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INSTITUCIÓN EDUCATIVA COLEGIO GREMIOS GA-F29

UNIDOS MANUAL DE PROCESO MISIONAL Versión: 2


GESTIÓN ACADÉMICA
Fecha: 2014-02-03
GUIAS, TALLERES Y EVALUACIÓN SC-CER 288822
x

FECHA: GUIA TALLER EVALUACI


DOCENTE: AREA/ASIGNATURA: LENGUA ÓN CASTELLANA
ESTUDIANTE: GRADO: 9-1, 2, 3, 4, 6 CALIFICACIÓN:
SEDE: PRINCIPAL
TRABAJO DE NIVELACIÓN: CIENCIAS SOCIALES, PERIODO 3

1. Según el siguiente texto, realice una síntesis sobre las principales ideas

SUSTITUCIÓN DE IMPORTACIONES

Llegado el período de la posguerra, la estrategia de crecimiento


por medio de la sustitución de importaciones comenzó a tener
marcha propia dentro de las políticas de gobierno hasta
convertirse en la estrategia líder de la industrialización. En un
primer momento respondió a las restricciones del flujo comercial
ocasionadas por la guerra, a los antecedentes de sustitución, que
ya se venían adelantando en diferentes áreas productivas, y a los
esquemas proteccionistas que imponían las potencias. Ya desde
los primeros años de la década de los cincuenta la sustitución de
importaciones fue formalizada teórica y conceptual mente por la
escuela Cepalina (Comisión Económica para América Latina
y el Caribe) -en cabeza de Raúl Prebish- y pasó a convertirse en
el modelo de desarrollo de la mayoría de los países
latinoamericanos. Durante los primeros años de implantación del
modelo de sustitución de importaciones, se dio inicio en
Latinoamérica al proceso de desarrollo industrial, basado en la
creación de una industria liviana. 

La primera fase del modelo de sustitución de importaciones se


orientó hacia la consolidación de la producción de bienes de
consumo, utilizando como herramientas de protección unos
niveles arancelarios elevados y otras restricciones de tipo
cuantitativo. Posteriormente, hacia finales de la década de los
cincuenta, comenzó a presentarse un importante cambio estructural en la industria manufacturera, dándole cabida a la aparición y
posterior consolidación de algunas industrias de bienes intermedios. Durante este período, en Colombia el auge de los precios
externos del café, producto que lideró el crecimiento del sector agrícola exportador, contribuyó a generar encadenamientos con la
demanda manufacturera, los ingresos cafeteros proporcionaron divisas que permitieron impulsar la sustitución de importaciones
en bienes de consumo e intermedios. Así, entre 1945 y 1950 se presentó un proceso de modernización industrial con un dinámico
crecimiento de la industria manufacturera (al 7.5% promedio anual), casi el doble del PIB. Los cambios económicos materializados
con el inicio del siglo XX son de enorme trascendencia para entender el siglo XX en Colombia.

