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LAS MICROAGRESIONES
1. Las microagresiones son aquellos insultos, ofensas o desaires que se producen en la vida cotidiana, de forma
verbal o no verbal, y que van dirigidos a los miembros de un grupo social determinado.
Las microagresiones pueden producirse de manera intencional o involuntaria, pero en ambos casos
transmiten hostilidad, mensajes negativos o de desprecio a los miembros de un grupo, simplemente por
su pertenencia a dicho grupo.
En muchos casos, estos mensajes ocultos invalidan la identidad del grupo o la propia experiencia de la
persona que los sufre.
Las formas más graves de microagresiones suelen llevarse a cabo por personas bien intencionadas que no
saben que han participado en conductas tan nocivas hacia un grupo socialmente devaluado.
Estas acciones cotidianas pueden parecer bastante inofensivas o triviales, pero la investigación indica que
tienen un poderoso impacto sobre el bienestar psicológico de los grupos discriminados.
2. Los microasaltos son creencias conscientes o actitudes que son sostenidas por individuos y expresadas
intencionalmente, o actos negativos que se realizan de forma abierta o encubierta hacia una persona marginada
o un grupo socialmente devaluado.
Se diferencian de las otras dos formas de microagresiones en la medida en que el perpetrador tiene un
sesgo consciente hacia un grupo identificado y socialmente devaluado. Este prejuicio puede expresarse
directa y públicamente a través de declaraciones racistas, sexistas o heterosexistas.
3. Los microinsultos difieren de los microasaltos en que habitualmente ocurren sin que el perpetrador tenga una
preocupación consciente hacia ello. Implican interacciones interpersonales, verbales o no, o claves ambientales
con las que se comunica insensibilidad, grosería, desprecio, etc.
Los microinsultos son sutiles, y a menudo se disfrazan inconscientemente como un cumplido o
declaración positiva dirigida hacia la persona.
La comunicación contradictoria comienza con lo que parece ser una afirmación positiva, pero se socava
con una metacomunicación insultante o negativa.
4. Las microinvalidaciones son similares a los microinsultos, ya que generalmente ocurren fuera del nivel
consciente de los perpetradores.
Sin embargo, esta forma de microagresión es quizás la más insidiosa y perjudicial, porque atacan o niegan
directamente la realidad experiencial de los grupos socialmente devaluados.
Logran esta meta a través de señales interpersonales y ambientales que excluyen, niegan o anulan los
pensamientos, sentimientos, creencias y experiencias psicológicas del grupo devaluado.
1. Sue y colaboradores (2007) han identificado cuatro dilemas psicológicos centrales o dinámicas creadas por las
microagresiones.
2. El primer dilema es el choque de realidades entre el grupo dominante y los miembros del grupo socialmente
devaluado.
Los estudios revelan que la cultura y las experiencias basadas en el grupo configuran la propia visión del
mundo e influyen en la percepción de la realidad de los demás grupos.
Por ejemplo, mientras las mujeres continúan denunciando que el sexismo les impide ascender a
puestos directivos superiores, que sus contribuciones no son reconocidas por sus homólogos
masculinos en el lugar de trabajo y que se encuentran con frecuencia con el techo de cristal, los
hombres, sin embargo, suelen decir que "la gente competente llegará a la cima" sin importar el género
y que ya "se ha recorrido un largo camino para las mujeres".
Como las microagresiones se llevan a cabo por miembros “bien intencionados” de nuestro propio
grupo, es poco probable que los perpetradores sean conscientes de los mensajes ocultos sesgados que
están enviando a las personas del grupo minoritario. En esto reside un dilema importante. Si los
motivos y los mensajes insultantes de los perpetradores están fuera de la conciencia, ¿cómo hacer
visible lo "invisible"?
¿Qué versión de “la realidad” será considerada como la verdadera? La respuesta, por desgracia, es que
el grupo que tiene el mayor poder tiene la capacidad de imponer la realidad a los grupos menos
poderosos.
Cuando las personas que sufren microagresiones intentan señalar la naturaleza ofensiva de las
observaciones y acciones de los perpetradores, se considera que sus percepciones son inexactas, que
son hipersensibles o que son paranoicas.