencia de capital extranje- las características y la dinámica del nuevo sistema socioeconómico
ro y a la creación de sectores locales de menor importancia, subor- creado al integrarse la Argentina en el mercado mundial.
dina~os, relegados o meros apéndices de la clase terrateniente. Aun
Otras veces las cuestiones que planteamos se evaden en otra
cuando estuvieran claramente desarticuladas, en comparación a lo
dirección: en la medida en que se considera que la identificación de
que sucedi~ en los paises capitalistas centrales, parece excesivo afir- la clase dominante con la gran burguesía terrateniente permite ex-
mar, por ejemplo, que las industrias locales estuvieran en esa posi- plicar razonablemente una serie de fenómenos que pasaron en el
ción secundaria respecto del agro. En todo caso la inexistencia de
país, parecería ocioso detenerse para analizar en detalle la fisiología
conflictos agudos entre ambos sectores, tal como' se dieron en otros
de su comportamiento. En suma, el valor heurístico de la concep-
procesos más profundos de desarrollo capitalista, no denota necesa- ción aceptada quitaría. importancia y en alguna medida interés a la
36 1 LA CLASE DOMINANTE EN LA ARGENTINA MODERNA

revisión crítica de los supuestos teóJlicos y a un análisis empírico


cuidadoso de los procesos de formación y apropiación de los exce--
dentes generados por la renta diferencial a escala internacional.
En suma, son varios los frentes desde los cuales pueden reali-
zarse observaciones críticas. A esta altura, es necesario considerar
nuestras propias hipótesis y algunos de sus corolarios.

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