2. Realizar una explicación sobre los principales elementos desarrollados por el autor e el texto
Porque la economía empieza a crecer a un ritmo del orden de 5 por ciento anual, que se mantiene, en promedio, hasta 1920, y
se aceleraría, en los veinte, para acercarse al 7 por ciento anual en promedio. Ejercicios estadísticos señalan que, en Colombia,
la década de los veinte fue la de mayor expansión económica del siglo XX. Y, sorpréndase ustedes, al hacer la comparación
rigurosa con un grupo de países de América Latina (Argentina, Brasil, Chile, México y Venezuela), se encuentra que a Colombia,
en conjunto y en promedio, le fue mejor que a este grupo, en los primeros treinta años del siglo. La explicación reside en la
expansión del café que, a partir de 1870, empieza a extenderse geográficamente por el país. Como escribe Frank Safford, en
este año se dio un cambio fundamental en la economía colombiana: de tener como base el oro, la mula y el tabaco, pasó a ser
dominada por el café, el ferrocarril y los bancos. La expansión del cultivo del café y de las exportaciones del grano tuvo un
impacto positivo en la conformación de un mercado interno para los diferentes productos de la agricultura, la ganadería y la
industria manufacturera. Los ingresos de divisas originados en la exportación del grano y el aumento del poder de compra de los
caficultores fueron definitivos para impulsar la inversión, el crecimiento económico, y para crear un mercado nacional de bienes y
servicios. La exportación del café requería una infraestructura de transportes; la que existía era precaria, en particular la red
ferroviaria. En la segunda década del siglo XX entró en operación el Canal de Panamá y se completó la construcción del
ferrocarril Cali-Buenaventura. En consecuencia se redujeron los costos de transporte y se facilitó la exportación de café.
Adicionalmente, la mayor actividad económica exigía un sistema de pagos más eficiente que el existente bajo el régimen de
banca libre por lo cual, a fines de los años diez, se comienzan a elaborar las propuestas para una reforma financiera e
institucional que impulsara el crecimiento de la economía. Estos primeros intentos habrían de desembocar en la gran reforma
institucional para el manejo de la economía -inspirada en la primera Misión Kemmerer- que se materializó en 1923 con la
creación del Banco de la República como un banco central de emisión, redescuento y reserva; con la organización de la
Superintendencia Bancaria y la aprobación de la ley bancaria; con la creación de la Contraloría General de la República; y con el
refuerzo de las funciones del Ministerio de Hacienda al organizarse la Dirección de Presupuesto. Porque la reforma institucional
no se limitó al sector bancario sino a establecer un engranaje que permitiera un control fiscal eficaz, con presupuestos
balanceados, ya que el desequilibrio fiscal podría llevar al desequilibrio monetario y, por lo tanto, al eventual abandono del
patrón-oro. El café fue la fuerza motora de la actividad económica en las primeras dos décadas del siglo XX y, en tal calidad,
factor esencial tras los cambios políticos, sociales, e institucionales que habrían de tener lugar en los años veinte. Entre 1910 y
1930 la región del Viejo Caldas se convirtió en el primer productor cafetero del país, desplazando a los departamentos
tradicionales, lo mismo que a Antioquia. La expansión del cultivo del grano en esta zona del país tendría una peculiaridad bien
notable. Se basó en fincas cafeteras de mediano y pequeño tamaño, trabajadas por quienes se habían asentado en estas tierras,
que vendían el café directamente a las empresas comercializadoras del grano. Los grandes hacendados de Cundinamarca y el
Tolima le compraban o recibían a los arrendatarios y colonos el café para, después, colocarlo en el exterior. La diferencia tendría
repercusiones en la extinción de las haciendas en los años treinta. Las consecuencias de toda índole de este fenómeno se
sentirían con fuerza en el país entre los años veinte y los ochenta del siglo XX. Una de ellas fue la de impulsar la
industrialización, que apenas despuntaba incipientemente, con el siglo, en Medellín, Bogotá y Cartagena. Esta, a su turno, trajo
consigo el inicio de la urbanización. En 1900, Colombia era un país predominantemente rural: ningún centro urbano, con
excepción de Bogotá, tenía un tamaño superior a los cincuenta mil habitantes En la capital se concentraba el 2,5 por ciento de la
población del país y las siguientes tres ciudades tenían, en conjunto, otro 2 por ciento de la población total. Sin embargo, a partir
de 1918 el crecimiento demográfico de los grandes municipios aumenta y estos elevan su participación en la población total del
país. La expansión de la frontera agrícola -en particular la cafetera- la mejora de la infraestructura de transportes, el aumento de
las exportaciones de café, el impulso de la industrialización, el fenómeno de la urbanización, los intentos de reformar la
institucionalidad para el manejo de la economía, y la organización sindical, marcaron esta ruptura económica. Y crearon, junto
con los cambios políticos y los internacionales, el marco para los acontecimientos que, en todos estos frentes, se darían en la
década de los años veinte en el país.

3. Leer el siguiente fragmento y determinar cuáles son las pricipales características del Frente Nacional, sus objetivos y la
relación bipartidista

La fórmula militar de gobierno (1953-1958), utilizada por las élites de los partidos tradicionales para superar la ingobernabilidad del
país expresada en la violencia política de los años 40 y 50, produjo, aunque con alta dosis de dramatismo, el Frente Nacional. Una
serie de pactos anteriores al plebiscito de diciembre de 1957, y reformas posteriores constituyeron la legitimación constitucional de
los dos partidos tradicionales como los únicos para gobernar alternativamente el país entre 1958 y 1974.

En sus orígenes, el Frente Nacional no cubrió la totalidad de ambos partidos. Sólo los lleristas en el liberalismo y los laureanistas
en el conservatismo fueron los socios. Las demás fracciones, históricas por demás, no harían parte del acuerdo. Podrían hacerlo
en la medida en que electoralmente fueran desplazando a las originarias. Así sucedió cuando el ospino-alzamiento derrotó al
laureanismo en las elecciones de 1960, convirtiéndose hasta el final en socio mayor del liberalismo frentenacionalista. Tomarse el
partido liberal y llevar la vocería dentro de la coalición eran las aspiraciones del Movimiento Revolucionario Liberal, MRL.

El Frente Nacional activó la vida política del país, pero por exclusión. Al ser una negociación entre unos liberales y unos
conservadores que pretendían gobernar solos, los excluidos, curtidos políticos formados a lo largo del siglo, no se dejaron
arrinconar y respondieron reanimando la política nacional con elevado instinto de conservación. La oposición fue proscrita. Incluso
la conciliadora (o legal) que no iba más allá de reponer rectificaciones al nuevo sistema político. Más que excluyentes, los distintos
gobiernos del Frente Nacional mostraron una concepción estrecha e individual en el manejo del poder. No se trató de la
conversación del bipartidismo en unipartidismo, simplemente la habilidad de los coligados por sacar los mejores frutos del pacto,
extirpó las alternativas disidentes que se oponían a la imposición del modelo liberal de desarrollo.

El reconocimiento de la oposición se dio tan solo en dejar actuar a sus voceros elegidos en los cuerpos legislativos, pero no en las
demás instituciones del Estado. En vez de ampliar el espectro del sistema de partidos, los frentenacionalistas optaron, más que
por la realización, por la absorción de los programas de los movimientos de oposición. Se desaprovechó la conformación de un
sistema de partidos diversificado que habría servido para jalonar el desarrollo político del país. Existían para ello todas las
condiciones. En 1965, por ejemplo, movilizaban sus ideas dos sectores bastante diferenciados del Movimiento Revolucionario
Liberal MRL: la línea blanda que regresaba al liberalismo y la línea dura que propugnaba por convertirse en partido independiente;
la Alianza Nacional Popular, ANAPO, que aunque ganaba elecciones interviniendo incluso como agrupación bipartidista, no se le
reconocían sus derechos; el Movimiento Democrático Nacional, MDN, que condensaba los ímpetus nacionalistas de toda
procedencia; la Democracia Cristiana, salida del conservatismo para promover de manera independiente las tesis de los partidos
demócrata-cristianos europeos y latinoamericanos; el Frente Unido, un intento de unir la izquierda nacional radical; el Partido
Comunista; dos organizaciones guerrilleras: el Ejército de Liberación Nacional, ELN, y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de
Colombia, FARC, entre otros.

Más que el conservatismo, el proyecto frentenacionalista favoreció al liberalismo. Aspirando a culminar el frustrado proceso de los
años treinta, sus mentores del lado liberal impusieron al adversario el discurso de los nuevos tiempo. Los conservadores
empezaron a imitarlo como su única posibilidad de permanecer en la circulación política. Aunque no desaparece, el conservatismo
se ve obligado a moverse de un terreno abonado para tesis que no eran las suyas. Se adapta, por supuesto, pero el espacio ya no
le corresponde. Otra simbología desplegará después del experimento frentenacionalista: los movimientos nacionales o cívicos,
bandera con matices rojos primero y multicolores después.

Aunque el acuerdo bipartidista ocultaba las naturales pujas internas por el poder político en Colombia, los liberales se quedaron
con la victoria definitiva. Esa fue la más grande de las consecuencias del Frente Nacional. Pero fue una victoria pírrica, porque no
reflejó una sintonía real entre los colombianos y el sistema político implantado. Posiblemente el Frente Nacional fue un remedio a
la violencia bipartidista de las décadas anteriores, pero produjo enfermedades peores: violencia social, represión selectiva,
exclusión, desintegración, corrupción, un país a medio camino y un pueblo desilusionado.

4. Resolver las siguientes preguntas


a. Colocar en orden jerarquico las cinco ciudades más importantes de Colombia
b. ¿En qué año se llevó a cabo el “Bogotazo” y cuáles fueron sus consecuencias?
c. Enumerar los presidentes de Colombia desde el año 1958 a 1994
d. Haga un breve escrito sobre alguna guerrilla colombiana, teneindo en cuenta la fecha de su creación y principales
características.

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